El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/07/14, 08:21 pm
Conteniendo la risa en ciertas partes de la explicación de Toima –por ejemplo, su particular punto de vista sobre la seda–, asintió sorprendido a la explicación sobre los animales. Le iban a ser de gran utilidad en el taller, porque cuando las sobras eran vísceras, solía deshacerse de ellas, y tendía a tirarlas lejos de casa, teniendo que dar un buen paseo, para no atraer alimañas a la zona. En cuanto al olor… se ahorraría mucho en hechizos que los camuflasen, si funcionaba bien aquella polilla.
Agradeció los regalos una vez más al argos antes de que se fuera a seguir repartiendo cual Santa Claus lampiño, y rio de nuevo ante la mención de cómo se escribía su nombre.
―Con G, a poder ser. Se lee Gael, pero se escribe Koval ―añadió al final, en broma. Más tarde buscaría a los demás para preguntarles qué les había regalado. Tenía mucha curiosidad.
Lo que habían descubierto acerca de Saren empañó todo lo que podía haber sido esa noche. El fuego fatuo había olvidado ya que cargaba el premio del torneo aun sintiendo su peso en las manos, y fue la acción de Noel la que se lo logró recordar. Palideció, al notar como todos sus planes se desmoronaban al sentirse claramente como el más egoísta de los dos, y no quería parecerlo –porque para sí, y lo sabía bien, ya lo había demostrado–. Decidió que ahorraría el dinero de nuevo, con trabajos, y así costearía los regalos que tuviera que hacer. Ahora estos darían para más porque no había necesidad de apartar para comer en una temporada. Y con todo aquel dinero comunal podrían renovar mobiliario viejo y muchas cosas más.
Se acercó él también a la caja y vació en ella el dinero. Eso sí, haciendo parecer que era accidental, en el fondo de una de las bolsas quedaron algunas monedas sueltas. Nadie iba a ponerse a contarlo. Después metió ambas bolsas en el bolsillo. ¿Qué otra cosa podía hacer? Sus ahorros en ese momento eran inexistentes, porque lo había empleado todo en poner a punto las quimeras y cuerpos antes del torneo, y ahora estos estaban desgastados y necesitaba material nuevo. No quiso hacer preguntas, ni decir nada. Simplemente ayudó a poner la mesa y dejó las cosas como estaban.
No sería hasta más tarde, ya en la cama, cuando se daría cuenta de que había pensado las cosas de forma apresurada al sentirse egoísta, aunque mantenía que volvería a dejar –casi– todo en la caja. Ya en frío, se preguntó cuál era el significado detrás de la acción de Noel. Que no hubiese celebraciones aquella noche era todo a causa de la desaparición de Saren, así que no había podido averiguar mucho más. Tal vez esa era la forma en que el draco quería aportar algo, por todo lo que él creía que no aportaba. Porque querer quedarse parte del dinero no era algo descabellado, ni egoísta. Pensó que, de haber decidido quedárselo todo para sí cualquiera de sus compañeros, no se lo habría reprochado en absoluto.
Como aquella era la menor de sus preocupaciones aquella noche, terminó por obligarse a dormir mediante magia. Al día siguiente tenían mucho que investigar y necesitaba reponer fuerzas.
Sigue en la Casa de Gar.
Agradeció los regalos una vez más al argos antes de que se fuera a seguir repartiendo cual Santa Claus lampiño, y rio de nuevo ante la mención de cómo se escribía su nombre.
―Con G, a poder ser. Se lee Gael, pero se escribe Koval ―añadió al final, en broma. Más tarde buscaría a los demás para preguntarles qué les había regalado. Tenía mucha curiosidad.
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Lo que habían descubierto acerca de Saren empañó todo lo que podía haber sido esa noche. El fuego fatuo había olvidado ya que cargaba el premio del torneo aun sintiendo su peso en las manos, y fue la acción de Noel la que se lo logró recordar. Palideció, al notar como todos sus planes se desmoronaban al sentirse claramente como el más egoísta de los dos, y no quería parecerlo –porque para sí, y lo sabía bien, ya lo había demostrado–. Decidió que ahorraría el dinero de nuevo, con trabajos, y así costearía los regalos que tuviera que hacer. Ahora estos darían para más porque no había necesidad de apartar para comer en una temporada. Y con todo aquel dinero comunal podrían renovar mobiliario viejo y muchas cosas más.
Se acercó él también a la caja y vació en ella el dinero. Eso sí, haciendo parecer que era accidental, en el fondo de una de las bolsas quedaron algunas monedas sueltas. Nadie iba a ponerse a contarlo. Después metió ambas bolsas en el bolsillo. ¿Qué otra cosa podía hacer? Sus ahorros en ese momento eran inexistentes, porque lo había empleado todo en poner a punto las quimeras y cuerpos antes del torneo, y ahora estos estaban desgastados y necesitaba material nuevo. No quiso hacer preguntas, ni decir nada. Simplemente ayudó a poner la mesa y dejó las cosas como estaban.
No sería hasta más tarde, ya en la cama, cuando se daría cuenta de que había pensado las cosas de forma apresurada al sentirse egoísta, aunque mantenía que volvería a dejar –casi– todo en la caja. Ya en frío, se preguntó cuál era el significado detrás de la acción de Noel. Que no hubiese celebraciones aquella noche era todo a causa de la desaparición de Saren, así que no había podido averiguar mucho más. Tal vez esa era la forma en que el draco quería aportar algo, por todo lo que él creía que no aportaba. Porque querer quedarse parte del dinero no era algo descabellado, ni egoísta. Pensó que, de haber decidido quedárselo todo para sí cualquiera de sus compañeros, no se lo habría reprochado en absoluto.
Como aquella era la menor de sus preocupaciones aquella noche, terminó por obligarse a dormir mediante magia. Al día siguiente tenían mucho que investigar y necesitaba reponer fuerzas.
Sigue en la Casa de Gar.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
12/07/14, 11:22 pm
Tras el incidente de Saren, cuyo resultado fue óptimo por la eliminación de dama Ardid y Ter-Watah, Giz aumentó las precauciones a la hora de salir a la calle. Estaba seguro de que habían hecho un buen trabajo borrando las huellas, pero a estas alturas daba igual, ningún miembro de la banda de Gar tardaría demasiado en ponerles en el ojo de mira. Sin embargo, y por suerte, no hubo ningún percance hasta la salida de la luna.
Giz pudo centrarse en el acondicionamiento de su nuevo laboratorio, al cual le dedicó más horas de las que habría querido, así como en el perfeccionamiento y aprendizaje de los hechizos de teletransporte y criptobiosis, respectivamente. Gracias a este último, podía llevar algún que otro animal en el bolsillo, como método de defensa personal para casos de emergencia. Sus avances con la genemagia y las domas dotaban este método de aún mayor utilidad y, entre otros, a veces solía llevar consigo al dragón skrýmir.
El día de la luna llegó por fin y Giz se encontraba flotando junto a la barra, absorto en los planos del laboratorio y haciendo anotaciones en una libreta. Aún con la criptobiosis, Giz tendría problemas de espacio para albergar el que sería su próximo experimento.
Giz pudo centrarse en el acondicionamiento de su nuevo laboratorio, al cual le dedicó más horas de las que habría querido, así como en el perfeccionamiento y aprendizaje de los hechizos de teletransporte y criptobiosis, respectivamente. Gracias a este último, podía llevar algún que otro animal en el bolsillo, como método de defensa personal para casos de emergencia. Sus avances con la genemagia y las domas dotaban este método de aún mayor utilidad y, entre otros, a veces solía llevar consigo al dragón skrýmir.
El día de la luna llegó por fin y Giz se encontraba flotando junto a la barra, absorto en los planos del laboratorio y haciendo anotaciones en una libreta. Aún con la criptobiosis, Giz tendría problemas de espacio para albergar el que sería su próximo experimento.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
13/07/14, 05:45 pm
Aunque al día siguiente volvieron a ver a Saren, este seguía pareciendo un fantasma. A pesar de estar recuperado físicamente gracias a la magia, había cosas más imborrables que sus cicatrices grabadas en su memoria, y le llevaría bastante más que un día recuperarse. Además, a partir de ese día tendría motivos para vivir con recelo constante. El paso del tiempo no le provocó una mejora anímica muy notable, pero al menos se podía decir que estaba relativamente bien. Le ayudaron en lo que estuvo en su mano y, de hecho, le entregaron un papel igual que los de Wen y Tania para que se teletransportase al cuchitril al mínimo signo de peligro.
En los días siguientes al torneo Gael tenía en mente hacer quimeras nuevas y arreglas las suyas, pero sentía cierto reparo inevitable a estar solo en el taller. Sabía que era una tontería, porque el cuchitril estaba cerca, protegido, e incluso Toima podía ver lo que pasaba desde dentro de la vieja posada, pero aun así necesitó preguntar. Consultó a sus compañeros sobre si estaba siendo cauteloso de más, o era un miedo infundado, aunque cuando empezó a hablarles lo hizo para preguntar si era una molestia que trabajase de nuevo dentro del cuchitril. Y fue así como consiguió un compañero para las tardes en el taller: Noel le aseguró una y otra vez que no era una molestia mudarse allí a hacer las mismas tareas que podía hacer dentro del cuchitril, de modo que terminó por aceptar. De hecho, era agradable tener que con quien compartir alguna que otra conversación mientras trabajaba, si bien no quería distraerlo demasiado de sus tareas. A veces le enseñaba como hacía alguna cosa, orgulloso de haberla aprendido, o le hacía preguntas si le veía estudiando algo que le interesaba.
Fue así como terminó por conseguir que le grabara algunas runas en sus armas, como la de recuperación y refuerzo de filo en su espada ligera o impulso en su maza y espadón. Sabía que si necesitaba algún otro circuito en un arma podía pedírselas, y probablemente acabaría haciéndolo de nuevo, pero no sabía con qué devolverle el favor.
En cuanto a su trabajo en el taller, pudo reparar los desperfectos en sus quimeras, pero estaban tan gastadas ya como varias que tenía en mente tirar en breve. Por eso mismo se puso a coser para crear alguna nueva. Al cuerpo de la quimera sensorial que todavía guardaba a buen recaudo le cambió la cabeza por la de un varmano joven para evitar que fuera reconocido y lo vistió con un poncho. Era una lástima desperdiciar un cuerpecillo ágil como aquel. Los ojos de aquella cabeza echada a perder los empleó para sustituir a los del lagarto. Comenzó otros proyectos, pero en todos se atascó porque empezó a empeñarse en ir un paso más allá con la modelación orgánica, modificando los cuerpos de los cadáveres, buscando fusionarlos con otras partes sin inutilizar los músculos. Aun con muchas consultas de atlas anatómicos y ejemplos de muertos diseccionados, era terriblemente difícil acoplar partes a cuerpos que nunca habían tenido tal extremidad.
Otra cosa en la que el grupo ocupó su tiempo fue en el estudio de varios hechizos nuevos. La gran novedad fue el descubrimiento de un compendio que incluía una serie de ataques efectivos contra la intangibilidad, que quisieron incluir enseguida a su arsenal. Y, entre unas cosas y otras, se encontraron bastante ocupados, también en lo que respectaba a la vida laboral, pues les surgieron varios trabajos durante los próximos dos meses y medio, y era seguro que el torneo había tenido que ver. Que se dieran a conocer más hizo que llegara a sus oídos el mote que, sin saberlo, habían adoptado. Nunca habían encontrado indicios de cómo se llamaba la posada en la que vivían ahora, pero por fin lo sabían, y “los de la Brecha” estaba tan arraigado que no quedaba más remedio que adaptarse a ello. Al fuego fatuo no le disustaba, tenía más clase que “Gar”, y no venía del nombre de ningún usurero mugriento. Se alegraba enormemente de que el nombre de la posada no fuese del estilo “el jabalí verrugoso”, aunque era divertido bormear con ello ahora que un jabalí se paseaba por su casa día sí y día también. Animal que, por cierto, cada vez era más evidente que no crecería ni la mitad de lo que le habían hecho creer.
