El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/03/13, 05:29 pm
Sus palabras no son seductoras, no atraen para ser oídas sin dar posibilidad a dudar, de pensar en nada más, pero aun así escucho. No se inmiscuyen en mi mente, no rebuscan en ningún lugar los argumentos ideales, pero en su imperfección también son indudables. No son como el abismo, son más directos, menos compasivos, más... sentimentales. Eso es algo que ningún hechizo podrá tener nunca. ¿Pero entonces qué debo creer, a qué debo atenerme? Al final, todo se reduce a nada... piense lo que piense, crea lo que crea, diga lo que diga.
‹‹El abismo no miente, lo sé›› susurro cuando han salido de la habitación. ‹‹Pero mis amigos tampoco.» Silencio en la habitación, silencio en mi cabeza. Sollozo, silencio, sollozo. Abrazo mis rodillas y aprieto la cabeza contra ellas. Y lloro las dudas, lloro el miedo, y, al fin, lloro a los que ya no están. Lloro ruidosamente, lloro sin esconderme, lloro manchando la almohada de mocos y lloro limpiándome.
*********
Tengo hambre. ¡Pero qué haaambre! Me visto enseguida y salgo de la habitación con ritmo pesado que detengo a media escalera mientras el estómago se queja con más elocuencia que el mejor de los oradores. Aun así, cuando llego al comedor me quedo mirando unos segundos la cocina para acabar dirigiendo mis pasos hacia la fuente. Como pensaba, no me puedo presentar con lo que se refleja en el cubo, así que me lavo la cara con el agua. Ah, mucho mejor, aunque aún tengo los ojos enrojecidos e hinchados. Esbozo una sonrisa para mí misma y tiro abajo el resto del agua. Camino con paso silencioso el resto del camino a la cocina, pero el oso en mi estómago ruge de nuevo delante de ella. Maldición. Asomo la cabeza por el marco un tanto avergonzada y compruebo que tanto Gael como Noel me miran.
—¿L-le falta mucho a la comida? –Sin esperar la respuesta, me encamino hacia dentro y empiezo a coger los cubiertos para poner la mesa. Al pasar por al lado de los dos chicos de vuelta al comedor susurro audiblemente un–: gracias.
Después de todo, no importa quién me diga qué; yo voy a seguir haciendo lo que me dé la gana.
‹‹El abismo no miente, lo sé›› susurro cuando han salido de la habitación. ‹‹Pero mis amigos tampoco.» Silencio en la habitación, silencio en mi cabeza. Sollozo, silencio, sollozo. Abrazo mis rodillas y aprieto la cabeza contra ellas. Y lloro las dudas, lloro el miedo, y, al fin, lloro a los que ya no están. Lloro ruidosamente, lloro sin esconderme, lloro manchando la almohada de mocos y lloro limpiándome.
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Tengo hambre. ¡Pero qué haaambre! Me visto enseguida y salgo de la habitación con ritmo pesado que detengo a media escalera mientras el estómago se queja con más elocuencia que el mejor de los oradores. Aun así, cuando llego al comedor me quedo mirando unos segundos la cocina para acabar dirigiendo mis pasos hacia la fuente. Como pensaba, no me puedo presentar con lo que se refleja en el cubo, así que me lavo la cara con el agua. Ah, mucho mejor, aunque aún tengo los ojos enrojecidos e hinchados. Esbozo una sonrisa para mí misma y tiro abajo el resto del agua. Camino con paso silencioso el resto del camino a la cocina, pero el oso en mi estómago ruge de nuevo delante de ella. Maldición. Asomo la cabeza por el marco un tanto avergonzada y compruebo que tanto Gael como Noel me miran.
—¿L-le falta mucho a la comida? –Sin esperar la respuesta, me encamino hacia dentro y empiezo a coger los cubiertos para poner la mesa. Al pasar por al lado de los dos chicos de vuelta al comedor susurro audiblemente un–: gracias.
Después de todo, no importa quién me diga qué; yo voy a seguir haciendo lo que me dé la gana.
- InvitadoInvitado
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/03/13, 05:52 pm
Wen se marchó y Giz se asomó por la puerta justo después. Nasher le dedicó una sonrisa para darle a entender que se encontraba mejor, que ya no estab triste, o por lo menos no como antes.
-Hacía mucho que no hablaba con Wen, con lo sociable que era yo antes y ahora me he vuelto un hermitaño, no hablo con casi nadie- bromeó, sentándose en la cama.
Giz se acercó a él y al fin le dio su respuesta. Nasher sintió como se le aceleraba el corazón. Era algo estúpido, una promera totalmente normal que podría hacerte cualquier amigo en Asrena, pero en aquella ciudad era distinto, para él era algo especial. Era principio del camino para ir curando sus heridas, junto con la charla de Wen. << Seré un idiota, pero poco a poco aprenderé a serlo un pelin menos>> pensó divertido. Agarró a Giz con suavidad por la cinturilla del pantalón y tiró de ella para acercárselo, tanteando la piel del goliat con los dedos y acariciandole la espalda. Miró hacia arriba y sus ojpos brillaron con picardía.
-Bien, vamos a celebrarlo.
Con un rápido movimiento hizo que Giz perdiera el equilibrio y cayese en la cama boca arriba. Se puso encima de él y empezó a desabrocharse el cinturón.
-Te vas a arrepentir de haber insonorizado el cuarto- rió con malicia destapando el torso de Giz y bajando la lengua por su pecho. Y el goliat no pudo hacer nada para defenderse.
-Hacía mucho que no hablaba con Wen, con lo sociable que era yo antes y ahora me he vuelto un hermitaño, no hablo con casi nadie- bromeó, sentándose en la cama.
Giz se acercó a él y al fin le dio su respuesta. Nasher sintió como se le aceleraba el corazón. Era algo estúpido, una promera totalmente normal que podría hacerte cualquier amigo en Asrena, pero en aquella ciudad era distinto, para él era algo especial. Era principio del camino para ir curando sus heridas, junto con la charla de Wen. << Seré un idiota, pero poco a poco aprenderé a serlo un pelin menos>> pensó divertido. Agarró a Giz con suavidad por la cinturilla del pantalón y tiró de ella para acercárselo, tanteando la piel del goliat con los dedos y acariciandole la espalda. Miró hacia arriba y sus ojpos brillaron con picardía.
-Bien, vamos a celebrarlo.
Con un rápido movimiento hizo que Giz perdiera el equilibrio y cayese en la cama boca arriba. Se puso encima de él y empezó a desabrocharse el cinturón.
-Te vas a arrepentir de haber insonorizado el cuarto- rió con malicia destapando el torso de Giz y bajando la lengua por su pecho. Y el goliat no pudo hacer nada para defenderse.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
05/03/13, 11:40 pm
En la cocina, Gael aprovechaba pedazos de carne pegados a los huesos de un venado para hacer la cena. No tenía muy buena cara después de lo que había visto y dicho allí arriba. Le habría gustado ponerse música, música bien alta para dejarse llevar con ella y no pensar. Ponía el aceite a calentar para dorarlos cuando Noel asomó por la puerta. Volvió la vista rápidamente al aceite y echó la carne en él, mordiéndose el labio inferior.
-¿Qué te apetece de guarnición? De lo que hay.
Tras ponerse de acuerdo en cuanto a qué cocinar sobrevino el silencio, solo interrumpido por el chisporroteo del aceite. Al poco rato Gael suspiró y se volvió hacia Noel.
-Menudo día. –Tamborileó en la encimera con los dedos. Se debatía entre hablar y no hacerlo-. Les he echado también la bronca pero no soy mucho mejor que ellos –soltó yendo al grano-. Ni siquiera que Aníbal. Quiero decir… di un paso hacia delante y aún sigo pensando en ello porque… ¿Tú no oíste nada, verdad? Quizás sin el hechizo solo suenen a tonterías. Me cabreó mucho ver lo que ha hecho con todos nosotros. Y no sé, estoy agotado. Siento haber estado de un humor de perros todo el maldito día.
Los pedazos de carne empezaban a estar pasados de más, así que se interrumpió para cambiarlos ya a la olla y mientras tanto le explicó a Noel qué era lo que había oído en su cabeza cuando se aproximó al borde aquella tarde.
-No puedo evitar pensar que tiene razón. Pero también sé que nada de eso me importa. No me importaba antes y no debería importarme ahora. Estamos viviendo la vida como queremos, y aun así llevo todo el día sintiéndome imbécil. –Entonces cayó en la cuenta de algo y miró a Noel con suspicacia-. ¿Y tú cuándo estuviste antes en el abismo? No es que… no me importa, solo me extrañó que no lo contaras. Me... preguntaba cómo te afectó. –Recordando todas las dudas que el draco le había contado que tenía se podía imaginar a qué clase de palabras habría escogido aquel hechizo para él.
Más tarde, la olla desprendía vaharadas que empezaban a oler a comida hecha. En ese momento Adara se asomó preguntando por la cena. Sorprendentemente tenía mejor cara, aunque todavía se notaban sus ojos hinchados y enrojecidos.
-Enseguida está –murmuró Gael. Esbozó una sonrisa al ver como la ángel negro recogía las cosas para poner la mesa. Su agradecimiento y su actitud acabaron de devolverle la tranquilidad. Después de todo no se iba a rendir por un revés como aquel.
-¿Qué te apetece de guarnición? De lo que hay.
Tras ponerse de acuerdo en cuanto a qué cocinar sobrevino el silencio, solo interrumpido por el chisporroteo del aceite. Al poco rato Gael suspiró y se volvió hacia Noel.
