El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: El Cuchitril (Archivo I)
27/09/13, 11:44 pm
Gael… ¿pero qué hago? Apoyo la cara en las palmas de las manos y respiro largamente. Por supuesto que está preocupado, no fue casual que lo viera. Está preocupado por mí… y le he dado motivos, claro que se los he dado. Por supuesto que estoy nerviosa, pero el mal carácter… es demasiado, no se lo merecen ni él ni el resto. No me he portado nada bien con los que, sin duda, son mis amigos.
—Perdóname, Gael —empiezo justo antes de que se vaya. Me destapo la cara y me giro hacia él—. Tienes toda la razón, no gano nada obsesionándome con esto. —Es contraproducente, solo conseguiría terminar conmigo misma—. Acepta mis disculpas, por favor. Mañana te acompañaré. —Y gracias. Jo, se me humedecen los ojos—. Necesito despejarme.
[Sigue en: Daelicia]- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
28/09/13, 07:51 pm
Tras un par de semanas de falsa tranquilidad, un nuevo ataque a Wen volvió a perturbar el ya de por sí trastocado día a día del grupo. En esa ocasión no hubo que lamentar nada en absoluto gracias al hechizo de traslocación que Giz y Gael habían conseguido completar hacía unos días. Lo misma historia se repitió un tiempo después, pero aquello pareció convencer a los mercenarios de Gar, pues al parecer ese era el nombre por el que se los conocía debido a un letrero en su guarida, o al menos aburrirlos para que dejasen de intentarlo.
Un tiempo después del segundo y último ataque hasta la fecha, la vouivre insistió en retomar su trabajo y el draco no se pudo negar. Al fin y al cabo él mismo había dicho que deberían volver a la normalidad cuanto antes. Así pues, siguió sustituyendo a la británica durante unas semanas más y casi viviendo en el burdel hasta que ella retomó su puesto. El cumpleaños del draco incluso había pasado hacía ya unas semanas y ni siquiera se dio cuenta de que había cumplido diecisiete años hasta entonces. Porque aunque su humor había empezado a mejorar poco a poco, continuaba completamente obsesionado con mejorar.
Durante los cuatro meses venideros, hasta que llegó el día de la cosecha, el draco dedicó casi todo su tiempo libre al estudio de runas. Adara llevaba un tiempo dedicándose a aprender un sistema defensivo por el que el sueco también se interesó y que complementó con el que ya había estado estudiando y que consistía en runas específicas para su uso en armas de toda clase. El lenguaje defensivo era especialmente complejo y le llevó un tiempo considerable comprenderlo bien, pero para cuando llegó el día de la cosecha el draco ya se había tatuado el sistema rúnico por todo el cuerpo, empleando una tinta especial que no resultaba visible sobre la piel. Por otra parte, poco después de que capturasen a Virius, algunos días a la semana entrenaba con magia ofensiva y defensiva de alto nivel con la maga Deferentia y en compañía de Vac, entrenamientos que le obligaron además a reponer sus reservas mágicas con más frecuencia de lo normal.
Según fue pasando el tiempo, las cosas volvieron poco a poco a una relativa normalidad. El draco nunca llegó a relajarse por completo, pero al menos ya no habían tenido que volver a lamentar ninguna pérdida de ningún tipo. Aun así, Noel tenía muy presente que aquel asunto no se había acabado, ni mucho menos. Incluso si los mercenarios de Gar no volvían a intentar nada, no podían seguir con vida. Y el sueco pensaba hacer algo al respecto fuera como fuese. Mientras ayudaba a Jack en su bodega con el asunto de las torturas, no podía evitar imaginar a cualquiera de ellos allí sentado, produciendo deliciosos gritos de desesperación que era lo único que le agradaría escuchar proveniente de sus gargantas. Pero, en realidad, lo que más deseaba era callarlos para siempre.
La citada normalidad, que se hizo más evidente hacia el final de los meses, implicó que el draco retomó algunas de las actividades que había desdeñado por considerarlas irrelevantes teniendo en cuenta todo lo que tenían encima. Pero durante el último mes volvió a dedicar algunas tardes a seguir estudiando su idioma original, así como a seguir dibujando de vez en cuando.
De hecho, cuando volvió de Ordesta tras la noche de Samhein, dejó un dibujo de un parqio en la renovada mesa del salón, los seres que poblaban el continente oeste del mundo del que ahora era cosechador junto con dama Aroma. La bruja nublina se había presentado en el cuchitril un mes antes de la cosecha y le había informado al respecto, cogiendo totalmente por sorpresa al sueco. Debido al tamaño del mundo y las características tan dispares de cada especie, ella estaba encargada de la raza ordesa, cuyos esbozos de cultura que pudo escuchar de su compañera cosechadora se le antojaron, cuanto menos, un tanto hilarantes. El draco, por su parte, visitó a aquella especie de dragones en miniatura a los que tenía que “persuadir” para posteriormente dejarlos a su suerte en la ciudad. Durante su viaje por el nuevo mundo vinculado aprovechó para hacerse con algunas muestras para Giz. Recogió él mismo muestras de parqios y así mismo le entregó un botecito a dama Aroma para pedirle que consiguiese algún cabello o similar de las otras dos especies inteligentes de Ordesta. Justo antes de regresar, hizo un reconocimiento rápido de un bosque cercano y escogió el primer animal interesante que vio. Se trataba de un conejo bastante grande, al cual vio devorando ávidamente el cadáver de un ave. Lo paralizo para llevárselo vivo y puso rumbo de vuelta al portal.
Una vez volvió al cuchitril, lo primero que hizo fue entrar en la habitación del asreniano durmiente, evitando hacer ruido y dejó sobre su mesa todo lo que había recogido para él, asegurándose de que el hechizo de parálisis en el conejo asesino duraría lo suficiente.
Y, tras haberse echado a dormir para reponerse después de haber pasado toda la noche sobrevolando el continente ordés, decidió que, ahora que las cosas se habían calmado y el ánimo general era mucho más alto, ya era hora de cumplir una promesa que había hecho muchos meses atrás.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
Un tiempo después del segundo y último ataque hasta la fecha, la vouivre insistió en retomar su trabajo y el draco no se pudo negar. Al fin y al cabo él mismo había dicho que deberían volver a la normalidad cuanto antes. Así pues, siguió sustituyendo a la británica durante unas semanas más y casi viviendo en el burdel hasta que ella retomó su puesto. El cumpleaños del draco incluso había pasado hacía ya unas semanas y ni siquiera se dio cuenta de que había cumplido diecisiete años hasta entonces. Porque aunque su humor había empezado a mejorar poco a poco, continuaba completamente obsesionado con mejorar.
Durante los cuatro meses venideros, hasta que llegó el día de la cosecha, el draco dedicó casi todo su tiempo libre al estudio de runas. Adara llevaba un tiempo dedicándose a aprender un sistema defensivo por el que el sueco también se interesó y que complementó con el que ya había estado estudiando y que consistía en runas específicas para su uso en armas de toda clase. El lenguaje defensivo era especialmente complejo y le llevó un tiempo considerable comprenderlo bien, pero para cuando llegó el día de la cosecha el draco ya se había tatuado el sistema rúnico por todo el cuerpo, empleando una tinta especial que no resultaba visible sobre la piel. Por otra parte, poco después de que capturasen a Virius, algunos días a la semana entrenaba con magia ofensiva y defensiva de alto nivel con la maga Deferentia y en compañía de Vac, entrenamientos que le obligaron además a reponer sus reservas mágicas con más frecuencia de lo normal.
Según fue pasando el tiempo, las cosas volvieron poco a poco a una relativa normalidad. El draco nunca llegó a relajarse por completo, pero al menos ya no habían tenido que volver a lamentar ninguna pérdida de ningún tipo. Aun así, Noel tenía muy presente que aquel asunto no se había acabado, ni mucho menos. Incluso si los mercenarios de Gar no volvían a intentar nada, no podían seguir con vida. Y el sueco pensaba hacer algo al respecto fuera como fuese. Mientras ayudaba a Jack en su bodega con el asunto de las torturas, no podía evitar imaginar a cualquiera de ellos allí sentado, produciendo deliciosos gritos de desesperación que era lo único que le agradaría escuchar proveniente de sus gargantas. Pero, en realidad, lo que más deseaba era callarlos para siempre.
La citada normalidad, que se hizo más evidente hacia el final de los meses, implicó que el draco retomó algunas de las actividades que había desdeñado por considerarlas irrelevantes teniendo en cuenta todo lo que tenían encima. Pero durante el último mes volvió a dedicar algunas tardes a seguir estudiando su idioma original, así como a seguir dibujando de vez en cuando.
De hecho, cuando volvió de Ordesta tras la noche de Samhein, dejó un dibujo de un parqio en la renovada mesa del salón, los seres que poblaban el continente oeste del mundo del que ahora era cosechador junto con dama Aroma. La bruja nublina se había presentado en el cuchitril un mes antes de la cosecha y le había informado al respecto, cogiendo totalmente por sorpresa al sueco. Debido al tamaño del mundo y las características tan dispares de cada especie, ella estaba encargada de la raza ordesa, cuyos esbozos de cultura que pudo escuchar de su compañera cosechadora se le antojaron, cuanto menos, un tanto hilarantes. El draco, por su parte, visitó a aquella especie de dragones en miniatura a los que tenía que “persuadir” para posteriormente dejarlos a su suerte en la ciudad. Durante su viaje por el nuevo mundo vinculado aprovechó para hacerse con algunas muestras para Giz. Recogió él mismo muestras de parqios y así mismo le entregó un botecito a dama Aroma para pedirle que consiguiese algún cabello o similar de las otras dos especies inteligentes de Ordesta. Justo antes de regresar, hizo un reconocimiento rápido de un bosque cercano y escogió el primer animal interesante que vio. Se trataba de un conejo bastante grande, al cual vio devorando ávidamente el cadáver de un ave. Lo paralizo para llevárselo vivo y puso rumbo de vuelta al portal.
Una vez volvió al cuchitril, lo primero que hizo fue entrar en la habitación del asreniano durmiente, evitando hacer ruido y dejó sobre su mesa todo lo que había recogido para él, asegurándose de que el hechizo de parálisis en el conejo asesino duraría lo suficiente.
Y, tras haberse echado a dormir para reponerse después de haber pasado toda la noche sobrevolando el continente ordés, decidió que, ahora que las cosas se habían calmado y el ánimo general era mucho más alto, ya era hora de cumplir una promesa que había hecho muchos meses atrás.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
28/09/13, 08:56 pm
Las Aventuras en el Cuchitril de Toima y Tania
En los cuatro meses que vivieron a continuación, los cuchitrileros disfrutaron de
calma interrumpida en dos ocasiones a causa del otro grupo de mercenarios, que prosiguieron atacando a Wen, en busca de su gema. En ambas ocasiones no triunfaron y Wen consiguio evadirles. Parecia que no iban a tener descanso alguno, pero luego pasaron dos meses tranquilos, sin ningun movimiento nuevo por parte de los atacantes. En estos meses reinó una omnipresente estabilidad, como la calma antes de la tormenta y el ambiente en el cuchitril se caldeó bastante. Muchos de los cuchitrileros estaban tan preocupados por la seguridad de Wen como por la suya propia, y estaban más de uno obcecados en mejorar cuanto más posible en el menor de los tiempos.
