Las Dragoneras

La evaki sonrió al ver que había acertado y no había metido la hasta hasta el fondo,posiblemente era cierto lo de que no había mas dracos en la ciudad, eso o tenia un tino increíble y mucha coincidencia.

-Parquio charlatan es una buena forma de describirlo, si - rió Samika de buen humor tras constatar que su suposición era correcta- Aunque yo añadiría lo de "fogoso" a la ecuación y muy enérgico -concedió pues sabia cual orgulloso estaba el moloch con su transformación tan llamativa y tan similar a la de un dragón. Era tierno, de una forma algo pintoresca y trastornada, teniendo en cuenta que quemaba seres vivos para tener magia, dato en el que Samika no pensaba demasiado.

-Verdad – respondió Samika sonriendo divertida- Todos ellos iban otro torreón, así que he interactuado mas con todas tras la cosecha, aunque especialmente con Rasqa con eso de que me enseño a volar y el ejercito -respondió sin problema alguno, aunque sintió una repentina punzada en el peco al recordar las clases de vuelo y con quien mas había realizado aparte de con Rasqa, pero decidió relegar ese pensamiento a otro punto en su cabeza. Ya no se podía hacer nada, lo tenia asumido y darle mas vuelta son iba a cambiarlo.

-También habló un poco de tus compañeros, sino recuerdo mal, pero supongo debiste causarle una gran impresión por que eres al que mas recuerdo- añadió Samika mientras se mantenía en el aire observando curiosa en su dirección aunque no fuese capaz de percibir sus rasgos al detalle ni por casualidad no hacia mucha falta. Tenia cierta curiosidad por su transforman si era cierto que el único de la ciudad, estaba de alguna forma en su misma situación, pero era demasiado descarado preguntar a lo loco cuando no había dicho ni la propia- Y pensándolo bien, si le caíste bien a Rasqa, debes tener un curioso sentido del humor, así que...te propongo una pequeña adivinanza, si se puede decir así...- añadió Samika divertida ante su repentina idea, simplemente queriendo tomarse las cosas de forma relajada, ya que iba  tener que trabajar hasta casi ni sentir los brazos al menos aliviar el esfuerzo charlando de cualquier cosa- ¿Tienes idea de cual es mi transformación? -preguntó con cierta maldad porque tenia constancia que esta no era especialmente conocida y simplemente quería ver si el draco tenia una mínima idea o no tenia ni la mas remota idea.

-Si atinas o te acercas tan siquiera, prometo invitarte a una bebida -añadió Samika sonriendo mostrando los pequeños pero filosos colmillos. Cuando se apostaba algo aunque fuese algo tan nimio como una bebida por normal general la gente intentaba adivinar, aunque fuese por la coña del asunto.

El descanso terminó antes de lo que a cualquiera le habría gustado. Volver al trabajo no era la idea más atractiva, aunque después de la clase de conversaciones que habían estado teniendo, Gael deseaba ocupar su mente de nuevo con el trabajo, y al menos podía decir que tenía un incentivo. Para Kin era diferente, dado que trabajar hasta ese momento no le había ayudado a nada, apenas había hablado durante el anterior turno.

Varios del grupo que había estado conversando durante el descanso fueron asignados juntos, aunque Gael se había visto separado de sus amigos. Por suerte no tenía que presentarse a nadie nuevo, pero solo conocía un poco mejor a Kin de todos ellos.

El trabajo empezó en silencio, mientras cada uno se acostumbraba a las tareas asignadas. Era de agradecer que estas cambiasen un poco respecto al turno anterior. Quien rompió ese silencio fue Dhelian. Gael pensó que tal vez solo quería cambiar de tema para que lo que habían hablado en el descanso no los persiguiese a sus pensamientos. Al menos, el fuego fatuo podría estar de acuerdo con eso.
—¿Una red de mensajería con estirges? Parece muy buena idea —le dijo al daeliciano. No quería hacer preguntas porque, al fin y al cabo, todos los que estaban allí ya sabían de qué hablaba menos él, pero no quería perder su oportunidad de ser incluido en la conversación.

Kin no dijo nada. No había olvidado la contestación que le había dado el brujo unos días atrás, y aunque no creía que significase nada ya, hizo que no le resultase fácil entrar en la conversación.

Desde luego Rasqa no era el único charlatán de aquel grupo, pensó para sí con diversión, aunque sin duda resultaba más fácil seguirle la pista a la conversación de Samika que al incesante bombardeo mental que había resultado de conocer a Varsai. Ambas le estaban cayendo bien, no obstante, así que el sueco había dejado de lado en buena parte el lado reservado que había aumentado con el paso del tiempo. Total, mantener una conversación hacía aquel aburrido trabajo un poco más entretenido. En cierta medida las palabras de Samika le resultaron nostálgicas en varios sentidos: buenos compañeros de cosecha, maestros y alumnos de vuelo… y la propia actitud de la chica, que le recordaba un poco a su yo despreocupado que acababa de transformarse.
—No creo que sea eso —desestimó con un gesto y una risa la suposición acerca de por qué Rasqa había hablado más de él en particular—. Es porque ha pasado más tiempo conmigo que con el resto. Hemos ido de caza juntos varias veces.
Teniendo en cuenta que Samika era amiga de Rasqa no pensó demasiado en utilizar el término “caza”, aunque si la chica no se imaginaba a qué se refería y no preguntaba tampoco pensaba aclararlo. Era probable que, como mínimo, considerase la posibilidad al ser amiga de un moloch.

La siguiente proposición le hizo alzar nuevamente una ceja. Le estaba retando a lo que básicamente era una apuesta, aunque por suerte sin consecuencias negativas si fallaba, y eso también le traía recuerdos… Aunque no todos especialmente buenos. Le llamó bastante la atención que le ofreciese invitarle a algo sin conocerlo de nada, pero era posible que tal y como sucedía consigo mismo, el vínculo común que era Rasqa le hubiera hecho mostrarse más cercana a pesar de que era la primera vez que se veían. Tenía bastante gracia la situación, en realidad. Así que se le escapó una carcajada que no se preocupó demasiado por reprimir.
—¿Rasqa también te ha hablado de nuestra afición por beber o simplemente lo has supuesto por mis pintas? —Bromeó—. Lo cierto es que no tengo ni idea de cuál es tu transformación: estoy bastante seguro de que eres la única de tu tipo en la actualidad y nunca me coincidió de leer sobre ella en un libro. Así que a menos que aceptes “murciélago culturista” como respuesta válida, es un poco complicado que acierte —añadió en tono sarcástico. Iba a terminar ahí, pero su propia respuesta le hizo darse cuenta de que tal vez podría mencionar el detalle que había notado—. Ah, sí, sospecho también que no tienes capacidad para hacer magia, ¿verdad?
Samika era muy fuerte, podía cargar con más peso que él volando, por lo que el sueco estaba casi seguro de que se trataba de una transformación de tipo guerrero.

