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- InvitadoInvitado
Llamando a casa
26/04/21, 12:38 am
La relación de Rocavarancolia y Libo se iba asentando y eso significaba que cada vez había más normas y protocolos que tenían que tener en cuenta. Por esta razón, y por su necesario descanso tras la tragedia de la Torre de los Soñadores, Mánia había tardado mucho más de lo que le hubiese gustado en contactar con su última cosechada. Estaba gratamente sorprendida de que hubiese sobrevivido; era la libense más joven que había hasta la fecha que había sido elegida y la embajadora se había mentalizado en que no tendría muchas posibilidades. Pero la cría era fuerte y había dado con un buen grupo. O puede que alguna deidad velase por ella.
Sea como fuere Mánia había llegado a la Sede y había mandado llamar a Nime para que se encontrase con ella en la sala común. Por la hora que era no había nadie así que podrían hablar tranquilas. Tal vez por su naturaleza territorial no se sentía cómoda yendo a buscarla a su dormitorio cuando no había avisado con antelación.
Vestía de manera informal para sus estándares, con un body negro de cuello de barco y mangas francesas y un arnés de cuero con remaches dorados. Pero llevaba sus garras y orejas ceremoniales y maquillaje tradicional. También llevaba una cesta de regalo con productos típicos libenses. Sabía que era un regalo frívolo para alguien que acababa de pasar por el trauma de una criba pero no quería ir con las manos vacías y eso tenía en su opinión mucho más valor que cualquier producto local.
Sea como fuere Mánia había llegado a la Sede y había mandado llamar a Nime para que se encontrase con ella en la sala común. Por la hora que era no había nadie así que podrían hablar tranquilas. Tal vez por su naturaleza territorial no se sentía cómoda yendo a buscarla a su dormitorio cuando no había avisado con antelación.
Vestía de manera informal para sus estándares, con un body negro de cuello de barco y mangas francesas y un arnés de cuero con remaches dorados. Pero llevaba sus garras y orejas ceremoniales y maquillaje tradicional. También llevaba una cesta de regalo con productos típicos libenses. Sabía que era un regalo frívolo para alguien que acababa de pasar por el trauma de una criba pero no quería ir con las manos vacías y eso tenía en su opinión mucho más valor que cualquier producto local.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
27/04/21, 10:42 pm
A Nime la avisaron de la visita de la embajadora cuando se encontraba leyendo en su cuarto, vestida solo con una camiseta larga que había sacado del baúl de ropa para compartir y que ni siquiera era de su talla. Aquel anunció la atrapó en un bucle de no saber qué ponerse y no querer hacer esperar a Mánia mientras elegía la ropa. Empezó a sacar las cosas de su armario tirones, echándolas sobre la cama y el suelo. No tenía mucha ropa, y menos bonita, porque la que había traído a la ciudad le venía ahora demasiado pequeña.
Al final se puso unos pantalones cortos que no estaban rotos (lo cual ya era bastante bueno) y una camisera sin mangas a la que recurría mucho porque le dejaba parte de los hombros al aire, y eso significaba no se enganchaba ni desgarraba contra los cristales de sus omóplatos.
Tras calzarse las botas echó a correr hacia la sala común. Llegó jadeando, pero se puso firme en cuanto estuvo delante de la embajadora. Incluso si no supiese quién era, su porte por sí solo sería suficiente para que la niña entendiese que tenía que tratarla con respeto.
—¡Saludos! ¿Me recuerda? Soy Nime, hija de Salima. ¿Me… me llamaba?
Tras preguntar aquello sus ojos se escaparon un par de veces de forma fugaz hacia la cesta con productos.
Al final se puso unos pantalones cortos que no estaban rotos (lo cual ya era bastante bueno) y una camisera sin mangas a la que recurría mucho porque le dejaba parte de los hombros al aire, y eso significaba no se enganchaba ni desgarraba contra los cristales de sus omóplatos.
Tras calzarse las botas echó a correr hacia la sala común. Llegó jadeando, pero se puso firme en cuanto estuvo delante de la embajadora. Incluso si no supiese quién era, su porte por sí solo sería suficiente para que la niña entendiese que tenía que tratarla con respeto.
—¡Saludos! ¿Me recuerda? Soy Nime, hija de Salima. ¿Me… me llamaba?
Tras preguntar aquello sus ojos se escaparon un par de veces de forma fugaz hacia la cesta con productos.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
30/04/21, 02:04 am
Mánia saludó a Nime con una sonrisa y una inclinación de cabeza.
