El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/08/14, 11:54 pm
Le habían sedado y aun no podían saber nada, lo cual era bastante lógico, y por eso el hado no insistió. Volvió a guardar silencio, manteniendo a raya su preocupación, y revolvió el cabello de Gael en un gesto que pretendía transmitir tranquilidad, indicándole en silencio que lo había estado genial allí dentro. Wen se quedó con Noel en su habitación mientras los demás bajaban al salón, y antes de seguirlos, Vac le dirigió a la vouivre una mirada enturbiada que esta no llegó a captar. En la planta baja Nía y el fuego fatuo estaban estabilizando a la terra, la cual había perdido demasiada sangre. Aquella noche la Luna Roja había llegado cargada de problemas, pero por suerte la enorme ulterana salió de peligro y su situación se normalizo. La mesa estaba puesta y el olor de la comida era delicioso, pero casi todos parecían tener el estómago cerrado.
Vac no probó bocado, y aunque lo intentó, nada logro pasar de su garganta. Un nudo le oprimía el pecho, fruto de la angustia, y apenas se podía concentrar en los amigos que le rodeaban. Su mente estaba en la habitación de su hermano, y sus pensamientos no se apartaban de él. Aquel silencio le obligaba a pensar de mas, y al hacerlo se ponía en los peores casos, haciendo que la espera se hiciera aun mas larga de lo que era.
Finalmente el muchacho se levantó de la mesa y fue hasta la cocina para reunir algo de comida para Wen, la cual llevaba varias horas sin comer, y poco antes de que los demás fueran a comprobar el estado del draco, el hado subió y se reunió con la británica. Le dejó el plato sobre el escritorio, y luego volvió al pasillo a esperar las noticias de los tres expertos.
Estas no tardaron en llegar, y en cuanto el griego empezó a escucharlas, su fachada de tranquilidad empezó a desmoronarse. Apenas escuchó nada después de la palabra coma, y confirmar que su hermano se encontraba en una situación similar a la de su madre tantos años atrás lo dejo en blanco. Tenía que salir de allí, y sin que nadie llegara a darse cuenta, el griego abandonó el Cuchitril a paso rápido, parándose en medio de la calle y observando la palma de su manos abiertas en completo silencio, sin verlas realmente. Aquello no podía ser real, no era justo, no era cierto: su hermano se pondría bien, simplemente estaba dormido.
Vac pasó de la negación a la ira en un instante, y en una arranque de la misma estampó su puño cerrado contra un muro ruinoso, destrozándolo aun mas. Aquello no lo alivió, y aunque continuó golpeándolo hasta dejarse los nudillos, el dolor en su pecho no disminuyó un ápice. Repentinamente agotado, el griego buscó apoyo en la pared y parpadeó, conteniendo las lágrimas. Le costaba respirar, todo le daba vueltas, y apenas lograba enfocar los adoquines que había bajo sus pies.
Tardó unos minutos en tranquilizarse, y cuando lo consiguió alzó el vuelo hacia el tejado, sentándose allí y dejando que la brisa nocturna le acariciara el rostro. Hurgó con una mano temblorosa en su bolsillo y se llevó un cigarro a la boca, encendiéndolo con cierta dificultad e inhalando el humo con cuidado. La vorágine de pensamientos sombríos que desbordaba su mente se había calmado, concediéndole cierta claridad, pero esta solo le permitía ver mejor todo lo que andaba mal, y las expectativas seguían aterrorizándolo.
Vac no probó bocado, y aunque lo intentó, nada logro pasar de su garganta. Un nudo le oprimía el pecho, fruto de la angustia, y apenas se podía concentrar en los amigos que le rodeaban. Su mente estaba en la habitación de su hermano, y sus pensamientos no se apartaban de él. Aquel silencio le obligaba a pensar de mas, y al hacerlo se ponía en los peores casos, haciendo que la espera se hiciera aun mas larga de lo que era.
Finalmente el muchacho se levantó de la mesa y fue hasta la cocina para reunir algo de comida para Wen, la cual llevaba varias horas sin comer, y poco antes de que los demás fueran a comprobar el estado del draco, el hado subió y se reunió con la británica. Le dejó el plato sobre el escritorio, y luego volvió al pasillo a esperar las noticias de los tres expertos.
Estas no tardaron en llegar, y en cuanto el griego empezó a escucharlas, su fachada de tranquilidad empezó a desmoronarse. Apenas escuchó nada después de la palabra coma, y confirmar que su hermano se encontraba en una situación similar a la de su madre tantos años atrás lo dejo en blanco. Tenía que salir de allí, y sin que nadie llegara a darse cuenta, el griego abandonó el Cuchitril a paso rápido, parándose en medio de la calle y observando la palma de su manos abiertas en completo silencio, sin verlas realmente. Aquello no podía ser real, no era justo, no era cierto: su hermano se pondría bien, simplemente estaba dormido.
Vac pasó de la negación a la ira en un instante, y en una arranque de la misma estampó su puño cerrado contra un muro ruinoso, destrozándolo aun mas. Aquello no lo alivió, y aunque continuó golpeándolo hasta dejarse los nudillos, el dolor en su pecho no disminuyó un ápice. Repentinamente agotado, el griego buscó apoyo en la pared y parpadeó, conteniendo las lágrimas. Le costaba respirar, todo le daba vueltas, y apenas lograba enfocar los adoquines que había bajo sus pies.
Tardó unos minutos en tranquilizarse, y cuando lo consiguió alzó el vuelo hacia el tejado, sentándose allí y dejando que la brisa nocturna le acariciara el rostro. Hurgó con una mano temblorosa en su bolsillo y se llevó un cigarro a la boca, encendiéndolo con cierta dificultad e inhalando el humo con cuidado. La vorágine de pensamientos sombríos que desbordaba su mente se había calmado, concediéndole cierta claridad, pero esta solo le permitía ver mejor todo lo que andaba mal, y las expectativas seguían aterrorizándolo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Cuchitril (Archivo I)
07/08/14, 02:02 am
Ya había imaginado que no tendrían apetito, pero la hice sabiéndolo por si alguien sí lo tenía. Sentado a la mesa, recibí las noticias y suspiré tras tomar una buena bocanada. Había salido "bien"... Estaba estable, aunque estuviera en coma...
—Adara tiene razón, sois lo mejorcito de esta ciudad—dije con una media sonrisa, cansado.
Y aún podía salir de esa. Saldría de esa. Era tontería dejarse llevar por "¿y si no?" hasta que no pasara algo grave. <<¿Y ahora? ¿Me voy o...?>> Estaba un tanto hecho polvo, como los demás... y como los demás se fueron retirando y ya no podía hacer nada más, decidí volver a casa. Aunque primero iría al Burdel, para dar la noticia... y quizá pasaría allí la noche o volvería a la Bodega, y vería. Así que avisé y me marché. Vi a Vac por el camino pero no le molesté: Wen y él debían de estar pasándolo peor... y no había forma de consolar a ninguno, al menos no que yo conociera, así que seguí mi camino.
—Adara tiene razón, sois lo mejorcito de esta ciudad—dije con una media sonrisa, cansado.
Y aún podía salir de esa. Saldría de esa. Era tontería dejarse llevar por "¿y si no?" hasta que no pasara algo grave. <<¿Y ahora? ¿Me voy o...?>> Estaba un tanto hecho polvo, como los demás... y como los demás se fueron retirando y ya no podía hacer nada más, decidí volver a casa. Aunque primero iría al Burdel, para dar la noticia... y quizá pasaría allí la noche o volvería a la Bodega, y vería. Así que avisé y me marché. Vi a Vac por el camino pero no le molesté: Wen y él debían de estar pasándolo peor... y no había forma de consolar a ninguno, al menos no que yo conociera, así que seguí mi camino.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: El Cuchitril (Archivo I)
07/08/14, 05:33 am
La vouivre escuchó atentamente las explicaciones de sus amigos, pero no sacó nada en claro. Lo único que le quedaba era esperar a que el efecto del hechizo de sueño pasara y que todo hubiera salido bien. Todos bajaron a cenar la apetitosa comida que se olía desde ahí, pero la británica ni tenía hambre ni pensaba dejar a Noel solo en ningún momento, por lo que se metió en la habitación sin decir nada, aunque tampoco hacía falta.