La mención de la caza, le hizo clavar sus ojos amarillos sobre el, pensativa, sin alarmarse, porque ya sabia de buena cuenta como era Rasqa, por consiguiente si el draco había ido con el es porque posiblemente también su transformación requiera ese tipo de forma de obtener magia cosa que no dudo en decir en voz alta.

-Supongo que si cazasteis juntos es por que transformación también lo requiere ¿no? No se casi nada de los dracos de estinfalo, pero imagino eres una criatura de precio igual que Rasqa ¿me equivoco? -dijo sonriendo levemente, calmada,que no quisiera saber mucho de los detalles no hacia que se quedase ciega ante el hecho en si. Ademas, estaba en el ejercito, seria muy estúpido y ante todo muy inocente de su parte, pensar que ella no se marcharía también las manos tarde o temprano. Y en su caos no seria un necesidad casi biológica, como era para Rasqa y su instinto de cazador, ni para obtener magia, sería por pura elección sin que por ello fuese a obtener algo a cambio. Por eso simplemente lo aceptaba, pues en esa ciudad no servia la ilusa moral humana.

Pensativa espero su respuesta a su cuestión, notando que se movía y sintiéndose algo decepcionada de no poder ver sus expresiones ante su inusual adivinanza, o apuesta mas bien, por lo que rio cuando le cuestiono con otra pregunta, haciendo que negara con la cabeza, divertida.

-No sabría decirte si es por tus pintas, no puedo verte. Tendrías que acercarte mucho mas a mi para confirmartelo- respondió Samika con una media sonrisa, con su habitual tono bromista al hablar de su ceguera, pero que viéndolo bien para quien no tenia ni de ello parecía un coqueteo descarado. <<Esperemos que no se piense eso>> pensó entretenida ante la posibilidad, seria una risa desde luego aunque tuviera luego que darle una explicación- Eso me han dicho, si, soy la única actualmente- se rió ante lo de “murciélago culturista” porque bueno no iba nada desencaminado, es mas posiblemente era la descripción mas exacta para darle sin saber el nombre de la transformación en si.

-Mmm es bastante acertado, si– añadió Samika con el mismo tono de broma-¿Te lo ha dicho el hecho de estar cargando todo esto sin morir en el intento? - pregunto refiriéndose a las rocas que llevaba en los sacos. Pero viendo que se había acercado bastante aunque no supiera el nombre, decidido darle el visto bueno- Pero bien, te concederé la victoria, porque acertaste bastante, así que aparte de la bebida te diré mi transformación- añadió sonriendo a media tranquilamente- Soy una evaki, como bien describiste un murciélago...con todo lo que un murciélago puede hacer. No poseo magia, mi especialidad son las artes marciales y anular magia-añadió Samika con una sonrisa divertid , no teniendo problema alguno en decir eso, ya que era lo que mas llamaba la atención de su transformación, aparte de su aspecto inusual, y lo que mas de cabeza traía siempre a todo ser capaz de hacer hechizos que se le cruzase.

—No, no te equivocas —respondió encogiéndose de hombros ante su suposición del tipo de criatura que era.
Samika no hizo más comentarios al respecto, y él tampoco creyó conveniente dar más detalles. Incluso si ya estaba acostumbrada a tratar con criaturas como él, como Rasqa o Kimbra, por lo general no era un tema de conversación agradable para los que no eran de su calaña.
<<¿Eh?>> se preguntó para sí ante aquel comentario sobre acercarse que en un principio no supo cómo interpretar. Le parecía improbable haberse topado con una persona con un descaro al nivel de Karime. <<Espera, a lo mejor…>>

—El hecho de que puedas volar con todo ese peso sin romperte: yo acabaría sin medio esqueleto como intentase llevar todo eso de golpe —precisó a su pregunta señalando la siguiente tanda de fardos que habían subido entre los dos—. Las criaturas como yo no suelen andar cortas en fuerza física precisamente, sobre todo cuando tu trabajo depende de ello. Por lo que cuando alguien es considerablemente más fuerte que yo suele querer decir que tiene una transformación de tipo guerrero. —Rio tras su explicación al saber que se lo daba por válido—. Eres bastante benévola si me la das por buena. Eso de anular magia suena verdaderamente útil, por cierto. Muchas veces se subestima a los transformados sin magia, pero nosotros no sé qué hubiéramos hecho en incontables situaciones sin contar con la habilidad de un argos magnético.
Tal vez la evaki no conociese aquella transformación, pero no quería dar explicaciones de más si resultaba ser que sí, por lo que decidió esperar si ella misma preguntaba al respecto. En su lugar decidió lanzar la pregunta que le rondaba la mente desde justo antes de que le revelase su transformación.
>>Cuando antes dijiste que no podías verme… ¿Te referías de forma literal? Es decir… ¿También compartes eso con los murciélagos?

Samika se rio ante sus palabras de lo que pasaría si el cargase el peso que ella se encontraba cargando, tomándoselo con un halago, pues le encantaba esa particularidad de su transformación. Que se viese frágil a simple vista, ya que ni era enorme ni súper musculosa ni nada similar, pero poseyera mas fuerza que muchas otras criaturas que le doblaban en tamaño y musculatura.

-Algo de eso había oído si y es algo que llama mi atención, ver que transformación seria mas fuerte o mas rapida. Soy un poco competitiva, aunque de forma amistosa, eso si, no me gustan los malos rollos-admitió Samika sonriendo.

- Oh, si lo es, muy útil...cuando no anulo sin querer la magia de quien no debo, por suerte ya no me ocurre - se rió ante algunas situaciones accidentales que había tenido cuando o no controlaba esa habilidad o en el ejercito no avisaba de cuando iba a usarla por despiste.