-Hola, Nime. Claro que me acuerdo de tí.
No detectó signos de rechazo ni rencor en la niña, lo cual era un gran alivio. Los libenses estaban más mentalizados que otros cosechados para aceptar la crueldad de la ciudad, supuestamente, pero nunca se sabía. Invitó a Nime a sentarse y ella hizo lo propio en uno de los sillones, dejando la cesta en una mesa cercana.
-Antes de nada quería felicitarte. ¡Ahora ya eres una ciudadana oficial de Rocavarancolia! -dijo -También disculparme por no haber venido antes a verte, he estado ausente por motivos personales -No iba a ahondar mucho, supuso que no hacía falta. Cogió la cesta de la mesa y se la tendió -Sé que es poca cosa como regalo de bienvenida, pero pensé que te gustaría algo de casa.
La cesta tenía latas de perdiz en conserva, cecina de ciervo, mermelada de cereza, de fresa y de naranja, hojaldres (hechizados para que no se pusiesen duros), crujientes de alga del pueblo de Nime y conservas de pescado y marisco. También una caja de latón llena de caramelos.
-Tu familia aún no ha sido informada de que has pasado la prueba. Quería hablar contigo primero por si querías escribirles una carta o mandarles algún mensaje. O… bueno, si querías que los informase siquiera. Algunos cosechados no tienen una buena relación con su familia y prefieren empezar de nuevo aquí. Respetaré tu decisión si es el caso.
No sabía qué habría elegido ella tras su Luna. Tardó años en volver a su mundo y otros tantos en volver a ver a su familia, y aún con esas no había querido tratar con sus padres.
-Hola, Nime. Claro que me acuerdo de tí.
No detectó signos de rechazo ni rencor en la niña, lo cual era un gran alivio. Los libenses estaban más mentalizados que otros cosechados para aceptar la crueldad de la ciudad, supuestamente, pero nunca se sabía. Invitó a Nime a sentarse y ella hizo lo propio en uno de los sillones, dejando la cesta en una mesa cercana.
-Antes de nada quería felicitarte. ¡Ahora ya eres una ciudadana oficial de Rocavarancolia! -dijo -También disculparme por no haber venido antes a verte, he estado ausente por motivos personales -No iba a ahondar mucho, supuso que no hacía falta. Cogió la cesta de la mesa y se la tendió -Sé que es poca cosa como regalo de bienvenida, pero pensé que te gustaría algo de casa.
La cesta tenía latas de perdiz en conserva, cecina de ciervo, mermelada de cereza, de fresa y de naranja, hojaldres (hechizados para que no se pusiesen duros), crujientes de alga del pueblo de Nime y conservas de pescado y marisco. También una caja de latón llena de caramelos.
-Tu familia aún no ha sido informada de que has pasado la prueba. Quería hablar contigo primero por si querías escribirles una carta o mandarles algún mensaje. O… bueno, si querías que los informase siquiera. Algunos cosechados no tienen una buena relación con su familia y prefieren empezar de nuevo aquí. Respetaré tu decisión si es el caso.
No sabía qué habría elegido ella tras su Luna. Tardó años en volver a su mundo y otros tantos en volver a ver a su familia, y aún con esas no había querido tratar con sus padres.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
01/05/21, 10:25 pm
Que la embajadora la recordase le produjo un ramalazo de orgullo, aunque no fuese nada del otro mundo si se paraba a pensarlo. La cosecha ese año no había sido precisamente abundante.
—¡Muchas gracias! —soltó en cuanto fue felicitada, aunque se calló de inmediato al darse cuenta de que interrumpía a Mánia. Cuando esta se disculpó, Nime negó efusivamente con la cabeza, pero aprendió de su anterior error y no abrió la boca hasta que ella terminó de hablar.
»Antes de nada… ¡no se disculpe! Me encanta el regalo y no pasa nada por no venir antes, si no había podido —le dijo. Se la notaba un poco nerviosa porque no sabía muy bien qué decir. Antes del día de la cosecha, no había tenido que tratar con gente importante—. ¡Gracias por darme la oportunidad de escribirle a mi familia! Prefiero que se enteren por mí. ¿Tengo que escribirla ahora o puedo dársela otro día?
