El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- InvitadoInvitado
Re: El Cuchitril (Archivo I)
19/01/13, 09:54 pm
Erika y Wen tuvieron que arrastrar a Cain fuera del burdel pues estaba empeñado en llevar algo de comida al cuchitril. Las chicas le habían dicho por activa y por pasiva que los anfitriones pondrían toda la comida pero al final acabaron incluso amenazándole con atarlo a una silla si se ponía a cocinar. Estaba claro que a Cain le incomodaba ir de invitado, estaba acostumbrado a la posición de anfitrión y hacía demasiado tiempo que no salía de ahí. Finalmente tuvieron un Cain arreglado y enfurruñado de camino al cuchitril a paso ligero.
-Anda, tome, jefe- dijo Erika pasándole a Ziel para que lo llevase en brazos.
Cuando llegaron un enorme golem de arena les recibió. Dentro ya estaban Jack y Matt, la mesa estaba puesta y toda la casa olía a comida que daba gusto. Cain se acercó a la cocina a curiosear y a saludar, pero fue decir hola y ser secuestrado por Erika que lo llevó al comedor y le obligó a sentarse.
-No me han dejado traer ni bebida- se quejó Cain a Jack señalando a las chicas con el dedo.
-Anda, tome, jefe- dijo Erika pasándole a Ziel para que lo llevase en brazos.
Cuando llegaron un enorme golem de arena les recibió. Dentro ya estaban Jack y Matt, la mesa estaba puesta y toda la casa olía a comida que daba gusto. Cain se acercó a la cocina a curiosear y a saludar, pero fue decir hola y ser secuestrado por Erika que lo llevó al comedor y le obligó a sentarse.
-No me han dejado traer ni bebida- se quejó Cain a Jack señalando a las chicas con el dedo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 02:10 am
Nia
La ulterana daba vueltas, flotando por el aire. Venia bastante contenta. Junto con la visita de ayer, habia logrado avanzar mucho en la reforma y decoración del establecimiento. Podia verlo detrás de él, entre todos los edificios del barrio. Dejo escapar una risilla y siguio remontando el aire, tarareando una cancioncilla de cuna. Podia apreciar el Cuchitril en la distancia y, a medida que la música desaparecia en su cabeza, se acordó del evento que ocurriria hoy en aquella residencia. Se detuvo en el aire en seco, preguntandose si deberia haber traido algo. Dudó en darse la vuelta en seco y coger cualquier tonteria que no le hiciera quedar mal. Suspiró al descartar la idea. Si volvia a por algo, lo más seguro es que llegase tarde.
Localizó desde el aire a Cain junto a Wen y a Erika y entonces descendio a una calle paralela a la del cuchitril. No le gustaba hacer todas sus entradas desde el aire, debia tener algo de originalidad, por supuesto. Antes si quiera de empezar a preguntarse el sentido de los pensamientos que habian cruzado su mente entonces, ya se encontró a las puertas del cuchitril. Al llamar a estas, un golem de arena enorme le abrio. Dudó unos segundos antes de pensar si se habia equivocado o no. Comprobando una segunda vez el cartel de la entrada, se cercioró de que era el cuchitril. Fue entonces cuando se acordó de como ayer habia visto como Matt habia regalado a los chicos del cuchitril un golem de arena, pero al ser aquella vez la primera que lo veia en funcionamiento, se habia extrañado. Pasó adentro y con una gran sonrisa saludó a todos los presentes.
-¡Buenas Noches!-dijo y su piel brillo con cierta intensidad durante unos últimos segundos antes de apagarse, pues ya no la necesitaba para guiarse en la oscuridad. Se quitó la capota que cubria su cabeza y la echó hacia atrás, revelando su cabeza. Su pelo, estaba repleto de ornamentos de bisuteria que ella misma se habia creado. Desde metales brillantes a joyas de cualidades brillantes hasta algas cosidas. Parecia que se habia esmerado en sus decoraciones, pues lo consideraba una ocasión especial. Tambien iba ligeramente maquillada, pero no era algo que destacaba a primera vista.
De su capucha, un cangrejo ermitaño se arrastró lentamente hasta coronar la cima del pelo de la niña donde se posó agusto "observando" su nuevo paisaje, recostado dentro de su concha. La niña no parecio darse cuenta o no dijo nada al respecto. Cuando habló, fue por algo bastante diferente.
-¿Falta alguien más o soy la última?-preguntó, estirando su cabeza, como contando mentalmente a todos y cada uno de los presentes.
Toima y Tania
El ulterano habia guardado celosamente el resto de su parte del botín, tras pagar lo que le tocaba pagar para la fiesta. No le importaba mucho el dinero, pero no era tan tonto como para malgastarlo en la primera cosa que se le ocurriera. Por otra parte, Tania habia dado uso de la parte que le cedio Toima, que, tras mucho insistir, tuvo que aceptar. Se habia comprado algunas telas y utensilios de costura y, con ellos, habia logrado en poco tiempo crearse un lazo rojo y coserlo a una diadema. El ulterano mostró interés en las habilidades de la nublina y le preguntó si podria enseñarle a él tambien. Tania, que habia aprendido malamente cuando era más joven, nunca habia llegado a darle un uso habituado a sus habilidades de costura, pero con sumo gusto enseñó al ulterano lo que sabia. Tras varios accidentes, las maldiciones del ulterano retumbaban por el cuchitril, amenazando con derruirlo tan solo a gritos. Negandose a que nadie le curara, se vendó las heridas tras desinfectarlas y soltó una frase que le sonaba de algún otro sitio pero que decidio adjudicarsela.
-De los errores del pasado se aprende. Estas heridas me ayudaran a aprender antes.-
Por mucho que insistieran, no se las queria ver curadas tan pronto y decidieron dejarle estar.
Minutos antes de la llegada de Nia, Toima y Tania todavia se estaban preparando. Tania estrenaba su nuevo accesorio y Toima... vestia como siempre. Haciendo uso de un espejo de mano, Tania procedio a peinarse de distintas formas, para ver cual era la que más le convencia para la noche. Detectó a Toima asomarse más de una vez a su espejo por detras y proceder a intentar alisarse el revoltoso pelo. No seria la primera vez que Tania le sugiriera un corte de pelo o por lo menos, un peinado en condiciones. El ulterano la acusaba de loca y le decia que no tenia tiempo para esas estupideces. Tania sabia que no solo era ella quien estaba detrás de mejorar la imagen del ulterano, sino tambien Nia le habia dicho más de una vez que habria que arreglarselo. Era en esos momentos en los cuales las venas ulteranas de cada uno salian a flor de piel y se hablaban el uno al otro de "bárbaro" y "bruja" respectivamente. Tan pronto como surgian las discusiones, se iban y Tania estaba en medio de todas ellas.
Toima se adelantó, vestido unos zorros y sin intención de arreglarse un poco. Tania fruncio los labios pero no dijo nada, sabiendo que caeria en oidos sordos. El ulterano bajó las escaleras con las manos en el pantalón, tomandose su tiempo para examinar a cada uno de los invitados. Unos traian cosas, otros traian a gente que no conocia, era un poquito de todo, la costumbre en aquel lugar. Cuando llegó al final de las escaleras, llegó a tiempo de ver como el golem le abria la puerta a Matt, su creador. Los ojos de Toima se entrecerraron, examinando al golem y este mirandole de vuelta, con ojos inexpresivos. Estas competiciones de mirarse el uno al otro duraban una eternidad a no ser que alguien las interrumpiera. El ulterano no se fiaba del golem como un ser inteligente y no podia tratarle como un mueble más, al estar animado. Estaba convencido que se le torceria algo de dentro y un día seria un problema. Pero al parecer era el único que opinaba así dentro del cuchitril asi que el ulterano no dejaba a la luz su opinion tan a menudo.
Uno a uno, los invitados fueron llegando y, cuando fue el turno de la ulterana, Tania bajó las escaleras con cuidado. Su mirada nerviosa, muchas veces se dirigia a su diadema nueva, comprobando si seguia estando en su sitio y de una pieza. Cuando llegó al final de las escaleras, su presencia apenas hizo acto en la sala y se escurrio hacia una esquina, al lado del ulterano cuya mirada habia pasado de fijarse en el golem a fijarse en las numerosas botellas de licor que habia presentes.
La ulterana daba vueltas, flotando por el aire. Venia bastante contenta. Junto con la visita de ayer, habia logrado avanzar mucho en la reforma y decoración del establecimiento. Podia verlo detrás de él, entre todos los edificios del barrio. Dejo escapar una risilla y siguio remontando el aire, tarareando una cancioncilla de cuna. Podia apreciar el Cuchitril en la distancia y, a medida que la música desaparecia en su cabeza, se acordó del evento que ocurriria hoy en aquella residencia. Se detuvo en el aire en seco, preguntandose si deberia haber traido algo. Dudó en darse la vuelta en seco y coger cualquier tonteria que no le hiciera quedar mal. Suspiró al descartar la idea. Si volvia a por algo, lo más seguro es que llegase tarde.
Localizó desde el aire a Cain junto a Wen y a Erika y entonces descendio a una calle paralela a la del cuchitril. No le gustaba hacer todas sus entradas desde el aire, debia tener algo de originalidad, por supuesto. Antes si quiera de empezar a preguntarse el sentido de los pensamientos que habian cruzado su mente entonces, ya se encontró a las puertas del cuchitril. Al llamar a estas, un golem de arena enorme le abrio. Dudó unos segundos antes de pensar si se habia equivocado o no. Comprobando una segunda vez el cartel de la entrada, se cercioró de que era el cuchitril. Fue entonces cuando se acordó de como ayer habia visto como Matt habia regalado a los chicos del cuchitril un golem de arena, pero al ser aquella vez la primera que lo veia en funcionamiento, se habia extrañado. Pasó adentro y con una gran sonrisa saludó a todos los presentes.
-¡Buenas Noches!-dijo y su piel brillo con cierta intensidad durante unos últimos segundos antes de apagarse, pues ya no la necesitaba para guiarse en la oscuridad. Se quitó la capota que cubria su cabeza y la echó hacia atrás, revelando su cabeza. Su pelo, estaba repleto de ornamentos de bisuteria que ella misma se habia creado. Desde metales brillantes a joyas de cualidades brillantes hasta algas cosidas. Parecia que se habia esmerado en sus decoraciones, pues lo consideraba una ocasión especial. Tambien iba ligeramente maquillada, pero no era algo que destacaba a primera vista.
De su capucha, un cangrejo ermitaño se arrastró lentamente hasta coronar la cima del pelo de la niña donde se posó agusto "observando" su nuevo paisaje, recostado dentro de su concha. La niña no parecio darse cuenta o no dijo nada al respecto. Cuando habló, fue por algo bastante diferente.
-¿Falta alguien más o soy la última?-preguntó, estirando su cabeza, como contando mentalmente a todos y cada uno de los presentes.
Toima y Tania
El ulterano habia guardado celosamente el resto de su parte del botín, tras pagar lo que le tocaba pagar para la fiesta. No le importaba mucho el dinero, pero no era tan tonto como para malgastarlo en la primera cosa que se le ocurriera. Por otra parte, Tania habia dado uso de la parte que le cedio Toima, que, tras mucho insistir, tuvo que aceptar. Se habia comprado algunas telas y utensilios de costura y, con ellos, habia logrado en poco tiempo crearse un lazo rojo y coserlo a una diadema. El ulterano mostró interés en las habilidades de la nublina y le preguntó si podria enseñarle a él tambien. Tania, que habia aprendido malamente cuando era más joven, nunca habia llegado a darle un uso habituado a sus habilidades de costura, pero con sumo gusto enseñó al ulterano lo que sabia. Tras varios accidentes, las maldiciones del ulterano retumbaban por el cuchitril, amenazando con derruirlo tan solo a gritos. Negandose a que nadie le curara, se vendó las heridas tras desinfectarlas y soltó una frase que le sonaba de algún otro sitio pero que decidio adjudicarsela.
-De los errores del pasado se aprende. Estas heridas me ayudaran a aprender antes.-
Por mucho que insistieran, no se las queria ver curadas tan pronto y decidieron dejarle estar.
Minutos antes de la llegada de Nia, Toima y Tania todavia se estaban preparando. Tania estrenaba su nuevo accesorio y Toima... vestia como siempre. Haciendo uso de un espejo de mano, Tania procedio a peinarse de distintas formas, para ver cual era la que más le convencia para la noche. Detectó a Toima asomarse más de una vez a su espejo por detras y proceder a intentar alisarse el revoltoso pelo. No seria la primera vez que Tania le sugiriera un corte de pelo o por lo menos, un peinado en condiciones. El ulterano la acusaba de loca y le decia que no tenia tiempo para esas estupideces. Tania sabia que no solo era ella quien estaba detrás de mejorar la imagen del ulterano, sino tambien Nia le habia dicho más de una vez que habria que arreglarselo. Era en esos momentos en los cuales las venas ulteranas de cada uno salian a flor de piel y se hablaban el uno al otro de "bárbaro" y "bruja" respectivamente. Tan pronto como surgian las discusiones, se iban y Tania estaba en medio de todas ellas.
Toima se adelantó, vestido unos zorros y sin intención de arreglarse un poco. Tania fruncio los labios pero no dijo nada, sabiendo que caeria en oidos sordos. El ulterano bajó las escaleras con las manos en el pantalón, tomandose su tiempo para examinar a cada uno de los invitados. Unos traian cosas, otros traian a gente que no conocia, era un poquito de todo, la costumbre en aquel lugar. Cuando llegó al final de las escaleras, llegó a tiempo de ver como el golem le abria la puerta a Matt, su creador. Los ojos de Toima se entrecerraron, examinando al golem y este mirandole de vuelta, con ojos inexpresivos. Estas competiciones de mirarse el uno al otro duraban una eternidad a no ser que alguien las interrumpiera. El ulterano no se fiaba del golem como un ser inteligente y no podia tratarle como un mueble más, al estar animado. Estaba convencido que se le torceria algo de dentro y un día seria un problema. Pero al parecer era el único que opinaba así dentro del cuchitril asi que el ulterano no dejaba a la luz su opinion tan a menudo.
