Casa de los Dulces
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Casa de los Dulces
03/08/11, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Una modesta casita hecha principalmente de chocolate y otros dulces. Está protegida por un hechizo de gula que te obliga a comer y comer dulces sin parar hasta que la casa decide que ya estás lo suficientemente cebado como para ir al horno en el que te chamuscarás hasta las cenizas.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
28/03/17, 11:26 pm
Rena emitió un quejido estrangulado que fue engullido por el estruendo del derrumbamiento. No podía ser, Ain no podía haber muerto así. Ni siquiera se le ocurrió pensar que si se hubiesen quedado más tiempo allí abajo ellos también estarían muertos.
Tragó saliva, ahogando el llanto, y siguió a Pam hacia las escaleras. Al parecer el lugar por donde habían entrado ahora era inaccesible y el piso superior era su única esperanza. La escalera no aguantaría su peso y el de sus dos cargas, así que a su pesar dejó ir a Rox y soltó a Adru en cuanto alcanzó la base de la escalera. Aguardó a que todos sus compañeros subieran y, con mucho cuidado pero con impaciencia, subió pisando en los huecos que la mona había marcado como seguros.
El piso de arriba no estaba en muchas mejores condiciones, pero se podía respirar más o menos, por lo que Rena se retiró el pañuelo del hocico. Verael iba con ellos, y parecía esforzarse en ser útil, o simplemente quería vivir tanto como ellos. Rena lo sujetó tras su primer intento fallido de romper la ventana.
-Eh, eh, espera, vamos a buscar un mueble o algo mejor.
Toda la casa no podía ser de madera tendría que haber algún chisme de metal, aunque fuera un adorno, con el que pudiesen golpear los cristales. En realidad incluso una silla que no se estuviera cayendo a pedazos les valdría.
-Mirad a ver si ha sobrevivido alguna cortina o algo que podamos usar de cuerda.
Era poco probable, pero mejor saltar un piso con una cuerda a la que agarrarse que hacerlo a pelo. Rox se separó del grupo murmurando algo.
-¿Qué música? ¿De qué coño hablas?
Rena no oía ninguna música. Siguió a su compañero hasta el tocador, y frució el ceño al verlo hurgar en un cajón.
-Más te vale que haya un extintor ahí dentro porque no tenemos tiempo para esta mierda. -le espetó. Miró a su alrededor en busca algo que le sirviese para abrir la ventana.
Tragó saliva, ahogando el llanto, y siguió a Pam hacia las escaleras. Al parecer el lugar por donde habían entrado ahora era inaccesible y el piso superior era su única esperanza. La escalera no aguantaría su peso y el de sus dos cargas, así que a su pesar dejó ir a Rox y soltó a Adru en cuanto alcanzó la base de la escalera. Aguardó a que todos sus compañeros subieran y, con mucho cuidado pero con impaciencia, subió pisando en los huecos que la mona había marcado como seguros.
El piso de arriba no estaba en muchas mejores condiciones, pero se podía respirar más o menos, por lo que Rena se retiró el pañuelo del hocico. Verael iba con ellos, y parecía esforzarse en ser útil, o simplemente quería vivir tanto como ellos. Rena lo sujetó tras su primer intento fallido de romper la ventana.
-Eh, eh, espera, vamos a buscar un mueble o algo mejor.
Toda la casa no podía ser de madera tendría que haber algún chisme de metal, aunque fuera un adorno, con el que pudiesen golpear los cristales. En realidad incluso una silla que no se estuviera cayendo a pedazos les valdría.
-Mirad a ver si ha sobrevivido alguna cortina o algo que podamos usar de cuerda.
Era poco probable, pero mejor saltar un piso con una cuerda a la que agarrarse que hacerlo a pelo. Rox se separó del grupo murmurando algo.
-¿Qué música? ¿De qué coño hablas?
Rena no oía ninguna música. Siguió a su compañero hasta el tocador, y frució el ceño al verlo hurgar en un cajón.
-Más te vale que haya un extintor ahí dentro porque no tenemos tiempo para esta mierda. -le espetó. Miró a su alrededor en busca algo que le sirviese para abrir la ventana.
- Naeryan
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Re: Casa de los Dulces
01/04/17, 12:37 am
Hay otros objetos en el cajón, pero la mano de Rox se cierra en torno a un objeto que cabe en su puño cerrado y que cuelga de una cadena. En cuanto lo toca la melodía deja de sonar, y en cuanto el coreano lo saque de su escondite podrá comprobar que se trata de un pequeño guardapelo rojo cuya tapa está tallada en forma de rosa. Está muy caliente al tacto, tal vez por el fuego.
Las ventanas han sido protegidas mediante magia. A pesar de estar deformándose por el calor del incendio, no se romperán ante ninguno de sus esfuerzos.
Las ventanas han sido protegidas mediante magia. A pesar de estar deformándose por el calor del incendio, no se romperán ante ninguno de sus esfuerzos.
- Kanyum
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Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Casa de los Dulces
05/04/17, 05:36 pm
La mano de Rox parecía tener un imán implantado, ya que fue directa al objeto tras un tanteo fugaz. De alguna forma, el coreano supo al segundo que se trataba de lo que buscaba. La melodía cesó al rozarlo (cosa que le extrañó sobremanera) mas antes de sacarlo el chico se dedicó a palparlo y examinarlo a ciegas. Para su sorpresa, no tenía nada que ver con la imagen mental que se había hecho: no era una cajita de música ni algo parecido. Supuso que se trataba de un colgante; el tamaño, el relieve de la superficie y la cuerda a un extremo. Super útil, sin duda.
Lo que el resto pudiera pensar le había traído sin cuidado hasta entonces; quería salir de ahí como el que más y había visto en la extraña música un pequeño rayo de esperanza. El problema es que cuando esa esperanza se presenta en forma de algo tan aparentemente inservible como una pieza de joyería vieja, empiezas a replantearte que tan jodido estás.
Sacó el guardapelo bajo la mirada de Rena con un nudo en la garganta, preguntándose en silencio de que forma podía ayudarles eso.
—Esto es... lo que no dejaba de sonar. —lo inspeccionó e hizo ademán de abrirlo con ambas manos, pero su brazo no respondió—. Mierda.
Una nueva oleada de miedo ante la imposibilidad de mover el brazo en el futuro le abordó, sumándose a su enorme lista de preocupaciones y ganas de golpearse por ingenuo, idiota y malafortunado. No se permitió el lujo de recrearse en su desgracia y finalmente abrió la prenda.
Lo que el resto pudiera pensar le había traído sin cuidado hasta entonces; quería salir de ahí como el que más y había visto en la extraña música un pequeño rayo de esperanza. El problema es que cuando esa esperanza se presenta en forma de algo tan aparentemente inservible como una pieza de joyería vieja, empiezas a replantearte que tan jodido estás.
Sacó el guardapelo bajo la mirada de Rena con un nudo en la garganta, preguntándose en silencio de que forma podía ayudarles eso.
—Esto es... lo que no dejaba de sonar. —lo inspeccionó e hizo ademán de abrirlo con ambas manos, pero su brazo no respondió—. Mierda.
Una nueva oleada de miedo ante la imposibilidad de mover el brazo en el futuro le abordó, sumándose a su enorme lista de preocupaciones y ganas de golpearse por ingenuo, idiota y malafortunado. No se permitió el lujo de recrearse en su desgracia y finalmente abrió la prenda.
- Naeryan
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Re: Casa de los Dulces
05/04/17, 07:39 pm
El guardapelo vibra de forma ostensible en la mano de Rox, de manera tan intensa que se caerá de ésta al suelo. El golpe de suerte de no haber agarrado fuerte el colgante probablemente le ha salvado la vida.
Un fogonazo de luz les ciega a todos durante un momento y el crepitar del fuego se ve sustituido por el estruendo de una nueva masa de escombros derrumbándose desde el techo. El hechizo anclado al guardapelo se prolonga durante un par de segundos más, y luego la tapa vuelve a cerrarse por sí sola. Se había abierto hacia arriba, a unos pasos del coreano, y el derrumbe por poco no mata a quien estuviera inmediatamente cercano a Rox: Rena se libra por los pelos de que una nueva viga le abra la cabeza, llevándose apenas un golpe muy doloroso en un hombro. La masa de escombros forma ahora, junto al agujero que ha abierto la descarga de energía, un acceso accidentado pero libre de fuego al piso de arriba. Engañosamente inocuo, el guardapelo descansa a sus pies.
Un fogonazo de luz les ciega a todos durante un momento y el crepitar del fuego se ve sustituido por el estruendo de una nueva masa de escombros derrumbándose desde el techo. El hechizo anclado al guardapelo se prolonga durante un par de segundos más, y luego la tapa vuelve a cerrarse por sí sola. Se había abierto hacia arriba, a unos pasos del coreano, y el derrumbe por poco no mata a quien estuviera inmediatamente cercano a Rox: Rena se libra por los pelos de que una nueva viga le abra la cabeza, llevándose apenas un golpe muy doloroso en un hombro. La masa de escombros forma ahora, junto al agujero que ha abierto la descarga de energía, un acceso accidentado pero libre de fuego al piso de arriba. Engañosamente inocuo, el guardapelo descansa a sus pies.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
06/04/17, 09:22 pm
Rena no entendía de qué demonios hablaba el humano. No había ninguna música, ¿acaso se había vuelto loco o es que la casa producía algún efeto mágico raruno en su cerebro? Debía ser lo segundo porque el trasto que había ido a buscar casi los mata a todos en un segundo. Pudo esquivar la explosión, pero no el trozo de viga que se le vino encima y le dio en el hombro. Retrocedió como pudo hasta caer de culo, protegiéndose la zona herida con la mano contraria. Ante ellos se abría un enorme boquete que mostraba el piso de arriba.
