Burdel de dama Espasmo

01/08/11, 01:16 am

Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.

Empleados del burdel:

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04/12/11, 09:59 pm

Un aviso despertó a Cain, pero apenas le dio tiempo a incorporarse antes de que Elliot entrase por la puerta. Se les quedó mirando, ya vestida, silenciosa en la oscuridad y empezó a zarandear a Vacuum
-¡ Pero qué haces, loca!!- le gritó Cain.
Sabía que Elliot iba a reaccionar mal, pero en ningun momento se imaginó eso, y su incredulidad se disparó cuando la chica empezó a dibujar furiosas palabras en el aire, acompañadas de chirridos. Los dientes del italiano chirriaron también según las iba leyendo, y habría jurado que se oían por encima del crepitar del fuego negro. Les estaba insultando, les estaba insultando en serio, y encima en sus palabras se leía la amenaza. Cain apretó los puños agarrándose a las sábanas. Estaba furioso. Cuando Elliot se echó a llorar en el suelo ni siquiera sintió pena, no se le encogió el estómago como cuando los veía llorar normalmente, no compartía su sufrimiento. No estaba viendo sufrir a la chica que amaba, lo único que veía era a una niña caprichosa con una pataleta.
Elliot se había largado sin decir a donde, sin preocuparse mínimamente por ellos, sin pensar en que tal vez hubiese dos completos gilipollas esperando su regreso. No, claro que no, había vuelto cuando su cuerpo lo había pedido y por supuesto había vuelto sin ninguna explicación que calmase la conciencia de los susodichos gilipollas... ¿y de verdad esperaba que la recibiesen con los brazos abiertos? ¿Esperaba acaso que moviensen el rabo al verla llegar como perros? Cain sonrió, pero su sonrisa fue amarga y siniestra. Le resultaba patéticamente divertido que la chica se indignase de aquella forma después de lo bien que se lo había pasado ''castigando'' a Vacuum en otra ocasión... << Y ahora que se vuelve en tu contra no te gusta tanto...>>
La vio levantarse y él hizo lo mismo. No había dado la orden de partida a la libélula, por lo tanto esta siguió a Elliot fuera del burdel. Eso le permitiría a Cain vestirse y coger un par de amuletos...
-Voy a seguirle- le dijo a Vacuum- Le quitaré la tontería aunque sea hostias.- Hizo aparecer una libélula como la otra, esta vez roja y fácilmente visible.- Ella te indicará donde estoy si quieres seguirme.
Bajó corriendo a la entrada cogiendo una pluma por el camino. Se dibujó un círculo en cada mano clavando la pluma con saña en su piel hasta que la sangre la imprengó, entonces, dio una palmada. Al separar las manos un imponente león blanco con cuernos de carnero, del tamaño de un caballo apareció bajo él. Cain le indicó el camino y el león echó a correr por las calles de la ciudad.
-¿Crees que te vas a salir con la tuya, Reina del Drama? Yo también sé tener rabietas...

Sigue en el Cementerio.

04/12/11, 11:29 pm

Un zarandeo violento me despierta a medias, y la voz de Cain termina de despejarme del todo. Un sonido chirriante me hace volver la cabeza, y unas palabras de fuego, que cortan el aire me hacen pasar por alto la imagen importante del cuadro. Elliot esta alado de la cama, con un traje negro que no deja ver un centímetro de su piel.
-¿Pero qué... ? -logro murmurar perplejo, antes de callarme, ahí esta el cabreo que predije.
No leo la mayor parte de las palabras que escribe, mi vista mas pendiente del lenguaje corporal de la chica, pero siento la rabia contenida de Cain debajo de mi cuerpo, al cual aun estoy medio abrazado. Soy capaz de leer un montón de emociones en el cuerpo de Elliot, emociones sobre las que no se que decir, no soy capaz de entenderla, por que se pone así después de un castigo. Yo fui una vez blanco de un castigo y no me puse así, no fui tan cabezota, no alargue la tensión mas. La chica sale de la habitación cuando el último de los chirrido se desvanece en el aire. Aun siento la tensión del italiano bajo mi cuerpo, una tensión que no me hace ningún bien. Le abrazo con fuerza, tratando de distraerlo, sujeto sus puños crispados, abriéndolos a la fuerza y estrechando sus manos. Apoyo la frente en su cuello y beso su cuello para tranquilizarlo. Todo mi ser me pide seguir a Elliot, de seguirla y dejarla las cosas claras, pero si lo hago, se que esto acabara mal.
-No la sigas, déjala que piense, déjala que razone... -empiezo, pero parece no escucharme, y se levanta de repente, apartándose de mi lado.
Se viste sin que acierte a decir nada, y sale de la habitación tras cuatro palabras, haciendo aparecer a una libélula roja por si quiere seguirle.
No tiene que seguirla, no tiene que complicar mas las cosas, no sera bueno para ninguno de los dos. Logro ponerme en pie, con dificultad, no se que me pasa pero estoy bastante débil. Consigo ponerme unos pantalones negros y sin mas vestimenta encime me acerco a la ventana. Hace unos instantes he oído un enorme rugido, ¿que habrá invocado Cain para perseguir a la chica?.
-Vamos -mascullo con voz apremiante hacia la libélula-... llévame con el...
Salto del balcón y aleteo haciendo un gran esfuerzo, tras la estela de la libélula, debo de alcanzarle antes de que el alcance a Elliot.

Sigue en el Barrio Derruido.