La gran cantidad de ingresos recientes les había permitido, además, una serie de reformas, por lo que de “cuchitril” cada vez tenía menos. El sofá fue una de las mejores cosas, aunque el fuego fatuo era más de acomodarse en el aire. La ampliación del patio les hacía mucha falta, con tanto animal y la huerta, y el resto de muebles que cambiaron le dieron un aspecto muy acogedor a la vieja posada. Precisamente se encontraba limpiando el polvo a una estantería nueva y reluciente aquel día, y con Pirita subida al hombro. No sabía en qué hacer pasar el tiempo, porque todo su cuerpo bullía de ansias por ver aparecer la Luna en el horizonte.
En los días siguientes al torneo Gael tenía en mente hacer quimeras nuevas y arreglas las suyas, pero sentía cierto reparo inevitable a estar solo en el taller. Sabía que era una tontería, porque el cuchitril estaba cerca, protegido, e incluso Toima podía ver lo que pasaba desde dentro de la vieja posada, pero aun así necesitó preguntar. Consultó a sus compañeros sobre si estaba siendo cauteloso de más, o era un miedo infundado, aunque cuando empezó a hablarles lo hizo para preguntar si era una molestia que trabajase de nuevo dentro del cuchitril. Y fue así como consiguió un compañero para las tardes en el taller: Noel le aseguró una y otra vez que no era una molestia mudarse allí a hacer las mismas tareas que podía hacer dentro del cuchitril, de modo que terminó por aceptar. De hecho, era agradable tener que con quien compartir alguna que otra conversación mientras trabajaba, si bien no quería distraerlo demasiado de sus tareas. A veces le enseñaba como hacía alguna cosa, orgulloso de haberla aprendido, o le hacía preguntas si le veía estudiando algo que le interesaba.
Fue así como terminó por conseguir que le grabara algunas runas en sus armas, como la de recuperación y refuerzo de filo en su espada ligera o impulso en su maza y espadón. Sabía que si necesitaba algún otro circuito en un arma podía pedírselas, y probablemente acabaría haciéndolo de nuevo, pero no sabía con qué devolverle el favor.
En cuanto a su trabajo en el taller, pudo reparar los desperfectos en sus quimeras, pero estaban tan gastadas ya como varias que tenía en mente tirar en breve. Por eso mismo se puso a coser para crear alguna nueva. Al cuerpo de la quimera sensorial que todavía guardaba a buen recaudo le cambió la cabeza por la de un varmano joven para evitar que fuera reconocido y lo vistió con un poncho. Era una lástima desperdiciar un cuerpecillo ágil como aquel. Los ojos de aquella cabeza echada a perder los empleó para sustituir a los del lagarto. Comenzó otros proyectos, pero en todos se atascó porque empezó a empeñarse en ir un paso más allá con la modelación orgánica, modificando los cuerpos de los cadáveres, buscando fusionarlos con otras partes sin inutilizar los músculos. Aun con muchas consultas de atlas anatómicos y ejemplos de muertos diseccionados, era terriblemente difícil acoplar partes a cuerpos que nunca habían tenido tal extremidad.
Otra cosa en la que el grupo ocupó su tiempo fue en el estudio de varios hechizos nuevos. La gran novedad fue el descubrimiento de un compendio que incluía una serie de ataques efectivos contra la intangibilidad, que quisieron incluir enseguida a su arsenal. Y, entre unas cosas y otras, se encontraron bastante ocupados, también en lo que respectaba a la vida laboral, pues les surgieron varios trabajos durante los próximos dos meses y medio, y era seguro que el torneo había tenido que ver. Que se dieran a conocer más hizo que llegara a sus oídos el mote que, sin saberlo, habían adoptado. Nunca habían encontrado indicios de cómo se llamaba la posada en la que vivían ahora, pero por fin lo sabían, y “los de la Brecha” estaba tan arraigado que no quedaba más remedio que adaptarse a ello. Al fuego fatuo no le disustaba, tenía más clase que “Gar”, y no venía del nombre de ningún usurero mugriento. Se alegraba enormemente de que el nombre de la posada no fuese del estilo “el jabalí verrugoso”, aunque era divertido bormear con ello ahora que un jabalí se paseaba por su casa día sí y día también. Animal que, por cierto, cada vez era más evidente que no crecería ni la mitad de lo que le habían hecho creer.
La gran cantidad de ingresos recientes les había permitido, además, una serie de reformas, por lo que de “cuchitril” cada vez tenía menos. El sofá fue una de las mejores cosas, aunque el fuego fatuo era más de acomodarse en el aire. La ampliación del patio les hacía mucha falta, con tanto animal y la huerta, y el resto de muebles que cambiaron le dieron un aspecto muy acogedor a la vieja posada. Precisamente se encontraba limpiando el polvo a una estantería nueva y reluciente aquel día, y con Pirita subida al hombro. No sabía en qué hacer pasar el tiempo, porque todo su cuerpo bullía de ansias por ver aparecer la Luna en el horizonte.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
13/07/14, 05:59 pm
En las sucesivas visitas a la Sede de los Taumaturgos Noel nunca podía evitar que el estado del norteño le recordase permanentemente a ellos y no fueron pocas las ocasiones en las que se sumió en un malhumor que difícilmente se quitaba de encima si no era visitando a Wen. A petición de la misma, el draco fabricó un nuevo comunicador para entregárselo a Saren y aprovechó para mejorar los que ya tenían: ahora todos los aparatos contaban con diversos botones que se podían activar o desactivar para elegir comunicarse, o no, con cada uno de los propietarios de un aparato análogo. De este modo podrían aprovecharlo también para utilizarlo solo en las misiones o si tenían que transmitir algún mensaje que alguno de ellos no debiese oír por cualquier motivo.
Dedicó una buena parte del tiempo a afianzar sus conocimientos con el lenguaje rúnico de Mjörne y para cuando salió la Luna ya había grabado varios de ellos* en sus armas, además de atender a todas las peticiones que le hicieron los demás al respecto. También continuó frustrándose con el sistema de distribución de hechizos defensivos, pero para el término del segundo mes ya había conseguido superar una de las partes más intrínsecamente complicadas del estudio de dicho lenguaje y por tanto podría hacer mayores avances a partir de ahí. A parte de eso, aumentó su repertorio de hechizos ya que encontraron una serie de sortilegios contra intangibilidad y además añadió dos nuevos hechizos térmicos que aprendió de Gael y Giz.
Aunque no tuvo demasiado tiempo para dedicárselo, también siguió practicando con la batería así como con el dibujo y solía cambiar con frecuencia los diseños de las camisetas que le había regalado Toima. En una milagrosa ocasión, pues el draco nunca se había caracterizado precisamente por ser detallista, se le ocurrió regalarle a Wen una camiseta para ella sobre la que también pudiese utilizar los lápices y se la dio junto con el ofrecimiento de dibujarle lo que ella quisiera cuando se lo pidiera.
Debido a la preocupación de Gael por trabajar solo en el taller, el draco se ofreció a trasladar su lugar habitual de estudio allí, porque a él no podía importarle menos dónde hacerlo mientras tuviese espacio, y eso último era lo que probablemente el fuego fatuo no tendría en el cuchitril. El sueco agradeció, de hecho, la compañía ya que de ese modo se hacía más ameno al poder hablar sobre lo que uno y otro tenían entre manos o sobre cualquier tema intrascendente para despejarse.
Los cuchitrileros habían ganado notoriedad en la ciudad y gracias a ello les habían empezado a surgir más ofertas de trabajo que nunca. Así mismo, se enteraron de que en consecuencia la gente les había empezado a llamar “los mercenarios de la Brecha” ya que, tal y como averiguaron, la posada que había sido el cuchitril se había llamado “La Brecha Insondable”. A Noel le pareció que el nombre tenía bastante fuerza y no le desagradó en absoluto. Porque, además, lo más importante de aquello era que sonaba mucho mejor que “mercenarios de Gar”.
Debido a que sus ingresos habían aumentado considerablemente, a lo largo del tiempo hasta la Luna habían podido cambiar todo el mobiliario del cuchitril, incluida la cocina, y Noel aprovechó para conseguir una cama mejor que el camastro desvencijado con el que se había tenido que conformar hasta el momento.
El día de la salida de la Luna el sueco esperaba la hora a la que habían quedado con Vac, Jack y Wen para empezar la noche en la taberna adecentando sus armas y asegurándose de que los circuitos rúnicos estaban cargados y en buen estado. Durante la Luna la ciudad solía estar más agitada, aunque el draco sabía que no sería como el año anterior nunca venía mal estar bien preparado.
Sigue en la Taberna del Mago Tuerto.
*Actualmente, ambas armas cuentan con protección antirrobo en la empuñadura. El hacha lleva un circuito de impulso en el filo y otro de recuperación, y la bastarda uno de refuerzo y otro de afilado.
Dedicó una buena parte del tiempo a afianzar sus conocimientos con el lenguaje rúnico de Mjörne y para cuando salió la Luna ya había grabado varios de ellos* en sus armas, además de atender a todas las peticiones que le hicieron los demás al respecto. También continuó frustrándose con el sistema de distribución de hechizos defensivos, pero para el término del segundo mes ya había conseguido superar una de las partes más intrínsecamente complicadas del estudio de dicho lenguaje y por tanto podría hacer mayores avances a partir de ahí. A parte de eso, aumentó su repertorio de hechizos ya que encontraron una serie de sortilegios contra intangibilidad y además añadió dos nuevos hechizos térmicos que aprendió de Gael y Giz.
Aunque no tuvo demasiado tiempo para dedicárselo, también siguió practicando con la batería así como con el dibujo y solía cambiar con frecuencia los diseños de las camisetas que le había regalado Toima. En una milagrosa ocasión, pues el draco nunca se había caracterizado precisamente por ser detallista, se le ocurrió regalarle a Wen una camiseta para ella sobre la que también pudiese utilizar los lápices y se la dio junto con el ofrecimiento de dibujarle lo que ella quisiera cuando se lo pidiera.
Debido a la preocupación de Gael por trabajar solo en el taller, el draco se ofreció a trasladar su lugar habitual de estudio allí, porque a él no podía importarle menos dónde hacerlo mientras tuviese espacio, y eso último era lo que probablemente el fuego fatuo no tendría en el cuchitril. El sueco agradeció, de hecho, la compañía ya que de ese modo se hacía más ameno al poder hablar sobre lo que uno y otro tenían entre manos o sobre cualquier tema intrascendente para despejarse.
Los cuchitrileros habían ganado notoriedad en la ciudad y gracias a ello les habían empezado a surgir más ofertas de trabajo que nunca. Así mismo, se enteraron de que en consecuencia la gente les había empezado a llamar “los mercenarios de la Brecha” ya que, tal y como averiguaron, la posada que había sido el cuchitril se había llamado “La Brecha Insondable”. A Noel le pareció que el nombre tenía bastante fuerza y no le desagradó en absoluto. Porque, además, lo más importante de aquello era que sonaba mucho mejor que “mercenarios de Gar”.
Debido a que sus ingresos habían aumentado considerablemente, a lo largo del tiempo hasta la Luna habían podido cambiar todo el mobiliario del cuchitril, incluida la cocina, y Noel aprovechó para conseguir una cama mejor que el camastro desvencijado con el que se había tenido que conformar hasta el momento.
El día de la salida de la Luna el sueco esperaba la hora a la que habían quedado con Vac, Jack y Wen para empezar la noche en la taberna adecentando sus armas y asegurándose de que los circuitos rúnicos estaban cargados y en buen estado. Durante la Luna la ciudad solía estar más agitada, aunque el draco sabía que no sería como el año anterior nunca venía mal estar bien preparado.
Sigue en la Taberna del Mago Tuerto.