>>-¿Argos magnético? ¿Hablas de la transformación donde tienes muchos ojos que puedes abrir y cerrar cuando quieras? - pregunto Samika parpadeando con sorpresa, pues se la había mencionado en el ejercito, muy por encima cuando pregunto si había mas transformaciones como ella, sin magia pero fuertes físicamente y le mencionaron algunas- ¿Tenéis un argos magnético?- pregunto de nuevo con curiosidad y luego frunció el ceño, reflexionado sus propias palabras o mas bien como lo dijo- Espera...lo siento, eso sonó demasiado a alguien que pregunta si tenéis un perro, no era mi intención - añadió Samika sonriendo levemente en disculpa, bastante curiosidad ante eso. ¿Que tan fuerte seria ese argos en comparación a ella o a la chica naga? << Encima, con tantos ojos si puede ver con todos, desde luego es imposible pillarle por la espalda, pero ¿tendrán alguna particularidad mas? No se si sea demasiado invasivo preguntar>> pensó mordiéndose el labio inferior intrigada, tanto o mas como lo estaba por la particularidad que pudiera poseer la propia transformación de Noel, fuera aparte del precio que tuviera, cosa que no pensaba preguntar.

-¿Puedo saber a que habilidad te refieres? Aparte de lo de poder ver en cualquier dirección, digo- rio ante la ironía existente entre esa transformación y la propia, aunque en su caso la ceguera no viniera con al transformación en si, era curioso. Una veía demasiado,la otra demasiado poco. Conclusión a la que Noel también pareció llegar por lo que Samika se rió, aliviada de que al menos no hubiese creído que coqueteaba con el.

- Y si, no intentaba coquetear contigo o algo-le afirmó Samika divertida, poniendo en palabras sus pensamientos- Que mas de una vez me ha ocurrido cuando he pedido alguien que se me acerque mas -bufo al recordar lo mal pensada que era la gente en la tierra cuando no se daba cuentas de primeras que no les veía debido que se movía como sino tuviera ceguera alguna- Pero si, estoy ciega...o bueno veo un poquito pero tan vagamente y a tan corta distancia, que no puede considerarse visión realmente. Pero no es algo de mi transformación, llegue así a la ciudad – explico con una sonrisa relajada- También “veo” como los murciélagos, ¿sabes lo que es la ecolocalización?- pregunto enérgica como si el andar cargando piedras todo el tiempo, ni minara su animo ni sus energías.

—A mí me basta con saber que soy útil para el grupo —respondió con un leve encogimiento de hombros como único comentario ante el asunto de la competitividad. Prefería no remover demasiado en aquel tema en particular.
>>Sí —confirmó cuando le dio una descripción vaga de un argos magnético. A continuación estalló en carcajadas—. No te preocupes: yo también creo que tenemos un perro a veces. Uno muy rabioso —respondió con sarcasmo y aun riéndose. Samika tal vez no habría oído hablar de Toima, pero la casualidad había sido demasiado para él—. Pueden hacer mucho más que eso —siguió explicando tratando de controlar el ataque de risa. Se aclaró la garganta para volver a un tono más serio—. Pueden ver las variaciones del espectro electromagnético, y eso les permite ver a través de paredes u otros obstáculos, sin puntos ciegos. De hecho, también pueden ver a través de ilusiones, ya que sus ojos perciben la magia de forma distinta.

Después de explicar grosso modo en qué consistían las habilidades de Toima (aunque en opinión del draco se había dejado en el tintero la capacidad para estar borracho las veinticuatro horas del día o la de sacarle de sus casillas constantemente), la evaki dio respuesta a su pregunta.
—Bueno, reconozco que de primeras no supe qué pensar, pero estaba bastante seguro de que no intentabas coquetear conmigo —le aclaró con una leve risa—. Sí, sé lo que es la ecolocalización, a grandes rasgos al menos, por eso pensé que tal vez eras como un murciélago en todos los sentidos y esa sería tu única forma de “ver”. Si no fuera por eso no se me habría ocurrido, la verdad. —Dudó unos instantes acerca de si preguntar por su vista, pero tal vez era una pregunta demasiado persona y prefirió hacer otra más neutral—. Entonces, si un evaki no tuviese tu problema de visión para empezar, ¿podría ver de forma normal?  

El sacerdote procedió con su hacer metódico en la nueva tarea que les había sido encomendada. Al principio mantuvo en silencio presente en el grupo, pero Evelhan se encargó de sacar conversación. Heraldo ya estaba al corriente de los planes de su amigo, pero aprovechó que había sacado el tema para preguntar por algo que sentía curiosidad en cuanto pudo relajar su atención de la tarea un momento.

―¿Qué tenéis pensado hacer el resto? ―dijo―. ¿Consideráis algún proyecto de negocio propio para el futuro, como Evelhan, o vais a buscar algún trabajo que os parezca adecuado?

»En lo que a mí respecta, he oído que en el nuevo granero están buscando alguien quien sepa de cálculos. Aún no conozco en que consiste la tarea concretamente, pero puedo imaginar que tendrá que ver con contabilidad y gestión del presupuesto del negocio. Dado que mi formación incluía las ciencias matemáticas, creo que puede ser un buen puesto para empezar a hacerme un sitio en Rocavarancolia.

Observo curiosa en su dirección ante su vaga respuesta inicial ante lo de competitividad, pero decidiendo no añadir mucho mas a ese respecto tan solo menciono algo diferente.

-Eso de la utilidad para el grupo suena genial -admitilo Samika con humor- Yo para algunas cosas soy totalmente dependiente de mis amigos y aun me frustra un poco...ni siquiera puedo vestirme como quiero por causa de estas alas- dijo con un puchero recordando que aun no había solucionado el tonto asunto de las runas de vestimenta y de como grabarlas porque no había tenido tiempo- Se que hay runas para vestirse, se como funcionan a grandes rasgos, pero mis amigos aun son nuevos con las runas y claro tengo que esperar a ver cuando puedo grabarlas o tatuarla o lo que sea que se haga -añadió suspirando porque por esa causa andaba volviendo un poco loco al pobre Lanor- Mientras tanto vestirme es una odisea cada mañana, que me hace perder valioso tiempo de utilidad- se rio Samika al final tomandoselo finalmente con simplicidad, que otra le quedaba. En este caso solo podía contar con ala magia de otros.

