Faro (Archivo I)
+5
Lumichen
Tak
Giniroryu
Leonart
Zarket
9 participantes
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Faro (Archivo I)
01/08/17, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
14/09/17, 12:10 pm
—Hemos discutido un par de veces, pero son todos agradables —dijo refiriéndose al grupo en general.
Se entretuvo ordenando un poco, y fue cuando Sinceridad comentó lo de sus rarezas cuando comenzó a reír. —La verdad es que tener alas habría sido una ventaja interesante en unas cuantas ocasiones, ¿verdad? Y yo claro que me apunto. La costa me suena bien.
Se entretuvo ordenando un poco, y fue cuando Sinceridad comentó lo de sus rarezas cuando comenzó a reír. —La verdad es que tener alas habría sido una ventaja interesante en unas cuantas ocasiones, ¿verdad? Y yo claro que me apunto. La costa me suena bien.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
14/09/17, 10:41 pm
A Lebra le gustaba escuchar las historias sobre los otros cosechados. Imaginaba que hasta que sus nuevos compañeros no encontrasen a los famosos extraviados no iban a volver con aquel grupo. No parecía haber tiranteces entre ellos, pero aun así la nublina no podía evitar preguntarse si había pasado algo más que no le estaban contado.
—Espero poder conocerlos pronto, porque ese insecto gigante del que habláis me tiene en ascuas —comentó—. Nunca había salido de mi pueblo, y de repente pasa todo esto. No he visto ni siquiera la mitad que vosotras en esta ciudad… Y desde luego he tenido la poca decencia de no haber volado en toda mi vida —bromeó mirando a Sinceridad.
En cuanto se plantearon qué hacer aquel día, ella decidió enseguida que se uniría a la salida. Los alrededores del faro los conocía bien, pero ahora que eran más no era descabellado explorar cada vez más lejos.
—Os acompaño. A donde queráis. Los acantilados siguen en ambas direcciones y no hemos explorado ninguna.
La nublina terminó el desayuno y se preparó para la salida vistiéndose y buscando su lanza. Parecía que aquel día solo iban a ser ellas tres, pero para Lebra no estar sola era más que suficiente.
Sigue en los acantilados.
—Espero poder conocerlos pronto, porque ese insecto gigante del que habláis me tiene en ascuas —comentó—. Nunca había salido de mi pueblo, y de repente pasa todo esto. No he visto ni siquiera la mitad que vosotras en esta ciudad… Y desde luego he tenido la poca decencia de no haber volado en toda mi vida —bromeó mirando a Sinceridad.
En cuanto se plantearon qué hacer aquel día, ella decidió enseguida que se uniría a la salida. Los alrededores del faro los conocía bien, pero ahora que eran más no era descabellado explorar cada vez más lejos.
—Os acompaño. A donde queráis. Los acantilados siguen en ambas direcciones y no hemos explorado ninguna.
La nublina terminó el desayuno y se preparó para la salida vistiéndose y buscando su lanza. Parecía que aquel día solo iban a ser ellas tres, pero para Lebra no estar sola era más que suficiente.
Sigue en los acantilados.
- Lumichen
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Faro (Archivo I)
28/09/17, 10:20 pm
Habian llegado a aquel faro haria ya algún tiempo.
Era diferente del torreon, tanto en el exterior como en el espacio por dentro y, sin embargo, tan raro como el anterior. Tenia un ambiente un tanto rústico, con todos sus muebles tan diferentes entre ellos, rotos algunos e incluso de uso irreconocible. Le recordó a Fahran de la sábana con la que se acostaba de pequeña, llena de diferentes patrones y remiendos desiguales.
Aquel lugar, aun faltandole la parte de la limpieza y su diseño tan extraño, se sentía más cálido y habitable a ojos de la ulterana. Los cajones vacios, los armarios también. Algo le llamaba en aquel lugar. Un deseo de ser llenado y de darle un sentido a aquel vacio, y de asi hacerlo seria con sus propias manos. Casi como una áspera piedra esperando a ser pulida.
-Inspirador.- habia declarado una vez se hubieran asentado. -Increiblemente glorioso.-
En su alma ardia una llama como hacia algún tiempo y, sin embargo, seguia siendo tan arisca y antisocial como habia sido desde el principio.
Continuaba en mostrarse poco hacia los demás, soltando ácido si fuera necesario. No se habia olvidado de su proposito. Más bien, parecia que su objetivo se hubiera olvidado ya de ella. Habia estado todo muy silencioso desde la última vez que habia hablado con aquella persona, llenandole de una sensación desagradable y desvelandola por las noches.
-Oh destino cruel.- se lamentaba mientras se bañaba con el jabón que le habia sido regalado.- ¿No he sido buena y obediente? ¿No he hecho todo lo que se ha pedido de mí?-
Todos los días se mantenia impulcra, llevando acabo rigurosos baños y limpiezas, mientras deseaba deshacerse de sentimientos tan incómodos y, sobretodo, de esa necesidad y predisposición de querer satisfacer a aquella terrible persona.
Sentia como si algo la estuviera devorando desde adentro. Lenta pero rigurosamente.
Y asi que pasó más tiempo sin darse a la vista.
-Te detesto.- se decia a sí misma mientras se peinaba el mojado pelo lavanda. -Te detesto tanto. Todo lo que eres, has sido y serás. Todo de tí.-
Un burbujeo rojizo brotaba de los pelos maltratados, siendo quebrados y arrancados del vicio y la ira de la xolnita, quien se peinaba casi parecia más que se torturaba, lentamente goteando rojo sobre el blanco de su vestido.
Y entonces se percató. Mirando el asqueroso resultado en su peine, pareció no darle mucha importancia al burbujeo entonces, para tan solo volver a su ritual de odio.
-Las cosas estarian mucho mejor sin tí.- murmuró entonces. -Si no fuera por tí...-
Para mantener las tijeras de un artesano afiladas muy amenudo habia que afilarlas con una piedra.
Aquellas fueron las palabras de su profesor y resonaban por aquel entonces en su cabeza.
Podrás separar la más fina de las sedas con un buen filo. O incluso cuero animal, si lo prefieres.
La tijera pesaba en su mano, junto con el dolor de sus emociones. Le temblaban las manos, entrecerradas entorno los mechones de pelo enredados. Cuando lo que parecia una eternidad, Fahran aguantó una arcada, a medida que la tensión de la situación explotó. Jadeaba.
-No lloraré. Juré que nunca volveria a hacerlo.-
-Tu nombre era... Lorenzo ¿verdad?-
Una voz fría y calmada se acercó al hombre mirando por la ventana. Y, a medida que se giró, pudo ver que provenia de una mujer con el pelo lavanda, postrada ante él, cubierta con una sábana de pies a cabeza.
-Me gusta este lugar.-dijo a continuación.- Mucho más seguro, aunque algo más frío que el torreón.- se explicó, señalando la sábana que cubria su cabeza a modo de cofia con lo que habia sido la sombra de una pequeña y amable sonrisa.
