Burdel de dama Espasmo

01/08/11, 01:16 am

Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.

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17/12/11, 10:24 pm

Volvieron Vac, Cain y Elliot y lo poco que escuché al salir al pasillo fue suficiente para volver al dormitorio. Les pasaba algo pero era preferible no interrumpirles. Y no parecía nada agradable... ¿Luego qué he hecho? Ah, sí, seguir encerrado en el cuarto practicando con el colaespina, practicando hechizos de curación con él aunque yo no los necesite de forma urgente <<< Siempre hay que tener en cuenta al grupo y en vistas de una incursión en uno de esos mundos... Mejor saber curar a los demás >>> ¿Y así hasta el amanecer? Ni idea, llevo todo este tiempo en la oscuridad, sin importarme que sea de día o de noche ahí fuera. Solo saldré cuando pueda hablar con los demás o la sed me acucie a ello, aunque de momento tengo suficientes reservas. Y hablando de sangre... Al parecer potencia mi magia, y el efecto es mejor con la magia de sangre, cosa que tiene bastante sentido.<<< Eso sí, pobre colaespina >>> pienso riendo, mientras vuelvo a hacerle otra herida sin rozarle, a varios metros, para después curarle de nuevo, todo adeerezado con aullidos silenciados por una especie de bozal que le he fabricado, con piel de otro de sus congéneres.
-No queremos despertar a nadie con nuestro entrenamiento, ¿verdad?-dije en su momento, como si la criatura me entendiese.
Y como si me importase su sufrimiento, aquí sigo, practicando con los hechizos sobre su cuerpo, con la dificultad añadida de que al estar colgando del techo puede balancearse histéricamente, desbaratando alguno de mis hechizos locales.
-¡Estate quieta!-me exaspero a veces y cruzo el dormitorio hasta el cuarto de desuello para parar su balanceo con mis propias manos, llevándome algún que otro arañazo que pronto desaparece de mi pálida piel.-Es comprensible que chilles y te muevas, pero estate quieta.-le digo, intentando calmarla, acercando mi cara a su cabeza. Y a pesar de estar cegada por el hechizo de oscuridad, de que el bozal le tapa el resto de la "cara", al parecer me huele o me siente y se pone aún más histérica.-No tenéis remedio... A tus amiguitas anteriores les pasó lo mismo y siguen vivas, no grites tanto.
<<< Siguen vivas, sí, pero en forma de sangre a través de mis venas >>> pienso riendo. De nuevo vuelvo a mi dormitorio y a sentarme en la cama, para seguir practicando. Sentado, veo a la criatura aún intentado liberarse de las sogas que la atan y cuelgan del techo, en el cuarto de desuello, a través del hueco vacío de la puerta que hay en la pared. Y quizá cabreado por el comportamiento del colaespina, al cual, cabe destacar, le he arrancado todas las púas de la cola; le dedico un hechizo de herida bastante profunda y dolorosa, pero me veo obligado a cerrarlo pronto por dos razones: que no quiero manchar de sangre el suelo y que si pierde mucha, no servirá de nada que le cure. <<< Un colaespina sin heridas y muerto no me sirve >>>. Pero de pronto escucho la puerta del Burdel abrirse y cerrarse y dirijo una mirada inconsciente a la de mi cuarto. ¿Quién habrá salido? Estaba tan centrado en esto que no he escuchado nada... Elliot o Vacuum, que son los que no huelen. Pero los demás, sean quienes sean, siguen en el cuarto seguramente, porque estoy plenamente seguro de que no he escuchado a nadie más. En fin, a seguir con lo mío. No sé qué les pasa a esos tres, pero no hacen más que ir y venir, por separado, y encerrarse luego en su dormitorio. Esto último es comprensible, aunque a saber qué hacen todo el día ahí metidos. ¿Y fuera, solos, qué harán? No sé nada sobre ellos... Tanto salir con Gael y no tengo ni idea de qué hacen mis tres amigos más cercanos. Y tanto, al otro lado del pasillo. Llevo un buen rato sentado y sin hacer nada, el colaespina algo más relajado. Me levanto y me acerco a la criatura, que se agita nerviosa al sentir mi cercana presencia:
-¿Tú sabes qué les pasa a los tres? No lo sé yo que se supone su amigo, ¿lo sabrás tú?
Y mientras doy cuenta de su sangre en unos lentos segundos, saboreando su calidez y su agitación sin prisas, oigo de nuevo cómo se cierra la puerta del Burdel, hecho que me hace acabar con la vida del colaespina de un trago largo y sin piedad. Me acerco a la puerta y tras abrir un poco al pasillo, olisqueo el aire: Cain. Esta vez ha sido el rubio.<<< ¡Maldita sea! Podría haber salido antes de que se fuese y saludarle... >>> Vuelvo al cuarto, cerrando tras de mí y mirando de forma asesina al colaespina muerto, pues sin duda tiene la culpa de que no haya olido a Cain. Pero no, nada de eso. En su lugar inspiro y expiro hondo varias veces, para calmarme y le cierro la herida del cuello con un hechizo. <<< ¿Y ahora? Por la luz del pasillo ya faltará poco para que sea de noche, así que me iré a dar una vuelta, quizá me cruce con alguno de los tres o quizá algo me despedace, total, para lo que hago aquí dentro... >>> Abro las cortinas del dormitorio, las ventanas dejando que ambos cuartos se aireen y me cargo el colaespina al hombro tras vestirme con mi ropa negra, la espada y el látigo. Me asomo al balcón y salto, para después llegar corriendo a la puerta y, con una buena idea en mente, olisquear el aire en busca del rastro del chico. Este sale de la puerta, sí, pero se eleva en el aire y empieza a perderse por la brisa nocturna. <<< Diantre, no, no te pierdas chaval >>> Así que me convierto en humo y echo el vuelo hacia donde va el débil olor, parando en la plaza para dejar al colaespina muerto a merced de los demás.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

