Burdel de dama Espasmo

01/08/11, 01:16 am

Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.

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17/11/11, 04:58 pm

Cain sabía que Elliot era perfectamente capaz de valerse por sí sola, pero eso no evitaba ques e preocupase por ella. Rocavarancolia tenía la capacidad de hacer temblar a los más fuertes, siempre estaba la posibilidad de que tu poder no fuera suficiente para plantarle cara... Se pasó la lengua por los labios y dejó el libro a un lado, el olor del limón y la canela ya había llegado a su nariz y se le estaba haciendo la boca agua.
-Quiero... dijo alargando el brazo para alcanzar el cuenco que le ofrecía Vacuum. Probó una cucharada y su mirada brilló, estaba delicioso.- Aún no me acostumbro a los dulces, después de tano tiempo sin tomarlos...- comentó con una sonrisa divertida. Relamió la cuchara y miró el cuenco << Cuando lo acabe iré a dar una vuelta a ver si doy con ella...>> decidió, mientras tanto volvió a su libro y buscó demonios de combate.
Se oyeron pasos... alguien bajaba por las escaleras. Cain alzó la vista de su libro para comprobar que era Jack el que había llegado.
-Pensábamos que ya no vivías aquí- saludó con una amplia sonrisa- ¿La vida? A saltos, no hay término medio... -rió recordando los sucesos de los últimos días

17/11/11, 05:45 pm

Cain coje el cuenco y come con los ojos brillantes, se nota que le ha gustado, y sus palabras me hacen reir. Es verdad que después de tanto tiempo sin comer dulce, se hace raro,pero aun asi lo echaba de menos, siempre me ha encantado el azúcar. Como en silencio, disfrutando del dulce mientras el siciliano sigue leyendo. Los pasos de Jack em sacan de mi ensimismamiento, y aparto la mirada de la fuente para centrarla en el vampiro. Nos saluda y nos pregunta que tal nos va. Cain le contesta, y yo le saludo con una sonrisa.
-Buenos dias -comento mientras se funde con las sombras para protegerse del sol que esta saliendo-... lo que dice Cain, a saltos, ha habido de todo -río-... ¿donde has andado todo este tiempo?, casi no se te ha visto el pelo con eso de que no ¿trasdias?, no creo que exista esa palabra, pero me entiendes. ¿Qué tal te va todo? -le pregunto a su vez.
Termino el cuenco de arroz con leche y me pongo en pie. Jack esta un poco raro, a primera vista no lo aparenta, pero no se... seran imaginaciones mias. La verdad es que lo averiguaria si me metiera en su cabeza, pero no pienso invadir asi a un amio, aunque me vendría bien practicar. Recojo el cuenco del italiano y lo llevo a la cocina, donde firiego ambos y los guardo en el armario. Me apoyo en la encimera de la cocina y miro hacia el salón, Cain estudiando sus demonios y Jack con sus nuevos hechizos de sombras. Yo aun no toque el libro de magia oscua... me pregunto que contendra.
-Bajo en un momento -comento haciendo el hechizo de intangibilidad y atravesando el techo hacia el cuarto. Busco en mi baúl y saco el libro de piel negra y remaches de plata, dejando los dos que me dieron tras la tranformación, y el que saque de la biblioteca hace nada, el de fuego infernal, en el fondo del baúl. Es bastante grueso, y tiene un aura extraña.
Bajo las escaleras con el libro entre las manos, y una vez abajo lo ojeo apoyado contra una columna. El libro eite murmullos y susurros extraños, aunque no se si es mi imaginación. Cuanto mas leo mas pasmado me quedo. Lamagia oscura es muy rara, y bastante peligrosa, de echo puede llegara dar hasta miedo. No se si esta bien usarla, parece una magia terrible, quiero aprenderla, pero a la vez me pregunto si esta bien hacerlo.

18/11/11, 02:41 pm

Escucho hablar a ambos mientras me maldigo a mí mismo por haber elegido precisamente una hora de sol para hablar con ellos, pues no me gusta hablar así, sin que se me vea del todo y sin poder acercarme, diantre... Pero es culpa mía, solo tiene una solución: pensar antes de actuar la próxima vez. <<<¿A saltos? ¿De todo?>>> Entonces abro la boca para decir algo pero la cierro de forma brusca, callando el "Define todo" y diciendo en su lugar, murmurando
-Saltos...ya... - <<<Hum... vigila tu lengua, vampiro>>> De pronto Vacuum me saca una risilla cuando dice lo de "trasdías", que me sirve de tapadera momentánea y respondo aun riendo:
-No es que no trasdie, exista o no, es que aún pudiendo estar aquí oculto del sol, no me gusta hablar así con vosotros. Es un rollo. Y se me puede olvidar que el sol está ahí con su maldita luz y...no sería muy agradable de ver... He andado por los túneles subterráneos, ayudando a Gael para darle cuerpos que poseer, cazando...Y me va todo bien, sí, hasta tengo un trabajillo en la taberna del Mago Tuerto a cambio de sangre. Lo irónico de esta transformación es que el sol me puede matar pero esto...-preparo el hechizo de invocar llamas sobre la espada, desenvainada, y lo ejecuto brevemente, solo unos segundos.-esto no me hace nada, excepto darme una sed bestial.
Acabo por sentarme bajo mi abrigo de sombras mientras veo cómo el griego sube las escaleras. Iría al dormitorio, pero no, estoy aquí con ellos y me gusta estar aquí, aún estando en esta maldita forma. Pero hay algo que no encaja... Me fijo más detenidamente en el rubio, en su cara... <<<¿Qué diantre? ¿Qué...qué es eso? ¿Una venda? ¿Un parche? Pero...¿por qué? Alguna herida... ¿Colaespinas? Maldita sea... Y no me he dado cuenta antes... está enfrascado leyendo, no le importunaré con eso ahora, en otro momento>>>. Así pues atraigo el libro de magia hacia mí con un hechizo de levitación y lo ojeo mientras recuerdo los hechizos de sangre del otro libro... Llevo días con una idea en la cabeza, una idea que está directamente relacionada con la magia de sangre y mi látigo, al que apenas uso en estos días. En una de las pasadas de página vuelvo a detectar a Vacuum en el salón <<<Si por algún motivo bestial le mordiera... ¿caería en coma?>>> Pero la mera idea de morderle me hace sacudir la cabeza y sigo leyendo, pero antes levanto la vista del libro para mirarle, pues con su llegada he notado algo más, magia, sí, pero no la que solemos usar. ¿Magia afin a su transformación? Quizá, no he visto ese libro antes... Pero ya veré qué hechizos tiene, o... por la sensación que emana...quizá no quiera verlos... <<<No sé, sigue leyendo, vampiro curioso>>>