Uno a uno, los invitados fueron llegando y, cuando fue el turno de la ulterana, Tania bajó las escaleras con cuidado. Su mirada nerviosa, muchas veces se dirigia a su diadema nueva, comprobando si seguia estando en su sitio y de una pieza. Cuando llegó al final de las escaleras, su presencia apenas hizo acto en la sala y se escurrio hacia una esquina, al lado del ulterano cuya mirada habia pasado de fijarse en el golem a fijarse en las numerosas botellas de licor que habia presentes.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 02:28 am
Los preparativos fueron largos, entre recorrerse el mercado para encontrar todo lo que buscaban y después transportarlo. También cocinar estaba siendo tedioso, pero valía la pena. Gael cató la salsa del pisto con una cuchara de madera y paladeó gesticulando excesivamente para después añadir un poco más de sal. Aquello olía que alimentaba, especialmente el pisto. La olla de verduras borboteaba provocando que al fuego fatuo se le hiciera la boca agua. Y justo entonces la tapa del arroz empezó a tamborilear. Mientras le bajaba la temperatura, en su mente empezó a canturrear melodías alegres. Sus pies se movían solos con el ritmo imaginado, aquellos deliciosos olores le estaban dando la energía de mil cafés. Por encima de todo, allí oculto bajo aquellos aromas dulzones a verduras, todavía se podía apreciar el bizcocho, el chocolate, que esperaba ya listo en el horno hasta la hora del postre. Aprovechando que ellos eran los cocineros, Noel y Gael ya habían raspado hasta dejar limpio el cacharro donde habían fundido su tesoro de cacao. Hacía tanto, tanto tiempo que el muchacho no se llevaba un poco de chocolate a la boca que se sintió en el paraíso por un momento y cuando se acabó incluso terminó malhumorado durante un rato.
Cuando ya iban a llegar los invitados empezó la tarea de freír patatas, algo lenta por no tener una sartén mayor. Mientras, la parrilla improvisada en la chimenea del salón ya se había calentado y Noel se trasladó allí para controlar la carne. Gael no tardó en oír la puerta abrirse, pero no se quería mover de la sartén hasta que saliera la remesa de patatas que tenía entre manos. Al sacarlas las puso en una fuente hechizada para que conservara el calor y bajó el fuego para poder saludar a los que habían llegado ya. Se asomó a la barra y vio a Matt al fondo hablando con Noel, a Jack poniendo una cesta bajo la mesa. «¿Qué habrá traído? Claro, igual pensó que de nuevo no habría sangre para él…».
-¡Bienvenidos! –les dijo mientras se colocaba un trapo en el hombro. «Parezco un posadero, o algo así».
Regresó a la cocina a meter una nueva remesa de patatas y poco después asomó Caín por allí, que acababa de llegar. Apenas pudo volverse y saludarlo, porque unas manos tiraron de él hacia atrás. A Gael le dio la risa y se asomó a la puerta para ver quiénes más habían llegado y saludarlos con la mano. Aunque tuvo que volver inmediatamente a la cocina porque casi se le habían tostado las patatas. Al hacer un nuevo cambio se volvió a abrir la puerta y se permitió salir rápidamente a mirar. Nia era la que había llegado, y se había arreglado bastante.
-¡Oh… hola! –saludó agitando la mano también. Cuando volvía a la cocina se le cayó el trapo por el camino y se tuvo que agachar a recogerlo, preocupado por estar alejado demasiado tiempo de la sartén del infierno.
Habiendo comprobado que todo estaba en su sitio, y como todos habían llegado ya, cogió un par de bandejas que estaban sobre la mesa cubiertas con servilletas de tela y las llevó al comedor en un viaje relámpago. Al destapar los platos, de debajo surgieron panecillos de ajo, otros con queso o con fiambres, brochetas de fruta con una pizca de chocolate fundido y croquetas de carne. Aunque en el camino de vuelta recordó sonriendo que faltaba otra cosa más para cierto chaval arenoso.
Cuando ya iban a llegar los invitados empezó la tarea de freír patatas, algo lenta por no tener una sartén mayor. Mientras, la parrilla improvisada en la chimenea del salón ya se había calentado y Noel se trasladó allí para controlar la carne. Gael no tardó en oír la puerta abrirse, pero no se quería mover de la sartén hasta que saliera la remesa de patatas que tenía entre manos. Al sacarlas las puso en una fuente hechizada para que conservara el calor y bajó el fuego para poder saludar a los que habían llegado ya. Se asomó a la barra y vio a Matt al fondo hablando con Noel, a Jack poniendo una cesta bajo la mesa. «¿Qué habrá traído? Claro, igual pensó que de nuevo no habría sangre para él…».
-¡Bienvenidos! –les dijo mientras se colocaba un trapo en el hombro. «Parezco un posadero, o algo así».
Regresó a la cocina a meter una nueva remesa de patatas y poco después asomó Caín por allí, que acababa de llegar. Apenas pudo volverse y saludarlo, porque unas manos tiraron de él hacia atrás. A Gael le dio la risa y se asomó a la puerta para ver quiénes más habían llegado y saludarlos con la mano. Aunque tuvo que volver inmediatamente a la cocina porque casi se le habían tostado las patatas. Al hacer un nuevo cambio se volvió a abrir la puerta y se permitió salir rápidamente a mirar. Nia era la que había llegado, y se había arreglado bastante.
-¡Oh… hola! –saludó agitando la mano también. Cuando volvía a la cocina se le cayó el trapo por el camino y se tuvo que agachar a recogerlo, preocupado por estar alejado demasiado tiempo de la sartén del infierno.
Habiendo comprobado que todo estaba en su sitio, y como todos habían llegado ya, cogió un par de bandejas que estaban sobre la mesa cubiertas con servilletas de tela y las llevó al comedor en un viaje relámpago. Al destapar los platos, de debajo surgieron panecillos de ajo, otros con queso o con fiambres, brochetas de fruta con una pizca de chocolate fundido y croquetas de carne. Aunque en el camino de vuelta recordó sonriendo que faltaba otra cosa más para cierto chaval arenoso.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 02:43 am
Noel no podía alejarse mucho de la chimenea pues estaba atendiendo el churrasco así que dejó que fuesen los invitados los que se acercasen. Respondió a Matt cuando llamó para saber si había alguien y enseguida se reunió con él. Había observado desde la distancia la escena de Odin con el gato de arena, riéndose.
-Si lo destroza, cosa bastante probable, no me hago cargo -le dijo al brujo de arena entre risas-. No te preocupes, ya está todo hecho, sólo falta traer la comida; pero eso ya cuando lleguen todos. El gólem funciona a la perfección por ahora -el tema de conversación cambió por completo y el draco escuchó la petición de Matt, sonriendo ante su comentario-.Claro que puedes, por mi parte al menos. Y el resto no creo que se nieguen, all fin y al cabo Wen vino a nuestra primera misión, así que no veo por qué no. Eso sí, espérate cualquier cosa, no tengo ni idea de qué clase de trabajo nos surgirá.
Mientras charlaba con el brujo de la arena, la puerta sonó nuevamente. Noel ordena nuevamente a Terro que abra la puerta y Jack no se hace esperar, aunque a Noel le extrañó que llegase solo. El draco frunce el ceño y tuerce la boca cuando el vampiro saca las botellas de vino, gruñendo por lo bajo y murmurando que había dicho que no debían traer nada y explicando que ya tenían ellos alcohol de sobra para la cena. El tema quedó aparcado debido al siguiente comentario del vampiro y el sueco arqueó una ceja.
-¿Todavía os dura la guasa? -dijo cruzándose de brazos mientras miraba a Jack de forma reprobatoria-. A ver, ¿voluntarios para qué? Que no me fio ni una pluma de ti -finalizó con expresión divertida.
Antes de que Jack pudiera responder llegaron el resto de invitados del burdel. De hecho también alguien a quien no esperaban. <<Espero que la comida llegue bien para todos...>>, pensó preocupándose momentáneamente por si habrían hecho de sobra. El draco se acercó a saludar a los recién llegados y se rió ante las acciones de Cain y Erika.
-Pues hicieron bien, que además ya hubo quien se pasó por el forro mi advertencia -dijo mirando a Jack con los ojos entrecerrados.
Nuevamente la conversación se interrumpe por la llegada de alguien, en este caso Nia.
-Faltan Giz y Nasher, el Capitán Lagartijo ha ido a buscar a Bola de Discoteca a la Sede -le respondió a su pregunta en tono jocoso-. No creo que tarden mucho más.
Mientras esperaban, Toima y Tania bajaron y Noel se divirtió observando como el ulterano miraba fijamente a Terro.
-Duelo de miradas nivel extremo: sin ojos -comentó el draco en tono casual pasando cerca de las dos moles que eran el argos y el gólem.
Noel dejó observarlos cuando la presencia de Nia le recordó que tenía que hablar con la náyade. Se dirgió a una de las estanterias que había detrás de la barra y cogió una bolsa de tela algo desvencijada. Con ella en la mano se acercó a la ulterana.
-Nia, tengo algo para ti -comenzó a explicar mostrando la bolsa-. La pequeña excursión de ayer a tu laboratorio me hizo acordarme de algo que leí hace mucho tiempo sobre los dracos de estínfalo y que había olvidado por completo. Al parecer se puede destilar algún tipo de aceite de mis plumas que tal vez te pueda resultar útil para elaborar alguno de tus remedios y demás brebajes alquímicos. Lo había olvidado porque en su momento no era precisamente lo que más me preocupaba de todo lo que leí acerca de mi transformación -el draco sonrió de forma irónica-. No he tenido tiempo para investigar así que no te puedo dar más detalles, pero en cualquier caso seguro que tú sabrás darle mejor uso que yo. Ojo con cortarse, ya ves como está la bolsa. Si te son útiles puedes pedirme las que quieras más adelante, te las puedo dar a cambio de algún producto de tu futura botica -finalizó tendiéndole la bolsita.
Había guardado en ella un puñado de plumas, que a falta de algo mejor donde guardarlas había tenido que meterlas ahí, y estas habían cortado la tela por varios sitios. También había sopesado la posibilidad de vender algunas plumas o su destilado en caso de necesidad, pero realmente su valor era escaso y probablemente la náyade les daría mejor uso.
Una vez terminó de hablar con Nia, Noel conjuró nuevamente el hechizo de anestesia en sus oídos que había utilizado en la anterior ocasión para permtir que sus amigos pudieran reírse abiertamente. Hecho esto, el draco sacó una nueva bolsa de la estantería, dirigiéndose al brujo de arena en esta ocasión.
-Para ti también tenemos algo -le dijo a Matt mientras sacaba algo del interior de la bolsa. Eran dos bolsas de Doritos-. Encontramos esto en el mercado y estaba claro que teníamos que comprarlo. Prometo que son genuinos, cien por cien libres de trolleo -bromeó el draco lanzándole el contenido de la bolsa a Matt.
-Si lo destroza, cosa bastante probable, no me hago cargo -le dijo al brujo de arena entre risas-. No te preocupes, ya está todo hecho, sólo falta traer la comida; pero eso ya cuando lleguen todos. El gólem funciona a la perfección por ahora -el tema de conversación cambió por completo y el draco escuchó la petición de Matt, sonriendo ante su comentario-.Claro que puedes, por mi parte al menos. Y el resto no creo que se nieguen, all fin y al cabo Wen vino a nuestra primera misión, así que no veo por qué no. Eso sí, espérate cualquier cosa, no tengo ni idea de qué clase de trabajo nos surgirá.
Mientras charlaba con el brujo de la arena, la puerta sonó nuevamente. Noel ordena nuevamente a Terro que abra la puerta y Jack no se hace esperar, aunque a Noel le extrañó que llegase solo. El draco frunce el ceño y tuerce la boca cuando el vampiro saca las botellas de vino, gruñendo por lo bajo y murmurando que había dicho que no debían traer nada y explicando que ya tenían ellos alcohol de sobra para la cena. El tema quedó aparcado debido al siguiente comentario del vampiro y el sueco arqueó una ceja.
-¿Todavía os dura la guasa? -dijo cruzándose de brazos mientras miraba a Jack de forma reprobatoria-. A ver, ¿voluntarios para qué? Que no me fio ni una pluma de ti -finalizó con expresión divertida.
Antes de que Jack pudiera responder llegaron el resto de invitados del burdel. De hecho también alguien a quien no esperaban. <<Espero que la comida llegue bien para todos...>>, pensó preocupándose momentáneamente por si habrían hecho de sobra. El draco se acercó a saludar a los recién llegados y se rió ante las acciones de Cain y Erika.
-Pues hicieron bien, que además ya hubo quien se pasó por el forro mi advertencia -dijo mirando a Jack con los ojos entrecerrados.
Nuevamente la conversación se interrumpe por la llegada de alguien, en este caso Nia.
-Faltan Giz y Nasher, el Capitán Lagartijo ha ido a buscar a Bola de Discoteca a la Sede -le respondió a su pregunta en tono jocoso-. No creo que tarden mucho más.
Mientras esperaban, Toima y Tania bajaron y Noel se divirtió observando como el ulterano miraba fijamente a Terro.
-Duelo de miradas nivel extremo: sin ojos -comentó el draco en tono casual pasando cerca de las dos moles que eran el argos y el gólem.
Noel dejó observarlos cuando la presencia de Nia le recordó que tenía que hablar con la náyade. Se dirgió a una de las estanterias que había detrás de la barra y cogió una bolsa de tela algo desvencijada. Con ella en la mano se acercó a la ulterana.
-Nia, tengo algo para ti -comenzó a explicar mostrando la bolsa-. La pequeña excursión de ayer a tu laboratorio me hizo acordarme de algo que leí hace mucho tiempo sobre los dracos de estínfalo y que había olvidado por completo. Al parecer se puede destilar algún tipo de aceite de mis plumas que tal vez te pueda resultar útil para elaborar alguno de tus remedios y demás brebajes alquímicos. Lo había olvidado porque en su momento no era precisamente lo que más me preocupaba de todo lo que leí acerca de mi transformación -el draco sonrió de forma irónica-. No he tenido tiempo para investigar así que no te puedo dar más detalles, pero en cualquier caso seguro que tú sabrás darle mejor uso que yo. Ojo con cortarse, ya ves como está la bolsa. Si te son útiles puedes pedirme las que quieras más adelante, te las puedo dar a cambio de algún producto de tu futura botica -finalizó tendiéndole la bolsita.
Había guardado en ella un puñado de plumas, que a falta de algo mejor donde guardarlas había tenido que meterlas ahí, y estas habían cortado la tela por varios sitios. También había sopesado la posibilidad de vender algunas plumas o su destilado en caso de necesidad, pero realmente su valor era escaso y probablemente la náyade les daría mejor uso.
Una vez terminó de hablar con Nia, Noel conjuró nuevamente el hechizo de anestesia en sus oídos que había utilizado en la anterior ocasión para permtir que sus amigos pudieran reírse abiertamente. Hecho esto, el draco sacó una nueva bolsa de la estantería, dirigiéndose al brujo de arena en esta ocasión.