18/12/11, 08:45 pm

Vac no tardo en aterrizar frente a la puerta del burdel, se había esforzado al máximo y había volado lo mas rápido posible. Aterrizo con fuerza ante el edificio, amortiguando e golpe con las rodillas, y se acerco a la puerta tranquilo. El demonio guardián alzó la mirada de su periódico y Vac le saludo con la cabeza cuando le flanqueo el paso, y se encamino a la cocina, siguiendo el delicioso olor que inundaba el ambiente. Había muffins en la cocina, ¡muffins!. Rió con fuerza por que en un sitio como aquel cupiera algo tan mundano como aquello y cogió uno para comerlo en el salón. Se encamine hacia allí despacio, acariciando el plumaje azabache del ave y dándole un bocado al dulce. El chocolate fundido lleno su boca, y extendió su cálido sabor por todo el cuerpo del chico, calentando sus extremidades y reponiendole en parte del esfuerzo del paseo. Se sentó en uno de los divanes y puso a Feliks sobre una mesa cercana, donde se quedo quieto, descansando. Vac apoyó la espalda en el respaldo de su asiento y ojeo uno de los libros que había sobre la mesa distraído, trataba de magia básica de combate. Muchos de los hechizos ya se los sabía, pero aun así le gustaba repasarlos de vez en cuando, y aprender alguno nuevo. Sus ojos empiezan a resbalar por las páginas sin enterarse de nada de lo que pone realmente, cada vez mas pesados. Le apetecía descansar la vista, recostarse un poco y relajarse, pero no se permitió dormir, no antes de acabarse el dulce. Comío despacio, disfrutando del sabor del muffin, saboreando el chocolate en su paladar, tratando de alargar el momento el máximo tiempo posible, pero no duro para siempre. El último bocado se deslizo por su garganta mientras el libro se deslizaba hasta el suelo. Vac resbaló por el diván hasta quedar boca abajo, recostando la cabeza sobre un cojín. El sueño le llevó poco a poco, con un regusto a chocolate en la boca, y el olor del fuego en la piel.

19/12/11, 07:32 am

Las calles comenzaban a bullir con el ruido de los seres que salían de noche. El sol se había escondido y los que dormían de día, se habían empezado a despertar. Sobrevolé la ciudad, tratando de moverme lo menos posible para evitar el dolor. Por lo visto las agujetas no entraban en mi don de regeneración. Aterricé en la puerta, sin demasiada elegancia debido a las malas condiciones en las que me encontraba. El diablillo, que estaba leyendo como siempre, se levantó de mala gana a abrir la puerta. Entré al burdel, que estaba sumido en la penumbra, aunque eso no dificultaba demasiado mi visión. Escuché la respiración lenta y tranquila de alguien durmiendo en uno de los divanes. Me acerqué y pude ver a Vacuum, tumbado bocabajo. Sonreí internamente mirándole como una tonta. "Mi bello durmiente" reí. Luego recogí el libro que estaba tirado en el suelo y lo puse sobre la mesa. Sopesé la idea de llevarle en brazos hasta la cama, como le había hecho mas de una vez conmigo. Ahora podía hacerlo. Sabía que si quería podria cogerle en brazos, no como antes cuando era una simple humana y el hecho de hacer que sus pies se levantansen un centimetro del suelo hubiese gastado todas mis fuerzas... pero me dolía demasiado el cuerpo y además no quería despertarle. Decidí subir al cuarto, donde cogí una manta para taparle. Volví al salón y se la eché por encima. Me senté en el suelo, con la espalda apoyada en el diván y saqué el libro de lucha con espadas, con cuidado de no cortarme con su filo, mientras acariciaba la cara y el pelo del chico con mucho cuidado. Comencé a leer, haciendole de vez en cuando preguntas al dragón. Estaba realmente cansada, pero no podía dormir. No quería. Seguí leyendo hasta que mi vista pasaba por las palabras practicamente sin leerlas. Cerré el libro y lo dejé en el suelo, a mi lado. Me quedé mirando al techo, sin dormirme del todo, pero sin estar tampoco completamente despierta.

21/12/11, 05:38 pm

Cain entró en el burdel tratando de no hacer ruido. No había ninguna luz encendida, por lo que dedujo que Vacuum y Elliot ya debían estar durmiendo. Y efectivamente estaban durmiendo, los dos en el suelo del salón. Cain suspiró, ¿cómo podían quedarse ahí dormidos? Aunque en realidad el suelo del burdel era bastante cómodo, además de cálido. Dejó su bolsa a un lado, llevando la olla con las sobras a la cocina para meterla en la nevera. Volvió al salón y levantó a los otros dos con un hechizo de levitación, acariciando sus cuerpos para conducirlos escalera arriba, al dormitorio. Podría haber invocado a dos porteadores, pero el hechizo era más suti, más delicado. Además, estaba abusando mucho de los demonios ultimamente, era como si se estuviese acostumbrando a tener esclavos, y eso no acababa de gustarle.
Los dejó sobre la cama, arropándolos con cuidado, para después quitarse todos los colgantes que llevaba, las botas y la ropa y echarse en la cama también. Elliot estaba justo a su lado, le cogió la mano y entrelazó sus dedos. Ya no le tenía miedo. El dolor de las muertes que él mismo había provocado seguía bullendo en su interior, pero Elliot ya no se reflejaba en él. estaban jugando con mucho poder, y el poder tiene un precio, un precio alto y retorcido que tenían que pagar aunque no quisieran. Tal vez las muertes que él mismo había provocado no fuesen más que parte del precio. Tu alma se forja a través del dolor y se hace preciosa...
Un dolor asfixiante le oprimió el pecho exprimiéndole las entrañas. Era un dolor familiar y conocido, acompañado de una voz familiar y conocida

<< ¡¿Estigma?!>>

23/12/11, 03:08 pm

Estaba sumida en un estado de seminconsciencia, con mi mente vagando entre recuerdos y fantasías sin dejar que el sueño me llevase completamente. La mano que acariciaba el pelo del griego, solo se detenía cuando, algunas veces, mi mente volaba demasiado lejos, aunque volvía rápido. Pensé en irme a la cama, pero no quería separarme de él. Oí a alguien entrando al burdel, pero no me moví, estaba demasiado cansada y dolorida para hacerlo. Pude escuchar el suspiro de Cain y sus pasos dirigiéndose hacia la cocina para luego volver. De pronto noté que me elevaba del suelo y me sobresalté, pero aun así no me moví. Si me llevaba al cuarto, mejor. Nos dejó en la cama y se desvistió para venir con nosotros también. Agradecí su calor, que en parte aliviaba todos mis músculos. Entrelazó su mano con la mía, y entonces dejé de fingir que estaba dormida, apretando suavemente su mano y acercándome algo más a él. Ya no parecía enfadado, la expresión de miedo que había tenido el día antes, había desaparecido. Mi otra mano rodeó su espalda, abrazándole, aunque aun con cuidado por mi parte. Sabía que no era algo fácil de entender, debía dejarles tiempo, hacer que lo entendiesen no como algo malo, no como algo bueno sino como algo necesario. De pronto la expresión del chico cambió. Había miedo y dolor en él. Me asusté, me asusté mucho e inconscientemente, me separé de él, creyendo sin duda que yo era el problema. Me quedé mirándole apenas un segundo. Yo no le había hecho daño... yo no quería hacerle daño, no por nada del mundo... ¿Porque se había puesto así? Sin poderlo evitar, tuve que abrazarle de nuevo, esta vez con fuerza, queriendo demostrarle que yo no era mala, que yo no iba a ser mala con ellos.