Parecía que tenían un colgante explosivo. Dentro de lo absurdo que resultaba, era bastante útil, de hecho Rena en ese momento solo podía pensar en las posibilidades prácticas, ya fliparía cuando tuviesen todos sus culos a salvo en el torreón. Se puso en pie con dificultad y cogió un madero chamuscado que debía haber sido la pata de una silla para pinchar el colgante. No ocurrió nada.
-Vale, no se qué coño es eso pero si puede abrir boquetes podemos salir de aquí. Podemos bajar al piso inferior y abrirnos paso sin mas o ver si hay arriba algo que podamos usar de cuerda para bajar desde aquí. ¿Opiniones? Hay que darse prisita.
Tiró el palo y se agachó junto al colgante para examinarlo desde cierta distancia antes de cogerlo. Mantenía el brazo pegado al cuerpo, todo lo quiero que podía. Sabía que seguramente le saldría un moratón muy grande y feo pero prefería no mirar. Había otros que estaban peor, no tenía derecho a quejarse. El colgante no tenía nada raro aparte del diseño alienígena. Parecía que podía abrirse.
-¿Qué hiciste para activarlo?- le preguntó a Rox.
Parecía que tenían un colgante explosivo. Dentro de lo absurdo que resultaba, era bastante útil, de hecho Rena en ese momento solo podía pensar en las posibilidades prácticas, ya fliparía cuando tuviesen todos sus culos a salvo en el torreón. Se puso en pie con dificultad y cogió un madero chamuscado que debía haber sido la pata de una silla para pinchar el colgante. No ocurrió nada.
-Vale, no se qué coño es eso pero si puede abrir boquetes podemos salir de aquí. Podemos bajar al piso inferior y abrirnos paso sin mas o ver si hay arriba algo que podamos usar de cuerda para bajar desde aquí. ¿Opiniones? Hay que darse prisita.
Tiró el palo y se agachó junto al colgante para examinarlo desde cierta distancia antes de cogerlo. Mantenía el brazo pegado al cuerpo, todo lo quiero que podía. Sabía que seguramente le saldría un moratón muy grande y feo pero prefería no mirar. Había otros que estaban peor, no tenía derecho a quejarse. El colgante no tenía nada raro aparte del diseño alienígena. Parecía que podía abrirse.
-¿Qué hiciste para activarlo?- le preguntó a Rox.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Casa de los Dulces
10/04/17, 07:37 pm
Las acciones de Rox no tenían sentido, como igual no lo tenía que habalra de escuchar una musica que aparentemente solo el oia. El desconcierto de la mona del queso era absoluto, no veia sentido a la busqueda inquieta del humano cuando tenían otras prioridades, como por ejemplo, no acabar abrasados.
La mona del queso suspiró, cansada decidida a que Rox simplemente debía estar delirando por culpa de su herida, viendo de reojo como Rena también se interesaba por las extrañas acciones de este. No se lo vio venir, ni por asomo. Pam no llego siguiera a ver el guardapelo caerse, lo único que vio fue el fogonazo de luz tan repentino y brillante que le cegó los ojos por un momento, haciéndole gritar sorprendida y retroceder bruscamente contra la pared junto a la puerta, rozando sus quemaduras que le le hicieron soltar un quejido de dolor. La explosión siguiente fue tan repentina que el único instinto de Pam fue cubrirse la cabeza con los brazos encogiéndose junto a la pared << ¡Esto es una locura, ¿que carajos pasa ahora!? >> tanta sorpresas estaba dejando sus nervios echos papillas.
Escucho de forma algo atronadora el techo derrumbándose tan cerca suya que por un momento el corazón se le encogió pensando que iba a ser sepultada. Cuando el dolor angustiosos no llego, abrió lentamente los ojos, ligeramente llorosos por el resplandor anterior, parpadeando rápidamente para ver como Rena uno pasos mas allá había sufrido un golpe. Y una viga, una viga junto a esta, la probable causante de su herida. Sorprendida, Pam miro hacia el techo, viendo el repentino y enorme boquete que se había abierto sobre sus cabezas. << ¿¡Qué!?...¡Espera, espera, ¿que acaba de ocurrir?! >> sin entender nada, Pam se incorporo con cansancio del suelo, allí donde se había prácticamente aovillado y dudosa se acerco a donde estaba Rena recogiendo aquella especie de joya que Rox había sacado del mueble momentos antes, la causante de aquella explosión. << ¿Un objeto mágico explosivo?...Un momento...¡pero no lo cojas! >> se desespero Pam, mientras sus pupilas se contraían por el horror a ver a Rena coger aquel colgante con su mano, el mismísimo colgante que acababa de abrir un agujero en el techo con la facilidad de una maza.
Por un segundo Pam se vio ala propia Rena saltar por los aires, quedándose de ella poco mas que la cabeza y los pies, con el enorme boquete en el pecho, pero nada de eso ocurrió...por suerte. Si la casa no terminaba con ella antes, con sus incoherente y nada cuidadosas acciones, estaba segura de ello. << Como críos que todo tienen que tocarlo >>. Suspiró para bajar la tensión sufrida y calmarse, fuese lo que fuese lo que había provocado la reacción de ese colgante, o Rena no podía activarlo, o se necesitaba algo mas para provocar la reacción, tal vez poseer magia, cosa que hasta ahora se había comprobado Rena no podía realizar.
<< Tal vez solo aquellos penden realizar hechizos pueden hacerlo funcionar, si es así mientras Rena lo sostenga no debería ocurrir nada, siguiendo ese principio...>> pensó Pam no muy segura de su teoría pero siendo por ahora a lo único que podía llegar. Miro a Rena que andaba preguntándole Rox, como había conseguido aquella reacción y luego hacia el techo. Había sido un enorme suerte que solo se hubiese caído la viga, aunque Rena hubiera sufrido aquel percance podría haber sido muchísimo peor, con creces. La explosión había sido bastante brusca...y peligrosa, teniendo en cuenta que ya la casa estaba en mal estado y carcomida por el fuego. ¿Aguantaría una segunda explosión que abriera otro boquete en los ya precarios cimientos? Las paredes que los rodeaban eran lo único que aguantaba el techo sobre sus cabezas al fin de cuentas.
El estrés de la situación estaba acabando con Pam, que por mas intentos de salidas que buscaba en la endemoniada casa aquella solo parecía ponerle mas y mas trabas. Realmente parecía que lo único que iba a poder hacer es abrirse paso a explosiones. Por lo que mientras esperaba que Rox pudiera decirles como lo hizo funcionar, Pam siguió trabajando con su mente en buscar fuese como fuese un posible plan B si ese no funcionaba, cosa que esperaba si hiciera. Sus ojos se desviaron de nuevo hacia arriba, mordiéndose dudosa el labio inferior. No había fuego allí y podía subirse de forma algo precaria, pero se podía ¿se habría abierto alguna salida en el tejado con aquel derrumbe? << O puede ser otro camino sin salida, como una jaula para insectos...>> pensó Pam insegura de lo que andaba pasándose por su mente, sin saber si era buena idea arriesgarse o no. Ya había salido horriblemente mal su decisión de subir a la segunda planta, como para empeorar las cosas.
<< Pero no se puede dar algo por hecho sin comprobarse antes >> tal vez estaba siendo algo temeraria, el dolor de sus pies y brazos andaban acabando con su buen sentido común, fuese como fuese necesitaba mantenerse ocupada pues así no conseguía pensar en el punzante dolor que le acompañaba desde hacia un rato. Era su forma de mantenerse activa, dada su menor resistencia física en comparación al resto.
-¿Alguien me ayuda a subir por ahí?-preguntó finalmente, mirando a sus compañeros, señalando al boquete del techo- No sabemos si Rox podrá hacerlo de nuevo, quiero echar un vistazo ahí arriba por si se abrió algún agujero en tejado con la explosión de hace un momento, mientras veis si esa cosa funciona. No me tardare- aseguró Pam viendo a sus compañeros, pues para ella subir los escombros por si sola, iba a ser algo costoso sin un poco de ayuda para impulsarla. Y siendo la que menos pesaba que le ayudaran seria mas fácil, igual cuando tuviera que bajar.
La mona del queso suspiró, cansada decidida a que Rox simplemente debía estar delirando por culpa de su herida, viendo de reojo como Rena también se interesaba por las extrañas acciones de este. No se lo vio venir, ni por asomo. Pam no llego siguiera a ver el guardapelo caerse, lo único que vio fue el fogonazo de luz tan repentino y brillante que le cegó los ojos por un momento, haciéndole gritar sorprendida y retroceder bruscamente contra la pared junto a la puerta, rozando sus quemaduras que le le hicieron soltar un quejido de dolor. La explosión siguiente fue tan repentina que el único instinto de Pam fue cubrirse la cabeza con los brazos encogiéndose junto a la pared << ¡Esto es una locura, ¿que carajos pasa ahora!? >> tanta sorpresas estaba dejando sus nervios echos papillas.
Escucho de forma algo atronadora el techo derrumbándose tan cerca suya que por un momento el corazón se le encogió pensando que iba a ser sepultada. Cuando el dolor angustiosos no llego, abrió lentamente los ojos, ligeramente llorosos por el resplandor anterior, parpadeando rápidamente para ver como Rena uno pasos mas allá había sufrido un golpe. Y una viga, una viga junto a esta, la probable causante de su herida. Sorprendida, Pam miro hacia el techo, viendo el repentino y enorme boquete que se había abierto sobre sus cabezas. << ¿¡Qué!?...¡Espera, espera, ¿que acaba de ocurrir?! >> sin entender nada, Pam se incorporo con cansancio del suelo, allí donde se había prácticamente aovillado y dudosa se acerco a donde estaba Rena recogiendo aquella especie de joya que Rox había sacado del mueble momentos antes, la causante de aquella explosión. << ¿Un objeto mágico explosivo?...Un momento...¡pero no lo cojas! >> se desespero Pam, mientras sus pupilas se contraían por el horror a ver a Rena coger aquel colgante con su mano, el mismísimo colgante que acababa de abrir un agujero en el techo con la facilidad de una maza.