Soltó una carcajada ante la forma en la que el propio Noel hablo de su compañero argos, animada de que no se lo hubiera tomado a mal, porque mira que se había tomado con gente sin sentido del humor y que todo se lo tomaba a malas. Había alguna personas bastantes rancias en el ejercito, sin duda.

-Eso suena increíble y muy útil pero no me imagino el poder ver tanto, debe ser tan o mas confuso que el sentir que escuchas demasiado, como me pasa a mi ahora - comento en tono de broma- Ademas también suena a que no tenéis privacidad en la comodidad de vuestras habitaciones o en el baño - se rio Samika ante la idea porque estaba segura que no erraba en su suposición, ya fuese intencionada o no, seguro ese tipo había dado mas de un susto con eso de ver a través de bueno, de casi todo- Imagino ya estaréis acostumbrados a eso viviendo con un argos, pero debió ser curioso al inicio, ¿por que lleváis bastante tiempo en la ciudad, no? - cuestiono interesada, pues ya imaginaba que no era un novatillo como ella ni de coño, lo que no podía ni imaginar era el tiempo que llevaba en esa ciudad.

<<-Pues si te soy sincera, no tengo ni idea -murmuro Samika pensativa, pues era una muy buena pregunta en realidad ¿si alguien con buena visión se transformaba en evaki, perdería la vista para aumentar su capacidades auditivas o no?- Imagino yo que si podría hacerlo, pero por el contrario le costaría mas trabajo adaptarse a “ver”de la forma en la que un murciélago lo hacer. Ya ni hablar de no distraerse para lograr los ultrasonidos, a mi incluso teniendo ya buen oído, me costo alcanzar las frecuencias que necesitaba para cada cosa.- indico Samika, viendo en su su borrosa dirección y sonrió al final-Creo que en esta transformación para algunas cosas, ver normal puede ser una desventaja mas que una ventaja, porque no sea fiaran fácilmente de otro sentidos a tal escala tan precisa. No se en otras con buena audición, claro, digo con la mía. -inicio porque era desde luego un detalle de su transformación que podía variar dependiendo si eras ciego de serie o no- Por eso aunque he podido pedir que arreglen mi visión con magia, decidí no hacerlo, me seria muy extraño acostumbrarme a ver de nuevo tras tanto años sin ver casi nada de nada.

Se rio Samika y luego añadió, pues era algo que aun había personas que la habían tomado por loca cuando lo decía en la tierra, cosa que por suerte en Rocavarancolia ya no le había pasado tanto.

-También gracias a esto, no soy tan superficial. - indico como simple detalle simple- No va a importarme mucho como luzca alguien, por lo que de serie no voy a poder tener el típico e inútil prejuicio humano de negarme acercarme a alguien por como luce -añadió y luego de forma juguetona añadió- Ademas, se pueden captar muchas cosas de la voz de alguien sin necesidad de ver sus expresiones.

Alice

La bruja se mantuvo un tanto aparte de la conversación. Escuchaba, pero ni tenía nada que aportar ni tenía nada que decir, sugerir o comentar. Solo sabía que aquello les venía grande y no podía sentirse más impotente e incapaz de esclarecer la muerte de su amiga. Si estaba relacionado con todo aquello, al menos sabían ya algo. Mejor era aquello que nada, pero ¿de qué servía? Estaba atada de manos y pies. Para colmo, la pesadilla se le antojaba ahora una advertencia: no se iba a lanzar a investigar por su cuenta ni con sus amigos de apoyo. Le dio miedo. Y es que el mayor de los colmos era que ni aquellos mercenarios ni el Consejo sabían cómo lidiar con aquello. ¿Qué podrían hacer ellos entonces, que tan poquito tiempo llevaban en la ciudad? Protegerse. <<Cuidarnos entre nosotros. Y llamar poco la atención>>

Después de las explicaciones de Saria, la conversación fue tomando otros derroteros. Siguió con su grupo de amigos mientras volvían al trabajo. Y de eso iba la conversación, de trabajo en el futuro.
—Yo tenía planes... —pero se detuvo. No quería recordar el futuro que pensaban compartir la varmana y ella, y entonces pensó que la interrupción había sido demasiado obvia. No quería tampoco crear malestar por aquello. Suspiró antes de seguir—. Perdón... Yo no lo sé. Quería hacer algo que significase visitar los mundos vinculados pero no quiero acabar con un puesto de tantos en el Mercado, ¡ya hay de todo!

>>Así que de momento esto está bien. O apuntarme al Granero, quizás. O podríamos juntarnos y montar algo, no sé. Mirad el grupito de La Brecha.

No estaba muy convencida, sin embargo. Pero ni de eso ni de nada. De hecho, no había vuelto a pensar en su futuro a tan largo plazo desde hacía mucho. Su único plan había sido dedicarse a investigar la muerte de la dullahan... y ahora ni eso podría hacer. Sí, podrían fabricar aquellos comunicadores rúnicos y colaborar en las dragoneras. Pero aquello le resultaba superfluo, dejarse llevar por la corriente de la ciudad. Quería hacer algo por sí misma, pero no veía el qué. Se sentía vacía, sin propósito. ¿Y para qué? La ciudad podía quitártelo todo de la noche a la mañana.

—Yo también pasé por ese periodo en el que vestirse era un verdadero dolor de culo —dijo cuando le explicó sus problemas al respecto—. La runa de vestir es muy simple, yo te la puedo dibujar si encontramos con qué si quieres para usarla de ejemplo. Y conozco a un tatuador si quieres una recomendación —ofreció—. Hay formas de solucionar el hecho de que no puedas usar magia: también te lo puedo explicar después.

La conversación volvió a Toima y el draco no pudo evitar soltar alguna que otra risa resignada.
—Tuvo que pasar por un periodo de adaptación, claro, pero ahora ya es natural para él. Sobre la privacidad… Bueno, digamos que en ese sentido somos afortunados de que el argos sea Toima y no otra persona. Lo que le sobra de mala hostia le falta en perversión, por decirlo de forma sencilla —rio—. Aunque reconozco que prefiero no pensar demasiado en ello incluso si ya son años de costumbre. —Especialmente desde que Wen se había mudado a vivir con ellos… —. Yo llevo casi seis años en la ciudad, cinco como transformado. Dos de mis amigos compartieron criba conmigo —respondió a su pregunta—. Aunque en nuestro grupo también hay gente que lleva un año más y un año menos, respectivamente.