09/12/11, 04:27 pm

No sé ni cuantos días llevo entrando y saliendo del Burdel, amontonando pieles puestas luego a secar y de vez en cuando carne en la nevera para los demás. Y lo peor es que estoy completamente solo: ni rastro de Cain, Vac o Elliot; y los durmientes siguen durmiendo... <<< Quizá debería echarme a dormir como ellos, durante una laaaarga temporada... >>> ¡Nunca! Sacudo la cabeza en la cama alejando esta idea estúpida y me siento en el borde, amparado en la fría oscuridad de mi dormitorio. ¿Qué más darán los días? Lo importante ahora son mis pieles y dormir cuando salga el sol, pero como me he pasado dias enteros trabajando... no recuerdo... Da igual, diantre. ¿Conseguiré algo por un buen montón de pieles de hiena, colaespina, dragones enanos, aquel león escupefuego del túnel y otras tantas criaturas de la ciudad? ¿Por qué no me iban a dar algo? Las hay de todos los tamaños y colores, las de dragón conservan sus escamas y aún brillan. Pero no puedo ir con todo esto al mercado, en plena noche...Podrían atacarme o ocurrirme cualquier cosa, ¡incluso robarme! Necesito un transporte... Pero aquel gigante de los túneles no cabía por el agujero... ¿Habrá otra salida? Debe haberla, solo tendría que explorar más a fondo. Hecho. Ya tengo plan para otro día. ¿Y ahora? Podría seguir practicando la magia de sangre, ya voy mejorando.
-¿A que voy mejorando, ratita?-pregunto al colaespina que cuelga del techo en el cuarto contiguo, mientras me levanto y me acerco.-Claro que voy mejorando.
Aún muerto me sirve. Tomo el pesado libro de magia de Dama Liviana, lo abro por el hechizo maldito por su complejidad y empiezo a murmurar y a hacer los movimientos necesarios, sintiendo la magia fluir por mi cuerpo a medida que el hechizo avanza, pero sin llegar a buen puerto. <<< Probemos con sangre. Magia de sangre a base de sangre >>> En mi nevera tengo una botella de sangre de la taberna, ganada por el trabajo ocasional y porque la he rellenado yo (no siempre necesito alimentarme en la taberna y voy "ahorrando"). Doy un trago, delicioso, que me hace relamerme y limpiar las gotas que se resbalan por la botella a lametones. <<< Probemos ahora >>> Vuelvo a iniciar el hechizo y ahora la magia fluye rauda y repentina, causando una herida considerable en el cuello del colaespina, <<< de la que manaría sangre de no ser porque está bastante desangrada desde anoche >>> pienso sonriendo, por esto y sobre todo por el hechizo logrado. Y como he bebido antes del hechizo, ahora no tego sed. Genial. <<< Y ahora a seguir practicando para perfeccionar su lanzamiento, que es muy lento y debo lograrlo sin mirar al libro ni tardar mucho más de un minuto >>> ¿Otro trago?
-Luego a la noche echaré te echaré a tus congéneres las colaespinas, como premio por su deliciosa sangre, jaja.-río tras lograr de nuevo el hechizo. Me gusta esta magia, poder herir a mis enemigos a distancia. Y cuando pueda alimentarme de ellos a distancia también... Bestial...

09/12/11, 09:07 pm

Llegamos al burdel al cabo de un rato, el sol ha subido un buen cacho, ya es media mañana mas o menos. Me acerco a la puerta tarareando suavemente, no ha pasado nada destacable durante el camino, nadie me ha atacado y el can no ha tenido que protegerme... suena absurdo, yo no necesito que me protejan. Miro a mi alrededor, buscando no se el que y me giro hacia el can.
-Muchas gracias por acompañarme, amigo -le agradezco-. Ya puedes volver a tu casa -dije, y el can se desvaneció en el aire, tal y como llego.
Un demonio guardián que aun no había visto me abrió la puerta, parecía que le había interrumpido en su lectura del periódico.
-Gracias por abrirme, caballero -le dije con una media sonrisa-. No le entretendré, siga son su lectura, y gracias de nuevo -le dije antes de adentrarme en el edificio.
Pensé en pasarme por la cocina, pero en realidad no tenía hambre, así que me encamine al cuarto. Mientras subía por las escaleras me percate de la ausencia de movimiento del burdel, muchos dormían, y Jack también debía de dormir, el sol estaba alto y la luz se desperdigaba ya por los pasillos. Al llegar a la puerta del cuarto me detuve, no me apetecía dormir allí, no tenía fuerzas para entrar en la habitación donde había dormido a Elliot. Seguí mi caminar y subía hasta el tercer piso. El cuarto de la matrona estaba prácticamente a oscuras, aun se percibía el olor del incienso en el aire. Me deje caer en la cama boca abajo, hundiendo la nariz en las almohadas y en las sabanas, donde aun perduraban el olor del italiano del aceite. No tarde apenas un minuto e caer inconsciente, en un sueño pesado que tiro de mi hacia la oscuridad...

10/12/11, 01:56 am

El demonio que vigilaba la puerta les vio llegar desde lejos y les abrió incluso antes de que el león alcanzase la entrada. Cain ayudó a Elliot a bajar y despidió a la que había sido su montura durante dos días. Mantenerlo tanto tiempo en ese mundo sin haberlo vinculado antes le había agotado, pero creía que aún podía aguantar, al menos para preparar algo de comer.
Dentro todo estaba en silencio, no se veía ni un alma así que Cain supuso que tanto Vacuum como Jack debían estar durmiendo.
-Vac debe estar arriba- le dijo a Elliot dirigiéndose a la cocina- Ve a quitarte esa sangre, yo haré algo de comer...
Debería cambiarse de ropa también, pero ya lo haría luego. Se lavó las manos y se puso a cocinar. Hizo una ensalada rápida y rebozó en sésamo unas tiras de carne que tenía ya preparadas para luego pasarlas por la freidora. Las mantuvo con un hechizo de calor y dejó a un duendecillo vigilando el horno, donde había puesto a gratinar unas tostas con queso y orégano. Subió a la habitación y buscó ropa limpia... Un kimono de andar por casa serviría, y el suelo estaba lo bastante limpio como para ir descalzo. Sustituyó el parche por una suave cinta de seda y se recogió el pelo en una coleta antes de bajar de nuevo a la cocina y poner la comida en una bandeja acompañada de un vino muy suave típico de allí. Había cocinado para tres, y aunque sabía de sobra que Elliot se negaría a comer él mismo se negaba a dejar las costumbres. Le había costado dejar de hacer comida para Jack, pero él no es que no comiera, sino que simplemente había cambiado de dieta....
-Estoy arriba, sube cuando acabes- le gritó a Elliot asomándose a la escalera que daba a las termas.
Como había subido antes sabía que no iba a encontra a Vacuum en el dormitorio, y solo había otro sitio donde se pudiese haber ido a dormir. La habitación del tercer piso estaba a oscuras, pues todas las cortinas estaban echadas. Cain se las vio y deseó para llegar hasta la cama sin tirar lo que llevaba en la bandeja y caerse él detras, pero al final logró llegar sin demasiadas complicaciones. Dejó la bandeja en la mesilla y le dio un suave beso en la frente.
-Despierta bello durmiente. Te traigo la comida, y a la niña descarriada que he rescatado por el camino...- se alejó para descorrer las cortinas lo suficiente como para poder ver sin problemas, pero dejando la estancia aún en penumbra- Tambien traje esto.- le dio el libro que había traido de la biblioteca y que había subido en la bandeja, junto con la comida- No es lo que se dice muy detallado, pero tiene lo justo y necesario...- se sentó en la cama junto a él y apoyó la cabeza en su hombro. Estaba cansado, estaba realmente cansado, pero quería asegurarse de que Vacuum se tranquilizaba y de que Elliot no volvía a escabullirse...

