Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
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Rocavarancolia Rol
30 participantes
- Rocavarancolia Rol
Burdel de dama Espasmo
01/08/11, 01:16 am
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.
- Empleados del burdel:
Mephis
Género: Le da igual (usa principalmente pronombres femeninos)
Raza: Desconocida
Transformación: Cambiante.
Descripción física: Puede tener cualquier aspecto que desee pero su forma favorita es el de una persona menuda y andrógina, de rasgos finos y aniñados, enormes ojos azules con pestañas espesas , nariz algo respingona y una boca pequeña y carnosa. Salvo por petición expresa todo en ella es completamente blanco a excepción de los ojos, cuyo iris suele colorear de rosa o azul pálido. Esa es su marca personal, pues no quiere pasar desapercibida si no que se la reconozca al instante. Le gusta llevar el cabello rizado y por encima de los hombros. Suele usar maquillaje discreto, a excepción de los labios que le gusta pintar de distintos tonos de azul. Adora la ropa pomposa, como de muñeca, con muchos encajes y volantes y los adornos de flores para el pelo. Sus joyas favoritas son las perlas. Siempre viste colores claros.
Personalidad: Sus servicios son los más caros de todo el burdel ya que puede ser literalmente lo que el cliente desee y por eso mismo se lo tiene bastante creído. Su temperamento hace que resulte difícil de tratar aunque ha mejorado con los años gracias a la convivencia con sus compañeros. Con los clientes es complaciente pero sin perder la vena de princesita caprichosa que muchos encuentran encantadora. Le gusta ser el centro de atención y que la halaguen pero odia a la gente vulgar y que se tomen demasiadas confianzas con ella. Es muy demandante con Cain y él la consiente todo lo que puede. Prefiere pasar su tiempo libre a solas o en compañía de Zedrig o Cain, sus dos personas favoritas. Le encantan las flores y las rosas en particular, siempre tiene flores frescas en la habitación.
Jau
Género: Masculino.
Raza: Terrícola.
Trasformación: Licántropo tigre.
Descripción física: Es un tipo grande, de 1’97 de altura, espaldas anchas y cuerpo musculado. Tiene la mandíbula bien marcada, nariz recta y unos ojos penetrantes y brillantes de color ambarino. Su piel bronceada a veces muestra marcas más oscuras que imitan su pelaje animal. Le gusta llevar otros rasgos de su transformación parcial como la cola, los colmillos o nariz oscura. Lleva el pelo corto, rapado en la nuca degradado de negro a naranja. Le gusta demasiado ir sin camiseta y suele vestir pantalones anchos de algodón o de lino, y no más complementos que alguna pulsera de cuero. Tiene dos piercings en la parte superior de la oreja izquierda.
Personalidad: Es un tipo energético, muy amigable y de buen temperamento. Le gusta socializar y estar rodeado de gente y tiene muchos amigos fuera del burdel. Su presencia puede resultar algo intimidante al principio pero se disipa pronto una vez lo oyes hablar. Eso sí, aunque es difícil que se enfade cuando lo hace es terrible. Adora bailar, los deportes de equipo y en general cualquier actividad física que le permita quemar energía. No puede pasar mucho tiempo encerrado o se pone nervioso e irritable. A pesar de no ser mucho de adornos es coqueto a su manera y lleva una dieta y rutina de ejercicios muy estricta. Es el predilecto de Gahna y a menudo está reservado solo para ella.
Vivia
Género: Femenino.
Raza: Idrina.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es una joven de piel gris perla, finísima y delicada sin ningún tipo de marca ni cicatrices, algo increíble teniendo en cuenta que fue una esclava antes de llegar al burdel. Su cabello es liso y largo hasta media espalda y lo lleva teñido de verde pálido. Tiene los ojos verdes, grandes y almendrados, labios finos y orejas similares a las aletas de un pez. Su cuerpo es esbelto, de 1’67 de altura, con cuello fino y piernas bien torneadas. Es increíblemente flexible. Le gusta la ropa de colores claros y prefiere las telas ligeras y transpirables. No usa casi joyas salvo en ocasiones especiales o para complacer a algún cliente.
Personalidad: Se le da bien leer a las personas y ha desarrollado sus habilidades sociales para adaptarse a cualquier situación. Su vivacidad y encanto la hacen realmente popular, especialmente entre hechiceros y brujos ególatras, pues se le da muy bien halagar a la gente. A veces usa su habilidad para leer a las personas para manipularlas a su favor, y no es raro que consiga sacar más de un regalo. Le entusiasma la magia y tiene la habitación llena de cachivaches mágicos, además de libros de hechizos que nunca podrá utilizar. Cuando está cómoda deja salir su insaciable curiosidad. Es la mejor amiga de Ariven.
Ariven
Género: Femenino.
Raza: Nublina.
Transformación: Demonio del fuego arruinado (tiene una piedra de Luna incrustada en el pecho, sobre el escote).
Descripción física: Mide 1’72, de cuerpo bien trabajado, caderas anchas y pechos firmes. Su piel tiene un color rojizo y es bastante oscura. Sus ojos rasgados son como brasas encendidas y varían de color, pasando por distintos tonos anaranjados. A veces se tiñe la esclerótica y los dientes de negro. Tiene el cabello negro azabache, largo y ondulado, y le gusta recogérselo en trenzas, colas altas, moños... Posee una cola fina y larga terminada en punta de flecha y le gusta usar prótesis de cuernos que se cambia cada cierto tiempo. Puede chamuscar cosas tocándolas y tiene la capacidad de aumentar mucho su temperatura corporal, además de ser resistente al fuego; por desgracia su nivel de magia es menor de lo que debería y no tiene afinidad para la magia de invocación.
Personalidad: Es una chica pasional, pero mide sus acciones al milímetro y le gusta dar la impresión de que tiene todo bajo control. Tiene una fuerte presencia, por lo que no suele pasar desapercibida. Es dominante en la cama y algo sádica, le gustan los juegos y crear escenas, es lo que más disfruta de su trabajo. Es muy cariñosa con sus amistades. Le gusta reír y es aficionada a la bebida fuerte y las largas conversaciones sobre cualquier tema. También adora la música, ya sea escucharla, bailarla o incluso cantarla. Le encantan las joyas, siempre lleva pulseras o pendientes de algún metal precioso, y suele vestir con colores oscuros para que hagan contraste. Tiene preferencia por las telas vaporosas y las trasparencias aunque el trabajo le exija mucho cuero y látex. De diario usa mucha ropa terrícola. Es la mejor amiga de Vivia.
Zedrig
Género: Masculino.
Raza: Nublino.
Transformación: No tiene.
Descripción física: De complexión delgada y 1’73 de altura (alto para ser nublino). Su piel es blanca con moteado azul en hombros, sienes, inicio de la columna y caderas. Tuvo cicatrices que han sido curadas con magia aunque aún le queden en muslos y muñecas. Además tiene un complejo tatuaje rúnico en tinta blanca a lo largo de su columna. Sus manos terminan en garras pero a veces usa fundas de silicona para que no le estorben. Tiene el cabello azul oscuro y le gusta llevarlo corto y con flequillo. Sus ojos también son azules, oscuro en el iris y claro en la esclerótica. Suele vestir con ropa tradicional de su mundo, aunque también le gusta el estilo sinhadre y el asiático terrestre. No es de llevar muchos adornos fuera del trabajo pero le gustan las gargantillas y el maquillaje y recientemente las garras libenses.
Personalidad: Es dulce y complaciente. Pasivo, de pocas palabras y voz suave, casi tímida. Al menos es así como se presenta ante sus clientes. En la realidad es un chico retraído y desconfiado al que le desagradan las multitudes y la gente escandalosa. Gran observador, sabe leer el ambiente y cómo evitar los conflictos. Fue sujeto de experimentación mágica por lo que todo lo relacionado con ella le hace sentir incómodo y guarda cierto rencor contra algunos transformados. Es un poco cínico y puede llegar a ser bastante cruel con sus opiniones, aunque rara vez las comparta. La lectura es su pasatiempo favorito. Es el mejor amigo de Mephis.
Vanyme
Género: Masculino
Raza: Ulterano terra.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es alto (1’83) y esbelto, con musculatura ligera. Tiene el pelo morado berenjena, algo por debajo de los hombros y lo suele llevar trenzado y recogido en una cola alta. Sus rasgos son marcados y regios, aunque aún algo suaves debido a su juventud. Tiene la piel muy morena, con algunas cicatrices sin importancia en manos y pies que ha insistido en conservar. Sus ojos son dorados, ligeramente rasgados, y son los que le dan su nombre. Intenta vestir con ropa cómoda; faldas largas, pantalones anchos de tela fina y suave, algunos adornos de piel o hueso, pero ha terminado cediendo a las joyas de oro que Cain no para de regalarle. Ha desarrollado cierto gusto por los kimonos de seda y los bordados de tonos metálicos.
Personalidad: Muy tímido, todavía sobrepasado por la situación en la que se encuentra pero poco a poco abriéndose a los demás. Es dulce y tranquilo, de risa fácil cuando está rodeado de gente de confianza. Con los clientes es distante y taciturno, pero famoso por su delicadeza. Se ha convertido en un ávido lector y tiene mucho interés por el arte y la música (incluso está pensando en aprender a tocar algún instrumento). Le gustan muchísimo los animales; tiene dos conejitos como mascota.
Wheem
Género: masculino.
Especie: varmano granta.
Transformación: brujo de las opiaceas.
Descripción física: Mide 1’65 y es delgado aunque con una musculatura bien formada gracias al trabajo y el baile. Es ágil y elegante con sus movimientos. Su piel es oscura y tiene el cabello rojo y liso cortado a media melena que a veces se recoge en una coleta baja. Sus ojos son de un rojo muy oscuro y su nariz felina es negra. Casi siempre tiene un cigarrillo en la boca. Tiene múltiples pendientes en las orejas que se va cambiando a placer. Le gusta la ropa de su mundo: pantalones de vestir, camisas y chalecos, trajes de chaqueta, a veces algún sombrero… No le gusta usar maquillaje.
Personalidad: Es lo que se suele llamar un vividor, amante de los placeres de la vida y con la brújula moral estropeada desde antes de llegar a la ciudad. Directo, brusco y con un ácido sentido del humor, aunque también sabe endulzar sus palabras para conseguir sus objetivos. Apasionado del baile, la bebida y cualquier droga que se fume. Tiene un serio problema con el juego y sigue acumulando deudas por culpa de este. Aunque se queje a menudo, en el fondo no tiene muchos remilgos para con sus clientes.
Dama Circe
Género: Femenino
Raza: Terrícola
Transformación: Licántropo.