La decisión de entrar la tomó demasiado rápido, por lo que no se había preparado para la imagen que la esperaba. Noel estaba echado en la cama inmóvil. La vouivre se acercó a él despacio, temiendo que un mal movimiento le perjudicara. El draco parecía calmado, en paz, con los ojos cerrados y respiraciones pausadas. A la británica se le antojó hasta tierno e infantil. Pero lo que sobresalía más de su imagen era la debilidad. Quizás era una alucinación de la vouivre o realmente el sueco daba esa imagen, pero a Wen el draco le recordaba a una figurita de cristal al borde de una mesa muy alta. De una fragilidad que no encajaba en su aspecto y no favorecía su imagen.
Wen se enjuagó las lágrimas. “No quiero que Noel me vea llorar.” Pensó tontamente. Y se acercó al borde de la cama. Cogió una silla, ya que no quería incomodar al draco sentándose a su lado, y la colocó lo más cerca de la cama que pudo. Wen puso la mano de Noel entre las suyas temblando y la apretó con fuerza. Luego retiró una de ellas, sin soltarle la mano con la otra en ningún momento, y le acarició las plumas que le quedaban en la cabeza, evitando mirar directamente a la parte rapada, pues sabía que ahí era donde le habían abierto y mirarlo directamente solo lo haría más real.
- Hola, Noel.- le saludó con una sonrisa triste-. Vaya estropicio te han hecho en la cabeza, ¿eh?- Mientras acariciaba sus plumas, las iba llevando inconscientemente hacia la dirección contraria para que taparan la calva-. No se lo tengas en cuenta, ¿vale? Además, volverá a crecer y dentro de un tiempo nos reiremos de esto.- soltó una risa triste seguida de unas lágrimas que retiró enseguida de su cara-. ¿Recuerdas la luna del año pasado? Tú y tu hermano hicisteis un gasto mágico tan grande que caísteis agotados a las puertas del burdel.- la vouivre volvió a reír amargamente-. Ojalá no hubiera estado tan cansada, podría haber disfrutado más de esa escena. Luego tuvimos una mañana fantástica.- dijo soñadora-. Por lo visto no todas las noches de Luna Roja pueden acabar felizmente.- terminó con voz apagada y ensombrecida.
Wen se quedó ahí, abrazada a la mano de Noel mientras sollozaba silenciosamente de vez en cuando y le susurraba cosas palabras de consuelo, que eran más para ella que para el draco. No se percató de que el hado había entrado hasta que oyó la bandeja sobre la mesa y levantó la cabeza para mirar a Vac después de limpiarse las lágrimas de la cara. Susurró un “Gracias” antes de que este desapareciera por la puerta. Todavía no tenía hambre, pero agradecía no tener que separarse del draco.
Poco después subieron los demás para comprobar el estado del draco y la noticia le cayó como un balde de agua fría. “Coma” La vouivre tontamente había esperado que el draco se despertara de un momento a otro, pero por el contrario había quedado en coma y ella sabía lo que eso significaba. Muchos niños habían llegado al orfanato porque sus padres no salían del coma o habían muerto tras uno. No, aquello no era bueno, aunque quedaba una esperanza todavía. Pequeña y abriéndose paso con mucho esfuerzo, la esperanza estaba ahí rodeada de la negra y cruda realidad.
Como una autómata siguió a Nia al interior de la habitación y almacenó en su mente todo lo que ella le explicaba. Hasta que no se encontró de nuevo sola con Noel no reaccionó. “¡Esta en coma!” el miedo recorría todo su cuerpo. No tenían la certeza de cuando despertaría ni de si lo haría. El miedo, la frustración y la incertidumbre iban a acabar con ella.
- Noel.- lo llamó desesperada agarrando de nuevo fuertemente su mano-. Dime que no vas a morir, Noel, dime que vas a despertar.- le suplicó con los ojos empañados en lagrimas-. Tienes que despertar, Noel, tienes que darme más mañanas fantásticas como la de aquel día, como las de todos los días. Hay tantas cosas que todavía nos quedan por hacer. Prometiste que me enseñarías a patinar, ¿lo recuerdas? Al lado de aquel lago en Idris. Ese día dijiste que volveríamos, Noel. Por favor, cumple tu promesa.- terminó diciendo en un susurro.
Durante gran parte de la noche, Wen no se movió de su sitio, con la garra de Noel fuertemente atrapada entre sus manos, la frente apoyada en estas, y llorando y diciendo cosas ininteligibles. Cuando se encontraba más calmada iba picando de la comida que Vacuum le había traído, pero a la mañana siguiente la bandeja parecía no haberse tocado a penas. Por su parte, cuando el sueño y el cansancio vencieron a la británica esta, arrastrada por algún tipo de instinto de protección y se transformó en serpiente rodeando la cama con todo su cuerpo y descansando su cabeza bajo el brazo inerte del draco.
Al día siguiente pidió a sus amigos si no les importaba subirle un sillón del salón, ya que no pensaba quitarle sitio en la cama al draco ni pensaba separarse de su lado. Sentada en su nuevo sillón, la vouivre pasó el día hablando con el draco y leyendo libros de su estantería para él. En su opinión, si mantenía la mente del sueco activa sería más posible que este despertara y ella necesitaba confiar en aquello.
Un día más pasó y la vouivre comenzaba a verse algo demacrada. A pesar de que el sofá era muy cómodo, no era el mejor lugar para dormir, y eso unido a que apenas comía, aquella situación le estaba pasando factura a la vouivre. Y, mientras tanto, Noel no despertaba.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 04:52 am
No tenía mucha idea de qué había que hacer, por eso confió plenamente en Nia. Al principio, según veía las pruebas, comenzó a animarse porque todo parecía en su sitio. La posibilidad de un coma todavía no se le había ocurrido, quería creer que en cualquier momento abriría los ojos por sí mismo y se incorporaría. No fue así, y la noticia lo golpeó con tanta fuerza que evitó mirar a los demás una vez en el pasillo. Aprovechó que Nia no los incluía en la lección para irse a su cuarto, donde Pirita había sido encerrada para no molestar. La gata apenas levantó la cabeza al verle entrar, pero hizo que Gael recordara comprobar si alguien se había encargado de alimentar a Odín. Tardó en salir, aun así, porque quiso esperar a que el pasillo se encontrara vacío. Se dio cuenta, tarde, de que había hecho mal en huir de la situación. ¿Qué había de Nia? La habían hecho venir, y en un mal momento, ¿cómo podían agradecérselo? ¿Seguía siquiera en el cuchitril?
Bajó a la planta inferior y buscó el cuenco del gato. Al verlo vacío lo rellenó, porque aunque se diese el caso de que ya hubiera comido era mejor que le sobrase antes que faltarle. Era tarde y había un silencio inquietante en todo el edificio, solo se oía el ulular del viento y el crujir de la madera. No se veía capaz de dormir ni tenía ganas de hacerlo. Pensó en obligarse a ello, pero incluso eso le sabía mal. Era como cortar de raíz sus pensamientos, aunque quizá al otro lado solo le esperaban pesadillas. Probablememente era así. Ninguno de los gestos amables de sus compañeros al respecto de lo que habían hecho en aquel cuarto le ayudaban a sentirse mejor. En realidad no podía dejar de pensar que de haber contado con una persona experimentada en aquel campo Noel ya estaría despierto.
Hacía mucho tiempo que no dormía tan mal, al no haber llegado a recurrir a la magia. Todo fueron vueltas, pensamientos y breves momentos de sueño, y el día siguiente tampoco fue mejor. Noel no se despertó en todo el día, y Wen no se movía de su lado. El fuego fatuo no fue capaz de decirle nada, de intentar que descansara. Se encargó de sus tareas, lo que incluía conservar los cadáveres que habían arrastrado hasta su taller –mientras no pensaba siquiera qué hacer con ellos–, y después se acercó a la biblioteca, sin nada mejor que hacer. Lo que quería era buscar, en vano, hechizos que ayudaran a acelerar la recuperación de Noel, o su salida del coma. Sabía que era una tontería, pero tal vez a Nia se le habían pasado por alto porque podían ser de un nivel avanzado. No lo sabía, pero lo intentó a la desesperada para no sentir que se quedaba quieto llanamente esperando.
