El Cuchitril (Archivo I)
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Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El Cuchitril (Archivo I)
21/04/14, 10:45 pm
Tania se empeñaba en decir que estaba bien, pero Vac no las tenía todas consigo. Guardo silencio, no obstante, quizás el aire fresco terminara por despejarla por fin. Dejo que la muchacha le cogiera la mano sin darle mucha importancia, pero en su subconsciente se empezaban a disparar varias alarmas, pues no entendía a que venia aquella actitud tan cariñosa.
Su ultima pregunta, acompañada de aquella risilla tan poco apropiada, le descoloco por momentos y su mente se alejó de allí. Las caras de las personas que habían perdido la vida por su mano desfilaron por su cabeza a toda velocidad, y casi todas presentaban una mueca de horror retorcida. No fue una experiencia agradable, y durante un segundo todo su cuerpo se tensó, tratando de asimilar aquella pregunta.
―No... no lo se ―murmuró―, deje de contar hace mucho tiempo ―añadió, liberando su mano con suavidad y pasándosela por el rostro. El griego cerró los ojos y volvió a guardar todas aquellas imágenes en un rincón oscuro de su cabeza, no era un buen momento para recordar aquello.
Comprendía el miedo de la muchacha, pues el mismo estaría asustado si fuera una persona corriente, pero la nublina debía saber que ellos nunca le harían nada, y que lo dudara resultaba preocupante.
―No soy tan amable, Tania, o al menos no mas que el resto, no merezco un trato distinto. No sirve de nada justificarse, la Luna solo revela lo que somos en realidad y después nos reúne en esta ciudad de locos; y tal vez sea lo mejor, a fin de cuentas los manicomios se construyen por algo ―comentó, volviendo a observar las evoluciones de los roedores voladores―. Tu no eres un monstruo, y tampoco estas loca, pero eres una de los nuestros, y por ese motivo nunca te haríamos daño ―aseguró, mirándola durante un instante para dar peso a sus palabras.
Su ultima pregunta, acompañada de aquella risilla tan poco apropiada, le descoloco por momentos y su mente se alejó de allí. Las caras de las personas que habían perdido la vida por su mano desfilaron por su cabeza a toda velocidad, y casi todas presentaban una mueca de horror retorcida. No fue una experiencia agradable, y durante un segundo todo su cuerpo se tensó, tratando de asimilar aquella pregunta.
―No... no lo se ―murmuró―, deje de contar hace mucho tiempo ―añadió, liberando su mano con suavidad y pasándosela por el rostro. El griego cerró los ojos y volvió a guardar todas aquellas imágenes en un rincón oscuro de su cabeza, no era un buen momento para recordar aquello.
Comprendía el miedo de la muchacha, pues el mismo estaría asustado si fuera una persona corriente, pero la nublina debía saber que ellos nunca le harían nada, y que lo dudara resultaba preocupante.
―No soy tan amable, Tania, o al menos no mas que el resto, no merezco un trato distinto. No sirve de nada justificarse, la Luna solo revela lo que somos en realidad y después nos reúne en esta ciudad de locos; y tal vez sea lo mejor, a fin de cuentas los manicomios se construyen por algo ―comentó, volviendo a observar las evoluciones de los roedores voladores―. Tu no eres un monstruo, y tampoco estas loca, pero eres una de los nuestros, y por ese motivo nunca te haríamos daño ―aseguró, mirándola durante un instante para dar peso a sus palabras.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
21/04/14, 11:32 pm
Tania
La nublina esbozó una sonrisa traviesa, curiosa con la respuesta del hado.
-Ohh... Yo todavia no he matado a ninguna persona como tal. Solo bestias y alimañas hasta ahora. Con todo lo que he aprendido aquí, pensé que a este paso llegaria poder a ser útil alguna vez y, bueno, si encuentro un buen tiro, soy decente con el arco. Quizás me llegue el turno a mi algún día y me convierta en una asesina tambien. Quién sabe...-soltó con los ojos denotando inocencia. Iba paulatinamente notando más y más sueño, e incluso bostezó en una ocasión.
Sin embargo el hado comenzó a decir algo que no se esperaba. El mito que tenia construido entorno al Hado, la personalidad que hasta ahora conocia habia sido demasiada simple y llana al pensar que seria tan simple como ella misma. De nuevo, lo achacó a como era ella, al fin de al cabo y, por otra parte, logró conocer aquella nueva faceta del hado. Se quedó ligeramente boquiabierta cuando se comenzó a tildar de loco y a exponer algunas de las que supuso que solo serian unas pocas de sus inseguirdades. Aunque su mito se habia desmoronado, sentia que se estaba acercando más y más a Vac, al verdadero Vac y por ello le restó importancia alguna, pues a fin de cuentas, seguia amandole, perfecto o no.
-¿Qué no eres amable?-respondió, burlonamente.- Aquel día, en la fiesta, fui como una obligación, para cuidar del descerebrado albino y sin embargo tu hiciste que esa noche fuese especial para mi y todavia recuerdo cuando bail- se corrigio.-Bailaste tú, porque yo...-admitió con una corta risa.-Fue muy bonito y nunca me olvidare de ello.-
No dejó ahí el tema.
-Y si, no eres el único. Los cuchitrileros se han portado bastante bien conmigo, en comparación a muchas de las historias que he oido sobre esclavos o... Bueno, para que mentir: Has visto trabajar a otros esclavos en esta ciudad y seguramente tengan una vida tan puta, melancolica y lastimosa que debo de parecerles como una esclava de la nobleza o algo...-continuó, después de otro bostezo, esta vez más largo.
-Pero eso no quita que no eres especial, Vac. Sobretodo para mi... Yo...-
Habia pensado como parafrasearlo. Como ser honesta con sus sentimientos, pero sin decepcionar al hado. Y los deshinibidores no la ayudaban mucho a pensar con claridad. El sofoco comenzó a acentuarse y el cuerpo de la nublina comenzaba a aletargarse de debilidad.
-¡Argh! ¿¡No lo entiendes!?-exclamó furiosa, más enfadada consigo misma por no poder decirlo claro que con el hado.
Sin embargo, los deshinibidores si que le dejaban un camino claro. Si las palabras no surgian, las acciones hablarian por ella y esta vez no habia ningun tipo de verguenza o timidez que la parase. Iba a por el premio gordo y estaba dispuesta a todo para tal.
Y así que hizo lo más bizarro que Tania habia hecho en toda su simple existencia. Se levantó de su asiento unos instantes fugaces para, a continuación, sentarse ahorcajadas sobre el regazo del griego, entre cruzó sus manos y las descansó en su nuca, enterrando sus dedos hondamente en su atractivo cabello que despedia unos destellos especialmente rojizos en aquella noche en particular. Su cara, era todo un poema: Una sonrisa pícara que iba de oreja a oreja que solo desapareció unos instantes solo cuando se relamió sensualmente. Unos ojos cargados de deseo, de ganas de arrancar su ropa y navegar sus labios con los propios, así como nadar en el mar de su boca. Y por último, el rubor se habia extendido ya sin medida o control por todo su rostro y orejas que parecian un hierro candente.
-Te pille~-dijo en una voz infantil con un deje cantarín.
Entonces, recorrió las facciones del griego con una mano, mientras que con la otra enredaba su pelo y, por otra parte, se mecia lentamente con la cadera sobre su nuevo y atractivo asiento en el regazo del chico.
-Vac... Tú eres más importante que los demás para mi. Los demás pueden ser amables, pueden ser cariñosos, cercanos, pero nunca tendrán algo que yo busco; que deseo...-
Las caricias en la cara del hado se detuvieron para finalmente posarse en la mandíbula de este. Lenta, muy lentamente, comenzó a inclinarse hacia delante, sus labios relajandose, como preparandose para un beso a cámara lenta y, a la misma velocidad, comenzó a tirar de la cara del chico, para facilitarle el beso.
Esta vez Tania iba a por todas y nada la iba a detener: Conseguiria, al menos, un beso del chico. Ya le daba igual todo, si llegaba a odiarla tambien le daba igual. Ella podria morir feliz con un solo beso del chico, a poco más podria aspirar.
-Me gustas... Me gustas tanto que cuando pienso en tí no puedo hacer nada bien, me distraigo... Quiero que tú tambien me quieras, pero si aun así no lo haces, por lo menos me llevaré esto, aunque solo sea por esta noche de locos...-
Pero algo raro pasó. Justo cuando ambas caras estuvieron a escasos centímetros la fuerza de la nublina cayó en picado al igual que sus párpados y su cabeza se estrelló suavemente en el pecho del chico. Todo su cuerpo se relajó y entonces comenzó a roncar suavemente: Se habia quedado dormida, aunque, ni por un instante, se soltó de Vac.
La nublina esbozó una sonrisa traviesa, curiosa con la respuesta del hado.
-Ohh... Yo todavia no he matado a ninguna persona como tal. Solo bestias y alimañas hasta ahora. Con todo lo que he aprendido aquí, pensé que a este paso llegaria poder a ser útil alguna vez y, bueno, si encuentro un buen tiro, soy decente con el arco. Quizás me llegue el turno a mi algún día y me convierta en una asesina tambien. Quién sabe...-soltó con los ojos denotando inocencia. Iba paulatinamente notando más y más sueño, e incluso bostezó en una ocasión.
Sin embargo el hado comenzó a decir algo que no se esperaba. El mito que tenia construido entorno al Hado, la personalidad que hasta ahora conocia habia sido demasiada simple y llana al pensar que seria tan simple como ella misma. De nuevo, lo achacó a como era ella, al fin de al cabo y, por otra parte, logró conocer aquella nueva faceta del hado. Se quedó ligeramente boquiabierta cuando se comenzó a tildar de loco y a exponer algunas de las que supuso que solo serian unas pocas de sus inseguirdades. Aunque su mito se habia desmoronado, sentia que se estaba acercando más y más a Vac, al verdadero Vac y por ello le restó importancia alguna, pues a fin de cuentas, seguia amandole, perfecto o no.
-¿Qué no eres amable?-respondió, burlonamente.- Aquel día, en la fiesta, fui como una obligación, para cuidar del descerebrado albino y sin embargo tu hiciste que esa noche fuese especial para mi y todavia recuerdo cuando bail- se corrigio.-Bailaste tú, porque yo...-admitió con una corta risa.-Fue muy bonito y nunca me olvidare de ello.-
No dejó ahí el tema.
-Y si, no eres el único. Los cuchitrileros se han portado bastante bien conmigo, en comparación a muchas de las historias que he oido sobre esclavos o... Bueno, para que mentir: Has visto trabajar a otros esclavos en esta ciudad y seguramente tengan una vida tan puta, melancolica y lastimosa que debo de parecerles como una esclava de la nobleza o algo...-continuó, después de otro bostezo, esta vez más largo.
