Las Dragoneras

Saria dio un paso adelante en cuanto Noel preguntó. Había perdido el hilo de las veces que había tenido que explicar aquello, pero cada vez le gustaba más. Se sentía útil gracias a un don que durante sus primeros meses había creído una maldición.

—No tengo el mapa aquí, pero hay un epicentro de malos farios en el área sudoeste que se ha extendido por casi toda la ciudad. —La mala sombra no necesitó echar un vistazo para saber que la influencia de aquella magia ya abarcaba la zona de las obras—. Hay algo que interfiere con el mundo de los sueños, pero que también lo traspasa. La gente es menos confiable y más peligrosa, incluso despierta, los porcentajes de catástrofe suben por momentos.

Se dio cuenta de que empezaba a sonar demasiado ominosa y se calló un "Es terrorífico". Aunque no lo demostraba, realmente daba miedo ver cómo acechaba y aumentaba el peligro a través de los cambios porcentuales.

También se dio cuenta de que Giz la miraba con una expresión indescifrable y Saria le clavó los ojos, como esperando a que se abriera y dijera algo o a que mostrara algún comportamiento que hablara por él. El goliat, sin embargo, agachó la mirada y la dejó perderse en el suelo. La mala sombra torció el gesto y supo que le había pasado algo.

Basilisco

El ulterano arqueó el cuello ante la respuesta del Kairos. Reminiscente a una serpiente, el xolnita ojeó unos breves instantes al irrense antes de relajar la postura y contestarle.
-Si, soy consciente de esos datos. Por eso Irraria no necesita secretismo alguno con Rocavarancolia, porque no resulta una amenaza creible.-fue su respuesta tintada de cierta condescendencia.

Sin embargo no se centraria en aquello por mucho tiempo. Separandose, el ulterano cruzó los brazos sobre su espalda y se giró no fijandose en el Kairos ahora.
-¿Mañana?-repitió, su voz sonando decepcionado.-Pensaba que podriamos ponernos a hablar de presupuestos y diseños ya mismo.- No tardó en añadir algo para darle enfasis.-Los tengo encima, además.-

Tras añadir aquello conjuró de entre sus ropajes el libreto donde habia estado escribiendo haria escasos minutos. Lo sacudió brevemente en enfrente de la cara del Irrense para luego guardarlo de nuevo.
-Bueno, ¿que se le va a hacer? No todas las personas en esta ciudad pueden mantener mi ritmo, eso está claro.-

Trazó un circulo con los pies al girarse y, caminando hacia su montura despachó al Biomecanico una última vez.
-Está bien, Krono Radem, lo haremos a tu manera.-musitó con desgana. Subiendose a ahorcajadas encima de su bestia de guerra, el ulterano tiró de las riendas al instante que el animal hizo amago de rugir.-Espera a mi llegada entonces, Krono Radem. Tengo el presentimiento que esto es el florecer de una bonita y duradera amistad.-

Tras decir aquellas palabras, la cizaña le dedicó una sonrisa serrada para, segundos más tarde, animar a su bestia a cabalgar, perdiendose en el horizonte precedido por las rápidas zancadas de su animal.

Krono Rádem

—Normalmente hubiese sido posible, pero hoy tengo una paciente de la que ocuparme —explicó sucintamente tras toda la palabrería de Basilisco ante la fijación de la cita y haciendo caso omiso de lo que no era más que altanería—. Nos vemos mañana.
>>Yo no —dijo el kairós cuando el ulterano ya desaparecía cabalgando en la distancia, respondiendo con retraso al supuesto presentimiento del que había hablado. El irrense tenía claro que aquella no era la clase de persona con la que trabaría amistad, aunque no veía motivos para rechazar el negocio. Los tempos coincidieron y el ingeniero desapareció en menos de un parpadeo.

Sigue en la Clínica y taller de biomecánica.

Gael escuchó a Saria con atención, y cuando terminó de hablar no pudo evitar mirar a sus compañeros con cierta alarma. No asimiló al momento todo lo que podía significar aquello, pero que era anómalo era evidente. Deseó entender mejor cómo funcionaba la habilidad de los mala sombra, pero el único al que había conocido antes de Saria no era precisamente sociable.