Descripción física: En su forma humana mide 1’60. Tiene curvas marcadas: caderas anchas, buen culo, pecho generoso y tripita. Su piel suele estar bronceada y no tiene más marcas que algún lunar y estrías ya cicatrizadas en los muslos. Los rasgos de su rostro son redondeados, si bien algo asalvajados por el brillo especial de sus ojos marrones o la chispa de su sonrisa. Su cabello es castaño y liso, y le gusta llevarlo corto. En su forma lobuna, su pelaje es pardo moteado, sus ojos están vascularizados y es más grande que un lobo normal. Tiene una forma de vestir llamativa y le gusta seguir como puede las últimas tendencias tanto de la Tierra como de Frivo. Adora los pendientes grandes y los estampados animales y siempre tiene la manicura a punto. Es muy raro verla sin maquillaje, aunque sea la raya del ojo.
Personalidad: Es algo salvaje e impulsiva. Se pica con facilidad, tiende tener rabietas y puede llegar a ser verdaderamente borde, pero también es muy juguetona y bromista. Es algo menos refinada que sus compañeras, muchas veces habla más de lo que debería y le traiciona el entusiasmo cuando algo capta su atención. A pesar de todo se preocupa por sus compañeros y resalta por su sentido del humor y su animosidad. Le encantan los eventos sociales y el barullo y estar al tanto de cualquier cotilleo. En su tiempo libre le gusta salir a bailar o a beber con sus amigos y recientemente se ha enganchado a las telenovelas frivys, en parte por las risas y en parte de verdad (también le gustan los dibujos animados de la Tierra y los realities). Mantiene sus precios bajos a propósito, ya que según ella le ofrecen una mayor diversidad de clientes y es más interesante; ya ha alcanzado el nivel de vida que quiere y no pretende aspirar a más.
Vlad (esporádico)
Género: Masculino.
Raza: Terrícola
Transformación: Incubo.
Descripción física: Es un hombre de 1’88 de alto, de presencia imponente. Tiene rasgos rasgos regios y elegantes, aunque su personalidad altiva a veces los arruinen. Su piel es pálida, adornada con diversas cicatrices y escarificaciones, cortesía de su ama. Tiene piercings en los pezones, al inicio del hueso pélvico y en la base del pene. Su cuerpo está bien trabajado pero con una musculación más estética que por trabajo físico. Apenas tiene vello corporal. Unos cuernos curvos asoman entre su melena oscura, larga y lisa. Tiene los ojos rojos y sus uñas son largas y negras. Su lengua es larga y sus dientes afilados, y posee una cola acabada en punta que se va oscureciendo desde la base hasta adquirir el tono rojizo de la sangre seca. Viste con ropa libense de buena calidad para trabajar: faldas largas, gargantillas de cuero, cadenas… De diario usa ropa formal terrícola.
Personalidad: La personificación del libertinaje. Aun conservando los modales y el porte de su pasado noble, su desproporcionada libido le hace tener la mente puesta siempre en el sexo, y es en estos momentos cuando tiene permiso para dar rienda suelta a sus múltiples fetiches. No es demasiado exigente y mantiene unos precios a veces ridículos, pues suele interesarle más la recarga de magia que el dinero, pero le gusta tomarse su tiempo en el cortejo, seduciendo y jugando con sus objetivos. Morboso y calculador, sumiso ante su única ama, Mánia, cuya autoridad reconoce aun por encima de la de Cain. Es un ávido lector, tanto de novela como de poesía, y un amante de la música clásica.
- Referencias visuales:
-Tablón del burdel
-Tablón de Mephis
-Planta baja y termas
-Primer y segundo piso
-Tercer y cuarto piso
- Ver mensajes archivados:
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
07/11/11, 01:57 am
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
07/11/11, 04:49 pm
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
07/11/11, 07:26 pm
Después de varios días aquí metido, practicando hechizos, reforzando las prendas de piel con el de costuras fuertes, recién descubierto en el libro. Mis hechizos propios de oscuridad ya los manejo bastante bien, pero los de sangre... No tengo con qué practicar el de encuadernar y el otro de alimentarme a distancia es de momento una locura... Es demasiado complejo estando concentrado, aún más en el fragor de una pelea sin poder concentrarme apenas. Cuando llegué dejé la carne de dos colaespinas en la nevera, ahora hay dos más de los que he bebido estos días, pero quiero volver a beber sangre humana. Quiero y lo necesito, pero diantre, tendré que ir un día de estos a la taberna a preguntar... Bueno, una noche mejor dicho. ¿Y si el dueño del local me diese trabajo? Hum... "Jack el Vampiro, camarero de la taberna"... no es un buen título... Pero por algo se empieza. Eso sí, no hay nada de actividad en el edificio... Nadie se ha movido por los pasillos y no he notado movimiento alguno en las habitaciones... En fin, a saber, no pienso meterme en los dormitorios a buscarles, ya son mayorcitos. Pero de pronto escucho un grito con eco, desgarrador, indudablemente de Cain, y salgo corriendo como puedo del dormitorio. Aunque claro, lo más rápido es ir convertido en humo para evitar las puertas y escaleras. Así que llego a toda velocidad a las termas y me quedo como congelado, pegado al techo, contemplando la escena que tiene lugar frente a mí. Y bueno, una nube de humo destaca bastante entre tanto vapor, así que retrocedo presto y me quedo en el salón como atontado <<¿Qué...qué acabo de ver?>> Retomo la imagen y titubeante sigo pensando, mientras vuelvo al dormitorio a paso lento, aún convertido en humo <<Alas y Cain, es decir, Vacuum y Cain. Vale, sé que están juntos. Ahí abajo estaban muy juntos ciertamente... Pero... No...A ver...>> llego al cuarto y compruebo que la puerta esté cerrada, luego me siento en la cama y sigo dándole vueltas al asunto <<A ver, estaban juntos, sí. Y si he visto bien, desnudos... Menos mal que nadie de los del edificio puede escuchar lo que pienso, sería muy vergonzoso... Pero necesito saber... ¿Necesidad? Sí, bueno... Es como con Erika y Elliot solo que... ¡Diantre, no es lo mismo! Y no veo bien eso de volver y preguntarles, sería muy horrible... Maldita sea... No podían gritar y hacer lo que sea que hiciesen en otro momento, no, justo cuando estoy aquí... ¿Y por qué gritaba Cain? Si hubiese visto motivo alguno habría separado a ambos al momento, pero nadie gritaría así por un mordisco o lo que estaban haciendo... Aun...Aunque... estaban en la poza... Oh, maldita sea, mejor me voy a dar un paseo y me despejo, me estoy volviendo loco. ¡Loco!>> Me levanto de nuevo y voy al balcón, donde me quedo mirando al cielo nocturno. Echo una última mirada atrás y luego salto a la calle. ¿Por qué no ir a la biblioteca a ver si puedo leer algo más de mi raza? Cualquier cosa, lo que sea, con tal de distraerme. Vayamos pues.
(Continúa en la biblioteca)
(Continúa en la biblioteca)
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
07/11/11, 10:47 pm
Cain se siente... cansado. Sabía que debía haberse quedado en la cama, que perder un ojo no era algo de lo que uno se recuperase en un par de horas con una simple poción reconstituyente, pero la idea de renunciar a volver a jugar con Vacuum. <<Bah, no es para tanto... He estado peor>> piensa tratando de autoconvencerse. Sin embargo las fuerzas le fallan por lo que en un principio se deja atender por Vacuum. Deja que lo limpie, que lo saque de la bañera, que le ayude a vestirse... Cuando se da cuenta de lo horriblemente mal que le ha sentado ese último trago de vino el griego lo coge en brazos.
-¡Eh!- protesta, tratando de resistirse, pero no tiene ganas así que se deja llevar <<Vaya, ahora soy una princesita montacargas...>> dice para sí al ver como Vacuum amontona cosas en su regazo. Lo siguiente que recuerda es ir subiendo las escaleras. La reciente actividad, las secuelas del shock, la baja presión sanguínea provocada por el calor y el añadido del alcohol le habían trastocado y se sentía mareado. Muy mareado. Cuando Vacuum le dejó en la cama se tomó la poción sin rechistar, pero prometiéndose mentalmente que se vengaría. <<Mi venganza será terrible...>> No respondió a las palabras de Vacuum, aunque sonrió ligeramente al oírlas, se limitó a abrazarse a Elliot y tratar de dormir.
El cancancio se le echó encima como un bloque de cemento que le impidió mover un solo músculo durante un buen rato. Dejó escapar un suspiro casi inaudible mientras bajo su párpado (el del ojo bueno) todo le daba vueltas. Era algo curioso, la poca importancia que le había dado a la pérdida de su ojo... Aun no se había mirado en ningún espejo, aún no se había enfrentado a lo que había ocurrido realmente, a lo que implicaba de verdad perder un ojo... Sus ojos siempre habían sido algo preciado para él, eran especiales, eran algo tan particular y único en él... ¿Por qué no le había afectado? Los pensamientos le impedían conciliar el sueño, y esa pregunta daba vuelvas en su mente, abriendo grietas en su burbuja protectora sin que Cain se diese cuenta. Poco a poco, de forma para nada evidente, la verdad se apoderaba del rubio mostrándole lo que realmente implicaba la mutilación que su preciado demonio había llevado acabo en él. Cain se llevó una mano débil y tenblorosa al parche y deslizó los dedos bajo la tela, palpando el hueco que quedaba. Se imaginó un abismo negro como la pez, tan profundo y vacío que amenazaba con tragarse sus dedos, y eso le hizo retirarlos rápidamente. Al hacerlo, se dio cuenta de que estaba llorando. Era algo surrealista como las lágrimas segían brotando de su lagrimal inservible, aun teñidas con algo de rojo, y se deslizaban con naturalidad por su cara. El escudo que le había protegido todo el tiempo, su insensibilidad y pasotismo ante el accidente se hicieron pedazos y El shock cayó sobre Cain con todo su peso, liberando una oleada de sentimientos amargos. La nauseas se apoderaron de él y le obligaron a moverse, tuvo el tiempo justo para pasar por encima de Vacuum y salir de la cama antes de vomitar en el suelo. Se agarró a la mesilla como pudo para no caer, pero no tuvo tiempo a buscar un cubo o algo parecido. Tardó un buen rato en calmarse, pero no se recuperó. Sin poder recordar el hechizo de limpieza y sin fuerzas para hacerlo se limpió la boca con el primer trapo que encontró y volvió a meterse en la cama. Aún tardaría en afrontarlo.
