Torreón Sendar (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Lo primero relevante (y para mi alivio) que sucedió nada más salir, fue que Tap se despegó de mi espalda.
Tras la desconfianza inicial de Wintel ante la repentina aparición del repoblador, y un par de intentos de este por dormirlo, que logré disuadir por los pelos, descubrimos, vagando por la ciudad, algo que no esperábamos. Un torreón.

No había visto Maciel, así que al principio pensé que podíamos haber llegado por casualidad, pero tanto Wintel como Tap se dieron cuenta en seguida que no era el caso.

Este torreón era mucho más grande que el nuestro, al menos casi el doble de alto, y, por las marcas de la azotea, parecía que había sido aun más grande.
Tras compartir una mirada con mis compañeros acabamos acercándonos. La puerta estaba protegida por un foso, pero había un puente por el que podíamos acercarnos.

-Vaya... La verdad, no esperaba encontrarme otro torreón, y menos uno tan grande. ¿Qué hacemos? ¿Intentamos entrar?-

Las respuestas del idrino me dejan un tanto descolocado, <<¿Cuándo demonios salieron estos con Wintel?, veamos hay pocos momentos en los que los hayamos dejado solos en el torreón, y en menos momentos aun durante el tiempo suficiente para que hicieran algo así, lo cual me lleva a un suceso en concreto, cuando salimos a enterrar a Macack. Sí, es el único momento que veo, pero también es coincidencia, sobre todo que vinieran a este sitio...>>.

<<Es interesante ¿no crees?, que justo después de que pasara eso fuera cuando os desaparecieron las cestas, no quiero acusar a nadie pero a mi me parece sospechoso>>.

<<Ni se te ocurra sugerir lo que creo que estas sugiriendo, jamás harían algo así, seguro que todo es un accidente, una desafortunada coincidencia>>.

<<Oh por favor, ¿cuándo te va a quedar claro que tú eres yo y yo soy tú?, yo no he sugerido nada, lo has hecho tú, aunque la idea te repugne hasta lo más profundo, pero no puedes esperar mucho de la gente que esta por aquí, después de todo por aquí no se respeta la palabra dada, ¿por qué habrías de hacer tú lo mismo?>> y se comienza a reír con una risa demasiado parecida a la del sueño.

Sacudí la cabeza despejándola y fue entonces cuando el lacayo regreso a mi para señalarme como pudo la dirección en la que venía gente, me giré a la vez que oí como el idrino decía que por allí venía la chica que andaba buscando, pero entonces algo extraño llamó mi atención, y es que el lacayo comenzó a dar vueltas sobre si mismo y desapareció, fruncí el ceño, <<No se supone que debiera pasar eso, ha cumplido su función pero se supone que debería esperar a que yo le diese la orden de irse>>.

<<Dios que me meo de la risa>>, dice entre risas, <<ahora que lo pienso puede que no seas adecuado al fin y al cabo, si ni siquiera te obedece un ser que está obligado por magia ¿cómo vas a conseguir que los demás te obedezcan por la fuerza?, es hilarante lo mires por donde lo mires, quizás si te rindieses a esa otra parte podrías hacer algo>>.

<<Eso nunca, y además no me interesa la oferta>>.

<<Te interesará, ambos lo sabemos, porque te empeñas en no reconocerme como parte de ti, asi que lo sé, sé que acabarás cayendo>> dice de forma siniestra.

Los del torreón Sendar se acercaron poco a poco, con las armas desenvainadas algunos, cosa que era lógica pues estábamos en la misma puerta de su torreón hasta hace unos segundos. Deje que Atol se explayara a gusto, y cuando termine me adelante un poco y me lleve la mano izquierda al pelo en un gesto inofensivo aparentemente, ya que realmente a la menor señal de peligro desenvainaría la espada y dije a la chica varmana que había llegado:

-¿Tu eres Arafy?,- <<Pregunta estúpida, es la única varmana del grupo>>.- Si es así, quiero darte las gracias, bueno, a ti a otras tres personas, de las cuales dos deben estar aquí, aunque no veo al repoblador, os doy las gracias por haber salvado a Erin, es amiga mía, y los que la habéis salvado os habéis ganado mi gratitud, si no hubierais intervenido ahora estaría muerta.