18/11/11, 06:09 pm

-Un trabajo...- repite Cain pensativo. En toda su obsesión con el dinero no se le había ocurrido la idea de buscar un trabajo normal y corriente, se le antojaba algo imposible en una ciudad como Rocavarancolia, pero Jack había demostrado que no lo era. Verle ahí escondido en las sombras no le gustaba, quería que se sentase con ellos a charlar pero sabía que el Sol le dañaría << ¿Podría yo invocar a algún demonio de sombra?>> se preguntó mentalmente, ojeó disimuladamente su libro pero no encontró nada como lo que tenía en mente << Bueno, ya se lo preguntaré luego a Balan...>> Lo cierto era que llevaba mucho tiempo sin invocar a Balan... y sin fumar Dantalian. No estaba seguro de si los demonios se enfadarían por que llevban mucho tiempo sin recibir sacrificios o si estarían felices de que no les molestasen más. Sea como sea... esa noche lo averiguaría... Se levanta un momento a por su segundo cuenco de arroz con leche, pues no le había bastado con uno y vuelve al puff. Vacuum regresa de la habitación con un libro que hace que Fresser se ponga nervioso. Empieza a dar vueltas alrededor del griego, acercándose y alejándose y eso despierta la curiosidad del italiano que se acerca a Vacuum y echa un vistazo por encima de su hombro. No entiende prácticamente nada de lo que dice el libro, aun así pasa los ojos por las enrevesadas líneas como si de verdad estuviese leyendo, llevándose a la boca una cucharada de arroz tras otra y grabando los extraños símbolos en su mente para después consultarlos. No se percata realmente de cuándo se le termina el dulce, y se queda relamiendo la cuchara con la mirada perdida, sumido en sus propios pensamientos.- Es rara... - es lo único que acierta a decir.
Vuelve a su propio libro y lo ojea con desinterés, pasando por los nombres de los demonios que ya casi se sabía de memoria. Sin embargo no se había detenido demasiado en el final, donde dió con uno que aun no había leído entero... Se trataba de un demonio de combate, un demonio femenino... Repasó con detenimiento el ritual de invocación con la intención de que no le volviese a ocurrir lo mismo que con Ertrael y se sorprendió de lo... bonito que era el conjuro, tintineante, como una canción infantil, y del ritual en sí, que al contrario que los anteriores no era nada sangriento. Lo que sí era bastante caro, pues requería oro y ciertos inciensos para realizarlo. El incienso lo tenía, al igual que las velas y aceites que pedía, lo difícil era encontrar el oro... ¿De dónde iba a sacarlo? Tenía algunos amuletos de oro, pero ni loco se le ocurriría fundirlos para usarlos en el ritual, las consecuencias podrían ser desastrosas. Sus otras opciones eran volver al mercado o buscar una forma de consiguirlo por su cuenta... Eligió la segunda opción. Necesitaba cierta documentación que ni Balan ni Dantalian podrían ofrecerle, así que se levantó, llevando el cuenco vacío a la cocina y preparando sus cosas para marcharse.
-Voy un mometno a la biblioteca, necesito consultar una cosa... - cogió un par de amuletos por si acaso, su daga de sacrificio y su pipa con algo de hierba << Fumaré fuera para no apestar la casa, no quiero que nadie aquí se vuelva loco por culpa de Dantalian,...>> decidió. Separó a Fresser del libro de Vaacum y lo subió a su hombro, ya listo para irse- De paso daré una vuelta por si veo a Elliot, está tardando demasiado. Adiós.

Sigue en la Biblioteca Mágica.

18/11/11, 07:59 pm

El libro me absorbe completamente, es algo extraño, las lineas que en un principio no parecen tener sentido, se organizan ante mi vista, formando hechizos extraños y de apariencia peligrosa, que me incitan a realizarlos, como llamándome. Los ojos se me pierden entre las páginas, absorbiendo lo que leo con avidez. Apenas soy consciente del corretear de Fresser, aunque si percibo a Cain mirando por encima de mi hombro, y comiendo otro cuenco de arroz con leche. Se entretiene mirando las páginas, ¿lo entenderá como yo?. Me percato que ademas de hechizos hay rituales, que necesitan de ingredientes, algunos muy raros. Mientras leo me doy cuenta de algo: el ingrediente mas usado, y mas raro aun con todo ello, es el polvo de las las alas de un hado infernal, osea, de mis alas. Un ingrediente terriblemente raro, por eso su desorbitado valor, y sin embargo usado en prácticamente todos los hechizos y rituales del libro. Me quedo pensativo unos instantes, esto es una gran ventaja para mi, es una magia bastante poderosa, o eso parece, si aprendo a usarla podría sacarle partido. Cain termina y dice algo, aunque solo asiento distraido. Quiero probar uno de los hechizos del libro...
Me acerco a la cocina mientras Cain vuelve a sus libro, a buscar mas demonios. Jack tambiñen anda enfrascado en otro libro, aprendiendo hechizos. Ojeo el libro con celeridad, buscando un hechizo que pueda probar por primera vez. Cain se levanta al cabo de un rato, dice que va a consultar una cosa que de paso vera si se encuentra con Elliot.
-De acuerdo, no tardéis en volver, aunque yo también voy a salir, tengo que probar una cosa -le digo antes de que salga por la puerta.
Subo al cuarto, sorteando los escalones de tres en tres, y me preparo en la habitación. Me pongo unos vaqueros negros, y una camiseta negra de manga corta, a la que he arreglado para que sea como las camisas con botones a la espalda. Me pongo las converse que hace tanto que no me pongo y me miro al espejo. Tengo una pinta curiosa, pero no le sienta mal el atuendo a mi aspecto. Me despeino poniéndome una chaqueta que abrigue, negra también y con la espalda arreglada, y salgo de la habitación, con la espada a la espalda, entre la alas, el libro en la mano, y una daga en el cinturón.
-Salgo un rato Jack, luego regresare -le digo poniendo una mano en su hombro-, hasta luego.
Salgo por la puerta del burdel, y alzo el vuelo, buscando una zona donde poder practicar tranquilo... veremos que sale de todo esto.

