Torreón Sendar
+9
Cuervo
Red
Tak
Reifon
Evanna
Yber
Seth
PePo
Jack
13 participantes
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Torreón Sendar
17/04/19, 01:21 am
Recuerdo del primer mensaje :
La divisaron a lo lejos. Una enorme cueva vertical se alzaba desde la tierra, colosal, majestuosa e imponente sobre la calle, y con una vista espléndida sobre esta. Aceleró el paso por curiosidad y esperanza, porque que algo estuviera en mejor estado que las calles que habían atravesado... ya era mucho. Además, no quería seguir hablando de los Hijos de Bakaiar allí, fuera, al descubierto, como si pensar en ellos o mencionarles pudiera atraer al de antes.
Cuando llegaron, sonrió al reconocer un foso, porque le era familiar del hogar, y se maravilló aún más al ver la enorme superficie de madera que lo atravesaba y que conectaba con el edificio.
—No sé si esto es lo que buscábamos, pero tiene buena pinta.
No esperó a los demás. Se había fijado en unos inventos nuevos que sujetaban la madera del foso y que se introducían en la cueva, y quería investigar tanto eso, como el interior como todo lo que pudiera. Se adelantó al grupo y caminó por la lámina de madera con toda la curiosidad del mundo, hasta llegar a la lámina vertical. La reconoció, parecida a las de esa cueva donde despertaron, así que empujó con el hombro hasta que se movió. Y... una vez dentro, se quedó parado en la puerta. ¡Era enorme! ¡Y había un sinfín de cosas sin determinar!
—¡Esto es alucinante! —exclamó mientras liberaba el camino para entrar.
Le temblaba la pierna derecha, pero de anticipación por querer explorarlo y entenderlo todo. Su mirada saltaba de un artefacto a otro, de una pared a otra, de un punto a otro. Y aún tenía que investigar los hierros que entraban y salían de la cueva y se anclaban a la lámina de madera del exterior. Necesitaba nombres para aquellas cosas nuevas. Ahora sería él quien preguntara a los demás.
- Magia:
"Manual de magia para recién llegados":
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Levitación (transporte)
-Hechizo de impulso (físico)
-Corte (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Limpieza de ropa (menores)
-Cambio de color (menores)
"Hechizos para no morir pronto":
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Hechizos compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Térmico (físico)
-Luz mágica (menor)
La divisaron a lo lejos. Una enorme cueva vertical se alzaba desde la tierra, colosal, majestuosa e imponente sobre la calle, y con una vista espléndida sobre esta. Aceleró el paso por curiosidad y esperanza, porque que algo estuviera en mejor estado que las calles que habían atravesado... ya era mucho. Además, no quería seguir hablando de los Hijos de Bakaiar allí, fuera, al descubierto, como si pensar en ellos o mencionarles pudiera atraer al de antes.
Cuando llegaron, sonrió al reconocer un foso, porque le era familiar del hogar, y se maravilló aún más al ver la enorme superficie de madera que lo atravesaba y que conectaba con el edificio.
—No sé si esto es lo que buscábamos, pero tiene buena pinta.
No esperó a los demás. Se había fijado en unos inventos nuevos que sujetaban la madera del foso y que se introducían en la cueva, y quería investigar tanto eso, como el interior como todo lo que pudiera. Se adelantó al grupo y caminó por la lámina de madera con toda la curiosidad del mundo, hasta llegar a la lámina vertical. La reconoció, parecida a las de esa cueva donde despertaron, así que empujó con el hombro hasta que se movió. Y... una vez dentro, se quedó parado en la puerta. ¡Era enorme! ¡Y había un sinfín de cosas sin determinar!
—¡Esto es alucinante! —exclamó mientras liberaba el camino para entrar.
Le temblaba la pierna derecha, pero de anticipación por querer explorarlo y entenderlo todo. Su mirada saltaba de un artefacto a otro, de una pared a otra, de un punto a otro. Y aún tenía que investigar los hierros que entraban y salían de la cueva y se anclaban a la lámina de madera del exterior. Necesitaba nombres para aquellas cosas nuevas. Ahora sería él quien preguntara a los demás.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
02/12/20, 09:02 pm
Iemai se levantó con un nudo en la garganta después de haber estado entre despierta y dormida durante un rato largo. Notó la ausencia de varias personas ya entre las camas contiguas, y se apresuró a vestirse y bajar a desayunar. El sol ya se había alzado lo suficiente para iluminar el interior del torreón, y no podían retrasarse demasiado con la salida si querían aprovechar las horas de luz. Ella todavía no tenía claro si debería salir del torreón o no, pero se cansaba de estar allí, y quería conocer a sus nuevos aliados. Cuanta más gente se incorporase a su círculo, más optimista sería la cercana respecto a su futuro en aquella ciudad.
Cuando llegó abajo calentó un cazo de leche anaranjada (la única que no le sentaba mal) para ella y cualquiera que fuese a querer algo caliente. Los días habían continuado haciéndose cada vez más fríos y, aunque acababa de salir de la cama y no se le había enfriado aún el cuerpo, el cambio de ropa la había hecho castañear los dientes. Mientras esperaba, soltó un suspiro y se arrebujó más en la chaqueta que se acababa de poner.
—¿Quiénes van a salir y quiénes van a quedarse? —preguntaría a cualquier que estuviese en la cocina o pasase por allí en aquel momento.
Cuando llegó abajo calentó un cazo de leche anaranjada (la única que no le sentaba mal) para ella y cualquiera que fuese a querer algo caliente. Los días habían continuado haciéndose cada vez más fríos y, aunque acababa de salir de la cama y no se le había enfriado aún el cuerpo, el cambio de ropa la había hecho castañear los dientes. Mientras esperaba, soltó un suspiro y se arrebujó más en la chaqueta que se acababa de poner.
—¿Quiénes van a salir y quiénes van a quedarse? —preguntaría a cualquier que estuviese en la cocina o pasase por allí en aquel momento.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Torreón Sendar
02/12/20, 11:07 pm
Observaba con preocupación a Ulmara. «Desde luego que mal miente... Pero eso es "ella" también. Todo esto. ¿Será una parte de mi la que está cómodo con ella o todo yo? La verdad... a quien le importa.» Aquella expresión de preocupación se tornó de nuevo en una sonrisa, como era habitual. Pero esta vez era diferente, mucho más pequeña y cercana, mucho más confidente, comedida y sincera.
-Para nada. -Le contestó con suavidad y moviendo la mano para esta vez revolverle un poco las plumas de la cabeza. En ese momento la energía volvió a su voz en aquel tono animado que era más usual. -Bueno voy a hacerme el desayuno así que ¿qué quieres tú? Te lo hago y así estamos ahorramos tiempo para partir. ¿Qué me dices? -Cambió su pose a una un poco excéntrica, con la mano de los anillos en la cadera resaltándolos, el cuerpo algo ladeado y la rodilla algo doblada. El estaba claramente ya preparado, incluso con las fundas de las armas listas, se le llevaban notando las ganas por este día desde hacía casi una semana.
-Para nada. -Le contestó con suavidad y moviendo la mano para esta vez revolverle un poco las plumas de la cabeza. En ese momento la energía volvió a su voz en aquel tono animado que era más usual. -Bueno voy a hacerme el desayuno así que ¿qué quieres tú? Te lo hago y así estamos ahorramos tiempo para partir. ¿Qué me dices? -Cambió su pose a una un poco excéntrica, con la mano de los anillos en la cadera resaltándolos, el cuerpo algo ladeado y la rodilla algo doblada. El estaba claramente ya preparado, incluso con las fundas de las armas listas, se le llevaban notando las ganas por este día desde hacía casi una semana.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Sendar
03/12/20, 01:24 am
—Regular —admitió rechazando un poco el contacto visual en contraposición a la noche anterior, que no había podido despegarse del contacto de la hawaiana, incluso se había quedado dormida entre sus brazos. Sin embargo su cuerpo se tensaba como cables de acero cuando llegaba la luz del día y el jaleo propio de la mañana— pero no tiene importancia —Fleur sabía que debía preguntarle de vuelta a Maila cómo había pasado la noche, pero lo dejó correr. Como también dejó estar lo rara que había despertado Ulmara, puede que no quisiera que le preguntaran y para ser sincera en ese momento tampoco quería preguntarle.
Vestida de manera adecuada, más aseada y terminándose una pieza de fruta respondió a Iemai en la cocina.
—Yo voy —allí estaba de nuevo la división y el hacer hincapié en no decir "nosotras vamos" por mucho que supiera de antemano que Maila también deseaba salir— deberíamos marchar pronto —sugirió. ¿Ella, apremiando? Diablos, sí que estaba rara, se dijo, mientras clavaba la mirada perdida en algún punto de la pared y tocaba su colgante al mismo tiempo. A veces lo notaba demasiado frío, como si tuviera vida propia y no quisiera que lo portara en su cuello. Pero por supuesto debía ser el clima y no su propia imaginación.
Vestida de manera adecuada, más aseada y terminándose una pieza de fruta respondió a Iemai en la cocina.
—Yo voy —allí estaba de nuevo la división y el hacer hincapié en no decir "nosotras vamos" por mucho que supiera de antemano que Maila también deseaba salir— deberíamos marchar pronto —sugirió. ¿Ella, apremiando? Diablos, sí que estaba rara, se dijo, mientras clavaba la mirada perdida en algún punto de la pared y tocaba su colgante al mismo tiempo. A veces lo notaba demasiado frío, como si tuviera vida propia y no quisiera que lo portara en su cuello. Pero por supuesto debía ser el clima y no su propia imaginación.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Sendar
03/12/20, 05:40 pm
El retorno al torreón y el momento de aplicarle el hechizo dibujado pasaron con mucha tensión para el Hijo de Lunas, pero guardó silencio todo el tiempo. Esperó con cualquier distracción lo más tranquila posible mientras la magia hacía su efecto y por fin recibieron la buena noticia. Esta era doble, por cierto, porque significaba que tendrían una baza aún mayor de cara a curar futuras heridas.
Esa noche se retiró con alivio a su cama. Seguía tenso por todo lo que había pasado, y el miedo a perder a sus amigos aún acechando sobre su cabeza. Bueno, realmente... no sabía si todos se consideraban amigos entre sí, pero con lo mucho que se habían volcado en ayudarse y aprender entre todos desde hacía un tiempo... y después del día que habían tenido... Él sí quería considerarles así. Sin embargo, esto suponía un "dilema" de cara al futuro: quizás en otro momento no tendrían tanta suerte y podrían perder a alguien. Al principio había querido entrenar en grupo para ayudarse en equipo para tener más posibilidades de supervivencia, un poco egoísta pero comprensible entre desconocidos. Ahora, sin embargo, se sentía más unido a ellos y quería protegerles sin más motivo que mantenerse todos con vida.
El resto de días pasaron como casi siempre, pero con algunos cambios. Le gustó la idea del carbón para prevenir en caso de más invasiones, por ejemplo, y durante sus ratos libres y algunas guardias nocturnas se enfrascó en los libros de magia por ver si podían seguir aprendiendo, aunque más aún con su bestiario. Tuvo que pelearse mucho más con los apuntes de traducción para entender algo, pero descubrió pronto que tenía cierta facilidad para ello... y hasta pudo notar errores en los apuntes de los demás. Corregía sus notas, pero no les diría nada. Gracias a estos ratos, pudo tomar sus propios apuntes de sus traducciones del bestiario, como que las ratas con espinas podían lanzarlas como proyectiles, o que las babas de algunas criaturas podían ser corrosivas. Rocavarancolia podía ser una ciudad de monstruos, pero para Pefka aquellas bestias eran bastante "normales". Nada que ver con las de otros mundos, como la Tierra por poner un ejemplo, donde sus depredadores no parecían tan horribles en comparación. Pero le daba igual, pues quería visitar los mundos de origen de sus compañeros de todas maneras. Ojalá.