Entonces cerré la boca y espere la respuesta de todos.

Tap se calló a regañadientes y se sentó sobre el hombro del gigante con tal expresión que parecía que la disconformidad fuera a saltar de su cara para morder a Pablo. <<Estúpido...>>. Tap sí que estaba hablando para desahogarse y, aunque en el fondo sabía que tenían razón y no habían venido a eso, el repoblador decidió no disculparse por aclararles un par de cosas a los de ese panal.

Mantuvo el silencio tanto como pudo permitirse, hasta que llegaron los compañeros del renacuajo antipático de la azotea. Lo primero que hizo fue buscar al otro repoblador casi con desesperación. Una vez que comprobó que no estaba y escuchó el tono de idiotez con el que el tercer Gordote les preguntaba quiénes eran, se sintió desanimado. <<Se lo han comido>> se dijo inmediatamente. Por lo que había entendido, se habían dedicado estos días a robar cestas. <<No tenían alimentos que echarse a la boca y se lo han comido>>. Las amenazas de sus gigantes, ayudadas por el sueño intra-estomacal con el que se había levantado hoy solo confirmaban su idea. <<Seguro>>.

-No me gustan-le dijo en voz baja a Pablo, mientras alzaba la cerbatana con escaso disimulo. No merecía la pena ser sutil cuando la tensión de los gigantes letarguinos se podía oler a la legua. Además, él era bastante más pequeño, no sería su cerbatana lo que más cantaría. Ni tampoco lo más determinante, para desgracia del repoblador.

Entonces una voz inundó el aire, la misma que había dado un susto mortal a Tap el día que ocurrió lo de Macak, y distrajo al repoblador durante unos segundos. Miró al cielo con cara de malas pulgas. <<Solo despega el pico cuando alguien la palma>>. Como la anterior ocasión, apenas hizo caso a lo que decían. <<Que le den a sus noticias...>>. Volvió a centrar su atención en el grupo que tenía frente a él.

La respuesta de la varmana me extraño, <<¿Que clase de persona salva a una persona y cuando le dan las gracias apenas se alegra?>>. Aunque tampoco tuve tiempo de pensar mucho ya que de pronto oí un sonido de crujido bajo mis pies, la única forma que tendría de identificarlo seria como si una placa de hielo se agrietase bajo tu peso.

Rápidamente baje la mirada temiéndome lo peor, y si, tenia toda la razón, había unas grietas en el suelo, mi cara palideció como la de un muerto y prácticamente estaba sintiendo ya un vacío en el estomago cuando la grieta se alargo buscando al resto de las personas que estábamos allí, sentí un tirón y de repente me sentí caer, boquee como pude entre el miedo y los nervios hasta que me di cuenta de que había parado.

Con nerviosismo examine mi alrededor y vi que estaba en una plataforma que giraba, a mis lados en otra plataformas iguales estaban dos nublinos, al mirar hacia abajo de nuevo un terror sin nombre se apodero de mi cuerpo y comencé a temblar, estaba paralizado, no podía moverme por mas que lo intentaba.

Cuando ya había perdido toda la esperanza y estaba a punto de echarme a llorar como un crío pequeño la voz mental me impreco.

<<Ja, ¿y tu dices que los quieres salvar a todos?, ¿alguien que no es capaz de superar ni su estúpido pánico a las alturas?, mírate, estas temblando como un crío pequeño, alguien que necesita desesperadamente aferrarse a la idea de que alguien estará ahí para salvarlo, un estúpido que quiere que lo salven pero que hizo un juramento de proteger a la gente que no esta cumpliendo. Compórtate como un hombre por amor de dios, comienza a tratar de salvar a la gente, no deben verte como el inútil que eres si no como alguien al que puedan seguir y en el que deben confiar, por esto ponte a pensar en una maldita forma de salir de aquí o juro que te estaré gritando mentalmente hasta la hora de tu muerte, la cual si no te mueves sera mas temprano que tarde>>.