Sigue en el Barrio Derruido.

21/11/11, 04:43 pm

Cuando ambos se fueron me escurrí con cuidado hacia mi dormitorio y pasé el resto del día a oscuras en el cuarto, buscando el hechizo o la forma de mezclar varios hechizos de sangre, pero sin éxito alguno. Acabé durmiéndome...
Hasta esta mañana, o bueno, hasta esta madrugada, que antes de que saliese el sol he decidido bajarme a las termas con el libro de hechizos, un par de mis copas de sangre de la nevera y la espada. Cuando llego me quedo mirando la poza, como pasmado, como si aún estuviese ocupada, pero sacudo la cabeza y me centro en el presente, no en el pasado. Dejo el libro y las copas sobre el mueble de las toallas, lejos del agua y desenvaino la hoja, blandiéndola hacia delante con el brazo extendido. Me concentro e intento recordar el hechizo de invocar llamas, pero solo vislumbro algunos de los movimientos y palabras, así que me sirvo del libro y antes de completar el conjuro dejo de hacerlo. Lo repito varias veces hasta grabarlo, que por lo menos no se me olvide en el transcurso del día, y luego me convierto en humo <<<Vamos a probar una cosa, aunque luego de cabeza a la taberna>>> Me pego a una de las paredes y empiezo a conjurar el hechizo mientras me lanzo a toda velocidad contra la otra pared, saliendo ya sólido de la nube de polvo al llegar al extremo de los baños y con la espada prendida en llamas, pero sin golpear la pared. Aún puedo seguir, no noto todavía la picazón de la sed, así que vuelvo a adoptar la forma de humo tras apagar la espada y a lanzarme contra la otra pared, retomando mi forma de nuevo y blandiendo la ardiente hoja, cayendo al suelo haciendo una espiral sin perder el equilibrio <<<Imagina esto con el látigo... Imagina esto con el látigo y el posible hechizo que tengo en mente...Bestial>>> Pero la sed comienza su ataque así que apago la espada y la envaino, para después ir a por el libro. La mano derecha la tengo como irritada, no visiblemente, pero noto cómo el mero calor del fuego y la energía para el hechizo me... no sé, algo me hace, que teniendo en cuenta mi transformación, me da bastante sed y noto la mano rara. Todo el cuerpo, a decir verdad, pero más aún la diestra, la que empuña la espada. Agarrotada, sí, esa puede ser la palabra. Cojo una de las copas de sangre junto al libro y me siento en la escalera, sin que el sol me alcance, mientras doy cuenta del carmesí y reparador líquido a la par que sigo buscando en el libro, no me fío de mezclar hechizos sin tener ni idea del posible resultado. Aún no han vuelto ni Cain con Elliot ni Vacuum... Dijeron que la chica llevaba tiempo fuera... No me da buena espina... Y el parche de Cain... Tengo que preguntarle a la vuelta. ¿Y si me estoy comiendo la cabeza y es parte de su transformación? De todas formas será raro verle sin uno de sus dorados ojos... Suspiro y sigo buscando, empapándome de la magia de sangre, tan tentadora y compleja a la vez...
Cuando por fin anochece, recojo mis cosas y subo al dormitorio, pero me cuelgo la espada en el cinto y el látigo cruzado del hombro a la cintura, mi chaqueta negra, los mitones de piel y me tapo con mi capa, colgada de los hombros pero cruzada por el pecho. Y el pelo suelto: no tengo pensado cazar ni luchar contra nada, solo dar un paseo. Después salgo del cuarto y entro silencioso en el de Erika, donde me inclino sobre ella y la beso en la mejilla, saboreando su olor y su calidez, mientras le acaricio el pelo. La tapo bien con las mantas y deposito otro beso en su frente, para después atravesar la habitación y saltar desde su balcón tras cerrarlo. Caigo suavemente a la calle y miro al Burdel, dándole la espalda a la ciudad. <<<¿Se podrá aplicar el hechizo de encuadernar los libros a habitaciones y edificios? Quién sabe... pero es digno de ser investigado>>> Y ahora sí, enfilo la calle y me dirijo a todo correr al otro lado de la plaza de los colaespinas, no quiero dejar un rastro de cadáveres tras de mí. Pero cambio de opinión al sentir la fresca brisa con olor a sal y me dirijo a los acantilados, ya convertido en humo
Sigue en la Bahía de los Naufragios.

