Torreón Sendar (Archivo II)

Al final nos movemos casi todos, Ozz incluido lo que es una sorpresa, sorpresa seguida de otra porque Marsi no quiere venir. Casi mejor la verdad, así no es una sola persona la que cuida el torreón, y para que decir mentiras, Marsi es mucho mejor peleando que Akasha, será las ganas que le pone.

Durante el camino estoy alerta, esta ciudad ha demostrado ser un arcón lleno de sorpresas, quién sabe cuantas más le queda por mostrar. No nos cuesta localizar el lugar, sobre todo por que es grande, parece más grande que el nuestro en todo caso. Sí, confirmado, es más grande que el nuestro, cosa que me hace preguntarme cuántos lo habitarán realmente, de momento son más que nosotros, si es que no han sufrido ellos también alguna baja.

-Sendarios, bajad el puente. Tenéis visita,- digo alzando la voz para que me escuchen los de dentro. Seguro que al menos uno de ellos se alegra de vernos.

No tardamos mucho en decidirnos, relocalizar Sendar en el mapa y preparar la salida. Tras un rato sin sobresaltos llegamos al torreón completamente nuevo para nosotros y, en contra de lo acostumbrado, no saludé con tanta alegría como normalmente hiciera. Una idea nada bonita me rondaba la cabeza: si reconocía a Vichria y al otro nuevo, ¿qué pensarían ambos grupos, cómo me habría enterado? No se creerían que fue en un sueño... ¿O sí? Tenía que ir con cuidado... Y más con gente como Arza cerca. 
—¡Ah del castillo! ¡Letargunis se presentan!

Gart fue el primero en aparecer, tan alegre como siempre... Aún recordaba su cara del sueño, apareciendo en los televisores... Pero era un sueño, lo único importante eran las apariciones de los nuevos. Los comentarios de la reptiliana me confirmaron que mejor me mantendría callada: aún desconfiaba de nosotros. <<Más desconfiará si les digo algo...>> Nara le siguió, reprochándole esa desconfianza, a la par que más imágenes me asaltaban <<Esto es incómodo...>>

—Hola, hola, ¿qué tal?—saludé, por decir algo y distraerme de lo otro—. Pensamos en salir a explorar y de paso pues venimos de visita. No está mal alegrarse la vista de vez en cuando entre tantas ruinas y bichos.—bromeé.


Arza volvió al interior y... Salió Vichria. Me mantuve en silencio mientras hablaba, buscaba a Oz. Se acercó a él y le empezó a preguntar sobre él y su mundo. Desvié la mirada de ambos y pude ver a Gres saludando con la mano y a un chico, otro de los nuevos, que no despegaba sus ojos de nosotros. Naeleth también se había asomado pero sin llegar a salir. <<¿Y ahora?>> Quizá... <<Quizá podríamos hablar con ellos, hablar todos de quién nos trajo y ver hasta dónde era real el sueño? ¿Pero cómo saco el tema? "He soñado con Doce Punto, mi cosechador, y fue muy raro pero no recuerdo mucho..." ¿y de ahí que cada uno aporte lo suyo? Oh, también...>>

—Hay dos desconocidos para nosotros, ¿alguien hace el honor de presentarlos? ¿Sois más o estáis todos?—inquirí con verdadera curiosidad. Casi deseaba que hubiese más gente.

Al fin terminamos de preparar la ruta hacia Sendar por lo que agarro mis dagas y espero que Dhelian me coloque los esudos mágicos. Una vez el grupo esta listo me despido alzando la cabezq para salir dando saltitos.

Tras un rato de camino observando cada rincon e intentando vislumbrar que hay entre las ventanas que nos vamos encontrando hasta llegar a los aledaños de Sendar. Dejo que las chicas se adelanten un poco quedándome cruzada de brazos al escuchar las palabras de las chicas. El puente cae dando paso a la aparición de Gart que hace que brote una sonrisa burlona de mis labios dejando escapar una pequeña carcajada.

Los habitantes del torreón comienzan a salir pudiendo descubrir a un par de caras nuevas. Las palabras de la lagarta me hacen mirarla y arquear una ceja pero al ver que no todos comparte su idea comienzo a caminar hacia delante en dirección a Alice y Gart.