-Pero eso no quita que no eres especial, Vac. Sobretodo para mi... Yo...-
Habia pensado como parafrasearlo. Como ser honesta con sus sentimientos, pero sin decepcionar al hado. Y los deshinibidores no la ayudaban mucho a pensar con claridad. El sofoco comenzó a acentuarse y el cuerpo de la nublina comenzaba a aletargarse de debilidad.
-¡Argh! ¿¡No lo entiendes!?-exclamó furiosa, más enfadada consigo misma por no poder decirlo claro que con el hado.
Sin embargo, los deshinibidores si que le dejaban un camino claro. Si las palabras no surgian, las acciones hablarian por ella y esta vez no habia ningun tipo de verguenza o timidez que la parase. Iba a por el premio gordo y estaba dispuesta a todo para tal.
Y así que hizo lo más bizarro que Tania habia hecho en toda su simple existencia. Se levantó de su asiento unos instantes fugaces para, a continuación, sentarse ahorcajadas sobre el regazo del griego, entre cruzó sus manos y las descansó en su nuca, enterrando sus dedos hondamente en su atractivo cabello que despedia unos destellos especialmente rojizos en aquella noche en particular. Su cara, era todo un poema: Una sonrisa pícara que iba de oreja a oreja que solo desapareció unos instantes solo cuando se relamió sensualmente. Unos ojos cargados de deseo, de ganas de arrancar su ropa y navegar sus labios con los propios, así como nadar en el mar de su boca. Y por último, el rubor se habia extendido ya sin medida o control por todo su rostro y orejas que parecian un hierro candente.
-Te pille~-dijo en una voz infantil con un deje cantarín.
Entonces, recorrió las facciones del griego con una mano, mientras que con la otra enredaba su pelo y, por otra parte, se mecia lentamente con la cadera sobre su nuevo y atractivo asiento en el regazo del chico.
-Vac... Tú eres más importante que los demás para mi. Los demás pueden ser amables, pueden ser cariñosos, cercanos, pero nunca tendrán algo que yo busco; que deseo...-
Las caricias en la cara del hado se detuvieron para finalmente posarse en la mandíbula de este. Lenta, muy lentamente, comenzó a inclinarse hacia delante, sus labios relajandose, como preparandose para un beso a cámara lenta y, a la misma velocidad, comenzó a tirar de la cara del chico, para facilitarle el beso.
Esta vez Tania iba a por todas y nada la iba a detener: Conseguiria, al menos, un beso del chico. Ya le daba igual todo, si llegaba a odiarla tambien le daba igual. Ella podria morir feliz con un solo beso del chico, a poco más podria aspirar.
-Me gustas... Me gustas tanto que cuando pienso en tí no puedo hacer nada bien, me distraigo... Quiero que tú tambien me quieras, pero si aun así no lo haces, por lo menos me llevaré esto, aunque solo sea por esta noche de locos...-
Pero algo raro pasó. Justo cuando ambas caras estuvieron a escasos centímetros la fuerza de la nublina cayó en picado al igual que sus párpados y su cabeza se estrelló suavemente en el pecho del chico. Todo su cuerpo se relajó y entonces comenzó a roncar suavemente: Se habia quedado dormida, aunque, ni por un instante, se soltó de Vac.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El Cuchitril (Archivo I)
22/04/14, 08:30 pm
Hablaba de acabar con la vida de alguien como si fuera algo bueno, algo fácil, algo que no te perseguía para siempre a no ser que fueras un puto psicópata, no entendía a la nublina.
―Matar no es algo que quieras hacer... ―empezó a replicar, pero Tania volvió a hablar, y la conversación tomo otro cariz.
La muchacha le recordó la fiesta de la Alianza con los libenses, como había bailado con ella y como eso la había hecho sentir bien. El griego lo recordaba, había notado en su día que la chica estaba nerviosa, y buscando que se relajara la había sacado a bailar, logrando así que se olvidara de la gente que le rodeaba. Pero siguió hablando, y el tema se desvió al resto de esclavos de la ciudad, de como la veían a ella y que la consideraban una especie de esclava de la realeza.
―Tania, te he dicho que no eres... ―trató de interrumpirla, pero no le dejó, y con un grito de frustración le cortó a media frase.
El hado la miro perplejo, sin saber a que se refería, pues efectivamente no lo entendía. Tania permaneció en silencio unos instantes, sin apenas moverse, hasta que de pronto se puso en pie y, sin darle tiempo a reaccionar, se abalanzó sobre él y se montó a horcajadas en su regazo. Vac se quedó congelado, pues no se esperaba aquello, y mientras la nublina entrelazaba las manos en su nuca, el hado solo pudo mirar con ojos llenos de confusión el rostro pícaro de la muchacha. Estaba roja como un tomate, y el griego podía sentir el calor que desprendía en su propia piel, pero eso no parecía cohibirla. La muchacha comenzó a acariciar las facciones del chico con una mano mientras la otra seguía jugueteando con su pelo, y poco a poco comenzó a balancear sus caderas sobre el regazo del humano.
Entonces empezó a declararse, y la confusión de Vac alcanzó cotas astronómicas. Tania deslizó sus manos por la mandíbula del griego y empezó a tirar de su rostro, dispuesta a darle un beso. El hado era incapaz de reaccionar, y no efectuó ningún movimiento mientras la chica seguía hablando, confesándole sus sentimientos y acercando sus labios poco a poco. Pero el beso no llegó.
Cuando apenas unos centímetros le separaban de su objetivo, la nublina cayó profundamente dormida y su cabeza se estrelló con suavidad contra el pecho del hado. Vac aun seguía bloqueado, observando sin ver el espacio que hasta hacía unos segundos ocupaban los ojos febriles de la muchacha, y cuando por fin reacciono, dejó escapar con un suspiro todo el aire que hasta entonces había retenido en los pulmones. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
Tania seguía aferrada a él en su inconsciencia, y durante unos minutos el griego fue incapaz de cambiar de postura, temeroso de despertarla. Ahora le venían a la cabeza numerosas ocasiones en las que había tratado de poner nerviosa a la muchacha, dedicándole guiños picaros y demás tonterías. Se le daba bien bromear, pero aquel asunto había trascendido a otra cosa, y hacía mucho tiempo que no se las tenía que ver con algo así.
Al final se puso en pie con cuidado, asegurando a la nublina entre sus brazos y poniendo rumbo hacia el Cuchitril, no podía pensar con claridad en aquel momento. Caminó en silencio, con expresión ausente, llamando a la puerta al llegar a su destino.
―Se ha dormido ―explicó en un murmullo―, será mejor que la lleve a su cuarto. Ahora mismo bajo.
Subió las escaleras con cuidado, y una vez estuvo en la habitación de Toima, dejó a la nublina sobre su cama. La observó durante unos instantes, indeciso, y al final cerró los ojos para desvestirla sin ver nada. Le dejó la camiseta sobre la ropa interior, y tras arroparla con delicadeza, le dio un beso fugaz en la frente, saliendo después y cerrando la puerta tras de si.
Permaneció en el pasillo a oscuras unos segundos, tratando de tranquilizarse, y cuando mas o menos lo hubo logrado, volvió al salón con los demás cuchitrileros.
―Comió algo durante el paseo, y calculo que duerma hasta mañana de un tirón ―les informó, acercándose a la barra y sirviéndose una jarra de cerveza, que procedió a apurar de dos largos tragos―. También se... bueno, se me ha declarado ―comentó en voz apenas audible, tirándose otra jarra con nerviosismo. De no ser por su trasformación, se podría apreciar un ligero rubor en su rostro.
En otras circunstancias habría respetado la intimidad de Tania, pero no estaba seguro de que aquello no hubiera sido otro efecto secundario de la droga de Nia, y si era así los demás tenían que saberlo.
―Matar no es algo que quieras hacer... ―empezó a replicar, pero Tania volvió a hablar, y la conversación tomo otro cariz.
La muchacha le recordó la fiesta de la Alianza con los libenses, como había bailado con ella y como eso la había hecho sentir bien. El griego lo recordaba, había notado en su día que la chica estaba nerviosa, y buscando que se relajara la había sacado a bailar, logrando así que se olvidara de la gente que le rodeaba. Pero siguió hablando, y el tema se desvió al resto de esclavos de la ciudad, de como la veían a ella y que la consideraban una especie de esclava de la realeza.
―Tania, te he dicho que no eres... ―trató de interrumpirla, pero no le dejó, y con un grito de frustración le cortó a media frase.
El hado la miro perplejo, sin saber a que se refería, pues efectivamente no lo entendía. Tania permaneció en silencio unos instantes, sin apenas moverse, hasta que de pronto se puso en pie y, sin darle tiempo a reaccionar, se abalanzó sobre él y se montó a horcajadas en su regazo. Vac se quedó congelado, pues no se esperaba aquello, y mientras la nublina entrelazaba las manos en su nuca, el hado solo pudo mirar con ojos llenos de confusión el rostro pícaro de la muchacha. Estaba roja como un tomate, y el griego podía sentir el calor que desprendía en su propia piel, pero eso no parecía cohibirla. La muchacha comenzó a acariciar las facciones del chico con una mano mientras la otra seguía jugueteando con su pelo, y poco a poco comenzó a balancear sus caderas sobre el regazo del humano.
Entonces empezó a declararse, y la confusión de Vac alcanzó cotas astronómicas. Tania deslizó sus manos por la mandíbula del griego y empezó a tirar de su rostro, dispuesta a darle un beso. El hado era incapaz de reaccionar, y no efectuó ningún movimiento mientras la chica seguía hablando, confesándole sus sentimientos y acercando sus labios poco a poco. Pero el beso no llegó.
Cuando apenas unos centímetros le separaban de su objetivo, la nublina cayó profundamente dormida y su cabeza se estrelló con suavidad contra el pecho del hado. Vac aun seguía bloqueado, observando sin ver el espacio que hasta hacía unos segundos ocupaban los ojos febriles de la muchacha, y cuando por fin reacciono, dejó escapar con un suspiro todo el aire que hasta entonces había retenido en los pulmones. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
Tania seguía aferrada a él en su inconsciencia, y durante unos minutos el griego fue incapaz de cambiar de postura, temeroso de despertarla. Ahora le venían a la cabeza numerosas ocasiones en las que había tratado de poner nerviosa a la muchacha, dedicándole guiños picaros y demás tonterías. Se le daba bien bromear, pero aquel asunto había trascendido a otra cosa, y hacía mucho tiempo que no se las tenía que ver con algo así.
Al final se puso en pie con cuidado, asegurando a la nublina entre sus brazos y poniendo rumbo hacia el Cuchitril, no podía pensar con claridad en aquel momento. Caminó en silencio, con expresión ausente, llamando a la puerta al llegar a su destino.
