Torreón Sendar (Archivo I)
+7
Serokrai
Dal
Naeryan
Vlad
Yber
Carmesí
Poblo
11 participantes
Torreón Sendar (Archivo I)
27/03/13, 01:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
Lo primero relevante (y para mi alivio) que sucedió nada más salir, fue que Tap se despegó de mi espalda.
Tras la desconfianza inicial de Wintel ante la repentina aparición del repoblador, y un par de intentos de este por dormirlo, que logré disuadir por los pelos, descubrimos, vagando por la ciudad, algo que no esperábamos. Un torreón.
No había visto Maciel, así que al principio pensé que podíamos haber llegado por casualidad, pero tanto Wintel como Tap se dieron cuenta en seguida que no era el caso.
Este torreón era mucho más grande que el nuestro, al menos casi el doble de alto, y, por las marcas de la azotea, parecía que había sido aun más grande.
Tras compartir una mirada con mis compañeros acabamos acercándonos. La puerta estaba protegida por un foso, pero había un puente por el que podíamos acercarnos.
-Vaya... La verdad, no esperaba encontrarme otro torreón, y menos uno tan grande. ¿Qué hacemos? ¿Intentamos entrar?-
Lo primero relevante (y para mi alivio) que sucedió nada más salir, fue que Tap se despegó de mi espalda.
Tras la desconfianza inicial de Wintel ante la repentina aparición del repoblador, y un par de intentos de este por dormirlo, que logré disuadir por los pelos, descubrimos, vagando por la ciudad, algo que no esperábamos. Un torreón.
No había visto Maciel, así que al principio pensé que podíamos haber llegado por casualidad, pero tanto Wintel como Tap se dieron cuenta en seguida que no era el caso.
Este torreón era mucho más grande que el nuestro, al menos casi el doble de alto, y, por las marcas de la azotea, parecía que había sido aun más grande.
Tras compartir una mirada con mis compañeros acabamos acercándonos. La puerta estaba protegida por un foso, pero había un puente por el que podíamos acercarnos.
-Vaya... La verdad, no esperaba encontrarme otro torreón, y menos uno tan grande. ¿Qué hacemos? ¿Intentamos entrar?-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
20/05/13, 04:41 pm
Yrio hizo apuntes rápidos de los datos que le iba dando RR. Eran bastantes, y aunque tenía información de la mayoría de las razas que le comentaba había un par que se le escapaban. No tenía ni idea de donde podrían ser el armario y la chica de piel morada. Le sorprendió más de lo que debería que hubiese otro repoblador, y lo subrayó varias veces pensando en fuego.
La forma de avisar a RR mientras estuviera en el tunel le vino como una iluminación mientras leía sobre las runas de unión y vçinculo. Había estado un tiempo llevando piedras con sonidos grabados para usarlas como señuelo en caso de encontrarse con un monstruo, y ahora podía separar la runa receptora y la de sonido en dos piezas. Grabó un mensaje en la que llevaría RR y la otra en la que se quedaría él, además de las que las vinculaban.
-Esperemos que funcione. Por el momento es unidireccional, pero más adelante podríamos hacer que tu también pudieses dar alarma.-explicó
Cuando el pelirrojo se fue a seguir con su tarea, Yrio se echó en la cama con la hoja de los sendarios y su cuaderno, comparando información más tranquilamente. No había nadie de su mundo y eso le fastidió y alivió a partes iguales. Por el momento sabía que los repobladores temían al fuego y protegían la naturaleza, que los varmanos creían que las almas se hacían malvadas y volvían para atormentar a los vivos, que los nublinos adoraban a Rocavarancolia o la odiaban, y que la frivy debía estar buena sí o sí. << Seguro que Thras se pondría loco de contento al ver a alguien de su mundo>> Creía recordar que allí era importante y todo. Al final el cansancio por el torrente de emociones y experiencias le pudo y se quedó dormido con los apuntes sobre el pecho.
La forma de avisar a RR mientras estuviera en el tunel le vino como una iluminación mientras leía sobre las runas de unión y vçinculo. Había estado un tiempo llevando piedras con sonidos grabados para usarlas como señuelo en caso de encontrarse con un monstruo, y ahora podía separar la runa receptora y la de sonido en dos piezas. Grabó un mensaje en la que llevaría RR y la otra en la que se quedaría él, además de las que las vinculaban.
-Esperemos que funcione. Por el momento es unidireccional, pero más adelante podríamos hacer que tu también pudieses dar alarma.-explicó
Cuando el pelirrojo se fue a seguir con su tarea, Yrio se echó en la cama con la hoja de los sendarios y su cuaderno, comparando información más tranquilamente. No había nadie de su mundo y eso le fastidió y alivió a partes iguales. Por el momento sabía que los repobladores temían al fuego y protegían la naturaleza, que los varmanos creían que las almas se hacían malvadas y volvían para atormentar a los vivos, que los nublinos adoraban a Rocavarancolia o la odiaban, y que la frivy debía estar buena sí o sí. << Seguro que Thras se pondría loco de contento al ver a alguien de su mundo>> Creía recordar que allí era importante y todo. Al final el cansancio por el torrente de emociones y experiencias le pudo y se quedó dormido con los apuntes sobre el pecho.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
20/05/13, 08:03 pm
Las dos sinhadres llegaron al barrio del otro torreón, guiadas por Pablo.
- Yo solo veo dos opciones con el otro torreón, si es que ha sido RR como dijo Stefan. Pedirles ayuda o no meterlos en esto.
- Si no han abierto la puerta cuando les han llamado, no acudieron a ayudar despues de la explosión y hay una remota posibilidad de que nos quitasen las cestas... yo creo que lo mejor es no acercarse a ellos. De hecho, si no se enteran de lo que estamos haciendo, tanto mejor.
Seon se mostró de acuerdo.
Al poco todo aquello demostró el poco sentido que tenía. Entraron con cuidado en algunos edificios cercanos, sin exito. Seon notó la incomodidad de Pablo con las quemaduras, y supo que tenía que ceder.
-Vayamos a la biblioteca. No podemos tener heridos indefinidamente. Quizás allí también encontremos algun hechizo util para dar con Yrio.
Tenía la voz rota y Alder pasó una mano por su espalda.
Ella por su parte, lidiaba con la desaparición del aurva a su manera, pero no se podía decir que estuviera sufriendo menos.
- Yo solo veo dos opciones con el otro torreón, si es que ha sido RR como dijo Stefan. Pedirles ayuda o no meterlos en esto.
- Si no han abierto la puerta cuando les han llamado, no acudieron a ayudar despues de la explosión y hay una remota posibilidad de que nos quitasen las cestas... yo creo que lo mejor es no acercarse a ellos. De hecho, si no se enteran de lo que estamos haciendo, tanto mejor.
Seon se mostró de acuerdo.
Al poco todo aquello demostró el poco sentido que tenía. Entraron con cuidado en algunos edificios cercanos, sin exito. Seon notó la incomodidad de Pablo con las quemaduras, y supo que tenía que ceder.
-Vayamos a la biblioteca. No podemos tener heridos indefinidamente. Quizás allí también encontremos algun hechizo util para dar con Yrio.
Tenía la voz rota y Alder pasó una mano por su espalda.
Ella por su parte, lidiaba con la desaparición del aurva a su manera, pero no se podía decir que estuviera sufriendo menos.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
21/05/13, 09:05 pm
En poco tiempo tuvimos el torreón delante. Teniendo en cuenta que apenas unas horas antes había estado a punto de morir allí, volver no era una perspectiva agradable, pero había decidido venir y no me iba a echar atrás ahora.
No tardamos en comenzar la búsqueda, pero al poco rato todos nos fuimos dando cuenta de que no estábamos consiguiendo nada. Entrabamos en una casa, la revisábamos, no encontrábamos nada y pasábamos a la siguiente, con el mismo resultado. Y así una y otra vez.
Encima el dolor de las quemaduras no ayudaba para nada. Prácticamente al menor roce tenía que morderme la lengua para no soltar un quejido, o una palabrota.
Después de que termináramos de revisar una casa especialmente tediosa, si se le podía llamar casa, porque era prácticamente una montaña de escombros, terminamos por darnos por vencidos, y Seon sugirió ir a la biblioteca, noticia que agradecí en silencio.
“Ojalá encontremos algo allí para las quemaduras. Como tenga que aguantarlas mucho más tiempo mato a alguien, y creo saber a quién”
Sigue en la Biblioteca Mágica.
No tardamos en comenzar la búsqueda, pero al poco rato todos nos fuimos dando cuenta de que no estábamos consiguiendo nada. Entrabamos en una casa, la revisábamos, no encontrábamos nada y pasábamos a la siguiente, con el mismo resultado. Y así una y otra vez.
Encima el dolor de las quemaduras no ayudaba para nada. Prácticamente al menor roce tenía que morderme la lengua para no soltar un quejido, o una palabrota.
Después de que termináramos de revisar una casa especialmente tediosa, si se le podía llamar casa, porque era prácticamente una montaña de escombros, terminamos por darnos por vencidos, y Seon sugirió ir a la biblioteca, noticia que agradecí en silencio.
“Ojalá encontremos algo allí para las quemaduras. Como tenga que aguantarlas mucho más tiempo mato a alguien, y creo saber a quién”
Sigue en la Biblioteca Mágica.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
23/05/13, 02:17 pm
Sólo hizo falta un rato de búsqueda infructuosa para que mi optimismo se fuese por los suelos. Por el contrario mi curiosidad sobre el nuevo torreón fue aumentando. Lo malo de Sendar es, como dice Seon, que no ayudaron a los nuestros ni se mostraron en ningún momento, por lo que a la curiosidad se le sumaba unas ganas de ir y llamar hasta que abriesen o echar la puerta abajo, a ver cuáles eran sus intenciones. Pero lo primero era lo primero y Pablo ya dio a entender, junto con Stefan en el torreón, que no habrían sido ellos. La posibilidad de que hubiese sido RR era peculiar, así que no saqué el tema durante la búsqueda.
Así, echamos una ojeada con mil ojos en algunos edificios de la zona pero sin éxito. Llamarle a gritos no era una opción y no teníamos forma de hacer un barrido extensivo en toda la maldita zona. Yo habría seguido buscando, pero ver a Pablo molesto por sus quemaduras e imaginarme a los de Letargo igual, más aún Serok con el que mejor me llevaba... Fue lo que me convenció para ponerme de acuerdo en ir a la Biblioteca a buscar un remedio.
Y con un resoplido, dar la vuelta
-De acuerdo, vayamos. No me gusta dejar el torreón con el mejor guerrero inválido.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
Así, echamos una ojeada con mil ojos en algunos edificios de la zona pero sin éxito. Llamarle a gritos no era una opción y no teníamos forma de hacer un barrido extensivo en toda la maldita zona. Yo habría seguido buscando, pero ver a Pablo molesto por sus quemaduras e imaginarme a los de Letargo igual, más aún Serok con el que mejor me llevaba... Fue lo que me convenció para ponerme de acuerdo en ir a la Biblioteca a buscar un remedio.
Y con un resoplido, dar la vuelta
-De acuerdo, vayamos. No me gusta dejar el torreón con el mejor guerrero inválido.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
23/05/13, 11:50 pm
Habían pasado ya unas pocas horas desde que los letarguinos habían abandonado su búsqueda infructuosa cuando la explanada frente a Sendar volvió a presentar señales de vida.
Los sendarios habían quedado en el punto de las calles aledañas en el que se habían bifurcado a la salida, y ahora ambos grupos marchaban reunidos hacia la puerta del torreón. Los que habían ido a Maciel iban cargados con las cestas consecuentes. La voz de uno de ellos ya se hacía oír por encima de las demás, y por lo visto algo que había oído no le había hecho mucha gracia.