Anduvo hacia el marco de la ventana, cercando al hombre a su lado con una expresión un tanto distante.
-¿Te preocupa esta gente, Lorenzo?- le preguntó entonces. Apesar de mencionar su nombre, parecia que estuviera hablando a otra persona.
O puede que tan solo fuera que le gustaba el sonido de su propia voz.
-¿Que se siente, al mirarles desde aquí arriba mientras estas tan solo?- Una pequeña risilla más propia de una niña pequeña se escapó de sus labios.-¿Te sientes solo, puede?-
Era diferente del torreon, tanto en el exterior como en el espacio por dentro y, sin embargo, tan raro como el anterior. Tenia un ambiente un tanto rústico, con todos sus muebles tan diferentes entre ellos, rotos algunos e incluso de uso irreconocible. Le recordó a Fahran de la sábana con la que se acostaba de pequeña, llena de diferentes patrones y remiendos desiguales.
Aquel lugar, aun faltandole la parte de la limpieza y su diseño tan extraño, se sentía más cálido y habitable a ojos de la ulterana. Los cajones vacios, los armarios también. Algo le llamaba en aquel lugar. Un deseo de ser llenado y de darle un sentido a aquel vacio, y de asi hacerlo seria con sus propias manos. Casi como una áspera piedra esperando a ser pulida.
-Inspirador.- habia declarado una vez se hubieran asentado. -Increiblemente glorioso.-
En su alma ardia una llama como hacia algún tiempo y, sin embargo, seguia siendo tan arisca y antisocial como habia sido desde el principio.
Continuaba en mostrarse poco hacia los demás, soltando ácido si fuera necesario. No se habia olvidado de su proposito. Más bien, parecia que su objetivo se hubiera olvidado ya de ella. Habia estado todo muy silencioso desde la última vez que habia hablado con aquella persona, llenandole de una sensación desagradable y desvelandola por las noches.
-Oh destino cruel.- se lamentaba mientras se bañaba con el jabón que le habia sido regalado.- ¿No he sido buena y obediente? ¿No he hecho todo lo que se ha pedido de mí?-
Todos los días se mantenia impulcra, llevando acabo rigurosos baños y limpiezas, mientras deseaba deshacerse de sentimientos tan incómodos y, sobretodo, de esa necesidad y predisposición de querer satisfacer a aquella terrible persona.
Sentia como si algo la estuviera devorando desde adentro. Lenta pero rigurosamente.
Y asi que pasó más tiempo sin darse a la vista.
-Te detesto.- se decia a sí misma mientras se peinaba el mojado pelo lavanda. -Te detesto tanto. Todo lo que eres, has sido y serás. Todo de tí.-
Un burbujeo rojizo brotaba de los pelos maltratados, siendo quebrados y arrancados del vicio y la ira de la xolnita, quien se peinaba casi parecia más que se torturaba, lentamente goteando rojo sobre el blanco de su vestido.
Y entonces se percató. Mirando el asqueroso resultado en su peine, pareció no darle mucha importancia al burbujeo entonces, para tan solo volver a su ritual de odio.
-Las cosas estarian mucho mejor sin tí.- murmuró entonces. -Si no fuera por tí...-
Para mantener las tijeras de un artesano afiladas muy amenudo habia que afilarlas con una piedra.
Aquellas fueron las palabras de su profesor y resonaban por aquel entonces en su cabeza.
Podrás separar la más fina de las sedas con un buen filo. O incluso cuero animal, si lo prefieres.
La tijera pesaba en su mano, junto con el dolor de sus emociones. Le temblaban las manos, entrecerradas entorno los mechones de pelo enredados. Cuando lo que parecia una eternidad, Fahran aguantó una arcada, a medida que la tensión de la situación explotó. Jadeaba.
-No lloraré. Juré que nunca volveria a hacerlo.-
-Tu nombre era... Lorenzo ¿verdad?-
Una voz fría y calmada se acercó al hombre mirando por la ventana. Y, a medida que se giró, pudo ver que provenia de una mujer con el pelo lavanda, postrada ante él, cubierta con una sábana de pies a cabeza.
-Me gusta este lugar.-dijo a continuación.- Mucho más seguro, aunque algo más frío que el torreón.- se explicó, señalando la sábana que cubria su cabeza a modo de cofia con lo que habia sido la sombra de una pequeña y amable sonrisa.
Anduvo hacia el marco de la ventana, cercando al hombre a su lado con una expresión un tanto distante.
-¿Te preocupa esta gente, Lorenzo?- le preguntó entonces. Apesar de mencionar su nombre, parecia que estuviera hablando a otra persona.
O puede que tan solo fuera que le gustaba el sonido de su propia voz.
-¿Que se siente, al mirarles desde aquí arriba mientras estas tan solo?- Una pequeña risilla más propia de una niña pequeña se escapó de sus labios.-¿Te sientes solo, puede?-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
17/10/17, 09:03 pm
Pudieron huir, no ilesas, pero lo consiguieron. La roquense se llevó bastantes más picotazos pero intentaba no quejarse o que no se le contrajera la cara por cada punzada de escozor. No se inspeccionó a fondo hasta que no hubieron cubierto una buena distancia del maldito nido de piedra de aquellos pajarracos. No estaba malherida, pero tenía mucho trabajo por delante. Tanto que le tentaba zambullirse en el agua y que la sal le limpiase, pero eso sí que sería una muerte segura.
No supo qué decir ante las palabras de Mónica. Ella había pensado similar: no tenían por qué haber muerto si se habían refugiado allí ya que a ellas les atacaron antes de poder acercarse a la estructura. Al final solo repitió lo mismo que ella, pero tenía sus razones y las dio:
—No estaban allí, fíjate que a nosotros nos atacaron antes de llegar. Habrían huido. Y les encontraremos.
<<Además, los bichos esos no estaban manchados de sangre ni había restos por la piedra...>> pensó para sus adentros, pero no lo dijo.
Se permitió bajar el ritmo cuando el faro apareció ante sus ojos, aunque lejano. Tenían muchos picotazos que limpiar pero al menos había más manos que gente herida. Manos cuyos dueños entrevió en lo alto del edificio.
—¡Eh! ¡Abridnos, anda!
No supo qué decir ante las palabras de Mónica. Ella había pensado similar: no tenían por qué haber muerto si se habían refugiado allí ya que a ellas les atacaron antes de poder acercarse a la estructura. Al final solo repitió lo mismo que ella, pero tenía sus razones y las dio:
—No estaban allí, fíjate que a nosotros nos atacaron antes de llegar. Habrían huido. Y les encontraremos.
<<Además, los bichos esos no estaban manchados de sangre ni había restos por la piedra...>> pensó para sus adentros, pero no lo dijo.