22/11/11, 02:08 pm

Al cabo de una larga caminata tambaleante, llego al burdel. Me hago intangible, y atravieso la puerta. El edifico esta a oscuras y en silencio, nada se mueve, y no parece haber nadie en el. Subo las escaleras hasta la habitación, y como suponía la encuentro vacía... Dejo la capa doblada en mi baúl y me desvisto en silencio. Encero mis alas con cuidado después de cepillarlas y guardar todo el polvo. Cojo unos pantalones de tela anchos, muy holgados, de estilo oriental, de color rojo oscuro con filigranas doradas y bajo con ellos en la mano a las termas, sin preocuparme de ponerme algo, no hay nadie que se pueda ofender, o disfrutar de mi visión. Con una leve sonrisa llego a las termas y dejando la prenda a un lado, me enjabono fuera de la poza con un cubo de agua. Cuando me aclaro me meto en la poza y dejo que el calor del agua relaje mi cuerpo, desentumeciendolo poco a poco. Apoyo la nuca en el borde de la poza y muevo las alas lentamente bajo el agua, creando pequeñas corrientes. Luego salgo y me envuelvo en una toalla con la que me seco a fondo, eliminando la humedad de mi cuerpo. Me pongo los pantalones, que me dan un aire exótico, y salgo de las termas hacia el cuarto, mi pies descalzos apenas hacen ruido por el suelo. En el cuarto cojo todos mis libros, que son cuatro, y a Feliks, que sigue dormido, aunque en el último momento se me ocurre algo, es un poco capricho, pero me apetece. Rebusco entre los joyeros hasta que doy con uno cuantos pendientes, elijo tres aros de oro, que van decreciendo. Tienen detallados grabados a lo largo de sus superficie, delicadas filigranas. Los cojo y con todo bajo al salón, dejándolo sobre una mesa. Me dirjo a la cocina y me sirvo un cuenco de arroz con leche, espolvoreando canela por encima y cojo un poco de sebo de antorcha por si Feliks se despierta. Regreso al salón y me siento en un cojín con las piernas cruzadas. Cojo los pendientes y preparo un hechizo de perforación y otro de curación, mientras hago flotar un espejo frente a mi. Empiezo a hacer los agujeros en mi oreja izquierda con cuidado, calculando el lugar exacto para que queden perfectos. Cuando termino, después de un par de muecas de dolor, contemplo mi obra expectante. Una sonrisa surca mi rostro, a mis ojos han quedado genial, y el contraste con mi piel es muy bueno. Suspiro dejando el espejo sobre la mesa y alcanzo el cuenco de arroz con leche, como un par de cucharadas antes de oír a Feliks piar. Miro en el interior de su olla, al fin se ha despertado. Lo saco riendo y lo estrecho contra mi riendo, a crecido bastante.
-¿Como estas muchacho? -le pregunto con voz suave acariciando su cabeza con el dedo-... ¿has dormido bien?.
Feliks pía contento y abre el pico pidiendo comida. Río y lo dejo sobre la mesa, acercándole el sebo y viendo como se le encienden los ojos mientras lo devora. Con una sonrisa me sumerjo en la lectura, esparciendo los libros por la mesa y empapándome de todos ellos. Como el arroz con leche y dejo el cuenco limpio a un lado mientras sigo leyendo. Feliks termina por dormitar de nuevo cerca de mi mano, con la que le acaricio distraído...
El pelo, ya seco, me cae algo despeinado, mis alas aletean suavemente de vez en cuando, mientras las horas pasan...

23/11/11, 08:26 pm

Cain llegó algo cansado, cargado con la bolsa que a pesar del hechizo pesaba bastante. Al llegar a la puerta apoyó la frente en la madera unos segundos y luego coló un papelito bajo esta. Un diablillo algo más grande y fornido que los anteriores apareció y le abrió la puerta.
-De ahora en adelante tu trabajo será el de portero. Abrirás la puerta a los que vivamos aquí y vigilarás que no entren intrusos- le ordenó mientras grababa un círculo de encadenamiento en la madera de la puerta, añadindo los nombres p`rincipales de los que podían entrar en el burdel.- Bueno, ya añadiré el resto luego...
Desde había unos días había estado dándole vueltas a alguna medida de seguridad para el burdel. Todo el mundo entraba y salía cuando le daba la gana y eso podría ser un problema... un prblema muy gordo. Había leído algunos conjuros de protección, pero prefería hablarlo antes con los demás antes de hacer nada, no fueran a llevarse alguna sorpresa.
-¿Vac?- El griego estaba sentado leyendo, pero no era su lectura lo que le había extrañado... -¿Y esos pendientes?- Vacuum llevaba tres aros en una oreja. Debío hacérselos mientras él estaba fuera. Dejó la bolsa en el suelo, y se arrodilló junto al griego acariciando el oro de los pendientes- Son bonitos...- susurró, pero luego hizó un mohín- No es justo, yo también quiero...- Siempre le habían encantado los pendientes, pero con su exasperante manía de llevar los cascos a todas partes no era muy recomendable ponérselos, pero siempre había admirado las orejas plagadas de aros...

23/11/11, 09:44 pm

Las páginas se sucedían unas a otras, transmitiéndome su información poco a poco, enseñándome muchas cosas que me iban a resultar útiles. Los hechizos, los ritos, las historias, los datos... todo aquello me iba a resultar de enorme utilidad. Al cabo de un rato me adormezco, o mas bien me distraigo, no sabría decirlo. Fijo mi mirada en los destello que la luz arranca del plumaje de Feliks. El reflejo de las llamas de las velas y las antorchas baila sobre sus plumas en una danza hipnótica, en un extraño baile que inunda mis ojos durante unos instantes. Tan ensimismado estoy que no oigo la puerta abrirse, y el roce de los dedos de Cain me produce un escalofrío. Enfoco mi mirada en el, aun con algo de ese fuego brillando en el fondo de mis ojos, y sonrío ante sus palabras.
-Si quieres hacértelos no hay problema, yo te ayudo -digo riendo, rozando apenas sus labios con los míos-... e los hice yo solo antes, no se...me apetecía, ¿te gustan? -le pregunto, pero cosas mas importantes rondan mi cabeza-... ¿la encontraste?, ¿viste a Elliot? -le pregunto, estoy preocupado por la chica, ¿estará bien?, espero la respuesta en silencio.
El aire frío recorre el salón, pero no me inmuto cuando roca mi torso desnudo, mi dura piel me protege bien de la baja temperatura, pero aun así, caldeo el ambiente con un hechizo, las termas mantienen caliente el suelo, pero el ambiente en general se enfría un poco. No se que hacer a continuación. Observo la bolsa que ha traído Cain con curiosidad, ¿que planeara hacer?... si sube al estudio tal prepare algo de comer para cuando baje, aunque no se que va a hacer. Le miro a los ojos, aun interrogante.