-¿Que volvéis sin cestas? ¿Y por dónde os habéis parado por el camino, a comprar tabaco?
-¿A nosotros qué nos cuentas? Si no hay no hay, no nos las vamos a sacar de...
-Os habréis retrasado. Nosotros fuimos ayer a la misma hora y allí estaban.
-¡Que no, joder!
-Ebnun tiene razón, Pecir. Era bastante temprano cuando llegamos y no estaban donde ayer.
-No tiene buena pinta entonces... Como si no fuera ya bastante palo que las cestas del sur ya estén ocupadas.
-¿Habéis visto qué caras? ¡Como quitarle un caramelo a un niño!
-Qué pringados.
-A mí me superhan dado un poco de pena…
-¿He oído lástima, Flanbly’s?
-¡No, no, no, Per! He dicho que dan pena.
-Así me gusta. A nosotros no nos ayudó nadie.
-"¿Ocupadas?" Pero si nosotros nos encontramos a...
-Discutámoslo dentro. Hacerlo a gritos aquí fuera no nos traerá soluciones sino alimañas.
-¡Corann, ábrenos!
Los sendarios habían quedado en el punto de las calles aledañas en el que se habían bifurcado a la salida, y ahora ambos grupos marchaban reunidos hacia la puerta del torreón. Los que habían ido a Maciel iban cargados con las cestas consecuentes. La voz de uno de ellos ya se hacía oír por encima de las demás, y por lo visto algo que había oído no le había hecho mucha gracia.
-¿Que volvéis sin cestas? ¿Y por dónde os habéis parado por el camino, a comprar tabaco?
-¿A nosotros qué nos cuentas? Si no hay no hay, no nos las vamos a sacar de...
-Os habréis retrasado. Nosotros fuimos ayer a la misma hora y allí estaban.
-¡Que no, joder!
-Ebnun tiene razón, Pecir. Era bastante temprano cuando llegamos y no estaban donde ayer.
-No tiene buena pinta entonces... Como si no fuera ya bastante palo que las cestas del sur ya estén ocupadas.
-¿Habéis visto qué caras? ¡Como quitarle un caramelo a un niño!
-Qué pringados.
-A mí me superhan dado un poco de pena…
-¿He oído lástima, Flanbly’s?
-¡No, no, no, Per! He dicho que dan pena.
-Así me gusta. A nosotros no nos ayudó nadie.
-"¿Ocupadas?" Pero si nosotros nos encontramos a...
-Discutámoslo dentro. Hacerlo a gritos aquí fuera no nos traerá soluciones sino alimañas.
-¡Corann, ábrenos!
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
25/05/13, 07:41 pm
RR estaba en aquel momento inmerso en la apabullante estrechez de su túnel, escarbando en la tierra y en la roca iluminado por la mortecina luz de un hechizo raquítico. En el silencio del claustrofóbico espacio, sólo el sonido de su respiración y de sus paletadas o golpes de pico llenaban el viciado y húmedo aire. Pero la determinación del foner era inquebrantable. Seguiría cavando mientras fuera necesario, se daría la vuelta con su saco lleno de escombros y con las herramientas en mano, saldría del túnel, vaciaría su carga y tomaría maderos para asegurar aquel espacio que le había ganado al subsuelo. Así había sido su vida antes de llegar a aquel inmenso basurero prehistórico: Llena de penumbra, de paredes estrechas, humedad, cansancio, hambre, aire viciado, temores… Aquel era su medio, el lugar dónde realmente se sentía cómodo. Sabía dónde estaba el suelo, el arriba y el abajo; un mundo en el que las dimensiones estaban bien divididas y administradas en porciones asumibles y fácilmente comprensibles; un lugar dónde cada palmo de la realidad se pisa con orgullo, a sabiendas de que se ha ganado con esfuerzo y sudor a golpe de pico y pala.
Fue entonces cuando un sonido extraño entró en discordancia con la monotonía auditiva del túnel. Era la piedra de llamada que le había proporcionado Yrio. El enemigo estaba cerca.
Saltó fuera de su agujero como una exhalación y, sorteando sin dificultades todas las trampas que él mismo había dispuesto por todo el edificio, cruzó todos los pisos hasta llegar a su habitación, dónde únicamente dedicó un ligero movimiento de cabeza y una mirada fugaz a su compañero antes de tomar su posición y su arma en la ventana.
Observó la situación a través de la mira del rifle. Allí estaban los exploradores que aquella mañana habían enviado a por provisiones. Se tomó unos instantes para quedarse con sus caras y asimilando su conversación, a sabiendas de que toda información podía ser un arma tan letal como un buen explosivo. Tras esos momentos de análisis, procedió a actuar.
-Robar a Maciel no os será tan fácil…-comentó para si mismo con sorna, mientras apuntaba al ser peludo y fornido que portaba una de las cestas. Le indignaba que aquellos brabucones se dedicaran a tomar por la fuerza lo que sus ex compañeros se merecían tanto o más que ellos. Supuso a quienes debían haber intimidado, pues conocía lo suficiente a los habitantes de Maciel como para suponer que, de haberse encontrado con los más carismáticos inquilinos, aquellos rufianes no habrían vuelto riendo.
Enfiló una de las piernas del peludo muchacho, concretamente su rodilla. Si aquel bicho tenía las articulaciones como él, aquella herida le tardaría en curarse meses. Pero con un poco de suerte, aquellos cabrones no serían tan rematadamente sucios y lo suficientemente estúpidos como para acudir en su ayuda, blandiendo su magia sin dudarlo. Y ahí sería dónde él se quitaría de en medio un mago en las líneas enemigas.
Efectuó el primer disparo y, sin detenerse a observar cómo la bala le atravesaba la carne y destrozaba el hueso al desafortunado bravucón, haciendo saltar sangre y trozos de carne que antes formaban parte de su rodilla, ahora hecha sanguinolentos jirones irreconocibles, introdujo un nuevo cartucho en el cañón del rifle, dejando que el vacío cayera al suelo, rebotando quedamente contra los maderos y llenando el aire con un tintineo que quedó ahogado por la interjección de dolor que profirió el herido.
Durante unos instantes, todo fue confusión. A través de la mira, el foner contempló impasible cómo todos comenzaban a revolotear y a gritar sumidos en el pánico mientras que el muchacho se llevaba las manos a la pierna, que le pendía de unos precarios hilos de carne y músculo. Finalmente, una varmana se acercó a su compañero, acercándose a la herida. No hacía falta hacer un estudio gestual muy exhaustivo para saber cuales eran sus intenciones, y RR afinó su puntería. Se tomó unos segundos para asegurar el blanco y calmar las pulsiones violentas de su corazón agitado, obligándolo a calmarse con un par de ejercicios de respiración profunda. Debía ignorar la emoción, la euforia de volver a entablar combate desde aquella posición casi divina, y recordar que era falible: Debía concentrarse y hacer un disparo limpio.
Tomó aire hasta el límite de sus pulmones, entrecerró los ojos, y disparó. La bala rasgó el aire, recorriendo la distancia que le separaba del cráneo de la varmana, anhelando atravesar su cerebro de parte a parte...
EDIT: Vas muy rápido, amigo.
Fue entonces cuando un sonido extraño entró en discordancia con la monotonía auditiva del túnel. Era la piedra de llamada que le había proporcionado Yrio. El enemigo estaba cerca.
Saltó fuera de su agujero como una exhalación y, sorteando sin dificultades todas las trampas que él mismo había dispuesto por todo el edificio, cruzó todos los pisos hasta llegar a su habitación, dónde únicamente dedicó un ligero movimiento de cabeza y una mirada fugaz a su compañero antes de tomar su posición y su arma en la ventana.
Observó la situación a través de la mira del rifle. Allí estaban los exploradores que aquella mañana habían enviado a por provisiones. Se tomó unos instantes para quedarse con sus caras y asimilando su conversación, a sabiendas de que toda información podía ser un arma tan letal como un buen explosivo. Tras esos momentos de análisis, procedió a actuar.
-Robar a Maciel no os será tan fácil…-comentó para si mismo con sorna, mientras apuntaba al ser peludo y fornido que portaba una de las cestas. Le indignaba que aquellos brabucones se dedicaran a tomar por la fuerza lo que sus ex compañeros se merecían tanto o más que ellos. Supuso a quienes debían haber intimidado, pues conocía lo suficiente a los habitantes de Maciel como para suponer que, de haberse encontrado con los más carismáticos inquilinos, aquellos rufianes no habrían vuelto riendo.
Enfiló una de las piernas del peludo muchacho, concretamente su rodilla. Si aquel bicho tenía las articulaciones como él, aquella herida le tardaría en curarse meses. Pero con un poco de suerte, aquellos cabrones no serían tan rematadamente sucios y lo suficientemente estúpidos como para acudir en su ayuda, blandiendo su magia sin dudarlo. Y ahí sería dónde él se quitaría de en medio un mago en las líneas enemigas.
Efectuó el primer disparo y, sin detenerse a observar cómo la bala le atravesaba la carne y destrozaba el hueso al desafortunado bravucón, haciendo saltar sangre y trozos de carne que antes formaban parte de su rodilla, ahora hecha sanguinolentos jirones irreconocibles, introdujo un nuevo cartucho en el cañón del rifle, dejando que el vacío cayera al suelo, rebotando quedamente contra los maderos y llenando el aire con un tintineo que quedó ahogado por la interjección de dolor que profirió el herido.
Durante unos instantes, todo fue confusión. A través de la mira, el foner contempló impasible cómo todos comenzaban a revolotear y a gritar sumidos en el pánico mientras que el muchacho se llevaba las manos a la pierna, que le pendía de unos precarios hilos de carne y músculo. Finalmente, una varmana se acercó a su compañero, acercándose a la herida. No hacía falta hacer un estudio gestual muy exhaustivo para saber cuales eran sus intenciones, y RR afinó su puntería. Se tomó unos segundos para asegurar el blanco y calmar las pulsiones violentas de su corazón agitado, obligándolo a calmarse con un par de ejercicios de respiración profunda. Debía ignorar la emoción, la euforia de volver a entablar combate desde aquella posición casi divina, y recordar que era falible: Debía concentrarse y hacer un disparo limpio.
Tomó aire hasta el límite de sus pulmones, entrecerró los ojos, y disparó. La bala rasgó el aire, recorriendo la distancia que le separaba del cráneo de la varmana, anhelando atravesar su cerebro de parte a parte...
EDIT: Vas muy rápido, amigo.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
25/05/13, 09:00 pm
Antes de que Corann pudiera abrirles la puerta a sus compañeros, el sonido del disparo producido por el arma de RR inundó las cercanías del torreón Sendar. Como movidos por un resorte, el grueso de los sendarios se agacharon insitintivamente al escucharlo a pesar de no haber sufrido daño alguno. Sin embargo, el ochrorio no corrió la misma suerte y sus compañeros pudieron contemplar como se derrumbaba en el suelo con una rodilla gravemente herida, mientras profería un grito de dolor y maldecía en voz alta. La cesta de comida que llevaba en las manos rodó por el suelo, esparciéndose parte de su contenido por los alrededores. Un agudo chillido de Flanbly's eclipsó en parte los gritos de diversa naturaleza producidos por los demás, pero una atemorizada voz se alzó sobre el resto.
-¡Pecir! -exclamó Arafy con expresión consternada mientras se acercaba al ochrorio y comenzaba a realizar los gestos pertinentes para lanzar un hechizo de curación.
-¡Joder!, ¿de dónde ha salido eso? -preguntó con vehemencia el nublino al que se habían dirigido como Per anteriormente-. ¿Quién cojones nos está atacando? ¡Hyter, haz algo!