06/01/12, 08:21 pm

La visión de Cain se fue nublando por momentos hasta que todo se volvió negro. Las tinieblas le arrastraron a la inconsciencia mientras sentía la bilis subir por su garganta y un frío glacial apoderarse de su cuerpo. Estigma no había muerto, la Luna Roja no lo había matado. Estigma seguía allí, Cain podía sentirlo latiendo en su interior, nutriendose de su dolor, de su miedo, reuniendo fuerzas...

Cain despertó de golpe sin acordarse de nada. No sabía si era de día o de noche, ni sabía cuanto tiempo llevaba inconsciente. Se llevó las manos a la cara, cubriéndose los ojos y masajeándose las sienes, la cabeza le dolía a horrores.
-¿Qué haces ahí?- le preguntó a su verdugo, pero era como si le hablase al viento, a la nada. Estigma no iba a contestarle, sin embargo en la mente de Cain podía adivinar su burla. Le había engañado, le había hecho creer que la Luna había borrado para siempre su maldición, pero nada podía borrar esa maldición; estaba grabada a fuego en su nombre, había nacido junto a él, crecido junto a él, y aunque no moriría con él, le acompañaría hasta las puertas del mismísimo Infierno cuando le llegase la hora- Pero es diferente...
Y tanto que lo era. Cain no era ya el niño maldito, no era el paria de su familia ni la víctima de su loca madre, ahora era un habitante de Rocavarancolia. Había cambiado, y aunque Estigma decidiese volver todo sería muy distinto << Esta vez yo llevaré las riendas viejo amigo...>> Pensó para sí. Se puso en pie y buscó ropa por la habitación, tan solo unos pantalones oscuros, eran más que suficientes... Algo en su interior se revolvió y sintió una presión en el pecho.
-Lo notas, ¿verdad hijo de perra? Como la última vez que traté de desobedecerte... No te gusta que lo haga, ¿a que no? Puto obseso del control... - siseó entre dientes mirándose en un espejo, casi podía ver el brillo de odio en su propia mirada. Puso la mano en el cristal y se echó a reír.

07/01/12, 10:00 pm

El chico no pareció fijarse en el abrazo, como si simplemente no estuviese ahí. Le noté frío entre mis brazos, sentí su cabeza apoyándose en mi hombro como si de un muñequito se tratase. Sus brazos caían a ambos lados del cuerpo. No se movía, apenas respiraba.
Asustándome de nuevo, me aparté un poco para poderle mirar la cara. Sus ojos estaban cerrados y su cara blanca como la cal. Los nervios se apoderaron de mi. Sacudí un poco al chico, tratando de que se despertase, pero no dio resultado. Le tumbé en la cama con mucho cuidado y rápidamente me vi la vuelta, hacia donde Vacuum dormía tranquilo. Traté de despertarle de todas las formas posibles pero no dio resultado... parecían estar los dos en el mismo sueño profundo. Estaba desesperada, no sabía que hacer. "¿Porque no despertáis? ¿Que os pasa?" lloraba. Desee poder gritar. Me agazapé entre ellos abrazando a Cain, sintiendo la piel de Vacuum a mi espalda y pasando su brazo por encima de mi. Cogi sus manos, acariciándolas. "Despertad, despertad..."

Los días pasaron lentos en soledad. Los chicos no despertaban, la única señal de que seguían vivos era el constante subir y bajar de sus pechos. Había intentado darles de comer, pero había sido en vano. No podía hacer nada mas que mirarles, mirarles y desear que estuviesen bien. Tan solo salía de aquel cuarto para entrenar unas horas al día, aunque en los entrenamientos, mis pensamientos continuaban al lado de los chicos y no podía hacer nada bien. El dragón se quejaba constantemente. Entendía lo que me pasaba, pero no aceptaba que eso influyese en mi entrenamiento. Después de entrenar, lanzaba un hechizo de limpieza sobre mi cuerpo y volvía a la cama, entre ellos. El primer día había tratado de hablar con Vacuum pero había sido en vano. No se despertaban ni se movían. Me pasaba el día sola, sentada en la almohada, acariciando el pelo de ambos, tratando de hacer que la presión que sentía sobre mi pecho desapareciese, cosa imposible. No entendía que les pasaba, no entendía porque estaban así. Había mirado en los libros pero no ponía nada, no encontraba la solución. Los hechizos de sanación no servían, había buscado en todo su cuerpo cualquier señal, herida o marca que me diese una pista pero nada. En ocasiones sucumbía a la desesperación y les gritaba en mis pensamientos rogándoles que volviesen. Otras veces me dejaba llevar por las lagrimas y lloraba en sueños. No podían quedarse así para siempre... tenían que despertar y o lo hacia pronto o sin duda me acabaría volviendo loca. Lo poco que dormía, lo hacía abrazada a ellos, como si me los fuesen a quitar, como si en cualquier momento fuesen a desaparecer, estremeciéndome cada vez que tocaba la piel de Cain, que seguía exactamente igual de helada y por mas mantas que ponía, era imposible cambiarlo. Me había convertido en la cuidadora y supervisora de dos muñequitos.
Habían pasado unos cinco días cuando algo me despertó. Cain no estaba delante mía. Me incorporé de un salto, buscándolo rápidamente por la habitación. El chico estaba de pie frente al espejo, vestido con unos pantalones mientras murmuraba algo entre dientes. Luego comenzó a reírse... en otro momento su risa me hubiese dado miedo, pero en ese instante sonó como música para mi. Hacia demasiado que no escuchaba su voz. Me levanté sin pensarlo y corrí hacia él. Le abracé por la espalda, sin darle tiempo a reaccionar siquiera. Luego le obligué a girarse, agarrando su cara entre las manos para poder mirar su ojo. Quería verle despierto. Quería saber que estaba bien. Volví a abrazarle, recolgándome de él, apretándome contra él tanto como podía, dando gracias al cielo por que volviese a estar despierto. Quería preguntarle que le había pasado, pero la única forma en que lo podía hacer requería separarme de él, y no estaba dispuesta a eso en ese momento.

