El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
16/09/14, 11:25 pm
El sueco aprovechó una buena parte de aquellos cuatro meses en mejorar con la batería, poniendo mayor entusiasmo una vez se vio capaz de coordinarse de nuevo, con la ayuda de Vac. Ahora ellos estaban muertos y Noel sentía que podía permitírselo. Le resultaba incluso fuera de lugar el sentirse tan relajado y no fueron pocas las ocasiones en las que se sentía tenso por inercia hasta que meditaba sobre ello, llegaba hasta la causa y le invadía un alivio abrumador cuando se daba cuenta de que no tenía por qué mantener aquella alarma permanente que tanto había condicionado sus vidas en el transcurso de aquel año. Gracias a ello su ansiedad disminuyó verdaderamente por primera vez en mucho tiempo y, en general, se lo podía ver mucho más animado.
Ello no quería decir, sin embargo, que hubiese cambiado su visión de sí mismo. Y lo demostró con una resolución que tomó en cuanto retomó su trabajo. Noel no podía simplemente ignorar lo que para él era un hecho. No podía continuar con la conciencia tranquila sabiendo que si normalmente apenas aportaba nada, mucho menos había aportado convirtiéndose en una carga durante tanto tiempo, primero encontrándose incapacitado por completo y después resultando menos útil que un taburete, pues este al menos no provocaba estropicios al no intentar rebasar sus límites en su condición de mueble. Al draco le frustró sobremanera no poder participar en los primeros contratos que consiguieron mientras él seguía rehabilitándose y frustrado siguió tras haber insistido en colaborar en un encargo cuando todavía no se encontraba en sus plenas facultades, con resultados que catalogó como "desastrosamente patéticos". Es por ello que, a partir de aquel momento, el sueco simplemente decidió renunciar a su sueldo. No lo hizo de forma pública ni realizó comentario alguno acerca de sus pensamientos al respecto, pero, en cuanto sabía que nadie le vería, abría la caja en la que guardaban el dinero comunal y depositaba en ella la fracción del pago que supuestamente le correspondía. Al no ser el de cazarrecompensas un empleo constante esperaba que nadie notase el aumento ocasional de caudal en los fondos comunes.
El dinero que conservaba de antes, no obstante, todavía le duraba al término de aquellos meses, pues el draco siempre había sido moderado con sus gastos personales y en los últimos tiempos no se habían presentado demasiadas ocasiones para fundir una buena parte en alcohol. Aun así, renovó sus materiales de dibujo y sus baquetas, ya que no le quedaba otro remedio si quería continuar llevando a cabo las actividades para las que los necesitaba y decidió comprar también un par de piezas de ropa nuevas: unos pantalones y un chaleco de tela vaquera negra.
Sus estudios rúnicos avanzaron a un paso algo más lento en aquella ocasión, ya que se había permitido dedicar un poco más de tiempo de lo habitual a la batería y al dibujo, pero también había hecho progresos descifrando el sistema de distribución de hechizos defensivos. Así mismo se centró en mejorar su inglés, teniendo que dejar el sueco para otro momento pues Samhein, y con ella la visita a la Tierra, estaba cada vez más cerca. Las clases con Deferentia, no obstante, las redujo drásticamente y retomó sus prácticas en la bahía en el ámbito mágico como había hecho los primeros años. La versión oficial, aunque cierta, era que ya había adquirido suficiente soltura en su especialidad como para no necesitar tanto la ayuda de la maga, pero el principal motivo de aquella decisión eran sus cada vez menos voluminosos ahorros. Uno de los últimos días antes de la tarde en la que se reunirían todos en el Cuchitril, el draco observó preocupado el dinero que le quedaba. Probablemente iba a necesitar quedarse con su parte la próxima vez o no podría continuar sus clases con la ulterana ni reponer los útiles que necesitaba para diversos cometidos, algunos tan importantes como el mantenimiento de sus armas. No podía renunciar eternamente a su sueldo y lo sabía, pero una parte de él le decía que era la única decisión lógica que había podido tomar al respecto y a lo largo de la semanas dicha noción se había asentado en su cabeza como cierta.
La víspera de Samhein llegó y se había acordado una reunión previa en el Cuchitril con todos los que regresarían por una noche a la Tierra incluso aunque una vez atravesado el portal se separasen. Por suerte habían podido hallar una manera de poder continuar ejerciendo su trabajo como cosechadores, ya que a una buena parte del grupo se le había escogido como tal a lo largo de los años y designar a tantos sustitutos probablemente no sería bien recibido. De hecho, el Consejo los había cogido por sorpresa solicitando a Wen como cosechadora de un mundo cuyo portal se había abierto como resultado de la última Cosecha. Al draco no le había hecho ninguna gracia que obligasen a la vouivre a desempeñar una función que ponía en peligro su seguridad, pues habían elegido a la británica precisamente por las características de su transformación. Desde luego el Consejo hizo caso omiso de cualquier queja al respecto que hubiesen proferido y la única respuesta que recibieron fue un comentario disciplente que venía a querer decir “no es nuestro problema, buscaos la vida”. Y exactamente eso hicieron. Por suerte no les costó demasiado encontrar una solución y el draco pudo dejar el hábito de gruñir una sarta de maldiciones sin mesura dirigidas a los gobernantes de la ciudad cada vez que recordaba el asunto, cosa que sin duda no era muy recomendable en un lugar como Rocavarancolia.
Así pues, tras regresar de Dryfus habiendo hecho un descubrimiento con el que podía darse por satisfecho con su trabajo como cosechador aquel año, a escasamente una hora de que el portal se abriese, el draco se encontraba frente a un espejo, con su nueva ropa y ajustando el amuleto ilusorio para adquirir una apariencia completamente humana. El sueco podía afirmar con total seguridad que no se reconocía en aquel reflejo. En su cabeza volvía a haber pelo, su barba ya no era un montón de plumón en su cara y había recuperado la palidez en la piel, así como el color original de sus ojos, más claro que el azul turbio que la Luna le había dado. Se trataba de sí mismo, del aspecto que hubiese tenido si no hubiera dejado de ser humano para pasar a formar parte de un elenco de espantos que un simple habitante de la Tierra solo podía concebir en sus peores pesadillas -o en una película de serie B- pero Noel no podía dejar de ver a un extraño en aquel espejo. Al fin y al cabo había cambiado mucho en aquellos cuatro años y la última vez que había sido humano tan solo era un crío de catorce.
—Mira esto… Parezco un cadáver. Voy a ser incluso la envidia de Jack —comentó en tono de burla para nadie en particular señalando desdeñosamente uno de sus brazos, refiriéndose al color de su piel, con lo que en aquel momento tenía el aspecto de una mano humana normal. Asintió ante el comentario de Adara—. Nunca me había dado verdadera cuenta de lo pálido que era. Estoy horr… Mierda, la esclerótica. —Se apresuró a blanquear sus ojos ya que se le había pasado por alto aquel detalle hasta ese momento—. Podría pasar por enfermo hepático, pero prefiero evitar llamar la atención. Al menos todo lo que un tipo que supera los dos metros de altura puede evitar —añadió jocosamente mientras se giraba hacia el resto con una sonrisa a juego.
Hacía poco se había dado cuenta de que había vuelto a crecer. No se trataba de nada significativo, pero se habían añadido un par de centímetros a su ya considerable altura. No era un hecho muy sorprendente teniendo en cuenta que acababa de cumplir dieciocho, pero había crecido tanto durante sus dos primeros años como transformado que había dado por supuesto que ya había cubierto el cupo.
Una cola, invisible para casi todos en aquel momento, se balanceaba nerviosamente a su espalda bajo sus también invisibles alas. Noel esperaba que llegasen pronto los que faltaban, ya que iba a realizar una propuesta a todos. El draco, aunque cuando se había comenzado a gestar aquella visita nostálgica había asegurado que probablemente no estaría interesado en pasarse por casa, a lo largo de los meses había cambiado de idea. De hecho continuaba indeciso sobre si se acercaría a ver qué tal les iba a sus padres, pero había llegado a la conclusión de que merecía la pena al menos volver a pisar Suecia, regresar por una sola noche a Kiruna. El haber residido toda su vida terrestre en el círculo polar ártico le había hecho pasar por alto ciertas cosas, porque de todos modos el draco nunca pensaba demasiado en aquellos tiempos. Pero el inminente regreso le había obligado a remover en sus recuerdos y ello lo llevó a reconsiderar un par de cosas. Una de ellas se encontraba en el interior de su bolsa sin fondo, pero todavía no era el momento de que lo abandonasen. Una leve sonrisa se formó en su rostro al cruzar una mirada con Wen mientras pensaba en ello.
—De cero a ganas de arrancarte los ojos, ¿cuánto de feo estoy? —le preguntó entonces ensanchando su sonrisa en la manifestación de burla reservada para sí mismo—. ¿Habrías salido corriendo al verme si me hubieses conocido así?
Ello no quería decir, sin embargo, que hubiese cambiado su visión de sí mismo. Y lo demostró con una resolución que tomó en cuanto retomó su trabajo. Noel no podía simplemente ignorar lo que para él era un hecho. No podía continuar con la conciencia tranquila sabiendo que si normalmente apenas aportaba nada, mucho menos había aportado convirtiéndose en una carga durante tanto tiempo, primero encontrándose incapacitado por completo y después resultando menos útil que un taburete, pues este al menos no provocaba estropicios al no intentar rebasar sus límites en su condición de mueble. Al draco le frustró sobremanera no poder participar en los primeros contratos que consiguieron mientras él seguía rehabilitándose y frustrado siguió tras haber insistido en colaborar en un encargo cuando todavía no se encontraba en sus plenas facultades, con resultados que catalogó como "desastrosamente patéticos". Es por ello que, a partir de aquel momento, el sueco simplemente decidió renunciar a su sueldo. No lo hizo de forma pública ni realizó comentario alguno acerca de sus pensamientos al respecto, pero, en cuanto sabía que nadie le vería, abría la caja en la que guardaban el dinero comunal y depositaba en ella la fracción del pago que supuestamente le correspondía. Al no ser el de cazarrecompensas un empleo constante esperaba que nadie notase el aumento ocasional de caudal en los fondos comunes.
El dinero que conservaba de antes, no obstante, todavía le duraba al término de aquellos meses, pues el draco siempre había sido moderado con sus gastos personales y en los últimos tiempos no se habían presentado demasiadas ocasiones para fundir una buena parte en alcohol. Aun así, renovó sus materiales de dibujo y sus baquetas, ya que no le quedaba otro remedio si quería continuar llevando a cabo las actividades para las que los necesitaba y decidió comprar también un par de piezas de ropa nuevas: unos pantalones y un chaleco de tela vaquera negra.
Sus estudios rúnicos avanzaron a un paso algo más lento en aquella ocasión, ya que se había permitido dedicar un poco más de tiempo de lo habitual a la batería y al dibujo, pero también había hecho progresos descifrando el sistema de distribución de hechizos defensivos. Así mismo se centró en mejorar su inglés, teniendo que dejar el sueco para otro momento pues Samhein, y con ella la visita a la Tierra, estaba cada vez más cerca. Las clases con Deferentia, no obstante, las redujo drásticamente y retomó sus prácticas en la bahía en el ámbito mágico como había hecho los primeros años. La versión oficial, aunque cierta, era que ya había adquirido suficiente soltura en su especialidad como para no necesitar tanto la ayuda de la maga, pero el principal motivo de aquella decisión eran sus cada vez menos voluminosos ahorros. Uno de los últimos días antes de la tarde en la que se reunirían todos en el Cuchitril, el draco observó preocupado el dinero que le quedaba. Probablemente iba a necesitar quedarse con su parte la próxima vez o no podría continuar sus clases con la ulterana ni reponer los útiles que necesitaba para diversos cometidos, algunos tan importantes como el mantenimiento de sus armas. No podía renunciar eternamente a su sueldo y lo sabía, pero una parte de él le decía que era la única decisión lógica que había podido tomar al respecto y a lo largo de la semanas dicha noción se había asentado en su cabeza como cierta.
La víspera de Samhein llegó y se había acordado una reunión previa en el Cuchitril con todos los que regresarían por una noche a la Tierra incluso aunque una vez atravesado el portal se separasen. Por suerte habían podido hallar una manera de poder continuar ejerciendo su trabajo como cosechadores, ya que a una buena parte del grupo se le había escogido como tal a lo largo de los años y designar a tantos sustitutos probablemente no sería bien recibido. De hecho, el Consejo los había cogido por sorpresa solicitando a Wen como cosechadora de un mundo cuyo portal se había abierto como resultado de la última Cosecha. Al draco no le había hecho ninguna gracia que obligasen a la vouivre a desempeñar una función que ponía en peligro su seguridad, pues habían elegido a la británica precisamente por las características de su transformación. Desde luego el Consejo hizo caso omiso de cualquier queja al respecto que hubiesen proferido y la única respuesta que recibieron fue un comentario disciplente que venía a querer decir “no es nuestro problema, buscaos la vida”. Y exactamente eso hicieron. Por suerte no les costó demasiado encontrar una solución y el draco pudo dejar el hábito de gruñir una sarta de maldiciones sin mesura dirigidas a los gobernantes de la ciudad cada vez que recordaba el asunto, cosa que sin duda no era muy recomendable en un lugar como Rocavarancolia.
Así pues, tras regresar de Dryfus habiendo hecho un descubrimiento con el que podía darse por satisfecho con su trabajo como cosechador aquel año, a escasamente una hora de que el portal se abriese, el draco se encontraba frente a un espejo, con su nueva ropa y ajustando el amuleto ilusorio para adquirir una apariencia completamente humana. El sueco podía afirmar con total seguridad que no se reconocía en aquel reflejo. En su cabeza volvía a haber pelo, su barba ya no era un montón de plumón en su cara y había recuperado la palidez en la piel, así como el color original de sus ojos, más claro que el azul turbio que la Luna le había dado. Se trataba de sí mismo, del aspecto que hubiese tenido si no hubiera dejado de ser humano para pasar a formar parte de un elenco de espantos que un simple habitante de la Tierra solo podía concebir en sus peores pesadillas -o en una película de serie B- pero Noel no podía dejar de ver a un extraño en aquel espejo. Al fin y al cabo había cambiado mucho en aquellos cuatro años y la última vez que había sido humano tan solo era un crío de catorce.
—Mira esto… Parezco un cadáver. Voy a ser incluso la envidia de Jack —comentó en tono de burla para nadie en particular señalando desdeñosamente uno de sus brazos, refiriéndose al color de su piel, con lo que en aquel momento tenía el aspecto de una mano humana normal. Asintió ante el comentario de Adara—. Nunca me había dado verdadera cuenta de lo pálido que era. Estoy horr… Mierda, la esclerótica. —Se apresuró a blanquear sus ojos ya que se le había pasado por alto aquel detalle hasta ese momento—. Podría pasar por enfermo hepático, pero prefiero evitar llamar la atención. Al menos todo lo que un tipo que supera los dos metros de altura puede evitar —añadió jocosamente mientras se giraba hacia el resto con una sonrisa a juego.
Hacía poco se había dado cuenta de que había vuelto a crecer. No se trataba de nada significativo, pero se habían añadido un par de centímetros a su ya considerable altura. No era un hecho muy sorprendente teniendo en cuenta que acababa de cumplir dieciocho, pero había crecido tanto durante sus dos primeros años como transformado que había dado por supuesto que ya había cubierto el cupo.
Una cola, invisible para casi todos en aquel momento, se balanceaba nerviosamente a su espalda bajo sus también invisibles alas. Noel esperaba que llegasen pronto los que faltaban, ya que iba a realizar una propuesta a todos. El draco, aunque cuando se había comenzado a gestar aquella visita nostálgica había asegurado que probablemente no estaría interesado en pasarse por casa, a lo largo de los meses había cambiado de idea. De hecho continuaba indeciso sobre si se acercaría a ver qué tal les iba a sus padres, pero había llegado a la conclusión de que merecía la pena al menos volver a pisar Suecia, regresar por una sola noche a Kiruna. El haber residido toda su vida terrestre en el círculo polar ártico le había hecho pasar por alto ciertas cosas, porque de todos modos el draco nunca pensaba demasiado en aquellos tiempos. Pero el inminente regreso le había obligado a remover en sus recuerdos y ello lo llevó a reconsiderar un par de cosas. Una de ellas se encontraba en el interior de su bolsa sin fondo, pero todavía no era el momento de que lo abandonasen. Una leve sonrisa se formó en su rostro al cruzar una mirada con Wen mientras pensaba en ello.
—De cero a ganas de arrancarte los ojos, ¿cuánto de feo estoy? —le preguntó entonces ensanchando su sonrisa en la manifestación de burla reservada para sí mismo—. ¿Habrías salido corriendo al verme si me hubieses conocido así?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
04/10/14, 10:18 pm
La vida normal en el cuchitril volvió poco a poco a su rutina habitual. Sí había algo diferente respecto a los últimos tiempos, y eso era la tranquilidad. También la despreocupación. Con Noel recuperándose poco a poco con el paso de los días, y nada que los mantuviese en continua tensión, la única preocupación real era continuar haciendo trabajos cada vez que surgían. Esto hizo que Gael por fin recuperase las investigaciones en su taller, aun sin abandonar los entrenamientos matutinos ni perderse las esporádicas lecciones de Shizel.
En cuanto a la botica, esta volvió a funcionar a pleno rendimiento enseguida, y Nia no llegó a dar explicaciones, tal y como era de esperar. Cada vez que necesitaba materiales que vendiera la náyade se pasaba por allí comprobando que todo seguía en orden, preocupado por si la ulterana se estaba esforzando demasiado para sacar aquello a flote sola. Seguía preocupado por la posible existencia de enemigos de la náyade, pero en todo aquel tiempo no consiguió ni una sola pista.
Su trabajo en el taller le resultaba entretenido. Muchas partes de la nigromancia desconocidas para él eran enigmas equiparables a pasatiempos por resolver. Se devanaba los sesos con su nuevo libro, más avanzado que su primer grimorio. Consiguió nuevos animales de experimentación y trabajó en compañía de su gata muerta y el cerdo que no crecía. Con el paso de las semanas logró animales que comenzaban a parecer autónomos, no requerían demasiados químicos, eran cada vez de mayor tamaño y, poco a poco, más duraderos. Los modificadores de los hechizos los hacían tremendamente tediosos pero, a pesar del agotamiento, el fuego fatuo estaba henchido de orgullo. Empezaba a marcar ya sus próximos objetivos. El más cercano, aprender hechizos que le ayudasen a controlar el comportamiento de sus criaturas; tras eso, tratar de dar vida a quimeras. Probablemente necesitaría ayuda de Siloco para ambos.
Como si todo lo que ya tenían por hacer fuese poco, las clases de Shizel los hicieron interesarse por la telepatía, de cara a emplearla en misiones. Avanzaron en ello sin prisa, pero sin olvidarse de practicarlo con frecuencia. Tenían otras preocupaciones ocupando su tiempo libre, varias relacionadas con los preparativos para el viaje a la Tierra.
Aquel viaje ponía nervioso a Gael. A pesar de sus deseos por volver a su planeta de origen llevaba muchos años sin atreverse a pisarlo, y la cosecha le proporcionaba la excusa perfecta para posponerlo año tras año sin culpar a sus reparos. Por otro lado, tampoco creía que hubiera llegado muy lejos en la visita antes de iniciarse en la magia de translación. Aunque en principio el que preparaban fuese a ser un viaje por diversión, él, al igual que podía ser el caso de los demás, tenía planes propios a mayores, y quería llevarlos a cabo solo. Aunque resultasen estúpidos. Lo ponía nervioso como cada vez que sopesaba cómo sería volver, pero quería hacerlo al menos una vez más en la vida. Probablemente la última. Tal vez su tenacidad tenía cierto punto masoquista.
Tras encargarse de los preparativos previos a la cosecha y adentrarse diligentemente una vez más en Asrena antes de partir, pues nunca era tarde para que apareciese un cosechado, regresó a la hora acordada y se preparó. Su vestimenta era el chico pecoso, pero a pesar de ello tenía que ocultar el brillo mágicamente. Lo único que le preocupaba era aparentar ser humano, el aspecto que tuviera le era indiferente. Los nervios se habían acumulado en su estómago nuevamente, pero eran un peso ligero y fácil de llevar. Repasaba mentalmente qué cosas quería traer consigo de vuelta a ese lado del portal, y eso lo animaba considerablemente.
Salió de su cuarto, echándose un rápido vistazo en el espejo de cuerpo entero, y bajó las escaleras riéndose.
