El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 04:57 am
Vac no tardó en irrumpir en la vieja posada, justo cuando los del piso superior volvían a bajar. No tenía ganas de mirarle a la cara. No quería que siguiera llegando gente. Le costó sobreponerse a todos los sentimientos contradictorios y pensar más fríamente, pero escuchó sin interrumpir a sus compañeros, solo hablando cuando ellos hubieran acabado de hacerlo. La información de Vac, extrañamente, lo dejó como estaba. Solo le interesó saber que su grupo todavía tenía a dos más, lo que aún les ponía más en desventaja. En aquel momento era incapaz de apreciar el valor que tenían los nombres de aquellos individuos. Por eso a Vac no le respondió, pero a Nia sí.
—Todo eso ya lo sé… ya lo sabemos. Se habla de venganza, es evidente… es… si a cada instante no me estuviera imaginando cómo los matamos no podría ni respirar ahora mismo. Pero sabemos nuestras limitaciones.
Su voz estaba ligeramente enronquecida, crispada. Sin pretender ser desagradable, incluso había olvidado dar las gracias por el ofrecimiento a la náyade. Su mente, entre recreaciones de posibles venganzas, trataba de buscar un plan agitadamente, algo a lo que aferrarse, una forma de no acabar mal eligiesen lo que eligiesen. Cuando acabó de hablar Noel, también aportó su punto de vista.
—No solo es centrarse en protegernos, también tenemos que hacernos más fuertes, y más rápido que hasta ahora. Cuando estemos a su altura sabremos qué hacer. Y tendremos la cabeza fría.
«No se puede hacer nada más. Proteger a Wen y esperar… y esperar… y pensar cuidadosamente en ello». Era consciente de que el miedo a las consecuencias era el que más le hacía recular ante la idea de buscar venganza, pero al igual que los demás se moría de ganas de retorcerle el gaznate a aquellos desgraciados sin importar cómo, y sabía que aquella necesidad acuciante tardaría aún un poco en atenuarse. Hasta que eso pasase, creía que no podría sopesar apropiadamente los pros y los contras de buscar vendetta.
—Deberíamos empezar a organizar... —señaló vagamente a Yloh con la cabeza— la ceremonia. —«Agradecería salir de entre estas paredes durante un buen rato».
—Todo eso ya lo sé… ya lo sabemos. Se habla de venganza, es evidente… es… si a cada instante no me estuviera imaginando cómo los matamos no podría ni respirar ahora mismo. Pero sabemos nuestras limitaciones.
Su voz estaba ligeramente enronquecida, crispada. Sin pretender ser desagradable, incluso había olvidado dar las gracias por el ofrecimiento a la náyade. Su mente, entre recreaciones de posibles venganzas, trataba de buscar un plan agitadamente, algo a lo que aferrarse, una forma de no acabar mal eligiesen lo que eligiesen. Cuando acabó de hablar Noel, también aportó su punto de vista.
—No solo es centrarse en protegernos, también tenemos que hacernos más fuertes, y más rápido que hasta ahora. Cuando estemos a su altura sabremos qué hacer. Y tendremos la cabeza fría.
«No se puede hacer nada más. Proteger a Wen y esperar… y esperar… y pensar cuidadosamente en ello». Era consciente de que el miedo a las consecuencias era el que más le hacía recular ante la idea de buscar venganza, pero al igual que los demás se moría de ganas de retorcerle el gaznate a aquellos desgraciados sin importar cómo, y sabía que aquella necesidad acuciante tardaría aún un poco en atenuarse. Hasta que eso pasase, creía que no podría sopesar apropiadamente los pros y los contras de buscar vendetta.
—Deberíamos empezar a organizar... —señaló vagamente a Yloh con la cabeza— la ceremonia. —«Agradecería salir de entre estas paredes durante un buen rato».
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 11:57 am
Tras volver de la biblioteca decidí irme a practicar con mi nuevo libro algún que otro truco que encontré interesante. El mejor sitio para hacerlo es, como ya es habitual, el desierto. El trabajar mi parte de espectro me es mucho mas costosa tanto física como mentalmente.
El control del tiempo se me sigue haciendo extraño y el intentar controlar su flujo ahora no lo hace mucho mas sencillo. No se muy bien cuanto tiempo ha pasado exactamente desde que comencé con las prácticas. La mañana me ha pasado demasiado lenta a mi parecer dado que al acelerar mi propio cuerpo los segundo parecen pasar como minutos. "Aun no puedo regular la intensidad de la influencia del paso del tiempo en mi propio cuerpo, mucho menos la de cuerpos externos, pero con tesón y practica todo puede conseguirse. A fin de cuentas....Tengo todo el tiempo del mundo ¿No?" Pienso mientras voy caminando por los caminos de las montañas.
Al llegar a Serpentaria Tsusu me cuenta una noticia sobre los chicos. Algo habia ocuriido, no ha sabido muy bien qué pero parecía algo preocupado. Tras preguntarle un poco mas por el contenido del mensaje saco de mi bolsa un enorme búho y tras montarme en él salgo volando hacia el cuchitril.
A los pocos minutos vislumbro la calle del cuchitril por lo que desciendo al nivel del suelo. Tras llegar a la puerta salto de mi montura haciendo que esta sobrevuele la zona y se pose en el tejado de enfrente haciendo crujir las tejas del tejado al dejar caer su peso.
Sin esperar invitación abro la puerta como es habitual y mi nerviosismo se enciende exponencialmente al ver tanto al nutrido grupo como el estado del cuchitril por lo que hablando algo acelerado comienzo a hablar a los presentes. -Dios...¿Que ha ocurrido aquí? ¿Estáis todos bi..?- Mis preguntas se interrumpen al ver el cuerpo de Yloh por lo que poniéndome una mano tapándome la boca miro a los presentes con aire nervioso. -No puede ser...-
Mi mirada se posa en todas los presentes esperando que alguien me lo explique pero al ver a Noel abrazando a la voivre respiro profundamente y me acerco a ellos sintiéndome culpable por no haber estado tampoco hoy para poder ayudar a mis amigos.
Mirando al suelo me acerco a Wedn y con un hilo de voz solemne le hablo a la pareja. -Siento muchísimo la perdida de Yloh. ¿Quien ha sido? Tsusu me ha dicho que queríais hablar conmigo pero jamas me hubiese imaginado esto- Hago una pausa y le coloco la mano en el hombro a la británica. -Siento muchísimo no haber estado a vuestro lado... Podéis créeme que no pasara mucho mas.-
El control del tiempo se me sigue haciendo extraño y el intentar controlar su flujo ahora no lo hace mucho mas sencillo. No se muy bien cuanto tiempo ha pasado exactamente desde que comencé con las prácticas. La mañana me ha pasado demasiado lenta a mi parecer dado que al acelerar mi propio cuerpo los segundo parecen pasar como minutos. "Aun no puedo regular la intensidad de la influencia del paso del tiempo en mi propio cuerpo, mucho menos la de cuerpos externos, pero con tesón y practica todo puede conseguirse. A fin de cuentas....Tengo todo el tiempo del mundo ¿No?" Pienso mientras voy caminando por los caminos de las montañas.
Al llegar a Serpentaria Tsusu me cuenta una noticia sobre los chicos. Algo habia ocuriido, no ha sabido muy bien qué pero parecía algo preocupado. Tras preguntarle un poco mas por el contenido del mensaje saco de mi bolsa un enorme búho y tras montarme en él salgo volando hacia el cuchitril.
A los pocos minutos vislumbro la calle del cuchitril por lo que desciendo al nivel del suelo. Tras llegar a la puerta salto de mi montura haciendo que esta sobrevuele la zona y se pose en el tejado de enfrente haciendo crujir las tejas del tejado al dejar caer su peso.
Sin esperar invitación abro la puerta como es habitual y mi nerviosismo se enciende exponencialmente al ver tanto al nutrido grupo como el estado del cuchitril por lo que hablando algo acelerado comienzo a hablar a los presentes. -Dios...¿Que ha ocurrido aquí? ¿Estáis todos bi..?- Mis preguntas se interrumpen al ver el cuerpo de Yloh por lo que poniéndome una mano tapándome la boca miro a los presentes con aire nervioso. -No puede ser...-
Mi mirada se posa en todas los presentes esperando que alguien me lo explique pero al ver a Noel abrazando a la voivre respiro profundamente y me acerco a ellos sintiéndome culpable por no haber estado tampoco hoy para poder ayudar a mis amigos.
Mirando al suelo me acerco a Wedn y con un hilo de voz solemne le hablo a la pareja. -Siento muchísimo la perdida de Yloh. ¿Quien ha sido? Tsusu me ha dicho que queríais hablar conmigo pero jamas me hubiese imaginado esto- Hago una pausa y le coloco la mano en el hombro a la británica. -Siento muchísimo no haber estado a vuestro lado... Podéis créeme que no pasara mucho mas.-
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 12:56 pm
¿De qué hablas, Nia? No es nuestro objetivo atraparlos o protegernos… Debemos acabar con ellos o no nos dejarán en paz. Por supuesto que no hay que precipitarse, eso lo sabemos todos, pero no nos podemos quedar quietos. Hay que actuar. Respira hondo, Adara. Tranquilízate.
—Tenemos que seguir tirando del hilo que nos ha mostrado Vac. La información es nuestra mayor fuente de poder. Tenemos que ser más agresivos. —Tal vez diga esto de forma muy fría, pero es así como debo—. Nuestro eslabón más débil ha sido destruido, así que ahora somos menos vulnerables. El resto sabemos protegernos y estamos a punto de encontrar una forma de poder comunicarnos en todo momento con las debidas protecciones para que no nos intercepten. Necesitamos conocer todo sobre ellos, sobre todo cuándo se quedan solos. Un buen plan es nuestra mejor arma, capaz de compensar la diferencia en número y poder. —Dirijo mis últimas palabras con la mirada fija en Nia—. Tenemos que matarlos o no cejarán en su empeño… y con el tiempo lo lograrían, seguro. Tened en cuenta que nadie está a salvo, incluso los que no viven aquí… Ya han demostrado que harán lo que sea para quitarnos de su camino.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 02:25 pm
Fueron llegando más y más cuchitrileros mientras me subía al tejado para, por un lado, "vigilar; por otro, alejarme de la situación un poco más. Era su casa, después de todo, la que había sido mancillada de tal brutal manera...
Y ahí estuve hasta que llegó Vac, quien llegaba con información. Le di la razón mentalmente a sus palabras pero entonces habló Nia <<¿Que qué? ¿Atraparlos? Oh, no, cazarlos. Y dale con lo de protegernos... Mirad de qué sirvieron las protecciones que pusisteis, de nada. Han respetado los dormitorios y matado a Yloh, ¿protegeros? Pfff>> Adara fue la que dijo lo que yo habría dicho, aunque a Noel no le faltaba razón en lo de no precipitarse.
¿Diría yo algo? No creo, ya está todo dicho. Y tampoco es buen momento para bromear con cortarle las alitas a Verkan y regalárselas a Gael... <<Para colmo, otro entierro... Lo de Elliot no estaba lo suficientemente reciente, no...>> Pero... no pude callarme.
-Adara tiene razón, todos tenéis algo de razón. Si fuésemos cuatro gatos, entendería lo de protegerse y defenderse. Pero somos bastantes, podemos dividirnos y ser más eficientes. Y a la hora de defenderse o atacar, hacerlo juntos. Si logramos comunicarnos con vuestras runas, podemos buscar información mientras otros se encargan de la parte mágica de protección. Pero si seguís insistiendo en atrincheraros en casa, aparentemente bien protegidos, contrataré un nigromante para que Yloh os quite la idea de la cabeza. Acción y movimiento no implican luchar, sino ponerse las pilas en vez de esperarles.-dije, sabedor de que lo último traería consecuencias, pero me crucé de brazos y, tras salir de nuevo, me apoyé en la fachada.
