Torreón Maciel (Archivo II)
+10
HurzaComeojos
Soñador
Yber
Vlad
Giniroryu
Alicia
Shylver
Martalar
Caillech
Sevent
14 participantes
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Torreón Maciel (Archivo II)
05/11/11, 11:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
13/11/11, 07:47 pm
Todos sabíamos lo importante que era el agua para poder sobrevivir, asi como la comida, pero si fuesemos todos juntos a por ambas cosas tardaríamos más en llegar a la seguridad que representaba la torre y los otros tendrían que esperar más para conseguir lo que traíamos para ellos. Asi pues, decidimos con unanimidad separar nuestro grupo en dos. Alicia y Noel irian a por agua, mientras que los tres restantes volveríamos al sitio de ayer a por comida.
No tardamos mucho en llegar y encontrar la bañera con su peculiar piloto con paja. Cogimos cuanto pudimos llevar encima sin entorpecernos la marcha antes de dirigirnos al punto de encuentro, la torre. En ningún momento hacia nuestra meta nos encontramos con aquel asqueroso ser o algo parecido. Fue una marcha bastante tranquila, sin ningún incidente que reportar. Mejor, no deseaba volver a oler nada semejante en mi vida. Bastante de mal humor estaba ya por el vívido sueño que había tenido aquel día.
Vale, es cierto que siempre lo había tenido, pero de alguna forma este había sido distinto, más real, más... aterrador. Un sentimiento que odiaba admitir que sentía.
Vi como la figura de Alicia y Noel entrando en el torreón cuando pude vislumbrar el torreón al final. Con paso tranquilo entré tras Mark, no estaba con ganas para nada. Dejé en una parte la comida mientras me apollaba en una pared con las manos en jarra y con la mente en alguna otra parte mientras ellos repartían la comida de forma justa.
- Si, lo mismo - dije a modo de saludo mientras cogía la mitad de la parte que me habían dado, aún estaba dándole vueltas al sueño y eso y el hecho de haber comido ayer no es que me diese mucha hambre.
No tardamos mucho en llegar y encontrar la bañera con su peculiar piloto con paja. Cogimos cuanto pudimos llevar encima sin entorpecernos la marcha antes de dirigirnos al punto de encuentro, la torre. En ningún momento hacia nuestra meta nos encontramos con aquel asqueroso ser o algo parecido. Fue una marcha bastante tranquila, sin ningún incidente que reportar. Mejor, no deseaba volver a oler nada semejante en mi vida. Bastante de mal humor estaba ya por el vívido sueño que había tenido aquel día.
Vale, es cierto que siempre lo había tenido, pero de alguna forma este había sido distinto, más real, más... aterrador. Un sentimiento que odiaba admitir que sentía.
Vi como la figura de Alicia y Noel entrando en el torreón cuando pude vislumbrar el torreón al final. Con paso tranquilo entré tras Mark, no estaba con ganas para nada. Dejé en una parte la comida mientras me apollaba en una pared con las manos en jarra y con la mente en alguna otra parte mientras ellos repartían la comida de forma justa.
- Si, lo mismo - dije a modo de saludo mientras cogía la mitad de la parte que me habían dado, aún estaba dándole vueltas al sueño y eso y el hecho de haber comido ayer no es que me diese mucha hambre.
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
13/11/11, 07:58 pm
Me vuelvo. Vaya, he oído voces. Aunque quizás sea solo un espejismo provocado por el hambre, que hace que me duela la barriga.
Entonces, vuelvo a oírlo. ¿Son realmente Alicia, Mark y Noel? Vaya, nunca pensé que pudiera alegrarme de oír a este último, pero así es.
Corro hacia ellos. Reprimo una sonrisa para mantener esa estampa seria y borde que tengo habitualmente. No, aún no estoy dispuesta a desprenderme de esa coraza. Demasiado pronto para enseñar otro lado de mí que no sea el que ya he mostrado.
Apresuradamente, Noel realiza un breve resumen de todo lo sucedido. ¿Desayuno? Eso vuelve realmente bien.
Quiero decir algo y sin embargo, de mi boca solo sale un murmullo:
- Ah...
Ahora noto también la boca seca. No me había dado cuenta hasta ahora. De cualquier forma, me encojo de hombros tras un nuevo comentario de Noel.
- Buah, cinco bocas más, cinco bocas menos... ¿Qué más dará? -No menciono que estábamos a punto de salir a buscarles. Tampoco muestro especial alegría.
A pesar de eso, me pregunto si habrán notado en el tono de mi voz esa pequeña faceta amable que espero hacer desaparecer en cuanto coma un poco y consiga unas horas de sueño.
Entonces, vuelvo a oírlo. ¿Son realmente Alicia, Mark y Noel? Vaya, nunca pensé que pudiera alegrarme de oír a este último, pero así es.
Corro hacia ellos. Reprimo una sonrisa para mantener esa estampa seria y borde que tengo habitualmente. No, aún no estoy dispuesta a desprenderme de esa coraza. Demasiado pronto para enseñar otro lado de mí que no sea el que ya he mostrado.
Apresuradamente, Noel realiza un breve resumen de todo lo sucedido. ¿Desayuno? Eso vuelve realmente bien.
Quiero decir algo y sin embargo, de mi boca solo sale un murmullo:
- Ah...
Ahora noto también la boca seca. No me había dado cuenta hasta ahora. De cualquier forma, me encojo de hombros tras un nuevo comentario de Noel.
- Buah, cinco bocas más, cinco bocas menos... ¿Qué más dará? -No menciono que estábamos a punto de salir a buscarles. Tampoco muestro especial alegría.
A pesar de eso, me pregunto si habrán notado en el tono de mi voz esa pequeña faceta amable que espero hacer desaparecer en cuanto coma un poco y consiga unas horas de sueño.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
13/11/11, 08:45 pm
Poco después de nuestra llegada, Mark aparece seguido de Caillech y Vlad. Habían encontrado más comida por lo que parecía. Hannah salió a recibirnos para mi sorpresa sin gritarnos. ¿Estaría preocupada por nosotros de verdad? Bueno, a mí ella no me caía muy bien que digamos pero no quisiera que le ocurriese nada malo a ninguno de mis compañeros.
-Bien, cuando estemos todos podemos empezar a comer... Aunque algunas cosas hay que cocinarlas. También hemos traído agua de la fuente.
Cuando dije esto me di cuenta de lo seca que tenía la garganta. Había bebido de camino en la propia fuente pero la experiencia de ayer me había dejado muy sediento. Me levanto y bebo un poco del agua que habíamos traído. Me seco la boca con la manga de mi chaqueta y continúo hablando.
-No sé si pensasteis que habíamos huído con la comida a otro país, o quizás deba decir a otro mundo, pero la verdad es que nos hubiera encantado regresar anoche. Sin embargo, cuando gracias al todopoderoso olfato de Caillech -la señalo con un gesto teatral e imito ligeramente el tono que solía emplear Vladimir en sus pomposos discursos- encontramos la preciada comida, la cual gracias a dios no son gusanos putrefactos o algo parecido como decían los espantapájaros... tuvimos que llevar a cabo una hazaña heroica. Heroica y no apta para gente con poco estómago. Nos vimos asaltados por una especie de zombi obeso que debía tener tanta hambre como nosotros y que a juzgar por su olor debía de acabar de salir del basurero del mismísimo infierno, por aquello del olor del azufre, o algo semejante.
Nosotros, como buenos valientes, echamos a correr por las laberínticas calles de esta encantadora ciudad. Hasta que llegamos a una especie de brecha gigantesca en el suelo -hago una pausa al recordar el horror que pudimos contemplar allí y me estremezco ligeramente-. Era una fosa llena de huesos y restos putrefactos de cadáveres -digo con tono sombrío. Pero vuelvo a recuperar el tono despreocupando para continúar relatando nuestra fascinante aventura con fingida solemnidad, cambiando de la primera persona la tercera-. Pero los héroes, intrépidos como eran, la cruzaron gracias a una inestable pasarela de madera en cuestionable buen estado de conservación esperando que el engendro no se atreviese a seguirlos por allí, al fin y al cabo pesaba demasiado... El heroico conde -realizo otro gesto para señalar a Vladimir- en toda su heroicidad trató de abatir a la bestia con una flecha... pero su puntería no estaba afinada, o quizás fue culpa del arco, pero lo cierto es que falló -no pude reprimir una risita tras lo que acababa de decir-. Lo que ocurrió a continuación revolverá el estómago de nuestros intrépidos héroes durante semanas, posiblemente. El engendro comenzó a expulsar lo que debían ser sus entrañas y las entrañas de todos los seres que había deglutido hasta ese momento por su aspecto... y especialmente olor. Ahora era ligero cual pluma y nuestros valientes héroes decidieron volver a echar a correr cual alma que lleva el diablo. Dieron con un torreón muy similar a este -digo mirando alrededor- y allí consiguieron dar esquinazo a su higiénico perseguidor -finalizo mi improvisada narración teatral con una breve reverencia-. El resto es historia, pasamos la noche allí porque era tarde y temíamos encontrarnos de nuevo con nuestro putrefacto amigo si salíamos. Todo muy normal -termino de hablar con un leve encogimiento de hombros fingiendo despreocupación.