A continuación le explicó su teoría acerca de los evaki.
—Tiene sentido. De hecho… —hizo una pausa para colocar una caja en su sitio y ordenar lo que quería decir—. A veces la esencia empieza a sacar lo que llevas dentro mucho antes de venir a Rocavarancolia. Quiero decir: no me extrañaría que tu ceguera se debiese a que te ibas a transformar en Evaki. No sería el primer caso de un síntoma que se manifiesta mucho antes de la transformación.
Posiblemente Samika no supiera acerca de aquello ya que apenas llevaba un año transformada.
>>Y te entiendo con lo del oído, por cierto. Los dos primeros días desde mi primera Luna Roja tenía que poner todo mi esfuerzo solo en intentar comprender lo que me decían.

El sueco tuvo que reprimir una sonrisa sardónica ante el último comentario de la evaki sobre la superficialidad y la voz. En su cabeza había aparecido una respuesta sádica acerca de que no importaba su aspecto mientras pudiesen gritar adecuadamente. Desde luego no pensaba soltar eso en voz alta: no solo era un tipo de humor inapropiado en general, si no que incluso era malinterpretable.
—Sí, estoy de acuerdo: digamos que yo también tiendo a prestar bastante atención a los sonidos en general… A las voces en particular, incluso —dijo en su lugar con un ligero tono de diversión contenida.

Dhelian

No paso del todo desapercibido para Dhelian el sutil silencio de Kin ante sus palabras, porque el tampoco olvidaba la forma en la que le había retado cuando menciono tiempo atrás lo de que necesitaban un método de comunicación mas rápido que el de las estirges. Recordaba haberse arrepentido, pero aun así no dejaba de ser un pequeño asuntillo incomodo y ahora no sabia muy bien como solucionarlo, aparte de disculpándose de nuevo.

No llego a hacerlo en ese preciso momento pues Koval respondió a su comentario y Dhelian le sonrió algo cohibido.

-Va llevarme algo de tiempo, porque quiero ponerles anillas con hechizos rúnicos y como me gustaría también enviar mensajes o paquetes a través de los portales, deben conocer otros mundos también. Así que supongo tendré que pedir permiso al consejo o algo así, creo- indico Dhelian que no sabia bien si para colar estirges en otro mundo debería pedir permisos, pues al fin de cuentas era meter un animal en otro ecosistema, aunque fuese para que estas recorrieran el mundo para saber moverse por este, para  cuando fuese necesario enviar algo a alguien que se encontrase en el lugar- Así que mientras veo como hacer eso, intentare hacer al red de mensajería y paquetera en la ciudad. Creo que esto sobretodos les llamara la atención a quienes no puede hacer magia o invocar lacayos ...o eso espero -dijo sonriendo algo animado como llevaba tiempo sin estarlo y también inquieto porque su idea no funcionase, pues ante todo era una loca idea, pues ciertamente la gente estaba acostumbrada a usar magia para todo.

Los planes iniciales de Heraldo encajaban realmente con el, de alguna forma, algo metódico y serio, tal cual el lo era. Estaba seguro que trabajar en el granero seria una buena  forma de iniciar como cualquier otra, no de prácticamente cero como seria en su caso, sino escalando de a poco.

-Es una buena forma de ver que quieres hacer mas adelante-afirmo Dhelian a Heraldo, hasta que escucho las palabras de Alice que aunque intentaba no transmitir tristeza, Dhelian lo sentía,porque el mismo se esforzaba todo lo que podía en tener una visión de futuro sin anclarse en lo ocurrido y aun así no era fácil. Mucho menos lo seria para Alice. Le dolía ver a su enérgica amiga que siempre había brillado al mencionar los viajes que harían a a otros mundos, los duros esfuerzos por aprender a hacer medallas traductoras, de esa forma, perdida y triste. No esperaba para nada que eso fuese a abandonarla dela noche ala la mañana, era imposible y tampoco iba a forzarle a hacerlo. Era su luto, por lo tanto solo ella podría decidir con el pasar del tiempo cuando avanzar, pues el dolor no desaparecería, simplemente se quedaría en un rinconcito de su corazón como un recuerdo de la perdida y de tiempo que paso con Marsi.

Pero en ghoul no transmitió ninguno de sus pensamientos ni en sus facciones ni dejo que estos se colaran alas vías telepática los mantuvo bien encerrado,porque era hora de que el fuese también un apoyo para su amiga, una anclaje al futuro.

-Eso suena bien, aun podemos visitar otros mundos, yo tengo que hacerlo, ven conmigo Alice- dijo Dhelian sonriendole de forma dulce- Aprenderemos los idiomas de todos los mundos que podamos, así podremos ir cuando deseemos, incluso podrás ayudarme con la mensajería. Hemos conseguido que tus onyces y mis estirges se soporten y que incluso puedan trabajar bien juntas ¿recuerdas? Aun necesito a mi hermanita conmigo - dijo Dhelian sonriendo sin pretender a forzar que olvidara, solo darle caminos, darle simplemente un cuerdecita a la que agarrarse siempre frente a ella a la que sujetarse una vez se viera preparada para hacerlo. Da igual si Dhelian debía esperar, un días, semanas, meses o años para ello, iba a esperarlo que fuera y la acompañaría todo lo que pudiera hasta volver a ver de nuevo a Alice.

>>- ¿Y tu, Kin tienes algún plan?- pregunto Dhelian mirándole con una sonrisa nerviosa y de disculpa, no queriendo que este se quedase fuera de la conversación moviéndose inquietamente en el lugar sin poder evitarlo, igual como lo haría un niño que sabia haba hecho algo mal peor no sabia como solucionarlo o no encontraba el momento.


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Samika

- ¿En serio? Porque eso me salvaría la vida como ni te imaginas -Dijo Samika abriendo mucho los ojos ante el ofrecimiento repentino tanto de las runas como del tatuador, porque realmente conseguir ropa para la parte superior, adecuada para volar o para practicar artes marciales, que sujetaran lo que tenían que sujetar era realmente difícil. Cuantas veces de pura frustración por poco no salia desnuda de cintura para arriba y al demonio con todo.