―¡Estoooy listo! ―exclamó eufórico. «Si sumamos un autobús esto podría ser como las excursiones para viejos a las que iba la abuela» se le cruzó por la cabeza. Tal vez porque eran un grupo grande, variopinto, e iban a ver muchas cosas que no habían visto nunca. Al fuego fatuo le hacía gracia pensar en lo grande que le parecía antaño el mundo –“su mundo”–, en las ganas que tenía de visitar todos los países que pudiera. Ahora iba a hacerlo, pero la Tierra había encogido un poco. Seguía siendo inmensa, pero era solo otro mundo más.
En cuanto a la botica, esta volvió a funcionar a pleno rendimiento enseguida, y Nia no llegó a dar explicaciones, tal y como era de esperar. Cada vez que necesitaba materiales que vendiera la náyade se pasaba por allí comprobando que todo seguía en orden, preocupado por si la ulterana se estaba esforzando demasiado para sacar aquello a flote sola. Seguía preocupado por la posible existencia de enemigos de la náyade, pero en todo aquel tiempo no consiguió ni una sola pista.
Su trabajo en el taller le resultaba entretenido. Muchas partes de la nigromancia desconocidas para él eran enigmas equiparables a pasatiempos por resolver. Se devanaba los sesos con su nuevo libro, más avanzado que su primer grimorio. Consiguió nuevos animales de experimentación y trabajó en compañía de su gata muerta y el cerdo que no crecía. Con el paso de las semanas logró animales que comenzaban a parecer autónomos, no requerían demasiados químicos, eran cada vez de mayor tamaño y, poco a poco, más duraderos. Los modificadores de los hechizos los hacían tremendamente tediosos pero, a pesar del agotamiento, el fuego fatuo estaba henchido de orgullo. Empezaba a marcar ya sus próximos objetivos. El más cercano, aprender hechizos que le ayudasen a controlar el comportamiento de sus criaturas; tras eso, tratar de dar vida a quimeras. Probablemente necesitaría ayuda de Siloco para ambos.
Como si todo lo que ya tenían por hacer fuese poco, las clases de Shizel los hicieron interesarse por la telepatía, de cara a emplearla en misiones. Avanzaron en ello sin prisa, pero sin olvidarse de practicarlo con frecuencia. Tenían otras preocupaciones ocupando su tiempo libre, varias relacionadas con los preparativos para el viaje a la Tierra.
Aquel viaje ponía nervioso a Gael. A pesar de sus deseos por volver a su planeta de origen llevaba muchos años sin atreverse a pisarlo, y la cosecha le proporcionaba la excusa perfecta para posponerlo año tras año sin culpar a sus reparos. Por otro lado, tampoco creía que hubiera llegado muy lejos en la visita antes de iniciarse en la magia de translación. Aunque en principio el que preparaban fuese a ser un viaje por diversión, él, al igual que podía ser el caso de los demás, tenía planes propios a mayores, y quería llevarlos a cabo solo. Aunque resultasen estúpidos. Lo ponía nervioso como cada vez que sopesaba cómo sería volver, pero quería hacerlo al menos una vez más en la vida. Probablemente la última. Tal vez su tenacidad tenía cierto punto masoquista.
Tras encargarse de los preparativos previos a la cosecha y adentrarse diligentemente una vez más en Asrena antes de partir, pues nunca era tarde para que apareciese un cosechado, regresó a la hora acordada y se preparó. Su vestimenta era el chico pecoso, pero a pesar de ello tenía que ocultar el brillo mágicamente. Lo único que le preocupaba era aparentar ser humano, el aspecto que tuviera le era indiferente. Los nervios se habían acumulado en su estómago nuevamente, pero eran un peso ligero y fácil de llevar. Repasaba mentalmente qué cosas quería traer consigo de vuelta a ese lado del portal, y eso lo animaba considerablemente.
Salió de su cuarto, echándose un rápido vistazo en el espejo de cuerpo entero, y bajó las escaleras riéndose.
―¡Estoooy listo! ―exclamó eufórico. «Si sumamos un autobús esto podría ser como las excursiones para viejos a las que iba la abuela» se le cruzó por la cabeza. Tal vez porque eran un grupo grande, variopinto, e iban a ver muchas cosas que no habían visto nunca. Al fuego fatuo le hacía gracia pensar en lo grande que le parecía antaño el mundo –“su mundo”–, en las ganas que tenía de visitar todos los países que pudiera. Ahora iba a hacerlo, pero la Tierra había encogido un poco. Seguía siendo inmensa, pero era solo otro mundo más.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/10/14, 01:56 am
Toima y Tania
El ulterano habia tenido una vida pacífica en los meses que habia pasado entre la salida de la Luna y aquel momento. Quizás podria decirse que habia vivido la vida idílica: No habia problemas, los trabajos venian con frecuencia, podian costearse alguna fiesta que otra de vez en cuando y él, por su parte, seguia con vida, que ya era decir. Incluso Noel fue mejorando gradualmente, siguiendo el tratamiento de la náyade y ciertos ejercicios de rehabilitación que dejaron un tanto confuso al watahré.
Toima por su parte habia dominado el uso de sus kpingas y solia llevar unos cuantos encima casi siempre. Habia cogido la mala costumbre de ir arrojandolos por el cuchitril, por aburrimiento, hasta que uno que rebotó contra pared sólida le hizo un corte de pelo un tanto tosco a una muy asustada nublina. Una bronca y un par de chichones más tarde, el ulterano quedó terminantemente prohibido de su nuevo hobby, lo cual le devolvió a su estado de amargura habitual.
Además, el argos habia descubierto otra pasión culinaria: El café. Lo tomaba siempre a la mañana de una borrachera, quizás para contrarrestar los efectos de la resaca o quizás porque su amargura era refrescante en cierto sentido.
Tania por su parte, habia estado centrada en su nuevo arco y pronto se podria decir que superaria al ulterano con creces en el uso de este. La nublina, además, se habia configurado un atuendo para pasar desapercibida para cuando lo necesitase. Este atuendo se encargaba de mantenerla en incognito durante sus salidas y los colores grisaceos hasta podrian servirle de camuflaje en la ciudad. Toda medida de precaución era poca para la nublina quien con mucha más seguridad, habia empezado a hacer más salidas y cada vez con más frecuencia, a veces volviendo con caza, sacando a la lagarta a pasear en ocasiones.
Aquella noche, mientras todos se disponian a salir, dos de los habitantes del cuchitril estaban cambiados a ropa más cómoda. Toima vestia un pijama caliente con capucha y pantuflas, sentado a la mesa, bebia de un vaso de chupito con cierto aire a soledad. Les habia dejado claro a sus compañeros que no les acompañaria a la tierra, que no le apetecia salir de casa. Tania por su parte habia estado expectante por ir a visitar la tierra pero la decisión del ulterano la contuvo y pronto se hizo a la idea de que se tendria que quedar también para evitar que el watahré la liase. Ocultó sus verdaderas intenciones de los demás como mejor pudo y en aquellos momentos llevaba una blusa perlada y unos pantalones cortos de pijama. Estaba sentada en el sofá, afilando flechas con cierta laboriosidad, como fijando su, muy moderada, rabia por el hecho de que no podria ir a la Tierra con los demás.
Ambos suspiraron a la vez, por fruto de la casualidad, pero no se dirigian la palabra. La nublina estaba enfadada con la tozudez e irresponsabilidad del ulterano que la impedian ir a la incursión con los demás y el ulterano estaba enfadada con esta ya que le creia inutil o algo peor. Y quizás tenia razón, pero la idea de admitirlo era demasiado para el orgullo ulterano.
Y así, otro vaso de chupito y otra flecha afilada, ambos siguieron con el tratamiento en silencio, casi sin prestar demasiada atención a lo que los cuchitrileros que si iban por motivos diferentes, que habian empezado a reunirse en aquella planta.
Nia, Toima y Tania
La ulterana se presentó ante las puertas del cuchitril. Iba vestida con un conjunto muy esmerado: La parte superior era un traje de marinero nacarado con botones y remaches bañados en oro además de un pañuelo azul claro al cuello. Por otra parte, la mitad inferior era una larga falda segmentada con mucho vuelo intrincado que mezclaba colores malvas con azules como si se tratase de un rio en moción, los colores alternaban dependiendo de la luz que les diese. En la cabeza, llevaba un gorro frigio de color aguamarina que caia sobre un lado de la cabeza. Iba maquillada "modestamente" con colores azul marino y azul cyan alternados en un patrón a rallas, tanto en los labios y uñas como en la sombra de ojos y, estos, los llevaba cubiertos por unas estilizadas gafas de sol de color azul oscuro que escondian una mirada de excitación entre mezclada con una ansiedad enorme. Colgada de un costado, una cartera que hacia las veces de bolso, presumiblemente una bolsa sin fondo.
La niña apenas podia contenerse en el sitio cuando llamó a la puerta. Como habian acordado, se reuniriran primero en el cuchitril y de ahí partirian hacia los portales. las intenciones de la náyade eran bien claras: Por fin iba a visitar su amada Francia e iba a hacerse pasar por una turista cualquiera mientras visitaba un país tan ricamente cultural como tan cargada de un factor humano que le llamaba mucho la atención
Justo antes de que llamase, se escuchó a un Toima con puntillo hablar.
-Eramos pocos y parió la escolopendra de arcoiris esta...-comentó y entonces soltó un carraspeo divertido antes de volverse a sumar a su octavo chupito de la noche.
El ulterano habia tenido una vida pacífica en los meses que habia pasado entre la salida de la Luna y aquel momento. Quizás podria decirse que habia vivido la vida idílica: No habia problemas, los trabajos venian con frecuencia, podian costearse alguna fiesta que otra de vez en cuando y él, por su parte, seguia con vida, que ya era decir. Incluso Noel fue mejorando gradualmente, siguiendo el tratamiento de la náyade y ciertos ejercicios de rehabilitación que dejaron un tanto confuso al watahré.
Toima por su parte habia dominado el uso de sus kpingas y solia llevar unos cuantos encima casi siempre. Habia cogido la mala costumbre de ir arrojandolos por el cuchitril, por aburrimiento, hasta que uno que rebotó contra pared sólida le hizo un corte de pelo un tanto tosco a una muy asustada nublina. Una bronca y un par de chichones más tarde, el ulterano quedó terminantemente prohibido de su nuevo hobby, lo cual le devolvió a su estado de amargura habitual.
Además, el argos habia descubierto otra pasión culinaria: El café. Lo tomaba siempre a la mañana de una borrachera, quizás para contrarrestar los efectos de la resaca o quizás porque su amargura era refrescante en cierto sentido.
Tania por su parte, habia estado centrada en su nuevo arco y pronto se podria decir que superaria al ulterano con creces en el uso de este. La nublina, además, se habia configurado un atuendo para pasar desapercibida para cuando lo necesitase. Este atuendo se encargaba de mantenerla en incognito durante sus salidas y los colores grisaceos hasta podrian servirle de camuflaje en la ciudad. Toda medida de precaución era poca para la nublina quien con mucha más seguridad, habia empezado a hacer más salidas y cada vez con más frecuencia, a veces volviendo con caza, sacando a la lagarta a pasear en ocasiones.
Aquella noche, mientras todos se disponian a salir, dos de los habitantes del cuchitril estaban cambiados a ropa más cómoda. Toima vestia un pijama caliente con capucha y pantuflas, sentado a la mesa, bebia de un vaso de chupito con cierto aire a soledad. Les habia dejado claro a sus compañeros que no les acompañaria a la tierra, que no le apetecia salir de casa. Tania por su parte habia estado expectante por ir a visitar la tierra pero la decisión del ulterano la contuvo y pronto se hizo a la idea de que se tendria que quedar también para evitar que el watahré la liase. Ocultó sus verdaderas intenciones de los demás como mejor pudo y en aquellos momentos llevaba una blusa perlada y unos pantalones cortos de pijama. Estaba sentada en el sofá, afilando flechas con cierta laboriosidad, como fijando su, muy moderada, rabia por el hecho de que no podria ir a la Tierra con los demás.
Ambos suspiraron a la vez, por fruto de la casualidad, pero no se dirigian la palabra. La nublina estaba enfadada con la tozudez e irresponsabilidad del ulterano que la impedian ir a la incursión con los demás y el ulterano estaba enfadada con esta ya que le creia inutil o algo peor. Y quizás tenia razón, pero la idea de admitirlo era demasiado para el orgullo ulterano.
Y así, otro vaso de chupito y otra flecha afilada, ambos siguieron con el tratamiento en silencio, casi sin prestar demasiada atención a lo que los cuchitrileros que si iban por motivos diferentes, que habian empezado a reunirse en aquella planta.
Nia, Toima y Tania
La ulterana se presentó ante las puertas del cuchitril. Iba vestida con un conjunto muy esmerado: La parte superior era un traje de marinero nacarado con botones y remaches bañados en oro además de un pañuelo azul claro al cuello. Por otra parte, la mitad inferior era una larga falda segmentada con mucho vuelo intrincado que mezclaba colores malvas con azules como si se tratase de un rio en moción, los colores alternaban dependiendo de la luz que les diese. En la cabeza, llevaba un gorro frigio de color aguamarina que caia sobre un lado de la cabeza. Iba maquillada "modestamente" con colores azul marino y azul cyan alternados en un patrón a rallas, tanto en los labios y uñas como en la sombra de ojos y, estos, los llevaba cubiertos por unas estilizadas gafas de sol de color azul oscuro que escondian una mirada de excitación entre mezclada con una ansiedad enorme. Colgada de un costado, una cartera que hacia las veces de bolso, presumiblemente una bolsa sin fondo.
La niña apenas podia contenerse en el sitio cuando llamó a la puerta. Como habian acordado, se reuniriran primero en el cuchitril y de ahí partirian hacia los portales. las intenciones de la náyade eran bien claras: Por fin iba a visitar su amada Francia e iba a hacerse pasar por una turista cualquiera mientras visitaba un país tan ricamente cultural como tan cargada de un factor humano que le llamaba mucho la atención
Justo antes de que llamase, se escuchó a un Toima con puntillo hablar.
-Eramos pocos y parió la escolopendra de arcoiris esta...-comentó y entonces soltó un carraspeo divertido antes de volverse a sumar a su octavo chupito de la noche.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/10/14, 03:49 am
Con esfuerzo, dedicación y tras algunas semanas de frustraciones, Noel consiguió recuperarse por completo. Wen se encontraba eufórica. Los mercenarios de Gar habían muerto y su pareja se encontraba a pleno rendimiento. El mundo no podía ir a mejor. A la vouivre podía vérsela sonriendo más de lo habitual, incluso en jornada de trabajo, lo que inquietaba a algunos clientes habituales ya que de normal siempre se mostraba seria. También se le vio en numerosas ocasiones con el pelo trenzado con las plumas de Noel, como recordatorio de que, a pesar de todo, no habían conseguido arrebatárselo.
Aquella felicidad y despreocupación que por fin podía disfrutar le hizo retomar algunos proyectos como la confección de prendas con su piel de serpiente, el estudio del inglés y la domesticación de Ornlu entre otros. Todavía no había podido conseguir grandes cosas en la confección, pero si había logrado un nivel de inglés aceptable, aunque seguía resultando frustrante tener que aprender su idioma materno. También había comenzado a salir a correr con Ornlu. No se trataba de un simple entrenamiento para el lobezno, sino más bien de una actividad ociosa. Nunca había podido correr por placer y ciertamente era una acción que su mente vinculaba instantáneamente con la libertad y la felicidad. Correr, pero no escapar, era un placer que nunca se había permitido y era realmente divertido.
Los días posteriores a la recuperación de Noel, Wen había tenido la necesidad de tener algo en sus manos que no le dejara olvidar lo que el día de la luna había sucedido y a lo que habían sobrevivido, al igual que tenía recordatorios de todas los lugares de Rocavarancolia que eran importantes para ella, y conservaba las llaves de La Granja. Un día cualquiera, la vouivre se coló en la casa de Gar y entró en donde meses antes había matado a dama Ardid. El lugar se encontraba patas arriba y casi vacío, señal de que ya había sido asaltado. A Wen no le importaba que se hubieran llevado las cosas de valor, pues no era eso lo que ella había ido a buscar. Tras echar un vistazo a la estancia principal, dio con un baúl abierto y revuelto, del que salían algunas prendas de ropa. Entre ellas pudo reconocer algunas de las que habían vestido sus enemigos en alguno de sus muchos encuentros. Con ayuda de su navaja arrancó un botón de cada una de las prendas, y dejó el lugar en el mismo silencio con el que había llegado. Los días posteriores a eso se la pudo ver con una sencilla y discreta pulsera de botones en la muñeca, que lo último que podía hacer era llamar la atención, pero que para ella tenía un significado especial. La habían buscado, la habían encontrado, la habían enfrentado, había luchado y había sobrevivido.
A pesar de encontrarse a salvo y haber superado el peligro que los acechaba, no dejó los entrenamientos. Al fin y al cabo, formaban parte de la rutina, pero ya no era una obsesión por sentirse segura y preparada. Además de los entrenamientos también aprendió otro tipo de artes defensivas, como a protegerse de ataques mentales, lo cual le enseñó a hacer Noel después de que este aprendiera con Shizel, el cual también les desbloqueó el hechizo de no formarse recuerdos nuevos sobre ellos en la Tierra, ya que pretendían ir aquel Samhein.
Aunque, ciertamente, el suceso más sorprendente para la vouivre fue que la nombraran cosechadora de Krabelin, cuyo portal había aparecido recientemente. La sorpresa fue a la vez agradable y desagradable, puesto que resultaba una experiencia nueva y divertida a la vez que un peligro, ya que su elección se debía a que en su forma de serpiente podía hacerse pasar por una enviada del dios de dos de las razas del planeta y en su forma humana podía hacerse pasar a primera vista por un miembro más de la tercera raza del planeta. El peligro recaía principalmente en que, si esos krabelinenses la veían en su forma de serpiente y luego descubrían que esa transformación era la de vouivre, podrían intentar dar con ella con mayor facilidad teniendo como referencia su trabajo de cosechadora. Por suerte, pronto dieron con la solución a este problema y un amuleto protegía la imagen de la británica consiguiendo que, una vez en Rocavarancolia, los cosechados no recordaran a la gran serpiente, sino solo sus ojos grises y el color negro de sus escamas.
A raíz de este nuevo trabajo, Wen decidió aprender algo de ilusionismo, ya que quería tener una escusa que pudiera verse verídica en caso de que algún krabelinense diera con ella como cosechadora y quisiera descubrir cómo le convenció. Aunque ciertamente el ilusionismo que ella pudiera aprender sería muy básico, la británica consideró que sería suficiente y realmente necesario.
Ya que habían planeado buscar las esencias el día antes de la cosecha para poder ir a la Tierra sin dejar su trabajo de cosechadores a parte, la vouivre pudo disfrutar de un día completo sin prisas ni preocupaciones en el planeta del gran dragón, como si de una visita turística se tratara. Disfrutó mucho con lo que ahí descubrió y, al volver, se lo contó todo a Noel sugiriéndole, además, el mundo como nuevo coto de caza.
En aquel momento se encontraba mirando al draco de cara al espejo. Wen vestía exactamente la ropa con la que había sido cosechada, incluyendo la gabardina y la boina que le había hecho el sueco como sustituta de la suya propia. La ropa le quedaba algo justa, pero la británica aun así decidió llevarla, aunque no tenía una razón para hacerlo, simplemente era lo que quería. A su espalda también llevaba la mochila con la que llegó, aunque fuera una carga innecesaria. En ella, su cartera con las 500 libras que un día como aquel, tres años atrás, le había robado al Sr. Thompson. Y, por último, colgadas de su cuello, las llaves de La Granja.
Wen vio al draco a través del espejo a la vez que a sí misma y se preguntó cómo habría sido todo si Rocavarancolia no existiera y no tardó en llegar a la conclusión que Rocavarancolia no podía no existir; que los mundos como Rocavarancolia eran necesarios para que niños como ellos encontraran su lugar; mundos terribles y mágicos, llenos de monstruos y portentos.
- Habría corrido tanto y tan rápido que tú nunca hubieras llegado a ver de mí ni un pelo- bromeó la vouivre a la vez que se acercaba al draco para darle un beso en la mejilla. Luego le miró de arriba abajo-. Cierto es que la mayoría de tu atractivo se ha ido con tu transformación. La fatal perdida de la cola es destacable, pero todavía te queda el pelo, la barba y, sobre todo, la sonrisa- terminó besándole de nuevo, esta vez en los labios.