Tenia razón, levante la mirada con un destello de decisión, si no me ponía en marcha era posible que no solo muriera yo, si no también toda la gente a la que apreciaba y la gente a la que acababa de conocer. Observe las paredes y vi un botón, pero no me era posible alcanzarlo, trate de moverme un poco pero cuando sentí como aquello se tambaleaba decidí dejarlo para otra ocasión y grite a los demás que tal estaban y si veían por allí algún botón que estuviera al alcance.

A Tap apenas le dio tiempo a ver la grieta antes de darse cuenta de que estaban cayendo en su interior. A duras penas, consiguió aferrrarse a la camiseta de Pablo. Había comenzado a chillar, pero la gravedad lo hizo golpearse contra el hombro de Pablo en la barriga y lo calló de golpe. Cuando se incorporó para mirar dónde estaban, tenía el pulso a mil por hora. <<Sigo vivo>> se repetía a modo de consuelo, varias veces por segundo. Tardó varios "sigo vivo" en darse cuenta de que estaban girando.

Dirigió una mirada de "pero qué cardos es esto" a Pablo y seguidamente estudió el lugar. Estaban girando en torno a un tronco de metal, sobre una plataforma que se unía al tronco mediante una rama delgada. Esperó a que completara un giro y pudo ver una cosa blanca pegada a la superficie metálica. Después miró hacia abajo. Esperaba la caída, pero no tanto el ver a más gente en condiciones parecidas. Después de las plataformas en las que se encontraba Stefan, todo era oscuridad, el tipo de oscuridad que hasta el más valiente considera peligrosa; aunque el repoblador no era precisamente de los que presumían de valentía. Lo último que hizo fue mirar hacia arriba para encontrarse más plataformas girando alrededor del tronco. <<Estamos jodidos>>. Respiró hondo varias veces en un intento vano de calmar los nervios y se llevó una mano al estómago, que todavía le dolía.

-Pablo, Pablo, Pablo-se estaba alterando otra vez en el mismo sitio. <<La otra vez fue el fuego, ahora esto...>>. Empezó a considerar cuánta distancia habría entre el punto en el que estaban y el suelo a lo oscuro (si es que había suelo); si podría escalar tronco hacia arriba sin escurrirse o si la cosa blanca serviría para algo. No sacó nada en claro-. ¿Qué hacemos, Pablo? ¿Qué hacemos?-esta vez le importó tres pimientos disimular el miedo y se le notaba en la voz. Tampoco le importó estar confiando su vida en un gigante. Menos daba una piedra.

Estaba centrado tan vigilando a los del otro grupo que no vi las grietas hasta que fue demasiado tarde. De repente no había nada para sostenerme bajo mis pies, y la gravedad hizo el resto, hasta que choqué contra algo.

No sabía cuanto tiempo había caído ni la distancia, pero por la dureza de la caída no debía de haber sido mucha. Al principio no reaccioné. Me quedé inmóvil en la misma posición en la que había caído, que era tumbado boca abajo. Y así seguí un rato, todavía con el pánico de la caída en el cuerpo.

Hasta que Tap no empezó a hablarme no reaccioné. Y cuando lo hice lo primero que probé fue a levantarme. Lo hice con normalidad.
“Vale. Ningún dolor exagerado que indique daños graves. Brazos y piernas en su sitio. Armas y demás cosas también. Parece que estoy bien”

-Si... espera que me oriente- Contesté vagamente al repoblador

Fue entonces cuando miré a mi alrededor, incapaz de creerme lo que estaba ocurriendo. “Pero... ¿QUÉ.. COÑO... ES... ESTO?”