Al día siguiente nada había cambiado. El cuchitril estaba sumido en una calma inquietante y Noel seguía sin despertar. No lo había visto demasiado, porque Wen se encargaba de él en todo momento. «No debería seguir así…» pensaba, pero a la vez no sabía qué decirle. A mediodía preparó comida para todos, incluyendo una sopa líquida para Noel. Subió una bandeja para la vouivre, acompañada de una magdalena por si era lo único que le bajaba, y llamó a la puerta antes de pasar. Dejó la fuente sobre la mesita de noche y comenzó a preparar la jeringuilla para la sonda nasogástrica que tenía ahora el draco, todo ello sin decir nada salvo un saludo casi mudo.
―Deberías descansar, o salir a despejarte un rato. Podemos relevarte cualquiera de nosotros mientras… ―comenzó, por fin, cautelosamente. Tenía miedo de decir algo inadecuado o de molestar a la vouivre. Noel daba señales que llamaban al optimismo, pero ni eso tenía caso para alejar aquel ambiente plomizo. No podía animar a Wen, eso ya lo sabía. Era igual con todos ellos. Lo que sí había decidido el fuego fatuo era que no iba a quedarse quieto mientras se lamentaba, solo le hacía más daño. Si Wen no cedía volvería a ir a la biblioteca, o buscaría cualquier contacto en la ciudad que pudiera ayudarlos.
Bajó a la planta inferior y buscó el cuenco del gato. Al verlo vacío lo rellenó, porque aunque se diese el caso de que ya hubiera comido era mejor que le sobrase antes que faltarle. Era tarde y había un silencio inquietante en todo el edificio, solo se oía el ulular del viento y el crujir de la madera. No se veía capaz de dormir ni tenía ganas de hacerlo. Pensó en obligarse a ello, pero incluso eso le sabía mal. Era como cortar de raíz sus pensamientos, aunque quizá al otro lado solo le esperaban pesadillas. Probablememente era así. Ninguno de los gestos amables de sus compañeros al respecto de lo que habían hecho en aquel cuarto le ayudaban a sentirse mejor. En realidad no podía dejar de pensar que de haber contado con una persona experimentada en aquel campo Noel ya estaría despierto.
Hacía mucho tiempo que no dormía tan mal, al no haber llegado a recurrir a la magia. Todo fueron vueltas, pensamientos y breves momentos de sueño, y el día siguiente tampoco fue mejor. Noel no se despertó en todo el día, y Wen no se movía de su lado. El fuego fatuo no fue capaz de decirle nada, de intentar que descansara. Se encargó de sus tareas, lo que incluía conservar los cadáveres que habían arrastrado hasta su taller –mientras no pensaba siquiera qué hacer con ellos–, y después se acercó a la biblioteca, sin nada mejor que hacer. Lo que quería era buscar, en vano, hechizos que ayudaran a acelerar la recuperación de Noel, o su salida del coma. Sabía que era una tontería, pero tal vez a Nia se le habían pasado por alto porque podían ser de un nivel avanzado. No lo sabía, pero lo intentó a la desesperada para no sentir que se quedaba quieto llanamente esperando.
Al día siguiente nada había cambiado. El cuchitril estaba sumido en una calma inquietante y Noel seguía sin despertar. No lo había visto demasiado, porque Wen se encargaba de él en todo momento. «No debería seguir así…» pensaba, pero a la vez no sabía qué decirle. A mediodía preparó comida para todos, incluyendo una sopa líquida para Noel. Subió una bandeja para la vouivre, acompañada de una magdalena por si era lo único que le bajaba, y llamó a la puerta antes de pasar. Dejó la fuente sobre la mesita de noche y comenzó a preparar la jeringuilla para la sonda nasogástrica que tenía ahora el draco, todo ello sin decir nada salvo un saludo casi mudo.
―Deberías descansar, o salir a despejarte un rato. Podemos relevarte cualquiera de nosotros mientras… ―comenzó, por fin, cautelosamente. Tenía miedo de decir algo inadecuado o de molestar a la vouivre. Noel daba señales que llamaban al optimismo, pero ni eso tenía caso para alejar aquel ambiente plomizo. No podía animar a Wen, eso ya lo sabía. Era igual con todos ellos. Lo que sí había decidido el fuego fatuo era que no iba a quedarse quieto mientras se lamentaba, solo le hacía más daño. Si Wen no cedía volvería a ir a la biblioteca, o buscaría cualquier contacto en la ciudad que pudiera ayudarlos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 07:02 pm
Wen oyó la puerta, pero no miró a quién entraba hasta que oyó el saludo. Mientras Gael se movía a su espalda, la vouivre seguía mirando a Noel y acomodando su pelo de nuevo para tapar la zona de operación. Se había hecho con dos plumas de la cabeza de Noel con las que jugaba entre sus dedos o trenzaba en su pelo cuando iba a dormir para no separarse de ellas.
- No, tranquilo.- le contestó al fuego fatuo-. Despertará pronto y tengo que estar aquí para darle la bienvenida. Si se despierta sin que yo este no me lo perdonaría.- terminó diciendo, convencidísima que aquel iba a ser el día en el que Noel se levantara.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 07:21 pm
El fuego fatuo miró a la vouivre en silencio unos segundos, terminando por agachar la cabeza. Por un momento envidió su fe, pero luego se dio cuenta de que no tenía por qué ser fe simplemente. Wen estaba comenzando a tener aspecto demacrado, y no habían pasado ni dos días.
Se centró en la tarea de alimentar al draco, acomodado sobre varios almohadones, y recogió los bártulos al terminar, poco después. Antes de irse le dio un toquecito a la fuente de comida con los dedos y trató de mostrar seguridad al dirigirse a Wen.
―Al menos intenta comer algo, ¿vale? Y si necesitas un hechizo de vela… solo dilo. Pero aun así intenta dormir, por favor. ―Hizo una pausa dubitativa. La vista se le había escapado hacia Noel y se quedó en blanco. Su cara de paz mientras dormía distaba de dar una imagen tranquilizadora―. Voy a salir, volveré por la noche.
No supo añadir nada más y salió del cuarto, cerrando la puerta con cuidado tras él. Limpió los bártulos que había usado para después volver a su habitación y coger una chaqueta, pasando la vista por aquella que le había dado Noel. Ya no le servía, pero continuaba conservándola junto a las demás en el armario. Por último sacó su cartera de la cómoda, rascó la oreja de Pirita, que descansaba sobre el mueble, y salió a la calle.
Sigue en la Botica de la Náyade.
Se centró en la tarea de alimentar al draco, acomodado sobre varios almohadones, y recogió los bártulos al terminar, poco después. Antes de irse le dio un toquecito a la fuente de comida con los dedos y trató de mostrar seguridad al dirigirse a Wen.
―Al menos intenta comer algo, ¿vale? Y si necesitas un hechizo de vela… solo dilo. Pero aun así intenta dormir, por favor. ―Hizo una pausa dubitativa. La vista se le había escapado hacia Noel y se quedó en blanco. Su cara de paz mientras dormía distaba de dar una imagen tranquilizadora―. Voy a salir, volveré por la noche.
No supo añadir nada más y salió del cuarto, cerrando la puerta con cuidado tras él. Limpió los bártulos que había usado para después volver a su habitación y coger una chaqueta, pasando la vista por aquella que le había dado Noel. Ya no le servía, pero continuaba conservándola junto a las demás en el armario. Por último sacó su cartera de la cómoda, rascó la oreja de Pirita, que descansaba sobre el mueble, y salió a la calle.
Sigue en la Botica de la Náyade.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 10:38 pm
El agotamiento físico que padeció el asreniano al acabar la noche de la luna ni tan siquiera se acercaba al emocional. Habían pasado la euforia a la angustia en apenas unos segundos. Y mientras que la primera no volvía, el desasosiego se mantuvo y tan solo fue a más. El genemago había salido de la sala improvisada de operaciones casi sorprendido: su especialización no tenía nada que ver con operaciones en la cabeza y no acababa de creerse que entre él y Koval y Nia, que tampoco estaban especializados en magia curativa exactamente, hubieran logrado realizar tal hazaña con éxito.
Sin embargo, cualquier esperanza que hubiera traído aquella victoria médica, había quedado eclipsada por una lógica que le pedía al goliat no hacerse ilusiones y unos nervios que le impedían parar la cola quieta. Por desgracia, los resultados de pruebas posteriores le dieron la razón a medias. Si bien no estaba en el estadio más preocupante, Noel había quedado en coma. A partir de ahí, Giz pasó a guardar silencio. No sabía nada sobre cómo curar aquello, ni siquiera sobre cómo funcionaba exactamente (más allá de lo que le hubieran explicado esa misma noche) y nada que dijera iba a ayudar a que el draco despertara. Apesadumbrado, trató de hacerse tan invisible como pudo y se fue a su habitación una ve quedó hecho todo lo que estuvo en sus manos.