Nota: en los torreones hay cocinas, que alguien diga que la encontrasteis mientras limpiabais y eso.
-Bien, cuando estemos todos podemos empezar a comer... Aunque algunas cosas hay que cocinarlas. También hemos traído agua de la fuente.
Cuando dije esto me di cuenta de lo seca que tenía la garganta. Había bebido de camino en la propia fuente pero la experiencia de ayer me había dejado muy sediento. Me levanto y bebo un poco del agua que habíamos traído. Me seco la boca con la manga de mi chaqueta y continúo hablando.
-No sé si pensasteis que habíamos huído con la comida a otro país, o quizás deba decir a otro mundo, pero la verdad es que nos hubiera encantado regresar anoche. Sin embargo, cuando gracias al todopoderoso olfato de Caillech -la señalo con un gesto teatral e imito ligeramente el tono que solía emplear Vladimir en sus pomposos discursos- encontramos la preciada comida, la cual gracias a dios no son gusanos putrefactos o algo parecido como decían los espantapájaros... tuvimos que llevar a cabo una hazaña heroica. Heroica y no apta para gente con poco estómago. Nos vimos asaltados por una especie de zombi obeso que debía tener tanta hambre como nosotros y que a juzgar por su olor debía de acabar de salir del basurero del mismísimo infierno, por aquello del olor del azufre, o algo semejante.
Nosotros, como buenos valientes, echamos a correr por las laberínticas calles de esta encantadora ciudad. Hasta que llegamos a una especie de brecha gigantesca en el suelo -hago una pausa al recordar el horror que pudimos contemplar allí y me estremezco ligeramente-. Era una fosa llena de huesos y restos putrefactos de cadáveres -digo con tono sombrío. Pero vuelvo a recuperar el tono despreocupando para continúar relatando nuestra fascinante aventura con fingida solemnidad, cambiando de la primera persona la tercera-. Pero los héroes, intrépidos como eran, la cruzaron gracias a una inestable pasarela de madera en cuestionable buen estado de conservación esperando que el engendro no se atreviese a seguirlos por allí, al fin y al cabo pesaba demasiado... El heroico conde -realizo otro gesto para señalar a Vladimir- en toda su heroicidad trató de abatir a la bestia con una flecha... pero su puntería no estaba afinada, o quizás fue culpa del arco, pero lo cierto es que falló -no pude reprimir una risita tras lo que acababa de decir-. Lo que ocurrió a continuación revolverá el estómago de nuestros intrépidos héroes durante semanas, posiblemente. El engendro comenzó a expulsar lo que debían ser sus entrañas y las entrañas de todos los seres que había deglutido hasta ese momento por su aspecto... y especialmente olor. Ahora era ligero cual pluma y nuestros valientes héroes decidieron volver a echar a correr cual alma que lleva el diablo. Dieron con un torreón muy similar a este -digo mirando alrededor- y allí consiguieron dar esquinazo a su higiénico perseguidor -finalizo mi improvisada narración teatral con una breve reverencia-. El resto es historia, pasamos la noche allí porque era tarde y temíamos encontrarnos de nuevo con nuestro putrefacto amigo si salíamos. Todo muy normal -termino de hablar con un leve encogimiento de hombros fingiendo despreocupación.
Nota: en los torreones hay cocinas, que alguien diga que la encontrasteis mientras limpiabais y eso.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
13/11/11, 09:03 pm
¿Que estaba pasando? ¿Delirios provocados por el hambre? Estaba ahi, Hannah, pero estaba amable, incluso se alegraba de vernos, no me lo podia creer, una Hannah calmada...era imposible. Me pellizque para comprobar si no era un sueño, no, no lo era, pero supongo que esta calma no duraria mucho, asi que por ahora solamente la saludaria amablemente como los demas
El discurso de Noel de nuestras hazañas me hizo reir bastante sobre todo cuando hizo una imitacion que parecia bastante trabajada de nuestro Lord, el conde.
Despues de comer la comida que era comestible me sumergi entre los pasillos del torreon a limpiar nuevamente, esta tarea nunca se me habia dado bien pero si nadie lo hacia, en fin....
Limpiando encontre algo parecido a una cocina, desde donde estaba baje por las escaleras y les dije a todos
-He encontrado una cocina....parece que podemos usarla-despues de una pausa dije-¿Quien de aqui sabe cocinar?
Evidentemente si querian comida vomitiba cocinaria yo, pero si no.....casi mejor que cocine otra persona
El discurso de Noel de nuestras hazañas me hizo reir bastante sobre todo cuando hizo una imitacion que parecia bastante trabajada de nuestro Lord, el conde.
Despues de comer la comida que era comestible me sumergi entre los pasillos del torreon a limpiar nuevamente, esta tarea nunca se me habia dado bien pero si nadie lo hacia, en fin....
Limpiando encontre algo parecido a una cocina, desde donde estaba baje por las escaleras y les dije a todos
-He encontrado una cocina....parece que podemos usarla-despues de una pausa dije-¿Quien de aqui sabe cocinar?
Evidentemente si querian comida vomitiba cocinaria yo, pero si no.....casi mejor que cocine otra persona
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
13/11/11, 09:49 pm
No puedo hacer sino aplaudir tras la historia que cuenta el chico moreno, cuyo nombre no consigo recordar. Si lo que decían era cierto y había ese tipo de monstruosidades en la ciudad, tal vez lo de salir no sea tan seguro, ni siquiera en grupo. Procuro que mi cara no refleje ningún tipo de preocupación y esbozo una sonrisa. Sonrisa que desaparece en cuanto veo a Cail. Definitivamente tengo que aclarar un par de cosas con ella antes de nada.
-Bueno, pues... ¡pongámonos manos a la obra con la comida!-les digo intentando sonar animado, para quitarle hierro al hecho de que estemos en un sitio donde corremos un peligro constante-. Yo no sé cómo soléis cocinar las cosas, así que, si no os importa, prefiero dejaos la labor a vosotros, para que comáis a gusto-entonces recuerdo lo de los pájaros y me agacho a coger algo de carne cruda de las cestas-. Esto si no os importa, os lo robaré para alimentar a nuestros anfitriones... Un momento, ¿vosotros sabéis algo de los...?-no acabo la pregunta, pues la respuesta es demasiado clara-. Resulta que en el último piso tenemos un nido de unos seres parecidos a pájaros, de apariencia algo inhóspita, y ya que hemos invadido su hábitat, habíamos pensado en probar a darles de comer, para... Ganarnos su confianza o intentarlo al menos...-por el tono de voz, se nota que ni a mí acaba de convencerme esto, pero tampoco hay muchas opciones más-. Bueno, id cocinando, que mientras voy a alimentarlos-añado apresuradamente, intentando no hablar de más. Pues realmente la razón por la que quiero llevarles la comida no es tanto la de alimentar a los pájaros, sino otra.
Y tras levantarme, avanzo hasta las escaleras, no sin antes dirigir a Caillech un gesto con la cabeza para que me siga. Si es realmente consciente de la situación en la que estamos, sabrá que no le queda otra opción que seguirme hasta el último piso para hablar conmigo. Conozco su pasado, soy consciente de lo que hizo y no olvidaré su traición, pero quizá mientras estemos fuera de Asrena lo mejor sea llevarnos bien.
-Bueno, pues... ¡pongámonos manos a la obra con la comida!-les digo intentando sonar animado, para quitarle hierro al hecho de que estemos en un sitio donde corremos un peligro constante-. Yo no sé cómo soléis cocinar las cosas, así que, si no os importa, prefiero dejaos la labor a vosotros, para que comáis a gusto-entonces recuerdo lo de los pájaros y me agacho a coger algo de carne cruda de las cestas-. Esto si no os importa, os lo robaré para alimentar a nuestros anfitriones... Un momento, ¿vosotros sabéis algo de los...?-no acabo la pregunta, pues la respuesta es demasiado clara-. Resulta que en el último piso tenemos un nido de unos seres parecidos a pájaros, de apariencia algo inhóspita, y ya que hemos invadido su hábitat, habíamos pensado en probar a darles de comer, para... Ganarnos su confianza o intentarlo al menos...-por el tono de voz, se nota que ni a mí acaba de convencerme esto, pero tampoco hay muchas opciones más-. Bueno, id cocinando, que mientras voy a alimentarlos-añado apresuradamente, intentando no hablar de más. Pues realmente la razón por la que quiero llevarles la comida no es tanto la de alimentar a los pájaros, sino otra.
Y tras levantarme, avanzo hasta las escaleras, no sin antes dirigir a Caillech un gesto con la cabeza para que me siga. Si es realmente consciente de la situación en la que estamos, sabrá que no le queda otra opción que seguirme hasta el último piso para hablar conmigo. Conozco su pasado, soy consciente de lo que hizo y no olvidaré su traición, pero quizá mientras estemos fuera de Asrena lo mejor sea llevarnos bien.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 07:09 am
Vaya, por Nasandra. Parecía que este mundo se estaba confabulando contra mí. No parecía quererme dar ni un minuto de paz.