-Me seria de enorme ayuda cualquier cosa que pueda ayudarme con eso de no tener magia, la verdad...en serio que te estas ganando que te invite a copas hasta que no puedas mas -aseguró Samika con una risa ante el ofrecimiento de ayuda, recomendaciones y consejos. No era broma de que debía pagarle el favor, que al fin de cuentas no tenia ni porque dárselo cuando apenas se conocían desde hacia un rato, así lo agradecía de verdad.

Escuchar al fin el nombre del tal mencionado argos hizo que le diera vueltas en su mente, intentando recordar si le sonaba de algo, pero no, no recordaba a ningún Toima, pero la descripción que estaba dando de ese pobre sujeto a gran escala le daba un poco de risa. <<¿Que narices es todo lo que tiene de mala ostia le falta en perversión? >> pensó divertida, no podía evitarlo, de verdad que intentaba no pensar así. Pero parecía que mas que a un amigo humanoide, porque suponía que lo era, parecía describir a un enorme perro con malas pulgas pero inocente hasta decir basta. << Casi que mejor me quedo con la duda >> se rió.

-Debéis sera muy unidos entonces, yo aun no conozco mucho a gente de otra cosechas, de forma así cercana quiero decir -dijo Samika sonriendo ante como hablaba de sus compañeros- Supongo es difícil que grupos ya unidos con sus relaciones formadas, anécdotas, secretos y todo eso se abran a extraños recién llegados, por eso me ha sorprendido eso que dijiste – comento de buen humor sin ninguna razón en especial, simplemente era algo factible. Pues aunque ella habla con todo el mundo sin apenas distinción, evidentemente tenía mas confianza con sus amigos porque lo conocía mejor, era natural. Por ello que mencionase que convivían juntos gente de diferentes cosechas había llamado su atención.

Como también lo hizo la mención de su audición, lo que le hizo alzar una ceja confundida,mientras bajaba de nuevo al suelo por mas cosas, masajeandose el cuello antes de seguir cargando y volver a ahabalr.

-Te entiendo. Sin ver y sin poder oír en condiciones durante dos días, comunicarme con mis amigos en condiciones fue una caos. - suspiro negando con la cabeza ante esos dos insufribles días, que junto al mareo de sonidos y el dolor de brazos por las alas cuando salieron prefería ni recordarlos- Imagino entonces que cierto sonidos te deben ser un estorbo ¿no?. Como lo gritos o lo sonidos fuertes- comento pues a ella había algunos sonidos estruendosos así como gritos que le punzaban en los oídos, especialmente cuando era muy cerca, debido a que eran bastante sensibles. Por suerte ya había aprendido como no escuchar del todo lo que no le interesaba relegándolo a un segundo plano menos molesto, pero le había costado lo suyo- Yo reconozco mayormente a la gente por sus voces, sino tendría que estar acercándome de forma invasiva a todo el mundo- rió porque alguna vez lo había hecho aunque ya con gente con la que tenia confianza, claro.

Noel se echó a reír ante el agradecimiento de Samika por algo tan simple como dibujarle la runa de vestir y darle un par de recomendaciones.
—No es necesario que me invites a nada: no te estoy haciendo ningún favor que me suponga un esfuerzo —le dijo todavía riéndose—. Diría que no sé por qué todos los novatos pensáis que siempre vamos a pediros algo a cambio de daros incluso la hora, pero en realidad lo sé perfectamente.

A la evaki parecía resultarle un poco ajeno el hecho de que su grupo comprendiese gente de distintas cribas y el draco se preguntaba qué podía ser tan diferente respecto a hacía unos años para que los novatos tuviesen aquella mentalidad. Algunos de ellos, al menos.
—Pues no sé muy bien qué decirte. Yo recibí ayuda de los transformados por la Luna anterior y a su vez después ayudamos a los de la siguiente Luna. Conviviendo juntos en los refugios, ayudándonos a entrenar, o simplemente manteniendo el contacto acabamos creando un grupo de amigos. Bueno, en la actualidad a ellos en particular los considero mi familia, por supuesto —se encogió de hombros: le parecía un concepto demasiado simple como para profundizar—. Pero en realidad hemos ido a ayudar el año siguiente a ese también y tenemos un par de buenos amigos de esa criba… Después de ese año, que por cierto fue una auténtica locura debido a una Súper Luna por así decirlo, decidimos que seguramente ya se encargarían los recién llegados de ayudar. Y creo que hemos hecho amigos con personas de todas las cribas posteriores por un motivo u otro… Incluso si no son tan cercanos siguen siendo amigos nuestros. ¿Por qué crees que es difícil? Quiero decir… sé que los ciudadanos más antiguos pueden ser verdaderamente desagradables con los nuevos, pero no debería ser así con los que todavía estáis en los refugios y eso… ¿No? ¿Tanto han cambiado las cosas?

Cuando le preguntó acerca de los sonidos en un principio asintió automáticamente –a pesar de que era consciente de que no podría verlo- ante la pregunta de si había alguno que le molestase; antes de responder, no obstante, tuvo que esforzarse mucho para no estallar en carcajadas otra vez ante la mención de los gritos.
—Las risas ajenas son dolorosas para los oídos de un draco de estínfalo —le dijo mientras se le escapaba alguna que otra risa, aunque no precisamente por lo que estaba contando—. Pero si necesito pasar tiempo en un lugar muy concurrido utilizo anestesia para contrarrestarlo. Pasan de dolorosas a solo desagradables. Imagino que los evakis no tenéis un problema similar y solamente es una cuestión de oído muy fino —aventuró, ya que la chica había mencionado sonidos que para los que no eran unos sádicos maníacos como el solían resultar desagradables de forma normal—. Aunque sé muy bien que eso también puede resultar molesto de por sí: oír más de lo que te gustaría —rio recordando alguna que otra situación ridícula o vergonzosa—. Pero también es útil en determinadas circunstancias.

La evaki  pensó un poco tras sus palabras y termino devolviendole una sonrisa tras escucharlo reírse, pues ciertamente había dado por hecho eso de que cualquier apto de amabilidad debía ser pagado. El tiempo en la ciudad aunque corto le había convencido un poco de ello, donde cualquier favor se devolvía de algún modo.

