Torreón Sendar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Sendar
19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
- Recetario integral de Persilia Sukaldaria:
- RECETARIO INTEGRAL DE PERSILIA SUKALDARIA
Libro de unas 150 páginas encuadernado en cuero. El título está escrito con letras cursivas y enrevesadas y un poco de relieve que ocupan toda la cubierta, donde no hay ninguna ilustración. En la parte trasera hay una sinopsis escrita en un recuadro decorado.
Sinopsis
¿Aburrido de cocinar siempre lo mismo? Adéntrate en mi recetario integral, donde he volcado años de experimentación combinando las delicias de todos los mundos conocidos. Entrantes, picoteo, postres y todo tipo de platos tradicionales con una vuelta de tuerca… ¡las mezclas de sabores nunca vistas conquistarán tu paladar y el de tus comensales!
Más de 100 increíbles recetas.
¡Incluye un anexo de venenos que se camuflarán perfectamente en tus platos y un grimorio de cocina con los hechizos imprescindibles para cualquier chef!
Anexo
LOS VENENOS MÁS DISCRETOS
Tanto si quieres provocar una diarrea como si tienes más interés en matar a comensales indeseados (…) este anexo imprescindible en cualquier recetario que se precie (…).
(La página está rota y, el resto de este anexo, arrancado).
GRIMORIO DE COCINA DE PERSILIA SUKALDARIA
Todo cocinero debe dominar estos hechizos, a los que he hecho referencia a lo largo del recetario. Descubre conmigo cómo realizarlos si todavía no los conocías.- Leyenda de colores y niveles:
- Mago
Brujo alto
Brujo bajo
• ¿Tienes carnes difíciles de cortar y despiezar? Prueba con el hechizo de corte.- Instrucciones:
- Corte: invoca un diminuto filo invisible de ondas que hace un corte en la superficie señalada. Hay muchas variaciones de este hechizo que, a altos niveles, permiten hacer cortes enormes o en profundidad. Un brujo bajo suele ser capaz de hacer rasguños en carne desprotegida o tallar madera. Un brujo medio podría cortar madera, arañar metal o hacer cortes superficiales en carne desprotegida. Mientras que un cosechado nivel mago podría hacer arañazos más profundos en el metal o tajos sobre carne.
Como hechizo físico que es, sus efectos dependen de la dureza y resistencia del material objetivo.
Lanzamiento a ojo, los gestos de la mano delimitando la dirección de los cortes. Conjuración rápida.
• ¡Con el hechizo de homogeneización no vuelvas a dejarte los brazos batiendo!- Instrucciones:
- Hechizo de homogeneización (*): hechizo que acelera la homogeneización de un líquido, suele aparecer un pequeño torbellino. En su defecto, implica que el líquido dé vueltas.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• No encontrarás nada más rápido para encender el fuego que esto: hechizo de invocar llamas.- Instrucciones:
- Invocar llamas (**): Un brujo bajo puede hacer algunos chispazos y llamas de vela (*). Un brujo alto puede invocar llamas ligeramente más grandes que las de vela que, si es hábil o controla bien el hechizo, puede manejar con las manos sin que le quemen (**). Un mago puede encender hogueras pequeñas en poco tiempo e invocar fuegos de antorcha (***).
Importante: Estas llamas no pueden arrojarse como proyectiles ya que necesitan sustentarse o bien en la magia de quien las invoca o bien en un combustible (madera, grasa...) y si se alejan demasiado del invocador y carecen de combustible, se apagan. Sin embargo pueden usarse como arma de corta distancia.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida.
• También es importante conocer estas soluciones para medir la temperatura, la concentración de sal, la presión dentro de la olla, la densidad de un líquido o el tiempo hasta que esté listo tu plato:- Instrucciones:
- Hechizos medidores de magnitudes sencillas: forman una pequeña esfera fantasma que cambia de color según la intensidad de la magnitud a medir. Son diferentes variedades de un mismo hechizo que permiten medir la temperatura, la presión, la densidad de un material, el tiempo (para lo que hacen falta conocimientos adicionales y nivel de brujo alto para configurar el medidor), o la concentración de un determinado soluto (posible a niveles a partir de brujo alto).
Si una esfera no está configurada, ésta tenderá a habituarse a la cantidad de magnitud a la que esté expuesta y la establecerá como su nuevo punto de equilibrio, asociándola con el color intermedio.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida-media.
• La solución más rápida para calentar o enfriar tus platos rápidamente es, sin duda, el hechizo térmico.- Instrucciones:
- Térmico: aumenta o disminuye notablemente la temperatura de un objeto de tamaño pequeño (*). Con práctica pueden limitarse esos cambios a una dirección controlada por el mago (chorros de calor, [**]). Puede anclarse a una sala concreta, creando una cámara frigorífica (***): no obstante es necesario repetir varias veces el hechizo si se quiere usar una habitación como congelador ya que este hechizo supone solamente un descenso térmico. Van de fuera a dentro.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida-media.
• ¿Quieres catar la comida solo con el aroma? ¿Estás en otra habitación y necesitas saber que no se te esté pasando la comida? El hechizo de amplificación sensorial del olfato es un aliado imprescindible.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial olfativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores nasales. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• O, si quieres disfrutar de la comida como nunca, prueba esta otra variante: el hechizo de amplificación sensorial del gusto.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial gustativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores del gusto. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• ¿Te ha quedado muy aguada la comida? ¿Has echado demasiada agua a esa sopa? No te preocupes, ¡hay solución! ¡El hechizo de drenaje!- Instrucciones:
- Hechizo de drenaje: deseca superficies húmedas, evaporándolas o más comúnmente trasladando dicha humedad a otro recipiente deseado succionándola. Es un hechizo simple en su formulación pero con amplia variabilidad de potencia: puede secar desde un dedal de agua a un lago según la energía que aportes. (disponible a cosechados hasta el límite de sus fuerzas).
Lanzamiento por área. Conjuración rápida.
• ¿El aspecto de tu comida no es el que esperabas? ¿Quieres un resultado digno de reyes? Emplata como un profesional con el moldeado de materia orgánica.- Instrucciones:
- Moldear materia orgánica (**): el hechizo reblandece la materia al contacto con la piel del usuario, dejándola así por un tiempo. Sin embargo no altera su naturaleza, lo que moldees seguirá siendo lo que era aunque cambie de forma.
Lanzamiento por contacto, a ojo en el caso de hechiceros más experimentados. Conjuración rápida-media.
• Si el anterior era una maravilla infravalorada, este es una verdadera joya infravalorada. ¡Olvídate de desastres y queda bien siempre con tus invitados con el Nudo de Cerática!- Instrucciones:
- Nudo de Cerática (*): ¿harto de que se le desmoronen los sándwiches de más de dos pisos? ¿Cansado de que, al cortar una tarta, la mitad de la nata que la rellena se salga por los lados? ¡No se preocupe más! El Nudo de Cerática tiene la solución. Con este simple hechizo, podrá hacer una hamburguesa de diez pisos, luego cortarla en rodajas perfectas, ¡y hacerse un bocadillo de hamburguesa! El Nudo de Cerática lo mantiene todo en su sitio perfectamente. ¿Los sanjacobos le estallan llenándole el plato de queso? ¿Teme morder un taco por miedo a llenarse el regazo de salsa picante? ¡Se acabó, gracias al Nudo de Cerática! ¡No me puedo creer que no sea una variación del hechizo tapón!
El Nudo de Cerática se anula al cortar rodajas o mordiscos lo suficientemente finos, o con los ácidos gástricos. Cuesta más cuanto más endeble, complejo y líquido sea su sándwich.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• ¿A tu comida le falta esa chispa de color que hace que se coma con los ojos? ¿O quieres darle un toque exótico? Si no tienes colorantes alimentarios a mano, el hechizo de cambio de color será tu mejor aliado.- Instrucciones:
- Cambio de color: hechizo que sirve para colorear materia. No se limita a aplicar una capa de color externa o modificar el color de la superficie, sino que cambia el propio color que posee un material, dejando una pequeña huella mágica reconocible mediante hechizos específicos. Se puede graduar: aplicar colores diferentes (en todos los sentidos), hacerlo uniforme, solo en cierta parte del material, etc.
- Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
- Los cosechados nivel mago pueden modificar completamente el tono (aunque todavía quedará algún matiz del antiguo). Con esfuerzo puede aprender a aplicar leves matices y gradaciones no muy extremas. Necesitan (*****) para objetos grandes.
- A partir del nivel moderado bajo se pueden aplicar colores y gradaciones sin límite en cualquier objeto, costando más energía y concentración cuanto mayor sea el tamaño de la cosa en cuestión y cuandos más colores y matices quieran usarse.
Lanzamiento a ojo. Conjuración media a larga (dependiendo de las cláusulas que tenga). - Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
• ¿Le falta aroma a tu plato? ¿O tienes algún ingrediente que ocultar a tus comensales? Mejora o altera las propiedades organolépticas de la comida con el hechizo de olor falso.- Instrucciones:
- Hechizo de olor falso (*): El hechicero que lo realice puede hacer que aquello que toque desprenda un olor que tiene que ser muy familiar para aquel que realiza el hechizo. El coste aumenta a medida que aumenta el área afectada por el hechizo. El olor se va de golpe a los tres días. Más convincente será el engaño cuanto con más detalle lo recuerde el mago, aunque hay que tener en cuenta que el olor resultante puede verse afectado por la subjetividad del que realice el hechizo, al basarse en sus recuerdos al fin y al cabo.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
• ¿Harto de que se te derramen líquidos en la cocina? Hechiza tus recipientes con la maravilla infravalorada que es el hechizo tapón.- Instrucciones:
- Hechizo tapón (*): hechizo que impide que un líquido se derrame de su recipiente.
Lanzamiento por área, aplicado generalmente a la boca del recipiente. Conjuración muy rápida.
• ¿Tienes las manos de mantequilla? Literal, o figuradamente. ¡Endurece tus tarros de cristal con la protección contra ruptura!- Instrucciones:
- Protección contra ruptura (**): aplicado a objetos frágiles, evita que se rompan con tanta facilidad. A más resistencia que se quiera incrementar y mayor la superficie del objeto encantado, más energía requiere.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración rápida-media.
• ¿Te has manchado cocinando? El hechizo de limpieza de ropas es la solución.- Instrucciones:
- Limpieza de ropas (**): elimina manchas, arrugas y limpia en general las prendas de ropa que desee el mago (es un agregado de varios hechizos unificados en uno solo).
Lanzamiento por anclaje. Conjuración muy rápida.
• O también, si sueles quemarte cocinando (a ti, o tus pertenencias), también tienes solución con el hechizo ignífugo.- Instrucciones:
- Hechizo ignífugo (**): encanta prendas de ropa, personas u objetos para que sean inmunes a fuego normal.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
- Grimorio para principiantes de Platero:
- Barrera de inercia:
- -Barrera de inercia: (***) de nombre engañoso (no es una barrera en absoluto) en el área delimitada impide que cualquier objeto o persona desprotegidos sean levantados del suelo, y que los atrae irremediablemente hacia el suelo si ya están en el aire. No obstante, también impide cualquier acción voluntaria que implique levantar ambos pies del suelo a la vez, como saltar o emprender el vuelo (se puede correr pero con más torpeza). Si se invoca mientras el objetivo está en el aire, al caer lo hará infaliblemente pies por delante.
Físico. Lanzamiento por área. No es inversible, lo que quiere decir que incluso el lanzador, si está en el área delimitada, se verá afectado. Conjuración media.
- Campo de fuerza:
- -Campo de fuerza (** el espacio para una persona, una campana grande ***, el espacio equivalente a una habitación ****): en forma de media esfera (con una especificación puede formar una esfera completa) bloquea proyectiles de tamaño considerable como si éstos hubieran chocado ante una barrera invisible, en un radio variable según la destreza del mago.
Físico. Inversible. Lanzamiento por área. Conjuración rápida-media.
- Curación nívea:
- -Curación nívea: (****) (utilizable cerca de la Luna Roja). Combate venenos que cursan con fiebre y repara quemaduras; actúa a modo de incentivo para que el organismo siga funcionando y reparándose a sí mismo. Evita que la sangre se coagule y que los órganos se colapsen, además de ejercer un efecto refrescante sobre el organismo en general. No obstante no puede mantener indefinidamente con vida a un moribundo: el organismo depende cada vez más de ese impulso artificial y usarlo en demasía puede provocar que si se le deja a solas empeore considerablemente.
Lanzamiento por área: se hace un barrido con la mano que abarca al área quemada o a la persona envenenada. Es necesario que se aplique sucesivas veces y con regularidad, del mismo modo que se debe renovar una cataplasma o emplasto.
Conjuración media-larga.
- Desvío:
- -Desvío (**, pero variable a más según la potencia de lo desviado): Interfiere en la trayectoria de un hechizo que ya haya sido lanzado. Requiere gestos intuitivos para desviar el encantamiento en una dirección u otra. Siempre requiere menos energía que bloquearlo o disolverlo, pero también reflejos. Si el hechizo es demasiado potente, probablemente no se podrá desviar lo suficiente o hacerlo requerirá demasiada energía. (El coste orientativo indicado arriba es el que ofrecerán unos hechizos ofensivos de potencia moderada en términos de cosechado: se han obviado los más débiles porque normalmente ésos no suelen constituir una verdadera amenaza, y los que les sean lanzados con verdaderas intenciones de daño les costarán más) Si se desvía a demasiada poca distancia el coste será prácticamente el mismo que el de bloquearlo: si se hace a distancia cercana pero prudencial (la típica en duelos de magia) una unidad menos, si se tiene cuidado de poner distancia de unos cuantos metros llegará a dos unidades menos.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
- Hechizo de impacto:
- -Hechizo de impacto: potente golpe mágico que actúa como una bola de demolición (***). Puede gradarse hacia abajo para actuar a modo de empujón de moderado (*) a potente (**).
Lanzamiento por disparo de alcance largo. Conjuración media.
- Levitación:
- -Levitación: un hechizo exigente mentalmente, cansa más de lo acostumbrado. Cuando una persona levita lo más normal es caminar sobre el aire; uno puede dejarse arrastrar simplemente por el hechizo sin moverse, pero la sensación de indefensión es mayor.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.- Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Brujos altos: Un baúl con poca práctica, una persona (***) con práctica.
- Magos: Una persona con algo de práctica, objetos muy pesados (****)con mucha práctica.
Si el objeto que levantado es un puñado de botones (los cuales entran en la categoría de objeto ligero) contarían como un solo asterisco. Lo que cuesta más es la concentración necesaria para mantener tantos objetos distintos en el aire a la vez. - Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Parálisis:
- -Parálisis (***): envuelve al objetivo en un aura azulada al lanzarlo. Sus efectos duran cerca de una hora si se aplica a una única persona. Inmoviliza por completo, y su coste aumenta proporcionalmente a lo voluminoso del objetivo.
Lanzamiento por disparo de alcance corto, por contacto o por área a varios objetivos. Conjuración media.
- Traspaso de energía:
- -Traspaso de energía: no un hechizo en sí, aunque necesita de un chispazo de magia para arrancar. No obstante la energía puede tomarse de alguien no mágico (los efectos se detallan en el post de Sistema de magia). El proceso es perceptible para ambas partes y puede gradarse a voluntad: no obstante si el traspaso de energía es excesivo por parte de la parte emisora y ésta se desmaya o pierde el conocimiento, el enlace entre ambas personas se rompe y el traspaso se interrumpe. Es el mecanismo de funcionamiento de muchos amuletos.
Lanzamiento por contacto. Conjuración muy rápida.
Notas:
-Este grimorio también contiene varios de los hechizos que también venían en el libro de cocina (corte, térmico...).
-También pueden aprender de él cómo anclar hechizos.
-A lo largo de los meses se irán traduciendo más hechizos y añadiéndolos a esta lista.