-Menudo día. –Tamborileó en la encimera con los dedos. Se debatía entre hablar y no hacerlo-. Les he echado también la bronca pero no soy mucho mejor que ellos –soltó yendo al grano-. Ni siquiera que Aníbal. Quiero decir… di un paso hacia delante y aún sigo pensando en ello porque… ¿Tú no oíste nada, verdad? Quizás sin el hechizo solo suenen a tonterías. Me cabreó mucho ver lo que ha hecho con todos nosotros. Y no sé, estoy agotado. Siento haber estado de un humor de perros todo el maldito día.
Los pedazos de carne empezaban a estar pasados de más, así que se interrumpió para cambiarlos ya a la olla y mientras tanto le explicó a Noel qué era lo que había oído en su cabeza cuando se aproximó al borde aquella tarde.
-No puedo evitar pensar que tiene razón. Pero también sé que nada de eso me importa. No me importaba antes y no debería importarme ahora. Estamos viviendo la vida como queremos, y aun así llevo todo el día sintiéndome imbécil. –Entonces cayó en la cuenta de algo y miró a Noel con suspicacia-. ¿Y tú cuándo estuviste antes en el abismo? No es que… no me importa, solo me extrañó que no lo contaras. Me... preguntaba cómo te afectó. –Recordando todas las dudas que el draco le había contado que tenía se podía imaginar a qué clase de palabras habría escogido aquel hechizo para él.
Más tarde, la olla desprendía vaharadas que empezaban a oler a comida hecha. En ese momento Adara se asomó preguntando por la cena. Sorprendentemente tenía mejor cara, aunque todavía se notaban sus ojos hinchados y enrojecidos.
-Enseguida está –murmuró Gael. Esbozó una sonrisa al ver como la ángel negro recogía las cosas para poner la mesa. Su agradecimiento y su actitud acabaron de devolverle la tranquilidad. Después de todo no se iba a rendir por un revés como aquel.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/03/13, 12:09 am
Cuando el draco llegó a la cocina, se hizo notar y enseguida cogió los utensilios de cocina para ayudar al fuego fatuo. Estuvieron un rato enfrascados decidiendo el menú pero una vez acabaron volvió el silencio. Noel estaba a punto de sacar algún tema de conversación, pues tanto silencio empezaba a resultarle incómodo ya que daba la impresión de que todavía había el mismo ambiente de desasosiego que habían estado intentando apartar durante todo el día. Hasta que el fuego fatuo sacó el tema a colación.
-No he oído nada, pero sé perfectamente de lo que hablas -dijo en respuesta a su primera pregunta-. No es ninguna tontería, a mí me afectó también... -suspiró recordado cual había sido su reacción en su particular encuentro con el abismo-. Pero mantengo lo que he dicho ya dos o tres veces a lo largo del día al respecto. No es necesario que te disculpes.
Siguieron hablando de ello un poco más hasta que su amigo le preguntó por su propia experiencia. No le resultaba raro que al fuego fatuo le extrañase que no se lo hubiera contado, por ello esbozó una sonrisa cansada antes de empezar a hablar.
-El día de Nubla... Ese día llegué allí por casualidad -comenzó a relatar-. Estoy bastante seguro de que puedes adivinar más o menos lo que me dijo. Porque ya lo sabes, y precisamente por eso no lo comenté con nadie, porque no me apetecía volver sobre lo mismo, aunque todavía puedo oír aquel coro de voces en mi cabeza de vez en cuando... Y en realidad lo hablé un poco con Wen, porque ella me encontró allí aquel día, me alejó del borde. No sé que habría pasado si hubiese seguido escuchando, reaccioné de una forma un tanto... desquiciada -un esbozo de sonrisa maliciosa apareció en el rostro del draco mientras lanzaba un breve bufido-. Pero de todas formas creo que se rompió parte del hechizo cuando empezó a decirme que vosotros me despreciabais; yo sé que eso no es verdad, por eso he insistido tanto a lo largo del día que no debíais creer todo lo que os ha dicho...
Al rato Adara se asomó por la puerta, Noel sonrió divertido porque la ángel negro le recordó a algún animalillo asomando la cabeza.
-A este pasó será estofado de Adara la cena, que tal y como estás pareces un ciervo desvalido -bromeó al ver que el estado de la chica ya no era el mismo que cuando habían estado en su habitación.
Simplemente sonrió cuando Adara les dio las gracias, y siguió centrándose en terminar de preparar la cena.
Una vez hubieron cenado y cada uno se fue a hacer sus respectivas tareas. Noel salió del Cuchitril nuevamente por la ventana, como había hecho el día anterior para "huir" de la llegada de Miseria debido al mal humor que sentía. Pero esta vez no estaba huyendo sino todo lo contrario.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
-No he oído nada, pero sé perfectamente de lo que hablas -dijo en respuesta a su primera pregunta-. No es ninguna tontería, a mí me afectó también... -suspiró recordado cual había sido su reacción en su particular encuentro con el abismo-. Pero mantengo lo que he dicho ya dos o tres veces a lo largo del día al respecto. No es necesario que te disculpes.
Siguieron hablando de ello un poco más hasta que su amigo le preguntó por su propia experiencia. No le resultaba raro que al fuego fatuo le extrañase que no se lo hubiera contado, por ello esbozó una sonrisa cansada antes de empezar a hablar.
-El día de Nubla... Ese día llegué allí por casualidad -comenzó a relatar-. Estoy bastante seguro de que puedes adivinar más o menos lo que me dijo. Porque ya lo sabes, y precisamente por eso no lo comenté con nadie, porque no me apetecía volver sobre lo mismo, aunque todavía puedo oír aquel coro de voces en mi cabeza de vez en cuando... Y en realidad lo hablé un poco con Wen, porque ella me encontró allí aquel día, me alejó del borde. No sé que habría pasado si hubiese seguido escuchando, reaccioné de una forma un tanto... desquiciada -un esbozo de sonrisa maliciosa apareció en el rostro del draco mientras lanzaba un breve bufido-. Pero de todas formas creo que se rompió parte del hechizo cuando empezó a decirme que vosotros me despreciabais; yo sé que eso no es verdad, por eso he insistido tanto a lo largo del día que no debíais creer todo lo que os ha dicho...
Al rato Adara se asomó por la puerta, Noel sonrió divertido porque la ángel negro le recordó a algún animalillo asomando la cabeza.
-A este pasó será estofado de Adara la cena, que tal y como estás pareces un ciervo desvalido -bromeó al ver que el estado de la chica ya no era el mismo que cuando habían estado en su habitación.
Simplemente sonrió cuando Adara les dio las gracias, y siguió centrándose en terminar de preparar la cena.
Una vez hubieron cenado y cada uno se fue a hacer sus respectivas tareas. Noel salió del Cuchitril nuevamente por la ventana, como había hecho el día anterior para "huir" de la llegada de Miseria debido al mal humor que sentía. Pero esta vez no estaba huyendo sino todo lo contrario.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
06/03/13, 06:21 pm
Toima y Tania
Tania aun dudaba si habia sido buena idea el dejar a Nia sola con los frivy's, pero ya que nadie pensaba igual que ella no dijo nada. Se sentia cansada y los hombros pesaban. No fue la única que se tiró a un sillón nada más llegar. Toima no habia vuelto a hablar desde entonces. Preocupada, alzo la cabeza para encontrar a Adara. Igual de preocupación mostró Toima, quien dudó si acercarse a hablar con ella o no. Decidio no hacerlo cuando Gael y Noel se adelantaron. Suspirando, la nublina se consumó a la lectura y ayudó con diferentes tareas el resto del día. Toima no cenó aquella noche, alegando que se iria a acostar antes. La nublina no tardó en seguirle al acabar otro capitulo del libro en el que estaba sumergido. Fue tocar la cama y caer rendida por el abrazo de Morfeo. A su lado, el ulterano no pegó ojo en toda la noche, alerta.
;-----
El sol asomaba en el horizonte, aun demasiado pronto en la mañana para que nadie estuviera despierto. El ulterano se incorporó y, sentado en la cama, comenzó a comprobar rutinariamente su cuerpo. Su condicion física era excelente, pero quizas el ulterano se habia vuelto muy autocritico con su bienestar físico y estaba exagerando sus ejercicios. Se tiró al suelo y levantó su peso repetidas veces con los nudillos de su mano derecha. Los sonidos de esfuerzos, resoples y alguna maldición ocasional fueron los que despertaron a Tania. Abrazada por la lagarta se frotó los ojos.
-Que pronto es...-dijo en un lamento, bostezando.
El ulterano se levantó en el acto, hiperactivo y chorreando de sudor por el ejercicio.
-Ah... siento si te he despertado.-A continuación se pellizcó la carne en torno al estómago, que era un enrevesado laberinto de musculos. Fruncio los labios antes de continuar hablando.-Creo que estoy engordando.-
La nublina que habia enterrado de nuevo su cabeza entre las sábanas alzó un ojo y contempló al ulterano con una mirada cansada.
-¿Qué tonterias dices? Estas fuertisimo...-dijo, en otro bostezo.
-Debe de ser de todo lo que bebo...-dijo entonces, ignorando la respuesta de la nublina.
Tania estaba dormida por una parte, pero por otra le fascinaba el hecho de que, de todas las personas del cuchitril, fuera él quien más estuviera preocupado por su peso. Tania habia perdido mucha carne inutil y habia ganado bastante músculo tan solo entrenando con él, no queria imaginar como se pondria si hiciera todo el entrenamiento que él hacia.
-Entonces ¿cuál piensas que es la solución?-dijo la nublina con un tono ligeramente jocoso.
-Saldré a correr por las mañanas.-dijo con bastante confianza.
-O tambien podrias dejar la-empezó diciendo la nublina pero fue cortada por el ulterano que de nuevo, no la habia escuchado.
