Casa de los Dulces
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Naeryan
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Tak
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Alicia
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Rocavarancolia Rol
14 participantes
- Rocavarancolia Rol
Casa de los Dulces
03/08/11, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Una modesta casita hecha principalmente de chocolate y otros dulces. Está protegida por un hechizo de gula que te obliga a comer y comer dulces sin parar hasta que la casa decide que ya estás lo suficientemente cebado como para ir al horno en el que te chamuscarás hasta las cenizas.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Casa de los Dulces
26/02/17, 01:44 am
Para Rox solo existían el cizaña y el nublino llegados a ese punto, todo lo que la mona del queso dijera o los propios pinchazos de su hombro no significarían nada. Al menos así lo fue hasta que al monstruo se le agotó la paciencia. El sonido de la flecha de Adru al caer pareció retumbar en sus oídos, acompañado de la risa de aquel ser que, sin remedio, le heló la sangre al coreano.
Y de repente se hizo la oscuridad.
Nunca antes se había desmayado, pero se lo imaginaba como algo similar. El choque contra el suelo y un calambre en la herida debido al golpe es lo último que siente antes de volver a abrir los ojos, totalmente desconcertado sobre donde está e incluso cuanto tiempo ha pasado. Su cuerpo no se movió en absoluto, como si su sistema nervioso siguiera dormido. El miedo le embargó deprisa ante la imposibilidad de hacer nada, como en plena parálisis del sueño, notando únicamente los golpes del corazón contra su pecho al latir a toda velocidad. La voz del de cola de escorpión y el sonido del cuerpo de Verael desplomado hace que su respiración se agite, momento en el que se arrepiente desde lo más profundo de su ser de haberle provocado. Iba a llevarse a uno a cambio. No ver a Rena, ni a Adru, Zob o Ain empeoraba todo. Empezó a notar un cosquilleo en la punta de los dedos, pero aún no había indicio de tan siquiera poder hablar. Cuando se paró delante suya, Rox deseó que la tierra se le tragase, solo pudiendo cerrar los ojos y esperar lo peor. No quería morir. No quería que le torturasen. El sonido de los pasos siguientes le indicaban que no era el elegido, pero solo quedaba otro humano posible...
El medio australiano abrió los ojos con el crujido. Más allá de la mona del queso, Drake les observaba con la mirada perdida y el cuello roto. Era más que evidente que estaba muerto. Los pulmones se le llenaron de aire y omitieron la parte de expulsarlo, como si hubieran olvidado como se respiraba, como si el ruido que pudieran provocar supusiera llamar de nuevo la atención de aquel que les había paralizado.
Su garganta se cerró a cal y canto, y pronto la vista se le empañó con lágrimas. De una forma u otra, lo agradecía. No quería ver aquella masacre, como se llevaban el cuerpo del inglés como si fuera simplemente un animal sacrificado. Para cuando el cizaña y lo que quedaba de Drake estaban fuera de alcance, Rox se echó a temblar. Tardó más que Pam en poder moverse, y para cuando pudo sentarse tuvo que taparse la boca para evitar vomitar. Temblaba bruscamente, las lágrimas le tapaban la vista, y lo único que podía hacer era echarse hacia atrás torpemente, buscando alejarse del camino de sangre mientras aguantaba un llanto lastimero. Pam le habló, pero no reaccionó más que hipeando. Casi había olvidado que estaba desangrándose, pero ya poco le importaba. Al menos seguía vivo.
Asintió con tardanza, limpiándose inconscientemente con el brazo herido e ignorando el dolor provocado por el gesto. Tenían que encontrar a los demás cuanto antes. Palpó el suelo con la mano hasta dar con su alabarda, usándola de apoyo para levantarse. Ya de pie, se acercó a su compañera y a Verael, esforzándose por no seguir llorando.
—Por favor. — hablar era todo un esfuerzo. No quería amenazarle, no quería rebajarse al nivel del monstruo. Tampoco es que tuviera mucha opción, sin fuerzas para mostrarse intimidante o para pensar en los peligros que suponían tenerle ahí—. Por favor... Ayúdanos.
Y de repente se hizo la oscuridad.
Nunca antes se había desmayado, pero se lo imaginaba como algo similar. El choque contra el suelo y un calambre en la herida debido al golpe es lo último que siente antes de volver a abrir los ojos, totalmente desconcertado sobre donde está e incluso cuanto tiempo ha pasado. Su cuerpo no se movió en absoluto, como si su sistema nervioso siguiera dormido. El miedo le embargó deprisa ante la imposibilidad de hacer nada, como en plena parálisis del sueño, notando únicamente los golpes del corazón contra su pecho al latir a toda velocidad. La voz del de cola de escorpión y el sonido del cuerpo de Verael desplomado hace que su respiración se agite, momento en el que se arrepiente desde lo más profundo de su ser de haberle provocado. Iba a llevarse a uno a cambio. No ver a Rena, ni a Adru, Zob o Ain empeoraba todo. Empezó a notar un cosquilleo en la punta de los dedos, pero aún no había indicio de tan siquiera poder hablar. Cuando se paró delante suya, Rox deseó que la tierra se le tragase, solo pudiendo cerrar los ojos y esperar lo peor. No quería morir. No quería que le torturasen. El sonido de los pasos siguientes le indicaban que no era el elegido, pero solo quedaba otro humano posible...
El medio australiano abrió los ojos con el crujido. Más allá de la mona del queso, Drake les observaba con la mirada perdida y el cuello roto. Era más que evidente que estaba muerto. Los pulmones se le llenaron de aire y omitieron la parte de expulsarlo, como si hubieran olvidado como se respiraba, como si el ruido que pudieran provocar supusiera llamar de nuevo la atención de aquel que les había paralizado.
Su garganta se cerró a cal y canto, y pronto la vista se le empañó con lágrimas. De una forma u otra, lo agradecía. No quería ver aquella masacre, como se llevaban el cuerpo del inglés como si fuera simplemente un animal sacrificado. Para cuando el cizaña y lo que quedaba de Drake estaban fuera de alcance, Rox se echó a temblar. Tardó más que Pam en poder moverse, y para cuando pudo sentarse tuvo que taparse la boca para evitar vomitar. Temblaba bruscamente, las lágrimas le tapaban la vista, y lo único que podía hacer era echarse hacia atrás torpemente, buscando alejarse del camino de sangre mientras aguantaba un llanto lastimero. Pam le habló, pero no reaccionó más que hipeando. Casi había olvidado que estaba desangrándose, pero ya poco le importaba. Al menos seguía vivo.
Asintió con tardanza, limpiándose inconscientemente con el brazo herido e ignorando el dolor provocado por el gesto. Tenían que encontrar a los demás cuanto antes. Palpó el suelo con la mano hasta dar con su alabarda, usándola de apoyo para levantarse. Ya de pie, se acercó a su compañera y a Verael, esforzándose por no seguir llorando.
—Por favor. — hablar era todo un esfuerzo. No quería amenazarle, no quería rebajarse al nivel del monstruo. Tampoco es que tuviera mucha opción, sin fuerzas para mostrarse intimidante o para pensar en los peligros que suponían tenerle ahí—. Por favor... Ayúdanos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
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Re: Casa de los Dulces
26/02/17, 07:01 pm
La puerta de salida de la habitación en la que se encuentra el grupo grande no está cerrada con llave o cualquier otro mecanismo, pero la notarán atascada. Tendrán que aunar fuerzas para hacerla ceder.
Una vez al otro lado será fácil comprobar por qué. La devastación que asola el piso de arriba todavía no ha llegado hasta el sótano, pero sus efectos ya empiezan a hacerse notar. Escombros bloqueaban la apertura libre de la puerta.
El humo es molesto pero soportable. El sótano es oscuridad completa. Tendrán que avanzar a ciegas, el suelo a ratos irregular bajo sus pasos para volverse en algunos tramos engañosamente desprovisto de obstáculos que les hagan tropezar. Arenisca y ceniza crujirán bajo sus pies cuando avancen. También podrán notar puertas bajo los dedos; umbrales de madera y picaportes al tantear las paredes a los lados del pasillo. Ninguna de ellas abierta, pero ninguna de ellas cerradas a cal y canto tampoco. El fuego ruge en los pisos de arriba, y a veces tendrán que pararse ante un temblor que sacuda los cimientos de la mansión. En ocasiones distante; otras pareciendo bloquearles el camino más adelante: otras amenaza con hacer caer el peso de la casa entera por encima de sus cabezas.
El pasillo frente a ellos desciende, cada vez más.
Verael fue el primero en dejar de sentir el sofoco de la parálisis, pero el dolor en la herida que se regenera le mantuvo quieto y agotado. Se atreve a mirarla con cautela y no poco miedo. Está ya prácticamente cerrada, el coágulo formado ya y el organismo del medio-trasgo ocupado ahora en reparar frenéticamente los bordes, de fuera adentro, y en cubrir la herida con algo más que una mera capa de sangre seca. ¿Cuánto tiempo ha pasado inconsciente?
Se repara imposiblemente, pero no lo bastante rápido. Y duele a rabiar.
Rabia que no es del todo suya, que pertenece a medias a la joya roja que se clavó en algún lugar de su alma y ahora se niega a soltarlo, burbujea a la luz al oír hablar a la rata pelona.