10/12/11, 03:36 am

Al león no le había costado encontrar la salida de los subterráneos y llegamos al burdel poco después. El demonio que teníamos como portero había abierto la puerta antes de que llegásemos. Entramos a casa y Cain me ayudó a bajar de la montura. Dentro todo estaba en silencio. El rubio se fue a la cocina, mandándome "discretamente" a la ducha. "Yo también te quiero..." Pensé con sarcasmo mientras bajaba las escaleras hacia las termas. En un segundo la ropa que llevaba se deshizo y pude ver realmente toda la sangre y suciedad que tenía. Mis brazos y piernas estaban llenos de costras, ya más marrones que rojas y en algunas partes se habían mezclado con el polvo y la tierra de los subterráneos hasta formar un barro rojizo. Cogí el cubo, la manopla y el jabón y froté todo mi cuerpo hasta que no quedó ni rastro de la sangre, como si con ella pudiese borrar además mis actos. No me daba miedo lo que había hecho, no me daba miedo haber matado... lo que realmente me asustaba era haber disfrutado con ello. Una vez estuve completamente enjabonada, dejé caer el agua sobre mi y luego me metí en la terma. Oí a Cain hablarme desde las escaleras. Me dejé flotar durante un rato, sin hacer nada, sin pensar nada. El dragón parecía respetar mi silencio y no interrumpió. Salí del agua de nuevo, secándome con la toalla. Con el humo, me hice un camisón y subí las escaleras. Los chicos no estaban en el cuarto, habían subido a la tercera planta. Subí levitando, haciendo uso de la nueva energía que había conseguido. Entré a la habitación y me encontré a los chicos sentados e la cama, mirando el libro que me había enseñado antes Cain. Me deslicé hasta el otro lado de la cama, donde me senté junto a ellos, un poco apartada.
"Elliot... de verdad... ten cuidado, sabes que si se lo cuentas y se enfadan tu no..." "¡Callate! ¡Dejame! ¡Quiero hacerlo, quiero contárselo!" " Si se enfadan vas a acabar contigo misma Elliot, sabes tan bien como yo que no lo resistirías, te volverías loca y..." "¡Lo se, lo se! Pero tampoco puedo mentirles mas... ellos me quieren, y puede que se enfaden, pero no me abandonarán por esto... me ayudarán" " Si estas tan segura..." El dragón se quedó en silencio y yo volví a la realidad. Con un suspiro imaginario, comencé a hablarle a Vacuum, esperando que él se lo dijese a Cain... "Fui al anfiteatro a entrenar y me encontré con un niño que estuvo a punto de matarme. Ni siquiera podía defenderme de sus ataques, me venció como si no fuese mas que una cucaracha en su camino y me hubiese matado de no haber tenido mucha, mucha suerte." Hablaba muy deprisa, sin apenas espacio entre las palabras, nerviosa "Luego decidí ir a al biblioteca, quería aprender todo lo que pudiese, todo lo que fuese necesario para poder vengarme del mocoso, pero encontré un libro sobre telepatía y me pareció mas importante, porque quiero poder hablaros de verdad y no así... estuve estudiando durante días y días, no solo ese libro sino todos los que encontré. Después vine aquí... y bueno eso ya lo sabéis. Cuando Vacuum me durmió me sentí inútil de nuevo. ¡Me había dormido tan facil...! Por eso me enfadé, porque me sentí impotente y frustrada por el castigo. Fui... fui al cementerio. Necesitaba desconectar y los muertos me hablaron me dijeron tantas cosas que no entendía..." un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo. "cuando iba a volver al burdel, caí por un agujero a los subterráneos y, como no tenía magia, no pude salir. Los... los... bichos de allí abajo me atraparon y... me comían... ellos me comían viva, mordían, desgarraban mi carne mientras me regeneraba una y otra vez sin poderlo parar... no os podéis hacer una idea..." me di cuenta de que estaba llorando mientas recordaba el dolor. "Yo... no se como explicaros esto... un... hay un dragón...que... bueno tengo un dragón en... vinculado a mi" dije sin explicarles exactamente como iba la vinculación... no quería que se asustasen. "El dragón me salvó... les quemó... y... al decapitar al niño yo... volví a tener poder" Ahora empezaba la parte realmente mala... esperé unos segundos, pensando en como contárselo y esperando a que procesaran la informacion recibida. Encogí las rodillas y las rodee con los brazos. "Estaba enfadada, furiosa y quería venganza... no... no podía pensar en nada que no fuese... hacerles sufrir lo que yo había sufrido... y poder... quería más poder. Y.. yo... les maté. He matado a tres personas... las he matado y... y no me arrepiento... volvería a hacerlo una y mil veces y eso es lo que me da miedo..." Me quedé en silencio sin saber que mas decir.

