Casa de Gar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Casa de Gar
25/08/13, 08:59 pm
Lo que antes fue la casa Garoni, ahora es solo un enorme edificio abandonado, aunque en mucho mejor estado que las demás ruinas de la ciudad. Su interior fue rápidamente ocupado por mercenarios como sede y lugar de encuentro para sus negocios, pero también por traficantes de esclavos, comerciantes varios, conspiradores y criaturas sin techo, que preferían la planta baja del local a los montones de escombros que eran las casas de la ciudad.
Cinco plantas sin demasiadas divisiones y sin contar los sótanos, construido en piedra y con grandes ventanales. Alguien destrozó el cartel de la fachada por lo que no se puede leer el nombre entero.
Cinco plantas sin demasiadas divisiones y sin contar los sótanos, construido en piedra y con grandes ventanales. Alguien destrozó el cartel de la fachada por lo que no se puede leer el nombre entero.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
26/03/14, 10:37 am
Muy a su pesar, Yoel había acabado agarrándose de la manga de Zmey. El piromante contenía la risa, observando por el rabillo del ojo como su ''secretario'' se sobresaltaba y se encogía ante la visión de los monstruos decrépitos y mercenarios del edificio. También los esclavos, de miradas idas y tristes.
-¿A qué hemos venido, otra vez?- preguntó Yoel, temeroso. Se veía a sí mismo subastado por puro capricho del piromante.
-Quiero hacerte un regalo- dijo Zmey
No hubo más intercambio de palabras. La aburrida rutina a la que ambos se habían habituado, de silencios incómodos y poca o nula atención al otro salvo cuando era necesario, se había roto con una idea de Zmey. Había sacado a Yoel de la cama y lo había arrastrado a una parte nada bonita de la ciudad, incluso en términos de Rocavarancolia. Aunque Zmey parecía de buen humor, una sombra oscura lo rodeaba, como si algo torturase su mente.
Entraron en uno de los cubículos, y el piromante barrió la estancia con los ojos.
-Busco a alguien llamado Quemaduras. ¿Está por aquí?
-¿A qué hemos venido, otra vez?- preguntó Yoel, temeroso. Se veía a sí mismo subastado por puro capricho del piromante.
-Quiero hacerte un regalo- dijo Zmey
No hubo más intercambio de palabras. La aburrida rutina a la que ambos se habían habituado, de silencios incómodos y poca o nula atención al otro salvo cuando era necesario, se había roto con una idea de Zmey. Había sacado a Yoel de la cama y lo había arrastrado a una parte nada bonita de la ciudad, incluso en términos de Rocavarancolia. Aunque Zmey parecía de buen humor, una sombra oscura lo rodeaba, como si algo torturase su mente.
Entraron en uno de los cubículos, y el piromante barrió la estancia con los ojos.
-Busco a alguien llamado Quemaduras. ¿Está por aquí?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Casa de Gar
26/03/14, 11:31 am
La habitación en la que se había instalado Quemaduras tenía las paredes cubiertas de papeles con muchos de sus diseños. El suelo estaba lleno de cenizas y había huellas diminutas salpicando las paredes, fruto de algún que otro descontrol. En el centro había una camilla destartalada de dimensiones humanas con una mesilla justo al lado con varios cajones. Quemaduras se encontraba en el suelo, escondido tras esta última. Escaló el mueble de un par de saltos de pomo a pomo y se subió a lo alto.
—Buenos días, muchachos —saludó con cortesía mal aprendida, agitando sus dos brazos izquierdos en el aire. Aquel par de humanos habían venido en un momento perfecto. Quemaduras se había recuperado hace poco de un bloqueo artístico y su humor era radiante desde entonces—. Creo que la habitación habla por mí, soy Quemaduras —esbozó una sonrisa y las aristas de sus ojos refulgieron brevemente, el demonio estaba encendido por el entusiasmo de un nuevo trabajillo—. ¿Qué os trae por aquí? Imagino que no habréis venido de excursión, no hay nada agradable que ver por esta zona —<<A parte de mí y mis diseños>> pensó mientras hacía suposiciones acerca de aquellos dos potenciales clientes.