*Actualmente, ambas armas cuentan con protección antirrobo en la empuñadura. El hacha lleva un circuito de impulso en el filo y otro de recuperación, y la bastarda uno de refuerzo y otro de afilado.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
01/08/14, 12:34 am
No prestó atención a nada de lo que pasaba a su alrededor hasta que hubo terminado con su parte. Se quedó de rodillas en el suelo con la mirada perdida, frotándose los laterales de la cara como si le corriese sudor por ellos. Entonces llegó el momento de lidiar de nuevo con Toima. Ligeramente más calmado que hacía un rato, fue capaz de explicarle por qué no podían mover a Noel de forma brusca o a trompicones, y de hecho le pidió al argos su ayuda para examinar con su visión la cabeza del draco.
Eso lo harían una vez en el cuchitril, con Nia ya de camino, avisada por el comunicador con un resumen de lo sucedido. Gael le preguntó al argos qué veía tras la zona que hubo estado fracturada de su cráneo y tras algunas explicaciones suyas y descripciones por parte de Toima, el fuego fatuo y Giz compartieron una mirada de gravedad. Sabían que había que drenar la sangre, por lógica, pero no era tan sencillo. Y mientras los demás se repartieron las tareas por hacer, llegó la náyade, a quien le contaron todo lo que habían hecho hasta el momento y consultaron al respecto de lo que había visto Toima. Fue un alivio saber que Nia tenía experiencia en animales al respecto, porque lo que iban a hacer de fácil no tenía nada, y no les quedaba otra opción. Gracias a ella también supieron qué hechizo debían usar, pero no era algo que hubieran probado antes y requería un pulso milimétrico y bastante magia, por lo que el fuego fatuo se ofreció a ello, aun inseguro.
Gael bajó a su taller a toda prisa sin mirar apenas a quienes se encontraba por el camino, y regresó con una cabeza bajo el brazo. Así vio los cadáveres que se habían encargado de arrastrar hasta el edificio, pero no pensó en qué hacer con ellos por el momento. La cabeza no se trataba de una humana, pero sí de una especie con un cráneo idéntico. Cortaron el pelo en ambas, el cadáver y sobre la contusión de Noel, y procedieron a hacer la primera prueba con el muerto. Nia tenía material más adecuado del que habrían podido aportar ellos en aquel momento para la trepanación, y Gael probó el hechizo de drenaje de forma que no afectase al cerebro. Para ello se ayudaba de la niebla mágica. Estaba auténticamente atemorizado de que le fallasen los nervios con su amigo, pero precisamente por eso no esperaron más y se pusieron a ello. Tampoco había tiempo que perder.
Que fuese la cabeza de Noel la que estaba siendo abierta esa vez le producía una sensación totalmente diferente. Manó la sangre de la piel y le dolía como si se lo estuviesen haciendo a él mismo. Entre tanto, Giz seguía encargado de mantener sus constantes vitales durante la operación. Magia y medicamentos de Nia fueron de gran ayuda y al cabo de un tiempo que se hizo eterno, comenzó su labor. Jamás había puesto tanto cuidado, ni cosiendo o uniendo las partes más diminutas de sus quimeras, pero aquellas labores le habían dado la capacidad de tener el pulso firme, mágica o físicamente, y de eso se servía en ese momento. La sanación podía haber reparado los tejidos, pero la sangre liberada tras la contusión comprimía el cerebro, y ellos solo podían encargarse de drenar la mayor parte, reduciendo la presión, pero solo superficialmente, donde por suerte se acumulaban la mayoría de fluidos.
Lo pasó peor si cabía que en las calles. Aquello era nuevo para él, trabajar delicadamente en muertos y en vivos no se parecía en nada, pero encima se trataba de Noel. Solo cuando hubieron terminado, Gael se sentó en el suelo y se quedó quieto de puro agotamiento, especialmente mental. Dejó que fuera otro quien recuperase los tejidos dañados para hacer la extracción, y necesitó un momento para volver a ponerse de pie. Noel fue acomodado finalmente en la cama, aún dormido pero con la respiración acompasada. Gael se frotó los ojos, que le picaban tras el esfuerzo. Ya solo quedaba esperar, habían empleado hechizos con Noel para evitar que se despertase durante el proceso y faltaba saber qué sucedía con él. Podría despertar en una hora o al día siguiente… o seguir como antes de la operación. El chico salió del cuarto para dejar el varmano abandonado en el suyo y después regresar. Una vez había terminado todo lo que podían hacer, se sumió en el silencio, ensimismado. Estaba asimilando todo lo que había sucedido y cómo se habían precipitado las cosas. No sabía, siquiera, de donde había sacado la entereza para hacer todo lo que había hecho. ¿Habría servido de algo?
Eso lo harían una vez en el cuchitril, con Nia ya de camino, avisada por el comunicador con un resumen de lo sucedido. Gael le preguntó al argos qué veía tras la zona que hubo estado fracturada de su cráneo y tras algunas explicaciones suyas y descripciones por parte de Toima, el fuego fatuo y Giz compartieron una mirada de gravedad. Sabían que había que drenar la sangre, por lógica, pero no era tan sencillo. Y mientras los demás se repartieron las tareas por hacer, llegó la náyade, a quien le contaron todo lo que habían hecho hasta el momento y consultaron al respecto de lo que había visto Toima. Fue un alivio saber que Nia tenía experiencia en animales al respecto, porque lo que iban a hacer de fácil no tenía nada, y no les quedaba otra opción. Gracias a ella también supieron qué hechizo debían usar, pero no era algo que hubieran probado antes y requería un pulso milimétrico y bastante magia, por lo que el fuego fatuo se ofreció a ello, aun inseguro.
Gael bajó a su taller a toda prisa sin mirar apenas a quienes se encontraba por el camino, y regresó con una cabeza bajo el brazo. Así vio los cadáveres que se habían encargado de arrastrar hasta el edificio, pero no pensó en qué hacer con ellos por el momento. La cabeza no se trataba de una humana, pero sí de una especie con un cráneo idéntico. Cortaron el pelo en ambas, el cadáver y sobre la contusión de Noel, y procedieron a hacer la primera prueba con el muerto. Nia tenía material más adecuado del que habrían podido aportar ellos en aquel momento para la trepanación, y Gael probó el hechizo de drenaje de forma que no afectase al cerebro. Para ello se ayudaba de la niebla mágica. Estaba auténticamente atemorizado de que le fallasen los nervios con su amigo, pero precisamente por eso no esperaron más y se pusieron a ello. Tampoco había tiempo que perder.
Que fuese la cabeza de Noel la que estaba siendo abierta esa vez le producía una sensación totalmente diferente. Manó la sangre de la piel y le dolía como si se lo estuviesen haciendo a él mismo. Entre tanto, Giz seguía encargado de mantener sus constantes vitales durante la operación. Magia y medicamentos de Nia fueron de gran ayuda y al cabo de un tiempo que se hizo eterno, comenzó su labor. Jamás había puesto tanto cuidado, ni cosiendo o uniendo las partes más diminutas de sus quimeras, pero aquellas labores le habían dado la capacidad de tener el pulso firme, mágica o físicamente, y de eso se servía en ese momento. La sanación podía haber reparado los tejidos, pero la sangre liberada tras la contusión comprimía el cerebro, y ellos solo podían encargarse de drenar la mayor parte, reduciendo la presión, pero solo superficialmente, donde por suerte se acumulaban la mayoría de fluidos.
Lo pasó peor si cabía que en las calles. Aquello era nuevo para él, trabajar delicadamente en muertos y en vivos no se parecía en nada, pero encima se trataba de Noel. Solo cuando hubieron terminado, Gael se sentó en el suelo y se quedó quieto de puro agotamiento, especialmente mental. Dejó que fuera otro quien recuperase los tejidos dañados para hacer la extracción, y necesitó un momento para volver a ponerse de pie. Noel fue acomodado finalmente en la cama, aún dormido pero con la respiración acompasada. Gael se frotó los ojos, que le picaban tras el esfuerzo. Ya solo quedaba esperar, habían empleado hechizos con Noel para evitar que se despertase durante el proceso y faltaba saber qué sucedía con él. Podría despertar en una hora o al día siguiente… o seguir como antes de la operación. El chico salió del cuarto para dejar el varmano abandonado en el suyo y después regresar. Una vez había terminado todo lo que podían hacer, se sumió en el silencio, ensimismado. Estaba asimilando todo lo que había sucedido y cómo se habían precipitado las cosas. No sabía, siquiera, de donde había sacado la entereza para hacer todo lo que había hecho. ¿Habría servido de algo?
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
01/08/14, 05:28 am
Toima
Al llegar, estuvieron consultando sobre que hacer. Toima estaba visiblemente nervioso. Habian llamado a Nia. Mientras esta llegaba, Gael le preguntó al argos que veia en el interior del craneo del draco, buscando algo en específico. Faltado de vocabulario y tecnicismos que en esta situación resultarian útiles, Toima procedió a explicar como veia cada una de las capas de la cabeza del convaleciente y, con toma y daca, llegaron a la conclusión que Noel necesitaba que se le operase. Aquello hizo sino preocupar más a Toima, que no entendia en absoluto el proceso, pero confiaba en sus amigos. Al demostrarse que ya no seria de más ayuda, el argos retrocedió hasta un segundo plano, hasta la llegada de Nia, que anunció con antelación.
Nia
Nia llamó al cuchitril, seguida por Muerte quien sujetaba al niño con su único brazo, todavia profundamente dormido. Minutos antes, al recibir la noticia, la ulterana habia entrado en shock por segunda vez aquel día, pero en aquel momento, parecia notablemente serena y sus emociones bajo control. Nadie podria leer en ella lo que acababa de presenciar y, si alguno le lanzaba una mirada inquisitoria, recibiria una mirada en respuesta desprovista de toda emoción salvo una frialdad palpable.
Fue Toima quien le abrió la puerta y, con un movimiento de cabeza, les señalizó que pasaran. La ulterana iba vestida con la misma ropa que la del incidente de la botica y, sin darse mucha cuenta de ello, todavia estaba manchada de sangre de tratar a la terra, quien actualmente tenia el torso completamente vendado. Una fina línea en el costado donde antes se encontraba su brazo izquierdo estaba humedecida, con un color rojizo. El niño intara dormia plácidamente en el único brazo de la guerrera.
Nia les mandó a que tomaran asiento en el sofá, mientras ella se enteraba de los detalles, cargando con el zurrón y los dos maletines ella misma. Estuvieron discutiendo lo que Gael habia sacado en claro y Nia secundó la idea de la operación. Preparandose para ella, Nia salió una vez del cuarto, dió un puñado de caramelos rojos a la Terra, con la orden de que, cada veinte minutos, se tomara uno. Con un simple "Ka-tûm", la terra asintió. Girandose ante los presentes, habló.
-Tengo píldoras contra la ansiedad, calmantes y somniferos. Totalmente natural, graduado segun lo que necesiteis. Tan solo pedidmelas. Lo último que necesitamos es que la tensión cause más victimas esta noche.-comentó y, sin más, se giró y se dirigió hacia la sala donde iban a operar al draco para repetirselo a los que esperaban afuera del cuarto.
Tras aquello, Nia se inmersó en aquella tarea. Abriendo su zurrón, sacó las herramientas necesarias y vestimenta necesarias. Repartió baberos, mascarillas y gafas protectoras a los tres presentes. Aseguró que solo lo habia tratado con animales, y, aunque no lo dijo, se vió tentada a practicarlo en seres inteligentes en más de una ocasión. La tensión era palpable durante la prueba. Nia ejecutó con su herramienta telidirigida. Le temblaban las manos a la hora de pasar a Noel pero cuando se hizo con el control de la máquina, estas dejaron de hacerlo. Inspirando y expirando pausadamente, Nia entró en la zona y dispuso su parte. Sudando como no lo habia hecho en la vida, la ulterana terminó el trabajo y retiró la maquinaria para dejar paso a Gael, mientras Giz mantenia las constantes vitales.
Nia miraba al fuego fatuo en silencio. Estaba mirando desde fuera la ejecución del hechizo y vigilaba sobre la operación, pero no decia nada, pues no queria distraerles a ninguno de los dos. Aportando su ayuda con herramientas y lo que podia, haciendo traspasos de magia a Giz de necesitarlos.