Había estado escuchando como Noel les contaba nuestra pequeña hazaña como un narrador experimentado. Habló de mi "super" olfato, un olfato que en mi mundo es normal tener, pero según he podido apreciar en el suyo no. Luego les narró sobre el inmundo ser del que tuvimos que escapar para salvaguardar nuestras vidas de ser devorado por ello. Oyendo sus palabras parecíamos héroes, igualitos que los de los relatos que más de una vez había oido al amparo del fuego en mi tribu. Aunque yo no me sentía como tal. Yo solo era una hembra que quería un poco de descanso, de paz... Qué estupida de mi pensar que lo habría conseguido. ¿Cuando había logrado algo que quería?
Oi como Giz como les contaba sobre nuestros otros inquilinos mientras cogía una porción de nuestros víveres. Cuando pasó junto a mi me hizo un gesto para que me siguiera. Sabía que este momento llegaría, el momento en el que me plantaría cara y sacaría a relucir los trapos sucios. Agradecía que no lo hiciera delante de los humanos, pero eso no disminuyó mi mal genio. El sueño/recuerdo me había puesto de mal humor y tener este enfrentamiento no iba hacer nada para mejorarlo.
- Ahora vengo - les dije a los humanos allí reunido con cara de poker, no deseaba que nadie supiera que se estaba cociendo entre nosotros dos. Por ahora era mejor así.
Le seguí hasta una puerta en la que debían de encontrarse esas aves de apariencia inhóspita. No hice ningún ademán de ayudarle. Miré si alguien nos había seguido. Nadie. Bien. Me cuadré de hombros y le dediqué una mirada a Giz.
- Venga, desembucha Giz. Se que no me has traido aquí para hablar de como debo alimentarlos o para que te cuente más detalles de nuestras batallita - señalé a la puerta antes de cruzarme de brazos en un clara postura defensiva -. Soy una hembra muy mala, malísima, y deseas que desaparezca de este torreón por el bien común, ya que no confias en mí. ¿Era eso lo que me querías decir verdad? Pues da por entregado el mensaje, que después del día que tengo no tengo ánimos para tonterias - dije con un encogimiento de hombros indiferentemente, aunque sabía que esto no había terminado aún. Podía ser muchas cosas, pero no era ingenua, ya no. Puede que hace mucho lo fuera, pero atras quedaron esos días.
Había estado escuchando como Noel les contaba nuestra pequeña hazaña como un narrador experimentado. Habló de mi "super" olfato, un olfato que en mi mundo es normal tener, pero según he podido apreciar en el suyo no. Luego les narró sobre el inmundo ser del que tuvimos que escapar para salvaguardar nuestras vidas de ser devorado por ello. Oyendo sus palabras parecíamos héroes, igualitos que los de los relatos que más de una vez había oido al amparo del fuego en mi tribu. Aunque yo no me sentía como tal. Yo solo era una hembra que quería un poco de descanso, de paz... Qué estupida de mi pensar que lo habría conseguido. ¿Cuando había logrado algo que quería?
Oi como Giz como les contaba sobre nuestros otros inquilinos mientras cogía una porción de nuestros víveres. Cuando pasó junto a mi me hizo un gesto para que me siguiera. Sabía que este momento llegaría, el momento en el que me plantaría cara y sacaría a relucir los trapos sucios. Agradecía que no lo hiciera delante de los humanos, pero eso no disminuyó mi mal genio. El sueño/recuerdo me había puesto de mal humor y tener este enfrentamiento no iba hacer nada para mejorarlo.
- Ahora vengo - les dije a los humanos allí reunido con cara de poker, no deseaba que nadie supiera que se estaba cociendo entre nosotros dos. Por ahora era mejor así.
Le seguí hasta una puerta en la que debían de encontrarse esas aves de apariencia inhóspita. No hice ningún ademán de ayudarle. Miré si alguien nos había seguido. Nadie. Bien. Me cuadré de hombros y le dediqué una mirada a Giz.
- Venga, desembucha Giz. Se que no me has traido aquí para hablar de como debo alimentarlos o para que te cuente más detalles de nuestras batallita - señalé a la puerta antes de cruzarme de brazos en un clara postura defensiva -. Soy una hembra muy mala, malísima, y deseas que desaparezca de este torreón por el bien común, ya que no confias en mí. ¿Era eso lo que me querías decir verdad? Pues da por entregado el mensaje, que después del día que tengo no tengo ánimos para tonterias - dije con un encogimiento de hombros indiferentemente, aunque sabía que esto no había terminado aún. Podía ser muchas cosas, pero no era ingenua, ya no. Puede que hace mucho lo fuera, pero atras quedaron esos días.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 10:37 am
Me giro hacia el nido, dándole la espalda mientras habla, y aprovecho para ir cortando la carne con ayuda de las uñas en dos o tres cachos y respirar un par de veces antes de hablar. Cuando la oigo en esa actitud tan victimista, de repente, me da la risa y todo el cabreo que tenía acumulado por la situación va a menos rápidamente. Sin acercarme demasiado al nido, lanzo los trozos de carne cruda al suelo, lo más cerca posible, y me giro de nuevo hacia ella para encararla justo cuando acaba. Le sonrío, lo que me sorprende incluso a mí y la examino con la mirada.
-Una cosilla, Caillech. ¿Todos los Ranta soléis poner palabras inventadas en boca de otros o es una habilidad especial que tienes tú?-le pregunto sin verdadera malicia-. Mira, no me gustas, eso está más que claro. ¿O acaso esperabas que te recibiera con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos después de lo que hiciste? Verás...-comienzo explicando-. Cuando me dijeron de venir aquí supuse que no sería el único, pero de lo que no tenía ni idea es de que nuestros compañeros serían los blanditos-digo más con un matiz cariñoso, dentro de lo que cabe, que despectivo-. No son como nosotros. No están acostumbrados a sobrevivir en condiciones difíciles... ¿Imaginas lo que les habría pasado al del pelo negro y compañía si tú no hubieras ido con ellos? Probablemente se habrían perdido, o se habrían quedado solos en esa otra torre. Sus cadáveres podrían haber acabado comidos por esa cosa, que a saber qué tipo de bestia sea...-hago una pausa para coger aire-. ¿Te has fijado en el cielo esta noche? La Nebulosa no se ve a ninguna hora del día. Estamos lejos de casa. Estamos lejos del sitio donde cometiste una de las peores acciones posibles, que te llevó al destierro. Y solo por eso y por el bien del grupo, mereces que te de...-me sorprende lo que voy a decir, incluso habiendo llegado por mi mismo a esa conclusión-. una segunda oportunidad-consigo acabar la frase-. Pero no te confíes. Te estaré vigilando y a la mínima sospecha, te largas. ¿Entendido?
Sé que me puedo arrepentir, no me cabe la menor duda, pero a estas alturas no debía mirar por mí ni por los sentimientos que provocaba Caillech en mí por algo del pasado. Debo mirar por el grupo, y lo que ella puede aportar es razón más que de sobra como para permitirle esa oportunidad. Solo tengo que tenerla vigilada dentro de lo posible y más le vale que se sienta afortunada, pues estoy haciendo por ella más de lo que nadie ha hecho nunca por un Ranta, salvo quizá otro Ranta. Echo a andar hacia las escaleras sin pararme a mirar si Caillech me sigue, sopesando todavía si he hecho bien en concederle la oportunidad.
-Aprovéchala-digo en voz alta mientras bajo las escaleras en actitud tranquila, sin volverme si quiera hacia ella.
-Una cosilla, Caillech. ¿Todos los Ranta soléis poner palabras inventadas en boca de otros o es una habilidad especial que tienes tú?-le pregunto sin verdadera malicia-. Mira, no me gustas, eso está más que claro. ¿O acaso esperabas que te recibiera con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos después de lo que hiciste? Verás...-comienzo explicando-. Cuando me dijeron de venir aquí supuse que no sería el único, pero de lo que no tenía ni idea es de que nuestros compañeros serían los blanditos-digo más con un matiz cariñoso, dentro de lo que cabe, que despectivo-. No son como nosotros. No están acostumbrados a sobrevivir en condiciones difíciles... ¿Imaginas lo que les habría pasado al del pelo negro y compañía si tú no hubieras ido con ellos? Probablemente se habrían perdido, o se habrían quedado solos en esa otra torre. Sus cadáveres podrían haber acabado comidos por esa cosa, que a saber qué tipo de bestia sea...-hago una pausa para coger aire-. ¿Te has fijado en el cielo esta noche? La Nebulosa no se ve a ninguna hora del día. Estamos lejos de casa. Estamos lejos del sitio donde cometiste una de las peores acciones posibles, que te llevó al destierro. Y solo por eso y por el bien del grupo, mereces que te de...-me sorprende lo que voy a decir, incluso habiendo llegado por mi mismo a esa conclusión-. una segunda oportunidad-consigo acabar la frase-. Pero no te confíes. Te estaré vigilando y a la mínima sospecha, te largas. ¿Entendido?