<<Pero manda narices, después de la discusión tras el ataque, se ve que tanta protección es en vano y siguen insistiendo... Faltó decir que como sigan adelante de forma tan pasiva, yo pasaré>> Quizá al hablar y pensar así estaba olvidando que no me había enfrentado a los causantes de todo esto... ¿Quizá? Sin duda.
Y ahí estuve hasta que llegó Vac, quien llegaba con información. Le di la razón mentalmente a sus palabras pero entonces habló Nia <<¿Que qué? ¿Atraparlos? Oh, no, cazarlos. Y dale con lo de protegernos... Mirad de qué sirvieron las protecciones que pusisteis, de nada. Han respetado los dormitorios y matado a Yloh, ¿protegeros? Pfff>> Adara fue la que dijo lo que yo habría dicho, aunque a Noel no le faltaba razón en lo de no precipitarse.
¿Diría yo algo? No creo, ya está todo dicho. Y tampoco es buen momento para bromear con cortarle las alitas a Verkan y regalárselas a Gael... <<Para colmo, otro entierro... Lo de Elliot no estaba lo suficientemente reciente, no...>> Pero... no pude callarme.
-Adara tiene razón, todos tenéis algo de razón. Si fuésemos cuatro gatos, entendería lo de protegerse y defenderse. Pero somos bastantes, podemos dividirnos y ser más eficientes. Y a la hora de defenderse o atacar, hacerlo juntos. Si logramos comunicarnos con vuestras runas, podemos buscar información mientras otros se encargan de la parte mágica de protección. Pero si seguís insistiendo en atrincheraros en casa, aparentemente bien protegidos, contrataré un nigromante para que Yloh os quite la idea de la cabeza. Acción y movimiento no implican luchar, sino ponerse las pilas en vez de esperarles.-dije, sabedor de que lo último traería consecuencias, pero me crucé de brazos y, tras salir de nuevo, me apoyé en la fachada.
<<Pero manda narices, después de la discusión tras el ataque, se ve que tanta protección es en vano y siguen insistiendo... Faltó decir que como sigan adelante de forma tan pasiva, yo pasaré>> Quizá al hablar y pensar así estaba olvidando que no me había enfrentado a los causantes de todo esto... ¿Quizá? Sin duda.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 09:46 pm
—Eso ya lo sé... —respondió sin alzar mucho la voz a la intervención de Gael tras él.
Hacerse más fuerte más rápido. No era un pensamiento precisamente desconocido para el draco. Era algo que llevaba intentando conseguir desde hacía mucho tiempo y nunca le parecía suficiente. Siempre sentía que iba por detrás, que nunca era suficiente y siempre temía resultar una carga para el resto al no sentir que aportase nada realmente al grupo. Evitaba pensar demasiado en ello últimamente y la mejor forma era mantenerse ocupado en algo como había hecho los últimos días, dedicando casi todo su tiempo libre a diseñar con Adara o por su cuenta los aparatos con runas comunicadoras.
Noel atendió a la declaración de intenciones implícita en las palabras del asreniano, en lo que había dicho el fuego fatuo, en el planteamiento sin rodeos de Adara... En realidad no le decían nada nuevo. Lo comedido de sus palabras, dentro de lo que cabe, no había sido más que una forma de limitarse a sí mismo en aquel momento en el que sabía que si se dejaba arrastrar volvería a repetirse la misma historia. La misma historia que cuando mataron a Valenz. La misma historia que cuando discutió con Giz. Sabía que se descontrolaba, que se dejaba llevar por la rabia que era capaz de sacar lo peor de sí mismo y ello le llevaba a acciones de las que más tarde se arrepentía. Y no se podía permitir cometer errores en aquel asunto, no cuando la vida de Wen estaba constantemente en la línea, no cuando todas las personas a las que quería peligraban.
Y por ello, paradójicamente, no se pudo contener tras la intervención del vampiro, harto de mantenerse en silencio mientras malinterpretaban las intenciones tras sus propias palabras. Habló tajante, con una expresión que denotaba el hastío que sentía en aquel instante, pero con bastante más serenidad con la que lo habría hecho minutos antes.
—¿Quién diablos ha dicho que vayamos a atrincherarnos en casa? ¿Podemos dejar de meternos de cabeza en otra discursión absurda por hablar más de la cuenta cuando no toca? Centrémonos ahora en despedir a Yloh, tal como ya dijo Gael, y en enfriar las ideas antes de continuar considerando opciones cuando es evidente que ninguno va a razonar adecuadamente. Creía que Giz y yo habíamos sido un buen ejemplo de lo que no se debe hacer —finalizó con un mudo suspiro.
La llegada de Matt interrumpió durante un tiempo las posibles réplicas y el sueco observó en silencio la reacción del brujo, el cual sabía que aún no estaba al tanto de nada.
—Ha sido una banda de cazarrecompensas a los que ya nos hemos enfrentado en dos ocasiones. La primera durante un trabajo y la segunda vez... —lanzó una rápida mirada a la vouivre y apretó ligeramente el brazo con el que la estaba agarrando antes de continuar—. Consiguieron enterarse de cuál es la transformación de Wen, posiblemente porque cuentan con un goliat, y hace unos días la atacaron. En ambas ocasiones se retiraron sin completar su objetivo. Pero no ha sido el caso de esta mañana —finalizó su escueta explicación de forma aún menos detallada y dirigiendo una significativa mirada al cadáver del nublino. No hacía falta decir más.
Hacerse más fuerte más rápido. No era un pensamiento precisamente desconocido para el draco. Era algo que llevaba intentando conseguir desde hacía mucho tiempo y nunca le parecía suficiente. Siempre sentía que iba por detrás, que nunca era suficiente y siempre temía resultar una carga para el resto al no sentir que aportase nada realmente al grupo. Evitaba pensar demasiado en ello últimamente y la mejor forma era mantenerse ocupado en algo como había hecho los últimos días, dedicando casi todo su tiempo libre a diseñar con Adara o por su cuenta los aparatos con runas comunicadoras.
Noel atendió a la declaración de intenciones implícita en las palabras del asreniano, en lo que había dicho el fuego fatuo, en el planteamiento sin rodeos de Adara... En realidad no le decían nada nuevo. Lo comedido de sus palabras, dentro de lo que cabe, no había sido más que una forma de limitarse a sí mismo en aquel momento en el que sabía que si se dejaba arrastrar volvería a repetirse la misma historia. La misma historia que cuando mataron a Valenz. La misma historia que cuando discutió con Giz. Sabía que se descontrolaba, que se dejaba llevar por la rabia que era capaz de sacar lo peor de sí mismo y ello le llevaba a acciones de las que más tarde se arrepentía. Y no se podía permitir cometer errores en aquel asunto, no cuando la vida de Wen estaba constantemente en la línea, no cuando todas las personas a las que quería peligraban.
Y por ello, paradójicamente, no se pudo contener tras la intervención del vampiro, harto de mantenerse en silencio mientras malinterpretaban las intenciones tras sus propias palabras. Habló tajante, con una expresión que denotaba el hastío que sentía en aquel instante, pero con bastante más serenidad con la que lo habría hecho minutos antes.
—¿Quién diablos ha dicho que vayamos a atrincherarnos en casa? ¿Podemos dejar de meternos de cabeza en otra discursión absurda por hablar más de la cuenta cuando no toca? Centrémonos ahora en despedir a Yloh, tal como ya dijo Gael, y en enfriar las ideas antes de continuar considerando opciones cuando es evidente que ninguno va a razonar adecuadamente. Creía que Giz y yo habíamos sido un buen ejemplo de lo que no se debe hacer —finalizó con un mudo suspiro.
La llegada de Matt interrumpió durante un tiempo las posibles réplicas y el sueco observó en silencio la reacción del brujo, el cual sabía que aún no estaba al tanto de nada.
—Ha sido una banda de cazarrecompensas a los que ya nos hemos enfrentado en dos ocasiones. La primera durante un trabajo y la segunda vez... —lanzó una rápida mirada a la vouivre y apretó ligeramente el brazo con el que la estaba agarrando antes de continuar—. Consiguieron enterarse de cuál es la transformación de Wen, posiblemente porque cuentan con un goliat, y hace unos días la atacaron. En ambas ocasiones se retiraron sin completar su objetivo. Pero no ha sido el caso de esta mañana —finalizó su escueta explicación de forma aún menos detallada y dirigiendo una significativa mirada al cadáver del nublino. No hacía falta decir más.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/09/13, 10:39 pm
Las palabras del draco me sientan como si me enterrasen bajo mil toneladas de arena mojada. No solo no había estado para ayudar a mis amigos. No había estado para proteger a mi propia familia. Mire a Wedn con preocupación pasando mi mirada por ella para ver si encuentro algún signo de daño en ella refrenando mis ganas de abalanzarme sobre ella para toquetearla y comprobar que estaba bien.
-¿Estas bien Wen? ¿Te han hecho daño? Juro por lo que mas quiero en este mundo que si te han hecho daño no pararé hasta enterrarlo ha todos bajo el desierto. ¡Llenaré cada calle de arena hasta encontrarles y asfixiarlos llenando sus pulmones hasta hacerlos reventar desde dentro!- El cabreo exponencial que se apodera de mi llega al punto culmen al hacer incluso que de mi bolsa salga un torrente de arena que al tocar suelo forma la estructura de un niño pequeño armado con dos sables finos curvados.
Al ver como mi arena ha salido casi sin pensarlo miro a Wedn con una cara de asombro y señalo a mi niño guerrero. -Para que veas que no soy el único que piensa esto. Mi arena piensa lo mismo que yo.- Digo intentando suavizar mi cabreo mientras me rasco el brazo. -¿Y ahora que?¿Qué tenéis pensado hacer al respecto?-
-¿Estas bien Wen? ¿Te han hecho daño? Juro por lo que mas quiero en este mundo que si te han hecho daño no pararé hasta enterrarlo ha todos bajo el desierto. ¡Llenaré cada calle de arena hasta encontrarles y asfixiarlos llenando sus pulmones hasta hacerlos reventar desde dentro!- El cabreo exponencial que se apodera de mi llega al punto culmen al hacer incluso que de mi bolsa salga un torrente de arena que al tocar suelo forma la estructura de un niño pequeño armado con dos sables finos curvados.
Al ver como mi arena ha salido casi sin pensarlo miro a Wedn con una cara de asombro y señalo a mi niño guerrero. -Para que veas que no soy el único que piensa esto. Mi arena piensa lo mismo que yo.- Digo intentando suavizar mi cabreo mientras me rasco el brazo. -¿Y ahora que?¿Qué tenéis pensado hacer al respecto?-
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/09/13, 08:54 pm
Las caricias de Noel tranquilizaron a la vouivre por lo que ella se las devolvió en su espalda. No sabía cómo podía haber pasado tanto tiempo sin el draco y lo que este le aportaba.
- Gracias.- susurró suavemente aun abrazada a él.- No puedo evitar estar enfadada, frustrada y asustada cuando están amenazadas las personas a las que quiero.