Tania
Tras ser recogida en el Laboratorio de Giz por Vac en persona, este le dijo que habia surgido un problema con Noel y, muy alarmada la nublina, emprendieron el viaje acelerado de vuelta al cuchitril. Una vez ahí escuchó más detalles, por parte de los presentes al preguntar sobre la situación. Por una vez, la chica pudo empatizar con el argos al no saber que diablos hacian los tres científicos con el draco en su cuarto y, de oir la descripción de lo que pasaba en él por parte del argos, la nublina se compungiria entre una mezcla de asco y miedo que externalizaba a medias mientras el ulterano entraba en detalles que nadie queria oir. Y, para dejar a los demás respirar en el pasillo, pues ya habia bastante tensión acumulada, se sento en el sofá a esperar, contemplando a la terra y al niño durmiendo en su brazo. La sangre de la venda de la guerrera ahora manchaba el sofá. Esta, sin embargo, no parecia darse cuenta y mecia al niño con la mirada ida, por la pérdida de sangre mientras cada cierto periodo de tiempo, se metia un caramelo rojo en la boca.
Nia, Toima y Tania
El ulterano, que habia permanecido pegado en la puerta, como queriendo estar presente pero a la vez no queriendo molestar a los cirujanos en acción, miraba de cara a la puerta, a unos pocos centímetros en su cara, mientras exploraba el interior con su mirada. Si alguien hacia alguna pregunta sobre lo que veia, el argos contestaba, usando un tono que alternaba entre la preocupación, el asco y la confusión.
Al cabo de unas horas, Toima guardaba total silencio, mirando lo que pasaba en el interior de la habitación como si ya estuviera dentro de ella. Al rato de entrar en este estado, Toima volvió a hablar.
-Han terminado.-dijo sin más, haciendose a un lado mientras Nia abria la puerta y esta, evitando la mirada con los presentes bajaba las escaleras para reunirse con la terra quien sufria de una grave anemia al habersele abierto las heridas de nuevo, pálida de pies a cabeza con un color ceniciento por el cuerpo. Confiaba en que Giz y Gael les dieran los resultados ellos mismos.
Tania salió al paso.
-¡No se que le pasa! ¡S-Su herida! ¡Se colapsó sin más!-le explicó la nublina, con las manos manchadas de la sangre de la terra. Nia simplemente asintió y, como una máquina, se sumó a otro proceso.
No podia moverla y decidió volver a coserla en el sitio, poniendola de costado. Dejó al niño en un sillón en manos de Tania y desvendó a la guerrera, cosiendo y reafirmando esta vez con hechizos de costura fuerte la avulación del costado de la terra. No podia relajarse. La ulterana temia que, de hacerlo, otras dos personas moririan aquella noche.
Al llegar, estuvieron consultando sobre que hacer. Toima estaba visiblemente nervioso. Habian llamado a Nia. Mientras esta llegaba, Gael le preguntó al argos que veia en el interior del craneo del draco, buscando algo en específico. Faltado de vocabulario y tecnicismos que en esta situación resultarian útiles, Toima procedió a explicar como veia cada una de las capas de la cabeza del convaleciente y, con toma y daca, llegaron a la conclusión que Noel necesitaba que se le operase. Aquello hizo sino preocupar más a Toima, que no entendia en absoluto el proceso, pero confiaba en sus amigos. Al demostrarse que ya no seria de más ayuda, el argos retrocedió hasta un segundo plano, hasta la llegada de Nia, que anunció con antelación.
Nia
Nia llamó al cuchitril, seguida por Muerte quien sujetaba al niño con su único brazo, todavia profundamente dormido. Minutos antes, al recibir la noticia, la ulterana habia entrado en shock por segunda vez aquel día, pero en aquel momento, parecia notablemente serena y sus emociones bajo control. Nadie podria leer en ella lo que acababa de presenciar y, si alguno le lanzaba una mirada inquisitoria, recibiria una mirada en respuesta desprovista de toda emoción salvo una frialdad palpable.
Fue Toima quien le abrió la puerta y, con un movimiento de cabeza, les señalizó que pasaran. La ulterana iba vestida con la misma ropa que la del incidente de la botica y, sin darse mucha cuenta de ello, todavia estaba manchada de sangre de tratar a la terra, quien actualmente tenia el torso completamente vendado. Una fina línea en el costado donde antes se encontraba su brazo izquierdo estaba humedecida, con un color rojizo. El niño intara dormia plácidamente en el único brazo de la guerrera.
Nia les mandó a que tomaran asiento en el sofá, mientras ella se enteraba de los detalles, cargando con el zurrón y los dos maletines ella misma. Estuvieron discutiendo lo que Gael habia sacado en claro y Nia secundó la idea de la operación. Preparandose para ella, Nia salió una vez del cuarto, dió un puñado de caramelos rojos a la Terra, con la orden de que, cada veinte minutos, se tomara uno. Con un simple "Ka-tûm", la terra asintió. Girandose ante los presentes, habló.
-Tengo píldoras contra la ansiedad, calmantes y somniferos. Totalmente natural, graduado segun lo que necesiteis. Tan solo pedidmelas. Lo último que necesitamos es que la tensión cause más victimas esta noche.-comentó y, sin más, se giró y se dirigió hacia la sala donde iban a operar al draco para repetirselo a los que esperaban afuera del cuarto.
Tras aquello, Nia se inmersó en aquella tarea. Abriendo su zurrón, sacó las herramientas necesarias y vestimenta necesarias. Repartió baberos, mascarillas y gafas protectoras a los tres presentes. Aseguró que solo lo habia tratado con animales, y, aunque no lo dijo, se vió tentada a practicarlo en seres inteligentes en más de una ocasión. La tensión era palpable durante la prueba. Nia ejecutó con su herramienta telidirigida. Le temblaban las manos a la hora de pasar a Noel pero cuando se hizo con el control de la máquina, estas dejaron de hacerlo. Inspirando y expirando pausadamente, Nia entró en la zona y dispuso su parte. Sudando como no lo habia hecho en la vida, la ulterana terminó el trabajo y retiró la maquinaria para dejar paso a Gael, mientras Giz mantenia las constantes vitales.
Nia miraba al fuego fatuo en silencio. Estaba mirando desde fuera la ejecución del hechizo y vigilaba sobre la operación, pero no decia nada, pues no queria distraerles a ninguno de los dos. Aportando su ayuda con herramientas y lo que podia, haciendo traspasos de magia a Giz de necesitarlos.
Tania
Tras ser recogida en el Laboratorio de Giz por Vac en persona, este le dijo que habia surgido un problema con Noel y, muy alarmada la nublina, emprendieron el viaje acelerado de vuelta al cuchitril. Una vez ahí escuchó más detalles, por parte de los presentes al preguntar sobre la situación. Por una vez, la chica pudo empatizar con el argos al no saber que diablos hacian los tres científicos con el draco en su cuarto y, de oir la descripción de lo que pasaba en él por parte del argos, la nublina se compungiria entre una mezcla de asco y miedo que externalizaba a medias mientras el ulterano entraba en detalles que nadie queria oir. Y, para dejar a los demás respirar en el pasillo, pues ya habia bastante tensión acumulada, se sento en el sofá a esperar, contemplando a la terra y al niño durmiendo en su brazo. La sangre de la venda de la guerrera ahora manchaba el sofá. Esta, sin embargo, no parecia darse cuenta y mecia al niño con la mirada ida, por la pérdida de sangre mientras cada cierto periodo de tiempo, se metia un caramelo rojo en la boca.
Nia, Toima y Tania
El ulterano, que habia permanecido pegado en la puerta, como queriendo estar presente pero a la vez no queriendo molestar a los cirujanos en acción, miraba de cara a la puerta, a unos pocos centímetros en su cara, mientras exploraba el interior con su mirada. Si alguien hacia alguna pregunta sobre lo que veia, el argos contestaba, usando un tono que alternaba entre la preocupación, el asco y la confusión.
Al cabo de unas horas, Toima guardaba total silencio, mirando lo que pasaba en el interior de la habitación como si ya estuviera dentro de ella. Al rato de entrar en este estado, Toima volvió a hablar.
-Han terminado.-dijo sin más, haciendose a un lado mientras Nia abria la puerta y esta, evitando la mirada con los presentes bajaba las escaleras para reunirse con la terra quien sufria de una grave anemia al habersele abierto las heridas de nuevo, pálida de pies a cabeza con un color ceniciento por el cuerpo. Confiaba en que Giz y Gael les dieran los resultados ellos mismos.
Tania salió al paso.
-¡No se que le pasa! ¡S-Su herida! ¡Se colapsó sin más!-le explicó la nublina, con las manos manchadas de la sangre de la terra. Nia simplemente asintió y, como una máquina, se sumó a otro proceso.
No podia moverla y decidió volver a coserla en el sitio, poniendola de costado. Dejó al niño en un sillón en manos de Tania y desvendó a la guerrera, cosiendo y reafirmando esta vez con hechizos de costura fuerte la avulación del costado de la terra. No podia relajarse. La ulterana temia que, de hacerlo, otras dos personas moririan aquella noche.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: El Cuchitril (Archivo I)
01/08/14, 08:35 pm
Menudo fracaso había sido el ir a saquear su casita. Trampas por todas partes, algunas de nuestro nivel y muchas de nivel alto. Y como no era plan provocar que el lugar entero se viniera abajo, nos dimos la vuelta y nos dirigimos al Cuchitril.
Lo primero que me llamó la atención fue el niño durmiendo en el regazo de... alguien que olía a Nia pero no caía en quién era. Además estaba herida pero vendada, pero me guardé la duda para otro momento por no molestar. Tania también estaba abajo y por los olores que captaba, los demás estaban arriba. Suspiré y me senté a esperar... hasta que los nervios pudieron conmigo.
—Voy a preparar algo para todos, que he sido el único que ha cenado, me parece.
Adara se sumó y nos fuimos a cocinar sin mucho ánimo. Al menos al principio, porque en cuanto empecé a picar carne y verduras la cosa cambió pues podía imaginar perfectamente que estaba cortando a los de Gar en trocitos. Estaba enfrascado en mi tarea, ya que me ayudaba a no pensar en todo lo que podría salir mal, por lo que no me di cuenta de cuando bajó Nia. De lo que sí me percaté cuando estaba acabando, fue un olor más intenso a sangre, por lo que me asomé. Nia curaba a la terra..., pero si la náyade estaba ahí... ya debían haber terminado. <<Rápido, haz platos, que estarán agotadísimos y necesitarán comer algo>> Empecé a repartir platos por la mesa y mientras pregunté discretamente a Nia si habían acabado arriba. Su respuesta fue afirmativa pero no hizo más que aumentar los nervios. <<Bajad ya, maldita sea, decid lo que sea ya...>>
Lo primero que me llamó la atención fue el niño durmiendo en el regazo de... alguien que olía a Nia pero no caía en quién era. Además estaba herida pero vendada, pero me guardé la duda para otro momento por no molestar. Tania también estaba abajo y por los olores que captaba, los demás estaban arriba. Suspiré y me senté a esperar... hasta que los nervios pudieron conmigo.
—Voy a preparar algo para todos, que he sido el único que ha cenado, me parece.