Pero el varmano ya se encontraba haciendo algo. Tan pronto vio la herida en la rodilla de Pecir no perdió ni un segundo en conjurar un campo de fuerza sobre el grupo. El hechizo llegó justo a tiempo, pues mientras Arafy curaba al malherido Ochrorio, el disparo del foner impactó contra la barrera mágica, salvándole la vida a la varmana.
Los sendarios observaron la bala del arma de RR tirada en el suelo, cerca de Arafy.
-¿Quién es el cabrón que nos está lanzando esta mierda?
-¿Pero supereso que megaes?
-¿Es esto lo que ha dañado a Pecir? -preguntó Arafy con un hilo de voz.
-Sugiero que sigamos ocupándonos de Pecir en el interior del torreón -habló Hyter con un tono de voz más calmado que el del resto de sus compañeros-. No sabemos cuántos son ni si tienen intención de continuar utilizándonos como blanco, el campo de fuerza no durará eternamente.
-¡Sea quien sea que se prepare!
-Recoged rápidamente la comida que se ha caído, ¡vamos!
De forma apresurada, unos cuantos recogieron el contenido de la cesta de Pecir antes de dirigirse hacia la puerta. Con las prisas, sin embargo, se dejaron atrás un trozo de carne cruda y un poco de queso que habían rodado más lejos que el resto de alimentos.
Mientras tanto un idrino de pelo y ojos de distintos tonos marrones y cubierto por varias capas de ropa muy holgadas había abierto la puerta desde el interior y salió preocupado preguntando por lo sucedido mientras ayudaba a sus compañeros a cargar con el enorme ochrorio al interior del torreón. Hyter fue el último en entrar, manteniendo el conjuro defensivo activo, y antes de hacerlo se agachó para recoger la bala, examinándolo de cerca y tocando con un dedo la punta de flecha que tenía encajada. Finalmente se la guardó con cautela en un bolsillo y entró en el torreón tras el resto, deshaciendo el campo de fuerza justo antes de cerrar la puerta.
-¡Pecir! -exclamó Arafy con expresión consternada mientras se acercaba al ochrorio y comenzaba a realizar los gestos pertinentes para lanzar un hechizo de curación.
-¡Joder!, ¿de dónde ha salido eso? -preguntó con vehemencia el nublino al que se habían dirigido como Per anteriormente-. ¿Quién cojones nos está atacando? ¡Hyter, haz algo!
Pero el varmano ya se encontraba haciendo algo. Tan pronto vio la herida en la rodilla de Pecir no perdió ni un segundo en conjurar un campo de fuerza sobre el grupo. El hechizo llegó justo a tiempo, pues mientras Arafy curaba al malherido Ochrorio, el disparo del foner impactó contra la barrera mágica, salvándole la vida a la varmana.
Los sendarios observaron la bala del arma de RR tirada en el suelo, cerca de Arafy.
-¿Quién es el cabrón que nos está lanzando esta mierda?
-¿Pero supereso que megaes?
-¿Es esto lo que ha dañado a Pecir? -preguntó Arafy con un hilo de voz.
-Sugiero que sigamos ocupándonos de Pecir en el interior del torreón -habló Hyter con un tono de voz más calmado que el del resto de sus compañeros-. No sabemos cuántos son ni si tienen intención de continuar utilizándonos como blanco, el campo de fuerza no durará eternamente.
-¡Sea quien sea que se prepare!
-Recoged rápidamente la comida que se ha caído, ¡vamos!
De forma apresurada, unos cuantos recogieron el contenido de la cesta de Pecir antes de dirigirse hacia la puerta. Con las prisas, sin embargo, se dejaron atrás un trozo de carne cruda y un poco de queso que habían rodado más lejos que el resto de alimentos.
Mientras tanto un idrino de pelo y ojos de distintos tonos marrones y cubierto por varias capas de ropa muy holgadas había abierto la puerta desde el interior y salió preocupado preguntando por lo sucedido mientras ayudaba a sus compañeros a cargar con el enorme ochrorio al interior del torreón. Hyter fue el último en entrar, manteniendo el conjuro defensivo activo, y antes de hacerlo se agachó para recoger la bala, examinándolo de cerca y tocando con un dedo la punta de flecha que tenía encajada. Finalmente se la guardó con cautela en un bolsillo y entró en el torreón tras el resto, deshaciendo el campo de fuerza justo antes de cerrar la puerta.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
26/05/13, 01:33 pm
Cuando el lacayo invocado por RR le llamó, Yrio saltó de la cama y corrió a trompicones hacia la ventana, asomándose con precaución. Se oían voces distantes, y allí estaban, un grupo de cosechados que no había visto en su vida. Rápidamente sacó su piedra hechizada dle bolsillo y pronunció la palabra clave que actuvaba la alarma. Mientras el foner llegaba, que tan solo tardó unos segundos, hizo recuento de las razas que tenía apuntadas. Se le hizo un nudo en el estómago al ver a la varmana, recordando a su compañera.
Cuando RR llegó se colocó con la espalda apoyada en la pared, casi pegado al borde de la ventana. Oyó el primer disparo, pero no vio al sendario caer. Cerró los ojos y pronunció un hechizo de protección sobre el foner por si los de sendar los encontraban y contraatacaban. Desgraciadamente, el mago de sendar no era tonto, e hizo lo mismo. El segundo ataque no sirvió, y una parte de Yrio se sintió aliviada de que fuera así. Podía ver a Macak tirada en el suelo del patio y oir los llantos de sus compañeros. Resbaló por la pared hasta quedar sentado en el suelo, mirando sus rodillas fijamente mientras pensaba.
-Me vuelvo a dormir- dijo al poco rato- Al menos has dejado cojo a uno. Avísame cuando anochezca...- se levantó y se acostó pero tardó un buen rato en dormirse, pues tenia demasiados pensamientos rondándole la cabeza.
<< ¿Es justo lo que estamos haciendo? ¿Debo creer a este loco? Puede que en realidad no nos estén robando la comida...>> Recordó las palabras de los propios sendarios. Sí que les estaban quitando la comida. Hasta el momento sus unicos enemigos habían sido claros; los monstruos, los feos y horribles monstruos que daban miedo pero carecían de inteligencia, las trampas y la magia siniestra de aquella ciudad. Pero ahora luchaban contra iguales, chicos como ellos, gente de sus propios mundos y de los de sus compañeros. Yrio había pensado en más de una ocasión en matar a algunos en Letargo, incluso en Maciel, pero hacerlo de verdad era otro tema.
<< Pero esto es comer... o ser comido>> pensó antes de dormirse al fin
Se despertó con un hambre canina, y todo lo que encontró como desayuno fue carne cocida de rata y un poco de queso. Comió el queso con desgana, pero se negó a probar la rata. Atol los tenía muy mimados en cuanto a alimentación.
RR le contó su plan, poner una mina en la entrada de Sendar, y le explicó cómo tenía que montarla. Básicamente era un madero con clavos y una runa de presión que detonaba el esplosivo. Yyrio no tardó mucho en hacerla y para cuando acabó se ofreció a acompañar a RR, pues él veía mucho mejor que el foner en la oscuridad y podían ahorrarse usar cualquier luz. Salieron de su refugio con sigilo, Yrio no pudo evitar mirar en todas direcciones. La ciudad de noche tenía otro matiz, daba incluso menos miedo, y la brisa fresca que corría le ayudó a despejarse. Cruzaron la calle y colocaron la mina debajo de una losa suelta. Decidieron que sería más prudente no ponerla justo en la puerta de Sendar, por si tenían medidas de seguridad, o por si el ncargado de hacer guardia les veía. No se entretuvieron ni un segundo y al poco tiempo ya estaban de vuelta en el refugio. Por el camino habían encontrado la comida que los sendarios habían dejado en su huida. Yrio no podía ser más feliz, porque aparte de carne de verdad y queso había frutos secos de esos que usaba Atol para condimentar la comida.
Para celebrar su incursión exitosa asaron un poco de carne en una piedra plana que calentaron con un hechizo térmido. Al fin una comida decente. Después de cenar RR insistió en que Yrio se fuese a dormir, pero el sinhadre se había pasado la tarde durmiendo y de todas formas estaba demasiado inquieto para conciliar el sueño, por lo que el pelirrojo tomó su lugar en la única cama. Yrio se sentó en un rincón con su cuaderno, haciendo algunas notas de la situación absurda en la que se encontraba. Mmiró por la ventana y vio el brillo tenue de una estrella. Una única estrella destacando en el cielo oscuro de la ciudad.
-Es extraño- comentó entre susurros- No he visto una sola estrella desde que llegamos, y de pronto aparece esa.
Cuando RR llegó se colocó con la espalda apoyada en la pared, casi pegado al borde de la ventana. Oyó el primer disparo, pero no vio al sendario caer. Cerró los ojos y pronunció un hechizo de protección sobre el foner por si los de sendar los encontraban y contraatacaban. Desgraciadamente, el mago de sendar no era tonto, e hizo lo mismo. El segundo ataque no sirvió, y una parte de Yrio se sintió aliviada de que fuera así. Podía ver a Macak tirada en el suelo del patio y oir los llantos de sus compañeros. Resbaló por la pared hasta quedar sentado en el suelo, mirando sus rodillas fijamente mientras pensaba.
-Me vuelvo a dormir- dijo al poco rato- Al menos has dejado cojo a uno. Avísame cuando anochezca...- se levantó y se acostó pero tardó un buen rato en dormirse, pues tenia demasiados pensamientos rondándole la cabeza.
<< ¿Es justo lo que estamos haciendo? ¿Debo creer a este loco? Puede que en realidad no nos estén robando la comida...>> Recordó las palabras de los propios sendarios. Sí que les estaban quitando la comida. Hasta el momento sus unicos enemigos habían sido claros; los monstruos, los feos y horribles monstruos que daban miedo pero carecían de inteligencia, las trampas y la magia siniestra de aquella ciudad. Pero ahora luchaban contra iguales, chicos como ellos, gente de sus propios mundos y de los de sus compañeros. Yrio había pensado en más de una ocasión en matar a algunos en Letargo, incluso en Maciel, pero hacerlo de verdad era otro tema.
<< Pero esto es comer... o ser comido>> pensó antes de dormirse al fin
Se despertó con un hambre canina, y todo lo que encontró como desayuno fue carne cocida de rata y un poco de queso. Comió el queso con desgana, pero se negó a probar la rata. Atol los tenía muy mimados en cuanto a alimentación.
RR le contó su plan, poner una mina en la entrada de Sendar, y le explicó cómo tenía que montarla. Básicamente era un madero con clavos y una runa de presión que detonaba el esplosivo. Yyrio no tardó mucho en hacerla y para cuando acabó se ofreció a acompañar a RR, pues él veía mucho mejor que el foner en la oscuridad y podían ahorrarse usar cualquier luz. Salieron de su refugio con sigilo, Yrio no pudo evitar mirar en todas direcciones. La ciudad de noche tenía otro matiz, daba incluso menos miedo, y la brisa fresca que corría le ayudó a despejarse. Cruzaron la calle y colocaron la mina debajo de una losa suelta. Decidieron que sería más prudente no ponerla justo en la puerta de Sendar, por si tenían medidas de seguridad, o por si el ncargado de hacer guardia les veía. No se entretuvieron ni un segundo y al poco tiempo ya estaban de vuelta en el refugio. Por el camino habían encontrado la comida que los sendarios habían dejado en su huida. Yrio no podía ser más feliz, porque aparte de carne de verdad y queso había frutos secos de esos que usaba Atol para condimentar la comida.
