Torreón Sendar (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Lo primero relevante (y para mi alivio) que sucedió nada más salir, fue que Tap se despegó de mi espalda.
Tras la desconfianza inicial de Wintel ante la repentina aparición del repoblador, y un par de intentos de este por dormirlo, que logré disuadir por los pelos, descubrimos, vagando por la ciudad, algo que no esperábamos. Un torreón.

No había visto Maciel, así que al principio pensé que podíamos haber llegado por casualidad, pero tanto Wintel como Tap se dieron cuenta en seguida que no era el caso.

Este torreón era mucho más grande que el nuestro, al menos casi el doble de alto, y, por las marcas de la azotea, parecía que había sido aun más grande.
Tras compartir una mirada con mis compañeros acabamos acercándonos. La puerta estaba protegida por un foso, pero había un puente por el que podíamos acercarnos.

-Vaya... La verdad, no esperaba encontrarme otro torreón, y menos uno tan grande. ¿Qué hacemos? ¿Intentamos entrar?-

Un zumbido estremecedoramente familiar resonó por el lugar, y vi como Brina se movía hacia arriba y la plataforma de Thras bajaba, sin embargo la estructura en la que estábamos ya no estaba en equilibrio, de forma que empezó a caer por la parte de Thras, sin pensarlo casi le hice una seña al nublino que estaba a mi lado para que se moviese conmigo hacia atrás, y eche a andar con paso seguro y raudo sobre la plataforma para poder salvar la vida de Thras.

-Por amor de dios que alguien apriete otro botón o el mismo o me da igual, pero deprisa.- dije a gritos.

Me había preparado como había podido para cuando Tap pulsara, y aun con esas a punto estuve de caerme cuando la plataforma se paró de golpe. Cuando recuperé el equilibrio pude ver que ese no era el único cambio que había provocado. Me alarmó ver a Tap caer, pero me relajé al instante en cuanto vi que seguía ileso. Aparte dos plataformas habían intercambiado posiciones y varias personas se las veían y deseaban para mantener el equilibrio. Pensé en pulsar de nuevo el botón para deshacer los cambios pero ahora era mucho más difícil alcanzarlo, y además no había garantía de que funcionara al revés.

Tenía la mente trabajando en lo que estaba pasando y en como salir de allí, pero de momento no me venían ideas brillantes. Todo lo que sabía era que la torre parecía estar diseñada para ser un puzle, uno mortal. Los botones parecían ser la clave para salir, pero para idear un plan hacía falta saber lo que hacía cada uno. Y para ello había que pulsarlos todos.

Miré hacia arriba. Había escuchado el plan de Atol, pero no lo veía viable. “Demasiada magia. No tenemos tanta”

-Lo siento Atol pero ese plan requiere demasiada magia. Y si a la mitad nos quedamos sin ella los que todavía estén aquí se verán en serios problemas-

Hablando de problemas, el idrino de Sendar los estaba buscando -¿Y tú Corann Espero que estés disfrutando! ¡Reza porque me muera aquí abajo porque si logro salir te arrepentirás!-

Una vez dichas las amenazas de rigor volví a echar un vistazo a mi alrededor, hasta que localicé el botón de la pared que había visto antes. En movimiento era un blanco prácticamente imposible de alcanzar, pero ahora que la plataforma estaba detenida quizás pudiera accionarlo de un flechazo.

-¡Atención todos! ¡Colocaros lo más cerca del centro de vuestras plataformas como podáis! ¡Voy a intentar accionar otro, y estando en el centro será más fácil cambiar de posición para mantener el equilibrio si vuelven a cambiar de lugar!-

Una vez terminé de hablar, comencé a regular la velocidad de mi respiración mientras les daba tiempo para colocarse. Lentamente fui colocando una flecha en el arco y tomándome un poco de tiempo para apuntar. Era el blanco más pequeño al que había apuntado, pero al menos no era un blanco móvil. Tomé aire una última vez y solté la flecha.

