La Boutique de dama Isis

DAMA PELUSA

La pequeña miró feo a Rox al escuchar su risita, se terminó la copa por educación, aunque el sabor le era un poco extraño. Hipo al final.

Rox y ella se mantuvieron pegadas mientras las puertas eran abiertas ya una marabunta de gente comenzó a entrar para felicitar a Dama Isis, para dirigirse hacia los canapés que Pelusa había visto siendo dejados en bandeja y que no había podido evitar querer probarlos, más al saber quiénes habían preparados tales comidas. No los conocía mucho de forma personal, pero si por Neil y por el rato que había estado allí haciendo preparativos antes de la apertura. Pero a Dama Pelusa, le daba un poco de agobio las aglomeraciones en espacios pequeños, porque incluso si la tienda era bastante espaciosa, había bastante más gente de la esperada.

-Vino mucha gente, Dama isis debe estar radiante- comento la pequeña, justo antes de que una osa se les echase encima para estrujarles a ella y a Rox en un abrazo. Y tras Rena venia Adru, Neil y Arcan, con el que había compartido buena parte de su trabajo en la boutique ya que los muebles que exponía la mercancía era en gran parte cosa suya y del líbense llamado Maher- Que rápido nos habéis encontrado ¿a que esta increíble? - añadido la niña sorprendida pues todos habían dado con ella mucho antes de que Pelusa pudiera verlos, la cual no podía dejar de mirar hacia arriba sintiéndose incluso más pequeñita que de costumbre a l tener tanto alto alrededor. << Como me meta entre la gente acabare pisada…o peor con mis alas echas un caos. No, no…ya iré por canapés luego >> pensó viendo como estaban vestidos todos sus amigos para la ocasión. Una ligera sonrisa aprecio en sus facciones. Estaban todos increíbles, aunque lo que más emocionaba a la niña era que estuvieran allí, apoyándoles. Mientras los “Rox” de los hologramas les observaban, allá donde se mostraba el increíble trabajo de su amigo el cambiante luciendo las ropas que ella había ayudado a coser

- Ha sido un largo trabajo pero ha quedado genial, todo lo expositores que trajo Arcan, la decoración de cada pulgada del edificio, la ropa, ¡he usado telas que ni sabía que existía! ¿Habéis visto los conjuntos de los maniquíes? - había un ligero tinte de emoción en la voz de la niña, que se había mantenido calmada hasta el momento peor ahora que veía a sus amigos no podía evitar mostrarse alegre con un brillo ilusionado en los ojos- Y si no hubiera visto a Rox luciendo algunos de esos conjuntos, no me creería que es el- añadió Pelusa con un ligero tinte de travesura, para abochornarlo un poco, por reírse antes de ella. Aunque probablemente lo que andaba era subiéndole el ego. Bueno, daba igual, también valía.

-Si vais por comida, traedme…no quiero meterme ahí- dijo Pelusa apurada cuando se mencionó la posibilidad de ir por comida, señalando el monto de gente apelotonada donde la mesa de comida- ¿Os imagináis muerte por aplastamiento? No quiero ser mariposa aplastada y acabar siendo un broche en alguna prenda.  Eso de ser pequeña en una multitud es muy agobiante- dijo moviendo ligeramente sus alas, porque, aunque ya había aprendido a volar más o menos, gracias a Vacuum, no dejaba de ser igualmente incomodo meterse entre la gente. Veía caras y cuerpos conocidos desde ahí aun así y algunas de esas personas quería saludarlas << Mas tarde, si será por tiempo >> pensó antes de mirar a sus amigos. Se sentía más activa y animada a hablar. Debía ser cosa de ese “champan”.

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SAMIKA

Le gustaría decir que había llegado de las primeras, pero no había podido por un asunto en el ejercito de último minuto. Tras termina Samika había, literalmente, volado a la Sede para bañarse y cambiarse por un vestido que previamente había anclado a sus runas para el evento.

Una vez estuvo lista, se puso el vestido con corset y falda negra, pero con flores de un color rojo vino bastante oscuro y que le llegaba a medio muslo. Se puso sus botines negros de tacón para mayor comodidad, se hizo un ligero recogido con un broche con la forma de la luna con alas de isis, de la boutique de su mejor amiga y se maquillo. Le costó, pero daba gracias el poder ver de cerca. Solo se puso un poco de eyeliner, sombra de ojos de purpurina dorada como su amiga le había enseñado y un poco de gloss suave.

Apenas estuvo lista con su bolso y el obsequio que había preparado en su interior, voló, esta vez no literalmente hacia la boutique, encontrándose con que ya había un gran número de gente. Formas borrosas por doquier y bastante ruido de conversación. Intento hacer oídos sordos a todos, incluso si era difícil, llevaba toda la tarde con ejercicios de audición asique estaba ya un poco saturada. Intento buscar ya fuese la despampanante figura de su amiga o su voz entre la gente. Pasando cerca de los maniquíes uno llamo su atención, y aunque ya sabía de él, no pudo evitar sonreír divertida. Era un maniquí prácticamente representándola.