Sé que me puedo arrepentir, no me cabe la menor duda, pero a estas alturas no debía mirar por mí ni por los sentimientos que provocaba Caillech en mí por algo del pasado. Debo mirar por el grupo, y lo que ella puede aportar es razón más que de sobra como para permitirle esa oportunidad. Solo tengo que tenerla vigilada dentro de lo posible y más le vale que se sienta afortunada, pues estoy haciendo por ella más de lo que nadie ha hecho nunca por un Ranta, salvo quizá otro Ranta. Echo a andar hacia las escaleras sin pararme a mirar si Caillech me sigue, sopesando todavía si he hecho bien en concederle la oportunidad.
-Aprovéchala-digo en voz alta mientras bajo las escaleras en actitud tranquila, sin volverme si quiera hacia ella.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 05:31 pm
Noel y Alicia cogieron agua de la fuente y fueron los primeros en llegar. Hannah, al contrario que en todas las bromas que habían hecho sobre ella, no intentó degollarles por haberle tenido en ayunas, sino que les recibió con tranquilidad. En su caso, casi podían considerarlo amabilidad. Después del paseo, Alicia volvía a ser una persona con la mente despejada, y hasta sentía buen humor – cosa extraordinaria habiendo despertado hace tan poco-. Noel fue el encargado de relatarles su encuentro y huida del monstruo fétido. Lo hizo con gracia, y tildándoles a todos de héroes y su huida desesperada a través de Rocavarancolia parecía un episodio más de una serie de aventuras. Sonrió mientras le escuchaba hablar, y añadió, cuando él ya terminaba:
- Yo por mi parte solo recuerdo el olor más horrible que ha llegado a mi nariz en la vida, y correr hasta desplomarme en el otro torreón. Así que no podría haberlo narrado tan bien como Noel. Aunque no me siento nada heroica, os dejo poner mi nombre cuando compongáis cantares sobre esto.- bromeó.
Que Alicia bromeara, y lo hiciera tan temprano, era todo un avance para ella. Significaba que, a una velocidad pasmosa para el lento proceso que suponía darle su confianza a alguien, empezaba a sentir aprecio por ellos.
Giz procedió a hablarles sobre sus compañeros emplumados de piso, y subió por las escaleras, seguido de Cail. Aunque al principio habló con simpatía, ambos reptiles tenían una expresión grave en el rostro, o al menos, muy inexpresiva. Pero Alicia se dijo que se trataba de imaginaciones suyas, y que al tener la piel escamosa, quizás se les notasen menos las expresiones.
Con el ánimo tan extrañamente recuperado, quizás por la buena noticia de estar juntos de nuevo, se olvidó completamente de sus pesadillas. Se sentó y tomó un trago de agua y echó un vistazo a toda la comida. Cail, Mark y Vlad, habían encontrado de nuevo la bañera, y habían traído cestas repletas de comida. No sabía con que frecuencia pasarían las bañeras, el día anterior habían cruzado el cielo una vez, y ese mismo día, habían vuelto a aparecer, así que se le ocurrió que habría una bañera por día, y aquello no era su desayuno, sino lo que había desde la mañana a a la noche. No era tanta cantidad en ese caso. Partió un poco de queso, y repartió, y después de pegarle un mordisco a su trozo, se ofreció ella misma para cocinar.
- Claro, que si queréis, lo hacemos entre todos. Aun así, prometo que esta vez no será rata hervida.- bromeó de nuevo. Alicia se percató de lo mucho que estaba bromeando aquel día. De lo mucho que bromeaba para encontrarse sola en mitad de un mundo desconocido, con gente a la que acababa de conocer, y eso le hizo ponerse muy seria de repente. Con su buen humor algo ennegrecido, sonrió ya sin mucha alegría, porque se daba cuenta de que acababa de cambiar demasiado rápido su expresión y no quería preocuparlos ni tener que responder preguntas. (en realidad, responder preguntas nunca le había hecho gracia).
Así que revisó lo que había en la cesta, con pensamientos zumbando en su cabeza como moscardones. Por un lado trataba de concentrarse en lo que sabía ella de cocina y lo que podía hacer con los ingredientes que había. Ella y su hermano mayor solían turnarse para preparar la cena, y no se las apañaba mal. Otra parte aun zumbaba angustiada por la situación, y le traía flashes de su persecución, y la imagen del ser vomitandose a sí mismo, que se apresuró en desterrar, y aplastar en un rinconcito de su mente del que procuró no volver a sacarlo. Una última empezaba a recordar el mal sueño de aquella noche, y pero concretamente el principio, y le llenaba de pena al pensar en sus amigos. En los de verdad.
Bien.... había carne cruda, y en salazón, algo de fruta y verdura, queso y pan.
- Creo que haré algo de carne a la plancha.- Anunció a media voz, como todo lo que ella decía. En un tono audible, pero jamás (o casi nunca) alzado o intranquilo.
Pidió a Mark que le guiase hasta la cocina, se llevó la cesta tan cual, consiguió una sarten y se puso manos a la obra. Decidió añadirle también un poco de verduras, así que troceó la carne, y la mezcló con rodajas de zanahorias y pimiento y no le quitó un ojo de encima a la comida mientras se preparaba, para darle la vuelta a los trozos siempre que consideraba necesario.
- ¿Hay platos?- preguntó, y no tardó mucho en encontrarlos. Separó lo que había preparado en varios.- Que aproveche. Aunque aviso que no será ninguna maravilla.
Se llevó su plato a lo que parecía un salón de aquella torre, y se sentó a comer. Mientras comía, se le ocurrió otra cosa y preguntó:
- ¿estareis dispuestos a explorar la ciudad a pesar de saber que podemos encontrarnos con esa clase de.. cosas? Lo digo porque el día del discurso vimos más de una bañera en el cielo, y si las encontramos, podemos doblar la cantidad de comida diaria que tenemos. Caillech y Giz pueden ayudarnos con eso. A pesar de todo, no quiero quedarme encerrada en un edificio.
- Yo por mi parte solo recuerdo el olor más horrible que ha llegado a mi nariz en la vida, y correr hasta desplomarme en el otro torreón. Así que no podría haberlo narrado tan bien como Noel. Aunque no me siento nada heroica, os dejo poner mi nombre cuando compongáis cantares sobre esto.- bromeó.
Que Alicia bromeara, y lo hiciera tan temprano, era todo un avance para ella. Significaba que, a una velocidad pasmosa para el lento proceso que suponía darle su confianza a alguien, empezaba a sentir aprecio por ellos.
Giz procedió a hablarles sobre sus compañeros emplumados de piso, y subió por las escaleras, seguido de Cail. Aunque al principio habló con simpatía, ambos reptiles tenían una expresión grave en el rostro, o al menos, muy inexpresiva. Pero Alicia se dijo que se trataba de imaginaciones suyas, y que al tener la piel escamosa, quizás se les notasen menos las expresiones.
Con el ánimo tan extrañamente recuperado, quizás por la buena noticia de estar juntos de nuevo, se olvidó completamente de sus pesadillas. Se sentó y tomó un trago de agua y echó un vistazo a toda la comida. Cail, Mark y Vlad, habían encontrado de nuevo la bañera, y habían traído cestas repletas de comida. No sabía con que frecuencia pasarían las bañeras, el día anterior habían cruzado el cielo una vez, y ese mismo día, habían vuelto a aparecer, así que se le ocurrió que habría una bañera por día, y aquello no era su desayuno, sino lo que había desde la mañana a a la noche. No era tanta cantidad en ese caso. Partió un poco de queso, y repartió, y después de pegarle un mordisco a su trozo, se ofreció ella misma para cocinar.
- Claro, que si queréis, lo hacemos entre todos. Aun así, prometo que esta vez no será rata hervida.- bromeó de nuevo. Alicia se percató de lo mucho que estaba bromeando aquel día. De lo mucho que bromeaba para encontrarse sola en mitad de un mundo desconocido, con gente a la que acababa de conocer, y eso le hizo ponerse muy seria de repente. Con su buen humor algo ennegrecido, sonrió ya sin mucha alegría, porque se daba cuenta de que acababa de cambiar demasiado rápido su expresión y no quería preocuparlos ni tener que responder preguntas. (en realidad, responder preguntas nunca le había hecho gracia).
Así que revisó lo que había en la cesta, con pensamientos zumbando en su cabeza como moscardones. Por un lado trataba de concentrarse en lo que sabía ella de cocina y lo que podía hacer con los ingredientes que había. Ella y su hermano mayor solían turnarse para preparar la cena, y no se las apañaba mal. Otra parte aun zumbaba angustiada por la situación, y le traía flashes de su persecución, y la imagen del ser vomitandose a sí mismo, que se apresuró en desterrar, y aplastar en un rinconcito de su mente del que procuró no volver a sacarlo. Una última empezaba a recordar el mal sueño de aquella noche, y pero concretamente el principio, y le llenaba de pena al pensar en sus amigos. En los de verdad.