No durmió, le pesaba la conciencia, y dedicó toda la noche a pensar más de lo que le hubiera gustado. Habían matado a cinco personas hacía pocas horas, pero era una viva la que les quitaba el sueño. Durante lo que tardó el sol en salir, Giz se arrepintió y desarrepintió de tantas cosas que recibió la luz con dolor de cabeza. En lugar de volver a buscar el sueño, salió de la habitación y se plantó sin ganas en la cocina, donde desayunó bstraído y con desgana. A lo largo de la mañana, ayudó en cuanto pudo, evitando entrar en la habitación de Noel en más ocasiones de las necesarias, y en algún momento concreto, simplemente desaparecería tras apretar un botón. Tenía proyectos que pausar y un paseo que darse por el mercado, en busca de algún sanador de renombre que pudiera ayudarles. También necesitaba tomar el aire, quedarse encerrado y de brazos cruzados le provocaba asfixia psicológica.
Sin embargo, cualquier esperanza que hubiera traído aquella victoria médica, había quedado eclipsada por una lógica que le pedía al goliat no hacerse ilusiones y unos nervios que le impedían parar la cola quieta. Por desgracia, los resultados de pruebas posteriores le dieron la razón a medias. Si bien no estaba en el estadio más preocupante, Noel había quedado en coma. A partir de ahí, Giz pasó a guardar silencio. No sabía nada sobre cómo curar aquello, ni siquiera sobre cómo funcionaba exactamente (más allá de lo que le hubieran explicado esa misma noche) y nada que dijera iba a ayudar a que el draco despertara. Apesadumbrado, trató de hacerse tan invisible como pudo y se fue a su habitación una ve quedó hecho todo lo que estuvo en sus manos.
No durmió, le pesaba la conciencia, y dedicó toda la noche a pensar más de lo que le hubiera gustado. Habían matado a cinco personas hacía pocas horas, pero era una viva la que les quitaba el sueño. Durante lo que tardó el sol en salir, Giz se arrepintió y desarrepintió de tantas cosas que recibió la luz con dolor de cabeza. En lugar de volver a buscar el sueño, salió de la habitación y se plantó sin ganas en la cocina, donde desayunó bstraído y con desgana. A lo largo de la mañana, ayudó en cuanto pudo, evitando entrar en la habitación de Noel en más ocasiones de las necesarias, y en algún momento concreto, simplemente desaparecería tras apretar un botón. Tenía proyectos que pausar y un paseo que darse por el mercado, en busca de algún sanador de renombre que pudiera ayudarles. También necesitaba tomar el aire, quedarse encerrado y de brazos cruzados le provocaba asfixia psicológica.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
09/08/14, 05:14 am
Vac había perdido la noción del tiempo observando la ciudad envuelta en sombras, y para cuando la recuperó, el alba ya rayaba el horizonte. La colilla que colgaba de sus labios hacía tiempo que se había consumido, y la ceniza había manchado las mangas de su cazadora, pero no parecía importarle, y se limitó a sacudirla con gesto distraído en cuanto se puso en pie. El hado se dejó caer del tejado y entró en el Cuchitril con gesto ausente, sirviéndose unas sobras de la cena del día anterior para recuperar energías antes de ponerse en marcha. No se sentía capaz de ver a su hermano en aquel estado, por eso no subió a la segunda planta, pero dedicó el resto del día a buscar algo que le ayudase.
Aun no se había corrido la voz sobre el destino de los de Gar, y el griego no estaba dispuesto a extender la noticia, así que se limitó a preguntar cuidándose de no revelar nada de mas. Buscó cualquier cosa que pudiera ayudar al draco a despertar, remedios, hechizos, brebajes... nada servía, y en la mayoría de los casos solo quisieron estafarle, por eso cuando regresó al Cuchitril lo hizo con las manos vacías.
Tampoco fue capaz de subir entonces a la habitación del sueco, y dedicó la tarde a esperar en silencio, pensativo, la mirada perdida en algún punto mas allá de la ventana. Apenas habló con nadie, y cuando ya todos dormían o fingían intentarlo, el hado se asomó al cuarto de su hermano. Wen descansaba en su forma de serpiente, enroscada a la cama del draco para protegerlo de cualquier cosa, y el griego observó durante unos minutos la escena antes de perderse de nuevo pasillo abajo.
Volvió a pasar la noche en el tejado, silencioso y cada vez mas nervioso, y al día siguiente, cuando Gael subió algo de comida para Wen, el griego se dejó caer en uno de los sofás del salón, donde dormitó por fin. Vac caminó entre el sueño y la vigilia durante unas horas, y no despertó hasta que el fuego fatuo no hubo regresado. Se desperezó con un bostezo y se acercó a la cocina a lavarse la cara, y fue allí donde el español se acercó a él para tratar un asunto.
—¿Que ocurre? —preguntó, secándose con un trapo y apoyándose en la encimera.
No se esperaba escuchar lo que Gael le contó, y la expresión del hado, que pretendía mostrar tranquilidad, pasó a ser de preocupación. El griego sugirió empezar a preparar la cena mientras hablaban, por tener las manos ocupadas.
—Creo que deberías hablar con ella, o si lo prefieres podemos hacerlo los dos —le dijo por fin, cuando el chico terminó de contar lo que había descubierto—. No entiendo porque no ha dicho nada de lo que le ha sucedido hasta ahora...
Aun no se había corrido la voz sobre el destino de los de Gar, y el griego no estaba dispuesto a extender la noticia, así que se limitó a preguntar cuidándose de no revelar nada de mas. Buscó cualquier cosa que pudiera ayudar al draco a despertar, remedios, hechizos, brebajes... nada servía, y en la mayoría de los casos solo quisieron estafarle, por eso cuando regresó al Cuchitril lo hizo con las manos vacías.
Tampoco fue capaz de subir entonces a la habitación del sueco, y dedicó la tarde a esperar en silencio, pensativo, la mirada perdida en algún punto mas allá de la ventana. Apenas habló con nadie, y cuando ya todos dormían o fingían intentarlo, el hado se asomó al cuarto de su hermano. Wen descansaba en su forma de serpiente, enroscada a la cama del draco para protegerlo de cualquier cosa, y el griego observó durante unos minutos la escena antes de perderse de nuevo pasillo abajo.
Volvió a pasar la noche en el tejado, silencioso y cada vez mas nervioso, y al día siguiente, cuando Gael subió algo de comida para Wen, el griego se dejó caer en uno de los sofás del salón, donde dormitó por fin. Vac caminó entre el sueño y la vigilia durante unas horas, y no despertó hasta que el fuego fatuo no hubo regresado. Se desperezó con un bostezo y se acercó a la cocina a lavarse la cara, y fue allí donde el español se acercó a él para tratar un asunto.
—¿Que ocurre? —preguntó, secándose con un trapo y apoyándose en la encimera.
No se esperaba escuchar lo que Gael le contó, y la expresión del hado, que pretendía mostrar tranquilidad, pasó a ser de preocupación. El griego sugirió empezar a preparar la cena mientras hablaban, por tener las manos ocupadas.
—Creo que deberías hablar con ella, o si lo prefieres podemos hacerlo los dos —le dijo por fin, cuando el chico terminó de contar lo que había descubierto—. No entiendo porque no ha dicho nada de lo que le ha sucedido hasta ahora...
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 02:01 am
La única persona a la vista era Vac. Notó que lo había hecho despertar al abrir la puerta y eso le fastidió. A pesar de ello no intentó volver a dormir y se fue hacia la cocina. Al fuego fatuo lo asaltaron las dudas. No había nadie más a la vista y era una buena opción a quien presentarle su disyuntiva. Sin embargo le dolía más si cabía meterlo en otro problema a mayores de lo de su hermano. Se mordió el labio inferior y avanzó hacia la cocina, lo miró con cautela, y su expresión calmada lo animó a hablar.
―Vac… acabo de enterarme de algo y no sé qué hacer ―comenzó, dubitativo. Cuando el hado lo animó a continuar le refirió su paseo hasta la botica y cómo estaba esta por fuera. Añadió los detalles con cuentagotas, esperando a ver cómo reaccionaba Vac. Lo que había en el interior primero y, por último, las palabras de Bastel.