―Se ha dormido ―explicó en un murmullo―, será mejor que la lleve a su cuarto. Ahora mismo bajo.
Subió las escaleras con cuidado, y una vez estuvo en la habitación de Toima, dejó a la nublina sobre su cama. La observó durante unos instantes, indeciso, y al final cerró los ojos para desvestirla sin ver nada. Le dejó la camiseta sobre la ropa interior, y tras arroparla con delicadeza, le dio un beso fugaz en la frente, saliendo después y cerrando la puerta tras de si.
Permaneció en el pasillo a oscuras unos segundos, tratando de tranquilizarse, y cuando mas o menos lo hubo logrado, volvió al salón con los demás cuchitrileros.
―Comió algo durante el paseo, y calculo que duerma hasta mañana de un tirón ―les informó, acercándose a la barra y sirviéndose una jarra de cerveza, que procedió a apurar de dos largos tragos―. También se... bueno, se me ha declarado ―comentó en voz apenas audible, tirándose otra jarra con nerviosismo. De no ser por su trasformación, se podría apreciar un ligero rubor en su rostro.
En otras circunstancias habría respetado la intimidad de Tania, pero no estaba seguro de que aquello no hubiera sido otro efecto secundario de la droga de Nia, y si era así los demás tenían que saberlo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
22/04/14, 08:55 pm
Toima
El ulterano andaba con pies de plomo mientras tiraba de algo muy pesado. Detrás de él un cadaver sangrante con un agujero de unos cinco centímertos de diametro en un costado que supuraba sangre oscura. Un enorme pez vela de alrededor de unos cinco metros de envergadura habia sido la pesca del ulterano. Parecia haber muerto al instante por la manera que Toima lo habia pescado.
Aquel día no habia salido del cuchitril temprano pensando que acabaria pescando algo, pero por el caminó penso que ya que estaba, podia ahorrarse unos dineros alimentando a la lagarta con su experimento y, en efecto, le habia salido bien la jugada. Entró en el recinto del cuchitril dejando un rasto de sangre en la entrada. Dió unas palmadas en la caseta de la lagarta y silbó dos veces. Las garras resonaron sobre la piedra para finalmente abalanzarse en la carne tierna que le habia traido el ulterano. Con sonidos de fauces abriendose y cerrando y garras trinchando el ulterano le palmeó el lomo a su compañera para despues dirigirse alegremente hacia el cuchitril.
Parecia de muy buen humor. Sin embargo, los de dentro no.
Habia llegado segundos despues de que Vac les hubiera explicado lo que habia pasado fuera. El ulterano, sin embargo, no habia llegado a oir nada.
-¿A que vienen esas caras tan largas?-preguntó alegremente.
El ulterano andaba con pies de plomo mientras tiraba de algo muy pesado. Detrás de él un cadaver sangrante con un agujero de unos cinco centímertos de diametro en un costado que supuraba sangre oscura. Un enorme pez vela de alrededor de unos cinco metros de envergadura habia sido la pesca del ulterano. Parecia haber muerto al instante por la manera que Toima lo habia pescado.
Aquel día no habia salido del cuchitril temprano pensando que acabaria pescando algo, pero por el caminó penso que ya que estaba, podia ahorrarse unos dineros alimentando a la lagarta con su experimento y, en efecto, le habia salido bien la jugada. Entró en el recinto del cuchitril dejando un rasto de sangre en la entrada. Dió unas palmadas en la caseta de la lagarta y silbó dos veces. Las garras resonaron sobre la piedra para finalmente abalanzarse en la carne tierna que le habia traido el ulterano. Con sonidos de fauces abriendose y cerrando y garras trinchando el ulterano le palmeó el lomo a su compañera para despues dirigirse alegremente hacia el cuchitril.
Parecia de muy buen humor. Sin embargo, los de dentro no.
Habia llegado segundos despues de que Vac les hubiera explicado lo que habia pasado fuera. El ulterano, sin embargo, no habia llegado a oir nada.
-¿A que vienen esas caras tan largas?-preguntó alegremente.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
22/04/14, 09:37 pm
Noel atendió sin intervenir a las intervenciones del resto. No se sentía con demasiado derecho a opinar acerca de cómo proceder con aquello, pero consideró que debía compartir lo que ya le había contado a Gael en parte tras haber oído a Adara.
—Tiene miedo. Hace unas semanas estuvimos hablando, surgió el tema casualmente. Y me confesó que vivía muy asustada de lo que pudiera sucederle… Estaba convencida de que ella iba a ser la siguiente después de Yloh. —Se descruzó de brazos y se rascó ligeramente la cabeza mientras hacía memoria, todavía sin mirar hacia nadie. Su vista se posaba en algún punto del vacío cerca del suelo—. No dijo que nos tuviese miedo a nosotros, como sí ha hecho ahora, pero en realidad no estoy tan seguro de que no sea así. Al menos… —<<no en mi caso>>. Dejó el final de la frase en pensamiento—. Y Toima tiene que saberlo, por supuesto. Yo mismo le explicaré lo que ha pasado.
El que apareció poco después, no obstante, fue Vac. Llevaba a una Tania dormida en brazos y el sueco se preguntó si el hado había recurrido a los hechizos de sueño o la chica se habría quedado dormida por sí sola. El hado respondió a su pregunta sin llegar a formularla. lo importante era que ya no tendrían que seguir lidiando con la nublina bajo los efectos de la droga. Poco después, su hermano regresó al salón tras haber dejado a Tania en su cuarto y sirviéndose una jarra de cerveza antes de explicarles algo más.
Lo que dijo tan solo cogió ligeramente por sorpresa al sueco durante unos instantes. El tiempo que tardó en procesar que el efecto de la droga de Tania era desinhibidor y, por tanto, no era algo raro que en ese estado hubiera confesado lo que sentía por Vac. Porque para él hacía tiempo que era bastante evidente que, como mínimo, la nublina estaba interesada en su hermano. Por la expresión y el tono que empleó éste, no obstante, no parecía que fuese su caso.
—Bueno, tarde o temprano tenía que suceder —dijo finalmente sin rastro de sarcasmo o burla. Se sentó a la mesa en una silla a su lado y se sirvió tortilla además de cerveza. Volvía a tener hambre—. ¿Qué vas a hacer al respecto? —se interesó. No tenía ni idea de cómo se sentía el hado al respecto, aparte de evidentemente desconcertado.
No mucho después de que el hado pudiese responder, el sueco supo a quién pertenecían los pasos que se acercaban a la puerta del cuchitril y no hizo más comentarios al respecto. Continuó comiendo hasta que el argos finalmente entró, preguntando por el evidente ambiente poco alegre que inundaba el salón en aquellos instantes.
—Hemos tenido algunos… problemas con Tania mientras no estabas —dijo a modo de explicación introductoria—. Es bastante largo de explicar. Ella ahora está durmiendo en el cuarto.
A continuación, el draco, con la ayuda de las intervenciones del resto, comenzó a relatarle al ulterano lo que había ido sucediendo, empezando por el incidente en la botica de Nia para explicar después el comportamiento que había tenido la nublina y lo que había dicho. Cuando llegó al momento en el que Vac salió con Tania para tomar el aire le dirigió una mirada al hado antes de resumir simplemente que una vez fuera, ella se había relajado por fin y se había quedado dormida tras comer un poco.
—Estábamos debatiendo qué hacer al respecto justo antes de que llegases. Queremos hablar con ella para que nos diga si de verdad se siente así. Pero quiero dejar claro desde el principio que no podré estar de acuerdo en que se quede aquí si ha sido completamente sincera —finalizó observando fijamente a Toima.
—Tiene miedo. Hace unas semanas estuvimos hablando, surgió el tema casualmente. Y me confesó que vivía muy asustada de lo que pudiera sucederle… Estaba convencida de que ella iba a ser la siguiente después de Yloh. —Se descruzó de brazos y se rascó ligeramente la cabeza mientras hacía memoria, todavía sin mirar hacia nadie. Su vista se posaba en algún punto del vacío cerca del suelo—. No dijo que nos tuviese miedo a nosotros, como sí ha hecho ahora, pero en realidad no estoy tan seguro de que no sea así. Al menos… —<<no en mi caso>>. Dejó el final de la frase en pensamiento—. Y Toima tiene que saberlo, por supuesto. Yo mismo le explicaré lo que ha pasado.
El que apareció poco después, no obstante, fue Vac. Llevaba a una Tania dormida en brazos y el sueco se preguntó si el hado había recurrido a los hechizos de sueño o la chica se habría quedado dormida por sí sola. El hado respondió a su pregunta sin llegar a formularla. lo importante era que ya no tendrían que seguir lidiando con la nublina bajo los efectos de la droga. Poco después, su hermano regresó al salón tras haber dejado a Tania en su cuarto y sirviéndose una jarra de cerveza antes de explicarles algo más.
Lo que dijo tan solo cogió ligeramente por sorpresa al sueco durante unos instantes. El tiempo que tardó en procesar que el efecto de la droga de Tania era desinhibidor y, por tanto, no era algo raro que en ese estado hubiera confesado lo que sentía por Vac. Porque para él hacía tiempo que era bastante evidente que, como mínimo, la nublina estaba interesada en su hermano. Por la expresión y el tono que empleó éste, no obstante, no parecía que fuese su caso.
—Bueno, tarde o temprano tenía que suceder —dijo finalmente sin rastro de sarcasmo o burla. Se sentó a la mesa en una silla a su lado y se sirvió tortilla además de cerveza. Volvía a tener hambre—. ¿Qué vas a hacer al respecto? —se interesó. No tenía ni idea de cómo se sentía el hado al respecto, aparte de evidentemente desconcertado.
No mucho después de que el hado pudiese responder, el sueco supo a quién pertenecían los pasos que se acercaban a la puerta del cuchitril y no hizo más comentarios al respecto. Continuó comiendo hasta que el argos finalmente entró, preguntando por el evidente ambiente poco alegre que inundaba el salón en aquellos instantes.
—Hemos tenido algunos… problemas con Tania mientras no estabas —dijo a modo de explicación introductoria—. Es bastante largo de explicar. Ella ahora está durmiendo en el cuarto.
A continuación, el draco, con la ayuda de las intervenciones del resto, comenzó a relatarle al ulterano lo que había ido sucediendo, empezando por el incidente en la botica de Nia para explicar después el comportamiento que había tenido la nublina y lo que había dicho. Cuando llegó al momento en el que Vac salió con Tania para tomar el aire le dirigió una mirada al hado antes de resumir simplemente que una vez fuera, ella se había relajado por fin y se había quedado dormida tras comer un poco.