Por otro lado, como novedades menos importantes tuvieron la desaparición del bibliotecario en algunas de sus visitas, seguramente por los malos modales de Ulmara en aquella ocasión, y también lo mucho que se notaba que debían proteger a Rua en sus salidas. Su baza de la curación en profundidad se acabaría si a la chica le pasara algo, y aunque no debían depender demasiado de la magia sí que debían mantener sus puntos fuertes a salvo. Y aun así... seguía dándole vueltas a por qué él no merecía el don de las lunas y en cambio sí los demás. Casi nadie había podido hacer nada realmente relevante a ojos de las diosas como para que les otorgaran esa capacidad, así que no lo entendía.
Otra novedad aún más destacable, en cambio, fue el descubrimiento de un tercer torreón con su respectivo grupo de cosechados como ellos. La noticia se la dieron los de Maciel en uno de sus encuentros y de inmediato se plantearon organizar una salida para verse con ellos. Se notaba la ilusión de conocer a más gente como ellos y por supuesto poder aprender lo que pudieran del otro grupo, pero al nombrado le crispaba pensar en una reunión tan grande. Su propio grupo, los de Maciel, el otro torreón... Se angustiaba de solo pensarlo, así que decidió quedarse en su refugio cuando tuviera lugar el encuentro.
No lo había hablado con nadie hasta que llegó el día de la excursión, y lo dijo durante el desayuno cuando bajó y se reunió con el resto. Ese día se había despertado más tarde, y por eso preparó té, pan y carne especiada solo para él cuando se reunió con el resto. Traía mala cara, pues había dormido mal y después de haberse hidratado seguía notando con mucha frustración que su coraza seguía blanda.
—Buenos días... Estáis hablando de ir a conocer a los del otro torreón, ¿no? Yo prefiero quedarme, no... no me llevo bien con tanta cantidad de gente y no soy tan sociable como ustedes, ya les conoceré en otro momento.
Se había llegado a plantear no contar el verdadero motivo, pero tenía cierta certeza de que le entenderían. Y si no, siempre tenía las excusas de que había pasado mala noche (preocupado y tenso con pesadillas por si sufrían un ataque en el encuentro) y que quería seguir estudiando su libro y quizás los apuntes de magia... Bueno, tampoco lo había comentado con nadie, pero quizá se habrían dado cuenta. Hablaría de ello después si se daba la ocasión.
Esa noche se retiró con alivio a su cama. Seguía tenso por todo lo que había pasado, y el miedo a perder a sus amigos aún acechando sobre su cabeza. Bueno, realmente... no sabía si todos se consideraban amigos entre sí, pero con lo mucho que se habían volcado en ayudarse y aprender entre todos desde hacía un tiempo... y después del día que habían tenido... Él sí quería considerarles así. Sin embargo, esto suponía un "dilema" de cara al futuro: quizás en otro momento no tendrían tanta suerte y podrían perder a alguien. Al principio había querido entrenar en grupo para ayudarse en equipo para tener más posibilidades de supervivencia, un poco egoísta pero comprensible entre desconocidos. Ahora, sin embargo, se sentía más unido a ellos y quería protegerles sin más motivo que mantenerse todos con vida.
El resto de días pasaron como casi siempre, pero con algunos cambios. Le gustó la idea del carbón para prevenir en caso de más invasiones, por ejemplo, y durante sus ratos libres y algunas guardias nocturnas se enfrascó en los libros de magia por ver si podían seguir aprendiendo, aunque más aún con su bestiario. Tuvo que pelearse mucho más con los apuntes de traducción para entender algo, pero descubrió pronto que tenía cierta facilidad para ello... y hasta pudo notar errores en los apuntes de los demás. Corregía sus notas, pero no les diría nada. Gracias a estos ratos, pudo tomar sus propios apuntes de sus traducciones del bestiario, como que las ratas con espinas podían lanzarlas como proyectiles, o que las babas de algunas criaturas podían ser corrosivas. Rocavarancolia podía ser una ciudad de monstruos, pero para Pefka aquellas bestias eran bastante "normales". Nada que ver con las de otros mundos, como la Tierra por poner un ejemplo, donde sus depredadores no parecían tan horribles en comparación. Pero le daba igual, pues quería visitar los mundos de origen de sus compañeros de todas maneras. Ojalá.
Por otro lado, como novedades menos importantes tuvieron la desaparición del bibliotecario en algunas de sus visitas, seguramente por los malos modales de Ulmara en aquella ocasión, y también lo mucho que se notaba que debían proteger a Rua en sus salidas. Su baza de la curación en profundidad se acabaría si a la chica le pasara algo, y aunque no debían depender demasiado de la magia sí que debían mantener sus puntos fuertes a salvo. Y aun así... seguía dándole vueltas a por qué él no merecía el don de las lunas y en cambio sí los demás. Casi nadie había podido hacer nada realmente relevante a ojos de las diosas como para que les otorgaran esa capacidad, así que no lo entendía.
Otra novedad aún más destacable, en cambio, fue el descubrimiento de un tercer torreón con su respectivo grupo de cosechados como ellos. La noticia se la dieron los de Maciel en uno de sus encuentros y de inmediato se plantearon organizar una salida para verse con ellos. Se notaba la ilusión de conocer a más gente como ellos y por supuesto poder aprender lo que pudieran del otro grupo, pero al nombrado le crispaba pensar en una reunión tan grande. Su propio grupo, los de Maciel, el otro torreón... Se angustiaba de solo pensarlo, así que decidió quedarse en su refugio cuando tuviera lugar el encuentro.
No lo había hablado con nadie hasta que llegó el día de la excursión, y lo dijo durante el desayuno cuando bajó y se reunió con el resto. Ese día se había despertado más tarde, y por eso preparó té, pan y carne especiada solo para él cuando se reunió con el resto. Traía mala cara, pues había dormido mal y después de haberse hidratado seguía notando con mucha frustración que su coraza seguía blanda.
—Buenos días... Estáis hablando de ir a conocer a los del otro torreón, ¿no? Yo prefiero quedarme, no... no me llevo bien con tanta cantidad de gente y no soy tan sociable como ustedes, ya les conoceré en otro momento.
Se había llegado a plantear no contar el verdadero motivo, pero tenía cierta certeza de que le entenderían. Y si no, siempre tenía las excusas de que había pasado mala noche (preocupado y tenso con pesadillas por si sufrían un ataque en el encuentro) y que quería seguir estudiando su libro y quizás los apuntes de magia... Bueno, tampoco lo había comentado con nadie, pero quizá se habrían dado cuenta. Hablaría de ello después si se daba la ocasión.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torreón Sendar
03/12/20, 07:31 pm
A Maila no se le escapó cómo la francesa la esquivaba con la mirada o cómo no le devolvía la pregunta. A raíz de aquella conversación habían cambiado algunas cosas. Y aunque no lo sabía a ciencia cierta podía intuir qué le ocurría. Una parte de ella deseaba expresarle lo que sentía ante su nueva actitud, pero su parte más orgullosa estaba saliendo más a la superficie poco a poco. Y le decía que no cediera, a pesar de que fuera más doloroso. Y luego estaban las noches, donde todo era mucho más perfecto con Fleur y dónde no podía evitar olvidar lo que hacía durante el día. Estaba hecha un lío. Tras asearse y prepararse para salir bajó las escaleras. No necesitaba todos aquellos pensamientos ahora. Hoy era un día importante.
-Me apunto.- Dijo levantando la mano mientras se preparaba algo para comer. Tras ver que ya Nery´s le preguntaba sobre su estado a Ulmara decidió no hacer lo mismo. Creía que una multitud preguntándole cómo estaba podría agobiarla. Por otro lado escuchó al krabelinense mientras cogía una manzana -Siempre es bueno tenerte ahí fuera Pefka, pero como quieras.- Comentó amablemente a su negativa de salir al encuentro.- Si, seguro que volvemos a vernos varias veces. Pero... deberíamos tener cuidado con ellos...- Les dijo, y acto seguido se arrepintió un poco de mostrar sus dudas en voz alta, pero ya que lo había dicho mejor expresarse como debía.- Quiero decir, no sabemos cómo son. Tengamos cuidado por si hay un... un loco parecido a Setenta y Siete entre ellos...¡Que no creo que se así! Pero por si acaso...- Tras terminar de hablar le dio un bocado a la manzana, como si pudiera borrar lo que acababa de decir.
Sabía que todos estaban muy ilusionados con el encuentro, ella incluida. Porque parecía que la ciudad ya no era tan peligrosa como antes si contaban con aliados. Pero no podía evitar pensar en el grupo de Maciel, y en todo el tiempo que estuvieron viviendo con un asesino, creyendo que era un aliado. Por muy antinatural que le resultara desconfiar de otro cosechado en aquella ciudad quizás era hora de ir tomando precauciones.
-Me apunto.- Dijo levantando la mano mientras se preparaba algo para comer. Tras ver que ya Nery´s le preguntaba sobre su estado a Ulmara decidió no hacer lo mismo. Creía que una multitud preguntándole cómo estaba podría agobiarla. Por otro lado escuchó al krabelinense mientras cogía una manzana -Siempre es bueno tenerte ahí fuera Pefka, pero como quieras.- Comentó amablemente a su negativa de salir al encuentro.- Si, seguro que volvemos a vernos varias veces. Pero... deberíamos tener cuidado con ellos...- Les dijo, y acto seguido se arrepintió un poco de mostrar sus dudas en voz alta, pero ya que lo había dicho mejor expresarse como debía.- Quiero decir, no sabemos cómo son. Tengamos cuidado por si hay un... un loco parecido a Setenta y Siete entre ellos...¡Que no creo que se así! Pero por si acaso...- Tras terminar de hablar le dio un bocado a la manzana, como si pudiera borrar lo que acababa de decir.
Sabía que todos estaban muy ilusionados con el encuentro, ella incluida. Porque parecía que la ciudad ya no era tan peligrosa como antes si contaban con aliados. Pero no podía evitar pensar en el grupo de Maciel, y en todo el tiempo que estuvieron viviendo con un asesino, creyendo que era un aliado. Por muy antinatural que le resultara desconfiar de otro cosechado en aquella ciudad quizás era hora de ir tomando precauciones.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Sendar
04/12/20, 01:37 am
Ulmara lanzó al frivy una mirada de pocos amigos cuando le revolvió las plumas, pero al final acabó suspirando y asintiendo. No le gustaba relegar sus cosas en nadie, nisiquiera algo tan sencillo como el desayuno, pero en ese instante decidió que no estaría tan mal dejarse ayudar.
—Va, acepto. Tómatelo como un pago por tocar mis plumas —dijo medio en serio medio no, suavizando para sí misma el hecho de estar cediendo a su favor—. En realidad me vale con un par de tostadas con mantequilla, ya pillaré luego algo de fruta, que tampoco te quiero entretener —guardó silencio unos segundos antes de volver a hablar—. Oye, gracias.
E hizo bomba de humo. Subió a la habitación, se cambió de ropa (y se recolocó las plumas) y se puso para la ocasión una sudadera con capucha y marsupio y unos pantalones deportivos que habían visto años mejores. Después bajó a la armería y se puso una cota de mallas por encima, porque ir ridículamente vestida era la moda de Rocavarancolia. La magia de todo lo que tenían era que no servía ni para vestirse ni para defenderse. Después se cinchó el cinto, colgó la espada y una daga y agarró su escudo en el antebrazo derecho. Lista.
Una vez abajo, hizo hueco en su estómago para el favor que le había hecho Nery's y se limitó a alzar una mano cuando preguntaron quién iba y quien no. Estaba haciendo un clásico: fingir que no acababa de cruzar delante de todos hacía pocos minutos como si hubiese visto algún muerto (su padre, para más inri).
—Si me caen mejor que vosotros, lo mismo me quedo con ellos. Aviso —logró bromear, a su manera seca, antes de salir.
La realidad era que, poco a poco, les había cogido un poco de cariño a todos, hasta aquellos a los que habría esperado odiar o con los que más discutía. También era cierto que la salida inminente mejoraba su humor hasta el punto en el que casi se olvidó del terrible sueño que había vivido. Casi.