NFDR: Pido disculpas por el drama, pero no se me ocurrió otra forma de postear esto

Dado: 1-70 acierto, 71-100 fallo

El miembro 'Pablo' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 49

A Tap se le encogió el corazón cuando vio lo que había desencadenado. Justo ahora estaba dándose cuenta del funcionamiento del resto de las plataformas, por desgracia. <<Pulsé y los desestabilicé>> se dijo mientras sentía como el peso que colgaba de su conciencia añadía al nombre de Macak los de Thras y... la que no era Thras. <<Ha sido culpa mía. Si no hubiera pulsado, ellos tampoco habrían pulsado...>>. Se llevó las manos a su diminuta cabeza y entró en pánico.

-¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!-comenzó a gritar con la voz rota por el miedo y disculpándose con la Flora sabría quién. Mientras Dahannei intentaba socorrer a Arafy, Tap luchaba por no hiperventilar demasiado y acabar haciendo ruido de más. <<Atol me va a matar...>> supo enseguida. <<Si no me mata otro antes...>>.

Con una mano en el pecho y otra en la frente, tratando de calmarse por ciencia infusa, acabó decidiendo que se iba a morir igual pasara lo que pasara y que no quería que muriesen más gigantes por su culpa, por mucho que hubiera pedido genocidios en otras ocasiones. Así, con más voluntad que posibilidades reales, Tap agarró a la Morada por el tobillo y tiró de ella.

-¡Que alguien haga volar a la de las orejas!-pidió a los de arriba con nerviosismo.

Como recurso desesperado, el repoblador tuvo en cuenta el veneno que le quedaba. Como mucho tendría para un disparo o dos. Pero sería suficiente para que la varmana muriera dormida y sin ningún dolor. Por razones obvias, su mente regurgitó nuevamente el nombre de Macak, pero Tap negó con la cabeza. <<Esta vez no es por mí, es por ella>> se convenció y siguió tirando del tobillo para nada.

Pero Tap tuvo que pulsar el condenado botón ya que de nuevo volvió el zumbido. Rápidamente miré en todas direcciones, buscando ver qué ocurría en las plataformas que más me interesaban. De reojo vi cómo la de Pablo y el condenado repoblador se detenía bruscamente y... El tronco de todo el mecanismo se sacudió de pronto con fuerza y rugí a las chicas algo de que se alejasen del borde. Mientras, pude ver como Tap cayó en la circular y la plataforma de Thras bajaba y otra subía a ocupar su sitio, con una nublina a quien por los gritos identifiqué como Brina. Pero claro, al cambiar la plataforma contraria a esta, la distribución del peso cambió y no me dio mucho tiempo a correr hacia el centro, así que caí e intenté aferrarme al borde... Borde que por supuesto fue inclinándose y... No puedes agarrarte a algo tan inclinado. ¿En qué piensas cuando te caes a semejante altura y sin nada a lo que agarrarte? ¿En gritar maldiciones contra el repoblador que inició todo esto? ¿En desear que la pareja sinhadre se salve? ¿O quizá como Erin en que por fin habría calma?

Sin embargo la caída se detuvo de improviso, mirando agitadamente a quien me había conseguido agarrar: Arafy, levitando. Flanbly's la ayudó para llevarme hasta la cornisa y una vez cerca me recompuse del susto y me agarré al saliente como pude hasta ponerme a salvo.
-Joder, gracias.-mascullé resoplando y pegando la espalda a la pared, aún sentado.

Si la situación antes era más o menos estable... lo que siguió fue un maldito caos. Brina colgaba del borde de su plataforma en vertical, Thras se agarraba como podía a la suya y Stefan se había salvado por pura velocidad y reflejos. Alder y Seon seguían estables en la de arriba y... De pronto oigo a Pablo... ¿No, en serio?
-¡AL PRÓXIMO QUE PULSE UN BOTÓN JURO QUE LO MATO!-estallo, pero Pablo dispara su arco y me levanto.-¡Ojalá tu plataforma se caiga al foso, bastardo de hiena!