—¿Más me vale pagaros porque me hayan convertido en un monstruo y me hayan abierto las tripas? Que te jodan —escupe a Pam. Tan llena de juicios de mierda para ser tan enana, como si él hubiera estado buscándolo, como si estuviera disfrutando-
Es Rox quien termina convenciéndole, algo de dolor en la pausa que hace el nublino en sus palabras cuando le oye alzar la voz. Arrepentimiento en la manera en que mira al hombro destrozado del humano. Una pausa mientras inspira, mientras intenta mantener el instinto bajo control. La habitación es pequeña y cerrada, y huele a sangre. La de Rox, y la del chaval al que se acaban de llevar como un muñeco roto.
—Puedo intentar tirar la puerta abajo. Alguna de ellas —termina diciendo. La herida en su estómago le informa por todas sus neuronas a la vez que intentarlo es una mala idea, pero algo en Verael no puede tolerar quedarse en esta habitación, a la espera de que el hambre u otro de sus dioses acaben con él.
Una vez al otro lado será fácil comprobar por qué. La devastación que asola el piso de arriba todavía no ha llegado hasta el sótano, pero sus efectos ya empiezan a hacerse notar. Escombros bloqueaban la apertura libre de la puerta.
El humo es molesto pero soportable. El sótano es oscuridad completa. Tendrán que avanzar a ciegas, el suelo a ratos irregular bajo sus pasos para volverse en algunos tramos engañosamente desprovisto de obstáculos que les hagan tropezar. Arenisca y ceniza crujirán bajo sus pies cuando avancen. También podrán notar puertas bajo los dedos; umbrales de madera y picaportes al tantear las paredes a los lados del pasillo. Ninguna de ellas abierta, pero ninguna de ellas cerradas a cal y canto tampoco. El fuego ruge en los pisos de arriba, y a veces tendrán que pararse ante un temblor que sacuda los cimientos de la mansión. En ocasiones distante; otras pareciendo bloquearles el camino más adelante: otras amenaza con hacer caer el peso de la casa entera por encima de sus cabezas.
El pasillo frente a ellos desciende, cada vez más.
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Verael fue el primero en dejar de sentir el sofoco de la parálisis, pero el dolor en la herida que se regenera le mantuvo quieto y agotado. Se atreve a mirarla con cautela y no poco miedo. Está ya prácticamente cerrada, el coágulo formado ya y el organismo del medio-trasgo ocupado ahora en reparar frenéticamente los bordes, de fuera adentro, y en cubrir la herida con algo más que una mera capa de sangre seca. ¿Cuánto tiempo ha pasado inconsciente?
Se repara imposiblemente, pero no lo bastante rápido. Y duele a rabiar.
Rabia que no es del todo suya, que pertenece a medias a la joya roja que se clavó en algún lugar de su alma y ahora se niega a soltarlo, burbujea a la luz al oír hablar a la rata pelona.
—¿Más me vale pagaros porque me hayan convertido en un monstruo y me hayan abierto las tripas? Que te jodan —escupe a Pam. Tan llena de juicios de mierda para ser tan enana, como si él hubiera estado buscándolo, como si estuviera disfrutando-
Es Rox quien termina convenciéndole, algo de dolor en la pausa que hace el nublino en sus palabras cuando le oye alzar la voz. Arrepentimiento en la manera en que mira al hombro destrozado del humano. Una pausa mientras inspira, mientras intenta mantener el instinto bajo control. La habitación es pequeña y cerrada, y huele a sangre. La de Rox, y la del chaval al que se acaban de llevar como un muñeco roto.
—Puedo intentar tirar la puerta abajo. Alguna de ellas —termina diciendo. La herida en su estómago le informa por todas sus neuronas a la vez que intentarlo es una mala idea, pero algo en Verael no puede tolerar quedarse en esta habitación, a la espera de que el hambre u otro de sus dioses acaben con él.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Casa de los Dulces
26/02/17, 10:47 pm
Notar como Rox empezaba a espabilar por fin y a su vez comenzaba a llorar, fue demasiado para Pam, ella no albergaba semejante emociones, ni siquiera tenía muy claro porque no lloraba ante el escenario tan horrible que había llegado a ver, de principio a fin. << ¿Vale de algo llorar o sentir lastima por Drake? Eso no va a devolverle la vida... >> llevaba desde nació pensando que cualquier día su rareza podría dejar de su protección, que acabaría siendo pasto de los gusanos mas temprano que tarde. Era un pensamiento un poco fatalista, pero había terminado por inmunizarse ante el dolor ajeno.
Le habían traicionado demasiadas veces como para preocuparse fácilmente por lo demás. Aun así, no le gusto ver a Rox desmoralizarse, el humano siempre era energía y positivismo, lo contrario a ella, y con mas juicio que el de muchos otros en el torreón, plagado de críos ya fuesen en cuerpo o en mente. Se sintió un poco culpable por su falta de emociones tras ver como Rox se deshacía en ellas.
La respuesta de Verael a sus palabras no tardo en llegar y Pam no se ofendió por su enojo contra ella. ¿Por que debería tratarlo con una confianza ciega cuando el les había atacado antes de nada? El hecho de haber sido torturado luego, sin merecerlo, cosa que también era consciente, no quitaba el daño inicial, uno que podría volver a repetirse si como el mismo había dejado entrever, no controlaba del todo esos impulsos repentinos. Le dio igual que fuese Rox, con sus lagrimas la que consiguiera convencerlo y no ella.
-Incluso si se que esto no te lo has buscado, ahora no tienes control total de ti mismo y eso asusta...perdona por tener instinto de supervivencia -respondió Pam sin discutir, viendo hacia ambas puertas, mientras se aseguraba que Rox no se moviera mas de la cuenta de nuevo- Y Rox, por favor...no te muevas mas...ya tuvimos bastantes muertes...no quiero ver otro mas - añadió con suavidad incomoda, teniendo que mantenerse serena por todos en esa situación. Pues incluso si lo de Drake no le había afectado, empezaba a dudar bastante que si Rox muriese no le afectase de igual modo. Al fin de cuentas, se había relacionado mas con el, que con el otro humano. Y sinceramente, no deseaba comprobar hasta que punto podía llegar a ser alguien insensible y sin corazón.
Se alejo de Rox acercándose primero a la puerta contraria por donde había salido el hombre escorpión, pegando su oreja a esta, escuchando una especie de rumor sin identificar proveniente del otro lado. Se mordió el labio inferior ¿habrían mas de esos “dioses” allí atrás? Sería un desastre si conseguían abrirla y se topaban con que al otro lado, había mas monstruos como el escorpión esperando y ellos seguían en ese cuartucho encerrados. Necesitaban tener una vía de escape si eso ocurría.
-Hay que abrir ambas puertas, una para tener abierta la salida por si tenemos que salir corriendo, la otra para buscar a los demás. Puedo intentar abrir una de ellas de algún modo. ¿Puedes encargarte de esta? - pregunto Pam viendo a Verael, señalando la puerta que daba supuestamente al interior de donde quiera que estuviesen y desde donde había escuchado el rumor. No sabía si le haría algún caso, probablemente no, pero no era tan ilusa como para no percatarse que en cualquier momento o perdía el control y les atacaba; o se moría ahí mismo. Debían darse prisa, porque por mas que la herida pareciera estar curándose el proceso era tan lento que le debería estar doliendo horrores. Y si algo sabia era que el dolor y la muerte cercana, hacía que la bestias perdieran la razón.
Le habían traicionado demasiadas veces como para preocuparse fácilmente por lo demás. Aun así, no le gusto ver a Rox desmoralizarse, el humano siempre era energía y positivismo, lo contrario a ella, y con mas juicio que el de muchos otros en el torreón, plagado de críos ya fuesen en cuerpo o en mente. Se sintió un poco culpable por su falta de emociones tras ver como Rox se deshacía en ellas.
La respuesta de Verael a sus palabras no tardo en llegar y Pam no se ofendió por su enojo contra ella. ¿Por que debería tratarlo con una confianza ciega cuando el les había atacado antes de nada? El hecho de haber sido torturado luego, sin merecerlo, cosa que también era consciente, no quitaba el daño inicial, uno que podría volver a repetirse si como el mismo había dejado entrever, no controlaba del todo esos impulsos repentinos. Le dio igual que fuese Rox, con sus lagrimas la que consiguiera convencerlo y no ella.
-Incluso si se que esto no te lo has buscado, ahora no tienes control total de ti mismo y eso asusta...perdona por tener instinto de supervivencia -respondió Pam sin discutir, viendo hacia ambas puertas, mientras se aseguraba que Rox no se moviera mas de la cuenta de nuevo- Y Rox, por favor...no te muevas mas...ya tuvimos bastantes muertes...no quiero ver otro mas - añadió con suavidad incomoda, teniendo que mantenerse serena por todos en esa situación. Pues incluso si lo de Drake no le había afectado, empezaba a dudar bastante que si Rox muriese no le afectase de igual modo. Al fin de cuentas, se había relacionado mas con el, que con el otro humano. Y sinceramente, no deseaba comprobar hasta que punto podía llegar a ser alguien insensible y sin corazón.
Se alejo de Rox acercándose primero a la puerta contraria por donde había salido el hombre escorpión, pegando su oreja a esta, escuchando una especie de rumor sin identificar proveniente del otro lado. Se mordió el labio inferior ¿habrían mas de esos “dioses” allí atrás? Sería un desastre si conseguían abrirla y se topaban con que al otro lado, había mas monstruos como el escorpión esperando y ellos seguían en ese cuartucho encerrados. Necesitaban tener una vía de escape si eso ocurría.