Se permitió bajar el ritmo cuando el faro apareció ante sus ojos, aunque lejano. Tenían muchos picotazos que limpiar pero al menos había más manos que gente herida. Manos cuyos dueños entrevió en lo alto del edificio.
—¡Eh! ¡Abridnos, anda!
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
18/10/17, 11:29 am
Doña Plumitas estuvo de acuerdo con ella en que los sinhadres no podían estar allí, y con razones más firmes de lo que ella había dado, lo que le deshizo el nudo de tensión. Mónica alargó la mano y le dio un suave apretón a la roquense, agradecida, antes de soltarla y seguir caminando.
Por fin divisaron el torreón, y la chica dio un suspiro de alivio. Mirando a sus compañeras de excursión se dio cuenta de una cosa: estaban todas hechas un cromo. La adrenalina que había impedido que se derrumbara antes había comenzado a esfumarse, y sin darse cuenta, comenzó a temblar suavemente, pero no de miedo. De risa.
—Ha sido tan absurdo —comenzó a carcajearse, ligeramente histérica—. Parecía un fotomontaje cutre de la película de Hitchcock. Y nosotras —rio algo más fuerte mientras se limpiaba el sudor y la sangre de la cara— intentando atraerlos como tontas para después plantarles un «Petrificus totalus» como una catedral…
Su risa no creció en intensidad, sin embargo. Al cabo de un rato se fue acallando, con risitas más apagadas y distanciadas en el tiempo, mientras esperaban a que sus compañeros les abrieran.
—Qué absurdo —repitió en voz baja mientras, por fin, entraban al refugio. Luego elevó la voz.
—¿Sabéis? Mataría por una buena ducha.
Por fin divisaron el torreón, y la chica dio un suspiro de alivio. Mirando a sus compañeras de excursión se dio cuenta de una cosa: estaban todas hechas un cromo. La adrenalina que había impedido que se derrumbara antes había comenzado a esfumarse, y sin darse cuenta, comenzó a temblar suavemente, pero no de miedo. De risa.
—Ha sido tan absurdo —comenzó a carcajearse, ligeramente histérica—. Parecía un fotomontaje cutre de la película de Hitchcock. Y nosotras —rio algo más fuerte mientras se limpiaba el sudor y la sangre de la cara— intentando atraerlos como tontas para después plantarles un «Petrificus totalus» como una catedral…
Su risa no creció en intensidad, sin embargo. Al cabo de un rato se fue acallando, con risitas más apagadas y distanciadas en el tiempo, mientras esperaban a que sus compañeros les abrieran.
—Qué absurdo —repitió en voz baja mientras, por fin, entraban al refugio. Luego elevó la voz.
—¿Sabéis? Mataría por una buena ducha.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Faro (Archivo I)
19/10/17, 11:19 pm
Lorenzo
Ya después de que asentaranse en aquel faro, el diestro encontrose a medio calmar. El mar cercano resonaba, pero no era nada reparador. De hecho, era incluso más preocupante. Un mar picado, revuelto y feo, el español encontrabase contemplandolo con melancolia. Dormia cada vez menos y menos, un hecho que acentuabase hasta el punto de pasar los dias y llegar a conciliar poco más que unas horas de sueño. A consecuencia de ello, más mechones grisaceos dieronse a conocer en su cabellera.
Uno en particular, habiale llegado a la raiz y amenazaba con decolorar el mechón en su enterez de seguir asi. Y, sin embargo, no podía cambiar nada. Agotado y algo delirante, pasabase noches en vela, sudores y fiebres combatidas con largas sesiones de práctica en las que non dejabase oxidar el arte de tirar con la espada. Si algo no habia ido a peor, era eso y por poco que fuera, recomfortabale.
La nena, de nombre Lebra, resultó ser todo un encanto. Y por encanto, el diestro inclinabase a referir más bien que non deseabales ningun mal y dispuesta a trabajar juntos estaba, más que sus cualidades apelativas o como persona. Sin embargo, tampoco iba a quejarse, pues sin duda habia sido fortuito. Pasó algunas noches pensando en la preciosa e inocente Nad. Como ella habia pagado el mayor de los precios por husmear en haciendas ajenas. Algo dentro de él deseaba profundamente que hubiera sido él y no la nena quien cayese ante la espada de Damocles. Pues estaba bien claro que en proteger a los demás nenos habia sido un auténtico fracaso y lo seguiria siendo, sin importar el que.
Y aquella buena mañana habiase parado a descansar en una de las ventanas que daban con el mar. Iban a salir tres de ellos a hojear los acantilados cercanos. Non animado a ello, el diestro mantúvose en ese mismo ventanal a observarles con mirada triste. Debio pasar algún buen tiempo, pues hasta un fantasma acercósele y comenzole a hablar.
Salvo que fantasma non era, sino la señorita de pelo lavanda, Fahran Xaorhalan.
Algo criptica y ensabanada como si una empanadilla se tratase, refiriose a él. El diestro, lejos de alarmarse, respondió sin ganas ni vito en su voz, hasta el minimo de parecer desinteresado.
—Buen lugar es.—reaccionó a su primera pregunta con desgana. Respecto a su segunda, una mueca de culpabilidad mostrose segundos antes de él contestar.—Preocupome si, como todo buen hombre de atar. Preocupome lo más de no ser capaz de dar la talla en el caso de tener que medirsemela.—
La tercera y última intervención, sin embargo, casi llego a darle un escalofrio. Por lo visto, non era el único en aquel faro cuya cabeza dabale vueltas a un asunto, salvo que el español habia logrado mantenerlo para sí, siempre atento a no importunar a los demás nenos con sus rompecabezas y quehaceres.
—¿Por que me preguntais eso? ¿Acaso acusaisme de algo?—dicho aquello a principios, bueno era. Giro la cabeza de vuelta al ventanal. Ya andaban de vuelta. Quitose el sombrero y rascose la sien bajo la bandana.—Dispuesto a escuchar lo que querais decirme estoy, pero no voto a entrar en juegos de mente pra que vos podais explayaros en vez de contarme que os conscierne.—
Con el claqueo de las botas de cuero, dirigiose entonces a la entrada, dandolo por buen visto y hecho, para así abrir a los nenos que retornaban de todo menos ilesos. Sus ojos desorbitaronse en aquel entonces, casi saltando en el sitio cual caricatura animada. Acortando las distancias, observó a los muchachos con alma devastada.
—¡Santa Bendita mia! Por la gracia del Señor, ¿¡Que os ha pasado!?—Observolos un rato con preocupación tendiendo las heridas y valorandolas en rangos de gravedad. Pero pronto la culpa volviole a inundar, cual dique colapsado, mojando todo su ser.