La demonio mineral frunció los labios sin darse cuenta mientras pensaba con dificultad qué escribir en la carta. Si tenía que improvisar algo lo haría, pero no sabía muy bien ni cómo encajar en una única carta todo lo que le quería decir a su familia. De pronto se había dado cuenta de lo mucho que se habían perdido, de que ya no era la niña de la que se habían despedido. Últimamente trataba de evitar pensar en ellos, y eso solo había conseguido que todo aquello fuese aún más difícil.
—¡Muchas gracias! —soltó en cuanto fue felicitada, aunque se calló de inmediato al darse cuenta de que interrumpía a Mánia. Cuando esta se disculpó, Nime negó efusivamente con la cabeza, pero aprendió de su anterior error y no abrió la boca hasta que ella terminó de hablar.
»Antes de nada… ¡no se disculpe! Me encanta el regalo y no pasa nada por no venir antes, si no había podido —le dijo. Se la notaba un poco nerviosa porque no sabía muy bien qué decir. Antes del día de la cosecha, no había tenido que tratar con gente importante—. ¡Gracias por darme la oportunidad de escribirle a mi familia! Prefiero que se enteren por mí. ¿Tengo que escribirla ahora o puedo dársela otro día?
La demonio mineral frunció los labios sin darse cuenta mientras pensaba con dificultad qué escribir en la carta. Si tenía que improvisar algo lo haría, pero no sabía muy bien ni cómo encajar en una única carta todo lo que le quería decir a su familia. De pronto se había dado cuenta de lo mucho que se habían perdido, de que ya no era la niña de la que se habían despedido. Últimamente trataba de evitar pensar en ellos, y eso solo había conseguido que todo aquello fuese aún más difícil.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
06/05/21, 01:45 am
-No tienes que darlas, forma parte del nuevo protocolo para cosechados libenses -respondió Mánia -Y puedes entregar la carta mañana en la embajada, así tienes tiempo de pensar bien qué decir.
Sacó un sobre sin cerrar de un bolsillo hechizado de su capa. Tenía el emblema de la casa real y el nobre completo de Nime. Se lo tendió. Dentro había papel de carta de buena calidad. No sabía cuánto podría querer escribir, ella misma no había escrito una carta personal hasta que se descubrió a su mater como bruja, y aun con esas solía ser bastante escueta. Por si acaso llevaba más papel en el bolsillo.
Había esperado que la niña le resultase molesta, los niños en general solían parecérselo, con contadas excepciones, sin embargo sentía cierta ternura, incluso orgullo. Y por primera vez desde que vivía en la ciudad se sintió horrible por lo que había tenido que pasar.
-Puedes enviarles algún regalo junto a la carta. Mientras no sea mágico ni esté vivo puede ser cualquier cosa. La comida la hechizamos para que llegue en buenas condiciones -le explicó. -Ah, y por favor no digas que la ciudad está hecha un asco, queremos causar buena impresión -rió.
No le iba a decir que tendrían que revisar la carta para asegurarse de que no revelaba información confidencial de la ciudad, pero a lo mejor el comentario le daba una pista para que fuese discreta.
Sacó un sobre sin cerrar de un bolsillo hechizado de su capa. Tenía el emblema de la casa real y el nobre completo de Nime. Se lo tendió. Dentro había papel de carta de buena calidad. No sabía cuánto podría querer escribir, ella misma no había escrito una carta personal hasta que se descubrió a su mater como bruja, y aun con esas solía ser bastante escueta. Por si acaso llevaba más papel en el bolsillo.
Había esperado que la niña le resultase molesta, los niños en general solían parecérselo, con contadas excepciones, sin embargo sentía cierta ternura, incluso orgullo. Y por primera vez desde que vivía en la ciudad se sintió horrible por lo que había tenido que pasar.
-Puedes enviarles algún regalo junto a la carta. Mientras no sea mágico ni esté vivo puede ser cualquier cosa. La comida la hechizamos para que llegue en buenas condiciones -le explicó. -Ah, y por favor no digas que la ciudad está hecha un asco, queremos causar buena impresión -rió.
No le iba a decir que tendrían que revisar la carta para asegurarse de que no revelaba información confidencial de la ciudad, pero a lo mejor el comentario le daba una pista para que fuese discreta.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
06/05/21, 10:25 am
Nime asintió ante la explicación de Mánia con cara seria, aunque no tenía muy claro qué era un protocolo. Tras eso recibió el sobre con papel y la niña tuvo que contenerse para no mostrar que le intimidaba escribirle a su familia en un sobre con el sello real. De pronto fue consciente de que, de alguna manera, estaba ahora bastante por encima de ellos, aunque desde su vida modesta en la sede no daba esa impresión en absoluto.