-Para ti también tenemos algo -le dijo a Matt mientras sacaba algo del interior de la bolsa. Eran dos bolsas de Doritos-. Encontramos esto en el mercado y estaba claro que teníamos que comprarlo. Prometo que son genuinos, cien por cien libres de trolleo -bromeó el draco lanzándole el contenido de la bolsa a Matt.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 03:14 am
Ante las palabras de Noel solo respondo con risas y "Más tarde", disfrutando del momento. Al rato llegan Cain y Wen, acompañados inesperadamente por Erika, pero apenas me levanto los tres van a la cocina. Bueno, mejor dicho, Cain huye a la cocina y luego las dos lo traen de vuelta, sentándolo. Parpadeo divertido y el comentario del rubio solo logra que me ría sin poder aguantarlo, diciendo:
-Acostúmbrese, jefe, hoy somos invitados.-Noel también habla luego pero logro aguantar la carcajada.-Vaaa, es vino de mi vieja tierra, no es lo mismo que lo que tenéis. Y si os gusta, hay otra botella.-añado, sonriendo ampliamente.
También se asoma a saludar un ajetreado Gael, quien huele deliciosamente a la cena. Luego llega Nia, preguntando si falta alguien más y Noel informa de que Giz fue a por Nasher. Y Toima por algún motivo mantiene la mirada al gólem, de ojos inexistentes, durante un rato. <<Esto va a ser divertido>>
-Bueno, considero oportuno el momento de desvelar el contenido de mi cesta-digo mientras la saco bajo la mesa para ponerla encima-y así explico lo de los voluntarios.
Acto seguido, quito el paño que cubre la cesta y saco un cofre hecho a mano, de madera y reforzado en acero. Se distinguen los relieves que tanto me costaron, con motivos nórdicos como los de la mesa, y que no tiene aparentemente modo de abrirse ya que las bisagras están por dentro y no hay ni candado ni nada. Bajo los relieves, que esconden la apertura, hay un espacio sin decoración. Dentro hay runas que bloquearán el hechizo de abrir cerraduras y algunos que sirvan para destruirlo.
-Bien, no sé si tenéis alguna hucha o caja fuerte, pero esta es para vosotros. Se abre sólo con sangre, la de sus dueños, por eso necesito a voluntarios, para probarla. Es sencillo, dibujáis la runa, le dais un golpe de magia y la voluntad de ser detectados y ea, cuando volváis y necesitéis abrirla, os reconocerá. Las runas son individuales y van en esa franja desnuda. Pero si alguien que no la haya grabado lo toca... Bueno, os manchará el Cuchitril de vísceras.-remato, riendo.-¿Voluntarios?-digo alzando el cofre hacia Noel precisamente, sonriendo.
-Acostúmbrese, jefe, hoy somos invitados.-Noel también habla luego pero logro aguantar la carcajada.-Vaaa, es vino de mi vieja tierra, no es lo mismo que lo que tenéis. Y si os gusta, hay otra botella.-añado, sonriendo ampliamente.
También se asoma a saludar un ajetreado Gael, quien huele deliciosamente a la cena. Luego llega Nia, preguntando si falta alguien más y Noel informa de que Giz fue a por Nasher. Y Toima por algún motivo mantiene la mirada al gólem, de ojos inexistentes, durante un rato. <<Esto va a ser divertido>>
-Bueno, considero oportuno el momento de desvelar el contenido de mi cesta-digo mientras la saco bajo la mesa para ponerla encima-y así explico lo de los voluntarios.
Acto seguido, quito el paño que cubre la cesta y saco un cofre hecho a mano, de madera y reforzado en acero. Se distinguen los relieves que tanto me costaron, con motivos nórdicos como los de la mesa, y que no tiene aparentemente modo de abrirse ya que las bisagras están por dentro y no hay ni candado ni nada. Bajo los relieves, que esconden la apertura, hay un espacio sin decoración. Dentro hay runas que bloquearán el hechizo de abrir cerraduras y algunos que sirvan para destruirlo.
-Bien, no sé si tenéis alguna hucha o caja fuerte, pero esta es para vosotros. Se abre sólo con sangre, la de sus dueños, por eso necesito a voluntarios, para probarla. Es sencillo, dibujáis la runa, le dais un golpe de magia y la voluntad de ser detectados y ea, cuando volváis y necesitéis abrirla, os reconocerá. Las runas son individuales y van en esa franja desnuda. Pero si alguien que no la haya grabado lo toca... Bueno, os manchará el Cuchitril de vísceras.-remato, riendo.-¿Voluntarios?-digo alzando el cofre hacia Noel precisamente, sonriendo.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 04:23 am
Tras la afirmativa de Noel a mi propuesta y después de saber que el golem de momento funciona en condiciones me siento bastante tranquilo. Mientras hablo con Noel llaman a la puerta y puedo observar como el golem se dirige a la entrada y de buena manera abre de nuevo sin arrancarla de cuajo. "Estas echo todo un manitas macho." Pienso para mi sin poder evitar una sonrisa de autosuficiencia. Jack entra en el salón con una cesta que me recuerda a Heidi con su cestita pero mas vampirica y con un cambio de sexo importante.
Me acerco a el canturreando la intro de Heidi y le saludo mientras intento parecer lo mas serio posible. En realidad la idea de poder conseguir dinero para comprarme algunas cosillas me ha alegrado la noche. Gael aparece y con él el olorcillo dulce de la comida.-Madre huele de muerte. Ademas hoy arrastro un hambre.- Digo olisqueando y tocandome el estomago.
Gael se vuelve a la cocina. Tras un momento la puerta vuelve a sonar pero este golpe entran Wen, Cain y una chica que no conozco pero por lo que veo los chicos si por lo que no trato de conocerla. Es una chica mona a mi parecer. Cain saluda rápidamente y se escabulle a la cocina pero las chicas lo secuestran y lo invitan a sentarse sin posibilidad de rechistar. Me acerco a Wedn y la saludo. -Oooye te has engalanado hoy mucho ¿No?¿A donde vas tu tan guapa?- Le digo mientras sonrio. -Pero bueno, que digo, tu siempre estas guapa desgraciada.- Me dirijo este golpe a la chica y le saludo. -Bueno, no nos conocemos, pero me llamo Matt. Encantado de conocerte.Espero que te hayan hablado un poco de mi y si no pues tu preguntame que yo te contesto-Digo bromeando tratando de parecer lo mas ameno posible.
Tras las presentaciones la puerta vuelve a sonar y este golpe es Nia la que aparece en escena. La nayade se ha puesto un montón de adornos en la cabeza e incluso por lo que puedo ver una especie de concha trepa por su pelo y se queda en medio. -Vaya Wedn hoy Nia te ha superado en joyas en la cabeza.- Le digo bromeando a la vouviere. Me acerco a Nia y le sonrío. -Anoche te eche de menos en la cena. Por cierto bonitos abalorios.-Le digo señalando su pelo y las joyas brillantes. Al acercarme a ella puedo ver que en realidad la concha es una especie de cangrejo ermitaño como los que se colaban en mi casa cuando dejaba la puerta del porche abierta.
En lo que hablo con Nia, Toima baja por las escaleras y por lo que veo se crea un momento incomodo entre él y mi golem. "¿Esto es normal? Al cabo de un rato de cruce de mirada Toima se une a la reunión. Le saludo alzando la cabeza."Aun no me acostumbro a estas dimensiones. Es mas grande que un dia sin pan." Gael saca los primeros piscolabis y casi sin quererlo me lanzo a mirar que había preparado el fuego fatuo. En cierto modo esperaba que hubiera lo hubiera chamuscado un poco pero la verdad es que tenia una pinta fabulosa. -¡Ostia pedro! ¿Qué buena pinta no?- De momento veo las croquetas y me acerco lentamente hacia el plato mirando hacia todos lados observando que nadie me estuviese mirando y cojo un par de croquetas.
Mientras saboreo la primera croqueta no puedo evitar recordar las fuentes de croquetas caseras que me hacia mi madre en casa y estas, no les tenian nada que envidiar. Me meto dos croquetas en la boca cuando oigo a Noel hablarme por lo que me giro con los mofletes llenos y le medio sonrio.
-GrfDimeGrg- Digo con la boca llena mientras mi mirada se centra en las bolsas naranjas que acaba de sacar. "¡NO PUEDE SER!" Me digo mientras veo como las bolsas vuelan hacia mi atrapandolas en el aire mientras me trago las croquetas de golpe y las miro como si de un tesoro de oro me hubieran dado.
Miro a Noel con cara de niño de cinco años que acaba de abrir sus regalos de navidades y me tiro a abrazarle a una velocidad increible. -¡AAAAAI DIOOOS! ¡GRACIAS!¡GRACIAS!¡GRACIAS! Aaii que os como. Me acabas de hacer el niño mas feliz del mundo.-Digo mientras que le suelto depues de haberle zarandeado un par de veces.
-¿Quien quiere doritos?- Digo abriendo una de las bolsas y ofreciendiendole a todo el mundo. Mientras le ofrezco a todo el mundo me percato que Tania habia bajado. La saludo y le ofrezo un dorito. -Probadlos están de vicio.- Cojo uno de los triángulos y lo huelo disfrutando de ese olor a queso que inunda mis pituitarias. Abro la boca y lo introduzco saboreandolo lentamente. -Ostiaaaas esto es uno de los mejores orgasmos que he tenido en mucho tiempo. Ostias Noeeeel te amo. Enserio. Muchisimas gracias.- Tras disfrutar de un par de doritos mas Jack les enseña el contenido de la cesta. Es una caja.
"O vaya una caja bien decorada." Pienso mientras la miro pero una vez que lo explica me parece un regalo fabuloso. "Ostias pues no esta mal pensado. Una buena manera de guardar cosas importantes." Cojo asiento y alargo el brazo para cojer un par de croquetas mas mientras miro la composicón de las bolsas de doritos como si fuese el texto mas importante que hubiese leído nunca.
"El niño mas feliz del mundo." Tras pensar eso una sonrisa se esboza en mi cara al ver que con todo lo que hemos pasado pueda ser tan feliz con una cosa que para mi antes era algo tan normal.
Me acerco a el canturreando la intro de Heidi y le saludo mientras intento parecer lo mas serio posible. En realidad la idea de poder conseguir dinero para comprarme algunas cosillas me ha alegrado la noche. Gael aparece y con él el olorcillo dulce de la comida.-Madre huele de muerte. Ademas hoy arrastro un hambre.- Digo olisqueando y tocandome el estomago.
Gael se vuelve a la cocina. Tras un momento la puerta vuelve a sonar pero este golpe entran Wen, Cain y una chica que no conozco pero por lo que veo los chicos si por lo que no trato de conocerla. Es una chica mona a mi parecer. Cain saluda rápidamente y se escabulle a la cocina pero las chicas lo secuestran y lo invitan a sentarse sin posibilidad de rechistar. Me acerco a Wedn y la saludo. -Oooye te has engalanado hoy mucho ¿No?¿A donde vas tu tan guapa?- Le digo mientras sonrio. -Pero bueno, que digo, tu siempre estas guapa desgraciada.- Me dirijo este golpe a la chica y le saludo. -Bueno, no nos conocemos, pero me llamo Matt. Encantado de conocerte.Espero que te hayan hablado un poco de mi y si no pues tu preguntame que yo te contesto-Digo bromeando tratando de parecer lo mas ameno posible.
Tras las presentaciones la puerta vuelve a sonar y este golpe es Nia la que aparece en escena. La nayade se ha puesto un montón de adornos en la cabeza e incluso por lo que puedo ver una especie de concha trepa por su pelo y se queda en medio. -Vaya Wedn hoy Nia te ha superado en joyas en la cabeza.- Le digo bromeando a la vouviere. Me acerco a Nia y le sonrío. -Anoche te eche de menos en la cena. Por cierto bonitos abalorios.-Le digo señalando su pelo y las joyas brillantes. Al acercarme a ella puedo ver que en realidad la concha es una especie de cangrejo ermitaño como los que se colaban en mi casa cuando dejaba la puerta del porche abierta.
En lo que hablo con Nia, Toima baja por las escaleras y por lo que veo se crea un momento incomodo entre él y mi golem. "¿Esto es normal? Al cabo de un rato de cruce de mirada Toima se une a la reunión. Le saludo alzando la cabeza."Aun no me acostumbro a estas dimensiones. Es mas grande que un dia sin pan." Gael saca los primeros piscolabis y casi sin quererlo me lanzo a mirar que había preparado el fuego fatuo. En cierto modo esperaba que hubiera lo hubiera chamuscado un poco pero la verdad es que tenia una pinta fabulosa. -¡Ostia pedro! ¿Qué buena pinta no?- De momento veo las croquetas y me acerco lentamente hacia el plato mirando hacia todos lados observando que nadie me estuviese mirando y cojo un par de croquetas.
Mientras saboreo la primera croqueta no puedo evitar recordar las fuentes de croquetas caseras que me hacia mi madre en casa y estas, no les tenian nada que envidiar. Me meto dos croquetas en la boca cuando oigo a Noel hablarme por lo que me giro con los mofletes llenos y le medio sonrio.
-GrfDimeGrg- Digo con la boca llena mientras mi mirada se centra en las bolsas naranjas que acaba de sacar. "¡NO PUEDE SER!" Me digo mientras veo como las bolsas vuelan hacia mi atrapandolas en el aire mientras me trago las croquetas de golpe y las miro como si de un tesoro de oro me hubieran dado.
Miro a Noel con cara de niño de cinco años que acaba de abrir sus regalos de navidades y me tiro a abrazarle a una velocidad increible. -¡AAAAAI DIOOOS! ¡GRACIAS!¡GRACIAS!¡GRACIAS! Aaii que os como. Me acabas de hacer el niño mas feliz del mundo.-Digo mientras que le suelto depues de haberle zarandeado un par de veces.
-¿Quien quiere doritos?- Digo abriendo una de las bolsas y ofreciendiendole a todo el mundo. Mientras le ofrezco a todo el mundo me percato que Tania habia bajado. La saludo y le ofrezo un dorito. -Probadlos están de vicio.- Cojo uno de los triángulos y lo huelo disfrutando de ese olor a queso que inunda mis pituitarias. Abro la boca y lo introduzco saboreandolo lentamente. -Ostiaaaas esto es uno de los mejores orgasmos que he tenido en mucho tiempo. Ostias Noeeeel te amo. Enserio. Muchisimas gracias.- Tras disfrutar de un par de doritos mas Jack les enseña el contenido de la cesta. Es una caja.
"O vaya una caja bien decorada." Pienso mientras la miro pero una vez que lo explica me parece un regalo fabuloso. "Ostias pues no esta mal pensado. Una buena manera de guardar cosas importantes." Cojo asiento y alargo el brazo para cojer un par de croquetas mas mientras miro la composicón de las bolsas de doritos como si fuese el texto mas importante que hubiese leído nunca.
"El niño mas feliz del mundo." Tras pensar eso una sonrisa se esboza en mi cara al ver que con todo lo que hemos pasado pueda ser tan feliz con una cosa que para mi antes era algo tan normal.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 06:03 pm
Wednesday salió del burdel resoplando y poniendo los ojos en blanco. Entre ella y Erika se las habían visto negras para sacar a Cain de ahí sin que trajera nada. En más de una ocasión había pensado en dejarle inconsciente para arrastrarlo al cuchitril, pero no le hacía gracia recibir ninguna denuncia de maltrato hacia un superior.