Nos encontrábamos sobre una plataforma que no paraba de girar. De ella salía un camino estrecho que la unía a un eje, uno muy grande y alto. Básicamente una columna dorada. También pude ver un botón blanco al final del camino.
Miré hacia arriba. La columna era bastantee alta, y podía distinguir más plataformas de diversas formas que también giraban. En las dos más cercanas pude distinguir a Thras en una, y a Atol y otras dos personas del otro grupo en la otra.

Cuando por fin me atreví a mirar abajo me quedé helado.
No se veía el suelo, y por los pocos ruidos que se oían en la negrura estaba claro que nada que cayera allí volvería a subir. También había más plataformas. La que estaba justo debajo giraba demasiado deprisa, y la chica azul que estaba en ella se aferraba como podía para no caerse. Finalmente había otras tres, mucho mas lentas al moverse, y en una de ellas se encontraba Stefan.

-¡Estamos bien, al menos Tap y yo! ¡También he visto a Atol y a Thras más arriba, y a gente del otro grupo! ¡De los demás no se nada!- Respondí a gritos a Stefan.

-¿Botón? ¡Si! ¡Aquí hay uno blanco! Y no estoy seguro pero creo haber visto otro en la pared mientras girábamos-

Botones... ¿Controlarían estos las plataformas? ¿O hacían otra cosa? En cualquier caso pulsar un botón sin saber lo que hacía me parecía una mala idea. Muy mala.
“¿Y si nos hace caer... o algo peor?"

Seon había ido dispuesta a hacer el hechizo. Lo hizo de hecho, y pudo ver de forma difusa como un camino los alejaba en dirección hacia Yrio. Pero aquello hubiera sido muy sencillo. Atol había comenzado a hablar con los del otro torreón. Seon interrumpió el hechizo inmediatamente, sabiendo que aquello solo la haría gastar reservas mágicas, en un grupo suficientemente conflictivo como para alargar aquella charla de más.
Estaba más irritable de lo que había estado en toda su vida, con los nervios crispados por toda la conversación. Cuando se descubrió lo de Tap y Pablo les dirigió una mirada tal que Alder (totalmente ajena al asunto) se asustó y quiso pedir disculpas. Pero eso era, claro, porque Alder sabía que Seon enfadada era un raro acontecimiento.
Las ganas de mandar a todo el torreón y a su grupo a recoger hojas secas, impedieron que Seon analizase la situación o a sus recien descubiertos compañeros. Hacia los que irónicamente, por debajo del mal momento, casi se alegraba de conocer. Seon entendía los motivos del otro grupo y no le parecían tan reprochables como la mitad de lo que Letargo tenía por mejorar, ya solo entre ellos.
Alder por su parte si prestó mucha atención. A Corann, que cuando asomó la cabeza le pareció menos guapo que los idrinos macieleros, pero igual de atractivo. "Si hay todo un mundo lleno de gente plateadita, quizás me mude alli dentro de un año, y no a Sinhdro." Y a todo el grupo nuevo. Cada palabra que dijeron, las actitudes. No los analizaba como a un enemigo, pero veía el potencial que tenían como amenaza.
Y entonces vino el temblor. Cuando comenzó como una grieta, durante escasos segundos, pensó que era responsabilidad de Stefan. No tuvo tiempo para reflexionar sobre lo tonta que era la idea, porque cayó hacia abajo, sobre algo duro. Escuchó algun grito más, y luego miró todo con creciente miedo y tensión. Miró también hacia abajo, cosa que no le hizo mucha gracia.
Seon también lo había hecho, y su piel blanca había adquirido una tonalidad verdosa. tenía los ojos abiertos y se aferraba al borde de su plataforma como si temiese que se fuese a desprender. Alder intentó discernir si era cosa del shock o del pánico, sin exito. Se fue a mover, pero descubrió que aquello afectaba a Seon y provocó un horrible chillido por parte de la sinhadre. Alder retrocedió cautelosa.
Luego se obligó a si misma a pensar. Y lo hizo en voz alta, para que Seon también la escuchase. Para que la escuchasen todos, porque ahora necesitaban cierta colaboración.
- Estemos donde estemos, parece una trampa de la ciudad.- dijo alzando la voz, que reverberaba en las paredes del cilindro dándole un eco extraño y grave a sus palabras.- pero no vamos a salir a pie. Si no vi mal cuando miré, la mitad esta en peores condiciones que nosotros. Asi que aunque no sabemos que sucederá si pulsamos los botones, quizás lo que deberíamos hacer es pulsar alguno, y ver que ocurre. - luego alzó todavia mas la voz, para asegurarse de que la oian- ¿quien tiene magia aqui? ¿magia suficiente como para alzarse a si mismo y a las personas que estan con él en la plataforma? Si vamos a movernos, hagamoslo a la vez. Si no todos podemos movernos en mismo momento. Entonces necesito que deis vuestra aprobación a que Seon y yo seamos las primeras en pulsar.
Luego miró a Seon, que asintió con nerviosismo, esperando una respuesta.
- Si funciona.- dijo Seon con cierto temblor en la voz.- puedo bajar a pulsar el interruptor de quien no pueda.
Ante una respuesta general afirmativa, incluso cuando hubo varias respuestas de duda, Seon se hizo levitar a si misma y alder, y las dos levitaron a la vez hacia el botón rojo. Una vez en frente, Seon no pudo hacer nada, asi que fue Alder quien pulsó el botón de un golpe.