Por un segundo Pam se vio ala propia Rena saltar por los aires, quedándose de ella poco mas que la cabeza y los pies, con el enorme boquete en el pecho, pero nada de eso ocurrió...por suerte. Si la casa no terminaba con ella antes, con sus incoherente y nada cuidadosas acciones, estaba segura de ello. << Como críos que todo tienen que tocarlo >>. Suspiró para bajar la tensión sufrida y calmarse, fuese lo que fuese lo que había provocado la reacción de ese colgante, o Rena no podía activarlo, o se necesitaba algo mas para provocar la reacción, tal vez poseer magia, cosa que hasta ahora se había comprobado Rena no podía realizar.
<< Tal vez solo aquellos penden realizar hechizos pueden hacerlo funcionar, si es así mientras Rena lo sostenga no debería ocurrir nada, siguiendo ese principio...>> pensó Pam no muy segura de su teoría pero siendo por ahora a lo único que podía llegar. Miro a Rena que andaba preguntándole Rox, como había conseguido aquella reacción y luego hacia el techo. Había sido un enorme suerte que solo se hubiese caído la viga, aunque Rena hubiera sufrido aquel percance podría haber sido muchísimo peor, con creces. La explosión había sido bastante brusca...y peligrosa, teniendo en cuenta que ya la casa estaba en mal estado y carcomida por el fuego. ¿Aguantaría una segunda explosión que abriera otro boquete en los ya precarios cimientos? Las paredes que los rodeaban eran lo único que aguantaba el techo sobre sus cabezas al fin de cuentas.
El estrés de la situación estaba acabando con Pam, que por mas intentos de salidas que buscaba en la endemoniada casa aquella solo parecía ponerle mas y mas trabas. Realmente parecía que lo único que iba a poder hacer es abrirse paso a explosiones. Por lo que mientras esperaba que Rox pudiera decirles como lo hizo funcionar, Pam siguió trabajando con su mente en buscar fuese como fuese un posible plan B si ese no funcionaba, cosa que esperaba si hiciera. Sus ojos se desviaron de nuevo hacia arriba, mordiéndose dudosa el labio inferior. No había fuego allí y podía subirse de forma algo precaria, pero se podía ¿se habría abierto alguna salida en el tejado con aquel derrumbe? << O puede ser otro camino sin salida, como una jaula para insectos...>> pensó Pam insegura de lo que andaba pasándose por su mente, sin saber si era buena idea arriesgarse o no. Ya había salido horriblemente mal su decisión de subir a la segunda planta, como para empeorar las cosas.
<< Pero no se puede dar algo por hecho sin comprobarse antes >> tal vez estaba siendo algo temeraria, el dolor de sus pies y brazos andaban acabando con su buen sentido común, fuese como fuese necesitaba mantenerse ocupada pues así no conseguía pensar en el punzante dolor que le acompañaba desde hacia un rato. Era su forma de mantenerse activa, dada su menor resistencia física en comparación al resto.
-¿Alguien me ayuda a subir por ahí?-preguntó finalmente, mirando a sus compañeros, señalando al boquete del techo- No sabemos si Rox podrá hacerlo de nuevo, quiero echar un vistazo ahí arriba por si se abrió algún agujero en tejado con la explosión de hace un momento, mientras veis si esa cosa funciona. No me tardare- aseguró Pam viendo a sus compañeros, pues para ella subir los escombros por si sola, iba a ser algo costoso sin un poco de ayuda para impulsarla. Y siendo la que menos pesaba que le ayudaran seria mas fácil, igual cuando tuviera que bajar.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
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- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
16/04/17, 09:36 pm
Dejó al humano trasteando con su nuevo descubrimiento, un poco insegura, ya que lo que habían encontrado no era precisamente un juguete. Aun así era lo único que tenían. El olor a hollín y madera quemada seguía bien instalado en sus fosas nasales, e incluso desde allí el crepitar de las llamas en el piso inferior les recordaba que el peligro seguía ahí, y les alcanzaría llegado el momento.
La idea de que Pelusa subiera sola no le hacía especial ilusión, pero se resignó, pues era cierto que la mona era la única del grupo lo bastante ágil en ese momento como para hacerlo. Le ayudó a subir, a pesar del dolor en el hombro,y aguardó con el corazón en un puño a que volviera a asomarse por el agujero.
-Id buscando un buen punto donde abrir el agujero, no queremos que el edificio se nos caiga encima- pidió a sus compañeros. Ya solo les faltaba eso.
A unas malas también podían seguir subiendo hasta el tejado y tratar de pasar a una casa que no estuviera en llamas desde allí, pero la idea de entrar de nuevo en otra casa siniestra y encontrarse con otro desastre como el que estaban viviendo le aterraba. Dos compañeros, habían perdido a dos compañeros, no podían arriesgarse más.
Empezó a impacientarse.
-¿Y bien?- gritó al agujero.
La idea de que Pelusa subiera sola no le hacía especial ilusión, pero se resignó, pues era cierto que la mona era la única del grupo lo bastante ágil en ese momento como para hacerlo. Le ayudó a subir, a pesar del dolor en el hombro,y aguardó con el corazón en un puño a que volviera a asomarse por el agujero.
-Id buscando un buen punto donde abrir el agujero, no queremos que el edificio se nos caiga encima- pidió a sus compañeros. Ya solo les faltaba eso.
A unas malas también podían seguir subiendo hasta el tejado y tratar de pasar a una casa que no estuviera en llamas desde allí, pero la idea de entrar de nuevo en otra casa siniestra y encontrarse con otro desastre como el que estaban viviendo le aterraba. Dos compañeros, habían perdido a dos compañeros, no podían arriesgarse más.
Empezó a impacientarse.
-¿Y bien?- gritó al agujero.
- Evanna
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Nombre: Rua
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Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
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Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
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- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
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Re: Casa de los Dulces
16/04/17, 10:37 pm
Pam intento ejercer el menor peso posible sobre Rena conciente del golpe en su hombre, aupando a la primera apra alcanzar el hueco sobre sus cabeza,s ganandose un nuevo raspon en el brazo por ello, cosa en lo que ni penso. Al apoyar los pies con ampollas bajo el calzado sobre el suelo de madera del siguiente piso, tuvo que apretar los dientes y respirar hondo buscando centrarse. Ya luego, en el torreon lamentaria aquelllo, ahora no era el momento.
Persistentemente reviso toda la planta, encotnrandola en mejor estado que las otras dos, descubrio cortinas en buen estado asi como alguna manta por ahi que podria serles de utilidad. Tuvo que tomarse un poco de su tiempo en recoger las cortinas y las mantas cargandola sobre su cabeza en un precario equilibrio, acercandose al agujero al escuchar el grito de Rena.
-Despejado, encorte cortinas y mantas que podemos usar parara bajar desde el tejado de alguna otra casa aledaña porque dudo que esta vaya aguantar mucho mas. Eso si tendrmeos que abrirnos camino, porque el techo aun se mantiene en un estadod ecente aqui arriba...abra que agujerear o algo- dijo Pam, dejando todod lo recogido en el suelo, para emepzar a anudarlas en los extremos con fuerza y formar una cuerda improvisada- Hare una cuerda con ellas, empezar a subid. -dijo Pam asomandose un poco por el agujero, conciente que a algunos iba a costarlesun poco con la variadas heridas que portaban, especialmente en brazos.
Persistentemente reviso toda la planta, encotnrandola en mejor estado que las otras dos, descubrio cortinas en buen estado asi como alguna manta por ahi que podria serles de utilidad. Tuvo que tomarse un poco de su tiempo en recoger las cortinas y las mantas cargandola sobre su cabeza en un precario equilibrio, acercandose al agujero al escuchar el grito de Rena.
-Despejado, encorte cortinas y mantas que podemos usar parara bajar desde el tejado de alguna otra casa aledaña porque dudo que esta vaya aguantar mucho mas. Eso si tendrmeos que abrirnos camino, porque el techo aun se mantiene en un estadod ecente aqui arriba...abra que agujerear o algo- dijo Pam, dejando todod lo recogido en el suelo, para emepzar a anudarlas en los extremos con fuerza y formar una cuerda improvisada- Hare una cuerda con ellas, empezar a subid. -dijo Pam asomandose un poco por el agujero, conciente que a algunos iba a costarlesun poco con la variadas heridas que portaban, especialmente en brazos.
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Re: Casa de los Dulces
17/04/17, 10:45 pm
Fue un alivio ver a Pam sana y salva y además con telas intactas que poder usar de cuerda.
-Mejor bajamos desde aquí, la caída es menor. Ten en cuenta que hay que bajar a los heridos a pulso y nos va a tocar a Zob y a mi.
Una cosa era no quejarse de su herida y otra era ignorar que no tenía el hombro en plenas facultades. Rox, Adru y Verael no iban a poder bajar por su cuenta en el estado en el que estaban, y Pelusa no iba a ser de mucha ayuda con su tamaño por lo que el nublino y ella eran lo que quedaba de músculo en el grupo. Ayudó a la mona a bajar del boquete y Rox les explicó cómo creía que había activado el colgante explosivo. Escogieron el punto exacto, donde creían que la estructura aguantaría bien y se pusieron todos detrás de un mueble que usaron como apoyo para el colgante.