Adara se sumó y nos fuimos a cocinar sin mucho ánimo. Al menos al principio, porque en cuanto empecé a picar carne y verduras la cosa cambió pues podía imaginar perfectamente que estaba cortando a los de Gar en trocitos. Estaba enfrascado en mi tarea, ya que me ayudaba a no pensar en todo lo que podría salir mal, por lo que no me di cuenta de cuando bajó Nia. De lo que sí me percaté cuando estaba acabando, fue un olor más intenso a sangre, por lo que me asomé. Nia curaba a la terra..., pero si la náyade estaba ahí... ya debían haber terminado. <<Rápido, haz platos, que estarán agotadísimos y necesitarán comer algo>> Empecé a repartir platos por la mesa y mientras pregunté discretamente a Nia si habían acabado arriba. Su respuesta fue afirmativa pero no hizo más que aumentar los nervios. <<Bajad ya, maldita sea, decid lo que sea ya...>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/08/14, 07:45 pm
Vac caminó junto a Wen de camino al Cuchitril, sosteniendo a la muchacha con cuidado y sin perder de vista el cuerpo de su hermano. Apenas dijo una palabra durante el trayecto, pero estaba atento a la vouivre, y procuraba sonreír con una confianza que apenas tenía cuando cruzaba una mirada con ella. Pidieron ayuda a Nía, y mientras esperaban su llegada, el hado fue en busca de Tania, recogiéndola en el laboratorio de Giz y explicándole por el camino a grandes rasgos lo que había pasado con Noel.
No tenía muchas ganas de hablar, y fue bastante escueto, pero en parte agradeció aquel paseo apresurado, pues tener la mente ocupada le ayudaba bastante. Un vez de vuelta en la vieja posada, sin embargo, las dudas volvieron a asaltarle, y apoyado en la pared del pasillo junto a la británica, los pensamientos del griego se ensombrecieron. Apenas era consciente de lo que le rodeaba, y ni siquiera se había fijado a su llegada de la terra que se sentaba en el salón con un niño en el regazo. El tiempo avanzaba con una lentitud desquiciante, y mientras operaban a su hermano al otro lado de la puerta, recuerdos del pasado asaltaron al hado. Ya había vivido algo así una vez, y aunque la situación no era similar, el proceso final se parecía demasiado.
Cuando tenía nueve años su madre había entrado en coma por causas desconocidas, y aunque los médicos lo habían intentado todo, al final no había servido de nada. Vac había perdido a su madre, y ahora le aterrorizaba perder a su hermano de la misma forma. Apenas se movió del sitio durante el resto de la operación, y cuando Toima anunció que habían terminado, los ojos de hado se alzaron hacia la puerta.
—Ha ido bien, ¿verdad? —preguntó a Gael y Giz, la preocupación hábilmente velada para no empeorar los ánimos de Wen. Nia había bajado a ocuparse de su guardaespaldas, y el olor de la comida que ascendía desde la cocina revolvía el estómago del griego.
No tenía muchas ganas de hablar, y fue bastante escueto, pero en parte agradeció aquel paseo apresurado, pues tener la mente ocupada le ayudaba bastante. Un vez de vuelta en la vieja posada, sin embargo, las dudas volvieron a asaltarle, y apoyado en la pared del pasillo junto a la británica, los pensamientos del griego se ensombrecieron. Apenas era consciente de lo que le rodeaba, y ni siquiera se había fijado a su llegada de la terra que se sentaba en el salón con un niño en el regazo. El tiempo avanzaba con una lentitud desquiciante, y mientras operaban a su hermano al otro lado de la puerta, recuerdos del pasado asaltaron al hado. Ya había vivido algo así una vez, y aunque la situación no era similar, el proceso final se parecía demasiado.
Cuando tenía nueve años su madre había entrado en coma por causas desconocidas, y aunque los médicos lo habían intentado todo, al final no había servido de nada. Vac había perdido a su madre, y ahora le aterrorizaba perder a su hermano de la misma forma. Apenas se movió del sitio durante el resto de la operación, y cuando Toima anunció que habían terminado, los ojos de hado se alzaron hacia la puerta.
—Ha ido bien, ¿verdad? —preguntó a Gael y Giz, la preocupación hábilmente velada para no empeorar los ánimos de Wen. Nia había bajado a ocuparse de su guardaespaldas, y el olor de la comida que ascendía desde la cocina revolvía el estómago del griego.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
04/08/14, 05:54 pm
Para Wen todo aquello resultaba borroso. Llegar al Cuchitril, meter a Noel en su habitación, esperar a fuera mientras sus amigos le abrían la cabeza. ¡Le estaban abriendo la cabeza! ¡A Noel! Todo era borroso y confuso. La vouivre paseaba inquieta y nerviosa a lo largo del pasillo. Al otro lado de la pared cuatro niños que no llegaban a los 20 años abrían la cabeza de otro chaval de su misma edad para hacerle una complicada cirugía de urgencia. Era completamente surrealista. También habían sido un puñado de niños los que hacía apenas una hora luchaban a muerte con un grupo de monstruos. Niños eran también los que en aquel momento estarían descubriendo su verdadera forma gracias a la luna. Y ella también era una niña, una niñata aterrorizada por lo que pudiera pasarle al niño que tras la puerta libraba una lucha entre la vida y la muerte.
La culpa había sido suya. ¿De quién si no? Ella había atraído a los mercenarios poniendo en peligro a todos sus amigos; ella había sido tan inepta en la batalla que había dejado a Noel luchando con un ángel negro y un minotauro él solo. Noel había hecho todo lo posible por protegerla y ella no había sido capaz siquiera de curarle el más mínimo rasguño. La culpa era suya y solo suya.
A veces, la británica se paraba en mitad del pasillo y miraba a Toima y a Vac respectivamente y luego seguía con su andar nervioso e inquieto. No podía estarse quieta. “Ya tendré tiempo de estar quieta.” Pensó y enseguida sacudió la cabeza horrorizada por aquel pensamiento que había salido de sus recuerdos de la muerte de Margaret, tras la cual había pasado una semana entera sin moverse de un sillón sin dormir ni probar bocado.
Nunca había estado tan asustada. Ni cuando sus padres adoptivos la acogieron, ni cuando Maggie murió y quedó sola, ni cuando creyó que iba a ser una serpiente toda su vida, ni siquiera cuando se vio acorralada por los mercenarios en la plaza de los colaespinas. Nunca había sentido tanto miedo y nunca había deseado tanto que algo no sucediera. Daría todas sus posesiones, incluidas su vida y su gema, por ver de nuevo la sonrisa de Noel.
Enfrascada en sus pensamientos, oyó de fondo el aviso de Toima de que habían terminado, pero fue suficiente para ponerla en alerta. Los nervios la ahogaban. Se acercó sin perder tiempo a Gael y Giz que en aquel momento salían por la puerta y les miró con el miedo reflejado en su cara, esperando a que alguno de los dos contestara a la pregunta de Vac.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/08/14, 04:51 am
Cuando dejó al varmano lo hizo sorteando a los presentes en el pasillo, pero al salir de su habitación ya no era posible evitar las preguntas. Agradecía ahora levitar porque ya no podía tropezarse por temblarle las piernas. Miró con nerviosismo a aquellos con los que había compartido “mesa” de operaciones –descubriendo que Nia ya no estaba en el pasillo– y explicaron entre él y Giz lo poco que podían decir: creían que había salido bien. No podían asegurarlo, y no podían saber a ciencia cierta si algo se les había pasado por alto, pero gracias a la magia las heridas estaban sanadas, y eso incluía al cráneo.
―Tardará en despertarse, porque lo hemos sedado. Hasta que pase un tiempo prudencial… no sé cuánto podría tardar en despertarse de eso si todo ha ido bien.
Sí sabía que su sueño podía prolongarse incluso hasta el día siguiente. Lo que no quería era pensar en la posibilidad de que las cosas no hubieran salido bien, pero era consciente de que estaba ahí.
No se veía capaz de dar más explicaciones, ni siquiera de encararse a los presentes. Eran demasiadas caras de preocupación y angustia, y Gael no se sentía con la confianza suficiente para creer que entre una boticaria, un genemago y un nigromante podían garantizar los resultados en una operación de ese calibre. De hecho, se sentía mal, y como resultaba evidente no se trataba solo de nervios. Al deslizarse hacia las escaleras se percató de dos cosas, la primera fue el olor de la comida recién hecha y, un poco más abajo, la presencia de dos extraños. Tal vez la terra no lo era tanto, pero aun así le sorprendió el estado en que estaba. Nia se afanaba en tratarla y era una herida reciente, lo que hizo al fuego fatuo sentirse todavía peor al darse cuenta de que aquella noche le había sucedido algo malo y aun así Nia había acudido al cuchitril a ayudarlos. Avergonzado por no haberse dado cuenta antes, se acercó intentando ser útil en lo que fuera posible o Nia le permitiera.
Cuando la terra estuvo estabilizada y descansando, la mesa ya se encontraba puesta y la cena servida. El fuego fatuo aún quería preguntar qué le había sucedido a la terra, pero no encontraba ocasión o, mejor dicho, no era capaz de abrir la boca. Ni siquiera para decir que no tenía hambre. Tenía un nudo en el estómago que no le dejó más que comer un par de bocados de cortesía. Agradecía que alguien hubiese tenido en cuenta que necesitaban reponer fuerzas, pero Gael no era capaz de comer. Al terminar, dejando el plato aún lleno, se limitó a levitar a medio camino del techo, meditabundo, dejando pasar el tiempo.
El tiempo pasó, y conforme nadie hablaba, tampoco se iban a dormir, incluso si el cansancio podía ya con ellos. Era el caso del fuego fatuo, mientras el agotamiento ayudaba a mantener el ánimo por los suelos el sueño no lo visitaba. Necesitaba mantenerse en movimiento para distraerse pero tampoco encontraba nada que hacer. Así fue como llegó de los nervios al momento en que decidieron que el hechizo ya no tendría que estar haciendo efecto en Noel. Subieron a intentar despertarlo y, si no lo lograban, deberían evaluar si su cuerpo reaccionaba a estímulos lumínicos o dolorosos. El nudo del estómago de Gael volvió a tensarse con fuerza en cuanto entraron en la habitación del draco dormido.
―Tardará en despertarse, porque lo hemos sedado. Hasta que pase un tiempo prudencial… no sé cuánto podría tardar en despertarse de eso si todo ha ido bien.
Sí sabía que su sueño podía prolongarse incluso hasta el día siguiente. Lo que no quería era pensar en la posibilidad de que las cosas no hubieran salido bien, pero era consciente de que estaba ahí.
No se veía capaz de dar más explicaciones, ni siquiera de encararse a los presentes. Eran demasiadas caras de preocupación y angustia, y Gael no se sentía con la confianza suficiente para creer que entre una boticaria, un genemago y un nigromante podían garantizar los resultados en una operación de ese calibre. De hecho, se sentía mal, y como resultaba evidente no se trataba solo de nervios. Al deslizarse hacia las escaleras se percató de dos cosas, la primera fue el olor de la comida recién hecha y, un poco más abajo, la presencia de dos extraños. Tal vez la terra no lo era tanto, pero aun así le sorprendió el estado en que estaba. Nia se afanaba en tratarla y era una herida reciente, lo que hizo al fuego fatuo sentirse todavía peor al darse cuenta de que aquella noche le había sucedido algo malo y aun así Nia había acudido al cuchitril a ayudarlos. Avergonzado por no haberse dado cuenta antes, se acercó intentando ser útil en lo que fuera posible o Nia le permitiera.
Cuando la terra estuvo estabilizada y descansando, la mesa ya se encontraba puesta y la cena servida. El fuego fatuo aún quería preguntar qué le había sucedido a la terra, pero no encontraba ocasión o, mejor dicho, no era capaz de abrir la boca. Ni siquiera para decir que no tenía hambre. Tenía un nudo en el estómago que no le dejó más que comer un par de bocados de cortesía. Agradecía que alguien hubiese tenido en cuenta que necesitaban reponer fuerzas, pero Gael no era capaz de comer. Al terminar, dejando el plato aún lleno, se limitó a levitar a medio camino del techo, meditabundo, dejando pasar el tiempo.