23/11/11, 10:33 pm

Cain rozó de nuevo los pendientes de Vacuum con una delicadeza exasperante. Se sentó sobre él sintiendo el suave tacto de la tela de sus pantalones y estuvo jugando con los aros de oro unos instantes. Le gustaría hacérselos, pero no era el momento.
-Me los harás tú...- afirmó más que pidió, abrazándose a Vacuum antes de que este hiciese el hechizo de calor.- Di varias vueltas por la ciudad- informó- Pero ni rastro de Elliot... - Acababa de darse cuenta de que por un instante se había olvidado completamente de ella. La idea de conseguir oro, la espectativa de un nuevo demonio en sus filas había ocupado su mente de forma que al final había vuelto a casa sin Elliot- Lo siento...- se disculpó, más por su descuido que por el hecho de no haber dado con la chica.
Su mente estaba dividida... ¿debería salir de nuevo y no volver hasta encontrar a Elliot? Pero ¿y si ella no quería que le encontrasen? ¿O y si se encontraba en peligro? ¿Y si le había pasado algo? Las ideas y posibilidades daban vueltas en su cabeza, desorientándolo por completo. Al otro lado de la habitación la bolsa llena de oro parecía llamarle; un jirón de Dantalian que aun permanecía en su mente le habló a él y solo a él
>>Vamos chaval, tu novia sabe cuidarse sola... Date un pequeño logro, si sales ahora no podrás ayudar en nada... eres demasiado debil aún...<<
Decidido. Se separó de Vacuum tras robarle un breve beso y fue a por su bolsa
-Tengo algo que hacer. No tardaré mucho, bajo enseguida... o bueno, no tan enseguida- rió corriendo escaleras arriba.
Recogió algunas velas aromáticas, todas de color rosa, del tercer piso, y luego bajó a su estudio. Cogió un tablón cuadrado que solía usar para dibujar y lo limpió a conciencia, eliminando todo resto de carbón. El tablón era bastante grande, por lo que era perfecto para lo que tenía en mente. Dibujó el círculo y usó el hechizo de perforación para grabarlo en la madera, luego dejó el tablón para pasar al oro. Necesitó un buen rato para separar el oro de la piedra y fundirlo hasta hacerlo líquido. El hechizo térmico era muy costoso de mantener, pero lo que de verdad le costó gotas de sudor y sangre fue rellenar los huecos del tablón que formaban el círculo con el oro líquido. Lo pasó realmente mál para no salirse de la línea y que no quedasen goterones de oro. Cuando acabó por fin, enfrió el tablón y lo dejó a un lado para descansar
-Ahora entiendo el verdadero precio del maldito demonio...- dijo para sí entre jadeos.
Tras recuperar fuerzas y comer cualquier dulce que tuviese escondido por el estudio volvió a la carga. Colocó el tablón, puso las velas aromáticas en los lugares indicados y las encendió, y pronto la habitación se llenó de olor a rosas y a canela. Desde su propio círculo, mucho más humilde, pronunció el conjuro. Le encantó ese conjuro, tan musical y agradable de pronunciar, salvo por algunas partes ásperas e imrponunciables que le daban verdaderos calambres en la lengua. Antes de acabar, el círculo empezó a brillar, y la figura del demonio comenzó a formarse hasta que, justo al acabar el conjuto, estuvo completo.
-Uzza- llamó Cain mirando a la niña pelirrosa que flotaba sobre el círculo mágico.
-¿Sí, mi amo?- respondió la niña con voz cantarina. Era menuda, de piel violácea, cabello rosa y cuernos dorados. Una cola nerviosa acabada en punta de flecha se movía tras ella en todas direcciones. Uzza se cruzó de piernas en el aire- Ordene y Uzza obedecerá-

24/11/11, 12:16 am

Cain se sienta sobre mi, acariciando aun mis pendientes con suavidad, la mirada perdida en ellos. Sus palabras me hacen sonreír y lo estrecho con fuerza cuando se abraza a mi, jugando con su pelo, mi mano enredándose en su nuca. Le escucho hablar, y creo interpretar parte de sus silencios. Parece que no la ha encontrado, pero Elliot sabe cuidarse sola, estoy seguro de que estará bien... Cain no quita ojo a la bolsa que ha traído. El italiano se aparto decidió de mi, no sin antes robarme un beso, y se acerco hasta su bolsa. La cogió y anuncio que tenia que hacer algo. Le observo subir las escaleras de dos en dos mientras ríe y sonrío volviendo a mi lectura, pero no soy capaz de concentrarme, mi mente esta muy dispersa. Recojo los libros, apilándolos en la mesa y poniéndome en pie. Me estiro, doblando la espalda en un ángulo imposible, haciendo gala de mi flexibilidad, y me pongo derecho con un ligero bostezo. Cojo a Feliks entre los brazos y me encamino hacia la cocina tarareando cosas sin sentido. Dejo a Feliks sobre la mesa y me abstraigo un poco, pensando que hacer para cenar, me apetece cocinar algo elaborado. Me pongo manos a la obra tras lavarme las manos a fondo. Hago el gesto automático de arremangarme, pero recuerdo que no llevo camiseta y dejo el gesto a medias. Cojo unas ollas y las lleno de agua, poniéndolas a hervir. En una pongo a hacerse arroz, y en otra pongo a cocer unas patatas. La comida que trajo Cain se empieza a acabar, habrá que ir otro día a comprar. Mientras esto se hace preparo unos guisantes, y echo unas pasas y un poco de una especia parecida al curry al arroz, mezclandolo bien antes de taparlo para que se acabe de hacer. Una vez cocidas las patatas las pelo y con un poco de mantequilla y leche, hago un puré de patatas al que le añado los guisantes, mezclándolo todo bien. Sirvo el puré en un cuenco grande y dejo una cuchara de madera clavada en el para servir con mas comodidad. Vuelvo a la cocina mientras oigo los trajineos del siciliano arriba, ¿que estará haciendo?. Retiro el arroz del fuego y destapo la tapa, un dulce aroma inunda mi nariz y sonrío satisfecho, esta en su punto. Las pasas se han hidratado un poco, y su dulce sabor se ha mezclado con el del curry, creando una combinación deliciosa. Lo sirvo en una fuente y lo pongo junto al puré de patatas. A continuación pongo una sartén al fuego con aceite, y frío unos filetes jugosos, dejándoles poco echos y sirviéndoles en una tercera fuente. Limpio la cocina en silencio, perdido en mis pensamientos, y cuando acabo pongo la mesa para tres, en previsión de que venga Elliot o Jack, pero cuando lo pienso mejor recuerdo que ninguno come. Pero no lo voy a quitar ahora, prefiero esperar a que terminemos de cenar. Una vez la cocina esta limpia y la mesa puesta, mantengo la comida caliente con un hechizo y me apoyo en el borde de la encimera con Feliks entre las manos. El fénix se mueve por mis brazos mientras yo creo llamas negras para entretenerle, sonriendo al verle tan contento. Las flamas se extienden por mis brazos, lamiendo mi torso desnudo, mientras Feliks revolotea entre ellas. Mi mirada, cubierta del mismo fuego que inunda mis brazos, se pierde de vez en cuando en la negrura de la noche, esperando que Elliot aparezca en algún momento. "Ojala que no tarde", pienso distraido mientras el olor de la comida se extiende por el edificio.