Aquello no fue excepción para Toima que, aparte de dominar casi por completo sus K-pingas en cuatro meses de duro entrenamiento, se entrenó tambien en defensa personal mediante el uso de puntos de presión, arte en el que podia aprovechar su vista prodigiosa. Además de eso, construyeron entre varios cuchitrileros un habitaculo para la lagarta, que se habia vuelto demasiado grande y energética para mantenerla dentro del Cuchitril.
Coincidiendo con su traslado, la lagarta manifestó los primeros signos de lo que dentro de poco seria su primer celo. El pelo se le erizaba con facilidad, formando pares de crestas a lo largo de toda la cabeza hasta el lomo. Siseaba y gruñia a casi cualquiera (Toima y Tania incluidos) y luego le venian arranques de soledad y lloraba por las noches debajo de la ventana del cuarto de Toima y Tania. Estuvieron una semana aguantando lloriqueos de la criatura hasta que finalmente la dejaron pasar de nuevo durante la noche, solo que ya era tan grande que no cabia por la puerta asi que dormia encaramada a la pared del cuchitril, entrando por la ventana con la cabeza dentro del cuarto, apoyada en la cama de sus padres.
Sin embargo, a cada dia que pasaba, se comportaba de manera más extraña. A veces no comia durante todo el dia y luego por la noche se daba un atracón por la ciudad. Marcaba todo el patio del cuchitril con sus cazas y otras sustancias, cosa que nunca habia hecho y el levantarse cada dia a ver un nuevo estropicio era desesperante. A aquello debia ponersele freno. Un día, un Toima resoluto salio por la mañana del cuchitril y se dirigio a la caseta de la lagarta. Aquel parecia un día en el cual se recluia dentro de esta y no salia hasta el atardecer, hambrienta. Normalmente la dejaria estar, pero no podia demorarlo más. Entró en la caseta con paso decidido y a continuación, los que estaban dentro del cuchitril tan solo pudieron gritos de pelea, rugidos y sobretodo alaridos de dolor del ulterano.
Apenas llegaron en su auxilio y le arrastraron fuera de la caseta adentro del cuchitril. Hecho un guiñapo de heridas, cortes y mordiscos, empapado en su propia sangre, el ulterano apenas podia musitar palabra alguna mientras le curaban. Tenia una mirada de horror paralizada en sus ojos y estaba rígido como una piedra. Finalmente se desmayó al rato por la pérdida de sangre, pero los cuchitrileros lograron estabilizarle y cerrar las heridas que la magia no logró curar. Con decisión, Tania fue en busca de Nia en la botica que volvió con numerosos remedios en su morrón y trató al ulterano con una pasta verdosa sobre una de sus heridas más graves y vendando el resto de las que no requerian tanta parafernalia, tras desinfectarlas. Finalmente, la ulterana fue quien se encargó de domar a la lagarta. Les pidio que no la siguieran a dentro y que tuvieran fe en ella. Tras unos veinte minutos de tensión, la ulterana salió de la caseta quitandose unos guantes pringados de sangre, asegurandoles que ya estaria todo arreglado, pero advirtiendoles que deberian evitar molestar a la lagarta o entrar siquiera en la caseta. Si algun valiente cuchitrilero se asomaba a esta, lograria observar a la lagarta acurrucada sobre su cama, un colchón viejo desgastado, hecha un ovillo sobre lo que parecia un puñado de huevos pero que al fijarse bien, podria distinguirse que eran falsos, dando el pego con piedras lisas.
Y así terminaron aquellos dias de intranquilidad causados por la lagarta. Un Toima vendando se paseaba por el cuchitril con el brazo izquierdo en un cabestrillo, fruto de una de las mordeduras de la lagarta y con la mandíbula tambien sujeta por un par de vendajes duros que le impedian hablar o comer cosas muy grandes. Por lo tanto, la frustracion del maltrecho ulterano se maximizó, y estuvo de malas pulgas toda aquella semana, comunicandose solo mediante gestos secos y gruñidos varios. Cuando por fin se vio libre de sus “ataduras”, el ulterano lo celebró cogiendose una cogorza y masticando un filete crudo de carne hasta caer rendido y los cuchitrileros pudieron observar que la parte del brazo que habia sido dañada ahora estaba casi completamente regenerada pero que tenia un enfermizo color verdoso. Cuando fue preguntada por aquello, la ulterana alegó que con el paso del tiempo aquel color desapareceria. Para el albino aquello tan solo fue otra prueba de la mentalidad de cientifica loca de la niña.
Por su parte Tania no habia podido descansar. Apenas dormia por las noches y no era solo por todo lo sucedido en esos meses, sino por puro miedo. Tenia un terrible miedo a la ciudad que no habia sentido en años, y la muerte de Yloh le habia dejado tan descolocada que estaba segura que la siguiente en ser asesinada seria ella. Claro esta, que no se lo dijo a nadie y apenas dio señales de ello en esos cuatro meses, salvo las crecientes ojeras y somnolencia que podian percibir en ella. Con frecuencia preguntaba a diferentes cuchitrileros sobre las defensas del lugar, las alarmas, los escudos y otras preguntas relacionadas con la magia. Y cada vez que la contestaban, parecia suspirar de alivio y proseguir su dia a dia. Sin embargo, aun apesar del miedo, no dejó de asistir a ningun entrenamiento e incluso procedió a entrenar más en esos cuatro meses, aunque su rendimiento fuera bastante menor que el de costumbre por su falta de horas de sueño.
Y así pasaron cuatro meses...
En los cuatro meses que vivieron a continuación, los cuchitrileros disfrutaron de
calma interrumpida en dos ocasiones a causa del otro grupo de mercenarios, que prosiguieron atacando a Wen, en busca de su gema. En ambas ocasiones no triunfaron y Wen consiguio evadirles. Parecia que no iban a tener descanso alguno, pero luego pasaron dos meses tranquilos, sin ningun movimiento nuevo por parte de los atacantes. En estos meses reinó una omnipresente estabilidad, como la calma antes de la tormenta y el ambiente en el cuchitril se caldeó bastante. Muchos de los cuchitrileros estaban tan preocupados por la seguridad de Wen como por la suya propia, y estaban más de uno obcecados en mejorar cuanto más posible en el menor de los tiempos.
Aquello no fue excepción para Toima que, aparte de dominar casi por completo sus K-pingas en cuatro meses de duro entrenamiento, se entrenó tambien en defensa personal mediante el uso de puntos de presión, arte en el que podia aprovechar su vista prodigiosa. Además de eso, construyeron entre varios cuchitrileros un habitaculo para la lagarta, que se habia vuelto demasiado grande y energética para mantenerla dentro del Cuchitril.
Coincidiendo con su traslado, la lagarta manifestó los primeros signos de lo que dentro de poco seria su primer celo. El pelo se le erizaba con facilidad, formando pares de crestas a lo largo de toda la cabeza hasta el lomo. Siseaba y gruñia a casi cualquiera (Toima y Tania incluidos) y luego le venian arranques de soledad y lloraba por las noches debajo de la ventana del cuarto de Toima y Tania. Estuvieron una semana aguantando lloriqueos de la criatura hasta que finalmente la dejaron pasar de nuevo durante la noche, solo que ya era tan grande que no cabia por la puerta asi que dormia encaramada a la pared del cuchitril, entrando por la ventana con la cabeza dentro del cuarto, apoyada en la cama de sus padres.
Sin embargo, a cada dia que pasaba, se comportaba de manera más extraña. A veces no comia durante todo el dia y luego por la noche se daba un atracón por la ciudad. Marcaba todo el patio del cuchitril con sus cazas y otras sustancias, cosa que nunca habia hecho y el levantarse cada dia a ver un nuevo estropicio era desesperante. A aquello debia ponersele freno. Un día, un Toima resoluto salio por la mañana del cuchitril y se dirigio a la caseta de la lagarta. Aquel parecia un día en el cual se recluia dentro de esta y no salia hasta el atardecer, hambrienta. Normalmente la dejaria estar, pero no podia demorarlo más. Entró en la caseta con paso decidido y a continuación, los que estaban dentro del cuchitril tan solo pudieron gritos de pelea, rugidos y sobretodo alaridos de dolor del ulterano.
Apenas llegaron en su auxilio y le arrastraron fuera de la caseta adentro del cuchitril. Hecho un guiñapo de heridas, cortes y mordiscos, empapado en su propia sangre, el ulterano apenas podia musitar palabra alguna mientras le curaban. Tenia una mirada de horror paralizada en sus ojos y estaba rígido como una piedra. Finalmente se desmayó al rato por la pérdida de sangre, pero los cuchitrileros lograron estabilizarle y cerrar las heridas que la magia no logró curar. Con decisión, Tania fue en busca de Nia en la botica que volvió con numerosos remedios en su morrón y trató al ulterano con una pasta verdosa sobre una de sus heridas más graves y vendando el resto de las que no requerian tanta parafernalia, tras desinfectarlas. Finalmente, la ulterana fue quien se encargó de domar a la lagarta. Les pidio que no la siguieran a dentro y que tuvieran fe en ella. Tras unos veinte minutos de tensión, la ulterana salió de la caseta quitandose unos guantes pringados de sangre, asegurandoles que ya estaria todo arreglado, pero advirtiendoles que deberian evitar molestar a la lagarta o entrar siquiera en la caseta. Si algun valiente cuchitrilero se asomaba a esta, lograria observar a la lagarta acurrucada sobre su cama, un colchón viejo desgastado, hecha un ovillo sobre lo que parecia un puñado de huevos pero que al fijarse bien, podria distinguirse que eran falsos, dando el pego con piedras lisas.
Y así terminaron aquellos dias de intranquilidad causados por la lagarta. Un Toima vendando se paseaba por el cuchitril con el brazo izquierdo en un cabestrillo, fruto de una de las mordeduras de la lagarta y con la mandíbula tambien sujeta por un par de vendajes duros que le impedian hablar o comer cosas muy grandes. Por lo tanto, la frustracion del maltrecho ulterano se maximizó, y estuvo de malas pulgas toda aquella semana, comunicandose solo mediante gestos secos y gruñidos varios. Cuando por fin se vio libre de sus “ataduras”, el ulterano lo celebró cogiendose una cogorza y masticando un filete crudo de carne hasta caer rendido y los cuchitrileros pudieron observar que la parte del brazo que habia sido dañada ahora estaba casi completamente regenerada pero que tenia un enfermizo color verdoso. Cuando fue preguntada por aquello, la ulterana alegó que con el paso del tiempo aquel color desapareceria. Para el albino aquello tan solo fue otra prueba de la mentalidad de cientifica loca de la niña.
Por su parte Tania no habia podido descansar. Apenas dormia por las noches y no era solo por todo lo sucedido en esos meses, sino por puro miedo. Tenia un terrible miedo a la ciudad que no habia sentido en años, y la muerte de Yloh le habia dejado tan descolocada que estaba segura que la siguiente en ser asesinada seria ella. Claro esta, que no se lo dijo a nadie y apenas dio señales de ello en esos cuatro meses, salvo las crecientes ojeras y somnolencia que podian percibir en ella. Con frecuencia preguntaba a diferentes cuchitrileros sobre las defensas del lugar, las alarmas, los escudos y otras preguntas relacionadas con la magia. Y cada vez que la contestaban, parecia suspirar de alivio y proseguir su dia a dia. Sin embargo, aun apesar del miedo, no dejó de asistir a ningun entrenamiento e incluso procedió a entrenar más en esos cuatro meses, aunque su rendimiento fuera bastante menor que el de costumbre por su falta de horas de sueño.
Y así pasaron cuatro meses...