No tardaron mucho en bajar y en el salón encontraron a Vac, que había llegado en aquel momento con información. La vouivre evitó mirar el cadáver de Yloh en todo momento y se centró en escuchar lo que sus amigos decían. Todos opinaban, como días anteriores, sobre a acción que deberían llevar a cabo con los mercenarios. Wen no quiso intervenir, para ella todo era bastante obvio y, realmente, lo único que quería era terminar cuanto antes con todo y olvidar. Cuando Noel comenzó a hablar un tanto sulfurado, la vouivre comenzó a acariciarle la espalda como había hecho en su habitación, en un intento de tranquilizarlo.
De repente, Matt apareció por la puerta, enterándose al momento de todo lo ocurrido. La vouivre apretó la mano que este había posado sobre su hombro, agradeciéndole con ese gesto su preocupación, pero en seguida el brujo se enteró de la gravedad de la situación y se alarmó.
- Tranquilo, Matt, estoy bien.- intentó tranquilizarlo.- No es de mi de quien tienes que preocuparte. Y no es que no agradezca que quieras ayudarme, como a todos, pero… yo preferiría que todos… - se calló durante unos segundos. Había dicho eso tantas veces y tantas otras Noel la había consolado que no vio necesidad en concretar lo que iba a decir, todos lo sabían.- Si, ya sé lo que me vais a decir, pero no puedo evitarlo. Queráis o no. No puedo evitarlo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/09/13, 09:13 pm
Hice caso omiso a las palabras de Noel ya que me parecían eso, palabras. Decidí centrarme en lo de Yloh, más aún cuando Wen dijo (o al menos empezó a decir) lo que estaba harto de oír.
-Che, ya, basta, fuera rollos, démosle una digna despedida a Yloh y acabemos con esto.-mascullé un tanto cansado.-Qué mejor forma de despedir a alguien que con semejante astro en el cielo, ¿eh? Arreando.
Y por fin, nos alejamos del destartalado -una vez más, qué manía- Cuchitril, con Toima portando al muchacho,en dirección a los Acantilados. Eso sí, antes pasaríamos por la Sede para avisar a Nasher.
-Che, ya, basta, fuera rollos, démosle una digna despedida a Yloh y acabemos con esto.-mascullé un tanto cansado.-Qué mejor forma de despedir a alguien que con semejante astro en el cielo, ¿eh? Arreando.
Y por fin, nos alejamos del destartalado -una vez más, qué manía- Cuchitril, con Toima portando al muchacho,en dirección a los Acantilados. Eso sí, antes pasaríamos por la Sede para avisar a Nasher.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/09/13, 10:51 pm
Había mucho que hacer. Demasiado. Sin dejar de lado las investigaciones mágicas que estaban llevando a cabo tenían que encargarse de reparar la planta baja hasta volverla de nuevo un lugar habitable. Durmió poco en los días siguientes. Cuando terminaba los deberes oficiales todavía quería continuar la lectura del grimorio hasta tarde cada noche. El libro solamente era un compendio de hechizos con sus posibles variantes, pero no traía indicaciones ni consejos, así que empezó a prever que aquello iba a superar con creces la complicación de lo que había aprendido hasta el momento.
La habitación de Yloh permaneció todos esos días tal cual había quedado. Nadie parecía querer sugerir qué hacer con ella o con sus cosas, pero también era cierto que no había tiempo para pararse con nada que no tuviese prioridad. A ese ritmo y en poco tiempo consiguieron al menos adecentar el salón y tener cada uno un comunicador, mientras Giz y Gael progresaban en su tarea. Era frustrante no poder avanzar más rápido por requerirlo la situación, pero hacían cuanto estaba en su mano. Lo mismo podía decirse de los que recolectaban información.
Después de ese tiempo, Gael ya se había acostumbrado a la ausencia del silencioso nublino, pero seguía sin haber día en que no dirigiese una mirada al lugar donde había estado colgado, sintiéndose cada vez de un modo diferente al hacerlo. Una tarde, poco después de que Noel volviese a su nuevo trabajo provisional, se encontraba trabajando con Giz, rodeados de pergaminos esparcidos por la barra del cuchitril. De alguna manera habían vuelto una rutina más o menos tranquila, pero el ambiente seguía visiblemente tenso.
La tranquilidad de aquella tarde se rompió con un aviso por parte de Noel mediante los nuevos comunicadores. No pudo explicar mucho, pero se reunieron esa noche, también con Circe, y se enteraron de todos los detalles. Una mezcla de emoción y miedo lo puso de los nervios, pero estaba seguro de lo que quería, y quería seguir lo planeado. Al día siguiente, después de tener todo hablado y preparado, daría comienzo el plan.
Sigue en la Plaza de los Colaespina.
La habitación de Yloh permaneció todos esos días tal cual había quedado. Nadie parecía querer sugerir qué hacer con ella o con sus cosas, pero también era cierto que no había tiempo para pararse con nada que no tuviese prioridad. A ese ritmo y en poco tiempo consiguieron al menos adecentar el salón y tener cada uno un comunicador, mientras Giz y Gael progresaban en su tarea. Era frustrante no poder avanzar más rápido por requerirlo la situación, pero hacían cuanto estaba en su mano. Lo mismo podía decirse de los que recolectaban información.
Después de ese tiempo, Gael ya se había acostumbrado a la ausencia del silencioso nublino, pero seguía sin haber día en que no dirigiese una mirada al lugar donde había estado colgado, sintiéndose cada vez de un modo diferente al hacerlo. Una tarde, poco después de que Noel volviese a su nuevo trabajo provisional, se encontraba trabajando con Giz, rodeados de pergaminos esparcidos por la barra del cuchitril. De alguna manera habían vuelto una rutina más o menos tranquila, pero el ambiente seguía visiblemente tenso.
La tranquilidad de aquella tarde se rompió con un aviso por parte de Noel mediante los nuevos comunicadores. No pudo explicar mucho, pero se reunieron esa noche, también con Circe, y se enteraron de todos los detalles. Una mezcla de emoción y miedo lo puso de los nervios, pero estaba seguro de lo que quería, y quería seguir lo planeado. Al día siguiente, después de tener todo hablado y preparado, daría comienzo el plan.
Sigue en la Plaza de los Colaespina.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
27/09/13, 06:21 pm
Sobrellevaron el fracaso lo mejor que pudieron, o eso pensaba. Al regresar al cuchitril, después de que se deshicieran del cuerpo, se puso a estudiar lo que más le entretenía para olvidar por un momento cualquier cosa que le recordase el lío en el que estaban. Aunque ni así, porque todo lo que hacía últimamente, incluido estudiar nigromancia, siempre era con vistas a conservar el estilo de vida que habían llevado hasta el momento. Por eso en los días siguientes solo dio vueltas a todo lo que tenía que hacer, y empezó por preguntarle a Giz sobre las bolsas sin fondo que sabía hacer. No tenía tiempo para aprender eso también. Lo que no le gustó fue la respuesta que obtuvo al preguntar por el pago. El goliat le dijo que la hacía a cambio de nada, y no estaba dispuesto a contraer más deudas.
Por eso al día siguiente fue a la biblioteca y consultó fauna y flora de mundos vinculados. Quería dar con algo que el asreniano no tuviese ya para hacerle un pago semejante al que le había hecho Matt, pero nada le convencía. Hasta que, en un compendio recientemente actualizado, encontró breves datos de Daelicia que le recordaron la existencia del mundo. Estaba seguro de que Giz no lo había pisado todavía, así que memorizó con avidez los poquísimos datos y advertencias que venían en la hoja y regresó al cuchitril maquinando una incursión para el día siguiente. Lo que no sabía era hasta qué punto era conveniente ir solo, o si simplemente les parecería buena idea, pero no quería comentarlo delante de Giz para que no pusiese ningún impedimento. Tuvo que esperar a la tarde, cuando el goliat se hubo ido al castillo y ya solo quedaba Adara para comentárselo –dudaba que aquella fuese el tipo de incursión que agradase a Toima–. Se acercó a la ángel negro cuando trabajaba entre hojas repletas de runas, algo que hacía sin parar últimamente. De hecho, parecía incluso agobiada y malhumorada en ocasiones, y le preocupaba que estuviera consumiéndose.
—Quiero hacer una visita a Daelicia, mañana por la tarde probablemente. ¿Crees que no es el momento idóneo para algo así? —A continuación le detalló por qué necesitaba la bolsa cuanto antes. No podía tatuar un arma en cada cadáver que empleaba, en cambio era más fácil llevarlas siempre todas encima en cualquier momento. En el fondo la utilidad era la misma que todo lo que trataba de hacer últimamente: defenderse—. Sería rápido, seguramente puedo terminar en cosa de pocas horas… —La ángel negro le atendía, pero daba la impresión de que no tenía buena cara. Le preocupaba verla así. Le gustaría tener de vuelta a la Adara de siempre y solo se le ocurría un modo, así que lo dijo sin pensar—. ¿Cuánto hace que no sales de caza? Podemos ir el mismo día… ¿Has visto Daelicia alguna vez?
Por eso al día siguiente fue a la biblioteca y consultó fauna y flora de mundos vinculados. Quería dar con algo que el asreniano no tuviese ya para hacerle un pago semejante al que le había hecho Matt, pero nada le convencía. Hasta que, en un compendio recientemente actualizado, encontró breves datos de Daelicia que le recordaron la existencia del mundo. Estaba seguro de que Giz no lo había pisado todavía, así que memorizó con avidez los poquísimos datos y advertencias que venían en la hoja y regresó al cuchitril maquinando una incursión para el día siguiente. Lo que no sabía era hasta qué punto era conveniente ir solo, o si simplemente les parecería buena idea, pero no quería comentarlo delante de Giz para que no pusiese ningún impedimento. Tuvo que esperar a la tarde, cuando el goliat se hubo ido al castillo y ya solo quedaba Adara para comentárselo –dudaba que aquella fuese el tipo de incursión que agradase a Toima–. Se acercó a la ángel negro cuando trabajaba entre hojas repletas de runas, algo que hacía sin parar últimamente. De hecho, parecía incluso agobiada y malhumorada en ocasiones, y le preocupaba que estuviera consumiéndose.
—Quiero hacer una visita a Daelicia, mañana por la tarde probablemente. ¿Crees que no es el momento idóneo para algo así? —A continuación le detalló por qué necesitaba la bolsa cuanto antes. No podía tatuar un arma en cada cadáver que empleaba, en cambio era más fácil llevarlas siempre todas encima en cualquier momento. En el fondo la utilidad era la misma que todo lo que trataba de hacer últimamente: defenderse—. Sería rápido, seguramente puedo terminar en cosa de pocas horas… —La ángel negro le atendía, pero daba la impresión de que no tenía buena cara. Le preocupaba verla así. Le gustaría tener de vuelta a la Adara de siempre y solo se le ocurría un modo, así que lo dijo sin pensar—. ¿Cuánto hace que no sales de caza? Podemos ir el mismo día… ¿Has visto Daelicia alguna vez?
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
27/09/13, 07:23 pm
¡Cuatro días! Cuatro días y no he avanzado casi nada… ¿Qué hago? ¿Es que soy tonta? Estoy frustrada, frustrada conmigo misma y con este sistema defensivo imposible. Y encima soy manca y fallo en los dibujos… ¡Nunca me había pasado eso! Maldita sea, Adara… como no te pongas las pilas vas a ser inútil, se van a seguir burlando de ti esos… esos…
—¿Agh, vamos, por qué no sale esto? —Se me escapa como susurro desesperado.