—Estábamos debatiendo qué hacer al respecto justo antes de que llegases. Queremos hablar con ella para que nos diga si de verdad se siente así. Pero quiero dejar claro desde el principio que no podré estar de acuerdo en que se quede aquí si ha sido completamente sincera —finalizó observando fijamente a Toima.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 12:10 am
Ya veo, parece que he acertado un clavo… Es lógico considerar que lo de Yloh le iba a afectar más allá de como la muerte de un amigo. Sí, naturalmente, todos deberíamos saberlo. A ver si llega… ¿Toima tal vez? Ah, no, Vac. Menos mal, también es un alivio ver que ha conseguido que se duerma en tan poco. Va a dormirla, así que mientras voy a hacer algo de tiempo.
Ya sé. Me apetece un poco de ese whisky que compré… no me costó baratito, pero ahora me apetece mucho algo de alcohol bueno. Es una ocasión especial, después de todo. Un poquito de hielo… esa pequeña chuchería que tanto me gusta… aquí está: un par de cubos metálicos abiertos por una de las caras y con un circuito rúnico grabado para congelar agua; sencillito pero útil. Y hecho por mí. Un cubito… y otro más. Veamos, y ahora mi preciosa bebida… Medio vaso. Exacto. ¡Perfecto!
Vaya, así que Tania se ha lanzado… o bueno, lo que sea que tenía el cuerpo de Tania. No era ningún secreto, se le notaba desde hacía tiempo. En otra ocasión hubiera sido hasta divertido… un desperdicio que haya sido justo ahora, no tiene la más mínima gracia. Aaagh, ¿por qué? Nia, me has aguado este momento impagable. Y hablando de aguar, el whisky ya debe estar fresquito, no quiero que pierda sabor. Oh oh OH. Qué fuerte, buah, LO SABÍA. Bálsamo maldito, baja como un infierno y un polo sur. Así me gustas. Ya no sé ni lo que digo. Espera, ahora me fijo…
—Vaya, ¿y tú ni sospechabas nada, Vac? —Dirige la cuestión sin burla alguna, solo expresando sorpresa. Pues como que te iba bastante detrás… Bueno, debe ser de esos que se empiezan a negar estas cosas a sí mismos. Aunque en este perfil me encajaría más Noel. ¿Igual ni se había dado cuenta de veras?—. No me gusta haberte metido en esto, pero supongo que entiendes después de lo que ha sucedido que eras quien más necesitábamos, —aunque no las tenía todas conmigo.
Y llegó nuestro gigantón. Toima… ay, es imposible siquiera imaginar su reacción, necesitaré un poco de fe. Hasta él ha notado el humor general; al menos viene con ánimos: buena señal. Creo. Veamos, toca explicarle bien lo que ha sucedido.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 12:54 am
Toima
La cara de Toima fue cambiando en diferentes estados de ánimo. Al principio se lo tomó como una broma. Despues se le notó confuso, parecia que le hablaban de otra persona, pero al final de la historia... Al final de la historia se tuvo que sentar al oir lo que Tania habia dicho. Sus ojos se volvieron locos, posandose en cada uno de los presentes y algunos desviandose hacia la nublina dormida, escaleras arriba. No queria creerlo.
-Maldita bruja...-dijo entre dientes.-Siempre supe que algún dia haria algo así... Y los demás os reiais de mi. Pero claro, a ninguno de vosotros os ha esquilado y encerrado en una mazmorra nunca.-soltó con un gruñido de odio.
Pero lo que dijo Noel entonces, le pilló completamente desprevenido. ¿Volver? ¿Tendria que volver? Pero ¿Acaso era verdad aquello? ¿De verdad la nublina les odiaba tanto? Algo dentro de Toima se fue resquebrajando. La idea de su cuchitril unido parecia tambalearse y esta vez nada externo lo estaba causando. No queria despedirse de la nublina. Pero si así eran las cosas...
-Yo... Yo...-se quedó sin palabras. El enorme argos enterró la cabeza sobre sus enormes manos y resopló de furia.-T-Tendremos que escuchar lo que diga ella. Si es una mentira, será un alivio. Pero si resulta que es verdad que me...-se corrigió.-Que nos.... nos odia... Y-Yo...-chasqueó con la lengua y se puso de pie de súbito. Volvió a su malhumor de siempre.-No quiero que se vaya pero... ¿De verdad creeis que puede ser verdad?-
No lograba ponerlo en palabras. Le costaba. Y se negaba.
La cara de Toima fue cambiando en diferentes estados de ánimo. Al principio se lo tomó como una broma. Despues se le notó confuso, parecia que le hablaban de otra persona, pero al final de la historia... Al final de la historia se tuvo que sentar al oir lo que Tania habia dicho. Sus ojos se volvieron locos, posandose en cada uno de los presentes y algunos desviandose hacia la nublina dormida, escaleras arriba. No queria creerlo.
-Maldita bruja...-dijo entre dientes.-Siempre supe que algún dia haria algo así... Y los demás os reiais de mi. Pero claro, a ninguno de vosotros os ha esquilado y encerrado en una mazmorra nunca.-soltó con un gruñido de odio.
Pero lo que dijo Noel entonces, le pilló completamente desprevenido. ¿Volver? ¿Tendria que volver? Pero ¿Acaso era verdad aquello? ¿De verdad la nublina les odiaba tanto? Algo dentro de Toima se fue resquebrajando. La idea de su cuchitril unido parecia tambalearse y esta vez nada externo lo estaba causando. No queria despedirse de la nublina. Pero si así eran las cosas...
-Yo... Yo...-se quedó sin palabras. El enorme argos enterró la cabeza sobre sus enormes manos y resopló de furia.-T-Tendremos que escuchar lo que diga ella. Si es una mentira, será un alivio. Pero si resulta que es verdad que me...-se corrigió.-Que nos.... nos odia... Y-Yo...-chasqueó con la lengua y se puso de pie de súbito. Volvió a su malhumor de siempre.-No quiero que se vaya pero... ¿De verdad creeis que puede ser verdad?-
No lograba ponerlo en palabras. Le costaba. Y se negaba.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 01:56 am
Giz permaneció en silencio durante la mayor parte del tiempo hasta la entrada de Vac con la nublina durmiente. Le alegraba saber que el hado había logrado que comiera y que durmiera, pero por otra parte tampoco le sorprendía. <<Ya es oficial>>. Pensó ante lo de la declaración. Tenía curiosidad por cómo había transcurrido la conversación a fondo, pero en aquellos momentos quedó relegada a un segundo plano.
Toima no tardó en llegar y, una vez le hubieron contado cómo había ido el transcurso de aquella tarde, Giz se llevó una sorpresa por la facilidad con la que lo asimiló. Era triste ver al argos de aquel modo, entendiendo lo que había ocurrido y lo que podía ocurrir.
—Queremos creer que es culpa de la droga, pero no hay manera de estar seguros hasta mañana —Giz no sabía si estaba teniendo tacto en aquellos momentos, la delicadez al hablar le venía grande en este tipo de situaciones.
El resto de aquel día, el goliat no tendría el ánimo para hacer mucho más, aparte de cenar y dormir.
Toima no tardó en llegar y, una vez le hubieron contado cómo había ido el transcurso de aquella tarde, Giz se llevó una sorpresa por la facilidad con la que lo asimiló. Era triste ver al argos de aquel modo, entendiendo lo que había ocurrido y lo que podía ocurrir.
—Queremos creer que es culpa de la droga, pero no hay manera de estar seguros hasta mañana —Giz no sabía si estaba teniendo tacto en aquellos momentos, la delicadez al hablar le venía grande en este tipo de situaciones.
El resto de aquel día, el goliat no tendría el ánimo para hacer mucho más, aparte de cenar y dormir.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 02:45 am
El primero en volver al cuchitril fue Vac, cargando a Tania dormida. Gael casi suspiró aliviado al ver que había conseguido que se rindiese al sueño. Solo lamentaba que no hubiera comido como era debido, pero por si acaso le tendría listo un desayuno contundente al día siguiente. No tuvo tiempo para procesar que al menos había picado algo, porque Vac confesó a continuación que la chica se le había declarado. Se le escapó una sonrisa por lo tonta que debía haber sido la situación, y sintió auténtica lástima por Tania, porque las cosas hubieran salido así. Aunque ella no se diese cuenta, estando como estaba no era la mejor de las situaciones, pero probablemente era la única en la que se atrevería a decirlo. «Bien, entonces ya podemos olvidarnos de que mañana sea capaz de mirar a nadie a la cara, se va a poner roja como un pimiento cada vez que se acuerde». Por otro lado, aquello le daba una pista, si es que no lo confirmaba directamente, que aunque la chica dijo las cosas que dijo sobre ellos, su pensamiento no era tan radical. Al menos, a él no le entraba en la cabeza que a unos “monstruos” los criticase duramente y a otro le declarase su amor. Para empezar, ni siquiera podría gustarle Vac si los despreciaba tanto, y el único que la había metido en todo aquel berenjenal era Toima. Precisamente quien llegó poco después.
Hubiera preferido que llegara en otro momento, más tarde. Para colmo de males, parecía que venía de buen humor, aunque eso al menos garantizaba que se lo tomase mejor que en cualquier otro momento. Perdiendo la oportunidad de preguntar por la enorme presa que arrastraba consigo, lo pusieron al día de lo sucedido, o al menos de casi todo. Por increíble que pareciera, sintió verdadera lástima por el argos. A fin de cuentas, era como un niño pequeño, y necesitaba a Tania. En realidad, ya no se estaba planteando qué estaba bien y qué estaba mal. No vería erróneo que Toima decidiese retenerla a pesar de todo, y la decisión era suya. Así funcionaba la ciudad, a uno le podía tocar convertirse en un esclavo, a otro ser torturado, y a otro perder la cabeza. Él pensaba seguir tratando a Tania como siempre lo había hecho, después de todo.
―Creo que haríamos bien en dormir nosotros también. Mañana quien peor lo va a pasar ya sabéis quién es ―añadió con un esbozo de sonrisa cansada―. Toima, yo de ti no le daría demasiadas vueltas al asunto hasta que se aclare. ―En realidad no creía que no valiese la pena pensar en ello, pero prefería que el argos en concreto no lo hiciese.
Por último, llevó el vaso vacío hasta el fregadero y volvió al comedor sin regresar a su sitio en la mesa. Al menos él contaba con irse a a dormir en cuanto Vac volviese al burdel, ya que la idea del desayuno seguía en pie, y para eso necesitaba madrugar un poco más que de costumbre.
Hubiera preferido que llegara en otro momento, más tarde. Para colmo de males, parecía que venía de buen humor, aunque eso al menos garantizaba que se lo tomase mejor que en cualquier otro momento. Perdiendo la oportunidad de preguntar por la enorme presa que arrastraba consigo, lo pusieron al día de lo sucedido, o al menos de casi todo. Por increíble que pareciera, sintió verdadera lástima por el argos. A fin de cuentas, era como un niño pequeño, y necesitaba a Tania. En realidad, ya no se estaba planteando qué estaba bien y qué estaba mal. No vería erróneo que Toima decidiese retenerla a pesar de todo, y la decisión era suya. Así funcionaba la ciudad, a uno le podía tocar convertirse en un esclavo, a otro ser torturado, y a otro perder la cabeza. Él pensaba seguir tratando a Tania como siempre lo había hecho, después de todo.