No tardaron en escuchar la puerta, precedida por un comentario jocoso del argos, indicando que Nia había llegado. Tras abrirle la puerta, apareció en la estancia vestida de forma extravagante para el gusto de Wen y con un predominio de colores azules.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/10/14, 04:39 pm
Antes de dirigirnos al Cuchitril, nos hicimos una foto delante del Burdel por puro capricho, con quien se apuntara de nuestros amigos. Luego sí que nos pusimos en camino. Fuimos bromeando sobre qué haríamos una vez en la Tierra, porque una cosa era el plan de ir a ciertas ciudades y otra era interactuar con sus ciudadanos. Porque íbamos a interactuar, por eso nos habíamos deshecho del hechizo. Eso sí, sería de manera invisible en varias ocasiones. Sería divertido mientras no tuviéramos dinero. Hace tiempo pensaba que robar un banco o provocar cierto caos general sí que sería divertido si iba a la Tierra, pero ahora ocurría lo contrario. No que fuera aburrido sino que las consecuencias podrían ser peligrosas, tanto para mí al volver a casa tanto como para Rocavarancolia si los humanos investigaban el asunto a fondo. Mejor no arriesgarse.
Pero robos pequeños como comida o algún recuerdo no harían daño a nadie. O colarnos en monumentos sin hacer cola y pagar, por ejemplo, o en sitios de entrada prohibida... No sé, algo para recuperar los años de adolescentes locos que apenas tuvimos en la Tierra. Si la experiencia salía bien, me serviría para pensar más a fondo en la idea de pasar un año allí de vacaciones. Proyecto del que nadie sabía nada, pues intuía la negativa de sus respuestas y reacciones.
Así pues, entre bromas y hablando, llegamos al Cuchitril. Estábamos deseosos de ver quiénes habían decidido quitar el hechizo y cómo se camuflarían para la visita en caso de necesitarlo. Al llegar, saqué una foto del grupo sin avisar.
—¡Jack! Avisa antes de dejarnos ciegos con el flash. Y trae la cámara, que la vas a gastar antes de llegar—exclamó y luego la cogió.
—Si aviso, alguno puede taparse la cara... ¡Hola, holita, vecinitos!
—Se ha empeñado en saludar así desde que le hablé de los Simpsons. ¿Cómo estáis?
—Me ha estado contando muchas, muchas cosas de la Tierra... Parezco un marciano, no tenía ni idea de la mitad—bromeé. Luego añadí—. Aparte de muy guapos y elegantes, ¿todos bien, todos listos?
Pero robos pequeños como comida o algún recuerdo no harían daño a nadie. O colarnos en monumentos sin hacer cola y pagar, por ejemplo, o en sitios de entrada prohibida... No sé, algo para recuperar los años de adolescentes locos que apenas tuvimos en la Tierra. Si la experiencia salía bien, me serviría para pensar más a fondo en la idea de pasar un año allí de vacaciones. Proyecto del que nadie sabía nada, pues intuía la negativa de sus respuestas y reacciones.
Así pues, entre bromas y hablando, llegamos al Cuchitril. Estábamos deseosos de ver quiénes habían decidido quitar el hechizo y cómo se camuflarían para la visita en caso de necesitarlo. Al llegar, saqué una foto del grupo sin avisar.
—¡Jack! Avisa antes de dejarnos ciegos con el flash. Y trae la cámara, que la vas a gastar antes de llegar—exclamó y luego la cogió.
—Si aviso, alguno puede taparse la cara... ¡Hola, holita, vecinitos!
—Se ha empeñado en saludar así desde que le hablé de los Simpsons. ¿Cómo estáis?
—Me ha estado contando muchas, muchas cosas de la Tierra... Parezco un marciano, no tenía ni idea de la mitad—bromeé. Luego añadí—. Aparte de muy guapos y elegantes, ¿todos bien, todos listos?
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/10/14, 10:13 pm
No tardó demasiado en llegar, pero Vac entró al Cuchitril disculpándose por el retraso. Los demás ya estaban listos y preparados para partir, disfrazados de diversos modos para no llamar la atención, aunque alguno no lo había logrado demasiado. La apariencia mas llamativa era la de Nia, y al verla la sonrisa del griego se ensanchó. No sabría decir si su atuendo le recordaba a alguien, pero sin duda era bastante llamativo.
No todo el mundo parecía contento en la estancia sin embargo, pues Tania y Toima parecían enfurruñados. No había que ser muy perspicaz para suponer que no se habían apuntado al viaje a la Tierra, y el hado podía imaginarse el motivo de aquel mosqueo a dos bandas.
—Os veo bien... muy humanos y esas cosas —comentó con una sonrisa burlona, atusándose una barba imaginaria cuando cruzó miradas con su hermano—. Apenas puedo reconoceros —bromeó.
Quedaba poco para que el portal se abriera, así que era buena idea ir poniéndose en marcha, pero antes tenían que acordar el curso de acción.
—En fin, ¿cuál es el plan? —preguntó, frotándose las manos con expectación.
No todo el mundo parecía contento en la estancia sin embargo, pues Tania y Toima parecían enfurruñados. No había que ser muy perspicaz para suponer que no se habían apuntado al viaje a la Tierra, y el hado podía imaginarse el motivo de aquel mosqueo a dos bandas.
—Os veo bien... muy humanos y esas cosas —comentó con una sonrisa burlona, atusándose una barba imaginaria cuando cruzó miradas con su hermano—. Apenas puedo reconoceros —bromeó.
Quedaba poco para que el portal se abriera, así que era buena idea ir poniéndose en marcha, pero antes tenían que acordar el curso de acción.
—En fin, ¿cuál es el plan? —preguntó, frotándose las manos con expectación.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
21/10/14, 04:29 pm
Mostró una amplia sonrisa cuando Wen se acercó para darle un beso y le dio un golpecito con la cola en uno de sus tobillos cuando comentó acerca de esta.
—Pero sigue ahí, por suerte. Que aunque digas eso, seguro que no es suficiente si me falta la cola —bromeó mientras por el rabillo del ojo veía como bajaban el resto de habitantes del cuchitril.
A Gael se lo veía animado, pero no se podía decir lo mismo de Toima y Tania. No llegó a preguntar a qué se refería el primero con su comentario críptico porque inmediatamente después Nia llamó a la puerta y su campo de visión se inundó de los nada discretos colorines con los que se había ataviado la ulterana.
El draco ya se había acercado a la pareja formada por la bruja y el vampiro esbozando una sonrisa pícara, cuando se detuvo en seco porque el primero casi lo deja ciego con el flash de la cámara que reconoció como la de Vivia.
—Erika, deberías quitarle los juguetes caros al niño —se dirigió a la bruja sarcásticamente—. Tal vez el que quiera taparse la cara seas tú en un futuro, vecinito —dijo con sorna dirigiéndose entonces a Jack—. Adivina qué. Has perdido las apuestas. Y adivina qué más. ¿Quién crees que ha ganado?
Él mismo había sido el ganador y casi se atraganta de risa cuando descubrió que aquel año le tocaba castigar al alemán por tener tan mal ojo crítico. Aun así, al vampiro le había seguido muy de cerca la vouivre en número de errores y Noel suspiró aliviado cuando comprobó que Jack había sido finalmente el más desacertado. No tenía ni idea de lo que hubiera hecho en caso de haber sido su pareja la que hubiese perdido.
Poco después llegó Vac, quien parecía ya tener la costumbre de ser el último en llegar a casi todas partes, cosa que remarcó cuando su hermano accedió al salón.
—No estás tan pálido como yo, pero el cambio de hombre polilla a humano es notable. Aunque sigues tan lampiño como de costumbre —le soltó primero con seriedad y luego sonriendo socarronamente.
>>Supongo que ahora que estamos todos ya podemos salir hacia la explanada, pero quiero proponeros algo. Me gustaría que, aunque solo sean unos minutos nada más llegar, me acompañaseis todos a Suecia, a dónde yo vivía. No os arrepentiréis —les aseguró.
Una vez hubo lanzado la propuesta al aire, le proporcionaría las coordenadas que tenían que utilizar para teletransportarse al lugar indicado nada más atravesar el portal a quién aceptase su propuesta y el grupo se puso, por fin, en marcha.
—Poneos un escudo térmico —aconsejó al resto—. No sé si os lo dije alguna vez, pero yo vivía en el círculo polar ártico. Y estamos a treinta y uno de octubre —añadió al final con cierto matiz de jocosidad en el tono—. En los Alpes tampoco debe de hacer calor precisamente, de todos modos...
Al menos los ex humanos entenderían perfectamente por qué remarcaba la fecha. El sueco aplicó el hechizo primero sobre sí mismo y luego se ocupó de ponérselo también a Wen, ya que se trataba de un sortilegio fuera del alcance de la capacidad mágica de la británica.
Sigue en la Tierra.
—Pero sigue ahí, por suerte. Que aunque digas eso, seguro que no es suficiente si me falta la cola —bromeó mientras por el rabillo del ojo veía como bajaban el resto de habitantes del cuchitril.
A Gael se lo veía animado, pero no se podía decir lo mismo de Toima y Tania. No llegó a preguntar a qué se refería el primero con su comentario críptico porque inmediatamente después Nia llamó a la puerta y su campo de visión se inundó de los nada discretos colorines con los que se había ataviado la ulterana.
El draco ya se había acercado a la pareja formada por la bruja y el vampiro esbozando una sonrisa pícara, cuando se detuvo en seco porque el primero casi lo deja ciego con el flash de la cámara que reconoció como la de Vivia.
—Erika, deberías quitarle los juguetes caros al niño —se dirigió a la bruja sarcásticamente—. Tal vez el que quiera taparse la cara seas tú en un futuro, vecinito —dijo con sorna dirigiéndose entonces a Jack—. Adivina qué. Has perdido las apuestas. Y adivina qué más. ¿Quién crees que ha ganado?
Él mismo había sido el ganador y casi se atraganta de risa cuando descubrió que aquel año le tocaba castigar al alemán por tener tan mal ojo crítico. Aun así, al vampiro le había seguido muy de cerca la vouivre en número de errores y Noel suspiró aliviado cuando comprobó que Jack había sido finalmente el más desacertado. No tenía ni idea de lo que hubiera hecho en caso de haber sido su pareja la que hubiese perdido.
Poco después llegó Vac, quien parecía ya tener la costumbre de ser el último en llegar a casi todas partes, cosa que remarcó cuando su hermano accedió al salón.
—No estás tan pálido como yo, pero el cambio de hombre polilla a humano es notable. Aunque sigues tan lampiño como de costumbre —le soltó primero con seriedad y luego sonriendo socarronamente.
>>Supongo que ahora que estamos todos ya podemos salir hacia la explanada, pero quiero proponeros algo. Me gustaría que, aunque solo sean unos minutos nada más llegar, me acompañaseis todos a Suecia, a dónde yo vivía. No os arrepentiréis —les aseguró.
Una vez hubo lanzado la propuesta al aire, le proporcionaría las coordenadas que tenían que utilizar para teletransportarse al lugar indicado nada más atravesar el portal a quién aceptase su propuesta y el grupo se puso, por fin, en marcha.
—Poneos un escudo térmico —aconsejó al resto—. No sé si os lo dije alguna vez, pero yo vivía en el círculo polar ártico. Y estamos a treinta y uno de octubre —añadió al final con cierto matiz de jocosidad en el tono—. En los Alpes tampoco debe de hacer calor precisamente, de todos modos...
Al menos los ex humanos entenderían perfectamente por qué remarcaba la fecha. El sueco aplicó el hechizo primero sobre sí mismo y luego se ocupó de ponérselo también a Wen, ya que se trataba de un sortilegio fuera del alcance de la capacidad mágica de la británica.
Sigue en la Tierra.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
08/12/14, 05:10 pm
Toima y Tania
Cuando se hubieron despedido de los que se iban, los dos que quedaron en el Cuchitril no se dirigieron palaba alguna. Tania estaba en el cuarto acostada, mientras que Toima permaneció en la sala de estar. El ulterano mataba el tiempo como podia, por la falta de sueño. Leia un libro, ponia a punto sus armas, salia a juguetear con la lagarta, pero no dormia. Estaba concienciado a esperar despierto a que volvieran y la cabezoneria legendaria del watahré podia con las necesidades físicas más básicas.
Y así pasaron toda la noche. Sin embargo, a primera hora de la mañana, mientras Tania dormia y Toima procuraba no hacerlo, algo cambió. Algo se acercaba al cuchitril y obviamente fue el albino el primero en detectarlo. Mostrando los dientes amenazadoramente y con el pelo encrespado se levantó de un salto del sofá y salió por la puerta, todavia en pijama, resoplando, molesto en una dirección en concreto. Y, al medio minuto, una figura se asomó al final de la calle.
Kudryavka
Riendose, el ruso siguió su andanza hacia el susodicho Cuchitril. En su entrada estaba el albino gigantesco con ojos por todas partes llevando un pijama. La ridícula escena que presentaba tan solo se volvia más confusa cuando se percató de lo furioso que parecia.
>> Argos, eh? Ojos por todo el cuerpo, sin puntos ciegos desde los que atacar.
-¡Buen...-
-¿Quien coño eres?-ladró el otro.
Kud juraria haber visto un destello metálico en la mano del albino, pero decidió ignorarlo por el momento.
-Mi nombre es Kudryavka, me preguntaba si...-
-¡Largo de aquí!-le siguió gruñendo, mientras mostraba su dentadura completa.
-V-Vaya... ¿Vengo en mal momento?-rió nerviosamente.-Tan solo queria hacer unas preguntas inofensivas que...-
-¡Qué te largues, gilipollas!-
El cuchillo salió volando de la mano del watahré, apuntando a la cabeza del vánara. Ladeando la cabeza justo a tiempo, el ruso esquivó el letal cuchillo.
-¡WOW! ¡Hablando de hostilidad no provocada!-el ruso decidió dejarlo pasar como una broma un tanto peligrosa, pero sin embargo, empezaba a concienciarse de con quien estaba hablando podria no atender a razones.
Toima
El desgraciado habia esquivado el cuchillo, lo cual significaban malas noticias para el ulterano, pues en verdad iba a tener que hacer uso de fuerza mayor para echarle. Tan solo esperaba que Tania no se despertara con el alboroto. No queria otra bronca encima y menos con como estaban los ambientes.
-¿¡No provocada!? ¡Tu eres esa estúpida alimaña que nos estuvo espiando cuando Noel se abrió la cabeza! ¡Te estoy dándo la opción de largarte ahora y no salir quemado! ¿Qué no puto entiendes?-
El ulterano se cabreaba por momentos. Y la risa del mono no le ayudaba. Era tan molesta como burlante, pues parecia que se estaba riendo a su costa.
-¡No vengo a causar problemas, en serio! ¡Solo queria preguntar si...-
-Ah... Mierda.-exclamó el watahré cuando la nublina se incorporó en la cama.-Ya la has jodido, imbecil...-
El mono pareció quedarse confuso unos instantes hasta que las ventanas se abrieron de par en par y una notablemente furiosa nublina ladró hacia el patio.
Tania
-¡Toima que diantres estas haciendo con esas voces a las siete de la...-
La voz de la nublina quedó enmudecida unos instantes, al reconocer al extraño.
-...mañana...-
El mono soltó una carcajada feliz.
-Ah, siento si te hemos despertado.-hizo una pequeña reverencia con una sonrisa.-Pero aquí el titan albino y yo estabamos teniendo una no muy agradable conversación. Yo queria hacer una simple pregunta y él, bueno, quiere clavarme un cuchillo por donde no llega el sol.-bromeó.
-Vete a la mierda.-ladró Toima en respuesta, que fue chistada por la nublina, quien se intentaba arreglar el pelo mañanero como podia mientras escondia el hecho de que ella tambien estaba en pijama.
-Y... ¿qué necesitas saber?-
Kudryavka y Toima
El ruso soltó otra carcajada amigable antes de contestar.
-¿Es aquí donde viven los mercenarios de "La Brecha"?-
-Si.-respondió la nublina, algo desconfiada.
Toima reprimió a Tania con una mirada incrédula, pues no entendia porque habia revelado semejante información a el enemigo.
-¡Este mamón nos estuvo espiando cuando Noel se abrió la sesera! ¿Qué diablos haces revelandole eso al enemigo?-
-Toima, cálmate, ¿vale?-
La inminente discusión entre los dos fue interrumpida por una risotada del vánara.
-Bien, bien. Ahora entonces, solo necesito saber una cosa más...-admitió con una carcajada.
-¿Y que cojones es?-irrumpió Toima.
El vánara creó un tiempo de suspense antes de contestar. Agarrando el bõ, mostró una sonrisa confiada y se puso en guardia.
-Quiero saber quien es el más fuerte de vosotros.-
Cuando se hubieron despedido de los que se iban, los dos que quedaron en el Cuchitril no se dirigieron palaba alguna. Tania estaba en el cuarto acostada, mientras que Toima permaneció en la sala de estar. El ulterano mataba el tiempo como podia, por la falta de sueño. Leia un libro, ponia a punto sus armas, salia a juguetear con la lagarta, pero no dormia. Estaba concienciado a esperar despierto a que volvieran y la cabezoneria legendaria del watahré podia con las necesidades físicas más básicas.
Y así pasaron toda la noche. Sin embargo, a primera hora de la mañana, mientras Tania dormia y Toima procuraba no hacerlo, algo cambió. Algo se acercaba al cuchitril y obviamente fue el albino el primero en detectarlo. Mostrando los dientes amenazadoramente y con el pelo encrespado se levantó de un salto del sofá y salió por la puerta, todavia en pijama, resoplando, molesto en una dirección en concreto. Y, al medio minuto, una figura se asomó al final de la calle.
Kudryavka
Riendose, el ruso siguió su andanza hacia el susodicho Cuchitril. En su entrada estaba el albino gigantesco con ojos por todas partes llevando un pijama. La ridícula escena que presentaba tan solo se volvia más confusa cuando se percató de lo furioso que parecia.
>> Argos, eh? Ojos por todo el cuerpo, sin puntos ciegos desde los que atacar.
-¡Buen...-
-¿Quien coño eres?-ladró el otro.
Kud juraria haber visto un destello metálico en la mano del albino, pero decidió ignorarlo por el momento.
-Mi nombre es Kudryavka, me preguntaba si...-
-¡Largo de aquí!-le siguió gruñendo, mientras mostraba su dentadura completa.
-V-Vaya... ¿Vengo en mal momento?-rió nerviosamente.-Tan solo queria hacer unas preguntas inofensivas que...-
-¡Qué te largues, gilipollas!-
El cuchillo salió volando de la mano del watahré, apuntando a la cabeza del vánara. Ladeando la cabeza justo a tiempo, el ruso esquivó el letal cuchillo.
-¡WOW! ¡Hablando de hostilidad no provocada!-el ruso decidió dejarlo pasar como una broma un tanto peligrosa, pero sin embargo, empezaba a concienciarse de con quien estaba hablando podria no atender a razones.
Toima
El desgraciado habia esquivado el cuchillo, lo cual significaban malas noticias para el ulterano, pues en verdad iba a tener que hacer uso de fuerza mayor para echarle. Tan solo esperaba que Tania no se despertara con el alboroto. No queria otra bronca encima y menos con como estaban los ambientes.
-¿¡No provocada!? ¡Tu eres esa estúpida alimaña que nos estuvo espiando cuando Noel se abrió la cabeza! ¡Te estoy dándo la opción de largarte ahora y no salir quemado! ¿Qué no puto entiendes?-
El ulterano se cabreaba por momentos. Y la risa del mono no le ayudaba. Era tan molesta como burlante, pues parecia que se estaba riendo a su costa.
-¡No vengo a causar problemas, en serio! ¡Solo queria preguntar si...-
-Ah... Mierda.-exclamó el watahré cuando la nublina se incorporó en la cama.-Ya la has jodido, imbecil...-
El mono pareció quedarse confuso unos instantes hasta que las ventanas se abrieron de par en par y una notablemente furiosa nublina ladró hacia el patio.
Tania
-¡Toima que diantres estas haciendo con esas voces a las siete de la...-
La voz de la nublina quedó enmudecida unos instantes, al reconocer al extraño.
-...mañana...-
El mono soltó una carcajada feliz.
-Ah, siento si te hemos despertado.-hizo una pequeña reverencia con una sonrisa.-Pero aquí el titan albino y yo estabamos teniendo una no muy agradable conversación. Yo queria hacer una simple pregunta y él, bueno, quiere clavarme un cuchillo por donde no llega el sol.-bromeó.