Sigue en el Torreón Silente.
—Va, acepto. Tómatelo como un pago por tocar mis plumas —dijo medio en serio medio no, suavizando para sí misma el hecho de estar cediendo a su favor—. En realidad me vale con un par de tostadas con mantequilla, ya pillaré luego algo de fruta, que tampoco te quiero entretener —guardó silencio unos segundos antes de volver a hablar—. Oye, gracias.
E hizo bomba de humo. Subió a la habitación, se cambió de ropa (y se recolocó las plumas) y se puso para la ocasión una sudadera con capucha y marsupio y unos pantalones deportivos que habían visto años mejores. Después bajó a la armería y se puso una cota de mallas por encima, porque ir ridículamente vestida era la moda de Rocavarancolia. La magia de todo lo que tenían era que no servía ni para vestirse ni para defenderse. Después se cinchó el cinto, colgó la espada y una daga y agarró su escudo en el antebrazo derecho. Lista.
Una vez abajo, hizo hueco en su estómago para el favor que le había hecho Nery's y se limitó a alzar una mano cuando preguntaron quién iba y quien no. Estaba haciendo un clásico: fingir que no acababa de cruzar delante de todos hacía pocos minutos como si hubiese visto algún muerto (su padre, para más inri).
—Si me caen mejor que vosotros, lo mismo me quedo con ellos. Aviso —logró bromear, a su manera seca, antes de salir.
La realidad era que, poco a poco, les había cogido un poco de cariño a todos, hasta aquellos a los que habría esperado odiar o con los que más discutía. También era cierto que la salida inminente mejoraba su humor hasta el punto en el que casi se olvidó del terrible sueño que había vivido. Casi.
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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Torreón Sendar
04/12/20, 03:10 pm
Una pequeña risa salió por su nariz al escuchar la primera frase, y finalmente ensancho aquella sonrisa suya al recibir las gracias. Ver que había ayudado un poco aunque fuera le alegró aún mañas la mañana. Después de días de dudas y quebraderos de cabeza había pocas cosas que tenía en claro. Y una de ellas que se afianzaba era que le encantaba estar con ellos.
Sacó un caldero del pozo para beber y entró en la cocina con tranquilidad saludando a todo el mundo de manera animada y colocándose al lado de Iemai, dándole un golpe cariñoso con su cadera para pedirle que se apartara y así abrir el mueble de debajo sin dejar de Maniobrar con el pan y las sartenes. El iba ya completamente preparado.
-Yo no me lo pierdo por nada. -Dijo entrando a la cocina con tostadas hechas. -Y sí, hay que tener cuidado. Pero con tres grupos podremos cubrirnos las espaldas mucho mejor. -Añadió intentando calmar los nervios, antes de besar en la mejilla a una Kiki que se había bajado uno de los libros y ponerle el desayuno a ella delante ya hecho. -Bueno, nos quedamos más seguros contigo cuidando el lugar Pef. -Le intentó animar.
Ante la broma de Ulmara rio algo y le dio un codazo suave a la cercana. Y tras despedirse de Kiki y comprobar que todo el mundo iba equipado, partieron hacía aquel encuentro.
Sigue en el Torreón Silente
Sacó un caldero del pozo para beber y entró en la cocina con tranquilidad saludando a todo el mundo de manera animada y colocándose al lado de Iemai, dándole un golpe cariñoso con su cadera para pedirle que se apartara y así abrir el mueble de debajo sin dejar de Maniobrar con el pan y las sartenes. El iba ya completamente preparado.
-Yo no me lo pierdo por nada. -Dijo entrando a la cocina con tostadas hechas. -Y sí, hay que tener cuidado. Pero con tres grupos podremos cubrirnos las espaldas mucho mejor. -Añadió intentando calmar los nervios, antes de besar en la mejilla a una Kiki que se había bajado uno de los libros y ponerle el desayuno a ella delante ya hecho. -Bueno, nos quedamos más seguros contigo cuidando el lugar Pef. -Le intentó animar.
Ante la broma de Ulmara rio algo y le dio un codazo suave a la cercana. Y tras despedirse de Kiki y comprobar que todo el mundo iba equipado, partieron hacía aquel encuentro.
Sigue en el Torreón Silente
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- PePo
Ficha de cosechado
Nombre: Jose Antonio De Arnaiz y La Vega Lopez (Toni)
Especie: Humano andaluz
Habilidades: habilidad mental, rapidez mental, reflejosPersonajes : Toni
Armas : Caída de ojos.
Re: Torreón Sendar
05/12/20, 10:32 pm
Se tumbó en el suelo, junto con los heridos y cerró brevemente los ojos. Estaba cansado, pero era más emocional que físico. El ataque de la bestia realmente solo le había roto el labio, que aún escocia. Cuando llegaron de la Biblioteca, Ulmara se acercó a Toni y le comentó la posibilidad de curarle lo del labio, pero lo rechazó -Solo es un rasguño.
Inconscientemente Toni sentía una herida muy profunda. Sentía una profunda grieta que lo separaba de sus padres, de toda su familia, el sueño la había removido. No quería ser como ellos y el sueño le había demostrado que por mucho que se alejase seguirían siendo su familia. Eso le dolía profundamente. La herida del labio, el dolor que sentía en los dientes y las encías, le hacían pensar, en lo más profundo del pecho que con su cura, también se podría curar otras heridas menos evidentes.
El tiempo pasó por Toni como un suspiro. Se dedicaba a reflexionar sobre el extraño sueño que tuvo. Por momentos, pensaba que solo era un sueño producido por el porrazo, pero por otros, se le hacía demasiado evidente que parecía tener algo que ver con otros sueños de sus compañeros.
Aquella mañana en cuanto se fueron todos, se acercó a Perfka.
- Oye, es todo muy raro ¿no? más que de normal, quiero decir. Me da miedo lo que pueda pasar. Creo que no es muy buena idea esto de entablar amistad con gente... puede salir muy mal.
Inconscientemente Toni sentía una herida muy profunda. Sentía una profunda grieta que lo separaba de sus padres, de toda su familia, el sueño la había removido. No quería ser como ellos y el sueño le había demostrado que por mucho que se alejase seguirían siendo su familia. Eso le dolía profundamente. La herida del labio, el dolor que sentía en los dientes y las encías, le hacían pensar, en lo más profundo del pecho que con su cura, también se podría curar otras heridas menos evidentes.
El tiempo pasó por Toni como un suspiro. Se dedicaba a reflexionar sobre el extraño sueño que tuvo. Por momentos, pensaba que solo era un sueño producido por el porrazo, pero por otros, se le hacía demasiado evidente que parecía tener algo que ver con otros sueños de sus compañeros.
Aquella mañana en cuanto se fueron todos, se acercó a Perfka.
- Oye, es todo muy raro ¿no? más que de normal, quiero decir. Me da miedo lo que pueda pasar. Creo que no es muy buena idea esto de entablar amistad con gente... puede salir muy mal.
No lo sabes, Invitado, pero te quiero.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
06/12/20, 01:00 pm
Después de que se fueran los demás, que eran la mayoría de su grupo, y antes de darle tiempo a organizarse para pensar qué hacer con el día "libre", se le acercó el otro humano... Y Pefka descubrió que no era el único que se preocupaba por el encuentro. Justo había pensado que otra razón para no haber ido era que él no sabía leer las intenciones ocultas de los demás.
—Me pasa igual... Los de Maciel se fían de ellos y entre nosotros no ha pasado nada raro, pero yo qué sé... Han ido muchos, podría pasar cualquier cosa. O podría salir bien y quizá vuelvan con información que no tengamos...
Se dejó caer en el sofá. No quería darle demasiadas vueltas, la verdad. No podían saber nada hasta que volvieran o hasta que se hartasen de esperar y fueran a buscarles, pero... la cantidad de posibilidades que se le ocurrían se le antojaba un abismo. No volcaría esos miedos en sus compañeros o el día se les haría muy largo.
—Esperemos que vaya todo bien, anda. Oye, ¿qué hacéis en la Tierra para pasar el tiempo cuando os preocupa algo? —dijo para intentar centrar el tema en algo más práctico.
—Me pasa igual... Los de Maciel se fían de ellos y entre nosotros no ha pasado nada raro, pero yo qué sé... Han ido muchos, podría pasar cualquier cosa. O podría salir bien y quizá vuelvan con información que no tengamos...
Se dejó caer en el sofá. No quería darle demasiadas vueltas, la verdad. No podían saber nada hasta que volvieran o hasta que se hartasen de esperar y fueran a buscarles, pero... la cantidad de posibilidades que se le ocurrían se le antojaba un abismo. No volcaría esos miedos en sus compañeros o el día se les haría muy largo.
—Esperemos que vaya todo bien, anda. Oye, ¿qué hacéis en la Tierra para pasar el tiempo cuando os preocupa algo? —dijo para intentar centrar el tema en algo más práctico.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- PePo
Ficha de cosechado
Nombre: Jose Antonio De Arnaiz y La Vega Lopez (Toni)
Especie: Humano andaluz
Habilidades: habilidad mental, rapidez mental, reflejosPersonajes : Toni
Armas : Caída de ojos.
Re: Torreón Sendar
28/12/20, 12:06 am
Le hizo gracia el cambio de tema tan brusco, pero le apetecía hablar de otra cosa y la idea de hablar de cosas de la tierra con alguien ajeno a ella le parecía interesante.
- Buf, pues muchas cosas, leemos, vemos la tele, miramos a la nada como si estuviéramos en otro lugar, esto último yo lo hacia mucho y leer, leer también- dijo sentándose también- se hace muchas cosas, nose, no se me ocurren más pero porque yo solo hacia esas.
Sigue en Conversación entre Toni y Pefka.
- Buf, pues muchas cosas, leemos, vemos la tele, miramos a la nada como si estuviéramos en otro lugar, esto último yo lo hacia mucho y leer, leer también- dijo sentándose también- se hace muchas cosas, nose, no se me ocurren más pero porque yo solo hacia esas.
Sigue en Conversación entre Toni y Pefka.
No lo sabes, Invitado, pero te quiero.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Sendar
24/01/21, 06:19 pm
“Cae la noche en la ciudad roja mientras los murciélagos danzan como luces que me guían al infierno, y a pesar de todo, en retrospectiva, mi vida apesta…no literalmente porque el concepto de vida no está ligado a los olores, pero si es una aproximación bastante acertada”. Aquel monologo se repetía mucho y muy a menudo en la cabeza de Kiki. Claro que al inicio había parecido una gran aventura, con peligros y partes buenas, pero el montón de pequeñas realidades la estaban golpeando en la cara como una fuerte tormenta de nieve soñada que de un momento a otro se vuelve real. Había tardes y mañanas donde extrañaba a sus amigas, donde querría ir un rato con su psicólogo, pedir una pizza y contarle todo, pero había una pequeña voz, una minúscula y agria voz que había empezado a ser predominante dentro de ella y que cobraba fuerza, y le susurraba cosas bastante ciertas y crudas. “Pero que va a saber un tipo random que vive a n años luz de aquí, donde n es un numero demasiado incalculable para procesarlo, digo…que va a saber alguien que lo mejor que sabe hacer es escuchar y decirte que te escuches tu misma, que puede saber el sobre como me siento en un maldito mundo lleno de monstruos.” Aun a pesar de no tener argumentos contra ella misma, Kiki mantenía sus conversaciones con ella misma bien…relativamente bien, organizándose para contarlas algún día, para escribirlas, o incluso para que las pongan en su tumba.