-Hay que abrir ambas puertas, una para tener abierta la salida por si tenemos que salir corriendo, la otra para buscar a los demás. Puedo intentar abrir una de ellas de algún modo. ¿Puedes encargarte de esta? - pregunto Pam viendo a Verael, señalando la puerta que daba supuestamente al interior de donde quiera que estuviesen y desde donde había escuchado el rumor. No sabía si le haría algún caso, probablemente no, pero no era tan ilusa como para no percatarse que en cualquier momento o perdía el control y les atacaba; o se moría ahí mismo. Debían darse prisa, porque por mas que la herida pareciera estar curándose el proceso era tan lento que le debería estar doliendo horrores. Y si algo sabia era que el dolor y la muerte cercana, hacía que la bestias perdieran la razón.
- Spoiler:
- Edite un detallito por que no había caído que Rox estaba de pie y por tanto Pam no llegaría a su hombro para apretar la venda. Borre solo eso, lo demás sigue igual.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
27/02/17, 01:17 am
Rena respiró hondo varias veces. Adru estaba bien, dentro de lo que cabe. Ver a la niña, normalmente un saco de felicidad y energía, en ese estado le produjo una sensación desagradable en la boca del estómago, pero la cría se recompuso.
-Muy bien, capitana, vamos a salir de aquí- dijo, haciendo un amago de darle una palmada en la espalda pero reprimiéndose por si le hacía daño. Ya solo faltaba que la lesionase más.
Zobriel propuso usar su magia, lo cual le dió a la irrense aún más razones para ponerse en movimiento. Asintió, proponiéndole congelar trozos de tela (que imaginó se descongelarían rápido y quedarían húmedos) para ponerselos sobre la nariz y la boca en caso de que el humo se hiciese insoportable. Encendió la pantalla de su brazo y alumbró la estancia, buscando la puerta. El suelo estaba hecho un asco pero no había mucho más de lo que preocuparse. Abriendo la marcha, trató de abrir la única puerta pero esta parecía estar atascada.
-Ain, ayúdame.
Realmente tampoco hizo falta que el humano le ayudase, con un placaje Rena puso desencajar la puerta y abrirla, pero cuando vió lo que había al otro lado quedó claro que Ain seguía siendo necesario.
-Me cago en las vías del tren...
Había muchas puertas. El halo de luz de su linterna no alumbraba más que unos pasos, pero parecía evidente que continuaban pasillo adelante. Un temblor les puso sobre aviso, había que darse prisa. Eligió una al azar y trató de abrirla, pero igual que la que habían cruzado antes estaba atrancada. Placó centrando el peso en el hombro, mientras que Ain le daba una patada a la puerta contigua.
-Muy bien, capitana, vamos a salir de aquí- dijo, haciendo un amago de darle una palmada en la espalda pero reprimiéndose por si le hacía daño. Ya solo faltaba que la lesionase más.
Zobriel propuso usar su magia, lo cual le dió a la irrense aún más razones para ponerse en movimiento. Asintió, proponiéndole congelar trozos de tela (que imaginó se descongelarían rápido y quedarían húmedos) para ponerselos sobre la nariz y la boca en caso de que el humo se hiciese insoportable. Encendió la pantalla de su brazo y alumbró la estancia, buscando la puerta. El suelo estaba hecho un asco pero no había mucho más de lo que preocuparse. Abriendo la marcha, trató de abrir la única puerta pero esta parecía estar atascada.
-Ain, ayúdame.
Realmente tampoco hizo falta que el humano le ayudase, con un placaje Rena puso desencajar la puerta y abrirla, pero cuando vió lo que había al otro lado quedó claro que Ain seguía siendo necesario.
-Me cago en las vías del tren...
Había muchas puertas. El halo de luz de su linterna no alumbraba más que unos pasos, pero parecía evidente que continuaban pasillo adelante. Un temblor les puso sobre aviso, había que darse prisa. Eligió una al azar y trató de abrirla, pero igual que la que habían cruzado antes estaba atrancada. Placó centrando el peso en el hombro, mientras que Ain le daba una patada a la puerta contigua.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Casa de los Dulces
27/02/17, 02:04 am
Adru estaba ausente, lo que decía Zobriel fue un murmullo incomprensible para ella. Solamente reaccionó y procesó parte de lo que había dicho Rena porque oyó su nombre.
—Sí… —dijo en el tono más neutro que le habían oído nunca.
La edeel se limitó a seguir a los demás como si fuese un zombi, sujetándose el brazo derecho y con la mirada perdida y fija en el haz de luz que emitía el brazo de la irrense. Sus pies descalzos daban con toda clase de escombros y probablemente sus plantas ya se encontrarían totalmente negras tras haber dado unos cuantos pasos. De vez en cuando el humo le hacía detenerse y toser, y se tambaleaba perdiendo el equilibrio a costa del peso muerto que era su brazo. Su cabeza seguía reproduciendo una y otra vez la misma frase.
<<Es mi culpa>>.
Un fuerte golpe. Parecía que sus compañeros habían echado abajo una puerta o algo parecido. <<Es mi culpa…>>.
Más humo, la tos no hacía las cosas más fáciles. <<¡Es mi culpa!>>
Las imágenes de la pesadilla acudían a su cabeza una y otra vez. <<Es… mi culpa…>>.
Iban a acabar igual que los valientes cosechados, Rox tenía razón. <<Y es mi culpa>>. El temblor la desestabilizó y se tambaleó como un muñeco inanimado.
Ain y Rena hacían esfuerzos en ese momento por abrirse camino una vez más. <<Es mi…>>.
No. No. Solo estaban heridos. No iba a suceder su pesadilla. Los sueños solo eran sueños. Y los cuentos… Algunos estaban hechos para asustar a los niños, Adrune sabía eso. Y tenía que creer firmemente eso.
La oscuridad dificultaba mucho la tarea a sus compañeros, pero ella era quien mejor podía ver en aquellas condiciones. Había aprendido eso hablando con los demás: ellos necesitaban más luz para poder ver mejor.
De pronto, con toda la velocidad que era posible en aquellas condiciones, la sinhadre se lanzó contra la puerta que trataba de abrir Rena, utilizando el hombro de su brazo bueno. Se hizo daño en el brazo izquierdo al hacerlo, ya que no podía dejar de sujetar el que tenía roto con él, pero de todas formas el dolor que le producía este último tapaba cualquier otro. La puerta no quería ceder y la edeel permaneció unos segundos apoyada contra ella, inmóvil. Sus ojos escanearon las cercanías: había otra puerta cerca.
—Vamos a probar con esa, Rena —la señaló torpemente con un dedo del brazo izquierdo.
El tono de su voz seguía sin ser el de siempre, pero ya no había sonado tan apagado.
<<Hay que salir de aquí y encontrar a los demás. Tenemos que volver al torreón para curar a Rox>>. No podía permitirse pensar en otra cosa.
—Sí… —dijo en el tono más neutro que le habían oído nunca.
La edeel se limitó a seguir a los demás como si fuese un zombi, sujetándose el brazo derecho y con la mirada perdida y fija en el haz de luz que emitía el brazo de la irrense. Sus pies descalzos daban con toda clase de escombros y probablemente sus plantas ya se encontrarían totalmente negras tras haber dado unos cuantos pasos. De vez en cuando el humo le hacía detenerse y toser, y se tambaleaba perdiendo el equilibrio a costa del peso muerto que era su brazo. Su cabeza seguía reproduciendo una y otra vez la misma frase.
<<Es mi culpa>>.
Un fuerte golpe. Parecía que sus compañeros habían echado abajo una puerta o algo parecido. <<Es mi culpa…>>.
Más humo, la tos no hacía las cosas más fáciles. <<¡Es mi culpa!>>
Las imágenes de la pesadilla acudían a su cabeza una y otra vez. <<Es… mi culpa…>>.
Iban a acabar igual que los valientes cosechados, Rox tenía razón. <<Y es mi culpa>>. El temblor la desestabilizó y se tambaleó como un muñeco inanimado.
Ain y Rena hacían esfuerzos en ese momento por abrirse camino una vez más. <<Es mi…>>.
No. No. Solo estaban heridos. No iba a suceder su pesadilla. Los sueños solo eran sueños. Y los cuentos… Algunos estaban hechos para asustar a los niños, Adrune sabía eso. Y tenía que creer firmemente eso.
La oscuridad dificultaba mucho la tarea a sus compañeros, pero ella era quien mejor podía ver en aquellas condiciones. Había aprendido eso hablando con los demás: ellos necesitaban más luz para poder ver mejor.
De pronto, con toda la velocidad que era posible en aquellas condiciones, la sinhadre se lanzó contra la puerta que trataba de abrir Rena, utilizando el hombro de su brazo bueno. Se hizo daño en el brazo izquierdo al hacerlo, ya que no podía dejar de sujetar el que tenía roto con él, pero de todas formas el dolor que le producía este último tapaba cualquier otro. La puerta no quería ceder y la edeel permaneció unos segundos apoyada contra ella, inmóvil. Sus ojos escanearon las cercanías: había otra puerta cerca.
—Vamos a probar con esa, Rena —la señaló torpemente con un dedo del brazo izquierdo.
El tono de su voz seguía sin ser el de siempre, pero ya no había sonado tan apagado.
