Las Dragoneras

Noel se echó a reír ante el agradecimiento de Samika por algo tan simple como dibujarle la runa de vestir y darle un par de recomendaciones.
—No es necesario que me invites a nada: no te estoy haciendo ningún favor que me suponga un esfuerzo —le dijo todavía riéndose—. Diría que no sé por qué todos los novatos pensáis que siempre vamos a pediros algo a cambio de daros incluso la hora, pero en realidad lo sé perfectamente.

A la evaki parecía resultarle un poco ajeno el hecho de que su grupo comprendiese gente de distintas cribas y el draco se preguntaba qué podía ser tan diferente respecto a hacía unos años para que los novatos tuviesen aquella mentalidad. Algunos de ellos, al menos.
—Pues no sé muy bien qué decirte. Yo recibí ayuda de los transformados por la Luna anterior y a su vez después ayudamos a los de la siguiente Luna. Conviviendo juntos en los refugios, ayudándonos a entrenar, o simplemente manteniendo el contacto acabamos creando un grupo de amigos. Bueno, en la actualidad a ellos en particular los considero mi familia, por supuesto —se encogió de hombros: le parecía un concepto demasiado simple como para profundizar—. Pero en realidad hemos ido a ayudar el año siguiente a ese también y tenemos un par de buenos amigos de esa criba… Después de ese año, que por cierto fue una auténtica locura debido a una Súper Luna por así decirlo, decidimos que seguramente ya se encargarían los recién llegados de ayudar. Y creo que hemos hecho amigos con personas de todas las cribas posteriores por un motivo u otro… Incluso si no son tan cercanos siguen siendo amigos nuestros. ¿Por qué crees que es difícil? Quiero decir… sé que los ciudadanos más antiguos pueden ser verdaderamente desagradables con los nuevos, pero no debería ser así con los que todavía estáis en los refugios y eso… ¿No? ¿Tanto han cambiado las cosas?

Cuando le preguntó acerca de los sonidos en un principio asintió automáticamente –a pesar de que era consciente de que no podría verlo- ante la pregunta de si había alguno que le molestase; antes de responder, no obstante, tuvo que esforzarse mucho para no estallar en carcajadas otra vez ante la mención de los gritos.
—Las risas ajenas son dolorosas para los oídos de un draco de estínfalo —le dijo mientras se le escapaba alguna que otra risa, aunque no precisamente por lo que estaba contando—. Pero si necesito pasar tiempo en un lugar muy concurrido utilizo anestesia para contrarrestarlo. Pasan de dolorosas a solo desagradables. Imagino que los evakis no tenéis un problema similar y solamente es una cuestión de oído muy fino —aventuró, ya que la chica había mencionado sonidos que para los que no eran unos sádicos maníacos como el solían resultar desagradables de forma normal—. Aunque sé muy bien que eso también puede resultar molesto de por sí: oír más de lo que te gustaría —rio recordando alguna que otra situación ridícula o vergonzosa—. Pero también es útil en determinadas circunstancias.

La evaki  pensó un poco tras sus palabras y termino devolviendole una sonrisa tras escucharlo reírse, pues ciertamente había dado por hecho eso de que cualquier apto de amabilidad debía ser pagado. El tiempo en la ciudad aunque corto le había convencido un poco de ello, donde cualquier favor se devolvía de algún modo.

-Bueno, creo que es preferible dar por hecho que alguien te pedirá algo a cambio por un favor,  a encontrarte en la bochornosa situación que te lo recuerden por no darlo por hecho- comentó Samika con humor, no hablando de ese caso en particular sino un par que le había ocurrido,especialmente al inicio y con desconocidos y que le había confundido un poco- Aun así, una bebida si que la tienes asegurada por el juego de adivinación, eso ya es aparte - añadió Samika guiñándole un ojo con diversión, escuchando con verdadera atención y curiosidad lo que contaba sobre lo debió ser su cosecha, o mas bien el tiempo cuando apenas era transformado.

-Oh no, no. No es que nos hayan tratado mal ni nada por el estilo -negó Samika con una suave risa, negando con la cabeza, pues no sabia sus amigos pero al menos ella no tenia malos roces con nadie, al menos que supiera- Tal vez solo es mi caso en particular. Pero debido a mi tiempo apenas si puedo conversar con gente del ejercito, normalmente de asuntos del ejercito o del entrenamiento...o con mis amistades, que al final difícilmente tengo conversaciones banales, relajadas o sinsentido de cualquier otra cosa con extraños- añadió y luego soltó una risa apuntando en dirección a Noel con un leve gesto- Como la de ahora, por ejemplo  - indicó no muy segura de si se daba a entender a lo que se refería, pues en su caso que era sociable no es que tuviera problemas comunicándose con la gente, era mas bien no tener situaciones o tiempo para ello- De ahí que diga que es difícil afianzar amistades con gente ajena a tu circulo cercano- explicó antes de ser atrapada totalmente con la guardia baja por su siguientes palabras.

-¿Que las risas te hacen daño?- el asombro era tal que Samika miro en su dirección con ojos abiertos como platos y una ceja alzada en profundo desconcierto, porque llevaba todo ese rato riéndose. ¿Le había estado molestado a sus oídos todo ese tiempo?. Evidentemente no era algo que fuese a capaz de percibir sin ver su rostro por lo que frunció los labios en signo claro de reproche, analizando aquellas palabras aun asombrada por lo raro que era todo, aunque sintiéndose realmente curiosa- Imagino, que si las risas te hacen daño, que son sonidos de alegría y todo eso...entonces...mm- analizo atentamente recordando de nuevo que un draco era una criatura de precio, cada vez estaba mas segura de ello, así que el precio de algún lado debía salir. Si las risas le hacían daño ¿algo triste haría lo contrario? Por simple contradicción.- ¡Oh! - cayo en cuenta, de pronto recordando como se había reído cuando ella hablo antes de lo sonidos que  a ella le molestaban tanto y tras escuchar lo de las risas tenia algo mas de sentido en su mente- Dios, que lenta soy... creo que ya se que tipo de sonidos emitidos por personas no te desagradan entonces- comento la evaki con una ceja alzada pero sin borrar su sonrisa pues ciertamente tenia sentido y visto que pensaba era una criatura de precio inmoral, ante todo debía pensar en esa ultima palabras es que seguramente algo no muy bueno debía hacer para obtener magia.