“Querido lector…aunque probablemente sea mejor guardar la información en algo que no tenga que ser escrito, teniendo en cuenta el estado de la ciudad y lo poco de su historia…bueno. Querido interlocutor… que tienes la desdicha o infortunio de….inserte aquí el método de comunicación que se este usando…” susurraba ella mientras estaba en su habitación. A raíz del incidente contra el presunto saurópsido, la frágil humana se había aislado con amargura y vergüenza. De que diantre servía que ella estudiara magia, que se haya puesto tan cabezota con Nery´s y los demás acerca de los ejercicios físicos y de que su magia la ayudaría, si aquella vez no le funciono para nada. “El ocaso de una humana promedio de la que ahora escuchas…no, muy dramático…mi crepúsculo comenzó el día en que todo animo y motivación resultaron, objetivamente, vacíos…” Ese día ella había sentido dolor como nunca antes, dolor y pánico. “cualquiera puede morir en cualquier momento, más frecuentemente aquí claro está, pero es diferente un sueño, una plaza, una trampa, o un monstruo atacándote…suena tonto, pero llegados a este punto, las aclaraciones no están de mas” Para ella un hombro dislocado, era demasiado. Pudo ser peor por mucho, pero aparte del inmenso dolor de los tendones y articulaciones fuera de lugar, de la posible fractura que ella pensó al inicio, y del shock de luego estar bien con magia…pues…seguía rota por dentro.
La misma magia que la ayudo, era aquella que no había servido de nada, y no valían las palabras de aliento, que entendía completamente. Les faltaban hechizos, les faltaba práctica, y ella no había ayudado a eso, al gastar su magia diariamente hasta casi estar exhausta esperando notar cambios en la intensidad. Era como estar en una película de vaqueros y después de que el protagonista entrenara mucho, lo mataran sin que pudiese desenfundar del todo. “Cualquiera puede morir, insisto, y no hay excusa que valga, no interesa si era justo o pudo ser evitado…solo mueres, sin embargo, es gracioso saber cuando comenzó eso, y sin animo a dejar preguntas retoricas a…interlocutores…que molesta palabra… empezó todo cuando tu misma te fallas y te das cuenta que no siempre tendrás nuevas oportunidades, cuando llegas a un punto donde no sabes si de verdad sirves… hablo por mi, desde luego”
Los soliloquios mudos de Kiki nunca acababan bien. Normalmente se enfrascaba en discusiones silenciosas sobre si misma, con un libro entre las piernas, sentada en su cama y siempre tratando de no llamar la atención. Bueno, estrictamente no sola. Los demás se habían comportado como maravillas de personas al hablarle, y tratar de animarla, pero dentro de todo aquel ambiente, estaba aislándose ella sola por propia decisión. Había incluso dejado de pasar tanto tiempo con Nery´s, se bañaba lo estrictamente necesario y si hubiera podido hacerlo como un gato, lo hubiera intentado. Se dejó caer hacia atrás sobre su cabello maltratado. Semanas atrás hubiera sido un pecado que el frivy y quizás Rua no hubieran dejado que cometa, pero ahora poco le importaba. Froto sus ojos mientras continuaba la repetida pela consigo misma por hallarle un hilo a todo aquello. “Es difícil darle la razón a los demás cuando sabes mejor que ellos de lo que flaqueas, y por tanto eres no solo vulnerable al exterior, sino a ti mismo o mima, así que interlocutor extraño que….volver a insertar el medio de comunicación…no es bueno que sientas pena de ti mismo, porque es un peligroso y adictivo veneno que solo te va a llevar a dormir…metafóricamente hablando, las prescripciones clínicas para una diagnosis de depresión en otros planetas están mas allá de mis conocimientos, pero por ahora es todo lo que poseo…además de magia que no me sirve ni para salvarme a mi….”
Y como todas las veces anteriores, sus manos estaban ya manchando de lágrimas su rostro y no podía concentrarse en seguir disque-narrando su auto explicación/epitafio/excusa. Los días habían sido muy diversos, buenos, malos, mejores o peores, pero Kyllikki sabia que estaba deprimida, ausente. Sabia que el disparador había sido el accidente, pero dentro de ella estaban aguantando muchas cosas más, algunas que trataba de poner lógicamente, y otras que ni siquiera quería concientizar. No había químicos que ayudaran a su cerebro, ni tampoco manera de desahogarse, solo había tratado de no ser una carga, ni una maleducada muchacha. Había pasado todas esas semanas sonriendo cansadamente y tratando de responder sin llegar a ser un alma en pena. No sabía si los demás la miraban con lastima o desagrado, y como muchas veces en la Tierra, no le daba importancia.
Ni los cambios en el clima, ni los cambios en todos, ni las muchas conversaciones a las que asistía cautelosamente retraída, ni la aparición de estrellas la asombraba. Se había descubierto ella misma tratando de ver una noche que clase de constelaciones podrían ser, o si definitivamente lo que los separaba de su planeta eran galaxias enteras, pero no había ido bien. Había terminado cerrando la boca mientras pensaba amargamente que ni a los astros ni a nada de la creación le importaba realmente si unas cuantas moléculas con pensamiento vivían o morían lejos de un cuerpo celeste o de otro. “La magia no ayuda a la creación…no sirve de nada que una persona…perdón, no quiero problemas con sociedades no humanas o que manejen distintos niveles de ética antropomorfa o no…retomo” Dijo sollozando y haciendo esfuerzo para que no la oyeran hipar…o al menos no mucho… “no sirve de nada la capacidad mágica cuando una misma o mismo…ya me entienden…no es capaz de ayudarse. Y no, no trato de promocionar ningún tipo de autoayuda o motivación espiritual para que tu seas el cambio en el mundo” Dijo con una voz tonta que en otra ocasión le hubiera dado risa. “No, pero si una entidad no esta conforme con ella ni sabe que hacer con el uso de independencia y conciencia sobre si mismo, poco pueden ayudarle las habilidades y la magia…el estudio sobre la autopercepción de mi raza fue bastante importante para ayudar a muchos individuos, y no se si la magia pudiera ayudar en eso, pero querido interlocutor, espero que sea cuando sea que…¿escuches? ¿Leas?...re-reproduzcas esta línea de pensamientos, espero que sean capaces de mantener lo que, probablemente en nuestra ignorancia, llamamos humanidad en mi mundo, mantenerla y a la vez poder ayudar a superar estas cosas a los tuyos…”
Lo que peor le sentaba era saber que si ella se sabia en ese estado, debía de ser una vergüenza que los demás la vean así. No dudaba que ellos querían hablarle y ayudarla, pero ella los había esquivado y no les había dado chance de eso. De alguna manera sentía que merecía tocar fondo para salir, o morir en el intento. Lo curioso es que había planeado diferentes tipos de suicidio, lógicos y con facilidades para no dañar más a sus amigos, pero ni siquiera eso le parecía una respuesta acertada a todo. Cada mañana se levantaba con frio, ya sin el calor de Nery´s a su lado, Había dejado de saltar y saludar curiosamente a los demás, solo levantaba una mano y a veces se daba cuenta que abría los dedos en forma de “V”, señal que solo los humanos podrían reconocer.
El punto mas bajo había sido cuando los demás quisieron ir al otro torreón, y se dio cuenta que no tenia siquiera ganas de curiosear más. Los dejo ir, con un movimiento de cabeza negativo cuando algunas miradas se giraron hacia ella para consultarla. Tampoco se despidió solo subió a seguir practicando magia, una y otra vez hasta que sentía sus dedos cosquillear de manera rara cuando sabia que sus reservas estaban bajas. Eso era peligroso. Había algo que ella no le había contado a los demás, ni siquiera planeaba hacerlo…no estaba tan mal como para hacerse daño a si misma, pero había ocurrido ya un par de veces, que muy en la noche ella había gastado sus ultimas fuerzas para hacer magia y caer desmayada. Fueron días en los que la paso peor que de costumbre y ahora lo manejaba como una opción desesperada para dormir y no pensar
En otras épocas, se habría dado un par de bofetadas y hubiera puesto lógicamente todo con un par de gritos, pero ahora mismo, ella tenia contestaciones lógicas e infantiles para todo argumento que pudiera auto esgrimir contras su depresión. Y aun cuando una vez estuvo a punto de ganarse a si misma, solo se fue a dormir. Consideraba eso una victoria vacía, pero era un indicio de que podía vencerse cuando quisiera, si es que llegaba a quererlo así.
Y así despertó aquella mañana, temprano, con ojeras, con las puntas de sus cabellos llenas de horquillas con la boca seca, frio, sin ganas de absolutamente nada, con una pesadilla clavada en sus neuronas de almacenamiento corto y un nudo en la garganta que casi casi la haría gritar. Usualmente…bueno, antes, porque ya no era usual, hubiera girado para darle golpes en el pecho al frivy, pero ahora solo se tapo la boca con lagrimas en los ojos, sin querer ya soporta tanto por ella misma. Aun así no despertó a nadie, solo se levanto y salió descalza cubierta con una manta, y bajo a la cocina lo mas rápido que pudo, a buscar fuego, a tener aquello que le había faltado en su sueño, y a tratar de que al menos, al despertar, los demás tuvieran listo el fuego para el desayuno.
“Querido lector…aunque probablemente sea mejor guardar la información en algo que no tenga que ser escrito, teniendo en cuenta el estado de la ciudad y lo poco de su historia…bueno. Querido interlocutor… que tienes la desdicha o infortunio de….inserte aquí el método de comunicación que se este usando…” susurraba ella mientras estaba en su habitación. A raíz del incidente contra el presunto saurópsido, la frágil humana se había aislado con amargura y vergüenza. De que diantre servía que ella estudiara magia, que se haya puesto tan cabezota con Nery´s y los demás acerca de los ejercicios físicos y de que su magia la ayudaría, si aquella vez no le funciono para nada. “El ocaso de una humana promedio de la que ahora escuchas…no, muy dramático…mi crepúsculo comenzó el día en que todo animo y motivación resultaron, objetivamente, vacíos…” Ese día ella había sentido dolor como nunca antes, dolor y pánico. “cualquiera puede morir en cualquier momento, más frecuentemente aquí claro está, pero es diferente un sueño, una plaza, una trampa, o un monstruo atacándote…suena tonto, pero llegados a este punto, las aclaraciones no están de mas” Para ella un hombro dislocado, era demasiado. Pudo ser peor por mucho, pero aparte del inmenso dolor de los tendones y articulaciones fuera de lugar, de la posible fractura que ella pensó al inicio, y del shock de luego estar bien con magia…pues…seguía rota por dentro.
La misma magia que la ayudo, era aquella que no había servido de nada, y no valían las palabras de aliento, que entendía completamente. Les faltaban hechizos, les faltaba práctica, y ella no había ayudado a eso, al gastar su magia diariamente hasta casi estar exhausta esperando notar cambios en la intensidad. Era como estar en una película de vaqueros y después de que el protagonista entrenara mucho, lo mataran sin que pudiese desenfundar del todo. “Cualquiera puede morir, insisto, y no hay excusa que valga, no interesa si era justo o pudo ser evitado…solo mueres, sin embargo, es gracioso saber cuando comenzó eso, y sin animo a dejar preguntas retoricas a…interlocutores…que molesta palabra… empezó todo cuando tu misma te fallas y te das cuenta que no siempre tendrás nuevas oportunidades, cuando llegas a un punto donde no sabes si de verdad sirves… hablo por mi, desde luego”
Los soliloquios mudos de Kiki nunca acababan bien. Normalmente se enfrascaba en discusiones silenciosas sobre si misma, con un libro entre las piernas, sentada en su cama y siempre tratando de no llamar la atención. Bueno, estrictamente no sola. Los demás se habían comportado como maravillas de personas al hablarle, y tratar de animarla, pero dentro de todo aquel ambiente, estaba aislándose ella sola por propia decisión. Había incluso dejado de pasar tanto tiempo con Nery´s, se bañaba lo estrictamente necesario y si hubiera podido hacerlo como un gato, lo hubiera intentado. Se dejó caer hacia atrás sobre su cabello maltratado. Semanas atrás hubiera sido un pecado que el frivy y quizás Rua no hubieran dejado que cometa, pero ahora poco le importaba. Froto sus ojos mientras continuaba la repetida pela consigo misma por hallarle un hilo a todo aquello. “Es difícil darle la razón a los demás cuando sabes mejor que ellos de lo que flaqueas, y por tanto eres no solo vulnerable al exterior, sino a ti mismo o mima, así que interlocutor extraño que….volver a insertar el medio de comunicación…no es bueno que sientas pena de ti mismo, porque es un peligroso y adictivo veneno que solo te va a llevar a dormir…metafóricamente hablando, las prescripciones clínicas para una diagnosis de depresión en otros planetas están mas allá de mis conocimientos, pero por ahora es todo lo que poseo…además de magia que no me sirve ni para salvarme a mi….”