Ya después de que asentaranse en aquel faro, el diestro encontrose a medio calmar. El mar cercano resonaba, pero no era nada reparador. De hecho, era incluso más preocupante. Un mar picado, revuelto y feo, el español encontrabase contemplandolo con melancolia. Dormia cada vez menos y menos, un hecho que acentuabase hasta el punto de pasar los dias y llegar a conciliar poco más que unas horas de sueño. A consecuencia de ello, más mechones grisaceos dieronse a conocer en su cabellera.
Uno en particular, habiale llegado a la raiz y amenazaba con decolorar el mechón en su enterez de seguir asi. Y, sin embargo, no podía cambiar nada. Agotado y algo delirante, pasabase noches en vela, sudores y fiebres combatidas con largas sesiones de práctica en las que non dejabase oxidar el arte de tirar con la espada. Si algo no habia ido a peor, era eso y por poco que fuera, recomfortabale.
La nena, de nombre Lebra, resultó ser todo un encanto. Y por encanto, el diestro inclinabase a referir más bien que non deseabales ningun mal y dispuesta a trabajar juntos estaba, más que sus cualidades apelativas o como persona. Sin embargo, tampoco iba a quejarse, pues sin duda habia sido fortuito. Pasó algunas noches pensando en la preciosa e inocente Nad. Como ella habia pagado el mayor de los precios por husmear en haciendas ajenas. Algo dentro de él deseaba profundamente que hubiera sido él y no la nena quien cayese ante la espada de Damocles. Pues estaba bien claro que en proteger a los demás nenos habia sido un auténtico fracaso y lo seguiria siendo, sin importar el que.
Y aquella buena mañana habiase parado a descansar en una de las ventanas que daban con el mar. Iban a salir tres de ellos a hojear los acantilados cercanos. Non animado a ello, el diestro mantúvose en ese mismo ventanal a observarles con mirada triste. Debio pasar algún buen tiempo, pues hasta un fantasma acercósele y comenzole a hablar.
Salvo que fantasma non era, sino la señorita de pelo lavanda, Fahran Xaorhalan.
Algo criptica y ensabanada como si una empanadilla se tratase, refiriose a él. El diestro, lejos de alarmarse, respondió sin ganas ni vito en su voz, hasta el minimo de parecer desinteresado.
—Buen lugar es.—reaccionó a su primera pregunta con desgana. Respecto a su segunda, una mueca de culpabilidad mostrose segundos antes de él contestar.—Preocupome si, como todo buen hombre de atar. Preocupome lo más de no ser capaz de dar la talla en el caso de tener que medirsemela.—
La tercera y última intervención, sin embargo, casi llego a darle un escalofrio. Por lo visto, non era el único en aquel faro cuya cabeza dabale vueltas a un asunto, salvo que el español habia logrado mantenerlo para sí, siempre atento a no importunar a los demás nenos con sus rompecabezas y quehaceres.
—¿Por que me preguntais eso? ¿Acaso acusaisme de algo?—dicho aquello a principios, bueno era. Giro la cabeza de vuelta al ventanal. Ya andaban de vuelta. Quitose el sombrero y rascose la sien bajo la bandana.—Dispuesto a escuchar lo que querais decirme estoy, pero no voto a entrar en juegos de mente pra que vos podais explayaros en vez de contarme que os conscierne.—
Con el claqueo de las botas de cuero, dirigiose entonces a la entrada, dandolo por buen visto y hecho, para así abrir a los nenos que retornaban de todo menos ilesos. Sus ojos desorbitaronse en aquel entonces, casi saltando en el sitio cual caricatura animada. Acortando las distancias, observó a los muchachos con alma devastada.
—¡Santa Bendita mia! Por la gracia del Señor, ¿¡Que os ha pasado!?—Observolos un rato con preocupación tendiendo las heridas y valorandolas en rangos de gravedad. Pero pronto la culpa volviole a inundar, cual dique colapsado, mojando todo su ser.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
20/10/17, 04:18 pm
Sinceridad alucinaba con Mónica. Le sorprendió el apretón, pero lo agradeció y atesoró el gesto, pero lo que más sorpresa causó fue su ataque de risa. ¿Para desahogarse, quizá? La roquense solía soltar cantando y bailando, así que vio sus carcajadas como otra forma de ventilar el alma. Lo mejor es que le hizo reír.
Lorenzo apareció en la puerta y se tuvo que en coger de hombros ante su reacción al verlas.
—No sé quién es ese tal Jichcok pero seguro que estaba loco —bromeó—. Estamos vivas y más o menos enteras... Yo también mataría por una ducha, pero con agua salada. Hay heridas que limpiar, vamos.
<<Y plumas que reponer... Ojalá... Mira qué pinta tengo, maldita sea, ¡¡mis plumas!!>> Tardarían en crecer y las echaría de menos... Y es que, aunque eran un mal menor dadas las circunstancias, le gustaba su plumaje y su aspecto. Ahora en cambio se veía demacrada. Las cicatrices que pudieran quedarle no le importaban tanto. Suspiró y entró.
—Cubos con agua y paños limpios... Seguro que una terricola que yo conozco sabe de eso —bromeó otra vez mirando entre divertida y con cariño a la chica. Le venía bien reírse para matar el miedo que había pasado y desahogar, volver a la calma, y encima ella le caía cada vez mejor—. ¿Vosotros todo bien? —preguntó al diestro.
Lorenzo apareció en la puerta y se tuvo que en coger de hombros ante su reacción al verlas.
—No sé quién es ese tal Jichcok pero seguro que estaba loco —bromeó—. Estamos vivas y más o menos enteras... Yo también mataría por una ducha, pero con agua salada. Hay heridas que limpiar, vamos.
<<Y plumas que reponer... Ojalá... Mira qué pinta tengo, maldita sea, ¡¡mis plumas!!>> Tardarían en crecer y las echaría de menos... Y es que, aunque eran un mal menor dadas las circunstancias, le gustaba su plumaje y su aspecto. Ahora en cambio se veía demacrada. Las cicatrices que pudieran quedarle no le importaban tanto. Suspiró y entró.
—Cubos con agua y paños limpios... Seguro que una terricola que yo conozco sabe de eso —bromeó otra vez mirando entre divertida y con cariño a la chica. Le venía bien reírse para matar el miedo que había pasado y desahogar, volver a la calma, y encima ella le caía cada vez mejor—. ¿Vosotros todo bien? —preguntó al diestro.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Faro (Archivo I)
21/10/17, 08:45 pm
Lebra sonreía mientras escuchaba el intercambio de palabras entre Mónica y Sinceridad. Era un regalo poder charlar tan poco tiempo después de haber sido atacados de esa manera. Aún le asombraba haber sido capaz de salvar el momento y, mentalmente, le daba las gracias al habitante anterior del faro por el conjuro.
—Cuando estemos limpias, nos pasaré el hechizo curativo —intervino, y ayudó a lavar heridas.
Mientras tanto, se encargó de explicar al español lo que había ocurrido.