-Vete a la mierda.-ladró Toima en respuesta, que fue chistada por la nublina, quien se intentaba arreglar el pelo mañanero como podia mientras escondia el hecho de que ella tambien estaba en pijama.
-Y... ¿qué necesitas saber?-
Kudryavka y Toima
El ruso soltó otra carcajada amigable antes de contestar.
-¿Es aquí donde viven los mercenarios de "La Brecha"?-
-Si.-respondió la nublina, algo desconfiada.
Toima reprimió a Tania con una mirada incrédula, pues no entendia porque habia revelado semejante información a el enemigo.
-¡Este mamón nos estuvo espiando cuando Noel se abrió la sesera! ¿Qué diablos haces revelandole eso al enemigo?-
-Toima, cálmate, ¿vale?-
La inminente discusión entre los dos fue interrumpida por una risotada del vánara.
-Bien, bien. Ahora entonces, solo necesito saber una cosa más...-admitió con una carcajada.
-¿Y que cojones es?-irrumpió Toima.
El vánara creó un tiempo de suspense antes de contestar. Agarrando el bõ, mostró una sonrisa confiada y se puso en guardia.
-Quiero saber quien es el más fuerte de vosotros.-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
03/01/15, 10:03 pm
Toima, Tania y Kudryavka
Toima se preparaba, haciendo unos estiramientos simples. Se habia cambiado la ropa, ahora portaba un chaleco kevlar y guanteletes y polainas de acero. Kud por su parte, estaba haciendo más gala de su flexibilidad que estirando honestamente, aunque para él tambien le servia. Tania tambien se habia cambiado, pero para no estar en pijama delante del desconocido.
La nublina habia intentado negociar con ambas partes. Primero con Toima de disuadirle de meterse a una pelea con el chico, aunque este lo habia solicitado, convencida de que lo iba a matar, pero cuando el ulterano se mostró tan terco como de costumbre, fue a por el Vánara, a quien intentó disuadir en su propósito de pelearse con Toima, argumentando que este iba a intentar matarle y que muy probablemente lo conseguiria. Entre risotadas, el ruso la aseguró que estaria bien, que era un duelo amistoso.
La nublina chilló internamente ante la tozudez de ambos hombres, deseando ser ella la que les diera un capón para evitar lo que veia cernirse.
-¡Yo no quiero saber nada, entonces!-
Declaró, con las manos alzadas, mientras retrocedia dentro del edificio.
-Tranquila... Dame cinco minutos, al sexto me verás sacando la basura.-dijo el watahré mientras sus múltiples ojos se fijaban en el ruso quien reia ante su amenaza.
-Aun no sabemos eso, amigo. Puede que sea yo quien saque la basura en cinco minutos.-
-No soy tu amigo. Y tú no eres el mio.-declaró el ulterano, malhumorado. Iba a disfrutar con aquello.
Aun con eso dicho, la nublina se estaba tirando de los pelos en el interior, observando por una de las ventanas. Podia juzgar a simple vista el poder del chico. Tenia ciertos rasgos de primate o de mono, y habiendo demostrado ya su flexibilidad, ella podia sacar en cierto que era un combatiente de agilidad. ¿Cuánto más ágil que Toima? No lo podia saber. Porque suponia que iba a ser algo más ágil aunque, el ulterano, a pesar de su tamaño y dimensiones era tremendamente rápido y, sobretodo, no tenia puntos débiles gracias a sus ojos. Una parte alocada del interior de la nublina queria ver el combate, queria verlos a ambos cruzando golpes. Queria que Toima ganase, por supuesto, pero ante la noción amigable del retante que lo calificaba como "duelo amistoso", quizás, si ganase, simplemente lo dejaria ahí y nada más. Y entonces su alocada parte queria ver a Toima perder, porque se lo merecia. Ante estos sentimientos conflictivos, la nublina se transformó en una espectadora del combate.
Haciendo una rápida reverencia a modo de saludo mientras el ulterano tan solo escupia hacia el suelo entre los dos, el combate empezó. Kudryavka cargó con le bõ hacia un lado dispuesto a hacer un rápido barrido hacia las piernas de su oponente, pero Toima fue más rápido y antes de que le alcanzase, comenzó a desatar una tormenta de objetos afilados en su dirección. Kud tuvo que pararse de camino y esquivar como pudo el ataque. Sin embargo, el ulterano ya habia leido la manera de esquivar del ruso y aquella vez habia elegido una combinación de armamento idonea para el ruso. Varios estiletes encontraron la carne del vánara y antes de que se diera cuenta, el ruso estaba cubieto por los afilados estiletes clavados en su carne. Cubriendose la cabeza con un brazo, comenzó a retroceder a saltos mientras deflectaba con el bõ el constante asalto de su oponente hasta guarecerse detrás de un edificio, a algunos metros del cuchitril. La lucha se iba a llevar a la calle al parecer.
El ulterano mostró una sonrisa pérfida mientras preparaba más de sus armas arrojadizas, acercandose hacia el vánara que en esos instantes estaba arrancandose los diecisiete estiletes clavados en su carne. Pequeñas hemorragias superficiales en su mayoria, pero dos habian alcanzado un tierno objetivo: Una de sus principales arterias en el muslo y otras en un nervio de uno de los pies. Por supuesto, gracias a la agilidad del vánara, este habia logrado esquviar la mayoria de esos lanzamientos, pero la experiencia del ulterano que además ya habia leido sus movimientos con prioridad era claramente superior.
El ruso sudaba y soltaba pequeños gemidos de dolor mientras extraia uno a uno las afiladas varillas. Habia cometido un error, el primero, nada más empezar: Habia subestimado la cadencia de proyectiles de su adversario. Habia tomado por dado que le habia atacado con la potencia máxima entonces y por eso intentó un ataque directo. El dolor de la mano era ampliamente superior a el del muslo, pero la herida del muslo sangraba notablemente más. Para cuando terminó de arrancarse el último estilete, aplicó un hechizo curativo en su muslo, cerrando efectivamente la herida. Justo cuando se disponia a curarse la mano, la cual dolia de manera que dificultaba usarla, escuchó el acero de las polainas de su adversario resonar contra el pavimento.
Cerró los ojos mientras empezó a curarse la mano, centrandose en su oido mientras el sonido se acecaba. Esperando casi al último segundo, pero no habiendo terminado de curar su mano, el ruso pegó un largo salto hacia arriba.
El mismo instante que saltó, el ulterano se habia abalanzado contra su posición y habia lanzado un letal kpinga que se habia clavado en una pared, a la misma altura en la que habia estado su cuello.
>> ¡Ups! ... Asi que me ha visto durante todo este tiempo. ¡Cierto! ¡Es un argos! ¡No puedo andarme con trucos baratos! Sin embargo...
Agarrandose al risco, remontó hacia el tejado y, asomandose hacia abajo, observó al ulterano desde las alturas mirar hacia arriba con todos sus ojos. Haciendo una rápida burla, sacó la lengua e hizo ruidos graciosos para provocarle, pero lo máximo que consiguio de aquello fueron dos cuchilos de combate siendo arrojados hacia arriba, apuntados hacia sus ojos. Con un rápido salto hacia atrás, el ruso esquivo la letal respuesta del albino con una risotada.
>> A ver... ¡Piensa, Piensa!
;-;
Hasta ahora el chaval habia conseguido esquivar todos sus golpes letales. Quizás se habia confiado demasiado en que no huiria ni que haria uso de magia ya que habia sido él quien habia lanzado el desafio, pero cuando le vió conjurar magia para curarse las heridas, aceleró el paso en un sprint. Decidido a acabar con su vida y con aquel estúpido desafio en ese mismo instante, recurrió a un kpinga arrojado directo a su cuello, pero para su sorpresa, el primate salió volando hacia arriba, o al menos eso parecia, como catapultado por un trampolín. Frunciendo el ceño, examinó sus músculos tensarse y comprendió el potencial que tenian sus piernas traseras.
El mono echó una breve carrera y saltó hasta el siguiente edificio para frustración del watahré, descubrió que aquella iba a ser una pelea del gato y el ratón. Siguiendole hasta el siguiente, se negó a escalar hacia arriba, no de momento, por que la agilidad del mono le permitiria simplemente saltar hacia el siguiente mientras que él no podria seguirle.
-¿Qué pasa? ¿No estas tan seguro de tus habilidades, monicaco?-le provocó, mientras hacia girar un kpinga en su mano, listo para ser arrojado al insante que asomara la cabeza, pero no lo hizo. Estaba quieto, sudando. Le tenia contra las cuerdas y por ello no contestaba.
-¡Baja aquí y al menos lucha como un hombre!-presionó el ulterano.
Aquello hizo que el ruso se tensara y todo fue observado por el albino, que siguió provocandole.
-¿Es que no tienes los cojones de tio para luchar cara a cara conmigo o que?- provocó de nuevo, recurriendo a sus escasos conocimientos de anatomia para ello.
Pero entonces, algo cambió en el ruso, su cuerpo se habia relajado, lo cual hizo que la sonrisa de Toima. Parecia que le habia surgido una idea. El ulterano no estaba dispuesto a verla, pero si ello hacia que bajara, era bien recibido.
;-;
-¿Cojones de tio?-repitió el vánara con la voz del ulterano, todavia sin asomarse, sabiendo de la letalidad de sus armas arrojadizas.-¿Es que has visto cojones de tia?-añadió con una risotada.
-Pues... Si. Están por dentro. ¿No se llaman cojones de tia?-replicó el ulterano de mala gana, pero genuinamente confuso.
Aquello provocó que el ruso se desplomara sobre el tejado, descojonandose de la risa mientras golpeaba con un puño.
-¡Te voy a matar, gilipollas!-ladró el ulterano.
-Si, si señor. Pero respondiendo a tu pregunta, si, si tengo "cojones de tio". Tan solo estaba planteandome si luchar sin handicaps debido a la ventaja injusta de tus armas arrojadizas.-
Planteó el ruso, mientras accedia a sus muñecas y comenzaba a liberar cada uno de los pesos en sus brazos y piernas. Al cabo de un minuto, los pesos se hallaban amontonados en aquel tejado, a su lado.
-¿Lo estás viendo, gigante? Eso son treinta y dos kilos que llevo encima siempre conmigo, para entrenar mi cuerpo a un castigo y a unas condiciones inhumanas. ¡Casi un cincuenta porciento de mi peso!-
Mientras hablaba, notaba su cuerpo liberado, muchismo más ligero y muchisimo más rápido. Soltó una carcajada.
-Tu has empezado atacando con todo tu potencial, mientras yo solo te he dejado saborear una parte del mio. ¡Prepárate para mi contraataque, eh!-le avisó, agazapandose para una nueva carga. Esta vez seria diferente. Con un saltó se lanzó en picado, blandiendo su bõ mientras chillaba.
-¡JUSTO COMO ROCK LEE, CABRONAZO!-
El mismo instante en que se asomó en su linea de disparo, el ulterano comenzó a lanzar. El primer kpinga le pasó de lado, al girarse el vánara en el aire con una envidable agilidad. La tormenta de pequeños proyectiles fue esquivada o deflectada con su bõ, mientras que un segundo kpinga le causó una herida superficial al ser deflectado por su bõ, cerca del hombro y el tercero fue bateado de vuelta, obligando al ulterano a moverse unos pasos a un lado. Cayendo con fuerza sobre el albino, el ruso proporcionó un tremendo golpe justo en su cabeza. O al menos eso parecia. Al aterrrizar, pudo apreciar como el ulterano se habia cubierto con el guantelete en el último segundo y, aunque habia recibido parte del impacto, se encontraba en perfectas condiciones. Un pequeño hilillo de sangre le caia por la frente y se precipitaba hacia el suelo.
El ruso abrió los ojos con horror. Aun contando con la protección del guante, aquello habia sido una caida larga y fuerte, con toda la inercia más su propia (y desatada) fuerza. ¿Como de duro era el ulterano? Antes de que pudiera reaccionar a nada. el albino descargó un fuerte puñetazo a la altura de su estómago, mandandole volando hacia atrás una considerable distancia. Achantado por el dolor, se recuperó de pie con un salto mientras rodaba por la inercia.
Toima se lamió la sangre de los labios, una oscura ira se estaba apoderando de su fuero. Queria hacerle pagar por haberle hecho sangrar y casi por proporcionarle un golpe letal, pero sabia que no debia dejarse cegar por la rabia, pues su experiencia le decia que tenia que ser más listo y paciente que su oponente, al tratarse de un luchador de agilidad. Además, le quedaba poca munición.
-¿Qué son treinta y dos kilos? Esta armadura pesa más de ochenta.-se burló el ulterano. Desenvainó uno de sus bracamartes y sacó su mayal, dejandolo pendiendo amenazadoramente hacia su costado.
-¿Qué te parece? Ya no te dispararé más, asi que no huyas, monito.-mintió el ulterano.
El ruso, dolorido, notaba como una de sus costillas se habia roto por la descarga del puñetazo del ulterano. El guantelete, además, se habia asegurado de provocarle una fuerte hemorragia interna. No debia recibir más golpes como aquel. Curandose una vez más, habló.
-El rey brujo lo hizo antes...-replicó con una risilla débil.
El watahré simplemente esbozó una mirada tan confusa como embuida de odio.
-Ya sabes... lo de "¡No oses interponerte entre un Nazgûl y su presaaaaaaaa!"-aclaró imitando la voz y la frase con una risilla al final. Su curación ya estaba terminada y entonces asia su bõ a un lado de su cuerpo.
-¿Sabes qué? Olvidalo, no pareces ser el tipo que le gusten las películas de Peter Jackson. Aunque después de lo que le ha hecho al Hobbit no se yo si a mi me gustan tampoco...-
-Deja de hacer eso con la voz.-gruñó el ulterano.
Aquello grajeó una risotada en el vánara.
-¿El qué? ¿Esto?-replicó imitando con su voz.
-Si. Eso. Para ya de una vez.-gruño de nuevo el ulterano.
-Para ya de una vez.-respondió el vánara para picarle.
-¡Qué te he dicho que pares, gilipollas!-ladró el ulterano.
-¡Qué te he dicho que pares, gilipollas!-ladró de vuelta el vánara en burla.
-¡YA ESTÁ, TE VOY A MATAR!-dijo el ulterano, extrayendo un cartucho de dinamita de mecha corta y, tras encenderlo en el chasqueador, lo arrojó hacia el vánara.
Toima se preparaba, haciendo unos estiramientos simples. Se habia cambiado la ropa, ahora portaba un chaleco kevlar y guanteletes y polainas de acero. Kud por su parte, estaba haciendo más gala de su flexibilidad que estirando honestamente, aunque para él tambien le servia. Tania tambien se habia cambiado, pero para no estar en pijama delante del desconocido.
La nublina habia intentado negociar con ambas partes. Primero con Toima de disuadirle de meterse a una pelea con el chico, aunque este lo habia solicitado, convencida de que lo iba a matar, pero cuando el ulterano se mostró tan terco como de costumbre, fue a por el Vánara, a quien intentó disuadir en su propósito de pelearse con Toima, argumentando que este iba a intentar matarle y que muy probablemente lo conseguiria. Entre risotadas, el ruso la aseguró que estaria bien, que era un duelo amistoso.
La nublina chilló internamente ante la tozudez de ambos hombres, deseando ser ella la que les diera un capón para evitar lo que veia cernirse.
-¡Yo no quiero saber nada, entonces!-
Declaró, con las manos alzadas, mientras retrocedia dentro del edificio.
-Tranquila... Dame cinco minutos, al sexto me verás sacando la basura.-dijo el watahré mientras sus múltiples ojos se fijaban en el ruso quien reia ante su amenaza.
-Aun no sabemos eso, amigo. Puede que sea yo quien saque la basura en cinco minutos.-
-No soy tu amigo. Y tú no eres el mio.-declaró el ulterano, malhumorado. Iba a disfrutar con aquello.
Aun con eso dicho, la nublina se estaba tirando de los pelos en el interior, observando por una de las ventanas. Podia juzgar a simple vista el poder del chico. Tenia ciertos rasgos de primate o de mono, y habiendo demostrado ya su flexibilidad, ella podia sacar en cierto que era un combatiente de agilidad. ¿Cuánto más ágil que Toima? No lo podia saber. Porque suponia que iba a ser algo más ágil aunque, el ulterano, a pesar de su tamaño y dimensiones era tremendamente rápido y, sobretodo, no tenia puntos débiles gracias a sus ojos. Una parte alocada del interior de la nublina queria ver el combate, queria verlos a ambos cruzando golpes. Queria que Toima ganase, por supuesto, pero ante la noción amigable del retante que lo calificaba como "duelo amistoso", quizás, si ganase, simplemente lo dejaria ahí y nada más. Y entonces su alocada parte queria ver a Toima perder, porque se lo merecia. Ante estos sentimientos conflictivos, la nublina se transformó en una espectadora del combate.
Haciendo una rápida reverencia a modo de saludo mientras el ulterano tan solo escupia hacia el suelo entre los dos, el combate empezó. Kudryavka cargó con le bõ hacia un lado dispuesto a hacer un rápido barrido hacia las piernas de su oponente, pero Toima fue más rápido y antes de que le alcanzase, comenzó a desatar una tormenta de objetos afilados en su dirección. Kud tuvo que pararse de camino y esquivar como pudo el ataque. Sin embargo, el ulterano ya habia leido la manera de esquivar del ruso y aquella vez habia elegido una combinación de armamento idonea para el ruso. Varios estiletes encontraron la carne del vánara y antes de que se diera cuenta, el ruso estaba cubieto por los afilados estiletes clavados en su carne. Cubriendose la cabeza con un brazo, comenzó a retroceder a saltos mientras deflectaba con el bõ el constante asalto de su oponente hasta guarecerse detrás de un edificio, a algunos metros del cuchitril. La lucha se iba a llevar a la calle al parecer.
El ulterano mostró una sonrisa pérfida mientras preparaba más de sus armas arrojadizas, acercandose hacia el vánara que en esos instantes estaba arrancandose los diecisiete estiletes clavados en su carne. Pequeñas hemorragias superficiales en su mayoria, pero dos habian alcanzado un tierno objetivo: Una de sus principales arterias en el muslo y otras en un nervio de uno de los pies. Por supuesto, gracias a la agilidad del vánara, este habia logrado esquviar la mayoria de esos lanzamientos, pero la experiencia del ulterano que además ya habia leido sus movimientos con prioridad era claramente superior.
El ruso sudaba y soltaba pequeños gemidos de dolor mientras extraia uno a uno las afiladas varillas. Habia cometido un error, el primero, nada más empezar: Habia subestimado la cadencia de proyectiles de su adversario. Habia tomado por dado que le habia atacado con la potencia máxima entonces y por eso intentó un ataque directo. El dolor de la mano era ampliamente superior a el del muslo, pero la herida del muslo sangraba notablemente más. Para cuando terminó de arrancarse el último estilete, aplicó un hechizo curativo en su muslo, cerrando efectivamente la herida. Justo cuando se disponia a curarse la mano, la cual dolia de manera que dificultaba usarla, escuchó el acero de las polainas de su adversario resonar contra el pavimento.
Cerró los ojos mientras empezó a curarse la mano, centrandose en su oido mientras el sonido se acecaba. Esperando casi al último segundo, pero no habiendo terminado de curar su mano, el ruso pegó un largo salto hacia arriba.
El mismo instante que saltó, el ulterano se habia abalanzado contra su posición y habia lanzado un letal kpinga que se habia clavado en una pared, a la misma altura en la que habia estado su cuello.
>> ¡Ups! ... Asi que me ha visto durante todo este tiempo. ¡Cierto! ¡Es un argos! ¡No puedo andarme con trucos baratos! Sin embargo...
Agarrandose al risco, remontó hacia el tejado y, asomandose hacia abajo, observó al ulterano desde las alturas mirar hacia arriba con todos sus ojos. Haciendo una rápida burla, sacó la lengua e hizo ruidos graciosos para provocarle, pero lo máximo que consiguio de aquello fueron dos cuchilos de combate siendo arrojados hacia arriba, apuntados hacia sus ojos. Con un rápido salto hacia atrás, el ruso esquivo la letal respuesta del albino con una risotada.
>> A ver... ¡Piensa, Piensa!
;-;
Hasta ahora el chaval habia conseguido esquivar todos sus golpes letales. Quizás se habia confiado demasiado en que no huiria ni que haria uso de magia ya que habia sido él quien habia lanzado el desafio, pero cuando le vió conjurar magia para curarse las heridas, aceleró el paso en un sprint. Decidido a acabar con su vida y con aquel estúpido desafio en ese mismo instante, recurrió a un kpinga arrojado directo a su cuello, pero para su sorpresa, el primate salió volando hacia arriba, o al menos eso parecia, como catapultado por un trampolín. Frunciendo el ceño, examinó sus músculos tensarse y comprendió el potencial que tenian sus piernas traseras.
