Burdel de Dama Espasmo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Elegante, era la palabra apropiada para el edificio. Cain no estaba seguro de que Dirke supiese realmente donde les había llevado, pero eso ya no importaba. El lugar parecía deshabitado, y desde hace bastante tiempo, a juzgar por su aspecto dejado. Pero ese aire decadente hacía del sitio un lugar...
-Mágico...- susurró Caín dejando su cesta en el suelo
Nada más llegar, los chicos se habían dejado caer en los divanes y cojines del suelo, agotados por la carrera.

Cain mira a Leon justo a tiempo para leer lo que quiere decirle. ¿Una vuelta? Pero los demás se quedarían sin protección y... Recuerda a Norou, y a Jack. Podía confiar en ellos, y estaba seguro de que pronto podría confiar en Erika también...
-Suena bien- dice. Se estira haciendo crujir sus articulaciones y va hacia la puerta- Guíame

agarro la caja como siempre y abro la puerta, salgo a fuera miro por los alrededores pero no noto nada extraño, al principio camino pero luego corro al ver que ya esta atardeciendo
- pues venga no quiero que me pase como ayer

(sigue en la plaza de los cola espina)

Cain sale corriendo tras el, no sin antes asegurarse de cerrar bien la puerta. Antes de llegar a la plaza recordó que tenían que reponer existencias. <<A la vuelta?>> Ya... no se lo creía ni él...

(SIGUE EN LA PLAZA DE LOS COLAESPINAS)

Era un día normal en mi casa. Mis padres iban a visitar a unos amigos, y nos habían dejado a mi hermano y a mi en casa de nuestra tía. Entonces, mi madre me dio un colgante con forma de dragón.
-Feliz cumpleaños, hijita mía.- me dijo.
Yo me limité a sonreír y a agarrar con fuerza el colgante. Al cabo de unas horas, alguien llamó a la puerta. Fui a abrir cuando...
Despierto. Conozco el día del sueño a la perfección.El día en el que murieron mis padres. Bajo a la sala central y me siento en un puf. Empiezo a manosear el colgante que me regalo mi madre con desesperación. El sueño ha hecho que recuerde con más intensidad uno de los peores días de mi vida. Necesito pensar en otra cosa, lo que sea con tal de distraerme.

Aún en la cocina, despierto. <<Me he dormido en la cocina...maldito crío...>> Me levanto de la mesa y voy al cuarto de entrenamientos, desato el látigo y lo chasqueo contra el suelo, lo suelto y salgo corriendo a por unas sillas, cojo una de mi cuarto y la que dejé ayer en una esquina del pasillo, para luego meterlas en el cuarto. Las alejo, pegadas a la pared, y empiezo a practicar con el látigo intentando agarrar las sillas y traerlas hacia mí. . .

Llevo desde que se han ido en la habitación, meditando todo lo que está pasando. A pesar de no haber entendido lo que Caín y Erika me decían, el simple gesto que han tenido me ha servido para mejorar un poco el ánimo. Sobretodo el abrazo, que lo había necesitado de veras y era de agradecer.

Suspiro antes de levantarme y me pongo la gorra con las gafas. No les entiendo y ellos no me entienden, pero no puedo ser un peso muerto en el grupo... ¿Cómo podría ayudarles? ¡Ya sé! El otro día me dieron una alabarda que al final volví a llevar a su sitio, porque no salí. Tal vez pueda aprender a utilizarla para defender el sitio.

Subo hasta el piso donde está el cuarto pequeño con las armas, cojo una y la bajo hasta la planta baja, que es donde hay más espacio libre.

Escucho pasos, unos los reconozco <<Dirke>> y los otros son de una chica <<Erika o Kaila>> Consigo asir el respaldo de la silla con el látigo y con un rápido tirón la atraigo hacia mí, pero con una finta la esquivo y la cojo por detrás. Suelto el cepo del látigo y devuelvo la silla a su sitio. <<Lo malo es que estoy haciendo ruido, puede venir alguien>> Me encojo de hombros y bloqueo la puerta con una de las sillas, mientras sigo practicando con la otra...

Cuando consigo llegar a la planta baja me duelen los brazos de coger la alabarda. Este cacharro pesa más de lo que me esperaba. Una vez en el suelo, lo utilizo de bastón para apoyarme y me quedo pensando. Vale, ya tengo la alabarda y el espacio... ¿Y ahora como narices se utiliza esto?