―Dudo mucho que nos diga nada pero esta vez está claro que ha pasado algo gordo. Quiero ayudarla pero… no sé cómo. Ni si se va a dejar ayudar. ―Se había terminado apoyando en el mesado y tamborileaba con las manos sobre sus rodillas, a las que miraba intermitentemente. Había ayudado a Vac cortando verduras pero una vez terminó se había distraído mientras estas chisporroteaban en la sartén.
No supo qué responderle al hado exactamente. ¿Quería su ayuda? Desde luego Vac era una buena opción para hablar con Nia, probablemente mucho mejor que él mismo. Sin embargo, creía que lo óptimo era que la náyade hablase con tal solo una persona, tal vez, pero decirle eso a Vac era lo mismo que endiñarle un problema que era tan suyo como podía serlo de cualquier otro de la casa. El fuego fatuo no se creía capaz de tener una simple conversación y parecía que, al lado de lo que había hecho hacía dos días, era algo complicado. Esa idea le hizo resoplar.
―Ya sabes cómo es. Y con todo lo que ha pasado… ―calló, incapaz de seguir―. Debería ser más sincera.
Se abrió la puerta de la calle y el fuego fatuo volvió a callarse bajándose del mesado. No se oyeron pasos, una vez se escuchó cómo se cerraba, y ambos supieron que debía ser Nia. El silencio pesado de la planta baja le indicó al fuego fatuo que era una ocasión tan buena como cualquier otra para hacer de tripas corazón.
―Nia, ¿podrías venir un momento? ―preguntó, asomándose por la puerta de la cocina. La náyade se acercó y Gael la guió al interior de la habitación―. He pasado por la botica hace un rato. Siento… no haber preguntado antes. Era evidente que algo no iba bien. ―No podía evitar utilizar un tono lúgubre al hablar. Tampoco sabía por donde seguir. Lo mejor sería obviar su encuentro con Bastel salvo que fuese necesario―. ¿Por qué no has contado nada? ―No quería hacer alusión a pedir ayuda, o preguntar directamente qué había pasado―. Sé que no parecía el momento… por cómo están las cosas. Pero me habría gustado saberlo ―le dolía que hubieran terminado de darle la noche, después de todo aquello. No habrían tenido opción dada la urgencia médica, pero las cosas habrían sido diferentes después de haber operado a Noel.
―Vac… acabo de enterarme de algo y no sé qué hacer ―comenzó, dubitativo. Cuando el hado lo animó a continuar le refirió su paseo hasta la botica y cómo estaba esta por fuera. Añadió los detalles con cuentagotas, esperando a ver cómo reaccionaba Vac. Lo que había en el interior primero y, por último, las palabras de Bastel.
―Dudo mucho que nos diga nada pero esta vez está claro que ha pasado algo gordo. Quiero ayudarla pero… no sé cómo. Ni si se va a dejar ayudar. ―Se había terminado apoyando en el mesado y tamborileaba con las manos sobre sus rodillas, a las que miraba intermitentemente. Había ayudado a Vac cortando verduras pero una vez terminó se había distraído mientras estas chisporroteaban en la sartén.
No supo qué responderle al hado exactamente. ¿Quería su ayuda? Desde luego Vac era una buena opción para hablar con Nia, probablemente mucho mejor que él mismo. Sin embargo, creía que lo óptimo era que la náyade hablase con tal solo una persona, tal vez, pero decirle eso a Vac era lo mismo que endiñarle un problema que era tan suyo como podía serlo de cualquier otro de la casa. El fuego fatuo no se creía capaz de tener una simple conversación y parecía que, al lado de lo que había hecho hacía dos días, era algo complicado. Esa idea le hizo resoplar.
―Ya sabes cómo es. Y con todo lo que ha pasado… ―calló, incapaz de seguir―. Debería ser más sincera.
Se abrió la puerta de la calle y el fuego fatuo volvió a callarse bajándose del mesado. No se oyeron pasos, una vez se escuchó cómo se cerraba, y ambos supieron que debía ser Nia. El silencio pesado de la planta baja le indicó al fuego fatuo que era una ocasión tan buena como cualquier otra para hacer de tripas corazón.
―Nia, ¿podrías venir un momento? ―preguntó, asomándose por la puerta de la cocina. La náyade se acercó y Gael la guió al interior de la habitación―. He pasado por la botica hace un rato. Siento… no haber preguntado antes. Era evidente que algo no iba bien. ―No podía evitar utilizar un tono lúgubre al hablar. Tampoco sabía por donde seguir. Lo mejor sería obviar su encuentro con Bastel salvo que fuese necesario―. ¿Por qué no has contado nada? ―No quería hacer alusión a pedir ayuda, o preguntar directamente qué había pasado―. Sé que no parecía el momento… por cómo están las cosas. Pero me habría gustado saberlo ―le dolía que hubieran terminado de darle la noche, después de todo aquello. No habrían tenido opción dada la urgencia médica, pero las cosas habrían sido diferentes después de haber operado a Noel.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 02:30 am
Nia
La ulterana trabajaba con ferviente ardor, llendo y viniendo a sitios desde que habia decidido trasladarse al cuchitril mientras que Noel permanecia en coma y la terra, recuperandose de la avulación. En sus ires y venires habia ido empezando a recuperar liquidez, manteniendose al dia con pedidos y usando sus contactos para mover ciertos hilos discretamente. La Botica ya habia empezado a recuperarse, aun cuando sus ruinas estaban calientes. Era algo ya como una experta en ello.
Cruzó la puerta del cuchitril, llevaba una cesta de mimbre con pescado ahumado de color ceruleo y un pequeño maletín de cuero. Cuando Gael le llamó la atención, le siguió hasta la cocina, algo extrañada. Ahí dentro vió a Vac y a él. Por sus rostros, aquello no tenia que ser algo bueno. Les dejó hablar, con un movimiento de cabeza. Nada más empezar a hacerlo, la ulterana sufrió un cambio radical, tanto en su mirada como en su postura, pasando de una más relajada y viva a otra más tensa y vacia. Escuchó a Gael hablar, sus palabras retumbando en su cabeza. Aun a aquel día, no sabria que contestar de ser preguntada y, cierto era, que su presencia ahí con la malherida terra habia causado más de una pregunta a los habitantes del cuchitril.
Finalmente le tocó el turno de contestar. Agarraba la cesta tan fuerte que, en su inconsciencia, esta se habia empezado a astillar en su mano, haciendose pequeñas heridas con las astillas de esta.
-No queria... No podia... Involucraros.-respondió, con cierta dificultad. Sus ojos estaban completamente desenfocados pero sus palabras parecian genuinas.-No he estado tratando asuntos muy honestos y no queria arrastraros a ellos.-
La ulterana no estaba segura de hasta cuanto sabian sobre lo que habia pasado la noche de la Luna. De momento, habia escarbado que Gael habia visto el edificio, no sabia si se habia adentrado dentro y si habia encontrado algo de más. Por el momento, la niña se hacia la sueca.
De pronto, dió un respingo y, con cierta fortaleza, respondió.-Y, a decir verdad, no me arrrepiento. No me arrepiento de no haberos involucrado ni por un instante. Sino podria tener que estar tratandoos a más de uno en este momento o, peor, lamentandome por que sufrieseis una suerte parecida a la de mi guardaespaldas.-
Inconscientemente, sus ojos se habian tornado llorosos. Apoyando la cesta y el maletin en una mesa, se los enjugó con la manga.
-Pero la Botica resurgirá. Y esta vez tardará menos. Los obreros van a demoler las ruinas y empezar a reasentar los cimientos mañana mismo, ya lo tengo hablado.-hablaba con cierto aire desganado, como el que se usa a la hora de hablar de negocios.-Hubiera preferido que no os llegaseis a enterar. Así no tendria que avergonzarme de mi misma.-
Entonces, se miró la palma de la mano herida y como las heridas causadas por las astillas se fueron cerrando una a una.
La ulterana trabajaba con ferviente ardor, llendo y viniendo a sitios desde que habia decidido trasladarse al cuchitril mientras que Noel permanecia en coma y la terra, recuperandose de la avulación. En sus ires y venires habia ido empezando a recuperar liquidez, manteniendose al dia con pedidos y usando sus contactos para mover ciertos hilos discretamente. La Botica ya habia empezado a recuperarse, aun cuando sus ruinas estaban calientes. Era algo ya como una experta en ello.