<<Hay que salir de aquí y encontrar a los demás. Tenemos que volver al torreón para curar a Rox>>. No podía permitirse pensar en otra cosa.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Casa de los Dulces
01/03/17, 05:18 pm
Se sentía minúsculo. Ain, Rena y Adru parecían tener fuerzas que sacaban de algún lugar al que Zob jamas llegaría. Avanzaban en medio del caos y del humo. Y cada nuevo sonido proveniente de arriba hacia que las entrañas del nublino se encogieran. Iban a morir allí por un error. No podía culpar a Adru por aquello. Ninguno de ellos sabia nada de los dioses, no podían... el humo y la oscuridad eran ese momento dos dagas clavándose en los ojos y pulmones de todos. La luz que daba la mano de su amiga ayudaba un poco pero el calor, los ruidos crepitantes y el humo aun mantenían su tenaza de temor en el pobre Zob.
No podía derrumbar paredes, al menos no sin derrumbar sus huesos primero, pero las palabras que había dicho no eran tan descabellada. Se quito la mugrosa camiseta que llevaba y la trato de desgarrar desde el cuello. Los primeros intentos solo lo desanimaron mas y mas. Suponía que cualquiera de los demás lo habría hecho, y su desesperación lo hizo buscar alrededor algo con que cortar aunque no pudiera ver casi nada de aquel lugar. O fue la adrenalina, o lo gastada que estaba la ropa pero cuando cedio la prenda y se partió en dos, Zobriel jadeo de alivio y se arrodillo en el piso. No había prestado atención a las acciones de los demás aparte del golpear de puertas. Pero no podia demorarse mas.
Trato vanamente de concentrarse y lanzar el hechizo sobre la ropa rota pero fallo. El humo y el temor trababan sus palabras. El sabia que Rox estaba herido aun. Que Pam y los demás estaban en algún lugar y esperaba que estuvieran mejor que ellos. Se limpio las lágrimas provocadas por el miedo y el humo y repitió el hechizo una vez mas. Con los ojos ardiendo por no parpadear en esa situación sintió como la magia salia de sus manos y fluia a la tela. No sabia que ocurriría con la tela. Después de todo no era agua a lo que había dirigido su magia.
— ¡Rena! ¡Ten...esto deberia estar frío....creo. ¡¡No se!! ¡Pero debería servirnos para algo!.. - dijo desesperado tomando la prenda con la mano y levantándose mientras tanteaba buscando el haz de luz de su amiga.- Si... si funciona puedo hacer mas... - dijo chocando la tela congelada con algo que no supo que era al avanzar hacia el sonido de sus compañeros en aquel caos.
No podía derrumbar paredes, al menos no sin derrumbar sus huesos primero, pero las palabras que había dicho no eran tan descabellada. Se quito la mugrosa camiseta que llevaba y la trato de desgarrar desde el cuello. Los primeros intentos solo lo desanimaron mas y mas. Suponía que cualquiera de los demás lo habría hecho, y su desesperación lo hizo buscar alrededor algo con que cortar aunque no pudiera ver casi nada de aquel lugar. O fue la adrenalina, o lo gastada que estaba la ropa pero cuando cedio la prenda y se partió en dos, Zobriel jadeo de alivio y se arrodillo en el piso. No había prestado atención a las acciones de los demás aparte del golpear de puertas. Pero no podia demorarse mas.
Trato vanamente de concentrarse y lanzar el hechizo sobre la ropa rota pero fallo. El humo y el temor trababan sus palabras. El sabia que Rox estaba herido aun. Que Pam y los demás estaban en algún lugar y esperaba que estuvieran mejor que ellos. Se limpio las lágrimas provocadas por el miedo y el humo y repitió el hechizo una vez mas. Con los ojos ardiendo por no parpadear en esa situación sintió como la magia salia de sus manos y fluia a la tela. No sabia que ocurriría con la tela. Después de todo no era agua a lo que había dirigido su magia.
— ¡Rena! ¡Ten...esto deberia estar frío....creo. ¡¡No se!! ¡Pero debería servirnos para algo!.. - dijo desesperado tomando la prenda con la mano y levantándose mientras tanteaba buscando el haz de luz de su amiga.- Si... si funciona puedo hacer mas... - dijo chocando la tela congelada con algo que no supo que era al avanzar hacia el sonido de sus compañeros en aquel caos.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Casa de los Dulces
01/03/17, 07:37 pm
Los temblores transmiten un mensaje al grupo de abajo: urgencia.
La puerta pateada por Ain se abre y muestra una habitación pequeña y muy sencilla, un almacén. Un par de estanterías se alzan a izquierda y derecha, cubiertas de cajas de diversos tamaños hechas de cartón, madera y plástico. En la estantería de la izquierda se puede ver un alicate suelto en una de las baldas más bajas y un cuchillo y un hacha pequeña sobresalen de la balda superior. Frente a Ain hay una mesa de madera de madera de roble completamente vacía y un armario repleto de puertas y cajones. No hay puertas nuevas, el almacén tan solo da al pasillo.
La primera puerta a la que se enfrentan Rena y Adru queda a un par de golpes contundentes de ceder.
La segunda que placan, sin embargo, se abre con muy poco esfuerzo. Ante ambas aparecen una camilla, un botiquín vacío colgado de la pared y una silla de ruedas rota y oxidada. Al fondo, esta vez sí, una puerta nueva. Hay manchas de sangre seca por el suelo.
Aun quedan puertas por derribar y un gran tramo del pasillo sin explorar.
La puerta pateada por Ain se abre y muestra una habitación pequeña y muy sencilla, un almacén. Un par de estanterías se alzan a izquierda y derecha, cubiertas de cajas de diversos tamaños hechas de cartón, madera y plástico. En la estantería de la izquierda se puede ver un alicate suelto en una de las baldas más bajas y un cuchillo y un hacha pequeña sobresalen de la balda superior. Frente a Ain hay una mesa de madera de madera de roble completamente vacía y un armario repleto de puertas y cajones. No hay puertas nuevas, el almacén tan solo da al pasillo.
La primera puerta a la que se enfrentan Rena y Adru queda a un par de golpes contundentes de ceder.
La segunda que placan, sin embargo, se abre con muy poco esfuerzo. Ante ambas aparecen una camilla, un botiquín vacío colgado de la pared y una silla de ruedas rota y oxidada. Al fondo, esta vez sí, una puerta nueva. Hay manchas de sangre seca por el suelo.
Aun quedan puertas por derribar y un gran tramo del pasillo sin explorar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
02/03/17, 01:51 am
Iba a reñir a Adru por ponerse a dar empujones teniendo el brazo roto, pero lo cierto es que en ese momento toda la ayuda que pudieran tener era poca. Ain logró abrir una puerta, y la sinhadre y ella otra más. Al otro lado no había ninguna salida, solo trastos y una escena inquietante. ¿Era eso sangre? No tenían tiempo, los temblores se lo recordaban cada pocos minutos. Ain cogió el hacha que había encontrado en el pequeño almacén y la usó para abrir otra de las puertas, haciendo palanca en el marco. Zob consiguió hacer magia, acercándole un trapo congelado.
-Bien, cuando se derrita estará húmedo y podremos cubrirnos el hocico con él. Ahora le humo es soportable pero puede llegar a ponerse jodido. Si puedes hacer uno para cada uno sería genial- enganchó el trapo en la cinta del escudo para que se derritiera ahí.- ¡Adru, siguiente puerta!
Iba a ponerse a placar como antes, cuando se percató de que la sinhadre veía mejor que ellos sin necesidad de luz. Llo habían comentado en alguna comida << Si es que soyimbécil...>> Le propuso ir algo adelantada comprobando los picaportes antes de que Ain y Rena probasen a echarlas abajo, y de paso ver si al final del pasillo habñia algo parecido a una salida.
-Pero no te alejes mucho- advirtió.
-Bien, cuando se derrita estará húmedo y podremos cubrirnos el hocico con él. Ahora le humo es soportable pero puede llegar a ponerse jodido. Si puedes hacer uno para cada uno sería genial- enganchó el trapo en la cinta del escudo para que se derritiera ahí.- ¡Adru, siguiente puerta!
Iba a ponerse a placar como antes, cuando se percató de que la sinhadre veía mejor que ellos sin necesidad de luz. Llo habían comentado en alguna comida << Si es que soyimbécil...>> Le propuso ir algo adelantada comprobando los picaportes antes de que Ain y Rena probasen a echarlas abajo, y de paso ver si al final del pasillo habñia algo parecido a una salida.
-Pero no te alejes mucho- advirtió.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Casa de los Dulces
02/03/17, 02:05 am
La energía se le escapaba deprisa, más que por la herida por las náuseas de lo que acababa de pasar. Su alabarda había pasado a ser un bastón, con la hoja encajada al suelo para evitar caerse. No discutió las palabras de Pam y obedeció, aunque no es como si tuviera fuerzas para hacer lo contrario. Tampoco se percató de las miradas de Verael. Estaba más ocupado intentando decidir de qué tenía más ganas: llorar, desmayarse o vomitar. Desmayarse parecía la más agradable, y el cuerpo se le estaba entumeciendo de tanto tensar los músculos y temblar, con lo cual era más que tentador.