Y como todas las veces anteriores, sus manos estaban ya manchando de lágrimas su rostro y no podía concentrarse en seguir disque-narrando su auto explicación/epitafio/excusa. Los días habían sido muy diversos, buenos, malos, mejores o peores, pero Kyllikki sabia que estaba deprimida, ausente. Sabia que el disparador había sido el accidente, pero dentro de ella estaban aguantando muchas cosas más, algunas que trataba de poner lógicamente, y otras que ni siquiera quería concientizar. No había químicos que ayudaran a su cerebro, ni tampoco manera de desahogarse, solo había tratado de no ser una carga, ni una maleducada muchacha. Había pasado todas esas semanas sonriendo cansadamente y tratando de responder sin llegar a ser un alma en pena. No sabía si los demás la miraban con lastima o desagrado, y como muchas veces en la Tierra, no le daba importancia.
Ni los cambios en el clima, ni los cambios en todos, ni las muchas conversaciones a las que asistía cautelosamente retraída, ni la aparición de estrellas la asombraba. Se había descubierto ella misma tratando de ver una noche que clase de constelaciones podrían ser, o si definitivamente lo que los separaba de su planeta eran galaxias enteras, pero no había ido bien. Había terminado cerrando la boca mientras pensaba amargamente que ni a los astros ni a nada de la creación le importaba realmente si unas cuantas moléculas con pensamiento vivían o morían lejos de un cuerpo celeste o de otro. “La magia no ayuda a la creación…no sirve de nada que una persona…perdón, no quiero problemas con sociedades no humanas o que manejen distintos niveles de ética antropomorfa o no…retomo” Dijo sollozando y haciendo esfuerzo para que no la oyeran hipar…o al menos no mucho… “no sirve de nada la capacidad mágica cuando una misma o mismo…ya me entienden…no es capaz de ayudarse. Y no, no trato de promocionar ningún tipo de autoayuda o motivación espiritual para que tu seas el cambio en el mundo” Dijo con una voz tonta que en otra ocasión le hubiera dado risa. “No, pero si una entidad no esta conforme con ella ni sabe que hacer con el uso de independencia y conciencia sobre si mismo, poco pueden ayudarle las habilidades y la magia…el estudio sobre la autopercepción de mi raza fue bastante importante para ayudar a muchos individuos, y no se si la magia pudiera ayudar en eso, pero querido interlocutor, espero que sea cuando sea que…¿escuches? ¿Leas?...re-reproduzcas esta línea de pensamientos, espero que sean capaces de mantener lo que, probablemente en nuestra ignorancia, llamamos humanidad en mi mundo, mantenerla y a la vez poder ayudar a superar estas cosas a los tuyos…”
Lo que peor le sentaba era saber que si ella se sabia en ese estado, debía de ser una vergüenza que los demás la vean así. No dudaba que ellos querían hablarle y ayudarla, pero ella los había esquivado y no les había dado chance de eso. De alguna manera sentía que merecía tocar fondo para salir, o morir en el intento. Lo curioso es que había planeado diferentes tipos de suicidio, lógicos y con facilidades para no dañar más a sus amigos, pero ni siquiera eso le parecía una respuesta acertada a todo. Cada mañana se levantaba con frio, ya sin el calor de Nery´s a su lado, Había dejado de saltar y saludar curiosamente a los demás, solo levantaba una mano y a veces se daba cuenta que abría los dedos en forma de “V”, señal que solo los humanos podrían reconocer.
El punto mas bajo había sido cuando los demás quisieron ir al otro torreón, y se dio cuenta que no tenia siquiera ganas de curiosear más. Los dejo ir, con un movimiento de cabeza negativo cuando algunas miradas se giraron hacia ella para consultarla. Tampoco se despidió solo subió a seguir practicando magia, una y otra vez hasta que sentía sus dedos cosquillear de manera rara cuando sabia que sus reservas estaban bajas. Eso era peligroso. Había algo que ella no le había contado a los demás, ni siquiera planeaba hacerlo…no estaba tan mal como para hacerse daño a si misma, pero había ocurrido ya un par de veces, que muy en la noche ella había gastado sus ultimas fuerzas para hacer magia y caer desmayada. Fueron días en los que la paso peor que de costumbre y ahora lo manejaba como una opción desesperada para dormir y no pensar
En otras épocas, se habría dado un par de bofetadas y hubiera puesto lógicamente todo con un par de gritos, pero ahora mismo, ella tenia contestaciones lógicas e infantiles para todo argumento que pudiera auto esgrimir contras su depresión. Y aun cuando una vez estuvo a punto de ganarse a si misma, solo se fue a dormir. Consideraba eso una victoria vacía, pero era un indicio de que podía vencerse cuando quisiera, si es que llegaba a quererlo así.
Y así despertó aquella mañana, temprano, con ojeras, con las puntas de sus cabellos llenas de horquillas con la boca seca, frio, sin ganas de absolutamente nada, con una pesadilla clavada en sus neuronas de almacenamiento corto y un nudo en la garganta que casi casi la haría gritar. Usualmente…bueno, antes, porque ya no era usual, hubiera girado para darle golpes en el pecho al frivy, pero ahora solo se tapo la boca con lagrimas en los ojos, sin querer ya soporta tanto por ella misma. Aun así no despertó a nadie, solo se levanto y salió descalza cubierta con una manta, y bajo a la cocina lo mas rápido que pudo, a buscar fuego, a tener aquello que le había faltado en su sueño, y a tratar de que al menos, al despertar, los demás tuvieran listo el fuego para el desayuno.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
25/01/21, 02:24 pm
El entusiasmo posterior a la charla con Toni se vio sustituido por el entusiasmo por las cosas que contó el grupo que había ido a conocer a los otros cosechados.Traían mucha información, tanto sobre la ciudad como sus mundos de origen, y por supuesto sobre ellos. Muchos nombres y descripciones se agolpaban en los oídos del hijo de lunas, que no dejaba de maravillarse ante la cantidad de fenómenos que había fuera de su mundo. Se imaginaba corriendo entre ellos a lomos de su kerlax, como si estuvieran conectados entre puentes como los que cruzaban la Cicatriz. Sin duda, ese era uno de sus objetivos cuando fueran libres y hubieran cumplido su tiempo en la ciudad.
Sobre eso también traían información y, por supuesto, le interesaba, pero no le dio muchas vueltas. ¡Pues claro que la energía superior de las lunas les acabaría transformando! Igual que él, que nació con un don, y los levynos con el suyo, todo por obra y gracia de sus diosas. Abrazó el descubrimiento como la confirmación de que era la meta del ritual en el que llevaban tanto tiempo ya.
Fue una temporada de revelaciones. Ya sabían que no estaban solos, pues conocían al grupo de Maciel, pero ahora había un tercer grupo, el de Silente, y las visitas se hicieron usuales. Compartían información, provisiones, y a veces incluso recetas de comida. El hijo de lunas les llevaría copias de sus notas sobre las criaturas que iba viendo por la ciudad, y también pondría atención a cualquier anécdota o experiencia con bestias que se hubieran topado con ellos, como cuando empezaron a notar que había más vida en las calles que de costumbre, o la aparición de estrellas en el cielo. Por cierto, los encuentros con bestias fueron a peor y se salvaron a menudo gracias a la magia de sus compañeros. Poder curarse con tanta facilidad era una bendición de las lunas, aunque Pefka habría deseado poder estudiar más de cerca y durante más tiempo a aquellas monstruosidades.
Por descontado, añadía todo eso y mucho más a su diario con Toni. Revisaban lo que escribían el uno y el otro, comentaban anécdotas y hablaban de cualquier cosa en sus turnos de guardias, y se hacían con más papel en las visitas a la Biblioteca... aunque allí descubrieron que el fantasma no les atendía siempre. Parecía ser culpa del intercambio que tuvo Ulmara con él en una ocasión, y a Pefka le hacía gracia aunque trataba de no reírse en alto cuando sucedía. Era lo más cotidiano o normal que les pasaba con un "ciudadano" de la ciudad. No era una bestia que quisiera devorarles ni un ciudadano que les evitase, ni la sombra de un dragón que les sorprendiera por el camino, sino un fantasma que les negaba el trato por una bordería de alguien muchísimo más joven. Era absurdo.
Pero hubo más revelaciones. Con la nueva rutina de la escritura, el hijo de lunas entró en contacto con las propias notas de traducción del español, de historia, de magia... y por pura curiosidad pasó tardes y noches inmerso en ello. Le fascinaba que sus compañeros de torreón hubieran sido capaces de imitar el don que les concedió la fuente el primer día. Se enfrascó tanto que descubrió cierta facilidad para seguir los pasos de la traducción, y hasta detectó accidentes en las notas del resto. No hablaría sobre eso, no obstante, pues no alteraban lo que ya sabían.
Lo que no sabía es si podía haber errores en las notas sobre magia, así que orientó su práctica de escritura y traducción a esas otras. Llegó a intentar los hechizos más inocuos que conocían, de hecho, por si los había entendido mal en su momento.
Sí que fueron unos días reveladores, sí. La noche anterior, en una de sus habituales guardias con Toni, el hijo de lunas consiguió conjurar una bola de luz en su mano. La había apagado presa del susto y la emoción. Su compañero y él se miraron sorprendidos, y acordaron hablarlo mejor al día siguiente. Cuando acabó su turno, se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, poco antes del amanecer se escurrió de la trampa de las sábanas y se fue a la armería con las notas para no hacer ruido, aunque visitó el pozo primero para hidratarse. Si no funcionaba, volvería a subir para seguir durmiendo porque allí no podía trabajar a oscuras. Quería comprobar algo por su cuenta antes de comentarlo con el resto.
Con apuntes desperdigados sobre sus piernas y en la cubierta de un cofre, y los libros y cristales al alcance, volvió a intentarlo. No salió a la primera, pero terminó confirmando lo que ya sabía: no había sido un accidente ni una ilusión lo que sucedió la noche anterior, ni había soñado con ello. El orbe de luz volvió a aparecer cuando lo intentó de nuevo. Debía estar eufórico, pero no lo comprendía y usó su luz para estrujarse la cabeza con los apuntes. No había errores en las notas con las que habían entendido la magia al principio, no de los que serían esenciales, pero aun así ahora de repente él sí era capaz de hacerlo. ¿Como si fuera por arte de magia? ¿Qué habría hecho para que las lunas le dieran esa capacidad? ¿O quizás era por la aparición de estrellas en el cielo? ¿Estaban cerca las lunas y por eso...? Tenía que hablarlo con los demás, a lo mejor algunos se habían dado cuenta ya también... pero lo haría después de descansar un poco la vista y el bajón por haber usado la energía superior. Esperaría recostado sobre uno de los cofres.
Despertó al cabo de un rato por sonidos que identificó propios de la cocina, pero el olor al fuego fue lo que lo delató (y le hizo rugir el estómago). Subió a saludar pero se le escapó un bostezo. Kiki tenía mala cara.
—Buenos días... ¿has dormido bien? —le preguntó, preocupado. La magia y las ganas de desayunar podían esperar.
Sobre eso también traían información y, por supuesto, le interesaba, pero no le dio muchas vueltas. ¡Pues claro que la energía superior de las lunas les acabaría transformando! Igual que él, que nació con un don, y los levynos con el suyo, todo por obra y gracia de sus diosas. Abrazó el descubrimiento como la confirmación de que era la meta del ritual en el que llevaban tanto tiempo ya.