-Hoy mismo empiezo.-dijo vistiendose para salir a correr. Antes de que la nublina dijera nada ya estaba bajando las escaleras a la velocidad del rayo. ¿A que venia esa hiperactividad? Ayer habia estado bastante pasivo en todo y ahora de pronto tenia unas ganas locas por salir a correr.
Esto último retumbó en la cabeza de la nublina y, como un pensamiento nauseabundo que se fue acumulando dentro de ella se levantó deprisa y se vistio más rápido aún.
-No. No pensaras en ir a ese sitio ¿verdad?-dijo en un susurro, maldiciendose.
Aquel lugar, sin duda le habia cruzado los cables a Toima. Cogio su arco y carcaj y salio del cuchitril a zancadas, siguiendole la pista. Una nota permanecia en la mesa que rezaba: "Toima ha vuelto al abismo. Voy a traerle de vuelta."
No tenia tiempo de levantar a nadie tan temprano por la mañana, tendria que alcanzarle antes de que llegara al abismo.
Tania aun dudaba si habia sido buena idea el dejar a Nia sola con los frivy's, pero ya que nadie pensaba igual que ella no dijo nada. Se sentia cansada y los hombros pesaban. No fue la única que se tiró a un sillón nada más llegar. Toima no habia vuelto a hablar desde entonces. Preocupada, alzo la cabeza para encontrar a Adara. Igual de preocupación mostró Toima, quien dudó si acercarse a hablar con ella o no. Decidio no hacerlo cuando Gael y Noel se adelantaron. Suspirando, la nublina se consumó a la lectura y ayudó con diferentes tareas el resto del día. Toima no cenó aquella noche, alegando que se iria a acostar antes. La nublina no tardó en seguirle al acabar otro capitulo del libro en el que estaba sumergido. Fue tocar la cama y caer rendida por el abrazo de Morfeo. A su lado, el ulterano no pegó ojo en toda la noche, alerta.
;-----
El sol asomaba en el horizonte, aun demasiado pronto en la mañana para que nadie estuviera despierto. El ulterano se incorporó y, sentado en la cama, comenzó a comprobar rutinariamente su cuerpo. Su condicion física era excelente, pero quizas el ulterano se habia vuelto muy autocritico con su bienestar físico y estaba exagerando sus ejercicios. Se tiró al suelo y levantó su peso repetidas veces con los nudillos de su mano derecha. Los sonidos de esfuerzos, resoples y alguna maldición ocasional fueron los que despertaron a Tania. Abrazada por la lagarta se frotó los ojos.
-Que pronto es...-dijo en un lamento, bostezando.
El ulterano se levantó en el acto, hiperactivo y chorreando de sudor por el ejercicio.
-Ah... siento si te he despertado.-A continuación se pellizcó la carne en torno al estómago, que era un enrevesado laberinto de musculos. Fruncio los labios antes de continuar hablando.-Creo que estoy engordando.-
La nublina que habia enterrado de nuevo su cabeza entre las sábanas alzó un ojo y contempló al ulterano con una mirada cansada.
-¿Qué tonterias dices? Estas fuertisimo...-dijo, en otro bostezo.
-Debe de ser de todo lo que bebo...-dijo entonces, ignorando la respuesta de la nublina.
Tania estaba dormida por una parte, pero por otra le fascinaba el hecho de que, de todas las personas del cuchitril, fuera él quien más estuviera preocupado por su peso. Tania habia perdido mucha carne inutil y habia ganado bastante músculo tan solo entrenando con él, no queria imaginar como se pondria si hiciera todo el entrenamiento que él hacia.
-Entonces ¿cuál piensas que es la solución?-dijo la nublina con un tono ligeramente jocoso.
-Saldré a correr por las mañanas.-dijo con bastante confianza.
-O tambien podrias dejar la-empezó diciendo la nublina pero fue cortada por el ulterano que de nuevo, no la habia escuchado.
-Hoy mismo empiezo.-dijo vistiendose para salir a correr. Antes de que la nublina dijera nada ya estaba bajando las escaleras a la velocidad del rayo. ¿A que venia esa hiperactividad? Ayer habia estado bastante pasivo en todo y ahora de pronto tenia unas ganas locas por salir a correr.
Esto último retumbó en la cabeza de la nublina y, como un pensamiento nauseabundo que se fue acumulando dentro de ella se levantó deprisa y se vistio más rápido aún.
-No. No pensaras en ir a ese sitio ¿verdad?-dijo en un susurro, maldiciendose.
Aquel lugar, sin duda le habia cruzado los cables a Toima. Cogio su arco y carcaj y salio del cuchitril a zancadas, siguiendole la pista. Una nota permanecia en la mesa que rezaba: "Toima ha vuelto al abismo. Voy a traerle de vuelta."
No tenia tiempo de levantar a nadie tan temprano por la mañana, tendria que alcanzarle antes de que llegara al abismo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/03/13, 09:07 pm
Toima y Tania
Arrastrandose, volvieron al cuchitril entrada la mañana. El paso de Toima no habia mejorado mucho pero tampoco se quejaba. En realidad, tampoco decia nada. Mantenia el silencio como solia hacer en estos casos y Tania comenzó a sentirse incomoda de que fuera tan pasota en aquellas situaciones. Entraron por la puerta y el ulterano se arrojó en un sofá. Soltó un pequeño gemido de dolor antes de descalzarse el zapato y dejar el pie al aire. Estaba verdaderamente inflamado y fue la nublina quien habló entonces.
-Deberiamos pedirles a los demás que te lo curen con magia... No tiene muy buena pinta...-
El ulterano se encogio de hombros y no dijo nada. Reposó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos cansado. La nublina no se sentó aún. Por suerte, todavia nadie se habia presenciado en la cocina, lugar donde habla colgado la nota. La guardó de nuevo. No convenia dar la alarma. Sin embargo, sentia que Toima necesitaba una charla, todos lo habian necesitado tras visitar el abismo y él único que se habia encerrado en su mundo particular habia sido el chico. Frunciendo el entrecejo, la nublina procedio a limpiarle las gasas y cambiarselas por unas nuevas mientras el ulterano se dejaba hacer, desayunando un poco de pan con queso.
Arrastrandose, volvieron al cuchitril entrada la mañana. El paso de Toima no habia mejorado mucho pero tampoco se quejaba. En realidad, tampoco decia nada. Mantenia el silencio como solia hacer en estos casos y Tania comenzó a sentirse incomoda de que fuera tan pasota en aquellas situaciones. Entraron por la puerta y el ulterano se arrojó en un sofá. Soltó un pequeño gemido de dolor antes de descalzarse el zapato y dejar el pie al aire. Estaba verdaderamente inflamado y fue la nublina quien habló entonces.
-Deberiamos pedirles a los demás que te lo curen con magia... No tiene muy buena pinta...-
El ulterano se encogio de hombros y no dijo nada. Reposó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos cansado. La nublina no se sentó aún. Por suerte, todavia nadie se habia presenciado en la cocina, lugar donde habla colgado la nota. La guardó de nuevo. No convenia dar la alarma. Sin embargo, sentia que Toima necesitaba una charla, todos lo habian necesitado tras visitar el abismo y él único que se habia encerrado en su mundo particular habia sido el chico. Frunciendo el entrecejo, la nublina procedio a limpiarle las gasas y cambiarselas por unas nuevas mientras el ulterano se dejaba hacer, desayunando un poco de pan con queso.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
10/03/13, 09:34 pm
La cena fue tranquila, como cualquier otro día, prácticamente. Que el ambiente por fin se relajase era un alivio para todos. Después de terminarse la comida y recoger todo cada uno fue volviendo a sus habitaciones, pero Gael lo que hizo fue bajar al sótano donde tenía varias tareas pendientes. Los cuerpos y pedazos que había rescatado estaban esperando a ser conservados, y por una vez había tanta carne muerta allí que sintió que el lugar le venía pequeño, agobiante incluso. Que no tuviera ventanas no ayudaba, y empezó a darle vueltas a la idea aparcada de ocupar alguna casa cercana para aquellas tareas, pero eso implicaba de nuevo tiempo y materiales de los que no disponía. Tendría que arreglarse por el momento.
Midiendo cuidadosamente la cantidad de magia que empleaba realizó los sortilegios necesarios y después hizo unos chapuceros dibujos esquemáticos de cómo componer las quimeras con lo que disponía. Le llevó un rato decidir cómo combinar los pedazos, y al terminar subió a su habitación con un libro de anatomía que había tomado prestado de la biblioteca hacía algunos días. Era un libro en un idioma que desconocía, pero lo había cogido de todas formas por los detallados dibujos que tenía. Como ese había tenido muchos en las manos, algunos podía entenderlos, otros no, pero se enorgullecía de aprender poco a poco qué aspecto tenían los músculos, huesos, vísceras y cómo funcionaban. A veces era demasiado difícil leer textos muy densos o pensados para gente con cierto nivel, pero si algo le sobraba era tiempo, tenía toda la vida por delante, y también paciencia.
Hojeando el libro llegó un momento en que su mente se fue lejos, presa del agotamiento y del sueño. Las hojas seguían crujiendo al pasar, pero Gael dedicó sus últimos pensamientos del día a todo lo que había pasado, a las diferentes reacciones de todos, a Aníbal, a quien no volvería a ver. Era mucho a asimilar de golpe, pero de pronto ya no parecía tan terrible. Dándose cuenta de lo tarde que era, dejó el libro sobre la mesa de su cuarto y se acurrucó meciéndose. Tarareó suavemente una canción ya casi olvidada y se durmió pensando en su hermano y en cuánto le encantaría poder robar su adorada fonoteca.