24/11/11, 12:41 am

El olor llama la atención dl demonio, que olisquea el aire mientras se le iluminan sus ojos de largas pestañas.
-Huele bien...- comenta agarrándose los tobillos y dando una vuelta de campana en el aire, quedando tumbada flotando con la barbilla apoyada en las manos entrelazadas- ¿Y quñe me ordenará mi amo? - preguntó con una sonrisilla sin quitarle ojo a Cain

Cain también había estado atento al olor de la comida y salió de una especie de trance cuando Uzza le habló. Miró al demonio de forma infantil que flotaba sobre su círculo de forma juguetona, aguardando casi con impaciencia su primera orden, y por un instante sintió algo parecido a la ternura, la misma que le había transmitido Fresser al salir del huevo, o la que sentía cuando acariciaba a Ziel. Entonces recordó el día que invocó a Ertral y la ternura se esfumó.
-De ahora en adelante acudirás a mi llamada siempre que te lo ordene. Lucharás en mi nombre y me protegerás a mi y a los míos; harás todo lo que yo te diga cuando yo te lo diga- mientras hablaba cogió un brazalete de oro y grabó el círculo hermanado al que había invocado a Uzza, y el horrible dolor de su alma desgarrándose nubló su mente y sus sentidos.
-¿Amo?- la niña se acercó con un gesto preocupado en el rostro, tal vez fingido
-No has oído lo que te he dicho?- gruñó Cain con brusquedad mientras se recuperaba de su herida interna
-Sí, mi amo, Uzza obedecerá sus órdenes sin rechistar- respondió rápidamente el demonio poniéndose firme.
-Bien, ahora vamos a cenar- dijo Cain tranquilamente, haciéndole un gesto para que le siguiera.
El demonio extrañado siguió a su amo escaleras abajo, al origen del delicioso olor. Uzza vio maravillada toda la comida que aguardaba en la mesa ¡y había plato para ella! Bajó saltando los últimos escalones y se arrodilló apoyándose en la mesa con tal ímpetu que casi la vuelca
-¿¿Es para Uzza?? ¿Uzza tambien puede comer?
Cain suspiro. No esperaba para nada aquella reacción, y no estaba seguro de que Vacuum había preparado plato para Elliot o si esperaba a alguien más. Le lanzó una mirada recriminatoria a Uzza que avergonzada se sentó correctamente y aguardó en silencio que le dieran permiso para comer.
-Vacuum, esta es Uzza, es un demonio de combate...- la presentó sin demasiados adornos

24/11/11, 04:40 pm

Los pasos en la escalera me sacan de mi ensimismamiento. Extingo las llamas mientras observo con curiosidad a Cain y a su extraña acompañante. Parece que el chico a invocado un nuevo demonio, y resulta de lo mas adorable, aunque no te puedes dejar engañar por estas criaturas. Sin embargo, la reacción de la niña me pilla por sorpresa y no puedo evitar reírme con ganas, el ímpetu de la niña casi derriba la mesa, pero aun así ha resultado de lo mas cómico. No se me escapa la mirada que le dirige Cain y por unos segundos me extraña, parece como si... La imagen de Estrael, el demonio que le quito el ojo a Cain se ilumina en mi mente. Creo entender lo que esta pensando ahora mismo, pero a mis ojos esta niña no tiene pinta de parecerse a Estrael, ¿no hay también demonios que tratan bien a sus amos?, Fresser y Ziel son dos ejemplos, y yo creo que esta niña es otro ejemplo. Dejo a Feliks en su olla con carbones al rojo para que duerma tranquilo y le dirijo una mirada preocupada a Cain, espero que se le pase pronto. Atiendo a las palabras de Cain mientras me acerco a la mesa. Una vez en ella me inclino por encima de la mesa, y miro a Uzza a los ojos, a escasos centímetros, tratando de leer en ellos, de saber que ocultan sus largas pestañas. La demonio, de piel violácea, y pelo pelirrosa, es bastante mona, parece una niña pequeña, y eso solo la hace mas adorable. Sonrío, cogiendo la punta de un mecho de sus cabellocon los dedos, y observando el curioso color.
-Yo me llamo Vacuum, aunque puedes llamarme Vac, todos lo hacen -le digo a la niña poniéndome derecho y sentándome en el el suelo-... y no hay problema, puse el plato por si venían Elliot o Jack, pero a la primera no le da la gana de comer, y al segundo no le hace falta. Puedes comer con nosotros pequeña, si a Cain no le importa, claro esta -digo mirandole-, sería una lástima desperdiciar tanta comida -comento sonriendo.
Con un movimiento de las manos, hago que la comida se empiece a servir en los platos por si sola, creando figuras en el aire antes de descansar sobre los platos. Me encanta la magia, puedes hacer que todo sea mas divertido... espero que Cain coma tranquilo, ojala que la comida le relaje un poco...
-Así que eres un demonio de combate -comento mirando a la pequeña, tras empezar a comer un poco de arroz-... ¿y eres fuerte?, quizá podrías entrenar conmigo, seguro que aprendo cosas interesantes, me vendría bastante bien... -comento mirando a Cain, sería interesante aprender de un demonio, ya que, a pesar de su aspecto adorable, seguro que es muy fuerte.