Para celebrar su incursión exitosa asaron un poco de carne en una piedra plana que calentaron con un hechizo térmido. Al fin una comida decente. Después de cenar RR insistió en que Yrio se fuese a dormir, pero el sinhadre se había pasado la tarde durmiendo y de todas formas estaba demasiado inquieto para conciliar el sueño, por lo que el pelirrojo tomó su lugar en la única cama. Yrio se sentó en un rincón con su cuaderno, haciendo algunas notas de la situación absurda en la que se encontraba. Mmiró por la ventana y vio el brillo tenue de una estrella. Una única estrella destacando en el cielo oscuro de la ciudad.
-Es extraño- comentó entre susurros- No he visto una sola estrella desde que llegamos, y de pronto aparece esa.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
27/05/13, 01:03 am
RR se recostó contra el cabecero de la cama, mirando a Yrio, que se hallaba sentado ante la ventana, vigilando, mientras limpiaba cuidadosamente su escopeta, ensimismado. Realmente se sentía cansado de tanto correr por las calles entre el humo y el fuego, picar en el subsuelo rodeado de tierra y roca y disparar en las alturas, borracho de gritos y sangre.
-Esperemos que ese bombazo los acojone… quizás se suficiente como para que se retracten de salir, si a ello le suman la experiencia de hoy. Aunque no confío mucho en ello, tendremos que darles más caña; pero quizás mañana por la mañana… u otro ciclo, si no puede ser, podría ir a cazar uno de esos bichos peludos que rondan el estadio mientras tú vigilas, sólo necesitaría una runa de olor falso y…
La diatriba del foner se detuvo, y durante unos instantes bajó la mirada para contemplar su tosca arma, bella a fuerza de fea.
-Es curioso… doy por hecho que no vas a salir cagando melodías. De hecho, ya es un acto de total imprudencia dejarte aquí vigilando mientras yo “duermo”. Te pongo muy fácil quitarme el arma y volarme los sesos, ¿verdad? Aunque si yo fuera tú, utilizaría la ballesta, o incluso el hacha. No es más limpio, pero sí más divertido, y en ambos casos no haces ruido.
Tras decir esto, alzó la mirada, devolviéndola al muchacho, pero esta vez con un matiz diferente: como si estuviera contemplando el infinito e Yrio simplemente estuviera allí.
-¿Sabes? En mi mundo, cuando en una fábrica, una depuradora de residuos, o cualquier organización de ese tipo, los trabajadores hacían huelga, una medida muy común era lo que los de arriba llamaban “Sanción de Racionamiento”. La jugada consiste en quitarle los suministros de alimentos, tanto diarios como suplementarios, no sólo a los huelguistas, sino también a todos los habitantes del sector. La idea es que la presión social mitigue la irregularidad sin que tenga que intervenir el ejército, pero en muchos casos eso no funcionaba o, simplemente, no era suficiente. Todos en los niveles bajos estamos más o menos acostumbrados a pasar hambre, y no somos pocos los que hemos perdido amigos en esas situaciones. Pero a ellos no les importa. Al fin y al cabo, no somos nada. Simplemente una pieza que hay que reemplazar. Despides a tus camaradas y los tiran a un horno. Han muerto de hambre mientras pedían más comida, ¿irónico, verdad? Yo creo que es peor el caso de los que mueren de inanición porque les ha tocado vivir en el lugar equivocado. Esos que creen que la lucha no va con ellos… pero a la postre, mueren igual que todos.
He tenido que ver a muchos salir por una chimenea convertidos en nada, en polvo, ante la pasividad y la indiferencia despreocupada de los verdugos. Aun me cuesta no pensar en ello sin sentir impotencia y rabia.
Supongo que la historia no va contigo, ¿verdad? Supongo que es así. Pero o te lo cuento a ti o se lo cuento a la rata, y aún estoy lo suficientemente cuerdo como para saber que hablarle a un roedor famélico y mudo no puede ser bueno para mi equilibrio mental.
Reconozco que cuando me fui del torreón, lo hice drogado hasta las cejas y de forma un poco errática. Al principio, cuando supe que ese estercolero de enfrente estaba habitado, me planteé cargármelos simple y llanamente porque tocaba. No los conocía, y podían ser el enemigo. A fin de cuentas, ¿quién no lo era? ¿quién no lo es? Pero ahora tengo la cabeza un poco más relajada, menos crispada por los bordes. Si me drogué lo suficiente como para amenazar a mis compañeros con un hacha, huir a una ciudad desconocida, llenar de trampas un edificio en ruinas, secuestrar a un niño e intentar matar a un nutrido grupo de bandidos a tiros y bombazos, fue por un motivo banal, absurdo; Infantil. Pero ahora me doy cuenta de que puede que esta lucha que he comenzado por nada pueda significar algo, puede que ayude a alguien con el baño de sangre que voy a montar. Supongo que en parte es por eso por lo que estás aquí, ¿no? Como testigo, además de cómplice. Aunque quizás también te necesite porque… bueno, porque no puedo estar mucho tiempo tirado en este lodazal de mierda sin un compañero. Emprender esta lucha sólo es un trabajo mastodóntico, y en mi situación no me veo capaz de afrontarla por completo. Aunque pudiera suplir a duras penas tus poderes con un ejercicio de imaginación, paciencia y trabajo, posiblemente terminaría como una puta regadera metiendo tiros al aire o inmolándome creyendo que hay alguien en la casa. Podría incluso llevarme a todos los sendarios por delante, a lo mejor sí. Pero, ¿de qué me serviría si yo tampoco he sobrevivido? Quizás seas el cupo de personas en las que puedo confiar en una situación como esta, alguien con quien bajar la guardia. Muy probablemente me arrepienta y mañana me despierte con el pico clavado entre los ojos y con los sesos esparcidos por la habitación, pero tampoco saldría bien parado si continuara con esto sólo. Es… absurdo como envolvemos con justificaciones grandilocuentes o elaboradas los efectos de nuestras sandeces más irrisorias. O como las grandes cosas comienzan por algo pequeño. ¿Crees que eso le quita mérito o peso a lo que buscamos, el hecho de que vengan de una gilipollez? Yo creo que lo hacen más… ¿poético? No sé, creo que simplemente estoy cansado. Despiértame si ves algo.
Y tras toda aquel discurso de insomne, RR se recostó en el camastro, dejando a mano su escopeta, al lado de la ballesta, y cerró los ojos, intentando conciliar el sueño.
-Esperemos que ese bombazo los acojone… quizás se suficiente como para que se retracten de salir, si a ello le suman la experiencia de hoy. Aunque no confío mucho en ello, tendremos que darles más caña; pero quizás mañana por la mañana… u otro ciclo, si no puede ser, podría ir a cazar uno de esos bichos peludos que rondan el estadio mientras tú vigilas, sólo necesitaría una runa de olor falso y…
La diatriba del foner se detuvo, y durante unos instantes bajó la mirada para contemplar su tosca arma, bella a fuerza de fea.
-Es curioso… doy por hecho que no vas a salir cagando melodías. De hecho, ya es un acto de total imprudencia dejarte aquí vigilando mientras yo “duermo”. Te pongo muy fácil quitarme el arma y volarme los sesos, ¿verdad? Aunque si yo fuera tú, utilizaría la ballesta, o incluso el hacha. No es más limpio, pero sí más divertido, y en ambos casos no haces ruido.
Tras decir esto, alzó la mirada, devolviéndola al muchacho, pero esta vez con un matiz diferente: como si estuviera contemplando el infinito e Yrio simplemente estuviera allí.
-¿Sabes? En mi mundo, cuando en una fábrica, una depuradora de residuos, o cualquier organización de ese tipo, los trabajadores hacían huelga, una medida muy común era lo que los de arriba llamaban “Sanción de Racionamiento”. La jugada consiste en quitarle los suministros de alimentos, tanto diarios como suplementarios, no sólo a los huelguistas, sino también a todos los habitantes del sector. La idea es que la presión social mitigue la irregularidad sin que tenga que intervenir el ejército, pero en muchos casos eso no funcionaba o, simplemente, no era suficiente. Todos en los niveles bajos estamos más o menos acostumbrados a pasar hambre, y no somos pocos los que hemos perdido amigos en esas situaciones. Pero a ellos no les importa. Al fin y al cabo, no somos nada. Simplemente una pieza que hay que reemplazar. Despides a tus camaradas y los tiran a un horno. Han muerto de hambre mientras pedían más comida, ¿irónico, verdad? Yo creo que es peor el caso de los que mueren de inanición porque les ha tocado vivir en el lugar equivocado. Esos que creen que la lucha no va con ellos… pero a la postre, mueren igual que todos.
He tenido que ver a muchos salir por una chimenea convertidos en nada, en polvo, ante la pasividad y la indiferencia despreocupada de los verdugos. Aun me cuesta no pensar en ello sin sentir impotencia y rabia.
Supongo que la historia no va contigo, ¿verdad? Supongo que es así. Pero o te lo cuento a ti o se lo cuento a la rata, y aún estoy lo suficientemente cuerdo como para saber que hablarle a un roedor famélico y mudo no puede ser bueno para mi equilibrio mental.
Reconozco que cuando me fui del torreón, lo hice drogado hasta las cejas y de forma un poco errática. Al principio, cuando supe que ese estercolero de enfrente estaba habitado, me planteé cargármelos simple y llanamente porque tocaba. No los conocía, y podían ser el enemigo. A fin de cuentas, ¿quién no lo era? ¿quién no lo es? Pero ahora tengo la cabeza un poco más relajada, menos crispada por los bordes. Si me drogué lo suficiente como para amenazar a mis compañeros con un hacha, huir a una ciudad desconocida, llenar de trampas un edificio en ruinas, secuestrar a un niño e intentar matar a un nutrido grupo de bandidos a tiros y bombazos, fue por un motivo banal, absurdo; Infantil. Pero ahora me doy cuenta de que puede que esta lucha que he comenzado por nada pueda significar algo, puede que ayude a alguien con el baño de sangre que voy a montar. Supongo que en parte es por eso por lo que estás aquí, ¿no? Como testigo, además de cómplice. Aunque quizás también te necesite porque… bueno, porque no puedo estar mucho tiempo tirado en este lodazal de mierda sin un compañero. Emprender esta lucha sólo es un trabajo mastodóntico, y en mi situación no me veo capaz de afrontarla por completo. Aunque pudiera suplir a duras penas tus poderes con un ejercicio de imaginación, paciencia y trabajo, posiblemente terminaría como una puta regadera metiendo tiros al aire o inmolándome creyendo que hay alguien en la casa. Podría incluso llevarme a todos los sendarios por delante, a lo mejor sí. Pero, ¿de qué me serviría si yo tampoco he sobrevivido? Quizás seas el cupo de personas en las que puedo confiar en una situación como esta, alguien con quien bajar la guardia. Muy probablemente me arrepienta y mañana me despierte con el pico clavado entre los ojos y con los sesos esparcidos por la habitación, pero tampoco saldría bien parado si continuara con esto sólo. Es… absurdo como envolvemos con justificaciones grandilocuentes o elaboradas los efectos de nuestras sandeces más irrisorias. O como las grandes cosas comienzan por algo pequeño. ¿Crees que eso le quita mérito o peso a lo que buscamos, el hecho de que vengan de una gilipollez? Yo creo que lo hacen más… ¿poético? No sé, creo que simplemente estoy cansado. Despiértame si ves algo.
Y tras toda aquel discurso de insomne, RR se recostó en el camastro, dejando a mano su escopeta, al lado de la ballesta, y cerró los ojos, intentando conciliar el sueño.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
27/05/13, 01:43 am
Yrio escuchaba distraido los planes febriles de RR cuando el pelirrojo le sorprendió con un repentino cambio de tema. Al parecer la determinación del foner no era tanta como había pensado, ni lo tenía todo bajo control. Aquella confesión le hizo hacerse a ojos del sinhadre un poco menos listo, pero un poco más persona.