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/10/13, 12:23 am
Los cuatro meses consiguieron que la paranoia de Giz se diluyera un poco. Volvió a haber ataques, pero fueron después de que Gael y él acabaran de realizar su trabajo con la runa teletransportadora y no hubo nada que lamentar. Poco al poco su rutina volvió a ser la de siempre. Como precaución, antes de relajarse del todo, se centró a fondo en aprender la variante manual del hechizo translocador y el de vuelo. Le costó varias noches en vela en el laboratorio, mientras esperaba a que los nuevos fetos se desarrollaran, y otros tantos desayunos dormido sobre la mesa del cuchitril. El día que pasó de estar en su pupitre para aparecer junto a su cama, sin embargo, supo que había merecido la pena.
En lo que se refería a su actividad en el cuchitril, Giz se había decidido a reforzar la zona con sus animales. Tenía un par de buitres falsos volando alrededor y había soltado un par de hienas gigantes por la zona que, hechizados todos ellos con sortilegios de doma temporales, tenían la única misión de hacer ruido y atacar a cualquier individuo cuyo olor no reconocieran. Para que no se murieran de hambre, también liberaba animales menores y cabras, para que los cazaran. Y se sorprendió al ver que las cabras a veces daban la vuelta a la tortilla, colocándose por encima en la cadena alimenticia, lo que le convenció de lo importante que sería localizar y duplicar la modificación genética que las permitía volverse casi invisibles.
En lo relativo al laboratorio, gracias a las muestras sorpresa que vinieron de parte de Gael y Adara, había tenido entretenimiento de sobra. Pagó a Gael con una bolsa sin fondo, aunque lo habría hecho gratis de haberlo sabido, y pasó estos meses trasteando con los distintos genes. Además, llegó por fin su primer encargo de parte de alguien fuera de su círculo de amigos. Deferentia, una mujer escurridiza y desconfiada por naturaleza, le encargó lo más grande y violento que pudiera hacerle. Por una vez los silencios cotidianos del goliat fueron útiles y consiguieron que su primera clienta no saliera espantada (o lo acabara matando). Tras todo ese tiempo, Giz había conseguido ahorrarse el gasto mágico de la luz en el laboratorio, plantando un puñado de plantas luminosas, bastante sencillas, y había recibido el pago de Deferentia por un bebé de algo parecido a un enorme dragón peludo de dentelladas tóxicamente nocivas. Todos los experimentos fallidos que precedieron a dicha criatura, fueron entregados a Gael, que de seguro rendiría mejor cuenta de ellos que los gusanos de la cicatriz.
El día de la cosecha, el asreniano había vuelto agotado del laboratorio y, sabedor de que varios de sus compañeros trabajarían hoy hasta tarde, decidió hacer caso a Miloslava y descansar toda la noche. Cuando se levantó, se encontró con una sorpresa en su habitación. <<¿Es que piensan hacer todos lo mismo?>>. Lejos de estar enfadado, las muestras que presumiblemente le había traido Noel le hicieron tanta ilusión como en su día las de Gael y Adara. Se acercó al conejo paralizado y deshizo el hechizo al tiempo que lo acariciaba por el lomo. La respuesta del animal, sin embargo, fue bastante violenta y le lanzó varias dentelladas a la mano. Consiguió paralizarlo de nuevo para evitar un bocado, pero no pudo evitar a tiempo que la cabra, en tensión por la amenaza, embistiera contra la mesa y la derribara. Tuvo que paralizarla también.
Después de deshacer el lío que había creado con un puñado de hechizos, durmió a la cabra y al conejo asesino y bajó a desayunar, con independencia de la hora que fuera. Desde su asiento en la cocina, cubrió sus ojos con una niebla mágica para comprobar que sus animales seguían en su sitio. De paso, aprovechó para echar un vistazo a la lagarta de Toima. Su enorme tamaño le recordaba a ratos a Caillech, aunque de momento tuviera mejor recuerdo de ella que de la asreniana.
En lo que se refería a su actividad en el cuchitril, Giz se había decidido a reforzar la zona con sus animales. Tenía un par de buitres falsos volando alrededor y había soltado un par de hienas gigantes por la zona que, hechizados todos ellos con sortilegios de doma temporales, tenían la única misión de hacer ruido y atacar a cualquier individuo cuyo olor no reconocieran. Para que no se murieran de hambre, también liberaba animales menores y cabras, para que los cazaran. Y se sorprendió al ver que las cabras a veces daban la vuelta a la tortilla, colocándose por encima en la cadena alimenticia, lo que le convenció de lo importante que sería localizar y duplicar la modificación genética que las permitía volverse casi invisibles.
En lo relativo al laboratorio, gracias a las muestras sorpresa que vinieron de parte de Gael y Adara, había tenido entretenimiento de sobra. Pagó a Gael con una bolsa sin fondo, aunque lo habría hecho gratis de haberlo sabido, y pasó estos meses trasteando con los distintos genes. Además, llegó por fin su primer encargo de parte de alguien fuera de su círculo de amigos. Deferentia, una mujer escurridiza y desconfiada por naturaleza, le encargó lo más grande y violento que pudiera hacerle. Por una vez los silencios cotidianos del goliat fueron útiles y consiguieron que su primera clienta no saliera espantada (o lo acabara matando). Tras todo ese tiempo, Giz había conseguido ahorrarse el gasto mágico de la luz en el laboratorio, plantando un puñado de plantas luminosas, bastante sencillas, y había recibido el pago de Deferentia por un bebé de algo parecido a un enorme dragón peludo de dentelladas tóxicamente nocivas. Todos los experimentos fallidos que precedieron a dicha criatura, fueron entregados a Gael, que de seguro rendiría mejor cuenta de ellos que los gusanos de la cicatriz.
El día de la cosecha, el asreniano había vuelto agotado del laboratorio y, sabedor de que varios de sus compañeros trabajarían hoy hasta tarde, decidió hacer caso a Miloslava y descansar toda la noche. Cuando se levantó, se encontró con una sorpresa en su habitación. <<¿Es que piensan hacer todos lo mismo?>>. Lejos de estar enfadado, las muestras que presumiblemente le había traido Noel le hicieron tanta ilusión como en su día las de Gael y Adara. Se acercó al conejo paralizado y deshizo el hechizo al tiempo que lo acariciaba por el lomo. La respuesta del animal, sin embargo, fue bastante violenta y le lanzó varias dentelladas a la mano. Consiguió paralizarlo de nuevo para evitar un bocado, pero no pudo evitar a tiempo que la cabra, en tensión por la amenaza, embistiera contra la mesa y la derribara. Tuvo que paralizarla también.
Después de deshacer el lío que había creado con un puñado de hechizos, durmió a la cabra y al conejo asesino y bajó a desayunar, con independencia de la hora que fuera. Desde su asiento en la cocina, cubrió sus ojos con una niebla mágica para comprobar que sus animales seguían en su sitio. De paso, aprovechó para echar un vistazo a la lagarta de Toima. Su enorme tamaño le recordaba a ratos a Caillech, aunque de momento tuviera mejor recuerdo de ella que de la asreniana.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/10/13, 07:34 pm
A la vuelta de la pequeña incursión con Adara le alegró saber que a Giz le servían las muestras que habían obtenido. Le ofreció también algún pedazo de los daelicianos antes de ponerse a buscar algo que hacer con ellos. Pero por fin tenía la bolsa que tanto había deseado, y comprobó maravillado cómo cabían en ella todas las armas que tenía y más. A partir de ese día la llevó atada al pantalón igual que hacía con el pequeño zurrón para hilo y agujas cuando trabajaba.
Poco después lograron terminar el papel de teletransporte para Wen, cuyo prototipo probaron con éxito en Noel. Una vez hecho eso, para el fuego fatuo fue un alivio poder dedicarse de lleno a la nigromancia, aunque reconoció que lo aprendido había sido de gran utilidad y quizá le diese uso más adelante. Además no fue solo para Wen, sino que poco después le dieron un papel de iguales características a Tania por si se veía metida en algún problema. Los planes de hacer, a largo plazo, papeles para todos empezaron al recibir Wen un par de ataques más, de los que por suerte escapó sin daño alguno. Tenía miedo de que los ataques del grupo de Gar se volviesen más imaginativos, pero por un tiempo, la cosa se calmó. Sabía que era una falsa tranquilidad, pero el hecho de que todos estaban esforzándose tanto por mejorar le producía cierta confianza en que todo iría bien.
Después de haber acabado con el teletransporte lo primero que hizo, y que había pospuesto ya demasiado tiempo, fue reparar todas las quimeras y cadáveres con desperfectos. Mientras lo hacía, fue cuando empezó a dar vueltas a los usos que podía darle a las runas aplicadas sobre ellos, ya que Adara y Noel estaban trabajando tan duro en el tema. Iba a resultar mucho más sencillo, podía grabarlas de muchas maneras, pero mismamente con tinta indeleble sobre la piel. De hecho, también le gustaba la idea de darles uso en las armas, cosa que alguno de sus compañeros ya hacía. Cuando estuvo diseñado el sistema de runas de defensa, tuvo que rechazarlo con pesar y cierto alivio al mismo tiempo, ya que no solía ir exponiendo su propio cuerpo y era demasiado costoso cubrir varias quimeras, que en último caso siempre eran remplazables. Le parecía un sistema sorprendente, pero ahorrarse el tedio que suponía tatuarlo por todo el cuerpo realmente era un consuelo.
Cuando por fin se hubo leído de cabo a rabo dos veces el grimorio fue cuando empezó a investigar los hechizos menores que figuraban en él. Venían escalados por dificultad y resultados que obtenían. Los primeros niveles eran una patraña, pero se podían suplir los modificadores de los que carecían con implementaciones externas. O eso creía él. Solo eran teorías, porque el grimorio se limitaba a describir los efectos de cada hechizo.
Para asegurarse, hizo por fin las primeras pruebas reales en ratones muertos. Lo primero que descubrió fue que ni siquiera se movían. Creía que había metido la pata realizando los hechizos, pero los que había escogido eran tan sencillos dentro de su campo que, de hecho, solo conseguían movimientos reflejos y sistemáticos por parte de los sujetos devueltos a la vida. Poco después, se hizo evidente el desgaste en ellos. El ratón que había desangrado previamente perdió hasta los movimientos reflejos, su carne se secaba más rápidamente. Por el otro lado, el que tenía aún la sangre en el cuerpo perdía movilidad al formarse edemas.
Tuvo que volver a meter la nariz en libros de fisiología, pero no tardó en reunir una lista de sustancias que pidió a Nia. Fue una suerte que les surgiera un pequeño trabajo, porque de otro modo no habría tenido ya ahorros con los que pagar a la náyade. En la lista figuraban anticoagulantes y trombolíticos, parasimpaticomiméticos, vasodilatadores y vasoconstrictores sistémicos… todavía no tenía claro cómo emular el funcionamiento natural del cuerpo, pero para eso se había retado a probarlo en primer lugar. Continuó las pruebas entonces inyectando sustancias que paliasen los efectos negativos observados, pero no era sencillo, porque una inyección intramuscular perdía mucha eficacia en un cuerpo muerto. Tuvo que aprender a acertar en las venas de los ratones, y eso casi le dificultaba tanto la tarea como elegir usar sujetos de mayor tamaño. Obtuvo consecuencias inesperadas, unas veces más potentes de lo que pretendía, otras sin conseguir siquiera efecto alguno.