12/01/12, 07:39 pm

La risa de Cain se rompió cuando una figura oscura empañó el espejo. Lo vio como un destello de sombra, de pura oscuridad que deformaba su propia imagen y la volvía perversa... Había alguien más en ese espejo... Un instante de pánico se apoderó de Cain durante unos instantes, y el repentino abrazo casi le hizo dar un salto. La oscuridad del espejo se convirtió en la niebla que emanaba del cuello de Elliot, era ella quien le abrazaba con la fuerza de alguien que tiene miedo de perder algo importante. Le acarició los brazos con ternura y trató de recuperar la sonrisa, una más dulce y menos maníaca que la que había tenido en sus labios minutos antes.
-Buenos días... ¿Cuánto he dormido?- preguntó con voz suave.
Separó los brazos de Elliot, obligándola a soltar el abrazo, y se giró para poder estrecharla entre sus brazos. Le besó el cuello repetidas veces, pero su cuerpo seguía inquieto. Aún podía sentir a Estigma, estaba claro que había vuelto para quedarse... pero ¿cómo la haría salir? << ¿Se me acabaron las vacaciones?>> Rió mentalmente, recuperando el deje de locura, y llevó a Elliot hasta la cama, ocultando la cara en su cuello para que no viera la mueca que tenía ahora por sonrisa. << Cálmate...>> se ordenó, y también se lo ordenó a Estigma, y para su sorpresa la presión en su pecho retrocedió, desvaneciéndose. Le había obedecido... El verdugo de su infancia había acatado una orden suya... Eso le dió más ánimo para llevar a cabo su plan, y le provocó una suave risilla. Casi no se lo creía.
-Siento haber ''desaparecido''- dijo haciendo comillas con los dedos y echándose atrás para tumbarse en la cama- No sé lo que me ha pasado...- mintió. No diría nada de nada hasta que no se asegurase de que no iba a hacer nada que les disgustase, bastantes preocupaciones tenían ya Elliot y...- ¿Vac?

Vacuum estaba acostado, dormido profundamente. Cain había apoyado la cabeza en su pierna y lo zarandeaba para intentar despertarle, sin éxito. Miró a Elliot interrogante y le bastó eso para comprender que Vacuum había dormido tanto como él, tal vez más.

-¿Qué coño...?

12/01/12, 08:43 pm

Vac dormía. Había caído agotado el día que se enfrento a los gusanos, solo necesitaba dormir un poco, pero su estado de sueño se había prolongado demasiado. Ni siquiera el lo entendía, tenía breves momentos de lucidez en los que trataba de levantarse, pero no conseguía nada. No sabía porque estaba así, aunque tenía varias teorías. Lo atribuía a algún tipo de desequilibrio mágico, o a algo que tocara en la cicatriz; quizá simplemente había sido algún reflejo natural. Necesitaba descansar de verdad, necesitaba pensar, y es lo que izo en los pocos ratos que no flotaba en una agradable negrura sin color. Mas o menos tenía claro lo que haría cuando despertara, había hilvanado el comienzo de algunos planes, y procuraría llevarlos a cabo cuando saliera de aquel estado.
Los días pasaron, o eso acertó a deducir, el tiempo era algo poco importante en el estado en el que estaba, y la verdad es que no se preocupaba por el, solo lo sentía por Cain y por Elliot, ya que no estaba seguro de que supieran lo que pasaba, su pecho subiendo y bajando era el único signo de vida en el, su respiración calmada lo ataba al mundo de los vivos. Pero sin embargo, aquel estado tenia cosas buenas. El chico sintió como su cuerpo se equilibraba, como la magia que había obtenido calmaba su cuerpo, ya que la tensión de los últimos tiempo no le había sentado del todo bien. Aquel prolongado sueño le sentó como un tratamiento completo en un spa de la Tierra, y si hubiera estado despierto se habría doblado por las carcajadas.
No sabía el tiempo que llevaba así, cuando comenzó a sentir algo. Al principio no le dio importancia, apenas lo noto, como un movimiento lejano, ajeno a él. Pero luego se incremento, creyó que alguien le zarandeaba con fuerza, pero no estaba seguro. La verdad es que quería salir de aquel estado ya, y parecía que había encontrado un motivo. Alguien le estaba llamando, y a través de la negrura le llegó la voz de Cain.
Vac empezó a despertar como el que emerge de las profundidades de un pozo, sus alas aletearon ligeramente, casi sin fuerzas. Los músculos se tensaron bajo la piel, como cuerdas de acero, como anunciando el largo suspiro que escapó de sus labios. Los parpados aletearon, y su mirada trato de enfocar bien, dirigiéndose hacia Cain y Elliot, observándoles algo ido. Los ojos de Vac estaban ópacos, de un verde mate, sin brillo alguno, la ausencia de luz los había puesto así, aunque no estarían así siempre.
-¿Buenos días?... -murmuró confuso, con mirada errática, sin saber en que momento del día estaban, ni cuanto tiempo había pasado.
Se pasó una mano por la cara, aun tumbado en la cama, peinándose el cabello negro hacia atrás con los dedos, como un niño que acaba de darse cuenta de que hoy no tiene clase...

13/01/12, 07:39 am

Cain pareció sobresaltarse cuando le di el abrazo, pero eso no me detuvo. Los chicos se habían convertido en una droga para mi y había pasado mucho, mucho tiempo sin poder estar con ellos. Sentí sus caricias en mis brazos y le apreté un poco mas, pegándome a el tanto como podía. Cuando se separó de mi, apenas un segundo, quise protestar, pero el chico se giró para abrazare. Sus labios sobre mi piel me hicieron temblar. No quería separarme de él para poder hablarle así que hice que unas letras de fuego negro se dibujasen en el aire detrás de mi. "demasiado tiempo" ponía. "Has estudiado telepatía... ¿porque no le hablas directamente?" Preguntó el dragón sacándome de mi nube rosa. Maldito inoportuno... "porque no se si podré, he estudiado pero si lo uso sin avisarle podría no controlarme y acabar volviendole loco..." le contesté con tono cansado. Pero sin duda tenía que practicar pronto...
Cain me condujo hasta la cama, donde me senté a un lado de Vacuum, como llevaba haciendo días, acariciándole el pelo y la cara. El rubio comenzó a hablar y preguntó por Vacuum. Le zarandó para despertarle. Yo, inconscientemente me encogí. Había intentado zarandearle, gritarle, rogarle... pero nada, el chico no se despertaba, ni iba a hacerlo... o al menos eso pensaba yo pues, cuando Cain le movió se oyó un zumbido apagado, de sus alas. "Quizá era eso lo que necesitaba..." pensé con una sonrisa amarga. Me quedé absolutamente quieta durante unos segundos, sin respirar siquiera tan solo para escuchar ese sonido, para envolverme y empaparme de él. Su cuerpo entero se tensaba y soltó un suspiro. Sus ojos abrieron lentamente y no pude evitar casi echarme a llorar cuando volví a ver esos ojos verdes mirándome. Estaban apagados, demasiado oscuros, les faltaba luz... pero aun así, eran suficiente para hacerme temblar. Apenas le di tiempo a respirar dos veces cuando me abalancé sobre él. Le abracé tan fuerte que temí incluso hacerle daño, acariciando su piel con mis manos y lamiéndola con el humo, tratando de absorber su olor, tratando de recuperar en ese abrazo los cinco días de ausencia. Tenía miedo de que volviese a dormirse, de que volviese a dejarme sola. Agarré a Cain para que se uniese al abrazo, rodeando con mis brazos a ambos, y llorando mientras temblaba, no sabía si de miedo o me emoción. "¿Porque no despertabas? ¿Porque no despertabais? Crei que no lo haríais nunca... No volváis a dejarme sola... tenía miedo... tenía miedo..." pensé sin soltarles ni un segundo. La niebla negra rozó los labios de Vacuum para pasar luego a los de Cain. Decidí dejarles respirar un poco, aunque de mala gana puesto que lo que me apetecía era abrazarles hasta crearles llagas en la piel. Me tumbé a un lado y comencé a contarles mis días. Les conté como se había desmayado Caín, mis intentos desesperados por despertar a ambos, mis esfuerzos por darles de comer, las largas noches y los días a su lado, los entrenamientos, mi miedo, todos los libros que había mirado tratando de dar con la solución... Me quedé abrazada a mi misma, con la espalda apoyada sobre el cabecero de la cama, aun temblando. Ellos eran todo lo que yo tenía, eran todo lo que me quedaba. No podía imaginar lo que hubiese pasado si no hubiesen despertado, no quería imaginarlo.