-Si tuviese que elegir cogería el hacha, sin duda- dijo en tono de broma- Pero por suerte para ti no puedo matar a sangre fría, soy bastante cobarde en ese sentido
No estaba diciendo ninguna mentira, pero aunque no se viese capaz de matar a RR mientras dormía sí que se sentía más seguro sabiendo que en cualquier momento podía inmovilizarlo con un hechizo y huir.
Cuando RR le contó la pequeña anécdota de su vida se le revolvió el estómago. Su mundo natal no parecía ser muy diferente de aquella horrenda ciudad, y sin embargo algo en su cabeza le decía que el pelirrojo estaba mejor alli. Se sintió en parte estúpido y débil por todo lo que se había quedado de su vida, por haber tirado todas sus comodidades para poder huir, al tiempo que se repetía que no había tenido otra opción. Había sustituido un dolor por otro, y realmente se alegraba de haber aceptado ir a Rocavarancolia ¿o se arrepentía? Sumido en sus confusos pensamientos perdió el hilo del monólogo de RR.
-Yo creo... que no tendrías que haber dejado a tus compañeros. Parecían tenerte en mucha estima a pesar de lo mal que estás de la cabeza... o tal vez fuera por eso...
Dejó de hablar pues parecía que RR se había quedado dormido. Se acercó con cuidado para comprobarlo y se quedó unos instantes mirándole, escuchando su pesada respiración. Tenía un tic nervioso en el párpado que daba la sensación de que iba a saltar en cualquier momento. << ¿Pero qué cojones estas haciendo, Yrio?>> se preguntó mentalmente, y se volvió a la ventana a vigilar hasta bien entrada la madrugada.
-Si tuviese que elegir cogería el hacha, sin duda- dijo en tono de broma- Pero por suerte para ti no puedo matar a sangre fría, soy bastante cobarde en ese sentido
No estaba diciendo ninguna mentira, pero aunque no se viese capaz de matar a RR mientras dormía sí que se sentía más seguro sabiendo que en cualquier momento podía inmovilizarlo con un hechizo y huir.
Cuando RR le contó la pequeña anécdota de su vida se le revolvió el estómago. Su mundo natal no parecía ser muy diferente de aquella horrenda ciudad, y sin embargo algo en su cabeza le decía que el pelirrojo estaba mejor alli. Se sintió en parte estúpido y débil por todo lo que se había quedado de su vida, por haber tirado todas sus comodidades para poder huir, al tiempo que se repetía que no había tenido otra opción. Había sustituido un dolor por otro, y realmente se alegraba de haber aceptado ir a Rocavarancolia ¿o se arrepentía? Sumido en sus confusos pensamientos perdió el hilo del monólogo de RR.
-Yo creo... que no tendrías que haber dejado a tus compañeros. Parecían tenerte en mucha estima a pesar de lo mal que estás de la cabeza... o tal vez fuera por eso...
Dejó de hablar pues parecía que RR se había quedado dormido. Se acercó con cuidado para comprobarlo y se quedó unos instantes mirándole, escuchando su pesada respiración. Tenía un tic nervioso en el párpado que daba la sensación de que iba a saltar en cualquier momento. << ¿Pero qué cojones estas haciendo, Yrio?>> se preguntó mentalmente, y se volvió a la ventana a vigilar hasta bien entrada la madrugada.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
27/05/13, 01:40 pm
Apenas hubieron pasado al interior del torreón Per había impuesto orden a gritos. El caos inicial se había reducido con el pasar de las horas a un silencio tenso mientras atendían al convaleciente Pecir, al que habían sedado con magia. Arafy lloraba, y la nublina la consolaba como podía.
-Están fuera- se oyó entonces la voz queda de Corann desde la ventana. El ambiente del torreón se enrareció de inmediato, pero ninguno hizo ademán de salir. Per se había encargado de dejar claro que el primero que cayese en lo que podía ser una trampa tan obvia serviría como carnaza para hienas.
El idrino fijó una mirada inexpresiva en el ventanal, y no volvió a despegar los labios hasta que los intrusos se hubieran marchado.
-Han enterrado algo cerca de la puerta- dijo luego con voz monocorde-. No sé qué es, pero convendría echarle un vistazo cuando sea de día.
-Mañana nos dirás por dónde se han ido- comandó Per. Corann apenas asintió y volvió a sumirse en un silencio meditabundo.
-Podrían haberlo hecho para hiperdespistarnos, ¿no?- se alzó la voz de Flanbly's desde uno de los sofás-. Megairse por otro lado.
-Quizá- murmuró Vava desde el hombro de Arafy aún. Había visto el proyectil que buscaba la cabeza de la varmana, y aún no se le había pasado la conmoción de que de fallar unos centímetros él habría estallado en pedacitos.
-¿Por qué?- preguntó entonces Arafy con un deje de fiereza llorosa, secándose las lágrimas-. ¿Por qué iba nadie a hacernos esto?
-La pregunta no es por qué- se alzó la voz de Hyter con serenidad por encima de las demás-. La pregunta es por qué ahora, y no cuatro meses atrás.
El varmano se encontraba en ese momento trabajando con un hechizo de restauración en la pierna de Pecir. El hueso había quedado hecho cisco, y desde luego aquél era el tejido que costaba más regenerar. La daeliciana que los macieleros habían visto estaba sentada a su lado, dándole de la mano.
El varmano interrumpió un momento su actividad para sacar de su bolsillo lo que había recogido anteriormente y se lo mostró a todos.
-Es una bala- explicó el varmano con tranquilidad-. Un proyectil disparado a gran velocidad, para los que no lo sepan. De nuevo la pregunta no es qué es, sino qué hace un arma de fuego en Rocavarancolia cuando lo más parecido que hemos encontrado en la armería es una ballesta.
-Tiene una punta de flecha- observó Ebnun-. ¿Eso es normal?
El varmano negó con la cabeza.
-Tiene pinta de ser casera. De todas formas sigue siendo preocupante, evidentemente- volvió a guardársela en el bolsillo, con la intención de hacer un examen más detallado a lo largo de la noche, y regresó a su tarea de regenerar la herida del ochrorio-. Lo que nos confirma esto es que quien nos ha atacado no es ninguna trampa de la ciudad ni tampoco un monstruo que disponga de proyectiles como los lanzaespinas de la plaza. Ni siquiera un ser inteligente de aquí, porque con toda probabilidad no conocen este tipo de armamento. Quien nos está buscando las cosquillas es otro cosechado, o un grupo de ellos.
Las primeras horas, mientras los nervios estaban a flor de piel y Hyter aún hacía esfuerzos por detener la hemorragia, habían estado teñidas de frenéticos relatos sobre las excursiones de aquel día y las consecuentes acusaciones al aire entre unos sendarios y otros: unos por haber confraternizado con el enemigo, otros por haberles tocado las narices deliberadamente. Por lo tanto las consecuencias a la afirmación de Hyter no se hicieron esperar.
-Es lógico el por qué ha sido ahora, ¿no?- Corann sólo solía despegar los labios para decir cosas inquietantes, más acentuadas aún por la desgana de su voz-. Cogemos comida de las cestas de Arax durante meses y no pasa nada. Hoy cogemos comida de otro lado y nos disparan. Creo que la correlación está clara.
-Pero no lo sabíamos...- apuntó Arafy insegura.
-¿Crees que les importa? Yo apuesto por los de abajo- afirmó categóricamente Ebnun-. En su lugar yo también os volaría la cabeza.
-Eran unos matados- sentenció Per-. Aunque nos hubieran seguido, ¿por qué no lo intentaron cuando nos llevábamos la comida y no después cuando ya no pueden recuperarla?
-¿Además, quién os dice que los de arriba son unos santos*?- añadió la daeliciana desde el lugar que compartía con Hyter-. Sólo habéis visto a una, ¿no?
-Alguien tendría que ir... a hablar con ellos, ¿no?- se alzó la tímida voz de la nublina que estaba junto a Arafy-. Quizá podamos hacerles entender que... Y decirles que podríamos repartírnoslas...
-Han tirado un explosivo a los que vinieron a tocar a la puerta y a nosotros nos han disparado- señaló Ebnun-. No creo que vayan a querer un acuerdo así por las buenas.
-Es verdad... Quizá sean un grupo de pirados que no sólo nos molestan a nosotros...
-Mañana peinaremos la zona y no hay más que hablar- Per seguía inamovible.
-Es posible que quien sea ya se haya movido de donde le vimos disparar, y por otra parte reparar la pierna de Pecir va a costar un pellizco considerable de energías- dijo Corann con suavidad-. Quizá no sea recomendable.
Se instaló un silencio agobiante entre los sendarios, que culminó con el mandato de Per de que se fueran todos a dormir menos Corann, que se encargaría de vigilar en el piso de abajo.
-No van a irse de rositas- Ebnun apretó un puño contra la pared en la que estaba apoyado.
-No- coincidió Hyter, de nuevo hablando con voz calmada desde el lecho-. Esto está lejos de quedar así.
*Señores vocabulario nazis, consideren una expresión daeliciana para "santo" cuando lean esto. Naer no tenía ganas de meterse en berenjenales.
-Están fuera- se oyó entonces la voz queda de Corann desde la ventana. El ambiente del torreón se enrareció de inmediato, pero ninguno hizo ademán de salir. Per se había encargado de dejar claro que el primero que cayese en lo que podía ser una trampa tan obvia serviría como carnaza para hienas.
El idrino fijó una mirada inexpresiva en el ventanal, y no volvió a despegar los labios hasta que los intrusos se hubieran marchado.
-Han enterrado algo cerca de la puerta- dijo luego con voz monocorde-. No sé qué es, pero convendría echarle un vistazo cuando sea de día.
-Mañana nos dirás por dónde se han ido- comandó Per. Corann apenas asintió y volvió a sumirse en un silencio meditabundo.
-Podrían haberlo hecho para hiperdespistarnos, ¿no?- se alzó la voz de Flanbly's desde uno de los sofás-. Megairse por otro lado.
-Quizá- murmuró Vava desde el hombro de Arafy aún. Había visto el proyectil que buscaba la cabeza de la varmana, y aún no se le había pasado la conmoción de que de fallar unos centímetros él habría estallado en pedacitos.
-¿Por qué?- preguntó entonces Arafy con un deje de fiereza llorosa, secándose las lágrimas-. ¿Por qué iba nadie a hacernos esto?
-La pregunta no es por qué- se alzó la voz de Hyter con serenidad por encima de las demás-. La pregunta es por qué ahora, y no cuatro meses atrás.
El varmano se encontraba en ese momento trabajando con un hechizo de restauración en la pierna de Pecir. El hueso había quedado hecho cisco, y desde luego aquél era el tejido que costaba más regenerar. La daeliciana que los macieleros habían visto estaba sentada a su lado, dándole de la mano.
El varmano interrumpió un momento su actividad para sacar de su bolsillo lo que había recogido anteriormente y se lo mostró a todos.
-Es una bala- explicó el varmano con tranquilidad-. Un proyectil disparado a gran velocidad, para los que no lo sepan. De nuevo la pregunta no es qué es, sino qué hace un arma de fuego en Rocavarancolia cuando lo más parecido que hemos encontrado en la armería es una ballesta.
-Tiene una punta de flecha- observó Ebnun-. ¿Eso es normal?
El varmano negó con la cabeza.
-Tiene pinta de ser casera. De todas formas sigue siendo preocupante, evidentemente- volvió a guardársela en el bolsillo, con la intención de hacer un examen más detallado a lo largo de la noche, y regresó a su tarea de regenerar la herida del ochrorio-. Lo que nos confirma esto es que quien nos ha atacado no es ninguna trampa de la ciudad ni tampoco un monstruo que disponga de proyectiles como los lanzaespinas de la plaza. Ni siquiera un ser inteligente de aquí, porque con toda probabilidad no conocen este tipo de armamento. Quien nos está buscando las cosquillas es otro cosechado, o un grupo de ellos.