Las pruebas empezaron a hacérsele cada día más cuesta arriba. Estaba claro que con los hechizos sencillos no iba a ningún lado, pero al empezar a emplear los modificadores no hacía más que meter la pata. Cansado de pelear con aquello, se tomó un descanso volviendo a las actividades que dominaba. Con los cuerpos que tenía almacenados se construyó alguna quimera extra, aun sin saber muy bien qué uso darle. Otros cuerpos se limitó a guardarlos para cuando pudiera experimentar con bestias de mayor tamaño. De entre las sobras apartó dos cadáveres de daelicianos para Kaethe, después de asegurarse de que eran inocuos, ya que estaban dañados por lugares que les restaban utilidad. Si él no les iba a sacar provecho prefería regalárselos a la ghoul, así que se pasó por el burdel a dejarlos y de paso hacer alguna burla velada a Noel como hacía siempre que lo veía con el uniforme de trabajo.
Para poder seguir trabajando duro con la nigromancia empezó a pedir a algunos de sus amigos, sobre todo a Adara, acompañarlos en incursiones, donde solía traerse algún que otro material y, sobre todo, magia. También obtuvo una fuente interesante de ambas cosas por parte de Giz, con quien pactó que le trajese los animales más útiles que se le muriesen en el laboratorio. Y aun por si acaso, alguna noche suelta, Gael se internó en los subterráneos con un arma en cada mano, liándose a espadazos con todo lo que se encontró cerca de la entrada y tomando más magia y más repuestos de aquello que mataba. Tenía que corresponder a sus ambiciones estando preparado y sobrado de reservas.
Por eso mismo empezó a hacer una investigación sobre qué mecanismos sencillos de runas podían darle cierta utilidad extra a sus cadáveres, compaginándolo con las pruebas en ratones. Consultó varios libros con lenguajes sencillos, haciendo preguntas también a Adara e incluso Noel, ahora que se empleaba con más ahínco en ello que los demás. Las primeras pruebas que hizo tuvieron resultados variados. Si bien alguna runa dio en el clavo a la primera por tener un efecto general, aquellas que llevaban direccionantes requirieron varios reajustes. Pero por encima de eso, todavía debía probarlas en combate real durante los entrenamientos matutinos, a los que había reducido un par de horas diarias desde que estaba tan empeñado en obtener resultados rápidamente. No sabía hasta qué punto podían ser útiles los añadidos de los cadáveres, pero por el momento tenía tiempo para ir calculando qué era más inútil que ventajoso.
Mientras dedicó tiempo a las runas dejó momentáneamente la nigromancia aparcada. Lo que hizo entre tanto fue escribir las dudas a medida que le surgían, y después de algunas pruebas más sin obtener los resultados esperados, hizo una llamada por el espejo a Siloco para preguntarle de un tirón todo lo que le traía de cabeza. Se sintió estúpido por muchos de los fallos que había cometido, pero le alegró muchísimo en ese momento tener alguien a quien recurrir para preguntar. Gracias a las dudas resultas pudo por fin empezar a avanzar a un ritmo más rápido. Cogió el truco a las cantidades y perodicidad de la administración de fármacos para conseguir mantener con falsa vida a ratones que se movían por su cuenta. No eran ni avispados ni ágiles, pero caminaban y le roían los muebles como hubieran hecho en vida, y eso era solo el principio.
Ni siquiera se dio cuenta de cuándo el ambiente se había relajado de nuevo. Hasta el punto de que había vuelto a canturrear mientras trabajaba solo en el taller. De hecho, poco a poco subía el volumen de su voz, quizá para deshacerse un poco del silencio y la soledad, llegando a un punto en que alguna vez invocó una burbuja de silencio a su alrededor para que no se le escuchase en el cuchitril, aunque fuese realmente improbable. Simplemente se sentiría muy estúpido si alguien le pillaba cantando canciones de las que ni siquiera recordaba la letra y a lo mejor se dedicaba a farfullar como malamente las recordaba.
Ya faltaba aproximadamente un mes para la cosecha, y les llegó la noticia de que Noel también iba a ser cosechador en uno de los nuevos mundos. Al acercarse Samhein se planteó, como había empezado a hacer hace un par de años, la posibilidad de visitar la Tierra. No se atrevía a dejar plantado lo de Asrena, así que una vez más, lo dejó pasar. Pero tenía claro que, algún día, tenía que ir, sin importar cuando.
El último mes lo pasó haciendo pruebas con runas talladas, tanto en las armas como en las garras de los cadáveres. En estas tuvo que practicar bastante por el tamaño reducido que utilizaban, dibujándolas con una aguja y, si se equivocaba, teniendo que volver a empezar tras moldear de nuevo las uñas hasta su estado original con magia. En el caso de las armas, era un poco más complicado. Estaba falto de ideas, pero para una de las pocas que se le ocurrió, empezó a practicar más en serio a luchar con dos espadas. Era otra cosa que, con los combates de la bahía, tenía que testar también para ver si era efectivo, puesto que consistía en hacer intangible el filo de una de las armas para hacer trastabillar al rival a costa de exponerse. Además de eso, empezó a pensar cómo hacer una daga que se volvía invisible al presionar el extremo del mango. Ese era un hechizo que no dominaba con la facilidad del anterior, con lo que, cuando llegó la cosecha, todavía estaba trabajando en ello. Le carcomía la imposibilidad de sacar más tiempo libre para hacer todo lo que quería, pero estaba más que satisfecho con los avances de los últimos meses. Varios de los modificadores de los hechizos que devolvían a la vida ya le salían, incluso en animales mayores como colaespinas y un cánido.
En Samhein se le unió Matt como acompañante al cosechar, y después de hablar animadamente con Nasher, Noel, y otros veteranos, partieron cada uno al mundo que le correspondía. Fue, con diferencia, el año en que mejor se lo pasó durante la cosecha. No era un mundo nada fácil por lo que costaba encontrar a las tribus nómadas, por eso la compañía lo hizo más llevadero. Gael pensó que si alguna vez se decidía a hacer el viaje a la Tierra, Matt era ideal para sustituirle, y más al haber visto de primera mano lo que había que hacer.
Se despertó tarde tras la noche de cosecha. Su primer pensamiento al levantarse fue para los chicos que estarían en ese momento despertándose en las mazmorras «y flipando en colores». Inmediatamente sonrió. Siempre era una buena noticia tener una cosecha abundante y variada «estoy deseando ir a cotillear los torreones». Al pasar por delante del espejo del pasillo vio las ojeras y el pelo revuelto que traía, más largo ahora de lo que solía llevarlo. «Si mi madre me viese con estas pintas probablemente me llamaría mendigo». Al bajar, y aunque era mediodía prácticamente, se puso a hacer el desayuno.
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Sigue en la Taberna.
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Poco después lograron terminar el papel de teletransporte para Wen, cuyo prototipo probaron con éxito en Noel. Una vez hecho eso, para el fuego fatuo fue un alivio poder dedicarse de lleno a la nigromancia, aunque reconoció que lo aprendido había sido de gran utilidad y quizá le diese uso más adelante. Además no fue solo para Wen, sino que poco después le dieron un papel de iguales características a Tania por si se veía metida en algún problema. Los planes de hacer, a largo plazo, papeles para todos empezaron al recibir Wen un par de ataques más, de los que por suerte escapó sin daño alguno. Tenía miedo de que los ataques del grupo de Gar se volviesen más imaginativos, pero por un tiempo, la cosa se calmó. Sabía que era una falsa tranquilidad, pero el hecho de que todos estaban esforzándose tanto por mejorar le producía cierta confianza en que todo iría bien.
Después de haber acabado con el teletransporte lo primero que hizo, y que había pospuesto ya demasiado tiempo, fue reparar todas las quimeras y cadáveres con desperfectos. Mientras lo hacía, fue cuando empezó a dar vueltas a los usos que podía darle a las runas aplicadas sobre ellos, ya que Adara y Noel estaban trabajando tan duro en el tema. Iba a resultar mucho más sencillo, podía grabarlas de muchas maneras, pero mismamente con tinta indeleble sobre la piel. De hecho, también le gustaba la idea de darles uso en las armas, cosa que alguno de sus compañeros ya hacía. Cuando estuvo diseñado el sistema de runas de defensa, tuvo que rechazarlo con pesar y cierto alivio al mismo tiempo, ya que no solía ir exponiendo su propio cuerpo y era demasiado costoso cubrir varias quimeras, que en último caso siempre eran remplazables. Le parecía un sistema sorprendente, pero ahorrarse el tedio que suponía tatuarlo por todo el cuerpo realmente era un consuelo.
Cuando por fin se hubo leído de cabo a rabo dos veces el grimorio fue cuando empezó a investigar los hechizos menores que figuraban en él. Venían escalados por dificultad y resultados que obtenían. Los primeros niveles eran una patraña, pero se podían suplir los modificadores de los que carecían con implementaciones externas. O eso creía él. Solo eran teorías, porque el grimorio se limitaba a describir los efectos de cada hechizo.
Para asegurarse, hizo por fin las primeras pruebas reales en ratones muertos. Lo primero que descubrió fue que ni siquiera se movían. Creía que había metido la pata realizando los hechizos, pero los que había escogido eran tan sencillos dentro de su campo que, de hecho, solo conseguían movimientos reflejos y sistemáticos por parte de los sujetos devueltos a la vida. Poco después, se hizo evidente el desgaste en ellos. El ratón que había desangrado previamente perdió hasta los movimientos reflejos, su carne se secaba más rápidamente. Por el otro lado, el que tenía aún la sangre en el cuerpo perdía movilidad al formarse edemas.
Tuvo que volver a meter la nariz en libros de fisiología, pero no tardó en reunir una lista de sustancias que pidió a Nia. Fue una suerte que les surgiera un pequeño trabajo, porque de otro modo no habría tenido ya ahorros con los que pagar a la náyade. En la lista figuraban anticoagulantes y trombolíticos, parasimpaticomiméticos, vasodilatadores y vasoconstrictores sistémicos… todavía no tenía claro cómo emular el funcionamiento natural del cuerpo, pero para eso se había retado a probarlo en primer lugar. Continuó las pruebas entonces inyectando sustancias que paliasen los efectos negativos observados, pero no era sencillo, porque una inyección intramuscular perdía mucha eficacia en un cuerpo muerto. Tuvo que aprender a acertar en las venas de los ratones, y eso casi le dificultaba tanto la tarea como elegir usar sujetos de mayor tamaño. Obtuvo consecuencias inesperadas, unas veces más potentes de lo que pretendía, otras sin conseguir siquiera efecto alguno.
Las pruebas empezaron a hacérsele cada día más cuesta arriba. Estaba claro que con los hechizos sencillos no iba a ningún lado, pero al empezar a emplear los modificadores no hacía más que meter la pata. Cansado de pelear con aquello, se tomó un descanso volviendo a las actividades que dominaba. Con los cuerpos que tenía almacenados se construyó alguna quimera extra, aun sin saber muy bien qué uso darle. Otros cuerpos se limitó a guardarlos para cuando pudiera experimentar con bestias de mayor tamaño. De entre las sobras apartó dos cadáveres de daelicianos para Kaethe, después de asegurarse de que eran inocuos, ya que estaban dañados por lugares que les restaban utilidad. Si él no les iba a sacar provecho prefería regalárselos a la ghoul, así que se pasó por el burdel a dejarlos y de paso hacer alguna burla velada a Noel como hacía siempre que lo veía con el uniforme de trabajo.
