Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

-Sí, el hechizo para soldar huesos requiere bastante energía. Hay varios amuletos de oro y cristales en mi cuarto, puedes traerlos?- Cain lamentó que no estuviese Kaila para ayudarle. Empezó a seleccionar las hierbas para la cataplasma. Dirke viene con tablillas- Gracias- dice entablillándole el pie a Leon como buenamente puede

¿Im... imbécil? ¿Me ha llamado imbécil? Si no fuera porque se está viviendo una situación un tanto tensa le reventaría la cara a ese subnormal.
Veo que Freejey se ha apartado del grupo, y como yo tampoco sirvo de mucho en estos momentos, salvo para estorbar, me voy hacia donde está.

-¿Tú estás bien? Bueno, supongo que lo estarás, dado que si te hubiese mordido estarías como él... o peor. -Digo mientras me acerco a él.

Subo al cuarto de Cain y cojo los cristales y amuletos.Bajo apresuradamente y se los doy. Espero órdenes.

-Si, gracias Bonnie, solo estoy un poco cansado. He tenido que cargar con él desde la plaza de las estatuas hasta donde las colaespinas moviéndome por los tejados... menos mal que Alex estaba cerca...

Empiezan a acumular cosas extrañas. ¿Un libro?¿Talismanes? ¿Que pretenden hacer con ellos?

Cain se cuelga el amuleto con forma de cabeza de león y pone la mano sobre la fractura. Menos mal que el tío estaba inconsciente (o no) porque eso iba a doler bastante. Pronunció el hechizo en un susurro y se oyó el crujido de los huesos soldándose, la hinchazón de la pierna fue bajando poco a poco. Caín suspiró, el talismán no funcionaba lo bien que debería...
-Vamos a tener problemas con esto...- señala la herida- Es veneno de drago de chiimea, dicen que pudre la piel y yte deja en carne viva. Creo haber leído algo para intentar aplacar la infección pero como le de por extenderse le vamos a tener que cortar el brazo... - venda la herida para detener la hemorragia. La necesitaba abierta para poner luego el emplaste

-!¿Cortarle el brazo?! ¿!No hay ninguna otra solución?! Dame la mierda esa,yo le curar...-mis palabras empiezan a perder fuerza y caigo arrodillado y desolado-Si no lo hacemos...morirá,¿verdad? En ese caso...yo lo haré.

Veo lo que hace Cain y cómo la pierna se arregla sola. Me quedo boquiabierto, pasmado ahí en mitad del sitio.
-¿Ser... Ser magia?-pregunto anonadado- ¡Molar!-digo de repente, ignorando la gravedad del asunto. Luego me doy cuenta y me llevo la mano a la boca-Yo... Sentir-me voy a la cocina todavía con la boca tapada, para no molestar más, y le doy un bocado al manzana que me ha dado Cain antes. <<Luego tengo que enterarme de cómo lo hace>> pienso con curiosidad.

-¡Whoooa! ¿Eso es magia? ¿Como lo haces?... Espera, ¿cortar el brazo?, ¿Seguro que no queda otra solución?

No quería que después de haberse arriesgado para salvarme, a Leon le costase un brazo...

-Solo como última medida...- dijo Caín. Se había aprendido casi todos los remedios del libro de la Abuela Arácnida, pero nunca pensó que fese a utilizar ese tan pronto... El matavenenos que venía no era muy potente pero ayudaría a contener la infección. Se aseguró de que sus compañeros no veían lo que estaba echando en el cazo al tiempo que machacaba un cienpiés, de los antes usados para probar hechizos. Cuando acabó el mejunje, lo untó en la herida de León, que empezó a supurar y a echar vapor.- Esto marcha...- comentó Caín al ver que el remedio más o menos funcionaba- Aquí dice que hay que echarlo cada dos horas, habrá que hacer turnos porque yo no pieno perder sueño cuidando de este tío...

Vuelvo con el resto, con tan solo media manzana en la mano. La otra media me la he comido de puro nervio. Me quedo mirando lo que le ha echado Cain en el brazo y luego lo miro a él, visiblemente preocupado.
-Leon... ¿Poder morir?-le pregunto, otra vez con el dichoso picor de ojos... y eso que a mí Leon ni me va ni me viene.

Miro a un lado...

Luego al otro...

-Bueeeeno, yo haré la guardia esta noche, ya que nadie mas se ofrece...

No me hace mucha ilusión, pero tendré que hacer un esfuerzo. De todas formas desde que llegué a Rocavarancolia no he dormido decentemente.

Así, si me dejan solo en el salón, quizás pueda echarle un vistazo a ese libro tan curioso...