Las primeras horas, mientras los nervios estaban a flor de piel y Hyter aún hacía esfuerzos por detener la hemorragia, habían estado teñidas de frenéticos relatos sobre las excursiones de aquel día y las consecuentes acusaciones al aire entre unos sendarios y otros: unos por haber confraternizado con el enemigo, otros por haberles tocado las narices deliberadamente. Por lo tanto las consecuencias a la afirmación de Hyter no se hicieron esperar.
-Es lógico el por qué ha sido ahora, ¿no?- Corann sólo solía despegar los labios para decir cosas inquietantes, más acentuadas aún por la desgana de su voz-. Cogemos comida de las cestas de Arax durante meses y no pasa nada. Hoy cogemos comida de otro lado y nos disparan. Creo que la correlación está clara.
-Pero no lo sabíamos...- apuntó Arafy insegura.
-¿Crees que les importa? Yo apuesto por los de abajo- afirmó categóricamente Ebnun-. En su lugar yo también os volaría la cabeza.
-Eran unos matados- sentenció Per-. Aunque nos hubieran seguido, ¿por qué no lo intentaron cuando nos llevábamos la comida y no después cuando ya no pueden recuperarla?
-¿Además, quién os dice que los de arriba son unos santos*?- añadió la daeliciana desde el lugar que compartía con Hyter-. Sólo habéis visto a una, ¿no?
-Alguien tendría que ir... a hablar con ellos, ¿no?- se alzó la tímida voz de la nublina que estaba junto a Arafy-. Quizá podamos hacerles entender que... Y decirles que podríamos repartírnoslas...
-Han tirado un explosivo a los que vinieron a tocar a la puerta y a nosotros nos han disparado- señaló Ebnun-. No creo que vayan a querer un acuerdo así por las buenas.
-Es verdad... Quizá sean un grupo de pirados que no sólo nos molestan a nosotros...
-Mañana peinaremos la zona y no hay más que hablar- Per seguía inamovible.
-Es posible que quien sea ya se haya movido de donde le vimos disparar, y por otra parte reparar la pierna de Pecir va a costar un pellizco considerable de energías- dijo Corann con suavidad-. Quizá no sea recomendable.
Se instaló un silencio agobiante entre los sendarios, que culminó con el mandato de Per de que se fueran todos a dormir menos Corann, que se encargaría de vigilar en el piso de abajo.
-No van a irse de rositas- Ebnun apretó un puño contra la pared en la que estaba apoyado.
-No- coincidió Hyter, de nuevo hablando con voz calmada desde el lecho-. Esto está lejos de quedar así.
*Señores vocabulario nazis, consideren una expresión daeliciana para "santo" cuando lean esto. Naer no tenía ganas de meterse en berenjenales.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
28/05/13, 12:38 am
RR despertó finalmente de su corto periodo de vigilancia y descanso a las primeras luces del alba. Saludó a Yrio con desgana mientras se levantaba y comenzaba a calentar la piedra en la que iba a preparar el desayuno a partir de la carne que habían conseguido arrebatar a los sendarios. Era consciente de que al hechicero no le hacía especial gracia la carne de las ratas que iba capturando, y no quiso hacerle el feo de alimentarlo mal. A fin de cuentas, lo necesitaba lleno de energía.
Mientras ambos comían, le explicó el sistema de runas que necesitaba aquel día: Un señuelo sonoro con gritos de dolor, otro con una runa de explosión activada por sonido y finalmente un sistema semejante al que utilizaban para avisarse de la presencia de enemigos mientras él se hallaba en el subsuelo.
-Si esto sale bien, nos largamos de este edificio.-sentenció RR masticando con avidez. Últimamente tenía un hambre voraz, cosa que le jodía tremendamente, a la luz de que aquel aumento del apetito venía acompañado de una época de especial escasez.- No podemos arriesgarnos a quedarnos en el mismo mucho tiempo. Yo me llevaré todo lo que pueda cargar y, con un poco de suerte, esos cabrones vendrán a hacernos una visita y se encontrarán las sorpresitas que les he dejado. Entre tanto, necesito que vayas a ver a mis compañeros de Maciel. No confío especialmente en que Letargo nos ayude, más que nada porque son unos calzonazos (con honrosas excepciones, ¿vale? No te ofendas ahora) y también por aquello de intentar hacerlos arder. Pero no puedo convencer a los macieleros yo sólo. Posiblemente intentaran darme una paliza. Pero quizás a ti sí te escuchen. Intenta convencer a Shizel de que nos ayude, y si él cede, todos estarán de nuestro lado. Intenta que te encante mi pico y mi pala, para empezar, que me sería muy útil avanzar más rápido al cavar nuevos túneles. Ah, y diles que necesito que saquen del foso los cristales que se han formado desde mi ausencia y el carbón que fabriqué allí. Si no les queda… en fin, espera.
Seguidamente, escribió en un papel todo aquello que tenía las instrucciones de cómo debían extraer los cristales y el combustible que necesitaba para hacer más explosivos.
-Si… si ninguno acude, habla con el chaval de verde, Timmy. Aunque no lo parezca, él nos ayudará. No es lo que parece.
Sin mediar más palabra, fue empacando en el baúl todos los objetos que no iba a necesitar llevar al túnel y descendió todos los pisos, con los nuevos artefactos que le había facilitado el muchacho, para volver al agujero en el que debía trabajar.
Las horas transcurrieron de forma larga y tediosa para el foner mientras iba ganándole terreno al pavimento, a la roca y a la tierra en medio de la oscuridad. Golpeaba con más fuerza y se movía con mayor decisión, consciente de que el tiempo apremiaba. No divagaba ni se distraía de su labor, como si aquel trabajo mecánico lo sumiera en un trance en el que todos sus pensamientos se aclaraban y se centraban en una sola idea: Avanzar. Debía llegar a los sótanos de Sendar, y tenía que hacerlo cuanto antes. Aquello no era más que un intermedio tedioso y necesario para llegar a la verdadera acción, además de un periodo de tiempo en el que mentalizarse para su misión. Deseó tener algo que poder llevarse a la pipa para al menos poder distraerse con algo que no fuera dar paletadas y golpes de pico.
Los esfuerzos de RR por prolongar y asegurar el túnel no cesaron hasta que la textura del material que llevaba excavando no cambió radicalmente. Su corazón se aceleró y un ramalazo de nervios se apoderaron de él cuando vio que ante él aparecía un muro de piedra. Había llegado a su destino.
Se tomó unos instantes para relajarse antes de pasar a la segunda parte del plan. Aspiró hondamente aquel aire viciado y húmedo que llenaba su cueva varias veces, hasta que finalmente se sintió capaz de ejecutar su tarea sin vacilar.
Escuchó atentamente en busca de movimiento al otro lado del muro. Cuando se cercioró de que allí no había nadie, comenzó a retirar la laja de piedra con cuidado y con sigilo, siempre con un oído puesto en el otro lado de la pared, dispuesto a detenerse si escuchaba algo que le indujera a detenerse de inmediato. Cuando al fin pudo sacar la roca, echó a un vistazo al interior de la habitación a la que había llegado: La armería. Magnífico.
Tomó a toda prisa, pero intentando no hacer ruido, tres ballestas y otros tantos carcajs, además de un par de cuchillos y un escudo para compensar el que había hecho perder a Yrio en la calle. Introdujo todos estos bienes de nuevo en el interior del túnel, dejando tras de sí dos de los tres ladrillos que había adornado el muchacho con los símbolos místicos. Uno consistía en un hechizo de eco, del cual poseía el gemelo, que pronunciaba a su orden distante una frase clave. La otra llevaba una runa de activación por orden, programada para activarse ante las palabras de su hermana. Esta daría potencia en el momento justo a la segunda runa, de carácter explosivo. A este amuleto había unido con cintas de tela una de las granadas de Timmy y varios clavos a modo de metralla.
Hecho esto, RR volvió al túnel junto con las armas robadas, lanzando por último la tercera runa ya activada, que resultaba ser un grito de dolor estridente grabado en el tercer ladrillo. Tras esto, cerró la entrada de su guarida con la laja de piedra y se sentó a esperar pacientemente, atento a cualquier sonido que denotara que alguien había descendido a ver qué sucedía.
Cuando, al fin, escuchó pasos al otro lado del muro, susurró en voz queda las palabras mágicas a su ladrillo, en un tono tan bajo que sería imposible para alguien de la sala escuchar su contraseña.
Al otro lado, la roca gemela contestó a la pregunta de RR, enunciando la frase que haría estallar el artefacto explosivo.
-¿Alguien ha pedido su filete “Extracrugiente”, cabronazos?
Sin esperar a escuchar la explosión y los gritos que lo siguieron, el foner se puso manos a la obra, retirando más al fondo sus adquisiciones y disponiéndose a tapar con los escombros que había ido sacando el orificio que daba a la pared de la armería. Al menos, si descubrían la piedra suelta, sólo hallarían tierra y escombros a su paso.
Cuando finalmente salió a la superficie, se encargó de dejar las armas a buen recaudo en la habitación para luego volver a descender al túnel, dónde preparó una trampa simple con hilo transparente y una tabla con clavos, que haría que esta saltara para ensartar a quien tirara del sedal accionador, que dispuso a mitad de camino del camino subterráneo.
Seguidamente se reencontró con Yrio en el piso de arriba, dónde empacó todo cuanto podía cargar en el interior del baúl de su habitación, echándoselo a la espalda justo encima del escudo pavés que largo tiempo atrás se había confeccionado en Maciel.
Sobradamente cargado con su ballesta y sus dos armas, además de con el hacha, el baúl y sus efectos personales, cruzó junto al muchacho la ventana que daba al edificio adjunto al suyo a través del patio, que recorrieron juntos mientras el foner comprobaba como era ya costumbre la presencia de trampas de cualquier índole.
Cuando ambos se hallaron en una calle lateral, fuera de la vista de Sendar, RR le entregó al aurva su pico, su pala y la nota que le había preparado.
-Ten cuidado durante el viaje. De aquí a Maciel pueden pasar muchas cosas. Procura que esos cabrones no te cojan. Iré al barrio de las hienas (así las llamáis, ¿no?) y me atrincheraré en el edificio más grande que encuentre. Si vienes en mi busca, usa las piedras rúnicas para enviarme una señal y yo me ocuparé de llevarte al lugar adecuado. Date prisa y no remolonees; cada segundo que perdemos es una oportunidad que les damos a esos nacidos… sin ánimo de ofender…. para reagruparse. Suerte.
Y, sin lidiar más palabra y con su fiel escopeta cargada y en ristre, se adentró en las calles de la ciudad, en busca de una nueva fortaleza dónde hacerle la guerra al enemigo.
Sigue en el Anfiteatro.
Mientras ambos comían, le explicó el sistema de runas que necesitaba aquel día: Un señuelo sonoro con gritos de dolor, otro con una runa de explosión activada por sonido y finalmente un sistema semejante al que utilizaban para avisarse de la presencia de enemigos mientras él se hallaba en el subsuelo.