Cuando llegaron al cuchitril, el golem que les había regalado Matt les recibió. Era la primera vez que Wen veía al ser y quedó impresionada. “¿Cómo ha podido hacer Matt esto?” se preguntó mientras entraba. El aroma de la comida recorrió toda la casa y Erika y Wen se distrajeron lo suficiente como para dejar escapar a Cain durante unos segundos. Mientras Erika arrastraba al invocador de nuevo al comedor, Wen se acercó a susurrarle:
- Hasta que no nos sentemos a comer, no podemos perderlo de vista. - le advirtió, medio bromeando medio en serio. Ambas sabían que Cain no servía como invitado. Cuando este se quejó, la vouivre le dio un codazo acompañado de una risa.- La ultima vez les traje una botella de tequila y casi me decapitan por ello. Que quieres que te diga, Cain, no quiero quedarme sin jefe.
Wen se quedó vigilando a Cain para que no intentara cambiar su posición como invitado a anfitrión mientras hablaba con el resto del grupo. La comida olía francamente bien y parecía de lo más apetitosa.
- Tampoco es para tanto, Yankee, solo me he puesto un vestido y algunas joyas. Nada extraño desde que estoy transformada. - contestó quitándole importancia al piropo de Matt. Si que había notado que desde que se había transformado, no solo había adquirido un gusto especial por las joyas, sino que también se arreglaba más. “Supongo que, ahora que tengo dinero, me gusta arreglarme como antes no podía.” Se dijo. Al ver que Matt se presentaba a Erika, Wen intervino.- No la conocemos porque te pasas muy poco por el burdel, Matt. Es Erika, la pareja de Jack. Así que cuidadito, que si quieres algo de ella vas a tener que pagar o pasar por encima de mi cadáver. Y no me lo tomes en cuenta, solo cumplo con mi deber. - bromeó la vouivre y, entonces, Noel sacó los doritos para Matt, Wen no pudo evitar carcajearse.- ¿Cuánto tiempo llevas dando la lata con eso, Yankiee? - preguntó sin parar de reír.- Es increíble que te salgas con la tuya.
Al ver el regalo que les hizo Jack, Wen frunció el ceño al darse cuenta de que, de todos los regalos que les habían hecho para inaugurar el cuchitril, el suyo había sido el peor. “Tendré que solucionar eso.” Se dijo así misma urdiendo un plan.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
20/01/13, 07:42 pm
El comentario de Nasher antes de cambiarse no acabó de sentarle bien a Giz, pues el otro asreniano tampoco había hecho ningún intento por verle y, de no haber venido en persona a buscarle, a saber cuánto tiempo más hubiera pasado.
-Puedes rechazar la invitación, pero sería una pena-comentó en tono algo ausente mientras esperaba a que se arreglara-. Tú tampoco eres fácil de encontrar. Cosas de ser camaleónico, supongo-se encogió de hombros y acabó sonriendo, olvidando el mosqueo inicial..
Cuando Nasher estuvo arreglado, cambió el dibujo de su piel y Giz no pudo reprimir una expresión como de susto.
-Estás como...-intentó pensar en algún cumplido- como si Toima no dejara de mirarme incómodamente- -el diseño de las escamas le resultaba demasiado desconcertante como para que le saliera nada bien. No le gustaba ser centro de miradas, ni aún cuando solo eran un detalle improvisado en la piel de Nasher. Le hacían sentirse un poco incómodo. Pero como siempre, cerró la gola, cruzó los brazos bajo el poncho y no dijo nada.
De camino al cuchitril también fue bastante cortado. Se dedicó a sacar los típiquísimos y casi estúpidos temas de cortesía tales como el tiempo, que en Rocavarancolia apenas cambiaba, o el "qué ha sido de tu vida durante este tiempo", después de explicarle lo que había sido de la suya y sin olvidarse de mencionar sus avances con la genemagia. << Qué mal se me da esto >> se reconoció.
Ver por fin la puerta del cuchitril, le inspiró algo de confianza y alivió en cierta medida el sentimiento de deficiencia social que había ido incubando por la calle.La abrió y comprobó que habían llegado un pelín tarde. Saludó con la mano a los que había allí y luego se giró hacia Nasher.
-Somos los últimos-le informó, rascándose la nuca-. Pero bueno, coge asiento, que parece que todavía llegamos a tiempo de comer algo-le ofreció una silla en un tono más divertido que servicial y se sentó al lado. Cogió aire, estudiando el olor de las diferentes comidas y esbozó una sonrisa-. Huele genial, como a comprado con dinero- Giz al principio no entendía muy bien cómo iba el trajín con las monedas, hasta que se instalaron en el cuchitril y comenzaron a comer como pordioseros por la escasez de estas. Señaló un plato con algo que no acababa de identificar pero se le hacía delicioso al olfato y preguntó al resto-¿Se puede ya?
-Puedes rechazar la invitación, pero sería una pena-comentó en tono algo ausente mientras esperaba a que se arreglara-. Tú tampoco eres fácil de encontrar. Cosas de ser camaleónico, supongo-se encogió de hombros y acabó sonriendo, olvidando el mosqueo inicial..
Cuando Nasher estuvo arreglado, cambió el dibujo de su piel y Giz no pudo reprimir una expresión como de susto.
-Estás como...-intentó pensar en algún cumplido- como si Toima no dejara de mirarme incómodamente- -el diseño de las escamas le resultaba demasiado desconcertante como para que le saliera nada bien. No le gustaba ser centro de miradas, ni aún cuando solo eran un detalle improvisado en la piel de Nasher. Le hacían sentirse un poco incómodo. Pero como siempre, cerró la gola, cruzó los brazos bajo el poncho y no dijo nada.
De camino al cuchitril también fue bastante cortado. Se dedicó a sacar los típiquísimos y casi estúpidos temas de cortesía tales como el tiempo, que en Rocavarancolia apenas cambiaba, o el "qué ha sido de tu vida durante este tiempo", después de explicarle lo que había sido de la suya y sin olvidarse de mencionar sus avances con la genemagia. << Qué mal se me da esto >> se reconoció.
Ver por fin la puerta del cuchitril, le inspiró algo de confianza y alivió en cierta medida el sentimiento de deficiencia social que había ido incubando por la calle.La abrió y comprobó que habían llegado un pelín tarde. Saludó con la mano a los que había allí y luego se giró hacia Nasher.
-Somos los últimos-le informó, rascándose la nuca-. Pero bueno, coge asiento, que parece que todavía llegamos a tiempo de comer algo-le ofreció una silla en un tono más divertido que servicial y se sentó al lado. Cogió aire, estudiando el olor de las diferentes comidas y esbozó una sonrisa-. Huele genial, como a comprado con dinero- Giz al principio no entendía muy bien cómo iba el trajín con las monedas, hasta que se instalaron en el cuchitril y comenzaron a comer como pordioseros por la escasez de estas. Señaló un plato con algo que no acababa de identificar pero se le hacía delicioso al olfato y preguntó al resto-¿Se puede ya?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
21/01/13, 02:26 pm
¡Cuánta comida buena! Por lo que compramos y por el olor que sale de la cocina, me da que esta vaya a ser la mejor cena en meses. Incluso sobró algo de dinero que tengo guardado a buen recaudo en mi habitación. No está muy escondido, pero tampoco es que sea mucho. Me gusta tener unos ahorros detrás por si acaso, que nunca se sabe para qué los puedo necesitar… ya me compraré ropa –aunque la necesito, de eso no hay duda– y otras cosas cuando tenga más. Oh, y también aproveché para buscar una ballesta en la cicatriz y encontré una que, si bien no está en mal estado, va a necesitar un par de arreglos.
Puesto que mis habilidades en la cocina no están al nivel de los que se encuentran en ella, para ayudar a preparar la fiesta me pongo a adecentar el salón para los invitados. Ya sea reorganizando cosas, poniendo la mesa o sencillamente limpiando, yo y el resto logramos acabar antes de que llegue el primero.
Y al primero al que abre la puerta el gólem es ni más ni menos que a su creador, quien saluda efusivamente a su monstruo. A mí me ha pillado en el patio tomando el aire, pero entro a tiempo para saludar a Matt y fijarme en su gato de arena.
—¡Purr! Ven, mira que os ha traído el bueno de Matt –digo a la gata, que está dando saltitos por el jardín a la caza de alguna especie de insecto.
La pequeña gata se acerca a la voz de su dueña, quien indudablemente la estaba llamando. La mira a ella y mira adentro, buscando algo que despierte su interés. El gato de dos colores está con algo de arena. ¿Qué es? Purr se acerca a Odín y para a su lado, cerca de la extraña criatura. Se parece a ella, pero también sabe que los gatos no son de arena. Desconfiada, olfatea al ser, pero tampoco huele como un animal, sólo tierra. Maúlla pero no recibe respuesta, tan sólo un movimiento curioso de parte de la criatura, quien levanta la cola y gira la cabeza a otro lado, para mirar de nuevo a los gatos. Purr sigue observando cautelosa mientras el arenoso se acerca a ellos.
Dejando a la gata cuando se dirige curiosa al de arena, voy saludando al resto de invitados que van llegando y me uno a ellos en el salón, donde charlan con los dos cocineros. La llegada de Cain con Wen y Erika me hace mucha gracia, aunque en parte imagino cómo se debe sentir el dueño del burdel, acostumbrado a ser el anfitrión.
—Relájate, hombre. ¿Quieres un masajito mientras acaban de preparar la mesa? No se me dan nada mal, aunque tampoco tengo mucha práctica; pero si quieres llamo a Terro, segurísimo que los hace de miedo.
A continuación llegan Nia, a quien saludo sin mayor dilación, y bajan Toima y Tania. Interesante duelo de miradas entre el argos y el gólem, aunque por mantener… eh… ninguna expresión, diría que gana el arenoso. Sonrío ante el comentario de Noel y me fijo en los aperitivos que empieza a sacar. La boca se me hace agua ante las croquetas caseras, pero al momento me llama la atención el chico de arena y su reacción ante la bolsa de Doritos. Vaya, ¿tanto le gustan?
—En la tierra ya comí de estos, y están bastante buenos, pero con alguna salsa picante o de queso mejoran mucho. –Aun así agarro unos pocos de su bolsa y recuerdo un sabor ya olvidado, nostálgico–. Siempre preferí esas patatas con forma de murciélago o fantasma. Se llamaban… llamaban… creo que lo he olvidado.
Me presto como primera voluntaria a grabarme en el cofre de Jack. Grabo la runa que me marca sin dificultad, lo abro y observo su interior, fijándome sobre todo en las runas más que en la parte estética.
—No está nada mal, Jack, parece una protección bastante sólida contra lo que nos has indicado. Aunque no parece que nada impida que venga alguien con suficiente conocimiento y se grabe como dueño para robarnos todo, ¿no? –A menos que haya alguna otra protección en la que no me haya fijado–. Pero bueno, muchísimas gracias por tu regalo… aunque hoy se supone que éramos nosotros los que os regalábamos, cabezota –termino mientras le doy un rápido capón.
Cuando veo que llegan Giz y Nasher saludo a este último de forma efusiva, pues hacía bastante que no le veía y, después de todo, fuimos compañeros en la Sede.
—¿Estás a gusto en la Sede, Nasher? Espero que no te aburras ahora que nos hemos ido –aunque últimamente el resto de habitantes iban mucho a su bola–. ¿En qué andas metido desde que nos fuimos?
Puesto que mis habilidades en la cocina no están al nivel de los que se encuentran en ella, para ayudar a preparar la fiesta me pongo a adecentar el salón para los invitados. Ya sea reorganizando cosas, poniendo la mesa o sencillamente limpiando, yo y el resto logramos acabar antes de que llegue el primero.
Y al primero al que abre la puerta el gólem es ni más ni menos que a su creador, quien saluda efusivamente a su monstruo. A mí me ha pillado en el patio tomando el aire, pero entro a tiempo para saludar a Matt y fijarme en su gato de arena.
—¡Purr! Ven, mira que os ha traído el bueno de Matt –digo a la gata, que está dando saltitos por el jardín a la caza de alguna especie de insecto.
La pequeña gata se acerca a la voz de su dueña, quien indudablemente la estaba llamando. La mira a ella y mira adentro, buscando algo que despierte su interés. El gato de dos colores está con algo de arena. ¿Qué es? Purr se acerca a Odín y para a su lado, cerca de la extraña criatura. Se parece a ella, pero también sabe que los gatos no son de arena. Desconfiada, olfatea al ser, pero tampoco huele como un animal, sólo tierra. Maúlla pero no recibe respuesta, tan sólo un movimiento curioso de parte de la criatura, quien levanta la cola y gira la cabeza a otro lado, para mirar de nuevo a los gatos. Purr sigue observando cautelosa mientras el arenoso se acerca a ellos.
Dejando a la gata cuando se dirige curiosa al de arena, voy saludando al resto de invitados que van llegando y me uno a ellos en el salón, donde charlan con los dos cocineros. La llegada de Cain con Wen y Erika me hace mucha gracia, aunque en parte imagino cómo se debe sentir el dueño del burdel, acostumbrado a ser el anfitrión.
—Relájate, hombre. ¿Quieres un masajito mientras acaban de preparar la mesa? No se me dan nada mal, aunque tampoco tengo mucha práctica; pero si quieres llamo a Terro, segurísimo que los hace de miedo.
A continuación llegan Nia, a quien saludo sin mayor dilación, y bajan Toima y Tania. Interesante duelo de miradas entre el argos y el gólem, aunque por mantener… eh… ninguna expresión, diría que gana el arenoso. Sonrío ante el comentario de Noel y me fijo en los aperitivos que empieza a sacar. La boca se me hace agua ante las croquetas caseras, pero al momento me llama la atención el chico de arena y su reacción ante la bolsa de Doritos. Vaya, ¿tanto le gustan?
—En la tierra ya comí de estos, y están bastante buenos, pero con alguna salsa picante o de queso mejoran mucho. –Aun así agarro unos pocos de su bolsa y recuerdo un sabor ya olvidado, nostálgico–. Siempre preferí esas patatas con forma de murciélago o fantasma. Se llamaban… llamaban… creo que lo he olvidado.
Me presto como primera voluntaria a grabarme en el cofre de Jack. Grabo la runa que me marca sin dificultad, lo abro y observo su interior, fijándome sobre todo en las runas más que en la parte estética.