Y aun sabiendo eso, no le impedía ser amiga de Rasqa, por ejemplo, por lo que saber o tener una idea mas clara de que a se debía tanta risita del draco no iba a cambiar mucho la situación. << Lo que no te mate...>> pensó sin mucho apuro. Mas que mentalidad simple, era sencillamente objetiva.

-Y sobre mi, no no tengo problemas de ese tipo -negó entretenida pues a ella simplemente le molestaba ruidos fuerte e irritante, por ser eso, irritantes, sin mas- ¿Escuchar conversaciones que no debes? A la orden del día...y con muros de por medio, muchos muros de por medio si me concentro, es horroroso. - sacudió la cabeza recordando especialmente cuando estaba Serpentaria y aun no era capaz de evitar decir mas de la cuenta, cosa que aun le costaba a veces para que mentir-  Un par de compañeros del ejercito incluso han bromeado al respecto con eso, diciendo que no hay forma de decirme de ir al burdel entonces...muy graciosos, claro que si- añadió Samika gruñendo por lo bajo ante le broma al recordarla. ¿El burdel? Sabía que había uno y aunque suponía tendría magia para insonorizar y todo eso, por simple lógica, el simple pensamiento remotos de escuchar cosas que no correspondían sin querer y mas de ese tipo le ponía el vello de punta. En serio que valoraba la privacidad ajena.

Gael no tenía conocimientos suficientes de aquel grupo como para saber qué había significado la interrupción de dama Onyx cuando empezaron a hablar de sus planes de futuro, pero Kin sí, que se volvió a mirarla y luego siguió con sus tareas. Si ella no quería sacar el tema, era mejor así. Tampoco habría sabido qué decir que pudiese resultar un consuelo, ya que no lo había.

Para Kin hablar de planes de futuro era en parte incómodo. El irrense no tenía claro en absoluto qué hacer con su vida, como no lo había tenido en Irraria. Sentía que siempre se dejaba llevar por la corriente mientras hacía lo mínimo necesario para sobrevivir, y no sabía si era malo o bueno, o indiferente. Unas veces le molestaba, otras le daba exactamente igual.

Heraldo y Alice estaban hablando de tener interés en el granero, y él había empezado a trabajar allí no hacía tanto, por lo que se dirigió a ellos.
—No está mal, el granero. Las condiciones no son del todo malas, al menos sirve para empezar a ganar algo.

Gael, por su parte, los estaba escuchando con bastante interés. Cada generación traía ideas nuevas u originales a la ciudad, y aun si no fuese así, al menos le gustaba escuchar cómo la gente planificaba su futuro. Era nostálgico.
—Yo creo que tu negocio va a ir bien —le dijo a Dhelian—. Incluso puede venirle bien a gente con magia, por la parte de transportar cosas. Por ejemplo, se pueden construir muchos tipos de comunicadores, pero la única forma de pasar objetos de forma rápida es con portales bastante costosos.
»Imagino que con un camuflaje adecuado y permitiendo a los guardias revisar lo que transportan las estirges, el consejo te permitirá transportar cosas a los mundos vinculados. Al menos una vez tu negocio esté instaurado y ganes fana de ser profesional.

Aunque Gael se sentía ligeramente incómodo porque era el único que no formaba parte de aquel grupo y, por tanto, había partes de la conversación que no iban con él, estaba a gusto con las personas con las que le había tocado trabajar. Parecía que iba teniendo suerte con las asignaciones.
—Somos ejemplares —bromeó tras el comentario de Onyx sobre su grupo—. La verdad es que siempre es mejor trabajar si lo haces con tus amigos. El trabajo aburrido deja de serlo tanto.

Kin pensó en lo que había dicho Alice, pero aun así no se le vino nada a la mente. Hacer lo mismo que los de la Brecha era inviable, seguramente. Todavía recordaba el día en que los habían pillado sacudiendo a un moroso, o algo por el estilo, y eso no era nada en comparación con los trabajos que podían llegar a pedir en aquella ciudad.

Mientras pensaba en las opciones que tenían, la pregunta de Dhelian lo cogió desprevenido.
—No realmente —dijo, y se tomó unos segundos antes de continuar—. De momento me conformo con dejarme llevar por la corriente. Seguiré durante un tiempo en el granero, y cambiaré de empleo cuando se me ocurra algo. He pensado en lo irónico que es haber venido a Rocavarancolia para acabar trabajando de exactamente lo mismo que me asignó el SGR. Si quiero demostrar que se equivoca, no voy por muy buen camino. —Esbozó una sonrisa irónica que solo duró unos segundos.

Alice

Alice escuchó lo que comentaba su amigo sobre las estirges, runas, mensajería... Lo había olvidado. No. Lo recordaba, pero tenía toda su memoria tan hundida en la miseria que no era consciente de eso. Frunció el ceño, no obstante, pues aunque se alegraba de que Dhelian tuviera aquel plan y no lo hubiera olvidado del todo, ¿cuánto más habría engullido la tristeza que la embargaba?

Pero el brujo se encargó de sacarla del nuevo bucle al que se podría haber precipitado. Se dirigió a ella tras hablar de lo suyo y le habló directamente. Le miró. Y fue hilando lo que decía. Sí. Habían hablado de visitar mundos con Marsi, todo el grupo. Como turistas. De hecho, habían conseguido los amuletos para hablar el varmano más común. Según hablaba el daeliciano, más recordaba y más descubría lo perdida que estaba dentro de su propia cabeza.
—No... no hará falta aprenderlos, podemos hacer más amuletos como los que preparamos —consiguió decir con un hilo de voz.

Se tuvo que reír por su comentario de ambos dominios y no pudo evitar acercarse a darle un abrazo. Fugaz, por si les regañaban, pero necesario.
—Te quiero, hermanito —le dijo al oído.