- Ver mensajes archivados:
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torreón Sendar
24/07/23, 09:43 am
Aquello era un caos. Prácticamente todo el mundo hablaba a la vez. Connor estaba acostumbrado a ese caos, se había criado con eso desde que era un niño, pero aún así se sintió lo bastante abrumado como para apretar el puño por estrés mientras terminaba de calentar el agua. Nada de lo que había ocurrido tenía sentido. Durante su simple tarea su mente era incapaz de pensar en otra cosa que no fueran aquellos tres seres monstruosos. ¿Volverían a encontrárselos de nuevo? Es cierto que no parecían tener mucho interés en ellos, pero aún así nunca se sabía.
El motero prefirió centrarse en ver cómo sus compañeros seguían ayudando a los heridos. Como por ejemplo buscando arriba trapos y jabón. Kalna empezó a explicar lo sucedido cuando Nohlem fue a la cocina y le preguntó por su estado. Tardó un momento en contestar, absorto como estaba. Pero finalmente fue consciente de que se dirigía a él y se giró hacia el felino.
-Si, joder... Estoy bien-. Le contestó mientras se aseguraba de ello. Que Nohlem le preguntara le hizo pensar que tenía un corte que no había visto, pero solo tenía arañazos leves en los brazos. Aunque quizás se refería a cómo estaba a nivel de ánimo. En cuyo caso estaba en la mierda.- Esas putas ratas... Parecían inofensivas, lo parecían.- Explicó el motero con el ceño fruncido y perdido en los recuerdos de lo que había pasado. Después señaló con la cabeza la maza que había dejado en la mesa.- Y si no llego a taparme con eso, ahora tendría una puta espina clavada en la cabeza... ¿Dónde cojones estamos?- Preguntó más para sí mismo, siendo más consciente todavía si cabe del problema en el que estaban. El segundo día en la ciudad y ya habían rozado la muerte... Desde luego tenían que pensar en algo si querían sobrevivir más de una jodida semana. Connor bufó resignado antes de volver a hablarle con tono cansado, con ganas de curar a sus compañeros y fumarse un puñetero cigarrillo. A ver si así se relajaba...- ¿Por aquí todo bien, joder?- Preguntó interesado el motero. Ahora sabían que había putos bichos sueltos por las calles, y no solo aquellos gusanos de la grieta. Así que sería una putada que algunos de esos jodidos monstruos merodearan por los alrededores.
Iría echando el agua calentada en los cuencos junto a Nohlem, mientras Ethan los iba mezclando con sal. El canadiense no tenía ni puta idea de para qué servía eso o la técnica con el azúcar, pero por eso mismo no hacía preguntas y se limitaba a ayudar en lo que pudiera. Asintió con la cabeza cuando el británico le preguntó si podía seguir con aquella tarea. Todo el mundo ayudaba en lo que podía, y el motero agradeció que al menos fueran capaces de coordinarse a pesar de lo que había ocurrido, él incluido. Mientras mezclaba el agua con sal su vista se posó en los dos críos y una vez más algo se le removió por dentro. Se sentía impotente con aquel tema, pero sabía que debía dejar a los críos solos en aquel momento. Como niños que eran puede que intentaran evadirse de aquella mierda. Y en el caso de que hubiera que animarlos sabía que había gente más capacitada y con más confianza con ellos para hacerlo.
Connor seguiría calentando el agua y cuando ésta estuviera lista mezclándola con sal, para luego ir repartiéndosela a los que se encargaban de curar a los heridos. Fuera del torreón y ajeno a ese caos se escucharía un grito, pero el canadiense no se percataria de ello.
El motero prefirió centrarse en ver cómo sus compañeros seguían ayudando a los heridos. Como por ejemplo buscando arriba trapos y jabón. Kalna empezó a explicar lo sucedido cuando Nohlem fue a la cocina y le preguntó por su estado. Tardó un momento en contestar, absorto como estaba. Pero finalmente fue consciente de que se dirigía a él y se giró hacia el felino.
-Si, joder... Estoy bien-. Le contestó mientras se aseguraba de ello. Que Nohlem le preguntara le hizo pensar que tenía un corte que no había visto, pero solo tenía arañazos leves en los brazos. Aunque quizás se refería a cómo estaba a nivel de ánimo. En cuyo caso estaba en la mierda.- Esas putas ratas... Parecían inofensivas, lo parecían.- Explicó el motero con el ceño fruncido y perdido en los recuerdos de lo que había pasado. Después señaló con la cabeza la maza que había dejado en la mesa.- Y si no llego a taparme con eso, ahora tendría una puta espina clavada en la cabeza... ¿Dónde cojones estamos?- Preguntó más para sí mismo, siendo más consciente todavía si cabe del problema en el que estaban. El segundo día en la ciudad y ya habían rozado la muerte... Desde luego tenían que pensar en algo si querían sobrevivir más de una jodida semana. Connor bufó resignado antes de volver a hablarle con tono cansado, con ganas de curar a sus compañeros y fumarse un puñetero cigarrillo. A ver si así se relajaba...- ¿Por aquí todo bien, joder?- Preguntó interesado el motero. Ahora sabían que había putos bichos sueltos por las calles, y no solo aquellos gusanos de la grieta. Así que sería una putada que algunos de esos jodidos monstruos merodearan por los alrededores.
Iría echando el agua calentada en los cuencos junto a Nohlem, mientras Ethan los iba mezclando con sal. El canadiense no tenía ni puta idea de para qué servía eso o la técnica con el azúcar, pero por eso mismo no hacía preguntas y se limitaba a ayudar en lo que pudiera. Asintió con la cabeza cuando el británico le preguntó si podía seguir con aquella tarea. Todo el mundo ayudaba en lo que podía, y el motero agradeció que al menos fueran capaces de coordinarse a pesar de lo que había ocurrido, él incluido. Mientras mezclaba el agua con sal su vista se posó en los dos críos y una vez más algo se le removió por dentro. Se sentía impotente con aquel tema, pero sabía que debía dejar a los críos solos en aquel momento. Como niños que eran puede que intentaran evadirse de aquella mierda. Y en el caso de que hubiera que animarlos sabía que había gente más capacitada y con más confianza con ellos para hacerlo.
Connor seguiría calentando el agua y cuando ésta estuviera lista mezclándola con sal, para luego ir repartiéndosela a los que se encargaban de curar a los heridos. Fuera del torreón y ajeno a ese caos se escucharía un grito, pero el canadiense no se percataria de ello.
- Trish
Ficha de cosechado
Nombre: Serena
Especie: Humana
Habilidades: Astucia, agilidad y habilidad manual
Re: Torreón Sendar
24/07/23, 08:12 pm
Una vez amontonados todos los trapos que había conseguido reunir, Serena se quedó en mitad del salón observando los rápidos movimientos de sus compañeros. Le hubiera gustado ayudar a atender a los heridos, pero el grupo que se había formado se estaba coordinando bastante bien y no parecía que necesitaran a más gente. Además, a pesar de tener el estómago vacío, estaba segura de que no sería capaz de digerir la imagen de las púas más profundas abriéndose paso entre la piel.
Se alejó del centro del salón y casi chocó contra Damian y Aniol, con Tawar subido a este último, que hablaban entre ellos tratando de no prestar atención a todo lo que estaba pasando. A pesar de ello, la voz de Kalna conseguía abrirse paso y los detalles sobre el ataque de las ratas se escuchaban con demasiada claridad. No supo el motivo exacto -hasta ese momento Aniol no le había dado más pena que ella misma-, pero estaba segura de que dejar que escuchara el relato de la persecución y de las púas volando hacia ellos no sería la mejor idea.
—Oye, esas cestas no van a abrirse solas. ¿Alguien me ayuda a llevarlas a la cocina y ver lo que tenemos para comer?
Serena cogió una de las cestas que con las prisas alguien había dejado caer y la acercó hasta la cocina. En el breve trayecto se vio obligada a esquivar a Abel, que sujetaba la cesta con ambos manos y observaba hipnotizado todo lo que estaba ocurriendo, y le hizo un gesto con la mirada para que la siguiera.
Cuando consiguieron reunir todas las cestas en la cocina, comenzó a vaciar el contenido de una de ellas sobre la encimera. Sacó varias hogazas de pan que, aunque no tenían el mejor aspecto posible, hicieron que su estómago rugiera al segundo. Incluso se olvidó de que el momento no era el más apropiado y dio un salto de alegría al encontrar un par de piezas de queso. Le estaba costando demasiado esfuerzo no coger algo de comida y probarla, o más bien devorarla, pero sería mejor esperar a que el resto acabara de curar y vendar a los heridos y comer juntos. Además, esa comida podría estar envenenada y no quería ser la primera en morir en caso de ser así.
—Venga, vamos a separar todo lo que tenemos para saber cómo racionar la comida. Como os vea coger algo antes de tiempo os quedáis sin comer. —Le había cambiado el humor en cuestión de segundos. La imagen de toda aquella comida había conseguido que se tranquilizara, al menos el esfuerzo había valido la pena. Siguió rebuscando entre sacos de arroz y legumbres, deseando encontrar chocolate o algo dulce, pero lo último que salió de su cesta fue un bote con... ¿Saltamontes? —Puaj, esto tiene que ser para Tawar.
Se alejó del centro del salón y casi chocó contra Damian y Aniol, con Tawar subido a este último, que hablaban entre ellos tratando de no prestar atención a todo lo que estaba pasando. A pesar de ello, la voz de Kalna conseguía abrirse paso y los detalles sobre el ataque de las ratas se escuchaban con demasiada claridad. No supo el motivo exacto -hasta ese momento Aniol no le había dado más pena que ella misma-, pero estaba segura de que dejar que escuchara el relato de la persecución y de las púas volando hacia ellos no sería la mejor idea.
—Oye, esas cestas no van a abrirse solas. ¿Alguien me ayuda a llevarlas a la cocina y ver lo que tenemos para comer?
Serena cogió una de las cestas que con las prisas alguien había dejado caer y la acercó hasta la cocina. En el breve trayecto se vio obligada a esquivar a Abel, que sujetaba la cesta con ambos manos y observaba hipnotizado todo lo que estaba ocurriendo, y le hizo un gesto con la mirada para que la siguiera.
Cuando consiguieron reunir todas las cestas en la cocina, comenzó a vaciar el contenido de una de ellas sobre la encimera. Sacó varias hogazas de pan que, aunque no tenían el mejor aspecto posible, hicieron que su estómago rugiera al segundo. Incluso se olvidó de que el momento no era el más apropiado y dio un salto de alegría al encontrar un par de piezas de queso. Le estaba costando demasiado esfuerzo no coger algo de comida y probarla, o más bien devorarla, pero sería mejor esperar a que el resto acabara de curar y vendar a los heridos y comer juntos. Además, esa comida podría estar envenenada y no quería ser la primera en morir en caso de ser así.
—Venga, vamos a separar todo lo que tenemos para saber cómo racionar la comida. Como os vea coger algo antes de tiempo os quedáis sin comer. —Le había cambiado el humor en cuestión de segundos. La imagen de toda aquella comida había conseguido que se tranquilizara, al menos el esfuerzo había valido la pena. Siguió rebuscando entre sacos de arroz y legumbres, deseando encontrar chocolate o algo dulce, pero lo último que salió de su cesta fue un bote con... ¿Saltamontes? —Puaj, esto tiene que ser para Tawar.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Torreón Sendar
25/07/23, 04:14 pm
La vuelta hacia el torreón le resultó mucho más larga que la partida. Abel, lloroso, no podía parar de mirar de reojo a Kalna y a Rick, quienes estaban gravemente heridos, dándole vueltas a lo que implicaba la situación que habían vivido. ¿Les habían mandado allí a morir? Sin duda, habían estado cerca de hacerlo, sobre todo sus dos compañeros, quienes habían podido probar la peligrosidad de ese mundo en sus propias carnes. De hecho, habían comprobado que además de las ratas también había otros seres monstruosos con los que se podían encontrar en el futuro. En dos días había quedado comprobado que estaban en un mundo horroroso y hostil, y Abel, después de la batalla, ya no sentía ansiedad, sino que le invadía una creciente pesadumbre que anestesiaba su alma.
Una vez en el torreón, el desconcierto reinaba libre. Abel podía ver que todo el mundo estaba intentando ayudar a su manera y, a su vez, que la confusión y el desorden eran la norma. Abel apretaba con fuerza la cesta que cargaba, pero no se sentía capaz de hacer más, ni siquiera de de pedir que curasen sus propias heridas, que, aunque no eran para nada profundas, aún le dolían un poco. Fue Serena quien consiguió captar su atención y alejarlo de dicha apatía, pidiendo su ayuda con la gestión de los alimentos. En un principio, Abel solamente dejó la cesta junto a las otras y se quedó mirando a la chica, quien sorprendentemente demostró una iniciativa y soltura impropias en ella. Serena empezó a clasificar la comida según el tipo. La visión de productos comestibles animó un poco a Abel a pensar que a lo mejor su convulsa excursión sí que había servido para algo, aunque fuese poco. Así, comenzó a ayudar a la estresada Serena a dividir la comida, quien, como siempre, soltó unos cuantos comentarios punzantes. Incluso logró sacarle una cansada sonrisa a Abel con lo que dijo sobre Tawar y los saltamontes, lo cual más que una broma era un dato objetivo.
Finalmente, lograron separar el contenido de las cestas por clases, sorprendidos de que verdaderamente “Bichos” fuese una de tales categorías. Ahora quedaba la duda de como racionarla, ya que, aunque parecía que la comida podía durar durante bastantes días, eran muchas personas y de constituciones y costumbres bastante diferentes, por lo que era difícil determinar las cantidades. Aun así, todo el mundo llevaba bastante tiempo sin comer y los que habían salido del torreón necesitaban recuperar energías. Personalmente, a Abel le rugían las tripas, puesto que llevaba muchas horas sin probar bocado y había devuelto la última cena que tomó en la Tierra.
- Sé que has dicho que no toquemos nada, pero creo que podríamos hacer algo de comida, aunque sea solo para Rick y Kalna.- dijo Abel un poco asustado por la respuesta que podía tener Serena, razón por la cual omitió que él también quería comer.
Estas palabras no las dirigió solo a la chica, sino que también incluyó a los dos niños que se hallaban en la cocina con ellos, ya que parecían estar también un tanto tristes y la idea de un buen plato de comida podía animar a cualquiera. En concreto, a Abel el cansancio y la urgencia de las circunstancias no le permitían pensar de más, por lo que ahora buscaba agarrarse a cualquier estímulo positivo para no hundirse en la negatividad.
Una vez en el torreón, el desconcierto reinaba libre. Abel podía ver que todo el mundo estaba intentando ayudar a su manera y, a su vez, que la confusión y el desorden eran la norma. Abel apretaba con fuerza la cesta que cargaba, pero no se sentía capaz de hacer más, ni siquiera de de pedir que curasen sus propias heridas, que, aunque no eran para nada profundas, aún le dolían un poco. Fue Serena quien consiguió captar su atención y alejarlo de dicha apatía, pidiendo su ayuda con la gestión de los alimentos. En un principio, Abel solamente dejó la cesta junto a las otras y se quedó mirando a la chica, quien sorprendentemente demostró una iniciativa y soltura impropias en ella. Serena empezó a clasificar la comida según el tipo. La visión de productos comestibles animó un poco a Abel a pensar que a lo mejor su convulsa excursión sí que había servido para algo, aunque fuese poco. Así, comenzó a ayudar a la estresada Serena a dividir la comida, quien, como siempre, soltó unos cuantos comentarios punzantes. Incluso logró sacarle una cansada sonrisa a Abel con lo que dijo sobre Tawar y los saltamontes, lo cual más que una broma era un dato objetivo.
Finalmente, lograron separar el contenido de las cestas por clases, sorprendidos de que verdaderamente “Bichos” fuese una de tales categorías. Ahora quedaba la duda de como racionarla, ya que, aunque parecía que la comida podía durar durante bastantes días, eran muchas personas y de constituciones y costumbres bastante diferentes, por lo que era difícil determinar las cantidades. Aun así, todo el mundo llevaba bastante tiempo sin comer y los que habían salido del torreón necesitaban recuperar energías. Personalmente, a Abel le rugían las tripas, puesto que llevaba muchas horas sin probar bocado y había devuelto la última cena que tomó en la Tierra.
- Sé que has dicho que no toquemos nada, pero creo que podríamos hacer algo de comida, aunque sea solo para Rick y Kalna.- dijo Abel un poco asustado por la respuesta que podía tener Serena, razón por la cual omitió que él también quería comer.