Por la mañana la luz empezó a hacerlo desperezarse, pero se encontraba demasiado adormilado para levantarse y se dejó estar tranquilamente hasta que alguno de sus compañeros lo obligase a levantarse para ir a los entrenamientos. Sin embargo, medio adormilado como estaba, escuchó la puerta. Era demasiado temprano, pero aun así su mente estaba tan aturdida que pensó que se marchaban sin él. Salió literalmente volando por la ventana pero no se encontró a nadie en el exterior, así que entró por la puerta delantera, preguntándose quién podía llegar a esas horas. Le sorprendió ver a Toima, herido, y a Tania, que salía de la cocina.
-¿Qué demonios? -Se le escapó. Se esperaba si acaso a Noel, pero no a aquellos dos y no en aquel estado-. ¿Se puede saber qué os ha pasado? ¿Dónde habéis estado? Déjame ver eso.
Sinceramente preocupado, Gael se acercó al ulterano preparando un sortilegio de curación.
Midiendo cuidadosamente la cantidad de magia que empleaba realizó los sortilegios necesarios y después hizo unos chapuceros dibujos esquemáticos de cómo componer las quimeras con lo que disponía. Le llevó un rato decidir cómo combinar los pedazos, y al terminar subió a su habitación con un libro de anatomía que había tomado prestado de la biblioteca hacía algunos días. Era un libro en un idioma que desconocía, pero lo había cogido de todas formas por los detallados dibujos que tenía. Como ese había tenido muchos en las manos, algunos podía entenderlos, otros no, pero se enorgullecía de aprender poco a poco qué aspecto tenían los músculos, huesos, vísceras y cómo funcionaban. A veces era demasiado difícil leer textos muy densos o pensados para gente con cierto nivel, pero si algo le sobraba era tiempo, tenía toda la vida por delante, y también paciencia.
Hojeando el libro llegó un momento en que su mente se fue lejos, presa del agotamiento y del sueño. Las hojas seguían crujiendo al pasar, pero Gael dedicó sus últimos pensamientos del día a todo lo que había pasado, a las diferentes reacciones de todos, a Aníbal, a quien no volvería a ver. Era mucho a asimilar de golpe, pero de pronto ya no parecía tan terrible. Dándose cuenta de lo tarde que era, dejó el libro sobre la mesa de su cuarto y se acurrucó meciéndose. Tarareó suavemente una canción ya casi olvidada y se durmió pensando en su hermano y en cuánto le encantaría poder robar su adorada fonoteca.
Por la mañana la luz empezó a hacerlo desperezarse, pero se encontraba demasiado adormilado para levantarse y se dejó estar tranquilamente hasta que alguno de sus compañeros lo obligase a levantarse para ir a los entrenamientos. Sin embargo, medio adormilado como estaba, escuchó la puerta. Era demasiado temprano, pero aun así su mente estaba tan aturdida que pensó que se marchaban sin él. Salió literalmente volando por la ventana pero no se encontró a nadie en el exterior, así que entró por la puerta delantera, preguntándose quién podía llegar a esas horas. Le sorprendió ver a Toima, herido, y a Tania, que salía de la cocina.
-¿Qué demonios? -Se le escapó. Se esperaba si acaso a Noel, pero no a aquellos dos y no en aquel estado-. ¿Se puede saber qué os ha pasado? ¿Dónde habéis estado? Déjame ver eso.
Sinceramente preocupado, Gael se acercó al ulterano preparando un sortilegio de curación.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
12/03/13, 04:59 pm
Toima y Tania
El ulterano entró en un estado dormitante mientras la nublina procuraba curar sus heridas. Aún nadie habia dado señales de haberse despertado. La chica no sabia lo que estaba pasando por la cabeza del chico, pero sin duda le hubiera interesado leerle los pensamientos más de una vez, para así predecir situaciones como estas. La conducta autodestructiva del ulterano deberia detenerse de una vez por todas o podria ocurrir algo verdaderamente feo. No tenia claro como iban a reaccionar pero no creia que se alegrarian mucho de oir donde habia pasado Toima la mañana. Podia anticipar casi su enfado cuando escuchó a Gael bajar las escaleras. Dio un respingo y se acercó a él. Estando tratando las heridas del chico, el ulterano intentó restarle importancia con algunas palabras susurrantes incoherentmente ordenadas, pero no sirvio de nada, pues el chico no tardó en curarle.
La nublina lanzó una mirada acusadora al albino antes de mirar al fuego fatuo de nuevo, dudando. Toima se cruzó de brazos y apartó el rostro, plantandolo hacia el suelo, aunque sus ojos claramente observaban en todas direcciones. La nublina frunció el ceño ante aquel gesto, interpretándolo como una señal de que el ulterano no tenia pensado contarselo a los demás.
-Si no se lo dices tú, se lo diré yo misma.-dijo en un tono impaciente mientras tambien se cruzaba de brazos.
El ulterano soltó un gruñido y se frotó la cara con las manos antes de esclarcer la creciente confusión que surgio en el fuego fatuo. Tardó unos instantes en pronunciar palabra alguna, pero cuando lo hizo, lo hizo de manera que pareciera que estaba hablando de algo normal y corriente; algo que se podia considerar correcto.
-Hoy he vuelto al abismo.-dijo rascandose la frente distraido.
El ulterano entró en un estado dormitante mientras la nublina procuraba curar sus heridas. Aún nadie habia dado señales de haberse despertado. La chica no sabia lo que estaba pasando por la cabeza del chico, pero sin duda le hubiera interesado leerle los pensamientos más de una vez, para así predecir situaciones como estas. La conducta autodestructiva del ulterano deberia detenerse de una vez por todas o podria ocurrir algo verdaderamente feo. No tenia claro como iban a reaccionar pero no creia que se alegrarian mucho de oir donde habia pasado Toima la mañana. Podia anticipar casi su enfado cuando escuchó a Gael bajar las escaleras. Dio un respingo y se acercó a él. Estando tratando las heridas del chico, el ulterano intentó restarle importancia con algunas palabras susurrantes incoherentmente ordenadas, pero no sirvio de nada, pues el chico no tardó en curarle.
La nublina lanzó una mirada acusadora al albino antes de mirar al fuego fatuo de nuevo, dudando. Toima se cruzó de brazos y apartó el rostro, plantandolo hacia el suelo, aunque sus ojos claramente observaban en todas direcciones. La nublina frunció el ceño ante aquel gesto, interpretándolo como una señal de que el ulterano no tenia pensado contarselo a los demás.
-Si no se lo dices tú, se lo diré yo misma.-dijo en un tono impaciente mientras tambien se cruzaba de brazos.
El ulterano soltó un gruñido y se frotó la cara con las manos antes de esclarcer la creciente confusión que surgio en el fuego fatuo. Tardó unos instantes en pronunciar palabra alguna, pero cuando lo hizo, lo hizo de manera que pareciera que estaba hablando de algo normal y corriente; algo que se podia considerar correcto.
-Hoy he vuelto al abismo.-dijo rascandose la frente distraido.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
12/03/13, 08:14 pm
Hay humanos que dicen que los gatos son unos madrugadores natos, otros que se pasan el día durmiendo; pero Purr, al igual que todos, solo dormía cuando se le antojaba. Por supuesto, como suele ser común en la mayoría de gatos, las madrugadas no son el mejor momento para dormir, y Purr hacía eco de esta costumbre incluso en una ciudad tan alejada de la Tierra. Había otra cosa que le gustaba mucho a la aún pequeña gata, aparte de saberse la princesita del lugar, y es raspar con su lengua la parte más externa de la oreja de su ama, por el hélix. Tal costumbre mañanera empezó siendo la desesperación de la hembra alada, pero con el tiempo ni se daba cuenta de los fútiles intentos de su gata por despertarle. No por ello el animal perdió su curiosa costumbre.
Abro los ojos y dirijo una mano instintiva y perezosa hacia la oreja derecha. Al instante me giro hacia Purr y le acaricio el lomo hasta que me siento con más energía. ¿Quién iba a decir que el día de ayer existió? Maldita sea, vaya que sí, hoy he despertado renovada y bien animada, como tiene que ser. Tengo ganas de entrenar, muchas ganas. ¿Eso qué he oído es la puerta? ¿Quién puede ser a estas horas de la mañana? Medio alerta, medio por pura costumbre, me pongo las gafas y activo a distancia la runa con la que vigilo la puerta. Al no ver a nadie, cambio a la de dentro y compruebo que ha sido Toima quien ha entrado. ¿A qué vienen esas pintas? Bah, se habrá encontrado con alguna alimaña, no parece nada demasiado grave. Dejo las gafas en su sitio y me desperezo las extremidades aún estirada en la cama. Me tomo mi rato y, a continuación, me pongo en pie y hago lo mismo con las alas. Maldita sea, he dormido encima de un ala y esta se ha entumecido de lo lindo… bueno, ya se recuperará. Procedo a dibujar la runa por una incontable vez y convoco las ropas. No negaré que me hacen mucho servicio, pero tengo que cambiármelas ya o cualquier día daré con ellas en el suelo. En fin, la vida de Adara la pobre, suerte que al menos no apestan.
Salgo de la habitación con curiosidad por lo que le haya pasado a Toima. Cuando llego abajo, Gael ya hace rato que está y cura las heridas del argos. Parece que eran un poco más serias de lo que me pareció a primera vista, pero fuera todo de la gravedad. Oh, llego justo en el momento en que va a soltar dónde estaba, Tania no parece estar de muy buen humor… Y ahora que he oído la respuesta lo entiendo. Acelero mi paso hacia la cocina.
—Toima, eres imbécil –le digo nada más entrar. Me quedo en el marco de la puerta mirándole con cara muy seria, evidentemente enfadada, pero ello creo que no se nota en mi rostro. ¿Quién soy yo para enfadarme con nadie? Después de lo que organicé ayer, lo suyo no es peor.
Pero incluso así me cabrea.