Otro zumbido. Pero no, ¿qué digo? ¡Dos zumbidos!
-¿Quién ha pulsado otro jodido botón? ¡ESTÁIS LOCOS!

Otro temblor sacude a todo el mecanismo y me preparo para lo peor, aunque desde aquí no pueda hacer mucho. Repentinamente Flanbly's cae con fuerza en la cornisa y la cojo por la cintura por instinto para evitar que pierda el equilibrio y caiga.
-Quieta ahí.-suelto respirando cada vez más agitado.-¿Y Arafy? ¡El hechizo!

Tarde, la varmana ya colgaba de la plataforma circular, cogida medianamente bien por la ocupante. Me permito unos segundos para buscar a las sinhadres y entonces veo a Brina cayendo contra Thras mientras abro mucho los ojos
-¡Stefan! ¡Impulsa su plataforma!-grito al terrícola en vano. Lo siguiente que vemos es la caída de ambos.-Maldita sea, maldita sea...-mascullo pasándome las manos por la cara.-Respira, Atol, respira.

Junto a los chillidos de la plataforma circular me llegan los de disculpa de Tap.
-¡Lo sientes una mierda, no me jodas! ¡Ya os lo he dicho, al próximo que pulse un botón juro que lo mato! ¡SEA CHICA O CHICO! ¡Estaos quietos, maldita sea! ¡Ya han muerto dos por culpa vuestra! ¿Alguien quiere más muertes a su cargo? ¡Prefiero mataros yo antes que ver cómo sobrelleváis la muerte de alguien, no os preocupéis por eso!-estallo de nuevo, rojo y desgañitándome la voz. Y más tranquilo.-Por los Grandes Felinos que os saco de aquí... Alder y Seon siguen arriba, tú y Per estáis a salvo aquí... Hay que hacer algo con Arafy pero yo sólo no puedo... ¿Esta cornisa podrá con todos?-y vuelvo a mirar a la trampa.-¿Alguien está tomando nota de qué hacen vuestros adorados botoncitos? ¡Al menos fijaros en qué plataformas altera cada uno si pensáis resolver el puzzle!

No me lo planteo más y rápidamente desabrocho todos los arneses que llevo como prenda superior. Realmente son como cinturones más cortos de lo normal, así que cuando los suelto todos y vuelvo a juntar logro un cinturón más largo de lo normal, al cual junto el del pantalón. No sé qué uso darle pero alguno tendrá y así puedo distraerme. Pero así a lo tonto podría reunir unos cuatro metros de cinturón...

-Esos putos botones anulan la magia... Nuestra plataforma está jodida, Alder y Seon siguen arriba tan tranquilas, ni rastro de vuestro idrino y a ver qué hacemos con Arafy...-mascullo al acabar de enganchar cinturones. Luego miro a Flanbly's.-¿Te queda magia para subir a Arafy al menos? Después podríamos intentar volver a la plataforma si Seon nos ayuda a equilibrarla con hechizos de impulso... ¡Si alguien tiene alguna idea menos suicida que pulsar botones, se agradecería!-grito a los demás-Ya estoy harto y cansado de que mis planes los frustren unos inútiles que solo consiguen matar a dos compañeros...-suelto una maldición en voz baja y miro a Per.-Tú parecías inteligente allá arriba, ¿tienes alguna idea? Si pudiera llegar a la circular y enganchar esto en la plataforma contraria a la original nuestra... podríamos equilibrarlas sin magia y nos ahorraríamos magia para subir a uno... Podría incluso hacer un gancho con mis garras y el cinturón...-teorizo en voz alta.-Bah, para qué organizo nada si alguien irá por su jodida cuenta, tocará un botón y joderá al resto. ¡Tocad los putos botones, haced lo que os salga! ¡Ya nos salvaremos nosotros cuando no quede nadie en las plataformas!-les vuelvo a gritar, sentándome en la cornisa con la espalda contra la pared.-Y a mis queridas Señoras sinhadres, ¡HACED ALGO QUE NO SEA PULSAR EL JODIDO BOTÓN! ¡Ya está bien de adoraros por vuestra cara bonita, de buenas palabras, y que sea por vuestro valor y acciones!-les grito con la voz temblándome.