Fue una temporada de revelaciones. Ya sabían que no estaban solos, pues conocían al grupo de Maciel, pero ahora había un tercer grupo, el de Silente, y las visitas se hicieron usuales. Compartían información, provisiones, y a veces incluso recetas de comida. El hijo de lunas les llevaría copias de sus notas sobre las criaturas que iba viendo por la ciudad, y también pondría atención a cualquier anécdota o experiencia con bestias que se hubieran topado con ellos, como cuando empezaron a notar que había más vida en las calles que de costumbre, o la aparición de estrellas en el cielo. Por cierto, los encuentros con bestias fueron a peor y se salvaron a menudo gracias a la magia de sus compañeros. Poder curarse con tanta facilidad era una bendición de las lunas, aunque Pefka habría deseado poder estudiar más de cerca y durante más tiempo a aquellas monstruosidades.
Por descontado, añadía todo eso y mucho más a su diario con Toni. Revisaban lo que escribían el uno y el otro, comentaban anécdotas y hablaban de cualquier cosa en sus turnos de guardias, y se hacían con más papel en las visitas a la Biblioteca... aunque allí descubrieron que el fantasma no les atendía siempre. Parecía ser culpa del intercambio que tuvo Ulmara con él en una ocasión, y a Pefka le hacía gracia aunque trataba de no reírse en alto cuando sucedía. Era lo más cotidiano o normal que les pasaba con un "ciudadano" de la ciudad. No era una bestia que quisiera devorarles ni un ciudadano que les evitase, ni la sombra de un dragón que les sorprendiera por el camino, sino un fantasma que les negaba el trato por una bordería de alguien muchísimo más joven. Era absurdo.
Pero hubo más revelaciones. Con la nueva rutina de la escritura, el hijo de lunas entró en contacto con las propias notas de traducción del español, de historia, de magia... y por pura curiosidad pasó tardes y noches inmerso en ello. Le fascinaba que sus compañeros de torreón hubieran sido capaces de imitar el don que les concedió la fuente el primer día. Se enfrascó tanto que descubrió cierta facilidad para seguir los pasos de la traducción, y hasta detectó accidentes en las notas del resto. No hablaría sobre eso, no obstante, pues no alteraban lo que ya sabían.
Lo que no sabía es si podía haber errores en las notas sobre magia, así que orientó su práctica de escritura y traducción a esas otras. Llegó a intentar los hechizos más inocuos que conocían, de hecho, por si los había entendido mal en su momento.
Sí que fueron unos días reveladores, sí. La noche anterior, en una de sus habituales guardias con Toni, el hijo de lunas consiguió conjurar una bola de luz en su mano. La había apagado presa del susto y la emoción. Su compañero y él se miraron sorprendidos, y acordaron hablarlo mejor al día siguiente. Cuando acabó su turno, se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, poco antes del amanecer se escurrió de la trampa de las sábanas y se fue a la armería con las notas para no hacer ruido, aunque visitó el pozo primero para hidratarse. Si no funcionaba, volvería a subir para seguir durmiendo porque allí no podía trabajar a oscuras. Quería comprobar algo por su cuenta antes de comentarlo con el resto.
Con apuntes desperdigados sobre sus piernas y en la cubierta de un cofre, y los libros y cristales al alcance, volvió a intentarlo. No salió a la primera, pero terminó confirmando lo que ya sabía: no había sido un accidente ni una ilusión lo que sucedió la noche anterior, ni había soñado con ello. El orbe de luz volvió a aparecer cuando lo intentó de nuevo. Debía estar eufórico, pero no lo comprendía y usó su luz para estrujarse la cabeza con los apuntes. No había errores en las notas con las que habían entendido la magia al principio, no de los que serían esenciales, pero aun así ahora de repente él sí era capaz de hacerlo. ¿Como si fuera por arte de magia? ¿Qué habría hecho para que las lunas le dieran esa capacidad? ¿O quizás era por la aparición de estrellas en el cielo? ¿Estaban cerca las lunas y por eso...? Tenía que hablarlo con los demás, a lo mejor algunos se habían dado cuenta ya también... pero lo haría después de descansar un poco la vista y el bajón por haber usado la energía superior. Esperaría recostado sobre uno de los cofres.
Despertó al cabo de un rato por sonidos que identificó propios de la cocina, pero el olor al fuego fue lo que lo delató (y le hizo rugir el estómago). Subió a saludar pero se le escapó un bostezo. Kiki tenía mala cara.
—Buenos días... ¿has dormido bien? —le preguntó, preocupado. La magia y las ganas de desayunar podían esperar.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
26/01/21, 01:27 pm
Cuando llegaron a Sendar sin contratiempos, Iemai se dejó caer en uno de los sillones y descansó. Demasiadas emociones para un día, y eso que no había llegado a suceder nada. Esa fue la tónica, por suerte, durante las próximas semanas, donde pudieron permitirse llevar una vida tranquila, no sin algún que otro contratiempo. Las criaturas de la ciudad parecían multiplicarse a medida que pasaban los días, pero por suerte también se había incrementado su repertorio de hechizos y su capacidad de curar las heridas con las que regresaban aquellos que salían a por comida o a visitar otros torreones.
Iemai no quería salir, pero se obligaba a hacerlo de vez en cuando, pensando que tal vez así podía ser de ayuda a sus compañeros. Ya comenzaban a conocer mejor la ciudad, saber qué zonas debían evitar, pero siempre podían acabar envalentonándose en la dirección equivocada, y eso le preocupaba.
Diversos cambios empezaron a tener lugar a su alrededor, tanto en el clima de la ciudad como en sus compañeros, lo cual era inquietante. Ella no notaba nada, o al menos a excepción de los dolores que la atenazaban sin razón aparente, que bien podían deberse a la extenuación, pero eso debería ser lo normal. Continuaría sin hacer magia, por ejemplo, por mucho que algunos de sus compañeros notasen cambios graduales en su habilidad con los hechizos.
En cuanto a la ciudad, parecía hervir de vida más que antes, el cielo tenía cada vez más estrellas, y hacía más frío cada día que pasaba… a excepción de algunos días en que regresaba el calor de forma repentina. Aquello solo sucedió en un par de ocasiones al cabo de varias semanas.
Las relaciones con los otros torreones estaban bien consolidadas, y a medida que pasaba el tiempo Iemai se convencía así misma de que verían aquella Luna Roja todos ellos. La incógnita de lo que eso significaba agitaba a todos sus compañeros, pero era perfectamente normal. A ella misma le aterraba cómo pudiesen cambiar las cosas a partir de aquel punto, aunque de alguna manera la llenase de esperanza. Si alcanzaban el objetivo que les habían impuesto, significaba que superaban la criba, que era de lo que intentaba convencer a sus compañeros para intentar insuflarles ánimo.
Aquella mañana era una de esas en las que el aliento podía verse al exhalarlo, por lo que Iemai remoloneó un buen rato antes de salir de la cama, cuando el sol ya había salido. Se vistió con ropa abrigada y bajó a desayunar aún con el estómago algo cerrado. Pefka y Kiki estaban en la cocina, así que les saludó con la mano en su camino hacia el patio para ir a las letrinas y lavarse la cara en el pozo, sin reparar en el mal aspecto de la humana al no haberse acercado a ellos.
Iemai no quería salir, pero se obligaba a hacerlo de vez en cuando, pensando que tal vez así podía ser de ayuda a sus compañeros. Ya comenzaban a conocer mejor la ciudad, saber qué zonas debían evitar, pero siempre podían acabar envalentonándose en la dirección equivocada, y eso le preocupaba.
Diversos cambios empezaron a tener lugar a su alrededor, tanto en el clima de la ciudad como en sus compañeros, lo cual era inquietante. Ella no notaba nada, o al menos a excepción de los dolores que la atenazaban sin razón aparente, que bien podían deberse a la extenuación, pero eso debería ser lo normal. Continuaría sin hacer magia, por ejemplo, por mucho que algunos de sus compañeros notasen cambios graduales en su habilidad con los hechizos.
En cuanto a la ciudad, parecía hervir de vida más que antes, el cielo tenía cada vez más estrellas, y hacía más frío cada día que pasaba… a excepción de algunos días en que regresaba el calor de forma repentina. Aquello solo sucedió en un par de ocasiones al cabo de varias semanas.
Las relaciones con los otros torreones estaban bien consolidadas, y a medida que pasaba el tiempo Iemai se convencía así misma de que verían aquella Luna Roja todos ellos. La incógnita de lo que eso significaba agitaba a todos sus compañeros, pero era perfectamente normal. A ella misma le aterraba cómo pudiesen cambiar las cosas a partir de aquel punto, aunque de alguna manera la llenase de esperanza. Si alcanzaban el objetivo que les habían impuesto, significaba que superaban la criba, que era de lo que intentaba convencer a sus compañeros para intentar insuflarles ánimo.
Aquella mañana era una de esas en las que el aliento podía verse al exhalarlo, por lo que Iemai remoloneó un buen rato antes de salir de la cama, cuando el sol ya había salido. Se vistió con ropa abrigada y bajó a desayunar aún con el estómago algo cerrado. Pefka y Kiki estaban en la cocina, así que les saludó con la mano en su camino hacia el patio para ir a las letrinas y lavarse la cara en el pozo, sin reparar en el mal aspecto de la humana al no haberse acercado a ellos.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
27/01/21, 12:26 am
La visita a Silente había sido un éxito para Fleur en muchos sentidos, principalmente porque regresaron de vuelta sanos y salvos, pero también porque la hospitalidad y las conversaciones surgidas fueron muy agradable. Ese día y los venideros la francesa también se alimentó de la información recibida, no solo de aquella que era útil si no también de la referida a otros mundos que no conocía ni por boca de sus propios amigos. Además... estaba el hecho irrefutable de que cambiarían, pero quizás a algo mejor. No las tenía todas consigo pero esperaba con impaciencia el día tan señalado en que se pusiera la Luna.
El clima fue cambiando, así como la ciudad y finalmente ellos mismos. Con la llegada de más estrellas, vegetación y alimañas más frecuentes también algunos de ellos obtuvieron la posibilidad de hacer magia. Era como si la ciudad tuviera vida propia, y ahora estaba latiendo con fuerza. Casi expectante.
Las cosas con Maila eran difíciles, a menudo se debatía entre marcar una distancia sobre aquel beso tan especial y... caer en un mar de pensamientos sobre lo que le gustaría que volviera a repetirse. Se había sentido más viva que nunca con el gesto de la hawaiana, y de manera irónica eso era lo que la estaba matando. Fleur sentía que de un momento a otro la situación no se sostendría y terminaría estallando, pero no sabía hacia qué extremo.
Aquella mañana Fleur se despertó y vistió muy rápido como de costumbre, con la boca pastosa fue a aclararse la garganta en la cocina pero el tono de Pefka llamó su atención. La francesa se giró lentamente en dirección al fuego, donde se encontraba el krabeliense y Kiki. En efecto ella no parecía tener muy buen aspecto y además estaba descalza.
—Sí... pareces agotada, ¿quieres que te prepare algo? —se ofreció mientras discernía que había alguien más en el patio pero todavía no sabía quién. Últimamente Kiki estaba muy extraña, pero le costaba distinguir si eran cambios bruscos como podía ocurrirle a veces a Sarah y Ulmara (en ocasiones le costaba entenderlas) o si se trataba de algo más.
El clima fue cambiando, así como la ciudad y finalmente ellos mismos. Con la llegada de más estrellas, vegetación y alimañas más frecuentes también algunos de ellos obtuvieron la posibilidad de hacer magia. Era como si la ciudad tuviera vida propia, y ahora estaba latiendo con fuerza. Casi expectante.
Las cosas con Maila eran difíciles, a menudo se debatía entre marcar una distancia sobre aquel beso tan especial y... caer en un mar de pensamientos sobre lo que le gustaría que volviera a repetirse. Se había sentido más viva que nunca con el gesto de la hawaiana, y de manera irónica eso era lo que la estaba matando. Fleur sentía que de un momento a otro la situación no se sostendría y terminaría estallando, pero no sabía hacia qué extremo.