El mono echó una breve carrera y saltó hasta el siguiente edificio para frustración del watahré, descubrió que aquella iba a ser una pelea del gato y el ratón. Siguiendole hasta el siguiente, se negó a escalar hacia arriba, no de momento, por que la agilidad del mono le permitiria simplemente saltar hacia el siguiente mientras que él no podria seguirle.
-¿Qué pasa? ¿No estas tan seguro de tus habilidades, monicaco?-le provocó, mientras hacia girar un kpinga en su mano, listo para ser arrojado al insante que asomara la cabeza, pero no lo hizo. Estaba quieto, sudando. Le tenia contra las cuerdas y por ello no contestaba.
-¡Baja aquí y al menos lucha como un hombre!-presionó el ulterano.
Aquello hizo que el ruso se tensara y todo fue observado por el albino, que siguió provocandole.
-¿Es que no tienes los cojones de tio para luchar cara a cara conmigo o que?- provocó de nuevo, recurriendo a sus escasos conocimientos de anatomia para ello.
Pero entonces, algo cambió en el ruso, su cuerpo se habia relajado, lo cual hizo que la sonrisa de Toima. Parecia que le habia surgido una idea. El ulterano no estaba dispuesto a verla, pero si ello hacia que bajara, era bien recibido.
;-;
-¿Cojones de tio?-repitió el vánara con la voz del ulterano, todavia sin asomarse, sabiendo de la letalidad de sus armas arrojadizas.-¿Es que has visto cojones de tia?-añadió con una risotada.
-Pues... Si. Están por dentro. ¿No se llaman cojones de tia?-replicó el ulterano de mala gana, pero genuinamente confuso.
Aquello provocó que el ruso se desplomara sobre el tejado, descojonandose de la risa mientras golpeaba con un puño.
-¡Te voy a matar, gilipollas!-ladró el ulterano.
-Si, si señor. Pero respondiendo a tu pregunta, si, si tengo "cojones de tio". Tan solo estaba planteandome si luchar sin handicaps debido a la ventaja injusta de tus armas arrojadizas.-
Planteó el ruso, mientras accedia a sus muñecas y comenzaba a liberar cada uno de los pesos en sus brazos y piernas. Al cabo de un minuto, los pesos se hallaban amontonados en aquel tejado, a su lado.
-¿Lo estás viendo, gigante? Eso son treinta y dos kilos que llevo encima siempre conmigo, para entrenar mi cuerpo a un castigo y a unas condiciones inhumanas. ¡Casi un cincuenta porciento de mi peso!-
Mientras hablaba, notaba su cuerpo liberado, muchismo más ligero y muchisimo más rápido. Soltó una carcajada.
-Tu has empezado atacando con todo tu potencial, mientras yo solo te he dejado saborear una parte del mio. ¡Prepárate para mi contraataque, eh!-le avisó, agazapandose para una nueva carga. Esta vez seria diferente. Con un saltó se lanzó en picado, blandiendo su bõ mientras chillaba.
-¡JUSTO COMO ROCK LEE, CABRONAZO!-
El mismo instante en que se asomó en su linea de disparo, el ulterano comenzó a lanzar. El primer kpinga le pasó de lado, al girarse el vánara en el aire con una envidable agilidad. La tormenta de pequeños proyectiles fue esquivada o deflectada con su bõ, mientras que un segundo kpinga le causó una herida superficial al ser deflectado por su bõ, cerca del hombro y el tercero fue bateado de vuelta, obligando al ulterano a moverse unos pasos a un lado. Cayendo con fuerza sobre el albino, el ruso proporcionó un tremendo golpe justo en su cabeza. O al menos eso parecia. Al aterrrizar, pudo apreciar como el ulterano se habia cubierto con el guantelete en el último segundo y, aunque habia recibido parte del impacto, se encontraba en perfectas condiciones. Un pequeño hilillo de sangre le caia por la frente y se precipitaba hacia el suelo.
El ruso abrió los ojos con horror. Aun contando con la protección del guante, aquello habia sido una caida larga y fuerte, con toda la inercia más su propia (y desatada) fuerza. ¿Como de duro era el ulterano? Antes de que pudiera reaccionar a nada. el albino descargó un fuerte puñetazo a la altura de su estómago, mandandole volando hacia atrás una considerable distancia. Achantado por el dolor, se recuperó de pie con un salto mientras rodaba por la inercia.
Toima se lamió la sangre de los labios, una oscura ira se estaba apoderando de su fuero. Queria hacerle pagar por haberle hecho sangrar y casi por proporcionarle un golpe letal, pero sabia que no debia dejarse cegar por la rabia, pues su experiencia le decia que tenia que ser más listo y paciente que su oponente, al tratarse de un luchador de agilidad. Además, le quedaba poca munición.
-¿Qué son treinta y dos kilos? Esta armadura pesa más de ochenta.-se burló el ulterano. Desenvainó uno de sus bracamartes y sacó su mayal, dejandolo pendiendo amenazadoramente hacia su costado.
-¿Qué te parece? Ya no te dispararé más, asi que no huyas, monito.-mintió el ulterano.
El ruso, dolorido, notaba como una de sus costillas se habia roto por la descarga del puñetazo del ulterano. El guantelete, además, se habia asegurado de provocarle una fuerte hemorragia interna. No debia recibir más golpes como aquel. Curandose una vez más, habló.
-El rey brujo lo hizo antes...-replicó con una risilla débil.
El watahré simplemente esbozó una mirada tan confusa como embuida de odio.
-Ya sabes... lo de "¡No oses interponerte entre un Nazgûl y su presaaaaaaaa!"-aclaró imitando la voz y la frase con una risilla al final. Su curación ya estaba terminada y entonces asia su bõ a un lado de su cuerpo.
-¿Sabes qué? Olvidalo, no pareces ser el tipo que le gusten las películas de Peter Jackson. Aunque después de lo que le ha hecho al Hobbit no se yo si a mi me gustan tampoco...-
-Deja de hacer eso con la voz.-gruñó el ulterano.
Aquello grajeó una risotada en el vánara.
-¿El qué? ¿Esto?-replicó imitando con su voz.
-Si. Eso. Para ya de una vez.-gruño de nuevo el ulterano.
-Para ya de una vez.-respondió el vánara para picarle.
-¡Qué te he dicho que pares, gilipollas!-ladró el ulterano.
-¡Qué te he dicho que pares, gilipollas!-ladró de vuelta el vánara en burla.
-¡YA ESTÁ, TE VOY A MATAR!-dijo el ulterano, extrayendo un cartucho de dinamita de mecha corta y, tras encenderlo en el chasqueador, lo arrojó hacia el vánara.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/03/15, 08:24 pm
Kud, Tania y Toima
Con el siseo de la mecha y el ya ominente olor de la pólvora, el cartucho explotó peligrosamente cerca de donde Kud habia estado justo antes de que este saliera de las manos del ulterano. Con un poderoso salto hacia arriba, se habia encaramado a un edificio cuando la humareda de la explosión le cubrió. El ominiono olor seco a pólvora le sobrecargó su sentido olfatorio mientras no se permitia un descanso. El cuerpo entero le dolia, tenia heridas a medio curar y algunos huesos ya rotos. Seguia presionandose, primero, porque se negaba a reconocer que el argos le sobrepasase tan abrumadoramente, por orgullo y, segundo, porque no creia que el argos le iba a dejarse irse de rositas así como así. Uno no se podia esconder de esos ojos.
Trepando hasta la cumbre del edificio, se asomó apoyado en el murete, asiendo su bõ, buscó a su oponente con la mirada, sin lograr encontrarle frunció el cejo. ¿Debia estar escondiendose, preparando alguna trampa?
Comenzó a buscarle, saltando de tejado en tejado. La adrenalina iba muriendo en él, impaciente por encontrarle de nuevo. Y entonces, saltando a un edificio muchisimo más bajo del que iba, escuchó el sonido de algo silbando en el aire mientras saltaba e, instintivamente, hizo un ágil quiebro en el aire justo enfrente a una pared, agarrandose al quicio de una ventana. Y entonces descubrió que aquello le habia salvado la vida. A menos de un metro más abajo, donde se encontraba, un virote de alrededor de un metro se habia clavado.
-¡ECH!-maldijo gruturalmente. Aquel virote podria matarle al instante. ¿Habia sido el ulterano quien lo habia lanzado? No podia ser. Solo una máquina de guerra o un arco bien grande podria haber disparado algo así.
>>O puede que este reviviendo mi trauma con Anor Londo, que también...
Fuera lo que fuese, dejaba de importar. Siguiendo la trayectoria con la mirada, pudo apreciar que habia sido un tiro relativamente cercano, de ahí que no lo viera llegar. De uno de los edificios contiguos, se escuchó el murmullo de la cota de malla sacudiendose mientras el argos subia las escaleras a una velocidad sobrehumana para alguien tan grande y con tanta carga.
>>¡Hah! ¡Imbecil! ¡No solo has revelado tu posición sino que además se que vas hacia el tejado!
Saltó de un muro al otro y comenzó a escalar el edificio al estilo Spiderman mientras tarareaba la canción. Su plan era bien simple. Subiria a la azotea y le esperaria al otro lado del umbral de la puerta listo para nockearle de un golpe. Si, eso haria. Y finiquito al asunto.
Y así hizo. Los primeros dos minutos, se mantuvo detrás del umbral de la puerta, expectante hasta que se acordó que, por supuesto, el ulterano le estaba viendo en esos instantes hacer la gilipollez de parecer algún tipo de villano de dibujos animados.
-Buddah santo... Es como Tom y Jerry pero en versión hardcore...-suspiró entonces, contemplando sus opciones, pero viendo que tenia pocas y que si no actuaba probablemente se moveria de nuevo e intentaría hacerle el American Sniper desde otro punto y queria evitar aquello ante todo.-¡¡LEEEROOOOY...-fue a abrir la puerta con celeridad, pero a mitad del movimiento deceleró precipitadamente y pasó a ser un movimiento lento y preciso, o eso creia, porque en verdad parecia un camaleón borracho. Se asomó por la rendija de la puerta y algo pegó un destello, pero no logró identificar el qué y, muy lentamente, abrió el resto de la puerta.
-...jenkinssss...-susurró, con los ojos bien abiertos y expectantes de que algo pasara.
Pero nada pasó. Fue abriendo la puerta poco a poco hasta iluminar el final de la estancia. A la derecha habia escaleras y un pequeño rellano las comunicaba con la puerta. No podia hacer otra cosa sino bajar por ellas. Saberse siendo espiado y que en cualquier momento podria ser asaltado por un tipo de cerca de doscientos kilos y más de dos metros. La idea era tan tranquilizadora como sabrosa la mantequilla 0% materia grasa.
Se rió entre dientes ante la ingeniosa frase y decidió apuntarsela para usarla más tarde, pero en aquel momento, debia acabar con el ulterano. En aquel ambiente cerrado de las escaleras, podia maniobrar pobremente su bõ, pero tambien el ulterano podria usar sus cuchillos, armas cortas, en su ventaja en aquel espacio. Podia entender porque habia decidido refugiarse en aquel edificio, cerrado y angosto, poco que hacer para resistirse, aunque el techo no era muy alto, era capaz de imaginarse al albino moverse por él achaparrado, arrastrando brazos para no chocarse contra él y era gracioso.
-Por una vez los altos sufren desventaja por su altura...-rio longamente, para que su adversario le oyera.-Oh como tornan las cambias...quiero decir... como cambian las tornas...Si.-
>>Oh si... lo que daria ahora por un Through Fire and Flames de fondo...
Y entonces se encontró el origen de lo que supuso aquel destello que vio al entrar. Puede que no tuviera la mejor vista en la oscuridad, pero estaba siendo lo suficientemente cauteloso para no caer en ninguna de las artimañas del albino. El hilo metálico estaba puesto en perspectiva con las escaleras para que, de no estar atento, el usuario se tropezaria, se cortaria o por lo menos se distraeria. Segundos después se corrigió, siguiendo el hilo escondido llevaba al anterior piso donde por el lado interior de la escalera de caracol, se escondia la verdadera trampa: Un mecanismo hecho para lanzar un puñado de cuchillos en direccion a sus pies, aviesamente colocados para colarlo entre las rendijas de la escalera.
Con una carcajada contenida, el ruso saltó por encima de la cuerda y se giró a observar el instrumento más de cerca. A los pocos segundos se dio cuenta que quizás no era la mejor de las ideas cuando este aun estaba cargado. Apartandose de la trayectoria del disparo, bajó las escaleras atento a más trampas. Justo cuando se conectaba con el rellano, habia otros dos hilos preparados, más obvios que el anterior, puesto que destacaban con el fondo, al contrario que el primer hilo. Quizás, el ulterano contaba que con que accionara el primer mecanismo, cayera por las escaleras y accionara esas dos nuevas cuerdas, ya que estaban en medio de las barandillas y hasta alguien distraido se habria dado cuenta de aquello.
Con otra carcajada interna saltó por encima de estas y miró en la oscuridad del abismo. No veia ningún mecanismo adjuntado a ellas y sintió curiosidad por saber que hacian. Se giró y comenzó a examinar la barandilla de cerca. Tenian una suerte de giros y nudos usando la misma barandilla que les daba parecerse como una especie de tela de araña. Justo cuando encontró que estaban esos dos hilos unidos entre sí tambien, fue cuando escuchó el estruendo ruidoso del ulterano esprintando hacia él. Aunque lo vio venir y a empezar el salto de huida, se chocó contra el techo sonoramente tanto que escuchó un "crack" retumbando en su cabeza y entonces notó el empujón del ulterano que le obligó a caer en las dos cuerdas enlazadas y entonces ahí, por el golpe en la cabeza y el impacto del placaje del ulterano, Kudryavka perdió la consciencia.
;-;
No sabia si habian pasado horas o minutos, pero le dolia enormemente la cabeza, le sangraba y notaba todo borroso. Estaba colgado boca abajo. Hilillos de sangre se le resbalaban por la cresta de la cabeza y rozaban la frente hasta precipitarse, gota a gota por su frente hasta el suelo. Se encontraba bocabajo y la cantidad de sangre que estaba perdiendo no era normal. De no ser porque se fue espabilando poco a poco y notó inumerables escozores surcandole el cuerpo, así como las gotas de sangre deslizandose sobre su piel, se dió cuenta que tenia una serie de cortes cubriendole la piel, algunos ya habian cerrado, ya que en su mayoria eran poco profundos, pero la perdida de sangre junto con el golpe que se habia dado en la cabeza al intentar esquivar al argos dentro de aquel angosto edificio le hacia no darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Al final de su cabeza podia ver el charco de su sangre acumulandose. Tensas cuerdas negras lo sujetaban boca abajo, colgado como un cerdo de la matanza después de San Martín.
Y efectivamente, se notaba desangrandose. Las cuerdas tenian un profundo y duro nudo en las manos que le actuaban como unas esposas, impidiendo moverlas o gesticular mucho aparte de los dedos. Estaban tensamente aferradas a su piel, tanto que se hacia daño si intentaba moverlas. De haber tenido más fuerzas en aquel momento se habia puesto a revolverse e intentar librarse, ya que estar atado era de las cosas estresantes que podian pasarle al vánara.
Empezaba a ver con mayor claridad. Veia el arco ruinoso del que habia sido colgado, presumidamente por su oponente. Giraba la cabeza, veia el pavimento en el suelo, podia detectar la morada de los Mercenarios de la Brecha a pocos metros de donde estaba. En el patio de estaba la chica llamda Tania. Esta sujetaba a una especie de dinosaurio cuadrupedo lleno de pinchos y con cresta rojiza que se peleaba por, aparentemente, acercarse a él. La situación era, de lo menos increible, porque la bestia tenia claramente más fuerza que la chica y estaba tirando de ella poco a poco, aun a pesar de las protestas y regañinas que esta le lanzaba tirando de las bridas con toda su fuerza y en ocasiones, recuperando algo del terreno que ganaba la bestia.
Parpadeó. Podia oir su propia respiración. Todo transcurria a cámara lenta y, al estar tan cerca del suelo (y boca abajo) los sondios le llegaban radicalmente diferentes a lo que estaba acostumbrado. La piel le ardia, tanto por los cortes como las quemaduras e las cuerdas, que le mantenian la mente despierta.
Los pasos de las botas de acero reforzado del ulterano resonaron sobre el pavimento. Y las enormes piernas, como troncos, fue lo primero que el ruso logró ver. Al instante, se paró a su lado. Un trapo enrojecido de sangre cayó al suelo a su lado. Alargando la vista, intentando fijarse en el rostro de su captor y torturador, tuvo que torcer el cuello de manera muy desagradable, pero el cielo se le antojaba especialmente brillante, incluso para ser rocavarancolia y entrecerró los ojos.
Al final fue Toima quien se puso de cuchillas. Sus manos estaban ensangrentadas hasta los codos y tenia remangada su sudadera hasta estos. Fuera lo que fuera que habia estado manejando, su mirada, su tono de voz y lo que hizo aterraron al vánara hasta los huesos.
-¿Ya has vuelto en ti? Pensé que de verdad ibas a palmar así.-le siseó con un velado tono de odio en su voz. Entonces, sin venir a cuento, le soltó una bofetada lo suficientemente fuerte como para sentir que le habian saltado los dientes y para que se mordiera un carrillo de la innercia.
-Mono idiota. Todo el mundo sabe que tienes que estar atento a lo que te rodea cuando te enfrentas a alguién. La manera en la que te empotronaste contra el techo fue bastante graciosa, te reconoceré eso...-le siseó con una sonrisa pérfida en su rostro que denotaba de todo menos alegria.-Pero ahora te toca pagar, mocoso novato.-
Le cogió de la mandíbula y direccionó su cara hacia la lagarta, que cada vez se desbocaba más, arrastrando a Tania en pequeñas explosiones de emoción depredadora.
-¿Ves aquello? Esa es mi mascota. Voy a darle de comer monito, como un premio. Verás, los de su especie, tienen el olor de la sangre muy metido en la cabeza y, si tienen hambre y estan oliendo sangre constantemente se vuelven locos de hambre.-
El labio de Kud comenzó a temblarle de terror. ¿Podia ser que esas fueran las intenciones del albino? Simplemente tratarle como si fuera un premio para que su jurásica mascota le devorase... ¡Él solo habia venido a por un duelo formal y el Ulterano habia intentado matarle desde el primer momento! ¡Estaba completamente loco! ¿¡Cómo habia podido ser tan ingenuo para pensar que su bravuconeria le iba a salir impune!? Se arrepintió de haber sido tan lanzado, de buscar tanto progreso tan rápido.
La lagarta ya babeaba ante la expectativa de la carne del ruso. Tania tenia el rostro compungido por el terror casi tanto como Kudryavka y el watahré solo sonreia perfidamente. Él estaba teniendo un banquete en su propio derecho viendo el terror, la desesperación y el arrepentimiento representarse en el rostro del novato.
La voz de Tania cortó aquella situación, cuando se dirigia hacia el albino.
-¡Toima basta ya! ¡No se cuanto tiempo voy a poder controlarla más! ¡Está completamente desbocada!-
Justo cuando hablaba, la lagarta tironeó unas yardas más, situandose a menos de cinco metros del vánara. La acelerada respiración del animal combinada con el constante relamiento y dentelladas al aire que hacia se probaron como uno de los sonidos más terroríficos que el vánara habia oido en su vida.
El argos habia dejado de divertirse, algo habia cambiado en su cara. Casi habia algo humano en su monstruosas facciones, algo que delataba el aburrimiento. ¡Él estaba al borde del infarto y el otro aburriendose así de pronto!
-Está bien, suéltala.-le dijo a la nublina
-¿Qué?-dudó la chica.
-¿¡Q-Qué!?-bramó el ruso con lágrimas de desesperación.-¡N-No!