Bien.... había carne cruda, y en salazón, algo de fruta y verdura, queso y pan.
- Creo que haré algo de carne a la plancha.- Anunció a media voz, como todo lo que ella decía. En un tono audible, pero jamás (o casi nunca) alzado o intranquilo.
Pidió a Mark que le guiase hasta la cocina, se llevó la cesta tan cual, consiguió una sarten y se puso manos a la obra. Decidió añadirle también un poco de verduras, así que troceó la carne, y la mezcló con rodajas de zanahorias y pimiento y no le quitó un ojo de encima a la comida mientras se preparaba, para darle la vuelta a los trozos siempre que consideraba necesario.
- ¿Hay platos?- preguntó, y no tardó mucho en encontrarlos. Separó lo que había preparado en varios.- Que aproveche. Aunque aviso que no será ninguna maravilla.
Se llevó su plato a lo que parecía un salón de aquella torre, y se sentó a comer. Mientras comía, se le ocurrió otra cosa y preguntó:
- ¿estareis dispuestos a explorar la ciudad a pesar de saber que podemos encontrarnos con esa clase de.. cosas? Lo digo porque el día del discurso vimos más de una bañera en el cielo, y si las encontramos, podemos doblar la cantidad de comida diaria que tenemos. Caillech y Giz pueden ayudarnos con eso. A pesar de todo, no quiero quedarme encerrada en un edificio.
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 07:11 pm
La luz me golpea en los ojos cuando miro hacia el agujero de la cadena. La débil luz del sol, concretamente. ¿Pero no estaba atardeciendo? ¿Cuánto tiempo he estado aquí dentro? Pensando en el tiempo me doy cuenta de que llevo un día sin comer, y eso teniendo en cuenta que el día anterior solo comí unas tristes ratas. Quizás sea por eso por lo que mi olfato se agudiza y me llega un interesante olor a comida, que logra atravesar las férreas defensas impuestas por la grasa y el aceite. Me miro las manos y veo que están manchadas de negro y resbaladizas. Carne parece ser. Comienzo a dudar de si se trata de mi imaginación o es un estímulo real.
Observo de nuevo el panel de engranajes, incluso mientras me empieza a dar vueltas la cabeza. He conseguido colocar en su sitio la mitad de los engranajes y discos, y ajustar un par de cintas de transmisión y cuerdas, pero en cuanto a las cosas que van en los ejes doblados no puedo hacer nada. Para más información, están todas amontonadas junto a la puerta, al lado de la lanza. Necesitaría de... mucho material y herramientas para...
No puedo seguir pensando en temas de mecánica, porque mi estómago acaba de anunciar ruidosamente su desacuerdo con el tema de la inanición y el hambre comienza a echárseme encima. Había conseguido mantenerlo a raya con el entretenimiento pasajero que me han ofrecido los mecanismos, pero ahora que me veo detenido en mi investigación mi cuerpo parece darse cuenta de que en estos momentos no debería tener fuerzas para mantenerse en pie, pues no soy dado a perderme ninguna comida. Mi cuerpo actúa en consecuencia, y caigo de espaldas sobre la pila de cacharros sin utilizar, saltando algunos, rodando otros por el suelo. El eco del sonido metálico producido al caer los componentes del sistema del puente bajo mi peso resuena por todo el sótano. En mi intento por aferrarme a algo provoco la caída de una caja que había sobre la pequeña mesita a la entrada y que había pasado desapercibida en la penumbra, volcando su contenido encima del amasijo de cuerdas ruedas dentadas y extremidades humanas en que me he convertido. Puedo ver uno de esos objetos a mi lado, en el suelo: una especie de abalorio de cristal romboidal transparente de un ligero color verdoso. Según compruebo, he esparcido unos cuantos por mis alrededores.
¡No es momento de pensar en tonterías! Alcanzo la lanza, que también ha resbalado hasta el suelo, y golpeo con fuerza -la poca que tengo- el techo bajo de la habitación con forma de media luna. Con suerte alguien se dará cuenta de que no estoy, si es que queda alguien en el torreón. La culpa es mía por no comer algo antes.
"Podría haberme comido una piedra", pienso antes de ceder al mareo y dejar caer inconsciente el brazo.
Off: El señor Vlad no puede postear por temas personales y se encontrará ausente durante unos días. El señor Vlad (on-rol) es susceptible de ser llevado a cualquier sitio en caso de necesidad por cualquiera de nosotros.
Observo de nuevo el panel de engranajes, incluso mientras me empieza a dar vueltas la cabeza. He conseguido colocar en su sitio la mitad de los engranajes y discos, y ajustar un par de cintas de transmisión y cuerdas, pero en cuanto a las cosas que van en los ejes doblados no puedo hacer nada. Para más información, están todas amontonadas junto a la puerta, al lado de la lanza. Necesitaría de... mucho material y herramientas para...
No puedo seguir pensando en temas de mecánica, porque mi estómago acaba de anunciar ruidosamente su desacuerdo con el tema de la inanición y el hambre comienza a echárseme encima. Había conseguido mantenerlo a raya con el entretenimiento pasajero que me han ofrecido los mecanismos, pero ahora que me veo detenido en mi investigación mi cuerpo parece darse cuenta de que en estos momentos no debería tener fuerzas para mantenerse en pie, pues no soy dado a perderme ninguna comida. Mi cuerpo actúa en consecuencia, y caigo de espaldas sobre la pila de cacharros sin utilizar, saltando algunos, rodando otros por el suelo. El eco del sonido metálico producido al caer los componentes del sistema del puente bajo mi peso resuena por todo el sótano. En mi intento por aferrarme a algo provoco la caída de una caja que había sobre la pequeña mesita a la entrada y que había pasado desapercibida en la penumbra, volcando su contenido encima del amasijo de cuerdas ruedas dentadas y extremidades humanas en que me he convertido. Puedo ver uno de esos objetos a mi lado, en el suelo: una especie de abalorio de cristal romboidal transparente de un ligero color verdoso. Según compruebo, he esparcido unos cuantos por mis alrededores.
¡No es momento de pensar en tonterías! Alcanzo la lanza, que también ha resbalado hasta el suelo, y golpeo con fuerza -la poca que tengo- el techo bajo de la habitación con forma de media luna. Con suerte alguien se dará cuenta de que no estoy, si es que queda alguien en el torreón. La culpa es mía por no comer algo antes.
"Podría haberme comido una piedra", pienso antes de ceder al mareo y dejar caer inconsciente el brazo.
Off: El señor Vlad no puede postear por temas personales y se encontrará ausente durante unos días. El señor Vlad (on-rol) es susceptible de ser llevado a cualquier sitio en caso de necesidad por cualquiera de nosotros.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 07:12 pm
En mi mente había recreado este momento de mil y una formas diferentes desde que le vi junto con los humanos por primera vez, y en ninguna de ellas tenía un final feliz nuestra historia. En unas terminabamos enzarzados en una pelea sin precedentes, en otras me alejaba del grupo dejandolos a su suerte... Pero en ninguna de ellas imaginé que el pudiera decir aquellas extrañas y a la vez tan simples palabras, "segunda oportunidad". De ser yo él estaba más que segura que no habría sido capaz de hacer aquello, de darme otra oportunidad creyendo lo que creía de mí. No, yo habría expulsado a cualquier Ranta. Aunque estaba segura de que eso era una secuela que me dejó el hecho de ser desterrada, poco quedaba de la bondad que pude haber tenido cuando aún pertenecía a mi tribu.
Ranta... Me había llamado Ranta, insistió una vocecita en mi mente. Esa mencion saco a flote de nuevo el sueño de aquella noche. Instintivamente mis manos se convirtieron en puños para contener mi ira. No era una Ranta. Yo pertenecía a un Mirie Kitade, por más que ellos hubieran renegado de mi. Yo no era un Ranta...
Mi mano salió volando, agarrando su hombro fuertemente.
- Vuelve a llamarme Ranta y te juro por todas las almas que habitan en Nasandra que te arranco la cola de cuajo en menos de lo que tardas en parpadear, Giz - le dije dandole la vuelta, bruscamente, para imponerle mi forma amenazante - Se que mis siguientes palabras serán una pérdida inutil de saliva, como lo fueron aquella vez que intenté haceros ver, pero no soy un Ranta y nunca lo fui. Puede que mi comportamiento sea un tanto violento después de vivir tantos años en el desierto sola por vosotros, pero jamás he comido ni he robado ningún Nasen o un cuerpo de algún altar y aún sigo conserbando mi cola.
Me alejé de él mientras le daba la espalda, intentando tranquilizarme. No sería nada productivo meterle una daga en pleno pecho. Eso más que ayudarme me ganaría la enemistad de unos cuantos humanos con lo que me ganaría otro destierro, pese que me ayudaría a desahogarme.