-Bueno, creo que es preferible dar por hecho que alguien te pedirá algo a cambio por un favor,  a encontrarte en la bochornosa situación que te lo recuerden por no darlo por hecho- comentó Samika con humor, no hablando de ese caso en particular sino un par que le había ocurrido,especialmente al inicio y con desconocidos y que le había confundido un poco- Aun así, una bebida si que la tienes asegurada por el juego de adivinación, eso ya es aparte - añadió Samika guiñándole un ojo con diversión, escuchando con verdadera atención y curiosidad lo que contaba sobre lo debió ser su cosecha, o mas bien el tiempo cuando apenas era transformado.

-Oh no, no. No es que nos hayan tratado mal ni nada por el estilo -negó Samika con una suave risa, negando con la cabeza, pues no sabia sus amigos pero al menos ella no tenia malos roces con nadie, al menos que supiera- Tal vez solo es mi caso en particular. Pero debido a mi tiempo apenas si puedo conversar con gente del ejercito, normalmente de asuntos del ejercito o del entrenamiento...o con mis amistades, que al final difícilmente tengo conversaciones banales, relajadas o sinsentido de cualquier otra cosa con extraños- añadió y luego soltó una risa apuntando en dirección a Noel con un leve gesto- Como la de ahora, por ejemplo  - indicó no muy segura de si se daba a entender a lo que se refería, pues en su caso que era sociable no es que tuviera problemas comunicándose con la gente, era mas bien no tener situaciones o tiempo para ello- De ahí que diga que es difícil afianzar amistades con gente ajena a tu circulo cercano- explicó antes de ser atrapada totalmente con la guardia baja por su siguientes palabras.

-¿Que las risas te hacen daño?- el asombro era tal que Samika miro en su dirección con ojos abiertos como platos y una ceja alzada en profundo desconcierto, porque llevaba todo ese rato riéndose. ¿Le había estado molestado a sus oídos todo ese tiempo?. Evidentemente no era algo que fuese a capaz de percibir sin ver su rostro por lo que frunció los labios en signo claro de reproche, analizando aquellas palabras aun asombrada por lo raro que era todo, aunque sintiéndose realmente curiosa- Imagino, que si las risas te hacen daño, que son sonidos de alegría y todo eso...entonces...mm- analizo atentamente recordando de nuevo que un draco era una criatura de precio, cada vez estaba mas segura de ello, así que el precio de algún lado debía salir. Si las risas le hacían daño ¿algo triste haría lo contrario? Por simple contradicción.- ¡Oh! - cayo en cuenta, de pronto recordando como se había reído cuando ella hablo antes de lo sonidos que  a ella le molestaban tanto y tras escuchar lo de las risas tenia algo mas de sentido en su mente- Dios, que lenta soy... creo que ya se que tipo de sonidos emitidos por personas no te desagradan entonces- comento la evaki con una ceja alzada pero sin borrar su sonrisa pues ciertamente tenia sentido y visto que pensaba era una criatura de precio inmoral, ante todo debía pensar en esa ultima palabras es que seguramente algo no muy bueno debía hacer para obtener magia.

Y aun sabiendo eso, no le impedía ser amiga de Rasqa, por ejemplo, por lo que saber o tener una idea mas clara de que a se debía tanta risita del draco no iba a cambiar mucho la situación. << Lo que no te mate...>> pensó sin mucho apuro. Mas que mentalidad simple, era sencillamente objetiva.

-Y sobre mi, no no tengo problemas de ese tipo -negó entretenida pues a ella simplemente le molestaba ruidos fuerte e irritante, por ser eso, irritantes, sin mas- ¿Escuchar conversaciones que no debes? A la orden del día...y con muros de por medio, muchos muros de por medio si me concentro, es horroroso. - sacudió la cabeza recordando especialmente cuando estaba Serpentaria y aun no era capaz de evitar decir mas de la cuenta, cosa que aun le costaba a veces para que mentir-  Un par de compañeros del ejercito incluso han bromeado al respecto con eso, diciendo que no hay forma de decirme de ir al burdel entonces...muy graciosos, claro que si- añadió Samika gruñendo por lo bajo ante le broma al recordarla. ¿El burdel? Sabía que había uno y aunque suponía tendría magia para insonorizar y todo eso, por simple lógica, el simple pensamiento remotos de escuchar cosas que no correspondían sin querer y mas de ese tipo le ponía el vello de punta. En serio que valoraba la privacidad ajena.

Gael no tenía conocimientos suficientes de aquel grupo como para saber qué había significado la interrupción de dama Onyx cuando empezaron a hablar de sus planes de futuro, pero Kin sí, que se volvió a mirarla y luego siguió con sus tareas. Si ella no quería sacar el tema, era mejor así. Tampoco habría sabido qué decir que pudiese resultar un consuelo, ya que no lo había.

Para Kin hablar de planes de futuro era en parte incómodo. El irrense no tenía claro en absoluto qué hacer con su vida, como no lo había tenido en Irraria. Sentía que siempre se dejaba llevar por la corriente mientras hacía lo mínimo necesario para sobrevivir, y no sabía si era malo o bueno, o indiferente. Unas veces le molestaba, otras le daba exactamente igual.

Heraldo y Alice estaban hablando de tener interés en el granero, y él había empezado a trabajar allí no hacía tanto, por lo que se dirigió a ellos.
—No está mal, el granero. Las condiciones no son del todo malas, al menos sirve para empezar a ganar algo.

Gael, por su parte, los estaba escuchando con bastante interés. Cada generación traía ideas nuevas u originales a la ciudad, y aun si no fuese así, al menos le gustaba escuchar cómo la gente planificaba su futuro. Era nostálgico.
—Yo creo que tu negocio va a ir bien —le dijo a Dhelian—. Incluso puede venirle bien a gente con magia, por la parte de transportar cosas. Por ejemplo, se pueden construir muchos tipos de comunicadores, pero la única forma de pasar objetos de forma rápida es con portales bastante costosos.
»Imagino que con un camuflaje adecuado y permitiendo a los guardias revisar lo que transportan las estirges, el consejo te permitirá transportar cosas a los mundos vinculados. Al menos una vez tu negocio esté instaurado y ganes fana de ser profesional.

Aunque Gael se sentía ligeramente incómodo porque era el único que no formaba parte de aquel grupo y, por tanto, había partes de la conversación que no iban con él, estaba a gusto con las personas con las que le había tocado trabajar. Parecía que iba teniendo suerte con las asignaciones.
—Somos ejemplares —bromeó tras el comentario de Onyx sobre su grupo—. La verdad es que siempre es mejor trabajar si lo haces con tus amigos. El trabajo aburrido deja de serlo tanto.