-CALLA LA BOCA.-Le ladró al vánara.-¡Tan solo sueltala, confia en mi, yo me encargo!-
Tania dudó unos largos cuatro segundos y, en cuanto aflojó las riendas, la lagarta salió disparada en dirección hacia el ruso, que colgado y maniatado poco podia hacer. En apenas dos segundos, logró aflojar la cuerda que ataba ambas manos. Un poco más y podria haberse soltado estas para lanzar un hechizo a el depredador que se le cernia. Pero, por desgracia para él, no disponia de tal tiempo y ya cuando se disponia a convertirse al cristianismo en el último momento, solo por si las moscas, el ulterano se interpuso entre el animal cargante y él, indefenso. Usando una fuerza herculea que le asustó a fuerzas iguales como le impresionó, hizo un encontronazo con su propio cuerpo contra el del dinosaurio, forcejando con la enorme bestia como dos jugadores de futbol americano lo harian. Pero apenas duró unos segundos que la bestia se mostró lo suficientemente impaciente como para ir a morder a su amo tan solo para llegar a la carne anhelada. El argos, por supuesto, vio el ataque venir tan pronto como la lagarta comenzó a flexionar el cuello y abrir las fauces para una gran dentellada. El watahré solventó aquel problema de un estruendoso puñetazo dirigido hacia la mandibula de la criatura que le hizo retroceder en el cuello y retirarse un par de metros del watahré, más confuso y avergonzado que realmente herido pues incluso con la fuerza del ulterano, aquellas escamas debian de ser bastante gruesas.
-¡No!-le soltó a la lagarta alzando un dedo.-¡Mala!-añadió a la regañina. El animal se fue haciendo más y más pequeño y, con la cresta caida y arrastrandose por el suelo, se retiró hacia el interior de una parodia de caseta de perro gigante que habia en el patio para no volversela a ver por el patio.
El albino se rió con un vozarrón que denotó su buen estado de humor. Mientras, Tania comenzó a acercarsele con una cara que parecia la de una madre a punto de tirarle de las orejas a un niño travieso, lo cual hizo que el ulterano hiciera una finta por escapar, pero la penetrante e increiblemente amenazadora mirada de la nublina se probó demasiado intimidante para él, aun a pesar de ser el doble de tamaño que la nublina.
-¡Toima!-empezó.-¡Quieres dejar de reirte por una vez y desatar al chaval! ¡Creo que has llevado la bromita demasiado lejos!-
Parecia estar echando humo. Hubiera sido bastante cómica la escena entre aquellos dos de no ser porque el vánara sabia que tenia que irse pitando del lugar y habia comenzado a desatarse a toda velocidad. No fue sinó cuando el ulterano captó lo que estaba haciendo con sus ojos siempre atentos que el vánara tuvo que recurrir a medidas más drásticas. Tras haberse liberado las manos conjuró un hechizo de impacto a la desesperada con la intención de mandar volando al argos, pero sin querer, al estar tan cerca afectó a la nublina tambien. Toima se interpuso en el último momento y cubrió el cuerpo de la nublina con el suyo a modo de colchón cuando salieron volando y fueron derribados contra una pared.
Kud terminaba de desatarse y golpeó el sangriento suelo bajo sus pies cuando el ulterano desenvainaba dos cuchillos y se alzaba con la mirada enrabietada. No habia sido tanto el ataque a traición lo que le habia enfurecido, sino que el uso de su imprudente magia habia envuelto a Tania en aquello. A su vez, la nublina no habia sufrido grandes daños gracias a Toima, pero sentia que su tobillo se habia llevado la peor parte al aterrizar. Posiblemente una fractura por el dolor.
Toima esprintó hacia el vánara que se puso de pie y, maltrechamente, fue a coger su bõ apoyado en una pared cercana. Toima lanzó los dos cuchillos con fuerza y el ruso los deflectó ambos, ya acostumbrado a aquel patrón de ataque del watahré. Cuando llegaron a rango de combate cuerpo a cuerpo, el watahré descargó un poderoso puñetazo en el lugar donde el pecho del vánara se habia encontrado segundos antes de subirse a su bõ y columpiarse usandolo como pértiga pasando por encima del watahré. El terrible golpe del ulterano, cargado con la rabia y la ira se estrelló en la pared que habia a continuación y, debido al ruinoso estado en el que se encontraba abrió un poderoso boquete, su brazo pasando a través de esta. Al retirarlo, más ladrillos salieron disparados y la pared acabó colapsandose encima de él, con parte del tejado.
Kud salió por patas justo en el último momento cuando un escombro le rozó la cola. A la caida del tejado le procedió la caida de otras dos paredes. Y entonces una pila de escombros descansaban en el lugar en que habia estado colgado el ruso. Tania ahogó un grito de horror y se puso de pie, cojeando, con la intención de ir a ver si Toima se encontraba bien. El ruso por un momento se dejó envolver por la realidad. Se le acababa de caer un edificio encima, o al menos parte y no parecia estar dando señales de vida. ¿Habria muerto el ulterano?
Poco tuvieron que esperar los dos cuando un cacho de escombro salió disparado enla dirección de Kud que lo esquivó con un salto lateral, con la mala suerte que el escombro se estrelló contra la fachada del cuchitrill haciendose añicos.
De entre la más pequeña de las pilas de escombros se asomaba el ulterano. Tenia un par de heridas serias en brazos, cabeza y piernas, debido a que no llevaba la armadura puesta entonces, pero gracias a sus duros párpados habia podido absover la mayor parte del golpe. Estaba cubierto en polvo. Escupió sangre y se crujió el cuello.
-¡T-Toima! ¿Estás bien?-musitó la nublina, haciendo ademán de cojear hacia él. Sin duda no le parecia que lo estaba, y el watahré era demasiado terco como para admitirlo.-¡Tan solo para ya de una vez! ¡No hay que continuar con esta tonteria! ¡Toima por favor te lo pido, para esto!-
El albino alzó una mano para silenciar a la nublina y, Kud, como oportuno, aprovechó, entre jadeos a comentar su no grata opinion al respecto.
-Si, estoy de acuerdo con ella. Está claro que te estás pasando demasiado y sinceramente vine aquí a pasar un gran rato y me siento tan atacado ahora mismo...-bromeó al recuperar un poco la consciencia.
En verdad no sentia gana alguna por continuar el combate. Estaba seguro que el watahré estaba tan maltrecho como él en aquel momento, y sus últimas reservas mágicas se habian ido con ese hechizo de impacto al final. Sabia que ahora el ulterano queria su pellejo. Habia tenido suerte que solo habia querido gastarle una cruel broma antes, pero ahora lo sentia. Su sexto sentido se lo decia. La ira del albino era palpable.
-No.-respondió secamente, arrastrando los pies hacia el cuchitril.-No...¡No!...¡NO!-fue escalando su voz a medida que su enfado se hacia más y más visible.
-T-Toima...-musitó la nublina anonadada. Jamás le habia visto tan iracundo.
El ruso musitó un "Oh mierda" cuando empezó a cojear en dirección opuesta, internandose en el patio del cuchitril. El watahré le siguió hasta arrinconarle. A escasos metros, las miradas se lanzaban el uno al otro. Sabian que el final se acercaba y sin duda Kud estaba seguro de que no iba a ganar. El ulterano tambien lo sabia y, sin embargo, el vánara se mostró orgulloso manteniendole la mirada al watahré.
-Te... voy... a romper.-le musitó con la ira dictandole cada palabra.
-E-Eh... Bane, si... eh... Uhh-uh... esto no acaba bien para batman...-comentó desolado el vánara, que comenzó a sudar.
-¿Qué?-musitó el ulterano, tan confuso como siempre con lo que decia el ruso, siempre tan aparentemente incoherente.
-P-Plebeyo leete los clásicos de una vez.-le contestó el ruso vacilante, pues ya que estaba pensaba cabrearle de bien.
Toima desconocía que era un plebeyo, pero sabia que el tono de voz que habia usado era para insultarle. Aquello le hizo ponerse más furioso. Mientras el ensangrentado cuerpo y pelo se erizaba de rabia, la presencia del vánara se hacia más y más pequeña.
Mientras que el ulterano sabia lo que tenia que hacer, el ruso comenzó a valorar sus opciones. Decidió que debia apostar a saltar por encima de él, tan arrinconado como se encontraba. El problema era que sus piernas se habian llevado ya bastante paliza y no sabia si quiera si iba a poder saltar por encima del watahré, ya ni hablar de saltar por encima de él tan sobrado que ni siquiera tuviera oportunidad de tocarle, que seria lo ideal.
Con una carrera que se fue acelerando el ulterano se abalanzó sobre Kud y este hizo lo pertiente, con el poco espacio del que podia gozar, cogio la carrerilla, hincó las piernas y batió con estas al suelo hasta salir despedido por el aire una considerable distancia por encima del ulterano. Lo habia logrado. A más de casi tres metros el ulterano no podria tocarle, iba a salir impune de aquello. Tenia aun bastante fuerzas en las piernas y, en el segundo que cogia la altura, se le ocurrió una última payasada que hacer para humillar al watahré, una de la cual le dejaria bastante claro que, si, habia ganado aquel encuentro, pero que él acabaria con la victoria. Con el sonido de la cremallera y la confusa mirada del albino ante sus acciones en mitad del aire, el vánara elipsó en su salto dejando tras de sí un fino reguero dorado de orin en el aire que le aterrizó en el cuerpo y cara al ulterano antes de que si quiera el vánara aterrizara, mientras este se reia todo lo que sus dañados pulmones y caja torácica le permitian, aquejandose de dolores.
El olor y la sensación de la humedez del fresco orín del ruso encima de él dejó paralizado a Toima, todavia lidiando con la realidad de aquella situación. Pero pronto su cuerpo se movió inconscientemente, mientras el ruso aterrizaba a su espalda. Con movimientos propios de una serpiente, el watahré cogió al ruso por la cola y tironeó fuertemente de esta hasta derribarle contra el suelo, cosa que le pilló completamente desprevenida al chaval, que cayó de morros contra el patio del cuchitril. Antes de que pudiera siquiera resistirse o soltarse del agarrre del watahré, este le alzó por la cola por encima de su cabeza y le golpeó en un movimiento de martillo contra el suelo describiendo un semicirculo por encima de su cabeza gracias al peso pluma del vánara. Cuando recibió el duro impacto del suelo, Kud se quedó sin respiracion unos instantes. Pero ahí no acabó la furia del argos. Sentandose a horcajadas de su pequeño cuerpo, aplastandolo de paso con un peso casi cuatro veces superior al del chico. Le prendió de la cola con ambas manos, como quien coge una mazorca de maiz y entonces, dejó que su rabia le guiase, soltando fuertes dentelladas desgarradoras y destrozadoras en la cola del aprendiz. El sonido de huesos, cartilago, carne, piel y pelaje siendo triturado por la mandíbula del ulterano eran solo una pequeña parte del estruendo que surcó por el aire debido a los gritos agónicos del vánara mientras su cola era destrozada a mordiscos.
En un acto reflejo, impulsado por el dolor y la furia, el vánara le soltó un patadón en la barbilla al ulterano que le hizo trastabillar y tambalearse hacia atrás, cayendo de culo contra la misma esquina en la que Kud habia sido encerrado. Todavia aquejandose por el terrible dolor en su cola, el ruso se puso de pie en un salto y se alejó del confuso ulterano a pequeños saltos un par de metros, agarrandose de la cola con una expresión terriblemente dolorida y entre lágrimas contempló su estado. Parte de ella estaba descarnada, se veia el hueso. Parte de la carne en otro lugar estaba colgando completamente estirada del músculo con un aspecto terrorífico y la mayoria de huesos en ella estaban rotos y torcidos en posturas imposibles que le causaban un dolor indescriptible al ruso.
Entre lamentos y lloriqueos le gritó al ulterano con rabia.
-¡Me has mordido la cola!-
El ulterano salió de su confusión entonces, escupiedno restos de pelos de la cola del mono que se le habian quedado en la lengua y se puso de pie, tirando de su jersey con el apestoso trazo del orín del ruso.
-¡Me has meado encima!-replicó, grindandole los dientes.
El ruso poco más podia pensar o decir al respecto, así que, guiado por el dolor y sus emociones, replicó con lo mismo, alzando más la voz y con más caracter.
-¡ME HAS MORDIDO LA JODIDA COLA!-
Toima a su vez, gran oratorio, replicó identicamente.
-¡ME HAS MEADO JODIDAMENTE ENCIMA!-
Aquello fue suficiente charla para el albino cuyas ansias por matar al novato ya no tenian parangón. Corriendo a zancadas, persiguió al vánara afuera del cuchitril, estando este inhabil de sus reflejos y agilidad habituales debido su herida cola, mientras este galopaba cojeando agarrandose la dolorida cola y lanzando miradas aterrorizadas mientras chillaba histéricamente. Cuando la persecución les llevó a la calle, el ulterano recurrió a los escombros. Cogiendo dos del tamaño algo más grande que sus manos, arrojó ambos hacia al vánara que, si los vio venir, ya era demasiado tarde para esquivarlos en su maltrecho estado. Impactandole uno en la espalda y otro en la nuca, el ruso cayó inconsciente contra el pavimento mientras un pequeño charco de sangre se acumulaba en la periferia al abrirse todas las heridas de nuevo más las nuevas.
>> YOU HAVE DIED
Toima soltó una imprecariedad de alegria cuando cayó inconsicente. Pero la felicidad le duró apenas unos instantes cuando se dió cuenta que necesitaba mucho más para hacerle pagar todo lo que le habia hecho sufrir aquel mono cotilla. Arrancó una columna de entre los escombros y, blandiendola con las dos manos se acercó hacia el vánara, arrastrando la pesada columna y, cuando le dió alcance, la alzó por encima de sus hombros con una pérfida sonrisa en su rostro.
-Te dije que te iba a romper...-
Justo cuando se disponia a descargar el primer y, posíblemente letal golpe, algo le hizo detenerse. La sonrisa desapareció por completo, cuando la totalidad de sus ojos se concentraron en un punto en su espalda y sus labios mostraban una amenazadora dentadura entreabierta por frustración.
-¿Qué coño estás haciendo Tania?-musitó, parte enfadado, parte incrédulo.
La nublina estaba a menos de diez metros detrás de él. Se habia acercado cojeando hasta decidir que no iba a llegarle a tiempo. Habia sacado el arco y le estaba apuntando a Toima con una flecha cargada. La mirada de la nublina estaba empañada por unas lágrimas que tuvo que pelear porque no salieran. Poco a poco, su mirada fue ganando confianza, aunque el temblor de su labio inferior y la fragilidad de sus palabras mostraban la honestidad de lo que sentia.
-¡A-Alejate de él Toima! ¡No hagas... que te dispare!
Con el siseo de la mecha y el ya ominente olor de la pólvora, el cartucho explotó peligrosamente cerca de donde Kud habia estado justo antes de que este saliera de las manos del ulterano. Con un poderoso salto hacia arriba, se habia encaramado a un edificio cuando la humareda de la explosión le cubrió. El ominiono olor seco a pólvora le sobrecargó su sentido olfatorio mientras no se permitia un descanso. El cuerpo entero le dolia, tenia heridas a medio curar y algunos huesos ya rotos. Seguia presionandose, primero, porque se negaba a reconocer que el argos le sobrepasase tan abrumadoramente, por orgullo y, segundo, porque no creia que el argos le iba a dejarse irse de rositas así como así. Uno no se podia esconder de esos ojos.
Trepando hasta la cumbre del edificio, se asomó apoyado en el murete, asiendo su bõ, buscó a su oponente con la mirada, sin lograr encontrarle frunció el cejo. ¿Debia estar escondiendose, preparando alguna trampa?
Comenzó a buscarle, saltando de tejado en tejado. La adrenalina iba muriendo en él, impaciente por encontrarle de nuevo. Y entonces, saltando a un edificio muchisimo más bajo del que iba, escuchó el sonido de algo silbando en el aire mientras saltaba e, instintivamente, hizo un ágil quiebro en el aire justo enfrente a una pared, agarrandose al quicio de una ventana. Y entonces descubrió que aquello le habia salvado la vida. A menos de un metro más abajo, donde se encontraba, un virote de alrededor de un metro se habia clavado.
-¡ECH!-maldijo gruturalmente. Aquel virote podria matarle al instante. ¿Habia sido el ulterano quien lo habia lanzado? No podia ser. Solo una máquina de guerra o un arco bien grande podria haber disparado algo así.
>>O puede que este reviviendo mi trauma con Anor Londo, que también...
Fuera lo que fuese, dejaba de importar. Siguiendo la trayectoria con la mirada, pudo apreciar que habia sido un tiro relativamente cercano, de ahí que no lo viera llegar. De uno de los edificios contiguos, se escuchó el murmullo de la cota de malla sacudiendose mientras el argos subia las escaleras a una velocidad sobrehumana para alguien tan grande y con tanta carga.
>>¡Hah! ¡Imbecil! ¡No solo has revelado tu posición sino que además se que vas hacia el tejado!
Saltó de un muro al otro y comenzó a escalar el edificio al estilo Spiderman mientras tarareaba la canción. Su plan era bien simple. Subiria a la azotea y le esperaria al otro lado del umbral de la puerta listo para nockearle de un golpe. Si, eso haria. Y finiquito al asunto.
Y así hizo. Los primeros dos minutos, se mantuvo detrás del umbral de la puerta, expectante hasta que se acordó que, por supuesto, el ulterano le estaba viendo en esos instantes hacer la gilipollez de parecer algún tipo de villano de dibujos animados.
-Buddah santo... Es como Tom y Jerry pero en versión hardcore...-suspiró entonces, contemplando sus opciones, pero viendo que tenia pocas y que si no actuaba probablemente se moveria de nuevo e intentaría hacerle el American Sniper desde otro punto y queria evitar aquello ante todo.-¡¡LEEEROOOOY...-fue a abrir la puerta con celeridad, pero a mitad del movimiento deceleró precipitadamente y pasó a ser un movimiento lento y preciso, o eso creia, porque en verdad parecia un camaleón borracho. Se asomó por la rendija de la puerta y algo pegó un destello, pero no logró identificar el qué y, muy lentamente, abrió el resto de la puerta.
-...jenkinssss...-susurró, con los ojos bien abiertos y expectantes de que algo pasara.
Pero nada pasó. Fue abriendo la puerta poco a poco hasta iluminar el final de la estancia. A la derecha habia escaleras y un pequeño rellano las comunicaba con la puerta. No podia hacer otra cosa sino bajar por ellas. Saberse siendo espiado y que en cualquier momento podria ser asaltado por un tipo de cerca de doscientos kilos y más de dos metros. La idea era tan tranquilizadora como sabrosa la mantequilla 0% materia grasa.
Se rió entre dientes ante la ingeniosa frase y decidió apuntarsela para usarla más tarde, pero en aquel momento, debia acabar con el ulterano. En aquel ambiente cerrado de las escaleras, podia maniobrar pobremente su bõ, pero tambien el ulterano podria usar sus cuchillos, armas cortas, en su ventaja en aquel espacio. Podia entender porque habia decidido refugiarse en aquel edificio, cerrado y angosto, poco que hacer para resistirse, aunque el techo no era muy alto, era capaz de imaginarse al albino moverse por él achaparrado, arrastrando brazos para no chocarse contra él y era gracioso.
-Por una vez los altos sufren desventaja por su altura...-rio longamente, para que su adversario le oyera.-Oh como tornan las cambias...quiero decir... como cambian las tornas...Si.-
>>Oh si... lo que daria ahora por un Through Fire and Flames de fondo...
Y entonces se encontró el origen de lo que supuso aquel destello que vio al entrar. Puede que no tuviera la mejor vista en la oscuridad, pero estaba siendo lo suficientemente cauteloso para no caer en ninguna de las artimañas del albino. El hilo metálico estaba puesto en perspectiva con las escaleras para que, de no estar atento, el usuario se tropezaria, se cortaria o por lo menos se distraeria. Segundos después se corrigió, siguiendo el hilo escondido llevaba al anterior piso donde por el lado interior de la escalera de caracol, se escondia la verdadera trampa: Un mecanismo hecho para lanzar un puñado de cuchillos en direccion a sus pies, aviesamente colocados para colarlo entre las rendijas de la escalera.
Con una carcajada contenida, el ruso saltó por encima de la cuerda y se giró a observar el instrumento más de cerca. A los pocos segundos se dio cuenta que quizás no era la mejor de las ideas cuando este aun estaba cargado. Apartandose de la trayectoria del disparo, bajó las escaleras atento a más trampas. Justo cuando se conectaba con el rellano, habia otros dos hilos preparados, más obvios que el anterior, puesto que destacaban con el fondo, al contrario que el primer hilo. Quizás, el ulterano contaba que con que accionara el primer mecanismo, cayera por las escaleras y accionara esas dos nuevas cuerdas, ya que estaban en medio de las barandillas y hasta alguien distraido se habria dado cuenta de aquello.