―Creo que haríamos bien en dormir nosotros también. Mañana quien peor lo va a pasar ya sabéis quién es ―añadió con un esbozo de sonrisa cansada―. Toima, yo de ti no le daría demasiadas vueltas al asunto hasta que se aclare. ―En realidad no creía que no valiese la pena pensar en ello, pero prefería que el argos en concreto no lo hiciese.
Por último, llevó el vaso vacío hasta el fregadero y volvió al comedor sin regresar a su sitio en la mesa. Al menos él contaba con irse a a dormir en cuanto Vac volviese al burdel, ya que la idea del desayuno seguía en pie, y para eso necesitaba madrugar un poco más que de costumbre.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 10:49 pm
No pareció que la noticia cogiera a nadie por sorpresa, y en ese momento, y gracias a las preguntas que le plantearon Noel y Adara, fue consciente de que él era el único que no estaba al tanto. ¿De verdad había sido tan evidente todo aquel tiempo? Observó confundido el fondo de su jarra, pensando su respuesta, pero la oportuna aparición de Toima le ahorró tener que hacerlo.
Los cuchitrileros le pusieron al día de lo que le había sucedido a Tania, aunque su hermano se ahorró el explicar lo que había sucedido durante el paseo que había compartido con el griego, lo cual el aludido agradeció en silencio. Al final no era él el único empanado, y era mejor que siguiera siendo así. La expresión del argos derivó del buen humor a la frustración, y al final de la historia pasó a estar apenado. Si era cierto lo que les había dicho la nublina, lo mejor sería que volviera a su mundo; pero aquello les afectaría a todos, especialmente al albino.
―No hay que anticipar nada, es mejor esperar a mañana ―dijo, abriendo la boca por primera vez desde la llegada del ulterano―. Si me dejáis quedarme me harías un favor, prefiero estar presente cuando se despierte... el sofá me viene bien ―añadió tras las palabras de Gael.
Su hermano le ofreció la antigua habitación de Yloh, pero el hado rehusó, alegando que realmente no esperaba dormir demasiado.
Los cuchitrileros le pusieron al día de lo que le había sucedido a Tania, aunque su hermano se ahorró el explicar lo que había sucedido durante el paseo que había compartido con el griego, lo cual el aludido agradeció en silencio. Al final no era él el único empanado, y era mejor que siguiera siendo así. La expresión del argos derivó del buen humor a la frustración, y al final de la historia pasó a estar apenado. Si era cierto lo que les había dicho la nublina, lo mejor sería que volviera a su mundo; pero aquello les afectaría a todos, especialmente al albino.
―No hay que anticipar nada, es mejor esperar a mañana ―dijo, abriendo la boca por primera vez desde la llegada del ulterano―. Si me dejáis quedarme me harías un favor, prefiero estar presente cuando se despierte... el sofá me viene bien ―añadió tras las palabras de Gael.
Su hermano le ofreció la antigua habitación de Yloh, pero el hado rehusó, alegando que realmente no esperaba dormir demasiado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/04/14, 11:00 pm
Por primera vez en bastante tiempo, el draco sintió verdadera lástima por Toima. Estaba claro que le había afectado lo que le habían contado, probablemente más que a ningún otro y que le dolería terriblemente tener que dejar que Tania se fuera, pero parecía dispuesto a ello de darse el caso a pesar de todo. Noel prefería no adelantarse a los acontecimientos, pero si finalmente la nublina se quedaba por obligación no podría volver a sentirse igual de cómodo que hasta entonces en el Cuchitril.
Cuando Vac preguntó si podía quedarse a dormir, el sueco le dijo que podía utilizar la antigua habitación de Yloh, pero su hermano rechazó la invitación. Noel se encogió de hombros entonces y se dirigió hacia las escaleras. Cuando pasó al lado del argos, le dio una breve palmada en el hombro.
—Nadie quiere que se vaya —le dijo esbozando una media sonrisa antes de subir a su cuarto.
Una vez allí, se desvistió y se acostó enseguida. Odin se subió a la cama como de costumbre y el draco lo cogió en brazos, ganándose por ello un zarpazo al que no hizo caso, y se distrajo acariciando su lomo mientras esperaba a que le llegase el sueño.
Cuando Vac preguntó si podía quedarse a dormir, el sueco le dijo que podía utilizar la antigua habitación de Yloh, pero su hermano rechazó la invitación. Noel se encogió de hombros entonces y se dirigió hacia las escaleras. Cuando pasó al lado del argos, le dio una breve palmada en el hombro.
—Nadie quiere que se vaya —le dijo esbozando una media sonrisa antes de subir a su cuarto.
Una vez allí, se desvistió y se acostó enseguida. Odin se subió a la cama como de costumbre y el draco lo cogió en brazos, ganándose por ello un zarpazo al que no hizo caso, y se distrajo acariciando su lomo mientras esperaba a que le llegase el sueño.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 12:00 am
Toima
Se habia obcecado en el peor escenario y, más o menos, los cuchitrileros y Vac le lograron sacar de aquel pesimismo. Y, aunque lo hicieron, en su lugar vino la incertidumbre. Las dudas y posibles escenarios que podrian suceder a la mañana siguiente. Aún así, el ulterano no olvidaria el apoyo que le demostraron, aunque en esos momentos no pudiera darse cuenta de lo importante que habia sido.
Y así el griego pidió quedarse hasta que se aclarase todo. Toima iba a ofrecerle la hamaca de su cuarto, pero cuando Noel le ofreció el cuarto vacio de Yloh, se dió cuenta que tambien lo rechazaria así que permaneció callado.
Y, con aquel ambiente, todos se acabaron yendo a dormir, el griego ocupando un sofá.
Tania
La nublina no habia tenido un sueño ni estable ni recomfortador. Se levantó por la mañana, con nauseas y debilidad. Además, sentia un dolor omnipresente y un insoportable escozor en la ceja, labio y, para su desgracia, pezones. Al tacto, aquellas zonas tenian unos pequeños metales, como pendientes pegados a ella. Una mejor descripcion de ellos seria atravesando su piel y carne.
Y no fue hasta entonces que lo recordó. Recordó porque le dolia todo. Recordó porque estaba débil. Recordó porque tenia nauseas. Recordó lo que habia dicho y lo que habia hecho.
Deseó no haber nacido. Deseó abrirse la cabeza contra una roca, una ventana que saltar. La verguenza, miedo y desesperación, todas aquellas emociones embotelladas explotaron en la menuda nublina que se cubrió con las sábanas de pies a cabeza, revolviendose y soltando quejidos agonizantes que resultaron mudos, como de puñaladas en su pecho. Cada acción que recordaba haber hecho mientras estaba deshinibida era, en efecto, mayor motivo de martirio para ella. Palabras no podrian llegar a describir la verguenza y asco hacia si misma que sentia en aquellos momentos. Lloró hasta quedarse sin lágrimas y perdió la consciencia, entre las sábanas. No recuperó la misma hasta pasadas unas horas, bien entrada la mañana donde lloró bastante más de lo que seria sano, mientras de nuevo entraba en una montaña rusa de emociones. Querria que todo el mundo se olvidasen de todo lo que ayer habia hecho o dicho. Y, por supuesto, queria olvidarse ella misma.
Contempló el suicidio más de una vez.
No fue hasta, horas después, que se percató de la presencia de alguien más durmiendo el cuarto. El familiar ronquido del ulterano resonó por la habitación. Estaba tumbado boca arriba en la hamaca, balanceandose suavemente mientras se le descolgaba un brazo de esta. Entre las sábanas, un ojo tímido de la nublina comprobó cuan dormido parecia estar y, en efecto, parecia bastante profundo.
Toima no habia sido testigo de lo que habia pasado ayer. Pero, sin embargo, algo le decia que se lo habian contado. Fuese la lógica o sentido común o simplemente porque el ulterano no habia dormido en su cama aquella noche y, sin embargo, habia optado por la hamaca. ¿Le estaba dando privacidad o la estaba despreciando? No lo sabia.
En tan solo un día, habia puesto de patas arriba toda su vida en Rocavarancolia, sin contar el revuelo y el malestar que seguramente habria causado entre sus seres queridos. Y Vac. ¿Como podria olvidarlo? Ni por un momento se preocupó por que responderia, si es que ella se merecia una respuesta acaso con lo que habia dicho ese mismo día. Estaba más centrada en que se lo dijó. Confesó sus sentimientos justo después de haberles insultado a todos y decirles que les odiaba y les tenia miedo.
No existian palabras para expresar la pesadumbrez mezclada con una verguenza melancólica que sentia la nublina en aquel momento. El dolor y el escozor no habian hecho sinó aumentar. Acercó las manos con rabia hacia los bultitos metálicos que se habia puesto ayer y vaciló. No sabia si intentar arrancarselos con las manos era lo más seguro o lo más cuerdo pero, de seguro, sabia que iba a doler mucho. Y ella, al fin de al cabo, era una cobarde. Ella misma habia causado todo el revuelo. Si no le hubiera robado de aquella droga, sobretodo, si no hubiera abusado de la dosis. Se habia puesto nerviosa y, por su culpa, todos habian sufrido.
Se sentia miserable e idiotica.
Se detuvo a pensar en si la odiarian. De ser así, ¿Qué harian con ella? ¿Se desentenderian por el completo o les buscaria para una explicación? En definitiva, no queria irse de la ciudad, aun a pesar de lo que habia hacho y dicho, aun si la odiaban, aun si la despreciaban. Incluso si la condición para quedarse fuera volverse una esclava en más que en rango social. Aprenderia a lidiar con ello. Los nublinos estaban hechos para ello.
Todo lo que no fuera volver a su vida cotidiana en Nubla. Esa vida insulsa, aburrida, monótona donde trabajaba sin conseguir mucho, sin nadie más que sus padres que la necesiten o la aprecien. Una ratoncilla de biblioteca. Eso es lo que habia sido. Leyendo libros de mundos ficiticios o tan lejanos e imposibles de alcanzar que era practicamente lo mismo que si no fueran reales. Y, en el centro de todo: Rocavarancolia. La ciudad de las maravillas, aunque tambien la ciudad de las Pesadillas.
Aun con la desilusión de la ciudad, aun con el peligro que suponia para alguien como ella la vida allí. No queria volver. Aquí habia tenido amigos, casi hermanos y hermanas e incluso habia llegado a amar a una persona. Y todo lo habia tirado al traste el día anterior. Les habia escupido a todos en la cara y se habia ganado a pulso el odio común hacia ella. Ya solo quedaba que las consecuencias de aquello se mostraran aquel día.