11/12/11, 01:36 am

Un roce en la frente me saco de mi sueño, una caricia en mi piel que me despejo al instante. Abrí los ojos y vi a Cain acercarse a las cortinas, abriéndolas después para ver lo justo en la habitación. La luz entro en la habitación, tornando la oscuridad en una leve penumbra, pero aun así me molestaba un poco en los ojos. El olor de la comida llego a mi nariz y me distrajo por un momento, haciendo rugir mi estómago y recordándome que no había comido nada. Cain también me tendió un libro que había conseguido en la biblioteca y que según el contenía información sobre el precio de la magia. Se sentó a mi lado y apoyo su cabeza en mi hombro. Se le veía cansado, ¿cuando llevaba sin dormir?. Comimos en silencio, mientras yo ojeaba el libro. La primera página por la que le abrí me mostró lo que quería, no estaba de humor para perderme en un libro y por suerte no tuve que hacerlo. Lágrimas de dolor ajenas, eso es lo que me daba la magia, esa era la fuente de mi poder. Cerré el libro con suavidad mientras tragaba el último bocado. Perdí mi mirada en la madera oscura de la pared, apoyando la cabeza en la del italiano mientras esperábamos a que subiera Elliot. Mis pensamientos vagaban dispersos, aun no era capaz de razonar bien, pero tampoco me apetecía, solo quería oír la explicación de Elliot y luego quería dormir.
-Hola -murmure cuando la chica entro en la habitación, se sentó en la cama, un poco apartada de nosotros y se quedo en silencio unos instantes, sin decidirse a empezar a hablar.
La voz de la chica comenzó a sonar en mi cabeza, y mis palabras le llegaban a Cain como reflejo de los pensamientos de Elliot. Nos explico lo que había estado haciendo los últimos días, su encontronazo en e anfiteatro, su investigación en la biblioteca, lo que había sentido cuando volvió al burdel y la dormí. Su furia cuando se fue y su experiencia en los subterráneos. Luego vino lo que había hecho, el precio que costaba su magia, y lo que había disfrutado con ello. En esa parte no supe que pensar, yo tenía que pagar también un precio, pero no disfrutaba con ello, no era un sádico, por eso no sabía que pensar de lo que estaba oyendo, pero decidí que en ese momento no me importaba. Tire de la chica hacia nosotros y la abracé con fuerza. La mantuve así un buen rato, uniendo al italiano al abrazo, pero no iba a pasar de ahí, no tenía fuerzas, y tampoco es que se me hubiera pasado el enfado. Rocé el cuello de la chica con los labios, aspirando su aroma, y busque la boca de Cain, perdiéndome en ella unos instantes, recorriéndola con la lengua.
-Tengo demasiado sueño ahora, pero lo importante es que estamos juntos -dije en voz baja.
Me tumbe de nuevo bocabajo, agitando levemente las alas y hundí la nariz en la almohada.
-Buenas noches -murmure somnoliento a pesar de que era mediodía, tras lo cual me empecé a hundir en el sueño de nuevo.

11/12/11, 02:01 am

Cain comió con aire distraido y conservó ese aire distraído cuando Elliot entró en la habitación, cuando se sentó... Y se disipó cuando comenzó a contar su historia. Ya durante las frases iniciales Cain pudo notar como se le formaba un nudo en el estómago, un nudo de puro agobio e impotencia ¿Qué habría ocurrido si ese golpe de suert de que la chica hablaba no hubiese llegado nunca? ¿Qué habría hecho si el niño hubiese matado a Elliot? ¿Que habría hecho? No lo sabía. No era la primera vez que se planteaba seriamente la muerte de alguno de los dos, pero tenerlo tan cerca... Luego llegó la parte de la caída. No había bajado por cuenta propia sino que se había caído. Se maldijo a sí mismo y a Vacuum por no haberle permitido ir en su busca, por culpa suya Elliot había estado a punto de morir dos veces << No volveré a dejarla desprotegida nunca más...>> Tendría un demonio de rastreo asignado a la chica y otro a Vacuum. No podía permitirse perder a ninguno de los dos, no le entraba en la cabeza la idea de perder a alguno de los dos.
El nudo se apretó, y sintió el sabor de la bilis en la garganta y una familiar presión en el pecho. Elliot había matado por primera vez, y había disfrutado con ello... Cain recordó entonces la primera muerte de la que fue plenamente consciente, su primer asesinato provocado por Estigma. Recordaba haber vomitado hasta las entrañas y haber pasado semanas sin pegar ojo. Fue una muerte violenta y desagradable de la que había sido testigo y ejecutor involuntario, y de la que se culparía hasta el día mismo de su muerte, por mucho que él no hubiese querido provocarla. Y así, rememoró el dolor desgarrador que sentía cada vez que Estigma arrebataba una vida, un dolor semejante al que sentía cuando invocaba a un demonio; el dolor de su alma haciéndose pedazos.
Agradeció interiormente el abrazo de Vacuum y su beso, pero sintió con el roce de Elliot una calidez añorada y un desagradable calambrazo. Él había pagado muy caras todas y cada una de las personas a las que había ''matado'', y que a Elliot le resultase tan sencillo... << Puede que... eso haga las cosas más sencillas...>> Sobretodo teniendo en cuenta de dónde provenía su poder.
-Solo... no te tomes las vidas de los demás tan a la ligera, por mucho que no te arrepientas de haberlas arrebatado...- sentía una ligera curiosidad por el dragón que había mencionado, pero estaba ahogada por la apatía y las náuseas- Estoy cansado, deberíamos dormir.- Había estado acurrucado en el hombro de Vacuum, y así cerró los ojos y se durmió, dando manotazos imaginarios a los pensamientos que le acosaban, tratando de apartarlos para que no le importunasen en su sueño.