Kin pensó en lo que había dicho Alice, pero aun así no se le vino nada a la mente. Hacer lo mismo que los de la Brecha era inviable, seguramente. Todavía recordaba el día en que los habían pillado sacudiendo a un moroso, o algo por el estilo, y eso no era nada en comparación con los trabajos que podían llegar a pedir en aquella ciudad.

Mientras pensaba en las opciones que tenían, la pregunta de Dhelian lo cogió desprevenido.
—No realmente —dijo, y se tomó unos segundos antes de continuar—. De momento me conformo con dejarme llevar por la corriente. Seguiré durante un tiempo en el granero, y cambiaré de empleo cuando se me ocurra algo. He pensado en lo irónico que es haber venido a Rocavarancolia para acabar trabajando de exactamente lo mismo que me asignó el SGR. Si quiero demostrar que se equivoca, no voy por muy buen camino. —Esbozó una sonrisa irónica que solo duró unos segundos.

Alice

Alice escuchó lo que comentaba su amigo sobre las estirges, runas, mensajería... Lo había olvidado. No. Lo recordaba, pero tenía toda su memoria tan hundida en la miseria que no era consciente de eso. Frunció el ceño, no obstante, pues aunque se alegraba de que Dhelian tuviera aquel plan y no lo hubiera olvidado del todo, ¿cuánto más habría engullido la tristeza que la embargaba?

Pero el brujo se encargó de sacarla del nuevo bucle al que se podría haber precipitado. Se dirigió a ella tras hablar de lo suyo y le habló directamente. Le miró. Y fue hilando lo que decía. Sí. Habían hablado de visitar mundos con Marsi, todo el grupo. Como turistas. De hecho, habían conseguido los amuletos para hablar el varmano más común. Según hablaba el daeliciano, más recordaba y más descubría lo perdida que estaba dentro de su propia cabeza.
—No... no hará falta aprenderlos, podemos hacer más amuletos como los que preparamos —consiguió decir con un hilo de voz.

Se tuvo que reír por su comentario de ambos dominios y no pudo evitar acercarse a darle un abrazo. Fugaz, por si les regañaban, pero necesario.
—Te quiero, hermanito —le dijo al oído.

Acto seguido volvió a su puesto bajo los bufidos de las onyces, pero sonreía. Podía... podía ver como propósito intentar pasarlo bien, por ella misma, por sus amistades. Cuidarse entre ellos, sí, pero por un buen motivo, no para hundirse a salvo en la tristeza. Pero sabía que con pensarlo no bastaba. "Pensarlo" solo funcionaba para dar validez a la ansiedad o a los malos pensamientos. Tendría que afrontar situaciones y forzarse a hacer cosas. <<Poco a poco, hasta volver a ser yo[/color][/b]>>

Volvió a dirigirse al brujo, desde su puesto de trabajo. Las onyces se amontonaban para cargar con piedras y llevarlas de acá para allá y ella las subía con magia a donde hicieran falta.
—Te ayudaré, por supuesto. Seguro que puedo echarte una mano también con las runas o le podemos preguntar a Skarog.

>>Y claro que sois ejemplares, bobo —le sacó la lengua a Koval, de broma—, o sea, sois un buen ejemplo de que se puede hacer negocio y convivencia entre amigos sin malos rollos, que siempre se dice que compartir piso es un asco. No me veo separada de los míos, vaya.

El sueco compuso una expresión de consenso dubitativo ante la explicación que dio Samika a sus preguntas acerca de las nuevas remesas de transformados.
—Quizás el haberte alistado en el ejército tan pronto tuvo algo que ver. Nosotros estuvimos un buen tiempo sin tener un trabajo, realmente. Me consta que hay gente agradable en el ejército, pero no creo que os permitan charlar demasiado mientras estáis entrenando. Aun así… ¿Te has pasado por la Taberna del Mago Tuerto? Suele haber bastante buen ambiente allí… Aunque a lo mejor yo puedo tener ya un poco distorsionado el significado de esa expresión, lo reconozco —se echó a reír una vez más.

Mantuvo una sonrisa irónica que la evaki no vería de todos modos tras su reacción ante lo que le había explicado acerca de las risas.
—Probablemente sea lo que estás pensando, sí —le dijo divertido tras su afirmación—. Son los gritos, en cualquier caso y por si quedaba alguna duda. Los gritos de agonía, dolor, desesperación, etcétera, por supuesto. No sería una criatura de precio inmoral si pudiese recargar magia haciendo gritar a alguien de felicidad. Por eso Rasqa y yo nos llevamos tan bien —añadió en un tono ligeramente sombrío pero que acompañó enseguida de una risa despreocupada.
A aquellas alturas tenía claro que a la evaki no le importaba demasiado estar tratando con una criatura como él, y en realidad a él le daba igual. La chica le caía bien, pero había aceptado hacía mucho que alguna gente simplemente iban a mostrarse recelosos o terriblemente desagradados por su naturaleza y no podía decir que los culpase. No parecía ser el caso, de todos modos.

—Probablemente tu oído sea incluso más fino que el mío y te estará llevando más tiempo acostumbrarte, pero al final acabarás ignorando sistemáticamente la mayoría de sonidos que no te interesan —comentó cuando cambiaron de tema—. El burdel… —repitió entre risas en un tono jocoso—. Ahí mismo es uno de esos sitios donde he llegado a oír cosas que hubiese preferido no. —Una carcajada le interrumpió antes de continuar—. Pero también es el lugar al que te iba a recomendar ir, por cierto. Ah, eso probablemente ha sonado mal, pero no lo digo en el mismo sentido que tus compañeros de trabajo —rio de nuevo ante su propio desliz—. Sino porque el dueño del burdel, Cain, es un buen amigo nuestro y es quien nos hizo todos nuestros tatuajes rúnicos. Si le dices que vas de mi parte seguro que puede quedar contigo para tatuarte las runas que necesites por un precio razonable. Además, es posible que conozcas a uno de los porteros de allí. ¿No vives en la Sede de los Taumaturgos junto a un idrino llamado Saren? Imagino que te hospedas allí, al no ser una maga.