Estas palabras no las dirigió solo a la chica, sino que también incluyó a los dos niños que se hallaban en la cocina con ellos, ya que parecían estar también un tanto tristes y la idea de un buen plato de comida podía animar a cualquiera. En concreto, a Abel el cansancio y la urgencia de las circunstancias no le permitían pensar de más, por lo que ahora buscaba agarrarse a cualquier estímulo positivo para no hundirse en la negatividad.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Sendar
26/07/23, 12:17 am
Aniol quería decir algo, pero querer no era poder. La complicada misión de abrir la boca se veía dificultada por aquellos rostros con semblante serio y las espinas clavadas en la carne de sus compañeros. Kalna y Rick se habían llevado la peor parte, pero aunque lo sentía por ellos quienes más despertaban su preocupación eran Räg y Damian. Se sentía ridículo con la figurita de papel de Rambo guardada fielmente en el bolsillo de su sudadera. Quizás protegía a la grulla, pero eso no cambiaba lo que ocurría más allá de los muros. ¿Qué pasaría cuando quisiera salir él? Además, le habían mentido, o al menos omitido la verdad. Akeyo le aseguró un mundo lleno de magia y criaturas, sí, pero no habló de gusanos gigantes ni de personas heridas. Eso era mentir… ¿No? Ethan tampoco le había dicho la verdad, aunque estaba seguro de que su intención había sido diferente. Ahora contemplaba una certeza algo atroz. Nadie podía asegurarle que volverían sanos y salvos.
La explicación de Rick le sirvió de poco. ¿Contratiempos? Quería saber qué pasaba y agradeció profundamente que Kalna explicara lo sucedido de manera más extendida. El churumbel continuó retrocediendo, abrumado por la imagen mental de los seres que los habían acosado. El grupo parecía tener una visión distorsionada de lo que él consideraba algo mágico, pero este caso era diferente. Les habían lanzado púas, y podía entender que solo la suerte había conseguido que todos volvieran.
El acercamiento de Tawar lo pilló desprevenido, no estaba siendo consciente de que se había ido alejando del grupo poco a poco, ni de que apretaba los puños dejando una zona más blanca en sus nudillos. Con un asentimiento dejó que le repobladore trepara hacia su cabeza y luego respiró profundamente, disfrutando de su apoyo.
—Gracias… —le diría con sinceridad. Pero lo cierto es que no creía que todo fuera a salir bien. Lo peor de todo es que los demás eran los que habían sufrido y sin embargo… tenían que preocuparse por él.
Recibió la pregunta de Damian con vergüenza, ser vulnerable nunca había sido un problema para él, pero resultaba demasiado embarazoso tener que decir lo que sentía cuando el otro niño todavía sangraba por los codos.
—Damian yo… sí… —dio varios pasos hacia él, esquivando a la gente que pasaba con rapidez por el medio. Le hubiera gustado darle un pequeño abrazo pero se contuvo por no causarle más daños—. Eres tú el que está herido… ¿Te duele… mucho? —preguntó con voz trémula.
No hubo mucho tiempo para entrar en detalles, pues Serena pronto ofreció una distracción en bandeja. El polaco accedió enseguida, estaba ahí en medio parado con tantas personas revoloteando a su alrededor y solo estorbaba. Nohlem parecía estar sumido en algún remedio casero, Räg y Airi limpiaban las heridas, Connor calentaba agua y… buscó a Ethan con la mirada, quizá intentando hallar algo de consuelo, o una de sus frases calmadas, pero justo cuando le miró el muchacho se encontraba distraído. Sintió algo de pena por no poder hablar con él, no quería que pensara que no le importaba su estado. No quería que ninguno lo pensara.
—A ver qué hay por aquí... —se acercó a las cestas y examinó su contenido. En aquel punto sus ojos ya rozaban un desborde, pero se veía capaz de aguantar un rato más mientras despejara la mente en una tarea sencilla. Era sencilla de verdad, se le daba bien el mundo de la cocina y lo primero que hacía cuando su padre traía la compra del mercado era separar los alimentos por grupos encima de la mesa. Aniol suspiraba con la respiración entrecortada y un hormigueo en las manos por los nervios, pero conseguía manipular los alimentos con cierta soltura. Contaban con azúcar, sal y pan. También con una variopinta selección de verduras y pescado. Podía trabajar con eso. Su mente se disparaba en pos de múltiples posibilidades y recetarios de su madre. Era una buena noticia. Y se alegró momentáneamente hasta que las palabras de Serena llegaron como ácido a sus oídos. Más cuando mencionó a Tawar y un “puaj” en la misma frase refiriéndose a los saltamontes que éste comía.
Aniol parpadeó unos segundos y su rostro expresó una amalgama de emociones transitorias a una velocidad impresionante. Podría resultar gracioso o divertido de no ser por la mirada helada que dirigió hacia la escocesa. Su madre siempre le decía que cuando alguien le tratara mal en el colegio le respondiera suave y hablando muy lento de manera que fuera la otra persona quien demostrara lo tonto que era. Su lengua fue más rápida y traviesa, sorteando el consejo con audacia y cierta ponzoña al notar encima que Abel había respondido con cierto miedo. Él solo le tenía miedo a Kalna y Connor, pero no al resto.
—No puedes prohibirme comer —empezó poniendo los brazos en jarra y desistiendo de su tarea. ¿Qué mosca le había picado y por qué estaba tan enfadado? ¿Estaba pagando toda su frustración en la chica? ¿O era ella la que creía poder hacer lo propio porque tenía diez años? No solo le había molestado que creyera que podía llevarse algo a la boca antes que los demás cuándo encima éstos estaban imposibilitados. Era el hecho de creer que tenía algún tipo de poder sobre él—. Y no eres mi madre —diría con dureza acompañada de un tinte algo nostálgico—. No le hagas caso… Damian, está tan asustada como nosotros… —remató perdiendo por segundos todo atisbo de valentía. A veces echaba cara y valor, solo a veces, como con el vecino que se metía con él por creer en el Señor Santa. Pero la realidad es que ya se arrepentía y tuvo que verse obligado a girar la cara para que la chica no viera lo mal que estaba y el temblor de su labio.
La explicación de Rick le sirvió de poco. ¿Contratiempos? Quería saber qué pasaba y agradeció profundamente que Kalna explicara lo sucedido de manera más extendida. El churumbel continuó retrocediendo, abrumado por la imagen mental de los seres que los habían acosado. El grupo parecía tener una visión distorsionada de lo que él consideraba algo mágico, pero este caso era diferente. Les habían lanzado púas, y podía entender que solo la suerte había conseguido que todos volvieran.
El acercamiento de Tawar lo pilló desprevenido, no estaba siendo consciente de que se había ido alejando del grupo poco a poco, ni de que apretaba los puños dejando una zona más blanca en sus nudillos. Con un asentimiento dejó que le repobladore trepara hacia su cabeza y luego respiró profundamente, disfrutando de su apoyo.
—Gracias… —le diría con sinceridad. Pero lo cierto es que no creía que todo fuera a salir bien. Lo peor de todo es que los demás eran los que habían sufrido y sin embargo… tenían que preocuparse por él.
Recibió la pregunta de Damian con vergüenza, ser vulnerable nunca había sido un problema para él, pero resultaba demasiado embarazoso tener que decir lo que sentía cuando el otro niño todavía sangraba por los codos.
—Damian yo… sí… —dio varios pasos hacia él, esquivando a la gente que pasaba con rapidez por el medio. Le hubiera gustado darle un pequeño abrazo pero se contuvo por no causarle más daños—. Eres tú el que está herido… ¿Te duele… mucho? —preguntó con voz trémula.
No hubo mucho tiempo para entrar en detalles, pues Serena pronto ofreció una distracción en bandeja. El polaco accedió enseguida, estaba ahí en medio parado con tantas personas revoloteando a su alrededor y solo estorbaba. Nohlem parecía estar sumido en algún remedio casero, Räg y Airi limpiaban las heridas, Connor calentaba agua y… buscó a Ethan con la mirada, quizá intentando hallar algo de consuelo, o una de sus frases calmadas, pero justo cuando le miró el muchacho se encontraba distraído. Sintió algo de pena por no poder hablar con él, no quería que pensara que no le importaba su estado. No quería que ninguno lo pensara.
—A ver qué hay por aquí... —se acercó a las cestas y examinó su contenido. En aquel punto sus ojos ya rozaban un desborde, pero se veía capaz de aguantar un rato más mientras despejara la mente en una tarea sencilla. Era sencilla de verdad, se le daba bien el mundo de la cocina y lo primero que hacía cuando su padre traía la compra del mercado era separar los alimentos por grupos encima de la mesa. Aniol suspiraba con la respiración entrecortada y un hormigueo en las manos por los nervios, pero conseguía manipular los alimentos con cierta soltura. Contaban con azúcar, sal y pan. También con una variopinta selección de verduras y pescado. Podía trabajar con eso. Su mente se disparaba en pos de múltiples posibilidades y recetarios de su madre. Era una buena noticia. Y se alegró momentáneamente hasta que las palabras de Serena llegaron como ácido a sus oídos. Más cuando mencionó a Tawar y un “puaj” en la misma frase refiriéndose a los saltamontes que éste comía.
Aniol parpadeó unos segundos y su rostro expresó una amalgama de emociones transitorias a una velocidad impresionante. Podría resultar gracioso o divertido de no ser por la mirada helada que dirigió hacia la escocesa. Su madre siempre le decía que cuando alguien le tratara mal en el colegio le respondiera suave y hablando muy lento de manera que fuera la otra persona quien demostrara lo tonto que era. Su lengua fue más rápida y traviesa, sorteando el consejo con audacia y cierta ponzoña al notar encima que Abel había respondido con cierto miedo. Él solo le tenía miedo a Kalna y Connor, pero no al resto.
—No puedes prohibirme comer —empezó poniendo los brazos en jarra y desistiendo de su tarea. ¿Qué mosca le había picado y por qué estaba tan enfadado? ¿Estaba pagando toda su frustración en la chica? ¿O era ella la que creía poder hacer lo propio porque tenía diez años? No solo le había molestado que creyera que podía llevarse algo a la boca antes que los demás cuándo encima éstos estaban imposibilitados. Era el hecho de creer que tenía algún tipo de poder sobre él—. Y no eres mi madre —diría con dureza acompañada de un tinte algo nostálgico—. No le hagas caso… Damian, está tan asustada como nosotros… —remató perdiendo por segundos todo atisbo de valentía. A veces echaba cara y valor, solo a veces, como con el vecino que se metía con él por creer en el Señor Santa. Pero la realidad es que ya se arrepentía y tuvo que verse obligado a girar la cara para que la chica no viera lo mal que estaba y el temblor de su labio.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Sendar
26/07/23, 08:38 pm
Colmillo bajó las escaleras casi derrapando en el último escalón antes de dejar todo el jabón que había encontrado cerca de Ethan, que es quien lo había pedido.
-Aquí está todo el que he encontrado -le dijo rápidamente, para no distraerle demasiado de su trabajo.
Queriendo ayudar, pero sin querer molestar, Colmillo orbitó alrededor de los heridos intentando recordar con fuerza todo lo que sabía sobre medicina, que aunque no era poco porque su yaya había sido curandera y le había intentado enseñar todo lo que sabía a pesar de su total inutilidad, la realidad era que el vittya no servía en absoluto para curar a nadie y posiblemente ni siquiera sus conocimientos teóricos sirvieran para especies distintas.
De repente, el zawodny quedó completamente quieto y sus orejas viraron en dirección a la puerta de entrada.
-¿Pero qué cojones...? -susurró confundido antes de precipitarse hacia una de las ventanas que daba a la parte frontal del torreón-. ¿¡Pero qué jodidos cojones!? ¡Os han seguido! -exclamó mirando de vuelta a sus compañeros y su sala de curaciones improvisada-. ¡Afuera hay un...! ¿Humano, creo? Creo que también podría ser libense, pero ha nombrado a la que os trajo, Akeyo.
Mientras más hablaba, su cola se iba moviendo más de forma espasmódica por el nerviosismo.
-¡Joder! ¿Y si es como nosotros? ¿Y si no somos los únicos?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
26/07/23, 09:59 pm
El mjörní prefirió dejar las explicaciones a otros y centrarse en limpiar y vendar heridas con lo que tenían. Cuando Nohlem hizo un remedio utilizando lo que habían traído en las cestas observó con interés cómo lo hacía y tomando nota mental de lo que decía: él no sabía que la sal se podía utilizar de aquella forma, pues siempre contaban con ymres u otros remedios de hierbas más eficaces para cicatrizar y cerrar las heridas. Pero, sin duda, en aquellas circunstancias el conocimiento del varmano era de mucha mayor utilidad.
—No, Damian: yo solo tengo rasguños —le respondió al niño distraídamente mientras seguía atendiendo a sus heridas.
Ethan trajo en ese momento el mejunje de sal y se lo agradeció con un mirada antes de empezar a aplicarlo, pero no pudo evitar volver a mirar al humano y hablarle con suavidad pero firmeza.
>>Ya has hecho bastante por ahora: tú también estás herido. Tienes que sentarte tú también para que te tratemos.
Aunque no había sido el más perjudicado, Rägjynn creía que los que estaban en perfectas condiciones eran más que suficientes como para que Ethan tuviera que sobre esforzarse tanto.
—Creo que… está yendo bien —respondió a la pregunta de Connor, pasando a atender las heridas de quien hiciese más falta una vez Damian estuviese completamente vendado.
Durante el proceso, el niño se había dirigido a Aniol, haciendo que el mjörní se diese cuenta por primera vez desde que llegaron de la actitud que presentaba el más pequeño: parecía… bloqueado, asustado. No le extrañaba en absoluto, pero no sabía cómo ofrecerle consuelo alguno en ese momento.
>>El aspecto no es bueno, pero todas estas heridas se pueden tratar —le diría tratando de esbozar una sonrisa antes de continuar con su tarea. No se le ocurría nada mejor que decir. No podía añadir algo más esperanzar como "sin problemas" o "sin ninguna duda", porque sabía de sobra que podían surgir complicaciones de varios tipos y ni siquiera quería pensar en algo peor que una infección.
Pero, incluso si su intento fue pobre, al menos no había tenido la total carencia de tacto que demostró una vez más Serena. De hecho, el tono cortante de Aniol le hizo mirar en dirección a la escena de la cocina. Suspiró lo más bajo que pudo: lo último que necesitaban era ninguna clase de discusión o más tensión de la que ya había.
El universo, no obstante, parecía tener otros planes, porque al igual que Szczenyak, él también escuchó una voz proveniente del exterior. Aunque a Rägjynn le costaría más distinguir las palabras exactas que al cánido, no tenía ninguna duda de que la voz pertenecía a una persona. Disculpándose brevemente con los heridos se asomó por la misma tronera que el lobo y también la vio.
—¡Se ha desplomado! Hay que ayudarle —se giró hacia sus compañeros buscando su apoyo—. ¿Alguien que sepa operar el puente levadizo se podría encargar? No podemos dejarle ahí…
Räg dudó unos instantes en si continuar observando a aquella persona que parecía estar si no desmayada al borde de estarlo o volver con los heridos, pero realmente hasta que decidiesen bajar el puente para salir a socorrerle solo tenía sentido continuar con lo que ya estaba haciendo.
—No, Damian: yo solo tengo rasguños —le respondió al niño distraídamente mientras seguía atendiendo a sus heridas.
Ethan trajo en ese momento el mejunje de sal y se lo agradeció con un mirada antes de empezar a aplicarlo, pero no pudo evitar volver a mirar al humano y hablarle con suavidad pero firmeza.
>>Ya has hecho bastante por ahora: tú también estás herido. Tienes que sentarte tú también para que te tratemos.
Aunque no había sido el más perjudicado, Rägjynn creía que los que estaban en perfectas condiciones eran más que suficientes como para que Ethan tuviera que sobre esforzarse tanto.
—Creo que… está yendo bien —respondió a la pregunta de Connor, pasando a atender las heridas de quien hiciese más falta una vez Damian estuviese completamente vendado.