<<Eso me ha dolido, pero era necesario. Estoy plenamente convencido de que si hubieran sido mujeres libenses, con magia o no ya habrían hecho algo. ¿Qué demonios hago siguiendo a esta gente que no sabe apañarse sola? Por las Brujas Antiguas... ¡Aquí no hay brujas, solo pasividad! Mira Erin, loca; Macak, felina y mujer, y Charlotte, muertas, Alder y Seon... ¿Qué hacen? Muchas palabras y buenos gestos pero ¿qué consiguieron? Nada. Flanbly's y Arafy por el contrario han demostrado lo contrario, me han salvado sin tener por qué, podrían haberme dejado caer y subir a Per en mi lugar, a la otra chica y equilibrar la plataforma. Maldito sea el que haya montado esta locura... Pero saldremos de aquí, oh, vaya que si saldremos>>

Cuando los gritos de Atol llegaron desde abajo, Seon estaba encogida con las manos tapándole media cara, mientras se clavaba las uñas. Intentaba controlar su propia respiración, tan rápida que la mareaba. Después del primer susto, Seon se había preparado para seguir el plan de Atol. Había gritado su conformidad y buscado al libense con la mirada para hacer las cosas de manera sincronizada. Y entonces había llegado el caos. Y no habían hecho nada para detenerlo.

Alder y Seon pasaban por procesos mentales distintos. Como una de las pocas que aun podía hacer magia y hacerla bien, Seon sentía la responsabilidad que conllevaba y como todos parecían esperar algo de su parte. Estaba en el fino borde del colapso, ante la presión, la angustia y las emociones que frenaba con esfuerzo porque amenazaban con romperla.
Alder por su parte sentía cada vez mayor impotencia. Si su pareja parecía que tenía que hacerlo todo, ella era una inutil en aquella situacion. Pulsar botones solo provocaba muertes, y no había una gota de magia en ella. Pero mientras, Seon parecía haber alcanzado el limite de lo que su sensibilidad podía resistir y todavía entonces, tenía que pensar en ella y tragarse la debilidad. Así, las palabras de Atol le cayeron como una piedra en el estomago. Se volvió hacia él, asomando su cara desde la plataforma.
- Me cago en todo, Atol. ¿Que coño se supone que teníamos que haber hecho?- Alder se volvió para mirar la situación. Luego miró hacia arriba, que quedaba cerca de las dos.- Seon! espabila, mira al nivel del suelo. Podemos llegar, verdad?- una afirmación breve y temblorosa por parte de su pareja.- bien, antes me lo planteé pero era imposible para todos los que estamos aqui. Hay que plantearlo de otro modo. Podemos ir a pedir ayuda y algo util. Y volver a por ellos. ¿te ves capaz de eso?
Seon se quedó un rato en silencio, procesando las palabras de Alder. Y entonces consiguió contagiarse un poco de su actitud y aunque negó con la cabeza (para sorpresa de Alder), su expresión había cambiado a una más decidida.
- Puedo hacer bastante más que eso todavía. - dijo. Luego le preguntó a Atol, mientras le temblaba la voz:- Aun me queda magia, Atol. ¿Reintentamos tu plan?

Caos. Todo era un Caos. En cuanto la torre se puso a temblar supe que no debería haber accionado el interruptor, y por primera vez desde que había empezado a practicar el arco maldije mi buena puntería.

Pude ver en primera línea los resultados de mi "gran" disparo: Muertes. No una, sino dos. Durante un rato me quedé mirando como caían sin más.