—No está nada mal, Jack, parece una protección bastante sólida contra lo que nos has indicado. Aunque no parece que nada impida que venga alguien con suficiente conocimiento y se grabe como dueño para robarnos todo, ¿no? –A menos que haya alguna otra protección en la que no me haya fijado–. Pero bueno, muchísimas gracias por tu regalo… aunque hoy se supone que éramos nosotros los que os regalábamos, cabezota –termino mientras le doy un rápido capón.
Cuando veo que llegan Giz y Nasher saludo a este último de forma efusiva, pues hacía bastante que no le veía y, después de todo, fuimos compañeros en la Sede.
—¿Estás a gusto en la Sede, Nasher? Espero que no te aburras ahora que nos hemos ido –aunque últimamente el resto de habitantes iban mucho a su bola–. ¿En qué andas metido desde que nos fuimos?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
22/01/13, 12:51 am
Cuando Gael volvió a tener un momento de tranquilidad en la cocina, salió al salón derechito después de haber escuchado los gritos emocionados de Matt. Saludó a los últimos que había entrado y observó sonriendo a su amigo arenoso. Estaba radiante como si le hubiesen hecho el favor de su vida, y solo se trataba de unos puñados de fritos industriales. Sin disimulo alguno puso la mano para que alguien le diera una migaja. No hubiera pedido, pero ya que Matt los ofrecía, ¿por qué no recordar el sabor de las chucherías de bolsa? Hacía tanto que no probaba... más que el chocolate. Con su dorito en la mano regresó a la cocina para sacar la última tandada de patatas de la sartén. De pronto le dio por pensar que debió dejar las patatas para después, pero entonces alguien tendría que pringar haciéndolas y perderse un buen rato de la cena. «Bueno, a la porra si se reblandecen, sabrán a patata frita igual».
Se llevó el dorito a la boca y lo saboreó cuanto pudo, evitando tragarlo hasta que no quedó más remedio. Mientras degustaba sirvió el pisto en una sopera y lo dejó sobre la mesa del comedor. Antes de volver, robó una pequeña montaña de los entrantes que iban quedando y se los fue tragando por el camino.
-¡Ya podemos ir empezando a comer! ¡Tomen asiento! -anunció alzando la voz, con una croqueta en la boca. Vio salir disparadas algunas migas de su boca y se escondió en la cocina avergonzado, no sabía si alguien se habría dado cuenta. Se terminó los entrantes y por último llevó el arroz dentro de la propia olla, además de cucharones para servirse.
-Hale, por fin todo listo, espero que cunda -comentó suspirando con cansancio pero conservando la sonrisa. Les había costado un mundo cocinar todo aquello, pero si al menos se disfrutaba la cena habría valido y mucho la pena. La gente se fue sirviendo el primer plato y lo que quedaba de los entrantes siguió desapareciendo. El olor a carne a la parrilla del ambiente abría el apetito que daba gusto, aunque a Gael no era el plato que más le apetecía. Seguía apreciando la carne, pero el plato que tenía delante de él era justo lo que necesitaba, y lo saboreó tan lentamente como pudo.
-¿Y qué es eso que ha traído Jack? -preguntó al ver el regalo, dándose cuenta de que había estado ausente durante la explicación.
Mientras le explicaban aquello, en otra parte de la mesa descorchaban vino, o se oían risas. Las brasas chisporroteaban en la chimenea, y hacían que Gael se volviese cada dos por tres por si prendía la carne o se tostaba de más.
Se llevó el dorito a la boca y lo saboreó cuanto pudo, evitando tragarlo hasta que no quedó más remedio. Mientras degustaba sirvió el pisto en una sopera y lo dejó sobre la mesa del comedor. Antes de volver, robó una pequeña montaña de los entrantes que iban quedando y se los fue tragando por el camino.
-¡Ya podemos ir empezando a comer! ¡Tomen asiento! -anunció alzando la voz, con una croqueta en la boca. Vio salir disparadas algunas migas de su boca y se escondió en la cocina avergonzado, no sabía si alguien se habría dado cuenta. Se terminó los entrantes y por último llevó el arroz dentro de la propia olla, además de cucharones para servirse.
-Hale, por fin todo listo, espero que cunda -comentó suspirando con cansancio pero conservando la sonrisa. Les había costado un mundo cocinar todo aquello, pero si al menos se disfrutaba la cena habría valido y mucho la pena. La gente se fue sirviendo el primer plato y lo que quedaba de los entrantes siguió desapareciendo. El olor a carne a la parrilla del ambiente abría el apetito que daba gusto, aunque a Gael no era el plato que más le apetecía. Seguía apreciando la carne, pero el plato que tenía delante de él era justo lo que necesitaba, y lo saboreó tan lentamente como pudo.
-¿Y qué es eso que ha traído Jack? -preguntó al ver el regalo, dándose cuenta de que había estado ausente durante la explicación.
Mientras le explicaban aquello, en otra parte de la mesa descorchaban vino, o se oían risas. Las brasas chisporroteaban en la chimenea, y hacían que Gael se volviese cada dos por tres por si prendía la carne o se tostaba de más.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/01/13, 12:33 am
Nia, Toima y Tania
Cuando la nublina llegó al último escalón, ella y la ulterana cruzaron miradas, solo por un instante, más seria peligroso y el albino podia enterarse. Y fue en efecto, un golpe de suerte para ellas, pues entonces Toima habia estado centrado su mirada en la bebida y no se dio cuenta del breve intercambio, pero sin embargo, aquello habia sido la señal que ambas esperaban para llevar a cabo algo que habian tramado desde hace tiempo.
Matt se acercó positivamente feliz hacia Nia y le reprochó no haber estado en la cena en Serpentaria. A decir verdad, apenas se pasaba por la torre ya. Tras eso, alabó los complementos de Nia, cosa que le hicieron soltar una pequeña risilla por lo bajo antes de responderle.
-Si... Ando un poco ocupada últimamente...-
Se fijó como el ulterano se lanzaba miradas de desconfianza hacia el golem que permanecia impasible. Eso y el comentario de Noel hicieron que soltara una breve carcajada. No se dio cuenta cuando el mismo draco se acercó a ella, diciendo que tenia algo para ella. Una mezcla de curiosidad y sorpresa cruzaron su rostro al oir esas palabras. El chico extrajo una bolsa de tela en la cual podia verse como las puntas de sus plumas negras sobre salian, afiladas como eran, no podian guardarse así como asi. La niña tomó la bolsita con ambas manos y se quedó mirando a Noel durante unos instantes, con los ojos como platos.
-Si... Sabia que tenian algún uso alquímico... Pero de ahi a pedirtelas era algo muy...muy...-dijo, pensando en la palabra adecuada. Personal. Negó con la cabeza y le sonrio.-Gracias Noel.-dijo guardandolas con sumo cuidado en su morrón.
A continuación, Noel le dio otra cosa a Matt. Se trataba de unas bolsas de aspecto industrial color naranja. La reacción del chico fue igual a la de un niño pequeño en el día más feliz de su vida.
Fue trotando de uno en uno ofreciendo el contenido de aquella bolsa. Los ulteranos estiraron el cuello, olfateando con la nariz, casi al unisono, muertos de curiosidad por saber que era aquella cosa que tan buena debia ser para montar tanto follón por ella. Tania, quien se moriria de verguenza al mostrar tantos signos de curiosidad, se limitó a esconderse del revuelo, aun a pesar de que este mismo, le encontró detrás del gigante albino. Se tomó la oferta del chico más por respeto que por otra cosa, pero fue algo que no lamentó en absoluto. El triangulo naranjado sabia a una especie de queso y sin duda daba ganas de seguir comiendo más y más de eso, pero por su caracter avergonzado, la nublina se lo agradecio, diciendo que estaba bueno.
Fue entonces cuando el ulterano hizo un movimiento, con el pecho hinchado y la mirada esceptica. Si era algo de la tierra tampoco debia ser tan gran cosa, los terricolas no podian ni comer carne ni pescado fresco sin caer enfermos. Busco su camino a la bolsa y sostuvo el triangulo anaranjado en en la palma de su gigantesca mano. Miró a todos los presentes, ligeramente desconfiado y se lo metio en la boca. Una, dos veces lo masticó antes de tragar. Tras rumiar el sabor un rato abrio la boca para hablar.
-Se pega a la lengua.-fueron sus palabras, pero su tono de voz le dijo que no le habia disgustado en absoluto.
Movida tambien por la curiosidad, la niña rubia encontró su camino a otra bolsa. Extrajo un dorito y lo miró con un ojo cerrado, la lengua asomandose entre sus labios. Lo estaba examinando. Lo analizo por el color, sabor y textura. No se parecia a nada que conocia. Ni tampoco olia como tal. Podia suponer que estaba hecho con trigo, pues los terricolas componian mucha comida parecida de ello pero habia algo en su sabor que le hacia fruncir el ceño. Para no sobetearlo más y pasar a saborearlo, se lo metio en la boca. Su mirada fue cambiando a medida de que fue paladeando el sabor. Primero curiosidad, después sorpresa y finalmente empatia, pues el queso y la sequedad del dorito habian hecho que se adhiera al paladar. Tuvo que recurir a un vaso de agua para bajarlo. Aun estaba balanceando si la experiencia le habia gustado o no cuando con una amplia sonrisa soltó una simple palabra.
-Curioso.-
Tania habia probado cada uno de los entrantes que Gael habia traido a la mesa y en general se habia quedado sorprendida como algunos le recordaban a un plato que ya antes habia probado. Sin embargo, los dos ulteranos estaban en comité y compartian entre ellos los gustos y opiniones sobre la comida. Mientras que Toima era más fan de las croquetas mientras que a Nia los panecillos le habian encantado. Estaban tan inmersos en aquella conversación que Toima casi se lanza a por las brochetas de fruta, doblemente venenosas para él. Tania suspiró ante la poca cabeza del ulterano quien no dudó en exponer en voz alta su desconforme al respecto a ese plato.
-Nunca entenderé el estómago de los humanos...-
Jack entonces sacó una cesta y mientras, Nia y Toima seguian conspirando en una voz casi inaudible. Tania jugueteaba con sus dedos, distraida, mientras prestaba atención al vampiro. Aquello que básicamente les estaba obsequiando se trataba de una caja fuerte, protegida con una fuerte y peligrosa magia. A Tania la idea de que alguien intentara robar de ella hizo que un escalofrio recorriera su columna. En aquel momento, el cangrejo ermitaño habia bajado de la cabeza de Nia, deslizandose por sus mechones de pelo, hacia la mesa donde cogio unas migajas de las croquetas que en sus pequeñas tenazas se veian como enormes bolas de pan frito y entonces se perdió entre las mangas del kimono de la niña. El ulterano escuchó el resumen de la nublina sobre la caja y entonces fruncio el ceño, hablo hacia Jack.
-¿Entonces significa que yo no tendré acceso a esa caja? ¿O puede otra persona poner mi marca o lo que sea en ella?-dijo, como si aquello de la magia no le afectara en absoluto.
Tras escuchar su respuesta, la mirada de Toima se centró en dos cosas: La carne en la cocina y en la bebida en la mesa. Ya que nadie la habia empezado todavia, no se habia tomado un trago y tambien intentaba contenerse. Siempre que bebia se le iba la cabeza demasiado. Para hoy se habia prometido tomar dos vasos y nada más. El ulterano era bien consciente que se estaba mintiendo a si mismo.
En aquel momento llegaron Giz y Nasher que tomaron asiento con los demás. Viendo el increible despliegue de cocina más lo que podia oler desde ahi, le entraron unas ganas repentinas de mostrarles tambien cocina de ulterania, pero Nia era completamente inutil para la cocina y Toima solo sabia asar carne aunque la preferia cruda. Nia suspiró, si queria sorprenderles a todos con cocina tipica de su pueblo, deberia empezar cuanto antes a practicar. El ulterano se habia apuntado tambien a aquella idea y habian pactado empezar mientras cuchicheaban el uno con el otro. Brindaban una gran sonrisa ambos mientras seguian comiendo, charlando y riendo.
-¡Nombres! ¡Necesito nombres y recetas de todas estas cosas que estais sacando!-exclamó Nia.
Toima ya iba por su septimo vaso.
Cuando la nublina llegó al último escalón, ella y la ulterana cruzaron miradas, solo por un instante, más seria peligroso y el albino podia enterarse. Y fue en efecto, un golpe de suerte para ellas, pues entonces Toima habia estado centrado su mirada en la bebida y no se dio cuenta del breve intercambio, pero sin embargo, aquello habia sido la señal que ambas esperaban para llevar a cabo algo que habian tramado desde hace tiempo.
Matt se acercó positivamente feliz hacia Nia y le reprochó no haber estado en la cena en Serpentaria. A decir verdad, apenas se pasaba por la torre ya. Tras eso, alabó los complementos de Nia, cosa que le hicieron soltar una pequeña risilla por lo bajo antes de responderle.
-Si... Ando un poco ocupada últimamente...-
Se fijó como el ulterano se lanzaba miradas de desconfianza hacia el golem que permanecia impasible. Eso y el comentario de Noel hicieron que soltara una breve carcajada. No se dio cuenta cuando el mismo draco se acercó a ella, diciendo que tenia algo para ella. Una mezcla de curiosidad y sorpresa cruzaron su rostro al oir esas palabras. El chico extrajo una bolsa de tela en la cual podia verse como las puntas de sus plumas negras sobre salian, afiladas como eran, no podian guardarse así como asi. La niña tomó la bolsita con ambas manos y se quedó mirando a Noel durante unos instantes, con los ojos como platos.
-Si... Sabia que tenian algún uso alquímico... Pero de ahi a pedirtelas era algo muy...muy...-dijo, pensando en la palabra adecuada. Personal. Negó con la cabeza y le sonrio.-Gracias Noel.-dijo guardandolas con sumo cuidado en su morrón.
A continuación, Noel le dio otra cosa a Matt. Se trataba de unas bolsas de aspecto industrial color naranja. La reacción del chico fue igual a la de un niño pequeño en el día más feliz de su vida.
Fue trotando de uno en uno ofreciendo el contenido de aquella bolsa. Los ulteranos estiraron el cuello, olfateando con la nariz, casi al unisono, muertos de curiosidad por saber que era aquella cosa que tan buena debia ser para montar tanto follón por ella. Tania, quien se moriria de verguenza al mostrar tantos signos de curiosidad, se limitó a esconderse del revuelo, aun a pesar de que este mismo, le encontró detrás del gigante albino. Se tomó la oferta del chico más por respeto que por otra cosa, pero fue algo que no lamentó en absoluto. El triangulo naranjado sabia a una especie de queso y sin duda daba ganas de seguir comiendo más y más de eso, pero por su caracter avergonzado, la nublina se lo agradecio, diciendo que estaba bueno.