Aún habiéndolo visto antes ponía los pelos de punta. Tanto poder destructivo en un aparato tan pequeño... Después de comprobar que el agujero era seguro ataron las telas para formar cuerdas. Rena improvisó un arnés para Adru, que sería la primera en bajar, y tras asegurar el otro extremo de la cuerda donde buenamente pudieron la bajaron lentamente, con cuidado de no rozarla con nada. Después siguió Rox, Verael y, mientras tomaban aliento, Pam, que ya podría bajar por su cuenta. Rena fue la última a propósito, como no. Cuando llegaron todos al suelo sanos y salvos casi no podía creérselo.
-Vámonos de aquí cagando leches, no quiero volver a ver esta casa en mi vida- dijo.
Permanecer en la calle era un suicidio: estaban desarmados, heridos y agotados. Era crucial llegar cuanto antes al torreón. Aun así, Rena sentía alivio. Estaban vivos.
-Mejor bajamos desde aquí, la caída es menor. Ten en cuenta que hay que bajar a los heridos a pulso y nos va a tocar a Zob y a mi.
Una cosa era no quejarse de su herida y otra era ignorar que no tenía el hombro en plenas facultades. Rox, Adru y Verael no iban a poder bajar por su cuenta en el estado en el que estaban, y Pelusa no iba a ser de mucha ayuda con su tamaño por lo que el nublino y ella eran lo que quedaba de músculo en el grupo. Ayudó a la mona a bajar del boquete y Rox les explicó cómo creía que había activado el colgante explosivo. Escogieron el punto exacto, donde creían que la estructura aguantaría bien y se pusieron todos detrás de un mueble que usaron como apoyo para el colgante.
Aún habiéndolo visto antes ponía los pelos de punta. Tanto poder destructivo en un aparato tan pequeño... Después de comprobar que el agujero era seguro ataron las telas para formar cuerdas. Rena improvisó un arnés para Adru, que sería la primera en bajar, y tras asegurar el otro extremo de la cuerda donde buenamente pudieron la bajaron lentamente, con cuidado de no rozarla con nada. Después siguió Rox, Verael y, mientras tomaban aliento, Pam, que ya podría bajar por su cuenta. Rena fue la última a propósito, como no. Cuando llegaron todos al suelo sanos y salvos casi no podía creérselo.
-Vámonos de aquí cagando leches, no quiero volver a ver esta casa en mi vida- dijo.
Permanecer en la calle era un suicidio: estaban desarmados, heridos y agotados. Era crucial llegar cuanto antes al torreón. Aun así, Rena sentía alivio. Estaban vivos.
- Naeryan
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Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Casa de los Dulces
17/04/17, 11:02 pm
Verael se separará de ellos a medio camino, alegando que no quiere darles más problemas. Es difícil saber qué presagia más la probabilidad de que no vuelvan a verle: si las heridas que arrastra, la incapacidad de recorrer con cautela las calles por agotamiento o el vacío en sus ojos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Casa de los Dulces
19/04/17, 03:57 pm
Estaba destrozado. Así de simple. La adrenalina poco a poco se evaporaba con las esperanzas de salir de allí y dejaba el cuerpo de un pequeño niño nublino muy pero muy agotado. Quería un poco de aire, de brisa, de luz, quería regresar al torreón. Considero las reacciones de Rox como un desvarío a causa de todo, se preguntaba si no sería todo una mala pesadilla por atacar a un dios... pero su cuerpo no podía hacer nada para ayudar a su compañero ni por seguir pensando mas sobre todo aquello. Hasta que la ráfaga de energía emergió. Zob no supo si fue aquella cosa que lo lanzo, o su cuerpo el que en un reflejo de supervivencia , se movió y evito la mayoría del derrumbe. Cuando pudo ver mejor la casa...bueno no sabía como seguía de pie, magia supuso. Por otro lado, su cerebro le decía que era un milagro, aquella explosión y el espacio que les había abierto... eso pudo haberlos aniquilado pero seguían allí. Desobedeciendo a su mente que le gritaba que huyera, trato de sentarse en unos escombros dominado por el cansancio. Sentía a sus músculos contraerse de agotamiento y estaba golpeado en varios lugares, no muy fuertemente, pero lo suficiente para notarlo. Su cabello estaba lleno de humo y polvo y la boca seca y con un sabor extraño.
Escucho a Pam subir y toda la conversación con Rena. ¡Podían huir! y aun así su cuerpo no quería moverse de allí. Estaba cansado mas allá de cualquier trabajo que hubiera realizado antes. Y aun así, también sonrió cuando la irrense comento que el tendría que ayudar a bajar a los demás. Ella tenia razón y no podía defraudar a todos. Se levanto pesadamente sin pronunciar una palabra y acepto los planes como venían. Bajar a Adru...Rox, Verael...sentía que en cualquier momento se le saldrían los brazos y tendrían que bajarlo también atado. Cuando bajo el y luego sus dos amigas, ni comento nada ni contesto a Rena inmediatamente. Era imperioso que se largaran de ahí. Jamás debió pasar todo eso. Pero ahora él sabía que había mas cosechados en la ciudad, y que todos, incluidos ellos, estaban al borde de morir y no ser dignos de la luna Roja.
- Va-vámonos - dijo con una voz pastosa y cansada. Había visto a Verael marcharse pero no hizo nada. solo lo siguió con la mirada unos segundos. Para bien o para mal, aquel dios escorpión había dicho que el fallo su prueba...pero Verael seguía vivo. y Zobriel esperaba que siguiera vivo a pesar de la mirada y el caminar del trasgo. No quiso hablarle. Dios o no, su otro compañero nublino ahora si parecía parte de aquella ciudad. Volteo y solo pudo alcanzar a susurrar con la voz seca. - Los demás nos están esperando...va...monos.
Su tamaño cansancio y fuerza no servían para cargar a nadie, aunque quizá lo podrían usar de apoyo. Se acerco a Adru y le puso una mano en la espalda como apoyo. - Debemos regresar rápido al torreón...
Escucho a Pam subir y toda la conversación con Rena. ¡Podían huir! y aun así su cuerpo no quería moverse de allí. Estaba cansado mas allá de cualquier trabajo que hubiera realizado antes. Y aun así, también sonrió cuando la irrense comento que el tendría que ayudar a bajar a los demás. Ella tenia razón y no podía defraudar a todos. Se levanto pesadamente sin pronunciar una palabra y acepto los planes como venían. Bajar a Adru...Rox, Verael...sentía que en cualquier momento se le saldrían los brazos y tendrían que bajarlo también atado. Cuando bajo el y luego sus dos amigas, ni comento nada ni contesto a Rena inmediatamente. Era imperioso que se largaran de ahí. Jamás debió pasar todo eso. Pero ahora él sabía que había mas cosechados en la ciudad, y que todos, incluidos ellos, estaban al borde de morir y no ser dignos de la luna Roja.
- Va-vámonos - dijo con una voz pastosa y cansada. Había visto a Verael marcharse pero no hizo nada. solo lo siguió con la mirada unos segundos. Para bien o para mal, aquel dios escorpión había dicho que el fallo su prueba...pero Verael seguía vivo. y Zobriel esperaba que siguiera vivo a pesar de la mirada y el caminar del trasgo. No quiso hablarle. Dios o no, su otro compañero nublino ahora si parecía parte de aquella ciudad. Volteo y solo pudo alcanzar a susurrar con la voz seca. - Los demás nos están esperando...va...monos.
Su tamaño cansancio y fuerza no servían para cargar a nadie, aunque quizá lo podrían usar de apoyo. Se acerco a Adru y le puso una mano en la espalda como apoyo. - Debemos regresar rápido al torreón...
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Casa de los Dulces
23/04/17, 02:55 pm
La mona del queso no discutió a las palabras de Rena y tras hacer la cuerda con la cortinas y mantas, bajo del boquete con ayuda de la enserirse. Se sentía realmente cansada, sus pies le dolía enormemente y solo pensar que aun les quedaba un largo camino para llegar al torreón cuando salieran le hacían querer ovillarse. Pero el pensamiento de que por fin saldrían de esa cárcel de fuego superaba al dolor de sus quemaduras y ampollas.
Vio como Rox conseguía hacer funcionar nuevamente aquel extraño objeto y por un vago segundo se pregunto como había conseguido, ya no solo activarlo, sino volver a cargarlo, porque aprecia minutos antes como vació, sin energía. << Debo investigarlo luego cuando las fuerzas no me abandonen....y magia...debo seguir traduciendo los hechizos, esto tal vez no habría ocurrido si supiéramos mas magia >> pensó Pam mordiéndose el labio inferior, contrariada consigo misma y y con la situación, pues su despecho y desilusión por no poder hacer los hechizos había hecho que abandonara temporalmente su labor de traducir los que quedaban pendientes y eso había provocado que perdieran una importante extra con el que protegerse y salir de allí.
Frustrada y decidida con esos pensamientos en mente de las cosas que tendría que hacer cuando volviera, fueron las que mantuviera en pie su pequeño cuerpo, que ya había perdido buena parte de resistencia, y que tendría que mantenerse otro tiempo mas entero para poder volver. Vió como sus compañeros mas heridos salieron primero por el boquete que había creado Rox con su nueva adquisición, gracias a la cuerda improvisada que ella les había conseguido. Cuando fue su turno, Pam simplemente se dejo caer como si fuese una especie de pluma, deslizándose por la cuerda, cuidándose de en el último segundo aferrarse bien, para posar los pies con cuidado en el suelo, que bastante le dolían ya como para ir dando pisotones.
Pam inspiro fuertemente el aire de la calle, aun con el humo que lo envolvía proveniente de la casa pero mas puro y amplio que el de aquellas cuatro paredes. Se llevo unas manos al rostro sudorosos, tosiendo cuando aquel golpe de aire mas limpio lleno sus pulmones e intento echar de estos aquel contaminante.