15/01/12, 12:48 am

Cain escuchó atentamente la narración de Elliot ¿De verdad hacía bien no contándole nada? No estaba seguro de cómo se lo iban a tomar pero él ya lo tenía claro, lo tenía más claro que nunca... Mientras escuchaba dibujaba símbolos en las sábanas, símbolos que traspasaban el colchón y el suelo hasta el piso inferior, donde los demonios ya habían empezado a trabajar. A medida que la narración avanzaba un delicioso olor a comida subía a la habitación. Cain detuvo a Elliot dejando un suave beso en su hombro.
-Vamos a relajarnos. Ya estamos los dos despiertos, así que vamos a comer y tal vez a darnos un buen baño ¿de acuerdo?- le dijo con voz aterciopelada, acompañando sus palabras con más besos.
Un demonio rechoncho de brazos largos entró en la habitación portando una bandeja sobre su cabeza y un trapo en el brazo como si de un camarero se tratase. Puso el trapo a modo de mantel sobre la cama y colocó con cuidado la bandeja, sirviendo agua y los vasos y una tisana relajante para Elliot. Cain comenzó a comer sin decir palabra mientras el demonio aguardaba obediente en la puerta las órdenes de su amo.
Tras terminar uno de los platos y meditarlo seriamente decidió que no era justo mantenerlo en secreto. Sabía que era posible que necesitase la ayuda de ambos para llevar a cabo su plan, así que lo mejor era que lo supieran todo desde el principio.

-Estigma no murió con la Luna Roja- anunció, sin alzar la mirada de su plato.- No desapareció, sigue ahí, dentro de mi, y seguirá siempre... Fue por su causa que quedé inconsciente. Ha vuelto, ha vuelto para siempre, pero... Ya no será como antes. aseguró alzando la mirada- Ahora he cambiado, ya no puede controlarme ni manipularme como antes, las tornas han cambiado- cogió un trozo de pan y se lo llevó a la boca.- Necesito avergiguar como, pero creo que puedo controlar a Estigma.
Su verdugo se revolvió furioso en su interior, provocándole una convulsión que Cain logró controlar a tiempo. Sonrió. Podría hacerlo.

16/01/12, 04:32 pm

-La verdad es que no lo se, creo que necesitaba ese suelo reparador, pero siento haberte preocupado -dijo Vac cuando Elliot deshizo el abrazo, no le gustaba haberla tenido preocupada, y como Cain también parecía haber estado inconsciente un tiempo lo debía haber pasado mal.
El roce de la niebla en sus labios fue reconfortante, pero guardo silencio mientras Elliot relataba sus días con ellos dormidos, había pasado mucho miedo, y parecía muy afectada. Suspiro resignado, no podía cambiar lo que había pasado. Cain la tranquilizó mientras un aroma a comida inundaba la habitación desde abajo. A Vac se le hizo la boca agua, llevaba demasiado sin comer, y su estómago se quejo. Uno de los demonios de Cain abrió la puerta y entro con una bandeja de comida. Extendió un trapo sobre la cama, a modo de mantel, y empezó a servir la comida. Vac se bebió su vaso de agua de un trago y empezó a comer con ganas, saboreando la comida en silencio. Acabó realmente rápido, y se reclino un poco, a esperar que acabaran los otros dos. Cuando Cain acabó el primer plato, empezó a hablar, y a medida que avanzaba, el gesto de Vac se hacía mas sombrío, Cain decía que podría controlarlo, y el se fiaba, pero el método que tendría que emplear estaba de seguro de que no iba a ser nada bueno. Vac respiró profundamente para tranquilizarse, era absurdo no fiarse del siciliano, así que le apoyaría, aunque no le gustara. De todos modos había cambiado, ya no era la misma persona que había llegado a la ciudad, las cosas eran distintas ahora, podría soportarlo.
-De acuerdo -dijo simplemente-, pero ahora necesito ese baño, os espero abajo -dijo con algo de su brillo habitual en los ojos.
Cogió el cepillo y la cera de las alas, y salió de la habitación tras darle un beso a Elliot en el cuello, y otro a Cain en los labios. Bajó vestido únicamente con un pantalón negro hasta las termas, y se desnudó del todo, limpiando la oscura piel con ayuda de un cubo de agua, con cuidado de no mojar las alas. Cuando acabó, se cepillo las alas con cuidado, y recogió el polvo rojo en un trozo de tela que guardó en su pantalón y dejo a un lado. Se aplicó la cera, y cuando estuvo listo, se sumergió en el agua y emergió para apoyarse en un lateral de la poza, descansando la cabeza sobre los brazos, y haciendo ondas con las alas.
No había pensado en nada desde que salió de a habitación, se había limitado a actuar, y ahora que no tenia nada que hacer, comenzó a darle vueltas a lo del Estigma y a su propio cambio y el modo de afrontarlo, no sabía que pensar. Suspiró y entrecerró los ojos, tratando de no darle muchas vueltas.