—Nos ha atacado una bandada de pollos asesinos, Lorenzo —bromeó—. Les hemos tenido que demostrar quienes son las reinas de esta costa —suspiró y añadió, con una sonrisa cansada—: Ya ves que nos ha salido así, asá.
—Cuando estemos limpias, nos pasaré el hechizo curativo —intervino, y ayudó a lavar heridas.
Mientras tanto, se encargó de explicar al español lo que había ocurrido.
—Nos ha atacado una bandada de pollos asesinos, Lorenzo —bromeó—. Les hemos tenido que demostrar quienes son las reinas de esta costa —suspiró y añadió, con una sonrisa cansada—: Ya ves que nos ha salido así, asá.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
22/10/17, 09:12 pm
—Hola —respondió, cantarina, cuando Íñigo Montoya les abrió por fin, dejando las explicaciones en manos de Lebra. Mónica se dirigió de inmediato al baño, a por palanganas, haciendo el mismo ruido que un elefante en una cacharrería.
—¡Chicas! ¡Me pido primer en la bañera!
Bajó por las escaleras cargada de cubos, y sonrió a sus compañeras.
—Voy a por agua. ¿Venís a ayudarme?
Mon le dedicó un afectuoso pensamiento al pozo del patio del torreón en el que estaban antes... pero pronto volvió a la realidad. Limpiarse corría más prisa. A saber qué de enfermedades horribles podrían haberles pasado los pájaros.
—¡Chicas! ¡Me pido primer en la bañera!
Bajó por las escaleras cargada de cubos, y sonrió a sus compañeras.
—Voy a por agua. ¿Venís a ayudarme?
Mon le dedicó un afectuoso pensamiento al pozo del patio del torreón en el que estaban antes... pero pronto volvió a la realidad. Limpiarse corría más prisa. A saber qué de enfermedades horribles podrían haberles pasado los pájaros.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
25/10/17, 01:45 pm
Sinceridad a punto estuvo de darse un manotazo en la frente cuando escuchó a Lebra. ¡Pues claro que tenían magia curativa! Se empecinaba tanto en no contar con ese tipo de hechizos en sus salidas para no confiarse que conseguía olvidar su existencia por completo. Ojalá pudiera olvidarlo en cada expedición y repetir la sensación de alivio al llegar al faro por poder usarlo. Lo mismo le habría pasado con el anillo de Maciel.
—Nunca me acostumbro a tener magia curativa... Entre que no quiero apoyarme demasiado en eso y que yo no puedo hacerla... —comentó con un deje de frustración al final.
Primero tendrían que lavarse y si no estuviera herida, la roquense habría optado por ir volando al pozo que tenían cerca y darse un repaso rápido, pero no estaba el día para salir otra vez. Así que acompañó a Mónica.
—La bañera toda para ti la primera, pero quieres que te ayudemos... Pillina... —le sacó la lengua—. Tú y Lebra primeras, yo después. Y si no quedase agua, me voy volando al pozo.
Pero antes de perderse por las escaleras, dio un silbido para llamar la atención de los presentes:
—Por cierto, chicas, muy buen trabajo ahí fuera. Lorenzo debería estar orgulloso del trabajo en equipo de hoy —y sonrió al chico—. ¡Vamos a llenar esa bañera!
Estaba cansada y herida, pero se sentía bien. Se llevaba cada vez mejor con ese grupillo y le gustaba, aunque no se olvidaba de los otros. Al menos intercambiaban mensajes y sabían que seguían vivos, pese a todo. Pero su "equipo" ahora era el que era y les estaba cogiendo cariño.
—Nunca me acostumbro a tener magia curativa... Entre que no quiero apoyarme demasiado en eso y que yo no puedo hacerla... —comentó con un deje de frustración al final.
Primero tendrían que lavarse y si no estuviera herida, la roquense habría optado por ir volando al pozo que tenían cerca y darse un repaso rápido, pero no estaba el día para salir otra vez. Así que acompañó a Mónica.
—La bañera toda para ti la primera, pero quieres que te ayudemos... Pillina... —le sacó la lengua—. Tú y Lebra primeras, yo después. Y si no quedase agua, me voy volando al pozo.
Pero antes de perderse por las escaleras, dio un silbido para llamar la atención de los presentes:
—Por cierto, chicas, muy buen trabajo ahí fuera. Lorenzo debería estar orgulloso del trabajo en equipo de hoy —y sonrió al chico—. ¡Vamos a llenar esa bañera!
Estaba cansada y herida, pero se sentía bien. Se llevaba cada vez mejor con ese grupillo y le gustaba, aunque no se olvidaba de los otros. Al menos intercambiaban mensajes y sabían que seguían vivos, pese a todo. Pero su "equipo" ahora era el que era y les estaba cogiendo cariño.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
26/10/17, 12:05 pm
A Mónica también se le había olvidado lo de la magia curativa, y se sintió más que aliviada cuando Lebra se lo recordó. Solo esperaba que no fuera dolorosa, como cierto anillo. Se estremeció solo de pensar en él: cierto, era útil, pero…
—¡Qué bien! No tengo tiritas para todas, así que esto nos viene de perlas —dijo tratando de distraerse del dolor de las heridas.
La chica se rio con el aporte de Doña Plumitas. —Nada de irse al pozo, lo que traigamos da para todas. Solo tendré que renunciar a un baño guay —comentó mientras hacía un gesto dramático con el brazo y quejándose en voz baja, acto seguido, por las magulladuras.
Lebra se les unió para recoger agua, por suerte, y así trajeron más de lo que pensaban en un inicio. El viaje transcurrió sin incidentes, y antes de darse cuenta Mónica ya había hervido el agua (para matar cualquier cosa microscópica que estuviera acechando dentro), la había atemperado y estaba limpia y reluciente, envuelta en una toalla y esperando a sus compañeras para iniciar la curación.
Cierto era que había intentado no mirarse las heridas en la bañera, por miedo a que fuera peor de lo que pensaba, por lo que se lavó prácticamente a ciegas, apretando los dientes mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas ante el dolor. Sin embargo, era mejor que estar muerta, se recordó, viendo en su mente unos grandes ojos que miraban sin ver. Salir de la bañera y ver el agua teñida de rojo no ayudó, pero Mon estaba decidida a ser fuerte. Para mantenerse ociosa, encontró unas cuantas revistas en un cajón y decidió hojearlas mientras esperaba.
—¡Qué bien! No tengo tiritas para todas, así que esto nos viene de perlas —dijo tratando de distraerse del dolor de las heridas.
La chica se rio con el aporte de Doña Plumitas. —Nada de irse al pozo, lo que traigamos da para todas. Solo tendré que renunciar a un baño guay —comentó mientras hacía un gesto dramático con el brazo y quejándose en voz baja, acto seguido, por las magulladuras.
Lebra se les unió para recoger agua, por suerte, y así trajeron más de lo que pensaban en un inicio. El viaje transcurrió sin incidentes, y antes de darse cuenta Mónica ya había hervido el agua (para matar cualquier cosa microscópica que estuviera acechando dentro), la había atemperado y estaba limpia y reluciente, envuelta en una toalla y esperando a sus compañeras para iniciar la curación.