Para poder seguir trabajando duro con la nigromancia empezó a pedir a algunos de sus amigos, sobre todo a Adara, acompañarlos en incursiones, donde solía traerse algún que otro material y, sobre todo, magia. También obtuvo una fuente interesante de ambas cosas por parte de Giz, con quien pactó que le trajese los animales más útiles que se le muriesen en el laboratorio. Y aun por si acaso, alguna noche suelta, Gael se internó en los subterráneos con un arma en cada mano, liándose a espadazos con todo lo que se encontró cerca de la entrada y tomando más magia y más repuestos de aquello que mataba. Tenía que corresponder a sus ambiciones estando preparado y sobrado de reservas.
Por eso mismo empezó a hacer una investigación sobre qué mecanismos sencillos de runas podían darle cierta utilidad extra a sus cadáveres, compaginándolo con las pruebas en ratones. Consultó varios libros con lenguajes sencillos, haciendo preguntas también a Adara e incluso Noel, ahora que se empleaba con más ahínco en ello que los demás. Las primeras pruebas que hizo tuvieron resultados variados. Si bien alguna runa dio en el clavo a la primera por tener un efecto general, aquellas que llevaban direccionantes requirieron varios reajustes. Pero por encima de eso, todavía debía probarlas en combate real durante los entrenamientos matutinos, a los que había reducido un par de horas diarias desde que estaba tan empeñado en obtener resultados rápidamente. No sabía hasta qué punto podían ser útiles los añadidos de los cadáveres, pero por el momento tenía tiempo para ir calculando qué era más inútil que ventajoso.
Mientras dedicó tiempo a las runas dejó momentáneamente la nigromancia aparcada. Lo que hizo entre tanto fue escribir las dudas a medida que le surgían, y después de algunas pruebas más sin obtener los resultados esperados, hizo una llamada por el espejo a Siloco para preguntarle de un tirón todo lo que le traía de cabeza. Se sintió estúpido por muchos de los fallos que había cometido, pero le alegró muchísimo en ese momento tener alguien a quien recurrir para preguntar. Gracias a las dudas resultas pudo por fin empezar a avanzar a un ritmo más rápido. Cogió el truco a las cantidades y perodicidad de la administración de fármacos para conseguir mantener con falsa vida a ratones que se movían por su cuenta. No eran ni avispados ni ágiles, pero caminaban y le roían los muebles como hubieran hecho en vida, y eso era solo el principio.
Ni siquiera se dio cuenta de cuándo el ambiente se había relajado de nuevo. Hasta el punto de que había vuelto a canturrear mientras trabajaba solo en el taller. De hecho, poco a poco subía el volumen de su voz, quizá para deshacerse un poco del silencio y la soledad, llegando a un punto en que alguna vez invocó una burbuja de silencio a su alrededor para que no se le escuchase en el cuchitril, aunque fuese realmente improbable. Simplemente se sentiría muy estúpido si alguien le pillaba cantando canciones de las que ni siquiera recordaba la letra y a lo mejor se dedicaba a farfullar como malamente las recordaba.
Ya faltaba aproximadamente un mes para la cosecha, y les llegó la noticia de que Noel también iba a ser cosechador en uno de los nuevos mundos. Al acercarse Samhein se planteó, como había empezado a hacer hace un par de años, la posibilidad de visitar la Tierra. No se atrevía a dejar plantado lo de Asrena, así que una vez más, lo dejó pasar. Pero tenía claro que, algún día, tenía que ir, sin importar cuando.
El último mes lo pasó haciendo pruebas con runas talladas, tanto en las armas como en las garras de los cadáveres. En estas tuvo que practicar bastante por el tamaño reducido que utilizaban, dibujándolas con una aguja y, si se equivocaba, teniendo que volver a empezar tras moldear de nuevo las uñas hasta su estado original con magia. En el caso de las armas, era un poco más complicado. Estaba falto de ideas, pero para una de las pocas que se le ocurrió, empezó a practicar más en serio a luchar con dos espadas. Era otra cosa que, con los combates de la bahía, tenía que testar también para ver si era efectivo, puesto que consistía en hacer intangible el filo de una de las armas para hacer trastabillar al rival a costa de exponerse. Además de eso, empezó a pensar cómo hacer una daga que se volvía invisible al presionar el extremo del mango. Ese era un hechizo que no dominaba con la facilidad del anterior, con lo que, cuando llegó la cosecha, todavía estaba trabajando en ello. Le carcomía la imposibilidad de sacar más tiempo libre para hacer todo lo que quería, pero estaba más que satisfecho con los avances de los últimos meses. Varios de los modificadores de los hechizos que devolvían a la vida ya le salían, incluso en animales mayores como colaespinas y un cánido.
En Samhein se le unió Matt como acompañante al cosechar, y después de hablar animadamente con Nasher, Noel, y otros veteranos, partieron cada uno al mundo que le correspondía. Fue, con diferencia, el año en que mejor se lo pasó durante la cosecha. No era un mundo nada fácil por lo que costaba encontrar a las tribus nómadas, por eso la compañía lo hizo más llevadero. Gael pensó que si alguna vez se decidía a hacer el viaje a la Tierra, Matt era ideal para sustituirle, y más al haber visto de primera mano lo que había que hacer.
Se despertó tarde tras la noche de cosecha. Su primer pensamiento al levantarse fue para los chicos que estarían en ese momento despertándose en las mazmorras «y flipando en colores». Inmediatamente sonrió. Siempre era una buena noticia tener una cosecha abundante y variada «estoy deseando ir a cotillear los torreones». Al pasar por delante del espejo del pasillo vio las ojeras y el pelo revuelto que traía, más largo ahora de lo que solía llevarlo. «Si mi madre me viese con estas pintas probablemente me llamaría mendigo». Al bajar, y aunque era mediodía prácticamente, se puso a hacer el desayuno.
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Anexo: Inventario actualizado del taller
(Nuevas quimeras y descripción de las runas).
(Nuevas quimeras y descripción de las runas).
- Spoiler:
QUIMERAS:
1) Tórax y cabeza de frivy, incluyendo brazos hasta el codo. Las manos son garras humanoides, una con aspecto de pertenecer a un ave y la otra peluda. Piernas similares a las de un oso pero más largas. Puede empuñar armas con las dos manos y lanzar hechizos. Camina a dos patas. Está algo “viejo” de recibir golpes.
-Runa con hechizo de raigambre activada por presión en el antebrazo derecho.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el pecho.
-Runa de explosión controlada activada por contraseña y con retardo de 30 segundos. En la parte interior del muslo derecho.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
2) Tórax alado con sus propias patas de ave, y brazos y cabeza de frivy. Puede volar y lanzar hechizos, así como empuñar armas solamente si son ligeras (aunque no si está volando). Está ya muy “vieja” de recibir golpes.
- Runa con hechizo de raigambre activada por presión en el antebrazo.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el cuello.
-Runa de explosión controlada activada por contraseña y con retardo de 30 segundos. Situada en el pecho.
3) Tórax alado con sus propias patas de ave, y brazos y cabeza de daeliciano menudo. Es una versión mejorada de la anterior.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el cuello.
4) Monstruo de pelaje verde y hocico chato, de gran envergadura. Las patas traseras pertenecen a otra especie diferente. Puede caminar tanto a dos patas como a cuatro. Tiene brazos fuertes acabados en garras que pueden sostener armas pesadas.
-Runa con hechizo de intangilibilidad activada por presión en el pecho.
5) Acorazado osezno, un oso de los subterráneos que lleva acoplada una coraza. Puede pelear cuerpo a cuerpo con dientes y garras.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
6) Criatura de piel viscosa y amarillenta con dos costuras donde tenías unos vestigios de alas atrofiadas (desechadas por inútiles). Se sostiene a dos patas. Es ciega y le cuelgan tres pares de bigotes viscosos donde deberían estar los ojos (se guía por vibraciones y sonido, pero es poco eficiente en lo primero). Le faltaban ambos brazos, sustituidos por brazos de hombre bestia.
-Runa con explosión de luz activada por presión en el cuello.
7) Oso de los subterráneos con cabeza de reptil de morro largo con dientes chatos pero afilados. Le falta un ojo.
CADÁVERES:
1) Joven humano pecoso. Pelirrojo y no muy alto, de aproximadamente quince años. De todos los cadáveres es el único que no está en el taller. Tiene su propio ataúd y está en el cuchitril.
2) Hombre varmano bastante musculoso y alto dentro de su especie. De pelo azulado y rasgos hoscos.
3) Niña varmana de aproximadamente ocho años, menuda y con una melena violeta.
- Runa con embrujo de tiniebla activada por presión en el pecho.
4) Vlakai.
- Runa con explosión de luz activada por presión en el vientre.
5) Dragón de los subterráneos. Pelaje blanquecino, ciego, y con apéndices en la espalda. El pedazo de cola que le faltaba ha sido sustituido por una maza de gran tamaño.
-Runa con explosión de luz activada por presión en la parte superior de la cabeza.
6) Quimera de los subterráneos (quimera clásica) con una costura alrededor del cuello.
7) Criatura reptiliana alta (aprox. 2 m) y fibrosa, de escamas marrones muy duras. Se sostiene a dos patas y sus manos pueden empuñar. Tiene una costura de tamaño notable en el estómago.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra derecha, activada por presión.
-Runa con hechizo de impacto grabada en la uña índice de la garra izquierda, activada por chispa mágica.
8) Un hombre bestia en mal estado. Le falta un brazo, se usa para repuestos.
9) Ratones, colaespinas y otros roedores pequeños.
-Alguno de los ratones (aquellos que lleve en el bolsillo) tienen una runa con un embrujo de tiniebla activado por presión en el vientre.
10) Dos daelicianos para repuestos.
11) Cuerpo de reptil sin cabeza. Camina a cuatro patas, que son cortas y tiene una gran cola.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
04/10/13, 05:11 pm
¡Gata!
—Así que aquí estabas, ¿eh? Llevo todo el día sin verte. —Saco a Purr de debajo de la mesilla. Menuda suerte tuve al encontrarla… hará un par de meses o así, me es útil. La mesilla, claro. Encima está en buen estado—. Te has vuelto toda una perezosa, grandota. —¿Qué te ha dado con ponerte en el hueco debajo del mueble? Quién te entiende, reina de la casa—. A este ritmo te vas a poner gooorda. Gooorda, sí. Como Garfield. ¿Qué me dices? ¿Quieres lasaña? ¿Odias los lunes? ¡EH! —¿Me acaba de arañar? ¿En la cara? Ni que me hubiera entendido. Esto se podría llamar un… esto… ¿guantazo de furcia? Malditos idiomas olvidados. Sonaba mucho mejor en inglés, me acuerdo. La dejo en el suelo y me pongo de morros cuando me mira—. Eres maaala.
Las defensas han saltado, curioso. Oighs, ahora podré tener una piel perfecta y lisa para siempre~. Una pena, las cicatrices de guerra contra gatos dan un aspecto más fiero y un prestigio mayor a su dueño. ¿O puede que esclavo? También escuecen. Cada vez me va mejor con la barrera mágica, ya sabía yo que entender este sistema me iba a ser de utilidad… aunque aún no acabo de dominar el direccionamiento. Pero tiempo al tiempo, quiero aprender bien, no hacerlo rápido y a medias.