Cuando Rena bajo, siendo la última, Pam escuchó a Verael decir que se marcharía y sus ojos se desviaron hacía el. La niña frunció ligeramente el ceño, su andar renqueante y sus ojos de pez muerto, todo el conjunto le daba la imagen de un animal herido en busca de un lugar donde terminar de morir. Sin energías, sin mas ganas de vivir. Parecía haber pasado días, desde que horas antes dijo que lo abandonaran en manos del hombre escorpión, desde que luego mencionó que podrían acabar con el antes de que el lo hiciera con ellos.
Y Pam no se arrepentía de sus palabras en aquel momento, las había dicho con un razonamiento, no por mero capricho, era un sujeto peligroso y a ese tipo de sujetos peligrosos era mejor mantenerlos a distancia. Pero no olvidaba, pese a todo, como este pese a sus enormes heridas los había estado ayudado insistentemente a intentar salir, intentando romper puertas y ventanas. En intentarse salvarlos a ellos y a si mismo, pese a saber seguramente ya, que su situación actual no tenía solución. Que en lo que sea que parte de el se hubiera convertido, los hacía sus enemigos, su cena.
La mona del quedo desvió la mirada de la figura renqueante para seguir al resto, irse sin mas era lo mejor que hacía, ellos no podían ayudarle mas que intentando matarlo, algo que ninguno de sus compañeros querría hacer ni le permitirían a ella hacerlo. Ya eran de mundos distintos, aun así Pam sentía que unas palabras se le atascaban en la garganta, unas que este ya no escucharía, pero que para ella era algo que le debía.
-Gracias por ayudarnos, Verael -sus palabras fueron claras, aunque algo bajas, antes de reunirse nuevamente con el grueso del grupo para ponerse en marcha. Porque si, lo quería lejos; y sí, lo consideraba peligroso aun, pero Pam era el tipo de persona que no solo despreciaba la ineptitud y lo malo de la gente; también sabia valorar, aunque le costara a veces, cuando alguien hacía algo bien.
<< Nosotros ahora vamos a tener uno días difíciles curándonos. Esta salida ha sido un desastre, a lo sumo averiguamos que los habitantes de esta ciudad son realmente unos monstruos desgraciados y que hay mas cosechados por ahí, ¿quedara realmente alguien mas vivo?>> pensó molesta, aquel vagar de su mente ayudándola a avanzar sin pensar en las ampollas, recordando en como ese tipo había acabado con la vida de dos de sus compañero, uno mas directamente que el otro, en las palabras de Verael diciendo que ya solo quedaba el.
Suspiro levemente, recordando también como se habían buscada la replica del hombre escorpión tras el flechazo de Adru, pero...¿no había sido algo excesivo? Aquello no parecía un castigo menor, había intentado realizar una matanza y Pam recordaba que en el libro de Adru, se mencionaba que los habitantes de la ciudad no podían dañarles o algo así. Si era cierto desde luego ese escorpión se había saltado esa normal como le daba la gana; eso, o simplemente el libro era engañoso, influenciado por las ínfulas de grandeza de los niños que lo escribieron. Lo segundo parecía lo mas probable, visto lo visto.
<< Hasta que no averigüemos por completo, hasta que punto la gente de esta ciudad puede hacernos los que les de la gana...mejor será no relacionarse mucho con ellos si vemos alguno de nuevo >> pensó Pam segura, viendo de reojo sus cansados compañeros, no muy segura de si ellos serian capaces de mantener aquello.
No iba a proclamar palabras vanas de venganza, en ese momento no ganarían ni contra aun mosquito, y ante todo Pam pese a que lamentaba en cierta medida la muerte de sus compañeros no se podía hacer nada por ellos, vengarles no iba a revivirlos. Y estaba agotada como para pensar en venganzas y rencores, y aunque sonara algo cruel, agradecida haber sobrevivido.
<< Solo puedo prometerme a mi misma, que algún día nadie podrá verme con inferioridad....nunca mas y qué, sea como sea, tendré la oportunidad de protegerme de cualquiera que intente hacerme daño. Entonces ahí, ya hablaremos de todos los que me han jodido a lo largo de los años. Porque yo nunca olvido >> pensó Pam, frunciendo el ceño, apretando en torno a ella su delantal, agarrando firmemente la daga que aun guardaba allí dentro, rumbo a Letargo
Vio como Rox conseguía hacer funcionar nuevamente aquel extraño objeto y por un vago segundo se pregunto como había conseguido, ya no solo activarlo, sino volver a cargarlo, porque aprecia minutos antes como vació, sin energía. << Debo investigarlo luego cuando las fuerzas no me abandonen....y magia...debo seguir traduciendo los hechizos, esto tal vez no habría ocurrido si supiéramos mas magia >> pensó Pam mordiéndose el labio inferior, contrariada consigo misma y y con la situación, pues su despecho y desilusión por no poder hacer los hechizos había hecho que abandonara temporalmente su labor de traducir los que quedaban pendientes y eso había provocado que perdieran una importante extra con el que protegerse y salir de allí.
Frustrada y decidida con esos pensamientos en mente de las cosas que tendría que hacer cuando volviera, fueron las que mantuviera en pie su pequeño cuerpo, que ya había perdido buena parte de resistencia, y que tendría que mantenerse otro tiempo mas entero para poder volver. Vió como sus compañeros mas heridos salieron primero por el boquete que había creado Rox con su nueva adquisición, gracias a la cuerda improvisada que ella les había conseguido. Cuando fue su turno, Pam simplemente se dejo caer como si fuese una especie de pluma, deslizándose por la cuerda, cuidándose de en el último segundo aferrarse bien, para posar los pies con cuidado en el suelo, que bastante le dolían ya como para ir dando pisotones.
Pam inspiro fuertemente el aire de la calle, aun con el humo que lo envolvía proveniente de la casa pero mas puro y amplio que el de aquellas cuatro paredes. Se llevo unas manos al rostro sudorosos, tosiendo cuando aquel golpe de aire mas limpio lleno sus pulmones e intento echar de estos aquel contaminante.
Cuando Rena bajo, siendo la última, Pam escuchó a Verael decir que se marcharía y sus ojos se desviaron hacía el. La niña frunció ligeramente el ceño, su andar renqueante y sus ojos de pez muerto, todo el conjunto le daba la imagen de un animal herido en busca de un lugar donde terminar de morir. Sin energías, sin mas ganas de vivir. Parecía haber pasado días, desde que horas antes dijo que lo abandonaran en manos del hombre escorpión, desde que luego mencionó que podrían acabar con el antes de que el lo hiciera con ellos.
Y Pam no se arrepentía de sus palabras en aquel momento, las había dicho con un razonamiento, no por mero capricho, era un sujeto peligroso y a ese tipo de sujetos peligrosos era mejor mantenerlos a distancia. Pero no olvidaba, pese a todo, como este pese a sus enormes heridas los había estado ayudado insistentemente a intentar salir, intentando romper puertas y ventanas. En intentarse salvarlos a ellos y a si mismo, pese a saber seguramente ya, que su situación actual no tenía solución. Que en lo que sea que parte de el se hubiera convertido, los hacía sus enemigos, su cena.
La mona del quedo desvió la mirada de la figura renqueante para seguir al resto, irse sin mas era lo mejor que hacía, ellos no podían ayudarle mas que intentando matarlo, algo que ninguno de sus compañeros querría hacer ni le permitirían a ella hacerlo. Ya eran de mundos distintos, aun así Pam sentía que unas palabras se le atascaban en la garganta, unas que este ya no escucharía, pero que para ella era algo que le debía.
-Gracias por ayudarnos, Verael -sus palabras fueron claras, aunque algo bajas, antes de reunirse nuevamente con el grueso del grupo para ponerse en marcha. Porque si, lo quería lejos; y sí, lo consideraba peligroso aun, pero Pam era el tipo de persona que no solo despreciaba la ineptitud y lo malo de la gente; también sabia valorar, aunque le costara a veces, cuando alguien hacía algo bien.
<< Nosotros ahora vamos a tener uno días difíciles curándonos. Esta salida ha sido un desastre, a lo sumo averiguamos que los habitantes de esta ciudad son realmente unos monstruos desgraciados y que hay mas cosechados por ahí, ¿quedara realmente alguien mas vivo?>> pensó molesta, aquel vagar de su mente ayudándola a avanzar sin pensar en las ampollas, recordando en como ese tipo había acabado con la vida de dos de sus compañero, uno mas directamente que el otro, en las palabras de Verael diciendo que ya solo quedaba el.
Suspiro levemente, recordando también como se habían buscada la replica del hombre escorpión tras el flechazo de Adru, pero...¿no había sido algo excesivo? Aquello no parecía un castigo menor, había intentado realizar una matanza y Pam recordaba que en el libro de Adru, se mencionaba que los habitantes de la ciudad no podían dañarles o algo así. Si era cierto desde luego ese escorpión se había saltado esa normal como le daba la gana; eso, o simplemente el libro era engañoso, influenciado por las ínfulas de grandeza de los niños que lo escribieron. Lo segundo parecía lo mas probable, visto lo visto.
<< Hasta que no averigüemos por completo, hasta que punto la gente de esta ciudad puede hacernos los que les de la gana...mejor será no relacionarse mucho con ellos si vemos alguno de nuevo >> pensó Pam segura, viendo de reojo sus cansados compañeros, no muy segura de si ellos serian capaces de mantener aquello.
No iba a proclamar palabras vanas de venganza, en ese momento no ganarían ni contra aun mosquito, y ante todo Pam pese a que lamentaba en cierta medida la muerte de sus compañeros no se podía hacer nada por ellos, vengarles no iba a revivirlos. Y estaba agotada como para pensar en venganzas y rencores, y aunque sonara algo cruel, agradecida haber sobrevivido.