11/12/11, 03:29 am

Vacuum hablaba a la misma vez que yo pensaba, haciéndole saber la historia a Cain. Pude ver su preocupación al principio de la historia... pero conforme ésta avanzaba, sus expresiones cambiaron completamente. A Cain parecía incluso dolerle. "Te lo dije, niña, te dije que no lo comprenderían... ellos no son como tu, les va a costar entender tus actos..." Dijo el dragón. Por un momento temí que dijese la verdad. Por un segundo tuve miedo de que me rechazasen, de que se fuesen o me echasen... pero finalmente Vacuum me acerco a él y yo no puse resistencia. Besó mi cuello, pero notaba el beso vacío. Le faltaba algo, había algo que no estaba bien del todo. Vacuum besó a Cain y se tumbó bocabajo. Cuando agitó las alas sentí la imperiosa necesidad de acariciarlas, de abrazarme más a él, pero decidí no hacerlo. Cain también me habló. Él no lo entendía. No merecían vivir. Esas... cosas no merecían seguir con vida. Me habían torturado viva, y de no ser por el dragón me habrían tenido asi eternamente, siendo devorada una y otra vez, padeciendo un dolor inhumano sin que les importara. Ellos no habían tenido piedad conmigo, yo al menos les había dado una muerte rápida... "excepto al primero...". Los chicos se habían dormido en poco tiempo, pero yo no era capaz. Tenía demasiadas cosas en mis pensamientos, ademas de un zumbido constante que parecía decir "te lo dije". Sabía lo que pensaban. Creían que yo era mala, cruel. Pero, ¿es que acaso, no lo era? Me tumbé en la cama, de espaldas a los chicos. No podía verles, no en ese momento. Empecé a llorar en silencio, sin moverme. "Te arrepientes de tus actos o de habérselo contado, niña" me preguntó el dragón... había ¿preocupación en su voz? "No me arrepiento de ninguna de las dos cosas, ese es el problema... debería arrepentirme, se que debería de sentirme mal... ¡tendría que estar destrozada! y lo único que me preocupa es que ellos no me quieran igual... soy una egoísta... " "Sin duda lo eres" admitió el dragón "pero eso se puede cambiar, pequeña, solo tienes que dejar de centrarte en ti, si les quieres demuéstraselo, pero no con abrazos y palabras bonitas, querer a alguien no es decirle "te quiero" a todas horas... y.... si ellos te quieren lo acabarán aceptando. Al fin y al cabo, esta ciudad ha corrompido almas mas buenas que las suyas, quien sabe, quizá acaben haciendo cosas peores que tu, Elliot." Por unos segundos realmente agradecí tener a alguien con quien hablar, alguien a quien no mentirle, de quien no tener miedo. "¿Y si no lo aceptan?" le pregunté... "Yo ya te lo advertí, pequeña, no eres a la primera a la que veo caer por errores así... pero... confío en ellos... y... en el caso de que pase... lo superaremos..." Me di la vuelta para mirar a Vacuum durante unos segundos, dormido. "No va a pasar" pensé... "me quieren, no van a dejarme por esto..." Me acerqué a Vacuum un poco, aun sin rozarle, pero podía notar su calor. El sueño fue invadiéndome poco a poco, hasta que me quedé dormida.

13/12/11, 10:01 pm

Tras un largo e inquieto sueño, desperté con un pequeño sobresalto. Parpadee en la penumbra, acostumbrando mi vista a la oscuridad en apenas unos segundos. Cain dormía a mi lado, agarrado a mi hasta hacía unos instantes, que me había levantado. Elliot estaba a mi otro lado, casi pegada a mi, pero sin llegar a rozarme. Suspire pasándome la mano por el pelo y mire a mi alrededor, perdiendo la vista en los pliegues de las cortinas. Necesitaba ir a dar una vuelta, despejarme un poco, pensar... si, saldría a la calle unas horas. Me levante sin despertarles y, después de quitarme el exceso de polvo de las alas y encerarlas con esmero, me baje a las termas con un pantalón de terciopelo negro, con filigranas escarlatas. Me di un baño rápido con ayuda de un cubo y después de aclararme bien, nade un poco en la poza, desentumeciendo los músculos. Salí, secando mi cuerpo con un hechizo, y me vestí, dejando mi torso desnudo. Subí a la cocina y comí un poco de arroz blanco acompañado de compota de manzana. Me quede pensativo cuando acabe de limpiar la cocina, sin saber que hacer a continuación. Al final decidí que lo pensaría por el camino, ya habría tiempo de decidir el destino cuando sintiera el viento en la cara. Subí las escaleras en silencio hasta el tercer piso y les escribí una nota a Elliot y Cain. En ella les dije que estaría fuera unas horas, pero que no tardaría en volver. Se la deje en la cama, con un beso de despedida a cada uno, y cogiendo mi espada y a Feliks, que ya se mantenía el solo en mi hombro y tenía el tamaño de un águila real, y me encarame a la ventana.
-No tardare -susurre a la habitación dormida, y salté hacia la tarde declinante.
Volé durante un rato sin saber que hacer, hasta que me decidí por la cicatriz, tal vez encontrara una armadura, o quizá algún engendro con ganas de pelear...

Sigue en la Cicatriz de Arax.