Oh, y también ha demostrado ser genial el que descubrió Noel. El lenguaje rúnico especializado en armas es muy útil, mejor y más económico que imitar el efecto con los otros lenguajes rúnicos que ya conocía. Rocavarancolia, a pesar de haber sido hogar de tantos seres mágicos talentosos y numerosos genios, ha recogido mucha parte de su desarrollo mágico en otros mundos, a veces más avanzados en un ámbito de la magia que la propia ciudad. Es curioso considerar esto. Se está haciendo tarde, mejor me acuesto ya.
En cuanto a los desgraciados… ¿Qué ha sido de ellos? No he vuelto a ver ni a uno desde que matamos a Virius. Es cierto que atacaron a Wen un par de veces más, pero pudo escapar sin problemas gracias a la teleportación. Y de eso hace un tiempo… Ahora, si solo se están tomando un descanso muy largo en parte me preocupa. Creo que, si la vuelven a intentar atacar, tendrán métodos para detener el teletransporte. O, tal vez, ni siquiera dejar que lo use.
Pero en fin, no puedo negar que este descanso también nos ha sido provechoso. Sin llegar a bajar la guardia, ha servido para reforzarme con las runas, nuevos hechizos… También he necesitado mucho poder mágico, por ello he acompañado frecuentemente a Gael en incursiones a otros mundos vinculados. Aunque en algunas llegamos a repetir lugares, en todas pude cazar —tanto comida como magia— y aprender más sobre los distintos mundos vinculados a la ciudad.
Y he tenido tiempo para mejorar en otros campos. Lo más remarcable ha sido el manejo de la espada. Recuerdo que Jack me dijo que se lo haría pasar mal a cualquier amante de los duelos. No es que tenga un dominio ni una técnica superior a la media, pero según parece tengo buenos reflejos y soy eficaz en combate. En fin, no llevo un arma para duelos absurdos, mi efectividad es más propia de un soldado que la de un maestro. O eso me dijeron. Algo que me parece curioso: no puedo con los sables. Si no llevo una espada recta no puedo, aunque acostumbran a ser más pesadas. ¡No puedo con esas armas del sur! Bueno, del sur contando la tierra. Aunque espera, también en el norte de Asia se desarrolló más el sable. Debo ser más británica de lo que pensaba. Da igual, lo importante es que nunca se sabe cuándo puedo necesitar un arma, y la espada suele ser la más común. Al menos entre las armas de tamaño estándar.
¿Cómo les irá a los nuevos cosechados? Ya miraré algún día, no importa. A la cama, Adara.
—Buenas noches, gordinflona.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/10/13, 06:59 pm
Vac había quedado con un mercader al que le había encargado un producto hacía ya un tiempo. El hombre no había podido conseguirlo hasta aquel momento, y en el instante en el que lo había tenido en su poder, había mandado un mensaje al griego. El chico no se entretuvo demasiado, y después de pagarle al mercader, sujetó la caja con unas cuerdas y improvisó un asa para que su compañero no tuviera problemas para alzarlo. Cuando el fénix alzó el vuelo con su carga, Vac lo siguió en dirección al Cuchitril, y después de asegurarse de que Noel no estaba en su habitación, el hado se coló por su ventana y le pidió a Feliks que esperara en el tejado.
El griego se dio prisa y se deshizo de la caja, revelando unos cuantos tambores y varios platillos. Los siguientes quince minutos los dedicó a montar el instrumento, y cuando terminó de hacerlo, una flamante batería nueva de color negro con remaches dorados ocupaba una parte de la habitación. Vac observó su trabajo satisfecho mientras giraba las baquetas entre sus dedos, y resistiéndose a probarla para no llamar la atención y estropear la sorpresa, el chico se sentó en el escritorio de su hermano y echó mano de papel y lápiz.
“Este es mi regalo de cumpleaños atrasado, hermanito, haz que este orgulloso de ti y asegurate de incordiar de mi parte a los vecinos. Luego te invitó a unas cervezas para celebrarlo si evitó que me mates. ¡Felicidades!
Tu hermano que te quiere, y el peor que hay en el mundo, Vac.”
Con una sonrisa cansada el griego dejó la nota sobre el instrumentó junto a las baquetas, y tras saltar por la ventana puso rumbo hacía Luna Alta. Tenía una clase con Deferentia, y aunque iba a llegar pronto, invertiría el tiempo practicando.
Continúa en Luna Alta.
El griego se dio prisa y se deshizo de la caja, revelando unos cuantos tambores y varios platillos. Los siguientes quince minutos los dedicó a montar el instrumento, y cuando terminó de hacerlo, una flamante batería nueva de color negro con remaches dorados ocupaba una parte de la habitación. Vac observó su trabajo satisfecho mientras giraba las baquetas entre sus dedos, y resistiéndose a probarla para no llamar la atención y estropear la sorpresa, el chico se sentó en el escritorio de su hermano y echó mano de papel y lápiz.
“Este es mi regalo de cumpleaños atrasado, hermanito, haz que este orgulloso de ti y asegurate de incordiar de mi parte a los vecinos. Luego te invitó a unas cervezas para celebrarlo si evitó que me mates. ¡Felicidades!
Tu hermano que te quiere, y el peor que hay en el mundo, Vac.”
Con una sonrisa cansada el griego dejó la nota sobre el instrumentó junto a las baquetas, y tras saltar por la ventana puso rumbo hacía Luna Alta. Tenía una clase con Deferentia, y aunque iba a llegar pronto, invertiría el tiempo practicando.
Continúa en Luna Alta.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/10/13, 07:50 pm
Noel volvió al cuchitril cuando Gael ya se encontraba haciendo la comida. Se disculpó y se puso a ayudar enseguida, contándole que había estado en la sede y su conversación con Saren. Aunque prefirió omitir el hecho de que una libense desnuda y completamente loca le había abordado de aquella forma tan descarada, todavía no estaba seguro de que su propósito no hubiera sido burlarse de él.
Durante la comida, la conversación versó principalmente sobre la noche de cosecha y los cosechados que habían visto. El draco principalmente aportó una descripción de todo lo que le había llamado la atención del enorme planeta de Ordesta y les habló de los parqios, mostrándoles el dibujo que había hecho de aquella especie de dragones en miniatura. Así mismo le comunicó a Giz que le había traído las muestras como pago adelantado por una bolsa sin fondo, ya que hasta ese momento no se la había pedido por falta de algo novedoso que ofrecerle al goliat a cambio, la cual hacía un tiempo que quería.
Una vez hubieron terminado, el draco subió a su habitación en busca de Odin para llevarle su comida ya que no lo había visto aparecer por el salón. Y en cuanto abrió su puerta, por poco se le cae el plato al suelo. Odin estaba efectivamente en el cuarto, sentado sobre algo que no debería estar allí. El gato lo miró y a continuación estiró una de sus patas para darle unos golpecitos a la baqueta que se encontraba cerca de él, tirándola al suelo en el proceso para después volver a mirar hacia su dueño con cara inocente. Tras observar el recorrido de la baqueta en el suelo y recogerla automáticamente, el sueco permaneció unos segundos observando medio boquiabierto el instrumento que ahora ocupaba parte de su habitación hasta que logró conformar su primer pensamiento al respecto, que fue un “voy a matar a Vac”.
Porque sin duda aquello no podía ser obra de otra persona que no fuese su hermano, especialmente porque según creía recordar, nadie más a parte de él y Wen sabían que quería aprender a tocar la batería y no había hablado demasiado de ello con la vouivre. Dejó el plato de comida en una esquina y levantó al gato con cuidado para evitar que estropease el tambor sobre el que estaba subido. Se ganó un arañazo al hacerlo pero no le prestó mucha más atención al felino, a quien dejó inmediatamente en el suelo y no tardó en abalanzarse sobre su plato de comida.
Aquella batería era, sin duda, de muy buena calidad y además le encantaba su diseño. Desde luego no era algo adecuado para él, que todavía tenía que aprender de cero. No había vuelto a pensar en su interés por aprender a tocar debido a que tenía otras cosas en la cabeza desde hacía meses, pero su intención era retomar la idea ahora que las cosas se habían calmado. Y comprarse él, aunque fuera, una batería de práctica que no fuese muy cara. <<Sí, voy a matar a Vac>>, repitió mientras ya cogía la nota que había visto por el rabillo del ojo.
Y tras leer la nota esbozando una sonrisa y reafirmarse una tercera vez en sus intenciones, sacó a Odin de la habitación cerrando la puerta para evitar que se le diera por arañar su regalo y se preparó para irse. Tenían clase con Deferentia esa tarde, así que podía cumplir su amenaza con inmediatez. Justo antes de salir por la puerta se despidió de quien estuviese a la vista.
—Si tardo en volver es porque estoy asistiendo al funeral de cierto hado infernal —aseguró con una sonrisa sarcástica—. Los motivos los podéis encontrar en mi cuarto.
Sigue en Luna Alta.
Durante la comida, la conversación versó principalmente sobre la noche de cosecha y los cosechados que habían visto. El draco principalmente aportó una descripción de todo lo que le había llamado la atención del enorme planeta de Ordesta y les habló de los parqios, mostrándoles el dibujo que había hecho de aquella especie de dragones en miniatura. Así mismo le comunicó a Giz que le había traído las muestras como pago adelantado por una bolsa sin fondo, ya que hasta ese momento no se la había pedido por falta de algo novedoso que ofrecerle al goliat a cambio, la cual hacía un tiempo que quería.
Una vez hubieron terminado, el draco subió a su habitación en busca de Odin para llevarle su comida ya que no lo había visto aparecer por el salón. Y en cuanto abrió su puerta, por poco se le cae el plato al suelo. Odin estaba efectivamente en el cuarto, sentado sobre algo que no debería estar allí. El gato lo miró y a continuación estiró una de sus patas para darle unos golpecitos a la baqueta que se encontraba cerca de él, tirándola al suelo en el proceso para después volver a mirar hacia su dueño con cara inocente. Tras observar el recorrido de la baqueta en el suelo y recogerla automáticamente, el sueco permaneció unos segundos observando medio boquiabierto el instrumento que ahora ocupaba parte de su habitación hasta que logró conformar su primer pensamiento al respecto, que fue un “voy a matar a Vac”.
Porque sin duda aquello no podía ser obra de otra persona que no fuese su hermano, especialmente porque según creía recordar, nadie más a parte de él y Wen sabían que quería aprender a tocar la batería y no había hablado demasiado de ello con la vouivre. Dejó el plato de comida en una esquina y levantó al gato con cuidado para evitar que estropease el tambor sobre el que estaba subido. Se ganó un arañazo al hacerlo pero no le prestó mucha más atención al felino, a quien dejó inmediatamente en el suelo y no tardó en abalanzarse sobre su plato de comida.
Aquella batería era, sin duda, de muy buena calidad y además le encantaba su diseño. Desde luego no era algo adecuado para él, que todavía tenía que aprender de cero. No había vuelto a pensar en su interés por aprender a tocar debido a que tenía otras cosas en la cabeza desde hacía meses, pero su intención era retomar la idea ahora que las cosas se habían calmado. Y comprarse él, aunque fuera, una batería de práctica que no fuese muy cara. <<Sí, voy a matar a Vac>>, repitió mientras ya cogía la nota que había visto por el rabillo del ojo.
Y tras leer la nota esbozando una sonrisa y reafirmarse una tercera vez en sus intenciones, sacó a Odin de la habitación cerrando la puerta para evitar que se le diera por arañar su regalo y se preparó para irse. Tenían clase con Deferentia esa tarde, así que podía cumplir su amenaza con inmediatez. Justo antes de salir por la puerta se despidió de quien estuviese a la vista.