Abro los ojos y dirijo una mano instintiva y perezosa hacia la oreja derecha. Al instante me giro hacia Purr y le acaricio el lomo hasta que me siento con más energía. ¿Quién iba a decir que el día de ayer existió? Maldita sea, vaya que sí, hoy he despertado renovada y bien animada, como tiene que ser. Tengo ganas de entrenar, muchas ganas. ¿Eso qué he oído es la puerta? ¿Quién puede ser a estas horas de la mañana? Medio alerta, medio por pura costumbre, me pongo las gafas y activo a distancia la runa con la que vigilo la puerta. Al no ver a nadie, cambio a la de dentro y compruebo que ha sido Toima quien ha entrado. ¿A qué vienen esas pintas? Bah, se habrá encontrado con alguna alimaña, no parece nada demasiado grave. Dejo las gafas en su sitio y me desperezo las extremidades aún estirada en la cama. Me tomo mi rato y, a continuación, me pongo en pie y hago lo mismo con las alas. Maldita sea, he dormido encima de un ala y esta se ha entumecido de lo lindo… bueno, ya se recuperará. Procedo a dibujar la runa por una incontable vez y convoco las ropas. No negaré que me hacen mucho servicio, pero tengo que cambiármelas ya o cualquier día daré con ellas en el suelo. En fin, la vida de Adara la pobre, suerte que al menos no apestan.
Salgo de la habitación con curiosidad por lo que le haya pasado a Toima. Cuando llego abajo, Gael ya hace rato que está y cura las heridas del argos. Parece que eran un poco más serias de lo que me pareció a primera vista, pero fuera todo de la gravedad. Oh, llego justo en el momento en que va a soltar dónde estaba, Tania no parece estar de muy buen humor… Y ahora que he oído la respuesta lo entiendo. Acelero mi paso hacia la cocina.
—Toima, eres imbécil –le digo nada más entrar. Me quedo en el marco de la puerta mirándole con cara muy seria, evidentemente enfadada, pero ello creo que no se nota en mi rostro. ¿Quién soy yo para enfadarme con nadie? Después de lo que organicé ayer, lo suyo no es peor.
Pero incluso así me cabrea.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
12/03/13, 10:08 pm
El sol ya entraba por la ventana cuando Giz despertó. Estaba agotado y tenía algunos moratones salpicados por el cuerpo, pero no se arrepentía en absoluto de haber dejado la habitación insonorizada. Esta vez era plenamente consciente de que tenía a Nasher al lado y no sintió alarma, ni nervios explosivos ni la necesidad de volverse intangible y desaparecer bajo el suelo. Estaba tranquilo y relajado, y aprovechó esa tranquilidad para perder la vista en el cuerpo de la químera, que seguía durmiendo.
Y no fue hasta que no escuchó la puerta de abajo cuando Giz volvió al mundo real. No le dio mucha importancia, pero decidió que era un buen momento para incorporarse al día. Se sentó sobre la cama y dio un par de toques suaves en el hombro de Nasher.
-Levanta, dormilón-dijo cariñosamente. Se puso en pié y dirigió la mirada al suelo, en busca de su ropa. No tardó en ver el poncho, pero el pantalón no estaba dónde lo había... colocado desintencionadamente.
Tardó en encontrarlos lo que tardó en abrir la gola. Se acercó a la fuente de magia que era su cabra y la sacudió hasta que su truco de invisibilidad barato desapareció. Los pantalones estaban debajo, el animal los había utilizado de almohada. Le dio un ligero calambrazo para que supiera que eso estaba mal y recogió su prenda. Tras limpiarlos con un hechizo, se puso los pantalones y se dejó caer en la cama, a la espera de que Nasher acabara de desperezarse.
-¿Bajamos a desayunar?-sugirió. Por una parte le apetecía quedarse un rato más, pero su estómago no admitía el vacío como comida y su cuerpo realmente lo necesitaba.
Sin embargo, en lugar del desayuno, se encontró un ambiente algo tenso. Llegó justo para oír como Adara llamaba imbécil a Toima. Gael y Tania también estaban allí, y ambos parecían preocupados. El argos era el único que parecía no encajar con la estampa, medio distraído. Sin embargo, tratándose de él, estaba claro que era justo al contrario.
-¿Qué le ha pasado?-preguntó preocupado. Después de lo de ayer con el abismo, quedó claro que la ciudad no perdonaba a nadie, por muchas lunas rojas que vieran.
Y no fue hasta que no escuchó la puerta de abajo cuando Giz volvió al mundo real. No le dio mucha importancia, pero decidió que era un buen momento para incorporarse al día. Se sentó sobre la cama y dio un par de toques suaves en el hombro de Nasher.
-Levanta, dormilón-dijo cariñosamente. Se puso en pié y dirigió la mirada al suelo, en busca de su ropa. No tardó en ver el poncho, pero el pantalón no estaba dónde lo había... colocado desintencionadamente.
Tardó en encontrarlos lo que tardó en abrir la gola. Se acercó a la fuente de magia que era su cabra y la sacudió hasta que su truco de invisibilidad barato desapareció. Los pantalones estaban debajo, el animal los había utilizado de almohada. Le dio un ligero calambrazo para que supiera que eso estaba mal y recogió su prenda. Tras limpiarlos con un hechizo, se puso los pantalones y se dejó caer en la cama, a la espera de que Nasher acabara de desperezarse.
-¿Bajamos a desayunar?-sugirió. Por una parte le apetecía quedarse un rato más, pero su estómago no admitía el vacío como comida y su cuerpo realmente lo necesitaba.
Sin embargo, en lugar del desayuno, se encontró un ambiente algo tenso. Llegó justo para oír como Adara llamaba imbécil a Toima. Gael y Tania también estaban allí, y ambos parecían preocupados. El argos era el único que parecía no encajar con la estampa, medio distraído. Sin embargo, tratándose de él, estaba claro que era justo al contrario.
-¿Qué le ha pasado?-preguntó preocupado. Después de lo de ayer con el abismo, quedó claro que la ciudad no perdonaba a nadie, por muchas lunas rojas que vieran.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
12/03/13, 10:51 pm
Ignoró lo que el ulterano intentaba decir y lo curó sin más. No podía quitarle ojo a Tania porque se la veía extrañamente enfadada para ser ella. Estaba a punto de preguntarle más bien a ella qué había pasado cuando esta amenazó a Toima logrando que confesase.
«¿Perdón? ¿He oído bien?».
El chico se quedó parado en el sitio con la boca abierta, como si se le hubiese atascado alguna frase a la mitad. Arrugó la nariz y frunció el ceño, tratando de desechar ideas como darle una patada al ulterano -puesto que tampoco la notaría, en realidad- o romper algo, o soltar un grito de frustración. En ese momento notó movimiento a su espalda, pero solo se dio cuenta de que se trataba de Adara cuando oyó su voz insultando al ulterano.
-Y cabezota, y descerebrado -completó dándole la espalda, irritado-. No sé ni si preguntar qué demonios se te perdió allí, por no decir qué te pasó para volver así. ¿Por qué le has dejado ir? -preguntó finalmente dirigiéndose a Tania. Soltó un resoplido de frustración y entró en la cocina, para después volver a salir. Era incapaz de estarse quieto, le hormigueaban las extremidades. El público aumentó con la llegada de Giz y Nasher, y ante la pregunta del primero, Gael respondió dándose tirones del pelo y alzando el tono más de lo que le gustaría.
-¿Qué pasa? Pasa que este cabeza de chorlito cree que vivimos en el país de gominola y se ha ido a darle los buenos días al abismo, que estaba muy solito, o yo qué cojones sé.
Se metió en la cocina y calentó sobras de mala gana, una sopa de carne de ave. La revolvía con tanto énfasis que casi se salía por fuera. «Ya está. Cálmate. Ha vuelto, ¿no? Y no será tan estúpido de volver a ir, ¿o sí? Yo qué sé. Con este nunca se sabe».
No se le ocurría qué podía haber ido a buscar a aquella sima. Si no tenía intención de morir -de tenerla no estaría de vuelta-, ¿qué quería? A él la magia no le interesaba. «Lo único que le puede ofrecer el abismo son palabras... palabras que nadie querría oír». Se sintió un poco más calmado al cabo de un rato, cuando la sopa empezó a humear. Se había dado cuenta de que si Toima necesitaba oír aquellas palabras tal vez necesitase hablar con alguien sobre... lo que fuera. Pero no sabía ni cómo preguntar.
«¿Perdón? ¿He oído bien?».
El chico se quedó parado en el sitio con la boca abierta, como si se le hubiese atascado alguna frase a la mitad. Arrugó la nariz y frunció el ceño, tratando de desechar ideas como darle una patada al ulterano -puesto que tampoco la notaría, en realidad- o romper algo, o soltar un grito de frustración. En ese momento notó movimiento a su espalda, pero solo se dio cuenta de que se trataba de Adara cuando oyó su voz insultando al ulterano.
-Y cabezota, y descerebrado -completó dándole la espalda, irritado-. No sé ni si preguntar qué demonios se te perdió allí, por no decir qué te pasó para volver así. ¿Por qué le has dejado ir? -preguntó finalmente dirigiéndose a Tania. Soltó un resoplido de frustración y entró en la cocina, para después volver a salir. Era incapaz de estarse quieto, le hormigueaban las extremidades. El público aumentó con la llegada de Giz y Nasher, y ante la pregunta del primero, Gael respondió dándose tirones del pelo y alzando el tono más de lo que le gustaría.
-¿Qué pasa? Pasa que este cabeza de chorlito cree que vivimos en el país de gominola y se ha ido a darle los buenos días al abismo, que estaba muy solito, o yo qué cojones sé.