Calma, calma. Venga, respira hondo… ahora relee esto. ‹‹Las intersecciones tipo RHO del sector XUT…››. ¿Qué le pasaba a la autora de esto? Joder, más espeso y no podría ni entenderlo. Agh, no, si te desconcentras es peor. Céntrate, vamos. Veamos, ‹‹Las intersecciones…›› blablá… ‹‹deben comunicarse mediante un sub-enlace BOL…››. Esto… sub-enlace BOL… BOL… BOL… ¿Qué era eso? Agh, maldita sea, otra vez. No voy a comprenderlo nunca a este ritmo si se me olvida hasta lo básico. Mierda, mierda, más estúpida y no sabría ni respirar…
¡Eh! Giro la cabeza. Si solo es Gael. Maldita sea, Adara, ¿por qué te alarmas por una cosa así? Mmm… A Daelicia, ¿eh? Pues bien, v… ¿Qué te acompañe? ¿No ves que no hay tiempo para esto? Caza… Tal vez no esté en mi mejor momento de reservas, pero ahora necesito estar aquí.
—Tengo cosas más importantes, Gael. Por ejemplo, esto que ves encima de la mesa. No es sencillo, ¿sabes? —Creo que estoy siendo borde. Parece preocupado… no puede ser por el motivo de la visita. ¿Entonces? No, no puedo ser así con él. Calma, Adara—. Lo siento. —Giro la cara hacia el papel y continúo con voz más débil—. Te pido perdón de veras, no estoy avanzando bien con esto y… No son excusas, pero tengo que concentrarme o no… Perdón, no puedo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
27/09/13, 07:51 pm
La respuesta que recibió lo tomó por sorpresa, haciéndole retroceder casi imperceptiblemente. Retorció las mangas de su camiseta con nerviosismo, no sabiendo qué decir hasta que Adara se calmó. «No era mi intención molestarla, y mucho menos hacerla venir conmigo si no quería».
—Solo era una sugerencia… creía que te gustaría relajarte por una tarde. Sé que las runas son importantes. —«Y será mejor que yo me encargue de lo mío sin implicar a nadie más»—. Bueno, pues ya queda dicho, si mañana no me veis por aquí, es por eso. Pero… Adara, por favor, tómatelo en serio, pero permítete descansar también.
Todos estaban tensos últimamente, sí, pero Adara era de las más obcecadas. No recordaba haberla visto tomándose un descanso y su mal humor no era una buena señal.
—Solo era una sugerencia… creía que te gustaría relajarte por una tarde. Sé que las runas son importantes. —«Y será mejor que yo me encargue de lo mío sin implicar a nadie más»—. Bueno, pues ya queda dicho, si mañana no me veis por aquí, es por eso. Pero… Adara, por favor, tómatelo en serio, pero permítete descansar también.
Todos estaban tensos últimamente, sí, pero Adara era de las más obcecadas. No recordaba haberla visto tomándose un descanso y su mal humor no era una buena señal.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
27/09/13, 11:44 pm
Gael… ¿pero qué hago? Apoyo la cara en las palmas de las manos y respiro largamente. Por supuesto que está preocupado, no fue casual que lo viera. Está preocupado por mí… y le he dado motivos, claro que se los he dado. Por supuesto que estoy nerviosa, pero el mal carácter… es demasiado, no se lo merecen ni él ni el resto. No me he portado nada bien con los que, sin duda, son mis amigos.
—Perdóname, Gael —empiezo justo antes de que se vaya. Me destapo la cara y me giro hacia él—. Tienes toda la razón, no gano nada obsesionándome con esto. —Es contraproducente, solo conseguiría terminar conmigo misma—. Acepta mis disculpas, por favor. Mañana te acompañaré. —Y gracias. Jo, se me humedecen los ojos—. Necesito despejarme.
[Sigue en: Daelicia]- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
28/09/13, 07:51 pm
Tras un par de semanas de falsa tranquilidad, un nuevo ataque a Wen volvió a perturbar el ya de por sí trastocado día a día del grupo. En esa ocasión no hubo que lamentar nada en absoluto gracias al hechizo de traslocación que Giz y Gael habían conseguido completar hacía unos días. Lo misma historia se repitió un tiempo después, pero aquello pareció convencer a los mercenarios de Gar, pues al parecer ese era el nombre por el que se los conocía debido a un letrero en su guarida, o al menos aburrirlos para que dejasen de intentarlo.
Un tiempo después del segundo y último ataque hasta la fecha, la vouivre insistió en retomar su trabajo y el draco no se pudo negar. Al fin y al cabo él mismo había dicho que deberían volver a la normalidad cuanto antes. Así pues, siguió sustituyendo a la británica durante unas semanas más y casi viviendo en el burdel hasta que ella retomó su puesto. El cumpleaños del draco incluso había pasado hacía ya unas semanas y ni siquiera se dio cuenta de que había cumplido diecisiete años hasta entonces. Porque aunque su humor había empezado a mejorar poco a poco, continuaba completamente obsesionado con mejorar.
Durante los cuatro meses venideros, hasta que llegó el día de la cosecha, el draco dedicó casi todo su tiempo libre al estudio de runas. Adara llevaba un tiempo dedicándose a aprender un sistema defensivo por el que el sueco también se interesó y que complementó con el que ya había estado estudiando y que consistía en runas específicas para su uso en armas de toda clase. El lenguaje defensivo era especialmente complejo y le llevó un tiempo considerable comprenderlo bien, pero para cuando llegó el día de la cosecha el draco ya se había tatuado el sistema rúnico por todo el cuerpo, empleando una tinta especial que no resultaba visible sobre la piel. Por otra parte, poco después de que capturasen a Virius, algunos días a la semana entrenaba con magia ofensiva y defensiva de alto nivel con la maga Deferentia y en compañía de Vac, entrenamientos que le obligaron además a reponer sus reservas mágicas con más frecuencia de lo normal.
Según fue pasando el tiempo, las cosas volvieron poco a poco a una relativa normalidad. El draco nunca llegó a relajarse por completo, pero al menos ya no habían tenido que volver a lamentar ninguna pérdida de ningún tipo. Aun así, Noel tenía muy presente que aquel asunto no se había acabado, ni mucho menos. Incluso si los mercenarios de Gar no volvían a intentar nada, no podían seguir con vida. Y el sueco pensaba hacer algo al respecto fuera como fuese. Mientras ayudaba a Jack en su bodega con el asunto de las torturas, no podía evitar imaginar a cualquiera de ellos allí sentado, produciendo deliciosos gritos de desesperación que era lo único que le agradaría escuchar proveniente de sus gargantas. Pero, en realidad, lo que más deseaba era callarlos para siempre.
La citada normalidad, que se hizo más evidente hacia el final de los meses, implicó que el draco retomó algunas de las actividades que había desdeñado por considerarlas irrelevantes teniendo en cuenta todo lo que tenían encima. Pero durante el último mes volvió a dedicar algunas tardes a seguir estudiando su idioma original, así como a seguir dibujando de vez en cuando.
De hecho, cuando volvió de Ordesta tras la noche de Samhein, dejó un dibujo de un parqio en la renovada mesa del salón, los seres que poblaban el continente oeste del mundo del que ahora era cosechador junto con dama Aroma. La bruja nublina se había presentado en el cuchitril un mes antes de la cosecha y le había informado al respecto, cogiendo totalmente por sorpresa al sueco. Debido al tamaño del mundo y las características tan dispares de cada especie, ella estaba encargada de la raza ordesa, cuyos esbozos de cultura que pudo escuchar de su compañera cosechadora se le antojaron, cuanto menos, un tanto hilarantes. El draco, por su parte, visitó a aquella especie de dragones en miniatura a los que tenía que “persuadir” para posteriormente dejarlos a su suerte en la ciudad. Durante su viaje por el nuevo mundo vinculado aprovechó para hacerse con algunas muestras para Giz. Recogió él mismo muestras de parqios y así mismo le entregó un botecito a dama Aroma para pedirle que consiguiese algún cabello o similar de las otras dos especies inteligentes de Ordesta. Justo antes de regresar, hizo un reconocimiento rápido de un bosque cercano y escogió el primer animal interesante que vio. Se trataba de un conejo bastante grande, al cual vio devorando ávidamente el cadáver de un ave. Lo paralizo para llevárselo vivo y puso rumbo de vuelta al portal.
Una vez volvió al cuchitril, lo primero que hizo fue entrar en la habitación del asreniano durmiente, evitando hacer ruido y dejó sobre su mesa todo lo que había recogido para él, asegurándose de que el hechizo de parálisis en el conejo asesino duraría lo suficiente.
Y, tras haberse echado a dormir para reponerse después de haber pasado toda la noche sobrevolando el continente ordés, decidió que, ahora que las cosas se habían calmado y el ánimo general era mucho más alto, ya era hora de cumplir una promesa que había hecho muchos meses atrás.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
Un tiempo después del segundo y último ataque hasta la fecha, la vouivre insistió en retomar su trabajo y el draco no se pudo negar. Al fin y al cabo él mismo había dicho que deberían volver a la normalidad cuanto antes. Así pues, siguió sustituyendo a la británica durante unas semanas más y casi viviendo en el burdel hasta que ella retomó su puesto. El cumpleaños del draco incluso había pasado hacía ya unas semanas y ni siquiera se dio cuenta de que había cumplido diecisiete años hasta entonces. Porque aunque su humor había empezado a mejorar poco a poco, continuaba completamente obsesionado con mejorar.
Durante los cuatro meses venideros, hasta que llegó el día de la cosecha, el draco dedicó casi todo su tiempo libre al estudio de runas. Adara llevaba un tiempo dedicándose a aprender un sistema defensivo por el que el sueco también se interesó y que complementó con el que ya había estado estudiando y que consistía en runas específicas para su uso en armas de toda clase. El lenguaje defensivo era especialmente complejo y le llevó un tiempo considerable comprenderlo bien, pero para cuando llegó el día de la cosecha el draco ya se había tatuado el sistema rúnico por todo el cuerpo, empleando una tinta especial que no resultaba visible sobre la piel. Por otra parte, poco después de que capturasen a Virius, algunos días a la semana entrenaba con magia ofensiva y defensiva de alto nivel con la maga Deferentia y en compañía de Vac, entrenamientos que le obligaron además a reponer sus reservas mágicas con más frecuencia de lo normal.
Según fue pasando el tiempo, las cosas volvieron poco a poco a una relativa normalidad. El draco nunca llegó a relajarse por completo, pero al menos ya no habían tenido que volver a lamentar ninguna pérdida de ningún tipo. Aun así, Noel tenía muy presente que aquel asunto no se había acabado, ni mucho menos. Incluso si los mercenarios de Gar no volvían a intentar nada, no podían seguir con vida. Y el sueco pensaba hacer algo al respecto fuera como fuese. Mientras ayudaba a Jack en su bodega con el asunto de las torturas, no podía evitar imaginar a cualquiera de ellos allí sentado, produciendo deliciosos gritos de desesperación que era lo único que le agradaría escuchar proveniente de sus gargantas. Pero, en realidad, lo que más deseaba era callarlos para siempre.
La citada normalidad, que se hizo más evidente hacia el final de los meses, implicó que el draco retomó algunas de las actividades que había desdeñado por considerarlas irrelevantes teniendo en cuenta todo lo que tenían encima. Pero durante el último mes volvió a dedicar algunas tardes a seguir estudiando su idioma original, así como a seguir dibujando de vez en cuando.