24/11/11, 05:51 pm

Cain le hizo un gesto a Vacuum dándole a entender que no debía preocuparse y empezó a comer. Aún estaba un poco debilitado por el trozo de alma que acababa de llevarse la invocación de Uzza y la magia empleada para prepararla. La comida empezó a sentarle bien desde el primer bocado, sentía el calor bajarle por la garganta y como le volvía el color a las mejillas quitandole algo de su palidez habitual. Estaba todo delicioso, y comió con cada vez más avidez; la única pega era que el curry estaba demasiado picante, por lo que tuvo que recurrir al agua y al pan en un par de ocasiones.
-No estoy acostumbrado- rió, algo más relajado
Pero a Uzza sí parecía gustarle el picante. Comía con más avidez aún que su amo, casi sin masticar, y elegía los trozos de carne más crudos y sanguinolentos, por lo que en un par de ocasiones se encontró de lleno con la mirada asesina de su amo. << No tocar la comida del amo, es la regla...>> se dijo mentalmente. Cuando decidió que ya había comido suficiente se entretuvo quitándose los granos de arroz de la cara y a mirar a Vacuum. Su comentario anterior le había hecho sonrojarse de manera exagerada, pues no estaba acostumbrada a ese trato. Cuando se presentó, miró a Cain interrogante.
-Es mi marido- respondió Cain. Se le hacía verdaderamente raro hablar de Vacuum de esa forma, pero era así, estaban casados... Y de nuevo se perdió en sus pensamientos de cómo jamás se había imaginado a sí mismo casado con nadie... Unos grititos le hicieron volverse hacia Uzza, que se había llevado las manos a la boca y parecía a punto de estallar de emoción.
-¿De verdad? El amo y...- sus ojos magenta se encendieron y un torrente de perversas imágenes cruzaron su aparentemente infantil mente provocándole una risilla traviesa.
Cain alzó una ceja, algo molesto, y Uzza paró inmediatamente. Escuchó la pregunta de Vacuum y frunció el ceño. Se levantó en gesto solemne y fue hacia una cómoda de madera maciza y lo levantó sin hacer el menor esfuerzo
-Puedo ayudarte cuando quieras- aceptó con una sonrisa- Podría reducir esto a astillas, pero el amo se enfadaría con Uzza, y Uzza no quiere que el amo se enfade...- dijo haciendo un puchero en dirección a Cain que se limitó a suspirar.

25/11/11, 07:23 pm

Cain come con ganas y parece que le esta sentando bien la cena, el calor vuelve poco a poco sus mejillas y su rostro pierde la palidez , quedando esta sustituida por un color mas rosado y agradable. Uzza también come, con mas avidez incluso, y eso me hace reír, me encanta que les guste tanto la comida. Ceno en silencio, observándoles a ambos atento. Las reacciones de Cain ante la niña son un poco ariscas, y teniendo en cuenta lo que le paso con Estrael, no me extraña nada. Pero el echo de que haya bajado a la niña para que cene con nosotros, resulta una buena señal. La niña me mira curiosa mientras se quita los granos de arroz de la cara cuando acaba de comer. Antes se sonrojo un poco, pero tampoco le di tanta importancia. Mira a Cain interrogante y el italiano le dice que soy su marido antes de ensimismarse. Esa palabra suena muy extraña en mi cabeza, pero es la verdad. Unos grititos emocionados me hacen mirar hacia Uzza. La niña se ha llevado las mano a la boca y sus ojos magentas brillan emocionados, le dice algo a Cain antes de reír de forma traviesa, pero la mirada de Cain la hace callar. Sonrío suavemente cuando la niña se levanta con gesto solemne, se acerca a una cómoda de madera maciza, y la levanta sin aparente esfuerzo. La miro curioso, y su afirmación a mi petición me emociona. Río y termino de cenar sin añadir nada, aunque por dentro ardo de emoción. Me pongo en pie, estirándome como un gato, y me acerco a la cocina llevando los platos sucios. Friego, tarareando suavemente una canción sin letra, y cuando acabo regreso a la mesa con un poco de arroz con leche para Cain y Uzza. Dejo los cuenos frente a ellos y me acerco a Cain. Me inclino le robo un fresco beso de los labios, le dedico una sonrisa y me enderezo.
-Me voy a subir a entrenar arriba, que te diga Cain donde encontrarme si te apetece entrenar -digo antes de subir por las escaleras-, estaré en el dojo.
Cada fibra de mi ser tiembla de emoción ante la posibilidad de combatir con alguien fuerte, con alguien con el que no me tenga que contener, con alguien que me pueda golpear de verdad. Una vez en el dojo me dedico a proteger todas las paredes, el suelo, y el techo, con potentes hechizos de protección, para que no se deterioren por el entrenamiento que espero que tenga lugar. Aplico el mismo hechizo en mis alas, para que no se desgarren y me pongo a estirar en el centro de la habitación. Luego me cruzo de piernas y espero, flotando por encima del suelo por la emoción. La adrenalina bulle bajo mi piel, y mis músculos en tensión, se notan en mi pecho desnudo. Una sonrisa ausente afila mi cara, y mis ojos brillan expectantes, ojala que aparezca, ojala que entrene conmigo, necesito algo de movimiento...