Acto seguido volvió a su puesto bajo los bufidos de las onyces, pero sonreía. Podía... podía ver como propósito intentar pasarlo bien, por ella misma, por sus amistades. Cuidarse entre ellos, sí, pero por un buen motivo, no para hundirse a salvo en la tristeza. Pero sabía que con pensarlo no bastaba. "Pensarlo" solo funcionaba para dar validez a la ansiedad o a los malos pensamientos. Tendría que afrontar situaciones y forzarse a hacer cosas. <<Poco a poco, hasta volver a ser yo[/color][/b]>>

Volvió a dirigirse al brujo, desde su puesto de trabajo. Las onyces se amontonaban para cargar con piedras y llevarlas de acá para allá y ella las subía con magia a donde hicieran falta.
—Te ayudaré, por supuesto. Seguro que puedo echarte una mano también con las runas o le podemos preguntar a Skarog.

>>Y claro que sois ejemplares, bobo —le sacó la lengua a Koval, de broma—, o sea, sois un buen ejemplo de que se puede hacer negocio y convivencia entre amigos sin malos rollos, que siempre se dice que compartir piso es un asco. No me veo separada de los míos, vaya.

El sueco compuso una expresión de consenso dubitativo ante la explicación que dio Samika a sus preguntas acerca de las nuevas remesas de transformados.
—Quizás el haberte alistado en el ejército tan pronto tuvo algo que ver. Nosotros estuvimos un buen tiempo sin tener un trabajo, realmente. Me consta que hay gente agradable en el ejército, pero no creo que os permitan charlar demasiado mientras estáis entrenando. Aun así… ¿Te has pasado por la Taberna del Mago Tuerto? Suele haber bastante buen ambiente allí… Aunque a lo mejor yo puedo tener ya un poco distorsionado el significado de esa expresión, lo reconozco —se echó a reír una vez más.

Mantuvo una sonrisa irónica que la evaki no vería de todos modos tras su reacción ante lo que le había explicado acerca de las risas.
—Probablemente sea lo que estás pensando, sí —le dijo divertido tras su afirmación—. Son los gritos, en cualquier caso y por si quedaba alguna duda. Los gritos de agonía, dolor, desesperación, etcétera, por supuesto. No sería una criatura de precio inmoral si pudiese recargar magia haciendo gritar a alguien de felicidad. Por eso Rasqa y yo nos llevamos tan bien —añadió en un tono ligeramente sombrío pero que acompañó enseguida de una risa despreocupada.
A aquellas alturas tenía claro que a la evaki no le importaba demasiado estar tratando con una criatura como él, y en realidad a él le daba igual. La chica le caía bien, pero había aceptado hacía mucho que alguna gente simplemente iban a mostrarse recelosos o terriblemente desagradados por su naturaleza y no podía decir que los culpase. No parecía ser el caso, de todos modos.

—Probablemente tu oído sea incluso más fino que el mío y te estará llevando más tiempo acostumbrarte, pero al final acabarás ignorando sistemáticamente la mayoría de sonidos que no te interesan —comentó cuando cambiaron de tema—. El burdel… —repitió entre risas en un tono jocoso—. Ahí mismo es uno de esos sitios donde he llegado a oír cosas que hubiese preferido no. —Una carcajada le interrumpió antes de continuar—. Pero también es el lugar al que te iba a recomendar ir, por cierto. Ah, eso probablemente ha sonado mal, pero no lo digo en el mismo sentido que tus compañeros de trabajo —rio de nuevo ante su propio desliz—. Sino porque el dueño del burdel, Cain, es un buen amigo nuestro y es quien nos hizo todos nuestros tatuajes rúnicos. Si le dices que vas de mi parte seguro que puede quedar contigo para tatuarte las runas que necesites por un precio razonable. Además, es posible que conozcas a uno de los porteros de allí. ¿No vives en la Sede de los Taumaturgos junto a un idrino llamado Saren? Imagino que te hospedas allí, al no ser una maga.

Sentaba realmente bien para su autoestima escuchar a alguien ajeno a sus amigos opinar algo bueno de su idea, aun apenas en desarrollo pues tenia muchas cosas que solucionar antes de poder llegar realmente a que sus estirges pudieran hacer transportes entre mundos. Pero tenia un objetivo con mucho trabajo por delante y eso ya era una motivación excelente para Evelhan.

-Pues eso es incluso mas motivación- admitió el brujo , solo incrementaba sus ganas de continuar con la labor de las anillas con enseñar a sus estirges lo que necesitara para mas adelante, de seguir criandolas generación tras generación para que se acostumbrasen a el. Habría muchos detalles por ver, peor por suerte, tenia todo el tiempo del mundo para ello- Desde luego mi deseo de poder transportar entre mundos aun queda lejos, queda ver si es viable en la ciudad primero y claro, tener un buena publicidad, que se que las estirges tienen fama de ladronas entre otras cosas -admitió Evelhan con una risa cada vez mas emocionado ante el pensamiento, que se afianzo aun mas al ver como sus palabras de algún modo también había llegado a Alice y veía como sus ojos recuperaban aunque fuese solo un poquito, las ganas de continuar y ver que correspondía sus palabras con un breve abrazo, aceptando sus palabras, logro poner una enorme sonrisa en el rostro del niño eterno.

-Cualquier ayuda es bienvenida, por supuesto que si, con las runas, pidiéndome cosas para que estos revoltosos pajarracos practiquen a llevar cosas donde deben, son muchas cosas que ir haciendo -acepto Evelhan cada vez con mas y mas ganas de continuar con su idea, mas ahora que sabia que con eso también podría ayudar un poco a Alice a salir de sus pensamientos tristes- Y estoy de acuerdo con ella, Koval- asintió Evelhan justo después de colocar un par de piedras con levitación- Parecéis tener una estrecha relación, ya lo notamos cuando el incidente con nuestro amigo mono y vuestro amigo argos, que ya queda en el pasado- admitió Evelhan sonriendo pues no era ningún reproche en absoluto- Nosotros de alguna forma me renunciataria que todos nosotros vivamos juntos, como cuando estábamos en la cosecha, como ustedes habéis hecho..ya sabéis sin estar en el refugio- añadió  el brujo que lo veía realmente como otro prospecto de futuro, iguala a viajar, igual a su idea de las estirges- Y no solo digo con al gente que convivió en letargo, sino todo el que quiera venirse- dijo sonriendo consciente que Kin estaba allí y no pretendía echarlo de esa convivencia.