De hecho, cuando volvió de Ordesta tras la noche de Samhein, dejó un dibujo de un parqio en la renovada mesa del salón, los seres que poblaban el continente oeste del mundo del que ahora era cosechador junto con dama Aroma. La bruja nublina se había presentado en el cuchitril un mes antes de la cosecha y le había informado al respecto, cogiendo totalmente por sorpresa al sueco. Debido al tamaño del mundo y las características tan dispares de cada especie, ella estaba encargada de la raza ordesa, cuyos esbozos de cultura que pudo escuchar de su compañera cosechadora se le antojaron, cuanto menos, un tanto hilarantes. El draco, por su parte, visitó a aquella especie de dragones en miniatura a los que tenía que “persuadir” para posteriormente dejarlos a su suerte en la ciudad. Durante su viaje por el nuevo mundo vinculado aprovechó para hacerse con algunas muestras para Giz. Recogió él mismo muestras de parqios y así mismo le entregó un botecito a dama Aroma para pedirle que consiguiese algún cabello o similar de las otras dos especies inteligentes de Ordesta. Justo antes de regresar, hizo un reconocimiento rápido de un bosque cercano y escogió el primer animal interesante que vio. Se trataba de un conejo bastante grande, al cual vio devorando ávidamente el cadáver de un ave. Lo paralizo para llevárselo vivo y puso rumbo de vuelta al portal.
Una vez volvió al cuchitril, lo primero que hizo fue entrar en la habitación del asreniano durmiente, evitando hacer ruido y dejó sobre su mesa todo lo que había recogido para él, asegurándose de que el hechizo de parálisis en el conejo asesino duraría lo suficiente.
Y, tras haberse echado a dormir para reponerse después de haber pasado toda la noche sobrevolando el continente ordés, decidió que, ahora que las cosas se habían calmado y el ánimo general era mucho más alto, ya era hora de cumplir una promesa que había hecho muchos meses atrás.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
28/09/13, 08:56 pm
Las Aventuras en el Cuchitril de Toima y Tania
En los cuatro meses que vivieron a continuación, los cuchitrileros disfrutaron de
calma interrumpida en dos ocasiones a causa del otro grupo de mercenarios, que prosiguieron atacando a Wen, en busca de su gema. En ambas ocasiones no triunfaron y Wen consiguio evadirles. Parecia que no iban a tener descanso alguno, pero luego pasaron dos meses tranquilos, sin ningun movimiento nuevo por parte de los atacantes. En estos meses reinó una omnipresente estabilidad, como la calma antes de la tormenta y el ambiente en el cuchitril se caldeó bastante. Muchos de los cuchitrileros estaban tan preocupados por la seguridad de Wen como por la suya propia, y estaban más de uno obcecados en mejorar cuanto más posible en el menor de los tiempos.
Aquello no fue excepción para Toima que, aparte de dominar casi por completo sus K-pingas en cuatro meses de duro entrenamiento, se entrenó tambien en defensa personal mediante el uso de puntos de presión, arte en el que podia aprovechar su vista prodigiosa. Además de eso, construyeron entre varios cuchitrileros un habitaculo para la lagarta, que se habia vuelto demasiado grande y energética para mantenerla dentro del Cuchitril.
Coincidiendo con su traslado, la lagarta manifestó los primeros signos de lo que dentro de poco seria su primer celo. El pelo se le erizaba con facilidad, formando pares de crestas a lo largo de toda la cabeza hasta el lomo. Siseaba y gruñia a casi cualquiera (Toima y Tania incluidos) y luego le venian arranques de soledad y lloraba por las noches debajo de la ventana del cuarto de Toima y Tania. Estuvieron una semana aguantando lloriqueos de la criatura hasta que finalmente la dejaron pasar de nuevo durante la noche, solo que ya era tan grande que no cabia por la puerta asi que dormia encaramada a la pared del cuchitril, entrando por la ventana con la cabeza dentro del cuarto, apoyada en la cama de sus padres.
Sin embargo, a cada dia que pasaba, se comportaba de manera más extraña. A veces no comia durante todo el dia y luego por la noche se daba un atracón por la ciudad. Marcaba todo el patio del cuchitril con sus cazas y otras sustancias, cosa que nunca habia hecho y el levantarse cada dia a ver un nuevo estropicio era desesperante. A aquello debia ponersele freno. Un día, un Toima resoluto salio por la mañana del cuchitril y se dirigio a la caseta de la lagarta. Aquel parecia un día en el cual se recluia dentro de esta y no salia hasta el atardecer, hambrienta. Normalmente la dejaria estar, pero no podia demorarlo más. Entró en la caseta con paso decidido y a continuación, los que estaban dentro del cuchitril tan solo pudieron gritos de pelea, rugidos y sobretodo alaridos de dolor del ulterano.
Apenas llegaron en su auxilio y le arrastraron fuera de la caseta adentro del cuchitril. Hecho un guiñapo de heridas, cortes y mordiscos, empapado en su propia sangre, el ulterano apenas podia musitar palabra alguna mientras le curaban. Tenia una mirada de horror paralizada en sus ojos y estaba rígido como una piedra. Finalmente se desmayó al rato por la pérdida de sangre, pero los cuchitrileros lograron estabilizarle y cerrar las heridas que la magia no logró curar. Con decisión, Tania fue en busca de Nia en la botica que volvió con numerosos remedios en su morrón y trató al ulterano con una pasta verdosa sobre una de sus heridas más graves y vendando el resto de las que no requerian tanta parafernalia, tras desinfectarlas. Finalmente, la ulterana fue quien se encargó de domar a la lagarta. Les pidio que no la siguieran a dentro y que tuvieran fe en ella. Tras unos veinte minutos de tensión, la ulterana salió de la caseta quitandose unos guantes pringados de sangre, asegurandoles que ya estaria todo arreglado, pero advirtiendoles que deberian evitar molestar a la lagarta o entrar siquiera en la caseta. Si algun valiente cuchitrilero se asomaba a esta, lograria observar a la lagarta acurrucada sobre su cama, un colchón viejo desgastado, hecha un ovillo sobre lo que parecia un puñado de huevos pero que al fijarse bien, podria distinguirse que eran falsos, dando el pego con piedras lisas.
Y así terminaron aquellos dias de intranquilidad causados por la lagarta. Un Toima vendando se paseaba por el cuchitril con el brazo izquierdo en un cabestrillo, fruto de una de las mordeduras de la lagarta y con la mandíbula tambien sujeta por un par de vendajes duros que le impedian hablar o comer cosas muy grandes. Por lo tanto, la frustracion del maltrecho ulterano se maximizó, y estuvo de malas pulgas toda aquella semana, comunicandose solo mediante gestos secos y gruñidos varios. Cuando por fin se vio libre de sus “ataduras”, el ulterano lo celebró cogiendose una cogorza y masticando un filete crudo de carne hasta caer rendido y los cuchitrileros pudieron observar que la parte del brazo que habia sido dañada ahora estaba casi completamente regenerada pero que tenia un enfermizo color verdoso. Cuando fue preguntada por aquello, la ulterana alegó que con el paso del tiempo aquel color desapareceria. Para el albino aquello tan solo fue otra prueba de la mentalidad de cientifica loca de la niña.
Por su parte Tania no habia podido descansar. Apenas dormia por las noches y no era solo por todo lo sucedido en esos meses, sino por puro miedo. Tenia un terrible miedo a la ciudad que no habia sentido en años, y la muerte de Yloh le habia dejado tan descolocada que estaba segura que la siguiente en ser asesinada seria ella. Claro esta, que no se lo dijo a nadie y apenas dio señales de ello en esos cuatro meses, salvo las crecientes ojeras y somnolencia que podian percibir en ella. Con frecuencia preguntaba a diferentes cuchitrileros sobre las defensas del lugar, las alarmas, los escudos y otras preguntas relacionadas con la magia. Y cada vez que la contestaban, parecia suspirar de alivio y proseguir su dia a dia. Sin embargo, aun apesar del miedo, no dejó de asistir a ningun entrenamiento e incluso procedió a entrenar más en esos cuatro meses, aunque su rendimiento fuera bastante menor que el de costumbre por su falta de horas de sueño.
Y así pasaron cuatro meses...
En los cuatro meses que vivieron a continuación, los cuchitrileros disfrutaron de
calma interrumpida en dos ocasiones a causa del otro grupo de mercenarios, que prosiguieron atacando a Wen, en busca de su gema. En ambas ocasiones no triunfaron y Wen consiguio evadirles. Parecia que no iban a tener descanso alguno, pero luego pasaron dos meses tranquilos, sin ningun movimiento nuevo por parte de los atacantes. En estos meses reinó una omnipresente estabilidad, como la calma antes de la tormenta y el ambiente en el cuchitril se caldeó bastante. Muchos de los cuchitrileros estaban tan preocupados por la seguridad de Wen como por la suya propia, y estaban más de uno obcecados en mejorar cuanto más posible en el menor de los tiempos.
Aquello no fue excepción para Toima que, aparte de dominar casi por completo sus K-pingas en cuatro meses de duro entrenamiento, se entrenó tambien en defensa personal mediante el uso de puntos de presión, arte en el que podia aprovechar su vista prodigiosa. Además de eso, construyeron entre varios cuchitrileros un habitaculo para la lagarta, que se habia vuelto demasiado grande y energética para mantenerla dentro del Cuchitril.
Coincidiendo con su traslado, la lagarta manifestó los primeros signos de lo que dentro de poco seria su primer celo. El pelo se le erizaba con facilidad, formando pares de crestas a lo largo de toda la cabeza hasta el lomo. Siseaba y gruñia a casi cualquiera (Toima y Tania incluidos) y luego le venian arranques de soledad y lloraba por las noches debajo de la ventana del cuarto de Toima y Tania. Estuvieron una semana aguantando lloriqueos de la criatura hasta que finalmente la dejaron pasar de nuevo durante la noche, solo que ya era tan grande que no cabia por la puerta asi que dormia encaramada a la pared del cuchitril, entrando por la ventana con la cabeza dentro del cuarto, apoyada en la cama de sus padres.
Sin embargo, a cada dia que pasaba, se comportaba de manera más extraña. A veces no comia durante todo el dia y luego por la noche se daba un atracón por la ciudad. Marcaba todo el patio del cuchitril con sus cazas y otras sustancias, cosa que nunca habia hecho y el levantarse cada dia a ver un nuevo estropicio era desesperante. A aquello debia ponersele freno. Un día, un Toima resoluto salio por la mañana del cuchitril y se dirigio a la caseta de la lagarta. Aquel parecia un día en el cual se recluia dentro de esta y no salia hasta el atardecer, hambrienta. Normalmente la dejaria estar, pero no podia demorarlo más. Entró en la caseta con paso decidido y a continuación, los que estaban dentro del cuchitril tan solo pudieron gritos de pelea, rugidos y sobretodo alaridos de dolor del ulterano.
Apenas llegaron en su auxilio y le arrastraron fuera de la caseta adentro del cuchitril. Hecho un guiñapo de heridas, cortes y mordiscos, empapado en su propia sangre, el ulterano apenas podia musitar palabra alguna mientras le curaban. Tenia una mirada de horror paralizada en sus ojos y estaba rígido como una piedra. Finalmente se desmayó al rato por la pérdida de sangre, pero los cuchitrileros lograron estabilizarle y cerrar las heridas que la magia no logró curar. Con decisión, Tania fue en busca de Nia en la botica que volvió con numerosos remedios en su morrón y trató al ulterano con una pasta verdosa sobre una de sus heridas más graves y vendando el resto de las que no requerian tanta parafernalia, tras desinfectarlas. Finalmente, la ulterana fue quien se encargó de domar a la lagarta. Les pidio que no la siguieran a dentro y que tuvieran fe en ella. Tras unos veinte minutos de tensión, la ulterana salió de la caseta quitandose unos guantes pringados de sangre, asegurandoles que ya estaria todo arreglado, pero advirtiendoles que deberian evitar molestar a la lagarta o entrar siquiera en la caseta. Si algun valiente cuchitrilero se asomaba a esta, lograria observar a la lagarta acurrucada sobre su cama, un colchón viejo desgastado, hecha un ovillo sobre lo que parecia un puñado de huevos pero que al fijarse bien, podria distinguirse que eran falsos, dando el pego con piedras lisas.