—Buenos días, muchachos —saludó con cortesía mal aprendida, agitando sus dos brazos izquierdos en el aire. Aquel par de humanos habían venido en un momento perfecto. Quemaduras se había recuperado hace poco de un bloqueo artístico y su humor era radiante desde entonces—. Creo que la habitación habla por mí, soy Quemaduras —esbozó una sonrisa y las aristas de sus ojos refulgieron brevemente, el demonio estaba encendido por el entusiasmo de un nuevo trabajillo—. ¿Qué os trae por aquí? Imagino que no habréis venido de excursión, no hay nada agradable que ver por esta zona —<<A parte de mí y mis diseños>> pensó mientras hacía suposiciones acerca de aquellos dos potenciales clientes.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
26/03/14, 08:06 pm
Zmey frunció ligeramente el ceño al ver a un repoblador, pero le habían dado buenas referencias y tenía que aceptar que Tap no era un ejemplo de todo su mundo. Rápidamente cambió a una sonrisa cordial, que se ensanchó cuando captó el miedo de Yoel, que ya se estaba oliendo a qué lo había traído.
-Soy Zmey Sardaur- se presentó- Ando un poco ocupado ultimamente y mi... er... secretario no es un bendecido por la Luna, por lo que quería buscarle alguna forma de que la ciudad no lo mate en cuanto lo deje solo- se aproximó a las paredes para curiosear los diseños, conocía muchas de las runas, pero había otras tantas que no había visto nunca.- Tengo algunos conocimientos sobre runas, pero no creo que sean suficientes para lo que quiero... Me hablaron de ti, y tu método me resultó interesante- miró al repoblador, y sus ojos brillaron momentáneamente con complicidad y una chispa de malicia.
-Espera...- interrumpió Yoel- ¿Vas a tatuarme? Pero los tatuajes no son como... ¿permanentes?
-Sí, así no tengo que estar repintándote las runas cada vez que te lavas.Es más fácil si solo tengo que recargarlas cada cierto tiempo...- explicó Zmey, y se apoyó en una esquina, volviendo su atención a Quemaduras- ¿Qué me ofreces?
-Soy Zmey Sardaur- se presentó- Ando un poco ocupado ultimamente y mi... er... secretario no es un bendecido por la Luna, por lo que quería buscarle alguna forma de que la ciudad no lo mate en cuanto lo deje solo- se aproximó a las paredes para curiosear los diseños, conocía muchas de las runas, pero había otras tantas que no había visto nunca.- Tengo algunos conocimientos sobre runas, pero no creo que sean suficientes para lo que quiero... Me hablaron de ti, y tu método me resultó interesante- miró al repoblador, y sus ojos brillaron momentáneamente con complicidad y una chispa de malicia.
-Espera...- interrumpió Yoel- ¿Vas a tatuarme? Pero los tatuajes no son como... ¿permanentes?
-Sí, así no tengo que estar repintándote las runas cada vez que te lavas.Es más fácil si solo tengo que recargarlas cada cierto tiempo...- explicó Zmey, y se apoyó en una esquina, volviendo su atención a Quemaduras- ¿Qué me ofreces?
- YberGM
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● Giz.
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Re: Casa de Gar
26/03/14, 10:09 pm
—Ajaaam —Quemaduras asintió ante la explicación del muchacho. No era el primero que le venía con gente sin bendecir y eso reducía secretario o bien a esclavo a secas, o bien a esclavo sexual. El repoblador optaba más por lo segundo, por eso de que eran solo dos jovenes, pero no le sorprendería si fuera lo contrario; o cualquier otra cosa. Sin embargo, lo cierto era que al demonio de fuego aquel detalle le repampinflaba. Había marcado ganado para trasgos y, a estas alturas de su estancia en la ciudad, todos estos negocios truculentos se le hacían tan naturales como pasear a un perro. La pega era que seguía siendo demasiado cotilla.
La pregunta del muchacho le hizo sonreír, enseñando una hilera de dientes negros.<<Llevan poco tiempo aquí>> pensó entrañablemente.