Y que ademas parecía tan poco tener muy claro que hacer. El brujo le miro de reojo pensativo no querido descentrarse de su labor levitadora hasta asegurar que todo estaba en su lugar, antes de hablar de nuevo.

-¿Que te gusta hacer? No digo de trabajo digo bueno, hobbies y eso-pregunto Dhelian y algo cohibido añadió- Puede sonar muy raro preguntar eso,  pero en esta ciudad existe la extraña libertad de poder escoger hacer lo que quieras, porque todo esta a medias y falta un poco de todo- rio levemente porque sonaba infantil realmente- Así que en vez de pensar que haces algo que ya hacías en irraria, piensa mejor que puedes hacer lo que quieras hacer, aunque te suene ridículo en principio - no podía evitar sonar motivado, como también sentir ganas de motivar al resto, aunque fuese un poco. Sabia que habían tenido demasiados momentos tristes y bajones últimamente, demasiadas cosas nefastas en la que pensar, por lo que quería cambiar un poco eso.

Era el mas joven de su cosecha ahora y lo seguiría siendo para el resto de sus días, no pasaba nada si pecaba de infantil o de demasiado soñador, podía permitirselo. Quería ser de utilidad a sus amigos aunque fuese dándole ánimos para conseguir ser felices también.


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Samika

-No voy a decir que no tuve opciones, porque sería mentira- rio Samika asintiendo levemente a que había entrado realmente rápido en el ejercito y que eso había impedido relacionarse mas libremente- Pero que viniese alguien de ejercito, una chica llamada Karime, no se si la conocerás, a  ofrecerme directamente por parte de la Comandante de los ejércitos la oportunidad de entrar apenas transformarme me sorprendió enormemente. - añadió Samika no sonando prepotente al decirlo sino mas bien aun sorprendida de que realmente le hubiese pasado aquello- Siendo ciega, me han tratado mas de una vez como una invalida a lo largo de mi vida, así que que me ofrecieran algo así me sorprendió. No solo es bueno un dinerito ganado, sino que podía entrenar con gente acostumbrada a pelear, algo que me apasiona. Me encantan las artes marciales- admitió sonriendo ampliamente mostrando lo colmillos

-Y si, escuche de la taberna aunque no he llegado a ir aun, no tengo muy claro como puede sentarme el beber...y dado que mis golpes son bastante peligrosos dudo que alguien se arriesgue a beber conmigo- bromeo ante la posibilidad de causar un pequeño desastre por ello. No había bebido antes, apenas realmente, cuando salia con sus amigos no habituaba lugares del tipo discoteca porque la música era demasiado para ella, sin contar su edad.

No le sorprendió tanto como cabria esperar la afirmación de Noel sobre que era lo que necesitaba su precio,pues ya lo había imaginado, lo que también explicaba mucho mejor todo eso de que hubiese ido a cazar con Rasqa. Tenia sentido en el fondo. Algo inquietante pensándolo fríamente pero bueno. No quiso insistir con el tema, no porque le incomodase realmente, sino porque no veía mucho sentido en seguir indagando en detalles de este. No quería que prejuicios moralistas humanos hicieran mella en su forma de pensar si escuchaba mas detalles.

Adema escucharle decir que también había tenido problemillas también con esos de escuchar de mas en el burdel  atrajo su atención. ¿Acaso ese sitio era una especie de prueba para pobres transformados con buen oído o que?

-Pobre de ti, debió de ser realmente incomodo- se rió, entretenida al imaginárselo ruborizándose un poco de forma inevitable porque no era muy difícil imaginarse que case de cosas pudo haber escuchado. Sonrojo que se acentuá acompañado de una ceja alzada cuando  escucho que pensaba recomendarle ir al burdel- ¿Pero que le dio a al gente con recomendarme el burdel? -se quejo ruborizada, terminando por reírse cuando este explico el motivo de esto- Malinterpretar es poco, ya me estaba planteando si tengo algo en mi cara que diga “desesperada” o algo así- comento Samika con humor ante el pensamiento, pues ni se lo había planteado en general, ni en un burdel ni con nadie. Pero prefirió centrarse en al información que le contaba interesante y útil ¿un tatuador de runas? ¡De lujo!- Pues si que os codeáis con gente de renombre de por aquí, no conocía ese nombre, pero si se que el burdel es un lugar de bastante renombre por aquí, visto lo bien que mis compañeros se lo conocen- haciendo claro alusión a los compañeros del ejercito mas que a sus amigos de cosecha, aunque a saber si alguno no se lo conocía también, no es como si fuese a preguntar les algo así

- Y si, si conozco a Saren de nombre mas que nada, bueno y su voz – asintió porque si que sabia del idrino, osea conocía a todos lo que vician en la sede, mas de cerca o menos- Pero creo que nuestros horarios no coinciden a menudo. Supongo que trabaja de noche ¿no? Yo soy nocturna y duermo durante las mañanas – explicó pues si alguna vez habían charlado no habría sido gran cosa- Pero estando allí supongo me reconocera y tendría menos problemas en entrar, mas si como dices puedo decir que te conozco. Aunque...- dudo y rio nerviosa mientras echaba a volar para de nuevo cargar piedras hacia los andamios-...¿Tendría que ir de noche para poder hablar con el dueño del burdel?Porque supongo sera horario de trabajo para los de allá...y de verdad que no quiero escuchar cosas raras. -dijo con una risa algo nerviosa, por que no tenia problema alguno con el burdel o lo que se hacia allí, no era tan mojigata,lo que no quería era oír privacidades ajenas.

—Sí, conozco a Karime —le confirmó. Por un momento estuvo a punto de añadir “por desgracia”, pero no quería que lo interpretase mal por si acaso no había tratado demasiado con ella y no entendía a qué se refería. Quitando el que le hiciera sentir incómodo con frecuencia, no dejaba de ser una buena amiga—. No me extraña que te ofrecieran el puesto de inmediato teniendo en cuenta cuál es tu habilidad —opinó ante la subsiguiente explicación—. Creo que puedo entender cómo te sientes, pero la verdad es que yo prefiero elegir mis propias batallas.