-Si esto sale bien, nos largamos de este edificio.-sentenció RR masticando con avidez. Últimamente tenía un hambre voraz, cosa que le jodía tremendamente, a la luz de que aquel aumento del apetito venía acompañado de una época de especial escasez.- No podemos arriesgarnos a quedarnos en el mismo mucho tiempo. Yo me llevaré todo lo que pueda cargar y, con un poco de suerte, esos cabrones vendrán a hacernos una visita y se encontrarán las sorpresitas que les he dejado. Entre tanto, necesito que vayas a ver a mis compañeros de Maciel. No confío especialmente en que Letargo nos ayude, más que nada porque son unos calzonazos (con honrosas excepciones, ¿vale? No te ofendas ahora) y también por aquello de intentar hacerlos arder. Pero no puedo convencer a los macieleros yo sólo. Posiblemente intentaran darme una paliza. Pero quizás a ti sí te escuchen. Intenta convencer a Shizel de que nos ayude, y si él cede, todos estarán de nuestro lado. Intenta que te encante mi pico y mi pala, para empezar, que me sería muy útil avanzar más rápido al cavar nuevos túneles. Ah, y diles que necesito que saquen del foso los cristales que se han formado desde mi ausencia y el carbón que fabriqué allí. Si no les queda… en fin, espera.
Seguidamente, escribió en un papel todo aquello que tenía las instrucciones de cómo debían extraer los cristales y el combustible que necesitaba para hacer más explosivos.
-Si… si ninguno acude, habla con el chaval de verde, Timmy. Aunque no lo parezca, él nos ayudará. No es lo que parece.
Sin mediar más palabra, fue empacando en el baúl todos los objetos que no iba a necesitar llevar al túnel y descendió todos los pisos, con los nuevos artefactos que le había facilitado el muchacho, para volver al agujero en el que debía trabajar.
Las horas transcurrieron de forma larga y tediosa para el foner mientras iba ganándole terreno al pavimento, a la roca y a la tierra en medio de la oscuridad. Golpeaba con más fuerza y se movía con mayor decisión, consciente de que el tiempo apremiaba. No divagaba ni se distraía de su labor, como si aquel trabajo mecánico lo sumiera en un trance en el que todos sus pensamientos se aclaraban y se centraban en una sola idea: Avanzar. Debía llegar a los sótanos de Sendar, y tenía que hacerlo cuanto antes. Aquello no era más que un intermedio tedioso y necesario para llegar a la verdadera acción, además de un periodo de tiempo en el que mentalizarse para su misión. Deseó tener algo que poder llevarse a la pipa para al menos poder distraerse con algo que no fuera dar paletadas y golpes de pico.
Los esfuerzos de RR por prolongar y asegurar el túnel no cesaron hasta que la textura del material que llevaba excavando no cambió radicalmente. Su corazón se aceleró y un ramalazo de nervios se apoderaron de él cuando vio que ante él aparecía un muro de piedra. Había llegado a su destino.
Se tomó unos instantes para relajarse antes de pasar a la segunda parte del plan. Aspiró hondamente aquel aire viciado y húmedo que llenaba su cueva varias veces, hasta que finalmente se sintió capaz de ejecutar su tarea sin vacilar.
Escuchó atentamente en busca de movimiento al otro lado del muro. Cuando se cercioró de que allí no había nadie, comenzó a retirar la laja de piedra con cuidado y con sigilo, siempre con un oído puesto en el otro lado de la pared, dispuesto a detenerse si escuchaba algo que le indujera a detenerse de inmediato. Cuando al fin pudo sacar la roca, echó a un vistazo al interior de la habitación a la que había llegado: La armería. Magnífico.
Tomó a toda prisa, pero intentando no hacer ruido, tres ballestas y otros tantos carcajs, además de un par de cuchillos y un escudo para compensar el que había hecho perder a Yrio en la calle. Introdujo todos estos bienes de nuevo en el interior del túnel, dejando tras de sí dos de los tres ladrillos que había adornado el muchacho con los símbolos místicos. Uno consistía en un hechizo de eco, del cual poseía el gemelo, que pronunciaba a su orden distante una frase clave. La otra llevaba una runa de activación por orden, programada para activarse ante las palabras de su hermana. Esta daría potencia en el momento justo a la segunda runa, de carácter explosivo. A este amuleto había unido con cintas de tela una de las granadas de Timmy y varios clavos a modo de metralla.
Hecho esto, RR volvió al túnel junto con las armas robadas, lanzando por último la tercera runa ya activada, que resultaba ser un grito de dolor estridente grabado en el tercer ladrillo. Tras esto, cerró la entrada de su guarida con la laja de piedra y se sentó a esperar pacientemente, atento a cualquier sonido que denotara que alguien había descendido a ver qué sucedía.
Cuando, al fin, escuchó pasos al otro lado del muro, susurró en voz queda las palabras mágicas a su ladrillo, en un tono tan bajo que sería imposible para alguien de la sala escuchar su contraseña.
Al otro lado, la roca gemela contestó a la pregunta de RR, enunciando la frase que haría estallar el artefacto explosivo.
-¿Alguien ha pedido su filete “Extracrugiente”, cabronazos?
Sin esperar a escuchar la explosión y los gritos que lo siguieron, el foner se puso manos a la obra, retirando más al fondo sus adquisiciones y disponiéndose a tapar con los escombros que había ido sacando el orificio que daba a la pared de la armería. Al menos, si descubrían la piedra suelta, sólo hallarían tierra y escombros a su paso.
Cuando finalmente salió a la superficie, se encargó de dejar las armas a buen recaudo en la habitación para luego volver a descender al túnel, dónde preparó una trampa simple con hilo transparente y una tabla con clavos, que haría que esta saltara para ensartar a quien tirara del sedal accionador, que dispuso a mitad de camino del camino subterráneo.
Seguidamente se reencontró con Yrio en el piso de arriba, dónde empacó todo cuanto podía cargar en el interior del baúl de su habitación, echándoselo a la espalda justo encima del escudo pavés que largo tiempo atrás se había confeccionado en Maciel.
Sobradamente cargado con su ballesta y sus dos armas, además de con el hacha, el baúl y sus efectos personales, cruzó junto al muchacho la ventana que daba al edificio adjunto al suyo a través del patio, que recorrieron juntos mientras el foner comprobaba como era ya costumbre la presencia de trampas de cualquier índole.
Cuando ambos se hallaron en una calle lateral, fuera de la vista de Sendar, RR le entregó al aurva su pico, su pala y la nota que le había preparado.
-Ten cuidado durante el viaje. De aquí a Maciel pueden pasar muchas cosas. Procura que esos cabrones no te cojan. Iré al barrio de las hienas (así las llamáis, ¿no?) y me atrincheraré en el edificio más grande que encuentre. Si vienes en mi busca, usa las piedras rúnicas para enviarme una señal y yo me ocuparé de llevarte al lugar adecuado. Date prisa y no remolonees; cada segundo que perdemos es una oportunidad que les damos a esos nacidos… sin ánimo de ofender…. para reagruparse. Suerte.
Y, sin lidiar más palabra y con su fiel escopeta cargada y en ristre, se adentró en las calles de la ciudad, en busca de una nueva fortaleza dónde hacerle la guerra al enemigo.
Sigue en el Anfiteatro.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
28/05/13, 11:32 am
Yrio ayudó a RR con las runas antes de irse a dormir, pero no fue capaz de conciliar el sueño. Daba vueltas y vueltas en el camastro pensando en que habían sido demasiado descuidados, que algo se les había escapado y ahora seguro estaban jodidos. Lo peor es que tampoco podían saber si les habían visto o pretendían ir en su busca... hasta que les encontraran. A media mañana se rindió y se levantó para ir a vigilar por la ventana. No había comido mucho en el ''desayuno'' pero tampoco tenía hambre. Los sendarios no habían salido aquella mañana, y por lo tanto la mina seguía donde la habían dejado la noche anterior. Y eso le aliviaba y desquiciaba a partes iguales.
Caminó por la habitación durante horas, como un león enjaulado, tratando de no acercarse a la ventana pero mirando al exterior cada cierto tiempo, por si veía a los sendarios, o incluso por si veía a sus compañeros. << Los muy mancos pueden caer en la trampa>> pensó preocupado. Revisó también varias veces las instrucciones que le había dejado RR, las notas que había escrito y sus propios apuntes para no olvidarse de nada. Tendría que cruzar la ciudad solo y llegar hasta Maciel sin ser descubierto y sin que lo matase ningún monstruo por el camino. << Yrioooo ¿por qué te has metido en esto?>> se preguntaba dándose cabezazos contra la mesa.
Escuchó un grito, la explosión, y se puso en pie de un salto buscando sus cosas. Ya tenía la mayoría preparadas; el pico y la pala enganchados al escudo que llevaría a la espalda y se había puesto sus amuletos. Iría un poco cargado, pero no podía dejarse nada atrás. Se metió las notas en el bolsillo hechas un gurruño, preparó sus armas y esperó a ver que RR salía del agujero antes de saltar por la puerta que daba al patio. Atravesó el patio corriendo, con el corazón en la garganta y casi temblando, y se hizo levitar para entrar por una de las ventanas del edificio contiguo. Llevaba una protección básica para no morir de sorpresa aunque trataba de no alejarse de la ruta marcada. Tendría que dar un gran rodeo para evitar Sendar. Salió a la calle y empezó a correr todo lo que sus piernas le permitían << Tengo que encontrar el río>>
Caminó por la habitación durante horas, como un león enjaulado, tratando de no acercarse a la ventana pero mirando al exterior cada cierto tiempo, por si veía a los sendarios, o incluso por si veía a sus compañeros. << Los muy mancos pueden caer en la trampa>> pensó preocupado. Revisó también varias veces las instrucciones que le había dejado RR, las notas que había escrito y sus propios apuntes para no olvidarse de nada. Tendría que cruzar la ciudad solo y llegar hasta Maciel sin ser descubierto y sin que lo matase ningún monstruo por el camino. << Yrioooo ¿por qué te has metido en esto?>> se preguntaba dándose cabezazos contra la mesa.
Escuchó un grito, la explosión, y se puso en pie de un salto buscando sus cosas. Ya tenía la mayoría preparadas; el pico y la pala enganchados al escudo que llevaría a la espalda y se había puesto sus amuletos. Iría un poco cargado, pero no podía dejarse nada atrás. Se metió las notas en el bolsillo hechas un gurruño, preparó sus armas y esperó a ver que RR salía del agujero antes de saltar por la puerta que daba al patio. Atravesó el patio corriendo, con el corazón en la garganta y casi temblando, y se hizo levitar para entrar por una de las ventanas del edificio contiguo. Llevaba una protección básica para no morir de sorpresa aunque trataba de no alejarse de la ruta marcada. Tendría que dar un gran rodeo para evitar Sendar. Salió a la calle y empezó a correr todo lo que sus piernas le permitían << Tengo que encontrar el río>>
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
01/06/13, 12:57 am
Hyter golpeó distraídamente con el zapato una ratonera que había quedado abandonada en el antiguo refugio de RR. Su pie atravesó limpiamente la rudimentaria trampa como si el varmano fuese un fantasma.
El atentado en las entrañas mismas del torreón Sendar había sido la gota que había colmado el vaso de la paciencia de sus habitantes. Apenas se hubieron asegurado que el desbarajuste de la armería había quedado bajo control salieron a peinar la zona casa por casa. Habían limpiado de alimañas la zona en el proceso, pero no habían encontrado a la que buscaban.
Lo que sí habían localizado había sido lo que parecía ser el punto de entrada del intruso al sótano de la armería, pero sus esfuerzos por cavar habían sido infructuosos. La explosión debía haber taponado el agujero.
Sin embargo un simple hechizo de niebla mágica había permitido a Hyter descubrir un túnel subterráneo lineal, sin bifurcaciones, que marcaba un camino claro como el cristal al punto desde donde probablemente se había iniciado la ofensiva.
Flanqueado por dos de sus compañeros para que le avisasen de cualquier amenaza, Hyter había seguido dicho túnel a lo largo de la superficie. Su recorrido le había llevado a un edificio no muy lejano de la misma puerta de Sendar, y que coincidía con la dirección que les había señalado Corann. Una vez allí se había hecho intangible y había dejado atrás a los otros dos, alegando que saliesen de inmediato en busca de los demás si tardaba más de la cuenta en salir.