—Antes preguntaste por mí, así que imagino que ya sabes lo que ofrezco—su gesto pasó a uno más serio. El que siempre utilizaba para sus clientes—. La verdadera pregunta es qué me ofreces tú—se colgó del borde de la mesilla y dio un golpazo a una marca negra, de madera quemada. La presión activó una runa que empujó el cajón superior de la mesa hacia fuera. Saltó dentro y agarró un papel—. Esas son las diferentes tarifas que hay. El precio depende de dos cosas básicas: la dificultad del circuito rúnico y si quieres o no que adorne las runas para que el dibujo quede ligeramente más camuflado— Quemaduras saltó de nuevo a lo alto de la mesa y continuó hablando—. Como no sé quién te ha hablado de mí, te permito que compruebes por ti mismo que no encontrarás a nadie con el pulso más firme ni con el un trazo más limpio y preciso que yo. ¿Ves esa carpeta de ahí?—señaló el objeto nombrado, dentro del cajón que había quedado abierto—. Ábrela y comprueba que dejas a tu secretario en buenas manos.
En la carpeta había una serie de folios organizados: runas sueltas, circuitos complejos, marcos para runas y circuitos, diseños más y menos realistas, tribales, arabesques... Algunos papeles tenían marcas en la esquina inferior izquierda, para hacer saber a sus clientes que el diseño ya había sido utilizado. Conforme Yrio pasara páginas, Quemaduras le informaría del dueño de cada tatuaje marcado.
—Si le pones a tu amiguito ese de ahí en un sitio visible, tendrá a una horda de drogatas detrás de él en cuanto salga. Es la seña de identidad de un grupo de traficantes de la casa—comentó de forma puntual— ¿Y bien, jovencito?
La pregunta del muchacho le hizo sonreír, enseñando una hilera de dientes negros.<<Llevan poco tiempo aquí>> pensó entrañablemente.
—Antes preguntaste por mí, así que imagino que ya sabes lo que ofrezco—su gesto pasó a uno más serio. El que siempre utilizaba para sus clientes—. La verdadera pregunta es qué me ofreces tú—se colgó del borde de la mesilla y dio un golpazo a una marca negra, de madera quemada. La presión activó una runa que empujó el cajón superior de la mesa hacia fuera. Saltó dentro y agarró un papel—. Esas son las diferentes tarifas que hay. El precio depende de dos cosas básicas: la dificultad del circuito rúnico y si quieres o no que adorne las runas para que el dibujo quede ligeramente más camuflado— Quemaduras saltó de nuevo a lo alto de la mesa y continuó hablando—. Como no sé quién te ha hablado de mí, te permito que compruebes por ti mismo que no encontrarás a nadie con el pulso más firme ni con el un trazo más limpio y preciso que yo. ¿Ves esa carpeta de ahí?—señaló el objeto nombrado, dentro del cajón que había quedado abierto—. Ábrela y comprueba que dejas a tu secretario en buenas manos.
En la carpeta había una serie de folios organizados: runas sueltas, circuitos complejos, marcos para runas y circuitos, diseños más y menos realistas, tribales, arabesques... Algunos papeles tenían marcas en la esquina inferior izquierda, para hacer saber a sus clientes que el diseño ya había sido utilizado. Conforme Yrio pasara páginas, Quemaduras le informaría del dueño de cada tatuaje marcado.
—Si le pones a tu amiguito ese de ahí en un sitio visible, tendrá a una horda de drogatas detrás de él en cuanto salga. Es la seña de identidad de un grupo de traficantes de la casa—comentó de forma puntual— ¿Y bien, jovencito?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
27/03/14, 04:51 pm
Zmey tomó el papel con las tarifas y la carpeta de los diseños. Haciendo recuento mental de cuánto dinero tenía, seleccionó las protecciones que le interesaban. Algo no demasiado enrevesado, pero que fuese práctico. También fue mirando los posibles diseños. Ya que iba a gastarse dinero en que otro lo hiciera, al menos que quedase aparente.
-Creo... ¿podríamos distribuir estas runas aquí?