Aquel no era el primer cadáver que veía en Rocavarancolia, pero, ¿por qué le afectaba tanto? Estaban todos los huesos de la Cicatriz, el cuerpo en terrible estado de la cosechada con la que habían encontrado a Hiss, Mike y Guille, y sin embargo... no tenían ni punto de comparación con Drake. Le había visto vivo hasta hace nada. Habían vivido bajo el mismo techo. Por mucho que no le conociera, había presenciado su muerte en primer plano. Había visto su cadáver siendo arrastrado y no había podido hacer nada para evitarlo. Volver a pensar en ello le devolvió un escalofrío que le sacudió el pulso, y por ende su alabarda, cuyo filo rechinó contra el pavimento. No se quitaba la imagen de los tendones desgarrados del humano, uniendo malamente su cabeza al cuerpo. Aún así, e ignorando las lágrimas que de nuevo caían por sus mejillas, aguantó de pie.
—Gracias.—masculló finalmente, sin dirigirse a ninguno de los dos en concreto. De una forma u otra, el coreano se las apañó para seguir a Pelusa a la puerta interior y se apartó en caso de que Verael fuese a empujarla. Siendo honestos, tampoco es que desease estar en el ángulo de mira del nublino—. Después de esto... puedes irte, Verael.
Una apurada mirada de pena es lo único que acompaña a sus palabras. No buscaba sonar brusco al echarle. Al nublino fuera no le deparaba nada bueno, pero era bien sabido que si se quedaba empeorarían las cosas. Rox no le guardaba rencor por la herida (al menos no de momento), seguía sintiendo lástima por él, pero su presencia no era precisamente bienvenida. Por "su culpa" se habían llevado a Drake, del mismo modo que se podrían haber llevado a Pam o al propio coreano. Una parte de sí deseaba que su promesa fuera verdad; que no volvieran a saber nada de él una vez se marchase.
No pasó por alto la sacudida. Si el techo amenazaba con caerles encima estaban más que jodidos.
—Rápido. —su voz tembló—. ¡Rápido!
Aquel no era el primer cadáver que veía en Rocavarancolia, pero, ¿por qué le afectaba tanto? Estaban todos los huesos de la Cicatriz, el cuerpo en terrible estado de la cosechada con la que habían encontrado a Hiss, Mike y Guille, y sin embargo... no tenían ni punto de comparación con Drake. Le había visto vivo hasta hace nada. Habían vivido bajo el mismo techo. Por mucho que no le conociera, había presenciado su muerte en primer plano. Había visto su cadáver siendo arrastrado y no había podido hacer nada para evitarlo. Volver a pensar en ello le devolvió un escalofrío que le sacudió el pulso, y por ende su alabarda, cuyo filo rechinó contra el pavimento. No se quitaba la imagen de los tendones desgarrados del humano, uniendo malamente su cabeza al cuerpo. Aún así, e ignorando las lágrimas que de nuevo caían por sus mejillas, aguantó de pie.
—Gracias.—masculló finalmente, sin dirigirse a ninguno de los dos en concreto. De una forma u otra, el coreano se las apañó para seguir a Pelusa a la puerta interior y se apartó en caso de que Verael fuese a empujarla. Siendo honestos, tampoco es que desease estar en el ángulo de mira del nublino—. Después de esto... puedes irte, Verael.
Una apurada mirada de pena es lo único que acompaña a sus palabras. No buscaba sonar brusco al echarle. Al nublino fuera no le deparaba nada bueno, pero era bien sabido que si se quedaba empeorarían las cosas. Rox no le guardaba rencor por la herida (al menos no de momento), seguía sintiendo lástima por él, pero su presencia no era precisamente bienvenida. Por "su culpa" se habían llevado a Drake, del mismo modo que se podrían haber llevado a Pam o al propio coreano. Una parte de sí deseaba que su promesa fuera verdad; que no volvieran a saber nada de él una vez se marchase.
No pasó por alto la sacudida. Si el techo amenazaba con caerles encima estaban más que jodidos.
—Rápido. —su voz tembló—. ¡Rápido!
- DUDA:
Si Pam mide un metro y Rox mide poco más de metro setenta... cómo es que llega a su herida estando él de pie? x'DD
- ♪♫♬:
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Casa de los Dulces
03/03/17, 12:38 am
Adru se encontrará alguna puerta más y, al fondo del pasillo, varias celdas abiertas. La puerta que abre Rena da a una antigua despensa abandonada de la mano de dios. Sobre las baldas hay restos de fruta podrida y bricks de leche caducados.
La puerta que da a las escaleras es la que quedó a un par de toques, tras los primeros empujones de Rena y Adru. Los cosechados pueden ver cómo el humo se filtra por debajo.
Ain abre una puerta nueva, la cruza y desaparece en un pestañeo. No deja rastro de haber estado allí en ningún momento, la puerta queda abierta y muestra una habitación completamente vacía.
Arriba, Verael placa la puerta que da al interior de la casa y acto seguido se dobla y se lleva las manos a la barriga. El nublino no necesita mirar para saber que la herida se ha abierto, sin embargo será dificil no ver el desastre para los cosechados, ya que vuelve a sangrar. Verael jadea con el rostro compungido por el dolor y la rabia que siente por toda la situación. No obedecer a sus instintos empieza a ser una tortura, pero las palabras del cizaña aun resuenan en su cabeza y, de alguna manera, le convencen de que es lo mejor que puede hacer desde la ruina en la que ha caído.
La puerta que ha abierto el nublino da a una cocina rectangular con una gran mesa central y un montón de cachivaches y muebles qe cubren las paredes. Acaban de entrar por la puerta de servicio. Al fondo, un arco da a la entrada de la mansión, con una enorme escalinata céntrica que sube a la primera planta. Frente a ellos, al otro lado de la escalera, verán otro arco que da a una suerte de despacho. La entrada al sótano está mucho más escondida, tapada por los escalones desde la perspectiva de los cosechados.
El piso superior arde con viveza y los escombros bloquean el camino a la primera planta. El fuego desciende por las escaleras y continúa lamiendo cada palmo de madera a su paso.
La puerta que da a las escaleras es la que quedó a un par de toques, tras los primeros empujones de Rena y Adru. Los cosechados pueden ver cómo el humo se filtra por debajo.
Ain abre una puerta nueva, la cruza y desaparece en un pestañeo. No deja rastro de haber estado allí en ningún momento, la puerta queda abierta y muestra una habitación completamente vacía.
- - -
Arriba, Verael placa la puerta que da al interior de la casa y acto seguido se dobla y se lleva las manos a la barriga. El nublino no necesita mirar para saber que la herida se ha abierto, sin embargo será dificil no ver el desastre para los cosechados, ya que vuelve a sangrar. Verael jadea con el rostro compungido por el dolor y la rabia que siente por toda la situación. No obedecer a sus instintos empieza a ser una tortura, pero las palabras del cizaña aun resuenan en su cabeza y, de alguna manera, le convencen de que es lo mejor que puede hacer desde la ruina en la que ha caído.
La puerta que ha abierto el nublino da a una cocina rectangular con una gran mesa central y un montón de cachivaches y muebles qe cubren las paredes. Acaban de entrar por la puerta de servicio. Al fondo, un arco da a la entrada de la mansión, con una enorme escalinata céntrica que sube a la primera planta. Frente a ellos, al otro lado de la escalera, verán otro arco que da a una suerte de despacho. La entrada al sótano está mucho más escondida, tapada por los escalones desde la perspectiva de los cosechados.
El piso superior arde con viveza y los escombros bloquean el camino a la primera planta. El fuego desciende por las escaleras y continúa lamiendo cada palmo de madera a su paso.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Casa de los Dulces
04/03/17, 07:34 pm
Adru hubiese querido ocuparse del hacha, pero con el brazo roto sabía que era mejor que se encargase alguno de sus compañeros. Fue lo único útil que encontraron a la vista en aquellas habitaciones, pues tampoco podían detenerse a buscar demasiado. Por un instante albergó la esperanza de que en aquel botiquín hubiese medicinas que pudiesen ayudar a Rox, pero estaba completamente vacío. Le ofreció tela de su poncho a Zobriel para que la encantase y tuvo que dejar su brazo muerto colgando para poder sujetar el trozo que le devolvió con el hechizo de frío y ponérselo delante de la boca. Asintió enérgicamente a la propuesta de Rena, aunque también le hizo caso a su advertencia, para variar y no se alejó demasiado.
—No veo nada útil, ni una salida —dijo alzando la voz para hacerse oír mientras comprobaba aquellas celdas que se había encontrado—. ¿Y tú, Ain?
Había visto al humano entrar en una nueva estancia al darse la vuelta. Esperó unos segundos y no hubo respuesta.
>>¿Ain? —Llamó mientras se acercaba a aquel cuarto por el que había visto desaparecer a su amigo. Dentro no había nada en absoluto, y tampoco una nueva puerta—. Rena… ¿Zob? ¿No se había metido Ain aquí? —Preguntó, insegura de si se había equivocado de puerta.
Aunque no había ninguna más abierta cerca y estaba bastante segura de haber visto la chaqueta del humano moverse con los temblores en aquel umbral hacía escasos segundos. La edeel permaneció inmóvil observando la estancia inquietantemente vacía.
—No veo nada útil, ni una salida —dijo alzando la voz para hacerse oír mientras comprobaba aquellas celdas que se había encontrado—. ¿Y tú, Ain?
Había visto al humano entrar en una nueva estancia al darse la vuelta. Esperó unos segundos y no hubo respuesta.
>>¿Ain? —Llamó mientras se acercaba a aquel cuarto por el que había visto desaparecer a su amigo. Dentro no había nada en absoluto, y tampoco una nueva puerta—. Rena… ¿Zob? ¿No se había metido Ain aquí? —Preguntó, insegura de si se había equivocado de puerta.