«Con los sueños…» repitió mentalmente. Los sueños eran algo que los traía de cabeza, muy especialmente desde que Wen había averiguado la muerte de Nasher a través de uno.
—Tenéis… ¿tenéis algo más de información que eso? ¿Lo estáis investigando?
El fuego fatuo sopesó ayudarles si efectivamente estaban investigando aquellos sucesos. Tenían muchas cosas entre manos en aquel momento, pero aquello bien podía estar relacionado con algo de lo que había sucedido. Y aunque no lo estuviese, era evidente que estaba afectando a todo el mundo, y ellos no eran ninguna excepción.


Kin se revolvió con cierta incomodidad. Por fin se había sentado a descansar y comer algo, pero tras empezar a hablar del peligro que corrían su estómago se había cerrado notablemente. Podía notar incluso que los de la Brecha no parecían los mismos de la última vez.
—No hay mucho más, realmente —dijo—.  El resumen es ese, como mucho os podemos dar más detalles.
Dicho aquello, miró a sus compañeros. Prefería no ser él quien hablase si querían saber más, dado que no era su especialidad explicar cosas que no entendía.

El sueco compartía la expresión de Gael y también buscó la mirada de sus compañeros. No era sorprendente, en realidad, pero desconocía que el mundo de los sueños pudiese tener una influencia tal y como la describía Saria. Aquella revelación hacía que la muerte de Nasher, y por consiguiente la pesadilla premonitoria de Wen, cobrase una nueva dimensión. Aunque seguía sin comprender nada en absoluto en lo referente a aquello.

—Ni siquiera un soñador debería poder interferir así con el mundo consciente —intervino después de que Kin respondiese al fuego fatuo casi hablando más para sí mismo debido a su aire ausente: su cabeza seguía en el barrio de los callejones sin salida junto al descubrimiento del cadáver de Nasher, y en su cama cuando tuvo que despertar a Wen que gritaba aterrorizada en sueños—. No puedo ni empezar a imaginar a qué nos enfrentamos.
Habría preferido que la respuesta de la ordesa o el irrense hubiese sido concreta. Un monstruo terrible con capacidades oníricas anormales. Un ciudadano que había encontrado una magia prohibida y que estaba empleando para desatar el caos en la ciudad. Cualquier cosa por mala que fuera. No tener ni idea de la naturaleza de la oscuridad que poco a poco parecía consumir Rocavarancolia era mucho, mucho peor.
<<Deberíamos investigar el área que ha mencionado Saria>> comunicó a sus compañeros.

Cabizbajo, Giz asimiló lo que les había dicho la ordesa. Envidiaba la capacidad que tenía la mala sombra para extraer datos tan valiosos de lo que suponía un puñado de números; poco le importaba que fueran datos algo blandos, seguían siendo útiles. Cuando la voz de Noel sonó en su cabeza, salió de su ensimismamiento y respondió con un «Sí» escueto, pero decidido.

—Por si os ayuda a juntar las piezas —habló de repente—: de un tiempo a esta parte, he captado rescoldos extraños que no logro identificar, siempre anclados a alguien. Magia de un hechizo, estoy seguro, con un cariz particular que jamás había sentido antes. No me preocuparía si fuese algo puntual, Rocavarancolia está llena de conjuros que desconozco, pero ha pasado de no existir a ser relativamente común. Incluso entre esclavos o ciudadanos sin magia.

Giz ya había hablado esto con sus amigos y sentía que se lo debía a la mala sombra y a su grupo por toda la información que les habían dado.

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Por suerte o por desgracia, para Saria ambas opciones eran la misma, la información que les aportó el goliat silencioso resultó ser relevante. La mala sombra le dedicó una mirada agradable, entornando los ojos.

—Gracias —le dijo a la vez que asentía levemente. Luego se giró a Koval y habló de forma ominosa—. Con lo revoltosa que está la suerte, no conviene tentarla metiendo el hocico en algo que no entendemos. —Saria tenía claro que, por muy poco competentes que parecieran, los miembros del consejo estaban más capacitados que ellos para encargarse del problema—. Yo ya informé al consejo de todo lo que sabía y nosotros, de momento, estamos aprendiendo a cuidarnos de lo que quiera que sea, por eso lo de los planos rúnicos.

»Sin embargo, si tenéis curiosidad, no me importa repetir todo lo que sé...

Dicho esto y si nadie la paraba, la ordesa sacaría un folio en blanco de la bolsa sin fondo de su marsupio. Así, contaría mediante dibujos poco afortunados lo mismo que ya había explicado una vez en el salón del trono y otra, en la biblioteca.