Le fue enseñando dibujos a Quemaduras, explicándole su idea y acordando ambos cuanto podría costar, cuánto podría tardar. Al final quedó un diseño minimalista, con runas distribuidas por la parte superior de la espalda, hombros y brazos, enmarcadas en finas figuras geométricas y unidas por líneas rectas que a veces se ramificaban como venas. Era discreto, y en opinión de Zmey, era bonito. Yoel miró el dibujo temeroso, pero no debió parecerle muy horrible pues no abrió la boca.
-Esto sería- dijo Zmey, poniendo una bolsa de cuero llena de monedas sobre la mesa- Cuéntalo y si te parece bien, podemos empezar.
-Creo... ¿podríamos distribuir estas runas aquí?
Le fue enseñando dibujos a Quemaduras, explicándole su idea y acordando ambos cuanto podría costar, cuánto podría tardar. Al final quedó un diseño minimalista, con runas distribuidas por la parte superior de la espalda, hombros y brazos, enmarcadas en finas figuras geométricas y unidas por líneas rectas que a veces se ramificaban como venas. Era discreto, y en opinión de Zmey, era bonito. Yoel miró el dibujo temeroso, pero no debió parecerle muy horrible pues no abrió la boca.
-Esto sería- dijo Zmey, poniendo una bolsa de cuero llena de monedas sobre la mesa- Cuéntalo y si te parece bien, podemos empezar.
- YberGM
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● Giz.
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Re: Casa de Gar
27/03/14, 09:54 pm
—Buen gusto, Zmey Sardaur —le concedió Quemaduras al chico, tras ver su elección—. Te va a quedar la espalda que ni pintada...—añadió al otro muchacho con un cierto orgullo y un deje divertido. Le gustaba pensar que la gente que entraba a tatuarse salía de su habitación como una obra de arte con patas, su ego se lo permitía—. Por cierto, ¿tienes nombre o asumo que eres Secretario para todos?
Cuando cayó la bolsa sobre la mesa, el repoblador realizó un hechizo para comprobar que el peso de la bolsa se correspondía con el de lo que había pedido y asintió enérgicamente.
—¡Perfecto, amigo!—esbozó su mejor expresión tranquilizadora al secretario y luego se giró a Zmey con la pregunta peliaguda de todos los días—¿Planeas usar en él algún hechizo anestesiante o le busco un trapo para que se deje los dientes en él?
Cuando cayó la bolsa sobre la mesa, el repoblador realizó un hechizo para comprobar que el peso de la bolsa se correspondía con el de lo que había pedido y asintió enérgicamente.
—¡Perfecto, amigo!—esbozó su mejor expresión tranquilizadora al secretario y luego se giró a Zmey con la pregunta peliaguda de todos los días—¿Planeas usar en él algún hechizo anestesiante o le busco un trapo para que se deje los dientes en él?
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
28/03/14, 01:13 am
-Soy Yoel. -se presentó con un hilo de voz.
La última pregunta del demonio le hizo ponerse blanco. Por su parte, Zmey tenía una sonrisa perversa.
-Mejor trae el trapo...
Yoel fue a salir de la sala, pero Zmey le puso una mano en el hombro y en cuanto notó el calor en su piel, supo que lo mejor sería aguantar. Sería un dolor soportable, supuso. O más bien rezó para que lo fuera.
El piromante disimuló una risilla cuando Yoel se tumbó donde le mandaron, y sin que pudiese oírle murmuró un hechizo anestesiante, del que no se percataría hasta que Quemaduras le empezase a tatuar.
La última pregunta del demonio le hizo ponerse blanco. Por su parte, Zmey tenía una sonrisa perversa.
-Mejor trae el trapo...
Yoel fue a salir de la sala, pero Zmey le puso una mano en el hombro y en cuanto notó el calor en su piel, supo que lo mejor sería aguantar. Sería un dolor soportable, supuso. O más bien rezó para que lo fuera.
El piromante disimuló una risilla cuando Yoel se tumbó donde le mandaron, y sin que pudiese oírle murmuró un hechizo anestesiante, del que no se percataría hasta que Quemaduras le empezase a tatuar.
- YberGM
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Re: Casa de Gar
28/03/14, 01:27 pm
—Bien, Yoel, túmbate aquí, bocabajo, y respira hondo—le aconsejó antes de ir en busca del trapo de morder.