-Nos lo pueden presentar dentro ¿No creeis? Me gustaria sentarme un rato y descansar.- Digo al llegar a la altura de la humana justo cuando termina de hablar. -¿Donde se encuentra el Manaminioso Krunchy? No ha salido a recibirnos todavia.- Pregunto mirando a Gart. Aquel chico me resultaba gracioso. No solo por su extraña forma de hablar sino tambien por la forma de actual del chaval. "Tiene que ser muy interesante ver como viven ellos en su torre.¿Se habrán matado entre ellos?" Pienso de manera divertida, casi sin pensar en lo horrible de mi pensamiento.

Llegamos a Sendar sin perdida y Surasara llamo para que les abriera, el primero que hizo aparición feliz de verlos fue Gart que prácticamente se lanzo sobre Alice, seguidos de Azra que no parecía feliz de verlos y de un tranquilo y apaciguador Nara. Todos ellos conocidos, salvo esa chica...tan similar en aspecto a Ozzchreanos y Akasha, otra ochroria que fue inmediatamente a hablarle a Ozzchreanos. Aparte de ella otro chico desconocido mas de aspecto tan...colorido como el propio Magnanimioso Krunchy's que les observaba atentamente. Dhelian le devolvió una mirada curiosa a su vez.

-Disculpad esta repentina visita, pero deseábamos ver como estaban y saludarlos, hace tiempo que nos nos vemos -preguntó Dhelian sonriendo un poco aunque algo incomodo, de pie junto a Alice e interesado realmente en hablar con sus vecinos mas cercanos, hacia tiempo realmente que no se veían y el hecho de ver caras nuevas y no ver caras conocidas le daba aun mas intriga. Saber como les había ido y como estaban llevando esa vida en esa ciudad y evidentemente, ver si tenia información que pudieran compartir entre ambos grupos, era otro motivo de la visita. Era mejor llevarse bien, ya tenían suficiente con que toda la ciudad fuese un enemigo. Ademas, tal y como dijo Korasihanna sentía cierta curiosidad sobre el paradero de Krunchy's, teniendo en cuenta la personalidad que este mostraba, era extraño que no hubiera salido ya a saludarles de la forma mas efusiva posible, casi igual que Gart , vaya.

Finalmente decidimos ir a Sendar, cosa por la que tenía algo de interés. Tenía curiosidad por el resto de sendarios, porque dudaba bastante que ya los hubiésemos conocido a todos. A menos que hubiesen tenido una pésima suerte contra los monstruos, trampas, casas encantadas y otras lindezas rocavarancolesas, lo cual, la verdad, esperaba que no fuese el caso.

—Me alegra ver que pondrías tu vida en nuestras manos —bromeé ante la desconfianza de Azra, algo probablemente no muy recomendable.

No era muy sorprendente el ánimo con el que Gart había salido a recibirnos, aunque sí me sorprendí un poco más al ver salir otra ochroria. «Otra renacuaja» pensé al recordar a Ippon. Disgustado, torcí un poco la boca, preguntándome si los cosechadores tenían pesadillas o conocían la palabra arrepentimiento. Probablemente no. En la plaza, al menos, parecían la mar de tranquilos, y era muy dudoso que los cabrones no hubiesen sabido a qué nos íbamos a enfrentar.

Al parecer, sí que era un grupo pequeño. Esperaba que porque lo fuesen de por sí y no por las muertes que hubiesen sufrido, aunque por supuesto eso era una esperanza absurda.

—Pues creo que en el otro torreón hay un par de tu mundo —fruncí algo el ceño al dirigirme a Drael, intentando acordarme mejor de los chicos de Maciel—. O bueno, se parecen bastante a ti, pero no me acuerdo ahora mismo de qué mundo dijeron que eran.

Krunchy's me provocaba una sensación de incómoda diversión. Cada vez que hablaba me preguntaba si todos los habitantes de su mundo hablaban así. Si la respuesta era sí, desde luego era muy de agradecer que ninguno hubiese acabado en el torreón. Probablemente acabaría loco al segundo día. Las palabras del lagarto volador, por otra parte, resultaron mucho más interesantes. Así que ya conocían el deslumbrantemente mortal (seguro) mar de Rocavarancolia.