El varmano se había quedado ciertamente sorprendido ante la cantidad de trampas que se había encontrado nada más poner un pie en la escalera. No había acabado detonando ninguna a causa de su naturaleza incorpórea, lo que sugería que a quienquiera que las hubiese colocado no se le había ocurrido la posibilidad de que eran fácilmente sobrepasables con magia. Y sin embargo...
El ataque a Sendar de aquella mañana, incluyendo la mina que Corann había acabado encontrando a base de ensayo y error, y que aún detonada desde lejos les había dado un susto de muerte, no había hecho más que confirmar lo que Hyter había descubierto la noche anterior aplicando hechizos de detección a la bala. En ambas cosas habían intervenido artimañas de naturaleza sin duda mágica. Y no obstante no había rastro de aquello en las protecciones de aquel refugio-búnker. Aquello daba pie a algunas suposiciones interesantes.
Podía oír los gritos airados de sus compañeros provenientes de la calle. Estaban buscando más focos en otros edificios, pero Hyter dudaba seriamente que aquello fuese obra de un torreón entero, como aventuraban los más conspiranoicos. Si así fuese, pensaba el varmano, los ataques habrían sido prácticamente incesantes y habrían venido de puntos diferentes. Tampoco tenían pruebas de que los dos grupos a los que se habían encontrado hasta el momento se conociesen entre sí.
Vio que en un rincón estaba una cama a medio hacer. Rebuscó un poco entre las sábanas y encontró lo que buscaba, tras lo cual bajó de nuevo a la explanada frente a Sendar. Una vez fuera de peligro deshizo el hechizo de intangibilidad y se reunió con los grupos de búsqueda.
Leyó en sus rostros que no habían tenido suerte, y todos se giraron a mirarle a la vez, incluido Per. Hyter ya estaba acostumbrado a aquella clase de situaciones.
-No pueden haber ido muy lejos, si de verdad son más de uno- dijo en tono monocorde-. Que Per os organice, yo voy a hacer algo antes- hizo una pausa-. Vava, tú te vienes conmigo.
El atentado en las entrañas mismas del torreón Sendar había sido la gota que había colmado el vaso de la paciencia de sus habitantes. Apenas se hubieron asegurado que el desbarajuste de la armería había quedado bajo control salieron a peinar la zona casa por casa. Habían limpiado de alimañas la zona en el proceso, pero no habían encontrado a la que buscaban.
Lo que sí habían localizado había sido lo que parecía ser el punto de entrada del intruso al sótano de la armería, pero sus esfuerzos por cavar habían sido infructuosos. La explosión debía haber taponado el agujero.
Sin embargo un simple hechizo de niebla mágica había permitido a Hyter descubrir un túnel subterráneo lineal, sin bifurcaciones, que marcaba un camino claro como el cristal al punto desde donde probablemente se había iniciado la ofensiva.
Flanqueado por dos de sus compañeros para que le avisasen de cualquier amenaza, Hyter había seguido dicho túnel a lo largo de la superficie. Su recorrido le había llevado a un edificio no muy lejano de la misma puerta de Sendar, y que coincidía con la dirección que les había señalado Corann. Una vez allí se había hecho intangible y había dejado atrás a los otros dos, alegando que saliesen de inmediato en busca de los demás si tardaba más de la cuenta en salir.
El varmano se había quedado ciertamente sorprendido ante la cantidad de trampas que se había encontrado nada más poner un pie en la escalera. No había acabado detonando ninguna a causa de su naturaleza incorpórea, lo que sugería que a quienquiera que las hubiese colocado no se le había ocurrido la posibilidad de que eran fácilmente sobrepasables con magia. Y sin embargo...
El ataque a Sendar de aquella mañana, incluyendo la mina que Corann había acabado encontrando a base de ensayo y error, y que aún detonada desde lejos les había dado un susto de muerte, no había hecho más que confirmar lo que Hyter había descubierto la noche anterior aplicando hechizos de detección a la bala. En ambas cosas habían intervenido artimañas de naturaleza sin duda mágica. Y no obstante no había rastro de aquello en las protecciones de aquel refugio-búnker. Aquello daba pie a algunas suposiciones interesantes.
Podía oír los gritos airados de sus compañeros provenientes de la calle. Estaban buscando más focos en otros edificios, pero Hyter dudaba seriamente que aquello fuese obra de un torreón entero, como aventuraban los más conspiranoicos. Si así fuese, pensaba el varmano, los ataques habrían sido prácticamente incesantes y habrían venido de puntos diferentes. Tampoco tenían pruebas de que los dos grupos a los que se habían encontrado hasta el momento se conociesen entre sí.
Vio que en un rincón estaba una cama a medio hacer. Rebuscó un poco entre las sábanas y encontró lo que buscaba, tras lo cual bajó de nuevo a la explanada frente a Sendar. Una vez fuera de peligro deshizo el hechizo de intangibilidad y se reunió con los grupos de búsqueda.
Leyó en sus rostros que no habían tenido suerte, y todos se giraron a mirarle a la vez, incluido Per. Hyter ya estaba acostumbrado a aquella clase de situaciones.
-No pueden haber ido muy lejos, si de verdad son más de uno- dijo en tono monocorde-. Que Per os organice, yo voy a hacer algo antes- hizo una pausa-. Vava, tú te vienes conmigo.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
04/06/13, 12:03 am
PREGÓN
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
04/06/13, 12:09 am
Poco antes de salir había sonado un pregón. Empezaba a acostumbrarme a ellos, no como el primer día que me pegó un buen susto. De todas formas teste tampoco contenía información que pudiera afectarme así que me limité a escuchar con relativa curiosidad y a memorizar algún dato que pudiera interesarme en el futuro, de haberlo. Luego salimos sin más retrasos.
La llegada a Sendar fue lenta y silenciosa. Desde que nos había estallado la bomba en la cara no nos andábamos con tonterías en ese sitio. Habíamos llegado haciendo poco ruido, y todos con protecciones mágicas básicas puestas. A mí en concreto me la había puesto Stefan, cosa que me extrañó bastante dado lo de esta mañana pero tampoco iba a ser un desagradecido, y menos en una zona de claro peligro. También llevaban escudos con protecciones mágicas Stefan, Alder, Seon y Thras.
Con los nervios a flor de piel, a menos yo, llegamos al punto donde la bomba había explotado, y también donde habíamos visto por última vez a Yrio.
-Bueno aquí estamos. Cuando quieras Seon-
Mientras la sinhadre comenzaba a formular el hechizo de localización no pude evitar mirar a todos lados de una forma un poco paranoica. También eché un vistazo al torreón de vez en cuando.
“No se han molestado en dejarse ver. Ni siquiera cuando nos atacaron. Pero es evidente que están ahí dentro. Y encima les robaron la comida a los otros, y también la cogieron el día que nosotros no encontramos nada”
No esperaba ninguna novedad con respecto a las anteriores visitas, simplemente que nos ignoraran, pero dado lo que había oído de ellos no podía evitar sentirme intranquilo.
La llegada a Sendar fue lenta y silenciosa. Desde que nos había estallado la bomba en la cara no nos andábamos con tonterías en ese sitio. Habíamos llegado haciendo poco ruido, y todos con protecciones mágicas básicas puestas. A mí en concreto me la había puesto Stefan, cosa que me extrañó bastante dado lo de esta mañana pero tampoco iba a ser un desagradecido, y menos en una zona de claro peligro. También llevaban escudos con protecciones mágicas Stefan, Alder, Seon y Thras.
Con los nervios a flor de piel, a menos yo, llegamos al punto donde la bomba había explotado, y también donde habíamos visto por última vez a Yrio.
-Bueno aquí estamos. Cuando quieras Seon-
Mientras la sinhadre comenzaba a formular el hechizo de localización no pude evitar mirar a todos lados de una forma un poco paranoica. También eché un vistazo al torreón de vez en cuando.
“No se han molestado en dejarse ver. Ni siquiera cuando nos atacaron. Pero es evidente que están ahí dentro. Y encima les robaron la comida a los otros, y también la cogieron el día que nosotros no encontramos nada”
No esperaba ninguna novedad con respecto a las anteriores visitas, simplemente que nos ignoraran, pero dado lo que había oído de ellos no podía evitar sentirme intranquilo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar (Archivo I)
04/06/13, 12:54 am
Tras todo el trajín de llegar y no encontrar a Yrio con el hechizo, respiro hondo varias veces para tranquilizarme y, haciendo memoria, lanzo sobre mí mismo un hechizo de escudo mágico por miedo a pisar algo explosivo <<Las runas no deberían existir, no son justas...>>, además del que ya llevaba de la protección básica. <<Primer punto resuelto de momento, ahora aclaremos lo que pasa con estos>>
-Ni rastro de Yrio... Bien, esperadme aquí, ni se os ocurra acercaros.-mascullo en tono imperativo señalando al torreón con el pulgar.-A no ser que la cosa se ponga chunga. Voy a intentar algo. No os acerquéis.-insisto.
Con paso decidido, pensando en qué hacer y decir, haciendo inventario de todo lo que sabemos de ellos (poco y nada bueno) llego a la puerta. La ojeo delicadamente buscando alguna maldita runa <<Aunque dudo que pongan algo explosivo aquí, ¿pero paralizante por qué no? ¿O cualquier otra?>> y la golpeo varias veces usando la empuñadura de una de mis cimitarras. Dos, tres, cuatro. <<Bueno, cambio de planes: no sé nada de vosotros y nos llevamos mal con los de Maciel, a ver si cuela>> Envaino las armas y me separo de la puerta y miro a las ventanas, para luego gritar.
-¡Vengo de manera pacífica! ¡Sé que hay gente ahí dentro! ¡La escoria del otro torreón os vio hace unos días y nos lo contaron cagados de miedo! ¡Estamos buscando a un compañero desaparecido, le tiraron una bomba cerca de aquí y no hay ni rastro de él, así que toda ayuda será agradecida!
Dicho eso, tomo aire y me cruzo de brazos para luego andar en círculos en el sitio, apenas unos metros de un lado a otro, esperando, mientras miro alternativamente a los edificios colindantes y a las ventanas de Sendar.
-Ni rastro de Yrio... Bien, esperadme aquí, ni se os ocurra acercaros.-mascullo en tono imperativo señalando al torreón con el pulgar.-A no ser que la cosa se ponga chunga. Voy a intentar algo. No os acerquéis.-insisto.
Con paso decidido, pensando en qué hacer y decir, haciendo inventario de todo lo que sabemos de ellos (poco y nada bueno) llego a la puerta. La ojeo delicadamente buscando alguna maldita runa <<Aunque dudo que pongan algo explosivo aquí, ¿pero paralizante por qué no? ¿O cualquier otra?>> y la golpeo varias veces usando la empuñadura de una de mis cimitarras. Dos, tres, cuatro. <<Bueno, cambio de planes: no sé nada de vosotros y nos llevamos mal con los de Maciel, a ver si cuela>> Envaino las armas y me separo de la puerta y miro a las ventanas, para luego gritar.
-¡Vengo de manera pacífica! ¡Sé que hay gente ahí dentro! ¡La escoria del otro torreón os vio hace unos días y nos lo contaron cagados de miedo! ¡Estamos buscando a un compañero desaparecido, le tiraron una bomba cerca de aquí y no hay ni rastro de él, así que toda ayuda será agradecida!
Dicho eso, tomo aire y me cruzo de brazos para luego andar en círculos en el sitio, apenas unos metros de un lado a otro, esperando, mientras miro alternativamente a los edificios colindantes y a las ventanas de Sendar.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.