Con otra carcajada interna saltó por encima de estas y miró en la oscuridad del abismo. No veia ningún mecanismo adjuntado a ellas y sintió curiosidad por saber que hacian. Se giró y comenzó a examinar la barandilla de cerca. Tenian una suerte de giros y nudos usando la misma barandilla que les daba parecerse como una especie de tela de araña. Justo cuando encontró que estaban esos dos hilos unidos entre sí tambien, fue cuando escuchó el estruendo ruidoso del ulterano esprintando hacia él. Aunque lo vio venir y a empezar el salto de huida, se chocó contra el techo sonoramente tanto que escuchó un "crack" retumbando en su cabeza y entonces notó el empujón del ulterano que le obligó a caer en las dos cuerdas enlazadas y entonces ahí, por el golpe en la cabeza y el impacto del placaje del ulterano, Kudryavka perdió la consciencia.
;-;
No sabia si habian pasado horas o minutos, pero le dolia enormemente la cabeza, le sangraba y notaba todo borroso. Estaba colgado boca abajo. Hilillos de sangre se le resbalaban por la cresta de la cabeza y rozaban la frente hasta precipitarse, gota a gota por su frente hasta el suelo. Se encontraba bocabajo y la cantidad de sangre que estaba perdiendo no era normal. De no ser porque se fue espabilando poco a poco y notó inumerables escozores surcandole el cuerpo, así como las gotas de sangre deslizandose sobre su piel, se dió cuenta que tenia una serie de cortes cubriendole la piel, algunos ya habian cerrado, ya que en su mayoria eran poco profundos, pero la perdida de sangre junto con el golpe que se habia dado en la cabeza al intentar esquivar al argos dentro de aquel angosto edificio le hacia no darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Al final de su cabeza podia ver el charco de su sangre acumulandose. Tensas cuerdas negras lo sujetaban boca abajo, colgado como un cerdo de la matanza después de San Martín.
Y efectivamente, se notaba desangrandose. Las cuerdas tenian un profundo y duro nudo en las manos que le actuaban como unas esposas, impidiendo moverlas o gesticular mucho aparte de los dedos. Estaban tensamente aferradas a su piel, tanto que se hacia daño si intentaba moverlas. De haber tenido más fuerzas en aquel momento se habia puesto a revolverse e intentar librarse, ya que estar atado era de las cosas estresantes que podian pasarle al vánara.
Empezaba a ver con mayor claridad. Veia el arco ruinoso del que habia sido colgado, presumidamente por su oponente. Giraba la cabeza, veia el pavimento en el suelo, podia detectar la morada de los Mercenarios de la Brecha a pocos metros de donde estaba. En el patio de estaba la chica llamda Tania. Esta sujetaba a una especie de dinosaurio cuadrupedo lleno de pinchos y con cresta rojiza que se peleaba por, aparentemente, acercarse a él. La situación era, de lo menos increible, porque la bestia tenia claramente más fuerza que la chica y estaba tirando de ella poco a poco, aun a pesar de las protestas y regañinas que esta le lanzaba tirando de las bridas con toda su fuerza y en ocasiones, recuperando algo del terreno que ganaba la bestia.
Parpadeó. Podia oir su propia respiración. Todo transcurria a cámara lenta y, al estar tan cerca del suelo (y boca abajo) los sondios le llegaban radicalmente diferentes a lo que estaba acostumbrado. La piel le ardia, tanto por los cortes como las quemaduras e las cuerdas, que le mantenian la mente despierta.
Los pasos de las botas de acero reforzado del ulterano resonaron sobre el pavimento. Y las enormes piernas, como troncos, fue lo primero que el ruso logró ver. Al instante, se paró a su lado. Un trapo enrojecido de sangre cayó al suelo a su lado. Alargando la vista, intentando fijarse en el rostro de su captor y torturador, tuvo que torcer el cuello de manera muy desagradable, pero el cielo se le antojaba especialmente brillante, incluso para ser rocavarancolia y entrecerró los ojos.
Al final fue Toima quien se puso de cuchillas. Sus manos estaban ensangrentadas hasta los codos y tenia remangada su sudadera hasta estos. Fuera lo que fuera que habia estado manejando, su mirada, su tono de voz y lo que hizo aterraron al vánara hasta los huesos.
-¿Ya has vuelto en ti? Pensé que de verdad ibas a palmar así.-le siseó con un velado tono de odio en su voz. Entonces, sin venir a cuento, le soltó una bofetada lo suficientemente fuerte como para sentir que le habian saltado los dientes y para que se mordiera un carrillo de la innercia.
-Mono idiota. Todo el mundo sabe que tienes que estar atento a lo que te rodea cuando te enfrentas a alguién. La manera en la que te empotronaste contra el techo fue bastante graciosa, te reconoceré eso...-le siseó con una sonrisa pérfida en su rostro que denotaba de todo menos alegria.-Pero ahora te toca pagar, mocoso novato.-
Le cogió de la mandíbula y direccionó su cara hacia la lagarta, que cada vez se desbocaba más, arrastrando a Tania en pequeñas explosiones de emoción depredadora.
-¿Ves aquello? Esa es mi mascota. Voy a darle de comer monito, como un premio. Verás, los de su especie, tienen el olor de la sangre muy metido en la cabeza y, si tienen hambre y estan oliendo sangre constantemente se vuelven locos de hambre.-
El labio de Kud comenzó a temblarle de terror. ¿Podia ser que esas fueran las intenciones del albino? Simplemente tratarle como si fuera un premio para que su jurásica mascota le devorase... ¡Él solo habia venido a por un duelo formal y el Ulterano habia intentado matarle desde el primer momento! ¡Estaba completamente loco! ¿¡Cómo habia podido ser tan ingenuo para pensar que su bravuconeria le iba a salir impune!? Se arrepintió de haber sido tan lanzado, de buscar tanto progreso tan rápido.
La lagarta ya babeaba ante la expectativa de la carne del ruso. Tania tenia el rostro compungido por el terror casi tanto como Kudryavka y el watahré solo sonreia perfidamente. Él estaba teniendo un banquete en su propio derecho viendo el terror, la desesperación y el arrepentimiento representarse en el rostro del novato.
La voz de Tania cortó aquella situación, cuando se dirigia hacia el albino.
-¡Toima basta ya! ¡No se cuanto tiempo voy a poder controlarla más! ¡Está completamente desbocada!-
Justo cuando hablaba, la lagarta tironeó unas yardas más, situandose a menos de cinco metros del vánara. La acelerada respiración del animal combinada con el constante relamiento y dentelladas al aire que hacia se probaron como uno de los sonidos más terroríficos que el vánara habia oido en su vida.
El argos habia dejado de divertirse, algo habia cambiado en su cara. Casi habia algo humano en su monstruosas facciones, algo que delataba el aburrimiento. ¡Él estaba al borde del infarto y el otro aburriendose así de pronto!
-Está bien, suéltala.-le dijo a la nublina
-¿Qué?-dudó la chica.
-¿¡Q-Qué!?-bramó el ruso con lágrimas de desesperación.-¡N-No!
-CALLA LA BOCA.-Le ladró al vánara.-¡Tan solo sueltala, confia en mi, yo me encargo!-
Tania dudó unos largos cuatro segundos y, en cuanto aflojó las riendas, la lagarta salió disparada en dirección hacia el ruso, que colgado y maniatado poco podia hacer. En apenas dos segundos, logró aflojar la cuerda que ataba ambas manos. Un poco más y podria haberse soltado estas para lanzar un hechizo a el depredador que se le cernia. Pero, por desgracia para él, no disponia de tal tiempo y ya cuando se disponia a convertirse al cristianismo en el último momento, solo por si las moscas, el ulterano se interpuso entre el animal cargante y él, indefenso. Usando una fuerza herculea que le asustó a fuerzas iguales como le impresionó, hizo un encontronazo con su propio cuerpo contra el del dinosaurio, forcejando con la enorme bestia como dos jugadores de futbol americano lo harian. Pero apenas duró unos segundos que la bestia se mostró lo suficientemente impaciente como para ir a morder a su amo tan solo para llegar a la carne anhelada. El argos, por supuesto, vio el ataque venir tan pronto como la lagarta comenzó a flexionar el cuello y abrir las fauces para una gran dentellada. El watahré solventó aquel problema de un estruendoso puñetazo dirigido hacia la mandibula de la criatura que le hizo retroceder en el cuello y retirarse un par de metros del watahré, más confuso y avergonzado que realmente herido pues incluso con la fuerza del ulterano, aquellas escamas debian de ser bastante gruesas.
-¡No!-le soltó a la lagarta alzando un dedo.-¡Mala!-añadió a la regañina. El animal se fue haciendo más y más pequeño y, con la cresta caida y arrastrandose por el suelo, se retiró hacia el interior de una parodia de caseta de perro gigante que habia en el patio para no volversela a ver por el patio.
El albino se rió con un vozarrón que denotó su buen estado de humor. Mientras, Tania comenzó a acercarsele con una cara que parecia la de una madre a punto de tirarle de las orejas a un niño travieso, lo cual hizo que el ulterano hiciera una finta por escapar, pero la penetrante e increiblemente amenazadora mirada de la nublina se probó demasiado intimidante para él, aun a pesar de ser el doble de tamaño que la nublina.
-¡Toima!-empezó.-¡Quieres dejar de reirte por una vez y desatar al chaval! ¡Creo que has llevado la bromita demasiado lejos!-
Parecia estar echando humo. Hubiera sido bastante cómica la escena entre aquellos dos de no ser porque el vánara sabia que tenia que irse pitando del lugar y habia comenzado a desatarse a toda velocidad. No fue sinó cuando el ulterano captó lo que estaba haciendo con sus ojos siempre atentos que el vánara tuvo que recurrir a medidas más drásticas. Tras haberse liberado las manos conjuró un hechizo de impacto a la desesperada con la intención de mandar volando al argos, pero sin querer, al estar tan cerca afectó a la nublina tambien. Toima se interpuso en el último momento y cubrió el cuerpo de la nublina con el suyo a modo de colchón cuando salieron volando y fueron derribados contra una pared.
Kud terminaba de desatarse y golpeó el sangriento suelo bajo sus pies cuando el ulterano desenvainaba dos cuchillos y se alzaba con la mirada enrabietada. No habia sido tanto el ataque a traición lo que le habia enfurecido, sino que el uso de su imprudente magia habia envuelto a Tania en aquello. A su vez, la nublina no habia sufrido grandes daños gracias a Toima, pero sentia que su tobillo se habia llevado la peor parte al aterrizar. Posiblemente una fractura por el dolor.
Toima esprintó hacia el vánara que se puso de pie y, maltrechamente, fue a coger su bõ apoyado en una pared cercana. Toima lanzó los dos cuchillos con fuerza y el ruso los deflectó ambos, ya acostumbrado a aquel patrón de ataque del watahré. Cuando llegaron a rango de combate cuerpo a cuerpo, el watahré descargó un poderoso puñetazo en el lugar donde el pecho del vánara se habia encontrado segundos antes de subirse a su bõ y columpiarse usandolo como pértiga pasando por encima del watahré. El terrible golpe del ulterano, cargado con la rabia y la ira se estrelló en la pared que habia a continuación y, debido al ruinoso estado en el que se encontraba abrió un poderoso boquete, su brazo pasando a través de esta. Al retirarlo, más ladrillos salieron disparados y la pared acabó colapsandose encima de él, con parte del tejado.
Kud salió por patas justo en el último momento cuando un escombro le rozó la cola. A la caida del tejado le procedió la caida de otras dos paredes. Y entonces una pila de escombros descansaban en el lugar en que habia estado colgado el ruso. Tania ahogó un grito de horror y se puso de pie, cojeando, con la intención de ir a ver si Toima se encontraba bien. El ruso por un momento se dejó envolver por la realidad. Se le acababa de caer un edificio encima, o al menos parte y no parecia estar dando señales de vida. ¿Habria muerto el ulterano?
Poco tuvieron que esperar los dos cuando un cacho de escombro salió disparado enla dirección de Kud que lo esquivó con un salto lateral, con la mala suerte que el escombro se estrelló contra la fachada del cuchitrill haciendose añicos.
De entre la más pequeña de las pilas de escombros se asomaba el ulterano. Tenia un par de heridas serias en brazos, cabeza y piernas, debido a que no llevaba la armadura puesta entonces, pero gracias a sus duros párpados habia podido absover la mayor parte del golpe. Estaba cubierto en polvo. Escupió sangre y se crujió el cuello.
-¡T-Toima! ¿Estás bien?-musitó la nublina, haciendo ademán de cojear hacia él. Sin duda no le parecia que lo estaba, y el watahré era demasiado terco como para admitirlo.-¡Tan solo para ya de una vez! ¡No hay que continuar con esta tonteria! ¡Toima por favor te lo pido, para esto!-
El albino alzó una mano para silenciar a la nublina y, Kud, como oportuno, aprovechó, entre jadeos a comentar su no grata opinion al respecto.
-Si, estoy de acuerdo con ella. Está claro que te estás pasando demasiado y sinceramente vine aquí a pasar un gran rato y me siento tan atacado ahora mismo...-bromeó al recuperar un poco la consciencia.
En verdad no sentia gana alguna por continuar el combate. Estaba seguro que el watahré estaba tan maltrecho como él en aquel momento, y sus últimas reservas mágicas se habian ido con ese hechizo de impacto al final. Sabia que ahora el ulterano queria su pellejo. Habia tenido suerte que solo habia querido gastarle una cruel broma antes, pero ahora lo sentia. Su sexto sentido se lo decia. La ira del albino era palpable.
-No.-respondió secamente, arrastrando los pies hacia el cuchitril.-No...¡No!...¡NO!-fue escalando su voz a medida que su enfado se hacia más y más visible.
-T-Toima...-musitó la nublina anonadada. Jamás le habia visto tan iracundo.
El ruso musitó un "Oh mierda" cuando empezó a cojear en dirección opuesta, internandose en el patio del cuchitril. El watahré le siguió hasta arrinconarle. A escasos metros, las miradas se lanzaban el uno al otro. Sabian que el final se acercaba y sin duda Kud estaba seguro de que no iba a ganar. El ulterano tambien lo sabia y, sin embargo, el vánara se mostró orgulloso manteniendole la mirada al watahré.
-Te... voy... a romper.-le musitó con la ira dictandole cada palabra.
-E-Eh... Bane, si... eh... Uhh-uh... esto no acaba bien para batman...-comentó desolado el vánara, que comenzó a sudar.
-¿Qué?-musitó el ulterano, tan confuso como siempre con lo que decia el ruso, siempre tan aparentemente incoherente.
-P-Plebeyo leete los clásicos de una vez.-le contestó el ruso vacilante, pues ya que estaba pensaba cabrearle de bien.
Toima desconocía que era un plebeyo, pero sabia que el tono de voz que habia usado era para insultarle. Aquello le hizo ponerse más furioso. Mientras el ensangrentado cuerpo y pelo se erizaba de rabia, la presencia del vánara se hacia más y más pequeña.
Mientras que el ulterano sabia lo que tenia que hacer, el ruso comenzó a valorar sus opciones. Decidió que debia apostar a saltar por encima de él, tan arrinconado como se encontraba. El problema era que sus piernas se habian llevado ya bastante paliza y no sabia si quiera si iba a poder saltar por encima del watahré, ya ni hablar de saltar por encima de él tan sobrado que ni siquiera tuviera oportunidad de tocarle, que seria lo ideal.
Con una carrera que se fue acelerando el ulterano se abalanzó sobre Kud y este hizo lo pertiente, con el poco espacio del que podia gozar, cogio la carrerilla, hincó las piernas y batió con estas al suelo hasta salir despedido por el aire una considerable distancia por encima del ulterano. Lo habia logrado. A más de casi tres metros el ulterano no podria tocarle, iba a salir impune de aquello. Tenia aun bastante fuerzas en las piernas y, en el segundo que cogia la altura, se le ocurrió una última payasada que hacer para humillar al watahré, una de la cual le dejaria bastante claro que, si, habia ganado aquel encuentro, pero que él acabaria con la victoria. Con el sonido de la cremallera y la confusa mirada del albino ante sus acciones en mitad del aire, el vánara elipsó en su salto dejando tras de sí un fino reguero dorado de orin en el aire que le aterrizó en el cuerpo y cara al ulterano antes de que si quiera el vánara aterrizara, mientras este se reia todo lo que sus dañados pulmones y caja torácica le permitian, aquejandose de dolores.
El olor y la sensación de la humedez del fresco orín del ruso encima de él dejó paralizado a Toima, todavia lidiando con la realidad de aquella situación. Pero pronto su cuerpo se movió inconscientemente, mientras el ruso aterrizaba a su espalda. Con movimientos propios de una serpiente, el watahré cogió al ruso por la cola y tironeó fuertemente de esta hasta derribarle contra el suelo, cosa que le pilló completamente desprevenida al chaval, que cayó de morros contra el patio del cuchitril. Antes de que pudiera siquiera resistirse o soltarse del agarrre del watahré, este le alzó por la cola por encima de su cabeza y le golpeó en un movimiento de martillo contra el suelo describiendo un semicirculo por encima de su cabeza gracias al peso pluma del vánara. Cuando recibió el duro impacto del suelo, Kud se quedó sin respiracion unos instantes. Pero ahí no acabó la furia del argos. Sentandose a horcajadas de su pequeño cuerpo, aplastandolo de paso con un peso casi cuatro veces superior al del chico. Le prendió de la cola con ambas manos, como quien coge una mazorca de maiz y entonces, dejó que su rabia le guiase, soltando fuertes dentelladas desgarradoras y destrozadoras en la cola del aprendiz. El sonido de huesos, cartilago, carne, piel y pelaje siendo triturado por la mandíbula del ulterano eran solo una pequeña parte del estruendo que surcó por el aire debido a los gritos agónicos del vánara mientras su cola era destrozada a mordiscos.
En un acto reflejo, impulsado por el dolor y la furia, el vánara le soltó un patadón en la barbilla al ulterano que le hizo trastabillar y tambalearse hacia atrás, cayendo de culo contra la misma esquina en la que Kud habia sido encerrado. Todavia aquejandose por el terrible dolor en su cola, el ruso se puso de pie en un salto y se alejó del confuso ulterano a pequeños saltos un par de metros, agarrandose de la cola con una expresión terriblemente dolorida y entre lágrimas contempló su estado. Parte de ella estaba descarnada, se veia el hueso. Parte de la carne en otro lugar estaba colgando completamente estirada del músculo con un aspecto terrorífico y la mayoria de huesos en ella estaban rotos y torcidos en posturas imposibles que le causaban un dolor indescriptible al ruso.
Entre lamentos y lloriqueos le gritó al ulterano con rabia.
-¡Me has mordido la cola!-
El ulterano salió de su confusión entonces, escupiedno restos de pelos de la cola del mono que se le habian quedado en la lengua y se puso de pie, tirando de su jersey con el apestoso trazo del orín del ruso.
-¡Me has meado encima!-replicó, grindandole los dientes.
El ruso poco más podia pensar o decir al respecto, así que, guiado por el dolor y sus emociones, replicó con lo mismo, alzando más la voz y con más caracter.
-¡ME HAS MORDIDO LA JODIDA COLA!-
Toima a su vez, gran oratorio, replicó identicamente.
-¡ME HAS MEADO JODIDAMENTE ENCIMA!-
Aquello fue suficiente charla para el albino cuyas ansias por matar al novato ya no tenian parangón. Corriendo a zancadas, persiguió al vánara afuera del cuchitril, estando este inhabil de sus reflejos y agilidad habituales debido su herida cola, mientras este galopaba cojeando agarrandose la dolorida cola y lanzando miradas aterrorizadas mientras chillaba histéricamente. Cuando la persecución les llevó a la calle, el ulterano recurrió a los escombros. Cogiendo dos del tamaño algo más grande que sus manos, arrojó ambos hacia al vánara que, si los vio venir, ya era demasiado tarde para esquivarlos en su maltrecho estado. Impactandole uno en la espalda y otro en la nuca, el ruso cayó inconsciente contra el pavimento mientras un pequeño charco de sangre se acumulaba en la periferia al abrirse todas las heridas de nuevo más las nuevas.
>> YOU HAVE DIED
Toima soltó una imprecariedad de alegria cuando cayó inconsicente. Pero la felicidad le duró apenas unos instantes cuando se dió cuenta que necesitaba mucho más para hacerle pagar todo lo que le habia hecho sufrir aquel mono cotilla. Arrancó una columna de entre los escombros y, blandiendola con las dos manos se acercó hacia el vánara, arrastrando la pesada columna y, cuando le dió alcance, la alzó por encima de sus hombros con una pérfida sonrisa en su rostro.