17/01/12, 03:34 pm

Mientras contaba lo que había hecho, Vacuum se lo transmitía a Cain, y éste hacía dibujos en las sábanas. Paré de hablar al sentir un beso en mi hombro y fue entonces cuando me di cuenta del olor a comida que inundaba toda la habitación. Cain habló mientras daba besos en mi hombro. El estomago del griego rugió ante la mención de la comida y no pude evitar reírme. Hacía bastante que no me reía y me resultó hasta extraño.
Uno de los demonios de Cain entró en el cuarto con una bandeja... "Portero, cocineros, camareros... ¿Que será lo siguiente?" pensé mientras el diablillo colocaba las cosas para comer. Delante mía puso una infusión que mecánicamente dejé en una de las mesillas. Vacuum comió rápido sin hablar ni levantar la vista del plato. Acabó incluso antes de que el rubio terminase el primer plato. Cogí la mano de Vacuum y me puse a juguetear con ella, acariciando el dorso y haciéndole cosquillas en la palma, hasta que de pronto Caín habló. Dejé caer la mano de Vacuum, demasiado impresionada por lo que estaba escuchando. ¿El Estigma había vuelto? Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. El chico decía que ya no podía controlarle, que ahora era él quien llevaba las riendas... pero yo no lo tenía tan claro. Algo que es capaz de sobrevivir a la transformación y de hacer que alguien se desmaye de ese modo no es tan controlable... de todas formas no dije nada. Vacuum se levantó, recogiendo las cosas para bañarse y diciendo que nos esperaba abajo. Nos dio un beso a cada uno y salió del cuarto. Me quedé mirando la puerta unos segundos, pensativa. Abracé con cuidado a Cain. Ahora tendríamos que volver a tener cuidado, el Estigma no era para tomárselo a broma... pero éramos fuertes. Muy fuertes, mucho mas que antes de la Luna, eso tenía que contar... lo superaríamos, si, seguro... pero por ese momento no me apetecía seguir dándole vueltas al asunto. Había pasado días y días sola y todo lo que quería era pasar tanto tiempo junto a ellos como me fuese posible. Solté al rubio y le hice una señal para decirle que bajásemos con Vacuum. Sin duda tenia que practicar telepatía ya. No quería necesitar a un intermediario cada vez que tuviese que decir algo... Me levanté de la cama y salí del cuarto. Bajé las escaleras entre saltando y levitando, hasta que llegué a las termas, donde Vacuum estaba metido en el agua con la cabeza apoyada sobre los brazos en uno de los bordes. Parecía pensativo. Entré sin hacer nada de ruido. Parte de los entrenamientos con el dragón consistían en el sigilo, y en ese momento pude darme cuenta de lo que había mejorado en apenas unas semanas. Lancé un hechizo de limpieza sobre mi y me acerqué a donde estaba el chico. Conforme me sentaba en el borde de la poza, con las piernas metidas en el agua, mi ropa quedó reducida a un bikini negro. Acaricié el pelo de Vacuum, bajando hasta llegar al nacimiento de sus alas. "¿Estas bien?" le pregunté algo preocupada. Me metí del todo a la poza y apoyando mi espalda en la pared, me deslicé hacia el fondo, sentándome en el suelo completamente sumergida. El humo negro se movía dentro del agua como hilos de petroleo. Me sentía rara al no respirar, pero no era la misma sensación que cuando era humana. También me di cuenta que bajo el agua veía de forma distinta. No emborronado como antes, sino... distorsionado. Me puse de pie de nuevo al lado de Vacuum y le di otro abrazo, rodeando su cintura, acariciando su espalda, aspirando su olor y dejando besos de humo sobre su clavícula. Empezaba a acostumbrarme a lo que sentía al tocar con la niebla la piel de los chicos. Era algo extraño, podía notar su olor, su sabor y su tacto a la vez. Comenzaba a ser capaz de controlar el humo en parte, de hacer que rozase la piel de chico justo allí donde yo quería como si realmente le diese un beso. ¿Como lo sentiría él? Ascendí por su cuello acarciandole con labios de aire hasta llegar a la comisura de su boca. La niebla se coló dentro, rozando su lengua y rodeándola, jugando con ella, como mucho tiempo atrás. Me aparté un poco aunque sin dejar de abrazarle, sonriendo internamente. Todas las discusiones y los días en soledad se habían esfumado de mi mente. Me sentía bien allí, como un oasis en medio del desierto. Apoyé mi espalda en el borde de la poza y me quedé simplemente mirándole, sin mover un solo musculo, analizando sus ojos, su pelo mojado, sus labios, su cuello... como si fuese la primera vez que los veía.