Y así terminaron aquellos dias de intranquilidad causados por la lagarta. Un Toima vendando se paseaba por el cuchitril con el brazo izquierdo en un cabestrillo, fruto de una de las mordeduras de la lagarta y con la mandíbula tambien sujeta por un par de vendajes duros que le impedian hablar o comer cosas muy grandes. Por lo tanto, la frustracion del maltrecho ulterano se maximizó, y estuvo de malas pulgas toda aquella semana, comunicandose solo mediante gestos secos y gruñidos varios. Cuando por fin se vio libre de sus “ataduras”, el ulterano lo celebró cogiendose una cogorza y masticando un filete crudo de carne hasta caer rendido y los cuchitrileros pudieron observar que la parte del brazo que habia sido dañada ahora estaba casi completamente regenerada pero que tenia un enfermizo color verdoso. Cuando fue preguntada por aquello, la ulterana alegó que con el paso del tiempo aquel color desapareceria. Para el albino aquello tan solo fue otra prueba de la mentalidad de cientifica loca de la niña.
Por su parte Tania no habia podido descansar. Apenas dormia por las noches y no era solo por todo lo sucedido en esos meses, sino por puro miedo. Tenia un terrible miedo a la ciudad que no habia sentido en años, y la muerte de Yloh le habia dejado tan descolocada que estaba segura que la siguiente en ser asesinada seria ella. Claro esta, que no se lo dijo a nadie y apenas dio señales de ello en esos cuatro meses, salvo las crecientes ojeras y somnolencia que podian percibir en ella. Con frecuencia preguntaba a diferentes cuchitrileros sobre las defensas del lugar, las alarmas, los escudos y otras preguntas relacionadas con la magia. Y cada vez que la contestaban, parecia suspirar de alivio y proseguir su dia a dia. Sin embargo, aun apesar del miedo, no dejó de asistir a ningun entrenamiento e incluso procedió a entrenar más en esos cuatro meses, aunque su rendimiento fuera bastante menor que el de costumbre por su falta de horas de sueño.
Y así pasaron cuatro meses...
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/10/13, 12:23 am
Los cuatro meses consiguieron que la paranoia de Giz se diluyera un poco. Volvió a haber ataques, pero fueron después de que Gael y él acabaran de realizar su trabajo con la runa teletransportadora y no hubo nada que lamentar. Poco al poco su rutina volvió a ser la de siempre. Como precaución, antes de relajarse del todo, se centró a fondo en aprender la variante manual del hechizo translocador y el de vuelo. Le costó varias noches en vela en el laboratorio, mientras esperaba a que los nuevos fetos se desarrollaran, y otros tantos desayunos dormido sobre la mesa del cuchitril. El día que pasó de estar en su pupitre para aparecer junto a su cama, sin embargo, supo que había merecido la pena.
En lo que se refería a su actividad en el cuchitril, Giz se había decidido a reforzar la zona con sus animales. Tenía un par de buitres falsos volando alrededor y había soltado un par de hienas gigantes por la zona que, hechizados todos ellos con sortilegios de doma temporales, tenían la única misión de hacer ruido y atacar a cualquier individuo cuyo olor no reconocieran. Para que no se murieran de hambre, también liberaba animales menores y cabras, para que los cazaran. Y se sorprendió al ver que las cabras a veces daban la vuelta a la tortilla, colocándose por encima en la cadena alimenticia, lo que le convenció de lo importante que sería localizar y duplicar la modificación genética que las permitía volverse casi invisibles.
En lo relativo al laboratorio, gracias a las muestras sorpresa que vinieron de parte de Gael y Adara, había tenido entretenimiento de sobra. Pagó a Gael con una bolsa sin fondo, aunque lo habría hecho gratis de haberlo sabido, y pasó estos meses trasteando con los distintos genes. Además, llegó por fin su primer encargo de parte de alguien fuera de su círculo de amigos. Deferentia, una mujer escurridiza y desconfiada por naturaleza, le encargó lo más grande y violento que pudiera hacerle. Por una vez los silencios cotidianos del goliat fueron útiles y consiguieron que su primera clienta no saliera espantada (o lo acabara matando). Tras todo ese tiempo, Giz había conseguido ahorrarse el gasto mágico de la luz en el laboratorio, plantando un puñado de plantas luminosas, bastante sencillas, y había recibido el pago de Deferentia por un bebé de algo parecido a un enorme dragón peludo de dentelladas tóxicamente nocivas. Todos los experimentos fallidos que precedieron a dicha criatura, fueron entregados a Gael, que de seguro rendiría mejor cuenta de ellos que los gusanos de la cicatriz.
El día de la cosecha, el asreniano había vuelto agotado del laboratorio y, sabedor de que varios de sus compañeros trabajarían hoy hasta tarde, decidió hacer caso a Miloslava y descansar toda la noche. Cuando se levantó, se encontró con una sorpresa en su habitación. <<¿Es que piensan hacer todos lo mismo?>>. Lejos de estar enfadado, las muestras que presumiblemente le había traido Noel le hicieron tanta ilusión como en su día las de Gael y Adara. Se acercó al conejo paralizado y deshizo el hechizo al tiempo que lo acariciaba por el lomo. La respuesta del animal, sin embargo, fue bastante violenta y le lanzó varias dentelladas a la mano. Consiguió paralizarlo de nuevo para evitar un bocado, pero no pudo evitar a tiempo que la cabra, en tensión por la amenaza, embistiera contra la mesa y la derribara. Tuvo que paralizarla también.
Después de deshacer el lío que había creado con un puñado de hechizos, durmió a la cabra y al conejo asesino y bajó a desayunar, con independencia de la hora que fuera. Desde su asiento en la cocina, cubrió sus ojos con una niebla mágica para comprobar que sus animales seguían en su sitio. De paso, aprovechó para echar un vistazo a la lagarta de Toima. Su enorme tamaño le recordaba a ratos a Caillech, aunque de momento tuviera mejor recuerdo de ella que de la asreniana.
En lo que se refería a su actividad en el cuchitril, Giz se había decidido a reforzar la zona con sus animales. Tenía un par de buitres falsos volando alrededor y había soltado un par de hienas gigantes por la zona que, hechizados todos ellos con sortilegios de doma temporales, tenían la única misión de hacer ruido y atacar a cualquier individuo cuyo olor no reconocieran. Para que no se murieran de hambre, también liberaba animales menores y cabras, para que los cazaran. Y se sorprendió al ver que las cabras a veces daban la vuelta a la tortilla, colocándose por encima en la cadena alimenticia, lo que le convenció de lo importante que sería localizar y duplicar la modificación genética que las permitía volverse casi invisibles.
En lo relativo al laboratorio, gracias a las muestras sorpresa que vinieron de parte de Gael y Adara, había tenido entretenimiento de sobra. Pagó a Gael con una bolsa sin fondo, aunque lo habría hecho gratis de haberlo sabido, y pasó estos meses trasteando con los distintos genes. Además, llegó por fin su primer encargo de parte de alguien fuera de su círculo de amigos. Deferentia, una mujer escurridiza y desconfiada por naturaleza, le encargó lo más grande y violento que pudiera hacerle. Por una vez los silencios cotidianos del goliat fueron útiles y consiguieron que su primera clienta no saliera espantada (o lo acabara matando). Tras todo ese tiempo, Giz había conseguido ahorrarse el gasto mágico de la luz en el laboratorio, plantando un puñado de plantas luminosas, bastante sencillas, y había recibido el pago de Deferentia por un bebé de algo parecido a un enorme dragón peludo de dentelladas tóxicamente nocivas. Todos los experimentos fallidos que precedieron a dicha criatura, fueron entregados a Gael, que de seguro rendiría mejor cuenta de ellos que los gusanos de la cicatriz.
El día de la cosecha, el asreniano había vuelto agotado del laboratorio y, sabedor de que varios de sus compañeros trabajarían hoy hasta tarde, decidió hacer caso a Miloslava y descansar toda la noche. Cuando se levantó, se encontró con una sorpresa en su habitación. <<¿Es que piensan hacer todos lo mismo?>>. Lejos de estar enfadado, las muestras que presumiblemente le había traido Noel le hicieron tanta ilusión como en su día las de Gael y Adara. Se acercó al conejo paralizado y deshizo el hechizo al tiempo que lo acariciaba por el lomo. La respuesta del animal, sin embargo, fue bastante violenta y le lanzó varias dentelladas a la mano. Consiguió paralizarlo de nuevo para evitar un bocado, pero no pudo evitar a tiempo que la cabra, en tensión por la amenaza, embistiera contra la mesa y la derribara. Tuvo que paralizarla también.
Después de deshacer el lío que había creado con un puñado de hechizos, durmió a la cabra y al conejo asesino y bajó a desayunar, con independencia de la hora que fuera. Desde su asiento en la cocina, cubrió sus ojos con una niebla mágica para comprobar que sus animales seguían en su sitio. De paso, aprovechó para echar un vistazo a la lagarta de Toima. Su enorme tamaño le recordaba a ratos a Caillech, aunque de momento tuviera mejor recuerdo de ella que de la asreniana.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/10/13, 07:34 pm
A la vuelta de la pequeña incursión con Adara le alegró saber que a Giz le servían las muestras que habían obtenido. Le ofreció también algún pedazo de los daelicianos antes de ponerse a buscar algo que hacer con ellos. Pero por fin tenía la bolsa que tanto había deseado, y comprobó maravillado cómo cabían en ella todas las armas que tenía y más. A partir de ese día la llevó atada al pantalón igual que hacía con el pequeño zurrón para hilo y agujas cuando trabajaba.
Poco después lograron terminar el papel de teletransporte para Wen, cuyo prototipo probaron con éxito en Noel. Una vez hecho eso, para el fuego fatuo fue un alivio poder dedicarse de lleno a la nigromancia, aunque reconoció que lo aprendido había sido de gran utilidad y quizá le diese uso más adelante. Además no fue solo para Wen, sino que poco después le dieron un papel de iguales características a Tania por si se veía metida en algún problema. Los planes de hacer, a largo plazo, papeles para todos empezaron al recibir Wen un par de ataques más, de los que por suerte escapó sin daño alguno. Tenía miedo de que los ataques del grupo de Gar se volviesen más imaginativos, pero por un tiempo, la cosa se calmó. Sabía que era una falsa tranquilidad, pero el hecho de que todos estaban esforzándose tanto por mejorar le producía cierta confianza en que todo iría bien.
Después de haber acabado con el teletransporte lo primero que hizo, y que había pospuesto ya demasiado tiempo, fue reparar todas las quimeras y cadáveres con desperfectos. Mientras lo hacía, fue cuando empezó a dar vueltas a los usos que podía darle a las runas aplicadas sobre ellos, ya que Adara y Noel estaban trabajando tan duro en el tema. Iba a resultar mucho más sencillo, podía grabarlas de muchas maneras, pero mismamente con tinta indeleble sobre la piel. De hecho, también le gustaba la idea de darles uso en las armas, cosa que alguno de sus compañeros ya hacía. Cuando estuvo diseñado el sistema de runas de defensa, tuvo que rechazarlo con pesar y cierto alivio al mismo tiempo, ya que no solía ir exponiendo su propio cuerpo y era demasiado costoso cubrir varias quimeras, que en último caso siempre eran remplazables. Le parecía un sistema sorprendente, pero ahorrarse el tedio que suponía tatuarlo por todo el cuerpo realmente era un consuelo.