El tiempo pasó, y conforme nadie hablaba, tampoco se iban a dormir, incluso si el cansancio podía ya con ellos. Era el caso del fuego fatuo, mientras el agotamiento ayudaba a mantener el ánimo por los suelos el sueño no lo visitaba. Necesitaba mantenerse en movimiento para distraerse pero tampoco encontraba nada que hacer. Así fue como llegó de los nervios al momento en que decidieron que el hechizo ya no tendría que estar haciendo efecto en Noel. Subieron a intentar despertarlo y, si no lo lograban, deberían evaluar si su cuerpo reaccionaba a estímulos lumínicos o dolorosos. El nudo del estómago de Gael volvió a tensarse con fuerza en cuanto entraron en la habitación del draco dormido.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/08/14, 04:22 pm
Nia, Toima y Tania
La ulterana, con la ayuda de Gael, terminó de tratar a la terra y la sedó. Con otro hechizo limpió el sofá. Finalmente, comprobó como la nublina habia acostado al niño ulterano en un sillón, cubriendole con una manta. La niña asintió brevemente en la dirección de ambos a modo de agradecimiento. Por su parte, la nublina no dijo nada, pero si que pensó bastante, ahora ya en una situación más calmada y se dió cuenta de lo confuso de la situación, pues no sabia que le habia pasado a Nia.
Se habia preparado la cena. La ulterana no probó bocado pero si bebió, de un pequeño frasco, una poción vigorizante. Se encontraba terriblemente cansada, por lo de la botica y por lo de la operación. No tenia ganas de hablar ni explicar nada a nadie y no pudo sino notar la obviedad de la duda en los gestos de muchos. Era demasiado obvio como para que no se alzasen preguntas.
Por su parte, el argos estuvo preguntando si podia ayudar en mil cosas, cosas que normalmente no tenia ni idea de como hacer. Su único objetivo, en verdad, era quitarse de la cabeza al convaleciente Noel escaleras arriba, pero, con sus ojos, era tarea casi imposible.
Tania comió con moderación y permaneció algo apartada del grupo. Estaba preocupada y confusa igual que los demás, pero debido al desliz que habia causado con la pelea contra los de Gar no podia sino evitar sentirse culpable por haber resultado una molestia más, un punto débil a ojos de sus amigos. Y odiaba aquella sensación.
Se adentró la noche y nadie podia dormir. La cena, en otras ocasiones, un evento social y activo, habia sido lúgubre y amargado. El ulterano seguia igual de nervioso, intentando mantenerse ocupado, la nublina apartada, intentando no ser un estorbo y la náyade procurando que no murieran dos personas por la noche. Ninguno de los tres parecia tener pinta de querer irse a dormir.
Finalmente, el trio médico se reunió con la intención de ver si Noel despertaba. Sino, tendrian que poner en consideración otras medidas para asegurar que Noel se recuperase. Nia se encargo de ello, testeando reflejos junto a otros estímulos a los que si dió reacción. Teniendo en cuenta el daño, la cirujia y el resultado, solo podia haber una explicación. La compartió con los otros dos chicos y, los tres estuvieron de acuerdo.
Salió Nia finalmente del cuarto, ante el grupo que, de nuevo, se habia congregado y esta vez si que habló, con la mirada nublada por algo, dirigida al suelo, procedió a explicar, partiendo desde el punto cero.
-Noel sufrió una anoxia en la zona de la herida. Es caracteristica de un tejido que ha sido privado de oxígeno durante un tiempo limitado. Actuamos con toda la rapidez que pudimos, con experiencia contada en el campo y con los mejores materiales y magia que pudimos.-suspiró, un instante. Palpó en la ropa y sacó su pipa, tras encenderla dió una calada y, más tranquila retomó la explicación.-Noel está fuera de peligro, como bien sabeis, pero esta sumido en un coma que...-Toima ladeó la cabeza, ante la mención de la palabra "coma", fruciendo los labios, como queriendo preguntar sobre ello y la ulterana procedió a explicarselo-... es decir, que no esta consciente en si mismo, aun a pesar de estar vivo. Es algo más complicado que estar inconsciente. Ha reaccionado a las pruebas y podemos decir que se despertará eventualmente, pero los dias o semanas que eso tarde, no podemos calcularlo con precisión. No al menos con lo que está en nuestras manos.-
La ulterana se cruzó de brazos, alzando la mirada.
-Lo que si podemos hacer es cuidar de él hasta que se recupere de este. Para ello, va a que abrirle una via y ponerle con suero, además de una sonda.-Toima abrió la boca para preguntar de nuevo y la ulterana saltó a explicarle directamente, con cierto tono cansado.-Vamos a conectarle un cuenta gotas de una sustancia que le mantendra alimentado e hidratado durante el tiempo necesario, ya que no puede ni comer ni beber, entre otras muchas cosas. No, no es una droga y si, es completamente segura.-terminó con la explicación. Se escuchó un apagado "Aah que vais a meterle de tubos, Vale, bien, bien." de Toima antes de que la ulterana retomase su explicación por donde la dejó antes de que el watahré la cortase.-Para ello, es mejor que Wen me acompañe dentro. Debe aprender a hacerlo ella tambien, si se da el caso de que surja una emergencia y yo no esté para hacerlo.-
Prefirió no explicar sobre el cateter a los demás debido a que conocia de la naturaleza vergonzosa de Noel y decidió que no pasaba nada porque no se enterasen. Pero Wen si debia saberlo.Habia elegido a Wen y no a otra persona por más de una razón. Creia poder entender como se sentia la humana al ver a su pareja sufrir sin poder ella hacer ninguna diferencia en su tratamiento. Sabia que aprenderia bien y rápido por ello pero, en verdad, la náyade tenia una razón aún más importante. Era importante que ella colocase la sonda por su cuenta debido a que la ulterana no se sentia especialmente cómoda con ello. De haber sido un desconocido, Nia no habria dudado pero, al tratarse de Noel, habia un sentimiento de verguenza terrible detrás de ello que le hacia sentirse incómoda, como un breve recordatorio de su edad.
Nia levitó entonces hacia la humana y le posó una mano en el hombro y, mirandola a los ojos, habló.
-Ahora, Wen, en cuanto estes lista, podemos ponernos a ello.-le dijo, casi en un susurro.
La ulterana, con la ayuda de Gael, terminó de tratar a la terra y la sedó. Con otro hechizo limpió el sofá. Finalmente, comprobó como la nublina habia acostado al niño ulterano en un sillón, cubriendole con una manta. La niña asintió brevemente en la dirección de ambos a modo de agradecimiento. Por su parte, la nublina no dijo nada, pero si que pensó bastante, ahora ya en una situación más calmada y se dió cuenta de lo confuso de la situación, pues no sabia que le habia pasado a Nia.
Se habia preparado la cena. La ulterana no probó bocado pero si bebió, de un pequeño frasco, una poción vigorizante. Se encontraba terriblemente cansada, por lo de la botica y por lo de la operación. No tenia ganas de hablar ni explicar nada a nadie y no pudo sino notar la obviedad de la duda en los gestos de muchos. Era demasiado obvio como para que no se alzasen preguntas.
Por su parte, el argos estuvo preguntando si podia ayudar en mil cosas, cosas que normalmente no tenia ni idea de como hacer. Su único objetivo, en verdad, era quitarse de la cabeza al convaleciente Noel escaleras arriba, pero, con sus ojos, era tarea casi imposible.
Tania comió con moderación y permaneció algo apartada del grupo. Estaba preocupada y confusa igual que los demás, pero debido al desliz que habia causado con la pelea contra los de Gar no podia sino evitar sentirse culpable por haber resultado una molestia más, un punto débil a ojos de sus amigos. Y odiaba aquella sensación.
Se adentró la noche y nadie podia dormir. La cena, en otras ocasiones, un evento social y activo, habia sido lúgubre y amargado. El ulterano seguia igual de nervioso, intentando mantenerse ocupado, la nublina apartada, intentando no ser un estorbo y la náyade procurando que no murieran dos personas por la noche. Ninguno de los tres parecia tener pinta de querer irse a dormir.
Finalmente, el trio médico se reunió con la intención de ver si Noel despertaba. Sino, tendrian que poner en consideración otras medidas para asegurar que Noel se recuperase. Nia se encargo de ello, testeando reflejos junto a otros estímulos a los que si dió reacción. Teniendo en cuenta el daño, la cirujia y el resultado, solo podia haber una explicación. La compartió con los otros dos chicos y, los tres estuvieron de acuerdo.
Salió Nia finalmente del cuarto, ante el grupo que, de nuevo, se habia congregado y esta vez si que habló, con la mirada nublada por algo, dirigida al suelo, procedió a explicar, partiendo desde el punto cero.
-Noel sufrió una anoxia en la zona de la herida. Es caracteristica de un tejido que ha sido privado de oxígeno durante un tiempo limitado. Actuamos con toda la rapidez que pudimos, con experiencia contada en el campo y con los mejores materiales y magia que pudimos.-suspiró, un instante. Palpó en la ropa y sacó su pipa, tras encenderla dió una calada y, más tranquila retomó la explicación.-Noel está fuera de peligro, como bien sabeis, pero esta sumido en un coma que...-Toima ladeó la cabeza, ante la mención de la palabra "coma", fruciendo los labios, como queriendo preguntar sobre ello y la ulterana procedió a explicarselo-... es decir, que no esta consciente en si mismo, aun a pesar de estar vivo. Es algo más complicado que estar inconsciente. Ha reaccionado a las pruebas y podemos decir que se despertará eventualmente, pero los dias o semanas que eso tarde, no podemos calcularlo con precisión. No al menos con lo que está en nuestras manos.-
La ulterana se cruzó de brazos, alzando la mirada.
-Lo que si podemos hacer es cuidar de él hasta que se recupere de este. Para ello, va a que abrirle una via y ponerle con suero, además de una sonda.-Toima abrió la boca para preguntar de nuevo y la ulterana saltó a explicarle directamente, con cierto tono cansado.-Vamos a conectarle un cuenta gotas de una sustancia que le mantendra alimentado e hidratado durante el tiempo necesario, ya que no puede ni comer ni beber, entre otras muchas cosas. No, no es una droga y si, es completamente segura.-terminó con la explicación. Se escuchó un apagado "Aah que vais a meterle de tubos, Vale, bien, bien." de Toima antes de que la ulterana retomase su explicación por donde la dejó antes de que el watahré la cortase.-Para ello, es mejor que Wen me acompañe dentro. Debe aprender a hacerlo ella tambien, si se da el caso de que surja una emergencia y yo no esté para hacerlo.-
Prefirió no explicar sobre el cateter a los demás debido a que conocia de la naturaleza vergonzosa de Noel y decidió que no pasaba nada porque no se enterasen. Pero Wen si debia saberlo.Habia elegido a Wen y no a otra persona por más de una razón. Creia poder entender como se sentia la humana al ver a su pareja sufrir sin poder ella hacer ninguna diferencia en su tratamiento. Sabia que aprenderia bien y rápido por ello pero, en verdad, la náyade tenia una razón aún más importante. Era importante que ella colocase la sonda por su cuenta debido a que la ulterana no se sentia especialmente cómoda con ello. De haber sido un desconocido, Nia no habria dudado pero, al tratarse de Noel, habia un sentimiento de verguenza terrible detrás de ello que le hacia sentirse incómoda, como un breve recordatorio de su edad.
Nia levitó entonces hacia la humana y le posó una mano en el hombro y, mirandola a los ojos, habló.
-Ahora, Wen, en cuanto estes lista, podemos ponernos a ello.-le dijo, casi en un susurro.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/08/14, 09:40 pm
La comida está buena, la comida está buena. Pero no puedo, agh. Una sopita hubiera sido lo mejor en estos casos, si es que lo sabía. ¿Recuperar energías? Ya no las tenemos para tragar cualquier cosa con una mínima consistencia. Ni siquiera yo. ¿Y si, qué, cuándo… No, no, déjalo. Despertará, despertará y… ¿Y si no lo hace? Lo hará, segura. Más bien segura de nada. Nada le ocurrirá, déjalo ya. Ya, ya; pero si no despierta. Despertará. ¡Ya joder!