- Jamás imaginé que me recibierais con los brazos abiertos, es por eso que vine aquí, al lugar al que realmente pertenezco, pero eso no quiere decir que me arrastraré a tus pies en busca del perdón por algo que no hice o por una aceptación que me negasteis. Tengo mi orgullo, aunque no lo creas - le miré a la cara -. Pero tranquilo, seguramente no tendrás que verme por mucho más tiempo. Cuando tenga una oportunidad me iré a la otra torre con los humanos que deseen ir conmigo. Así, ni uno ni la otra deberemos de soportarnos más de lo establecido - ahora fui yo quien comenzó a bajar las escales -. Y este será un nuevo mundo, pero sigo pensando que puedes meterte donde te quepa tu misericordia o reserbárselo a alguien que lo desee, yo no, hace mucho que dejé de esperarlo.
Ranta... Me había llamado Ranta, insistió una vocecita en mi mente. Esa mencion saco a flote de nuevo el sueño de aquella noche. Instintivamente mis manos se convirtieron en puños para contener mi ira. No era una Ranta. Yo pertenecía a un Mirie Kitade, por más que ellos hubieran renegado de mi. Yo no era un Ranta...
Mi mano salió volando, agarrando su hombro fuertemente.
- Vuelve a llamarme Ranta y te juro por todas las almas que habitan en Nasandra que te arranco la cola de cuajo en menos de lo que tardas en parpadear, Giz - le dije dandole la vuelta, bruscamente, para imponerle mi forma amenazante - Se que mis siguientes palabras serán una pérdida inutil de saliva, como lo fueron aquella vez que intenté haceros ver, pero no soy un Ranta y nunca lo fui. Puede que mi comportamiento sea un tanto violento después de vivir tantos años en el desierto sola por vosotros, pero jamás he comido ni he robado ningún Nasen o un cuerpo de algún altar y aún sigo conserbando mi cola.
Me alejé de él mientras le daba la espalda, intentando tranquilizarme. No sería nada productivo meterle una daga en pleno pecho. Eso más que ayudarme me ganaría la enemistad de unos cuantos humanos con lo que me ganaría otro destierro, pese que me ayudaría a desahogarme.
- Jamás imaginé que me recibierais con los brazos abiertos, es por eso que vine aquí, al lugar al que realmente pertenezco, pero eso no quiere decir que me arrastraré a tus pies en busca del perdón por algo que no hice o por una aceptación que me negasteis. Tengo mi orgullo, aunque no lo creas - le miré a la cara -. Pero tranquilo, seguramente no tendrás que verme por mucho más tiempo. Cuando tenga una oportunidad me iré a la otra torre con los humanos que deseen ir conmigo. Así, ni uno ni la otra deberemos de soportarnos más de lo establecido - ahora fui yo quien comenzó a bajar las escales -. Y este será un nuevo mundo, pero sigo pensando que puedes meterte donde te quepa tu misericordia o reserbárselo a alguien que lo desee, yo no, hace mucho que dejé de esperarlo.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Personajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
14/11/11, 08:38 pm
Una vez Alicia fue voluntaria para cocinar la guie hasta la cocina, por el camino pude ver tanto a Cail como al otro reptil cuyo nombre desconocia subiendo las escaleras, aunque al ser reptiles era diferentes de nosotros y no podia entender sus expresiones algo me decia que no hablaban de nada bueno y menos de algo que me incumbiera, asi que no les dije nada.
-Aqui es-dije
Mire a mi alrededor, habia una gran cantidad de utensilios que podiamos utilizar, me esperaba menos.
Alicia se puso a cocinar cortando carne, yo queria ayudar aunque no habia cocinado en la vida tenia que aprender...asi que me puse a cortar carne como ella, eso lo podia hacer, por ll demas simplemente me fije en como hacia la comida y le entregue los utensilios si los pedia,asi la proxima vez a lo mejor lo podria hacer solo.
-¿Ya esta?-pregunte
Asi era, pusimos la comida en los platos y despues de repartirla nos pusimos a comer
Ante la pregunta de Alicia respondi, esta vez seguro.
-Yo quiero explorar, pero deberiamos prepararnos antes
Para sobrevivir en esta ciudad debiamos conocerla, como todo, y aunque en el fondo tuviera miedo debia esforzarme y mostrar valentia y seguridad, algo que me costaba mucho, nunca habia hablado y menos en publico, tampoco tenia seguridad en mi mismo, pero...si era por el bien de todos debia esforzarme.
-Aqui es-dije
Mire a mi alrededor, habia una gran cantidad de utensilios que podiamos utilizar, me esperaba menos.
Alicia se puso a cocinar cortando carne, yo queria ayudar aunque no habia cocinado en la vida tenia que aprender...asi que me puse a cortar carne como ella, eso lo podia hacer, por ll demas simplemente me fije en como hacia la comida y le entregue los utensilios si los pedia,asi la proxima vez a lo mejor lo podria hacer solo.
-¿Ya esta?-pregunte
Asi era, pusimos la comida en los platos y despues de repartirla nos pusimos a comer
Ante la pregunta de Alicia respondi, esta vez seguro.
-Yo quiero explorar, pero deberiamos prepararnos antes
Para sobrevivir en esta ciudad debiamos conocerla, como todo, y aunque en el fondo tuviera miedo debia esforzarme y mostrar valentia y seguridad, algo que me costaba mucho, nunca habia hablado y menos en publico, tampoco tenia seguridad en mi mismo, pero...si era por el bien de todos debia esforzarme.
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 04:40 pm
Noel cuenta detalladamente toda su aventura. Sinceramente, prefiero no haber vivido eso.
Y, cuando oigo hablar de comida, el estómago me gruñe con fuerza. Mark reparte la comida, y habla sobre una cocina que encontró... Mientras Mark y Alicia se encaminan hacia allí, cuento los montones que ha hecho el chico.
Vaya, aquí falta alguien...
Vale, acabo de caer. ¡Alphonse! Lo último que vi fue como bajaba al sótano, y después de eso... Debo admitir que no recuerdo mucho más.
Quizás por el hambre, que me debilita, siento por primera vez que debo hacer algo. Ir a buscarle.
Desciendo en silencio, dejando que mi vista se acostumbre a la penumbra. Entonces, lo veo al fondo, sentado aparatosamente entre un montón de chismes. Vaya, parece que no pueda ni mantenerse en pie...
¿Qué ha estado haciendo durante todo este tiempo?
- Te has puesto perdido -digo, encogiéndome de hombros, mientras me vuelvo. Luego me doy cuenta de que no me sigue-. Anda, vamos.
Cuando lo contemplo más atentamente, veo que realmente está de pena. Me acerco a él, refunfuñando, y apenas consciente de lo que hago, paso uno de sus brazos sobre mis hombros, y, aunque tambaleándonos, consigo que lleguemos al final de la escalera.
Uf, huele realmente bien...
Ayudando a Alphonse a sentarse, voy a la cocina, en la que Alicia ha preparado varios platos de carne con verduras con una pinta deliciosa. Aunque, a decir verdad, incluso una cucaracha me pareceía deliciosa ahora.
Cojo uno de los platos, murmurando una palabra de agradecimiento. Entonces, me acuerdo de Alphonse, que apenas puede moverse. Vaya, asi que ahora me toca hacer de niñera... Finalmente, cojo un segundo plato.
-Es para Alphonse -aclaro, mientras salgo de allí.
Vaya, ¿qué narices hago dando explicaciones? Yo, precisamente yo...
Simplemente, ahora no tengo muchas ganas de pelear. Le doy un plato a Alphonse, y me siento en el lado opuesto, con la espalda apoyada contra la pared.
Entonces, comienzo a devorar todo a una velocidad que creía imposible.
Y, cuando oigo hablar de comida, el estómago me gruñe con fuerza. Mark reparte la comida, y habla sobre una cocina que encontró... Mientras Mark y Alicia se encaminan hacia allí, cuento los montones que ha hecho el chico.
Vaya, aquí falta alguien...
Vale, acabo de caer. ¡Alphonse! Lo último que vi fue como bajaba al sótano, y después de eso... Debo admitir que no recuerdo mucho más.
Quizás por el hambre, que me debilita, siento por primera vez que debo hacer algo. Ir a buscarle.
Desciendo en silencio, dejando que mi vista se acostumbre a la penumbra. Entonces, lo veo al fondo, sentado aparatosamente entre un montón de chismes. Vaya, parece que no pueda ni mantenerse en pie...
¿Qué ha estado haciendo durante todo este tiempo?
- Te has puesto perdido -digo, encogiéndome de hombros, mientras me vuelvo. Luego me doy cuenta de que no me sigue-. Anda, vamos.
Cuando lo contemplo más atentamente, veo que realmente está de pena. Me acerco a él, refunfuñando, y apenas consciente de lo que hago, paso uno de sus brazos sobre mis hombros, y, aunque tambaleándonos, consigo que lleguemos al final de la escalera.
Uf, huele realmente bien...
Ayudando a Alphonse a sentarse, voy a la cocina, en la que Alicia ha preparado varios platos de carne con verduras con una pinta deliciosa. Aunque, a decir verdad, incluso una cucaracha me pareceía deliciosa ahora.