Gael estuvo básicamente de acuerdo con los comentarios telepáticos de sus compañeros, aunque no sabía muy bien ni por dónde empezar. Por suerte Saria aún tenía algunos detalles más que contarles, que añadió tras la explicación de Giz. Era macabra la forma en que todo aquello encajaba y a la vez no acababa de tener sentido. ¿Cuánto poder hacía falta para influenciar una ciudad entera? Eso era algo que, que supiera, solo la Luna era capaz de hacer.
—Gracias —le dijo a la mala sombra cuando concluyó su explicación—. Es difícil de digerir… Si averiguamos cualquier cosa por nuestra cuenta os lo diremos. Aunque no tengo ni idea de por dónde empezar.
Volvió a mirar a sus compañeros con cierta preocupación. Si las muertes que estaban teniendo lugar en la ciudad estaban relacionadas con todo aquello, las que ellos estaban investigando también podían estarlo, y la de la dullahan que había sido amiga de aquel grupo. Mantener el contacto con personas que estuviesen investigando podía resultar útil.

—Exactamente —intervino Kin, que no había parado de juguetear con su bebida de forma inconsciente—. Nos pasa lo mismo. Lo peor es que parece que al Consejo también —añadió entre dientes.

Tras compartir la información de Saria y la suya propia no había mucho más que pudieran dilucidar con aquella conversación. El sueco también dio las gracias porque les hubieran contado tantas cosas que ellos desconocían.
—Podéis decirle a Krono que si necesitáis nuestra ayuda siempre puede acercarse a nuestra casa. Una vez tengáis vuestros comunicadores será mucho más fácil —añadió tras Gael.

El descanso concluyó y con él también aquella reunión. Se despidieron de todos, incluida Varsai, pues Cicatriz se había acercado para comunicarles sus nuevas zonas de trabajo. Para disgusto de Noel, la comandante le separó de Gael y Giz, pero salvo resoplar no puso más pegas. Querían que cargase materiales a y desde zonas elevadas del edificio aprovechando que disponía de alas propias.

Comenzó con la tarea cargando con un saco lleno de utensilios que debía depositar sobre un andamio donde algunos de los miembros del ejército estaban trabajando. Ninguno que reconociese. Le llamó la atención, no obstante, ver a otra persona con una transformación mitad murciélago que no conocía y que parecía tener asignada el mismo tipo de tarea que él. No obstante, la chica tenía que llevar el peso atado porque sus alas se encontraban sobre sus manos y necesitaba ayuda para descargar sus bultos.
—¿Te echo un cable? —Le ofreció al verla llegar cerca de él.

Evelhan Kaw

Tras que quedasen de acuerdo en que si sabia alguna novedad volverían a hablar sobre lo que estaba ocurriendo y con el final del descanso ya sobre ellos, tuvieron que dar fina al conversación. Especialmente cuando nuevamente tuvieron que dividirse un tanto grupos para seguir con la construcción.

Por suerte para Dhelian en su caso no hubo mucho cambio de grupo de gente, en origen, aunque ahora por ejemplo,como una novedad tenían también a Koval entre ellos, hecho que no aproblemaba de ninguna forma a Dhelian, que sentía que una buena forma de que siguieran teniendo tratos en el futuro era de esta forma, conociéndose todos un poco dado que no había muchas oportunidades de reunirse así de forma tan informal sino eran con bebidas por delante.

Ademas, a Dhelian le interesaba hablar de temas un poco mas positivos de los que habían estado hablando hasta ahora, pues estar pendientes de un presente-futuro tan incierto no provocaba precisamente un cómodo ambiente y dado que ya había tenido una larga e interesante charla con Skarog mas temprano sobre runas, no vio problemas en seguir comentando algo sobre sus planes futuros, simplemente por ver si alguien se animaba también a  contar algo, lo que fuese.

-La verdad, esto de construir las dragoneras me esta viniendo genial en mas de un sentido- comenzó Dhelian algo nerviosos por iniciar una conversación, pues no solía hacerlo a menudo,  mientras seguía con la construcción gracias a sus hechizos y a sus manitas desnudas- No solo me voy a ganar algo de dinero que no va a venirme nada mal, sino que así mis estirge se quedan con la cara de la gente que ha venido ayudar...eso va a serme realmente útil cuando consiga hacer mi red de mensajería- comento sonriendo animado ante la perspectiva, prefiriendo pensar en eso que en todo los desastres actuales.