-¡Eh!- protesta, tratando de resistirse, pero no tiene ganas así que se deja llevar <<Vaya, ahora soy una princesita montacargas...>> dice para sí al ver como Vacuum amontona cosas en su regazo. Lo siguiente que recuerda es ir subiendo las escaleras. La reciente actividad, las secuelas del shock, la baja presión sanguínea provocada por el calor y el añadido del alcohol le habían trastocado y se sentía mareado. Muy mareado. Cuando Vacuum le dejó en la cama se tomó la poción sin rechistar, pero prometiéndose mentalmente que se vengaría. <<Mi venganza será terrible...>> No respondió a las palabras de Vacuum, aunque sonrió ligeramente al oírlas, se limitó a abrazarse a Elliot y tratar de dormir.
El cancancio se le echó encima como un bloque de cemento que le impidió mover un solo músculo durante un buen rato. Dejó escapar un suspiro casi inaudible mientras bajo su párpado (el del ojo bueno) todo le daba vueltas. Era algo curioso, la poca importancia que le había dado a la pérdida de su ojo... Aun no se había mirado en ningún espejo, aún no se había enfrentado a lo que había ocurrido realmente, a lo que implicaba de verdad perder un ojo... Sus ojos siempre habían sido algo preciado para él, eran especiales, eran algo tan particular y único en él... ¿Por qué no le había afectado? Los pensamientos le impedían conciliar el sueño, y esa pregunta daba vuelvas en su mente, abriendo grietas en su burbuja protectora sin que Cain se diese cuenta. Poco a poco, de forma para nada evidente, la verdad se apoderaba del rubio mostrándole lo que realmente implicaba la mutilación que su preciado demonio había llevado acabo en él. Cain se llevó una mano débil y tenblorosa al parche y deslizó los dedos bajo la tela, palpando el hueco que quedaba. Se imaginó un abismo negro como la pez, tan profundo y vacío que amenazaba con tragarse sus dedos, y eso le hizo retirarlos rápidamente. Al hacerlo, se dio cuenta de que estaba llorando. Era algo surrealista como las lágrimas segían brotando de su lagrimal inservible, aun teñidas con algo de rojo, y se deslizaban con naturalidad por su cara. El escudo que le había protegido todo el tiempo, su insensibilidad y pasotismo ante el accidente se hicieron pedazos y El shock cayó sobre Cain con todo su peso, liberando una oleada de sentimientos amargos. La nauseas se apoderaron de él y le obligaron a moverse, tuvo el tiempo justo para pasar por encima de Vacuum y salir de la cama antes de vomitar en el suelo. Se agarró a la mesilla como pudo para no caer, pero no tuvo tiempo a buscar un cubo o algo parecido. Tardó un buen rato en calmarse, pero no se recuperó. Sin poder recordar el hechizo de limpieza y sin fuerzas para hacerlo se limpió la boca con el primer trapo que encontró y volvió a meterse en la cama. Aún tardaría en afrontarlo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
08/11/11, 12:02 am
Un movimiento brusco me saca de mi sueño. Parpadeo somnoliento y veo a Cain pasar por encima mío. Observo impotente como el siciliano vomita a un lado de la cama, como los espasmos recorren su cuerpo. Apoya sus manos en la mesita y capto el brillo de sus lágrimas resbalando por sus mejillas. Intento moverme, pero no soy capaz, solo acierto a mirarle con ojos preocupados. El chico se tranquiliza un poco y se limpia la boca con un trapo. Se mete en la cama de nuevo, pasando por encima mio y le observo recostarse. Me incorporo en la cama y recojo sus lagrimas con manos temblorosas. Yo tengo la culpa, si no toda al menos parte. No debí bajar con el, no debimos jugar, por el amor del cielo, acaba de perder un ojo. <<Eres imbécil, idiota, mas que idiota -pienso para mi.>> Miro su único ojo dorado, aun nublado por el mareo.
-Lo siento, yo no... -consigo murmurar sin que se quiebre mi voz, pero no consigo acabar.
Me separo bruscamente de su lado y salgo de la cama. Limpio la alfombra con un hechizo y me pongo los pantalones sin darme cuenta apenas, cogiendo una camisa también. Me calzo las botas y acierto a agarrar mi bufanda y mi guitarra antes de salir al balcón. Mi respiración se ha acelerado, por motivos muy distintos ha hace unas horas. Me agarro a la barandilla para mantener el equilibrio y miro a la oscuridad nocturna, deseando que me trague, desaparecer en ella junto a mi idiotez. Alzo el vuelo, barajeo seriamente la decisión de perderme en la oscuridad, pero al final subo al tejado y me siento sobre las tejas. Dejo la guitarra a un lado y me abrazo a las rodillas flexionadas, enterrando la cara en ellas. Mis alas caen sin fuerza a mi espalda, y no hago esfuerzo alguno por evitarlo. Mis ojos se han oscurecido por la pena, por mi estupidez, por mi completa idiotez, que parece acompañarme como una maldición. Antes creía que ese rasgo tan propio de mi no era tan malo, que me empujaba a hacer las cosas bien, de forma distinta, pero bien a mis ojos. Ya no es así, cada vez estoy mas convencido de que solo meto la pata, una vez, y otra, una detrás de otra, y nadie se merece el tener que aguantarme. Me envuelvo bien en la bufanda, cubriendo mi boca y con la mente perdida en la negrura de la noche. Agarro la guitarra y empiezo a tocar, tratando de... de nada, ni siquiera se que pretendo. Mis ojos se nublan poco a poco, mientras la oscuridad los devora. Una pequeña sonrisa nace en mis labios sin fuerza mientras las lágrimas se deslizan despacio por mis mejillas. La música fluctúa en la noche, extendiéndose por el burdel como un suspiro de otro mundo.
-Lo siento, lo siento, lo siento... -susurro, son las únicas palabras que escapan de mis labios una y otra vez.
-Lo siento, yo no... -consigo murmurar sin que se quiebre mi voz, pero no consigo acabar.
Me separo bruscamente de su lado y salgo de la cama. Limpio la alfombra con un hechizo y me pongo los pantalones sin darme cuenta apenas, cogiendo una camisa también. Me calzo las botas y acierto a agarrar mi bufanda y mi guitarra antes de salir al balcón. Mi respiración se ha acelerado, por motivos muy distintos ha hace unas horas. Me agarro a la barandilla para mantener el equilibrio y miro a la oscuridad nocturna, deseando que me trague, desaparecer en ella junto a mi idiotez. Alzo el vuelo, barajeo seriamente la decisión de perderme en la oscuridad, pero al final subo al tejado y me siento sobre las tejas. Dejo la guitarra a un lado y me abrazo a las rodillas flexionadas, enterrando la cara en ellas. Mis alas caen sin fuerza a mi espalda, y no hago esfuerzo alguno por evitarlo. Mis ojos se han oscurecido por la pena, por mi estupidez, por mi completa idiotez, que parece acompañarme como una maldición. Antes creía que ese rasgo tan propio de mi no era tan malo, que me empujaba a hacer las cosas bien, de forma distinta, pero bien a mis ojos. Ya no es así, cada vez estoy mas convencido de que solo meto la pata, una vez, y otra, una detrás de otra, y nadie se merece el tener que aguantarme. Me envuelvo bien en la bufanda, cubriendo mi boca y con la mente perdida en la negrura de la noche. Agarro la guitarra y empiezo a tocar, tratando de... de nada, ni siquiera se que pretendo. Mis ojos se nublan poco a poco, mientras la oscuridad los devora. Una pequeña sonrisa nace en mis labios sin fuerza mientras las lágrimas se deslizan despacio por mis mejillas. La música fluctúa en la noche, extendiéndose por el burdel como un suspiro de otro mundo.
-Lo siento, lo siento, lo siento... -susurro, son las únicas palabras que escapan de mis labios una y otra vez.
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
08/11/11, 06:55 pm
Cain despierta deslumbrado por la luz del Sol. Si le hubiesen dicho que alguien se había colado en la habitación mientras dormía y le había pegado una paliza le habría creído sin dudarloo un segundo; estaba hecho polvo. Le dolía todo el cuerpo, la cabeza le pesaba y los oídos le zumbaban... además tenía frío. Miró hacia el balcón por el rabillo del ojo y vió que estaba abierto de par en par. Con un gruñido perezoso se cubrió hasta la cabeza con la manta y se pegó a Elliot todo lo que pudo. Vacuum no estaba, y no pensaba ir a buscarlo, aunque sí se sentía un poco mal por el por el estropicio de la noche anterior y que seguramente habría tenido que limpiar. Suspiró, no le gustaba que nadie limpiase lo que él ensuciaba, ni que hiciesen todo por él, le hacía sentirse inútil... << Pero si doy un solo paso moriré>> pensó dramáticamente hundiéndose aún más entre las mantas. Posó la frente en la espalda de Elliot al mismo tiempo que la rodeaba con los brazos y se quedó alli, escondido y sin mover un músculo, tratando de abandonarse a los brazos de Morfeo una vez más.
Después de mucho revolverse tratando de encontrar la postura, sintió algo caminando por encima suyo. Asomó la cabeza tímidamente y vio a Fresser, que se las había ingeniado para volar hacia la cama y pedía comida.
-No voy a darte de comer ahora, estoy malito- se justificó Cain, pero el pájaro no atendía a razones y siguió aconsándole pidiendo que le alimentasen. Un certero almohadazo libró a Cain de su sufrimiento y mantuvo a Fresser alejado por un buen rato, pero el recuerdo de la comida hizo que Cain se diese cuenta del hambre que tenía. Se llevó la mano al estómago, que rugía escandalosamente y miró hacia la ventana... Era como si tuviese un sexto sentido- Vac!! -Gritó, ya dandole igual si despertaba a Elliot << Lleva días durmiendo, es hora de que se despierte>> - ¡Vac, tengo hambre! - esperó pacientemente la llegada del griego, acomodándose reclinado sobre un montón de cojines. Un fragmento de la noche anterior le vino a la cabeza y le hizo sonreír << ¿Quieres una princesita? Pues vas a tenerla>>
Después de mucho revolverse tratando de encontrar la postura, sintió algo caminando por encima suyo. Asomó la cabeza tímidamente y vio a Fresser, que se las había ingeniado para volar hacia la cama y pedía comida.