Durante el proceso, el niño se había dirigido a Aniol, haciendo que el mjörní se diese cuenta por primera vez desde que llegaron de la actitud que presentaba el más pequeño: parecía… bloqueado, asustado. No le extrañaba en absoluto, pero no sabía cómo ofrecerle consuelo alguno en ese momento.
>>El aspecto no es bueno, pero todas estas heridas se pueden tratar —le diría tratando de esbozar una sonrisa antes de continuar con su tarea. No se le ocurría nada mejor que decir. No podía añadir algo más esperanzar como "sin problemas" o "sin ninguna duda", porque sabía de sobra que podían surgir complicaciones de varios tipos y ni siquiera quería pensar en algo peor que una infección.
Pero, incluso si su intento fue pobre, al menos no había tenido la total carencia de tacto que demostró una vez más Serena. De hecho, el tono cortante de Aniol le hizo mirar en dirección a la escena de la cocina. Suspiró lo más bajo que pudo: lo último que necesitaban era ninguna clase de discusión o más tensión de la que ya había.
El universo, no obstante, parecía tener otros planes, porque al igual que Szczenyak, él también escuchó una voz proveniente del exterior. Aunque a Rägjynn le costaría más distinguir las palabras exactas que al cánido, no tenía ninguna duda de que la voz pertenecía a una persona. Disculpándose brevemente con los heridos se asomó por la misma tronera que el lobo y también la vio.
—¡Se ha desplomado! Hay que ayudarle —se giró hacia sus compañeros buscando su apoyo—. ¿Alguien que sepa operar el puente levadizo se podría encargar? No podemos dejarle ahí…
Räg dudó unos instantes en si continuar observando a aquella persona que parecía estar si no desmayada al borde de estarlo o volver con los heridos, pero realmente hasta que decidiesen bajar el puente para salir a socorrerle solo tenía sentido continuar con lo que ya estaba haciendo.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 12:35 pm
Entre la tensión, el bullicio de todo el mundo colaborando y que no quería recordar de más lo sucedido, no fue hasta que Airi preguntó desconcertade que el neoyorquino se dio cuenta de que su explicación no estaba ayudando. -¡Ah! Perdona, no quería...- comenzó a excusarse con cierto reparo antes de que otra voz le llamara la atención también. Nohlem había aparecido por el salón, tan preocupado por el resto. Rick tenía la curiosidad de quién le había hecho aquella cola tan curiosa en el pelo, y tal vez en otra circunstancia le habría preguntado al respecto, pero no era el momento ni tenía las ganas de bromear. -Fuimos a por la comida y...- empezó a responderle, todavía teniendo pendiente darle una explicación decente a le sanaí, aunque Kalna fue más rápida y salvó la situación.
Mientras Airi le ayudaba a limpiar las heridas, agradeció asintiendo a la libense que les pusiera al corriente de lo sucedido. También cuando el varmano se acercó con unos cuencos se lo agradeció con una leve sonrisa: -Muchas gracias.- Ver a todo el mundo colaborar era todo un alivio. Podían chocar en ciertas cosas, pero a la hora de la verdad nadie estaría solo, aunque a cada uno lo moviera una motivación distinta. En cuanto la chica terminó de explicar, ahora que tenía la mente más en calma aunque escocieran los cortes, añadió: -Justo eso. Aunque los tres monstruos eran bastante distintos...- Se llevó la mano derecha a la barbilla mientras recordaba los detalles: -Ya no solo porque entre sí eran más raros que el anterior, sino que hablaban, así que no eran simples animales. Mencionaron algo de "intervención" cuando nos vieron, pero no tengo claro a qué se referían. ¿Podrían ser como alguno de los que nos dio el discurso ayer?- La hipótesis estaba al aire por si alguno quería opinar, aunque el neoyorquino estaba mirando sobre todo a Kalna. Era de las que más sabía de la ciudad, así que tal vez podía darles una respuesta.
Ethan y Rägjynn se acercaron a echar una mano con las curas. Agradecía mucho el esfuerzo, pero viendo al británico de aquí para allá cuando aún no había atendido sus propias heridas... El mjorní estaba pensando lo mismo y se lo hizo saber al chico. Rick se sumó tranquilo: -Tiene razón, Ethan. Ya has hecho mucho tanto fuera como aquí, no te conviene sobreesforzarte cuando aún estás herido- Esperaba que se tomara un descanso. Sus daños no se podían comparar a los de Kalna o los suyos, pero todo lo que había pasado tenía que estar tan agotado como todos los que salieron. -(Si no estás bien en primer lugar no vas a poder seguir ayudando)- pensó.
Las heridas superficiales no tardaron en quedar limpias, pero aún quedaba el mayor problema. -Cuando quieras me mentalizo y vamos con el brazo.- le diría a Airi con convicción, intentando no pensar en lo que iba a doler sacar la espina. Le sanaí se acercó y le avisó, momento en que el neoyorquino asintió y apretó los dientes intentando distraerse. El tirón no duró mucho, pero dolió igual. Un quejido que amortiguó en la medida de lo posible salió de su boca, pero tenían que actuar rápido antes de que dejara todo perdido. Con cuidado y algo de ayuda Rick se arremangó hasta el hombro la gabardina y la camiseta, aguantándolas para que no se cayera mientras le curaban. Otro quejido salió cuando colocaron los mejunjes improvisados. Escocía más de lo que pensaba, pero aguantó hasta que dejó de molestar. En cuanto la herida quedó vendada, dijo un Gracias sincero a todo el mundo que le había ayudado. Decidió quitarse la gabardina, con la venda no convenía tener más capas de las necesarias encima y, además, no quería estropearla más de lo que había sufrido por las alimañas. Iba a tener que buscar la forma de coser los agujeros y limpiarla.
Fue entonces cuando Szczenyak hizo poner su atención a la ventana por la que estaba mirando nervioso. Rick se levantó al instante de la silla, incrédulo a lo que estaba escuchando. ¿Alguien estaba fuera? ¿Eran más? En cuanto Räg confirmó también se acercó deprisa a la ventana para echar un vistazo. Tal como decían, una chica que parecía ir con un pijama estaba en el suelo, justo al otro lado del foso. Si había mencionado a Akeyo tenía que ser humana, ¿no? La sitaución no pintaba bien y el chico miró rápidamente hacia las calles cercanas. No se veía nada más. -No parece que haya ningún peligro ahora mismo. No podemos dejarla ahí fuera- dijo al resto, dejando claro con ello que podían ir a por ella sin miedo a que las ratas estuvieran cerca.
Mientras Airi le ayudaba a limpiar las heridas, agradeció asintiendo a la libense que les pusiera al corriente de lo sucedido. También cuando el varmano se acercó con unos cuencos se lo agradeció con una leve sonrisa: -Muchas gracias.- Ver a todo el mundo colaborar era todo un alivio. Podían chocar en ciertas cosas, pero a la hora de la verdad nadie estaría solo, aunque a cada uno lo moviera una motivación distinta. En cuanto la chica terminó de explicar, ahora que tenía la mente más en calma aunque escocieran los cortes, añadió: -Justo eso. Aunque los tres monstruos eran bastante distintos...- Se llevó la mano derecha a la barbilla mientras recordaba los detalles: -Ya no solo porque entre sí eran más raros que el anterior, sino que hablaban, así que no eran simples animales. Mencionaron algo de "intervención" cuando nos vieron, pero no tengo claro a qué se referían. ¿Podrían ser como alguno de los que nos dio el discurso ayer?- La hipótesis estaba al aire por si alguno quería opinar, aunque el neoyorquino estaba mirando sobre todo a Kalna. Era de las que más sabía de la ciudad, así que tal vez podía darles una respuesta.
Ethan y Rägjynn se acercaron a echar una mano con las curas. Agradecía mucho el esfuerzo, pero viendo al británico de aquí para allá cuando aún no había atendido sus propias heridas... El mjorní estaba pensando lo mismo y se lo hizo saber al chico. Rick se sumó tranquilo: -Tiene razón, Ethan. Ya has hecho mucho tanto fuera como aquí, no te conviene sobreesforzarte cuando aún estás herido- Esperaba que se tomara un descanso. Sus daños no se podían comparar a los de Kalna o los suyos, pero todo lo que había pasado tenía que estar tan agotado como todos los que salieron. -(Si no estás bien en primer lugar no vas a poder seguir ayudando)- pensó.
Las heridas superficiales no tardaron en quedar limpias, pero aún quedaba el mayor problema. -Cuando quieras me mentalizo y vamos con el brazo.- le diría a Airi con convicción, intentando no pensar en lo que iba a doler sacar la espina. Le sanaí se acercó y le avisó, momento en que el neoyorquino asintió y apretó los dientes intentando distraerse. El tirón no duró mucho, pero dolió igual. Un quejido que amortiguó en la medida de lo posible salió de su boca, pero tenían que actuar rápido antes de que dejara todo perdido. Con cuidado y algo de ayuda Rick se arremangó hasta el hombro la gabardina y la camiseta, aguantándolas para que no se cayera mientras le curaban. Otro quejido salió cuando colocaron los mejunjes improvisados. Escocía más de lo que pensaba, pero aguantó hasta que dejó de molestar. En cuanto la herida quedó vendada, dijo un Gracias sincero a todo el mundo que le había ayudado. Decidió quitarse la gabardina, con la venda no convenía tener más capas de las necesarias encima y, además, no quería estropearla más de lo que había sufrido por las alimañas. Iba a tener que buscar la forma de coser los agujeros y limpiarla.
Fue entonces cuando Szczenyak hizo poner su atención a la ventana por la que estaba mirando nervioso. Rick se levantó al instante de la silla, incrédulo a lo que estaba escuchando. ¿Alguien estaba fuera? ¿Eran más? En cuanto Räg confirmó también se acercó deprisa a la ventana para echar un vistazo. Tal como decían, una chica que parecía ir con un pijama estaba en el suelo, justo al otro lado del foso. Si había mencionado a Akeyo tenía que ser humana, ¿no? La sitaución no pintaba bien y el chico miró rápidamente hacia las calles cercanas. No se veía nada más. -No parece que haya ningún peligro ahora mismo. No podemos dejarla ahí fuera- dijo al resto, dejando claro con ello que podían ir a por ella sin miedo a que las ratas estuvieran cerca.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 01:15 pm
Cada uno colaboraba con lo que podía, y dentro de lo malo al menos era positivo ver qué sabían organizarse y no dudaban en ayudarse unos a otros. Airi se sentía mal por haberse quedado en la tranquilidad del torreón mientras los demás habían arriesgado su integridad, ¿pero qué hubiera cambiado si estuviera fuera? Habría sido un lastre. Al menos así podía ayudar con las heridas, aunque no sabía trucos como el que estaba usando Nohlem. En su pueblo usaban aparatos mágicos, tal vez por eso habían perdido mucho contacto con la medicina tradicional que empleaban las tribus de Ihria y Sohmia.
Airi limpió las heridas de Rick con cuidado de no hacerle daño. Cuando Ethan trajo el agua se lo agradeció, asintiendo ante su pregunta.
—Todo bien, creo, son heridas bastante limpias.
No quiso insistir, pero estaba pendiente del momento en que Rick quisiese contar lo ocurrido. Kalna se le adelantó, y le sanaí abrió la boca con incredulidad al escuchar la historia. Rick la completó con más detalles, pero no acababa de imaginarse qué clase de monstruos inteligentes eran los que habían visto. ¿Como la mujer reptil del navío volador, tal vez?
—Un momento, un momento… —Intervino, mirando a uno y a otro—. ¿Puede ser que esos tres estuviesen poniéndoos una prueba? Esas pruebas que decías tú, Kalna, y que esta consistiese en quitarle la comida a los… animales salvajes.
Airi no fue muy consciente de lo que ocurrió en la cocina, ni se había percatado de cómo se sentía Aniol, ocupada como estaba con las heridas. Fue al oír la voz del niño protestando cuando pudo aislarla del resto. Le buscó con una mirada llena de preocupación, pero no podía abandonar a Rick en ese momento. Acababa de retirarle la espina grande y necesitaban taponar la herida con el azúcar y las vendas de retales para cortar la hemorragia.
Habría querido ir a ver qué ocurría cuando la venda estuviese asegurada, pero ocurrió otra cosa insólita, más que la anterior. Los gritos de Szczenyak advirtiendo sobre la presencia de alguien fuera le pusieron alerta.
—¿Alguien más…? ¿Seguro que es como nosotros? —preguntó con miedo. Aunque ese miedo no le impediría arriesgarse. Si esa persona necesitaba ayuda no podían dejarla tirada. No trató de asomarse a las ventanas para ver, porque pronto estarían bajando el puente. Mientras esperaba a que alguien activase el mecanismo, se lavó la sangre de las manos en el balde. No daría una imagen muy agradable recibiendo a alguien así.
Airi limpió las heridas de Rick con cuidado de no hacerle daño. Cuando Ethan trajo el agua se lo agradeció, asintiendo ante su pregunta.
—Todo bien, creo, son heridas bastante limpias.
No quiso insistir, pero estaba pendiente del momento en que Rick quisiese contar lo ocurrido. Kalna se le adelantó, y le sanaí abrió la boca con incredulidad al escuchar la historia. Rick la completó con más detalles, pero no acababa de imaginarse qué clase de monstruos inteligentes eran los que habían visto. ¿Como la mujer reptil del navío volador, tal vez?
—Un momento, un momento… —Intervino, mirando a uno y a otro—. ¿Puede ser que esos tres estuviesen poniéndoos una prueba? Esas pruebas que decías tú, Kalna, y que esta consistiese en quitarle la comida a los… animales salvajes.
Airi no fue muy consciente de lo que ocurrió en la cocina, ni se había percatado de cómo se sentía Aniol, ocupada como estaba con las heridas. Fue al oír la voz del niño protestando cuando pudo aislarla del resto. Le buscó con una mirada llena de preocupación, pero no podía abandonar a Rick en ese momento. Acababa de retirarle la espina grande y necesitaban taponar la herida con el azúcar y las vendas de retales para cortar la hemorragia.
Habría querido ir a ver qué ocurría cuando la venda estuviese asegurada, pero ocurrió otra cosa insólita, más que la anterior. Los gritos de Szczenyak advirtiendo sobre la presencia de alguien fuera le pusieron alerta.
—¿Alguien más…? ¿Seguro que es como nosotros? —preguntó con miedo. Aunque ese miedo no le impediría arriesgarse. Si esa persona necesitaba ayuda no podían dejarla tirada. No trató de asomarse a las ventanas para ver, porque pronto estarían bajando el puente. Mientras esperaba a que alguien activase el mecanismo, se lavó la sangre de las manos en el balde. No daría una imagen muy agradable recibiendo a alguien así.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 03:18 pm
—Tenemos lo que tenemos —respondió a Kalna tras haber dejado el cuenco de azúcar. Por tener no tenían ni cepillos de dientes. Luego esbozó una sonrisa escueta y algo agobiada para Rick—. Nada.
Su trabajo era tan sencillo como mezclar sal y agua, no le impedía atender a explicaciones, y aún así se encontró realentizado en varias ocaciones. Las ratas daban bastante asco de por sí pero quenencima le sumasen el poder disparar proyectiles como si de arqueras se tratasen... Santos, se sentía mal por querer verlas (a distancia prudencial o muertas, claro), sobre todo ahora que la imagen de Connor con una espina atravesándole la frente le hizo agachar las orejas del desagrado. Ver al tiparraco que era Connor perturbado era especialmente inquietante. Y más si sumaba esos "tres seres" a la ecuación.
—Sí, aquí todo bien... —le respondió vagamente al pelirrosa. Dentro no había pasado nada y podían darse con un canto en los dientes por ello—. Tampoco creas que sé muchísimo más, no soy enfermero —suspiró una risa tan escueta como todas sus sonrisas en los últimos cinco minutos—. Es literalmente azúcar y agua con sal...