Se echó a reír ante la siguiente afirmación.
—Bueno, si me tienes que invitar a una bebida lo suyo sería que tú bebieras también. Te aseguro que no importa si eres una borracha del tipo violento: nadie supera a Toima, y ya estoy más que acostumbrado a sus borracheras catastróficas —sonrió con sarcasmo—. Es coña: no hace falta que bebas alcohol si no te apetece, pero la taberna puede ser un buen sitio para charlar en otra ocasión.
>>Bueno, Cain fue compañero de criba de varios de mis amigos y nuestra casa está muy cerca del burdel, así que es normal que tengamos una buena relación —explicó quitándole importancia al hecho de que, según ella, “se codeasen con gente importante”—. Sin duda su negocio es todo un éxito, pero Cain es muy buen tío. Ayudó a alguien muy importante para mí desde el minuto cero y siempre le estaré agradecido por eso —explicó sin dar más detalles.

Le habló sobre Saren a continuación y el draco asintió para sí.
—Hasta donde yo sé sus horarios varían, pero aun así es normal que no coincidáis a menudo—. El idrino se había vuelto bastante más taciturno después de lo que le había ocurrido… Prefirió no seguir pensando en ello—. No hace falta que vayas de noche. Si quieres quedamos un día y te acompaño, para que me invites a esa bebida después —le ofreció—. Si no te molesta igual te puedo presentar a algunos de mis amigos —añadió tras pensárselo un poco, ya que la evaki había dicho que quería relacionarse con más gente.

-Personalmente me cae bastante bien, me encantaría poder hablar mas con ella- asintió cuando Noel dijo conocer a Karime y rió ante su observación final sobre gustarle pelear sus propias batallas, por en ese punto si estaba de acuerdo a pesar de todo  y la risa se volvió e un suave bufido entretenido cuando volvió a mencionar a esa tal Toima en concepto de escandaloso.

-Por como hablas de ese amigo  tuyo has tenido que lidiar con muchas situaciones violentas y complicadas por su causa -dijo Samika divertida, incapaz e imaginarse lo de otra forma que no fuese como un enorme perro que necesitaba correa y bozal. Menos mal que dicho pensamiento no se traducía en palabras, porque no eran muy halagadoras- Realmente no me suena nada mal sería una forma de relajarse del trabajo - asintió pues la idea de ir a la taberna no sonaba ni tan mal, aunque claro tendría que ser con gente a la que ya hubiese conocido, que ir allí sin mas y saludas a alguien cualquiera como si anda era cantoso. Aunque ciertamente imaginarse la situación era hasta entretenida. por suerte Samika aunque sociable sabia preservarse y la frase "no hables con extraños" aunque no hiciera caso de ella a menudo, en una bar ya era otro cantar.

Samika sonrió en su dirección ante la forma en la que describió al dueño del burdel. Parecían tener realmente un estrecha relación.

-Bueno eso no se olvida, cierto- asintió Samika y luego pensativa añadió- He tenido bastante suerte en ese aspecto, he conocido a mucha gente agradable aunque algo rara tanto durante mi cosecha como tras ella- añadió divertida, porque si lo pensaba bien no fueron un grupo excesivamente extraño durante su cosecha y tras ella la mayoría se transformó de forma casi sutil, sin muchos cambios físicos, menos algunas excepciones- Tus amigos son ahora como una familia para ti ¿cierto? Yo a los míos los veo así también un poco, aunque no olvido que aun tengo una familia en la tierra a los que quiero volver  a"ver"- dijo con énfasis ante el humor- Y que visitare  para la cosecha. - añadió mientras le daba vueltas a sus palabras sobre el dueño del burdel al que esperaba conocer pronto.

- Pues estaría genial eso, sin duda -asintió de acuerdo con ello, es mas mas le tranquilizaría un poco si le acompañaba. Que no es que le avergonzara o le supusiera aun problema ir sola, peor bueno así se aseguraba de que la recibieran y ver si Cain estaría de acuerdo en lo del tatuaje, esperaba tener bastante dinero ahorrado, cosa que seguro que si porque no había gastado prácticamente nada en todo ese tiempo que llevaba trabajando en ejercito- Y la bebida prometida para luego, suena bien...y dios no ¿porque me iba a molestar que me presenten a gente?- rió ante eso, porque teniendo en cuenta como le hablaba con total confianza debía ser evidente que le gustaba tratar con mas personas, o bueno lo que fuesen-  Imagino que alguno de ellos también estarán aquí en las dragoneras trabajando...¿no estara el tal Toima no?- pregunto parpadeando de pronto al caer en cuenta de la posibilidad- Por que si tiene tan buen oído, como buena vista, y esta aquí, mas me vale mantenerme volando- añadió divertida ante la posibilidad de que la nada volase hacia ella una piedra en un intento de tiro al blanco por llamar al pobre sujeto perro.

—En realidad es amiga mía —dijo al respecto de Karime—. Pero es un pelín, digamos… invasiva —añadió con una risa.
A continuación suspiró cuando volvieron a hablar de Toima.
>>Probablemente ni te lo imagines. Hace tiempo que rompió el problemómetro. —Dejó escapar una carcajada ahogada al escucharle preguntar preocupada si el ulterano sería una de esas personas a la que pensaba presentarle—. No, descuida. Solo pensaba presentarte a gente más agradable que yo <<y que no tenga intención de matarte solo si se entera de que estamos manteniendo esta conversación aunque no sea nada personal>>, y desde luego solo traeríamos a Toima aquí si quisiésemos sabotear la reconstrucción de las Dragoneras por alguna razón —explicó mientras contenía la risa al imaginarse la escena.

Familia. Aquella palabra que solamente asociaba con el cuchitril desde hacía mucho tiempo. Él ni siquiera había visto a sus padres el año anterior. No había querido hacerlo: le había bastado con saber que se encontraban bien y, aparentemente, felices. Aquella casa ya no era la suya.
—Yo volví a la Tierra el pasado Samhein, pero la verdad es que soy muy mal hijo y lo único que hice en la casa de mis padres fue aprovecharme de que sabía que tienen Internet para descargar música y ver así por encima todos los juegos y series que me he estado perdiendo —explicó en tono jocoso sin dar más detalles.