—Si tardo en volver es porque estoy asistiendo al funeral de cierto hado infernal —aseguró con una sonrisa sarcástica—. Los motivos los podéis encontrar en mi cuarto.
Sigue en Luna Alta.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
01/11/13, 09:47 pm
Toima
Muy de mañana, el enorme albino cruzó el umbral de la entrada al recinto del cuchitril. Arrastrando unas importantes ojeras y bañado en rocio, se acercó a la caseta de la lagarta, donde esta dormia placidamente mascando uno de sus juguetes mientras un gorgoteo creciente afloraba en su garganta y se retorcia. Aquello le arrancó una sonrisa que se asomó en su comisura, pero que pronto decayó, cuando el ulterano se dió la vuelta y abrió la puerta del cuchitril. Tenia el cuerpo frio, no habia traido consigo nada de abrigo y llevaba paseando toda la noche, aunque el sol le hubiera bañado al aparecer por la mañana. Se frotó los brazos. El frio se le habia calado hasta los huesos y hasta le costaba un poco parpadear. Chasqueó la lengua y cogió un par de mantas en las que envolverse. Bostezando, se acurrucó en un sillón envuelto en mantas y se sumió en un sueño casi profundo.
Muy de mañana, el enorme albino cruzó el umbral de la entrada al recinto del cuchitril. Arrastrando unas importantes ojeras y bañado en rocio, se acercó a la caseta de la lagarta, donde esta dormia placidamente mascando uno de sus juguetes mientras un gorgoteo creciente afloraba en su garganta y se retorcia. Aquello le arrancó una sonrisa que se asomó en su comisura, pero que pronto decayó, cuando el ulterano se dió la vuelta y abrió la puerta del cuchitril. Tenia el cuerpo frio, no habia traido consigo nada de abrigo y llevaba paseando toda la noche, aunque el sol le hubiera bañado al aparecer por la mañana. Se frotó los brazos. El frio se le habia calado hasta los huesos y hasta le costaba un poco parpadear. Chasqueó la lengua y cogió un par de mantas en las que envolverse. Bostezando, se acurrucó en un sillón envuelto en mantas y se sumió en un sueño casi profundo.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 01:01 am
Fue, probablemente, la noche más desagradable de la vida de Gael. O, al menos, que él recordase en ese momento. De todas las noches que se había pasado en vela, nunca había tenido que caminar sin descanso por la calle, pero no solo se trataba de eso. Se pasó toda la noche esquivando al argos, actuando como un ratón normal y desapareciendo por atajos y calles para volver a aparecer más tarde cerca de Toima. Se hubo de quedar dormido una decena de veces mientras seguía moviendo las patitas para no quedarse atrás.
Le faltó saltar de júbilo cuando regresaron a las calles colindantes al cuchitril. Ya amanecía, y el fuego fatuo se quedó mirando en la distancia como el argos entraba en el cuchitril. Esperaba que estuviese tan cansando como para no plantearse el porqué de su ausencia tanto en la casa como en el taller. Tal vez daría por hecho que podría estar en alguno de los cuerpos. A aquellas alturas a él ya le daba igual todo también, de hecho si había continuado su persecución era porque era demasiado cabezota como para dejar aquello a medias. Regresó, por fin, a por sus cosas tomando los caminos más cortos que supo y volvió al cuchitril levitando, con cara de muerto viviente y el ratón de nuevo en el bolsillo. En vez de entrar en la vieja posada se metió en el taller y allí se quedó dormido.
Levitaba cerca del techo cuando se despertó. Prácticamente se dio contra el techo al incorporarse. Seguía cansado, como si no hubiera dormido, y le dolía la espalda, pero por la luz que entraba por las ventanas sabía que no era temprano precisamente. Se limitó a arreglar la falta de sueño con magia y, al entrar en el cuchitril, lo hizo mostrando una bien fingida sonrisa.
—Bueeenos días. Estaba trabajando en el taller.
Le faltó saltar de júbilo cuando regresaron a las calles colindantes al cuchitril. Ya amanecía, y el fuego fatuo se quedó mirando en la distancia como el argos entraba en el cuchitril. Esperaba que estuviese tan cansando como para no plantearse el porqué de su ausencia tanto en la casa como en el taller. Tal vez daría por hecho que podría estar en alguno de los cuerpos. A aquellas alturas a él ya le daba igual todo también, de hecho si había continuado su persecución era porque era demasiado cabezota como para dejar aquello a medias. Regresó, por fin, a por sus cosas tomando los caminos más cortos que supo y volvió al cuchitril levitando, con cara de muerto viviente y el ratón de nuevo en el bolsillo. En vez de entrar en la vieja posada se metió en el taller y allí se quedó dormido.
Levitaba cerca del techo cuando se despertó. Prácticamente se dio contra el techo al incorporarse. Seguía cansado, como si no hubiera dormido, y le dolía la espalda, pero por la luz que entraba por las ventanas sabía que no era temprano precisamente. Se limitó a arreglar la falta de sueño con magia y, al entrar en el cuchitril, lo hizo mostrando una bien fingida sonrisa.
—Bueeenos días. Estaba trabajando en el taller.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 02:31 am
Giz había vuelto al cuchitril por la mañana temprano tras pasar la noche fuera. Se había quitado la resaca mediante magia y con todas sus ideas en su sitio y sin alcohol, decidió aprovechar la mañana para rematar el encantamiento de la bolsa sin fondo para Noel. Había pensado en hacerlo abajo en el salón, pero un Toima somnoliento se lo había impedido, por lo que acabó utilizando la cocina como habitación sustituta.
Para cuando Gael entró al edificio, Giz ya había terminado y se encontraba pasando por la sartén un par de filetes de alguna especie de animal de alguno de los mundos vinculados. Se acercó para saludarle y le informó de lo que cocinaba.
—Pensaba hacer un par o dos más, por si Tania o el Bello Durmiente del sofá se levantaban con hambre. Así que si quieres, es un buen momento para aprovecharte de mí—las referencias a los cuentos terrestres nunca sobraban. Pero dejando ese detalle aparte, a Giz se le notaba de un buen humor que hace tiempo que no tenía—¿Qué tal por el taller?—se interesó.
Al final, acabó cocinando para todos, lo cual significaba que la comida estaría pasablemente comestible, pero no sería nada del otro mundo. Giz se había interesado en aprender más hechizos que recetas, desde que había llegado a la ciudad. Mientras comían, Giz se encontraba irritantemente hablador y de vez en cuando soltaba datos aleatorios sobre lo bien que marchaba lo del gato vampiro.
—No estoy seguro de que Jack sea consciente de que necesitará más sangre solo para el gato. Y mucho cuidado también, que ayer me encontré a uno de mis animales seco por su culpa. No quiero imaginarme a las prostitutas enfadadas si les ataca su mascota (...)—entre otros comentarios.
Poco después de haber acabado y limpiado los platos (esto lo hizo de una pasada mágica), vio a Noel entrar por la puerta y se acercó hasta él. Lo saludó y se sacó del bolsillo la bolsa sin fondo recién terminada.
—Toma, que ya te la iba debiendo—le abordó en la entrada.
Para cuando Gael entró al edificio, Giz ya había terminado y se encontraba pasando por la sartén un par de filetes de alguna especie de animal de alguno de los mundos vinculados. Se acercó para saludarle y le informó de lo que cocinaba.
—Pensaba hacer un par o dos más, por si Tania o el Bello Durmiente del sofá se levantaban con hambre. Así que si quieres, es un buen momento para aprovecharte de mí—las referencias a los cuentos terrestres nunca sobraban. Pero dejando ese detalle aparte, a Giz se le notaba de un buen humor que hace tiempo que no tenía—¿Qué tal por el taller?—se interesó.
Al final, acabó cocinando para todos, lo cual significaba que la comida estaría pasablemente comestible, pero no sería nada del otro mundo. Giz se había interesado en aprender más hechizos que recetas, desde que había llegado a la ciudad. Mientras comían, Giz se encontraba irritantemente hablador y de vez en cuando soltaba datos aleatorios sobre lo bien que marchaba lo del gato vampiro.
—No estoy seguro de que Jack sea consciente de que necesitará más sangre solo para el gato. Y mucho cuidado también, que ayer me encontré a uno de mis animales seco por su culpa. No quiero imaginarme a las prostitutas enfadadas si les ataca su mascota (...)—entre otros comentarios.
Poco después de haber acabado y limpiado los platos (esto lo hizo de una pasada mágica), vio a Noel entrar por la puerta y se acercó hasta él. Lo saludó y se sacó del bolsillo la bolsa sin fondo recién terminada.
—Toma, que ya te la iba debiendo—le abordó en la entrada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 03:11 am
Tras abrir la puerta del cuchitril y saludar en voz alta anunciando su llegada, el primero en recibirlo fue Giz, de quien recogió sonriente tras agradecérselo la bolsa sin fondo que le había encargado al goliat a cambio de las muestras ordesas.
—Por cierto, pronto sabremos qué destino me aguarda como perdedor de las apuestas de este año —les contó all asreniano y al fuego fatuo que también se encontraba por allí—. Matt y Wen han ido a adquirir mercancía al mercado. No tengo ni idea de qué pretenden pero se comportan como si hubiesen formado una conspiración a gran escala para dejarme en ridículo. O algo por el estilo —añadió esbozando una sonrisa sarcástica y encogiéndose de hombros.
Mientras hablaban, el draco se había fijado en la presencia difícil de pasar por alto de Toima bajo una capa de mantas en el sofá, quien pareció despertarse poco después de su llegada a la vieja posada.
—Buenos días, Toima. ¿Todavía te estás recuperando de la resaca a estas horas? —le preguntó con tono jocoso al argos.
—Por cierto, pronto sabremos qué destino me aguarda como perdedor de las apuestas de este año —les contó all asreniano y al fuego fatuo que también se encontraba por allí—. Matt y Wen han ido a adquirir mercancía al mercado. No tengo ni idea de qué pretenden pero se comportan como si hubiesen formado una conspiración a gran escala para dejarme en ridículo. O algo por el estilo —añadió esbozando una sonrisa sarcástica y encogiéndose de hombros.
Mientras hablaban, el draco se había fijado en la presencia difícil de pasar por alto de Toima bajo una capa de mantas en el sofá, quien pareció despertarse poco después de su llegada a la vieja posada.
—Buenos días, Toima. ¿Todavía te estás recuperando de la resaca a estas horas? —le preguntó con tono jocoso al argos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 03:37 am
Toima y Tania
El ulterano dió un respingo cuando, a medio despertar, la voz de Noel le sacó de su somnoliento estado. Con la mirada que se iba aclarando desde lo más borroso, el ulterano gruó algo por debajo mientras se frotaba con parsimonia alguno de sus ojos, en un gesto que le hacia parecer que se estuviera rascando. Sacudió su cabeza y finalmente comprendió sus inmediaciones. Peleandose con las mantas, alzó la cabeza y contestó algo desorientado.
-¿Qué? ¿Qué hora es?-y a continuación apretó la mandíbula cuando recibió un intenso latigazo de dolor en la cabeza y se aplastó el flequillo contra su cara mientras se incorporaba y terminaba de espabilarse.
La nublina, que se hallaba en el otro lado del salón leyendo un libro le contestó, sin levantar la mirada de su lectura.
-Has estado durmiendo toda la mañana. Ya es por la tarde.-
La chica parecia no inmutarse mucho, pero en verdad por dentro se moria de ganas por bombardear a preguntas al albino, pero le pareció que con resaca y recién levantado lograria nada por respuesta, eso si el ulterano queria responder de buenas a primeras.