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Samika

Habiendo terminado el bien agradecidos descanso, Samika se estiro perezosamente masajeando sus brazos, y por tanto sus alas, y sus piernas para lo que le esperaba a continuación, preparándose par nuevamente atarse las bolsas que llenaría de piedras al arnés, cuando escuchó una voz desconocido desde su lado izquierdo.

Curiosa ante la voz irreconocible se giro, mientras se ataba uno d ellos sacos al arnés de su cadera, parpadeando cuando una alta figura borrosa apareció ante sus ojos. Chasqueo levemente la lengua dejando que sus ultrasonidos le diera una imagen algo mas precisa del chico frente a sus ojos. Su imagen no le decía nada, salvo que tenia alas también.

-Claro...gracias, me vendría genial, no puedo volar y colocar las piedras al mismo tiempo como puedes ver- respondió Samika sonriendo de buen talante. No tenia ni idea de con que o quien hablaba, pues no reconocía su voz así que posiblemente no fuese siquiera alguien de ejercito, aunque tampoco es que conociera a todo el mundo realmente- Oh si...me llamo Samika, un placer conocerte- dijo la chica sonriendole estirando una mano en su dirección, tras terminar de carga lo saco con lo utensilios necesarios para poder subirlos. Por suerte para ella, lo que no podía hacer sola colocando cosas, lo podía hacer cargando, ya que podía volar con un peso a considerar.

El sueco estiró los brazos para recoger lo que le tendía la chica.
—Sin problema, si nos coordinamos bien podemos hacer el trabajo mucho más rápido —respondió devolviéndole una leve sonrisa—. Yo soy Noel, draco de estínfalo —se presentó después de Samika, preguntándose si también reconocería lo que era como Varsai o estaría en las mismas que él con respecto a la propia Samika.
Pensó durante un instante si preguntar acerca de la transformación porque tenía bastante curiosidad, pero sabía de sobra que, aunque mucha gente no se presentaba diciéndola y sobre todo los novatos, muchos tenían motivos para ocultar lo que eran. En cierto modo, el propio Noel sentía que quizás lo más inteligente para no infundir desconfianza sería no decir su transformación, pero lo cierto era que si la conocían daba igual que lo dijera o no: no creía que fuese difícil reconocer a un draco de estínfalo. Y en el caso de que no… Bueno, el nombre solo no les diría nada. Además, aquella distinción ya solo tenía un cierto sentido con los novatos. No tenía ningún problema con que corriesen rumores sobre los mercenarios de la brecha y, para bien o para mal, era fácil para quien hubiese oído hablar de ellos saber quién era porque no había más dracos de estínfalo en la ciudad.
>>¿Estás en el ejército o te asignaron aquí igual que a mí?
Le preguntó en su lugar. Rasqa, aunque también un recién llegado como suponía que era Samika, había ingresado en el ejército no hacía mucho, por lo que no era una posibilidad remota.

La evaki parpadeo lentamente cuando escucho su nombre y sobretodo su transformación, o mas bien que se hubiese presentado con ella ¿Era una indirecta sutil para que ella también lo hiciera? . << ¿Draco de estinfalo? ¿Cuanta posibilidades hay de que haya mas de uno? >> pensó algo incrédula porque recordaba que Rasqa, como buen Rasqa que era contando cosas todo emocionado a su fogosa manera, había hablado de gente nueva que había conocido, mercenarios y que entre ellos había un draco de estinfalo. Transformación que evidentemente Samika no conocía mucho en detalle.

-Formo parte del ejercito, si- respondió a su pregunta aun dándole vueltas a su pensamientos anterior, así que simplemente decidido sacarse de dudas y ya – Debes ser el que menciono, no se si hay mas dracos en la ciudad, así que... ¿Conoces a un moloch llamado Rasqa por un casual? -pregunto Samika parpadeando ante la coincidencia si era cierto- Soy una amiga de su misma cosecha - añadió para que no desconfiase de su pregunta pues sentía real curiosidad, mientras alzaba el vuelo para cargar los sacos hacia las alturas, aunque manteniendo cerca suya igualmente para continuar la conversación como si tal cosa, como si no cargara bastante peso en los arneses que llevaba.