Un latigazo de dolor combinado con más nauseas la hicieron morderse el labio, tirando de la piel y haciendose daño con el piercing del mismo, con el único resultado de desplomarse aún más dolorida en la cama.
Las lágrimas se mezclaban con el sudor y comenzó a jadear cuando la fiebre volvió. Su estómago rugió, lo cual hizo que se retorciera y le chistara, temerosa de despertar al ulterano y, por lo tanto, tener que enfrentarse a la realidad. Pero es que tenia mucho hambre.
Entonces, en la oscuridad de la habitación distinguió un platito en la mesita de noche. Estiró el brazo débilmente y lo que agarró era suave, como esponjoso. Se lo acercó y, entonces se percató de que era una magdalena. ¿Qué hacia aquello en la mesita de noche? Sintió una pequeña esperanza. ¿Podría ser que alguien se habria tomado la molestia de traerle desayuno? Tenia demasiada hambre, así que no pensó dos veces y comenzó a devorar la primera magdalena. No fue hasta empezar la segunda que la desesperación, la verguenza y el desazón volvieron a ella y que volvió a llorar hasta ponerse roja. Adoptó una postura fetal, envuelta en sábanas y volvió a marearse. Finalmente, volvió a perder la consciencia.
Llegó el mediodia. El ulterano no estaba por ninguna parte ya. Se encontraba en el patio, recogiendo los restos de la cena que habia traido a Garras, la lagarta. Lenta y debilmente se incorporó en la cama. El platito de madgalenas, que habia quedado vacio ya no estaba y se sentia igual de mal. Habia llegado a somatizar todo su malestar de tal forma que apenas podia tenerse en pie.
Aunando fuerzas decidió que se iba a dar un baño, se iba a adecentar y que, finalmente, afrontaria su destino, fuera el que fuera. Solo necesitaba el baño para no parecer aquel despojo de nublina y para adecentarse si tenia que volver a Nubla. No queria que sus padres pensasen que aquí la habian maltratado. Cogió del armario una camisa suelta que le quedaba algo grande, una sudadera, un cambio de ropa interior, una sudadera gigantesca de Toima, un gorro de lana y sus nuevos pantalones. Sus sandalias estaban en un rinconcito de la habitación. Alguien las habia subido hasta ahí. Las cogió tambien.
Y, envuelta en sábanas, salió lenta y sigilosamente del cuarto, dando pasitos ligeros y débiles, intentando hacer el menor ruido posible. En el trayecto final hacia el baño creyó escuchar una voz escaleras abajo de alguien que usaba las escaleras y le entró el pánico. Esprintó el final del pasillo, estando apunto de tropezarse en más de una ocasión por pisar las sábanas y se metió deprisa y corriendo en el baño. Echó el pestillo, hecha un manojo de nervios y atrancó la puerta con una sillita y empujó ademas una mesita de baño que habia. Las sábanas se habian quedado pilladas por debajo de la puerta y podian verse claramente desde fuera.
Habia sido estúpido. Pero no podia haberlo evitado. Se sentia nerviosa e inestable, sin contar que débil y el tener que afrontar a cualquier cuchitrilero en aquel estado se le hacia una tarea herculea. Habia acabado desarrollando una ansiedad terrible a asearse y prepararse, pero a la vez se apoyaba en ella para poder seguir adelante, para no pensar en lo que habia hecho.
Lentamente, preparó el baño y se aseó. Parecia que no iba a salir nunca, pero eventualmente acabó haciendolo. Se secó, lloró un poco más, sin lágrimas, pues ya no le quedaban y se vistió. Ocultó su cara entre el gorro de lana y la sudadera de Toima. Aquellos pantalones ajustados le traian un recuerdo desagradable, pero poco más le quedaba para elegir de entre su armario. Finalmente, cuando se vió preparada, desatrancó la puerta, colocó la mesita en su sitio y quitó el pestillo. Lenta, muy lentamente, salió del baño. Sus pasos eran algo erraticos pero ya no hacia por ocultarlos.
Agarró el pasamanos de la escalera y comenzó a bajarla. Se detuvo, más nerviosa de lo que jamás podria expresar al final, pues finalmente algunos cuchitrileros ya estaban presentes y, sin duda, la estaban observando. No se atrevia a mirarles a los ojos. Escondió su cara entre la ropa y dirigió la mirada al suelo. Luchaba por no ponerse a llorar.
-H-Hola...-
Por el rabillo del ojo vió a Toima, algo acelerado, cruzando la puerta hacia el cuchitril, pues ya la habia visto moverse del cuarto con antelación y habia esperado a que decidiera bajar.
Se habia obcecado en el peor escenario y, más o menos, los cuchitrileros y Vac le lograron sacar de aquel pesimismo. Y, aunque lo hicieron, en su lugar vino la incertidumbre. Las dudas y posibles escenarios que podrian suceder a la mañana siguiente. Aún así, el ulterano no olvidaria el apoyo que le demostraron, aunque en esos momentos no pudiera darse cuenta de lo importante que habia sido.
Y así el griego pidió quedarse hasta que se aclarase todo. Toima iba a ofrecerle la hamaca de su cuarto, pero cuando Noel le ofreció el cuarto vacio de Yloh, se dió cuenta que tambien lo rechazaria así que permaneció callado.
Y, con aquel ambiente, todos se acabaron yendo a dormir, el griego ocupando un sofá.
Tania
La nublina no habia tenido un sueño ni estable ni recomfortador. Se levantó por la mañana, con nauseas y debilidad. Además, sentia un dolor omnipresente y un insoportable escozor en la ceja, labio y, para su desgracia, pezones. Al tacto, aquellas zonas tenian unos pequeños metales, como pendientes pegados a ella. Una mejor descripcion de ellos seria atravesando su piel y carne.
Y no fue hasta entonces que lo recordó. Recordó porque le dolia todo. Recordó porque estaba débil. Recordó porque tenia nauseas. Recordó lo que habia dicho y lo que habia hecho.
Deseó no haber nacido. Deseó abrirse la cabeza contra una roca, una ventana que saltar. La verguenza, miedo y desesperación, todas aquellas emociones embotelladas explotaron en la menuda nublina que se cubrió con las sábanas de pies a cabeza, revolviendose y soltando quejidos agonizantes que resultaron mudos, como de puñaladas en su pecho. Cada acción que recordaba haber hecho mientras estaba deshinibida era, en efecto, mayor motivo de martirio para ella. Palabras no podrian llegar a describir la verguenza y asco hacia si misma que sentia en aquellos momentos. Lloró hasta quedarse sin lágrimas y perdió la consciencia, entre las sábanas. No recuperó la misma hasta pasadas unas horas, bien entrada la mañana donde lloró bastante más de lo que seria sano, mientras de nuevo entraba en una montaña rusa de emociones. Querria que todo el mundo se olvidasen de todo lo que ayer habia hecho o dicho. Y, por supuesto, queria olvidarse ella misma.
Contempló el suicidio más de una vez.
No fue hasta, horas después, que se percató de la presencia de alguien más durmiendo el cuarto. El familiar ronquido del ulterano resonó por la habitación. Estaba tumbado boca arriba en la hamaca, balanceandose suavemente mientras se le descolgaba un brazo de esta. Entre las sábanas, un ojo tímido de la nublina comprobó cuan dormido parecia estar y, en efecto, parecia bastante profundo.
Toima no habia sido testigo de lo que habia pasado ayer. Pero, sin embargo, algo le decia que se lo habian contado. Fuese la lógica o sentido común o simplemente porque el ulterano no habia dormido en su cama aquella noche y, sin embargo, habia optado por la hamaca. ¿Le estaba dando privacidad o la estaba despreciando? No lo sabia.
En tan solo un día, habia puesto de patas arriba toda su vida en Rocavarancolia, sin contar el revuelo y el malestar que seguramente habria causado entre sus seres queridos. Y Vac. ¿Como podria olvidarlo? Ni por un momento se preocupó por que responderia, si es que ella se merecia una respuesta acaso con lo que habia dicho ese mismo día. Estaba más centrada en que se lo dijó. Confesó sus sentimientos justo después de haberles insultado a todos y decirles que les odiaba y les tenia miedo.
No existian palabras para expresar la pesadumbrez mezclada con una verguenza melancólica que sentia la nublina en aquel momento. El dolor y el escozor no habian hecho sinó aumentar. Acercó las manos con rabia hacia los bultitos metálicos que se habia puesto ayer y vaciló. No sabia si intentar arrancarselos con las manos era lo más seguro o lo más cuerdo pero, de seguro, sabia que iba a doler mucho. Y ella, al fin de al cabo, era una cobarde. Ella misma habia causado todo el revuelo. Si no le hubiera robado de aquella droga, sobretodo, si no hubiera abusado de la dosis. Se habia puesto nerviosa y, por su culpa, todos habian sufrido.
Se sentia miserable e idiotica.
Se detuvo a pensar en si la odiarian. De ser así, ¿Qué harian con ella? ¿Se desentenderian por el completo o les buscaria para una explicación? En definitiva, no queria irse de la ciudad, aun a pesar de lo que habia hacho y dicho, aun si la odiaban, aun si la despreciaban. Incluso si la condición para quedarse fuera volverse una esclava en más que en rango social. Aprenderia a lidiar con ello. Los nublinos estaban hechos para ello.
Todo lo que no fuera volver a su vida cotidiana en Nubla. Esa vida insulsa, aburrida, monótona donde trabajaba sin conseguir mucho, sin nadie más que sus padres que la necesiten o la aprecien. Una ratoncilla de biblioteca. Eso es lo que habia sido. Leyendo libros de mundos ficiticios o tan lejanos e imposibles de alcanzar que era practicamente lo mismo que si no fueran reales. Y, en el centro de todo: Rocavarancolia. La ciudad de las maravillas, aunque tambien la ciudad de las Pesadillas.
Aun con la desilusión de la ciudad, aun con el peligro que suponia para alguien como ella la vida allí. No queria volver. Aquí habia tenido amigos, casi hermanos y hermanas e incluso habia llegado a amar a una persona. Y todo lo habia tirado al traste el día anterior. Les habia escupido a todos en la cara y se habia ganado a pulso el odio común hacia ella. Ya solo quedaba que las consecuencias de aquello se mostraran aquel día.
Un latigazo de dolor combinado con más nauseas la hicieron morderse el labio, tirando de la piel y haciendose daño con el piercing del mismo, con el único resultado de desplomarse aún más dolorida en la cama.
Las lágrimas se mezclaban con el sudor y comenzó a jadear cuando la fiebre volvió. Su estómago rugió, lo cual hizo que se retorciera y le chistara, temerosa de despertar al ulterano y, por lo tanto, tener que enfrentarse a la realidad. Pero es que tenia mucho hambre.