18/01/12, 12:18 am

A la noche volví al Burdel después de estar fuera un par de días y entré por mi balcón directamente, ansioso por encontrar algún hechizo de runas. Pero como siempre me llevo a un colaespina para lo que necesite. Por fin, tras el día internado en la biblioteca, tomando notas sin parar sobre las runas y el rato pasado aquí en el burdel, buscando hechizos de runas en el libro de magia de sangre, doy con uno que si no me equivoco podré combinar con el hechizo de beber a distancia. Según esto... las runas se harían de sangre líquida que atrae la sangre sobre las runas. Si a esto le sumo el de herir y beber a distancia, todo será más sencillo. Pero hay un desgaste que hace que se puedan fundir y desteñirse. saca sangre solo de los cuerpos y recién salida... Bueno, estaré atento. A ver... ¿Dónde grabaré la runa? En los guantes. Mejor, en los dedos de los guantes, para llevar la sangre a la boca... Podría servir, primero experimentemos con el colaespina y luego a mejorar la cosa. Vamos a ello. Salto de la cama, voy a donde está atado el colaespina y de un rápido corte saco un poco de su sangre en una copa. Luego me pongo de rodillas en frente de la mesita de noche, saco uno de mis guantes y dibujo la runa con cuidao, siguiendo las instrucciones del libro. Cuando ya la tengo lista, retomo el libro de magia de sangre y voy a la página del de beber a distancia, el cual he olvidado por su complicación y desuso y lo recito varias veces, lentamente, hasta quedarme con su sonido y memorizarlo. <<<Vamos a ello. Si no sale, probaré con sangre humana>>> Recito el hechizo en voz alta mirando al colaespina y con la palma de la runa extendida pero de la herida solo salen unas gotitas que no llegan a medio camino. <<<Ains...>>> Saco de mi nevera la botella casi entera de sangre y doy un ligero trago, el cual me reconforta ya que llevo dias sin descansar ni dormir ni beber apenas por la emoción de lograr este maldito hechizo. Sacudo la cabeza al tiempo que noto la sangre recorrer mi cuerpo, mis venas y miro la botella mientras me relamo, luego al colaespina y de nuevo a la botella, la cual recupero y me la llevo a los labios para dar un trago largo y placentero sintiendo la calidez de su recorrido por mi cuerpo al tiempo que su olor inunda todo el dormitorio. Pero logro controlarme y no acabar el contenido <<<Uf...Ver...veremos cómo sale el hechizo ahora...>>> Aunque necesito unos minutos escasos para relajarme, nunca antes había bebido tanta humana en tan poco tiempo...Bestial... Y pensar que podría ser la mía de cuando aún era humano... Pero no lo es. Malos pensamientos, malos pensamientos, a disfrutar del momento. Cuando vuelvo a coger el libro y empiezo a recitar el hechizo, siento el fluir de la magia como si burbujease toda la sangre de mi interior y lo siguiente que siento es la calidez volátil de la sangre del colaespina manchando mi mano izquierda, justo donde está la runa, a una velocidad alarmante, por lo que detengo el hechizo antes de pringar más el cuarto. <<<Diantre... mañana a fregar, está todo perdido...Y el bicho...Aún respira, bueno, aún sirve>>> Me dejo caer sobre la cama, no cansado pero sí... extasiado, sí, esa sería la palabra. Y no puedo evitar miradas furtivas a la nevera, pero no puedo acabar las botellas que tengo ahorradas. <<<Imagina un enemigo lleno de heridas... con este hechizo, sería muy sádico, en plan explosión de sangre, jaja. Pero necesito un guante con dedos y que absorba la sangre obtenida, para chuparme los dedos, vaya>>> pienso riendo <<<Aunque quedaría muy cafre en mitad de una batalla>>> sigo riendo imaginando una batalla en toda regla, de noche claro, con un grupo de enemigos desangrados y el vampiro loco chupándose los dedos. A esto sigue una carcajada pero me callo cuando escucho un crujido: el colaespina está consiguiendo soltarse.
-Nada de eso, pequeña. No te vas a escapar tan fácilmente, ni aunque te soltase.
La cojo con cuidado de no arañarme y me asomo al balcón para luego saltar con ella a la calle. La dejo en el pavimento y le suelto las sogas y el látigo
-Ale, eres libre.
Pero en vez de huir, me gruñe y muestra sus colmillos, aún derramando sangre de la herida.
-Mal hecho...
Me arremango y busco el hechizo de fuego en la piel donde lo escribí hace ya tanto, para pronunciarlo y acto seguido ver cómo la criatura se extingue en llamas bajo el coro de sus chillidos agónicos, al tiempo que trata de huir de un enemigo hambriento e imparable. <<<Mala elección... Le iba a dar otro final pero en fin...>>> Y vuelvo al dormitorio, cerrando y preparando el cuarto para cuando salga el sol, tumbado en la cama lamiéndome los dedos aún manchados...
--De pronto abro los ojos, mirando al techo y luego a los lados, nervioso. No sé ni cuánto tiempo ha pasado, solo sé que no he dormido nada. ¡Nada! Maldita sea... Me siento lentamente y me estiro por mera costumbre, para luego captar el olor que desprende la nevera.
-Diantre... No estoy acostumbrado a tanta... Por eso siento el cuerpo tan demasiado caliente, pero no puedo acostumbrarme a esto...-<<<¿Qué hago hablando solo? Diantre...No puedo acostumbrarme a beber sangre humana en grandes cantidades porque no puedo, sencillamente, no tengo tanta a mi disposición. Pero bueno... ¿ahora qué hago? No saldré de nuevo, no. Puedo... bah, vamos a limpiar el cuarto y luego sigo con las runas>>>. Salto de la cama y caigo en el cuarto de desuello, casi chocándome contra la pared.
-A ver... tranquilidad, vampirito. Sin prisas.
Voy a por cubos de agua al baño haciendo caso omiso de lo dicho antes, casi volando por los pasillos, en silencio para volver al cuarto. Me vuelvo a encerrar y mientras limpio las manchas de sangre del suelo y paredes paladeo los olores que he captado por el pasillo, sonriendo al reconocerlos pero sin pensar en ellos como algo más excepto amigos. Amigos e intocables. Sea como sea, pronto acabo y retomo mi trabajo con las runas. Pero necesito un guante nuevo, lo haré con tela de kimono y cuero de colaespina, resistente y absorbente. Corto, corto, coso y perfilo, acabando pronto con la primera capa de cuero, sobre la que dibujaré las runas en los dedos. <<<Sangre... varios tipos. De momento tengo de colaespina y humana, vale, al lío>>> Hago las runas siguiendo las instrucciones del libro, dejando una en cada falange y cuando se seca, coso la tela del kimono perfilándola al guante. Listo el izquierdo, hago otro para la derecha y les coso más capas de tela a los dedos, dibujando otro tanto de runas en la segunda capa. Lo malo es que no tengo víctimas sobre las que probarlo, pero da igual. Otro día.
-¿Y ahora?
Miro la lista de hechizos, curioso por probarlos todos y veo el de reforzar costuras <<<¡Este me sirve!>>> Raudo me quedo en paños menores y tras varios intentos logro reparar las costuras de mi ropa, dándoles mejor fuerza. Hago lo mismo con los guantes y con la vaina de la espada. Pero los demás hechizos no conviene realizarlos y me quedan pocos cristales cargados. Así que vuelvo a la cama, con un kimono púrpura con detalles florales y me quedo mirando al techo, a ver si se me pasa la energía de la sangre...

20/01/12, 07:40 pm

No les había gustado la noticia, pero eso ya lo había supuesto desde un principio. Estigma había dado bastantes problemas, pero Cain sabía perfectamente que gracias a ella había sobrevivido; podía serle útil. Después de que Elliot y Vacuum dejasen la habitación, permaneció unos segundos mirando su reflejo en el espejo. Durante unos instantes, otro Cain que no era él le dedicó una sonrisa perversa, pero se esfumó tras un parpadeo dejando al Cain pálido, enfrmo y demacrado. << ¿Qué verán esos dos en mi? Parezco un cadáver andante>> se preguntó divertido. Buscó algo de ropa limpia por la habitación y le dio una orden al demonio de la entrada antes de bajar a las termas.
Se fue desnudando por el camino, sin dedicar un solo pensamiento al hecho de que no vivía solo en el maldito burdel, de forma que cuando bajaba las escaleras a als termas llevaba prácticamente toda su ropa en la mano, quedando solo la ropa interior.
-No empecéis sin mi- se quejó en un tono que denotaba aún algo de cansancio y fatiga.
Dejó a un lado la ropa, se desnudó por completo incluyendo el parche y se sentó en una banuqeta para lavarse. Se tomó un tiempo exasperadamente largo en limpiar cada centímetro de piel, frotando tan fuerte que bien podría haberse despellejado. También se lavó el pelo, que además de largo se le estaba quedando estropajoso, con restos de sangre coagulada en algunos mechones. Al terminar de enjuagarse se metió por fin en la poza, sumergiéndose entero y permaneciendo en el agua hasta que sus pulmones ya no pudieron aguantar más, para luego escurrirse entre Elliot y Vacuum rodeándolos a ambos con los brazos y dejando besos en sus vientres, lamiendo las gotas de agua y siguiendo su ruta hasta sus pechos, alternando la piel de uno y de otro.