Noel alzó una ceja sorprendido al encontrarse a la segunda persona novata desconocida que había oído hablar no solamente de su transformación, que era lo menos extraño, si no de él mismo. Al escuchar de nuevo el nombre de Rasqa ya no le resultó tan raro, no obstante, sobre todo teniendo en cuenta que acababa de decirle que ella también formaba parte del ejército.
—Sí, conozco a ese parqio charlatán —respondió con un deje sarcástico. No es que le molestase, pero se hacía obvio que el moloch le hablaba de ellos a todo el mundo. En realidad era beneficios para el negocio, porque Rasqa los tenía en buena estima. Tendría que hablar después con el resto y ponerse de acuerdo para regalarle algo al parqio a cambio de tanta publicidad gratuita—. Nos ha presentado indirectamente a más amigas suyas de lo que uno podría creer posible. Imagino que también conocerás a Varsai, Kimbra e Irianna, ¿verdad? —Continuó dejando escapar alguna que otra risa—. A la licántropo acabamos de conocerla hace un rato, de hecho, y también nos reconoció por Rasqa.
¿Sería el moloch quién había hablado de su transformación en particular y por eso la varmana había podido reconocerla? No obstante, no sabía las de Gael y Giz… Aunque quizás tampoco fuese tan extraño teniendo en cuenta que el propio Noel había pasado más tiempo con el parqio que el resto.

La evaki sonrió al ver que había acertado y no había metido la hasta hasta el fondo,posiblemente era cierto lo de que no había mas dracos en la ciudad, eso o tenia un tino increíble y mucha coincidencia.

-Parquio charlatan es una buena forma de describirlo, si - rió Samika de buen humor tras constatar que su suposición era correcta- Aunque yo añadiría lo de "fogoso" a la ecuación y muy enérgico -concedió pues sabia cual orgulloso estaba el moloch con su transformación tan llamativa y tan similar a la de un dragón. Era tierno, de una forma algo pintoresca y trastornada, teniendo en cuenta que quemaba seres vivos para tener magia, dato en el que Samika no pensaba demasiado.

-Verdad – respondió Samika sonriendo divertida- Todos ellos iban otro torreón, así que he interactuado mas con todas tras la cosecha, aunque especialmente con Rasqa con eso de que me enseño a volar y el ejercito -respondió sin problema alguno, aunque sintió una repentina punzada en el peco al recordar las clases de vuelo y con quien mas había realizado aparte de con Rasqa, pero decidió relegar ese pensamiento a otro punto en su cabeza. Ya no se podía hacer nada, lo tenia asumido y darle mas vuelta son iba a cambiarlo.

-También habló un poco de tus compañeros, sino recuerdo mal, pero supongo debiste causarle una gran impresión por que eres al que mas recuerdo- añadió Samika mientras se mantenía en el aire observando curiosa en su dirección aunque no fuese capaz de percibir sus rasgos al detalle ni por casualidad no hacia mucha falta. Tenia cierta curiosidad por su transforman si era cierto que el único de la ciudad, estaba de alguna forma en su misma situación, pero era demasiado descarado preguntar a lo loco cuando no había dicho ni la propia- Y pensándolo bien, si le caíste bien a Rasqa, debes tener un curioso sentido del humor, así que...te propongo una pequeña adivinanza, si se puede decir así...- añadió Samika divertida ante su repentina idea, simplemente queriendo tomarse las cosas de forma relajada, ya que iba  tener que trabajar hasta casi ni sentir los brazos al menos aliviar el esfuerzo charlando de cualquier cosa- ¿Tienes idea de cual es mi transformación? -preguntó con cierta maldad porque tenia constancia que esta no era especialmente conocida y simplemente quería ver si el draco tenia una mínima idea o no tenia ni la mas remota idea.

-Si atinas o te acercas tan siquiera, prometo invitarte a una bebida -añadió Samika sonriendo mostrando los pequeños pero filosos colmillos. Cuando se apostaba algo aunque fuese algo tan nimio como una bebida por normal general la gente intentaba adivinar, aunque fuese por la coña del asunto.

El descanso terminó antes de lo que a cualquiera le habría gustado. Volver al trabajo no era la idea más atractiva, aunque después de la clase de conversaciones que habían estado teniendo, Gael deseaba ocupar su mente de nuevo con el trabajo, y al menos podía decir que tenía un incentivo. Para Kin era diferente, dado que trabajar hasta ese momento no le había ayudado a nada, apenas había hablado durante el anterior turno.