-No voy a darte de comer ahora, estoy malito- se justificó Cain, pero el pájaro no atendía a razones y siguió aconsándole pidiendo que le alimentasen. Un certero almohadazo libró a Cain de su sufrimiento y mantuvo a Fresser alejado por un buen rato, pero el recuerdo de la comida hizo que Cain se diese cuenta del hambre que tenía. Se llevó la mano al estómago, que rugía escandalosamente y miró hacia la ventana... Era como si tuviese un sexto sentido- Vac!! -Gritó, ya dandole igual si despertaba a Elliot << Lleva días durmiendo, es hora de que se despierte>> - ¡Vac, tengo hambre! - esperó pacientemente la llegada del griego, acomodándose reclinado sobre un montón de cojines. Un fragmento de la noche anterior le vino a la cabeza y le hizo sonreír << ¿Quieres una princesita? Pues vas a tenerla>>
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
08/11/11, 08:00 pm
Al cabo de un rato dejo de tocar, no se cuanto tiempo llevo rasgando las cuerdas, pero y no puedo mas. No sale ni una nota mas de mi interior, estoy seco de música, igual que de lágrimas, que hace rato que dejaron de brotar. Me tumbo sobre el tejado, dejando la guitarra a mi lado, y trato de dormir, cerrando los ojos y disfrutando de la fresca brisa. Pero resulta inútil, la luz del sol me roza y aun estoy despierto, ansiando una inconsciencia que no llega. Mi cabeza no deja de pensar, de dar vueltas a mil cosas que aparentemente no tienen sentido, o que si lo tienen a ratos, mezclando ideas, emociones y sueños en un caos total. Sacudo la cabeza y la despejo finalmente, mi vista clavada en el cielo azul, tratando de caer en el. Estoy asi un rato, tratando de no pensar en nada. Suspiro, y antes de oirle se que se ha despertado. La voz de Cain me llega desde el dormitorio a través del balcón abierto, a tres piso de distancia. Agarro la guitarra y realizo un hechizo de intangibilidad. Medejo caer de espaldas los tres pisos que me separan de la habitación. Atraviso el techo y antes de atravesar el suelo dejo la guitarra apoyada contra la cama de pasada, cruzando una mirada apagada con el siciliano. Una vez en la planta de la cocina deshago e hechizo de intangibilidad y afianzo los pies en el suelo. Me acerco a la fuente y me lavo la cara y las manos, echandome el pelo, previamente mojado, hacia atras. Me acerco a la cocina y me pongo manos a la obra. Preparo una bandeja que dejo sobre la mesa y pongo una sarten con aceite, y una olla con agua al fuego. Mientras estas se calientan, cojo un poco de carne y corto un par de filetes bien jugosos. Les echo un poco de sal, y cojo unas verduras, parecidas a las judias, las zanahorias y las patatas. Yo diría que el hombre que le vendio la comida a Cain tenía contactos en la Tierra. Pelo, limpio y trozeo la verdura, y las cuezo al vapor en la olla con ayuda de un recipiente con agujeros que pongo sobre el agua hirviendo. Mientras la verdura se hace paso los filetes por el aceite, dejandolos poco echos, como al italiano le gustan, como a mi me gustan también, que sangren un poco. Los pongo en un plato grande y le añado las verduras al vapor cuando estan listas. Las aliño con un poco de aceite y sal y me pongo con el postre. El otro día eche un vistazo al contenido de las cestas y creo que podre hacer un poco de yogurt griego. Cojo un poco de leche cremosa, lo que me ahorra la nata, y cojo un poco de yogurt natural que viene en un tarro de cristal. Me pongo manos a la obra, elavorando una receta que me enseño el señor Angelopoulus, una receta secreta que pasaron de padres a hijos desde siempre. Cuando termino acelero elproceso de elaboración con un poco de magia, no tengo tiempo para ponerme a esperar. Pongo un cuenco de yogurt en la bandeja, añadiendole un poco de azúcar, revolviéndole y añadiendo mermelada de frambuesa por encima. Añado una taza y una tetera con agua, unas hojas de té secas y los cubiertos, ademas del azucarero.
Subo hasta el cuarto y entro sin llamar. Mientras me acerco a la cama mumruo varios hechizos. Dos de calor, para mantener la comida claiente, y para poner a hervir el agua de la tetera, añadiendole las hojas de té; y uno de frío, para enfriar el yogurt. Dejo la bandeja en el regazo del italiano y le tiendo una servilleta de tela. Elliot aun duerme, pero no la he subido desayuno por que se que no va a comer. Me siento en el sillón, rescatando a Fresser de debajo de la almohada, y creo una par de bolas de flamas negras para alimentar al mirlo.
-Que aproveche -murmuro con la mirada perdiada en el cielo, tras el balcón, acariciando la cabeza del mirlo con un dedo.
Subo hasta el cuarto y entro sin llamar. Mientras me acerco a la cama mumruo varios hechizos. Dos de calor, para mantener la comida claiente, y para poner a hervir el agua de la tetera, añadiendole las hojas de té; y uno de frío, para enfriar el yogurt. Dejo la bandeja en el regazo del italiano y le tiendo una servilleta de tela. Elliot aun duerme, pero no la he subido desayuno por que se que no va a comer. Me siento en el sillón, rescatando a Fresser de debajo de la almohada, y creo una par de bolas de flamas negras para alimentar al mirlo.
-Que aproveche -murmuro con la mirada perdiada en el cielo, tras el balcón, acariciando la cabeza del mirlo con un dedo.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
08/11/11, 08:45 pm
PESADILLA DE ELLIOT, LEEDLO!!! xD
- Spoiler:
- Una oleada de empalagoso olor a caramelo impactó contra Elliot con la fuerza de una bola de demolición. Era un aroma dulzón, pero nada agradable, como el jarabe de los niños pequeños. Reconoció la fragancia al momento. Era la esencia del miedo en estado puro, el hedor de las más oscuras pesadillas torturando su mente y su cordura.
Lo siguiente que percibió es una luz en medio de la oscuridad. Era apenas un punto brillando lejano, como una estrella en la noche. La pequeña bolita luminosa aumentó poco a poco, haciéndose cada vez más potente, hasta que comienza a poder distinguir formas a su alrededor. Se encontraba en lo que parecía una tremenda iglesia formada por un solo bloque de roca roja. No había ni una sola vidriera, ni una sola ventana, pero un resplandor suave, como de velas inundaba la gran nave. La piedra rojiza formaba arcos de crucería sobre su cabeza, que se sostenían en unos enormes pilares decorados con filigranas de oro. Frente a ella, un enorme altar trazaba relieves de monstruos grotescos luchando entre si bajo la luz que desprendía un circulo de color carmesí. En poco se parecía a los altares de la tierra. Este parecía venerar al dolor y la guerra, al sufrimiento y la sangre. La chica reprimió un escalofrío al verlo. Tras Elliot, decenas de bancos tallados en madera negra contrastaban con el tono cobrizo de los muros. En un principio, el silencio sepulcral que lo invadía todo le hizo pensar que se encontraba sola en el edificio, pero, no fue hasta que miró hacia atrás, cuando se dio cuenta de las cientos de cabezas que llenaban los bancos y que la miraban con distintas expresiones. Gael y Nia jugueteaban sentados a unos metros de distancia con unas deslumbrantes sonrisas pintadas en la cara, Jack besaba la mano de Erika y luego le dedicaba una mirada sombría, Alex absorbía su miedo desde una de las últimas filas, alimentándose de él... estaban todos. Todos los que habían sido cosechados. Del primero al último, incluso los que ella creía muertos. Pero no solo estaban ellos... Su padre sacaba una petaca plateada, demasiado conocida para la chica, de la chaqueta y, disimuladamente le pegaba un trago, volviendo a guardarla rápido. A su lado, su madre le miraba con lágrimas en los ojos, tan verdes como los de Elliot. Unos niños pequeños, cuchicheaban y reían, lanzándole miradas maliciosas, miradas que tenían el tinte inequívoco de la burla... Todas y cada una de las personas que había conocido en su vida, para bien o para mal, estaba allí. ¿Qué hacían esas personas ahí? ¿Por qué la miraban de esa forma? De pronto se sobresaltó… ¿Qué pensarían de su aspecto? Miró a su madre, como disculpándose por el monstruo en el que se había convertido, ya no solo con la Luna Roja, sino a lo largo de todos los años. Alguien le tomó de la mano, rompiendo la burbuja en la que se encontraba y devolviéndola a la realidad… o lo que fuese eso donde estaba. Vio a Vacuum a su lado, con una sonrisa en la cara, tan dulce que hizo que todas las preocupaciones de la chica se esfumaran. A su otro lado, Cain vestía un traje de chaqueta negro, a conjunto con su parche. Fue entonces cuando se dio cuenta de la ropa que ella llevaba puesta. El vestido era de seda y organza negra, cubierto de pequeñas piedrecitas rojas que brillaban y vibraban como si estuviesen vivas, trazando un camino desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda, y de ahí, llenando toda la falda, larga hasta el suelo, de gotitas encarnadas. En el lado izquierdo, la manga desaparecía, dejando un escote palabra de honor, que cubría su hombro con una pomposa tira de organza negra. Sin duda un vestido digno de una boda en Rocavarancolia.