Igual que había hecho Rick, Ethan les dio las gracias por estar haciendo algo que era de mínima decencia, y que se ofreciera a ayudar como si no estuviera perjudicado le hizo fruncir el ceño. Le parecía loable que quisiera tratar a quienes estaban más grave, pero que actuara como un mártir tampoco le hacía particular gracia. Connor y él estaban de una pieza, lo lógico es que fuera alguien como ellos quien se encargara, ¿no? Que el cojo no pensara en sí mismo le hacía ser consciente de sus propios egos. Y es que en el fondo se alegraba de no tener que tocar lo más desagradable.
—Oye... Tú también estás herido, no te excedas.
Räg también le dio un toque, y si aquel lagarto había conseguido que Damian le hiciera caso tal vez también obrase milagros en el moreno.
—En cuanto acabes con Kalna ven a que te curemos —incidió tras Räg.
Profiriendo un pequeño suspiro le dedicó una breve mirada de circunstancias a Connor. Hubo un revuelo a escasos metros suya protagonizado por los que estaban organizando las cestas, y aunque no había llegado a captar lo que había dicho Serena para molestar así al niño princesa, viniendo de ella... es que no le sorprendía lo que fuese. No tuvo tiempo de mediar de ninguna forma pues las voces de Chesnechia reclamaron toda atención, perjurando entre otros que había alguien humanoide fuera que necesitaba ayuda.
Durante un segundo eterno creyó que se trataba del dueño del edificio, y aunque no se fiaba lo más mínimo eso de que se hubiera desplomado sonaba lo bastante mal para actuar. Suspiró apretando los dientes, camino a las mazmorras.
—Voy.
Daría tiempo de margen tras el sonido del puente chocando contra el suelo antes de recogerlo. El miedo a que fuera nadie capaz de echarlos se disipó cuando, de vuelta arriba, vio que aquella que habían recogido no era otra que una humana (o kalniense, o lo que fuera), joven como ellos.
"¿Qué es, que los regalan?"
–¿Está bien? —se asomó entre el resto, buscando indicio de espinas o heridas visibles—. Augurios, lo que nos faltaba...
Su trabajo era tan sencillo como mezclar sal y agua, no le impedía atender a explicaciones, y aún así se encontró realentizado en varias ocaciones. Las ratas daban bastante asco de por sí pero quenencima le sumasen el poder disparar proyectiles como si de arqueras se tratasen... Santos, se sentía mal por querer verlas (a distancia prudencial o muertas, claro), sobre todo ahora que la imagen de Connor con una espina atravesándole la frente le hizo agachar las orejas del desagrado. Ver al tiparraco que era Connor perturbado era especialmente inquietante. Y más si sumaba esos "tres seres" a la ecuación.
—Sí, aquí todo bien... —le respondió vagamente al pelirrosa. Dentro no había pasado nada y podían darse con un canto en los dientes por ello—. Tampoco creas que sé muchísimo más, no soy enfermero —suspiró una risa tan escueta como todas sus sonrisas en los últimos cinco minutos—. Es literalmente azúcar y agua con sal...
Igual que había hecho Rick, Ethan les dio las gracias por estar haciendo algo que era de mínima decencia, y que se ofreciera a ayudar como si no estuviera perjudicado le hizo fruncir el ceño. Le parecía loable que quisiera tratar a quienes estaban más grave, pero que actuara como un mártir tampoco le hacía particular gracia. Connor y él estaban de una pieza, lo lógico es que fuera alguien como ellos quien se encargara, ¿no? Que el cojo no pensara en sí mismo le hacía ser consciente de sus propios egos. Y es que en el fondo se alegraba de no tener que tocar lo más desagradable.
—Oye... Tú también estás herido, no te excedas.
Räg también le dio un toque, y si aquel lagarto había conseguido que Damian le hiciera caso tal vez también obrase milagros en el moreno.
—En cuanto acabes con Kalna ven a que te curemos —incidió tras Räg.
Profiriendo un pequeño suspiro le dedicó una breve mirada de circunstancias a Connor. Hubo un revuelo a escasos metros suya protagonizado por los que estaban organizando las cestas, y aunque no había llegado a captar lo que había dicho Serena para molestar así al niño princesa, viniendo de ella... es que no le sorprendía lo que fuese. No tuvo tiempo de mediar de ninguna forma pues las voces de Chesnechia reclamaron toda atención, perjurando entre otros que había alguien humanoide fuera que necesitaba ayuda.
Durante un segundo eterno creyó que se trataba del dueño del edificio, y aunque no se fiaba lo más mínimo eso de que se hubiera desplomado sonaba lo bastante mal para actuar. Suspiró apretando los dientes, camino a las mazmorras.
—Voy.
Daría tiempo de margen tras el sonido del puente chocando contra el suelo antes de recogerlo. El miedo a que fuera nadie capaz de echarlos se disipó cuando, de vuelta arriba, vio que aquella que habían recogido no era otra que una humana (o kalniense, o lo que fuera), joven como ellos.
"¿Qué es, que los regalan?"
–¿Está bien? —se asomó entre el resto, buscando indicio de espinas o heridas visibles—. Augurios, lo que nos faltaba...
- ♪♫♬:
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 04:15 pm
«Por supuesto que no hay», pensó con cierta amargura cuando Nohlem confirmó que no tenían nada para coserse las heridas. Había sido un clavo ardiendo al que aferrarse, porque era algo que podría haber habido y haberles hecho la vida más fácil, pero no. Tenían poco, y aquello le daba miedo a que acabase con una infección grave. ¿Había algo más penoso que morir por una herida el primer día?
Aquello no ayudaba a mantener la fachada educada. La frustración se acumulaba en su rostro en gestos tensos y en las pupilas ligeramente más afiladas de lo normal. Sabía que sus compañeros estaban haciendo todo lo posible, pero ella se sentía inútil sin más medios que unos que no conocía. Serena estaba tratando de distraer a los niños, el resto haciendo remedios... Y ella ahí sentada, con las piernas heridas. Sabía de curar heridas lo que le habían enseñado en el ejército, pero allí no había nada que pudiera aprovechar. Y todo el protocolo y todas las armas que sabía usar no valían de nada en aquel momento.
Ethan se acercó para ayudarla, a lo que asintió con la cabeza.
—Sí, eh...gracias. De verdad —apoyó la pierna en la silla, dejándole hacer su trabajo — Tengo otra clavada en la parte de atrás del muslo, con esa sí que voy a necesitar ayuda. No está cerca de ninguna vena importante, pero...
Le daba igual que Ethan tuviera más o menos cuidado, porque tampoco iba a sentirlo demasiado especialmente en los cortes más superficiales, pero al menos que no estuviera siendo brusco era una buena señal: todavía no la odiaba demasiado. Frunció los labios mientras le miraba. Estaba claro que no era la primera vez que lo hacía, pero no iba a preguntarle. No era el momento. No era el momento para nada más que para curar heridas y dar explicaciones de todo lo que había pasado.
Cuando llegó a la púa clavada Kalna respiró hondo. Aquello iba a molestar, y mucho. El momento tenía que llegar antes o después, y retrasarlo era inviable y una estupidez. Solo esperaba que los remedios de Nohlem funcionasen.
—A la de tres —le devolvió la mirada, con decisión, aunque dejaría que contase él. Era algo que cuanto antes se hiciera mejor, pero la cuenta ayudaba a mentalizarse hasta cierto punto.
Apretó los dientes, conteniendo un gruñido cuando la espina salía. Sin la adrenalina corriendo por su cuerpo, aquello había dolido más que al entrar. Se había clavado las uñas en la palma de las manos durante el proceso, y daba gracias de habérselas cortado el día anterior o le habrían dejado marca.
Al menos tenía la conversación para distraerse. La teoría de Airi tenía sentido, y al fin y al cabo Kalna no sabía mucho más que ellos sobre cómo funcionaban las pruebas.
—Puede ser. Nunca había visto rocavarancoleses como ellos, pero... Hacían magia. Se fueron volando tras hacer unos gestos y decir unas palabras, así que perfectamente pudieron poner allí... —abrió los ojos de golpe, como cayendo en algo— Se refirieron a las ratas como colaespinas, así que saben lo que son.
Aquello tenía mucho sentido. No sabía que decirle a Rick sobre la intervención, porque para aquello no tenía respuesta.
No iba a ser ella quien le repitiera a Ethan que descansase. Ya lo habían hecho varios, pero en verdad aquello había sido secundario. Viniendo de dónde venía, suponía que el chico sabría hasta donde podía llegar, y también esperaba que fuera lo bastante orgulloso como para rechazar todas las ofertas de descanso. Claro que él era humano, y con aquello de que no dejaban de sentir dolor a lo mejor tenían una perspectiva distinta a la que Kalna aún no se hacía del todo.
Las voces del vittia la sacaron de sus pensamientos de golpe. Había alguien más, y por un momento pensó en Ilol. No le había visto desde que llegaron. La pena es que había mencionado a Akeyo, así que era otro humano. Como si no tuvieran bastantes. Chasqueó la lengua con rabia ante algunas reacciones. Anoche se le había olvidado mencionarlo, y ahora la necesidad de haberlo dicho se hacía patente.
—No somos los únicos. En mi mundo cosecharon a dos personas más, una chica y un andrógino—ya habían corrido a bajar el puente, y no tardaron en meter a una chica en el torreón.
No sabía si la habían herido también, pero no tenía buen aspecto. «Al menos no es otro chico».
Aquello no ayudaba a mantener la fachada educada. La frustración se acumulaba en su rostro en gestos tensos y en las pupilas ligeramente más afiladas de lo normal. Sabía que sus compañeros estaban haciendo todo lo posible, pero ella se sentía inútil sin más medios que unos que no conocía. Serena estaba tratando de distraer a los niños, el resto haciendo remedios... Y ella ahí sentada, con las piernas heridas. Sabía de curar heridas lo que le habían enseñado en el ejército, pero allí no había nada que pudiera aprovechar. Y todo el protocolo y todas las armas que sabía usar no valían de nada en aquel momento.
Ethan se acercó para ayudarla, a lo que asintió con la cabeza.
—Sí, eh...gracias. De verdad —apoyó la pierna en la silla, dejándole hacer su trabajo — Tengo otra clavada en la parte de atrás del muslo, con esa sí que voy a necesitar ayuda. No está cerca de ninguna vena importante, pero...
Le daba igual que Ethan tuviera más o menos cuidado, porque tampoco iba a sentirlo demasiado especialmente en los cortes más superficiales, pero al menos que no estuviera siendo brusco era una buena señal: todavía no la odiaba demasiado. Frunció los labios mientras le miraba. Estaba claro que no era la primera vez que lo hacía, pero no iba a preguntarle. No era el momento. No era el momento para nada más que para curar heridas y dar explicaciones de todo lo que había pasado.
Cuando llegó a la púa clavada Kalna respiró hondo. Aquello iba a molestar, y mucho. El momento tenía que llegar antes o después, y retrasarlo era inviable y una estupidez. Solo esperaba que los remedios de Nohlem funcionasen.
—A la de tres —le devolvió la mirada, con decisión, aunque dejaría que contase él. Era algo que cuanto antes se hiciera mejor, pero la cuenta ayudaba a mentalizarse hasta cierto punto.
Apretó los dientes, conteniendo un gruñido cuando la espina salía. Sin la adrenalina corriendo por su cuerpo, aquello había dolido más que al entrar. Se había clavado las uñas en la palma de las manos durante el proceso, y daba gracias de habérselas cortado el día anterior o le habrían dejado marca.
Al menos tenía la conversación para distraerse. La teoría de Airi tenía sentido, y al fin y al cabo Kalna no sabía mucho más que ellos sobre cómo funcionaban las pruebas.
—Puede ser. Nunca había visto rocavarancoleses como ellos, pero... Hacían magia. Se fueron volando tras hacer unos gestos y decir unas palabras, así que perfectamente pudieron poner allí... —abrió los ojos de golpe, como cayendo en algo— Se refirieron a las ratas como colaespinas, así que saben lo que son.
Aquello tenía mucho sentido. No sabía que decirle a Rick sobre la intervención, porque para aquello no tenía respuesta.
No iba a ser ella quien le repitiera a Ethan que descansase. Ya lo habían hecho varios, pero en verdad aquello había sido secundario. Viniendo de dónde venía, suponía que el chico sabría hasta donde podía llegar, y también esperaba que fuera lo bastante orgulloso como para rechazar todas las ofertas de descanso. Claro que él era humano, y con aquello de que no dejaban de sentir dolor a lo mejor tenían una perspectiva distinta a la que Kalna aún no se hacía del todo.
Las voces del vittia la sacaron de sus pensamientos de golpe. Había alguien más, y por un momento pensó en Ilol. No le había visto desde que llegaron. La pena es que había mencionado a Akeyo, así que era otro humano. Como si no tuvieran bastantes. Chasqueó la lengua con rabia ante algunas reacciones. Anoche se le había olvidado mencionarlo, y ahora la necesidad de haberlo dicho se hacía patente.
—No somos los únicos. En mi mundo cosecharon a dos personas más, una chica y un andrógino—ya habían corrido a bajar el puente, y no tardaron en meter a una chica en el torreón.
No sabía si la habían herido también, pero no tenía buen aspecto. «Al menos no es otro chico».
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 05:35 pm
Rag tuvo que seguir al chiquillo quien ya, con las prisas, se fue al lado de Aniol. Mientras el italiano expresaba su preocupación por él, el lagarto se encargaría de vendar sus heridas y Damian no pudo evitar sonreír con un tinte de ternura en su gesto, agradecido por el buenísimo trato que su amigo morado le estaba regalando. El niño no lo llegaba a comprender del todo pero estaba empezando a sentir un vínculo especial con Rag, un sentimiento de confianza casi ciega que lo impulsaba a dejarse llevar por las decisiones que éste dijese sin cuestionarlo.
Por otro lado, Aniol se mostraba algo preocupado por lo que mostraban sus palabras. Esperó que se acercase, entre tantas personas cruzándose de acá para allá que no hacían otra cosa que molestar y conseguían que Damian resoplase de vez en cuando, un poco picado por eso. Rag se encargó de responder al moreno con positivas, vendando las heridas que quedaban y Damian, aguantando el ligero dolorcillo de sentir la venda sobre la herida, exhibió al otro niño una enérgica sonrisa.
—¡Nahhh! ¡Esto no es nada! ¡Soy fuerte, yo aguanto todo lo que quieras! —hizo el amago de retirar la manga de su camiseta para sacar todo el bíceps apretando el gesto como buenamente pudo. El fino brazo coronaba un pequeño músculo fino que luchaba por mostrarse al mundo, entre toda la fibra y hueso que constituían la extremidad casi nula de grasa alguna. El rostro de Damian estaba un pelín rojo de tanto congestionar su cuerpo, color que abandonó su cara al exhalar el aire aguantado, un poco mareado eso sí—. ¡Así que no te preocupes, para la próxima me llevo una jodida espada o un palo y no me ataca ni Dios! ¡A ver si tienen cojones de tirarnos pinchos cuando salgamos otra vez, me las cargo a esas cabronas vamos! —añadió bufando por la nariz y cruzado de brazos, convencidísimo de que, con un arma en su arsenal, tendría suerte en combatir a los colaespinas—. ¡Conmigo a cargo tendremos comida para mil años Aniol! —sonrió bastante, poniendo sus brazos en jarra muy orgulloso de lo que acababa de decir.
Hablando de comida, Aniol se acercó a las cestas cosa que Damian también hizo yendo detrás en cuanto Rag terminase con las vendas—. ¡Gracias! —le alcanzó a decir antes de marchar. Se asomó y babeaba del puro ansia que le entraba de querer zampar, aguantando al ver que quien tuvo al lado no hacía movimiento alguno en un primer momento—. Uffffff, que hambreeeeee jodeeeeer —confesó arrastrando las palabras mezclándolas con un quejido rasposo y de corta paciencia. Se dispuso a ver a Aniol, a aquel “chico bueno” hacer las cosas con aquella comida. ¿Se la comería ya? No prestaba mucha atención a su alrededor, tan solo enfocándose en la cesta y en Aniol quien separaba los alimentos. ¿Sabría cocinar, como su mamá? El propio Damian a veces la imitaba pero sus experimentos, al ver que la mitad de las veces terminaban en mejunjes extraños, no continuaron en el circo.