Aquella mañana Fleur se despertó y vistió muy rápido como de costumbre, con la boca pastosa fue a aclararse la garganta en la cocina pero el tono de Pefka llamó su atención. La francesa se giró lentamente en dirección al fuego, donde se encontraba el krabeliense y Kiki. En efecto ella no parecía tener muy buen aspecto y además estaba descalza.
—Sí... pareces agotada, ¿quieres que te prepare algo? —se ofreció mientras discernía que había alguien más en el patio pero todavía no sabía quién. Últimamente Kiki estaba muy extraña, pero le costaba distinguir si eran cambios bruscos como podía ocurrirle a veces a Sarah y Ulmara (en ocasiones le costaba entenderlas) o si se trataba de algo más.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Torreón Sendar
27/01/21, 07:31 am
Cada día que pasaba podía sentir como sus preocupaciones tomaban forma de cadenas y le comprimían un poco más el corazón envolviéndole y formando lazos en su garganta y en su estomago. La simple visión de que aquellos días se acabaran era suficiente para que titubeara en algunas conversaciones, el alejamiento de Kiki torcía su sonrisa hacia la falsedad aquellos días, al punto de que aquella mascara farsante que había construido y mantenido firme tantos años se podía romper para sus compañeros, las ojeras eran cada vez más profundas y su pelo cada permanecía más tiempo descuidado las primeras horas de la mañana. Era particularmente fácil ver todo ello los días que tenía que dormir solo en la cama.
Pasaba cada vez más tiempo contemplando los cambios de la ciudad sentado en el borde de la azotea pero eso tan solo endurecía las cadenas. Para él era como ver como todo aquello se preparaba para llegar al clímax acercándose inevitablemente al final de aquella obra.
¿Debería haber aceptado al humano? Haber disfrutado todo lo que pudiera mientras pueda... ¿Quizás enfrentarme a Kiki directamente? Pero podría torcerse tan mal... ¿Qué pasará cuando nos cambie la Luna? ¿Qué haré?
Preguntas y más preguntas que tan solo empeoraban su sueño. Extendió su mano tan solo para notar frío y vacío en aquella cama quedándose congelado sin moverse durante un tiempo hasta que finalmente tomó fuerzas y se levantó. Aquellos días helados no ayudaban a su humor, y menos el salto entre estos y los calurosos.
Aquel fogonazo de luz volvió pero ni siquiera le molestó al bajar. A estas alturas podía andar casi todo el torreón con los ojos cerrados gracias a las guardias nocturnas.
Andando a por algo de desayunar se disponía a dar los buenos días como de costumbre pero se detuvo al leer el ambiente. Se acercó al trío y examinó a la finlandesa. Parte de él decía que lo dejara pasar como siempre, que la riñera un poco por andar sin calzado y si ella decidía alejarse de nuevo dejarlo ahí. Pero su cuerpo se adelantó acercándose a ella. Hoy no quería dejarla escapar, quizá impulsado por el miedo de que no sabía cuántos días quedaban.
—¿Pero cómo estas descalza con este frío? —no había alarma ni tampoco mucha reprimenda en su voz pero si algo de titubeo provocado por todas las cosas que quería decirle y no se atrevía.
—¿Dejas que te lleve? — extendió un brazo para que ella se posara allí y pudiera levantarla.
Pasaba cada vez más tiempo contemplando los cambios de la ciudad sentado en el borde de la azotea pero eso tan solo endurecía las cadenas. Para él era como ver como todo aquello se preparaba para llegar al clímax acercándose inevitablemente al final de aquella obra.
¿Debería haber aceptado al humano? Haber disfrutado todo lo que pudiera mientras pueda... ¿Quizás enfrentarme a Kiki directamente? Pero podría torcerse tan mal... ¿Qué pasará cuando nos cambie la Luna? ¿Qué haré?
Preguntas y más preguntas que tan solo empeoraban su sueño. Extendió su mano tan solo para notar frío y vacío en aquella cama quedándose congelado sin moverse durante un tiempo hasta que finalmente tomó fuerzas y se levantó. Aquellos días helados no ayudaban a su humor, y menos el salto entre estos y los calurosos.
Aquel fogonazo de luz volvió pero ni siquiera le molestó al bajar. A estas alturas podía andar casi todo el torreón con los ojos cerrados gracias a las guardias nocturnas.
Andando a por algo de desayunar se disponía a dar los buenos días como de costumbre pero se detuvo al leer el ambiente. Se acercó al trío y examinó a la finlandesa. Parte de él decía que lo dejara pasar como siempre, que la riñera un poco por andar sin calzado y si ella decidía alejarse de nuevo dejarlo ahí. Pero su cuerpo se adelantó acercándose a ella. Hoy no quería dejarla escapar, quizá impulsado por el miedo de que no sabía cuántos días quedaban.
—¿Pero cómo estas descalza con este frío? —no había alarma ni tampoco mucha reprimenda en su voz pero si algo de titubeo provocado por todas las cosas que quería decirle y no se atrevía.
—¿Dejas que te lleve? — extendió un brazo para que ella se posara allí y pudiera levantarla.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- PePo
Ficha de cosechado
Nombre: Jose Antonio De Arnaiz y La Vega Lopez (Toni)
Especie: Humano andaluz
Habilidades: habilidad mental, rapidez mental, reflejosPersonajes : Toni
Armas : Caída de ojos.
Re: Torreón Sendar
27/01/21, 07:18 pm
Después de apuntar toda la información que ellos recordaban de los primeros días, abrieron la puerta a los que salieron. Al abrir aquella puerta, estaban abriendo una puerta mayor que la del Torreón. Desde aquel día comenzaron a tener visitas frecuentes, otras veces ellos eran los que iban a los otros torreones. No estaban solos y eso hizo que Toni dejase atrás las ganas de volver a la Tierra. Ya ni se esforzaba en ocultarselo a los demás. Tras las charlas con Pefka y Sarah hubo un cambio. Empezó a gustarle todo lo que pasaba, incluso lo más peligroso lo disfrutaba. Todo era más hermoso, parecía incluso que había más estrellas por las noches. Ellos mismos se sentían mas vitales.
En el diario que mantenían con Pefka apuntaban cada mínimo detalle, cada sensación. Se les acababa muy pronto el papel por lo que iban de forma asidua a la Biblioteca. A Toni, ir a la biblioteca le hacía gracia, porque era evidente que el bibliotecario les huía solo cuando iba Ulmara. En una ocasión Ulmara comenzó a gritarle al Bibliotecario y mientras le tiraba libros Toni le gritaba- A LA CARA, TIRASELOS A LA CARAAAA.- Cuando Ulmara lo miró con cara de cabreo supremo Toni se cayó al suelo roto de la risa.
Comenzaron a hablar con todos los compañeros del torreón, charlaban hasta tarde de lo que habían pensado al verse las primeras veces, de lo que sentintieron con la llegada a Rocavarancolia. Era la primera vez que Toni podía sentirse en familia, con amigos, en confianza, podía decir y hacer lo que le apetecía sin ser juzgado. Incluso Nerys había dejado de producirle rechazo, no eran íntimos, pero Toni había aprendido a no juzgarlo, a entender que cada uno es como es y no por eso nadie es peor, le costó pero lo aprendió. Era un paso para estrechar su amistad. Con la única persona que no mantuvo una conversación era con Kiki, el mayor intercambio de información que le ofreció fue una V con los dedos cuando Toni le preguntaba cómo se encontraba.
Estuvieron jugando con hechizos, incluso alguna que otra broma con estos.Toni recordó una serie de tres hermanas brujas a la que estaba muy enganchado cuando vio a Pefka crear una bola de fuego, desde ese día, alguna que otra vez, se refería a él con el nombre de Col para después reírse ya que este no tenía ni idea porqué el cambio del nombre por parte del almeriense. Al ver que Pefka podía hacer magia Toni lo intentó también y para su sorpresa también podía hacerla. Debía aprender a controlarla.
Iemai parecía ser la que más entusiasmo tenía con la llegada de la Luna. En una ocasión, Toni se acercó a Iemai cuando intentaba dar ánimos a todos y le dijo- Mira, a mi mientras no me devoren, todo me parecerá bien- Cuando lo dijo se arrepintió y empezó a reír- igual no debí decir eso. ES MENTIRA LUNA LUNERA, LO RETIRO AHORA MISMO- terminó a carcajada mirando a Iemai.
Aquella mañana hacía un frio importante. Toni descubrió que el frío no le afectaba como en la Tierra, asique salió de la cama y, descalzo, bajó.
Al llegar hasta donde estaban todos, vio que Nerys estaba con la mano extendida y Toni la palmeó - Buenos diaaas. Hace un dia bonito ¿no? ¿Alguien quiere un té?
En el diario que mantenían con Pefka apuntaban cada mínimo detalle, cada sensación. Se les acababa muy pronto el papel por lo que iban de forma asidua a la Biblioteca. A Toni, ir a la biblioteca le hacía gracia, porque era evidente que el bibliotecario les huía solo cuando iba Ulmara. En una ocasión Ulmara comenzó a gritarle al Bibliotecario y mientras le tiraba libros Toni le gritaba- A LA CARA, TIRASELOS A LA CARAAAA.- Cuando Ulmara lo miró con cara de cabreo supremo Toni se cayó al suelo roto de la risa.
Comenzaron a hablar con todos los compañeros del torreón, charlaban hasta tarde de lo que habían pensado al verse las primeras veces, de lo que sentintieron con la llegada a Rocavarancolia. Era la primera vez que Toni podía sentirse en familia, con amigos, en confianza, podía decir y hacer lo que le apetecía sin ser juzgado. Incluso Nerys había dejado de producirle rechazo, no eran íntimos, pero Toni había aprendido a no juzgarlo, a entender que cada uno es como es y no por eso nadie es peor, le costó pero lo aprendió. Era un paso para estrechar su amistad. Con la única persona que no mantuvo una conversación era con Kiki, el mayor intercambio de información que le ofreció fue una V con los dedos cuando Toni le preguntaba cómo se encontraba.
Estuvieron jugando con hechizos, incluso alguna que otra broma con estos.Toni recordó una serie de tres hermanas brujas a la que estaba muy enganchado cuando vio a Pefka crear una bola de fuego, desde ese día, alguna que otra vez, se refería a él con el nombre de Col para después reírse ya que este no tenía ni idea porqué el cambio del nombre por parte del almeriense. Al ver que Pefka podía hacer magia Toni lo intentó también y para su sorpresa también podía hacerla. Debía aprender a controlarla.
Iemai parecía ser la que más entusiasmo tenía con la llegada de la Luna. En una ocasión, Toni se acercó a Iemai cuando intentaba dar ánimos a todos y le dijo- Mira, a mi mientras no me devoren, todo me parecerá bien- Cuando lo dijo se arrepintió y empezó a reír- igual no debí decir eso. ES MENTIRA LUNA LUNERA, LO RETIRO AHORA MISMO- terminó a carcajada mirando a Iemai.
Aquella mañana hacía un frio importante. Toni descubrió que el frío no le afectaba como en la Tierra, asique salió de la cama y, descalzo, bajó.
Al llegar hasta donde estaban todos, vio que Nerys estaba con la mano extendida y Toni la palmeó - Buenos diaaas. Hace un dia bonito ¿no? ¿Alguien quiere un té?
No lo sabes, Invitado, pero te quiero.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Sendar
27/01/21, 07:48 pm
Ulmara se convirtió en un cúmulo de emociones a la vuelta: alegría y angustia entremezcladas por el despertar brusco de aquella mañana y el recibimiento amable que habían tenido en Silente. El buen humor le duró tanto tiempo como consiguió mantenerse distraída, hasta que sin querer rezó y el nombre de Aramara le escoció en la mente. Estaba rodeada de señales que apuntaban a la no existencia de sus dioses, pero el sueño le había hecho temer por primera vez la posibilidad de que sí existieran. ¿Qué decía eso de los dioses y de sí misma?