Otra vez lo mismo. No sentía tristeza, ni pena alguna. Tampoco me sentía bien. Simplemente era como si mi mente se hubiera quedado en blanco durante un rato, como si estuviera rechazando todo lo que pasaba. Escuché a Atol, claramente y de alguna forma eso me devolvió parcialmente a la realidad, lo justo para que me sintiera culpable y triste por lo que había pasado.
“Qué importa lo que haga? Voy a ir viendo morir a todos, poco a poco, uno tras otro. Hasta que un buen día me toque a mí. Y lo peor: nadie lo lamentará. Hasta es probable que más de uno lo celebre”

No hice nada más. No grité, no lloré, no me desesperé. Simplemente me senté a esperar, esperar a que todo acabara a que me tocara morir. Ya no me importaba nada.

Miré lo que sucedía a mi alrededor. Algunos se habían rendido, otros todavía luchaban. Arriba del todo Seon estaba al borde de la desesperación, mientras que Alder gritaba a Atol. En un momento dado, de repente, la Sinhadre recuperó la determinación. Pensé que se iría con Alder, ya que tenían la superficie a su alcance, pero no. Prefirió quedarse. Eso me dejó un poco sorprendido.
“Estúpida. Tiene la salida a su alcance y elige quedarse a ayudar a un grupo de inútiles que no son capaces de organizarse ni cuando sus vidas dependen de ello”
Realmente pensaba que era una estupidez, pero no lo pensaba como algo malo, al contrario. El hecho de que estuviera dispuesta a arriesgarse por ayudarnos, incluso por ayudarme a mí, aunque fuera indirectamente, me había llegado.
De alguna forma todo esto me hizo replantearme lo que estaba haciendo. Me había quedado sentado esperando a que todo terminara de irse a la mierda, pero ahora ya no podía hacerlo. Todavía tenía conciencia, y no me lo perdonaría si alguien se moría intentando salvarme.

Con fuerzas renovadas volví a levantarme, y me puse a analizar la situación de nuevo. “Venga ¿qué puedo hacer? De algo podré servir”
De muy poco tristemente. No tenía magia, así que no podía ayudar a nadie desde donde estaba. Pulsar los botones tampoco era una opción, no después de lo que había pasado. “Sin botones solo podemos salir con magia. ¿Y como lo hacemos? Maldita sea, nunca se me dio demasiado bien elaborar planes.”
Y era cierto. Excluyendo alguno concreto, todos mis planes no solían acabar bien. Lo que si hacia algo mejor era modificar planes o ideas que ya existían.

“¿Reintentamos tu plan?” Escuché a Seon.
Fue como si algo se encendiera en mi cabeza. “¡Claro, el plan de Atol! Puedo usar eso”!

Inmediatamente visualicé el plan de Atol en mi mente y lo despiecé, desechando lo que no me parecía viable y reordenando el resto, añadiendo ideas propias e incluyendo a los que había visto que podían hacer magia del grupo de Sendar en la ecuación.

Me llevó un poco hacer algo que tuviera buena pinta, pero cuando me pareció que era un plan mínimamente decente decidí ponerlo en práctica.

-A ver. ¿Se me escucha? Bueno, ya sé que la mayoría no os fiáis de mí, y en mi propio grupo más de uno me querría ver cayendo, pero ya que vamos a tener que cooperar queramos o no al menos escuchadme.- Tomé aire antes de continuar y recé porque no saliera todo mal.

-Vale. Ya he captado lo de no pulsar botones, y si esto sale bien no hará falta tocar ninguno. Atol, usaremos tu idea, pero le he hecho algunos cambios. Primero necesitaré a todos los que puedan levitar dispuestos a ayudar. Que todos los que tienen magia lo intenten por si alguien más puede y no se ha dado cuenta hasta ahora-

“Ni réplicas ni insultos ni intentos de asesinato hasta ahora. Supongo que voy bien”

-Vale. Si vamos a sacar a la gente levitando, hay que empezar por los que se encuentren en la situación más precaria, y son los de más abajo. Seon. Tú primero Deja a Alder en la superficie. Después: tú, Atol si puede y la que está a su lado, si os veis capaces ¿Creéis que podríais bajar y sacarlos? Hay que moverlos a la vez, o el desequilibrio hará que uno se caiga. Subidlos hasta la superficie si podéis. Si no dejadlos en cualquier plataforma estable. Lo siguiente sería sacar a los que están justo debajo de mí- Señalé a donde se encontraba Tap con la varmana y la chica azul.