Cuando por fin se hubo leído de cabo a rabo dos veces el grimorio fue cuando empezó a investigar los hechizos menores que figuraban en él. Venían escalados por dificultad y resultados que obtenían. Los primeros niveles eran una patraña, pero se podían suplir los modificadores de los que carecían con implementaciones externas. O eso creía él. Solo eran teorías, porque el grimorio se limitaba a describir los efectos de cada hechizo.
Para asegurarse, hizo por fin las primeras pruebas reales en ratones muertos. Lo primero que descubrió fue que ni siquiera se movían. Creía que había metido la pata realizando los hechizos, pero los que había escogido eran tan sencillos dentro de su campo que, de hecho, solo conseguían movimientos reflejos y sistemáticos por parte de los sujetos devueltos a la vida. Poco después, se hizo evidente el desgaste en ellos. El ratón que había desangrado previamente perdió hasta los movimientos reflejos, su carne se secaba más rápidamente. Por el otro lado, el que tenía aún la sangre en el cuerpo perdía movilidad al formarse edemas.
Tuvo que volver a meter la nariz en libros de fisiología, pero no tardó en reunir una lista de sustancias que pidió a Nia. Fue una suerte que les surgiera un pequeño trabajo, porque de otro modo no habría tenido ya ahorros con los que pagar a la náyade. En la lista figuraban anticoagulantes y trombolíticos, parasimpaticomiméticos, vasodilatadores y vasoconstrictores sistémicos… todavía no tenía claro cómo emular el funcionamiento natural del cuerpo, pero para eso se había retado a probarlo en primer lugar. Continuó las pruebas entonces inyectando sustancias que paliasen los efectos negativos observados, pero no era sencillo, porque una inyección intramuscular perdía mucha eficacia en un cuerpo muerto. Tuvo que aprender a acertar en las venas de los ratones, y eso casi le dificultaba tanto la tarea como elegir usar sujetos de mayor tamaño. Obtuvo consecuencias inesperadas, unas veces más potentes de lo que pretendía, otras sin conseguir siquiera efecto alguno.
Las pruebas empezaron a hacérsele cada día más cuesta arriba. Estaba claro que con los hechizos sencillos no iba a ningún lado, pero al empezar a emplear los modificadores no hacía más que meter la pata. Cansado de pelear con aquello, se tomó un descanso volviendo a las actividades que dominaba. Con los cuerpos que tenía almacenados se construyó alguna quimera extra, aun sin saber muy bien qué uso darle. Otros cuerpos se limitó a guardarlos para cuando pudiera experimentar con bestias de mayor tamaño. De entre las sobras apartó dos cadáveres de daelicianos para Kaethe, después de asegurarse de que eran inocuos, ya que estaban dañados por lugares que les restaban utilidad. Si él no les iba a sacar provecho prefería regalárselos a la ghoul, así que se pasó por el burdel a dejarlos y de paso hacer alguna burla velada a Noel como hacía siempre que lo veía con el uniforme de trabajo.
Para poder seguir trabajando duro con la nigromancia empezó a pedir a algunos de sus amigos, sobre todo a Adara, acompañarlos en incursiones, donde solía traerse algún que otro material y, sobre todo, magia. También obtuvo una fuente interesante de ambas cosas por parte de Giz, con quien pactó que le trajese los animales más útiles que se le muriesen en el laboratorio. Y aun por si acaso, alguna noche suelta, Gael se internó en los subterráneos con un arma en cada mano, liándose a espadazos con todo lo que se encontró cerca de la entrada y tomando más magia y más repuestos de aquello que mataba. Tenía que corresponder a sus ambiciones estando preparado y sobrado de reservas.
Por eso mismo empezó a hacer una investigación sobre qué mecanismos sencillos de runas podían darle cierta utilidad extra a sus cadáveres, compaginándolo con las pruebas en ratones. Consultó varios libros con lenguajes sencillos, haciendo preguntas también a Adara e incluso Noel, ahora que se empleaba con más ahínco en ello que los demás. Las primeras pruebas que hizo tuvieron resultados variados. Si bien alguna runa dio en el clavo a la primera por tener un efecto general, aquellas que llevaban direccionantes requirieron varios reajustes. Pero por encima de eso, todavía debía probarlas en combate real durante los entrenamientos matutinos, a los que había reducido un par de horas diarias desde que estaba tan empeñado en obtener resultados rápidamente. No sabía hasta qué punto podían ser útiles los añadidos de los cadáveres, pero por el momento tenía tiempo para ir calculando qué era más inútil que ventajoso.
Mientras dedicó tiempo a las runas dejó momentáneamente la nigromancia aparcada. Lo que hizo entre tanto fue escribir las dudas a medida que le surgían, y después de algunas pruebas más sin obtener los resultados esperados, hizo una llamada por el espejo a Siloco para preguntarle de un tirón todo lo que le traía de cabeza. Se sintió estúpido por muchos de los fallos que había cometido, pero le alegró muchísimo en ese momento tener alguien a quien recurrir para preguntar. Gracias a las dudas resultas pudo por fin empezar a avanzar a un ritmo más rápido. Cogió el truco a las cantidades y perodicidad de la administración de fármacos para conseguir mantener con falsa vida a ratones que se movían por su cuenta. No eran ni avispados ni ágiles, pero caminaban y le roían los muebles como hubieran hecho en vida, y eso era solo el principio.
Ni siquiera se dio cuenta de cuándo el ambiente se había relajado de nuevo. Hasta el punto de que había vuelto a canturrear mientras trabajaba solo en el taller. De hecho, poco a poco subía el volumen de su voz, quizá para deshacerse un poco del silencio y la soledad, llegando a un punto en que alguna vez invocó una burbuja de silencio a su alrededor para que no se le escuchase en el cuchitril, aunque fuese realmente improbable. Simplemente se sentiría muy estúpido si alguien le pillaba cantando canciones de las que ni siquiera recordaba la letra y a lo mejor se dedicaba a farfullar como malamente las recordaba.
Ya faltaba aproximadamente un mes para la cosecha, y les llegó la noticia de que Noel también iba a ser cosechador en uno de los nuevos mundos. Al acercarse Samhein se planteó, como había empezado a hacer hace un par de años, la posibilidad de visitar la Tierra. No se atrevía a dejar plantado lo de Asrena, así que una vez más, lo dejó pasar. Pero tenía claro que, algún día, tenía que ir, sin importar cuando.
El último mes lo pasó haciendo pruebas con runas talladas, tanto en las armas como en las garras de los cadáveres. En estas tuvo que practicar bastante por el tamaño reducido que utilizaban, dibujándolas con una aguja y, si se equivocaba, teniendo que volver a empezar tras moldear de nuevo las uñas hasta su estado original con magia. En el caso de las armas, era un poco más complicado. Estaba falto de ideas, pero para una de las pocas que se le ocurrió, empezó a practicar más en serio a luchar con dos espadas. Era otra cosa que, con los combates de la bahía, tenía que testar también para ver si era efectivo, puesto que consistía en hacer intangible el filo de una de las armas para hacer trastabillar al rival a costa de exponerse. Además de eso, empezó a pensar cómo hacer una daga que se volvía invisible al presionar el extremo del mango. Ese era un hechizo que no dominaba con la facilidad del anterior, con lo que, cuando llegó la cosecha, todavía estaba trabajando en ello. Le carcomía la imposibilidad de sacar más tiempo libre para hacer todo lo que quería, pero estaba más que satisfecho con los avances de los últimos meses. Varios de los modificadores de los hechizos que devolvían a la vida ya le salían, incluso en animales mayores como colaespinas y un cánido.
En Samhein se le unió Matt como acompañante al cosechar, y después de hablar animadamente con Nasher, Noel, y otros veteranos, partieron cada uno al mundo que le correspondía. Fue, con diferencia, el año en que mejor se lo pasó durante la cosecha. No era un mundo nada fácil por lo que costaba encontrar a las tribus nómadas, por eso la compañía lo hizo más llevadero. Gael pensó que si alguna vez se decidía a hacer el viaje a la Tierra, Matt era ideal para sustituirle, y más al haber visto de primera mano lo que había que hacer.
Se despertó tarde tras la noche de cosecha. Su primer pensamiento al levantarse fue para los chicos que estarían en ese momento despertándose en las mazmorras «y flipando en colores». Inmediatamente sonrió. Siempre era una buena noticia tener una cosecha abundante y variada «estoy deseando ir a cotillear los torreones». Al pasar por delante del espejo del pasillo vio las ojeras y el pelo revuelto que traía, más largo ahora de lo que solía llevarlo. «Si mi madre me viese con estas pintas probablemente me llamaría mendigo». Al bajar, y aunque era mediodía prácticamente, se puso a hacer el desayuno.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Sigue en la Taberna.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Poco después lograron terminar el papel de teletransporte para Wen, cuyo prototipo probaron con éxito en Noel. Una vez hecho eso, para el fuego fatuo fue un alivio poder dedicarse de lleno a la nigromancia, aunque reconoció que lo aprendido había sido de gran utilidad y quizá le diese uso más adelante. Además no fue solo para Wen, sino que poco después le dieron un papel de iguales características a Tania por si se veía metida en algún problema. Los planes de hacer, a largo plazo, papeles para todos empezaron al recibir Wen un par de ataques más, de los que por suerte escapó sin daño alguno. Tenía miedo de que los ataques del grupo de Gar se volviesen más imaginativos, pero por un tiempo, la cosa se calmó. Sabía que era una falsa tranquilidad, pero el hecho de que todos estaban esforzándose tanto por mejorar le producía cierta confianza en que todo iría bien.
Después de haber acabado con el teletransporte lo primero que hizo, y que había pospuesto ya demasiado tiempo, fue reparar todas las quimeras y cadáveres con desperfectos. Mientras lo hacía, fue cuando empezó a dar vueltas a los usos que podía darle a las runas aplicadas sobre ellos, ya que Adara y Noel estaban trabajando tan duro en el tema. Iba a resultar mucho más sencillo, podía grabarlas de muchas maneras, pero mismamente con tinta indeleble sobre la piel. De hecho, también le gustaba la idea de darles uso en las armas, cosa que alguno de sus compañeros ya hacía. Cuando estuvo diseñado el sistema de runas de defensa, tuvo que rechazarlo con pesar y cierto alivio al mismo tiempo, ya que no solía ir exponiendo su propio cuerpo y era demasiado costoso cubrir varias quimeras, que en último caso siempre eran remplazables. Le parecía un sistema sorprendente, pero ahorrarse el tedio que suponía tatuarlo por todo el cuerpo realmente era un consuelo.
Cuando por fin se hubo leído de cabo a rabo dos veces el grimorio fue cuando empezó a investigar los hechizos menores que figuraban en él. Venían escalados por dificultad y resultados que obtenían. Los primeros niveles eran una patraña, pero se podían suplir los modificadores de los que carecían con implementaciones externas. O eso creía él. Solo eran teorías, porque el grimorio se limitaba a describir los efectos de cada hechizo.
Para asegurarse, hizo por fin las primeras pruebas reales en ratones muertos. Lo primero que descubrió fue que ni siquiera se movían. Creía que había metido la pata realizando los hechizos, pero los que había escogido eran tan sencillos dentro de su campo que, de hecho, solo conseguían movimientos reflejos y sistemáticos por parte de los sujetos devueltos a la vida. Poco después, se hizo evidente el desgaste en ellos. El ratón que había desangrado previamente perdió hasta los movimientos reflejos, su carne se secaba más rápidamente. Por el otro lado, el que tenía aún la sangre en el cuerpo perdía movilidad al formarse edemas.