Quemaduras reconoció los gestos de Zmey como los que se realizaban para anestesiar y sonrió divertido. <<Que majo>> pensó a medio camino de la ironía. Aquella broma consolidaba en su cabeza la idea del esclavo sexual y le dejaba sin uno de los espectáculos más divertidos. Los primeros chillidos de dolor siempre eran graciosos de escuchar, sobretodo si la persona que los emitía era un bravucón haciéndose el valiente indolente. A Yoel le salvaba eso, que en ningún momento había sido un fanfarrón.
El repoblador subió a la camilla con un trapo en la mano, lo enrolló para darle consistencia y se acercó a la cara de Yoel.
—Abre la boca, bien—le colocó con cuidado el trapo enrollado—. Aprieta fuerte, asegúrate de que no puedes cerrar del todo, así, muy bien. Jamás me he responsabilizado de los dientes rotos—explicó—, pero es una pena que te estropees la sonrisa en un intento de embellecerte el cuerpo—le hacía ilusión colaborar con la broma, aunque fuera con sinceridad.
En cuanto se aseguró de que Yoel estaba cómodo y tan relajado como podía, el demonio de fuego saltó sobre su espalda y subió la temperatura de su dedo. Con la seguridad conferida por varios años de trabajo y toda una vida de artista, Quemaduras comenzó a acariciar la espalda al sinhadre y fue dejando un surco en la piel que hacía honor a su propio nombre.
—Espero que no os moleste el olor a carne quemada—habló de manera pausada, sin perder la vista de su lienzo—. Cuéntame, Zmey, ¿qué tal se ha portado la Luna Roja contigo?—le gustaba conocer a sus clientes y que estos le dieran conversación mientras tatuaba.
Quemaduras reconoció los gestos de Zmey como los que se realizaban para anestesiar y sonrió divertido. <<Que majo>> pensó a medio camino de la ironía. Aquella broma consolidaba en su cabeza la idea del esclavo sexual y le dejaba sin uno de los espectáculos más divertidos. Los primeros chillidos de dolor siempre eran graciosos de escuchar, sobretodo si la persona que los emitía era un bravucón haciéndose el valiente indolente. A Yoel le salvaba eso, que en ningún momento había sido un fanfarrón.
El repoblador subió a la camilla con un trapo en la mano, lo enrolló para darle consistencia y se acercó a la cara de Yoel.
—Abre la boca, bien—le colocó con cuidado el trapo enrollado—. Aprieta fuerte, asegúrate de que no puedes cerrar del todo, así, muy bien. Jamás me he responsabilizado de los dientes rotos—explicó—, pero es una pena que te estropees la sonrisa en un intento de embellecerte el cuerpo—le hacía ilusión colaborar con la broma, aunque fuera con sinceridad.
En cuanto se aseguró de que Yoel estaba cómodo y tan relajado como podía, el demonio de fuego saltó sobre su espalda y subió la temperatura de su dedo. Con la seguridad conferida por varios años de trabajo y toda una vida de artista, Quemaduras comenzó a acariciar la espalda al sinhadre y fue dejando un surco en la piel que hacía honor a su propio nombre.
—Espero que no os moleste el olor a carne quemada—habló de manera pausada, sin perder la vista de su lienzo—. Cuéntame, Zmey, ¿qué tal se ha portado la Luna Roja contigo?—le gustaba conocer a sus clientes y que estos le dieran conversación mientras tatuaba.
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
28/03/14, 03:53 pm
Ccostó bastante que Yoel se relajase. Estaba tenso y en cuanto tuvo el trapo en la boca lo mordió con fuerza, dedicándole una mirada de odio a Zmey, que simplemente le respondió con una sonrisa inocente. Cuando Quemaduras empezó, Yoel dio un respingo de sorpresa, y la cara de incredulidad que puso hizo que el piromante estallase en carcajadas.
-Bueno, no muy mal- respondió Zmey cuando pudo dejar de reírse- Me transformó en piromante. Es un dominio complicado, casi me paso la vida entrenando, pero el subidón de poder que da usarlo hace que lo compense.