-Bienvenidos. - Se escuchó una voz que sonaba a ramas rompiéndose. El hombre de la mascara de madera miraba a los tres chicos, delante del altar. Podía notarse la tensión que tenía por su postura. - No tenemos mucho tiempo, por lo que iré al grano. - Se aclaró la garganta y cogió un cojín de raso negro sobre el que había colocados tres anillos blancos con un trocito de luna incrustado. Elliot se quedó pensativa unos segundos... ¿porqué volvían a casarse? ¿No lo estaban ya? ¿De verdad era necesario hacerlo así, cuando ellos ya se habían unido en cuerpo y alma bastante atrás? -Hace décadas que no se oficia una boda en esta ciudad, y mucho me entristece que la primera tenga que ser en estas condiciones. - Su voz se había alzado para que todos pudiesen oírla, y había una nota de dolor y de... ¿miedo? en su tono. "¿En estas condiciones?" Pensó Elliot. "¿Que condiciones?" Como respuesta a sus preguntas, se escuchó un estruendo ensordecedor que venía desde fuera de la iglesia. El hombre se apresuró hacia adelante. - Cain de Ashtarait, Vacuum, Deatach... - Elliot se removió incomoda. Ese nombre no era el correcto. Algo dentro de ella le advertía que no debía ser así, que Deatach aunque era ella, y ella misma se había designado ese nombre, no se refería a la misma persona y, lo que Elliot amaba, Deatach podía odiarlo. -... que la sombra de la Luna sea testigo de vuestra unión y os cobije bajo ella en vida y muerte, hasta que su luz se apague. - continuó el hombre con voz monótona, sin sentimiento, tan solo deseando acabar con toda esa parafernalia tradicional para poder efectuar la unión. -... que estos anillos brillen en vuestros cuerpos por más tiempo del que vuestras almas permanezcan sobre la tierra. - Se acercó dándoles un anillo a cada uno. Luego retrocedió unos pasos. Cain fue el primero en moverse, extendió una mano hacia Vacuum, quien con sumo cuidado deslizó el anillo por su dedo, finalizando con un beso sobre la piedra roja. El griego se giró hacia Elliot, dándole la mano, de la misma forma. Elliot, temblorosa le colocó el anillo... y entonces todo tembló. La iglesia pareció encogerse, como si latiese. El sonido de la piedra agrietándose y desmenuzándose inundó todo por unos segundos. El anillo que Cain aun sostenía sobre sus manos, y que debía ser colocado en la de Elliot rodó por el suelo, perdiéndose entre la gente. Otra sacudida hizo que las piernas de Elliot temblasen, se aferró a Vacuum para no caer, pero al hacerlo, por unos segundos pensó que se había abrazado a una columna, pues el chico no se movió, es mas parecía que ni respiraba. Elliot notó el frío recorriendo su espalda. "Otra vez no" fue lo único en lo que pudo pensar antes de separarse y mirar a los ojos al griego, con un presentimiento latiendo en el fondo de su alma. Negros. Negros como la noche, como si les hubiesen extraído todo el color, como si Vacuum ya no fuese él, y solo quedase la fachada. "¿Va... Vacuum?" Pensó, pero el chico no la oia. Alrededor de Cain, unas sombras iban tomando formas retorcidas, materializándose en distintos demonios, mientras el sonreía. Su sonrisa terminó de helar a la chica... mostraba sus dientes, apretados, mientras un gorgoteo surgía de su garganta. "¿Que dem..." No tuvo tiempo de pensar más. Lo siguiente que notó fue un golpe duro, como una piedra impactando contra su estómago y tirándole al suelo sin poder hacer nada. Se quedó sin aire unos segundos. Aun no se había acostumbrado a la sensación de no necesitar respirar… era algo demasiado extraño. Vacuum estaba encima de ella con un brillo demente en la mirada mientras su boca se abría mostrando unos dientes afilados. Sin previo aviso mordió el hombro de la chica, la cual soltó un grito ahogado en sus pensamientos. ¿Que debía hacer? Elliot notaba los dientes del griego traspasando su piel, luchando por desgarrar su carne. El miedo la había invadido hasta dejarla paralizada. Él, Vacuum, a quien ella amaba, estaba atacándole. No podía creérselo, no quería creérselo. Se revolvió en el suelo, tratando de librarse de él. Otro temblor sacudió el lugar y de fondo, el estruendo del techo desplomándose, ahogó el grito agónico de varias personas y el chasquido de los huesos al aplastarse. “Suéltame, suéltame, me haces daño… ¿Por qué…? ¿Por qué…?” sollozaba la chica mientras un debate interno le hacía temblar. ¿Debía anteponer su vida a la del chico? ¿Podría hacerle daño si su vida dependía de ello? Las manos de Elliot empujaban el pecho del griego con toda su fuerza, pero aun asi, había algo delicado en como lo hacía. No podía hacerle daño. Se sentía incapaz de hacerlo. La boca de Vacuum liberó el hombro de Elliot, que ya empezaba a curarse mientras las volutas de humo acariciaban la herida. Las manos del chico se cerraron sobre las muñecas de su presa, inmovilizándola. Con una sonrisa llena de maldad, Vacuum recorrió con su lengua el escote de la chica, justo por encima del vestido, pero para su sorpresa, Elliot no sintió el calor que normalmente la recorría cada vez que el griego la tocaba. Solo sintió frío, un frio intenso y desagradable. Ese no era Vacuum. No, no podía serlo. El hielo invadió cada centímetro de su cuerpo, nublando su visión con una capa de escarcha y, de pronto, algo explotó en su interior, rompiéndola en un millón de esquirlas que se clavaron por dentro de su piel. Ardía. Se calcinaba por dentro con un fuego que amenazaba con consumir completamente a Elliot. Deatach la estaba abrasando. De un solo movimiento rápido, la chica consiguió escapar del peso de Vacuum, sacando fuerzas de algún lugar recóndito de su ser. Se arrastró, hasta llegar a uno de los pilares, en el que se apoyó para poder ponerse de pie. Cain hizo un gesto con la mano, tan sutil, que nadie, ni siquiera Elliot se dio cuenta. De pronto, tres demonios sedientos de sangre se abalanzaron contra ella. La iglesia estalló en alaridos, mientras otro mal mayor, una horda de monstruos nacidos de la Luna, asesinaban a los pocos que quedaban con vida tras el derrumbe. No había piedad ni misericordia. En menos de un minuto, no quedaba nadie… pero Elliot apenas tuvo tiempo de dirigirles una mirada, luego se desató el caos. Uno de los demonios era más alto que ella y tenía su cuerpo recubierto con un manto de fuego verde y azul, otro, apenas era más grande que un puño cerrado con alas de murciélago, pero una centena de dientes afilados como cuchillas sobresalían de la boca que ocupaba la mayor parte de su cuerpo y de sus patas salían unas garras acabadas en tres uñas curvadas. Por último, una especie de lobo negro que llegaba a la cadera a la chica y que rezumaba un líquido viscoso y rojizo por la boca, miraba a Elliot con unos ojos tan dorados, que pon un momento le pareció ver en ellos a Cain. Los tres se acercaban a ella despacio, analizándola. El primero en atacar fue el más pequeño. Elliot, le dio un manotazo, creyendo que así podría apartarlo, pero el bicho mordió su mano, atravesándola de lado a lado con sus dientes. El lobo llegó justo después, lanzando un zarpazo, que, aunque no llegó a tocar la piel de la chica, deshizo en jirones la falda del vestido. El demonio de fuego, mas lento que los otros dos, comenzó a hacer mas y mas grandes sus llamas, que bailaban a su alrededor con una fuerza voraz. Pero sin duda no era comparable con las llamas que había en el interior de la chica. Ella sabía cómo apagarlas. Sabía lo que debía hacer para calmar su dolor… si tan solo tuviese las armas necesarias… Apenas había pensado esto, cuando un denso humo negro bajó haciendo espirales por sus brazos. El demonio que mordía su mano, se soltó con un chirrido mientras el humo seguía alargándose y tomando forma entre los dedos de la chica, a la cual no parecía sorprenderle. Su mirada estaba fija en Cain y Vacuum. Todos sus pensamientos giraban en torno a ellos, como si no existiese nada más en el mundo… como si fuesen a dejar de existir pronto también. Y, para su asombro, no le importaba, es mas, lo deseaba. Deseaba matar, deseaba matarles, Elliot parecía estar en un lugar muy recóndito de la Dullahan, gritando y llorando que parase, que se dejase matar antes que ponerles una mano encima, pero Deatach no la escuchaba. Lo que antes había sido niebla azabache, ahora era sólido como una piedra, aunque seguía siendo muy ligero. Se distinguía un brillo metálico en las hojas negras de las cariocas. El mundo parecía haberse parado para ella. Hizo girar dos veces las armas, como comprobando su peso, movimiento y velocidad. Luego fue ella la que atacó. Una de las cariocas desgarró la piel del lobo, que soltó un quejido mientras se alejaba, pero, tras una orden de su amo, volvió a ataque. El demonio de fuego, lanzó una bola de llamas verdes, que se erró por menos de un centímetro. Elliot avanzaba deprisa, movida por una fuerza que nunca antes había sentido. Si, si la había sentido… una vez hace muchísimo tiempo, en otro mundo, en otra pelea… pero no fue ni la décima parte. No le importaban los demonios, que se interponían una y otra vez en su camino. El rubio era su objetivo más cercano. Otro movimiento de las cariocas quebró las alas del pequeño murciélago, que cayó al suelo muerto. Una llamarada verde prendió lo que quedaba de su vestido, pero antes de que tuviese tiempo de reaccionar, Vacuum se había acercado volando por su espalda y con un hechizo, había apagado el fuego. Por un segundo la chica se sintió aliviada, pero le miró a los ojos de nuevo, y todo el miedo regresó. Las cariocas temblaron en sus manos, mientras una parte de ella luchaba por que éstas no alcanzaran la piel del chico y otra, la más fuerte, quería ver su sangre sobre el filo. “No me harás daño, ¿verdad amor?” la voz de Vacuum resonó entre los pensamientos de Elliot. Sus palabras sonaban dulces, tanto que empalagaba, pero no había ni un ápice de cariño en ellas. Eran puro veneno. Y ella se dejó llevar por el juego de buena gana. Las cariocas danzaban a su alrededor, buscando carne en la que hundirse, piel que desgarrar, sangre de la que beber. El griego las esquivaba con facilidad, volando mientras reía. La chica estaba cegada por la rabia, por el dolor… notaba aun la ira lamiendo sus venas, recorriendo hasta la última fibra de su ser, anegando sus sentidos y su razón. La fuerza de sus movimientos iba en aumento, las armas cortaban el aire al pasar y al chico cada vez le costaba más salir indemne, hasta que, una de las veces, las cuchillas negras hicieron diana en la piel oscura de Vacuum, al cual, su piel dura le salvó de morir, haciendo que tan solo le quedasen un par de arañazos poco profundos… pero fue suficiente para parar a Elliot durante un instante, mientras contemplaba horrorizada y maravillada a partes iguales la sangre que brotaba de los pequeños cortes. ¿Qué había hecho? ¡Le había herido! Y lo peor de todo, es que eso solo había alimentado sus ansias de luchar, de acabar lo que había empezado. Y en ese segundo de duda, el demonio con forma de lobo saltó mordiendo a Elliot por el hombro y tirándola al suelo. Las cariocas se deshicieron entre sus manos, volviendo a transformarse en humo.
-¿De verdad crees que podías ganar? – Ronroneó Cain acercándose. – No sabes hacer nada. – Rió, y con esas palabras hirió a Elliot mas que si le hubiese atravesado el estómago con una espada. El fuego cada vez ardía con más fuerza en su interior, incontrolable. - ¿Crees que tu rabia va a salvarte, Elliot? ¿Crees que tu odio, tu ira, tu dolor van a serte de ayuda cuando estés al borde de la muerte? – Soltó una carcajada. – Eso te servía en la tierra, ¿verdad? Tu furia… un adelanto de tu transformación… te hacía más fuerte entre humanos... Pero ya no estás entre humanos… y sólo dejándote llevar por el odio no vas a conseguir mucho – siguió hablando - Dependes demasiado de tus sentimientos y eso te hace débil… - La chica hizo el amago de levantarse, pero se quedó en eso, un simple intento, pues el lobo aun la sujetaba y a su lado, el demonio de fuego amenazaba con acabar con ella de un momento a otro. Vacuum se agachó junto a ella, con una sonrisa y una daga en la mano. Con la punta de la daga, comenzó a hacer dibujos en la piel de la chica, espirales, palabras sin sentido que cicatrizaban al segundo. El filo recorrió el hombro de la chica y se paró en el pecho. Elliot notó como atravesaba la piel lentamente.