Bah, buh. Poco importa la cocina, no he comido casi y no lo voy a poder hacer. Va a sobrar un montón… Se comerá mañana, da igual. ¿No era claro que casi no se comería? Bueh, ya da igual. Me voy para mi habitación, tampoco voy a hacer nada aquí. Y total, para seguir amargada…
*********
Al menos estoy sola. No puedo, no puedo. ¿Para qué he abierto la ventana? Hace frío, voy a cerrarla. Y… ya está la sábana arrugada. Así no se puede, joder. Al fin me pude permitir una cama más decente que la anterior, aunque menudo trabajo entrarla en la habitación. Emite un bufido nervioso y observa el resto de la habitación mientras efectúa dos círculos nerviosa. Está todo bien. No ese tomo mal colocado… Lo miraré un ratito, así hago algo.
No, no puedo, no es el momento. ¿Dos parrafitos habré leído? Da igual, ya me los volveré a mirar. Voy a dejarlo, esta vez bien colocado. No, así no, bien. Agh. Vuelve a mirar a su alrededor. Las armas… las limpié bien antes. Pero voy a revisarlas, no sea que… No. Si ya las he mirado tres veces, ¿qué espero encontrar? Voy a abrir la ventana. Ya estoy otra vez igual, necesito aire. Resopla, abre la ventana y saca la cabeza. En pocos segundos, una racha de viento frío levanta las hojas de su mesa. ¡Hala, venga!
—Lo que faltaba, mierda —susurra molesta en exceso.
Mierda puta, estoy hasta los ovarios ya. ¿Por qué no se me ocurrirá nunca la maravillosa idea de tener un puto pisapapeles? Venga, va, ahora a organizarlos. No aprendo, no aprendo, no aprendo nunca. Vuelve a resoplar y se agacha a recoger los papeles. Agh. Ya estoy de mala hostia por nada. Joder. A ver si suben ya, ¿no ha pasado bastante?
*********
Y suben para encerrarse ahí. Salid, ¿qué pasa… ¿Claro, joder, y no es normal? ¿Por qué estoy tan gilipollas? Mejor va a ser que alguien me dé dos guantazos y a tomar viento fresco, porque… ¡Ya salen! Ay, ay, Nia… ¿Qué? No habrá… No, no, no. Por favor. ¡Ah! Un coma, un coma… Eso lo puede superar, seguro. ¡Ha salido bien! ¡Sí!
—Sois los mejores. —Jo, ya estoy otra vez llorando. Tonta—. M-muchísmas gracias. E-en serio.
¡No sabéis cuánto os quiero! Ay, pero estar así… qué vergüenza. Me vuelvo otra vez para mi habitación. Ay, ay. Qué bien, qué tranquilidad. ¿Por qué sigo llorando? Si ya está bien, seguro. Ahora solo queda esperar a que despierte y… Qué tonta soy.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/08/14, 11:54 pm
Le habían sedado y aun no podían saber nada, lo cual era bastante lógico, y por eso el hado no insistió. Volvió a guardar silencio, manteniendo a raya su preocupación, y revolvió el cabello de Gael en un gesto que pretendía transmitir tranquilidad, indicándole en silencio que lo había estado genial allí dentro. Wen se quedó con Noel en su habitación mientras los demás bajaban al salón, y antes de seguirlos, Vac le dirigió a la vouivre una mirada enturbiada que esta no llegó a captar. En la planta baja Nía y el fuego fatuo estaban estabilizando a la terra, la cual había perdido demasiada sangre. Aquella noche la Luna Roja había llegado cargada de problemas, pero por suerte la enorme ulterana salió de peligro y su situación se normalizo. La mesa estaba puesta y el olor de la comida era delicioso, pero casi todos parecían tener el estómago cerrado.
Vac no probó bocado, y aunque lo intentó, nada logro pasar de su garganta. Un nudo le oprimía el pecho, fruto de la angustia, y apenas se podía concentrar en los amigos que le rodeaban. Su mente estaba en la habitación de su hermano, y sus pensamientos no se apartaban de él. Aquel silencio le obligaba a pensar de mas, y al hacerlo se ponía en los peores casos, haciendo que la espera se hiciera aun mas larga de lo que era.
Finalmente el muchacho se levantó de la mesa y fue hasta la cocina para reunir algo de comida para Wen, la cual llevaba varias horas sin comer, y poco antes de que los demás fueran a comprobar el estado del draco, el hado subió y se reunió con la británica. Le dejó el plato sobre el escritorio, y luego volvió al pasillo a esperar las noticias de los tres expertos.
Estas no tardaron en llegar, y en cuanto el griego empezó a escucharlas, su fachada de tranquilidad empezó a desmoronarse. Apenas escuchó nada después de la palabra coma, y confirmar que su hermano se encontraba en una situación similar a la de su madre tantos años atrás lo dejo en blanco. Tenía que salir de allí, y sin que nadie llegara a darse cuenta, el griego abandonó el Cuchitril a paso rápido, parándose en medio de la calle y observando la palma de su manos abiertas en completo silencio, sin verlas realmente. Aquello no podía ser real, no era justo, no era cierto: su hermano se pondría bien, simplemente estaba dormido.
Vac pasó de la negación a la ira en un instante, y en una arranque de la misma estampó su puño cerrado contra un muro ruinoso, destrozándolo aun mas. Aquello no lo alivió, y aunque continuó golpeándolo hasta dejarse los nudillos, el dolor en su pecho no disminuyó un ápice. Repentinamente agotado, el griego buscó apoyo en la pared y parpadeó, conteniendo las lágrimas. Le costaba respirar, todo le daba vueltas, y apenas lograba enfocar los adoquines que había bajo sus pies.
Tardó unos minutos en tranquilizarse, y cuando lo consiguió alzó el vuelo hacia el tejado, sentándose allí y dejando que la brisa nocturna le acariciara el rostro. Hurgó con una mano temblorosa en su bolsillo y se llevó un cigarro a la boca, encendiéndolo con cierta dificultad e inhalando el humo con cuidado. La vorágine de pensamientos sombríos que desbordaba su mente se había calmado, concediéndole cierta claridad, pero esta solo le permitía ver mejor todo lo que andaba mal, y las expectativas seguían aterrorizándolo.
Vac no probó bocado, y aunque lo intentó, nada logro pasar de su garganta. Un nudo le oprimía el pecho, fruto de la angustia, y apenas se podía concentrar en los amigos que le rodeaban. Su mente estaba en la habitación de su hermano, y sus pensamientos no se apartaban de él. Aquel silencio le obligaba a pensar de mas, y al hacerlo se ponía en los peores casos, haciendo que la espera se hiciera aun mas larga de lo que era.
Finalmente el muchacho se levantó de la mesa y fue hasta la cocina para reunir algo de comida para Wen, la cual llevaba varias horas sin comer, y poco antes de que los demás fueran a comprobar el estado del draco, el hado subió y se reunió con la británica. Le dejó el plato sobre el escritorio, y luego volvió al pasillo a esperar las noticias de los tres expertos.
Estas no tardaron en llegar, y en cuanto el griego empezó a escucharlas, su fachada de tranquilidad empezó a desmoronarse. Apenas escuchó nada después de la palabra coma, y confirmar que su hermano se encontraba en una situación similar a la de su madre tantos años atrás lo dejo en blanco. Tenía que salir de allí, y sin que nadie llegara a darse cuenta, el griego abandonó el Cuchitril a paso rápido, parándose en medio de la calle y observando la palma de su manos abiertas en completo silencio, sin verlas realmente. Aquello no podía ser real, no era justo, no era cierto: su hermano se pondría bien, simplemente estaba dormido.
Vac pasó de la negación a la ira en un instante, y en una arranque de la misma estampó su puño cerrado contra un muro ruinoso, destrozándolo aun mas. Aquello no lo alivió, y aunque continuó golpeándolo hasta dejarse los nudillos, el dolor en su pecho no disminuyó un ápice. Repentinamente agotado, el griego buscó apoyo en la pared y parpadeó, conteniendo las lágrimas. Le costaba respirar, todo le daba vueltas, y apenas lograba enfocar los adoquines que había bajo sus pies.
Tardó unos minutos en tranquilizarse, y cuando lo consiguió alzó el vuelo hacia el tejado, sentándose allí y dejando que la brisa nocturna le acariciara el rostro. Hurgó con una mano temblorosa en su bolsillo y se llevó un cigarro a la boca, encendiéndolo con cierta dificultad e inhalando el humo con cuidado. La vorágine de pensamientos sombríos que desbordaba su mente se había calmado, concediéndole cierta claridad, pero esta solo le permitía ver mejor todo lo que andaba mal, y las expectativas seguían aterrorizándolo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: El Cuchitril (Archivo I)
07/08/14, 02:02 am
Ya había imaginado que no tendrían apetito, pero la hice sabiéndolo por si alguien sí lo tenía. Sentado a la mesa, recibí las noticias y suspiré tras tomar una buena bocanada. Había salido "bien"... Estaba estable, aunque estuviera en coma...
—Adara tiene razón, sois lo mejorcito de esta ciudad—dije con una media sonrisa, cansado.
Y aún podía salir de esa. Saldría de esa. Era tontería dejarse llevar por "¿y si no?" hasta que no pasara algo grave. <<¿Y ahora? ¿Me voy o...?>> Estaba un tanto hecho polvo, como los demás... y como los demás se fueron retirando y ya no podía hacer nada más, decidí volver a casa. Aunque primero iría al Burdel, para dar la noticia... y quizá pasaría allí la noche o volvería a la Bodega, y vería. Así que avisé y me marché. Vi a Vac por el camino pero no le molesté: Wen y él debían de estar pasándolo peor... y no había forma de consolar a ninguno, al menos no que yo conociera, así que seguí mi camino.
—Adara tiene razón, sois lo mejorcito de esta ciudad—dije con una media sonrisa, cansado.
Y aún podía salir de esa. Saldría de esa. Era tontería dejarse llevar por "¿y si no?" hasta que no pasara algo grave. <<¿Y ahora? ¿Me voy o...?>> Estaba un tanto hecho polvo, como los demás... y como los demás se fueron retirando y ya no podía hacer nada más, decidí volver a casa. Aunque primero iría al Burdel, para dar la noticia... y quizá pasaría allí la noche o volvería a la Bodega, y vería. Así que avisé y me marché. Vi a Vac por el camino pero no le molesté: Wen y él debían de estar pasándolo peor... y no había forma de consolar a ninguno, al menos no que yo conociera, así que seguí mi camino.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
07/08/14, 05:33 am
La vouivre escuchó atentamente las explicaciones de sus amigos, pero no sacó nada en claro. Lo único que le quedaba era esperar a que el efecto del hechizo de sueño pasara y que todo hubiera salido bien. Todos bajaron a cenar la apetitosa comida que se olía desde ahí, pero la británica ni tenía hambre ni pensaba dejar a Noel solo en ningún momento, por lo que se metió en la habitación sin decir nada, aunque tampoco hacía falta.
La decisión de entrar la tomó demasiado rápido, por lo que no se había preparado para la imagen que la esperaba. Noel estaba echado en la cama inmóvil. La vouivre se acercó a él despacio, temiendo que un mal movimiento le perjudicara. El draco parecía calmado, en paz, con los ojos cerrados y respiraciones pausadas. A la británica se le antojó hasta tierno e infantil. Pero lo que sobresalía más de su imagen era la debilidad. Quizás era una alucinación de la vouivre o realmente el sueco daba esa imagen, pero a Wen el draco le recordaba a una figurita de cristal al borde de una mesa muy alta. De una fragilidad que no encajaba en su aspecto y no favorecía su imagen.
Wen se enjuagó las lágrimas. “No quiero que Noel me vea llorar.” Pensó tontamente. Y se acercó al borde de la cama. Cogió una silla, ya que no quería incomodar al draco sentándose a su lado, y la colocó lo más cerca de la cama que pudo. Wen puso la mano de Noel entre las suyas temblando y la apretó con fuerza. Luego retiró una de ellas, sin soltarle la mano con la otra en ningún momento, y le acarició las plumas que le quedaban en la cabeza, evitando mirar directamente a la parte rapada, pues sabía que ahí era donde le habían abierto y mirarlo directamente solo lo haría más real.