Ante lo que dijo Tania, el albino tan solo chasqueó la lengua y golpeó su cabeza contra el respaldo, bostezando y estirandose.
-Tengo hambre.-anunció, más para si mismo que para alguien presente. Algo vacilante, se incorporó de la silla y se dirigió hacia la cocina algo encorvado. Ahi encontró algo de carne preparada y, aunque fria, logró ponerla entre pan y pan y tragar tras cada mordisco. Masticaba con parsimonia mientras volvia al salón, donde se encontraban ya casi todos los cuchitrileros. Fue entonces cuando la nublina le saltó con una de sus preguntas.
-¿Dónde estuvistes toda la noche?-preguntó, fingiendo desinterés mientras sus ojos seguian con la lectura. Durante un instante. Casi un instante. Algunos de los ojos del ulterano centellearon hacia Gael y volvieron de vuelta hacia el suelo mientras seguia masticando, sin decir nada.
El ulterano dió un respingo cuando, a medio despertar, la voz de Noel le sacó de su somnoliento estado. Con la mirada que se iba aclarando desde lo más borroso, el ulterano gruó algo por debajo mientras se frotaba con parsimonia alguno de sus ojos, en un gesto que le hacia parecer que se estuviera rascando. Sacudió su cabeza y finalmente comprendió sus inmediaciones. Peleandose con las mantas, alzó la cabeza y contestó algo desorientado.
-¿Qué? ¿Qué hora es?-y a continuación apretó la mandíbula cuando recibió un intenso latigazo de dolor en la cabeza y se aplastó el flequillo contra su cara mientras se incorporaba y terminaba de espabilarse.
La nublina, que se hallaba en el otro lado del salón leyendo un libro le contestó, sin levantar la mirada de su lectura.
-Has estado durmiendo toda la mañana. Ya es por la tarde.-
La chica parecia no inmutarse mucho, pero en verdad por dentro se moria de ganas por bombardear a preguntas al albino, pero le pareció que con resaca y recién levantado lograria nada por respuesta, eso si el ulterano queria responder de buenas a primeras.
Ante lo que dijo Tania, el albino tan solo chasqueó la lengua y golpeó su cabeza contra el respaldo, bostezando y estirandose.
-Tengo hambre.-anunció, más para si mismo que para alguien presente. Algo vacilante, se incorporó de la silla y se dirigió hacia la cocina algo encorvado. Ahi encontró algo de carne preparada y, aunque fria, logró ponerla entre pan y pan y tragar tras cada mordisco. Masticaba con parsimonia mientras volvia al salón, donde se encontraban ya casi todos los cuchitrileros. Fue entonces cuando la nublina le saltó con una de sus preguntas.
-¿Dónde estuvistes toda la noche?-preguntó, fingiendo desinterés mientras sus ojos seguian con la lectura. Durante un instante. Casi un instante. Algunos de los ojos del ulterano centellearon hacia Gael y volvieron de vuelta hacia el suelo mientras seguia masticando, sin decir nada.
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べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 05:02 am
Se llevó una pequeña sorpresa al encontrar a Giz cocinando para todos, así que se unió a él en la cocina sin apenas dedicarle una mirada al montón de mantas que era el argos en aquel momento. Se puso manos a la obra para ayudarle, encargándose de preparar una guarnición de verduras fritas para no tomar la carne sola. Mientras lo hacía le contó a Giz sus últimos avances en el taller, que eran, en realidad, los del día anterior. Poco después el goliat estaba haciendo lo propio mientras comían, provocándole a Gael alguna que otra risa con algunos comentarios. Tenía suerte, pensaba, de tener tan fácil el disimular su agotamiento.
Cuando la mesa ya estaba recogida pero Toima ni siquiera había dado señales de vida, Gael se quedó en la planta baja frente a la chimenea, jugando con Pirita. Le había fabricado un juguete con lana y a la gata le encantaba ir tras él y destrozarlo con las uñas. Tenía una sonrisa bobalicona en la cara cuando se escuchó la puerta de la calle y llegó Noel. Se giró, poniéndose en pie, y se acercó con la gata posada en el hombro. La mención a la apuesta le sacó una risilla.
—Pues estoy deseando verlo. Siendo ellos tiene que salir algo bueno de ahí.
La amplitud de su sonrisa disminuyó un tanto al mencionar Noel la resaca de Toima, pero se mantuvo en silencio, dejando en manos del argos la respuesta que quisiera dar. Pero olvidaba a Tania, ella sí se había enterado de su ausencia durante toda la noche. Esperaba que la suya propia se la hubiera pasado por alto. En el preciso instante en que Tania hizo alusión a aquello notó la mirada de Toima durante una fracción de segundo puesta en él, pero la retiró tan rápido como él mismo lo había hecho, esquivándola. Mientras el ulterano seguía comiendo, él continuó acariciando distraídamente a su gata.
Cuando la mesa ya estaba recogida pero Toima ni siquiera había dado señales de vida, Gael se quedó en la planta baja frente a la chimenea, jugando con Pirita. Le había fabricado un juguete con lana y a la gata le encantaba ir tras él y destrozarlo con las uñas. Tenía una sonrisa bobalicona en la cara cuando se escuchó la puerta de la calle y llegó Noel. Se giró, poniéndose en pie, y se acercó con la gata posada en el hombro. La mención a la apuesta le sacó una risilla.
—Pues estoy deseando verlo. Siendo ellos tiene que salir algo bueno de ahí.
La amplitud de su sonrisa disminuyó un tanto al mencionar Noel la resaca de Toima, pero se mantuvo en silencio, dejando en manos del argos la respuesta que quisiera dar. Pero olvidaba a Tania, ella sí se había enterado de su ausencia durante toda la noche. Esperaba que la suya propia se la hubiera pasado por alto. En el preciso instante en que Tania hizo alusión a aquello notó la mirada de Toima durante una fracción de segundo puesta en él, pero la retiró tan rápido como él mismo lo había hecho, esquivándola. Mientras el ulterano seguía comiendo, él continuó acariciando distraídamente a su gata.
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Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 05:16 am
El draco observó los movimientos de Toima con una ceja arqueada, aunque en realidad no se podía decir que le sorprendiese su actitud. Lo que sí le extrañó, a pesar de todo, fue la pregunta que le dirigió Tania al argos y los miró a uno y a otro alternativamente.
—¿Toda la noche? ¿No volvisteis juntos de la taberna el resto? —inquirió todavía paseando la mirada de la nublina al ulterano, pero especialmente incidiendo en la primera ya que era en quién más confiaba para obtener una respuesta diferente a un simple gruñido.
No se le escapó, tampoco, el intercambio de miradas entre el fuego fatuo y el argos, lo cual le hizo dirigir otra mirada, esta vez con un claro interrogante pintado en su expresión hacia el español. Noel sentía cada vez más curiosidad por lo que hubiera pasado durante la noche. Para ser más precisos, se preguntaba qué nueva estupidez habría cometido Toima. Resopló internamente previendo una conversación infructuosa, otra de tantas.
—¿Toda la noche? ¿No volvisteis juntos de la taberna el resto? —inquirió todavía paseando la mirada de la nublina al ulterano, pero especialmente incidiendo en la primera ya que era en quién más confiaba para obtener una respuesta diferente a un simple gruñido.
No se le escapó, tampoco, el intercambio de miradas entre el fuego fatuo y el argos, lo cual le hizo dirigir otra mirada, esta vez con un claro interrogante pintado en su expresión hacia el español. Noel sentía cada vez más curiosidad por lo que hubiera pasado durante la noche. Para ser más precisos, se preguntaba qué nueva estupidez habría cometido Toima. Resopló internamente previendo una conversación infructuosa, otra de tantas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 02:31 pm
Toima y Tania
El ulterano se limitó a poner una cara amarga y a desviar la mirada general. La nublina prosigió, explicandoles a los presentes lo que habia pasado. Ya no escondia su enfado y habia dejado el libro.
-Al salir, se negó a que montase yo de vuelta y dijo que iria a pie, pero no volvió en toda la noche. Lo se porque me quedé hasta las tantas preocupada y sintiendome responsable por haber cedido a tus niñerias.-
El watahré tan solo frunció el ceño y le dirigió una mirada asesina ya que se sentia traicionado. Frunciendo los labios, la nublina reiteró la pregunta.
-¿Dónde estuvistes hasta las tantas?-
Al principio el ulterano parecia que no iba a contestar pero finalmente sus labios partieron y gruñó una respuesta.
-Estuve paseando.-dijo como si aquello le fuera a salvar de aquella situación.
El ulterano se limitó a poner una cara amarga y a desviar la mirada general. La nublina prosigió, explicandoles a los presentes lo que habia pasado. Ya no escondia su enfado y habia dejado el libro.
-Al salir, se negó a que montase yo de vuelta y dijo que iria a pie, pero no volvió en toda la noche. Lo se porque me quedé hasta las tantas preocupada y sintiendome responsable por haber cedido a tus niñerias.-
El watahré tan solo frunció el ceño y le dirigió una mirada asesina ya que se sentia traicionado. Frunciendo los labios, la nublina reiteró la pregunta.
-¿Dónde estuvistes hasta las tantas?-
Al principio el ulterano parecia que no iba a contestar pero finalmente sus labios partieron y gruñó una respuesta.
-Estuve paseando.-dijo como si aquello le fuera a salvar de aquella situación.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
02/11/13, 07:09 pm
Creo que me ha sentado bien. Sí, sin duda lo ha hecho. Una mañana fresquita, un vuelo hacia las montañas y un pequeño paseo. Sí, como los de hace tiempo: yo sola, con mis brazos y piernas como único medio para desplazarme… y observarlo todo. Es decir: una excursión mañanera por la montaña. Ahora que ya estoy alejándome, de nuevo la sensación es la misma de siempre. ¡Parecen todas iguales, vistas así! Como si no tuvieran algo más interesante para mostrar que la roca desnuda. Y para nada, de cerca están cargadas de detalles. Me gusta verlos. Algo curioso es que desde allí, la ciudad también da la misma sensación. ¡Y eso que está aun más cargada de detalles! No es nada que no supiera ya, pero… No sé, pero siempre es interesante.
¿Cómo les habrá ido la fiesta al resto? Espero que no lo hayan pasado demasiado bien, o la envidia será terrible. ¡Maldita mi suerte! Yo quería ir… me hubiera ido genial conocer a los nuevos, la verdad, pero más que eso… no estoy segura, pero me lo paso bien. ¡Perra fortuna! En fin, al menos ahora puedo reírme de la resaca de los demás mientras tomo una comida en condiciones.
*********
¡Magia perversa que todo lo arreglas! Ay, no, mejor dejo de pensar estas cosas o empezaré a parecerme a Toima. Algunos parecen estar bastante serenos, esto no es lo que quería. Me siento derrotada por las circunstancias… En fin, parece que Tania está discutiendo algo con nuestro querido argos. Mejor entro ya, que no está bien escuchar a través de las puertas… o algo así. ¿Realmente importa? Es algo acerca de… eh… creo que no he… ¿paseando?
—¿Perdón? —Oh, Toima, es genial. Gracias a ti, lo primero que hago al entrar es reírme. ¡Y menuda risa!—. En serio, ¿estuviste toda la noche dando vueltas por la ciudad? —Ay, no, necesito respirar. Por favor—. Porque eres tú, me permito dudar de que esto sea una mala trola.
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