Cruzó la puerta del cuchitril, llevaba una cesta de mimbre con pescado ahumado de color ceruleo y un pequeño maletín de cuero. Cuando Gael le llamó la atención, le siguió hasta la cocina, algo extrañada. Ahí dentro vió a Vac y a él. Por sus rostros, aquello no tenia que ser algo bueno. Les dejó hablar, con un movimiento de cabeza. Nada más empezar a hacerlo, la ulterana sufrió un cambio radical, tanto en su mirada como en su postura, pasando de una más relajada y viva a otra más tensa y vacia. Escuchó a Gael hablar, sus palabras retumbando en su cabeza. Aun a aquel día, no sabria que contestar de ser preguntada y, cierto era, que su presencia ahí con la malherida terra habia causado más de una pregunta a los habitantes del cuchitril.
Finalmente le tocó el turno de contestar. Agarraba la cesta tan fuerte que, en su inconsciencia, esta se habia empezado a astillar en su mano, haciendose pequeñas heridas con las astillas de esta.
-No queria... No podia... Involucraros.-respondió, con cierta dificultad. Sus ojos estaban completamente desenfocados pero sus palabras parecian genuinas.-No he estado tratando asuntos muy honestos y no queria arrastraros a ellos.-
La ulterana no estaba segura de hasta cuanto sabian sobre lo que habia pasado la noche de la Luna. De momento, habia escarbado que Gael habia visto el edificio, no sabia si se habia adentrado dentro y si habia encontrado algo de más. Por el momento, la niña se hacia la sueca.
De pronto, dió un respingo y, con cierta fortaleza, respondió.-Y, a decir verdad, no me arrrepiento. No me arrepiento de no haberos involucrado ni por un instante. Sino podria tener que estar tratandoos a más de uno en este momento o, peor, lamentandome por que sufrieseis una suerte parecida a la de mi guardaespaldas.-
Inconscientemente, sus ojos se habian tornado llorosos. Apoyando la cesta y el maletin en una mesa, se los enjugó con la manga.
-Pero la Botica resurgirá. Y esta vez tardará menos. Los obreros van a demoler las ruinas y empezar a reasentar los cimientos mañana mismo, ya lo tengo hablado.-hablaba con cierto aire desganado, como el que se usa a la hora de hablar de negocios.-Hubiera preferido que no os llegaseis a enterar. Así no tendria que avergonzarme de mi misma.-
Entonces, se miró la palma de la mano herida y como las heridas causadas por las astillas se fueron cerrando una a una.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 04:34 am
El sonido de la puerta principal al abrirse se alzó por encima del de la comida haciéndose, y por un segundo ambos chicos guardaron silencio, escuchando con atención. No hubo pasos que indicaran que alguien con piernas había entrado en el edificio, y como solo Nía aparte del propio Gael se movía levitando, no les costó deducir quien acababa de llegar. Fue el fuego fatuo el que la salió al paso, preguntándole si podía acercarse a la cocina, y cuando la náyade entró, le contó lo que había descubierto, preguntándole porque no les había dicho nada.
Vac escuchó con atención las palabras de la ulterana, sin dejar de atender la comida, frunciendo ligeramente el ceño cuando la muchacha claramente trató de escurrir el bulto. El hado le tendió un trapo limpio cuando terminó de hablar para que se limpiara la sangre de la mano.
—No somos la Inquisición, Nia, y estamos continuamente envueltos en asuntos poco honestos, estamos acostumbrados a ellos —dijo con voz cansada, pellizcándose el puente de la nariz—. Habría sido peor que acabaras como lo ha hecho la botica, y que haberlo hecho nos enteráramos tarde. ¿Qué habríamos pensado de darse el caso?, ¿como tendríamos que sentirnos?
El griego apartó una sartén del fuego y puso otra, pendiente de que no se chamuscara la cena.
—Podemos ayudarte con la botica si hace falta, pero nos preocupa mas la razón por lo que ha quedado en aquel estado. ¿Con quien te has buscado problemas, Nía?, ¿quien ha derruido tu casa?
Vac escuchó con atención las palabras de la ulterana, sin dejar de atender la comida, frunciendo ligeramente el ceño cuando la muchacha claramente trató de escurrir el bulto. El hado le tendió un trapo limpio cuando terminó de hablar para que se limpiara la sangre de la mano.
—No somos la Inquisición, Nia, y estamos continuamente envueltos en asuntos poco honestos, estamos acostumbrados a ellos —dijo con voz cansada, pellizcándose el puente de la nariz—. Habría sido peor que acabaras como lo ha hecho la botica, y que haberlo hecho nos enteráramos tarde. ¿Qué habríamos pensado de darse el caso?, ¿como tendríamos que sentirnos?
El griego apartó una sartén del fuego y puso otra, pendiente de que no se chamuscara la cena.
—Podemos ayudarte con la botica si hace falta, pero nos preocupa mas la razón por lo que ha quedado en aquel estado. ¿Con quien te has buscado problemas, Nía?, ¿quien ha derruido tu casa?
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 04:53 am
Nia
Cogio el paño que le ofrecia Vac sin mucho miramiento. Se le antojaba extraño el ponerse a discutir sobre aquello, justo en mitad de la labor de la cocina. Escuchó al griego hablar y, sintiendose algo arrinconada, apoyandose contra la pared opuesta, contestó.
-Sin embargo, no lo he hecho. He sobrevivido otra luna por mi cuenta. No soy alguien que necesite una niñera. Ya tengo cierta edad para esas cosas.-las últimas palabras salieron con cierta acidez poco habitual en ella.
Vac fue directo al grano y pregunto por un nombre. Ni loca Nia les contaria sobre Grummanehell. No, el hacerlo, les expondria a un peligro innecesario ¿y para que? ¿Pensaban ayudarla a vengarse? ¿Pensaban ir ellos por su cuenta a por él? Su orgullo le impedia ese desenlace. Grummanehell la habia engañado a ella y solo a ella y no necesitó a más gente que si mismo. Nia planeaba devolverle el golpe por su cuenta. Seria la única responsable de su vendetta.
-Se puede decir que yo misma fui quien destruyo la botica. Yo y mi egoismo y mi ingenuidad, o al menos lo que quedaba de ella. Tome un riesgo por una promesa imposible y pagué la pena capital por ello. Pero ¿quien dicta que es posible y que imposible en esta ciudad?-dijo con una risa nerviosa.-Está claro que yo no. Pero se lo debia...- Entonces tragó saliva, incómoda. No queria ahondar en ello. No veia un desenlace bonito a aquella conversación.- Se que no volverá a pasar, eso os lo puedo asegurar. Y los responsables, lo pagaran caro.-dijo con un tono de frialdad.
Hubo una pausa y la náyade hizo una sola pregunta entonces.
-¿Pensais contarselo a los demás?-dijo con cierta vulnerabilidad.
Cogio el paño que le ofrecia Vac sin mucho miramiento. Se le antojaba extraño el ponerse a discutir sobre aquello, justo en mitad de la labor de la cocina. Escuchó al griego hablar y, sintiendose algo arrinconada, apoyandose contra la pared opuesta, contestó.
-Sin embargo, no lo he hecho. He sobrevivido otra luna por mi cuenta. No soy alguien que necesite una niñera. Ya tengo cierta edad para esas cosas.-las últimas palabras salieron con cierta acidez poco habitual en ella.
Vac fue directo al grano y pregunto por un nombre. Ni loca Nia les contaria sobre Grummanehell. No, el hacerlo, les expondria a un peligro innecesario ¿y para que? ¿Pensaban ayudarla a vengarse? ¿Pensaban ir ellos por su cuenta a por él? Su orgullo le impedia ese desenlace. Grummanehell la habia engañado a ella y solo a ella y no necesitó a más gente que si mismo. Nia planeaba devolverle el golpe por su cuenta. Seria la única responsable de su vendetta.
-Se puede decir que yo misma fui quien destruyo la botica. Yo y mi egoismo y mi ingenuidad, o al menos lo que quedaba de ella. Tome un riesgo por una promesa imposible y pagué la pena capital por ello. Pero ¿quien dicta que es posible y que imposible en esta ciudad?-dijo con una risa nerviosa.-Está claro que yo no. Pero se lo debia...- Entonces tragó saliva, incómoda. No queria ahondar en ello. No veia un desenlace bonito a aquella conversación.- Se que no volverá a pasar, eso os lo puedo asegurar. Y los responsables, lo pagaran caro.-dijo con un tono de frialdad.