Cierto era que había intentado no mirarse las heridas en la bañera, por miedo a que fuera peor de lo que pensaba, por lo que se lavó prácticamente a ciegas, apretando los dientes mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas ante el dolor. Sin embargo, era mejor que estar muerta, se recordó, viendo en su mente unos grandes ojos que miraban sin ver. Salir de la bañera y ver el agua teñida de rojo no ayudó, pero Mon estaba decidida a ser fuerte. Para mantenerse ociosa, encontró unas cuantas revistas en un cajón y decidió hojearlas mientras esperaba.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
30/10/17, 05:28 pm
La roquense se encogió de hombros. Si daba para todas...
—Si hay bastante, bien, si no, te meteré en uno de los barriles antes de ir al pozo —bromeó.
Fue rápida cuando le llegó el turno. Al principio sus compañeras podrían oír sus quejidos al limpiar las heridas acompañados de murmullos, a veces siseos, por sus plumas perdidas, como "malditos pajarracos sin sesos", "mis plumas", "me las pagaréis todas", "yo era hermosa", "ahora soy un desastre con parches". Cuando terminó de secarse, con cuidado de las heridas menos superficiales, vio a la humana leyendo una de esas cosas que rondaban por el faro.
—En el salón bajo la mesa hay unas muy extraña de humanoides en actitudes y ropajes ciertamente... peculiares —se refería a las de Frivo, claro. Después, miró a Lebra y dijo—: ¿Vas a tener suficiente energía o lo que sea para curarnos a las tres? Curaros vosotras si no, yo puedo apañarme.
¿Podía? Podía. ¿Pero podían los demás apañarse sin ella si Lorenzo no les acompañaba para luchar por cualquier herida infectada que hubiera ido a más? No sabía si hacía lo correcto. Siempre podían negarse y curarla también si daba para todas. Para colmo, le dolía. Los picotazos más serios le escocían y tardarían en curarse si no daba suficiente magia.
—O al menos las más graves solo... bueno, no sé, la magia es cosa vuestra. Juzgadlo vosotras —añadió al momento, confusa. Decía una cosa, pero su cara afectada por los varios dolores decía otra.
—Si hay bastante, bien, si no, te meteré en uno de los barriles antes de ir al pozo —bromeó.
Fue rápida cuando le llegó el turno. Al principio sus compañeras podrían oír sus quejidos al limpiar las heridas acompañados de murmullos, a veces siseos, por sus plumas perdidas, como "malditos pajarracos sin sesos", "mis plumas", "me las pagaréis todas", "yo era hermosa", "ahora soy un desastre con parches". Cuando terminó de secarse, con cuidado de las heridas menos superficiales, vio a la humana leyendo una de esas cosas que rondaban por el faro.
—En el salón bajo la mesa hay unas muy extraña de humanoides en actitudes y ropajes ciertamente... peculiares —se refería a las de Frivo, claro. Después, miró a Lebra y dijo—: ¿Vas a tener suficiente energía o lo que sea para curarnos a las tres? Curaros vosotras si no, yo puedo apañarme.
¿Podía? Podía. ¿Pero podían los demás apañarse sin ella si Lorenzo no les acompañaba para luchar por cualquier herida infectada que hubiera ido a más? No sabía si hacía lo correcto. Siempre podían negarse y curarla también si daba para todas. Para colmo, le dolía. Los picotazos más serios le escocían y tardarían en curarse si no daba suficiente magia.
—O al menos las más graves solo... bueno, no sé, la magia es cosa vuestra. Juzgadlo vosotras —añadió al momento, confusa. Decía una cosa, pero su cara afectada por los varios dolores decía otra.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Faro (Archivo I)
30/10/17, 11:37 pm
—Claro que no vas a ir al pozo —confirmó la nublina con un ademán—. Si hace falta controlamos que Mónica no se exceda con el agua —la broma fue acompañada de una sonrisa torcida. Lebra iba sintiéndose más cómoda con aquella gente que, desde luego, ya no podía calificar como desconocida, y en especial lo que sentía era agradecimiento por no haber tenido que afrontar sola las vivencias de Rocavarancolia. Y no tanto por los peligros de los monstruos de la ciudad como lo que le desagradaba la soledad.
Una vez traído el agua se esperó pacientemente a su turno. El baño (aunque limpieza de heridas era más correcto) no fue exento de dolor y escozor, que acompañaron quejidos y algunas maldiciones bajas. Pero finalmente ella quedó limpia y se esperó a que la roquense también terminara.
—Creo que puedo —confirmó con una sonrisa a Sinceridad—. Al menos mayoritariamente... No sé si habrá alguna de las graves que queden fuera de este hechizo...
Nfdr: "No sé si habrá alguna de las graves que queden fuera de este hechizo" significa, por supuesto, que sí que hay heridas demasiado "graves" para que el hechizo de curación que tenéis tenga efecto alguno sobre ellas.
Una vez traído el agua se esperó pacientemente a su turno. El baño (aunque limpieza de heridas era más correcto) no fue exento de dolor y escozor, que acompañaron quejidos y algunas maldiciones bajas. Pero finalmente ella quedó limpia y se esperó a que la roquense también terminara.
—Creo que puedo —confirmó con una sonrisa a Sinceridad—. Al menos mayoritariamente... No sé si habrá alguna de las graves que queden fuera de este hechizo...
Nfdr: "No sé si habrá alguna de las graves que queden fuera de este hechizo" significa, por supuesto, que sí que hay heridas demasiado "graves" para que el hechizo de curación que tenéis tenga efecto alguno sobre ellas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
31/10/17, 11:59 am
Mónica había tratado de no quejarse demasiado de sus heridas (con un nivel de éxito bajo), pero mientras Sinceridad estaba en la bañera, desde la que se la oía maldecir a los pájaros, no pudo resistirse más y decidió saber qué es lo que le había pasado. Intentando hacerlo de forma disimulada, para no llamar la atención de Lebra, se puso a examinarse las heridas. Las de la cara, gracias a su espejito, las de las extremidades gracias a su capacidad de torsión. Un torrente bajo de originales maldiciones acompañó al examen al que se había sometido.
La mayor parte de las heridas se encontraban en sus manos y antebrazos, con los que se había protegido la cara, pero también tenía picotazos en el cuello y la frente, y alguna en las piernas, en las zonas en las que la ropa no había servido de protección. La mayor parte de ellas ya no sangraba, pero las más profundas todavía relucían, mojadas.
La chica cerró los ojos con fuerza. Genial, otra fuente de preocupaciones. «Como no tengo… ¡tenemos! bastante…» pensó mientras trataba de ocultar la angustia repentina que la oprimía ocultándose tras la revista.