Aunque no había ninguna más abierta cerca y estaba bastante segura de haber visto la chaqueta del humano moverse con los temblores en aquel umbral hacía escasos segundos. La edeel permaneció inmóvil observando la estancia inquietantemente vacía.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Casa de los Dulces
04/03/17, 09:04 pm
Incluso herido, la fuerza de Verael no era poca y abrir la puerta le fue relativamente fácil. No paso desapercibido para Pam aun así, el dolor mostrado en su rostro, como tampoco el nuevo reguero de sangre que empezó a abrirse paso por la sangre ya anteriormente coagulada. La herida que había empezado a sanar se le había abierto de nuevo.
-Siéntate y espera un poco a que se regenere- no fue un pedido exactamente, pero ya era cosa suya si le quería hacer caso o no. Pam se asomo por la puerta viendo el amplio espacio que se abría ante ella así como aquella escalinata y la preocupante visión de todo el piso superior envuelto en llamas que empezaban ir bajando lentamente, quemando los escalones a su paso. A ese paso incluso aquella acabaría envuelta en fuego. << Maldito escorpión desgraciado ¿así que ese era el susurro que andaba escuchando? >> aquello era preocupante, no podía subir al piso superior y no sabían si en es el lugar se encontraba sus compañeros y de estarlo las posibilidades de que siguieran todos vivos eran muy reducidas. Por no decir que eran de cero.
-Pidamos a la suerte porque los demás no estén arriba, tal vez estén encerrados también en este piso como nosotros- dijo Pam viendo al otro de su propia puerta otra puerta mas, también cerrada. ¿Cuantas posibilidades había de que estuvieran allí, paralizados o noqueados y por eso aun no habían podido salir por su cuenta al igual que ellos? Conociendo lo testarudas que eran Rena o Adru, pocas, pero era positivo que quedarse con la otra opción, con todos en el piso superior.
Pam se mordió el labio inferior mirando hacia el cuarto del que aun no salia, concretamente la puerta que daba de salida y que seguía cerrada. La asa estaba incendiándose y la única salida seguía cerrada a cal y canto. Aun no encontraban a a los demás era cierto, pero no sabían en que situación estarían cuando los encontraran...o cuanto aguantaría Verael sin atacarles, y la única vía de escape seguía cerrada para ellos. Necesitaban abrirla antes de el techo se les cayera encima o la salida acabara mas bloqueada aun.
-Rox, la puerta de salida...tenemos que ver si podemos abrirla porque vamos a tener que salir de aquí rápido...no creo que con todo el segundo piso incendiado el techo vaya a soportar mucho- dijo Pam, viendo al humano, hablando y pensando igual de rápido, preocupándose por la situación. Miró de reojo a Verael, era evidente que ese tipo no iba a poder un placaje a una puerta de nuevo en ese estado, así que tendrían que buscar otra forma de abrirse paso- Tu no puedes moverte mucho así que...revisa la puerta, a ver si encuentras alguna forma de abrirla o de echarla abajo sin que tengáis que lanzaros contra ella. Mejor ahorrar fuerzas por si tenemos que cargar a alguno de los demás...- dijo Pam hablando respectivamente a lo dos, lo que le faltaría era tener que ir arrastrando por toda la casa cuerpos que le doblaban el tamaño y le triplicaban el peso. Preferiría evitarlo lo máximo que pudiera porque si tuvieran que depender de su fuerza física, estaba todos muertos
-Yo...yo voy a ver si les encuentro, sino consigues nada ven también- añadió sabiendo que estaba arriesgándose mas de la cuenta, pero siendo la única totalmente sana no le quedaba otra, solo podía hacer aquello que estaba a su alcance << Ni que pudiera echar abajo una puerta por pura fuerza bruta...pero si hay otros metodos>> pensó Pam, mirando alrededor con desconfianza antes de poner un pie fuera de aquel cuarto y acercarse rápidamente al cuarto que se veía enfrente y que estaba abierto. Probablemente los demás no estaría allí porque era bastante visible, pero tal vez encontrase algo que le serviría para abrir la puerta de salida, si es que no estaba abierta.
Con ese pensamiento Pam cruzo todo el hall de la casa y cuando estaba apunto de adentrarse en el despacho algo mas atrajo su atención. Otra puerta, invisible desde la posición donde estaba antes, se encontraba detrás de las escaleras en llamas. << ¿Estarán ahí? >> pensó inquieta mirando el fuego de la segunda planta.
-Hay otra puerta cerrada aquí atrás- informo a los otros dos. Quería ir a ver pero decidido primero echar un vistazo en el despacho, con suerte encontrara algo que les fuera de ayudar para salvar a los demás, porque si esa puerta estaba tan atrancada como aquella por la que acababan de salir, dudada que Verael soportara otro placaje. << Y si eso pasa seguro el buen corazón de Rox dirá que lo carguemos o algo así y ni loca... no, aquí tiene que haber algo >> penso la mona del queso revisando el despacho.
-Siéntate y espera un poco a que se regenere- no fue un pedido exactamente, pero ya era cosa suya si le quería hacer caso o no. Pam se asomo por la puerta viendo el amplio espacio que se abría ante ella así como aquella escalinata y la preocupante visión de todo el piso superior envuelto en llamas que empezaban ir bajando lentamente, quemando los escalones a su paso. A ese paso incluso aquella acabaría envuelta en fuego. << Maldito escorpión desgraciado ¿así que ese era el susurro que andaba escuchando? >> aquello era preocupante, no podía subir al piso superior y no sabían si en es el lugar se encontraba sus compañeros y de estarlo las posibilidades de que siguieran todos vivos eran muy reducidas. Por no decir que eran de cero.
-Pidamos a la suerte porque los demás no estén arriba, tal vez estén encerrados también en este piso como nosotros- dijo Pam viendo al otro de su propia puerta otra puerta mas, también cerrada. ¿Cuantas posibilidades había de que estuvieran allí, paralizados o noqueados y por eso aun no habían podido salir por su cuenta al igual que ellos? Conociendo lo testarudas que eran Rena o Adru, pocas, pero era positivo que quedarse con la otra opción, con todos en el piso superior.
Pam se mordió el labio inferior mirando hacia el cuarto del que aun no salia, concretamente la puerta que daba de salida y que seguía cerrada. La asa estaba incendiándose y la única salida seguía cerrada a cal y canto. Aun no encontraban a a los demás era cierto, pero no sabían en que situación estarían cuando los encontraran...o cuanto aguantaría Verael sin atacarles, y la única vía de escape seguía cerrada para ellos. Necesitaban abrirla antes de el techo se les cayera encima o la salida acabara mas bloqueada aun.
-Rox, la puerta de salida...tenemos que ver si podemos abrirla porque vamos a tener que salir de aquí rápido...no creo que con todo el segundo piso incendiado el techo vaya a soportar mucho- dijo Pam, viendo al humano, hablando y pensando igual de rápido, preocupándose por la situación. Miró de reojo a Verael, era evidente que ese tipo no iba a poder un placaje a una puerta de nuevo en ese estado, así que tendrían que buscar otra forma de abrirse paso- Tu no puedes moverte mucho así que...revisa la puerta, a ver si encuentras alguna forma de abrirla o de echarla abajo sin que tengáis que lanzaros contra ella. Mejor ahorrar fuerzas por si tenemos que cargar a alguno de los demás...- dijo Pam hablando respectivamente a lo dos, lo que le faltaría era tener que ir arrastrando por toda la casa cuerpos que le doblaban el tamaño y le triplicaban el peso. Preferiría evitarlo lo máximo que pudiera porque si tuvieran que depender de su fuerza física, estaba todos muertos
-Yo...yo voy a ver si les encuentro, sino consigues nada ven también- añadió sabiendo que estaba arriesgándose mas de la cuenta, pero siendo la única totalmente sana no le quedaba otra, solo podía hacer aquello que estaba a su alcance << Ni que pudiera echar abajo una puerta por pura fuerza bruta...pero si hay otros metodos>> pensó Pam, mirando alrededor con desconfianza antes de poner un pie fuera de aquel cuarto y acercarse rápidamente al cuarto que se veía enfrente y que estaba abierto. Probablemente los demás no estaría allí porque era bastante visible, pero tal vez encontrase algo que le serviría para abrir la puerta de salida, si es que no estaba abierta.
Con ese pensamiento Pam cruzo todo el hall de la casa y cuando estaba apunto de adentrarse en el despacho algo mas atrajo su atención. Otra puerta, invisible desde la posición donde estaba antes, se encontraba detrás de las escaleras en llamas. << ¿Estarán ahí? >> pensó inquieta mirando el fuego de la segunda planta.
-Hay otra puerta cerrada aquí atrás- informo a los otros dos. Quería ir a ver pero decidido primero echar un vistazo en el despacho, con suerte encontrara algo que les fuera de ayudar para salvar a los demás, porque si esa puerta estaba tan atrancada como aquella por la que acababan de salir, dudada que Verael soportara otro placaje. << Y si eso pasa seguro el buen corazón de Rox dirá que lo carguemos o algo así y ni loca... no, aquí tiene que haber algo >> penso la mona del queso revisando el despacho.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
05/03/17, 05:08 pm
-¡Argh, ugh, qué asco!