-Hazlo ya. – Dijo Cain y la sonrisa del griego se ensanchó mientras la daga se hundía mas, retorciéndose. Elliot quería gritar, quería pegarle o morirse, pero necesitaba liberar el fuego de su interior como fuese. Y durante un segundo realmente creyó morir. Un dolor terrible recorrió cada centímetro de su cuerpo como si le arañasen desde dentro, como si le partiesen todos los huesos del cuerpo y le arrancasen el alma. Una niebla negra, tan espesa como petróleo escapaba de ella, arañándole las entrañas y llevándose consigo parte de la locura que le quemaba. En lo que dura un parpadeo, una nueva figura se alzaba en las ruinas rojizas de la iglesia. Todos parecían contener el aliento mientras miraban atónitos el dragón sin cabeza que había aparecido. Era más alto que una persona, y el ébano de sus escamas tenía un brillo metálico, aunque si uno se fijaba, podía ver el humo haciendo espirales en su interior. Todo su cuerpo desprendía un vaho oscuro, especialmente en el lugar donde debería estar su cabeza. Un rugido resonó en los pensamientos de Elliot, de forma tan intensa que podría jurar que la tierra había temblado bajo ella. De pronto, el dragón extendió sus alas y las agitó. La niebla que desprendía su cuerpo se concentró delante de él y tras la segunda sacudida, llamaradas negras salieron despedidas hacia los chicos, sin distinguir entre buenos y malos, sin piedad, quemando todo lo que encontraba a su paso, abrasando incluso a Elliot, que ahora moría abrasada por el mismo fuego que hace unos minutos la había calcinado por dentro.
Desperté de un golpe, encontrándome con la habitación en penumbra, entre jadeos ahogados en mis pensamientos y un terror mas allá de lo que creía posible. Aun podía notar el fuego consumiéndome por dentro y por fuera, aun podía sentir la daga trazando dibujos en mi piel y la mirada de Cain a través de los ojos del lobo. Todo mi cuerpo tembló, doblándose hacia adelante. Tardé varios segundos en poder moverme de aquella posición aovillada. Oia las respiraciones de los chicos a mi lado, pero no me atrevía a mirarles. No podría soportar el ver de nuevo los ojos negros de Vacuum. Lloraba. Lloraba por dentro, sin control, como si esas lágrimas de aire pudiesen extinguir las llamas que había en mi. Notaba las piernas entumecidas… ¿Cuánto tiempo llevaría dormida? Días quizá. Olía a comida caliente, y a los chicos… Cain, Vacuum. Me estremecí mientras les recordaba en mi sueño, indefensa ante ellos. Algo dentro de mí, me gritaba otra cosa. Me decía que ellos no eran así, que no debía verlos así. Solo había sido una pesadilla… una de tantas. Recordé entonces la última pesadilla que había tenido. Gracias a ella me había decidido a contarle a Vacuum que le quería. Gracias a ella ahora estábamos juntos. ¿Cómo algo tan terrible podía provocar algo tan bueno? ¿Cómo de la más pura maldad de la mente humana podía surgir lo más dulce del alma? No… no podía ser algo malo. La imagen de los chicos sonriendo, sonriendo de verdad, inundó mi mente, el recuerdo de sus caricias, de sus palabras… Ellos no eran como mi sueño los mostraba. ¿Y yo? ¿Lo era yo? Esos sentimientos si eran míos. Estaban muy escondidos, pero seguían ahí, dentro de mí, dispuestos a salir. Sí, yo no era así… pero podría llegar a serlo. Debía aprender a controlarme. Debía aprender a defenderme, ya no solo de los demás, sino de mi misma.
Por fin me atreví a levantar la mirada. Había pasado menos de diez segundos desde que había despertado, pero a mi se me habían hecho eternos. Cain estaba a mi lado, en la cama con una bandeja con comida delante de él. Parecía estar cansado. Vacuum estaba sentado en el sillón, con sus ojos verdes brillando entre las sombras. Sin pensar siquiera, salté de la cama y me hice un ovillo en su regazo, apretándome contra su pecho, abrazándole.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
09/11/11, 10:21 pm
Cain vió a Vacuum pasar y frunció el ceño. Odiaba verle así y odiaba que atendiese a sus peticiones de esa forma, le hacía sentirse todavía peor. Se incorporó un poco yt flexionó las rodillas, abrazándolas con la frente apoyada sobre ellas. Vacuum estaba mal, y él lo único que había hecho había sido pedirle comida << Buen trabajo, genio>> se dijo mentalmente. Cuando el griego llegó con la comida, Cain le dio las gracias con su mejor sonrisa, pero el chico tenía la mirada perdida en algun sitio. Con un nudo en la garganta, Cain comió en silencio, con manos temblorosas, ya fuera por el cansancio o por lo incómodo y desagradable de la situación. La comida estaba deliciosa, pero no se atrevía a decírselo, no podía decir ni una palabra... tenía... ¿miedo? Sí, Vacuum le imponía, le aterraba esa mirada oscura. Dejó los cubiertos y se miró las manos, frotándolas de forma compulsiva << Imbécil, ¿cómo puedes decir que tienes miedo de Vacuum? ¿Te has mirado acaso en el esejo?>> Rió internamente, seguro que su aspecto en ese momento era mucho peor y provocava más temor que el griego, pero aun así...
Sintió a Elliot revolverse a su lado y levantarse de golpe. Parecía realmente asustada, respiraba agitadamente como demostraba el subir y bajar de su pecho y temblaba ligeramente. Cain fue a estrecharla:
-Elliot estás bi...-pero la chica se levantó rápìdamente y se aovilló en el regazo de Vacuum. Cain suspiró y estiró el brazo para acariciar a Elliot levemente. Luego se levantó, cogió a Fresser que ya había acabado con las llamas negras y se marchó al estudio con un casi inaudible ''Ahora vengo''.
Al llegar cerró la puerta y miró en derredor. Un escalofrío le recorrió al recordar la escena, pero decidió ignorarlo. Lo primero que hizo fue mirarse al espejo, su suposición anterior era acertada; tenía un aspecto horrible... De nuevo las horribles ojeras, esta vez en un solo ojo, lo que lo hacía más deprimente. Cogió un lápiz negro y se pintó un cerco negro alrededor de su ojo sano. Su nuevo aspecto le transmitía una extraña sensación de alivio... Se enstó en un cojín en el suelo, junto a la maceta de Dantalian, que crecía sano y fuerte gracias a la bilis con la que lo regaba y a Slipknot. Retiró sus cascos de calavera del gancho donde colgaban, justo encima de la planta, y se los puso, buscando una canción al azar y perdiéndose en sus pensamientos durante un rato.
Sintió a Elliot revolverse a su lado y levantarse de golpe. Parecía realmente asustada, respiraba agitadamente como demostraba el subir y bajar de su pecho y temblaba ligeramente. Cain fue a estrecharla:
-Elliot estás bi...-pero la chica se levantó rápìdamente y se aovilló en el regazo de Vacuum. Cain suspiró y estiró el brazo para acariciar a Elliot levemente. Luego se levantó, cogió a Fresser que ya había acabado con las llamas negras y se marchó al estudio con un casi inaudible ''Ahora vengo''.
Al llegar cerró la puerta y miró en derredor. Un escalofrío le recorrió al recordar la escena, pero decidió ignorarlo. Lo primero que hizo fue mirarse al espejo, su suposición anterior era acertada; tenía un aspecto horrible... De nuevo las horribles ojeras, esta vez en un solo ojo, lo que lo hacía más deprimente. Cogió un lápiz negro y se pintó un cerco negro alrededor de su ojo sano. Su nuevo aspecto le transmitía una extraña sensación de alivio... Se enstó en un cojín en el suelo, junto a la maceta de Dantalian, que crecía sano y fuerte gracias a la bilis con la que lo regaba y a Slipknot. Retiró sus cascos de calavera del gancho donde colgaban, justo encima de la planta, y se los puso, buscando una canción al azar y perdiéndose en sus pensamientos durante un rato.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
09/11/11, 11:01 pm
Cain como en silencio, aun tengo grabada en mi mente sus sonrisa cuando le subía la comida. Mi actitud es una mierda, siempre nos pasa algo, estamos bien y al momento algo se tuerce. Estoy harto, y quiero poner término a esta estupidez. Los pensamientos amargos se empiezan a esfumar de mi cabeza, mientras una leve sonrisa asoma a mis labios. Desvío la mirada hacia la cama, donde veo a Cain mirando sus manos temblorosas. Me pongo un poco nervioso, no se que esta pensando, pero antes de que pueda decir nada Elliot se despierta sobresaltada, no parece darse cuenta de donde esta. Cain hace amago de abrazarla, pero no le da tiempo, salta de la cama y se aovilla en mi regazo, abrazándose a mi pecho. Cain la roza con los dedos, tras lo cual coge a Fresser y se va con un apagado "Ahora vuelvo". Mi mirada no se despega de la puerta, por donde lo he perdido de vista. No quiero que se deprima, quiero acabar ya con esta tontería, estamos juntos por fin, los tres, ¿no era eso lo que queríamos?... pero ahora esta lo de Elliot, ¿que le pasara?.
La miro esperando una explicación, estrechándola contra mi con fuerza, acariciando su cuello con los labios.
-¿Qué te pasa muchacha?, ¿que te ha despertado así? -pregunto acariciando su piel con suavidad, esperando que conteste mi pregunta.
No ganamos para disgustos, siempre tiene que pasar algo...
La miro esperando una explicación, estrechándola contra mi con fuerza, acariciando su cuello con los labios.
-¿Qué te pasa muchacha?, ¿que te ha despertado así? -pregunto acariciando su piel con suavidad, esperando que conteste mi pregunta.
No ganamos para disgustos, siempre tiene que pasar algo...
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
09/11/11, 11:29 pm
Tiemblo en los brazos del chico, aferrándome a él como si mi vida dependiese de ello. Me siento protegida en su calor, como si nada pudiese hacerme daño. El miedo a la pesadilla se iba deshaciendo poco a poco. Noté la mano de Cain acariciándome y luego el chico cogió a su pollo, saliendo del cuarto. La ausencia de Cain hizo que me estremeciese. ¿Porque se iba? Les necesitaba a los dos... les necesitaba tanto. Los brazos de Vacuum me rodearon, apretándome contra él. Sus labios rozaron mi cuello y eso fue el mayor de mis consuelos. "Tengo miedo, Vacuum" admití. "Tengo miedo de perderos... de perderme... de no poder luchar contra... contra... todo... hasta mis sueños me demuestran lo débil que soy..." De lo que realmente tenía miedo era de mi misma. De dejarme llevar por ese fuego que luchaba por salir... pero no se lo dije. No quería preocuparle más, no después de todo lo que nos estaba pasando últimamente. Nunca había buenas noticias. Estaba decidido. Necesitaba aprender a dominarme. Tenía que conocer mi límites, mis capacidades... y eso no lo iba a conseguir tan solo leyendo un libro. Quería quedarme junto a Vacuum, permanecer así, abrazándole durante tanto tiempo como fuese posible... pero así no arreglaría nada. Así mis problemas no se solucionarían y mis temores seguirían atormentándome... Miré los ojos de Vacuum durante unos segundos, armándome con la fuerza suficiente para apartarme de él. "Vacuum... tengo que irme... necesito... necesito hacer una cosa..." pensé mientras le abrazaba una ultima vez. "Volveré pronto, lo prometo... tened cuidado" Me levanté de encima suyo, y fui al baul para cambiarme de ropa. Escogí unos pantalones anchos de color negro y una camiseta de seda roja cruzada. No era demasiado bonito, pero era lo más cómodo que había encontrado. Salí de la habitación y bajé las escaleras, para salir del burdel y dirigirme... no sabía a donde iba... pero sabía lo que haría cuando llegase.