Entonces, en la oscuridad de la habitación distinguió un platito en la mesita de noche. Estiró el brazo débilmente y lo que agarró era suave, como esponjoso. Se lo acercó y, entonces se percató de que era una magdalena. ¿Qué hacia aquello en la mesita de noche? Sintió una pequeña esperanza. ¿Podría ser que alguien se habria tomado la molestia de traerle desayuno? Tenia demasiada hambre, así que no pensó dos veces y comenzó a devorar la primera magdalena. No fue hasta empezar la segunda que la desesperación, la verguenza y el desazón volvieron a ella y que volvió a llorar hasta ponerse roja. Adoptó una postura fetal, envuelta en sábanas y volvió a marearse. Finalmente, volvió a perder la consciencia.
Llegó el mediodia. El ulterano no estaba por ninguna parte ya. Se encontraba en el patio, recogiendo los restos de la cena que habia traido a Garras, la lagarta. Lenta y debilmente se incorporó en la cama. El platito de madgalenas, que habia quedado vacio ya no estaba y se sentia igual de mal. Habia llegado a somatizar todo su malestar de tal forma que apenas podia tenerse en pie.
Aunando fuerzas decidió que se iba a dar un baño, se iba a adecentar y que, finalmente, afrontaria su destino, fuera el que fuera. Solo necesitaba el baño para no parecer aquel despojo de nublina y para adecentarse si tenia que volver a Nubla. No queria que sus padres pensasen que aquí la habian maltratado. Cogió del armario una camisa suelta que le quedaba algo grande, una sudadera, un cambio de ropa interior, una sudadera gigantesca de Toima, un gorro de lana y sus nuevos pantalones. Sus sandalias estaban en un rinconcito de la habitación. Alguien las habia subido hasta ahí. Las cogió tambien.
Y, envuelta en sábanas, salió lenta y sigilosamente del cuarto, dando pasitos ligeros y débiles, intentando hacer el menor ruido posible. En el trayecto final hacia el baño creyó escuchar una voz escaleras abajo de alguien que usaba las escaleras y le entró el pánico. Esprintó el final del pasillo, estando apunto de tropezarse en más de una ocasión por pisar las sábanas y se metió deprisa y corriendo en el baño. Echó el pestillo, hecha un manojo de nervios y atrancó la puerta con una sillita y empujó ademas una mesita de baño que habia. Las sábanas se habian quedado pilladas por debajo de la puerta y podian verse claramente desde fuera.
Habia sido estúpido. Pero no podia haberlo evitado. Se sentia nerviosa e inestable, sin contar que débil y el tener que afrontar a cualquier cuchitrilero en aquel estado se le hacia una tarea herculea. Habia acabado desarrollando una ansiedad terrible a asearse y prepararse, pero a la vez se apoyaba en ella para poder seguir adelante, para no pensar en lo que habia hecho.
Lentamente, preparó el baño y se aseó. Parecia que no iba a salir nunca, pero eventualmente acabó haciendolo. Se secó, lloró un poco más, sin lágrimas, pues ya no le quedaban y se vistió. Ocultó su cara entre el gorro de lana y la sudadera de Toima. Aquellos pantalones ajustados le traian un recuerdo desagradable, pero poco más le quedaba para elegir de entre su armario. Finalmente, cuando se vió preparada, desatrancó la puerta, colocó la mesita en su sitio y quitó el pestillo. Lenta, muy lentamente, salió del baño. Sus pasos eran algo erraticos pero ya no hacia por ocultarlos.
Agarró el pasamanos de la escalera y comenzó a bajarla. Se detuvo, más nerviosa de lo que jamás podria expresar al final, pues finalmente algunos cuchitrileros ya estaban presentes y, sin duda, la estaban observando. No se atrevia a mirarles a los ojos. Escondió su cara entre la ropa y dirigió la mirada al suelo. Luchaba por no ponerse a llorar.
-H-Hola...-
Por el rabillo del ojo vió a Toima, algo acelerado, cruzando la puerta hacia el cuchitril, pues ya la habia visto moverse del cuarto con antelación y habia esperado a que decidiera bajar.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 01:21 am
Lo primero que hizo al despertarse temprano fue bajar hasta la cocina y hacer el desayuno prometido -que resultaron ser unas magdalenas- en silencio, procurando no entorpecer el sueño de Vac. Igual de silencioso atravesó intangible la puerta de la habitación de Toima para dejar un plato de magdalenas en la mesita de noche una hora después. Del resto fueron dando buena cuenta todos los que se iban levantando de sus camas.
Esa mañana no hubo entrenamientos, y nadie los mencionó siquiera. Solo esperaban el momento en que Tania se despertase y se decidiese a bajar ella misma. Lo único que hicieron fue buscar entretenimiento con unas cosas y otras, hasta que Noel y Gael comenzaron a preparar la comida. Ya que les sobraba tiempo, se decidieron por carne dorada al horno con verduras, para que se hiciese lentamente y cogiera mejor gusto. Dado que Vac seguía por allí, Gael se esmeró más de lo habitual porque siempre le gustaba tratar de demostrar al hado lo que había aprendido, aunque nunca hiciese mención a ello en voz alta.
Fue cerca del mediodía cuando Tania bajó por fin, vestida con una camiseta en la que podían caber otras dos nublinas y también con un gorro de lana que le tapaba la cara, del que se aprovechó para no mirarlos a los ojos. Sintió auténtica lástima por ella en ese momento, que logró que una parte de sí se arrepintiese de no haberle dado las pastillas. A fin de cuentas ya había llegado a la conclusión de que seguía confiando en ella. Pero, ahora que ya estaba hecho, lo único que podía hacer era ayudarla a sentirse mejor, y solamente se le ocurría demostrarle que no estaban enfadados antes de nada.
―Buenos días ―saludó con una sonrisa. Atravesó las puertas de la cocina y se colgó el trapo que tenía entre manos sobre el hombro―. La comida no está todavía pero imagino que tendrás hambre o sed, ¿quieres que te sirva algo? ―Se apoyó contra el marco de la puerta mientras hablaba, metiéndose las manos en los bolsillos.
Esa mañana no hubo entrenamientos, y nadie los mencionó siquiera. Solo esperaban el momento en que Tania se despertase y se decidiese a bajar ella misma. Lo único que hicieron fue buscar entretenimiento con unas cosas y otras, hasta que Noel y Gael comenzaron a preparar la comida. Ya que les sobraba tiempo, se decidieron por carne dorada al horno con verduras, para que se hiciese lentamente y cogiera mejor gusto. Dado que Vac seguía por allí, Gael se esmeró más de lo habitual porque siempre le gustaba tratar de demostrar al hado lo que había aprendido, aunque nunca hiciese mención a ello en voz alta.
Fue cerca del mediodía cuando Tania bajó por fin, vestida con una camiseta en la que podían caber otras dos nublinas y también con un gorro de lana que le tapaba la cara, del que se aprovechó para no mirarlos a los ojos. Sintió auténtica lástima por ella en ese momento, que logró que una parte de sí se arrepintiese de no haberle dado las pastillas. A fin de cuentas ya había llegado a la conclusión de que seguía confiando en ella. Pero, ahora que ya estaba hecho, lo único que podía hacer era ayudarla a sentirse mejor, y solamente se le ocurría demostrarle que no estaban enfadados antes de nada.
―Buenos días ―saludó con una sonrisa. Atravesó las puertas de la cocina y se colgó el trapo que tenía entre manos sobre el hombro―. La comida no está todavía pero imagino que tendrás hambre o sed, ¿quieres que te sirva algo? ―Se apoyó contra el marco de la puerta mientras hablaba, metiéndose las manos en los bolsillos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 03:50 am
Todos fueron yéndose a dormir, y el hado se quedó solo en el salón, sentado en el sofá frente al fuego. No habría podido conciliar el sueño aunque hubiese querido, y tenía la cabeza demasiado agitada como para intentarlo. Aun le daba vueltas a lo que le había dicho la nublina, tratando de entender como había desarrollado aquellos sentimientos por él y como era posible que no se hubiera dado cuenta antes. Podía intuir que los cuchitrileros ya lo sabían por sus reacciones al contarles lo que había hecho la muchacha, y aquello le hacía pensar que o estaba ciego, o era un imbécil. Seguía sin saber como afrontar aquello, y la reacción de la muchacha cuando se despertara al día siguiente y lo recordara todo no iba a ser buena.
Las horas pasaron, y al final el cansancio pudo mas que él, y el griego cayó rendido en el sofá. Durmió profundamente unas cuantas horas, pero el olor de las magdalenas le despertó poco después del alba, e incapaz de seguir dormido, se enderezó y salio al patio a lavarse la cara. Se despejó con un cubo de agua fresca y volvió al interior del edifico, saludando a los cuchitrileros a medida que se iban levantando.
Mantuvo la mente ocupada el resto de la mañana, sirviéndose un café solo y sentándose a la mesa con su hermano, que se puso a trabajar con unas runas. Conversó con quien tuvo ganas de hacerlo, pero todos se mantuvieron expectantes, esperando que Tania despertara y bajara por fin. Eso no sucedió hasta pasado el mediodía, cuando Gael y Noel ya habían empezado a preparar la comida. La nublina apareció en el salón casi sin hacer ruido, debajo de una sudadera de Toima que le venía enorme y ocultando la cara bajo un gorro de lana. Apenas se la oyó cuando hablo, y el griego se mordió el labio indeciso, no muy seguro de como hacerla saber que todo estaba bien.
El fuego fatuo se adelantó, saludándola con una sonrisa y ofreciéndole algo de comer. Quizás fuera mejor así, si enfocaban el asunto con naturalidad tal vez la muchacha estuviera mas dispuesta a hablar de tema.
―Me imagino que no has dormido bien del todo... ¿como te encuentras, Tania? ―preguntó con suavidad, tratando de no incomodarla.
Las horas pasaron, y al final el cansancio pudo mas que él, y el griego cayó rendido en el sofá. Durmió profundamente unas cuantas horas, pero el olor de las magdalenas le despertó poco después del alba, e incapaz de seguir dormido, se enderezó y salio al patio a lavarse la cara. Se despejó con un cubo de agua fresca y volvió al interior del edifico, saludando a los cuchitrileros a medida que se iban levantando.
Mantuvo la mente ocupada el resto de la mañana, sirviéndose un café solo y sentándose a la mesa con su hermano, que se puso a trabajar con unas runas. Conversó con quien tuvo ganas de hacerlo, pero todos se mantuvieron expectantes, esperando que Tania despertara y bajara por fin. Eso no sucedió hasta pasado el mediodía, cuando Gael y Noel ya habían empezado a preparar la comida. La nublina apareció en el salón casi sin hacer ruido, debajo de una sudadera de Toima que le venía enorme y ocultando la cara bajo un gorro de lana. Apenas se la oyó cuando hablo, y el griego se mordió el labio indeciso, no muy seguro de como hacerla saber que todo estaba bien.