Fue entonces cuando el ulterano hizo un movimiento, con el pecho hinchado y la mirada esceptica. Si era algo de la tierra tampoco debia ser tan gran cosa, los terricolas no podian ni comer carne ni pescado fresco sin caer enfermos. Busco su camino a la bolsa y sostuvo el triangulo anaranjado en en la palma de su gigantesca mano. Miró a todos los presentes, ligeramente desconfiado y se lo metio en la boca. Una, dos veces lo masticó antes de tragar. Tras rumiar el sabor un rato abrio la boca para hablar.
-Se pega a la lengua.-fueron sus palabras, pero su tono de voz le dijo que no le habia disgustado en absoluto.
Movida tambien por la curiosidad, la niña rubia encontró su camino a otra bolsa. Extrajo un dorito y lo miró con un ojo cerrado, la lengua asomandose entre sus labios. Lo estaba examinando. Lo analizo por el color, sabor y textura. No se parecia a nada que conocia. Ni tampoco olia como tal. Podia suponer que estaba hecho con trigo, pues los terricolas componian mucha comida parecida de ello pero habia algo en su sabor que le hacia fruncir el ceño. Para no sobetearlo más y pasar a saborearlo, se lo metio en la boca. Su mirada fue cambiando a medida de que fue paladeando el sabor. Primero curiosidad, después sorpresa y finalmente empatia, pues el queso y la sequedad del dorito habian hecho que se adhiera al paladar. Tuvo que recurir a un vaso de agua para bajarlo. Aun estaba balanceando si la experiencia le habia gustado o no cuando con una amplia sonrisa soltó una simple palabra.
-Curioso.-
Tania habia probado cada uno de los entrantes que Gael habia traido a la mesa y en general se habia quedado sorprendida como algunos le recordaban a un plato que ya antes habia probado. Sin embargo, los dos ulteranos estaban en comité y compartian entre ellos los gustos y opiniones sobre la comida. Mientras que Toima era más fan de las croquetas mientras que a Nia los panecillos le habian encantado. Estaban tan inmersos en aquella conversación que Toima casi se lanza a por las brochetas de fruta, doblemente venenosas para él. Tania suspiró ante la poca cabeza del ulterano quien no dudó en exponer en voz alta su desconforme al respecto a ese plato.
-Nunca entenderé el estómago de los humanos...-
Jack entonces sacó una cesta y mientras, Nia y Toima seguian conspirando en una voz casi inaudible. Tania jugueteaba con sus dedos, distraida, mientras prestaba atención al vampiro. Aquello que básicamente les estaba obsequiando se trataba de una caja fuerte, protegida con una fuerte y peligrosa magia. A Tania la idea de que alguien intentara robar de ella hizo que un escalofrio recorriera su columna. En aquel momento, el cangrejo ermitaño habia bajado de la cabeza de Nia, deslizandose por sus mechones de pelo, hacia la mesa donde cogio unas migajas de las croquetas que en sus pequeñas tenazas se veian como enormes bolas de pan frito y entonces se perdió entre las mangas del kimono de la niña. El ulterano escuchó el resumen de la nublina sobre la caja y entonces fruncio el ceño, hablo hacia Jack.
-¿Entonces significa que yo no tendré acceso a esa caja? ¿O puede otra persona poner mi marca o lo que sea en ella?-dijo, como si aquello de la magia no le afectara en absoluto.
Tras escuchar su respuesta, la mirada de Toima se centró en dos cosas: La carne en la cocina y en la bebida en la mesa. Ya que nadie la habia empezado todavia, no se habia tomado un trago y tambien intentaba contenerse. Siempre que bebia se le iba la cabeza demasiado. Para hoy se habia prometido tomar dos vasos y nada más. El ulterano era bien consciente que se estaba mintiendo a si mismo.
En aquel momento llegaron Giz y Nasher que tomaron asiento con los demás. Viendo el increible despliegue de cocina más lo que podia oler desde ahi, le entraron unas ganas repentinas de mostrarles tambien cocina de ulterania, pero Nia era completamente inutil para la cocina y Toima solo sabia asar carne aunque la preferia cruda. Nia suspiró, si queria sorprenderles a todos con cocina tipica de su pueblo, deberia empezar cuanto antes a practicar. El ulterano se habia apuntado tambien a aquella idea y habian pactado empezar mientras cuchicheaban el uno con el otro. Brindaban una gran sonrisa ambos mientras seguian comiendo, charlando y riendo.
-¡Nombres! ¡Necesito nombres y recetas de todas estas cosas que estais sacando!-exclamó Nia.
Toima ya iba por su septimo vaso.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/01/13, 04:05 am
Noel suponía que el brujo de la arena se alegraría pero no esperaba una reacción tan efusiva por parte de su amigo. Recibió el abrazo y los zarandeos de Matt primero echando la cabeza hacia atrás y luego estallando en carcajadas.
-De nada, hombre, pero ya vale, ¿no? -dijo poniendo una mano en uno de los hombros de Matt mientras se reía.
La explosión del alegría del brujo no terminó ahí y Matt no paraba de repetir lo agradecido y contento que estaba. Aceptó uno de los Doritos que ofrecía aunque no le gustaban especialmente, pero hacía tanto que no comía algún producto de la Tierra como ese y al chico se le veía tan ilusionado que no se planteó negarse.
-Ahora que ya tenemos al niño entretenido ya podemos emborracharnos tranquilamente los demás -bromeó mientras volvía a acercarse a la chimenea para seguir vigilando la carne.
Mientras comían algunos aperitivos, Jack explicó al fin por qué necesitaba "voluntarios". Noel se alejó de la chimenea un momento para acercarse a curiosear al mismo tiempo que Adara. Sonrió cuando esta le dio una colleja al vampiro.
-Dale otra de mi parte.
Decidió no añadir ningún comentario más al respecto y simplemente atendió a la explicación del funcionamiento de la caja. Observó durante unos instantes los detalles que estaban dibujados, muy similares a los de la mesa que había hecho Vac. Después de que Adara grabase la runa con su sangre, Noel utilizó las plumas de su brazo derecho para hacerse un pequeño corte en el izquierdo y grabar otra de las runas. Toima también se había acercado e hizo una pregunta.
-No es necesario tener magia, tú tan sólo pon tu sangre en una de estas runas -le indicó el draco de forma escueta al ulterano, a sabiendas de que la magia era un tema que escapaba bastante de la comprensión y el interés del argos.
Poco después llegaron Giz y Nasher. Noel los saludó desde su sitio al lado de la chimenea y les indicó que podían ir sentándose todos. Hacía bastante tiempo que no veía a Nasher y no sabía si la quimera todavía estaría resentido con ellos por lo que habían hecho. Este pensamiento le hizo recordar aquel día, con las palabras del abismo al respecto resonando en su cabeza. Le ocurría con más frecuencia de lo que le gustaría, aunque normalmente conseguía apartarlo de su mente poco después. Durante unos instantes la casi omnipresente sonrisa del draco se desvaneció y su expresión se tornó seria y distante. Se quedó mirando fijamente el churrasco, tratando de evitar cualquier mirada hasta que consiguió recomponer una expresión más acorde con el ambiente que se respiraba en el cuchitril. A pesar de ello, a partir de ese momento si alguien se fijaba lo suficiente podría notar como de vez an cuando el draco parecía tener la cabeza en otra parte, pero puso todo su empeño en evitar que se le notase. <<No hay quien te entienda, Noel. Ahora que puedes escuchar sus risas, te empeñas en acordarte de eso en medio de una fiesta>>, suspiró mentalmente.
Mientras tanto Odin había aparecido junto a Purr, ambos todavía seguían jugando con el gato de arena. Aunque en este caso, "jugando" bien podía ser un eufemismo de "destrozando".
-Se nota que son de la misma camada esos dos, cuanta agresividad acumulada -se rió observándolos.
Odin dio una especie de voltereta sobre lo que quedaba del gato de arena y fue entonces cuando pareció darse cuenta de que había gente desconocida en la sala. Se acercó a husmear a Cain y Erika, pidiéndoles mimos y frotándose contra sus piernas, y por último pasó a observar fijamente a Nasher durante un rato, como esperando que le diera algún espectáculo de color. Cuando se aburrió de los invitados volvió a desaparecer por alguna esquina con la gata y su nuevo "amigo".
Cuando Gael anunció que ya podían comer, ayudó al fuego fatuo a llevar la comida a la mesa y pronto todos se encontraron con comida en sus platos. Excepto Jack.
-¿No te sirves un poco de la sangre que hemos comprado especialmente para ti? -dijo al poco de comenzar a comer y señalando la botella con la etiqueta de "sangre de Sinhdro".
A lo largo de la cena tuvo que levantarse para quitar la carne de la brasa, y más tarde servirla junto a las patatas fritas una vez hubieron terminado con el primer plato, del cual el draco se sirvió dos veces al contrario que del churrasco.
-Comed toda la carne que queráis, nosotros ya vamos bien servidos -dijo en algún momento de la cena-. Menos mal que ya hemos podido comprar una buena cantidad de verduras, nuesta dieta empezaba a ser peligrosamente comparable a la de los nobles de la Edad Media -bromeó-. Lo próximo de lo que deberíamos ocuparnos es del huerto...
Ante la pregunta de Nia, Noel asintió en su dirección y se ofreció para escribírselas en otro momento, alegando que no le vendría mal para practicar su letra.
Cuando el vino que habían servido ellos se terminó, bastante pronto debido a que eran muchos y a que Toima no tenía medida, descorchó una de las botellas que había traído Jack y comenzó a servirla en un vaso. Al principio no se dio cuenta, pero cuando posó su mirada sobre el vaso frunció el ceño al ver el extraño color de aquel "vino". Acercó disimuladamente la nariz al líquido para confirmarlo. Olía a hierro. Se levantó con el vaso en la mano y se acercó al vampiro con expresión jocosa, derramando el contenido en el plato vacío que había frente a este.
-Creo que esto te pertenece -dijo y luego hizo una pausa antes de continuar-. Jack, por favor, los trolleos para daltónicos y anósmicos no funcionan con los que no lo son -se echó a reír antes de volver a su sitio.
Una vez aclarado que la otra botella sí contenía vino de verdad, la abrieron para beberla. El vino no era precisamente lo que más le gustaba al sueco de todo lo que había probado y bebió sólo un poco de cada.
Una vez terminaron con la cena, Gael y él llevaron el postre a la mesa. La tarta de chocolate no duró demasiado y a Noel le supo a gloria, no porque les hubiera salido excepcionalmente bien sino porque poder comer chocolate ahora le parecía algo casi milagroso. Aún a pesar de que su estado de ánimo se había visto algo mermado, estaba siendo una noche realmente agradable y divertida en compañía de sus mejores amigos y además sin dolores molestos en los oídos.
Cuando hubieron finalizado por completo la cena, retiraron los platos de la mesa y sacaron el resto de alcohol que habían comprado. Un par de botellas de vodka y el barril de cerveza.
-Servíos -dijo el draco haciendo un gesto hacia el barril.
-De nada, hombre, pero ya vale, ¿no? -dijo poniendo una mano en uno de los hombros de Matt mientras se reía.
La explosión del alegría del brujo no terminó ahí y Matt no paraba de repetir lo agradecido y contento que estaba. Aceptó uno de los Doritos que ofrecía aunque no le gustaban especialmente, pero hacía tanto que no comía algún producto de la Tierra como ese y al chico se le veía tan ilusionado que no se planteó negarse.
-Ahora que ya tenemos al niño entretenido ya podemos emborracharnos tranquilamente los demás -bromeó mientras volvía a acercarse a la chimenea para seguir vigilando la carne.
Mientras comían algunos aperitivos, Jack explicó al fin por qué necesitaba "voluntarios". Noel se alejó de la chimenea un momento para acercarse a curiosear al mismo tiempo que Adara. Sonrió cuando esta le dio una colleja al vampiro.
-Dale otra de mi parte.
Decidió no añadir ningún comentario más al respecto y simplemente atendió a la explicación del funcionamiento de la caja. Observó durante unos instantes los detalles que estaban dibujados, muy similares a los de la mesa que había hecho Vac. Después de que Adara grabase la runa con su sangre, Noel utilizó las plumas de su brazo derecho para hacerse un pequeño corte en el izquierdo y grabar otra de las runas. Toima también se había acercado e hizo una pregunta.
-No es necesario tener magia, tú tan sólo pon tu sangre en una de estas runas -le indicó el draco de forma escueta al ulterano, a sabiendas de que la magia era un tema que escapaba bastante de la comprensión y el interés del argos.
Poco después llegaron Giz y Nasher. Noel los saludó desde su sitio al lado de la chimenea y les indicó que podían ir sentándose todos. Hacía bastante tiempo que no veía a Nasher y no sabía si la quimera todavía estaría resentido con ellos por lo que habían hecho. Este pensamiento le hizo recordar aquel día, con las palabras del abismo al respecto resonando en su cabeza. Le ocurría con más frecuencia de lo que le gustaría, aunque normalmente conseguía apartarlo de su mente poco después. Durante unos instantes la casi omnipresente sonrisa del draco se desvaneció y su expresión se tornó seria y distante. Se quedó mirando fijamente el churrasco, tratando de evitar cualquier mirada hasta que consiguió recomponer una expresión más acorde con el ambiente que se respiraba en el cuchitril. A pesar de ello, a partir de ese momento si alguien se fijaba lo suficiente podría notar como de vez an cuando el draco parecía tener la cabeza en otra parte, pero puso todo su empeño en evitar que se le notase. <<No hay quien te entienda, Noel. Ahora que puedes escuchar sus risas, te empeñas en acordarte de eso en medio de una fiesta>>, suspiró mentalmente.
Mientras tanto Odin había aparecido junto a Purr, ambos todavía seguían jugando con el gato de arena. Aunque en este caso, "jugando" bien podía ser un eufemismo de "destrozando".
-Se nota que son de la misma camada esos dos, cuanta agresividad acumulada -se rió observándolos.
Odin dio una especie de voltereta sobre lo que quedaba del gato de arena y fue entonces cuando pareció darse cuenta de que había gente desconocida en la sala. Se acercó a husmear a Cain y Erika, pidiéndoles mimos y frotándose contra sus piernas, y por último pasó a observar fijamente a Nasher durante un rato, como esperando que le diera algún espectáculo de color. Cuando se aburrió de los invitados volvió a desaparecer por alguna esquina con la gata y su nuevo "amigo".
Cuando Gael anunció que ya podían comer, ayudó al fuego fatuo a llevar la comida a la mesa y pronto todos se encontraron con comida en sus platos. Excepto Jack.
-¿No te sirves un poco de la sangre que hemos comprado especialmente para ti? -dijo al poco de comenzar a comer y señalando la botella con la etiqueta de "sangre de Sinhdro".
A lo largo de la cena tuvo que levantarse para quitar la carne de la brasa, y más tarde servirla junto a las patatas fritas una vez hubieron terminado con el primer plato, del cual el draco se sirvió dos veces al contrario que del churrasco.