Heraldo se alegraba de haber podido iniciar una conversación bastante productiva. Además, la presencia de un ciudadano con experiencia como Koval podía ser de utilidad para los más dudosos y para mejorar ideas como la de Evelhan, aunque no estuviera estrechamente relacionado con las tareas del fuego fatuo. Aunque sabía que en ocasiones los mercenarios también se ocupaban de la entrega de mensajes o la protección de sus portadores, montar una red organizada de mensajería general le parecía a todas luces una idea muy provechosa teniendo en cuenta la situación de la ciudad.

El sacerdote sonrió levemente y suavizó la expresión al ver el gesto cariñoso entre sus amigos. Él mismo no era muy dado a los gestos de afecto directos, pero le enternecía ver cuando otros los ofrecían desinteresadamente.

Otra cosa por la que se sintió interesado fue por lo que dijo Kin.

―No sabía que estabas trabajando allí ―dijo―. Me alegra saber que tendré a alguien de confianza cerca si entro en el granero y que digas que las condiciones no son malas. O al menos no del todo. ―Se tomó un par de segundos para aclararse cómo continuar para responder tanto al irrense como a la humana―. Y aunque no tengamos hasta ahora unos planes muy concretos, el empezar a trabajar puede ayudarnos a empezar a tener contactos y dinero para aprovechar en proyectos futuros y ayudarnos a obtener ciertas comodidades. Tenemos mucho tiempo para encontrar un oficio en la que nos sintamos cómodos en esta ciudad.

«Siempre que los dioses nos permitan sobrevivir a estos tiempos difíciles», le recordó una oscura parte de su subconsciente que no tardó en ignorar.

A Gael le sorprendió la familiaridad con la que Onyx se dirigía a él, pero por lo que estaba pudiendo comprobar, debía de ser una persona muy cercana en general. Esperaba que el grupo encontrase también algo a lo que dedicarse en grupo. O al menos que pudiesen hacer lo que querían de vivir juntos. La vida solitaria en aquella ciudad se le antojaba un poco deprimente.
—Es más importante tener las cosas claras que ser precoz —dijo, apoyando las palabras de Heraldo—. No hay que olvidar que tenemos toda la vida por delante y nunca es tarde para empezar algo nuevo.

Kin quería estar de acuerdo con aquellas palabras, sabía que eran verdad, pero no podía evitar que lo persiguiera aquella angustia que su sociedad natal había instaurado en su subconsciente. Dado que solo aquellos con verdadero talento podían cambiar su orientación laboral, su falta de talentos siempre había sido una tara y una limitación. Para empezar, nunca se había planteado qué otras cosas podía hacer hasta que había ido a Rocavarancolia. No había nada que se le diese lo suficientemente bien.

Las palabras de Dhelian lo dejaron pensativo. No le faltaba razón, pero por la clase de mundo en la que había crecido y lo mucho que difería con Rocavarancolia, le faltaban toda clase de aptitudes. En Irraria casi cualquier servicio tenía personal especializado, y él no había aprendido ninguna profesión útil.
—Mis aficiones no sirven para ganarse un sueldo. Especialmente no aquí. No podría instaurar los videojuegos en esta ciudad ni aunque quisiese. Ni montar una red de conexión. Este mundo es demasiado diferente del mío, no sé. Supongo que necesitaré tiempo para pensar en ello —respondió, para luego soltar un suspiro.
—Bueno, yo eso lo veo. Monta una red de internet aquí y me tendrás a tus pies. A todos los terrícolas. Siempre que no te vuelvas como la empresa que llevaba esas cosas en mi país —bromeó Gael.
—Si solo fuera posible, créeme que perseguiría a Archi hasta el fin del mundo para que cambiase de profesión y me ayudase con eso —repuso Kin esbozando por fin una sonrisa.

Samika

-Creo que Karime se llevaría bien con mi amiga Twixy's, es una frivy, compartirían ese lado coqueto tan genuino – comento Samika divertida, aunque no sabia si esa regla se mantendría ahora que la chica era una veela y las características de su transformación, pero en inicio no veía porque no. La evaki se rió ante el suspiro que soltó nada mas mencionar lo problemático que aprecia ser su compañero, pues lo imaginaba. Si este era tan o mas fuerte que ella sus arranques de mal genio no debían ser ninguna broma con la que lidiar.

-¿Quien dijo que no fueses agradable?-pregunto Samika alzando una ceja divertida, evidentemente no se lo tomo en serio- No tuve ganas de pegarte, eso ya habla bien de ti...aunque bueno tienes experiencia controlando a gente con mala uva, no es de sorprender – rió interesada y curiosa en quienes pretendía presentarle o cuando mas bien, por dudaba a que fuesen a tener mucho mas tiempo ese día, así que supongo se refería a cuando pudieran ir al burdel. Cosa que en algún momento tendría que programar- Pues cuando quieras, si por mi fuera seria ya, pero dudo que sea momento de eso – añadió negando con humor pues ellos se encontraban hablando mientras cargaban cosas una y otra vez, prácticamente de forma automática por parte de la evaki que sabia iba a tener dolores musculares cuando finalizase todo eso.

-¿Eh?que eres humano -parpadeo sorprendida,pues honestamente no podría haberlo averiguado sino se lo hubiese dicho, ni aunque lo hubiese visto de cerca y notado sus rasgos mejor, le habría sido difícil averiguarlo, había mucha gente de otro mundos con rasgos prácticamente humanos en su totalidad, solo había que ver a Twixy's. Claro con la excepción que dudaba hubiera una humana mas hermosa que ella en toda al tierra, incluso antes de transformarse- Bueno, teniendo en cuenta que no nos recuerdan aun si los visitamos no se si puede catalogar todo eso del mal hijo- dijo la evaki entendiendo el punto, ella pensaba visitarles simplemente por desear escuchar sus voces, porque acercarse mas sin mas seria difícil, especialmente con sus padres. Sus hermanos, eran por suerte bastante mas fáciles de llevar incluso si ahora era una desconocida para ellos.