15/12/11, 07:45 pm

Cuando desperté, el sol inundaba de nuevo el cuarto. Debía haber dormido mas de diez horas y me sentía entumecida y agarrotada. Me estiré en la cama, y vi la nota que había sobre ésta. Era de Vacuum, decía que se iba durante unas horas. "Mira, hay gente que madruga... no como otras..." Dijo una voz dentro de mi que me hizo pegar un bote en la cama. Tardé varios segundos en recordar que dentro de mi no estaba sola. "Estaba cansada" me limité a contestar mientras dejaba de nuevo la nota sobre la cama y me levantaba. "Deberías estar entrenando hace por lo menos tres horas, chica, ya viste que no eres tan fuerte como crees" dijo el dragón. El camisón se estrechó hasta convertirse en un vestido de media manga, ajustado hasta la cintura y con una falda fruncida hasta la rodilla. Luego miré a Cain, aun dormido tranquilamente. Recordé su cara mientras les contaba lo que había hecho el día antes, con un nudo en el estómago. Me acerqué a él, sentándome a su lado mientras le acariciaba el pelo con cuidado para no despertarle. "vamos, muévete, tienes cosas que hacer" insistió el dragón. " No me des órdenes" Dije enfadada... aunque realmente tenía razón. Necesitaba hacer algo mas que leer libros si quería sobrevivir aquí. "Bueno, ¿donde vamos a ir?" le pregunté con un fingido tono de frustración. Realmente me apetecía hacer algo, moverme descargar la preocupación que tenía... pero no me hacía gracia que me lo ordenasen. "Al anfiteatro... es un buen lugar para entrenar" Me quedé paralizada. "¿El anfiteatro? ¡No!¡La última vez que estuve allí casi me matan, faltó muy poc..." "No seas tonta Elliot. Es el lugar mas grande y apartado. En él podrás entrenarte de verdad... y el niño ese no tiene porque estar allí." dijo el dragón, aunque pude notar la inseguridad en su voz. "No me gusta" dije cruzando los brazos. "Además, ya no estas sola, si viene podemos contra él" continuó hablando. "No podemos contra él... pero tienes razón, es el sitio mas grande" dije finalmente mientras me ponía de pie. Volví a coger la nota de Vacuum, y justo al lado de sus palabras escribí "Yo también me voy, no tardaré, lo prometo, no te preocupes" Luego salí del cuarto y baje las escaleras con rapidez, antes de llegar abajo ya había hecho el hechizo de levitación. Salí volando del burdel, nerviosa y llena de energía. Me elevé en el aire varias decenas de metros hasta que vi el anfiteatro. Luego, con un suspiro reprimido, me encaminé hacia allí.

Sigue en el Anfiteatro.

15/12/11, 08:19 pm

Cain casi necesitó ayuda para despegar los párpados, que se le habían sellado por las legañas. Se estiró arqueando la espalda, sabiendo por intuición que estaba solo en la cama. Miró a la derecha, a la izquierda, y efectivamente estaba solo en la cama, Vac y Elliot se habrían ido a algún sitio... Se incorporó, quedándose unos minutos sentado, perdido en sus propios pensamientos, hasta que reunió fuerzas suficientes para levantarse. No sabía cuanto tiempo llevaba durmiendo ni le importaba, había dormido realmente bien y a pesar del agarrotamiento de sus miembros no se sentía nada cansado. Leyó la nota, la releyó, y se encogió de hombros. << ¿Qué podría hacer yo para pasar el rato hasta que vuelvan?>> Podría seguir avanzando con las invocaciones, pero decidió que ya tenía las espaldas cubietas por ahora y que podría hacer otra cosa... Mientras pensaba bajó a su habitación yb se vistió con unos pantalones de cuero y un chaleco largo sin mangas, además de sus colgantes, talismanes, anillos... Se pintó los ojos (más bien su único ojo) como todos los días, con abundante negro. Mirando su propio reflejo en el espejo le vino un recuerdo que le hizo sonreír... Su primo Crixo tenía la costumbre de pintarse los ojos de la misma forma, de forma que el contraste hacía brillar aun más sus ojos dándole cierto aire de lemur. Hacía mucho que no pensaba en Crixo, le echaba de menos... Pensó un par de veces en volver a la Tierra para visitarle, pero ¿qué le diría? Él ya no le recordaba, y aunque lo hiciera... realmente no quería volver a la Tierra, ya no pertenecía allí. Dejó el espejo y fue a la cocina.
No tenía demasiada hambre pero sí ganas de cocinar. Se preparó una infusión y se puso manos a la obra con una receta que había descubierto nueva. Ahora eran sus demonios los que iban a buscarle la comida, y recién habían traido frutos rojos con los que Cain hizo una mermelada. Tal vez la hacía demasiado dulce pero a Cain le gustaba así. También fundió chocolate y se puso a preparar masa de bizcocho... que se conviertió en masa para muffins a medio camino. Dejó los últimos retoques y la vigilancia del horno a sus eficientes pero ruidosos pinches de cocina y volvió a su habitación.
Sus blocs de dibujos y los materiales nuevos que había compraod en cuanto tuvo dinero para ello cogían polvo en un rincón. No había tenido ni un segundo para dibujar, salvo los dichosos círculos demoníacos, y tenía ganas de hacer algunos garabatos. Metió todos los trastos en su bolsa, bajó a por los muffins y los enfrió con un hechizo antes de envolverlos y meterlos tambien en la bolsa y salió del burdel para hacer una visita a la sede. No veía a nadie de su cosecha, aparte de a Vac, Elliot y Jack desde hacía... ¿meses? Ya iba siendo hora de pasar a saludar.
En el último instante decidió no invocar al león e ir dando un paseo por el aire.