- Hola, Noel.- le saludó con una sonrisa triste-. Vaya estropicio te han hecho en la cabeza, ¿eh?- Mientras acariciaba sus plumas, las iba llevando inconscientemente hacia la dirección contraria para que taparan la calva-. No se lo tengas en cuenta, ¿vale? Además, volverá a crecer y dentro de un tiempo nos reiremos de esto.- soltó una risa triste seguida de unas lágrimas que retiró enseguida de su cara-. ¿Recuerdas la luna del año pasado? Tú y tu hermano hicisteis un gasto mágico tan grande que caísteis agotados a las puertas del burdel.- la vouivre volvió a reír amargamente-. Ojalá no hubiera estado tan cansada, podría haber disfrutado más de esa escena. Luego tuvimos una mañana fantástica.- dijo soñadora-. Por lo visto no todas las noches de Luna Roja pueden acabar felizmente.- terminó con voz apagada y ensombrecida.
Wen se quedó ahí, abrazada a la mano de Noel mientras sollozaba silenciosamente de vez en cuando y le susurraba cosas palabras de consuelo, que eran más para ella que para el draco. No se percató de que el hado había entrado hasta que oyó la bandeja sobre la mesa y levantó la cabeza para mirar a Vac después de limpiarse las lágrimas de la cara. Susurró un “Gracias” antes de que este desapareciera por la puerta. Todavía no tenía hambre, pero agradecía no tener que separarse del draco.
Poco después subieron los demás para comprobar el estado del draco y la noticia le cayó como un balde de agua fría. “Coma” La vouivre tontamente había esperado que el draco se despertara de un momento a otro, pero por el contrario había quedado en coma y ella sabía lo que eso significaba. Muchos niños habían llegado al orfanato porque sus padres no salían del coma o habían muerto tras uno. No, aquello no era bueno, aunque quedaba una esperanza todavía. Pequeña y abriéndose paso con mucho esfuerzo, la esperanza estaba ahí rodeada de la negra y cruda realidad.
Como una autómata siguió a Nia al interior de la habitación y almacenó en su mente todo lo que ella le explicaba. Hasta que no se encontró de nuevo sola con Noel no reaccionó. “¡Esta en coma!” el miedo recorría todo su cuerpo. No tenían la certeza de cuando despertaría ni de si lo haría. El miedo, la frustración y la incertidumbre iban a acabar con ella.
- Noel.- lo llamó desesperada agarrando de nuevo fuertemente su mano-. Dime que no vas a morir, Noel, dime que vas a despertar.- le suplicó con los ojos empañados en lagrimas-. Tienes que despertar, Noel, tienes que darme más mañanas fantásticas como la de aquel día, como las de todos los días. Hay tantas cosas que todavía nos quedan por hacer. Prometiste que me enseñarías a patinar, ¿lo recuerdas? Al lado de aquel lago en Idris. Ese día dijiste que volveríamos, Noel. Por favor, cumple tu promesa.- terminó diciendo en un susurro.
Durante gran parte de la noche, Wen no se movió de su sitio, con la garra de Noel fuertemente atrapada entre sus manos, la frente apoyada en estas, y llorando y diciendo cosas ininteligibles. Cuando se encontraba más calmada iba picando de la comida que Vacuum le había traído, pero a la mañana siguiente la bandeja parecía no haberse tocado a penas. Por su parte, cuando el sueño y el cansancio vencieron a la británica esta, arrastrada por algún tipo de instinto de protección y se transformó en serpiente rodeando la cama con todo su cuerpo y descansando su cabeza bajo el brazo inerte del draco.
Al día siguiente pidió a sus amigos si no les importaba subirle un sillón del salón, ya que no pensaba quitarle sitio en la cama al draco ni pensaba separarse de su lado. Sentada en su nuevo sillón, la vouivre pasó el día hablando con el draco y leyendo libros de su estantería para él. En su opinión, si mantenía la mente del sueco activa sería más posible que este despertara y ella necesitaba confiar en aquello.
Un día más pasó y la vouivre comenzaba a verse algo demacrada. A pesar de que el sofá era muy cómodo, no era el mejor lugar para dormir, y eso unido a que apenas comía, aquella situación le estaba pasando factura a la vouivre. Y, mientras tanto, Noel no despertaba.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 04:52 am
No tenía mucha idea de qué había que hacer, por eso confió plenamente en Nia. Al principio, según veía las pruebas, comenzó a animarse porque todo parecía en su sitio. La posibilidad de un coma todavía no se le había ocurrido, quería creer que en cualquier momento abriría los ojos por sí mismo y se incorporaría. No fue así, y la noticia lo golpeó con tanta fuerza que evitó mirar a los demás una vez en el pasillo. Aprovechó que Nia no los incluía en la lección para irse a su cuarto, donde Pirita había sido encerrada para no molestar. La gata apenas levantó la cabeza al verle entrar, pero hizo que Gael recordara comprobar si alguien se había encargado de alimentar a Odín. Tardó en salir, aun así, porque quiso esperar a que el pasillo se encontrara vacío. Se dio cuenta, tarde, de que había hecho mal en huir de la situación. ¿Qué había de Nia? La habían hecho venir, y en un mal momento, ¿cómo podían agradecérselo? ¿Seguía siquiera en el cuchitril?
Bajó a la planta inferior y buscó el cuenco del gato. Al verlo vacío lo rellenó, porque aunque se diese el caso de que ya hubiera comido era mejor que le sobrase antes que faltarle. Era tarde y había un silencio inquietante en todo el edificio, solo se oía el ulular del viento y el crujir de la madera. No se veía capaz de dormir ni tenía ganas de hacerlo. Pensó en obligarse a ello, pero incluso eso le sabía mal. Era como cortar de raíz sus pensamientos, aunque quizá al otro lado solo le esperaban pesadillas. Probablememente era así. Ninguno de los gestos amables de sus compañeros al respecto de lo que habían hecho en aquel cuarto le ayudaban a sentirse mejor. En realidad no podía dejar de pensar que de haber contado con una persona experimentada en aquel campo Noel ya estaría despierto.
Hacía mucho tiempo que no dormía tan mal, al no haber llegado a recurrir a la magia. Todo fueron vueltas, pensamientos y breves momentos de sueño, y el día siguiente tampoco fue mejor. Noel no se despertó en todo el día, y Wen no se movía de su lado. El fuego fatuo no fue capaz de decirle nada, de intentar que descansara. Se encargó de sus tareas, lo que incluía conservar los cadáveres que habían arrastrado hasta su taller –mientras no pensaba siquiera qué hacer con ellos–, y después se acercó a la biblioteca, sin nada mejor que hacer. Lo que quería era buscar, en vano, hechizos que ayudaran a acelerar la recuperación de Noel, o su salida del coma. Sabía que era una tontería, pero tal vez a Nia se le habían pasado por alto porque podían ser de un nivel avanzado. No lo sabía, pero lo intentó a la desesperada para no sentir que se quedaba quieto llanamente esperando.
Al día siguiente nada había cambiado. El cuchitril estaba sumido en una calma inquietante y Noel seguía sin despertar. No lo había visto demasiado, porque Wen se encargaba de él en todo momento. «No debería seguir así…» pensaba, pero a la vez no sabía qué decirle. A mediodía preparó comida para todos, incluyendo una sopa líquida para Noel. Subió una bandeja para la vouivre, acompañada de una magdalena por si era lo único que le bajaba, y llamó a la puerta antes de pasar. Dejó la fuente sobre la mesita de noche y comenzó a preparar la jeringuilla para la sonda nasogástrica que tenía ahora el draco, todo ello sin decir nada salvo un saludo casi mudo.
―Deberías descansar, o salir a despejarte un rato. Podemos relevarte cualquiera de nosotros mientras… ―comenzó, por fin, cautelosamente. Tenía miedo de decir algo inadecuado o de molestar a la vouivre. Noel daba señales que llamaban al optimismo, pero ni eso tenía caso para alejar aquel ambiente plomizo. No podía animar a Wen, eso ya lo sabía. Era igual con todos ellos. Lo que sí había decidido el fuego fatuo era que no iba a quedarse quieto mientras se lamentaba, solo le hacía más daño. Si Wen no cedía volvería a ir a la biblioteca, o buscaría cualquier contacto en la ciudad que pudiera ayudarlos.
Bajó a la planta inferior y buscó el cuenco del gato. Al verlo vacío lo rellenó, porque aunque se diese el caso de que ya hubiera comido era mejor que le sobrase antes que faltarle. Era tarde y había un silencio inquietante en todo el edificio, solo se oía el ulular del viento y el crujir de la madera. No se veía capaz de dormir ni tenía ganas de hacerlo. Pensó en obligarse a ello, pero incluso eso le sabía mal. Era como cortar de raíz sus pensamientos, aunque quizá al otro lado solo le esperaban pesadillas. Probablememente era así. Ninguno de los gestos amables de sus compañeros al respecto de lo que habían hecho en aquel cuarto le ayudaban a sentirse mejor. En realidad no podía dejar de pensar que de haber contado con una persona experimentada en aquel campo Noel ya estaría despierto.
Hacía mucho tiempo que no dormía tan mal, al no haber llegado a recurrir a la magia. Todo fueron vueltas, pensamientos y breves momentos de sueño, y el día siguiente tampoco fue mejor. Noel no se despertó en todo el día, y Wen no se movía de su lado. El fuego fatuo no fue capaz de decirle nada, de intentar que descansara. Se encargó de sus tareas, lo que incluía conservar los cadáveres que habían arrastrado hasta su taller –mientras no pensaba siquiera qué hacer con ellos–, y después se acercó a la biblioteca, sin nada mejor que hacer. Lo que quería era buscar, en vano, hechizos que ayudaran a acelerar la recuperación de Noel, o su salida del coma. Sabía que era una tontería, pero tal vez a Nia se le habían pasado por alto porque podían ser de un nivel avanzado. No lo sabía, pero lo intentó a la desesperada para no sentir que se quedaba quieto llanamente esperando.
Al día siguiente nada había cambiado. El cuchitril estaba sumido en una calma inquietante y Noel seguía sin despertar. No lo había visto demasiado, porque Wen se encargaba de él en todo momento. «No debería seguir así…» pensaba, pero a la vez no sabía qué decirle. A mediodía preparó comida para todos, incluyendo una sopa líquida para Noel. Subió una bandeja para la vouivre, acompañada de una magdalena por si era lo único que le bajaba, y llamó a la puerta antes de pasar. Dejó la fuente sobre la mesita de noche y comenzó a preparar la jeringuilla para la sonda nasogástrica que tenía ahora el draco, todo ello sin decir nada salvo un saludo casi mudo.
―Deberías descansar, o salir a despejarte un rato. Podemos relevarte cualquiera de nosotros mientras… ―comenzó, por fin, cautelosamente. Tenía miedo de decir algo inadecuado o de molestar a la vouivre. Noel daba señales que llamaban al optimismo, pero ni eso tenía caso para alejar aquel ambiente plomizo. No podía animar a Wen, eso ya lo sabía. Era igual con todos ellos. Lo que sí había decidido el fuego fatuo era que no iba a quedarse quieto mientras se lamentaba, solo le hacía más daño. Si Wen no cedía volvería a ir a la biblioteca, o buscaría cualquier contacto en la ciudad que pudiera ayudarlos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/08/14, 07:02 pm
Wen oyó la puerta, pero no miró a quién entraba hasta que oyó el saludo. Mientras Gael se movía a su espalda, la vouivre seguía mirando a Noel y acomodando su pelo de nuevo para tapar la zona de operación. Se había hecho con dos plumas de la cabeza de Noel con las que jugaba entre sus dedos o trenzaba en su pelo cuando iba a dormir para no separarse de ellas.
- No, tranquilo.- le contestó al fuego fatuo-. Despertará pronto y tengo que estar aquí para darle la bienvenida. Si se despierta sin que yo este no me lo perdonaría.- terminó diciendo, convencidísima que aquel iba a ser el día en el que Noel se levantara.
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