El fuego fatuo se adelantó, saludándola con una sonrisa y ofreciéndole algo de comer. Quizás fuera mejor así, si enfocaban el asunto con naturalidad tal vez la muchacha estuviera mas dispuesta a hablar de tema.
―Me imagino que no has dormido bien del todo... ¿como te encuentras, Tania? ―preguntó con suavidad, tratando de no incomodarla.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 04:25 am
Tania
La nublina enredó la yema de sus dedos con la goma de la sudadera. Nerviosamente, comenzó a juguetear con ella.
-A-Agua... p-por favor...-le contestó débilmente a Gael. Tenia la garganta muy seca. Quizás de querer gritar y chillar y no ser capaz de hacerlo.
A continuación, fue Vac quien hizo su participación. La nublina se alteró visiblemente y su nerviosismo alcanzó cuotas inospechadas.
-Estoybiengracias...-contestó apresuradamente, evitando si acaso mirar en la dirección general del chico. No queria enfrentarse a la situación en aquel orden. Todo lo que fuera menos aquel orden de cosas.
La nublina enredó la yema de sus dedos con la goma de la sudadera. Nerviosamente, comenzó a juguetear con ella.
-A-Agua... p-por favor...-le contestó débilmente a Gael. Tenia la garganta muy seca. Quizás de querer gritar y chillar y no ser capaz de hacerlo.
A continuación, fue Vac quien hizo su participación. La nublina se alteró visiblemente y su nerviosismo alcanzó cuotas inospechadas.
-Estoybiengracias...-contestó apresuradamente, evitando si acaso mirar en la dirección general del chico. No queria enfrentarse a la situación en aquel orden. Todo lo que fuera menos aquel orden de cosas.
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べ は づ す
て 欺 い 。
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 04:42 am
Noel se levantó ligeramente más tarde de lo que acostumbraba a hacer a diario para acudir a los entrenamientos debido a que le había costado un poco más de lo normal conciliar el sueño. Entre bostezos, se incorporó en la cama mientras Odin bajaba de un salto de ella y se vistió.
Cuando llegó Gael estaba haciendo magdalenas en la cocina, así que él por su parte preparó leche o café según preguntaba a los que se acercaban a la cocina para desayunar. Como Tania no parecía tener intención de bajar pronto, el sueco dedicó el resto de la mañana a esparcir sus apuntes en la mesa del salón como de costumbre, en esta ocasión para continuar estudiando los últimos circuitos rúnicos que le interesaban en compañía de su hermano.
Finalmente Tania llegó, mientras se encontraban haciendo la comida. Al draco le pareció un tanto irónico que hubiese ciertos detalles coincidentes en la situación, aunque estaba claro que los acontecimientos iban a desarrollarse de forma muy distinta. Todo en la chica dejaba claro cómo se sentía. El tenue saludo, audible para él pero posiblemente difícilmente para el resto, procedente de una voz que sonaba completamente estrangulada y sin rastro de ánimo alguno; la expresión de su cara apenas visible, pues se esforzaba por mantener el rostro apartado y por no cruzar miradas con ninguno de ellos; y la ropa, que parecía haber sido escogida como un método para ocultarse de la vista de lo exageradamente grande que le quedaba.
El fuego fatuo se encargó de demostrarle amabilidad y el hado se adelantó a lo que él mismo tenía en mente preguntar, por lo que Noel permaneció callado en aquellos primeros instantes, aunque en cuanto escuchó cómo pedía agua, no estando muy seguro de si el resto la habría podido oír bien, se dirigió a la cocina para salir poco después con un vaso y una jarra de agua en la mano. Le sirvió el agua aún en silencio, pero no era plato de buen gusto del draco el irse por las ramas y postergar la cuestión importante, por lo que no tardó en romperlo.
—Es evidente que no estás bien —le replicó en un tono tranquilo mientras se apartaba para dejarle el espacio que estaba bastante seguro de que necesitaba a la nublina—. Pero precisamente por eso queremos saber por qué no lo estás. Nos gustaría que fueses sincera de verdad ahora que vuelves a ser tú misma. Necesitamos que lo seas —le aseguró mientras se sentaba en una silla en la otra punta de la mesa. No quería intimidarla—. Y ya deberías suponer a estas alturas que no estamos enfadados ni te vamos a tratar diferente digas lo que digas hoy. Si nos hemos estado equivocando en algo queremos saberlo —añadió tras un breve silencio, buscando tranquilizarla en la medida de lo posible.
Cuando llegó Gael estaba haciendo magdalenas en la cocina, así que él por su parte preparó leche o café según preguntaba a los que se acercaban a la cocina para desayunar. Como Tania no parecía tener intención de bajar pronto, el sueco dedicó el resto de la mañana a esparcir sus apuntes en la mesa del salón como de costumbre, en esta ocasión para continuar estudiando los últimos circuitos rúnicos que le interesaban en compañía de su hermano.
Finalmente Tania llegó, mientras se encontraban haciendo la comida. Al draco le pareció un tanto irónico que hubiese ciertos detalles coincidentes en la situación, aunque estaba claro que los acontecimientos iban a desarrollarse de forma muy distinta. Todo en la chica dejaba claro cómo se sentía. El tenue saludo, audible para él pero posiblemente difícilmente para el resto, procedente de una voz que sonaba completamente estrangulada y sin rastro de ánimo alguno; la expresión de su cara apenas visible, pues se esforzaba por mantener el rostro apartado y por no cruzar miradas con ninguno de ellos; y la ropa, que parecía haber sido escogida como un método para ocultarse de la vista de lo exageradamente grande que le quedaba.
El fuego fatuo se encargó de demostrarle amabilidad y el hado se adelantó a lo que él mismo tenía en mente preguntar, por lo que Noel permaneció callado en aquellos primeros instantes, aunque en cuanto escuchó cómo pedía agua, no estando muy seguro de si el resto la habría podido oír bien, se dirigió a la cocina para salir poco después con un vaso y una jarra de agua en la mano. Le sirvió el agua aún en silencio, pero no era plato de buen gusto del draco el irse por las ramas y postergar la cuestión importante, por lo que no tardó en romperlo.
—Es evidente que no estás bien —le replicó en un tono tranquilo mientras se apartaba para dejarle el espacio que estaba bastante seguro de que necesitaba a la nublina—. Pero precisamente por eso queremos saber por qué no lo estás. Nos gustaría que fueses sincera de verdad ahora que vuelves a ser tú misma. Necesitamos que lo seas —le aseguró mientras se sentaba en una silla en la otra punta de la mesa. No quería intimidarla—. Y ya deberías suponer a estas alturas que no estamos enfadados ni te vamos a tratar diferente digas lo que digas hoy. Si nos hemos estado equivocando en algo queremos saberlo —añadió tras un breve silencio, buscando tranquilizarla en la medida de lo posible.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/04/14, 04:58 am
Tania
La nublina aceptó el vaso de agua que le trajo el sueco y bebió moderadamente, controlando la sed como bien pudo, a pequeños sorbos. Pero cuando el draco habló, se quedó de piedra y volvió a ponerse nerviosa. Inconscientemente, anduvo poco a poco hacia atrás, hasta toparse con la pared. No habia escapatoria.
-N-No...-soltó con debilidad mientras el draco hablaba y ella movia la cabeza horizontalmente.-No...-Era incapaz de hilar otras palabras.-Lo siento... Yo no...-las lágrimas vinieron a ella y un pequeño lloriqueo afloró. Se aplastó las manos contra la cara, limpiandose las lágrimas a medida que se abrian paso, sin cesar.-No queria molestaros... Y-Yo... No pienso lo que dije... La d-droga... Y-Yo...-el lloriqueo ya hacia imposible el reconocmiento del ya oficial llanto de la nublina como palabras, salvo ocasionales y orquestrados "Lo siento", la nublina estaba hecha un desastre y no sabia expresar sus pensamientos de mejor manera. Y por esa impotencia lloraba. Por ser incapaz de corresponderles. A todos. No quiso ni dignarse a mirar a Vac ni una sola vez. Sentia que habia dejado de merecerse si quiera eso desde hace tiempo. Las rodillas le fallaron y se vino al suelo, torpemente, donde continuó lloriqueando "Lo siento" como si su vida dependiese de ello.
Toima
El ulterano se encontraba a medio camino de acercarse a ella pero la chica parecia tan frágil que no quiso provocar una reaccion negativa en ella. Sin embargo, al escuchar lo que dijo, casi como una confirmación oficial, todo lo que la nublina podia hacer en aquellos momentos, no pudo evitar afectarle y se contagió con emoción. Llorando tambien por sus múltiples ojos, el ulterano intentó mantener el rostro sereno, cuando en verdad se sentia aliviado como hacia mucho que no se sentia.
La nublina aceptó el vaso de agua que le trajo el sueco y bebió moderadamente, controlando la sed como bien pudo, a pequeños sorbos. Pero cuando el draco habló, se quedó de piedra y volvió a ponerse nerviosa. Inconscientemente, anduvo poco a poco hacia atrás, hasta toparse con la pared. No habia escapatoria.
-N-No...-soltó con debilidad mientras el draco hablaba y ella movia la cabeza horizontalmente.-No...-Era incapaz de hilar otras palabras.-Lo siento... Yo no...-las lágrimas vinieron a ella y un pequeño lloriqueo afloró. Se aplastó las manos contra la cara, limpiandose las lágrimas a medida que se abrian paso, sin cesar.-No queria molestaros... Y-Yo... No pienso lo que dije... La d-droga... Y-Yo...-el lloriqueo ya hacia imposible el reconocmiento del ya oficial llanto de la nublina como palabras, salvo ocasionales y orquestrados "Lo siento", la nublina estaba hecha un desastre y no sabia expresar sus pensamientos de mejor manera. Y por esa impotencia lloraba. Por ser incapaz de corresponderles. A todos. No quiso ni dignarse a mirar a Vac ni una sola vez. Sentia que habia dejado de merecerse si quiera eso desde hace tiempo. Las rodillas le fallaron y se vino al suelo, torpemente, donde continuó lloriqueando "Lo siento" como si su vida dependiese de ello.
Toima
El ulterano se encontraba a medio camino de acercarse a ella pero la chica parecia tan frágil que no quiso provocar una reaccion negativa en ella. Sin embargo, al escuchar lo que dijo, casi como una confirmación oficial, todo lo que la nublina podia hacer en aquellos momentos, no pudo evitar afectarle y se contagió con emoción. Llorando tambien por sus múltiples ojos, el ulterano intentó mantener el rostro sereno, cuando en verdad se sentia aliviado como hacia mucho que no se sentia.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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