-Lo siento si no recuerdo ningún nombre o si estoy diciendo obviedades, pero ahora mismo tengo otras cosas en mente. El procedimiento sería el mismo. Cuando estén todos en la superficie ya nos podríais sacar a los tres que quedemos. Y eso sería todo. Si a alguien no le gusta que dé una idea mejor y punto-

Ya lo había dicho todo. Ahora solo quedaba rezar con que todo no se fuera a la mierda, lo que, conociendo mi suerte, seguramente pasaría.

Pronto me llegó la airada respuesta de Alder, pero negué con la cabeza varias veces y grité en respuesta:
-¿Hacer? ¡Demostrar que el aprecio que os tengo no es sólo por ser mujeres! ¡No atenderé a nada más que no signifique supervivencia! ¡Pues claro que reintentamos el plan!

Pero Pablo había pensado en algo y así lo expresó, tomando el plan como referencia pero modificándolo. ¿El panorama, mientras tanto? Stefan y Ebnun al borde de la muerte y Arafy agarrada por la otra chica. Estaba claro quién corría más peligro así que olvidé el cabreo y miré a Flanbly's.
-Hagamos esto, por favor. ¡Seon, coordinate con Flanbly's! Tú te encargas de Stefan, Flanbly's de Ebnun y yo ayudo a Arafy a subir a su plataforma y luego os ayudo si hace falta.-terminé tosiendo de tanto gritar.-¡Arafy, prepárate, voy a hacerte levitar, te subes a la plataforma y te suelto!

Luego lanzo el hechizo de levitación para que Arafy pueda subir del todo a su plataforma. <<Tengo que poner a salvo a Arafy y Flanbly's cueste lo que cueste... Y a quien pueda...>> Ya nos aclararemos los letarguinos cuando salgamos, lo principal ahora es esto. Eso sí, no podré gritar en unas horas.

Pronto me arrepentí de pedir que alguien pulsara un botón, ya que lo que siguió fue algo que seguramente nunca olvidaría. La estructura volvió a sacudirse y Brina y Thras cayeron hacia las profundidades.

-NOOOOOOOOOOOO,- grité con desesperación.

Pero no había tiempo de llorar ni de lamentarse, pues la plataforma se había descompensado del todo, faltaba alguien en la otra parte y no había nadie que pudiera suplir esa carencia. Ebnun y yo prácticamente volamos por la pasarela hasta llegar al centro donde al menos yo me agarré desesperado.

Mi mente se llenó de pensamientos y de ansiedad, desde que había llegado a la ciudad era la segunda vez que veía a la muerte, y esta vez la tenía mucho más cerca. <<Voy a morir, correr ha sido inútil, de que sirve, únicamente para alargar el final, un final parecido al de mis padres>>.

Recuerdos que ni siquiera sabía que tenía pasaron por mi mente. Un niño delante de un espejo, con unos claros ojos verdes observándose por primera vez. La risa de su madre. Tirando comida a las palomas del parque. Una tormenta en la que se asustó mucho. La trágica muerte de sus padres y las horas de espera. La llegada a la casa con sus tíos. Años de soledad pasaron por su mente hasta detenerse en un hecho que alejó la soledad, el encuentro con Sombra. Una cría de gato negro maltratado por unos gamberros, un adolescente que lo recoge del suelo y lo lleva a un veterinario, lugar en el que el gato sobrevive de milagro, el adolescente llevándose el gato a casa y cuidándolo, un amigo que se quedó con él cuando podría haberse ido por su cuenta. Un hombre plantado en el balcón de su habitación, ofreciéndole amigos, un mundo de milagros donde podría hacer sus sueños realidad, había aceptado ir, pero recordaba la mirada de Sombra, una mirada que pedía que no le dejase solo.