-Ya no hace falta que me digas qué hacer-refunfuñó a Pablo por lo bajo, en cuanto vio lo que había pasado con Seon, Alder y el hermano imbécil de Wintel. Tap creía haber entendido la situación y no fue gracias al gigante sobre el que iba montado. Por lo visto solo había que pulsar esas cosas, que parecían parar algunas plataformas y transportar a la gente. <<Magia...>>.

Bajó hasta el suelo colgándose de las ropas de Pablo y un vistazo rápido a la rama que unía su plataforma con el tronco bastó para que Tap le echara el alto al nublino.

-¡Tú, espérate! Que si me mandas fuera de este nivel con tu botón, jodes a Pablo-la idea de cruzar por ahí lo asustaba, pero parecía que tocar botoncitos era la clave para parar esa mierda giratoria y él lo tenía mucho más sencillo que el gigante para alcanzar el blanco-¡Pulso yo primero el mío!-gritó para dejarlo claro-. Luego haces tú lo que te parezca bien.

El repoblador se pasó la mano por la frente igual que había hecho con Erin el día anterior, pidiéndose tranquilidad a sí mismo, y se preparó para cruzar. Cosa que haría siempre y cuando el tipo le hiciera caso o alguien le echara el alto. <<Pedidme que no cruce>> pensó casi sin querer.

Pablo bajó mínimamente el arco y entonces vuelvo a mirar a los sendarios, viendo cómo algunos se relajan. <<Esa no lleva armas pero podría ser maga, mira los brazos alzados... ¿Que por qué hay tantos de repente? ¿En serio? ¿Sus cestas? Confirmado. Oh, mira, al menos ese parece inteligente, "los de arriba". E irreductible, paso de seguir hablando y soltando sandeces>>
-Pues vale... ¿Pacto de no agresión, entonces?-concluyo.