Se metió en la cocina y calentó sobras de mala gana, una sopa de carne de ave. La revolvía con tanto énfasis que casi se salía por fuera. «Ya está. Cálmate. Ha vuelto, ¿no? Y no será tan estúpido de volver a ir, ¿o sí? Yo qué sé. Con este nunca se sabe».
No se le ocurría qué podía haber ido a buscar a aquella sima. Si no tenía intención de morir -de tenerla no estaría de vuelta-, ¿qué quería? A él la magia no le interesaba. «Lo único que le puede ofrecer el abismo son palabras... palabras que nadie querría oír». Se sintió un poco más calmado al cabo de un rato, cuando la sopa empezó a humear. Se había dado cuenta de que si Toima necesitaba oír aquellas palabras tal vez necesitase hablar con alguien sobre... lo que fuera. Pero no sabía ni cómo preguntar.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
17/03/13, 01:58 am
A la mañana siguiente a la visita al abismo tras rastrear al desafortunado Aníbal, Noel se despertó con bastante somnolencia debido a que había tardado considerablemente en conciliar el sueño, aunque no tanto como la noche anterior. Permaneció unos segundos en la cama, tratando de acostumbrarse a la claridad que penetraba a través de la ventana haciendo que los párpados le doliesen. Pero algo, y esa vez no se trataba de Odin, hizo que se despejara prontamente. Escuchó la puerta de entrada abrirse y cerrarse. ¿Alguien habría salido muy temprano o es que él estaba equivocado respecto a la hora que debía ser? Se incorporó en la cama sin demasiada suavidad, pero el gato apenas se movió del lugar donde estaba enroscado sobre sí mismo a los pies de la cama. Estaba a punto de ponerse en pie cuando por fin se enteró de quién había sido el que había vuelto.
Empezó escuchando extrañado como Gael inquiría al ulterano y la nublina sobre su procedencia. Pudo entender que habían vuelto en un estado... poco saludable. Su expresión cambió y frunció el ceño cuando oyó la respuesta de Toima.
-¿Qué? -no pudo evitar decir en voz alta, aunque sin alzar demasiado el volumen.
Por un instante pensó que había oído mal debido al sueño, pero dado que ahora ya estaba completamente despejado, la conversación que siguió no dejó lugar a dudas. Mientras oía a Adara y posteriormente a Gael increpar al ulterano, el draco se levantó de la cama tranquilamente y se tomó su tiempo en dibujar la runa de vestir. Lo hizo lentamente, poniendo cuidado en cada trazo, mientras seguía escuchando lo que se decía en la sala. Cualquiera que lo contemplase podría interpretar que estaba ignorando por completo la situación. Internamente, en cambio, Noel no daba crédito a lo que estaba oyendo. Terminó de vestirse y salió lentamente del cuarto, dirigiéndose hacia el almacén donde tenían guardadas sus armas, para recoger las que llevaba todos los días al entrenamiento. Cuando acabó de colgarse su hacha, se dirigió por fin a las escaleras mientras oía al fuego fatuo pronunciar las últimas palabras.
-Estáis siendo muy duros con el pobre Toima -dijo sin ni siquiera saludar y con expresión neutra mientras bajaba los últimos escalones, sin rastro alguno de enfado en la voz, aunque probablemente para sus compañeros era evidente el tinte de sarcasmo con el que aunque de forma sútil, inevitablemente impregnaba cada palabra-. Es lógico que habiendo repetido sólo unas treinta o cuarenta veces lo mismo ayer, no se diese cuenta de lo que quería decir con "no os acerquéis allí, tan sólo hay un puto hechizo hipnótico" -comentó como si estuviera hablando de lo que iba a desayunar a continuación-. Querías matarlo pero una vez allí te pareció un buen sitio para hacer botellón. -le espetó al argos, mirándolo por primera vez y tras darse cuenta al acercarse de que desprendía un característico olor a alcohol, pudiendo así imaginarse los acontecimientos-. No sé que véis de raro en todo esto -comentó dirgiéndose al resto, haciéndose el sarcasmo mucho más evidente ahora y su expresión comenzando a crisparse ligeramente-. Quiero decir... ¿quién no intentaría arriesgar estúpidamente su vida tras haber sido advertido insistentemente acerca de la naturaleza del abismo? -hizo una breve pausa durante la cual sacó rápidamente su hacha-. Si quieres te presto mi hacha para que puedas partirlo en dos la próxima vez que te apetezca ser tan subnormal.
Miró a Toima intesamente y dejó caer el arma a sus pies, que resonó con un golpe seco y metálico, para posteriormente darse la vuelta y entrar en la cocina rápidamente para coger alguna fruta. Sin decir una sola palabra más salió del cuchitril para dirigirse a la bahía como todas las mañanas.
Empezó escuchando extrañado como Gael inquiría al ulterano y la nublina sobre su procedencia. Pudo entender que habían vuelto en un estado... poco saludable. Su expresión cambió y frunció el ceño cuando oyó la respuesta de Toima.
-¿Qué? -no pudo evitar decir en voz alta, aunque sin alzar demasiado el volumen.
Por un instante pensó que había oído mal debido al sueño, pero dado que ahora ya estaba completamente despejado, la conversación que siguió no dejó lugar a dudas. Mientras oía a Adara y posteriormente a Gael increpar al ulterano, el draco se levantó de la cama tranquilamente y se tomó su tiempo en dibujar la runa de vestir. Lo hizo lentamente, poniendo cuidado en cada trazo, mientras seguía escuchando lo que se decía en la sala. Cualquiera que lo contemplase podría interpretar que estaba ignorando por completo la situación. Internamente, en cambio, Noel no daba crédito a lo que estaba oyendo. Terminó de vestirse y salió lentamente del cuarto, dirigiéndose hacia el almacén donde tenían guardadas sus armas, para recoger las que llevaba todos los días al entrenamiento. Cuando acabó de colgarse su hacha, se dirigió por fin a las escaleras mientras oía al fuego fatuo pronunciar las últimas palabras.
-Estáis siendo muy duros con el pobre Toima -dijo sin ni siquiera saludar y con expresión neutra mientras bajaba los últimos escalones, sin rastro alguno de enfado en la voz, aunque probablemente para sus compañeros era evidente el tinte de sarcasmo con el que aunque de forma sútil, inevitablemente impregnaba cada palabra-. Es lógico que habiendo repetido sólo unas treinta o cuarenta veces lo mismo ayer, no se diese cuenta de lo que quería decir con "no os acerquéis allí, tan sólo hay un puto hechizo hipnótico" -comentó como si estuviera hablando de lo que iba a desayunar a continuación-. Querías matarlo pero una vez allí te pareció un buen sitio para hacer botellón. -le espetó al argos, mirándolo por primera vez y tras darse cuenta al acercarse de que desprendía un característico olor a alcohol, pudiendo así imaginarse los acontecimientos-. No sé que véis de raro en todo esto -comentó dirgiéndose al resto, haciéndose el sarcasmo mucho más evidente ahora y su expresión comenzando a crisparse ligeramente-. Quiero decir... ¿quién no intentaría arriesgar estúpidamente su vida tras haber sido advertido insistentemente acerca de la naturaleza del abismo? -hizo una breve pausa durante la cual sacó rápidamente su hacha-. Si quieres te presto mi hacha para que puedas partirlo en dos la próxima vez que te apetezca ser tan subnormal.
Miró a Toima intesamente y dejó caer el arma a sus pies, que resonó con un golpe seco y metálico, para posteriormente darse la vuelta y entrar en la cocina rápidamente para coger alguna fruta. Sin decir una sola palabra más salió del cuchitril para dirigirse a la bahía como todas las mañanas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
17/03/13, 04:52 am
Toima y Tania
Quizás no habia sido un movimiento muy inteligente por su parte, pero su orgullo le impedia reconocer que estaba en un error y seguia convencido que habia valido la pena intentarlo. Las diferentes reacciones de Adara, Giz y Gael. Cruzado de brazos y dirigiendo la mirada a la esquina como un niño al que le estaban regañando tragó con los comentarios de los demás. Tania seguia mirandole severamente y le pilló por sorpresa que Gael le hiciera aquella pregunta. Rápidamente intentó escusarse.
-Yo... esto...-las palabras no venian a su mente.-No es que le dejara ir... Salio corriendo de pronto y yo... fui tras él y...-no sabia como seguir explicando. Comenzó a cuestionarse su reaccion ante aquella situación cuando, de pronto, Noel apareció bajando las escaleras.
Toima arqueó una ceja ante las palabras del chico. No esperaba para nada que se pusiera de su lado. Le faltaron los segundos para detectar la ironia de su tono de voz, poco acostumbrado a tratar con ello, Toima gruño internamente mientras el chico soltaba su regañina personal, más centrada en recordar como habia insistido el día anterior ante el peligro del abismo. Cierto era que habia ido ciegamente a aquel lugar, ignorando las advertencias de los demás. Pero ¿le habia hecho daño a alguien? Tenia que despejar sus dudas y aquello habia sido la mejor manera ¿verdad?
Cuando el chico le dio la espalda, alzó los ojos lentamente y escaneó con la mirada a todos los presentes antes de levantarse de la cama y arrastrarse hacia su cuarto. La puerta recientemente renovada se cerró con un portazo y una mirada preocupada de Tania.
-Iré a ver que le pasa...-dijo, siguiendo sus pasos.
No tuvieron una conversación muy agradable. Se elevó más de una voz y terminó relativamente pronto. A la media hora, Tania salio con la lagarta entre los brazos y bajó las escaleras. Su mirada estaba cansada y se recostó en uno de los sillones. Los demás ya se habian ido a los entrenamientos en la bahia. Por su parte, Toima se sumio en un sueño profundo que le duró hasta la noche cuando solo bajó a por la cena y se volvió a subir. Tania y él no cruzaron de nuevo palabras aquel día y casi parecia que se estuvieran evitando.