El italiano también alcanzó a escuchar a esa persona, a la pelirroja quejica que peor no podía tirar una lanza. Damian, despues de aquello y la que lió con el pie como que no le dedicaba muy buenas opiniones en cuanto a como ella era, aunque se le hacía de cara bonita si era honesto con sus gustos. Fea no era ni por asomo, si al menos compensase sin ser irritable con lo que acababa de decir… que a Damian le faltaba vamos, dar un bocado gigantesco al pan que tenía al lado. Encima que se aguanta, va y le dicen cosas.
Vaya que sí que no se esperaba a Aniol decir lo que él estuvo pensando. El italiano, ni corto ni perezoso, empezó a asentir—. ¡¡Si!! ¿¡Qué coño te crees tía!? ¡Si quiero comer pues como, fácil! —se dispuso a rajar, chasqueando la lengua de lo negro que estaba—. ¡Si, si! ¡Toda la razón Aniol! ¡Yo ni-ni puto caso, ya decidiré yo quien es mi puta madre! —ya en ese punto el filtro como que no lo controlaba, soltando en una cascada de insultos y dadas de razón a su nuevo mejor amigo, arrugando la nariz y con el dedo acusador en la pelirroja.
Con respecto a la chica de fuera, el italiano no se terminó de enterar en un inicio pero el perro a dos patas se encargó de comunicarlo. Al principio se pensó que eran los que perdieron por el camino—. ¿¡Más putas ratas tío?! —exclamó, mentalizándose para bajar y pillar lo que sea para liarse a ostias pero nada más lejos de la realidad. Era otra persona pero Ersenesia, solo con decir aquel nombre, hizo saltar las alarmas de Damian, colocando las manos sobre su cabeza de manera sorpresiva—. ¡OOOHHH! ¡NO ME JODAS QUE ES AKEYO! ¡Ya ha llegado! —escopeteado, fue a ver junto a los demás para confirmarlo. Sin embargo no acertó, esa chiquilla no se parecía en nada a la mujer que lo llevó a Rocalandia. Junto a todos, esperó a que el pelirrosa la llevase al interior del castillo. El chico se impresionó por como lucía, con un aspecto muy chungo—. ¡Hoooola, soy Damian! Venga, ¿comemos o qué? —dijo apresurado al resto después de saludar a la nueva con rapidez, aligerando porque tenían que comer.
Por otro lado, Aniol se mostraba algo preocupado por lo que mostraban sus palabras. Esperó que se acercase, entre tantas personas cruzándose de acá para allá que no hacían otra cosa que molestar y conseguían que Damian resoplase de vez en cuando, un poco picado por eso. Rag se encargó de responder al moreno con positivas, vendando las heridas que quedaban y Damian, aguantando el ligero dolorcillo de sentir la venda sobre la herida, exhibió al otro niño una enérgica sonrisa.
—¡Nahhh! ¡Esto no es nada! ¡Soy fuerte, yo aguanto todo lo que quieras! —hizo el amago de retirar la manga de su camiseta para sacar todo el bíceps apretando el gesto como buenamente pudo. El fino brazo coronaba un pequeño músculo fino que luchaba por mostrarse al mundo, entre toda la fibra y hueso que constituían la extremidad casi nula de grasa alguna. El rostro de Damian estaba un pelín rojo de tanto congestionar su cuerpo, color que abandonó su cara al exhalar el aire aguantado, un poco mareado eso sí—. ¡Así que no te preocupes, para la próxima me llevo una jodida espada o un palo y no me ataca ni Dios! ¡A ver si tienen cojones de tirarnos pinchos cuando salgamos otra vez, me las cargo a esas cabronas vamos! —añadió bufando por la nariz y cruzado de brazos, convencidísimo de que, con un arma en su arsenal, tendría suerte en combatir a los colaespinas—. ¡Conmigo a cargo tendremos comida para mil años Aniol! —sonrió bastante, poniendo sus brazos en jarra muy orgulloso de lo que acababa de decir.
Hablando de comida, Aniol se acercó a las cestas cosa que Damian también hizo yendo detrás en cuanto Rag terminase con las vendas—. ¡Gracias! —le alcanzó a decir antes de marchar. Se asomó y babeaba del puro ansia que le entraba de querer zampar, aguantando al ver que quien tuvo al lado no hacía movimiento alguno en un primer momento—. Uffffff, que hambreeeeee jodeeeeer —confesó arrastrando las palabras mezclándolas con un quejido rasposo y de corta paciencia. Se dispuso a ver a Aniol, a aquel “chico bueno” hacer las cosas con aquella comida. ¿Se la comería ya? No prestaba mucha atención a su alrededor, tan solo enfocándose en la cesta y en Aniol quien separaba los alimentos. ¿Sabría cocinar, como su mamá? El propio Damian a veces la imitaba pero sus experimentos, al ver que la mitad de las veces terminaban en mejunjes extraños, no continuaron en el circo.
El italiano también alcanzó a escuchar a esa persona, a la pelirroja quejica que peor no podía tirar una lanza. Damian, despues de aquello y la que lió con el pie como que no le dedicaba muy buenas opiniones en cuanto a como ella era, aunque se le hacía de cara bonita si era honesto con sus gustos. Fea no era ni por asomo, si al menos compensase sin ser irritable con lo que acababa de decir… que a Damian le faltaba vamos, dar un bocado gigantesco al pan que tenía al lado. Encima que se aguanta, va y le dicen cosas.
Vaya que sí que no se esperaba a Aniol decir lo que él estuvo pensando. El italiano, ni corto ni perezoso, empezó a asentir—. ¡¡Si!! ¿¡Qué coño te crees tía!? ¡Si quiero comer pues como, fácil! —se dispuso a rajar, chasqueando la lengua de lo negro que estaba—. ¡Si, si! ¡Toda la razón Aniol! ¡Yo ni-ni puto caso, ya decidiré yo quien es mi puta madre! —ya en ese punto el filtro como que no lo controlaba, soltando en una cascada de insultos y dadas de razón a su nuevo mejor amigo, arrugando la nariz y con el dedo acusador en la pelirroja.
Con respecto a la chica de fuera, el italiano no se terminó de enterar en un inicio pero el perro a dos patas se encargó de comunicarlo. Al principio se pensó que eran los que perdieron por el camino—. ¿¡Más putas ratas tío?! —exclamó, mentalizándose para bajar y pillar lo que sea para liarse a ostias pero nada más lejos de la realidad. Era otra persona pero Ersenesia, solo con decir aquel nombre, hizo saltar las alarmas de Damian, colocando las manos sobre su cabeza de manera sorpresiva—. ¡OOOHHH! ¡NO ME JODAS QUE ES AKEYO! ¡Ya ha llegado! —escopeteado, fue a ver junto a los demás para confirmarlo. Sin embargo no acertó, esa chiquilla no se parecía en nada a la mujer que lo llevó a Rocalandia. Junto a todos, esperó a que el pelirrosa la llevase al interior del castillo. El chico se impresionó por como lucía, con un aspecto muy chungo—. ¡Hoooola, soy Damian! Venga, ¿comemos o qué? —dijo apresurado al resto después de saludar a la nueva con rapidez, aligerando porque tenían que comer.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
27/07/23, 08:12 pm
Tawar no daba crédito. No podía creer lo que veía con sus ojillos ni lo que escuchaba. Claramente se habían topado con alguna planta gigantesca llena de púas... ¿O no? Kalna le sacó de su error cuando explicó con todo detalle lo ocurrido, y eso fue mucho peor. ¡Depredadores! ¡Depredadores que les habían acribillado a lo lejos! Por la Flora, lo tenían crudo con semejantes monstruos rondando las pocas provisiones con las que actualmente contaban. Era como ver a las víctimas del fuego, después de los grandes incendios. Como ver a sus congéneres herides, reseques, quemades tras aquella tempestad de llamas por doquier. Tuvo que concentrarse para no volver a esos momentos en los que huyó con todo su ser del bosque que se abrasaba a sus espaldas. Demasiado miedo.
No pudo atender al revuelo que se montó para atender las heridas en sus intentos por volver al presente, aunque tampoco es que hubiera podido entender mucho. Más tarde o en otro momento les preguntaría con calma qué medidas de primeros auxilios requerían sus cuerpos, más allá de sacar las púas, limpiar las heridas y pedirle una pronta mejoría a la Flora. Ante todo, no quería mirarles mucho; entendía lo suficiente para identificar la sangre que brotaba de sus lesiones y se le hacía un nudo en la garganta solo de verla de reojo. No se quería imaginar el dolor que habrían sufrido o que estarían experimentando. Acabó subiéndose a la cabeza de Aniol para ver mejor a sus compañeres, a expensas del pavor que le causaba verles en mal estado.
Y por supuesto, estaba la cuestión de la comida. Habían conseguido traer bastantes provisiones a ojos del repoblador, pero Serena lanzó un comentario y una amenaza que le molestaron. Aniol se dirigió a esta y le plantó cara, tal y como hecho Tawar si hubiera medido lo mismo o más que el joven gigante (y con lo que solo podía soñar). El otro joven también se le unió. El tarro que sujetaba la chica tenía buena pinta, pero después de ese gesto de desagrado... le dieron ganas de coger unos cuantos y metérselos por las orejas. «Está claro que no todes les Gigantes Amables se situan en el mismo punto del espectro Amable. Ahí te seques sin comer y nos des abono para que podamos comer con o sin tu permiso, boñiga» se sorprendió pensando. Le había dado mucha rabia que, después de todo lo que el grupo había pasado, hubiera mostrado esa actitud. Muchísima rabia. Claro que debían organizarse, pero con el beneplácito de todes, no el de una zarza. Dio un par de pasos en la cabeza de Aniol, a punto de abrir su bocaza. Lo último que necesitaban era malestar entre elles.
Y con todo, sin embargo, se quedó con las ganas de mostrar su propio desagrado. Una voz les llegó del exterior. No pudo oír bien qué habría dicho, pero algunes sí. Se pusieron en marcha para bajar el puente y abrir, y entonces recibieron a otre... ¿humane? Lo parecía. Se inclinó desde la cabeza de Aniol todo lo que pudo para mirarle mejor. Tenía los ojos cerrados y no se movía. ¿Estaría durmiendo? Dijeron que se había caído, ¿pero por qué? Se había desinflado ipso facto del enfado con Serena, preocupade por la nueva persona.
—¿Está bien? ¿Le habrá pasado algo ahí fuera?
No pudo atender al revuelo que se montó para atender las heridas en sus intentos por volver al presente, aunque tampoco es que hubiera podido entender mucho. Más tarde o en otro momento les preguntaría con calma qué medidas de primeros auxilios requerían sus cuerpos, más allá de sacar las púas, limpiar las heridas y pedirle una pronta mejoría a la Flora. Ante todo, no quería mirarles mucho; entendía lo suficiente para identificar la sangre que brotaba de sus lesiones y se le hacía un nudo en la garganta solo de verla de reojo. No se quería imaginar el dolor que habrían sufrido o que estarían experimentando. Acabó subiéndose a la cabeza de Aniol para ver mejor a sus compañeres, a expensas del pavor que le causaba verles en mal estado.
Y por supuesto, estaba la cuestión de la comida. Habían conseguido traer bastantes provisiones a ojos del repoblador, pero Serena lanzó un comentario y una amenaza que le molestaron. Aniol se dirigió a esta y le plantó cara, tal y como hecho Tawar si hubiera medido lo mismo o más que el joven gigante (y con lo que solo podía soñar). El otro joven también se le unió. El tarro que sujetaba la chica tenía buena pinta, pero después de ese gesto de desagrado... le dieron ganas de coger unos cuantos y metérselos por las orejas. «Está claro que no todes les Gigantes Amables se situan en el mismo punto del espectro Amable. Ahí te seques sin comer y nos des abono para que podamos comer con o sin tu permiso, boñiga» se sorprendió pensando. Le había dado mucha rabia que, después de todo lo que el grupo había pasado, hubiera mostrado esa actitud. Muchísima rabia. Claro que debían organizarse, pero con el beneplácito de todes, no el de una zarza. Dio un par de pasos en la cabeza de Aniol, a punto de abrir su bocaza. Lo último que necesitaban era malestar entre elles.
Y con todo, sin embargo, se quedó con las ganas de mostrar su propio desagrado. Una voz les llegó del exterior. No pudo oír bien qué habría dicho, pero algunes sí. Se pusieron en marcha para bajar el puente y abrir, y entonces recibieron a otre... ¿humane? Lo parecía. Se inclinó desde la cabeza de Aniol todo lo que pudo para mirarle mejor. Tenía los ojos cerrados y no se movía. ¿Estaría durmiendo? Dijeron que se había caído, ¿pero por qué? Se había desinflado ipso facto del enfado con Serena, preocupade por la nueva persona.
—¿Está bien? ¿Le habrá pasado algo ahí fuera?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
28/07/23, 12:44 am
Ethan seguía concentrado en su única tarea actual: limpiar y curar. Tratando de ignorar un ruido de fondo que empezaba a resultar agobiante. Había demasiadas conversaciones a la vez y las voces se cruzaban de tal forma que el intentar entender una que no sucediera en su cara resultaba apabullante. Vio de reojo como los niños se dirigían a la otra mesa a ordenar la comida y tan pronto tomó aliento para dejar escapar un suspiro de alivio, tuvo que contenerlo. Si bien no entendió el contexto y lo único que tuvo la desgracia de llegar a sus oídos fueron los gritos de Damian, al ver a Aniol cabreado, sintió como ligeras chispas empezaban a encender su hoguera interna. Joder, tenía que ser una broma.
Serena estaba cumpliendo de forma rápida y efectiva el logro de ser desagradable con absolutamente todos los del torreón. Ya no era solo que la única vez que se había dirigido a su persona era para desearle malamente la muerte, es que encima durante el paseo mañanero mientras ella corría de las primeras como una privilegiada parecía haberse olvidado, otra vez, de que casi causaba heridas graves a Connor y en ninguna de las dos ocasiones había tenido la mínima decencia de disculparse una vez el ambiente se había rebajado. La paciencia del joven era como un chicle desgastado y si bien con tan poco tiempo quería seguir dándole oportunidades infinitas a la chica ya le estaba empezando a cansar que creará una discusión incluso con el pequeño más amigable y gentil de la casa. Un trabajo tenía, el más tranquilo y alejado del conflicto posible. Ordenar la comida y entretener a los críos mientras el resto se llenaba de sangre ajena en un intento estupido de que no se murieran de una infección. Y ni eso podía cumplir.
Ethan se tragó la mala hostia para sí mismo, dejando que la leña prendiera en completo silencio para no molestar su labor actual. Ya tendría tiempo de conversar tranquilamente con Aniol sobre lo sucedido. Airi, Rick y Kalna siguieron aportando información sobre la mesa, sacando a colación los tres tipos monstruosos, pero si bien podía haber participado no tenía la cabeza asentada para querer hablar de ello. Escuchó en silencio y se guardó para sí el dato ¨irrelevante¨ sobre que Kalna no solo conocía la existencia de esos ciudadanos, si no de que encima había tenido contacto con ellos. ¿Les estaba ocultando algo más o es que pensaba darles la información a cuenta gotas para volver todo aún más complicado?
Y si el susto sin recuperar de la mañana, la incertidumbre por todo, el cansancio, el hambre, la frustración por no poder ayudar más, el cabreo de ver a los niños afectados y el escozor que le daban los cortes no eran suficientes. Se le sumó tener a todo el mundo encima recordando que estaba herido. Ethan sonrió aún más, dejando la tensión de sus comisuras en el límite justo para que no se notará del todo la falsedad de aquel gesto. Una parte de él agradecía la preocupación, claro que la hacía. El problema es que esa parte estaba tan resquebrajada como en su día lo estuvo su tibia. Odiaba el tono de orden que tenían en su voz, odiaba que le recordasen una condición que ya estaba notando él en cada tirón y si bien Nohlem al menos le había dado baza a que siguiera trabajando en la voz de Räg y Rick escuchó un imperativo que no le agradaba nada.
-Ya lo sé. No hace falta que os repitáis, no estoy ciego como para no verme. -Respondió de primeras con un tono tan cortante que sonaba disonante respecto a su expresión afable. Él mismo al darse cuenta intentó recular rápidamente, soltando un largo suspiro mientras se frotaba la cara con su manga libre. -Mierda, perdón. Simplemente estoy bien, ¿va? Cuando termine todo me pongo ya a descansar, pero lo mío son simples cortes no hace falta que insistais tanto, voy perfectamente.