Hubo una pausa y la náyade hizo una sola pregunta entonces.
-¿Pensais contarselo a los demás?-dijo con cierta vulnerabilidad.
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 06:22 am
Gael evitó soltar un bufido al escuchar sobre asuntos poco honestos. ¿Qué era acaso el modo de vida de todos ellos? Nia siempre olvidaba ver las cosas desde el punto de vista de los demás. Precisamente por eso, tal vez, dijo algo que le sentó bastante mal al fuego fatuo. Ya tenían a alguien en un estado precario por sus propios asuntos poco honestos. Nadie les había pagado por salir a matarse con los de Gar. Aunque, al final, sí habían implicado a Nia. Por suerte no en el conflicto per se, ni esa noche hacía dos días ni en los meses anteriores.
Vac tomó la palabra el primero, cosa que Gael agradeció. Todavía pensaba en cómo hacer la pregunta que la náyade había esquivado. Se alegraba de que pudiese volver a levantar su negocio, pero eso no era lo que más le interesaba en aquel momento. No tardó en ponerse a la defensiva, como esperaba. No pudo evitar comenzar a encenderse, y a su lado escuchó cómo Vac cortaba la carne haciendo cada vez un ruido más seco contra la tabla de madera. «¿No necesitas niñeras? A lo mejor la botica no opina lo mismo» pensó con dureza. Sin embargo algo en todo aquello le recordaba enormemente a su propia situación, la de todos los cuchitrileros. Tal vez la ciudad era demasiado para cualquiera, pero había una cosa cierta, podía cebarse en personas como Nia, que se empeñaba en ir siempre en solitario.
―Ya está bien ―soltó cortante―. Siempre quieres hacer parecer que todo es muy simple, pero no tenemos la menor idea de… de nada. No somos idiotas, algo así nunca trae nada bueno. Hablas de responsables, y allí dentro había huesos quemados. ¿Cómo quieres que no me preocupe? ―terminó alzando la voz más de lo necesario. Tenía el ceño permanentemente fruncido de frustración.
Ante la pregunta de si informarían a los demás, Vac y Gael se miraron. La respuesta era evidente para ambos.
―Es tu decisión hacerlo, pero lo de la botica se sabrá tarde o temprano. ―«Y no podemos contar lo que no sabemos».
Vac tomó la palabra el primero, cosa que Gael agradeció. Todavía pensaba en cómo hacer la pregunta que la náyade había esquivado. Se alegraba de que pudiese volver a levantar su negocio, pero eso no era lo que más le interesaba en aquel momento. No tardó en ponerse a la defensiva, como esperaba. No pudo evitar comenzar a encenderse, y a su lado escuchó cómo Vac cortaba la carne haciendo cada vez un ruido más seco contra la tabla de madera. «¿No necesitas niñeras? A lo mejor la botica no opina lo mismo» pensó con dureza. Sin embargo algo en todo aquello le recordaba enormemente a su propia situación, la de todos los cuchitrileros. Tal vez la ciudad era demasiado para cualquiera, pero había una cosa cierta, podía cebarse en personas como Nia, que se empeñaba en ir siempre en solitario.
―Ya está bien ―soltó cortante―. Siempre quieres hacer parecer que todo es muy simple, pero no tenemos la menor idea de… de nada. No somos idiotas, algo así nunca trae nada bueno. Hablas de responsables, y allí dentro había huesos quemados. ¿Cómo quieres que no me preocupe? ―terminó alzando la voz más de lo necesario. Tenía el ceño permanentemente fruncido de frustración.
Ante la pregunta de si informarían a los demás, Vac y Gael se miraron. La respuesta era evidente para ambos.
―Es tu decisión hacerlo, pero lo de la botica se sabrá tarde o temprano. ―«Y no podemos contar lo que no sabemos».
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Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
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Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 02:25 pm
Nia
Nia habia estado bajando más y más la cabeza mientras la conversación se prolongaba y, con la mención de los huesos, consiguió arrancarle un par de palabras más.
-Pero esos huesos no son los mios.-dijo, desprovista de emociones reconocibles, como si fuese un punto importante a destacar.-Si lo fuesen, no estaria aquí. Yo sobreviví, eso es lo que hago. Pero al menos tampoco son de personas que me importan de verdad. ¿Y quereis que os meta en esto, que os de nombres, que venga corriendo a pediros ayuda aun cuando todo esto ha sido tan solo mia la culpa?-hubo una pausa en la que ulterana bufó.-Creo que puedo llegar a ser egoista pero no tanto.-
Si se lo llegasen a contar a los demás y la conversación se recrudeciese, la ulterana se veria en un apuro. Estaba mentalmente preparada para soportar un interrogatorio incluso más duro que aquel, pero lo que no estaba segura era de si estaba emocionalmente preparada para aquella carga y, para de nuevo, inmersarse en una vida aún más solitaria como era una vida dictada por la venganza.
Nia habia estado bajando más y más la cabeza mientras la conversación se prolongaba y, con la mención de los huesos, consiguió arrancarle un par de palabras más.
-Pero esos huesos no son los mios.-dijo, desprovista de emociones reconocibles, como si fuese un punto importante a destacar.-Si lo fuesen, no estaria aquí. Yo sobreviví, eso es lo que hago. Pero al menos tampoco son de personas que me importan de verdad. ¿Y quereis que os meta en esto, que os de nombres, que venga corriendo a pediros ayuda aun cuando todo esto ha sido tan solo mia la culpa?-hubo una pausa en la que ulterana bufó.-Creo que puedo llegar a ser egoista pero no tanto.-
Si se lo llegasen a contar a los demás y la conversación se recrudeciese, la ulterana se veria en un apuro. Estaba mentalmente preparada para soportar un interrogatorio incluso más duro que aquel, pero lo que no estaba segura era de si estaba emocionalmente preparada para aquella carga y, para de nuevo, inmersarse en una vida aún más solitaria como era una vida dictada por la venganza.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/08/14, 10:19 pm
Cuando la náyade se empezó a poner a la defensiva, la mano de Vac se cerró entorno al cuchillo que estaba utilizando con mas fuerza, y el sonido que hacía este contra la tabla de cortar se fue intensificando. Era tal y como decía Gael, una cabezota, y por mucho que insistieran aquello no parecía que fuese a cambiar. A pesar de todo el fuego fatuo le saltó cortante, diciéndole lo que ambos pensaban sin suavizar sus palabras. No pareció importarle, sin embargo, y se preocupó mas por si iban o no a decírselo a los demás. Los dos chicos solo tuvieron que cruzar una mirada para comprender que pensaban lo mismo, y así se lo hizo saber el español a Nia.
Que la ulterana se empeñara en recalcar que a ella no le había pasado nada y que los huesos que Gael había encontrado no eran suyos no ayudaba, y el humor del griego se empezó a ensombrecer.
—¿Egoísta? —preguntó, dirigiéndole una mirada dura a la muchacha— Egoísta es que te empeñes en afrontar todos los peligros de está ciudad tu sola y que nos pidas que nos mantengamos al margen cuando te pase algo. Nosotros somos peores por hacerte venir a ayudar a Noel la misma noche que pierdes tu negocio, ¿no crees?
El hado calló, y volvió a centrarse en la cena, dándole los últimos toques antes de terminarla. Permaneció unos segundos apoyado en la encimera, mirando por la ventana mientras en la cocina se hacía un silencio incómodo.
—Haz lo que creas oportuno, como bien ha dicho Gael es tu decisión —añadió. Con su tono dejaba claro que por su parte había concluido aquella conversación, y con las mismas dejó las fuentes de comida en el mueble que hacía las veces de calientaplatos (mantiene la comida caliente hasta el momento de servirla) y abandonó la estancia.
El griego se dejó caer de nuevo en el sofá que ocupaba antes, donde tenía intención de dejar pasar el tiempo hasta la hora de la cena. Su cabeza seguía demasiado agitada, y a la preocupación por el estado de su hermano se añadía la preocupación por los problemas que había tenido la boticaria. La luz trémula del astro rojo se colaba por las ventanas e iluminaba la estancia en penumbra. Vac, molesto, cerró los ojos al mundo.
Que la ulterana se empeñara en recalcar que a ella no le había pasado nada y que los huesos que Gael había encontrado no eran suyos no ayudaba, y el humor del griego se empezó a ensombrecer.