Pero la respuesta que obtengo no es... Suya. Ni afirmativa. En todo caso es negativa y de la ciudad. O el suelo que nos sostiene, el cual de pronto se agrieta y sin darnos tiempo a nada, como mucho a gritar, desaparece bajo nosotros. Por instinto muevo los brazos intentando agarrarme a algo hasta que algo se agarró a mí segundos antes de caer contra algo sólido, aparentemente. Rápidamente me incorporo, notando cómo la varmana de Sendar se me separa <<¿Ha sido ella?>> pienso, sin poder creérmelo, después de mi suerte con Macak. Pensamiento que se ilusiona, en parte, al ver el panorama: estamos en una plataforma donde cabemos los tres -también está la chica que creo que es maga- y nada más excepto la pared de piedra, el boquete a la calle y las demás plataformas. Por desgracia, Thras está frente a nosotros en el otro extremo, al otro lado de la columna que lo sostiene todo. <<Joder... Esto tiene pinta de inclinarse como nos movamos mucho... Y ese botón no me gusta nada... Demasiado cerca de nosotros, que estamos cómodos en una plataforma relativamente ancha... Primero lo primero>> Me giro a las chicas y me presento educadamente, les pido sus nombres para entendernos mejor de cara a colaborar y salir, además de confirmar que Flanblys puede hacer magia <<Al menos he caído con una maga y una varmana...>> Me giro hacia un borde para buscar y localizar a los demás y entoncs noto cómo se mueve el suelo: la chica estaba levitando, mínimamente, pero lo suficiente para que la plataforma de Thras nos desequilibrase. Abro la boca pero por suerte se da cuenta y vuelve a bajar. Arafy sugiere subir ella pero niego con la cabeza <<Nada de planes repentinos, pensemos>>

-Vamos a salir de aquí. Pero no pulséis ese botón, ni nada de levitar, no de momento hasta...-empiezo a decirles a las dos, mientras pienso cómo salir.
Entonces es cuando escucho la voz de Seon, callándome, claramente proveniente de la plataforma de arriba, giratoria. Y claramente diciendo qué iban a hacer.

-No... No, no, ¡no!-grito, intentando que no pulsasen el botón, pero de inmediato lanzo el hechizo de levitación pero sin despegarme del suelo y espero.

<<Algo pasa. Hay magia en el aire y no es la de Flanblys... ¿Los botones activan algún hechizo?>> Y para mi horror, de pronto veo cómo Alder y Seon caen a plomo. Con un grito ahogado, corro hacia el borde y me asomo de rodillas, hacia arriba, impotente, luchando por ver dónde caían y si lograban agarrarse a alguna de las plataformas, cosa que al final logran y vuelvo a respirar
-Joder... Joder... Malditas sean... ¡Que nadie vuelva a pulsar un jodido botón!-y en respuesta a la chica de la plataforma que justo se ha parado, añado.-¡Nadie va a pulsar nada de momento! Mis disculpas por los gritos, mis señoras.-añado rápidamente luego, visiblemente nervioso.

Luego espero a que Seon suba, atento para cogerla si cayera. Después vuelvo con cuidado al centro, junto con las chicas. <<El nublino que había antes en una cornisa se ha teletransportado más abajo>> Tomo aire, me seco el sudor aún nervioso por ver a las sinhadres caer y me preparo para gritar antes de que nadie se desespere y toque los botoncitos.
-¡Gente! ¡Tenemos que colaborar! ¡Los de Sendar y Letargo! Hay gente con magia en ambos grupos, podemos salir de aquí sin pulsar un jodido botón. ¡Ya sabemos lo que hacen, suficiente de momento!-insisto en el tema.

Después miro el botón de nuestra plataforma y al nublino de la cornisa de abajo, quien también tiene un botón. Y casi a la misma altura hay otra chica... <<Si Seon subiese a Alder, yo podría subir a Arafy. Quedaríamos 1-2, pero si nos pegamos al borde debería bastar. Luego Seon podría subir a Arafy, Flanbly...>>