Quizás no habia sido un movimiento muy inteligente por su parte, pero su orgullo le impedia reconocer que estaba en un error y seguia convencido que habia valido la pena intentarlo. Las diferentes reacciones de Adara, Giz y Gael. Cruzado de brazos y dirigiendo la mirada a la esquina como un niño al que le estaban regañando tragó con los comentarios de los demás. Tania seguia mirandole severamente y le pilló por sorpresa que Gael le hiciera aquella pregunta. Rápidamente intentó escusarse.
-Yo... esto...-las palabras no venian a su mente.-No es que le dejara ir... Salio corriendo de pronto y yo... fui tras él y...-no sabia como seguir explicando. Comenzó a cuestionarse su reaccion ante aquella situación cuando, de pronto, Noel apareció bajando las escaleras.
Toima arqueó una ceja ante las palabras del chico. No esperaba para nada que se pusiera de su lado. Le faltaron los segundos para detectar la ironia de su tono de voz, poco acostumbrado a tratar con ello, Toima gruño internamente mientras el chico soltaba su regañina personal, más centrada en recordar como habia insistido el día anterior ante el peligro del abismo. Cierto era que habia ido ciegamente a aquel lugar, ignorando las advertencias de los demás. Pero ¿le habia hecho daño a alguien? Tenia que despejar sus dudas y aquello habia sido la mejor manera ¿verdad?
Cuando el chico le dio la espalda, alzó los ojos lentamente y escaneó con la mirada a todos los presentes antes de levantarse de la cama y arrastrarse hacia su cuarto. La puerta recientemente renovada se cerró con un portazo y una mirada preocupada de Tania.
-Iré a ver que le pasa...-dijo, siguiendo sus pasos.
No tuvieron una conversación muy agradable. Se elevó más de una voz y terminó relativamente pronto. A la media hora, Tania salio con la lagarta entre los brazos y bajó las escaleras. Su mirada estaba cansada y se recostó en uno de los sillones. Los demás ya se habian ido a los entrenamientos en la bahia. Por su parte, Toima se sumio en un sueño profundo que le duró hasta la noche cuando solo bajó a por la cena y se volvió a subir. Tania y él no cruzaron de nuevo palabras aquel día y casi parecia que se estuvieran evitando.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
18/03/13, 03:39 am
Los días siguientes al incidente de Toima con el abismo transcurrieron con normalidad salvo por un pequeño detalle no tan pequeño. El ulterano parecía haberse encerrado en sí mismo en buena medida y apenas cruzaba palabra con nadie. Sus ausencias eran frecuentes y largas, y no había vuelto a los entrenamientos. Además Tania estaba especialmente esquiva con el argos, cosa que resultaba bastante extraña a ojos del draco. La nublina actuaba con normalidad con el resto y se dedicaba especialmente a cuidar de la lagarta. Noel le recordó a la chica que le había pedido ayuda para aprender a coser y comenzó a dedicar un rato cada tarde a la tarea, utilizando trozos de tela sobrantes dado que en principio necesitaba practicar y tampoco se podía permitir comprar nada hasta que no consiguieran un nuevo encargo. El sueco pronto descubrió que coser no parecía ser lo suyo, y los primeros intentos fueron desastrosos y su frustración iba en aumento al comprobar su ineptitud para ello. En su momento se había reído de los arranques de Toima con el tema, pero ahora podía decir que lo comprendía perfectamente. En cuanto al propio ulterano, Noel no sabía que pensar de su comportamiento. Él ya no estaba enfadado, nunca le duraba demasiado ningún cabreo de todas formas, pero parecía que era el argos quien sí lo estaba y eso hacía que le lanzase alguna que otra mirada de incredulidad contenida cuando se cruzaba con él de vez en cuando. Pero prefirió no comentar nada al respecto, si el ulterano quería desaparecer periódicamente del cuchitril que lo hiciera, le había quedado claro que decirle las cosas servía más bien de poco.
Sin embargo no hubo ningún incidente durante esos días y por ello se podía apelar a la normalidad para describir la rutina diaria. A parte de intentar coser algo que no fueran sus dedos, Noel también comenzó a aprender runas junto con varios de sus amigos, teniendo a Adara como maestra una vez más. Siguió visitando a Wen por las noches en el burdel cuando terminaba su turno, saliendo por la ventana del cuchitril todas las noches de forma furtiva, ya que la apuesta que había hecho con la vouivre seguía vigente pues todavía nadie a parte del propio Jack había comentado nada al respecto. Aunque le divertía hacer así las cosas, en parte se extrañaba de que nadie se hubiese dado cuenta aún. Cada día que pasaba el draco adquiría mayor confianza con Wen, aunque su inseguridad le hacía siempre dudar sobre si estaba pecando de exceso de libertad en sus acciones.
Otro asunto que había mantenido ocupado a Noel aquellos días era el acondicionamiento del huerto que hasta ahora no habían podido utilizar. Pidieron ayuda a Vac que tenía cierta experiencia en el tema y comenzaron a prepararlo para poder plantar algo cuando se presentase la ocasión. Adquirieron unas pocas semillas en el mercado, las cuales les dijeron que provenían del mundo de Tsusu. Noel pensó que tal vez podrían hacer una incursión a ese mundo en algún momento cercano para conseguir más.
Una mañana varios días después, Noel se dirgía a la bahía para realizar el entrenamiento rutniario junto al resto de sus compañeros, salvo Toima que seguía en sus trece, desconocedor de que su suerte económica iba a cambiar en breve.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
Sin embargo no hubo ningún incidente durante esos días y por ello se podía apelar a la normalidad para describir la rutina diaria. A parte de intentar coser algo que no fueran sus dedos, Noel también comenzó a aprender runas junto con varios de sus amigos, teniendo a Adara como maestra una vez más. Siguió visitando a Wen por las noches en el burdel cuando terminaba su turno, saliendo por la ventana del cuchitril todas las noches de forma furtiva, ya que la apuesta que había hecho con la vouivre seguía vigente pues todavía nadie a parte del propio Jack había comentado nada al respecto. Aunque le divertía hacer así las cosas, en parte se extrañaba de que nadie se hubiese dado cuenta aún. Cada día que pasaba el draco adquiría mayor confianza con Wen, aunque su inseguridad le hacía siempre dudar sobre si estaba pecando de exceso de libertad en sus acciones.
Otro asunto que había mantenido ocupado a Noel aquellos días era el acondicionamiento del huerto que hasta ahora no habían podido utilizar. Pidieron ayuda a Vac que tenía cierta experiencia en el tema y comenzaron a prepararlo para poder plantar algo cuando se presentase la ocasión. Adquirieron unas pocas semillas en el mercado, las cuales les dijeron que provenían del mundo de Tsusu. Noel pensó que tal vez podrían hacer una incursión a ese mundo en algún momento cercano para conseguir más.
Una mañana varios días después, Noel se dirgía a la bahía para realizar el entrenamiento rutniario junto al resto de sus compañeros, salvo Toima que seguía en sus trece, desconocedor de que su suerte económica iba a cambiar en breve.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
18/03/13, 11:38 pm
La tranquilidad volvió al cuchitril después de todo lo que trajo consigo descubrir la muerte de Aníbal, pero en aquella tranquilidad no todo era agradable. Se hizo evidente enseguida el cambio de actitud de Tania hacia Toima, por no hablar de cómo el último se escapaba cada vez con más frecuencia e ignoraba a todo el mundo. Al principio Gael se preocupó, pero luego acabó dejándolo estar. Pensó que, poco a poco, al ulterano se le acabaría pasando. No lo tenía por una persona rencorosa, y además lo que él había hecho era únicamente culpa suya, «solo faltaría que hubiera que disculparse por decirle cuatro verdades» pensaba.
Lo que hizo fue empezar a pasar cada día más tiempo en el sótano, robándole horas a dormir si era necesario. Con todos los cuerpos listos había llegado la hora de cortar y coser, y la ayuda de las gafas se le hacía inestimable. En la primera de las clases de runas había pedido a Adara las instrucciones para modificar los cristales como él tenía en mente. Aparte de eso las había adecentado cuanto había podido puliendo el óxido. Sobre las rascaduras de los cristales no había podido hacer nada, pero no se notaban tanto una vez puestas.
La primera quimera que empezó a hacer apenas tenía nada del cuerpo alado, por lo que aprovechó para llevarlo a los entrenamientos antes de empezar a trocearlo, más que nada para practicar a volar con aquellas alas. Realmente incluso disfrutó rompiéndose la cabeza para encajar las diferentes piezas de los cuerpos, uniendo músculos con sus análogos y cerrando limpiamente cada costura. Se dio cuenta de cuanta soltura había ganado, y aun así no era un trabajo fácil. En pocos días tuvo lista la primera quimera, a excepción del brazo derecho, que quería cambiar por la garra del ser alado. El tórax era humano hasta los antebrazos y hasta la rodilla, lo demás lo cambió por las extremidades del oso para que ganase garras sin perder ligereza. También tuvo que cambiar la cabeza, y esa fue la parte que menos le gustó, la más desagradable y la más complicada, debido a la cantidad de músculos de la zona. El tórax que había usado era de un frivy que tenía destrozado el cuello por mal sitio, no iba a poder hablar con aquella cabeza. El otro, en cambio, tenía bien las cuerdas bucales pero no el tórax. Se consoló pensando que, de todas formas, aquel era un muy buen ejercicio, y de aprender iba la cosa. Con lo que le había sobrado podía hacer otra quimera más, pero necesitaba comprar más hilo, y para ello tenían que conseguir otro trabajo pronto.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
Lo que hizo fue empezar a pasar cada día más tiempo en el sótano, robándole horas a dormir si era necesario. Con todos los cuerpos listos había llegado la hora de cortar y coser, y la ayuda de las gafas se le hacía inestimable. En la primera de las clases de runas había pedido a Adara las instrucciones para modificar los cristales como él tenía en mente. Aparte de eso las había adecentado cuanto había podido puliendo el óxido. Sobre las rascaduras de los cristales no había podido hacer nada, pero no se notaban tanto una vez puestas.