Rena se tapó el hocico ante la comida podrida ¿Cuánto llevaría abandonado este sitio? Soltó algunas maldiciones más por lo bajo, estaba empezando a frustrarse, pero al desviar el haz de luz de su brazo y la cara para evitar la peste enfocó accidentalmente una de las puertas que no habían logrado abrir. El humo salía por el hueco de abajo ¿significaba eso que era la salida? Iba a comunicarlo, pero Adru les hizo una pregunta.
-¿Ain? Sí, le pedí que abriera...
La puerta estaba efectivamente abierta, pero no había señales de su compañero. Rena se acercó para echar un vistazo al interior de la habitación, iluminándola con la linterna, pero allí no hay nada. Ni siquiera trastos abandonados y basura como en las demás, estaba completamente vacía. Entró para asegurarse de que no se había dejado nada, palpando las paredes desnudas por si había puertas ocultas o vete túa saber qué.
-¡Ain! ¡No tiene gracia, ¿dónde cojones estás?
Aparte de enfado en su voz había miedo. No podían perder a uno, no ahora. Tenían que salir, tenían que encontrar a los demás. Llamó varias veces, subiendo el volumen con cada una.
Rena se tapó el hocico ante la comida podrida ¿Cuánto llevaría abandonado este sitio? Soltó algunas maldiciones más por lo bajo, estaba empezando a frustrarse, pero al desviar el haz de luz de su brazo y la cara para evitar la peste enfocó accidentalmente una de las puertas que no habían logrado abrir. El humo salía por el hueco de abajo ¿significaba eso que era la salida? Iba a comunicarlo, pero Adru les hizo una pregunta.
-¿Ain? Sí, le pedí que abriera...
La puerta estaba efectivamente abierta, pero no había señales de su compañero. Rena se acercó para echar un vistazo al interior de la habitación, iluminándola con la linterna, pero allí no hay nada. Ni siquiera trastos abandonados y basura como en las demás, estaba completamente vacía. Entró para asegurarse de que no se había dejado nada, palpando las paredes desnudas por si había puertas ocultas o vete túa saber qué.
-¡Ain! ¡No tiene gracia, ¿dónde cojones estás?
Aparte de enfado en su voz había miedo. No podían perder a uno, no ahora. Tenían que salir, tenían que encontrar a los demás. Llamó varias veces, subiendo el volumen con cada una.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Casa de los Dulces
06/03/17, 03:29 pm
¡Era útil! Zob no podría tumbar una puerta pero si podía hacer otras cosas. Asintió con la cabeza en silencio a las palabras de su amiga mientras Rena usaba la tela que le paso y tomo lo que la capitana le daba para ponerse con eso. Un poco mas de esfuerzo le brindo varios trozos de tela. No estaba consciente aun del desgaste mágico que podía producirle pero se puso a trabajar rápidamente.
Alrededor la casa crepitaba y se sacudían algunos escombros por lo que sus amigos hacían. Cuando había terminado con el segundo pedazo de tela volteó extrañado ante las palabras de Adru. ¿Que Ain que?
— Claro... Estaba allí.. -llego a decir con recelo en la voz. Si había una salida Ain no los habría abandonado y salido por su cuenta. No era capaz...- ¿Que quieres decir? - Se levanto trastabillando un poco por lo que el pensó era estrés y presión del momento. Se apoyo en lo que pudo, si tiendo la suciedad y el humo mas que antes, y se acerco a la puerta después de que la irrense empezó a buscar y gritar.
Eso no estaba bien. Nada bien. ¿Le había pasado algo a Ain ? Seguía habiendo trampas como en la casa de nieve esa. Solo que esta vez irónicamente estaban en una casa de fuego que parecía haberse tragado a Ain. - Te-tenemos que salir. Tenemos que irnos...al menos tenemos que buscar la salida y podremos volver por el... - Dijo el nublino con amargura dentro de el. No quería dejar a su amigo en ese sitio ,pero si no salían, ninguno podría regresar a buscarlo. - ¡Rena, Adru ! Tenemos que salir rápido ... - les grito mientras regresaba por las prendas congeladas. No podía ser. Su compañero no había hecho nada y ahora solo no estaba. No era como lo de Verael. Zobriel ya no entendía que diablos pasaba allí. ¿Acaso el castigo de los dioses continuaba ? Regresó cerca del umbral de aquella maldita habitación y le tendió un trapo a la sinhadre para que se pusieran en marcha. No sabia por donde irían pero quedarse allí mas tiempo no era una opción.
Alrededor la casa crepitaba y se sacudían algunos escombros por lo que sus amigos hacían. Cuando había terminado con el segundo pedazo de tela volteó extrañado ante las palabras de Adru. ¿Que Ain que?
— Claro... Estaba allí.. -llego a decir con recelo en la voz. Si había una salida Ain no los habría abandonado y salido por su cuenta. No era capaz...- ¿Que quieres decir? - Se levanto trastabillando un poco por lo que el pensó era estrés y presión del momento. Se apoyo en lo que pudo, si tiendo la suciedad y el humo mas que antes, y se acerco a la puerta después de que la irrense empezó a buscar y gritar.
Eso no estaba bien. Nada bien. ¿Le había pasado algo a Ain ? Seguía habiendo trampas como en la casa de nieve esa. Solo que esta vez irónicamente estaban en una casa de fuego que parecía haberse tragado a Ain. - Te-tenemos que salir. Tenemos que irnos...al menos tenemos que buscar la salida y podremos volver por el... - Dijo el nublino con amargura dentro de el. No quería dejar a su amigo en ese sitio ,pero si no salían, ninguno podría regresar a buscarlo. - ¡Rena, Adru ! Tenemos que salir rápido ... - les grito mientras regresaba por las prendas congeladas. No podía ser. Su compañero no había hecho nada y ahora solo no estaba. No era como lo de Verael. Zobriel ya no entendía que diablos pasaba allí. ¿Acaso el castigo de los dioses continuaba ? Regresó cerca del umbral de aquella maldita habitación y le tendió un trapo a la sinhadre para que se pusieran en marcha. No sabia por donde irían pero quedarse allí mas tiempo no era una opción.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Casa de los Dulces
08/03/17, 12:47 am
Al coreano no se le podía remover más el estómago. Había alcanzado tal punto que, volver a ver sangrar a Verael no pudo afectarle más. Su reacción se limitó en apartar la mirada, emitir un suspiro y una mueca de dolor empático. No podía estar más de acuerdo con la mona del queso, si el nublino seguía dando tales placajes terminaría hecho un despropósito. La puerta daba a una cocina llena de trastos, los cuales prefirió ni tocar. La velocidad en sus pasos era bastante torpe, así que atrasarse buscando cosas cuando tenían compañeros desaparecidos no era una opción. La imagen del fuego en la segunda planta, por su lado, le incentivó a ponerse las pilas de verdad.
— Mierda. —murmuró, tras quedarse momentáneamente paralizado. Instantes después, la adrenalina le aceleró el corazón. Asintió a Pelusa, deseando que estuviese en lo cierto—. Sí. T-Tienen que estar aquí.
Sin embargo, los pensamientos positivos le estaban abandonando con una velocidad vertiginosa. La segunda propuesta de Pam le hizo arrugar la nariz mientras otro nudo se le formaba en la garganta. No quería quedarse a solas con Verael. Que sintiera compasión y lástima por él no significaba que fuera idiota: ya le había mordido estando en mejor juicio, ahora que estaba agotado y posiblemente, más agresivo, el coreano no iba a tentar a la suerte, así fuera algo tan simple como verificar una puerta a escasos metros de la mona del queso.
Se mordió la lengua y perdió la mirada en el fuego al darse cuenta de lo desconfiado que estaba siendo. Les estaba ayudando después de todo, él mismo le había suplicado por ello, mas le era inevitable tener aquel choque de pensamientos. Quería tener fe en el nublino, pero las escasas posibilidades que tenía de defenderse le instaban a lo contrario.
Miró a Verael por el rabillo del ojo. Si realmente quería atacarles, pensó Rox, podría haberlo hecho antes. Apretó los dientes, el mango de su alabarda y dio media vuelta, dispuesto a revisar la salida. El crepitar del fuego le obligaba a moverse lo más deprisa posible. Para colmo, el dolor en su hombro había pasado a ser sordo.
Fue un grito distante el que le hizo pararse en seco; lo que parecía la voz de Rena. Abrió los ojos como platos antes de olvidar por completo su tarea y volver sobre sus pasos, acercándose a su compañera.
—Pelusa, ¿has escuchado eso? —dijo agitado, casi sin hacer pausas entre palabra y palabra. Otro grito le hizo girar la cabeza en busca de su procedencia. Esperó un tercero a la entrada del despacho, clavando la vista en la puerta antes mencionada por Pam en lo que este llegó a sus oídos. No entendía lo que decía, pero eso daba igual ahora—. Ahí. Creo que es ahí. Es Rena.
Se apresuró en ir hasta la puerta, dispuesto a embestirla si era necesario. Para suerte suya, el pomo cedió con normalidad. Les convenía confirmar previamente que estuvieran allí, ya que más allá la estructura parecía descender a un sótano y no había tiempo que perder de ser la sala errónea.
—¿Rena? ¡Zobriel, Adru! —gritó, llevándose ambas a la boca a modo de altavoz.
— Mierda. —murmuró, tras quedarse momentáneamente paralizado. Instantes después, la adrenalina le aceleró el corazón. Asintió a Pelusa, deseando que estuviese en lo cierto—. Sí. T-Tienen que estar aquí.