Cojo uno de los platos, murmurando una palabra de agradecimiento. Entonces, me acuerdo de Alphonse, que apenas puede moverse. Vaya, asi que ahora me toca hacer de niñera... Finalmente, cojo un segundo plato.
-Es para Alphonse -aclaro, mientras salgo de allí.
Vaya, ¿qué narices hago dando explicaciones? Yo, precisamente yo...
Simplemente, ahora no tengo muchas ganas de pelear. Le doy un plato a Alphonse, y me siento en el lado opuesto, con la espalda apoyada contra la pared.
Entonces, comienzo a devorar todo a una velocidad que creía imposible.
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 05:05 pm
El otro lagarto, debía preguntarle su nombre en cuanto tuviese la ocasión, aplaude mi improvisado recuento de la historia y Alicia realiza un comentario que me hace reír.
-Yo suerte que no soy demasiado escrupuloso a la hora de comer tras haber presenciado algo asqueroso, que sino... -comento.
El lagarto nos habla sobre nuestras "compañeras" de torreón, lo cual llama podersoamente mi atención. Manifiesta su interés por llevarnos bien con ellos y anuncia que va a alimentarlos mientras preparamos la comida. Por un momento me siento tentado de acompañarle y doy un paso al frente en ademán de decirle algo... Pero entonces me doy cuenta de que le hace una especie de gesto a Caillech. Me detengo en seco... quizás quiera hablar con ella y no creo que le gusten los oídos indiscretos. Recuerdo entonces algo que nos contó Caillech en el torreón... en aquel momento estaba bastante cansado y no presté demasiada atención pero, ¿no había dicho algo de su expulsión de la tribu? Bien, ahora me picaba la curiosidad pero tenía suficiente cabeza como para no intentar espíarles. Además no quería que Cai se enfadase conmigo... me caía bien. Sonreí al pensar que el terror inicial que sentí por los de su especie se había desvanecido con bastante rapidez. Ahora sólo quería aprender más de ellos pues me fascinaba bastante lo poco que pude intuír de su cultura y sus costumbres por los retazos que había relatado Caillech.
Así pues, decido acompañar a Mark y Alicia a la cocina que dicen haber encontrado. No tenía ni idea de cocinar pero si iba a tener que vivir en un sitio así quien sabe cuánto tiempo estaría bien empezar a aprender alguna cosa... Observo detenidamente como Alicia prepara un trozo de carne, no podía estar seguro de llamarle filete o algo semejante, quien sabe que sería aquello realmente. Trato de ayudar en lo que puedo aunque no es gran cosa. Aprovecho para dejar la caja de cerillas por la estancia, pues de pronto recuerdo que aún sigue en mi bolsillo. La comida huele muy bien y al introducirse por mi nariz acrecenta mi sensación de hambre.
Mark y yo estábamos poniendo la mesa cuando entran primero Deianira, quien se apresura a tomar asiento en la mesa, y poco después Hannah junto con Alphonse. Este último no tiene muy buen aspecto, está lleno de grasa y bastante desaliñado. Me llama la atención lo tranquila que parece Hannah esta mañana, sin embargo decido no comentar nada.
-¿Qué te ha pasado, Alphonse? -pregunto con curiosidad.
Nos sentamos a comer y pronto los platos vacíos se acumulan.
-Esto sí es comida y no muslos de ratas mugrientas. Gracias, Alicia, por este pequeño banquete.
Sin duda en Rocavarancolia aquello podría considerarse una especie de banquete... Al menos no tendríamos que volver a comer ratas si nos seguían enviando comida diariamente.
Alicia nos formula una pregunta.
-Yo estoy dispuesto, contad conmigo si queréis salir a explorar... Aunque quizás hoy debamos descansar un poco y explorar más a fondo este torreón que también es necesario, pero si decidís salir voy con vosotros.
Nota: no hace falta que de ahora en adelante vayamos a la fuente porque en el torreón hay un pozo, alguien debería decirlo en algún momento.
-Yo suerte que no soy demasiado escrupuloso a la hora de comer tras haber presenciado algo asqueroso, que sino... -comento.
El lagarto nos habla sobre nuestras "compañeras" de torreón, lo cual llama podersoamente mi atención. Manifiesta su interés por llevarnos bien con ellos y anuncia que va a alimentarlos mientras preparamos la comida. Por un momento me siento tentado de acompañarle y doy un paso al frente en ademán de decirle algo... Pero entonces me doy cuenta de que le hace una especie de gesto a Caillech. Me detengo en seco... quizás quiera hablar con ella y no creo que le gusten los oídos indiscretos. Recuerdo entonces algo que nos contó Caillech en el torreón... en aquel momento estaba bastante cansado y no presté demasiada atención pero, ¿no había dicho algo de su expulsión de la tribu? Bien, ahora me picaba la curiosidad pero tenía suficiente cabeza como para no intentar espíarles. Además no quería que Cai se enfadase conmigo... me caía bien. Sonreí al pensar que el terror inicial que sentí por los de su especie se había desvanecido con bastante rapidez. Ahora sólo quería aprender más de ellos pues me fascinaba bastante lo poco que pude intuír de su cultura y sus costumbres por los retazos que había relatado Caillech.
Así pues, decido acompañar a Mark y Alicia a la cocina que dicen haber encontrado. No tenía ni idea de cocinar pero si iba a tener que vivir en un sitio así quien sabe cuánto tiempo estaría bien empezar a aprender alguna cosa... Observo detenidamente como Alicia prepara un trozo de carne, no podía estar seguro de llamarle filete o algo semejante, quien sabe que sería aquello realmente. Trato de ayudar en lo que puedo aunque no es gran cosa. Aprovecho para dejar la caja de cerillas por la estancia, pues de pronto recuerdo que aún sigue en mi bolsillo. La comida huele muy bien y al introducirse por mi nariz acrecenta mi sensación de hambre.
Mark y yo estábamos poniendo la mesa cuando entran primero Deianira, quien se apresura a tomar asiento en la mesa, y poco después Hannah junto con Alphonse. Este último no tiene muy buen aspecto, está lleno de grasa y bastante desaliñado. Me llama la atención lo tranquila que parece Hannah esta mañana, sin embargo decido no comentar nada.
-¿Qué te ha pasado, Alphonse? -pregunto con curiosidad.
Nos sentamos a comer y pronto los platos vacíos se acumulan.
-Esto sí es comida y no muslos de ratas mugrientas. Gracias, Alicia, por este pequeño banquete.
Sin duda en Rocavarancolia aquello podría considerarse una especie de banquete... Al menos no tendríamos que volver a comer ratas si nos seguían enviando comida diariamente.
Alicia nos formula una pregunta.
-Yo estoy dispuesto, contad conmigo si queréis salir a explorar... Aunque quizás hoy debamos descansar un poco y explorar más a fondo este torreón que también es necesario, pero si decidís salir voy con vosotros.
Nota: no hace falta que de ahora en adelante vayamos a la fuente porque en el torreón hay un pozo, alguien debería decirlo en algún momento.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 06:39 pm
Pronto todos estuvieron sentados a la mesa, incluida la niña llamada Deianara que parecía tan rara. Alphonse estaba sucio y sin fuerzas, Hannah incluso le había acercado la comida ella. Noel le preguntó qué había pasado, y despues de que le contestase, respondió la pregunta formulada por Alicia. Mark también se había mostrado de acuerdo con buscar las otras bañeras, y ella aclaró:
- No pensaba en hoy. Estoy de acuerdo con Noel en que lo mejor será descansar.
«Mis planes de exploración de hoy se limitarán al torreón. Seguro que todavía hay varias cosas interesantes que descubrir acerca de este edificio»
- No pensaba en hoy. Estoy de acuerdo con Noel en que lo mejor será descansar.
«Mis planes de exploración de hoy se limitarán al torreón. Seguro que todavía hay varias cosas interesantes que descubrir acerca de este edificio»
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 07:27 pm
Escucho con atención lo que Caillech cuenta, intentando mantener un gesto impasible, casi de indiferencia. Aunque realmente ha conseguido hacerme dudar, ya no sé si realmente fue echada de la tribu por lo que hizo o por lo que pareció. Yo era algo pequeño y no pinté nada en la resolución de echarla. Sin embargo, se supone que la tribu es una tribu noble y sensata. ¿Por qué habrían de tomar tal decisión ante tan solo unas dudas? ¿No habrían intentado averiguar primero si de verdad llegó a tocar los Nasen?. <<Estarás contenta, has conseguido que dude incluso de mi tribu>>, pienso incapaz de echárselo en cara en voz alta. Solo pensar que de verdad había sido un malentendido y que por ello se ha tenido que valer por si sola me apena. No solo por ella, sino porque tal vez tenía la tribu y todo lo que la rodeaba bastante idealizado. Tanto que no me atrevo a expresar las dudas en voz alta. Al contrario...