Y de pronto otro grito de pulsar el botón. Rápidamente les pregunto su nombre a las chicas y le grito:
-¡Per! ¡Ni se te ocurra! ¡Alder y Seon casi acaban muertas, ni se te ocurra! ¡Tengo una idea para sacarte de ahí, pero estate quieto! ¡Seon, Alder, Per, escuchad esto! Nosotros podemos subir a Arafy a la plataforma de Alder, justo cuando Arafy llegue subes tú a Alder o a Arafy... -<<¿Si se aleja de Alder decaerá su valor?>>-Eso queda a tu elección, es para ir sacando a gente. La nuestra se desequilibrará, pero si nos echamos al borde debería estabilizarse. Luego yo subo a Per a la nuestra y así nos aseguramos de que no se mueva y después de subir Per, yo bajaré a donde él estaba y seguimos subiendo gente. ¿Todas conformes? ¡A los de abajo, si colaboramos todos en forma de cadena saldremos, insisto! Dejad los malos rollos ante el enemigo común, por favor. ¡Tap, te digo lo mismo, si tocas el botón y me destrozas el plan es tu responsabilidad, elige!

<<Y si no, os pudriréis aquí abajo>>

El plan de Atol no gustó mucho al repoblador. <<Si se acercan al extremo de la plataforma se van a caer...¿Es que no se han colgado nunca de una rama o qué cardos les pasa por la cabeza?>>. Estaba otra vez atacado, intentando impedir que su pie zapateara con nerviosismo contra el suelo. <<¿Y si el plan de Metálico falla? ¿Y si por no tocar el botón morimos todos?>>. De repente, Tap se sentía extrañamente responsable de demasiada gente. Suspiró, se pasó nuevamente la mano por la frente y, cuando por fin parecía que iba obedecer al gigante,el repoblador acabó ignorando su plan deliberadamente. Aunque, esta vez, lo hacía sin mala intención.

Con no demasiada decisión, Tap puso todo su empeño y sus seis patas en cruzar por la plataforma. En condiciones normales habría tenido espacio de sobra para correr, pero el hecho de estar girando continuamente empezaba a afectar a su coordinación y no quería precipitarse. Ni mentalmente ni al vacío. Llegó hasta el tronco lo más rápido que pudo permitirse y, en cuanto encaró el botón, saltó para pulsarlo. <<Que sea lo que tenga que ser...>>.

Pronto los gritos procedentes de arriba me confirmaron que todos estaban bien en sus respectivos lugares y solté el aire mas tranquilizado, también me dijeron que había mas botones por ahí dispersos, no sabia muy bien que pensar, en caso de que solo hubiera uno pues ese habría sido el que nos sacara de allí, pero había cinco, y uno de ellos podía conducirnos a todos a la muerte, puse mi cabeza a trabajar pero por mas que pensé no encontré ni una sola forma de llevar aquello con seguridad, sin embargo Seon y Alder decidieron escoger por todos, y levitaron para tocar el botón. <<Dios que gasto de magia tan innecesario, ¿no podían usar menos magia?, no tienen pinta de necesitar mucha presión para funcionar>>, eso estaba mirando cuando Per se materializo en mi campo de visión, <<Que coño...., ¿y si pulsando botones hay magia de teletransporte y podemos salir de aquí?>>.

Pensando estaba cuando el nublino de mi derecha se refirió a mi diciéndome de avanzar hacia el centro todos a la vez, no era mala idea, pero su compañera estaba temblando de miedo y gimoteando, me apiade de ella y trate de echarle un cable para que pudiese avanzar sin muchos problemas, me abstraje de cualquier cosa que no fuera ella, era pequeña, de la misma altura que Erin mas o menos.

-Chica, ¿como te llamas?,- me dijo su nombre entre algunos tartamudeos,- ¿Brina?, bonito nombre, mírame Brina, no dejes de mirarme olvida el resto del mundo, tenemos que avanzar en esta pasarela, pero no va a pasar nada, no hay nada por lo que debas tener miedo, es tan fácil como dar un paso tras otro, no hay que preocuparse por esto, primero un pasito y luego otro, pero tenemos que darlos a la vez, mira como lo hago y acompásate a mi, poco a poco,- y levante un pie de la plataforma para dar un paso corto, me alegro ver que ella hizo lo mismo,- muy bien, no es tan difícil ¿verdad?, bien y ahora otro, y otro,- poco a poco nos encontrábamos mas cerca del poste,- bien, ya falta poco, ahora que me doy cuenta, tu también salvaste a Erin, cuando salgamos de aquí te lo agradeceré como se debe, pero ahora solo hay que salir de aquí, ya solo queda lo mas fácil, no debes tener miedo, yo estoy aquí y te protegeré, no dejare que nada te pase, te lo prometo,- cuando pronuncie esa ultima palabra ya habíamos llegado a la columna,- bien, muy bien,- le dije,- has sido muy valiente, una chica muy valiente, y ahora poco debemos hacer nosotros, todo queda en manos de nuestro compañeros de arriba, solo queda confiar, dime ¿confías en ellos?.