Varios del grupo que había estado conversando durante el descanso fueron asignados juntos, aunque Gael se había visto separado de sus amigos. Por suerte no tenía que presentarse a nadie nuevo, pero solo conocía un poco mejor a Kin de todos ellos.

El trabajo empezó en silencio, mientras cada uno se acostumbraba a las tareas asignadas. Era de agradecer que estas cambiasen un poco respecto al turno anterior. Quien rompió ese silencio fue Dhelian. Gael pensó que tal vez solo quería cambiar de tema para que lo que habían hablado en el descanso no los persiguiese a sus pensamientos. Al menos, el fuego fatuo podría estar de acuerdo con eso.
—¿Una red de mensajería con estirges? Parece muy buena idea —le dijo al daeliciano. No quería hacer preguntas porque, al fin y al cabo, todos los que estaban allí ya sabían de qué hablaba menos él, pero no quería perder su oportunidad de ser incluido en la conversación.

Kin no dijo nada. No había olvidado la contestación que le había dado el brujo unos días atrás, y aunque no creía que significase nada ya, hizo que no le resultase fácil entrar en la conversación.

Desde luego Rasqa no era el único charlatán de aquel grupo, pensó para sí con diversión, aunque sin duda resultaba más fácil seguirle la pista a la conversación de Samika que al incesante bombardeo mental que había resultado de conocer a Varsai. Ambas le estaban cayendo bien, no obstante, así que el sueco había dejado de lado en buena parte el lado reservado que había aumentado con el paso del tiempo. Total, mantener una conversación hacía aquel aburrido trabajo un poco más entretenido. En cierta medida las palabras de Samika le resultaron nostálgicas en varios sentidos: buenos compañeros de cosecha, maestros y alumnos de vuelo… y la propia actitud de la chica, que le recordaba un poco a su yo despreocupado que acababa de transformarse.
—No creo que sea eso —desestimó con un gesto y una risa la suposición acerca de por qué Rasqa había hablado más de él en particular—. Es porque ha pasado más tiempo conmigo que con el resto. Hemos ido de caza juntos varias veces.
Teniendo en cuenta que Samika era amiga de Rasqa no pensó demasiado en utilizar el término “caza”, aunque si la chica no se imaginaba a qué se refería y no preguntaba tampoco pensaba aclararlo. Era probable que, como mínimo, considerase la posibilidad al ser amiga de un moloch.

La siguiente proposición le hizo alzar nuevamente una ceja. Le estaba retando a lo que básicamente era una apuesta, aunque por suerte sin consecuencias negativas si fallaba, y eso también le traía recuerdos… Aunque no todos especialmente buenos. Le llamó bastante la atención que le ofreciese invitarle a algo sin conocerlo de nada, pero era posible que tal y como sucedía consigo mismo, el vínculo común que era Rasqa le hubiera hecho mostrarse más cercana a pesar de que era la primera vez que se veían. Tenía bastante gracia la situación, en realidad. Así que se le escapó una carcajada que no se preocupó demasiado por reprimir.
—¿Rasqa también te ha hablado de nuestra afición por beber o simplemente lo has supuesto por mis pintas? —Bromeó—. Lo cierto es que no tengo ni idea de cuál es tu transformación: estoy bastante seguro de que eres la única de tu tipo en la actualidad y nunca me coincidió de leer sobre ella en un libro. Así que a menos que aceptes “murciélago culturista” como respuesta válida, es un poco complicado que acierte —añadió en tono sarcástico. Iba a terminar ahí, pero su propia respuesta le hizo darse cuenta de que tal vez podría mencionar el detalle que había notado—. Ah, sí, sospecho también que no tienes capacidad para hacer magia, ¿verdad?
Samika era muy fuerte, podía cargar con más peso que él volando, por lo que el sueco estaba casi seguro de que se trataba de una transformación de tipo guerrero.

La mención de la caza, le hizo clavar sus ojos amarillos sobre el, pensativa, sin alarmarse, porque ya sabia de buena cuenta como era Rasqa, por consiguiente si el draco había ido con el es porque posiblemente también su transformación requiera ese tipo de forma de obtener magia cosa que no dudo en decir en voz alta.