No quiso dar más vueltas a aquel tema, contó hasta 2 y sacó la espina de forma sorpresiva, porque era mejor matar la expectación a alargar la agónica espera a Kalna. Una vez fuera se dispuso a limpiarla cuanto mejor pudo y de una quiso probar aquella pasta extraña de azúcar. Le hizo un tapón con la misma, colocó encima un trapo doblado para presionar bien la herida y una vez en su sitio empezó a vendarle esa zona de la pierna. No había forma de que midiera la fuerza si Kalna era incapaz de sentir nada, así que se aseguro que estuviera lo suficientemente apretado como para que pudiera empezar a cicatrizar y decidió que ya miraría al rato que no estuviera gangrenando por error la zona.
Si la vida le hubiera querido en ese momento solo le quedaría ayudar a Abel con sus cortes para poder hundirse en alguna cama y descansar. Pero no, el perro tuvo que gritar anunciando la locura de que tenían visita. Ethan se mantuvo en el sitio sin saber bien cómo reaccionar y cuando vio entrar a Connor con una muchachita colgada al hombro el corazón volvió a darle otro vuelco, ese sitio solo traía desgracias tras desgracias.
Vuelta de nuevo al ruedo se limpió las manos malamente con un par de trapos todo lo rápido que pudo y fue cojeando (Para variar) a llenar un vaso de agua. Su aspecto era deplorable entre las espinas que aún decoraban su antebrazo derecho y la sangre a parches que se esparcían desde sus manos hasta el inicio de las mangas pero de nuevo, quería ayudar. Así que una vez la joven estuviera en el sofá se acercaría ofreciéndole algo de beber.
-Hey, bienvenida a tu nuevo hogar. No es lo más acogedor, pero hacemos lo que podemos.
Serena estaba cumpliendo de forma rápida y efectiva el logro de ser desagradable con absolutamente todos los del torreón. Ya no era solo que la única vez que se había dirigido a su persona era para desearle malamente la muerte, es que encima durante el paseo mañanero mientras ella corría de las primeras como una privilegiada parecía haberse olvidado, otra vez, de que casi causaba heridas graves a Connor y en ninguna de las dos ocasiones había tenido la mínima decencia de disculparse una vez el ambiente se había rebajado. La paciencia del joven era como un chicle desgastado y si bien con tan poco tiempo quería seguir dándole oportunidades infinitas a la chica ya le estaba empezando a cansar que creará una discusión incluso con el pequeño más amigable y gentil de la casa. Un trabajo tenía, el más tranquilo y alejado del conflicto posible. Ordenar la comida y entretener a los críos mientras el resto se llenaba de sangre ajena en un intento estupido de que no se murieran de una infección. Y ni eso podía cumplir.
Ethan se tragó la mala hostia para sí mismo, dejando que la leña prendiera en completo silencio para no molestar su labor actual. Ya tendría tiempo de conversar tranquilamente con Aniol sobre lo sucedido. Airi, Rick y Kalna siguieron aportando información sobre la mesa, sacando a colación los tres tipos monstruosos, pero si bien podía haber participado no tenía la cabeza asentada para querer hablar de ello. Escuchó en silencio y se guardó para sí el dato ¨irrelevante¨ sobre que Kalna no solo conocía la existencia de esos ciudadanos, si no de que encima había tenido contacto con ellos. ¿Les estaba ocultando algo más o es que pensaba darles la información a cuenta gotas para volver todo aún más complicado?
Y si el susto sin recuperar de la mañana, la incertidumbre por todo, el cansancio, el hambre, la frustración por no poder ayudar más, el cabreo de ver a los niños afectados y el escozor que le daban los cortes no eran suficientes. Se le sumó tener a todo el mundo encima recordando que estaba herido. Ethan sonrió aún más, dejando la tensión de sus comisuras en el límite justo para que no se notará del todo la falsedad de aquel gesto. Una parte de él agradecía la preocupación, claro que la hacía. El problema es que esa parte estaba tan resquebrajada como en su día lo estuvo su tibia. Odiaba el tono de orden que tenían en su voz, odiaba que le recordasen una condición que ya estaba notando él en cada tirón y si bien Nohlem al menos le había dado baza a que siguiera trabajando en la voz de Räg y Rick escuchó un imperativo que no le agradaba nada.
-Ya lo sé. No hace falta que os repitáis, no estoy ciego como para no verme. -Respondió de primeras con un tono tan cortante que sonaba disonante respecto a su expresión afable. Él mismo al darse cuenta intentó recular rápidamente, soltando un largo suspiro mientras se frotaba la cara con su manga libre. -Mierda, perdón. Simplemente estoy bien, ¿va? Cuando termine todo me pongo ya a descansar, pero lo mío son simples cortes no hace falta que insistais tanto, voy perfectamente.
No quiso dar más vueltas a aquel tema, contó hasta 2 y sacó la espina de forma sorpresiva, porque era mejor matar la expectación a alargar la agónica espera a Kalna. Una vez fuera se dispuso a limpiarla cuanto mejor pudo y de una quiso probar aquella pasta extraña de azúcar. Le hizo un tapón con la misma, colocó encima un trapo doblado para presionar bien la herida y una vez en su sitio empezó a vendarle esa zona de la pierna. No había forma de que midiera la fuerza si Kalna era incapaz de sentir nada, así que se aseguro que estuviera lo suficientemente apretado como para que pudiera empezar a cicatrizar y decidió que ya miraría al rato que no estuviera gangrenando por error la zona.
Si la vida le hubiera querido en ese momento solo le quedaría ayudar a Abel con sus cortes para poder hundirse en alguna cama y descansar. Pero no, el perro tuvo que gritar anunciando la locura de que tenían visita. Ethan se mantuvo en el sitio sin saber bien cómo reaccionar y cuando vio entrar a Connor con una muchachita colgada al hombro el corazón volvió a darle otro vuelco, ese sitio solo traía desgracias tras desgracias.
Vuelta de nuevo al ruedo se limpió las manos malamente con un par de trapos todo lo rápido que pudo y fue cojeando (Para variar) a llenar un vaso de agua. Su aspecto era deplorable entre las espinas que aún decoraban su antebrazo derecho y la sangre a parches que se esparcían desde sus manos hasta el inicio de las mangas pero de nuevo, quería ayudar. Así que una vez la joven estuviera en el sofá se acercaría ofreciéndole algo de beber.
-Hey, bienvenida a tu nuevo hogar. No es lo más acogedor, pero hacemos lo que podemos.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Sendar
28/07/23, 04:08 pm
Connor asintió con la cabeza a las respuestas de que todo iba bien de Nohlem y Räg. Al menos no se habían acercado monstruos a la cercanía del torreón mientras estaban fuera. Y el lagarto y los demás se las estaban arreglando curando a los heridos.- Ya sabes más que yo, joder... Y nos va a hacer falta.- Le respondió al felino cuando dijo que no es que fuera enfermero y solo estaba preparando agua con azúcar y sal. Puede que fuera sencillo, pero al motero nunca se le habría ocurrido esa idea, la de Ethan con la sal o cualquier otra manera de curar heridas que llevaran a cabo los demás. Connor sabía provocarlas y estaba acostumbrado a recibirlas, pero eso de remendarse así mismo siempre se lo había dejado a otras personas del club.
Siguió trabajando con la mezcla sin mirar a su alrededor. Todo el mundo hablaba a la vez y era complicado seguir cualquier conversación, pero de todas maneras no es que Connor se sintiera muy hablador. Prefería centrarse en su tarea y dejar que su mente le arrastrara por los recuerdos de lo que había pasado. Habían sobrevivido por los pelos, Rick y Kalna eran la prueba viviente, y estaba claro que tenían que haber más putos bichos por ahí a parte de las "colaespinas". Quizás peores que ellas. A pesar de encontrarse en un pozo sin fondo de pensamientos pesimistas y desoladores no pudo evitar distraerse y levantar la cabeza con las palabras cortantes de Ethan. Se estaba esforzando mucho, a pesar de que él también había salido herido y parecía tener en mente descansar cuando el resto estuviera curado. Connor le devolvió la mirada a Nohlem, aunque no tan de circunstancia, más bien un "Qué se le va a hacer". No dijo nada en contra. Cojo o herido, en aquel momento necesitaban todas las manos posibles y las de Ethan estaban resultando útiles curando, al igual que las de Räg y Airi.- Si, luego descansa o te acabarás rompiendo como un puto muñeco.- Se limitó a aconsejar el motero.
Tuvo poco tiempo de ver cómo los críos y aquella especie de puta lagartija parlante llamada Tawar parecían estar enfrentados a Serena. No sabía por dónde pillar a aquella tía, más allá de que no se fiaba de ella. Y para colmo casi perdía la vida por su culpa cuando arrojó su lanza cerca suya. La pelirroja aún no se había disculpado, pero tampoco es que el motero esperara aquello. Se conformaba con que su puta cabeza no corriera peligro cuando estuviera cerca suya. No tuvo tiempo de pensar mucho más, pues los gritos de Szczenyak alertaron a todos sobre la presencia de alguien fuera, y Räg se encargó de confirmarlo.
-¿Pero qué cojones?- Masculló por lo bajo, mientras la sala quedaba inundada con los gritos de Damian. -A saber si es como nosotros, pero vamos a descubrirlo, hostias.- Le respondió a Airi con el ceño fruncido, para después dirigirse a la mesa y recoger la maza. No pensaba salir fuera sin nada para defenderse. -Vigilad mientras la cargo.- Dijo con un bufido, el tono de voz entre el cansancio y la molestia. Aquel día estaba siendo una auténtica mierda, y cuando por fin estaban dentro del torreón ahora la ciudad les sorprendía con otra cosa.
Cuando el puente estuvo bajado Connor se movió rápido hasta el cuerpo que había en el suelo, mirando a los alrededores y el corazón bombeado rápido por los nervios. La chica no estaba inconsciente, pero parecía camino de estarlo. No debía tener más de quince, pero el canadiense no se fijó en más detalles como si por ejemplo estaba herida. Porque nada más llegar hasta ella la agarró y con facilidad se la puso en el hombro como si de un saco de patatas se tratara, de modo que si tenía los ojos abiertos vería solo su espalda.- No me vomites en el puto chaleco.- Dijo entre dientes mientras avanzaba rápido y sin mucho esfuerzo hacia el interior, debido a que pesaba poco su carga. Una vez dentro la dejó en el sofá quizás de manera algo brusca y rápida. La chica parecía encontrarse mal, pero Connor no la conocía, así que había estado más preocupado de que no le echara en la espalda la puta primera papilla. Después se apartó y se apoyó en la mesa con los brazos cruzados, dejando la maza a un lado al ver que no iba a hacer falta. <<Otra puñetera desgraciada más para el puto club de los desgraciados...>> Pensó el motero mientras dejaba que fueran los demás quienes hablaran con ella, y empezaran las presentaciones.
Siguió trabajando con la mezcla sin mirar a su alrededor. Todo el mundo hablaba a la vez y era complicado seguir cualquier conversación, pero de todas maneras no es que Connor se sintiera muy hablador. Prefería centrarse en su tarea y dejar que su mente le arrastrara por los recuerdos de lo que había pasado. Habían sobrevivido por los pelos, Rick y Kalna eran la prueba viviente, y estaba claro que tenían que haber más putos bichos por ahí a parte de las "colaespinas". Quizás peores que ellas. A pesar de encontrarse en un pozo sin fondo de pensamientos pesimistas y desoladores no pudo evitar distraerse y levantar la cabeza con las palabras cortantes de Ethan. Se estaba esforzando mucho, a pesar de que él también había salido herido y parecía tener en mente descansar cuando el resto estuviera curado. Connor le devolvió la mirada a Nohlem, aunque no tan de circunstancia, más bien un "Qué se le va a hacer". No dijo nada en contra. Cojo o herido, en aquel momento necesitaban todas las manos posibles y las de Ethan estaban resultando útiles curando, al igual que las de Räg y Airi.- Si, luego descansa o te acabarás rompiendo como un puto muñeco.- Se limitó a aconsejar el motero.
Tuvo poco tiempo de ver cómo los críos y aquella especie de puta lagartija parlante llamada Tawar parecían estar enfrentados a Serena. No sabía por dónde pillar a aquella tía, más allá de que no se fiaba de ella. Y para colmo casi perdía la vida por su culpa cuando arrojó su lanza cerca suya. La pelirroja aún no se había disculpado, pero tampoco es que el motero esperara aquello. Se conformaba con que su puta cabeza no corriera peligro cuando estuviera cerca suya. No tuvo tiempo de pensar mucho más, pues los gritos de Szczenyak alertaron a todos sobre la presencia de alguien fuera, y Räg se encargó de confirmarlo.
-¿Pero qué cojones?- Masculló por lo bajo, mientras la sala quedaba inundada con los gritos de Damian. -A saber si es como nosotros, pero vamos a descubrirlo, hostias.- Le respondió a Airi con el ceño fruncido, para después dirigirse a la mesa y recoger la maza. No pensaba salir fuera sin nada para defenderse. -Vigilad mientras la cargo.- Dijo con un bufido, el tono de voz entre el cansancio y la molestia. Aquel día estaba siendo una auténtica mierda, y cuando por fin estaban dentro del torreón ahora la ciudad les sorprendía con otra cosa.
Cuando el puente estuvo bajado Connor se movió rápido hasta el cuerpo que había en el suelo, mirando a los alrededores y el corazón bombeado rápido por los nervios. La chica no estaba inconsciente, pero parecía camino de estarlo. No debía tener más de quince, pero el canadiense no se fijó en más detalles como si por ejemplo estaba herida. Porque nada más llegar hasta ella la agarró y con facilidad se la puso en el hombro como si de un saco de patatas se tratara, de modo que si tenía los ojos abiertos vería solo su espalda.- No me vomites en el puto chaleco.- Dijo entre dientes mientras avanzaba rápido y sin mucho esfuerzo hacia el interior, debido a que pesaba poco su carga. Una vez dentro la dejó en el sofá quizás de manera algo brusca y rápida. La chica parecía encontrarse mal, pero Connor no la conocía, así que había estado más preocupado de que no le echara en la espalda la puta primera papilla. Después se apartó y se apoyó en la mesa con los brazos cruzados, dejando la maza a un lado al ver que no iba a hacer falta. <<Otra puñetera desgraciada más para el puto club de los desgraciados...>> Pensó el motero mientras dejaba que fueran los demás quienes hablaran con ella, y empezaran las presentaciones.
- Liebre
Ficha de cosechado
Nombre: Aria
Especie: Humana
Habilidades: Olfato fino, intuición, dibujoPersonajes : Aria: Humana Irlandesa (165mts)
Re: Torreón Sendar
28/07/23, 05:43 pm
Oscuridad... Por unos instantes todo cuánto pudo sentir Aria era oscuridad, ni las tenues luces de la ciudad, o el ruido de la puerta descendiendo, ni el olor a agua estancada del foso…
Su consciencia se iba diluyendo entre las gotas de sudor causadas por la fiebre, el sonido de la puerta al descender parecía un suave arrullo que la invitaba a dejarse abrazar por la nada y descansar. No lograba recordar si ella había llamado a este lugar, tal vez la vieron… ¿Dónde estaba?
Conforme las cadenas iban acostando la inmensa plancha de madera, una reflexión atravesó la barrera febril de su mente << ¿Y si estás personas son de quien me estaba tratando de proteger Akeyo? Digo, por algo me dejó en otro edificio y no con estos refugiados… Debo tener cuidado…>> Sus sospechas se intensificaron cuando vio salir a un inmenso chico con muy mala actitud y un… ¿martillo? En la mano << Eeeeee… Viene por mí, corre, corre, ¡corre! >> La mente de Aria solo estaba concentrada en ese chico de pelo rosa y actitud hostil que caminaba semi encorvado arrastrando en el aire esa maza, sentía el odio que ella representaba para él y la necesidad imperante de hacer algo, debía escapar de ese pandillero, por su vida debía hacerlo. Cada vez la distancia entre los dos se iba acortando y después de lo que a Aria le pareció una eternidad, el chico llegó hasta ella y solo pudo ver sus botas sucias, que desprendían un olor fuerte a gasoil barato y tierra. Aria se sintió morir.