26/11/11, 12:06 am

Cain se relame cuando ve llegar a Vacuum con el cuenco de arroz con leche. Ya se había acostumbrado a su dosis de dulce diaria, y si tuviera que volver a su época de cosechado en la que el azúcar era un lujo casi inexistente habría caído en depresión. Comió paseando la mirada por lo poco que quedaba ya de la cena, lo que el griego todavía no había recogido, y por el burdel... Estaba increíblemente limpio gracias al trabajo de sus diablillos, y tenía por fin el aspecto de un hogar y no de un refugio de guerra... nada de cuerpos magullados repartidos por el suelo, nada de vendas, restos de hierbas curativas y manchas de sangre, lo único que permanecía eran los libros de hechizos y los talismanes de emergencia en la entrada, aunque ya no les hiciesen tanta falta como antes. Acabó con el arroz con leche más rápidamente de lo que esperaba, y cuando Vacuum le besó, le sujetó de la nuca para alargar el beso lo más posible, ignorando el gritito de emoción que Uzza había dejado escapar
-Te advierto que yo no pienso ir a curarte las heridas, así que si Uzza te mata no es mi problema...- le dijo con una sonrisa mientra le veía subir las escaleras
La niña demonio miró a su amo interrogante y este asintió, dándole a entender que podía ir a entrenar con Vacuum.
-¡Bieeeeeeen! ¡Gracias, amo!- exclamó entusiasmada dando varios saltitos antes de salir disparada hasta la sala donde el hado infernal le estaba esperando. No necesitó las indicaciones de Cain para encontrarle, su esencia era lo bastante fuerte como para delatarse por sí misma. Al entrar en el improvisado dojo sintió la magia llenando las paredes y trató de descifrar los hechizos utilizados, la magia de aquella ciudad era extraña...
Imitó la postura de Vacuum sentándose también en el aire y le dedicó una gran sonrisa. Uzza también estaba nerviosa, le gustaba el amo que le había tocado, y sobretodo le gustaba su compañero... Se veía capaz de aguantar su ritmo... Ahora solo quedaba comprobar si iba a aguantar realmente....
-Hmmm... no sé muy bien cómo lo haceis aquí, pero empiezo yo... A la de una, a la de dos, ya la de t...- Uzza desapareció.
Una fuerza brutal empujó a Vacuum desde atrás estampándolo contra la pared que tenía enfrente. La demonio se había movido a tal velocidad que había desaparecido de la vista... para volver a aparecer justo detrás del griego y patearlo.
-¡Sorpresa!- gritó entre risas. No había ni pizca de maldad en su tono ni en sus acciones, simplemente se tomaba todo aquello como un juego. Sin dejarle tiempo para reaccionar, volvió a moverse, corriendo hacia Vacuum con el puño preparado para darle un puñetazo en la cara.

26/11/11, 02:06 am

La niña entro en la habitación dando saltitos, emocionada, la sonrisa de su cara dejaba claro su entusiasmo. Mira a su alrededor, atenta a algo, supongo que a las hechizos que he implantado en las paredes y superficies de la habitación. Me imita, sentándose con las piernas cruzadas en el aire y me dedica una sonrisa resplandeciente. Se la nota nerviosa, y la emoción del combate se palpa en el aire. La escucho con una sonrisa atenta, atendiendo a sus palabras y siguiendo sus movimientos con los ojos.
Pero es rápida, y aún sin terminar de contar, desaparece en el aire. Solo fue un parpadeo, pero al instante siguiente, siento una fuerza tremenda golpearme en la espalda, lanzándome hacia adelante y estampándose de cara contra la pared de enfrente, en la que habría acabado empotrado si no estuviera hechizada. Reboto, cayendo hacia atrás y dando con el cuerpo en el suelo. La niña aparece de nuevo con un "¡SORPRESA!" y una sonrisa de pura emoción en los labios. Me patea, lanzándome hacia el centro del tatami con fuerza, donde me incorporo con celeridad.
-Increíble -logro decir, mi expresión es de puro gozo, a de un niño que ha encontrado un juego divertido, sin evitarlo se me escapa una carcajada emocionada.
La adrenalina bulle en mis venas, el fuego de la lucha arde bajo mi piel, abrasando mi sangre y tensando todo mi cuerpo, preparado para atacar. Todo a mi alrededor se ha ralentizado, cada segundo parecen diez, cada diez parecen cien. Soy capaz de ver hasta el detalle mas mínimo, mis sentidos trabajando al máximo... Veo los músculos de Uzza, tensos bajo su piel antes incluso de que salte, y cuando se proyecta hacia adelante no puedo evitar que una enorme sonrisa se afile en mi cara.
-Allá vamos de nuevo -murmuro relamiendome la sangre que escapa de la comisura de mi boca mientras mis ojos brillan como dos focos verde esmeralda.
Me desvío un poco hacia la derecha, mientras el puño de Uzza roza mi rostro. Alzo las mano, cogiéndola por el antebrazo extendido y tirando de el, la volteo sobre mi cabeza, estampandola contra el suelo. Aun sin soltarla, y sin respiro entre movimientos, aleteo un poco, alzándome del suelo, y golpeándola contra el techo, antes de girar sobre mi mismo y lanzarla contra una de las paredes. Aterrizo en el suelo, con las rodillas flexionadas y atento a sus movimientos, esto va a durar, y seguro que cobro yo mas,pero no le quita ni un ápice a a emoción.
-Vamos pequeña -le insto con una sonrisa, flexionando los dedos y limpiando por completo la sangre de mis labios con la lengua-, esta habitación aun no ha retumbado suficiente -río con ojos brillantes.

Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)

Burdel de dama Espasmo

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