-Comed toda la carne que queráis, nosotros ya vamos bien servidos -dijo en algún momento de la cena-. Menos mal que ya hemos podido comprar una buena cantidad de verduras, nuesta dieta empezaba a ser peligrosamente comparable a la de los nobles de la Edad Media -bromeó-. Lo próximo de lo que deberíamos ocuparnos es del huerto...
Ante la pregunta de Nia, Noel asintió en su dirección y se ofreció para escribírselas en otro momento, alegando que no le vendría mal para practicar su letra.
Cuando el vino que habían servido ellos se terminó, bastante pronto debido a que eran muchos y a que Toima no tenía medida, descorchó una de las botellas que había traído Jack y comenzó a servirla en un vaso. Al principio no se dio cuenta, pero cuando posó su mirada sobre el vaso frunció el ceño al ver el extraño color de aquel "vino". Acercó disimuladamente la nariz al líquido para confirmarlo. Olía a hierro. Se levantó con el vaso en la mano y se acercó al vampiro con expresión jocosa, derramando el contenido en el plato vacío que había frente a este.
-Creo que esto te pertenece -dijo y luego hizo una pausa antes de continuar-. Jack, por favor, los trolleos para daltónicos y anósmicos no funcionan con los que no lo son -se echó a reír antes de volver a su sitio.
Una vez aclarado que la otra botella sí contenía vino de verdad, la abrieron para beberla. El vino no era precisamente lo que más le gustaba al sueco de todo lo que había probado y bebió sólo un poco de cada.
Una vez terminaron con la cena, Gael y él llevaron el postre a la mesa. La tarta de chocolate no duró demasiado y a Noel le supo a gloria, no porque les hubiera salido excepcionalmente bien sino porque poder comer chocolate ahora le parecía algo casi milagroso. Aún a pesar de que su estado de ánimo se había visto algo mermado, estaba siendo una noche realmente agradable y divertida en compañía de sus mejores amigos y además sin dolores molestos en los oídos.
Cuando hubieron finalizado por completo la cena, retiraron los platos de la mesa y sacaron el resto de alcohol que habían comprado. Un par de botellas de vodka y el barril de cerveza.
-Servíos -dijo el draco haciendo un gesto hacia el barril.
- InvitadoInvitado
Re: El Cuchitril (Archivo I)
23/01/13, 11:28 am
Nasher se pasó todo el camino sin decir palabra, y haciendo el esfuerzo de no echarse a reir descontroladamente ante los intentos de Giz de mantener una conversación. La ineptitud social de su congénere siempre le había parecido adorable y siempre se le podía sacar partido para divertirse un rato. Llegaron y un gigante de arena les abrió la puerta. Gi le explicó que era un regalo de Matt. Y allí estaban todos, incluso algunos de los habitantes del burdel. Nasher se sintió algo fuera de lugar al principio, y desilusionado porque el ulterano no se hubiese dado cuenta de su plagio, en el que había puesto tanto trabajo y empeño, pero una vez se sentó a la mesa toda la inseguridad en incluso los rencores se disiparon. Echaba de menos la compañía.
-Pues... desde que os fuisteis la Sede está muerta, casi no hablo con nadie, salvo con el tipo tigre este que se pasa de vez en cuando y entrena conmigo. Es majo. Los demás no me dicen ni buenos días, los pocos que veo claro- le explicó a Adara- Y lo que he estado haciendo... Me presenté a las pruebas del servicio de espionaje e infiltración de Rocavarancolia, cuando se enteraron de mi transformación me mandaron una invitación a un curso,, y ahora estoy con el papeleo. Es solo como informador, ni siquiera tengo que matar a nadie ni ninguna cosa chunga, así que está bien, supongo. Mi primera misión será en FONERA, tengo mucha curiosidad.
El mundo de FONERA era tan opuesto al suyo que la curiosidad y la emoción le había carcomido durante días. Lo mejor es que tenían allí una raza parecida a la suya y tendría que hacerse pasar por mujer, y eso le parecía muy divertido.
Comió y charló con todo el mundo manteniendo a Giz cerca para ponerlo nervioso. La comida le encantó, toda ella, especialmente el pisto y el churrasco, y las brochetas de fruta, de las que pidió que le reservasen un par sin chocolate. Matt parecía muy emocionado por una especie de aperitivo que le habían regalado, y como estaba ofreciendo a todo el mundo Nasher aceptó sin mirar muy bien lo que era. Dio un mordisco y su cara se contrajo. Queso. Masticó muy despacio y tragó ese pequeño trozo, apartando disimuladamente lo que quedaba de dorito para no hacerle el feo, pero el queso le seguía sentando como una patada en el estómago. El chocolate no le hacía tampoco especial ilusión, salvo el negro, muy fuerte y amargo, pero comió tarta igualmente cuando la trajeron, ya que se habían esforzado tano en prepararla, y lo cierto es que estaba muy buena, aunque le empalagara. Bebió cerveza, que le encantaba, y jugó con uno de los gatitos que se le acercó atraido por las luces de su piel. Estaba en su salsa, había sido un idiota guardándoles rencor durante tanto tiempo, se había aburrido como una ostra en la Sede sin nadie con quien hablar, y en un arranque de felicidad, tal vez animado por el alcohol, le dio un abrazo y un beso a Giz.
-Os he echado de menos, a ti en especial- le dijo, aun manteniéndose cerca de su cara.
-Pues... desde que os fuisteis la Sede está muerta, casi no hablo con nadie, salvo con el tipo tigre este que se pasa de vez en cuando y entrena conmigo. Es majo. Los demás no me dicen ni buenos días, los pocos que veo claro- le explicó a Adara- Y lo que he estado haciendo... Me presenté a las pruebas del servicio de espionaje e infiltración de Rocavarancolia, cuando se enteraron de mi transformación me mandaron una invitación a un curso,, y ahora estoy con el papeleo. Es solo como informador, ni siquiera tengo que matar a nadie ni ninguna cosa chunga, así que está bien, supongo. Mi primera misión será en FONERA, tengo mucha curiosidad.
El mundo de FONERA era tan opuesto al suyo que la curiosidad y la emoción le había carcomido durante días. Lo mejor es que tenían allí una raza parecida a la suya y tendría que hacerse pasar por mujer, y eso le parecía muy divertido.
Comió y charló con todo el mundo manteniendo a Giz cerca para ponerlo nervioso. La comida le encantó, toda ella, especialmente el pisto y el churrasco, y las brochetas de fruta, de las que pidió que le reservasen un par sin chocolate. Matt parecía muy emocionado por una especie de aperitivo que le habían regalado, y como estaba ofreciendo a todo el mundo Nasher aceptó sin mirar muy bien lo que era. Dio un mordisco y su cara se contrajo. Queso. Masticó muy despacio y tragó ese pequeño trozo, apartando disimuladamente lo que quedaba de dorito para no hacerle el feo, pero el queso le seguía sentando como una patada en el estómago. El chocolate no le hacía tampoco especial ilusión, salvo el negro, muy fuerte y amargo, pero comió tarta igualmente cuando la trajeron, ya que se habían esforzado tano en prepararla, y lo cierto es que estaba muy buena, aunque le empalagara. Bebió cerveza, que le encantaba, y jugó con uno de los gatitos que se le acercó atraido por las luces de su piel. Estaba en su salsa, había sido un idiota guardándoles rencor durante tanto tiempo, se había aburrido como una ostra en la Sede sin nadie con quien hablar, y en un arranque de felicidad, tal vez animado por el alcohol, le dio un abrazo y un beso a Giz.
-Os he echado de menos, a ti en especial- le dijo, aun manteniéndose cerca de su cara.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/01/13, 02:19 am
Giz probó prácticamente todo lo que se fue sirviendo. No era de comer mucho, pero en ese momento su estómago parecía una bolsa sin fondo. Eso y que tenía el firme presentimiento de que cuanto más tiempo anduviera con la boca llena, menos probabilidades tendría de cagar la cena de algún modo. Además se había propuesto no beber nada de alcohol, por su bien y por el de todos sus amigos. No sabía por qué, pero tenía cierta tendencia a hacer levitar cosas (más o menos vivas) y recordaba ligeramente avergonzado el último episodio, con Toima por las escaleras. << Será mejor así >>.
Después de un par de Doritos, un buen filete de procedencia desconocida, varias croquetas, un puñado de panecillos y tres o cuatro brochetas de fruta golosamente cubiertas de chocolate; Giz se dio cuenta de lo cerca que tenía a Nasher. Y fue lo suficientemente tarde como para no ver venir el abrazo del asreniano. Mucho menos el beso.
La gola se abrió y se cerró sola en una contracción muscular involuntaria y Giz agradeció a sus genes el hecho de ser de sangre fría o ahora tendría la cara colorada como un tomate.
-Yo... Yo también a ti-contestó cortado. En un principio se había quedado clavado en el sitio, como si hubieran imantado mágicamente la silla o estuviera afectado por una barrera de inercia. Unos segundos más tarde, consiguió reunir los impulsos nerviosos necesarios para articular movimiento y le devolvió el abrazo, el cual prolongó inconscientemente hasta que se volvió algo incómodo.
Lo primero que hizo al separarse fue mirar de soslayo a la mesa. Cogió el primer vaso que pilló, sin preocuparse de si su dueño lo echaría en falta; lo llenó de la primera botella con alcohol que se le cruzó en el campo visual y se bebió el vaso de un trago. << Será mejor así >>.
Seguidamente, se giró y le devolvió el beso a Nasher, puede que desviándose un pelín de la mejilla, puede que plantándolo entre esta y la comisura de los labios del asreniano. Retiró la cara y se quedó sonriendo tontamente mientras se rascaba la nuca. << Abismo, trágame >>.
Después de un par de Doritos, un buen filete de procedencia desconocida, varias croquetas, un puñado de panecillos y tres o cuatro brochetas de fruta golosamente cubiertas de chocolate; Giz se dio cuenta de lo cerca que tenía a Nasher. Y fue lo suficientemente tarde como para no ver venir el abrazo del asreniano. Mucho menos el beso.
La gola se abrió y se cerró sola en una contracción muscular involuntaria y Giz agradeció a sus genes el hecho de ser de sangre fría o ahora tendría la cara colorada como un tomate.
-Yo... Yo también a ti-contestó cortado. En un principio se había quedado clavado en el sitio, como si hubieran imantado mágicamente la silla o estuviera afectado por una barrera de inercia. Unos segundos más tarde, consiguió reunir los impulsos nerviosos necesarios para articular movimiento y le devolvió el abrazo, el cual prolongó inconscientemente hasta que se volvió algo incómodo.
Lo primero que hizo al separarse fue mirar de soslayo a la mesa. Cogió el primer vaso que pilló, sin preocuparse de si su dueño lo echaría en falta; lo llenó de la primera botella con alcohol que se le cruzó en el campo visual y se bebió el vaso de un trago. << Será mejor así >>.
Seguidamente, se giró y le devolvió el beso a Nasher, puede que desviándose un pelín de la mejilla, puede que plantándolo entre esta y la comisura de los labios del asreniano. Retiró la cara y se quedó sonriendo tontamente mientras se rascaba la nuca. << Abismo, trágame >>.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/01/13, 03:40 am
-¿Habrá algo de sangre debajo de tanta arena?-dije riendo a Wen cuando presentó a Erika.
Un pelín más tarde, Adara probó el cofre y funcionó, demostrado nuevamente por Noel.
<<El regalo les ha gustado! Genial>> Aunque me lleve una colleja que solo consigue que me ría más
-Sólo hay un número fijo de veces para grabar la runa, así que solo podéis grabarlo vosotros.-añado al final. Pero es Noel quien responde a Toima y solo sonrío asintiendo.-Así es.
Después Noel le dio algo a Matt y... Resultó ser una bolsa de patatas fritas. <<¿En serio? ¡Jaja!>> El agradecimiento del brujo fue... Inesperado, en la forma. <<Pues sí que le gustan esas patatas, diantre, jaja>> Luego la cena siguió su curso. Habían cocinado para un pelotón y todo olía deliciosamente bien. También habían comprado chocolate, lo cual avivó la idea de la bodega. Y hablando de vinos, el draco descorchó y calentó una de las botellas que traje mientras disimulaba mi risa en mi copa. Virtió el "vino" y lo olisqueó, mirándome luego. Mientras hablaba, solo pude responderle con un par de risas.
-Qué cabeza la mía... Mira que confundirme...-finjo riendo. Y sin mucho disimulo, rebaño el plato, inundado de la sangre que derramó, a lametazos, en apenas un segundo o dos, para después hacerme con la botella y silbar, disimulando, algo alegre.
Todos empezaron a devorar el postre y después se abrió la veda del alcohol.
¡A ver esa sangre de Sinhdro!-exclamo entonces, alargando la mano a la botella y sustituyéndola por la anterior. Tras descorcharla, la fragancia y el color delatan la broma.-Idris. ¡Gracias! Cuidado con Toima que ya empieza a oler a alcohol.-aviso riendo pero omito a Giz por la situación en que se encuentra <<Ay, ¡qué monos!>>
Más tarde podrán verme pensando en voz alta, haciendo equilibrios con la silla...
-Sangre con aroma de vodka... ¿será posible? O aroma de chocolate...-empiezo a pensar y a decir nombres luego.-¡Licorería El Vampiro! Cutre... ¡Sangricultura Jack! ¿Qué nombre rocavarancolés es "Jack"? Rayos. Grm... Algo rápido... Jaqhal? Suena a chacal terrícola... [bla, bla, bla]
Un pelín más tarde, Adara probó el cofre y funcionó, demostrado nuevamente por Noel.
<<El regalo les ha gustado! Genial>> Aunque me lleve una colleja que solo consigue que me ría más
-Sólo hay un número fijo de veces para grabar la runa, así que solo podéis grabarlo vosotros.-añado al final. Pero es Noel quien responde a Toima y solo sonrío asintiendo.-Así es.
Después Noel le dio algo a Matt y... Resultó ser una bolsa de patatas fritas. <<¿En serio? ¡Jaja!>> El agradecimiento del brujo fue... Inesperado, en la forma. <<Pues sí que le gustan esas patatas, diantre, jaja>> Luego la cena siguió su curso. Habían cocinado para un pelotón y todo olía deliciosamente bien. También habían comprado chocolate, lo cual avivó la idea de la bodega. Y hablando de vinos, el draco descorchó y calentó una de las botellas que traje mientras disimulaba mi risa en mi copa. Virtió el "vino" y lo olisqueó, mirándome luego. Mientras hablaba, solo pude responderle con un par de risas.
-Qué cabeza la mía... Mira que confundirme...-finjo riendo. Y sin mucho disimulo, rebaño el plato, inundado de la sangre que derramó, a lametazos, en apenas un segundo o dos, para después hacerme con la botella y silbar, disimulando, algo alegre.