-Pues el mal genio que tienes parece más Ranta que Mirie Kitade, Cail-digo intentando sonar firme-. En fin... Me da igual tu actitud, lo de la segunda oportunidad no es algo que puedas elegir, de hecho, se podría decir que soy yo quien se está tomando esa segunda oportunidad en conocer como eres realmente... Tú haz lo que quieras-hago todo lo posible por que mi voz suene todo lo amable posible y la dejo marchar, quedándome varado en el sitio, con la mirada perdiéndose en el nido de nuestros anfitriones. Me apoyo a la pared y me escurro hasta sentarme en el suelo, para situarme al mismo nivel que mis ánimos en este momento.
-Pues el mal genio que tienes parece más Ranta que Mirie Kitade, Cail-digo intentando sonar firme-. En fin... Me da igual tu actitud, lo de la segunda oportunidad no es algo que puedas elegir, de hecho, se podría decir que soy yo quien se está tomando esa segunda oportunidad en conocer como eres realmente... Tú haz lo que quieras-hago todo lo posible por que mi voz suene todo lo amable posible y la dejo marchar, quedándome varado en el sitio, con la mirada perdiéndose en el nido de nuestros anfitriones. Me apoyo a la pared y me escurro hasta sentarme en el suelo, para situarme al mismo nivel que mis ánimos en este momento.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 07:44 pm
Llego por fin al edificio. Un buen rato antes había visto entrar a aquel grupo de chicos con la comida, así que supuse que todavía seguían dentro. Creo que me voy a quedar esperando fuera, principalmente porque no tengo ganas de conocer a nadie y hacerme el amigable.
Ojalá salgan pronto de ese sitio, o si no me va a tocar entrar a mi. Me siento en el suelo y me pongo a jugar con mi cuchillo, clavandómelo en los brazos, a ver hasta donde soporto el dolor que recorre mis extremidades, mientras cavilo si es buena idea presentarme a unos desconocidos. No los necesito. ¿O sí? He pasado las dos últimas noches intentando no cerrar los ojos, y no lo he conseguido y no he comido más que unos pocos de esos animalitos grises y con cola.
-Está claro que los necesitas, estúpido. ¿O acaso quieres morir? -me susurro a mi mismo.
No, claro que no voy a morir. Si muero, no será porque me mate el hambre, el sueño o la sed.
-Entérate, ciudad apestosa. Sezk ha llegado y no va a morir haciendo el ridículo.
Ojalá salgan pronto de ese sitio, o si no me va a tocar entrar a mi. Me siento en el suelo y me pongo a jugar con mi cuchillo, clavandómelo en los brazos, a ver hasta donde soporto el dolor que recorre mis extremidades, mientras cavilo si es buena idea presentarme a unos desconocidos. No los necesito. ¿O sí? He pasado las dos últimas noches intentando no cerrar los ojos, y no lo he conseguido y no he comido más que unos pocos de esos animalitos grises y con cola.
-Está claro que los necesitas, estúpido. ¿O acaso quieres morir? -me susurro a mi mismo.
No, claro que no voy a morir. Si muero, no será porque me mate el hambre, el sueño o la sed.
-Entérate, ciudad apestosa. Sezk ha llegado y no va a morir haciendo el ridículo.
No me saqéis de quicio.... U os mataré y me comeré vuestro páncreas.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
15/11/11, 08:11 pm
¿Que tenía el genio de un Ranta? Mis puños se apretaron tan fuertemente que mis garras se clavaron en mi palma. Tranquilízate, me dije a mi misma, no le des más oportunidades para hacerle creer que eres uno de aquellos horribles seres. Aunque lo que más deseaba era darle una buena bofetada que reharía la cara como mínimo por volver a mencionar ese horrible nombre, me contuve. No fue fácil, pero lo hice, pues yo no era un Ranta ni lo sería jamás.
Hacía años no habría tenido que intentar refrenar mi mal genio, pues no existía. Aún recuerdo una época en la que fui una persona completamente diferente, una persona amable y abierta que era todo dulzura. Era un modelo a seguir. Pero eso fue en otra época, en otra vida. Esa persona murió el mismo día que su tribu la desterró por miedo a lo que pudiera ser y nací yo, alguien completamente opuesto a su antigua versión.
Negué con la cabeza. Estos pensamientos no ayudaban en nada, debía centrarme en otra cosa.
- Si quieres desperdiciar esa segunda oportunidad con alguien que crees que es un Ranta, haya tú, es tu tiempo el que pierdes, no el mío - me encogí de hombros - Solo espero que no te interpongas en mi camino o empieces a airear trapos sucios, no lo vería con buenos ojos ese tipo de acciones, ¿estamos? - la amenaza estaba implícita en mis palabras. Por alguna razón me sentía de lo más defensiva cerca de él, como si tuviera que defenderme constantemente. Era posible que ese sentimiento fuera porque sabía de mi pasado y podía tirar al traste todo lo que había conseguido por ahora aquí. Si, debía de ser por eso, ¿verdad?
Bajé a la planta donde los demás se encontraban comiendo la comida que alguno de ellos había preparado de un humor pésimo mientras dejaba a Giz detrás mío. No me quedé a comer con los demás, no estaba para reuniones sociales en esos momentos. Sabía que de quedarme saltaría sobre alguien a la mínima que me molestara y eso no era nada productivo. Ya habían comenzado a confiar en mi persona algunos de ellos y un ataque asi, pese a ser solo verbal nos volvería al punto de partida, sin aliados que pudieran ayudarme a sobrevivir en este mundo. No, el mejor plan en esos momentos era alejarme de todos ellos por un momento, hasta que estuviese más tranquila.
- Me voy a tomar un poco el viento, ahora vuevo - informé antes de salir de allí precipitadamente.
No tenía mucha hambre después de la conversación y por haber comido de ayer, pero me obligué a terminarlo todo, sin dejar nada, mientras salía del edificio. El alimento era muy importante y jamás debía desperdiciarse nada. Casi conseguí atragantarme con el último cacho al ver una figura afuera. Abrí y cerré repetidamente los ojos. Me pellizqué a mi misma tan fuertemente que dolió. Y froté más de una vez mis ojos a la espera de que fuera un sueño. Pero la imagen que veía o ese olor que desprendía no se desvaneció en ningún momento. Aún así no quería creerlo, no podía serlo. Primero el sueño con uno de ellos, después la conversación con Giz porque creía que yo era uno y luego esto. Era demasiado hasta para alguien como yo.
- Ranta... - fue lo único que pude decir mientras mis manos iban a mis dagas, preparada para todo.
Hacía años no habría tenido que intentar refrenar mi mal genio, pues no existía. Aún recuerdo una época en la que fui una persona completamente diferente, una persona amable y abierta que era todo dulzura. Era un modelo a seguir. Pero eso fue en otra época, en otra vida. Esa persona murió el mismo día que su tribu la desterró por miedo a lo que pudiera ser y nací yo, alguien completamente opuesto a su antigua versión.
Negué con la cabeza. Estos pensamientos no ayudaban en nada, debía centrarme en otra cosa.
- Si quieres desperdiciar esa segunda oportunidad con alguien que crees que es un Ranta, haya tú, es tu tiempo el que pierdes, no el mío - me encogí de hombros - Solo espero que no te interpongas en mi camino o empieces a airear trapos sucios, no lo vería con buenos ojos ese tipo de acciones, ¿estamos? - la amenaza estaba implícita en mis palabras. Por alguna razón me sentía de lo más defensiva cerca de él, como si tuviera que defenderme constantemente. Era posible que ese sentimiento fuera porque sabía de mi pasado y podía tirar al traste todo lo que había conseguido por ahora aquí. Si, debía de ser por eso, ¿verdad?
Bajé a la planta donde los demás se encontraban comiendo la comida que alguno de ellos había preparado de un humor pésimo mientras dejaba a Giz detrás mío. No me quedé a comer con los demás, no estaba para reuniones sociales en esos momentos. Sabía que de quedarme saltaría sobre alguien a la mínima que me molestara y eso no era nada productivo. Ya habían comenzado a confiar en mi persona algunos de ellos y un ataque asi, pese a ser solo verbal nos volvería al punto de partida, sin aliados que pudieran ayudarme a sobrevivir en este mundo. No, el mejor plan en esos momentos era alejarme de todos ellos por un momento, hasta que estuviese más tranquila.
- Me voy a tomar un poco el viento, ahora vuevo - informé antes de salir de allí precipitadamente.
No tenía mucha hambre después de la conversación y por haber comido de ayer, pero me obligué a terminarlo todo, sin dejar nada, mientras salía del edificio. El alimento era muy importante y jamás debía desperdiciarse nada. Casi conseguí atragantarme con el último cacho al ver una figura afuera. Abrí y cerré repetidamente los ojos. Me pellizqué a mi misma tan fuertemente que dolió. Y froté más de una vez mis ojos a la espera de que fuera un sueño. Pero la imagen que veía o ese olor que desprendía no se desvaneció en ningún momento. Aún así no quería creerlo, no podía serlo. Primero el sueño con uno de ellos, después la conversación con Giz porque creía que yo era uno y luego esto. Era demasiado hasta para alguien como yo.
- Ranta... - fue lo único que pude decir mientras mis manos iban a mis dagas, preparada para todo.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
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