Su transformación le enorgullecía, y hablar de ella le ponía de buen humor, pero su ánimo pronto se empañó y permaneció en silencio unos segundos, pensativo.
-¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a esto?- preguntó, intentando aligerar el ambiente.
-Bueno, no muy mal- respondió Zmey cuando pudo dejar de reírse- Me transformó en piromante. Es un dominio complicado, casi me paso la vida entrenando, pero el subidón de poder que da usarlo hace que lo compense.
Su transformación le enorgullecía, y hablar de ella le ponía de buen humor, pero su ánimo pronto se empañó y permaneció en silencio unos segundos, pensativo.
-¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a esto?- preguntó, intentando aligerar el ambiente.
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● Eitne.
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Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Casa de Gar
28/03/14, 07:02 pm
—Vaya —sonrió al escuchar la transformación del chico—. No sabía que eras del mismo gremio que yo. El gremio de las calenturas —canturreó al tiempo que emitía una melodía agradable por la espalda. Solía llamar asi a los que tenían transformaciones relacionadas con el fuego o el calor y una de las coñas consistía en llamar Jefazo al Rey, lo cual no dejaba de ser cierto más allá de la broma—. Haces bien en practicar, muchacho. Algún día podrías ser un escupefuego de los grandes —a pesar de los términos que utilizaba, se entendía que hablaba en serio—. Si alguna vez necesitas un blanco pequeño que no se queme, podrías pasar por a buscarme por aquí. Aunque no te prometo que colabore sin incentivos —soltó una carcajada.
Mientras hablaba, había seguido quemando la piel de Yoel, paseando su dedo con un cuidado milimétrico, para segurarse de que los surcos eran correctos.
—Casi desde que nací. Soy... Bueno, más bien "era" un repoblador de una colonia del pantano y digamos que no tuve mucha suerte. Mientras la gente se divertía entrenando ranas o aprendiendo a maniobrar por el lugar, a mí me relegaron a buscar semillas. Y era un santísimo coñazo, créeme. Pasaba el día entero entre aguas cenegales, embarrado. Sin embargo, por las noches solía acudir junto al encargado de tatuar a los recién brotados y acabé aprendiendo y desarrollando el gusto por mancharme las manos de pintura. No tiene nada que ver con lo que hago ahora, la técnica que uso es distinta. Pero los resultados son más mágicos—le enseñó los dientes a Zmey en otra amplia sonrisa y, de haber podido, le habría guiñado un ojo.
Lo que sí que hizo fue chamuscar el último trazo del diseño elegido por Zmey. Con un par de sus cuatro brazos, realizó un hechizo curativo cuya variante no borraba las heridas por completo, sino que las cicatrizaba. Saltó a la camilla, junto a la cara de Yoel y le dio una palmada en el moflete.
—Ya estás redecorado —le comunicó satisfecho. Acercó el dedo que había utilizado para el dibujo y lo limpió con uno de los bordes del paño que todavía mordía el chaval—. Abre —le pidió al tiempo que tiraba de trapo—. ¿Qué, no ha dolido mucho, no? —Sostenía el paño enrollado bajo uno de sus cuatro sobacos y sus cuatro brazos en jarra— Hay un par de espejos en el cajón de abajo, por si quieres verte, Yoel —tras decir eso, se giró en dirección al piromante—. ¿Qué tal lo ves tú, Zmey? ¿Por qué no pruebas a cargarlo?—le invitó.
Mientras hablaba, había seguido quemando la piel de Yoel, paseando su dedo con un cuidado milimétrico, para segurarse de que los surcos eran correctos.
—Casi desde que nací. Soy... Bueno, más bien "era" un repoblador de una colonia del pantano y digamos que no tuve mucha suerte. Mientras la gente se divertía entrenando ranas o aprendiendo a maniobrar por el lugar, a mí me relegaron a buscar semillas. Y era un santísimo coñazo, créeme. Pasaba el día entero entre aguas cenegales, embarrado. Sin embargo, por las noches solía acudir junto al encargado de tatuar a los recién brotados y acabé aprendiendo y desarrollando el gusto por mancharme las manos de pintura. No tiene nada que ver con lo que hago ahora, la técnica que uso es distinta. Pero los resultados son más mágicos—le enseñó los dientes a Zmey en otra amplia sonrisa y, de haber podido, le habría guiñado un ojo.