Cuando la roquense salió del baño, hablándole, Mon dio un respingo al tiempo que apartaba el panfleto. Sus ojos, enrojecidos, delatarían su preocupación, pero evitaría hablar del tema.
—¿Sí? —respondió, en cambio, con tono ligero—. Tendré que echarles un vistazo.
El hechizo de curación funcionó, más o menos. Las heridas más profundas siguieron ahí, y aunque hablaron de coserlas, Mónica no dejó que una aguja se acercara a su piel. En cambio, se vendó las zonas heridas con tela rasgada, lo que le daba cierta apariencia de momia despistada, y se las lavaba cada poco tiempo, obligando a sus companeras a hacerlo también.
La chica estuvo tratando de mantenerse ocupada todos los días: limpiar ayudaba, cocinar también. Aunque trataba de no salir mucho, al menos hasta no estar más curada, nunca trató de escaquearse (al menos no de forma muy obvia) de las labores que la sacaran del faro. Socializaba y bromeaba con sus compañeros todo lo que podía, tratando de evitar pensar en TODO lo malo que podría pasar… y sin embargo… Mon no dejaba de preocuparse.
Para empezar, las pesadillas con Nad continuaban, y había descubierto que no podía dormir sin una luz. «Como si tuviera cinco años» pensaba, angustiada y avergonzada. Había tratado de ocultarlo, pero estaba segura casi al cien por cien que alguien se había dado cuenta. Y… no había podido evitar probar el hechizo de curación con sus ojos, aunque estos no habían sufrido más cambio más allá de estarse aclarando día a día, y cada vez que la pobre cogía su espejo, tenía ataques de pánico, pensando en el día en que sus ojos fueran completamente blancos, día que parecía acercarse inexorablemente. Y para seguir… el frío había comenzado.
La mayor parte de las heridas se encontraban en sus manos y antebrazos, con los que se había protegido la cara, pero también tenía picotazos en el cuello y la frente, y alguna en las piernas, en las zonas en las que la ropa no había servido de protección. La mayor parte de ellas ya no sangraba, pero las más profundas todavía relucían, mojadas.
La chica cerró los ojos con fuerza. Genial, otra fuente de preocupaciones. «Como no tengo… ¡tenemos! bastante…» pensó mientras trataba de ocultar la angustia repentina que la oprimía ocultándose tras la revista.
Cuando la roquense salió del baño, hablándole, Mon dio un respingo al tiempo que apartaba el panfleto. Sus ojos, enrojecidos, delatarían su preocupación, pero evitaría hablar del tema.
—¿Sí? —respondió, en cambio, con tono ligero—. Tendré que echarles un vistazo.
***
El hechizo de curación funcionó, más o menos. Las heridas más profundas siguieron ahí, y aunque hablaron de coserlas, Mónica no dejó que una aguja se acercara a su piel. En cambio, se vendó las zonas heridas con tela rasgada, lo que le daba cierta apariencia de momia despistada, y se las lavaba cada poco tiempo, obligando a sus companeras a hacerlo también.
La chica estuvo tratando de mantenerse ocupada todos los días: limpiar ayudaba, cocinar también. Aunque trataba de no salir mucho, al menos hasta no estar más curada, nunca trató de escaquearse (al menos no de forma muy obvia) de las labores que la sacaran del faro. Socializaba y bromeaba con sus compañeros todo lo que podía, tratando de evitar pensar en TODO lo malo que podría pasar… y sin embargo… Mon no dejaba de preocuparse.
Para empezar, las pesadillas con Nad continuaban, y había descubierto que no podía dormir sin una luz. «Como si tuviera cinco años» pensaba, angustiada y avergonzada. Había tratado de ocultarlo, pero estaba segura casi al cien por cien que alguien se había dado cuenta. Y… no había podido evitar probar el hechizo de curación con sus ojos, aunque estos no habían sufrido más cambio más allá de estarse aclarando día a día, y cada vez que la pobre cogía su espejo, tenía ataques de pánico, pensando en el día en que sus ojos fueran completamente blancos, día que parecía acercarse inexorablemente. Y para seguir… el frío había comenzado.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
31/10/17, 12:32 pm
Los hechizos funcionaron... más o menos. Lo más leve lo curó sin problemas, pero apenas tuvo efecto en los más profundos. Eso podría ser un problema si no los trataban bien, pero la obsesión de Mónica con la limpieza había hecho mella en la roquense. Antes de ir allí habría cosido sus heridas con cualquier cosa que sirviera, pero ahora que había oído hablar de infecciones y de cortes que podían empeorar por culpa de la suciedad... se lo pensaría mucho. Decidió imitarla y vendarse con esas telas.
—Si hubiera cogido alguno de esos esperpentos, ahora podría hacerme unas agujas de hueso... —se lamentó—. Menudas pintas tenemos con tanta venda —intentó reírse cuando terminó y miró a sus compañeras.
A partir de ahí, el día se le hizo breve. Cenaron, pusieron a Lorenzo y Fah al corriente de todo lo que había pasado y a dormir lo más quieta posible para evitar las molestias. Pensó en atarse a la cama con más tela, pero eso se le antojaba aún más molesto.
Decidió darse unos días de pausa en los días siguientes. Seguía saliendo a por cestas y agua, pero no ampliaría el área de búsqueda. Le molestaban las alas al volar y no quería meterse en otra refriega con las heridas abiertas aún, y se escudaba en que si habían encontrado refugio podrían dilatar la búsqueda, o que si habían muerto pues daría igual. <<No vamos a morir por ellos, eso está claro>>
Su decisión le costó noches de sueños oscuros los primeros días, pero acabaron pasando de largo. Tampoco soñaba cosas alegres, o al menos a veces se despertaba sin recordar nada. Los días, en cambio, sustos aparte en las salidas, iban bien. No se vivía tan mal al filo del acantilado a pesar de todo, y Lebra había resultado una buena casualidad. El grupo se llevaba bien. Quien no se llevaba bien con alguien eran sus ojos. Cada mañana despertaba con más legañas de lo normal y muchos días era incómodo. Y para colmo, empezaba a hacer más frío.
Aquella mañana se levantó refunfuñando y abrazándose a sí misma. No solo por los ojos sino porque tendría que empezar a vestirse como ellos si sus plumas no bastaban. ¡Y no le gustaba! La ropa era fea, poco colorida, sucia, y olía a viejo. Encima tendría que encajar las alas como pudiera. Si alguien se despertaba temprano, la vería desayunando mientras cortaba cachos de una camiseta ancha de manga larga. Las mangas, para ser exactos, ya que pensaba ajustárselas a los brazos como pudiera, al menos, mientras pensaba cómo arreglar lo de las alas.
—Menudo aspecto voy a tener... Esta ciudad me quita todo lo bonito... —masculló antes de lanzarle un bocado a una manzana, cuchillo en mano. No tenía buena cara, había pasado frío por la noche y había echado de menos sus hogueras de Tierra Bruja, y la nostalgia le pasaba factura siempre para mal, pero intentaría no pagarlo con ellos.