La primera quimera que empezó a hacer apenas tenía nada del cuerpo alado, por lo que aprovechó para llevarlo a los entrenamientos antes de empezar a trocearlo, más que nada para practicar a volar con aquellas alas. Realmente incluso disfrutó rompiéndose la cabeza para encajar las diferentes piezas de los cuerpos, uniendo músculos con sus análogos y cerrando limpiamente cada costura. Se dio cuenta de cuanta soltura había ganado, y aun así no era un trabajo fácil. En pocos días tuvo lista la primera quimera, a excepción del brazo derecho, que quería cambiar por la garra del ser alado. El tórax era humano hasta los antebrazos y hasta la rodilla, lo demás lo cambió por las extremidades del oso para que ganase garras sin perder ligereza. También tuvo que cambiar la cabeza, y esa fue la parte que menos le gustó, la más desagradable y la más complicada, debido a la cantidad de músculos de la zona. El tórax que había usado era de un frivy que tenía destrozado el cuello por mal sitio, no iba a poder hablar con aquella cabeza. El otro, en cambio, tenía bien las cuerdas bucales pero no el tórax. Se consoló pensando que, de todas formas, aquel era un muy buen ejercicio, y de aprender iba la cosa. Con lo que le había sobrado podía hacer otra quimera más, pero necesitaba comprar más hilo, y para ello tenían que conseguir otro trabajo pronto.
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- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
26/03/13, 10:26 pm
La mañana había sido bastante movida para Giz. Había madrugado para visitar el castillo y se había dedicado a soltar animales por la ciudad mientras esperaba a que naciera el regalo de Gael, el cual tampoco se hizo de rogar. Era la hora de comer cuando el asreniano se presentó en el cuchitril con un gato recién nacido bajo el poncho, casi literalmente. Iba metido en una caja pequeña de cartón, dormido.
Andaban todos por allí salvo Noel, que no parecía dar señales de vida en el edificio, y no tardaron en poner a Giz al día con lo que había pasado en la bahía, con respecto a lo de dama Aroma. Por lo visto tenían un nuevo trabajo, uno que, para el goliat, prometía ser interesante.
Finalmente se acercó hasta Gael, que estaba haciendo la comida, y le explicó que le traía un regalo. Colocó la caja en el suelo y lanzó un hechizo de fuego contra ella para que ardiera. En un principio había pensado que era mejor dárselo sin más, pero se le acabó ocurriendo darle una sorpresa. Y como ya había visto cómo se daban las sorpresas los humanos en las cenas, entre bromas y tal, pensó que así estaría bien. Cuando el cartón acabó de consumirse, el pequeño gato que había dentro de la caja continuaba durmiendo, si cabe más profundamente, entre lo que ahora era un puñado de cenizas calientes.
-Es para ti-le explicó a Gael, sonriendo de oreja a oreja, con el pensamiento de que su sorpresa había salido bien-. Puedes cogerlo, manosearlo, frotártelo por el cuerpo o abrazarlo durante horas, que no se quema. A no ser que tu temperatura corporal aumente radicalmente-añadió por precaución, a pesar de era casi imposible que Gael alcanzara la temperatura necesaria para hacerle daño-, pero no creo que eso llegue a ocurrir-continuó para tranquilizarte-. ¿Te gusta?
Andaban todos por allí salvo Noel, que no parecía dar señales de vida en el edificio, y no tardaron en poner a Giz al día con lo que había pasado en la bahía, con respecto a lo de dama Aroma. Por lo visto tenían un nuevo trabajo, uno que, para el goliat, prometía ser interesante.
Finalmente se acercó hasta Gael, que estaba haciendo la comida, y le explicó que le traía un regalo. Colocó la caja en el suelo y lanzó un hechizo de fuego contra ella para que ardiera. En un principio había pensado que era mejor dárselo sin más, pero se le acabó ocurriendo darle una sorpresa. Y como ya había visto cómo se daban las sorpresas los humanos en las cenas, entre bromas y tal, pensó que así estaría bien. Cuando el cartón acabó de consumirse, el pequeño gato que había dentro de la caja continuaba durmiendo, si cabe más profundamente, entre lo que ahora era un puñado de cenizas calientes.
-Es para ti-le explicó a Gael, sonriendo de oreja a oreja, con el pensamiento de que su sorpresa había salido bien-. Puedes cogerlo, manosearlo, frotártelo por el cuerpo o abrazarlo durante horas, que no se quema. A no ser que tu temperatura corporal aumente radicalmente-añadió por precaución, a pesar de era casi imposible que Gael alcanzara la temperatura necesaria para hacerle daño-, pero no creo que eso llegue a ocurrir-continuó para tranquilizarte-. ¿Te gusta?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
26/03/13, 11:14 pm
Ya en el cuchitril lo primero que hizo fue meterse en la cocina para ver qué podía arreglar con las sobras que quedaban. La respuesta era evidente: carne. Sazonada de diferentes maneras, pero carne. No podía esperar a tener la recompensa del siguiente trabajo en las manos para comer decentemente. Desde el fogón escuchó como Giz llegaba poco después y los demás le explicaban los detalles la misión. El asreniano no tardó en asomarse a la cocina y dejar un paquete en el suelo.
-¡Hola! Estaba escuchando que ya te pusieron al día… -dijo mientras miraba con curiosidad. La caja empezó a arder después de un hechizo-. ¿Eh? ¿Qué haces? –Preguntó confuso. Pero más extrañado se quedó si cabía al ver que dentro había un diminuto gato, tal vez muerto. Estaba a punto de preguntar al goliat si se había vuelto loco, pero este se dirigió a él con una enorme sonrisa-. ¿Uh? –se le escapó al escuchar que era para él, con cara de asombro. Pero después lo entendió, con la explicación posterior. La sorpresa lo dejó desarmado unos instantes, sin reaccionar-. N… no sé qué decir… Giz… esto es lo mejor que…
Se agachó a admirar de cerca a aquella criaturita para él maravillosa y la cogió con sumo cuidado. El animar emitió un quejido al despertarse, y movió las patas antes de volver a quedarse dormido en el hueco de sus manos. Los ojos le hacían chiribitas al fuego fatuo. El animal aguantaba perfectamente la temperatura y no prendía. Volvió a centrar su atención en Giz, a punto de dar brincos de la emoción por todo el cuchitril.
-No me merezco un regalo así es… es… genial. Siempre he querido… ¡Muchas gracias! ¿Cómo puedo devolverte el favor? Agh… ya puedes ir desembuchando en algo que pueda ayudarte –se despertó en el fuego fatuo una verborrea que no parecía tener fin. Le preguntó al asreniano el género, detalles de cómo había conseguido un animal así, planeó cómo darle la leche que también había traído Giz para el animal… Hasta que la carne empezó a oler a chamuscado y Gael se dio cuenta de que no se había callado en un buen rato.
Dejó a la gatita sobre la mesa y retiró la carne del fuego disculpándose por la torpeza. Después, dando las gracias de nuevo, se acercó a Giz para darle un brevísimo abrazo de oso.
-A la mierda el protocolo –dijo riendo-. ¡Voy a enseñárselo a los demás!
Cogió a la gata y salió de la cocina llamando la atención a voces.
-¡Es ignífuga!
-¡Hola! Estaba escuchando que ya te pusieron al día… -dijo mientras miraba con curiosidad. La caja empezó a arder después de un hechizo-. ¿Eh? ¿Qué haces? –Preguntó confuso. Pero más extrañado se quedó si cabía al ver que dentro había un diminuto gato, tal vez muerto. Estaba a punto de preguntar al goliat si se había vuelto loco, pero este se dirigió a él con una enorme sonrisa-. ¿Uh? –se le escapó al escuchar que era para él, con cara de asombro. Pero después lo entendió, con la explicación posterior. La sorpresa lo dejó desarmado unos instantes, sin reaccionar-. N… no sé qué decir… Giz… esto es lo mejor que…
Se agachó a admirar de cerca a aquella criaturita para él maravillosa y la cogió con sumo cuidado. El animar emitió un quejido al despertarse, y movió las patas antes de volver a quedarse dormido en el hueco de sus manos. Los ojos le hacían chiribitas al fuego fatuo. El animal aguantaba perfectamente la temperatura y no prendía. Volvió a centrar su atención en Giz, a punto de dar brincos de la emoción por todo el cuchitril.
-No me merezco un regalo así es… es… genial. Siempre he querido… ¡Muchas gracias! ¿Cómo puedo devolverte el favor? Agh… ya puedes ir desembuchando en algo que pueda ayudarte –se despertó en el fuego fatuo una verborrea que no parecía tener fin. Le preguntó al asreniano el género, detalles de cómo había conseguido un animal así, planeó cómo darle la leche que también había traído Giz para el animal… Hasta que la carne empezó a oler a chamuscado y Gael se dio cuenta de que no se había callado en un buen rato.
Dejó a la gatita sobre la mesa y retiró la carne del fuego disculpándose por la torpeza. Después, dando las gracias de nuevo, se acercó a Giz para darle un brevísimo abrazo de oso.
-A la mierda el protocolo –dijo riendo-. ¡Voy a enseñárselo a los demás!
Cogió a la gata y salió de la cocina llamando la atención a voces.
-¡Es ignífuga!
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