<< Solo puedo prometerme a mi misma, que algún día nadie podrá verme con inferioridad....nunca mas y qué, sea como sea, tendré la oportunidad de protegerme de cualquiera que intente hacerme daño. Entonces ahí, ya hablaremos de todos los que me han jodido a lo largo de los años. Porque yo nunca olvido >> pensó Pam, frunciendo el ceño, apretando en torno a ella su delantal, agarrando firmemente la daga que aun guardaba allí dentro, rumbo a Letargo
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Casa de los Dulces
16/02/19, 01:52 pm
La sinhadre ya estaba levantada cuando ocurrió. Se había cruzado con Ina y Eorlir, quienes estaban enfrascados en la lectura de uno de los libros de la biblioteca y que declinaron su oferta de entrenar con ella. El gamusino siguió su camino encogiéndose de hombros y dispuesta a preguntarle a cualquiera que viese, aunque no lo conociese de nada. Se dirigió primero a la cocina para prepararse algo de desayuno, pero no coincidió con nadie más porque era muy temprano. La pareja sinhadre ya no estaba donde los había visto tampoco, por lo que simplemente se dirigió a la sala de entrenamiento. Antes de que pudiese llegar a su destino una extraña sensación le hizo ponerse alerta. Comenzó a darse la vuelta, con la intención de regresar corriendo al cuarto. Algo malo estaba pasando y si era así debía proteger a Neil y al resto. La imagen de una torre de aspecto extraño le hizo detenerse en seco, y después de eso las fuerzas le fallaron hasta que se desplomó.
Emitió varios quejidos mientras comenzaba a recobrar la consciencia, notando su cuerpo débil y carente de fuerza, como si todos sus músculos se hubieran relajado en exceso. Consiguió sentarse en el suelo de piedra y… ¿Piedra? El gamusino se apresuró a frotarse los ojos para despejar su visión y parpadeó varias veces tratando de enfocar. Estaba en mitad de la calle, de algún modo. Su visión periférica captó el cuerpo de alguien a su lado y comprobó que Neil estaba con ella. Lo miró con expresión confusa, aunque antes de poder decirle algo se dio cuenta de que estaban también allí el resto de sus amigos. ¿Cómo no había visto a nadie antes?
—¿Qué ha…?
Había comenzado a hablar tras levantarse con dificultad, pero se detuvo al posar su mirada sobre otro elemento que destacaba claramente pero que tampoco había visto hasta ese momento.
>>Es… esa casa… Aquí es donde…
Su voz ya no era firme y clara como solía ser y un tinte de angustia machaba claramente su tono. De algún modo habían sido transportados desde la Sede de los Taumaturgos a la Casa de los Dulces. Y aquel era un lugar que el sinhadre no quería volver a ver.
Emitió varios quejidos mientras comenzaba a recobrar la consciencia, notando su cuerpo débil y carente de fuerza, como si todos sus músculos se hubieran relajado en exceso. Consiguió sentarse en el suelo de piedra y… ¿Piedra? El gamusino se apresuró a frotarse los ojos para despejar su visión y parpadeó varias veces tratando de enfocar. Estaba en mitad de la calle, de algún modo. Su visión periférica captó el cuerpo de alguien a su lado y comprobó que Neil estaba con ella. Lo miró con expresión confusa, aunque antes de poder decirle algo se dio cuenta de que estaban también allí el resto de sus amigos. ¿Cómo no había visto a nadie antes?
—¿Qué ha…?
Había comenzado a hablar tras levantarse con dificultad, pero se detuvo al posar su mirada sobre otro elemento que destacaba claramente pero que tampoco había visto hasta ese momento.
>>Es… esa casa… Aquí es donde…
Su voz ya no era firme y clara como solía ser y un tinte de angustia machaba claramente su tono. De algún modo habían sido transportados desde la Sede de los Taumaturgos a la Casa de los Dulces. Y aquel era un lugar que el sinhadre no quería volver a ver.
- InvitadoInvitado
Re: Casa de los Dulces
16/02/19, 10:12 pm
Rena estaba durmiendo como un oso cuando ocurrió. Había pasado el día anterior entrenando y le dolían hasta las pestañas. Los entrenamientos de allí no tenían nada que ver con las chorradas que hacían cuando estaban en Letargo.
La torre negra ocupó toda su mente y le llenó las entrañas de bilis. El susto la había hecho caerse de la cama… si aún estuviese en su habitación.
Rena dio con sus huesos en un suelo de adoquines. Alzó la cabeza, totalmente desorientada, y miró a su alrededor.
-¿Qué cojones… ?
Sus compañeros estaban tirados a su alrededor, igual de confusos que ella. Trató de incorporarse, era difícil con un solo brazo y el cuerpo dolorido por las agujetas. La visión de la casa le golpeó como un mazazo.
-¿Qué estamos haciendo aquí?
¿Cómo habían llegado allí? Rena no recordaba habr salido de la cama, de hecho aún llevaba su ropa de dormir. Un montón de recuerdos que creía haber enterrado bien en el fondo de su mente empezaron a emerger atropelladamente. << No puede ser, no puede, el monstruo está muerto, todos lo vimos>> se repitió, tratando de autoconvencerse.
No tenía armas, no tenía su brazo, no tenía fuerzas para enfrentarse a algo así otra vez.
-Vámonos de aquí pero ya -le dijo al grupo.
Luego ya tendrían tiempo de buscar explicaciones.
La torre negra ocupó toda su mente y le llenó las entrañas de bilis. El susto la había hecho caerse de la cama… si aún estuviese en su habitación.
Rena dio con sus huesos en un suelo de adoquines. Alzó la cabeza, totalmente desorientada, y miró a su alrededor.
-¿Qué cojones… ?
Sus compañeros estaban tirados a su alrededor, igual de confusos que ella. Trató de incorporarse, era difícil con un solo brazo y el cuerpo dolorido por las agujetas. La visión de la casa le golpeó como un mazazo.
-¿Qué estamos haciendo aquí?
¿Cómo habían llegado allí? Rena no recordaba habr salido de la cama, de hecho aún llevaba su ropa de dormir. Un montón de recuerdos que creía haber enterrado bien en el fondo de su mente empezaron a emerger atropelladamente. << No puede ser, no puede, el monstruo está muerto, todos lo vimos>> se repitió, tratando de autoconvencerse.
No tenía armas, no tenía su brazo, no tenía fuerzas para enfrentarse a algo así otra vez.
-Vámonos de aquí pero ya -le dijo al grupo.
Luego ya tendrían tiempo de buscar explicaciones.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Casa de los Dulces
17/02/19, 07:03 pm
Nime dormía en su habitación. La seguridad del nuevo refugio debería estar ayudándola a dormir mucho mejor que antes, pero no era así, y no hacía tanto que había logrado cerrar los ojos aquella noche. Ella lo achacaba a que el miedo seguía ahí, aunque nunca hablaba de ello y lo único que deseaba era dejar atrás aquella etapa y olvidarla.
Una torre con un aura peligrosa que no sabía definir interrumpió sus pesadillas, tomando toda su atención. No supo qué pasaba, pero volvió a despertarse con esa imagen todavía muy presente. Solo que no se despertó en su cama, sino en el suelo, y se levantó enseguida, asustada por aquel cambio repentino.
—¿Dónde…? —exclamó, antes de darse cuena de que no era la única. Todos estaban allí, en plena calle, y aunque agradecía no estar sola, parecían tan desubicados como ella misma. Eso quería decir que no habían sido ellos quienes la habían sacado de su cama.
No había ningún punto de referencia que reconociese en aquella calle, pero la casa de los dulces llamó su atención lo suficiente como para dejarla observando en silencio durante unos instantes. Solo logró ponerse en movimiento al escuchar la voz de Rena apremiándolos. Alcanzó a la irrense, dispuesta a intentar averiguar lo que pudiese de aquella situación.
—¿Pero qué pasa? ¿Dónde estamos?
Si no preguntó por qué estaban allí, fue porque era evidente que nadie lo sabía.
Una torre con un aura peligrosa que no sabía definir interrumpió sus pesadillas, tomando toda su atención. No supo qué pasaba, pero volvió a despertarse con esa imagen todavía muy presente. Solo que no se despertó en su cama, sino en el suelo, y se levantó enseguida, asustada por aquel cambio repentino.
—¿Dónde…? —exclamó, antes de darse cuena de que no era la única. Todos estaban allí, en plena calle, y aunque agradecía no estar sola, parecían tan desubicados como ella misma. Eso quería decir que no habían sido ellos quienes la habían sacado de su cama.
No había ningún punto de referencia que reconociese en aquella calle, pero la casa de los dulces llamó su atención lo suficiente como para dejarla observando en silencio durante unos instantes. Solo logró ponerse en movimiento al escuchar la voz de Rena apremiándolos. Alcanzó a la irrense, dispuesta a intentar averiguar lo que pudiese de aquella situación.
—¿Pero qué pasa? ¿Dónde estamos?
Si no preguntó por qué estaban allí, fue porque era evidente que nadie lo sabía.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Casa de los Dulces
19/02/19, 12:08 am
El eco de un ladrido resonó en su habitación, lejano y a la vez muy cerca, casi irreal. Hicieron falta un par más para que despertara del todo, obligándole a abrir los ojos con cierta molestia. Como todos los sábados por la mañana, el perro del vecino tenía que despertar a toda la urbanización. La luz del sol entraba con suavidad por su ventana, ofreciéndole dos opciones en igualdad de condiciones: despertar o seguir durmiendo. Rox decidió seguir soñando.
Se irguió en su sitio, buscando entre las sábanas y los peluches el calcetín que se había quitado sin querer mientras dormía. Pudo notar los nudos que se le habían hecho en el pelo durante la noche, y una lagrimita se le escapó cuando intentó deshacer uno con los dedos. Según su reloj tan solo eran las 9 de la mañana, pero el murmullo tras la puerta de su habitación le indicaba que era la última en salir del sobre. Vaya rollo. Siempre que se levantaba la primera podía poner Cartoon Network sin que la molestaran en un par de horas, atiborrarse a cereales y lo más importante, no tenía que recibir órdenes. Pero con sus padres ya arriba el protocolo era diferente. Hizo (mal) su cama, se abrochó (mal) los botones que faltaban por abrochar de su pijama del pato Lucas, se peinó entre quejidos y, después de ordenar escrupulosamente sus peluches, salió de su cuarto.