En ese momento sin saberlo yo Tap había saltado sobre el botón para activarlo, por suerte yo no era consciente de esto y solo tenia ojos para mis compañeros de piso actuales. Todos estábamos agarrados al poste central por si acaso alguno de los de arriba decidía hacer algo.

Un zumbido estremecedoramente familiar resonó por el lugar, y vi como Brina se movía hacia arriba y la plataforma de Thras bajaba, sin embargo la estructura en la que estábamos ya no estaba en equilibrio, de forma que empezó a caer por la parte de Thras, sin pensarlo casi le hice una seña al nublino que estaba a mi lado para que se moviese conmigo hacia atrás, y eche a andar con paso seguro y raudo sobre la plataforma para poder salvar la vida de Thras.

-Por amor de dios que alguien apriete otro botón o el mismo o me da igual, pero deprisa.- dije a gritos.

Me había preparado como había podido para cuando Tap pulsara, y aun con esas a punto estuve de caerme cuando la plataforma se paró de golpe. Cuando recuperé el equilibrio pude ver que ese no era el único cambio que había provocado. Me alarmó ver a Tap caer, pero me relajé al instante en cuanto vi que seguía ileso. Aparte dos plataformas habían intercambiado posiciones y varias personas se las veían y deseaban para mantener el equilibrio. Pensé en pulsar de nuevo el botón para deshacer los cambios pero ahora era mucho más difícil alcanzarlo, y además no había garantía de que funcionara al revés.

Tenía la mente trabajando en lo que estaba pasando y en como salir de allí, pero de momento no me venían ideas brillantes. Todo lo que sabía era que la torre parecía estar diseñada para ser un puzle, uno mortal. Los botones parecían ser la clave para salir, pero para idear un plan hacía falta saber lo que hacía cada uno. Y para ello había que pulsarlos todos.

Miré hacia arriba. Había escuchado el plan de Atol, pero no lo veía viable. “Demasiada magia. No tenemos tanta”

-Lo siento Atol pero ese plan requiere demasiada magia. Y si a la mitad nos quedamos sin ella los que todavía estén aquí se verán en serios problemas-

Hablando de problemas, el idrino de Sendar los estaba buscando -¿Y tú Corann Espero que estés disfrutando! ¡Reza porque me muera aquí abajo porque si logro salir te arrepentirás!-

Una vez dichas las amenazas de rigor volví a echar un vistazo a mi alrededor, hasta que localicé el botón de la pared que había visto antes. En movimiento era un blanco prácticamente imposible de alcanzar, pero ahora que la plataforma estaba detenida quizás pudiera accionarlo de un flechazo.

-¡Atención todos! ¡Colocaros lo más cerca del centro de vuestras plataformas como podáis! ¡Voy a intentar accionar otro, y estando en el centro será más fácil cambiar de posición para mantener el equilibrio si vuelven a cambiar de lugar!-

Una vez terminé de hablar, comencé a regular la velocidad de mi respiración mientras les daba tiempo para colocarse. Lentamente fui colocando una flecha en el arco y tomándome un poco de tiempo para apuntar. Era el blanco más pequeño al que había apuntado, pero al menos no era un blanco móvil. Tomé aire una última vez y solté la flecha.

NFDR: Pido disculpas por el drama, pero no se me ocurrió otra forma de postear esto

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