—¿Puedo? —exclamó ilusionada cuando escuchó que podía mandar un regalo. No tenía ni idea de qué mandar, pero se lo pensaría cuidadosamente. ¿Tal vez un dulce de Neil? ¿Un recuerdo? ¿Algún bicho muerto para asustar a Ivel? La embajadora había dicho que podía ser mientras estuviese muerto.
»Sí, sé que no puedo contarlo todo, los mayores hablan de eso. Le pediré a alguno que la lea para que esté bien, ¿vale? —confirmó después, convencida de que se iba a fiar de su palabra. No le preocupaba que revisasen su carta, en realidad, simplemente creía que las cosas eran mucho más sencillas de lo que eran—. Me gustaría dársela mañana para pensar qué poner. Es bastante difícil…
Tras decir aquello se filtró cierta preocupación en su mirada. Al hacerla pensar de nuevo en su familia y abrirle la posibilidad de comunicarse con ellos, Nime se había visto ante una encrucijada. Había empezado a aceptar que no podía volver a casa tal y como estaba, pero ahora tenía la posibilidad de mantener el contacto. Por supuesto, le diría a su familia que se encontraba bien, ¿pero después?
—¿Puedo? —exclamó ilusionada cuando escuchó que podía mandar un regalo. No tenía ni idea de qué mandar, pero se lo pensaría cuidadosamente. ¿Tal vez un dulce de Neil? ¿Un recuerdo? ¿Algún bicho muerto para asustar a Ivel? La embajadora había dicho que podía ser mientras estuviese muerto.
»Sí, sé que no puedo contarlo todo, los mayores hablan de eso. Le pediré a alguno que la lea para que esté bien, ¿vale? —confirmó después, convencida de que se iba a fiar de su palabra. No le preocupaba que revisasen su carta, en realidad, simplemente creía que las cosas eran mucho más sencillas de lo que eran—. Me gustaría dársela mañana para pensar qué poner. Es bastante difícil…
Tras decir aquello se filtró cierta preocupación en su mirada. Al hacerla pensar de nuevo en su familia y abrirle la posibilidad de comunicarse con ellos, Nime se había visto ante una encrucijada. Había empezado a aceptar que no podía volver a casa tal y como estaba, pero ahora tenía la posibilidad de mantener el contacto. Por supuesto, le diría a su familia que se encontraba bien, ¿pero después?
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
15/05/21, 02:36 am
Mánia sonrió y asintió a Nime.
-Sí, es una buena idea -le dijo -Tómate tu tiempo. Mañana puedes venir a cualquier hora, sólo tengo papeleo que hacer y una interrupción por tu parte será una bendición de los grandes felinos.
Fue consciente, solo parcialmente, del cambio en la mirada de la niña. Mánia habia aprendido a leer a la gente solo en determinados ambientes y solo a un tipo muy concreto de gente. Irónicamente, la gente transparente como Nime le desconcertaba. También le preocupaba que sus palabras le hubiesen dañado de alguna forma, algo que no ocurría a menudo.
Se sacó un pequeño mapa del bolsillo mágico, del tamaño de una postal. La rosa de los vientos que había dibujada en un extremo estaba hechizada para indicar la dirección en la que estaba la embajada.
-Nos vemos mañana, Nime. Suerte con tu carta.
Se marchó con una extraña presión en el estómago. ¿Por qué se sentía así? ¿Qué le estaba pasando?
-Sí, es una buena idea -le dijo -Tómate tu tiempo. Mañana puedes venir a cualquier hora, sólo tengo papeleo que hacer y una interrupción por tu parte será una bendición de los grandes felinos.
Fue consciente, solo parcialmente, del cambio en la mirada de la niña. Mánia habia aprendido a leer a la gente solo en determinados ambientes y solo a un tipo muy concreto de gente. Irónicamente, la gente transparente como Nime le desconcertaba. También le preocupaba que sus palabras le hubiesen dañado de alguna forma, algo que no ocurría a menudo.
Se sacó un pequeño mapa del bolsillo mágico, del tamaño de una postal. La rosa de los vientos que había dibujada en un extremo estaba hechizada para indicar la dirección en la que estaba la embajada.
-Nos vemos mañana, Nime. Suerte con tu carta.