Sin embargo, los pensamientos positivos le estaban abandonando con una velocidad vertiginosa. La segunda propuesta de Pam le hizo arrugar la nariz mientras otro nudo se le formaba en la garganta. No quería quedarse a solas con Verael. Que sintiera compasión y lástima por él no significaba que fuera idiota: ya le había mordido estando en mejor juicio, ahora que estaba agotado y posiblemente, más agresivo, el coreano no iba a tentar a la suerte, así fuera algo tan simple como verificar una puerta a escasos metros de la mona del queso.
Se mordió la lengua y perdió la mirada en el fuego al darse cuenta de lo desconfiado que estaba siendo. Les estaba ayudando después de todo, él mismo le había suplicado por ello, mas le era inevitable tener aquel choque de pensamientos. Quería tener fe en el nublino, pero las escasas posibilidades que tenía de defenderse le instaban a lo contrario.
Miró a Verael por el rabillo del ojo. Si realmente quería atacarles, pensó Rox, podría haberlo hecho antes. Apretó los dientes, el mango de su alabarda y dio media vuelta, dispuesto a revisar la salida. El crepitar del fuego le obligaba a moverse lo más deprisa posible. Para colmo, el dolor en su hombro había pasado a ser sordo.
Fue un grito distante el que le hizo pararse en seco; lo que parecía la voz de Rena. Abrió los ojos como platos antes de olvidar por completo su tarea y volver sobre sus pasos, acercándose a su compañera.
—Pelusa, ¿has escuchado eso? —dijo agitado, casi sin hacer pausas entre palabra y palabra. Otro grito le hizo girar la cabeza en busca de su procedencia. Esperó un tercero a la entrada del despacho, clavando la vista en la puerta antes mencionada por Pam en lo que este llegó a sus oídos. No entendía lo que decía, pero eso daba igual ahora—. Ahí. Creo que es ahí. Es Rena.
Se apresuró en ir hasta la puerta, dispuesto a embestirla si era necesario. Para suerte suya, el pomo cedió con normalidad. Les convenía confirmar previamente que estuvieran allí, ya que más allá la estructura parecía descender a un sótano y no había tiempo que perder de ser la sala errónea.
—¿Rena? ¡Zobriel, Adru! —gritó, llevándose ambas a la boca a modo de altavoz.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Casa de los Dulces
08/03/17, 08:37 pm
La edeel permaneció inmóvil cuando Rena pasó a su lado para inspeccionar el cuarto. Aquella situación sí era una auténtica pesadilla, y por eso no podía evitar que constantemente acudiesen a su cabeza las horribles imágenes que habían invadido su sueño aquella noche. Reaccionó al cabo de unos segundos cuando sus amigos se pusieron a llamar a Ain a gritos, y simplemente hizo lo mismo, alzando la voz todo lo que podía. Ain tenía que estar allí, ¿verdad? La gente no podía simplemente desaparecer. A menos que…
<<¿Y si Ain cayó en otra trampa?>>. El pensamiento la aterrorizaba. Por primera vez estaba sintiendo auténtico pánico: ya había un amigo y herido y ahora cabía la posibilidad de que le hubiese pasado algo a otro. Resultaba demasiado para asimilar de golpe y por ello no se podía permitir darle vueltas al asunto. Ain tenía que estar allí y lo iban a encontrar.
El sonido de una puerta en la distancia le hizo girarse hacia donde creía que venía y correr a trompicones, con el brazo colgando.
—¿Dónde estabas, Ain? ¡Estábamos…! —Se detuvo en seco ante la puerta, sorprendida por escuchar la voz de alguien que no esperaba. Su expresión mostró alegría, no bstante—. ¡Sois vosotros! Ahora solo tenemos que encontrar a Ain e irnos de aquí…
La sinhadre forcejeó con la puerta, pero esta no parecía querer ceder. Estaba nerviosa y su brazo dolía, por lo ni siquiera intentó echarla abajo enseguida como hubiera hecho en cualquier otro momento.
>>¿Te encuentras bien, Rox? Ya sé, echamos esta puerta abajo y después deberíais volver con Rox al torreón para curarle y yo me quedo buscando a Ain… Sí —asintió decidida.
La edeel no podía dejar de parlotear, tratando de ignorar el dolor y cómo se sentía. Ello no significaba que su propuesta no fuese seria.
<<¿Y si Ain cayó en otra trampa?>>. El pensamiento la aterrorizaba. Por primera vez estaba sintiendo auténtico pánico: ya había un amigo y herido y ahora cabía la posibilidad de que le hubiese pasado algo a otro. Resultaba demasiado para asimilar de golpe y por ello no se podía permitir darle vueltas al asunto. Ain tenía que estar allí y lo iban a encontrar.
El sonido de una puerta en la distancia le hizo girarse hacia donde creía que venía y correr a trompicones, con el brazo colgando.
—¿Dónde estabas, Ain? ¡Estábamos…! —Se detuvo en seco ante la puerta, sorprendida por escuchar la voz de alguien que no esperaba. Su expresión mostró alegría, no bstante—. ¡Sois vosotros! Ahora solo tenemos que encontrar a Ain e irnos de aquí…
La sinhadre forcejeó con la puerta, pero esta no parecía querer ceder. Estaba nerviosa y su brazo dolía, por lo ni siquiera intentó echarla abajo enseguida como hubiera hecho en cualquier otro momento.
>>¿Te encuentras bien, Rox? Ya sé, echamos esta puerta abajo y después deberíais volver con Rox al torreón para curarle y yo me quedo buscando a Ain… Sí —asintió decidida.
La edeel no podía dejar de parlotear, tratando de ignorar el dolor y cómo se sentía. Ello no significaba que su propuesta no fuese seria.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Casa de los Dulces
08/03/17, 10:25 pm
El humo, el calor y el dolor horrible que aun le recorre el cuerpo provocan que la consciencia de Verael se tambalee. El nublino siente que se está muriendo de varias cosas a la vez: le falta el aire, le falta sangre y le falta parte de su humanidad. Pierde el equilibrio durante un instante, en el cual cree que se va a marear, pero el trasgo arruinado logra aferrarse a la realidad de nuevo. Verael aprieta la mandíbula con tanta fuerza que la piel sobrante cuelga flácida de sus mejillas y uno de sus nuevos colmillos se parte y se cae por el agujero.
—Apartad —urge a Rox y a Pam, antes de adelantarlas. Si no lo logran a tiempo, él mismo las empuja a un lado.
El humo ayuda, pero el olor apetitoso que desprenden aún le llega a la nariz y le hace salivar. Verael traiciona a sus instintos y, en lugar de abalanzarse sobre la mona o la humana para saciar un hambre enfermizo, agarra el pomo y tira con toda la fuerza que aún le queda en el cuerpo. Incluso al semitrasgo le cuesta un par de intentos, pero finalmente cede. La puerta se abre de tal manera que se desencaja de los goznes y los letarguinos de abajo pueden ver cómo el nublino se desploma contra los escalones.
Lo único que le queda a Verael en ese momento es la fe. Fe en sus dioses, en que tal vez alguno de los que está salvando ahora logre llegar allí donde él no ha podido; pero sobre todo, fe en que está maltratando tanto su propio cuerpo que no tardará en morir. Y no se equivoca: la regeneración no trabaja lo suficientemente rápido en él.
---
Abajo, Ain se despierta desorientado en una de las celdas que había al fondo. Mira a un lado y a otro y se levanta. Tarda varios segundos en reconocer el sitio y unos pocos más en darse cuenta de que la puerta está cerrada.
—¿Chicos? —tose. La voz le tiembla y el muchacho siente que le falta el aire. Aspira con fuerza para gritar—. ¡CHICOS!
---
Escasos segundos después de que Verael abra la puerta y de que Ain les llame, el techo del pasillo comienza a derrumbarse y los escombros en llamas se amontonan entre ellos y el letarguino encarcelado. Pueden oírle, pero no pueden llegar hasta él.
—Apartad —urge a Rox y a Pam, antes de adelantarlas. Si no lo logran a tiempo, él mismo las empuja a un lado.
El humo ayuda, pero el olor apetitoso que desprenden aún le llega a la nariz y le hace salivar. Verael traiciona a sus instintos y, en lugar de abalanzarse sobre la mona o la humana para saciar un hambre enfermizo, agarra el pomo y tira con toda la fuerza que aún le queda en el cuerpo. Incluso al semitrasgo le cuesta un par de intentos, pero finalmente cede. La puerta se abre de tal manera que se desencaja de los goznes y los letarguinos de abajo pueden ver cómo el nublino se desploma contra los escalones.
Lo único que le queda a Verael en ese momento es la fe. Fe en sus dioses, en que tal vez alguno de los que está salvando ahora logre llegar allí donde él no ha podido; pero sobre todo, fe en que está maltratando tanto su propio cuerpo que no tardará en morir. Y no se equivoca: la regeneración no trabaja lo suficientemente rápido en él.
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Abajo, Ain se despierta desorientado en una de las celdas que había al fondo. Mira a un lado y a otro y se levanta. Tarda varios segundos en reconocer el sitio y unos pocos más en darse cuenta de que la puerta está cerrada.
—¿Chicos? —tose. La voz le tiembla y el muchacho siente que le falta el aire. Aspira con fuerza para gritar—. ¡CHICOS!
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Escasos segundos después de que Verael abra la puerta y de que Ain les llame, el techo del pasillo comienza a derrumbarse y los escombros en llamas se amontonan entre ellos y el letarguino encarcelado. Pueden oírle, pero no pueden llegar hasta él.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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