—Pues precisamente hace poco también descubrimos las preciosas playas rocavarancolesas. Ideales para morir de diez formas distintas mientras se toma el sol, seguro —mi frase estaba cargada de sincera mordacidad, aunque decidí pasar a lo que descubrimos después de eso—. También hemos encontrado un lugar que parece el nido de ratas gigantes asesinas —«parece que esté describiendo a la maldita rata» pensé con algo de furia al recordar nuestro asesino asesinado particular— cerca de nuestro torreón. Si tenéis algún mapa podemos señalaros la zona para que no os acerquéis —casi ni había pensado en mi sugerencia antes de soltarla: era como si hubiese ido a mi boca sin pasar siquiera por el cerebro.

Kora, al pedir yo las presentaciones, sugirió que se hiciesen dentro. En realidad, sin pedir permiso alguno se dirigió al interior, pero Nara le dio la razón y me callé cualquier reprimenda. Vichria, por su parte, me confirmó lo que ya sabía cuando, en una pausa de la conversación con Oz, se presentó.

—Pues encantada, Vichria.

Pero Kora había preguntado algo que me asustó: Krunchy's no había salido a saludar. <<Han salido todos... ¿Y si...? No, míralos, están todos alegres... Bueno, y nosotros... Pero no, no puede ser... Otro no...>>

El pelinaranja se presentó al fin... Y también dijo el nombre que tenía miedo de escuchar. <<Sinhdro...>>
—Encantada, Drael. Y sí, Álvaro tiene razón, hay dos en Maciel—afirmé, recordando—. Nosotros encontramos una libreta de un sinhadre que estuvo en nuestro torreón... Pero ni idea de cuándo es.

Por suerte, una vez dentro pude respirar tranquila, aunque tuve que disimular el suspiro de alivio con una tos. Krunchy's estaba sano y salvo, no había salido porque estaba distraído entrenando. <<Pero qué ropa lleva... La otra vez no iba así, descartado queda que sea algo cultural>> Vamos, casi me dieron ganas de reír entre el alivio de verle vivo y las estrafalarias pintas que llevaba, pero también tuve que tragármelo: un huésped nunca se reía de la vestimentas de los dueños. Por lo visto era mi día de suerte. Pude reírme sin miedo, desahogando un poco lo de antes, cuando Nara "tradujo" a Krunchy's.

<<Ya que estamos... Me siento un rato>>
—¡Con permiso!—exclamé antes de sentarme en el sofá más cercano.

Gart se dirigió entonces a nosotros, preguntándonos por descubrimientos, contándonos que habían estado en la playa... <<Agh, no tenías que haber dicho eso de los barcos, ahora estos querrán volver y entrar en alguno...>> Álvaro le respondió y les contó sobre la plaza de los roedores, a lo que añadí, con una mueca:

—Si veis unas ratas muy grandes con púas en las colas, alejaos de ellas porque las muy ratas os las dispararán. Las púas, digo. Eso sí, con magia las podéis reciclar—luego me giré al reptil volador y negué con la cabeza—. Pero a quién se le ocurre probar el agua de semejante cementerio de barcos, Gart, ¡por favor!—bromeé entre risas.

<<Venga, ya podemos investigar. Pregunta, pregunta>>

—Pues yo también tengo algo que contaros: hoy he soñado con Doce Punto, ¿sabéis quién es? El tipo que me trajo a esta ciudad. No me acuerdo de mucho, porque era una locura, pero a él lo recuerdo sin dudar.
No he pensado mucho en él desde que llegamos... Pero ahora me da que pensar... Entre nosotros nunca hemos hablado de quién nos trajo... ¿Os acordáis?—inquirí, alternando mi mirada entre mis compañeros y los sendarios.

Tengo razón al pensar que alguien se va a alegrar de vernos, Gart siempre parece feliz de vernos. Sonrío al ver que nada ha cambiado, la lagarta sigue gruñona y el resto amable, desde luego son un buen contraste. Paso cuando nos invitan, aunque desde luego y como siempre Kora parece auto invitarse, niego con la cabeza pensando que algún día le va a soltar una bofetada la realidad, pero de las que duelen.

Al parecer están todos a salvo y saludo a los ya conocidos, a las caras nuevas me presento. Me siento en una silla que estuviese desocupada después de pedir permiso.

-No me suena,- respondo a Alice cuando comenta lo del tío que la trajo a la ciudad.- Yo me acuerdo de la mía, una neuvlm cubierta de collares y anillos. Dijo que se llamaba Cordia y me prometió un par de cosas a las que no me pude resistir. Y aquí me tenéis. ¿Y vosotros?