Se marchó con una extraña presión en el estómago. ¿Por qué se sentía así? ¿Qué le estaba pasando?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
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Re: Llamando a casa
21/05/21, 11:22 am
Nime sonrió cuando la embajadora le dijo que no sería una molestia recibirla en cualquier momento. Se sentía bien que alguien tan importante la tratase así, y era su mentalidad libense la que lo hacía aún más significativo.
—Muchas gracias por la oportunidad, y por darme tiempo.
Acompañó aquellas palabras con una profunda reverencia, aunque un poco torpe, ya que no había hecho muchas en su vida. Tras eso recibió el mapa y lo cogió con cuidado, para ser ella.
—¡Hasta mañana, embajadora!
Cuando empezó a agitar la mano para despedirse mientras Mánia se alejaba, terminó de romper por completo la fachada de niña educada que había intentado mantener a toda costa.
Al día siguiente, tal y como lo habían acordado, Nime se acercó a Luna Alta con un sobre y un paquetito bajo el brazo. Después de meditar más tiempo del que normalmente meditaría nada la demonio mineral, se había decidido a escribir una carta lo más concisa posible. Cuanta menos información diese, mejor, y menos posibilidades de meter la pata. Sus padres también sabían que no era de las que se paraba a dar explicaciones y no creía que se sorprendiesen mucho.
En la carta les preguntaba todo tipo de cosas, que aunque en parte era para despistar y rellenar líneas, eran cosas que quería saber. Decidió contarles que estaba bien, que había hecho muchos amigos y superado las pruebas de la ciudad sin ningún problema, y que era muy feliz allí, aunque no fuese más que una verdad bastante maquillada. El paquete, por otra parte, solo contenía dos cosas: la ropa con la que había llegado a la ciudad, que hacía mucho tiempo que no le servía, y un tarro de polvo de cacao. Nime pensó que la ropa era una manera de verificar que era ella. Las prendas estaban gastadas, pero no destrozadas, lo que pensó que le daría credibilidad a su historia. Junto al cacao puso una nota sobre cómo prepararlo para que estuviese delicioso, y le recomendaba a sus hermanos beber un vaso antes de irse a dormir. Sabía que les iba a chiflar.
Nime tragó saliva y llamó a la imponente puerta. Tenía varias dudas en mente para plantearle a la embajadora, y con los nervios del día anterior se le habían pasado por alto.
—Muchas gracias por la oportunidad, y por darme tiempo.
Acompañó aquellas palabras con una profunda reverencia, aunque un poco torpe, ya que no había hecho muchas en su vida. Tras eso recibió el mapa y lo cogió con cuidado, para ser ella.
—¡Hasta mañana, embajadora!
Cuando empezó a agitar la mano para despedirse mientras Mánia se alejaba, terminó de romper por completo la fachada de niña educada que había intentado mantener a toda costa.
Al día siguiente, tal y como lo habían acordado, Nime se acercó a Luna Alta con un sobre y un paquetito bajo el brazo. Después de meditar más tiempo del que normalmente meditaría nada la demonio mineral, se había decidido a escribir una carta lo más concisa posible. Cuanta menos información diese, mejor, y menos posibilidades de meter la pata. Sus padres también sabían que no era de las que se paraba a dar explicaciones y no creía que se sorprendiesen mucho.
En la carta les preguntaba todo tipo de cosas, que aunque en parte era para despistar y rellenar líneas, eran cosas que quería saber. Decidió contarles que estaba bien, que había hecho muchos amigos y superado las pruebas de la ciudad sin ningún problema, y que era muy feliz allí, aunque no fuese más que una verdad bastante maquillada. El paquete, por otra parte, solo contenía dos cosas: la ropa con la que había llegado a la ciudad, que hacía mucho tiempo que no le servía, y un tarro de polvo de cacao. Nime pensó que la ropa era una manera de verificar que era ella. Las prendas estaban gastadas, pero no destrozadas, lo que pensó que le daría credibilidad a su historia. Junto al cacao puso una nota sobre cómo prepararlo para que estuviese delicioso, y le recomendaba a sus hermanos beber un vaso antes de irse a dormir. Sabía que les iba a chiflar.