Intento no ponerse triste al pensar en ellos, buscaba ver la situación como si se hubiese independizado, como si se hubiese ido a otro país y solo fuese capaz de verse con ellos una vez al año. Estaria bien siempre que supiera que ellos lo estaban incluso sino la recordaban.

-¿Seria mucho preguntar de donde eras? El rocavarancoles no es que sea muy allá para mantener el acento original- dijo arrugando la nariz porque no sabría identificarlo de  forma alguna- Yo soy de Londres. Siempre quise viajar cuando vivía en al tierra y ahora puedo y gran escala, aunque hacerlo en la tierra, o en la mayoría de mundos creo yo, es mas difícil ya que no es que pase desapercibida- dijo moviendo un poco las alas con obviedad, divertida.


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Dhelian

Dhelian se sentía animado al ver que el inicio la conversación con algo propio había motivado poco a poco al resto también a contar un poco sobre lo que les gustaría hacer o al menos, sino lo sabia plantearse cosas. Escuchar a su vez las palabras de Koval, que evidentemente llevaba mas en la ciudad y estaba mas enterado de lo que pasaba por allá ayudaba bastante y el notar que de alguna forma había conseguido medio integrado a la conversación le calma. Le agobiaba bastante ver a gente que se mantuviese al margen de una charla por no saber si iba a incomodar, pues le recordaba un poco a como el era aveces.

Se mantuvo escuchando durante unos momentos sin decir nada, escuchando la palabras de sus amigos y de Kovla mientras recitaba los hechizos de levitacion, no fue hasta que se aseguro de haber subido bastantes sacos al andamio y que necesitaba cargar un poco de magia de nuevo, que se decidió a hablar tras escuchar algo que no entendido el todo pese a que estaba seguro de haberlo escuchado alguna vez de sus compañero humanos o d ellos irrenses.

-Eso de internet ¿no es esa cosa que parece convertirte en zombie por usarlo demasiado?-preguntó confundido, arrugando el ceño, pues no recordaba quien le había mencionado algo así y el se lo había tomado totalmente en serio, sin tener ni idea de que le tomaba el pelo, mas o menos-  Ya soy un ghoul,no quiero convertirme en zombie -añadió Evelhan hablando muy seriamente con confusión de porque querría usar esa cosa que tanto aprecia interesarles a algunos de sus compañeros.

No se podía obviar que Evelhan pese a sus momentos de madurez repentina, seguía siendo ante todo, un crío y a veces pecaba de cierta credulidad.

—¿Twixy’s? ¿De qué me suena ese nombre…? Ah, ya lo sé, es la veela que fue a hacerle un encargo nigromántico a Koval hace unos meses —recordó de pronto a la frivy que tan confusos los había dejado en su primera visita debido al aura propia de su transformación, y a la que el fuego fatuo había tenido que engañar “ligeramente” con el tema de “revivir” a su mascota—. Al final resultará que tendremos muchos más conocidos en común de lo que parece.

El draco se echó a reír ante la afirmación de Samika acerca de que, según sus propias palabras, no podía ser tan desagradable si no le habían dado ganas de pegarle.
—Dicho así parece que seas una persona muy temperamental, aunque no es la sensación que me ha dado. En cualquier caso, no te aconsejaría meterte en peleas a la ligera.
Aunque no lo dejó ver, se incluía en el grupo de personas con las que no le aconsejaría buscarse problemas.
>>Sabiendo que estás en la Sede no hay problema para volver a encontrarnos —le dijo acerca de cuándo quedarían para ir a ver a Cain y tomarse algo—. Después podemos decidir un día.

Tenía sentido que sin poder verle siquiera Samika no hubiese sabido que antes era humano, aunque hasta que no lo mencionó no cayó en la cuenta de que ese podía ser el caso. No comentó nada más acerca de sus padres, porque solo él mismo entendía qué había querido decir con que había sido un “mal hijo”, incluso si no era totalmente en serio.
—De Kiruna, al norte de Suecia —respondió a su pregunta sobre su procedencia—. La población más septentrional del país, de hecho. Rocavarancolia se me sigue haciendo un poco calurosa de más —añadió jocosamente, sabiendo que para la mayoría el clima de la ciudad era, como mínimo, moderado, la mayor parte del año—. Yo tampoco es que pueda atravesar portales como el de la Tierra de esta guisa, pero no te preocupes: para eso existen los amuletos ilusorios —le explicó cuando mencionó que no pasaría desapercibida—. De Londres, vaya. Como… alguien cercano a mí.
Prefería no hablar demasiado de Wen con gente que no la conociese previamente y por un momento había dudado en si decir “una amiga” o “mi pareja”, pero como no se sentía cómodo diciendo ninguna de las dos cosas optó por algo más genérico.

Alice

Alice volvía a reír. El abrazo le sentó bien y asintió con sinceridad a la respuesta del brujo. La conversación siguió con ella al margen, pero se rió con varios de los comentarios y tuvo que intervenir con la llegada de Internet. También se le había ocurrido algo, pero lo dejó para después.
—Podríamos perseguir o secuestrar a Archi si realmente puede montar una red así en la ciudad, ¿eh? —bromeó—. Y Dhelian, sí pero no. Es como... como el chocolate o los videojuegos. No te vuelves un zombie por ellos, pero sí si dejas que se vuelvan una adicción.

Eso la dejó pensativa, sin embargo. O quizá no era su voz real sino la intrusiva. ¿La tristeza podía ser adictiva? ¿O la ansiedad? ¿O escuchar a tantos pensamientos? ¿Por qué era todo tan difícil? Tomó aire y se llevó la mano libre a la barbilla unos instantes.
—¿Sabéis? Si pudiéramos irnos a vivir a mi mundo, tendríais trabajo todos. Mis padres tienen una reserva de reptiles y otros animales exóticos... Podría meteros allí y cobrar un sueldo. No es mala idea... excepto por lo venenosos que son algunos bichos que teníamos allí. Y eh, eh, no me miréis así —dijo entre risas—, oye, que es mucho terreno salvaje, nada de jaulas. ¡Hay sitio para todos, incluso para mí que soy la que peor está! —les sacó la lengua.