22/01/12, 03:59 am

Harto, salto de la cama y me estiro con fuerza, cansado de estar tumbado y aún con demasiada energía. Necesito gastarla como sea, diantre. Y lo que más me desgasta es el fuego... Pero esto es todo de madera y si salgo al balcón a encender la espada, esto será un nido de colaespinas pronto. Para colmo ya he escuchado a los tres despiertos, escaleras abajo. A ver mi lista de hechizos... Nada útil y comlejo, bajaré al salón a por el libro, a ver qué encuentro. Así pues vuelvo a vestirme el kimono y descalzo salgo al pasillo <<<Como encuentre algún hechizo para anular el olor de Cain y Vac... Estaría bien>>> Bajo en absoluto silencio y me siento en el suelo con la espalda apoyada en el sofá, libro en el regazo, buscando. A ver... los de curación no me sirven ahora..."Invocar nubes"...paso de inundar el salón. Hacer levitar objetos... Vale, vamos con este. Libro en mano me levanto y encaro al sofá, para luego ejecutar el hechizo manualmente y luego verbalmente, con objeto de memorizarlo. Tras varias series dejo el libro y me concentro al ejecutarlo de nuevo, pero el sofá no se mueve. Al segundo intento se mueve uno de los cojines de encima, así que intento concentrarme en el maldito sofá. El refrán se cumple y consigo elevarlo unos centímetros del suelo, que van aumentando según me concentro más y siento el bullir de mi no tan propia sangre en mis venas. Pero como precisamente quiero cansarme, lo repito varias veces hasta que le doy la vuelta al salón con el sofá levitando. Diantre, necesito algo más... Retomo el libro y me fijo en el térmico, pero mejor no, la última vez que eché a sudar me picó todo el cuerpo... ¿Qué es esto? "Lacayo grotesco", dice... Que me obedecerá, ya, pero no sé su idioma y paso de desangrarlo... Algo tiene que haber, diantre... "Reparación de objetos que antes estuvieron unidos"... Hum...no sé si tendré algo roto, creo que lo cosí casi todo ant...¡La coraza de Elliot! Claro... Bueno, dudo que la necesite, no sé, pero tiene ya sus meses y se habrá desilachado. Hum... Ladeo la cabeza hacia las escaleras, pensativo <<<Han bajado hace poco, dudo que moleste si les interrumpo ahora y no dentro de un rato. ADemás, también yo vivo aquí, diantre, solo pero vivo>>> A la carga. Dejo el libro en la mesita, empujo el sofá hasta su sitio y bajo haciendo ruido hacia ls termas, para apoyarme en el marco de la puerta ya que no me fío mucho del calor reinante. Doy un par de toques en la pared y sonriente siempre, saludo:
-Buenas noches... Erh, estoy hiperactivo, me sobra energía, alguien necesita que cosa, repare, ¿haga algo? ¿Lo que sea?-saludo e inquiro primero, casi riendo, para luego dejar caer.-Ya reparé todas mis corazas, mi escudo, ropa, todo el dormitorio...-voy apagando la voz por si molestase, cosa que no dudo dadas las circunstancias, pero diantre, o no les veo o les veo solos en otros puntos de la ciudad...Al cuerno, siento como calambrazos. Decidido, sigo.-Más fácil. Elliot, ¿me dices dónde está la coraza que te hice? La...que te re...galé, sí...-según lo digo voy poniéndome colorado y cambio la postura en la puerta para que no me vean la cara. Encima casi me como la madera de lo rápido que hago el movimiento. <<<Voy a parecer borracho o algo raro, maldita sea...Un poco, realmente>>>

23/01/12, 10:54 pm

No paso mucho tiempo antes de que alguien se metiera en la poza con el chico. Vac alzó la mirada al notar una mano sobre su pelo, y vio a Elliot sentada en el borde de la piscina de piedra, la chica le pregunto que si estaba bien, y el asintió mientras ella se metía en el agua con un bikini negro. La chica se sentó a su lado, apoyando la espalda en la pared de la terma y deslizándose bajo el agua. El humo que salía del corte de su cuello paso de tener una consistencia gaseosa, a una viscosa,como el petroleo. Los pensamientos de la chica divagaban, y no dijo nada, hasta que se acerco al hado y le abrazo, rodeandole con los brazos y acariciándole la espalda. Vac le devolvió el abrazo, posando los labio sobre su piel, mientras el humo de Elliot le acariciaba el cuello, subiendo por el asta colarse en su boca, jugueteando con su lengua. Cain apareció por la escalera y dijo que le esperaran, Vac sonrió, aun algo cansado, y observó como se desvestía y se quitaba la suciedad del cuerpo. Tenía el pelo hecho una porquería, con cuajerones de sangre coagulada, pero cuando terminó de lavarse, volvía a estar tan dorado como siempre. El italiano se metió en la poza y se sumergió bajo el agua, desapareciendo a la vista hasta que se colo entre ambos chicos, dejando besos en los vientres de ambos y subiendo por los torsos, saltando de uno a otro. Vac los rodeo a ambos con los brazos y los apretó contra si, disfrutando de su aroma, de su tacto, pero aflojóo su presa pronto,no quería adormecerlos con su propio aroma. Beso el cuello de Elliot varias veces, y saboreo la boca de Cain. Le encantaban ambas sensaciones después de tanto tiempo dormido, pero no tenía fuerzas para llegar mas allá. Jack apareció en las escaleras que llevaban a las termas y empezó a hablar algo atropelladamente. Vac entendió lo esencial, pero no le hacía falta su ayuda. Cuando mencionó la armadura de Elliot pareció que se sonrojaba, pero se giro y Vac no pudo asegurarse.
-Muchas gracias, Jack, pero por mi parte no necesito nada -dijo el chico soltando a los otros dos y sentados en el borde de la poza.
Hizo un gesto y una toalla flotó hasta el, la cogió entre las manos y empezó a frotarse su cabello mojado algo distraído, con medio cuerpo aun dentro del agua.

Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)

Burdel de dama Espasmo

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