-Te dije que te iba a romper...-
Justo cuando se disponia a descargar el primer y, posíblemente letal golpe, algo le hizo detenerse. La sonrisa desapareció por completo, cuando la totalidad de sus ojos se concentraron en un punto en su espalda y sus labios mostraban una amenazadora dentadura entreabierta por frustración.
-¿Qué coño estás haciendo Tania?-musitó, parte enfadado, parte incrédulo.
La nublina estaba a menos de diez metros detrás de él. Se habia acercado cojeando hasta decidir que no iba a llegarle a tiempo. Habia sacado el arco y le estaba apuntando a Toima con una flecha cargada. La mirada de la nublina estaba empañada por unas lágrimas que tuvo que pelear porque no salieran. Poco a poco, su mirada fue ganando confianza, aunque el temblor de su labio inferior y la fragilidad de sus palabras mostraban la honestidad de lo que sentia.
-¡A-Alejate de él Toima! ¡No hagas... que te dispare!
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/03/15, 08:10 pm
Toima y Tania
Notando la fragilidad de esta, pero viendose en una situación comprometida, el watahré no se giró. La mitad de sus ojos estaban posados sobre la nublina y la otra mitad sobre el vánara, incosnciente y hecho un guiñapo ensangrentado a sus pies.
Estaba sin palabras, sin comprender las acciones de la nublina, que le parecian ilógicas e incoherentes con la situación.
-Tania... ¿Qué pretendes?-brotaron de sus entumecidos y ensangrentados labios.-Es el enemigo...-sus musculos se tensaros mientras reafirmaba el peso de la columa en sus brazos. Al tensarse estos, tambien lo hizo el cordatil del arco de la chica.
-No es es el enemigo, Toima. No hay ningún enemigo...-Se mordió el labio con impotencia, sin bajar el arco. La lagarta olió la tensión y el nerviosismo en el aire y se asomó desde su caseta, con la cabeza casi a ras del suelo y la expresión humillada.-Es solo... un crio de la nueva cosecha...-su mirada lentamente se desvió hacia el guiñapo ensangrentado que era Kud, pero pronto volvió a reafirmarse en Toima, con determinación. La nublina esperaba estar haciendo lo correcto, sino, no estaria apuntando a Toima con un arma.
Toima pareció pensarselo un instante, e incluso sus músculos se destensaron un instante. Pero en seguida se reafirmó también en su postura, tercamente.
-Todos son culpables. Es mejor sospechar de todos que dejar que nos vuelvan a herir...-susurró entre dientes y sus músculos se tensaron de nuevo.
-Toima no digas estupideces... Si los demás se enterasen de que-
Toima le cortó ahí.
-[color=redLos demás no están aquí ahora. Y soy yo quien tiene que tomar las decisiones.[/color]-
La mirada de la nublina viajó en un abanico de emociones hasta plantarse en una especie de apatia ante el comentario del watahré. Decidió darle un ultimatum. No seguiria conversando con él mientras la vida del chaval (si es que seguia con vida) estuviera en peligro.
-Toima, último aviso, apartate de él.-
La mayoria de ojos se posaron sobre ella, pero no mostró más debilidad, con el arco tensado. Sin armadura alguna, Toima sabia que aquel tiro iba a darle y heria si intentaba si quiera algo. No tenia muy claro cuan era la resolución de la nublina de parecer intimidante, aun a pesar de saber de su habilidad con el arco, estaba bastante seguro de que no seria un tiro letal.
Examinó el cuerpo del vánara una última vez. Su corazón latia con rapidez y aunque las herias que sufria eran más o menos graves, sabia que perfectamente viviria y aquello le molestaba abiertamente. Queria, si matarle no podia, dejarle marcado de algún modo, para asegurarse de que no volviera al cuchitril a molestarles. Pero sabia que en el momento que intentase algo Tania le atravesaria con una flecha.
Por primera vez, Tania vio que el ulterano hizo algo que nunca antes le habia visto hacer. Toima cerró todos los ojos de la parte posterior de su cuerpo, ocultando a la nublina por completo de su campo de visión. Antes de intentar deducir las intenciones de Toima con aquello, la nublina se horrorizó por lo siguiente que hizo.
Asiendo la columna con ambas manos, desgargó, un tremendo golpe contra las piernas del vánara, que resonaron con el tierno sonido de la carne y hueso quebrandose ante tal golpe. Después de ese golpe vino otro y otro. Inconscientemente, debido a la tensión acumulada y al shock de la escena, la nublina soltó la flecha. El proyectil viajó por el aire a gran velocidad y penetró en la dura carne del watahré a la altura, del hombro abriendose paso por el otro lado del argos con un nauseabundo sonido a carne perforada, mientras le seccionaba la clavícula. El gruñido de dolor del ulterano solo pareció aumentar las fuerzas con las que asió el arma de nuevo y descargó otros dos golpes mucho más duros y secos que los anteriores, antes de arrojar la columna al otro lado de la calle y alejarse trastabilleando agarrandose del dolorido hombro.
Tania vaciló, intentando tragar con lo que acababa de pasar, pero demasiado horrorizada como para poder reaccionar al instante. Vio a Toima adentrarse en el cuchitril como un chacal herido después de una pelea para perderse de vista. Soltó el arco, las manos le temblaban. El terror de sus acciones comenzaba a sacarla de su estado de shock mientras que su consciencia le impelia acercarse a ver que habia sido del chico. Lentamente, arrastrando los pies, pero en una moción acelarada, observó con más horror el resultado del regalo de despedida de Toima. Las piernas del vánara, bastante castigadas por la pelea, estaban completamente reventadas: carne y hueso al descubierto, torcidas en posiciones innaturales y partidas en numerosas direcciones, el triste guiñapo de sangre que era Kudryavka en esos momentos era completamente irreconocible al chaval presuntuoso y temerario que habia llegado a las puertas del cuchitril, unas pocas horas antes.
Entre la duda, la culpabilidad y el temor, la nublina tomó una decisión. Trató de llamar a Nia, pero como no contestaba, silbó a la lagarta para que se acercara y esta lo hizo, todavia bastante humillada. La nublina la ensilló rápidamente y logró, con toda la delicadeza de la que disponia ensilló al herido como un fardo en el lomo de esta. Subiendose a la silla, dedicó una última mirada al cuchitril antes de sacudir las riendas y comenzar a cabalgar hacia la Botica.
Sigue en Botica de la Náyade.
Notando la fragilidad de esta, pero viendose en una situación comprometida, el watahré no se giró. La mitad de sus ojos estaban posados sobre la nublina y la otra mitad sobre el vánara, incosnciente y hecho un guiñapo ensangrentado a sus pies.
Estaba sin palabras, sin comprender las acciones de la nublina, que le parecian ilógicas e incoherentes con la situación.
-Tania... ¿Qué pretendes?-brotaron de sus entumecidos y ensangrentados labios.-Es el enemigo...-sus musculos se tensaros mientras reafirmaba el peso de la columa en sus brazos. Al tensarse estos, tambien lo hizo el cordatil del arco de la chica.
-No es es el enemigo, Toima. No hay ningún enemigo...-Se mordió el labio con impotencia, sin bajar el arco. La lagarta olió la tensión y el nerviosismo en el aire y se asomó desde su caseta, con la cabeza casi a ras del suelo y la expresión humillada.-Es solo... un crio de la nueva cosecha...-su mirada lentamente se desvió hacia el guiñapo ensangrentado que era Kud, pero pronto volvió a reafirmarse en Toima, con determinación. La nublina esperaba estar haciendo lo correcto, sino, no estaria apuntando a Toima con un arma.
Toima pareció pensarselo un instante, e incluso sus músculos se destensaron un instante. Pero en seguida se reafirmó también en su postura, tercamente.
-Todos son culpables. Es mejor sospechar de todos que dejar que nos vuelvan a herir...-susurró entre dientes y sus músculos se tensaron de nuevo.
-Toima no digas estupideces... Si los demás se enterasen de que-
Toima le cortó ahí.
-[color=redLos demás no están aquí ahora. Y soy yo quien tiene que tomar las decisiones.[/color]-
La mirada de la nublina viajó en un abanico de emociones hasta plantarse en una especie de apatia ante el comentario del watahré. Decidió darle un ultimatum. No seguiria conversando con él mientras la vida del chaval (si es que seguia con vida) estuviera en peligro.
-Toima, último aviso, apartate de él.-
La mayoria de ojos se posaron sobre ella, pero no mostró más debilidad, con el arco tensado. Sin armadura alguna, Toima sabia que aquel tiro iba a darle y heria si intentaba si quiera algo. No tenia muy claro cuan era la resolución de la nublina de parecer intimidante, aun a pesar de saber de su habilidad con el arco, estaba bastante seguro de que no seria un tiro letal.
Examinó el cuerpo del vánara una última vez. Su corazón latia con rapidez y aunque las herias que sufria eran más o menos graves, sabia que perfectamente viviria y aquello le molestaba abiertamente. Queria, si matarle no podia, dejarle marcado de algún modo, para asegurarse de que no volviera al cuchitril a molestarles. Pero sabia que en el momento que intentase algo Tania le atravesaria con una flecha.
Por primera vez, Tania vio que el ulterano hizo algo que nunca antes le habia visto hacer. Toima cerró todos los ojos de la parte posterior de su cuerpo, ocultando a la nublina por completo de su campo de visión. Antes de intentar deducir las intenciones de Toima con aquello, la nublina se horrorizó por lo siguiente que hizo.
Asiendo la columna con ambas manos, desgargó, un tremendo golpe contra las piernas del vánara, que resonaron con el tierno sonido de la carne y hueso quebrandose ante tal golpe. Después de ese golpe vino otro y otro. Inconscientemente, debido a la tensión acumulada y al shock de la escena, la nublina soltó la flecha. El proyectil viajó por el aire a gran velocidad y penetró en la dura carne del watahré a la altura, del hombro abriendose paso por el otro lado del argos con un nauseabundo sonido a carne perforada, mientras le seccionaba la clavícula. El gruñido de dolor del ulterano solo pareció aumentar las fuerzas con las que asió el arma de nuevo y descargó otros dos golpes mucho más duros y secos que los anteriores, antes de arrojar la columna al otro lado de la calle y alejarse trastabilleando agarrandose del dolorido hombro.
Tania vaciló, intentando tragar con lo que acababa de pasar, pero demasiado horrorizada como para poder reaccionar al instante. Vio a Toima adentrarse en el cuchitril como un chacal herido después de una pelea para perderse de vista. Soltó el arco, las manos le temblaban. El terror de sus acciones comenzaba a sacarla de su estado de shock mientras que su consciencia le impelia acercarse a ver que habia sido del chico. Lentamente, arrastrando los pies, pero en una moción acelarada, observó con más horror el resultado del regalo de despedida de Toima. Las piernas del vánara, bastante castigadas por la pelea, estaban completamente reventadas: carne y hueso al descubierto, torcidas en posiciones innaturales y partidas en numerosas direcciones, el triste guiñapo de sangre que era Kudryavka en esos momentos era completamente irreconocible al chaval presuntuoso y temerario que habia llegado a las puertas del cuchitril, unas pocas horas antes.
Entre la duda, la culpabilidad y el temor, la nublina tomó una decisión. Trató de llamar a Nia, pero como no contestaba, silbó a la lagarta para que se acercara y esta lo hizo, todavia bastante humillada. La nublina la ensilló rápidamente y logró, con toda la delicadeza de la que disponia ensilló al herido como un fardo en el lomo de esta. Subiendose a la silla, dedicó una última mirada al cuchitril antes de sacudir las riendas y comenzar a cabalgar hacia la Botica.
Sigue en Botica de la Náyade.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
11/03/15, 06:14 am
Giz volvía de la explanada de los portales con una sonrisa de oreja a oreja y la gola abierta solo por precaución. Había abandonado la Tierra con las arcas cargadas de más cosas de las que podría consumir en un año y se moría de ganas de empezar con todo: libros, muestras de adn para experimentar, ropa y, sobre todo, dulces recién horneados. Sin embargo, toda la emoción se tornó en una preocupación repentina al girarse y topar con la calle del cuchitril. La gola le avisaba de varios hechizos curativos realizados en las cercanías, lo cual era muy frecuente en toda la ciudad, pero no dejaba de alertarle en aquella zona. Sus pensamientos fueron rapidamente en dirección a Tania y Toima.
El goliat siguió con cautela el rastro y se percató de la sangre que teñía los adoquines casi tanto como de los edificios derruídos en la calle. <<¿Qué narices?>>. Sacó un bastoncillo y un par de cápsulas de cristal de una de sus bolsas sin fondo y guardó varias muestras de sangre lo más rápido que pudo, debía de haber pasado un rato desde que quien fuera se hubiese herido, por el estado de aquel charquillo. Acto seguido corrió hacia la vieja posada y abrió la puerta con poco cuidado.
—¿Tania? ¿Toima? —les llamó a gritos nada más entrar. La preocupación se apoderó aún más de él al comprobar que había sangre en el suelo, a pesar de que el propio Giz se pedía calma a sí mismo. <<Son Toima y Tania, no puede haberles pasado nada>>. Sin embargo, el recuerdo de Yloh no le había abandonado del todo y el miedo le picaba en la sensatez.— ¿Estáis aquí?
—volvió a preguntar.
Por suerte, la información que le llegaba con la gola era suficiente para descartar que hubiesen forzado la entrada mediante magia y aquello le permitió no alarmarse del todo. Los únicos hechizos que se habían realizado eran o bien de nivel bajo o bien curativos y ninguno de ellos podría haber sido conjurado por sus amigos. El goliat trabajaba con toda esa información al tiempo que oteaba la planta baja para asegurarse de que no habría nadie clavado en la pared, a pesar de que la lógica le aseguraba que no era el caso.
El goliat siguió con cautela el rastro y se percató de la sangre que teñía los adoquines casi tanto como de los edificios derruídos en la calle. <<¿Qué narices?>>. Sacó un bastoncillo y un par de cápsulas de cristal de una de sus bolsas sin fondo y guardó varias muestras de sangre lo más rápido que pudo, debía de haber pasado un rato desde que quien fuera se hubiese herido, por el estado de aquel charquillo. Acto seguido corrió hacia la vieja posada y abrió la puerta con poco cuidado.
—¿Tania? ¿Toima? —les llamó a gritos nada más entrar. La preocupación se apoderó aún más de él al comprobar que había sangre en el suelo, a pesar de que el propio Giz se pedía calma a sí mismo. <<Son Toima y Tania, no puede haberles pasado nada>>. Sin embargo, el recuerdo de Yloh no le había abandonado del todo y el miedo le picaba en la sensatez.— ¿Estáis aquí?
—volvió a preguntar.
Por suerte, la información que le llegaba con la gola era suficiente para descartar que hubiesen forzado la entrada mediante magia y aquello le permitió no alarmarse del todo. Los únicos hechizos que se habían realizado eran o bien de nivel bajo o bien curativos y ninguno de ellos podría haber sido conjurado por sus amigos. El goliat trabajaba con toda esa información al tiempo que oteaba la planta baja para asegurarse de que no habría nadie clavado en la pared, a pesar de que la lógica le aseguraba que no era el caso.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
16/03/15, 10:40 am
Toima
El ulterano se había retirado hacia el interior del cucjitril, tambaleandose herido, pero demasiado terco como para estarse quieto a esperar. Tenia una idea básica de como tratar sus heridas. Para cuando Giz llego, se habia arrancado la flecha y habia termonado de coserse las heridas abiertas con algo de tosquedad característica del albino. Bebia de una cerveza mientras empezaba a vendarse la piel llena de moratones y otras heridas más leves, dejando escapar algún que otro gruñido que parecia más de molestia que de dolor.
El ulterano se había retirado hacia el interior del cucjitril, tambaleandose herido, pero demasiado terco como para estarse quieto a esperar. Tenia una idea básica de como tratar sus heridas. Para cuando Giz llego, se habia arrancado la flecha y habia termonado de coserse las heridas abiertas con algo de tosquedad característica del albino. Bebia de una cerveza mientras empezaba a vendarse la piel llena de moratones y otras heridas más leves, dejando escapar algún que otro gruñido que parecia más de molestia que de dolor.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
17/03/15, 12:32 am
Los gruñidos de lo que Giz conoció como Toima bastaron para que el goliat se librara de comprobar el mal estado del patio, de momento. El asreniano avanzó en su dirección y se encontró enseguida a la mole de ojos malherida. Tenía el aspecto un poco feo, pero no era ni mucho menos la vez que escapaba en peor estado. Por cómo gruñía, el goliat supo que no había pasado nada demasiado grave y logró destensarse.
—¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde está Tania? —preguntó con su seriedad habitual. Antes de que diera tiempo a que Toima respondiera, añadió—. Voy a curarte, no te quejes.
Si Toima accedía, o se resignaba, el goliat comenzaría por borrar los moratones.
—¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde está Tania? —preguntó con su seriedad habitual. Antes de que diera tiempo a que Toima respondiera, añadió—. Voy a curarte, no te quejes.
Si Toima accedía, o se resignaba, el goliat comenzaría por borrar los moratones.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
18/03/15, 06:17 pm
Toima
La expresión del ulterano se fue agriando a medida de que Giz se acercaba a la cocina. Desearia que nadie le hablase aquel día, pues tampoco tenia intención alguna de hacerlo y sabia que le caeria una buena, pero tercamene, sus labios estaban sellados al respecto. Lo primero que hizo Giz fue preguntar por Tania e ir a curarle. El watahré tan solo retrocedió mostrando la dentadura amenazadoramente en un vano intento por alejar al goliat de sus heridas, pero poco podia hacer en aquella cocina y tan cansado como estaba, asi que se retorcia y alejaba de la magia curativa como si le estuviesen marcando con un hierro, pero sin decir una sola palabra.
La expresión del ulterano se fue agriando a medida de que Giz se acercaba a la cocina. Desearia que nadie le hablase aquel día, pues tampoco tenia intención alguna de hacerlo y sabia que le caeria una buena, pero tercamene, sus labios estaban sellados al respecto. Lo primero que hizo Giz fue preguntar por Tania e ir a curarle. El watahré tan solo retrocedió mostrando la dentadura amenazadoramente en un vano intento por alejar al goliat de sus heridas, pero poco podia hacer en aquella cocina y tan cansado como estaba, asi que se retorcia y alejaba de la magia curativa como si le estuviesen marcando con un hierro, pero sin decir una sola palabra.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
18/03/15, 06:40 pm
Cada vez que Toima reculaba, el asreniano se veía obligado a interumpir el salmo curativo y estaba empezando a cansarse de aquel comportamiento. Esperaba que el ulterano no quisiera cooperar, pero no que quisiera tan poco. Giz respondió a los dientes del ulterano enseñandole los suyos y abriendo la gola momentáneamente para sisearle de vuelta.
—Yo también sé hacer eso. Y ahora estate quieto o te paralizo, por Nasandra —el goliat no estaba para dar rodeos, quería asegurar su teoría de que no había pasado nada grave—. ¿Quieres decirme qué ha pasado y qué ha sido de Tania o me vas a obligar a buscarla por mi cuenta?
El goliat comenzó por enésima vez el hechizo curativo, algo harto y con poca esperanza de que Toima acabase por contarle nada. Por suerte, en caso de que el argos se pusiera violento, Giz tenía protecciones físicas.
—Yo también sé hacer eso. Y ahora estate quieto o te paralizo, por Nasandra —el goliat no estaba para dar rodeos, quería asegurar su teoría de que no había pasado nada grave—. ¿Quieres decirme qué ha pasado y qué ha sido de Tania o me vas a obligar a buscarla por mi cuenta?
El goliat comenzó por enésima vez el hechizo curativo, algo harto y con poca esperanza de que Toima acabase por contarle nada. Por suerte, en caso de que el argos se pusiera violento, Giz tenía protecciones físicas.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
18/03/15, 06:56 pm
Toima
El ulterano se limitó a chasquear con la lengua y a alejarle la cara mientras, ya acorralado, poco podia hacer por escaquearse a un lado u otro. Mientras miraba a una pared y el asreniano le seguia curando, este le preguntó de nuevo por Tania y el ulterano se hundió de hombros agresivamente con una mirada cansada y, alcanzando su cerveza, dió otro trago más.
El ulterano se limitó a chasquear con la lengua y a alejarle la cara mientras, ya acorralado, poco podia hacer por escaquearse a un lado u otro. Mientras miraba a una pared y el asreniano le seguia curando, este le preguntó de nuevo por Tania y el ulterano se hundió de hombros agresivamente con una mirada cansada y, alcanzando su cerveza, dió otro trago más.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.