Primero me la echo al hombro, como si fuera un hacha, pero me hace demasiado daño. Después la cojo con las dos manos como si fuera una lanza... Es algo que he visto en muchas pelis, pero no es tan fácil como parece. El filo hace de contrapeso y me desequilibra. Estoy hecho un enclenque, no sé que esperaba hacer con esa arma de a saber cuantos kilos... la tiro al suelo y me siento al lado. ¿Y si cortara el palo? Tal vez siendo más corta la maneje mej.... Bah, está claro que las alabardas no son lo mío.

Vuelvo a poner en cerebro en marcha. ¿Qué podría hacer para ayudar?

Escucho un golpe, como si algo de metal cayese al suelo y me pongo en guardia, aparto la silla de la puerta y, con el látigo en la mano, voy en silencio pero rápidamente al lugar del que vino el ruido. Veo a Dirke en una sala...<<Repleta de armas>> pienso con los ojos muy abiertos, calculador. <<Dirke no entendía muy bien...>> Me acerco al muchacho y le miro a los ojos <<¿Qué querrá hacer con eso? ¿Cortarse por accidente?
-Dirke.-señalo la alabarda-Peligroso.-y le señalo a él con el dedo <<A ver si comprende que es peligroso para él>>

Jack se me acerca y me dice algo. No entiendo la segunda palabra... ¿Me habrá preguntado que si es mía? Es lo único que se me ocurre después de que me haya señalado...
-[Rv]Bien, ser de mí-sonrío y asiento tratando de sonar lo más rocavarancolesco posible. <<Pero no sé utilizarla...>>.

<<Maldición...Probemos de nuevo>>
Cojo la punta de la alabarda y apreto mi pulgar contra el filo puntiagudo hasta que sangra un poco, luego la dejo en el suelo y miro a Dirke señalándola.
-Peligrosa.-mientras muevo el dedo.-Peligro. Duele. Mata. Sangre.- <<A ver si lo entiende...>>

Al ver que se pincha pongo cara de sorpresa. <<¿Qué hace?>> Entonces me enseña el dedo con sangre y suelta una retahíla de palabras. Vale, creo que ya lo pillo. Le quito la alabarda de las manos y le hago un gesto de "Espera ahí un poquito". Me echo la alabarda al hombro y subo las escalareas hasta dejarla en la habitación con el resto para luego. Pasan unos minutos y aparezco de nuevo en la habitación con Jack, pero con el diccionario en la mano. Me siento en el suelo y lo abro. golpeo el suelo frente a mí, haciéndole una seña para que se siente.

Espero su reacción y me llevo la mano a la cara cuando veo lo que hace <<No lo capta...>> Se va, vuelve con el diccionario y me señala el suelo. Me encojo de hombros y me siento, dejando el látigo enrollado a un lado. Le miro interrogante, mientras apreto un dedo contra la herida, esperando a que cicatrice.

Abro el libro y empiezo a señalar palabras, tratando de pronunciarlas correctamente.
-Alabarda. De mí. Pero. No. Usar. No. Podo- tal vez haya dicho alguna mal, pero más o menos creo que me ha entendido-. Mí. Querer. Ayudar. ¿Cómo?-le pregunto.

Le escucho con atención y sonrío, comprendiendo, luego asiento y le miro pensativo.
-Ayudar...-<<Ayer dijo algo de ayudarle...>> Me señalo a mí y luego a él con el dedo.-Yo ayudar tú. ¿Qué hacer?-le pregunto, a ver si me entiende. <<Necesitamos comida, habrá que ir a las bañeras mañana, pero mejor que él se quede aquí>> pienso.

Creo que he conseguido entenderlo del todo y abro los ojos como platos ilusionado. Aunque estoy seguro que si nos oye cualquiera pensará que hablamos en indio.
-Yo... eh... necesitar rueda por patines de mí-le digo al ver que se ofrece a ayudarme-. Pero querer ayudar... algo. Mi querer ser...-busco en el diccionario- útil.

Sonrío cuando termina de hablar <<Le cuesta pero se esfuerza, eso es bueno>> y señalo la palabra útil en el diccionario.
-Tú útil. Tú...-<<Nada de preposiciones>>- Tú y patines ser rápido y útil.-<<Es más, para ir a por comida estaría bastante bien unos patines>>- Tú. Patines. Rápido. Util. Coger comida bañeras.