Tuvo que volver a meter la nariz en libros de fisiología, pero no tardó en reunir una lista de sustancias que pidió a Nia. Fue una suerte que les surgiera un pequeño trabajo, porque de otro modo no habría tenido ya ahorros con los que pagar a la náyade. En la lista figuraban anticoagulantes y trombolíticos, parasimpaticomiméticos, vasodilatadores y vasoconstrictores sistémicos… todavía no tenía claro cómo emular el funcionamiento natural del cuerpo, pero para eso se había retado a probarlo en primer lugar. Continuó las pruebas entonces inyectando sustancias que paliasen los efectos negativos observados, pero no era sencillo, porque una inyección intramuscular perdía mucha eficacia en un cuerpo muerto. Tuvo que aprender a acertar en las venas de los ratones, y eso casi le dificultaba tanto la tarea como elegir usar sujetos de mayor tamaño. Obtuvo consecuencias inesperadas, unas veces más potentes de lo que pretendía, otras sin conseguir siquiera efecto alguno.
Las pruebas empezaron a hacérsele cada día más cuesta arriba. Estaba claro que con los hechizos sencillos no iba a ningún lado, pero al empezar a emplear los modificadores no hacía más que meter la pata. Cansado de pelear con aquello, se tomó un descanso volviendo a las actividades que dominaba. Con los cuerpos que tenía almacenados se construyó alguna quimera extra, aun sin saber muy bien qué uso darle. Otros cuerpos se limitó a guardarlos para cuando pudiera experimentar con bestias de mayor tamaño. De entre las sobras apartó dos cadáveres de daelicianos para Kaethe, después de asegurarse de que eran inocuos, ya que estaban dañados por lugares que les restaban utilidad. Si él no les iba a sacar provecho prefería regalárselos a la ghoul, así que se pasó por el burdel a dejarlos y de paso hacer alguna burla velada a Noel como hacía siempre que lo veía con el uniforme de trabajo.
Para poder seguir trabajando duro con la nigromancia empezó a pedir a algunos de sus amigos, sobre todo a Adara, acompañarlos en incursiones, donde solía traerse algún que otro material y, sobre todo, magia. También obtuvo una fuente interesante de ambas cosas por parte de Giz, con quien pactó que le trajese los animales más útiles que se le muriesen en el laboratorio. Y aun por si acaso, alguna noche suelta, Gael se internó en los subterráneos con un arma en cada mano, liándose a espadazos con todo lo que se encontró cerca de la entrada y tomando más magia y más repuestos de aquello que mataba. Tenía que corresponder a sus ambiciones estando preparado y sobrado de reservas.
Por eso mismo empezó a hacer una investigación sobre qué mecanismos sencillos de runas podían darle cierta utilidad extra a sus cadáveres, compaginándolo con las pruebas en ratones. Consultó varios libros con lenguajes sencillos, haciendo preguntas también a Adara e incluso Noel, ahora que se empleaba con más ahínco en ello que los demás. Las primeras pruebas que hizo tuvieron resultados variados. Si bien alguna runa dio en el clavo a la primera por tener un efecto general, aquellas que llevaban direccionantes requirieron varios reajustes. Pero por encima de eso, todavía debía probarlas en combate real durante los entrenamientos matutinos, a los que había reducido un par de horas diarias desde que estaba tan empeñado en obtener resultados rápidamente. No sabía hasta qué punto podían ser útiles los añadidos de los cadáveres, pero por el momento tenía tiempo para ir calculando qué era más inútil que ventajoso.
Mientras dedicó tiempo a las runas dejó momentáneamente la nigromancia aparcada. Lo que hizo entre tanto fue escribir las dudas a medida que le surgían, y después de algunas pruebas más sin obtener los resultados esperados, hizo una llamada por el espejo a Siloco para preguntarle de un tirón todo lo que le traía de cabeza. Se sintió estúpido por muchos de los fallos que había cometido, pero le alegró muchísimo en ese momento tener alguien a quien recurrir para preguntar. Gracias a las dudas resultas pudo por fin empezar a avanzar a un ritmo más rápido. Cogió el truco a las cantidades y perodicidad de la administración de fármacos para conseguir mantener con falsa vida a ratones que se movían por su cuenta. No eran ni avispados ni ágiles, pero caminaban y le roían los muebles como hubieran hecho en vida, y eso era solo el principio.
Ni siquiera se dio cuenta de cuándo el ambiente se había relajado de nuevo. Hasta el punto de que había vuelto a canturrear mientras trabajaba solo en el taller. De hecho, poco a poco subía el volumen de su voz, quizá para deshacerse un poco del silencio y la soledad, llegando a un punto en que alguna vez invocó una burbuja de silencio a su alrededor para que no se le escuchase en el cuchitril, aunque fuese realmente improbable. Simplemente se sentiría muy estúpido si alguien le pillaba cantando canciones de las que ni siquiera recordaba la letra y a lo mejor se dedicaba a farfullar como malamente las recordaba.
Ya faltaba aproximadamente un mes para la cosecha, y les llegó la noticia de que Noel también iba a ser cosechador en uno de los nuevos mundos. Al acercarse Samhein se planteó, como había empezado a hacer hace un par de años, la posibilidad de visitar la Tierra. No se atrevía a dejar plantado lo de Asrena, así que una vez más, lo dejó pasar. Pero tenía claro que, algún día, tenía que ir, sin importar cuando.
El último mes lo pasó haciendo pruebas con runas talladas, tanto en las armas como en las garras de los cadáveres. En estas tuvo que practicar bastante por el tamaño reducido que utilizaban, dibujándolas con una aguja y, si se equivocaba, teniendo que volver a empezar tras moldear de nuevo las uñas hasta su estado original con magia. En el caso de las armas, era un poco más complicado. Estaba falto de ideas, pero para una de las pocas que se le ocurrió, empezó a practicar más en serio a luchar con dos espadas. Era otra cosa que, con los combates de la bahía, tenía que testar también para ver si era efectivo, puesto que consistía en hacer intangible el filo de una de las armas para hacer trastabillar al rival a costa de exponerse. Además de eso, empezó a pensar cómo hacer una daga que se volvía invisible al presionar el extremo del mango. Ese era un hechizo que no dominaba con la facilidad del anterior, con lo que, cuando llegó la cosecha, todavía estaba trabajando en ello. Le carcomía la imposibilidad de sacar más tiempo libre para hacer todo lo que quería, pero estaba más que satisfecho con los avances de los últimos meses. Varios de los modificadores de los hechizos que devolvían a la vida ya le salían, incluso en animales mayores como colaespinas y un cánido.
En Samhein se le unió Matt como acompañante al cosechar, y después de hablar animadamente con Nasher, Noel, y otros veteranos, partieron cada uno al mundo que le correspondía. Fue, con diferencia, el año en que mejor se lo pasó durante la cosecha. No era un mundo nada fácil por lo que costaba encontrar a las tribus nómadas, por eso la compañía lo hizo más llevadero. Gael pensó que si alguna vez se decidía a hacer el viaje a la Tierra, Matt era ideal para sustituirle, y más al haber visto de primera mano lo que había que hacer.
Se despertó tarde tras la noche de cosecha. Su primer pensamiento al levantarse fue para los chicos que estarían en ese momento despertándose en las mazmorras «y flipando en colores». Inmediatamente sonrió. Siempre era una buena noticia tener una cosecha abundante y variada «estoy deseando ir a cotillear los torreones». Al pasar por delante del espejo del pasillo vio las ojeras y el pelo revuelto que traía, más largo ahora de lo que solía llevarlo. «Si mi madre me viese con estas pintas probablemente me llamaría mendigo». Al bajar, y aunque era mediodía prácticamente, se puso a hacer el desayuno.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Sigue en la Taberna.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Anexo: Inventario actualizado del taller
(Nuevas quimeras y descripción de las runas).
(Nuevas quimeras y descripción de las runas).
- Spoiler:
QUIMERAS:
1) Tórax y cabeza de frivy, incluyendo brazos hasta el codo. Las manos son garras humanoides, una con aspecto de pertenecer a un ave y la otra peluda. Piernas similares a las de un oso pero más largas. Puede empuñar armas con las dos manos y lanzar hechizos. Camina a dos patas. Está algo “viejo” de recibir golpes.
-Runa con hechizo de raigambre activada por presión en el antebrazo derecho.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el pecho.
-Runa de explosión controlada activada por contraseña y con retardo de 30 segundos. En la parte interior del muslo derecho.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
2) Tórax alado con sus propias patas de ave, y brazos y cabeza de frivy. Puede volar y lanzar hechizos, así como empuñar armas solamente si son ligeras (aunque no si está volando). Está ya muy “vieja” de recibir golpes.
- Runa con hechizo de raigambre activada por presión en el antebrazo.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el cuello.
-Runa de explosión controlada activada por contraseña y con retardo de 30 segundos. Situada en el pecho.
3) Tórax alado con sus propias patas de ave, y brazos y cabeza de daeliciano menudo. Es una versión mejorada de la anterior.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el cuello.
4) Monstruo de pelaje verde y hocico chato, de gran envergadura. Las patas traseras pertenecen a otra especie diferente. Puede caminar tanto a dos patas como a cuatro. Tiene brazos fuertes acabados en garras que pueden sostener armas pesadas.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el pecho.
5) Acorazado osezno, un oso de los subterráneos que lleva acoplada una coraza. Puede pelear cuerpo a cuerpo con dientes y garras.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
6) Criatura de piel viscosa y amarillenta con dos costuras donde tenías unos vestigios de alas atrofiadas (desechadas por inútiles). Se sostiene a dos patas. Es ciega y le cuelgan tres pares de bigotes viscosos donde deberían estar los ojos (se guía por vibraciones y sonido, pero es poco eficiente en lo primero). Le faltaban ambos brazos, sustituidos por brazos de hombre bestia.
-Runa con explosión de luz activada por presión en el cuello.
7) Oso de los subterráneos con cabeza de reptil de morro largo con dientes chatos pero afilados. Le falta un ojo.
CADÁVERES:
1) Joven humano pecoso. Pelirrojo y no muy alto, de aproximadamente quince años. De todos los cadáveres es el único que no está en el taller. Tiene su propio ataúd y está en el cuchitril.
2) Hombre varmano bastante musculoso y alto dentro de su especie. De pelo azulado y rasgos hoscos.
3) Niña varmana de aproximadamente ocho años, menuda y con una melena violeta.
- Runa con embrujo de tiniebla activada por presión en el pecho.
4) Vlakai.
- Runa con explosión de luz activada por presión en el vientre.
5) Dragón de los subterráneos. Pelaje blanquecino, ciego, y con apéndices en la espalda. El pedazo de cola que le faltaba ha sido sustituido por una maza de gran tamaño.
-Runa con explosión de luz activada por presión en la parte superior de la cabeza.
6) Quimera de los subterráneos (quimera clásica) con una costura alrededor del cuello.
7) Criatura reptiliana alta (aprox. 2 m) y fibrosa, de escamas marrones muy duras. Se sostiene a dos patas y sus manos pueden empuñar. Tiene una costura de tamaño notable en el estómago.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
8) Un hombre bestia en mal estado. Le falta un brazo, se usa para repuestos.
9) Ratones, colaespinas y otros roedores pequeños.
-Alguno de los ratones (aquellos que lleve en el bolsillo) tienen una runa con un embrujo de tiniebla activado por presión en el vientre.
10) Dos daelicianos para repuestos.
11) Cuerpo de reptil sin cabeza. Camina a cuatro patas, que son cortas y tiene una gran cola.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.