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17/12/11, 10:24 pm

Volvieron Vac, Cain y Elliot y lo poco que escuché al salir al pasillo fue suficiente para volver al dormitorio. Les pasaba algo pero era preferible no interrumpirles. Y no parecía nada agradable... ¿Luego qué he hecho? Ah, sí, seguir encerrado en el cuarto practicando con el colaespina, practicando hechizos de curación con él aunque yo no los necesite de forma urgente <<< Siempre hay que tener en cuenta al grupo y en vistas de una incursión en uno de esos mundos... Mejor saber curar a los demás >>> ¿Y así hasta el amanecer? Ni idea, llevo todo este tiempo en la oscuridad, sin importarme que sea de día o de noche ahí fuera. Solo saldré cuando pueda hablar con los demás o la sed me acucie a ello, aunque de momento tengo suficientes reservas. Y hablando de sangre... Al parecer potencia mi magia, y el efecto es mejor con la magia de sangre, cosa que tiene bastante sentido.<<< Eso sí, pobre colaespina >>> pienso riendo, mientras vuelvo a hacerle otra herida sin rozarle, a varios metros, para después curarle de nuevo, todo adeerezado con aullidos silenciados por una especie de bozal que le he fabricado, con piel de otro de sus congéneres.
-No queremos despertar a nadie con nuestro entrenamiento, ¿verdad?-dije en su momento, como si la criatura me entendiese.
Y como si me importase su sufrimiento, aquí sigo, practicando con los hechizos sobre su cuerpo, con la dificultad añadida de que al estar colgando del techo puede balancearse histéricamente, desbaratando alguno de mis hechizos locales.
-¡Estate quieta!-me exaspero a veces y cruzo el dormitorio hasta el cuarto de desuello para parar su balanceo con mis propias manos, llevándome algún que otro arañazo que pronto desaparece de mi pálida piel.-Es comprensible que chilles y te muevas, pero estate quieta.-le digo, intentando calmarla, acercando mi cara a su cabeza. Y a pesar de estar cegada por el hechizo de oscuridad, de que el bozal le tapa el resto de la "cara", al parecer me huele o me siente y se pone aún más histérica.-No tenéis remedio... A tus amiguitas anteriores les pasó lo mismo y siguen vivas, no grites tanto.
<<< Siguen vivas, sí, pero en forma de sangre a través de mis venas >>> pienso riendo. De nuevo vuelvo a mi dormitorio y a sentarme en la cama, para seguir practicando. Sentado, veo a la criatura aún intentado liberarse de las sogas que la atan y cuelgan del techo, en el cuarto de desuello, a través del hueco vacío de la puerta que hay en la pared. Y quizá cabreado por el comportamiento del colaespina, al cual, cabe destacar, le he arrancado todas las púas de la cola; le dedico un hechizo de herida bastante profunda y dolorosa, pero me veo obligado a cerrarlo pronto por dos razones: que no quiero manchar de sangre el suelo y que si pierde mucha, no servirá de nada que le cure. <<< Un colaespina sin heridas y muerto no me sirve >>>. Pero de pronto escucho la puerta del Burdel abrirse y cerrarse y dirijo una mirada inconsciente a la de mi cuarto. ¿Quién habrá salido? Estaba tan centrado en esto que no he escuchado nada... Elliot o Vacuum, que son los que no huelen. Pero los demás, sean quienes sean, siguen en el cuarto seguramente, porque estoy plenamente seguro de que no he escuchado a nadie más. En fin, a seguir con lo mío. No sé qué les pasa a esos tres, pero no hacen más que ir y venir, por separado, y encerrarse luego en su dormitorio. Esto último es comprensible, aunque a saber qué hacen todo el día ahí metidos. ¿Y fuera, solos, qué harán? No sé nada sobre ellos... Tanto salir con Gael y no tengo ni idea de qué hacen mis tres amigos más cercanos. Y tanto, al otro lado del pasillo. Llevo un buen rato sentado y sin hacer nada, el colaespina algo más relajado. Me levanto y me acerco a la criatura, que se agita nerviosa al sentir mi cercana presencia:
-¿Tú sabes qué les pasa a los tres? No lo sé yo que se supone su amigo, ¿lo sabrás tú?
Y mientras doy cuenta de su sangre en unos lentos segundos, saboreando su calidez y su agitación sin prisas, oigo de nuevo cómo se cierra la puerta del Burdel, hecho que me hace acabar con la vida del colaespina de un trago largo y sin piedad. Me acerco a la puerta y tras abrir un poco al pasillo, olisqueo el aire: Cain. Esta vez ha sido el rubio.<<< ¡Maldita sea! Podría haber salido antes de que se fuese y saludarle... >>> Vuelvo al cuarto, cerrando tras de mí y mirando de forma asesina al colaespina muerto, pues sin duda tiene la culpa de que no haya olido a Cain. Pero no, nada de eso. En su lugar inspiro y expiro hondo varias veces, para calmarme y le cierro la herida del cuello con un hechizo. <<< ¿Y ahora? Por la luz del pasillo ya faltará poco para que sea de noche, así que me iré a dar una vuelta, quizá me cruce con alguno de los tres o quizá algo me despedace, total, para lo que hago aquí dentro... >>> Abro las cortinas del dormitorio, las ventanas dejando que ambos cuartos se aireen y me cargo el colaespina al hombro tras vestirme con mi ropa negra, la espada y el látigo. Me asomo al balcón y salto, para después llegar corriendo a la puerta y, con una buena idea en mente, olisquear el aire en busca del rastro del chico. Este sale de la puerta, sí, pero se eleva en el aire y empieza a perderse por la brisa nocturna. <<< Diantre, no, no te pierdas chaval >>> Así que me convierto en humo y echo el vuelo hacia donde va el débil olor, parando en la plaza para dejar al colaespina muerto a merced de los demás.
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18/12/11, 08:45 pm

Vac no tardo en aterrizar frente a la puerta del burdel, se había esforzado al máximo y había volado lo mas rápido posible. Aterrizo con fuerza ante el edificio, amortiguando e golpe con las rodillas, y se acerco a la puerta tranquilo. El demonio guardián alzó la mirada de su periódico y Vac le saludo con la cabeza cuando le flanqueo el paso, y se encamino a la cocina, siguiendo el delicioso olor que inundaba el ambiente. Había muffins en la cocina, ¡muffins!. Rió con fuerza por que en un sitio como aquel cupiera algo tan mundano como aquello y cogió uno para comerlo en el salón. Se encamine hacia allí despacio, acariciando el plumaje azabache del ave y dándole un bocado al dulce. El chocolate fundido lleno su boca, y extendió su cálido sabor por todo el cuerpo del chico, calentando sus extremidades y reponiendole en parte del esfuerzo del paseo. Se sentó en uno de los divanes y puso a Feliks sobre una mesa cercana, donde se quedo quieto, descansando. Vac apoyó la espalda en el respaldo de su asiento y ojeo uno de los libros que había sobre la mesa distraído, trataba de magia básica de combate. Muchos de los hechizos ya se los sabía, pero aun así le gustaba repasarlos de vez en cuando, y aprender alguno nuevo. Sus ojos empiezan a resbalar por las páginas sin enterarse de nada de lo que pone realmente, cada vez mas pesados. Le apetecía descansar la vista, recostarse un poco y relajarse, pero no se permitió dormir, no antes de acabarse el dulce. Comío despacio, disfrutando del sabor del muffin, saboreando el chocolate en su paladar, tratando de alargar el momento el máximo tiempo posible, pero no duro para siempre. El último bocado se deslizo por su garganta mientras el libro se deslizaba hasta el suelo. Vac resbaló por el diván hasta quedar boca abajo, recostando la cabeza sobre un cojín. El sueño le llevó poco a poco, con un regusto a chocolate en la boca, y el olor del fuego en la piel.