Esa pregunta se convirtió en su propio monstruo. Quizás era lo que hacía Rocavarancolia con todo lo que la pisaba, a pesar de que los libros y el nublino de Maciel les hubieran abierto los ojos hacia otra dirección. Supuestamente, cuando vieran la luna se convertirían en dioses y la idea solo la hacía bufar de forma inexplicable. Un poco de magia no te convertía en dios, ¿pero qué era un dios siquiera, a estas alturas? Estaba claro para Ulmara que Rocavarancolia había hecho uso de su increíble ventaja mágica para subyugar a los nublinos, es lo que harían tanto Iritria como Alaia si pudieran, ¿no? La paz existía solo porque las fuerzas de ambos reinos eran similares y no conducirían a resultados favorables para nadie.
Lejos de su plano, o de su mundo, comenzaba a entenderlo mejor que cuando estuvo en él. Por desgracia, esto le hacía pensar en su padre de nuevo. Antes creían que, si daba el paso joven, su memoria permanecería intacta en su forma lejana, pero ahora Ulmara entendía que su forma lejana era la de un padre muerto. Pasó días enteros sin rezar, buscando un lugar tranquilo para hablar directamente consigo misma, pero la claridad resultante de atar cabos la perturbaba. Sentía que todo estaba mal, en todas partes.
Tuvo más pesadillas, estas autoprovocadas, y sus vaivenes de humor permanecieron, incentivados en parte por el sutil cambio en su paciencia. Tuvo malos despertares, malas contestaciones y, en general, malos momentos en los que mejor se habría quedado callada. Especialmente en la biblioteca.
Las calles de Rocavarancolia se habían vuelto peligrosas y, en una de sus excursiones, la cercana se quedó fuera un rato para asegurarse de que habían perdido de vista a unos perros extraños y para vigilar una de las heridas que le hicieron. En salidas anteriores, el bibliotecario no se había mostrado a ellos, pero Ulmara se engañaba a sí misma y se decía que no había tenido nada que ver. Hasta ese día. Entró bastante después que el resto del grupo y el bibliotecario de los cojones se esfumó en el acto, no volviendo a dirigirles la palabra. Ulmara se dio cuenta (todos lo hicieron) y la rabia que sentía se apoderó de ella. Le gritó al espectro muchas cosas de las que se arrepentiría más tarde y logró tirar un par de libros antes de que entre Fleur, Qwara y Pefka la hicieran entrar en razón y evitaran un desenlace peor. También recibió unos insultos merecidos por parte de Sarah y… “¿Qué cojones, Toni?” le espetó al humano con cara de pocos amigos, después de que… ¿la animara?
Una vez fuera, mientras el resto acababa, la cercana lloró a moco tendido por la rabia y la frustración que sentía. Biblios era un desgraciado más en esta ciudad de imbéciles, pero se había dado cuenta de las repercusiones de sus acciones y eso la aterraba. El bibliotecario podría no haberles vuelto a ayudar y los dioses (¿qué dioses?) sabrían si no les hacía falta en el futuro. Aquello le pesó como una losa, primero, y la alivió después, cuando entendió que la responsabilidad era suya. Eso le sirvió para responder a la pregunta que tanto la atormentaba, propiciando un último rezo.
A partir de ahí volvería a llorar a moco tendido en más ocasiones y, sin arreglar todos los problemas que tenía, la cercana sintió que ponía los pies en el camino correcto; una posición vulnerable. Seguía sintiendo rabia por la situación injusta que vivían, seguía durmiendo mal y seguía moviéndose impulsada por aquella impaciencia nueva, pero comenzó a poner de su parte para que su estado de ánimo no hiciese mal a nadie; como habría hecho la Ulmara de hace seis meses en estas condiciones. A veces la solución era clavarse las uñas y después curar los cortes, a veces era patear con fuerza a los muñecos de entrenamiento y a veces, era tumbarse bocarriba en la azotea, a solas, para dialogar consigo misma. Con los cambios de temperatura, a veces lo hacía envuelta en mantas, como si fuera un polluelo dentro de su huevo.
Pensar en la muerte era desolador, pero se preguntaba a la vez si muchos de los lejanos majaras no se habían quedado enquistados, si su muerte (o re-muerte) no podría ser también un consuelo para ellos. De alguna forma, el mundo era más fácil ahora que todos morían igual y se dio cuenta de lo importante que era preservar su cuerpo y el de los demás. Lo necesitados que estaban de Rua y el papel, de tener cuidado. ¿Tal vez se sentía menos rara? Más como todos, más adolescente que soldado. Y eso estaba bien.
Los demás, ciudad incluída, también cambiaron de muchas maneras: su ánimo mejoró levemente, pero el de Kiki y el de Nery’s cayó en picado; ella dejó de acudir a la biblioteca mientras que Toni y Pefka comenzaban un libro, para sorpresa y deleite de la cercana; crecieron hierbas entre la losa del patio; volvieron a verse con los otros grupos y se conocieron mejor, compartiendo comida; nacieron estrellas nuevas; se apagaron unas relaciones y se encendieron otras; se hicieron más daño, porque despertaron monstruos nuevos en las calles…
—
Y también se despertó ella. Un día más, uno frío. Se desperezó con todo el dolor de su corazón y abandonó el abrigo de las mantas. Se cambió de ropa, cubriéndose tanto como pudo, y aprovechó para ponerse sus pantalones bombachos y taparse la cabeza un poco con su namitka, el velo blanco que había traído desde casa y que apenas había tenido tiempo de usar. Abajo la gente estaba ya de cháchara y no quiso interrumpirles, tampoco tenía muchas ganas de hablar por las mañanas. Sin embargo, sí logró escuchar a Toni antes de entrar y ganas de desayunar no le faltaban.
—Yo misma —respondió a su ofrecimiento de té, y añadió, imitando la pregunta del humano con cierta sorna—. ¿Alguien quiere una tostada?
Alimentarse era su meta principal aquella mañana y las tostadas formaban parte del objetivo. Tal vez más tarde, con los entrenamientos, entrara también en calor.
Esa pregunta se convirtió en su propio monstruo. Quizás era lo que hacía Rocavarancolia con todo lo que la pisaba, a pesar de que los libros y el nublino de Maciel les hubieran abierto los ojos hacia otra dirección. Supuestamente, cuando vieran la luna se convertirían en dioses y la idea solo la hacía bufar de forma inexplicable. Un poco de magia no te convertía en dios, ¿pero qué era un dios siquiera, a estas alturas? Estaba claro para Ulmara que Rocavarancolia había hecho uso de su increíble ventaja mágica para subyugar a los nublinos, es lo que harían tanto Iritria como Alaia si pudieran, ¿no? La paz existía solo porque las fuerzas de ambos reinos eran similares y no conducirían a resultados favorables para nadie.
Lejos de su plano, o de su mundo, comenzaba a entenderlo mejor que cuando estuvo en él. Por desgracia, esto le hacía pensar en su padre de nuevo. Antes creían que, si daba el paso joven, su memoria permanecería intacta en su forma lejana, pero ahora Ulmara entendía que su forma lejana era la de un padre muerto. Pasó días enteros sin rezar, buscando un lugar tranquilo para hablar directamente consigo misma, pero la claridad resultante de atar cabos la perturbaba. Sentía que todo estaba mal, en todas partes.
Tuvo más pesadillas, estas autoprovocadas, y sus vaivenes de humor permanecieron, incentivados en parte por el sutil cambio en su paciencia. Tuvo malos despertares, malas contestaciones y, en general, malos momentos en los que mejor se habría quedado callada. Especialmente en la biblioteca.
Las calles de Rocavarancolia se habían vuelto peligrosas y, en una de sus excursiones, la cercana se quedó fuera un rato para asegurarse de que habían perdido de vista a unos perros extraños y para vigilar una de las heridas que le hicieron. En salidas anteriores, el bibliotecario no se había mostrado a ellos, pero Ulmara se engañaba a sí misma y se decía que no había tenido nada que ver. Hasta ese día. Entró bastante después que el resto del grupo y el bibliotecario de los cojones se esfumó en el acto, no volviendo a dirigirles la palabra. Ulmara se dio cuenta (todos lo hicieron) y la rabia que sentía se apoderó de ella. Le gritó al espectro muchas cosas de las que se arrepentiría más tarde y logró tirar un par de libros antes de que entre Fleur, Qwara y Pefka la hicieran entrar en razón y evitaran un desenlace peor. También recibió unos insultos merecidos por parte de Sarah y… “¿Qué cojones, Toni?” le espetó al humano con cara de pocos amigos, después de que… ¿la animara?
Una vez fuera, mientras el resto acababa, la cercana lloró a moco tendido por la rabia y la frustración que sentía. Biblios era un desgraciado más en esta ciudad de imbéciles, pero se había dado cuenta de las repercusiones de sus acciones y eso la aterraba. El bibliotecario podría no haberles vuelto a ayudar y los dioses (¿qué dioses?) sabrían si no les hacía falta en el futuro. Aquello le pesó como una losa, primero, y la alivió después, cuando entendió que la responsabilidad era suya. Eso le sirvió para responder a la pregunta que tanto la atormentaba, propiciando un último rezo.
A partir de ahí volvería a llorar a moco tendido en más ocasiones y, sin arreglar todos los problemas que tenía, la cercana sintió que ponía los pies en el camino correcto; una posición vulnerable. Seguía sintiendo rabia por la situación injusta que vivían, seguía durmiendo mal y seguía moviéndose impulsada por aquella impaciencia nueva, pero comenzó a poner de su parte para que su estado de ánimo no hiciese mal a nadie; como habría hecho la Ulmara de hace seis meses en estas condiciones. A veces la solución era clavarse las uñas y después curar los cortes, a veces era patear con fuerza a los muñecos de entrenamiento y a veces, era tumbarse bocarriba en la azotea, a solas, para dialogar consigo misma. Con los cambios de temperatura, a veces lo hacía envuelta en mantas, como si fuera un polluelo dentro de su huevo.
Pensar en la muerte era desolador, pero se preguntaba a la vez si muchos de los lejanos majaras no se habían quedado enquistados, si su muerte (o re-muerte) no podría ser también un consuelo para ellos. De alguna forma, el mundo era más fácil ahora que todos morían igual y se dio cuenta de lo importante que era preservar su cuerpo y el de los demás. Lo necesitados que estaban de Rua y el papel, de tener cuidado. ¿Tal vez se sentía menos rara? Más como todos, más adolescente que soldado. Y eso estaba bien.
Los demás, ciudad incluída, también cambiaron de muchas maneras: su ánimo mejoró levemente, pero el de Kiki y el de Nery’s cayó en picado; ella dejó de acudir a la biblioteca mientras que Toni y Pefka comenzaban un libro, para sorpresa y deleite de la cercana; crecieron hierbas entre la losa del patio; volvieron a verse con los otros grupos y se conocieron mejor, compartiendo comida; nacieron estrellas nuevas; se apagaron unas relaciones y se encendieron otras; se hicieron más daño, porque despertaron monstruos nuevos en las calles…
—
Y también se despertó ella. Un día más, uno frío. Se desperezó con todo el dolor de su corazón y abandonó el abrigo de las mantas. Se cambió de ropa, cubriéndose tanto como pudo, y aprovechó para ponerse sus pantalones bombachos y taparse la cabeza un poco con su namitka, el velo blanco que había traído desde casa y que apenas había tenido tiempo de usar. Abajo la gente estaba ya de cháchara y no quiso interrumpirles, tampoco tenía muchas ganas de hablar por las mañanas. Sin embargo, sí logró escuchar a Toni antes de entrar y ganas de desayunar no le faltaban.
—Yo misma —respondió a su ofrecimiento de té, y añadió, imitando la pregunta del humano con cierta sorna—. ¿Alguien quiere una tostada?
Alimentarse era su meta principal aquella mañana y las tostadas formaban parte del objetivo. Tal vez más tarde, con los entrenamientos, entrara también en calor.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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