—¿Egoísta? —preguntó, dirigiéndole una mirada dura a la muchacha— Egoísta es que te empeñes en afrontar todos los peligros de está ciudad tu sola y que nos pidas que nos mantengamos al margen cuando te pase algo. Nosotros somos peores por hacerte venir a ayudar a Noel la misma noche que pierdes tu negocio, ¿no crees?
El hado calló, y volvió a centrarse en la cena, dándole los últimos toques antes de terminarla. Permaneció unos segundos apoyado en la encimera, mirando por la ventana mientras en la cocina se hacía un silencio incómodo.
—Haz lo que creas oportuno, como bien ha dicho Gael es tu decisión —añadió. Con su tono dejaba claro que por su parte había concluido aquella conversación, y con las mismas dejó las fuentes de comida en el mueble que hacía las veces de calientaplatos (mantiene la comida caliente hasta el momento de servirla) y abandonó la estancia.
El griego se dejó caer de nuevo en el sofá que ocupaba antes, donde tenía intención de dejar pasar el tiempo hasta la hora de la cena. Su cabeza seguía demasiado agitada, y a la preocupación por el estado de su hermano se añadía la preocupación por los problemas que había tenido la boticaria. La luz trémula del astro rojo se colaba por las ventanas e iluminaba la estancia en penumbra. Vac, molesto, cerró los ojos al mundo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/08/14, 12:12 am
«Terca, terca, terca. Terca» pensó una y otra vez mientras Vac hablaba. Era imposible hacerla entrar en razón. Estaba muy bien si se enorgullecía de no involucrarlos en algo peligroso, pero no se daba cuenta de que tenerlos en la ignorancia ante un problema tan evidente era igual que impedirles ser de ayuda, o ejercer de amigos, en resumen. Se imaginó a Nia en una situación semejante a la de Wen, si fuese perseguida por un grupo de mercenarios y, sin embargo, ella no aceptase la ayuda de nadie. Le hacía enfurecer pensar algo así, estaba seguro de que Nia se había ganado enemigos o algo peor, ¿y qué tenía? Solo le quedaba una guardaespaldas manca y un crío babeante que no había visto antes en su vida.
―¿Está bien así, de veras? ―preguntó tras seguir con la mirada la salida de Vac de la escena. Lamentaba enormemente haberlo metido en aquel problema, tenía más que suficiente con todo lo demás―. ¿Sabes? A no ser que tus dos compatriotas desarrollen poderes mágicos de forma espontánea eres tremendamente vulnerable ahora mismo. Como lo seríamos cualquiera de nosotros si estuviésemos solos. ¿Qué quieres? ¿Qué realmente te dejemos a tu suerte? Tú no nos dejaste de lado esa noche. ¿Te imaginas que hubiésemos dejado a Wen a su suerte cuando empezaron a ir a por ella? Mira, a lo mejor me estoy poniendo en lo que no es y he metido la pata hasta el fondo, pero intenta entender de una vez por todas lo que pensamos los demás. Precisamente porque no sé nada de nada estoy tan nervioso.
―¿Está bien así, de veras? ―preguntó tras seguir con la mirada la salida de Vac de la escena. Lamentaba enormemente haberlo metido en aquel problema, tenía más que suficiente con todo lo demás―. ¿Sabes? A no ser que tus dos compatriotas desarrollen poderes mágicos de forma espontánea eres tremendamente vulnerable ahora mismo. Como lo seríamos cualquiera de nosotros si estuviésemos solos. ¿Qué quieres? ¿Qué realmente te dejemos a tu suerte? Tú no nos dejaste de lado esa noche. ¿Te imaginas que hubiésemos dejado a Wen a su suerte cuando empezaron a ir a por ella? Mira, a lo mejor me estoy poniendo en lo que no es y he metido la pata hasta el fondo, pero intenta entender de una vez por todas lo que pensamos los demás. Precisamente porque no sé nada de nada estoy tan nervioso.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/08/14, 12:43 am
Nia
No hacia falta que le dijesen nada. Nia era consciente de todo aquello. Sabia lo que era estar preocupado por una persona cercana. Y ni por un momento se habian parado a considerar que ella deseaba pedir ayuda a gritos, a dejarse envolver por sus amigos. Pero las cosas no eran tan simples y, para la ulterana, la única respuesta consistia en ocultarselo todo. Pero no habia forma humana para que lo entendiese. No con ellos. La ulterana no tenia terreno en el que asentarse para defender su posición de que podia cuidarse de si misma. Ni con los hechos recientes, ni con la historia en común con sus amigos. Ella siempre habia sido la carga, la desvalida. La vulnerable. Queria que aquello cambiase. Queria no suponer una carga para los demás. Y quizás por eso mismo les mentia, no ya tanto para asegurarse por su bienestar, sino para tener algo parecido al orgullo propio cerca de las personas que le importasen.
-¡Precisamente, por lo de Wen yo...-arrancó con cierta fuerza, pero se arrancó la lengua.-Yo... No es algo tan simple. No podeis ayudarme... No con esto.-dijo negando con la cabeza.-Os habeis enfrentado a la banda de mercenarios y habeis vuelto victoriosos con Noel al borde de la muerte. De no ser por el milagro que hemos logrado obrar Noel ahora mismo no estaria...-cerró los ojos. La confusión de su mente no la dejaba hablar con claridad. ¿Como iba a explicarles, de todas las personas, al español sobre sus sentimientos, sobre su soledad? Ella se habia recluido a esa vida, quizás por no poder ser la persona que sus amigos necesitasen. ¿Como podia hacerles ver que si veia a más de sus amigos en peligro, no se podria ni tener en pie? No lo soportaria. No más muertes de seres queridos. ¿Como podria decirles que no estaba de acuerdo con su estilo de vida en el que se jugaban las vidas, aun cuando ella hacia lo mismo a sus espaldas? La respuesta era que simplemente no podia. Y, mucho menos, hacerles entender por lo que pasaba.
Se reposó en una de las sillas, tapandose la cara del fuego fatuo con las manos.
-No me importa arder por mis errores, siempre y cuando lo haga sola.-concluyó, al borde del sollozo.
<<¿Qué tan dificil es de entender esto?>>
No hacia falta que le dijesen nada. Nia era consciente de todo aquello. Sabia lo que era estar preocupado por una persona cercana. Y ni por un momento se habian parado a considerar que ella deseaba pedir ayuda a gritos, a dejarse envolver por sus amigos. Pero las cosas no eran tan simples y, para la ulterana, la única respuesta consistia en ocultarselo todo. Pero no habia forma humana para que lo entendiese. No con ellos. La ulterana no tenia terreno en el que asentarse para defender su posición de que podia cuidarse de si misma. Ni con los hechos recientes, ni con la historia en común con sus amigos. Ella siempre habia sido la carga, la desvalida. La vulnerable. Queria que aquello cambiase. Queria no suponer una carga para los demás. Y quizás por eso mismo les mentia, no ya tanto para asegurarse por su bienestar, sino para tener algo parecido al orgullo propio cerca de las personas que le importasen.
-¡Precisamente, por lo de Wen yo...-arrancó con cierta fuerza, pero se arrancó la lengua.-Yo... No es algo tan simple. No podeis ayudarme... No con esto.-dijo negando con la cabeza.-Os habeis enfrentado a la banda de mercenarios y habeis vuelto victoriosos con Noel al borde de la muerte. De no ser por el milagro que hemos logrado obrar Noel ahora mismo no estaria...-cerró los ojos. La confusión de su mente no la dejaba hablar con claridad. ¿Como iba a explicarles, de todas las personas, al español sobre sus sentimientos, sobre su soledad? Ella se habia recluido a esa vida, quizás por no poder ser la persona que sus amigos necesitasen. ¿Como podia hacerles ver que si veia a más de sus amigos en peligro, no se podria ni tener en pie? No lo soportaria. No más muertes de seres queridos. ¿Como podria decirles que no estaba de acuerdo con su estilo de vida en el que se jugaban las vidas, aun cuando ella hacia lo mismo a sus espaldas? La respuesta era que simplemente no podia. Y, mucho menos, hacerles entender por lo que pasaba.
Se reposó en una de las sillas, tapandose la cara del fuego fatuo con las manos.
-No me importa arder por mis errores, siempre y cuando lo haga sola.-concluyó, al borde del sollozo.
<<¿Qué tan dificil es de entender esto?>>
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
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