Continua en el Anfiteatro.
Continua en el Anfiteatro.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
10/11/11, 06:46 pm
Cain seguía escuchando música, sentado en el suelo. Miraba fijamente la sucia jaula de las hienas que había abierto apenas unos instantes. Los animales habían acabado matándose entre ellos y Cain había dejado que Fresser acabase con sus restos malolientes. El pájaro jugaba con su reflejo en el espejo de Balan, ignorando todo lo demás, Cain sacó entonces la daga ceremonial que usaba para los sacrificios, ahora que la miraba con detenimiento era igual que la de su sueño... << No estaba tan alejado de la realidad al fin y al cabo...>> pensó. Se echó a reír, de sí mismo, por todo lo que había ocurrido antes. Era tan absurdo que precisamente él tuviese miedo de Vacuum, alguyien que no había hecho daño a una mosca, alguien que velaba por ellos y que llevaba todo este tiempo malcriándole, malcriándolos... << Y mientras yo haciendo sacrificios, haciendo negocios oscuros y mezclándome con deomnios...>> Eran Vacuum y Elliot los que debían tenerle miedo, y sin embargo no lo hacían... Dibujó con la daga un círculo en el suelo y Ziel apareció, captando por un isntante la atención de Fresser. Cain cogió al gato en brazos y lo estrechó, hundiendo la cara en su pelaje y acariciándolo. Era increíblemente relajante... Poco a poco sus preocupaciones, sus miedos y su angustia fueron desapareciendo, dejando solo la certeza de que solo había estado haciendo el tonto; no podía dudar de Vacuum, ni de Elliot, no despues de todo lo que habían pasado, y no podía estar todo el rato deprimiéndose por cualquier cosa, así no iba a ayudar a nadie.
Una de las particularidades de Ziel era la de aplacar la energía negativa. Cain se quedó pensativo mientras acariciaba al demonio y se le ocurrió algo; se levantó aun con el gato en brazos y buscó un punzón, a continuación se descubrió el brazo izquierdo y grabó el círculo de Ziel en su piel, pronunciando el hechizo de curación a la vez que pasaba la punta del punzón para que se quedase la marca permanentemente.
-Así podré invocarte en cualquier lugar- le dijo al felino después de una pausa para recuperarse del dolor. No era tanto como el que sentía cuando invocaba por pìrmera vez a un demonio pero a Ziel le valía como pago.
No entendía siquiera sus propias razones para haberse marcado de esa forma, pero el gato de alguna forma aplacaba su propia negatividad, por lo que le convenía tenerle cerca. le dió un beso en la cabeza y se fue con él de vuelta a la habitación, silbando a Fresser para que les siguiese.
-¿Donde está Elliot?- preguntó al entrar en la habitación y no ver a la chica por ninguna parte. Dejó a Ziel sobre el regazo de Vacuum y se sentó frente a él. El gato se acomodó inmediatamente sobre el griego y empezó a ronronear.
Una de las particularidades de Ziel era la de aplacar la energía negativa. Cain se quedó pensativo mientras acariciaba al demonio y se le ocurrió algo; se levantó aun con el gato en brazos y buscó un punzón, a continuación se descubrió el brazo izquierdo y grabó el círculo de Ziel en su piel, pronunciando el hechizo de curación a la vez que pasaba la punta del punzón para que se quedase la marca permanentemente.
-Así podré invocarte en cualquier lugar- le dijo al felino después de una pausa para recuperarse del dolor. No era tanto como el que sentía cuando invocaba por pìrmera vez a un demonio pero a Ziel le valía como pago.
No entendía siquiera sus propias razones para haberse marcado de esa forma, pero el gato de alguna forma aplacaba su propia negatividad, por lo que le convenía tenerle cerca. le dió un beso en la cabeza y se fue con él de vuelta a la habitación, silbando a Fresser para que les siguiese.
-¿Donde está Elliot?- preguntó al entrar en la habitación y no ver a la chica por ninguna parte. Dejó a Ziel sobre el regazo de Vacuum y se sentó frente a él. El gato se acomodó inmediatamente sobre el griego y empezó a ronronear.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
10/11/11, 07:21 pm
Las palabras de Elliot en mi cabeza me resultan extrañas. ¿Qué tiene miedo?, ¿por qué?, no logro entenderlo... La chica parece inquieta, trato de tranquilizarla, pero vuelve a hablar. Dice que tiene que hacer algo, pero que volvera pronto. Antes de que pueda decir nada ya se ha vestido y sale por la puerta, de camino solo ella sabe donde.
Me quedo sentado pensando, ¿qué ha sido eso?, ¿qué ha pasado hace un momento?. Cada día estamos mas raros, hacemos cosas raras y nos deprimimos con frecuencia. Suspiro negando con la cabeza y hago amago de levantarme para ir en busca del italiano y arreglar las cosas. Pero no me da tiempo a levantarme antes de que lapuerta se abra. Cain entra conel ojo sano maquillado, pintado con un reborde negro que oculta sus ojeras. No le queda mal, le qued bastante bien, pero lo que tapa es lo que me preocupa de verdad. Me dejo caer de nuevo, esperando que se acerque. Trae un gato que deja sobre mi regazo, donde el animal empieza a ronronear. Lo alzo un poco, mirandolo con atención. Tiene una raja entre los dos ojos, como si tuviera un tercr ojo. Supongo que es un demonio. Acaricio su piel, sorprendiendome por su suavidad, pero siendo un gato no me puedo esperar otra cosa. Atiendo a la pregunta de Cain mientras rasco al demonio tras las orejas, haciendole ronronear mas aun.
-La verdad es que no lo se, estaba bastante rara, pero dijo que volvería pronto -digo, y le explico las palabras de la chica, su extraño miedo-... no se que pensar, siempre nos tiene que pasar algo...
Aun asi la negatividad se va esfumando, ya estaba desapareciendo hace rato, pero repentinamente se esfuma a gran velocidad. Miro al gato curioso, preguntandome sitendra algo que ver, pero desviando mi atención de nuevo hacia el siciliano.
-Estoy arto de que siempre que estamos bien pase algo que lo arruine todo, no me gusta que cada dos por tres nos deprimamos y nos aislemos. No quiero que eso pase mas. ¿Por qué no podemos disfrutar de que vivimos por fin juntos los tres?... somos tontos sin duda. A mi no me importa haceros desayunos, o atenderos... puede que os mime demasiado, pero es porque os quiero... no se como... quiza sea demasiado pesado, no lo se... -las palabras salen atropelladamente de mi boca, solo quiero que todo se aclare, poder abrazarle sin preoupaciones, pero no quiero incomodar de nuevo la situación.
Suspiro y pierdo mi mirada en la ventana. Feliks duerme aun, lleva asi varios dias, pero quiza sea cosa de su metabolismo, comio muchisimo la última vez...
Me quedo sentado pensando, ¿qué ha sido eso?, ¿qué ha pasado hace un momento?. Cada día estamos mas raros, hacemos cosas raras y nos deprimimos con frecuencia. Suspiro negando con la cabeza y hago amago de levantarme para ir en busca del italiano y arreglar las cosas. Pero no me da tiempo a levantarme antes de que lapuerta se abra. Cain entra conel ojo sano maquillado, pintado con un reborde negro que oculta sus ojeras. No le queda mal, le qued bastante bien, pero lo que tapa es lo que me preocupa de verdad. Me dejo caer de nuevo, esperando que se acerque. Trae un gato que deja sobre mi regazo, donde el animal empieza a ronronear. Lo alzo un poco, mirandolo con atención. Tiene una raja entre los dos ojos, como si tuviera un tercr ojo. Supongo que es un demonio. Acaricio su piel, sorprendiendome por su suavidad, pero siendo un gato no me puedo esperar otra cosa. Atiendo a la pregunta de Cain mientras rasco al demonio tras las orejas, haciendole ronronear mas aun.
-La verdad es que no lo se, estaba bastante rara, pero dijo que volvería pronto -digo, y le explico las palabras de la chica, su extraño miedo-... no se que pensar, siempre nos tiene que pasar algo...
Aun asi la negatividad se va esfumando, ya estaba desapareciendo hace rato, pero repentinamente se esfuma a gran velocidad. Miro al gato curioso, preguntandome sitendra algo que ver, pero desviando mi atención de nuevo hacia el siciliano.
-Estoy arto de que siempre que estamos bien pase algo que lo arruine todo, no me gusta que cada dos por tres nos deprimamos y nos aislemos. No quiero que eso pase mas. ¿Por qué no podemos disfrutar de que vivimos por fin juntos los tres?... somos tontos sin duda. A mi no me importa haceros desayunos, o atenderos... puede que os mime demasiado, pero es porque os quiero... no se como... quiza sea demasiado pesado, no lo se... -las palabras salen atropelladamente de mi boca, solo quiero que todo se aclare, poder abrazarle sin preoupaciones, pero no quiero incomodar de nuevo la situación.
Suspiro y pierdo mi mirada en la ventana. Feliks duerme aun, lleva asi varios dias, pero quiza sea cosa de su metabolismo, comio muchisimo la última vez...
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
11/11/11, 12:53 am
-Tienes razón, somos tontos...- coincide Cain aún pensando en Elliot. No se le ocurre qué podría hablerle pasado, pero recuerda la pesadilla que tuvo hace poco y se estremece. Ahora no le cuesta comprender el miedo de la chica, las pesadillas en Rocavarancolia se intensifican de tal forma que el horror que provocan podría volverles locos... No eran normales...- Tal vez... ¿deberíamos ir a buscarla? O no...- Puede que Elliot necesitase de verdad estar sola, así que mejor no se entrometerían. Esperarían a su llegada y si tardaba demasiado saldrían en su busca.