Fuera la luz era más intensa. Su casa se veía especialmente grande, cálida y limpia, tal como se recuerdan los lugares preciados. A través de la puerta corredera se podía ver el jardín, la piscina y varios juguetes suyos desperdigados por el césped, todo en colores saturados por el intenso sol. Dentro, el orden impoluto en el que sus padres mantenían todo, el característico olor a madera recién encerada y la agradable corriente del aire acondicionado.
Su padre se encontraba haciendo zapping a escasos metros de la tele, distraído, con el mando en una mano y un cuchillo lleno de mantequilla en la otra. Aún llevaba el pijama. Su madre, que le insistía en que dejase el mando y untase la tostada de una vez, estaba apoyada en la isla de la cocina mientras servía el café, mirándole de reojo con reproche. Una chispa de extrañeza brotó en el interior de la australiana, aunque no supo identificar la raíz. Nostalgia, pena, rabia, alegría. No podía definir que le pasaba, así que simplemente achacó todo aquello al fastidio de haberse despertado la última.
Su familia siempre se quejaba de su costumbre de andar silenciosamente, con motivo. Se deslizó en escena sin hacer el más mínimo ruido, como un ratón en un granero.
—Hola. ¡Buenos días! —saludó, situándose frente la despensa a paso ligero.
Nadie le respondió. No era raro que no hubieran reparado en su presencia antes, pero… ni siquiera su madre dio un respingo. A lo mejor estaban enfadados por algo. Rox se sintió pequeña y el miedo a la culpa, fuera por lo que fuera, le embargó.
Sacó los cereales y su bol de Lilo y Stitch de la estantería, llevándoselo a la boca mientras les observaba atentamente, con movimientos lentos y el disimulo característico de un niño pequeño.
—Mami, ¿me pasas la leche? —dijo, señalando el bote que ésta tenía al lado, a pesar de que podía cogerlo perfectamente por su cuenta. Se apresuró en añadir:— Por favor.
Nada.
—¿Mami?
Su madre bajó la mirada fugazmente hacia ella. Sus pupilas no encontraron un punto de atención, vagando en el espacio como si buscase una miga de suciedad en el suelo a través de la joven. Pero el detalle más desconcertante fueron sus ojos: blancos, vidriosos, como si se hubiera vuelto totalmente ciega. Aquello bastó para asustar a Rox y hacerla retroceder varios pasos. Cuando la mayor miró a otro lado, recuperaron su color castaño.
—¿Hay alguna ventana abierta, Sanghun? Hay como una corriente de aire caliente.
—A lo mejor me he dejado el trastero abierto.
—¿Puedes ir a ver?
—Hm-hm.
—¿Papá?
Su voz salió apresurada, nerviosa, buscando auxilio en su padre. En algún momento la luz había menguado a un gris sucio, especialmente oscuro allí donde se encontraba el adulto. La televisión estaba en estática y emitía un ruido blanco, que aumentaría hasta niveles insoportables cuanto más la mirase Rox. El hombre no se movió del sitio, ni siquiera cuando la rubia gritó “papá” para hacerse oír por encima del ruido. La imagen de una torre sustituyó el escenario con un flashazo irregular, finalmente provocando su despertar entre sollozos.
Abrió los ojos con dolor en la sien, el corazón a mil y el pitido aún en los oídos. Lo primero que notó fue el cielo sobre su cabeza, luego la fría piedra debajo. Se miró las manos antes de darse un abrazo a sí mismo, confuso. Su pelo, largo y cenizo, le caía sobre el rostro sin orden alguno y cubría la mitad de su espalda. Le faltaba un calcetín y llevaba un pijama del pato Lucas con varios botones sin abrochar. Rox no tenía el aspecto y tamaño de un joven de 18 años, sino el de una niña de 8.
Reconoció a sus compañeros en seguida, así como el lugar donde se encontraban. Abrió la boca con la intención de preguntar, pero la incertidumbre y el miedo le impidieron decir nada. La dualidad de su mente bloqueaba las reacciones inmediatas, incapaz de decidir acorde a que edad actuar. Sus amigos y los terribles recuerdos del lugar pertenecían a su yo adulto, así como la imperiosa necesidad de ponerse en marcha y ayudar a los demás a correr, mas el miedo, la imagen aún vívida de sus padres y su casa tan presentes le incitaban a volver a su infancia, esperar a que cargaran con él y llorar.
Al final, sus ambos “yos” se pusieron de acuerdo en algo.
—Vámonos de aquí. Por favor, vámonos de aquí.
Se irguió en su sitio, buscando entre las sábanas y los peluches el calcetín que se había quitado sin querer mientras dormía. Pudo notar los nudos que se le habían hecho en el pelo durante la noche, y una lagrimita se le escapó cuando intentó deshacer uno con los dedos. Según su reloj tan solo eran las 9 de la mañana, pero el murmullo tras la puerta de su habitación le indicaba que era la última en salir del sobre. Vaya rollo. Siempre que se levantaba la primera podía poner Cartoon Network sin que la molestaran en un par de horas, atiborrarse a cereales y lo más importante, no tenía que recibir órdenes. Pero con sus padres ya arriba el protocolo era diferente. Hizo (mal) su cama, se abrochó (mal) los botones que faltaban por abrochar de su pijama del pato Lucas, se peinó entre quejidos y, después de ordenar escrupulosamente sus peluches, salió de su cuarto.
Fuera la luz era más intensa. Su casa se veía especialmente grande, cálida y limpia, tal como se recuerdan los lugares preciados. A través de la puerta corredera se podía ver el jardín, la piscina y varios juguetes suyos desperdigados por el césped, todo en colores saturados por el intenso sol. Dentro, el orden impoluto en el que sus padres mantenían todo, el característico olor a madera recién encerada y la agradable corriente del aire acondicionado.
Su padre se encontraba haciendo zapping a escasos metros de la tele, distraído, con el mando en una mano y un cuchillo lleno de mantequilla en la otra. Aún llevaba el pijama. Su madre, que le insistía en que dejase el mando y untase la tostada de una vez, estaba apoyada en la isla de la cocina mientras servía el café, mirándole de reojo con reproche. Una chispa de extrañeza brotó en el interior de la australiana, aunque no supo identificar la raíz. Nostalgia, pena, rabia, alegría. No podía definir que le pasaba, así que simplemente achacó todo aquello al fastidio de haberse despertado la última.
Su familia siempre se quejaba de su costumbre de andar silenciosamente, con motivo. Se deslizó en escena sin hacer el más mínimo ruido, como un ratón en un granero.
—Hola. ¡Buenos días! —saludó, situándose frente la despensa a paso ligero.
Nadie le respondió. No era raro que no hubieran reparado en su presencia antes, pero… ni siquiera su madre dio un respingo. A lo mejor estaban enfadados por algo. Rox se sintió pequeña y el miedo a la culpa, fuera por lo que fuera, le embargó.
Sacó los cereales y su bol de Lilo y Stitch de la estantería, llevándoselo a la boca mientras les observaba atentamente, con movimientos lentos y el disimulo característico de un niño pequeño.
—Mami, ¿me pasas la leche? —dijo, señalando el bote que ésta tenía al lado, a pesar de que podía cogerlo perfectamente por su cuenta. Se apresuró en añadir:— Por favor.
Nada.
—¿Mami?
Su madre bajó la mirada fugazmente hacia ella. Sus pupilas no encontraron un punto de atención, vagando en el espacio como si buscase una miga de suciedad en el suelo a través de la joven. Pero el detalle más desconcertante fueron sus ojos: blancos, vidriosos, como si se hubiera vuelto totalmente ciega. Aquello bastó para asustar a Rox y hacerla retroceder varios pasos. Cuando la mayor miró a otro lado, recuperaron su color castaño.
—¿Hay alguna ventana abierta, Sanghun? Hay como una corriente de aire caliente.
—A lo mejor me he dejado el trastero abierto.
—¿Puedes ir a ver?
—Hm-hm.
—¿Papá?
Su voz salió apresurada, nerviosa, buscando auxilio en su padre. En algún momento la luz había menguado a un gris sucio, especialmente oscuro allí donde se encontraba el adulto. La televisión estaba en estática y emitía un ruido blanco, que aumentaría hasta niveles insoportables cuanto más la mirase Rox. El hombre no se movió del sitio, ni siquiera cuando la rubia gritó “papá” para hacerse oír por encima del ruido. La imagen de una torre sustituyó el escenario con un flashazo irregular, finalmente provocando su despertar entre sollozos.
—
Abrió los ojos con dolor en la sien, el corazón a mil y el pitido aún en los oídos. Lo primero que notó fue el cielo sobre su cabeza, luego la fría piedra debajo. Se miró las manos antes de darse un abrazo a sí mismo, confuso. Su pelo, largo y cenizo, le caía sobre el rostro sin orden alguno y cubría la mitad de su espalda. Le faltaba un calcetín y llevaba un pijama del pato Lucas con varios botones sin abrochar. Rox no tenía el aspecto y tamaño de un joven de 18 años, sino el de una niña de 8.
Reconoció a sus compañeros en seguida, así como el lugar donde se encontraban. Abrió la boca con la intención de preguntar, pero la incertidumbre y el miedo le impidieron decir nada. La dualidad de su mente bloqueaba las reacciones inmediatas, incapaz de decidir acorde a que edad actuar. Sus amigos y los terribles recuerdos del lugar pertenecían a su yo adulto, así como la imperiosa necesidad de ponerse en marcha y ayudar a los demás a correr, mas el miedo, la imagen aún vívida de sus padres y su casa tan presentes le incitaban a volver a su infancia, esperar a que cargaran con él y llorar.