Se lo iba imaginando y le parecía tan surrealista que empezó a carcajearse de lo lindo. Solo faltaba que alguno la persiguiera para darle una colleja como en los dibujos animados.

Le sorprendió saber que también conocían a Twixy's y mas que el motivo por el que la conocieron fuese para hacer magia de nigromante. Aquella palabra hizo que viera en su dirección a pesar de no que podría verle, por mera reacción instintiva. Obvio sabia existía esa magia en la ciudad, cuando alguien del consejo poda hacerla, pero no tenia idea de que fuese un rama magica mas extendida.

También imaginaba porque Twixy's no había mencionado nada, aparte de por su privacidad, conociendo todos como conocían la opinión que tenia Lanor sobre dicha magia.

-Tu amigo debe poseer una transformación un tanto especial si puede usar esa magia con cierta libertad. He oído que es bastante difícil de aprender y ya ni decir de que salga bien, de un compañero de cosecha que sabe algo del tema ya que es un carabes, capaz también lo conozcáis ya -admitió Samika sonriendo calmada sin preguntar directamente de que transformación era por si era reservada de algún modo, que ella fuese tan libre en decir su transformación no decía que el resto también lo fuese.

-Tranquilo, no tendré ese problema- añadió tras sus ultimas palabras, soltando un risita por como le aconsejaba no pelearse con la gente - No es fácil hacerme enojar, aprendí bastante de auto-control cuando aprendía artes marciales. Aunque si le hecho llaves o tumbado algunas personas sin querer por reacción instintiva cuando se me acercaban de pronto por detrás. Es mas...a una amiga casi le di un bastonazo cuando llegamos aquí y estábamos en la fuente porque se me acercó de pronto sin decir nada- admitió riéndose recordando ese incidente aun a pesar de que había pasado tantísimo tiempo de ello, solo porque le hubiese gustado ver la cara de sorpresa de Ruth cuando paso- Y aun si me enojase, no iría en plan kamikaze las batallas sino se planean un poco son un mero suicidio, se que no soy indestructible, como también se que soy una novata y existe muchísima mas gente mas peligrosa que yo ¿cierto?- admitió mirando en su dirección y sonriendo a medias de forma significativa, pues suponía de sobra el era una de esas tantas personas en la ciudad que podrían tumbarla sin problema.

>>-Me parece perfecto, solo que si vienes por el día, no vengas en la horas de mayor sol de la mañana, es mi horario de dormir- añadió pues al fin de cuentas era diurna.

-Suecia eh, estábamos tan cerca...mas o menos- exclamo Samika ilusionada, no perdiendo aun el gusto sobre la posibilidad de viajar a múltiples lugares y en la tierra había miles de lugares increíbles. Ahora incluso mas con los lugares de otros mundos-Demasiadas coincidencias, ¿es una de las personas que querías presentarme?  -pregunto Samika interesada porque también tuviera un conocido de Londres, porque mira que había países, ciudades, provincias y todo lo que pudiese imaginarse uno, en la tierra. Era curioso- Yo tambien hecho en falta que llueva un poco mas por aquí, incluso si eso no me conviene cuando vuelo y todo eso, es simplemente el ambiente algo mas fresco, el olor a humedad...también es bastante cálido para mi gusto a veces.

El sueco rio cuando le preguntó por la transformación de Gael. Conocía el respeto que le tenían los carabeses a la nigromancia así que pudo imaginarse qué clase de exageraciones habría oído Samika de la boca de su compañero de cosecha.
—Bueno, aunque su transformación sí que tiene relación con la nigromancia en realidad la clave es que tiene muchos años de práctica. Pero por una vez, no —respondió a la suposición de que tal vez conociesen al compañero del que hablaba—. No conozco personalmente a ningún carabés.

No hizo muchos comentarios acerca de lo que le explico después sobre el auto-control pero le confirmó que en la ciudad había bastantes personas que podrían llegar a extremos por cualquier gilipollez. Por supuesto tenía en mente a Toima una vez más, en concreto el incidente con el simio descerebrado, aunque en esa ocasión consideró más conveniente no comentar nada al respecto.
—Ah, descuida, no pensaba ir tan temprano —afirmó cuando le habló acerca de su horario—. En el burdel tampoco apreciarían que nos pasásemos por allí en sus horas de descanso.


>>Pues no, pero no porque no quiera —le dijo cuándo le preguntó si Wen sería una de las personas que pensaba presentarle—. No se encuentra en la ciudad ahora mismo. Te presentaré al nigromante del que hablábamos antes y… veremos, no estoy seguro de quién más estará disponible.
Gael posiblemente era el único con el que podía contar seguro, así que prefirió no arriesgarse a decir a nadie más. Estaba bastante convencido de que Giz podría dejar su trabajo para reunirse con ellos en la taberna en casi cualquier momento, pero no tenía claro si el asreniano se encontraría con el ánimo lo suficientemente aceptable como para acompañarles. El sueco intentaría convencerle si dudaba, pero no quería presionarle.

No era aquella la primera ocasión que Heraldo Rocuo había oído hablar de una red. Aunque su capacidad de comprender un todo el funcionamiento de un sistema así y todo lo que implicaba se veía claramente limitada por las diferencias tecnológicas con su propio mundo, hace poco había preguntado a Krono sobre estas al surgir el tema por casualidad en una conversación.

―Hasta donde alcanzo a comprender ―respondió el ochrorio―, una red sirve para conectar distintos equipos que funcionan con electricidad, como el que tenéis los irrenses en el brazo mecánico, y os permite consultar información que está en otros equipos. ¿Internet es como le llamáis en la Tierra?

Lo que dijo Onyx también le llamó mucho la atención, pues le resultaba muy extraño que existiera algo como una “reserva de animales”.

―¿Qué es una “reserva de animales”? ―preguntó―. Es decir, he entendido que es un terreno donde hay animales en un estado de semi libertad, ¿estoy en lo correcto? Creo entonces que sería más acertado si preguntara para qué los tenéis. ¿Los criais con algún fin específico, como usarlos para trabajar?