19/12/11, 07:32 am

Las calles comenzaban a bullir con el ruido de los seres que salían de noche. El sol se había escondido y los que dormían de día, se habían empezado a despertar. Sobrevolé la ciudad, tratando de moverme lo menos posible para evitar el dolor. Por lo visto las agujetas no entraban en mi don de regeneración. Aterricé en la puerta, sin demasiada elegancia debido a las malas condiciones en las que me encontraba. El diablillo, que estaba leyendo como siempre, se levantó de mala gana a abrir la puerta. Entré al burdel, que estaba sumido en la penumbra, aunque eso no dificultaba demasiado mi visión. Escuché la respiración lenta y tranquila de alguien durmiendo en uno de los divanes. Me acerqué y pude ver a Vacuum, tumbado bocabajo. Sonreí internamente mirándole como una tonta. "Mi bello durmiente" reí. Luego recogí el libro que estaba tirado en el suelo y lo puse sobre la mesa. Sopesé la idea de llevarle en brazos hasta la cama, como le había hecho mas de una vez conmigo. Ahora podía hacerlo. Sabía que si quería podria cogerle en brazos, no como antes cuando era una simple humana y el hecho de hacer que sus pies se levantansen un centimetro del suelo hubiese gastado todas mis fuerzas... pero me dolía demasiado el cuerpo y además no quería despertarle. Decidí subir al cuarto, donde cogí una manta para taparle. Volví al salón y se la eché por encima. Me senté en el suelo, con la espalda apoyada en el diván y saqué el libro de lucha con espadas, con cuidado de no cortarme con su filo, mientras acariciaba la cara y el pelo del chico con mucho cuidado. Comencé a leer, haciendole de vez en cuando preguntas al dragón. Estaba realmente cansada, pero no podía dormir. No quería. Seguí leyendo hasta que mi vista pasaba por las palabras practicamente sin leerlas. Cerré el libro y lo dejé en el suelo, a mi lado. Me quedé mirando al techo, sin dormirme del todo, pero sin estar tampoco completamente despierta.

21/12/11, 05:38 pm

Cain entró en el burdel tratando de no hacer ruido. No había ninguna luz encendida, por lo que dedujo que Vacuum y Elliot ya debían estar durmiendo. Y efectivamente estaban durmiendo, los dos en el suelo del salón. Cain suspiró, ¿cómo podían quedarse ahí dormidos? Aunque en realidad el suelo del burdel era bastante cómodo, además de cálido. Dejó su bolsa a un lado, llevando la olla con las sobras a la cocina para meterla en la nevera. Volvió al salón y levantó a los otros dos con un hechizo de levitación, acariciando sus cuerpos para conducirlos escalera arriba, al dormitorio. Podría haber invocado a dos porteadores, pero el hechizo era más suti, más delicado. Además, estaba abusando mucho de los demonios ultimamente, era como si se estuviese acostumbrando a tener esclavos, y eso no acababa de gustarle.
Los dejó sobre la cama, arropándolos con cuidado, para después quitarse todos los colgantes que llevaba, las botas y la ropa y echarse en la cama también. Elliot estaba justo a su lado, le cogió la mano y entrelazó sus dedos. Ya no le tenía miedo. El dolor de las muertes que él mismo había provocado seguía bullendo en su interior, pero Elliot ya no se reflejaba en él. estaban jugando con mucho poder, y el poder tiene un precio, un precio alto y retorcido que tenían que pagar aunque no quisieran. Tal vez las muertes que él mismo había provocado no fuesen más que parte del precio. Tu alma se forja a través del dolor y se hace preciosa...
Un dolor asfixiante le oprimió el pecho exprimiéndole las entrañas. Era un dolor familiar y conocido, acompañado de una voz familiar y conocida

<< ¡¿Estigma?!>>

23/12/11, 03:08 pm

Estaba sumida en un estado de seminconsciencia, con mi mente vagando entre recuerdos y fantasías sin dejar que el sueño me llevase completamente. La mano que acariciaba el pelo del griego, solo se detenía cuando, algunas veces, mi mente volaba demasiado lejos, aunque volvía rápido. Pensé en irme a la cama, pero no quería separarme de él. Oí a alguien entrando al burdel, pero no me moví, estaba demasiado cansada y dolorida para hacerlo. Pude escuchar el suspiro de Cain y sus pasos dirigiéndose hacia la cocina para luego volver. De pronto noté que me elevaba del suelo y me sobresalté, pero aun así no me moví. Si me llevaba al cuarto, mejor. Nos dejó en la cama y se desvistió para venir con nosotros también. Agradecí su calor, que en parte aliviaba todos mis músculos. Entrelazó su mano con la mía, y entonces dejé de fingir que estaba dormida, apretando suavemente su mano y acercándome algo más a él. Ya no parecía enfadado, la expresión de miedo que había tenido el día antes, había desaparecido. Mi otra mano rodeó su espalda, abrazándole, aunque aun con cuidado por mi parte. Sabía que no era algo fácil de entender, debía dejarles tiempo, hacer que lo entendiesen no como algo malo, no como algo bueno sino como algo necesario. De pronto la expresión del chico cambió. Había miedo y dolor en él. Me asusté, me asusté mucho e inconscientemente, me separé de él, creyendo sin duda que yo era el problema. Me quedé mirándole apenas un segundo. Yo no le había hecho daño... yo no quería hacerle daño, no por nada del mundo... ¿Porque se había puesto así? Sin poderlo evitar, tuve que abrazarle de nuevo, esta vez con fuerza, queriendo demostrarle que yo no era mala, que yo no iba a ser mala con ellos.

Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)

Burdel de dama Espasmo

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