Una lágrima se deslizó por mi cara, a ésa pronto la siguieron más. <<¿He venido sólo para morir aquí?, ¿sin poder ver a Sombra otra vez?>>.

Pero los recuerdos aún no había acabado. La llegada a la ciudad, el mal tiempo que había pasado dentro de aquella casa. Unos extraños salvándolo, acogiéndolo, alimentándolo. Las discusiones, los buenos momentos, las muertes...

<<¿Y ahora moriré yo?, yo no quiero morir, no quiero morir sin haber podido hacer las cosas bien, no estoy preparado para esto. Sacadme de aquí por favor, no quiero morir sin haber hecho tantas cosas, hay tantísimas cosas que quiero probar y aun no he podido, quiero hacer amigos, amigos de verdad, y quiero volver a ver a mi gato, quiero seguir pasando buenos y malos momentos con vosotros, quiero..... quiero vivir>>. Y con este ultimo pensamiento se aferró aun más fuerte al poste, poniendo todo el peso posible hacia la parte contraria de la que se inclinaba, tratando de alargar los instantes de su vida aunque fueran unos segundos, para seguir sintiendo la sensación de la vida.

Tap no supo exactamente como iba a pasarle magia a Arafy si no tenía, pero si Vava lo había hecho antes, él no pensaba ser menos. <<Se trata de ayudar, ella sabrá cómo>>. Se subió sobre su hombro y se limitó a permanecer ahí. No tardó en notar a lo que se refería cuando cierto cansancio mental se apoderó de él. Y entonces comenzó a volar. Primero hacia abajo con la Morada y luego hacia arriba, tambaleándose en el aire.

En otras ocasiones, Tap no habría tenido problemas en mantener la decencia mientras volaba. Pero en esas otras ocasiones Tap podía ver el suelo e iba sobre seres o cosas más estables. Eso, junto al simple hecho de pensar en cómo habían acabado Thras y la otra chica, le obligó a abrazarse al cuello de la varmana.

-Venga, venga, venga...-la animó sin alzar mucho la voz, hasta que por fin tocaron tierra fuera del boquete y Tap pudo respirar tranquilo. Y aún así tardó varios segundos en retirar el abrazo y dejar el cuello de Arafy tranquilo-. Gracias...-exhaló, casi, mientras se dejaba caer sobre su hombro como un peso muerto-. De verdad-finalizó, para reafirmar su agradecimiento.

No tenía fuerzas de ningún tipo para moverse y, por si fuera poca excusa, sentía que ese hombro era lo más a salvo que podía estar. Los letarguinos no eran como la trampa que había bajo tierra, pero ahora que se veía fuera de esta, sus compañeros le asustaban más. Sabía que le castigarían por impulsivo y quizá hasta se lo mereciera. Pero merecer el castigo no lo hacía más apetecible, así que se limitó a sentarse sobre la muchacha y permanecer ahí hasta que los de su panal lo reclamaran. <<Se llama Arafy>> se dijo mientras. <<Arafy>>. No quería olvidarse de ese nombre, como ya le había pasado en su momento con otros.

Alder se vio rápido fuera de aquel hoyo, y le dio cierto mareo encontrarse pisando tierra firme. A su lado estaban Arafy y Tap.
Cuando volvió a mirar abajo, con ansiedad, Seon estaba hablando con los otros para coordinarse en el rescate de los 3 que estaban en las plataformas inferiores, a los que Alder no alcanzaba a ver.
Seon sacó a Stefan hacia un nivel seguro. Mientras Atol y la frivy hacian lo propio con los demás.