Nime tragó saliva y llamó a la imponente puerta. Tenía varias dudas en mente para plantearle a la embajadora, y con los nervios del día anterior se le habían pasado por alto.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
22/05/21, 12:52 am
Mavel recibió a Nime en la puerta y la guió hasta el despacho de la embajadora. Mánia estaba en su escritorio, oculta tras dos torres de papel. Cuando vio a la niña cruzar la puerta su rostro se iluminó. Estaba harta de papeleo.
-¡Nime! Bienvenida. Toma asiento, por favor -le indicó una mesita redonda que había a un lado de la sala con dos butacas. -Mavel, haz té.
-Sí, señora.
No se molestó ni en terminar la línea que estaba escribiendo, dejó el documento y la pluma a un lado y fue a reunirse con Nime, sentándose en el lado opuesto de la mesita. Ese día vestía unos pantalones cortos de cuadros con tirantes, una camisa negra con cuello de encaje y un lazo al cuello cerrado con un broche. Solía usar ropa más terrestre cuando trabajaba desde casa.
-¿Qué tal con la carta? Veo que traes también un paquete, ¿quieres que use algún hechizo de protección o conservación en él?
-¡Nime! Bienvenida. Toma asiento, por favor -le indicó una mesita redonda que había a un lado de la sala con dos butacas. -Mavel, haz té.
-Sí, señora.
No se molestó ni en terminar la línea que estaba escribiendo, dejó el documento y la pluma a un lado y fue a reunirse con Nime, sentándose en el lado opuesto de la mesita. Ese día vestía unos pantalones cortos de cuadros con tirantes, una camisa negra con cuello de encaje y un lazo al cuello cerrado con un broche. Solía usar ropa más terrestre cuando trabajaba desde casa.
-¿Qué tal con la carta? Veo que traes también un paquete, ¿quieres que use algún hechizo de protección o conservación en él?
- TakGM
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Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
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Re: Llamando a casa
22/05/21, 08:43 pm
Nime esperó a que le abriesen la puerta observando los detalles de la fachada, y cuando un apareció un sirviente se sobresaltó ligeramente. No sabía quién era realmente, así que se aseguró de hablarle con respeto también y se dejó guiar hasta Mánia. La embajadora parecía inmersa en su trabajo, tal y como le había advertido el día anterior. Al interrumpirla se aseguró de hacerle una reverencia decente.
—Muchas gracias por recibirme. Y por el té —añadió al ver marchar al sirviente tras la orden de la embajadora.
Se sentó a la mesa que le indicó Mánia y dejó el paquete sobre esta. Le intimidaba aún más estar en la embajada que el encuentro del día anterior en la sede, pero por suerte ya se había acostumbrado un poco a todo aquello.
—Me costó un poco escribirla, pero creo que está bien, no les he dicho nada —respondió—. Y el paquete lo preparé bien, pero tenga cuidado de que no se rompa, porfa. Metí un bote de cacao, es de cristal. ¿Eso se puede mandar, verdad? Bueno, y mi ropa vieja. Sé que es un poco raro, pero no les puedo mandar retratos ni nada… Y pensé que como teníais que traducir la carta ni siquiera iban a reconocer mi letra. ¿Cómo va a hacer eso? —Mientras hablaba, la mirada de la niña no dejaba de escaparse a sus alrededores, examinando la estancia de cabo a rabo. La decoración de aquel lugar era lo más libense que veía en mucho tiempo, y aun así no igual. De todos modos le gustaba aquel palacete, y aunque sabía que no debía ser muy descarada no podía evitarlo.
—Muchas gracias por recibirme. Y por el té —añadió al ver marchar al sirviente tras la orden de la embajadora.
Se sentó a la mesa que le indicó Mánia y dejó el paquete sobre esta. Le intimidaba aún más estar en la embajada que el encuentro del día anterior en la sede, pero por suerte ya se había acostumbrado un poco a todo aquello.
—Me costó un poco escribirla, pero creo que está bien, no les he dicho nada —respondió—. Y el paquete lo preparé bien, pero tenga cuidado de que no se rompa, porfa. Metí un bote de cacao, es de cristal. ¿Eso se puede mandar, verdad? Bueno, y mi ropa vieja. Sé que es un poco raro, pero no les puedo mandar retratos ni nada… Y pensé que como teníais que traducir la carta ni siquiera iban a reconocer mi letra. ¿Cómo va a hacer eso? —Mientras hablaba, la mirada de la niña no dejaba de escaparse a sus alrededores, examinando la estancia de cabo a rabo. La decoración de aquel lugar era lo más libense que veía en mucho tiempo, y aun así no igual. De todos modos le gustaba aquel palacete, y aunque sabía que no debía ser muy descarada no podía evitarlo.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
07/06/21, 12:32 am
-No te preocupes, me aseguraré de que llega en perfecto estado -le respondió a la niña. -Seguro que les encanta el regalo. Yo siempre llevo algo de chocolate cuando voy de visita. Sobre el retrato… podríamos pensar algo en el futuro. Tal vez hacerte una fotografía y decirles que te hiciste las modificaciones con magia porque te apetecía, o retocarla para que aparezcas sin ellas.