-Supongo que si cazasteis juntos es por que transformación también lo requiere ¿no? No se casi nada de los dracos de estinfalo, pero imagino eres una criatura de precio igual que Rasqa ¿me equivoco? -dijo sonriendo levemente, calmada,que no quisiera saber mucho de los detalles no hacia que se quedase ciega ante el hecho en si. Ademas, estaba en el ejercito, seria muy estúpido y ante todo muy inocente de su parte, pensar que ella no se marcharía también las manos tarde o temprano. Y en su caos no seria un necesidad casi biológica, como era para Rasqa y su instinto de cazador, ni para obtener magia, sería por pura elección sin que por ello fuese a obtener algo a cambio. Por eso simplemente lo aceptaba, pues en esa ciudad no servia la ilusa moral humana.

Pensativa espero su respuesta a su cuestión, notando que se movía y sintiéndose algo decepcionada de no poder ver sus expresiones ante su inusual adivinanza, o apuesta mas bien, por lo que rio cuando le cuestiono con otra pregunta, haciendo que negara con la cabeza, divertida.

-No sabría decirte si es por tus pintas, no puedo verte. Tendrías que acercarte mucho mas a mi para confirmartelo- respondió Samika con una media sonrisa, con su habitual tono bromista al hablar de su ceguera, pero que viéndolo bien para quien no tenia ni de ello parecía un coqueteo descarado. <<Esperemos que no se piense eso>> pensó entretenida ante la posibilidad, seria una risa desde luego aunque tuviera luego que darle una explicación- Eso me han dicho, si, soy la única actualmente- se rió ante lo de “murciélago culturista” porque bueno no iba nada desencaminado, es mas posiblemente era la descripción mas exacta para darle sin saber el nombre de la transformación en si.

-Mmm es bastante acertado, si– añadió Samika con el mismo tono de broma-¿Te lo ha dicho el hecho de estar cargando todo esto sin morir en el intento? - pregunto refiriéndose a las rocas que llevaba en los sacos. Pero viendo que se había acercado bastante aunque no supiera el nombre, decidido darle el visto bueno- Pero bien, te concederé la victoria, porque acertaste bastante, así que aparte de la bebida te diré mi transformación- añadió sonriendo a media tranquilamente- Soy una evaki, como bien describiste un murciélago...con todo lo que un murciélago puede hacer. No poseo magia, mi especialidad son las artes marciales y anular magia-añadió Samika con una sonrisa divertid , no teniendo problema alguno en decir eso, ya que era lo que mas llamaba la atención de su transformación, aparte de su aspecto inusual, y lo que mas de cabeza traía siempre a todo ser capaz de hacer hechizos que se le cruzase.

—No, no te equivocas —respondió encogiéndose de hombros ante su suposición del tipo de criatura que era.
Samika no hizo más comentarios al respecto, y él tampoco creyó conveniente dar más detalles. Incluso si ya estaba acostumbrada a tratar con criaturas como él, como Rasqa o Kimbra, por lo general no era un tema de conversación agradable para los que no eran de su calaña.
<<¿Eh?>> se preguntó para sí ante aquel comentario sobre acercarse que en un principio no supo cómo interpretar. Le parecía improbable haberse topado con una persona con un descaro al nivel de Karime. <<Espera, a lo mejor…>>

—El hecho de que puedas volar con todo ese peso sin romperte: yo acabaría sin medio esqueleto como intentase llevar todo eso de golpe —precisó a su pregunta señalando la siguiente tanda de fardos que habían subido entre los dos—. Las criaturas como yo no suelen andar cortas en fuerza física precisamente, sobre todo cuando tu trabajo depende de ello. Por lo que cuando alguien es considerablemente más fuerte que yo suele querer decir que tiene una transformación de tipo guerrero. —Rio tras su explicación al saber que se lo daba por válido—. Eres bastante benévola si me la das por buena. Eso de anular magia suena verdaderamente útil, por cierto. Muchas veces se subestima a los transformados sin magia, pero nosotros no sé qué hubiéramos hecho en incontables situaciones sin contar con la habilidad de un argos magnético.
Tal vez la evaki no conociese aquella transformación, pero no quería dar explicaciones de más si resultaba ser que sí, por lo que decidió esperar si ella misma preguntaba al respecto. En su lugar decidió lanzar la pregunta que le rondaba la mente desde justo antes de que le revelase su transformación.
>>Cuando antes dijiste que no podías verme… ¿Te referías de forma literal? Es decir… ¿También compartes eso con los murciélagos?