El hechizo funcionó y Arafy logró ponerse a salvo <<¡Bien, ahora arriba con ella!>> Pero a la chica se le ocurrió usar la magia de Tap como hicimos nosotros en el torreón y levitó con el repoblador y la otra chica, aunque a esta la dejó en la plataforma de Thras antes de ponerse a salvo. Al mismo tiempo, Seon logró subir a Stefan y Flanbly's al nublino, por lo que sólo quedábamos Per, Pablo, Dahannei, Flanbly's y yo.
-¡Segundo turno, marchando! ¡Seon, Pablo para ti! Vosotros dos y yo subo a Dahannei. Salgamos de aquí de una maldita vez.-termino, tosiendo.

Me ato el conjunto de arneses en una mano, por si acaso, y luego lanzo el hechizo para después, por fin, salir a la superficie. Una vez fuera, tomo aire varias veces mientras me coloco los arneses en su sitio e intento tranquilizarme.
-Hemos perdido a Thras y a vuestra compañera... Y lo siento.-es lo primero que digo.-El resto estamos bien y me alegro, por todos o casi todos.-y me callo, confuso con Tap y Pablo. <<Tap le dio energía a Arafy y Pablo retomó el plan...>>

Después me siento en el suelo, lejos del borde, intentando no pensar en lo que pueda pasar en nuestro grupo en cuanto estemos todos de nuevo. Al poco miro a las sinhadres y suspiro.

-Eh, Alder, Seon, siento lo que os dije antes... Pero me estoy dando cuenta de ciertas cosas que no pueden continuar... Pero eso no quiere decir que vaya a cambiar mi relación con vosotras-exclamo rápidamente- No del todo...-luego miro al resto de mi torreón y digo, casi siseando.-Thras y Brina han muerto por los botones, varios compañeros de Sendar casi mueren y yo por los pelos. Un par de desconocidas me ha salvado mientras que vosotros pulsábais los puñeteros botoncitos sin saber qué pasaría.-voy encendiéndome, pero vuelvo a tomar aire, me levanto y miro al grupo de Sendar.-Considero olvidado el robo de las cestas, después de lo que ha pasado hoy. Pese a todo hemos trabajado en equipo así que me gustaría no tener malos rollos con vosotros.-y dicho esto me dejo caer de espaldas contra el suelo de la ciudad.-Vosotros sabréis qué hacer con vuestro Corann, cada grupo se encarga de los suyos, ¿no? No quiero seguir hablando, hablo de grupos pero no sé quiénes forman el mío. Y no sé qué hacer con dos en concreto. Pero claro, al final Tap le dio energía a Arafy y Pablo retomó el plan... ¿Qué va a pasar ahora?-inquiero, mientras vuelvo a sentarme y miro a mi grupo y a los demás.

Alder no respiró hasta que vio a Seon posarse en tierra firme, a la que abrazó o mas bien sostuvo. Quizás Seon notase entonces que su compañera temblaba, que cuando la acercó a ella y hundio la cara en su pelo, estaba intentando asegurarse de que no era una ilusión, de que estaba a salvo.
Las dos se separaron y dieron la cara al grupo. Alder tenía un gesto muy grave, y Seon seguía teniendo un aspecto frágil y enfermo.
- Claro, Atol. Lo entiendo.- dijo Seon con una sonrisa pequeña y dulce, pero hecha con esfuerzo. De Alder solo recibió un gesto frío e impersonal. Los sendarios se estaban despidiendo cuando el cuerpo y la mente de Seon decidieron que habían tenido suficiente. Cuando por fin asimiló que estaba a salvo, le dio un vahido extraño y se tambaleó antes de desplomarse alli mismo.
Alder había tenido el tiempo suficiente para detener su caida a duras penas, y sujeto el cuerpo inerte de Seon con cuidado. Para lo pequeña que era, pesaba lo suyo, pero Alder tenía fuerza ganada durante los entrenamientos y pudo permitirse el lujo de negarse a recibir ayuda.

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