Y de repente el mundo empezó a moverse. El pandillero la levantaba del suelo y con muchísima fuerza la arrojó contra el hombro de él, ese golpe dolió, aunque claramente no era la maza golpeando su cabeza y haciéndola papilla en el suelo, eso era una mejoría. Pero aun así sintió como su vacío estomago reaccionaba al impacto. Era obvio que este la estaba secuestrando. Era tal como le había contado su madre que hacían los pandilleros. Debía hacer algo y debía hacerlo ya.
Aprovechando el chute de adrenalina que la situación le había inyectado, Aria intentó morder al motero, pero la posición en la que se encontraba hacía difícil el intento, de todas formas, creía estar ralentizándole hasta que escuchó una advertencia venía de él << ¡¿VOMITARTE?! ¿Pero cómo te atreves a insinuar algo así? ¡Intento morderte animal! Además, con lo sucio que esta ese chaleco, ni debería importarte. ¡Gañan! >> solo pudo pensar la joven, pues en su estado encontraba difícil pronunciar una sola palabra. Con el ego herido y el cuerpo agotado dejó de poner resistencia. Ya tendría otras oportunidades para escapar, estaba segura.
El mundo se ve muy diferente cuando sos un costal de papas y Aria solamente se dio cuenta que habían entrado al torreón cuando notó el cambio de luminosidad, allí dentro había un olor muy fuerte a hierro y sal… Sentía la presencia de otras personas, pero temía abrir los ojos y ver el lugar en el que estaba. Escuchó la voz chillona de un niño, aunque solo alcanzó a entender que quería comer, ¿serían acaso caníbales estos villanos? El pensamiento hizo palidecer más a la joven, pero no tuvo tiempo de reflexionarlo aun más, pues fue arrojada (con casi la misma brusquedad con la que fue levantada) a un sillón << Auch… ¿Por qué es tan cruel? >> Una voz más calma la sacó del trance, abrió lentamente sus ojos y vio a un chico bastante lindo, aunque parecía haber tenido una pelea recientemente, tenía su ropa manchada en sangre y parecía cansado, probablemente fuese amigo del motero o hubiesen peleado recién. Difícil saberlo; pero era bastante más majo y además le ofrecía agua – ¿M-mi hogar? No, perdón… Estoy yendo a Roca… Rocavolognia… Gracias – respondió Aria alargando su mano para tomar el vaso mientras malamente le sonreía al chico y se atrevía a mirar a todo el grupo que ahí se encontraba – Vaya, creo que alucino… Hay cosas muy raras – sus palabras fluyeron sin filtro alguno y ella, ajena a que había hablado paseó lentamente su mirada por el estrafalario grupo. – Soy Aria, y vengo a salvar el reino – trató de sonreír, conocía de sobras las historias donde los aldeanos ayudaban al héroe en su viaje y sabía que debía tratarles con amabilidad y confiar en ellos, pues su estatus le ayudaría a conseguir el aviarco y más favores.
Ahora estaba segura, el matón pelirosa la protegería, obviamente se había enamorado de ella desde que la vio, si no por qué la trataría tan hoscamente
Su consciencia se iba diluyendo entre las gotas de sudor causadas por la fiebre, el sonido de la puerta al descender parecía un suave arrullo que la invitaba a dejarse abrazar por la nada y descansar. No lograba recordar si ella había llamado a este lugar, tal vez la vieron… ¿Dónde estaba?
Conforme las cadenas iban acostando la inmensa plancha de madera, una reflexión atravesó la barrera febril de su mente << ¿Y si estás personas son de quien me estaba tratando de proteger Akeyo? Digo, por algo me dejó en otro edificio y no con estos refugiados… Debo tener cuidado…>> Sus sospechas se intensificaron cuando vio salir a un inmenso chico con muy mala actitud y un… ¿martillo? En la mano << Eeeeee… Viene por mí, corre, corre, ¡corre! >> La mente de Aria solo estaba concentrada en ese chico de pelo rosa y actitud hostil que caminaba semi encorvado arrastrando en el aire esa maza, sentía el odio que ella representaba para él y la necesidad imperante de hacer algo, debía escapar de ese pandillero, por su vida debía hacerlo. Cada vez la distancia entre los dos se iba acortando y después de lo que a Aria le pareció una eternidad, el chico llegó hasta ella y solo pudo ver sus botas sucias, que desprendían un olor fuerte a gasoil barato y tierra. Aria se sintió morir.
Y de repente el mundo empezó a moverse. El pandillero la levantaba del suelo y con muchísima fuerza la arrojó contra el hombro de él, ese golpe dolió, aunque claramente no era la maza golpeando su cabeza y haciéndola papilla en el suelo, eso era una mejoría. Pero aun así sintió como su vacío estomago reaccionaba al impacto. Era obvio que este la estaba secuestrando. Era tal como le había contado su madre que hacían los pandilleros. Debía hacer algo y debía hacerlo ya.
Aprovechando el chute de adrenalina que la situación le había inyectado, Aria intentó morder al motero, pero la posición en la que se encontraba hacía difícil el intento, de todas formas, creía estar ralentizándole hasta que escuchó una advertencia venía de él << ¡¿VOMITARTE?! ¿Pero cómo te atreves a insinuar algo así? ¡Intento morderte animal! Además, con lo sucio que esta ese chaleco, ni debería importarte. ¡Gañan! >> solo pudo pensar la joven, pues en su estado encontraba difícil pronunciar una sola palabra. Con el ego herido y el cuerpo agotado dejó de poner resistencia. Ya tendría otras oportunidades para escapar, estaba segura.
El mundo se ve muy diferente cuando sos un costal de papas y Aria solamente se dio cuenta que habían entrado al torreón cuando notó el cambio de luminosidad, allí dentro había un olor muy fuerte a hierro y sal… Sentía la presencia de otras personas, pero temía abrir los ojos y ver el lugar en el que estaba. Escuchó la voz chillona de un niño, aunque solo alcanzó a entender que quería comer, ¿serían acaso caníbales estos villanos? El pensamiento hizo palidecer más a la joven, pero no tuvo tiempo de reflexionarlo aun más, pues fue arrojada (con casi la misma brusquedad con la que fue levantada) a un sillón << Auch… ¿Por qué es tan cruel? >> Una voz más calma la sacó del trance, abrió lentamente sus ojos y vio a un chico bastante lindo, aunque parecía haber tenido una pelea recientemente, tenía su ropa manchada en sangre y parecía cansado, probablemente fuese amigo del motero o hubiesen peleado recién. Difícil saberlo; pero era bastante más majo y además le ofrecía agua – ¿M-mi hogar? No, perdón… Estoy yendo a Roca… Rocavolognia… Gracias – respondió Aria alargando su mano para tomar el vaso mientras malamente le sonreía al chico y se atrevía a mirar a todo el grupo que ahí se encontraba – Vaya, creo que alucino… Hay cosas muy raras – sus palabras fluyeron sin filtro alguno y ella, ajena a que había hablado paseó lentamente su mirada por el estrafalario grupo. – Soy Aria, y vengo a salvar el reino – trató de sonreír, conocía de sobras las historias donde los aldeanos ayudaban al héroe en su viaje y sabía que debía tratarles con amabilidad y confiar en ellos, pues su estatus le ayudaría a conseguir el aviarco y más favores.
Ahora estaba segura, el matón pelirosa la protegería, obviamente se había enamorado de ella desde que la vio, si no por qué la trataría tan hoscamente
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Sendar
29/07/23, 08:32 pm
Una vez todos estuvieron alertados, rápidamente se pusieron de acuerdo en que si era como ellos no podían dejarla ahí fuera y Nohlem bajó el puente para que Connor pudiera salir a por ella.
Las palabras de Kalna le dejaron bastante sorprendido. No solo por el uso de palabras que no acababan de encajar para él ("¿cosechar? ¿qué pollas? ¡Por la noche no dijo nada de que los libenses brotaran del suelo! ¡Dijo que tenía madre!"), sino por la confirmación de su sospecha. No eran los únicos, no estaban solos. Por un momento, el zawodny fantaseó con la posibilidad de que otros vittya hubieran sido traídos ahí como él, en cómo podría buscarlos y entonces no sentirse tan solo y despegado de los demás, pero al momento se sintió un poco mal por el resto de sus compañeros. Exceptuando al mocoso loco y a Serena, lo que en realidad podía pasar por un malentendido, todos habían sido lo suficientemente amables y majos con él, así como él lo había sido con ellos. En general, parecía buena peña y se sintió un poco injusto al pensar tan rápido en querer abandonarlos solo para buscar a otros vittya. "Además, con la suerte que tengo, habrán traído a los más hijos de puta de los tres continentes".
Una vez Connor entró a la chica (o, al menos, Colmillo pensaba que era una chica porque Ethan la había tratado en femenino) y Nohlem volvió a subir el puente, pudo verla mejor. Parecía bastante aturdida y poco consciente de su realidad y el vittya decidió quedarse algo alejado, todavía cerca de la ventana asomándose de vez en cuando por si acaso. No es que no quisiera saber un poco más de cómo había llegado ahí y por qué no estaba en el edificio en el que todos se habían despertado el día anterior, la realidad es que tenía mucha curiosidad y ganas de saber, pero ya había comprobado que a los humanos su apariencia peluda les sorprendía tanto como su apariencia pelada le sorprendía a él y no quería que se asustara más de lo que la visión de todo el grupo podría abrumarla. "No vaya a ser que me confunda con uno de esos jodas o como coño los llamara Connor".
-Cojonudo, estamos salvados -susurró con sorna cuando la chica se presentó.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
29/07/23, 09:29 pm
El mjörní se sintió aliviado cuando nadie pareció oponerse a la idea de salir a ayudar a la persona de fuera. Tendría que preguntar en otro momento a Nohlem, Szczenyak o cualquiera ya que hubiera manejado el mecanismo del puente levadizo para aprender a hacerlo, pero por el momento y viendo que Connor se encargaría de ir en ayuda de la persona, siguió con las tareas de cura.
El varmano y Rick también le habían querido transmitir a Ethan su preocupación, pero el humano pareció enfadarse por esto a juzgar por su respuesta, cosa que desconcertó a Rägjynn al no esperarse una reacción así. No obstante, Ethan se disculpó enseguida y el mjörní tan solo lo achacó a que la situación pondría de mal humor a cualquiera, sobre todo si además también estabas lleno de dolorosas espinas como era su caso. Aunque precisamente por eso creía de verdad que no hacía falta que se encargase de atender a nadie cuando debía estar siendo él el atendido. Dejó claro que no era lo que quería, por lo que tan solo asintió y agachó la cabeza para continuar con su labor. Le entristecía que no quisiera cuidar más de sí mismo, pero por otro lado él sabía que de estar en su lugar estaría haciendo exactamente lo mismo.
Las preguntas de Airi acerca de los tres extraños que habían visto y las hipótesis al respecto, así como lo que dijo Kalna le hubieran interesado bastante más de no ser porque Connor volvió con aquella persona que sin duda parecía otra humana. El mjörní creía que ya sabía formas de distinguir entre chicos y chicas a los mamíferos de piel al descubierto, al menos en algunos casos. Un fugaz pensamiento de que de todas formas no debía asumir nada al respecto, dada la conversación que habían tenido la noche anterior, se quedó solo en eso debido a que el estado de la recién llegada era bastante más importante que cualquier otra cosa acerca de ella. Además, Connor había sido bastante brusco al cargarla y dejarla caer sobre el sofá de aquella forma. De verdad esperaba que no tuviera ninguna herida por la que mover su cuerpo indiscriminadamente pudiese empeorar.
Tawar también se mostraba muy preocupade, e Ethan no dudó en ofrecer agua a la chica. En contraste, Damian demostró una vez más que había ciertas cosas que escapaban a su entendimiento, mostrando sus carencias empáticas al prácticamente ignorar por completo a la que se presentó como Aria para insistir de inmediato en comer.
—En cuanto nos aseguremos de que estamos todos bien —le respondería al niño.
Al igual que Szczenyak, Räg también recordaba el impacto que había provocado su apariencia tan distinta al principio, por lo que decidió mantenerse algo alejado y pudo escuchar su sarcasmo entre susurros. La verdad es que el mjörní tampoco entendía por qué la chica había dicho eso, pero teniendo en cuenta que casi había perdido el conocimiento, bien podía estar medio delirante.
—Hola, Aria. Yo soy Rägjynn, o Räg si te es más fácil —se presentó de todas formas sin acercarse, mientras continuaba atendiendo a los heridos—. ¿Te encuentras bien? Bueno… O mejor, al menos. ¿Necesitas algo? No es que tengamos mucho que ofrecer, pero en cuanto terminemos de vendar las heridas planeábamos comer y quizás te venga bien… Tú no tienes ninguna herida, ¿o sí? —Se le ocurrió de pronto al mencionar las lesiones.
A simple vista parecía ilesa, pero bien podía ocultarse alguna bajo su ropa, por ejemplo.
El varmano y Rick también le habían querido transmitir a Ethan su preocupación, pero el humano pareció enfadarse por esto a juzgar por su respuesta, cosa que desconcertó a Rägjynn al no esperarse una reacción así. No obstante, Ethan se disculpó enseguida y el mjörní tan solo lo achacó a que la situación pondría de mal humor a cualquiera, sobre todo si además también estabas lleno de dolorosas espinas como era su caso. Aunque precisamente por eso creía de verdad que no hacía falta que se encargase de atender a nadie cuando debía estar siendo él el atendido. Dejó claro que no era lo que quería, por lo que tan solo asintió y agachó la cabeza para continuar con su labor. Le entristecía que no quisiera cuidar más de sí mismo, pero por otro lado él sabía que de estar en su lugar estaría haciendo exactamente lo mismo.
Las preguntas de Airi acerca de los tres extraños que habían visto y las hipótesis al respecto, así como lo que dijo Kalna le hubieran interesado bastante más de no ser porque Connor volvió con aquella persona que sin duda parecía otra humana. El mjörní creía que ya sabía formas de distinguir entre chicos y chicas a los mamíferos de piel al descubierto, al menos en algunos casos. Un fugaz pensamiento de que de todas formas no debía asumir nada al respecto, dada la conversación que habían tenido la noche anterior, se quedó solo en eso debido a que el estado de la recién llegada era bastante más importante que cualquier otra cosa acerca de ella. Además, Connor había sido bastante brusco al cargarla y dejarla caer sobre el sofá de aquella forma. De verdad esperaba que no tuviera ninguna herida por la que mover su cuerpo indiscriminadamente pudiese empeorar.
Tawar también se mostraba muy preocupade, e Ethan no dudó en ofrecer agua a la chica. En contraste, Damian demostró una vez más que había ciertas cosas que escapaban a su entendimiento, mostrando sus carencias empáticas al prácticamente ignorar por completo a la que se presentó como Aria para insistir de inmediato en comer.
—En cuanto nos aseguremos de que estamos todos bien —le respondería al niño.
Al igual que Szczenyak, Räg también recordaba el impacto que había provocado su apariencia tan distinta al principio, por lo que decidió mantenerse algo alejado y pudo escuchar su sarcasmo entre susurros. La verdad es que el mjörní tampoco entendía por qué la chica había dicho eso, pero teniendo en cuenta que casi había perdido el conocimiento, bien podía estar medio delirante.
—Hola, Aria. Yo soy Rägjynn, o Räg si te es más fácil —se presentó de todas formas sin acercarse, mientras continuaba atendiendo a los heridos—. ¿Te encuentras bien? Bueno… O mejor, al menos. ¿Necesitas algo? No es que tengamos mucho que ofrecer, pero en cuanto terminemos de vendar las heridas planeábamos comer y quizás te venga bien… Tú no tienes ninguna herida, ¿o sí? —Se le ocurrió de pronto al mencionar las lesiones.
A simple vista parecía ilesa, pero bien podía ocultarse alguna bajo su ropa, por ejemplo.
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