Todos empezaron a devorar el postre y después se abrió la veda del alcohol.
¡A ver esa sangre de Sinhdro!-exclamo entonces, alargando la mano a la botella y sustituyéndola por la anterior. Tras descorcharla, la fragancia y el color delatan la broma.-Idris. ¡Gracias! Cuidado con Toima que ya empieza a oler a alcohol.-aviso riendo pero omito a Giz por la situación en que se encuentra <<Ay, ¡qué monos!>>
Más tarde podrán verme pensando en voz alta, haciendo equilibrios con la silla...
-Sangre con aroma de vodka... ¿será posible? O aroma de chocolate...-empiezo a pensar y a decir nombres luego.-¡Licorería El Vampiro! Cutre... ¡Sangricultura Jack! ¿Qué nombre rocavarancolés es "Jack"? Rayos. Grm... Algo rápido... Jaqhal? Suena a chacal terrícola... [bla, bla, bla]
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
24/01/13, 08:01 pm
Mientras estoy entretenido mirando como un tesoro el paquete de Doritos terminan de llegar los rezagados. Me alegra bastante ver a Nasher pues hacia bastante tiempo que estaba desaparecido del mapa. Cada uno va ocupando su lugar en la mesa mientras los entremeses comienzan a volar. Yo me hago un bocadillo con las croquetas y un panecillo y al ver las caras de extrañeza de algunos los miro y les respondo a las miradas. -¿Qué pasa? A falta de jamón buenas son croquetas.- Digo dándole un bocado al bocadillo de croquetas.
-Joder Gael, esta divino. Que manicas tienes.- Digo disfrutando de una buena copa de vino y mi bocadillo de croquetas. Después llega el turno del primer plato. A decir verdad el pisto nunca fue plato de mi devoción pero al hacer tantísimo tiempo que no como comida terrícola que me sabe a gloria.
Sigo con mi tercera copa de vino cuando llega el turno de la carne. La carne esta de vicio, tengo ganas de preguntar de que animal ha salido pero prefiero ahorrarme el dato y continuar disfrutando de la textura y el sabor. -Me voy a poner obeso. Ademas últimamente arrastro un hambre.- Comento mientras abro la boca y me meto un trozo de carne que de no ser por mi capacidad de ingerir atragantaría a cualquiera.
Noel descorcha una de las botellas de vino que ha traído Jack y se echa un vaso. Me dispongo a pedirle que rellene el mio cuando el draco se levanta y le echa el vino en un plato al vampiro. "Puaj.. era sangre. Menos mal que no has dicho nada por que si no hubieras acabado potando macho." Me digo mientras veo como Jack limpia el plato con la lengua. -¡Mira! Un plato menos que fregar.- Digo entre risas señalando como el vampiro rechupetea el plato. Con ese comentario me doy cuenta que vino se me empieza a subir a la cabeza por que empiezo a soltar todo lo que se me pasa por la cabeza pero me da igual. Me alegra bastante estar todos así juntos.
Descorchan otra botella de vino y por lo que veo nos las estamos terminando entre Toima y yo. -¡Señores! ¡SAAALUUD!- Digo alzando la copa y apoyando en la mesa. -¡CHE! ¡Que el que no apoya no folla!- Tras decir esto doy un trago largo.
Llega el turno del postre que hace que se me haga la boca agua, metafóricamente hablando, Gael y Noel llegan con una tarta de chocolate que dura medio asalto. La tarta le ha salido divina. Me recuerda bastante a las tartas que hacia una amiga mía que siempre encontraba una buena escusa para traer tartas a los sitios. Tras el postre llega la parte que mas me gusta de las cenas, los licores.
Noel saca un barril de cerveza y un par de botellas de vodka. Como hipnotizado por la botella me levanto de la silla pudiendo notar como el vino definitivamente se me ha subido a la cabeza. "Buh, Matt... Te veo perjudicado." Me acerco a la botella de Vodka pero por el camino me tropiezo con mi propia silla y la miro mal. Creo que nadie se ha dado cuenta del traspiés por lo que sigo mi camino intentando no tropezarme con nada.
Me echo un buen chupinazo de vodka y me lo meto entre pecho y espadas estremeciéndome. -Grr rico.- Digo mientras me echo otro copazo de vodka. Me recorro la mesa lentamente viendo a todos los presentes con una postura muy digna hasta llegar a mi sitio. Según puedo observar no soy el único que comienza a estar bajo los efectos del alcohol.
Me siento en la mesa y apoyo los codos en la mesa mientras miro la copa de vodka con la mirada perdida. "Decidido Matt, estas borracho." Hacia bastante tiempo que no me sentía así. Levanto la cabeza y me incorporo apoyándome en la mesa muy dignamente.
-Señores a mi después de animarme de esta manera y esta señora cena. ¡Yo necesito una discoteca!¡ Música!- Digo mientras me río y me abanico con las manos. -Jofú. Me empieza a subir esto. Creo que tengo hasta calor.-
-Joder Gael, esta divino. Que manicas tienes.- Digo disfrutando de una buena copa de vino y mi bocadillo de croquetas. Después llega el turno del primer plato. A decir verdad el pisto nunca fue plato de mi devoción pero al hacer tantísimo tiempo que no como comida terrícola que me sabe a gloria.
Sigo con mi tercera copa de vino cuando llega el turno de la carne. La carne esta de vicio, tengo ganas de preguntar de que animal ha salido pero prefiero ahorrarme el dato y continuar disfrutando de la textura y el sabor. -Me voy a poner obeso. Ademas últimamente arrastro un hambre.- Comento mientras abro la boca y me meto un trozo de carne que de no ser por mi capacidad de ingerir atragantaría a cualquiera.
Noel descorcha una de las botellas de vino que ha traído Jack y se echa un vaso. Me dispongo a pedirle que rellene el mio cuando el draco se levanta y le echa el vino en un plato al vampiro. "Puaj.. era sangre. Menos mal que no has dicho nada por que si no hubieras acabado potando macho." Me digo mientras veo como Jack limpia el plato con la lengua. -¡Mira! Un plato menos que fregar.- Digo entre risas señalando como el vampiro rechupetea el plato. Con ese comentario me doy cuenta que vino se me empieza a subir a la cabeza por que empiezo a soltar todo lo que se me pasa por la cabeza pero me da igual. Me alegra bastante estar todos así juntos.
Descorchan otra botella de vino y por lo que veo nos las estamos terminando entre Toima y yo. -¡Señores! ¡SAAALUUD!- Digo alzando la copa y apoyando en la mesa. -¡CHE! ¡Que el que no apoya no folla!- Tras decir esto doy un trago largo.
Llega el turno del postre que hace que se me haga la boca agua, metafóricamente hablando, Gael y Noel llegan con una tarta de chocolate que dura medio asalto. La tarta le ha salido divina. Me recuerda bastante a las tartas que hacia una amiga mía que siempre encontraba una buena escusa para traer tartas a los sitios. Tras el postre llega la parte que mas me gusta de las cenas, los licores.
Noel saca un barril de cerveza y un par de botellas de vodka. Como hipnotizado por la botella me levanto de la silla pudiendo notar como el vino definitivamente se me ha subido a la cabeza. "Buh, Matt... Te veo perjudicado." Me acerco a la botella de Vodka pero por el camino me tropiezo con mi propia silla y la miro mal. Creo que nadie se ha dado cuenta del traspiés por lo que sigo mi camino intentando no tropezarme con nada.
Me echo un buen chupinazo de vodka y me lo meto entre pecho y espadas estremeciéndome. -Grr rico.- Digo mientras me echo otro copazo de vodka. Me recorro la mesa lentamente viendo a todos los presentes con una postura muy digna hasta llegar a mi sitio. Según puedo observar no soy el único que comienza a estar bajo los efectos del alcohol.
Me siento en la mesa y apoyo los codos en la mesa mientras miro la copa de vodka con la mirada perdida. "Decidido Matt, estas borracho." Hacia bastante tiempo que no me sentía así. Levanto la cabeza y me incorporo apoyándome en la mesa muy dignamente.
-Señores a mi después de animarme de esta manera y esta señora cena. ¡Yo necesito una discoteca!¡ Música!- Digo mientras me río y me abanico con las manos. -Jofú. Me empieza a subir esto. Creo que tengo hasta calor.-
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
25/01/13, 05:48 pm
La cena bajó a toda velocidad, después de haber estado toda la tarde esforzándose y encima oliéndola sin poderla probar. Además el vino tenía un buen aroma y acompañaba bien a la comida. En realidad no había probado nunca antes el vino, pero su suavidad le resultó agradable en comparación con las bebidas fuertes que había probado en la taberna el día de su espectáculo. Por otro lado el vino no fue lo único que se descorchó para la cena, y con la sangre que trajo Jack por supuesta equivocación Gael pudo echarse unas risas.
–Jack, pareces el perro. –Rio–. Vamos, patita –añadió tendiéndole una mano.
Gael se sirvió el churrasco después de sentirse un poco menos lleno del atracón de arroz. Eso sí, su plato constaba de una mínima proporción de carne y una ración muy completa de patatas fritas. Se relamió antes de lanzarse al ataque y mientras daba buena cuenta de las patatas empezó a pensar en kétchup, y en que en su casa se habrían reído de él por querer “estropear” con eso la comida. De pensar en salsas además recordó que a él le encantaba echar chimichurri en la carne a la parrilla.
–¡Oh! –soltó–, mierda, claro…
«Claro que tampoco recuerdo cómo lo hacía mi padre… y mortero, no tenemos mortero».
En otro lado de la mesa Nia interrumpió sus pensamientos pidiendo nombres y recetas de pronto.
–¿Quieres aprender a cocinar comida de la Tierra, Nia? –preguntó después de que Noel le ofreciera su ayuda, alzando la voz para hacerse oír a través de la mesa–. Oye, podríamos hacer un día intercambio de recetas, que cada uno cocine algo de su cultura o algo así. Estaría genial.
«Soy un goloso. Si aquí tuviéramos tan fácil conseguir comidas ricas estaría hecho un pipote».
Poco se acordaba después de ese pensamiento, cuando tuvo la tarta de chocolate delante y se la quedó mirando unos segundos, pensando qué bocado dejar para el final y cómo comerla para disfrutarla lo máximo posible. Los pedazos eran bastante generosos, pero no daban para repetir, por lo que la saboreó como si fuera lo último que fuera a comer en mucho tiempo. Cuando tragó el último bocado tenía los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja que desapareció por la frustración de saber que se había acabado.
Las bebidas fueron ya lo último en servirse, y con ellas se terminaba el trajín entre la cocina y el salón. Así que Gael se sirvió cerveza y se relajó. Se recostó hacia atrás sujetando la cabeza con las manos y cruzó las piernas. En cambio tardó en probar el primer trago de su vaso porque esperó a que se fuese totalmente el sabor a chocolate de la boca. Cuando estaba apurando el vaso vio de reojo a Nasher y Giz muy cerca y se volvió a observarlos mejor.
«Uy, uy» pensó riendo, «mira estos dos». Un poco más allá se oía la voz de Jack divagando y también dedicó un instante a observarlo. Después se atornilló la sien mirando a los que tenía más cerca y se levantó de la mesa para servirse más cerveza. También había vodka, y aunque a Matt parecía caerle en gracia, Gael no tenía tan buenos recuerdos de su sabor. «Creo que hice muchas tonterías ese día, me traicionan los nervios» recordó con una pizca de amargura.
Fue Matt precisamente quien, después de echarse un buen trago, empezó a pedir música con entusiasmo. «Pero esta vez no canto yo, no vayan a reventar los cristales del cuchitril».
–¡A él! –exclamó señalando a Vac acusadoramente–. ¡Él puede! –Sonrió enseñando los dientes al hado y luego señaló la barra–. El escenario está esperando.
–Jack, pareces el perro. –Rio–. Vamos, patita –añadió tendiéndole una mano.
Gael se sirvió el churrasco después de sentirse un poco menos lleno del atracón de arroz. Eso sí, su plato constaba de una mínima proporción de carne y una ración muy completa de patatas fritas. Se relamió antes de lanzarse al ataque y mientras daba buena cuenta de las patatas empezó a pensar en kétchup, y en que en su casa se habrían reído de él por querer “estropear” con eso la comida. De pensar en salsas además recordó que a él le encantaba echar chimichurri en la carne a la parrilla.
–¡Oh! –soltó–, mierda, claro…
«Claro que tampoco recuerdo cómo lo hacía mi padre… y mortero, no tenemos mortero».
En otro lado de la mesa Nia interrumpió sus pensamientos pidiendo nombres y recetas de pronto.
–¿Quieres aprender a cocinar comida de la Tierra, Nia? –preguntó después de que Noel le ofreciera su ayuda, alzando la voz para hacerse oír a través de la mesa–. Oye, podríamos hacer un día intercambio de recetas, que cada uno cocine algo de su cultura o algo así. Estaría genial.
«Soy un goloso. Si aquí tuviéramos tan fácil conseguir comidas ricas estaría hecho un pipote».
Poco se acordaba después de ese pensamiento, cuando tuvo la tarta de chocolate delante y se la quedó mirando unos segundos, pensando qué bocado dejar para el final y cómo comerla para disfrutarla lo máximo posible. Los pedazos eran bastante generosos, pero no daban para repetir, por lo que la saboreó como si fuera lo último que fuera a comer en mucho tiempo. Cuando tragó el último bocado tenía los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja que desapareció por la frustración de saber que se había acabado.
Las bebidas fueron ya lo último en servirse, y con ellas se terminaba el trajín entre la cocina y el salón. Así que Gael se sirvió cerveza y se relajó. Se recostó hacia atrás sujetando la cabeza con las manos y cruzó las piernas. En cambio tardó en probar el primer trago de su vaso porque esperó a que se fuese totalmente el sabor a chocolate de la boca. Cuando estaba apurando el vaso vio de reojo a Nasher y Giz muy cerca y se volvió a observarlos mejor.
«Uy, uy» pensó riendo, «mira estos dos». Un poco más allá se oía la voz de Jack divagando y también dedicó un instante a observarlo. Después se atornilló la sien mirando a los que tenía más cerca y se levantó de la mesa para servirse más cerveza. También había vodka, y aunque a Matt parecía caerle en gracia, Gael no tenía tan buenos recuerdos de su sabor. «Creo que hice muchas tonterías ese día, me traicionan los nervios» recordó con una pizca de amargura.
Fue Matt precisamente quien, después de echarse un buen trago, empezó a pedir música con entusiasmo. «Pero esta vez no canto yo, no vayan a reventar los cristales del cuchitril».
–¡A él! –exclamó señalando a Vac acusadoramente–. ¡Él puede! –Sonrió enseñando los dientes al hado y luego señaló la barra–. El escenario está esperando.
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