Lo que sí que hizo fue chamuscar el último trazo del diseño elegido por Zmey. Con un par de sus cuatro brazos, realizó un hechizo curativo cuya variante no borraba las heridas por completo, sino que las cicatrizaba. Saltó a la camilla, junto a la cara de Yoel y le dio una palmada en el moflete.
—Ya estás redecorado —le comunicó satisfecho. Acercó el dedo que había utilizado para el dibujo y lo limpió con uno de los bordes del paño que todavía mordía el chaval—. Abre —le pidió al tiempo que tiraba de trapo—. ¿Qué, no ha dolido mucho, no? —Sostenía el paño enrollado bajo uno de sus cuatro sobacos y sus cuatro brazos en jarra— Hay un par de espejos en el cajón de abajo, por si quieres verte, Yoel —tras decir eso, se giró en dirección al piromante—. ¿Qué tal lo ves tú, Zmey? ¿Por qué no pruebas a cargarlo?—le invitó.
No llores por no poder ver tu pierna,
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de Gar
28/03/14, 08:32 pm
Zmey atendió a la historia de Quemaduras, siguiendo con interés los trazos que iba haciendo sobre la piel de Yoel, que se estaba empezando a quedar dormido. El hechizo anestesiante aun le permitía notar cierto calor.
Cuando el tatuaje estuvo terminado, Yoel se levantó y se estiró, rascándose las cicatrices. Le dedicó una mirada de reproche a Quemaduras, que estaba claro había sido cómplice en la broma pesada del piromante.
-Decidme que esto no me va a doler luego- pidió, bostezando aparatosamente.
-Están curadas. Supongo que como mucho te picarán- respondió Zmey pasándole un espejo.
Yoel se intentó mirar el tatuaje completo como buenamente pudo, mientras Zmey iba cargando las runas.
-Veamos qué tal van...
Lanzó una bola de luz contra el chico, que cayó al suelo del susto.
-¡¿Qué cojones te crees que haces?!- chilló con voz de pito, arrastrándose hasta quedar contra una pared. Estaba totalmente ileso.
-Un buen trabajo- reconoció Zmey, ignorando a Yoel- Si veo que necesita alguna más o quiero algo para mí mismo, volveré por aquí.
Para despedirse, dibujó un círculo en su pecho con el puño cerrado, luego le hizo una seña a Yoel para que se diese prisa en seguirle. Yoel llevaba manga larga, aun así, el tatuaje llegaba a las manos, por lo que podían verse algunas runas. Zmey las acarició antes de que Yoel apartase la mano violentamente. El piromante sonrió, pero era una sonrisa triste.
Cuando el tatuaje estuvo terminado, Yoel se levantó y se estiró, rascándose las cicatrices. Le dedicó una mirada de reproche a Quemaduras, que estaba claro había sido cómplice en la broma pesada del piromante.
-Decidme que esto no me va a doler luego- pidió, bostezando aparatosamente.
-Están curadas. Supongo que como mucho te picarán- respondió Zmey pasándole un espejo.
Yoel se intentó mirar el tatuaje completo como buenamente pudo, mientras Zmey iba cargando las runas.
-Veamos qué tal van...
Lanzó una bola de luz contra el chico, que cayó al suelo del susto.
-¡¿Qué cojones te crees que haces?!- chilló con voz de pito, arrastrándose hasta quedar contra una pared. Estaba totalmente ileso.
-Un buen trabajo- reconoció Zmey, ignorando a Yoel- Si veo que necesita alguna más o quiero algo para mí mismo, volveré por aquí.
Para despedirse, dibujó un círculo en su pecho con el puño cerrado, luego le hizo una seña a Yoel para que se diese prisa en seguirle. Yoel llevaba manga larga, aun así, el tatuaje llegaba a las manos, por lo que podían verse algunas runas. Zmey las acarició antes de que Yoel apartase la mano violentamente. El piromante sonrió, pero era una sonrisa triste.
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