En la cultura libense las modificaciones corporales no eran algo extraño, y conforme la tecnología avanzaba se hacían más arriesgadas. No le extrañaría nada que alguien se hiciese cambios como los de Nime en caso de tener magia a su disposición.
Mavel llegó con el té y Mánia levitó el paquete con cuidado hasta su escritorio para dejar espacio en la mesita para la bandeja. El té era de arándanos y chocolate e iba acompañado de hojaldres de nueces. Mientras Mavel servía la bruja siguió hablando:
-Para traducir la carta uso un hechizo logomántico. Mantiene la caligrafía original así que seguramente tu familia seguirá pudiendo reconocerla -le explicó. -¿Has pensado en si quieres ir de visita?
Tomó uno de los hojaldres y se lo metió entero en la boca.
En la cultura libense las modificaciones corporales no eran algo extraño, y conforme la tecnología avanzaba se hacían más arriesgadas. No le extrañaría nada que alguien se hiciese cambios como los de Nime en caso de tener magia a su disposición.
Mavel llegó con el té y Mánia levitó el paquete con cuidado hasta su escritorio para dejar espacio en la mesita para la bandeja. El té era de arándanos y chocolate e iba acompañado de hojaldres de nueces. Mientras Mavel servía la bruja siguió hablando:
-Para traducir la carta uso un hechizo logomántico. Mantiene la caligrafía original así que seguramente tu familia seguirá pudiendo reconocerla -le explicó. -¿Has pensado en si quieres ir de visita?
Tomó uno de los hojaldres y se lo metió entero en la boca.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
07/06/21, 08:27 pm
Nime soltó otro agradecimiento, acompañado de una pequeña reverencia, cuando la embajadora le aseguró que el regalo llegaría en buen estado. Lo que le dijo después sobre el retrato o una foto, como las que hacía el ordenador de los irenses, suponía, la dejó pensativa. No estaba segura de que sus padres y hermanos pudiesen entender qué la había llevado a cambiarse los ojos por joyas, y por muy mágico que fuese el mundo parecía algo demasiado llamativo, mucho más que los cristales incrustados.
—A lo mejor en algún momento podría… cuando pueda cambiarme con magia. Me gustaría mandarles algo para que puedan verme.
Asintió, mostrando interés ante la existencia de un hechizo que traducía la carta sin cambiar la forma de escribir, y continuó hablando para responder la pregunta de Mánia.
—No lo sé, ahora mismo no podría. Me da miedo volver. Me da miedo volver y querer quedarme, y por eso no quiero. Me gustaría verles, ver cómo están… pero solo puedo si voy a casa.
Nime tenía la cabeza hecha un lío y le costaba explicarse de forma coherente. A lo mejor la embajadora se reía de ella por tonta, aunque no lo demostrase, y es que menuda guerrera sería si no era capaz de decir adiós a su familia.
—Pero… pero me lo pensaré. ¿Podría mandar más cartas después de esta? Prometo que no abusaré —añadió, casi solemnemente.
—A lo mejor en algún momento podría… cuando pueda cambiarme con magia. Me gustaría mandarles algo para que puedan verme.
Asintió, mostrando interés ante la existencia de un hechizo que traducía la carta sin cambiar la forma de escribir, y continuó hablando para responder la pregunta de Mánia.
—No lo sé, ahora mismo no podría. Me da miedo volver. Me da miedo volver y querer quedarme, y por eso no quiero. Me gustaría verles, ver cómo están… pero solo puedo si voy a casa.
Nime tenía la cabeza hecha un lío y le costaba explicarse de forma coherente. A lo mejor la embajadora se reía de ella por tonta, aunque no lo demostrase, y es que menuda guerrera sería si no era capaz de decir adiós a su familia.
—Pero… pero me lo pensaré. ¿Podría mandar más cartas después de esta? Prometo que no abusaré —añadió, casi solemnemente.
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