Al final, sus ambos “yos” se pusieron de acuerdo en algo.
—Vámonos de aquí. Por favor, vámonos de aquí.
- ♪♫♬:
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Casa de los Dulces
20/02/19, 05:53 pm
u rutina de levantarse temprano no había cambiado ni un poco, el hecho de no encontrar una postura cómoda para dormir que no fuese bocabajo por culpa de las alas ayudaba bastante a no desear dormir demasiado tiempo. Habia estado el día anterior enfocada en practicar con sus alas, que ya podía abrir y cerrar, aunque no fuese de mucho utilidad mas que eso, al menos no iba golpeándolo todo a su paso como le había pasado una par de días antes cuando no pudo cerrarlas por casi medio día.
Sin haber descansado muy entre las alas y que de por si no había forma de dormir pacíficamente desde hacia un tiempo, Pelusa había bajado a la cocina con intención de pillar algo de comer antes de enfrascarse un rato en leer libros de magia que había cogido de la biblioteca días antes , antes, cuando las antenas dejaron de ser una molestia cada dos segundos y el viento amaino un poco. Aun no había cumplido su precio por tanto seguía sin tener magia, pero una vez la obtuviera no quería estar sin saber nada, por eso estudiaba todas las mañanas cuanto hechizo cayera en sus manos ahora que no tenia que perder tanto tiempo en traducirlos. Fue allí, sentada en el sofá con un libro en su regazo, donde la estraña visión de aquella torre lleno cada uno de sus sentidos, antes de que la niña cayera sobre el sofá y el libro resbalase hasta el suelo con un ruido sordo.
---
La despertó el ruido de voces cercanas bien conocidas. Aturdida, abrió lentamente los ojos al sentir un cosquilleo en sus sensibles antenas. Lo primero que vio fue el suelo de piedra bajo sus pies y luego que se encontraba en el exterior, no bajo las paredes de la Sede ni en el sofá donde recordaba haber estado apenas momentos antes. Estaba fuera y no era la única. <<¿Que demonios....?¿Quien me ha sacado afuera? >> se preguntó incrédula enfocando un poco la vista alrededor, pudo ver a a todos sus compañeros allí. la imagen de una pequeña niña también se encontraba una que no conocía de nada pero que miraba con espanto atroz algo frente a ellos. Pelusa sin entender muchos e incorporo lentamente enfocando su vista en aquello que tanto parecia alterar a sus compañeros.
La visión de aquella casa la despertó por completo. Era imposible de olvidar. Flashes del momento en el que encontraron esa casa meses atrás y lo que ocurrió tras eso llenaron su mente en oleadas. La niña tembló, retrocediendo instintivamente ante el recuerdo de la casa quemada, del cizaña. Aquello no era posible. La cizaña estaba muerta, la vieron claramente empalada aquel día de Luna. No podía volver no había forma ¿verdad?. Por un instante Pelusa creyó estar volviendo a aquel dia, como si la Luna jamas hubiese llegado, como si ellos nunca hubiesen cambiado. pero no, Adru tenia sus orejas y cuernos, ella sentía sus alas a su espalda...ellos habían cambiado hacia meses que aquello había ocurrido, entonces, ¿que hacían allí?.
<<¿Como demonios hemos llegado aquí? ¡Recuerdo claramente estar leyendo en el sofá de la sede! >> pensó con sorpresa, intentando no dejarse llevar por su inquietud. Recordaba claramente lo que había estado haciendo, recordaba claramente ver a la cizaña empalada y como se sentía feliz y decepcionada por que ellos no pudieran vengarse. Era imposible que siguiera viva. ¿Por que estaban todos de nuevo allí cuando era uno de los lugares que menos deseaban ver la mayoría en sus vidas?
-¡Ni se os ocurra tocar esa casa!- advirtió recordando la desconfianza por esa casa de tiempo atrás, lanzandole una firme mirada a aquellos que jamas vieron lo que ocurrió aquel día, una clara mirada dirigida a los mas pequeños y desconocedores. Todos los que vivieron aquel suceso meses atrás instaban con todas sus fuerzas a marcharse de ese lugar. Incluyendo aquella pequeña niña que no lograba identificar, pero que viendo quienes estaban allí, solo podía imaginar que debía tratarse de Rox con una nueva apariencia.Teniendo en cuenta su transformación podría se posible, eso o se les había colado un extraño. Fuese como fuese, solo había algo claro ahí, debían alejarse rápidamente de allí.
Incluso si estaba segura de haber visto al cizaña muerto en su momento, en esos momentos no entendía nada de lo que estaba pasando y no se sentía muy a salvo tampoco. No cuando apenas tenía formas de defenderse y no parecía ser la única.
>>-Adru, no te quedes ahí, tenemos que irnos. Agarra a Neil y vamonos de aquí- llamó a la sinhadre instándola a despertar de la impresión con la que miraba aquella casa, seguramente recordando tal y como ella había hecho. Pelusa miro alrededor mientras buscaba alejarse de la casa junto al resto, sus antenas punzaba ligeramente, sabia que estas captando el movimiento, pero no tenia aun la suficiente soltura dándose cuenta de lo que captaban como para percatarse de posibles ataques fortuitos. No se sentía nada segura.
Sin haber descansado muy entre las alas y que de por si no había forma de dormir pacíficamente desde hacia un tiempo, Pelusa había bajado a la cocina con intención de pillar algo de comer antes de enfrascarse un rato en leer libros de magia que había cogido de la biblioteca días antes , antes, cuando las antenas dejaron de ser una molestia cada dos segundos y el viento amaino un poco. Aun no había cumplido su precio por tanto seguía sin tener magia, pero una vez la obtuviera no quería estar sin saber nada, por eso estudiaba todas las mañanas cuanto hechizo cayera en sus manos ahora que no tenia que perder tanto tiempo en traducirlos. Fue allí, sentada en el sofá con un libro en su regazo, donde la estraña visión de aquella torre lleno cada uno de sus sentidos, antes de que la niña cayera sobre el sofá y el libro resbalase hasta el suelo con un ruido sordo.
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La despertó el ruido de voces cercanas bien conocidas. Aturdida, abrió lentamente los ojos al sentir un cosquilleo en sus sensibles antenas. Lo primero que vio fue el suelo de piedra bajo sus pies y luego que se encontraba en el exterior, no bajo las paredes de la Sede ni en el sofá donde recordaba haber estado apenas momentos antes. Estaba fuera y no era la única. <<¿Que demonios....?¿Quien me ha sacado afuera? >> se preguntó incrédula enfocando un poco la vista alrededor, pudo ver a a todos sus compañeros allí. la imagen de una pequeña niña también se encontraba una que no conocía de nada pero que miraba con espanto atroz algo frente a ellos. Pelusa sin entender muchos e incorporo lentamente enfocando su vista en aquello que tanto parecia alterar a sus compañeros.
La visión de aquella casa la despertó por completo. Era imposible de olvidar. Flashes del momento en el que encontraron esa casa meses atrás y lo que ocurrió tras eso llenaron su mente en oleadas. La niña tembló, retrocediendo instintivamente ante el recuerdo de la casa quemada, del cizaña. Aquello no era posible. La cizaña estaba muerta, la vieron claramente empalada aquel día de Luna. No podía volver no había forma ¿verdad?. Por un instante Pelusa creyó estar volviendo a aquel dia, como si la Luna jamas hubiese llegado, como si ellos nunca hubiesen cambiado. pero no, Adru tenia sus orejas y cuernos, ella sentía sus alas a su espalda...ellos habían cambiado hacia meses que aquello había ocurrido, entonces, ¿que hacían allí?.
<<¿Como demonios hemos llegado aquí? ¡Recuerdo claramente estar leyendo en el sofá de la sede! >> pensó con sorpresa, intentando no dejarse llevar por su inquietud. Recordaba claramente lo que había estado haciendo, recordaba claramente ver a la cizaña empalada y como se sentía feliz y decepcionada por que ellos no pudieran vengarse. Era imposible que siguiera viva. ¿Por que estaban todos de nuevo allí cuando era uno de los lugares que menos deseaban ver la mayoría en sus vidas?
-¡Ni se os ocurra tocar esa casa!- advirtió recordando la desconfianza por esa casa de tiempo atrás, lanzandole una firme mirada a aquellos que jamas vieron lo que ocurrió aquel día, una clara mirada dirigida a los mas pequeños y desconocedores. Todos los que vivieron aquel suceso meses atrás instaban con todas sus fuerzas a marcharse de ese lugar. Incluyendo aquella pequeña niña que no lograba identificar, pero que viendo quienes estaban allí, solo podía imaginar que debía tratarse de Rox con una nueva apariencia.Teniendo en cuenta su transformación podría se posible, eso o se les había colado un extraño. Fuese como fuese, solo había algo claro ahí, debían alejarse rápidamente de allí.
Incluso si estaba segura de haber visto al cizaña muerto en su momento, en esos momentos no entendía nada de lo que estaba pasando y no se sentía muy a salvo tampoco. No cuando apenas tenía formas de defenderse y no parecía ser la única.
>>-Adru, no te quedes ahí, tenemos que irnos. Agarra a Neil y vamonos de aquí- llamó a la sinhadre instándola a despertar de la impresión con la que miraba aquella casa, seguramente recordando tal y como ella había hecho. Pelusa miro alrededor mientras buscaba alejarse de la casa junto al resto, sus antenas punzaba ligeramente, sabia que estas captando el movimiento, pero no tenia aun la suficiente soltura dándose cuenta de lo que captaban como para percatarse de posibles ataques fortuitos. No se sentía nada segura.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
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- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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