—Si hubiera cogido alguno de esos esperpentos, ahora podría hacerme unas agujas de hueso... —se lamentó—. Menudas pintas tenemos con tanta venda —intentó reírse cuando terminó y miró a sus compañeras.
A partir de ahí, el día se le hizo breve. Cenaron, pusieron a Lorenzo y Fah al corriente de todo lo que había pasado y a dormir lo más quieta posible para evitar las molestias. Pensó en atarse a la cama con más tela, pero eso se le antojaba aún más molesto.
***
Decidió darse unos días de pausa en los días siguientes. Seguía saliendo a por cestas y agua, pero no ampliaría el área de búsqueda. Le molestaban las alas al volar y no quería meterse en otra refriega con las heridas abiertas aún, y se escudaba en que si habían encontrado refugio podrían dilatar la búsqueda, o que si habían muerto pues daría igual. <<No vamos a morir por ellos, eso está claro>>
Su decisión le costó noches de sueños oscuros los primeros días, pero acabaron pasando de largo. Tampoco soñaba cosas alegres, o al menos a veces se despertaba sin recordar nada. Los días, en cambio, sustos aparte en las salidas, iban bien. No se vivía tan mal al filo del acantilado a pesar de todo, y Lebra había resultado una buena casualidad. El grupo se llevaba bien. Quien no se llevaba bien con alguien eran sus ojos. Cada mañana despertaba con más legañas de lo normal y muchos días era incómodo. Y para colmo, empezaba a hacer más frío.
Aquella mañana se levantó refunfuñando y abrazándose a sí misma. No solo por los ojos sino porque tendría que empezar a vestirse como ellos si sus plumas no bastaban. ¡Y no le gustaba! La ropa era fea, poco colorida, sucia, y olía a viejo. Encima tendría que encajar las alas como pudiera. Si alguien se despertaba temprano, la vería desayunando mientras cortaba cachos de una camiseta ancha de manga larga. Las mangas, para ser exactos, ya que pensaba ajustárselas a los brazos como pudiera, al menos, mientras pensaba cómo arreglar lo de las alas.
—Menudo aspecto voy a tener... Esta ciudad me quita todo lo bonito... —masculló antes de lanzarle un bocado a una manzana, cuchillo en mano. No tenía buena cara, había pasado frío por la noche y había echado de menos sus hogueras de Tierra Bruja, y la nostalgia le pasaba factura siempre para mal, pero intentaría no pagarlo con ellos.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
02/11/17, 12:29 pm
La luz ayudaría a la chica a dormir, pero desde luego, también la despertaba demasiado temprano por la mañana. Mónica se quedó en la cama unos momentos, intentando volver a conciliar el sueño, demasiado cansada como para preocuparse por volver a sus pesadillas, pero no lo consiguió.
«Si Jonás estuviera aquí, podría despertarle a almohadonazos para que hablara conmigo. Echo de menos hasta sus ronquidos de camionero» se dijo con tristeza. «Y podríamos ir juntos a darle la lata a papá. Y desayunar churros y chocolate. Y quedarnos en casa viendo pelis. Y…» recordar todo lo que había perdido entristeció a la chiquilla, quien no pudo evitar sollozar, con un nudo en la garganta que apenas le permitió respirar, y le hizo sentir un repentino ramalazo de rencor hacia Doce Punto, quien la había apartado de todo lo que quería, aunque lo ahogó rápidamente.
Mónica sacudió la cabeza, tratando de olvidar, y decidió levantarse de una vez. Tras ordenar su rincón haciendo un poco más de ruido de lo necesario para molestar a los que todavía estaban durmiendo (como inútil intento de venganza) y lavarse a conciencia, bajó, tiritando y enroscada en una manta, a la cocina, donde se encontró a una Doña Plumitas enfurruñada y mascullando al tiempo que hacía manualidades con una camiseta.
—Buenos días —saludó tristemente, más por costumbre que porque realmente pensara que iba a ser un buen día—. Hace frío —comentó, recalcando lo evidente.
La chica agarró un bollo y un vaso de leche y se sentó a su lado. Examinó la cara de la roquense, que cada día se le hacía más familiar y menos extraña, y frunció el ceño: ella estaría preocupada por sus ojos, pero los de Sinceridad tampoco parecían muy sanos en esos momentos.
—¿Qué tal has dormido? ¿Te molestan los ojos?
«Si Jonás estuviera aquí, podría despertarle a almohadonazos para que hablara conmigo. Echo de menos hasta sus ronquidos de camionero» se dijo con tristeza. «Y podríamos ir juntos a darle la lata a papá. Y desayunar churros y chocolate. Y quedarnos en casa viendo pelis. Y…» recordar todo lo que había perdido entristeció a la chiquilla, quien no pudo evitar sollozar, con un nudo en la garganta que apenas le permitió respirar, y le hizo sentir un repentino ramalazo de rencor hacia Doce Punto, quien la había apartado de todo lo que quería, aunque lo ahogó rápidamente.
Mónica sacudió la cabeza, tratando de olvidar, y decidió levantarse de una vez. Tras ordenar su rincón haciendo un poco más de ruido de lo necesario para molestar a los que todavía estaban durmiendo (como inútil intento de venganza) y lavarse a conciencia, bajó, tiritando y enroscada en una manta, a la cocina, donde se encontró a una Doña Plumitas enfurruñada y mascullando al tiempo que hacía manualidades con una camiseta.
—Buenos días —saludó tristemente, más por costumbre que porque realmente pensara que iba a ser un buen día—. Hace frío —comentó, recalcando lo evidente.
La chica agarró un bollo y un vaso de leche y se sentó a su lado. Examinó la cara de la roquense, que cada día se le hacía más familiar y menos extraña, y frunció el ceño: ella estaría preocupada por sus ojos, pero los de Sinceridad tampoco parecían muy sanos en esos momentos.
—¿Qué tal has dormido? ¿Te molestan los ojos?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
02/11/17, 05:29 pm
Le picaban los ojos. Se había frotado demasiado para limpiarse y le molestaban, así que seguramente... Sí, se notaba. Sonrió a Mónica cuando esta saludó.
—Están rojos imagino, ¿no? Buenos días... No me hables del frío, necesito abrigarme —dijo, y con la misma desgana le enseñó lo que estaba intentando hacer.
Alcanzó otra pieza de fruta y la empezó a picar con otro cuchillo.
—¿Y tú qué tal? No traes buena cara...
—Están rojos imagino, ¿no? Buenos días... No me hables del frío, necesito abrigarme —dijo, y con la misma desgana le enseñó lo que estaba intentando hacer.
Alcanzó otra pieza de fruta y la empezó a picar con otro cuchillo.
—¿Y tú qué tal? No traes buena cara...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.