Cain se acerdó más a Vacuum y empezó a rascarle la barbilla a Ziel. Ambos permanecieron un rato en silencio, haciéndole carantoñas al gato que ya había sacado las uñas para mullir las piernas de Vacuum. El rubio sonrió y acabó sentándose en el brazo del sofá y rodeando al griego con los brazos.
-Se acabaron las crisis emo y las depresiones por tonterías... En que solo nos falta irnos cada uno a un rincón a escuchar música deprimente y cortarnos las venas- se burló y le dio un fugaz beso a Vacuum en los labios- No puedo prometer hacer alguna tontería que me ponga en peligro porque digamos que tengo un trabajo un tanto arriesgado- rió- Pero tampoco voy a estar siempre deprimido o asustado por ello ¿no?- miró a los verdes ojos de Vacuum y sintió alivio al no ver ni pizca de negro en ellos- Y tú si te vuelves loco intenta que sea algo divertido al menos... ¡o conviértete en el Joker!- propuso de pronto para luego estallar en carcajadas abrazándose al cuello del griego- Deberíamos hacer algo para animarnos, cuando vuelva Elliot... Ir a comer fuera o algo...- llevaba mucho tiempo encerrado y necesitaba que le diese el aire- Creo que hay una playa o algo por aquí...
Cain se acerdó más a Vacuum y empezó a rascarle la barbilla a Ziel. Ambos permanecieron un rato en silencio, haciéndole carantoñas al gato que ya había sacado las uñas para mullir las piernas de Vacuum. El rubio sonrió y acabó sentándose en el brazo del sofá y rodeando al griego con los brazos.
-Se acabaron las crisis emo y las depresiones por tonterías... En que solo nos falta irnos cada uno a un rincón a escuchar música deprimente y cortarnos las venas- se burló y le dio un fugaz beso a Vacuum en los labios- No puedo prometer hacer alguna tontería que me ponga en peligro porque digamos que tengo un trabajo un tanto arriesgado- rió- Pero tampoco voy a estar siempre deprimido o asustado por ello ¿no?- miró a los verdes ojos de Vacuum y sintió alivio al no ver ni pizca de negro en ellos- Y tú si te vuelves loco intenta que sea algo divertido al menos... ¡o conviértete en el Joker!- propuso de pronto para luego estallar en carcajadas abrazándose al cuello del griego- Deberíamos hacer algo para animarnos, cuando vuelva Elliot... Ir a comer fuera o algo...- llevaba mucho tiempo encerrado y necesitaba que le diese el aire- Creo que hay una playa o algo por aquí...
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
11/11/11, 04:12 pm
El italiano parece estar de acuerdo conmigo. Se acerca un poco y se pone a acariciar al gato. Estamos asi un rato, en silencio, haciéndole mimos al gato que ya ha empezado a mullir mis piernas con las uñas, que resbalan sobre mi piel. Cain se sienta en el brazo del sillón y me abraza. Le escucho hablar en silencio, pasando un brazo por su cintura y apoyando la cabeza en su hombro. Sigo acariciando al demonio con la mano libre, pensado en lo que dice. Me río cuando bromea, recibiendo sus labios con suavidad, en un fugaz beso. Sigue hablando, de lo que hace como invocador, y de mi locura extrañas. Me río cuando sugiere lo del Joker, sería muy raro, pero mucho mejor que lo de Ewa... Le extrecho con fuerza cuando se abraza a mi cuello, besando su cuello.
-De acuerdo, menos depresiones y mas alegría -comento-... pero ten cuidado, y no me ocultes nada, quiza pueda ayudarte con algunas cosas, y asi no correrias tantos riesgos. Si no llego a estar cerca la ultima vez, aunque en realidad no se que paso, no parecia que fueras a... bueno, es agua pasada, no quiero recordarlo -digo ocultando la caraen el cuello de su kimono.
Escucho su propuesta sobre ir ha hacer algo cuando vuelva Elliot, hacer algo para divertirnos. Dice algo de una playa y un picnic. Quiza pasar el día fuera del burdel este bien, disfrutar de la brisa y el aire fresco nos hara bien.
-Si, estaría bien... necesitamos salir de aqui un rato, aun no estas muy bien deespecto -digo mirandole a sus ojos, no me acoostumbro aun a qveer un parche en el luagar que debería ocupar uno de ellos-... necesitas que te de el aire -comento besándo sus ojeras, ocultas por el lápiz negro.
Pienso en lo que podriamos llevarnos al picnic, la comida y esas cosas, quiza algo para pasar la tarde... no se, ya lo pensaremos cuando vuelva Elliot. Acaricio la panza del gato, que se ha dado la vuelta, y descanso la cabeza sobre el hombro de Cain de nuevo...
-De acuerdo, menos depresiones y mas alegría -comento-... pero ten cuidado, y no me ocultes nada, quiza pueda ayudarte con algunas cosas, y asi no correrias tantos riesgos. Si no llego a estar cerca la ultima vez, aunque en realidad no se que paso, no parecia que fueras a... bueno, es agua pasada, no quiero recordarlo -digo ocultando la caraen el cuello de su kimono.
Escucho su propuesta sobre ir ha hacer algo cuando vuelva Elliot, hacer algo para divertirnos. Dice algo de una playa y un picnic. Quiza pasar el día fuera del burdel este bien, disfrutar de la brisa y el aire fresco nos hara bien.
-Si, estaría bien... necesitamos salir de aqui un rato, aun no estas muy bien deespecto -digo mirandole a sus ojos, no me acoostumbro aun a qveer un parche en el luagar que debería ocupar uno de ellos-... necesitas que te de el aire -comento besándo sus ojeras, ocultas por el lápiz negro.
Pienso en lo que podriamos llevarnos al picnic, la comida y esas cosas, quiza algo para pasar la tarde... no se, ya lo pensaremos cuando vuelva Elliot. Acaricio la panza del gato, que se ha dado la vuelta, y descanso la cabeza sobre el hombro de Cain de nuevo...
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
12/11/11, 08:17 pm
Un día más despertando en las tinieblas de mi dormitorio, ajeno a todo lo que ocurre en el Burdel y fuera en la ciudad...excepto al aroma del inconsciente colaespina que cuelga del techo, fuertemente atado y ciego. Se me ocurrió anoche la brillante idea de almacenar provisiones de sangre, pero no en cubos sin más sino haciéndome una nevera o bien usar la de la cocina. Mejor me hago dos y así no corro peligro con el sol que da en la cocina y en el salón. Manos a la obra. El hechizo lo tengo por ahí apuntado y es sencillo, los amuletos están cargados después de todo el día con ellos y puedo usar la mesita de noche, que está vacía. ¿Dónde...? Ah, sí. Salto de la cama y alzo el colchón para sacar de debajo de este la tira de piel con los hechizos escritos. Lo dejo sobre la mesita y abro esta para limpiarla del posible polvo y bichos que haya. Hecho esto empiezo el hechizo y al poco aparece escarcha en el interior, pegada a la madera sin abultar mucho en el interior. Ahora solo necesito copas o vasos, que el cubo no cabe dentro. Así pues bajo a la cocina rápidamente, en completo silencio y casi volando por el pasillo, cojo vasos y copas dejando los suficientes para los demás y vuelvo al dormitorio cerrando tras de mí. Una vez dentro me acerco al cuello del colaespina y clavo los colmillos en este, saboreando la palpitante primera sangre que mana y después derramando esta en los vasos y copas, para rematar a la criatura bebiendo de ella de nuevo y por última vez. Procuro no mancharme la ropa ni el suelo mientras deposito los vasos dentro de la mesita-nevera y luego doy varios viajes para llevar las copas a la nevera de la cocina, relamiendome ante el olor pero sin ceder a la tentación. ¿Y ahora? Hechizos de ataque. Tomo el libro del salón y salgo al antiguo Balcón del Centinela, con el pelo moviéndose al viento pero... algo no encaja...Tengo el pelo igual de largo que hace tiempo... ¿Por qué no crece? ¿Por la transformación? Bueno, no importa. A lo que iba, a los hechizos de ataque... Levitar cosas, paralizar, ¿fuego? ¿Puede mi transformación conjurar hechizos de fuego? Será a lo sumo muy peligroso... Y desgastador... ¿Pero podré? Cuanto más lo pienso más me intrigo y más me puede la curiosidad así que me decido a probar el de invocar llamas, pero por precaución salto a la calle, no quiero pegarle fuego al balcón. A ver, amuletos, palabras y movimientos... Primero a memorizar las palabras y luego lo otro. Tras un rato creo que ya estoy listo y pruebo a pegarle fuego al virote de ballesta que tengo en la mano. <<Vamos, Jack, si se descontrola lo dejas caer y lo pisoteas, es fácil>> me digo. El primer intento me confundo en una palabra y empiezo de nuevo, concentrándome hasta que la punta de metal del virote echa a arder sacándome una sonrisa, pues el resplandor del fuego no me daña <<Y no lo he pensado, podría haberme muerto...Pero bueno, sigo vivo y eso sigue ardiendo. Perfecto>> Agito el virote varias veces, apagándolo, y vuelvo a conjurar el hechizo, pensando en hacer lo mismo pero con la espada << Jack, El Vampiro de la Espada Flamígera...>> pienso riendo mientras vuelvo a apagar el dardo y a encenderlo de nuevo hasta que ya está inservible y lo desecho. Desenvaino la espada y la miro fijamente mientras formulo el hechizo, llenando el anochecer de luz proveniente de la hoja metálica y detrás yo, riendo. Pero la risa y el hechizo finalizan de pronto, pues un dolor me recorre todo el cuerpo, haciendo que me encorve.
-Qué... qué
Me duelen todas las venas, marcadas en las manos y aún más claras en la diestra, la de la espada. Y el cuello... Mejor dicho, la garganta... << ¿Este es el precio por poder invocar al fuego?>> Sed. Una sed bestial que dudo que mil colaespinas la sacien... Tengo que llegar a la taberna como sea... ¡Pero no puedo transformarme en humo! Duele de solo pensarlo... Ay del que se me acerque... Y arrastrando la espada comienzo a andar hacia la taberna, lo más rápido que mi cuerpo me lo permite...
(Continúa en la Taberna del Mago Tuerto)
-Qué... qué
Me duelen todas las venas, marcadas en las manos y aún más claras en la diestra, la de la espada. Y el cuello... Mejor dicho, la garganta... << ¿Este es el precio por poder invocar al fuego?>> Sed. Una sed bestial que dudo que mil colaespinas la sacien... Tengo que llegar a la taberna como sea... ¡Pero no puedo transformarme en humo! Duele de solo pensarlo... Ay del que se me acerque... Y arrastrando la espada comienzo a andar hacia la taberna, lo más rápido que mi cuerpo me lo permite...
(Continúa en la Taberna del Mago Tuerto)
No Hope. No Dreams. No Love.
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