<<¿Cómo puede ser tan linda?>> pensó en su amiga, buscándola a ciegas. Las conversaciones alrededor le dificultaban las cosas. Seguía siendo una de sus mayores dificultades en espacios cerrados, hacer oídos sordos al bullicio y centrarse en alguien entre la gente, que no era poca. Algo que la satisfacía porque significaba que la apertura de la tienda había sido un total éxito, pero que era un pequeño problemilla para ella para encontrar a su amiga y darle un inmenso abrazo.

<< Seguro que la tengo a dos metros y yo aquí como lerda que no la encuentro >> a veces pasaba, cada vez menos eso sí, cuando sus oídos le pedían un poco de clemencia por saturación sensorial. Ese día simplemente había sido un poco más duro. << Se acabó, preguntare a alguien >> pensó acercándose hacia donde servía los canapés y sintiendo que su mundo se iluminaba al reconocer la cabellera blanca de Irianna que vestia un bonito vestido azul, cosa que notot cuando se acerco un poco mas.

- ¡Gracias que di con vosotras! - dijo al notar al acercarse que estaba hablando con Eara y Ayne a los que sonrió- ¡Estáis magníficos, felicidades por la inauguración y por mostrar vuestra deliciosa comida a todos! - dijo ella sonriendo dándole un suave abrazo a todos, animada, sabiendo que Eara y Ayne había estado a cargo de la comida que se servía y ya estaba extasiada con probarlo en cuanto pudiera- Que sepáis que pienso probarlo todo…- dijo ella alegremente antes de añadir- En cuanto de con Isis, tengo que felicitarla y darle algo… ¿podéis decirme dónde está? Estoy tan saturada hoy con tanto ruido y voces, que ni aun teniéndola a dos metros daría con ella- admitió Samika con una risita algo avergonzada.

Devoss llegó junto a su amiga al lugar de reunión, el cual estaba abarrotado de gente. El exterior del  local estaba perfecto y a ojos del licántropo era muy elegante y sotisficado. <<Desde luego resalta entre muchos otros edificios de la ciudad>> Pensó con sorna. Era la apertura de La Boutique de Dama Isis y aunque no había hablado mucho con ella y no la conocía en profundidad sabía quien era. Aún recordaba cómo se había quedado  paralizado como un idiota al verla por primera vez ya como veela, al final de la criba. Por otro lado sabía que allí encontraría también a sus amigos y el holandés se moría de ganas por verlos y hacerles preguntas.

-Venga, Ruth. Solo es gente-. Le dijo a la demonio soltando una risita al ver cómo suspiraba por ver la multitud.-Y además, qué cojones, nosotros a nuestra bola. A nuestra bola y a comer como cerdos.¡Ya huelo la comida desde aquí!- Bromeó para animarla mientras se frotaba exageradamente las manos.

Sabiendo que aquello era un evento más formal y todos irían bien vestidos el licántropo tigre había decidido ir con una camisa de color verde militar ajustada con las mangas remangadas hasta el codo, con varios botones abiertos para mostrar el inicio de los pectorales y un collar corto con forma de colmillo, además de unos pantalones vaqueros. Su pelo rubio lo llevaba largo y suelto hasta la base del cuello. Se hubiera sentido más cómodo con ropa ancha de deporte, pero no se abría una tienda con productos deportivos así que le había  tocado aguantarse.

Finalmente las puertas se abrieron y la gente empezó a entrar en el local, lo primero en lo que se fijó Devoss fue en los hologramas. Las fotos de los modelos pasaban una detrás de otra y el licántropo sonrió recordando lo mucho que se parecía todo aquello a una tienda de la Tierra, aunque sin los hologramas, claro está. Lo segundo fue obviamente en la comida, notando cómo le rugía el estómago.

-Ya te digo, este lugar es una pasada-. Le contestó asombrado a la israelita mientras lo inspeccionaba todo con la mirada.-Si, pero a Dama Isis se le ve ocupada ahora mismo, mejor la buscamos luego, ¿no crees?-. Comentó rápidamente al verla hablando con el brujo de las enredaderas y sintiéndose aliviado de no tener que presentarse todavía a la veela. << Esta tía pone nervioso a cualquiera...>> Pensó el holandés justo cuando veía a varios de sus amigos.

-¡Eh, Ruth! Mira allí están-. Acto seguido empezó a hacer señas para que su amiga lo siguiera mientras empezaba a caminar hacia Irianna, Kimbra y Jace, que estaban acompañados de Ayne, Eara y la evaki Samika.- ¡Hola, chicos! Qué de tiempo, ¿no?- Les dijo a todos con una sonrisa.- Oye, esto tiene una pinta buenísima-. Comentó  expresamente a los sinhadres mientras cogía un trozo de tartaleta. El licántropo le dio un mordisco al trozo de comida, poniendo los ojos en blanco en el proceso del gusto.

Dama Isis

Enredo la interceptó antes de que llegasen a la mesa de los aperitivos. Le sorprendió verlo solo, pues esperaba que Dédalo y su ayudante le acompañaran, pero no se atrevió a preguntar.

-No te preocupes, no es más que una inauguración, no hacía falta venir a una hora concreta -respondió, sonriendo para quitarle importancia -¿Eso es para mí? ¡Muchísimas gracias!

El regalo la dejó terriblemente desconcertada. En Frivo los pisapapeles eran regalos impersonales que daban las empresas a sus empleados viejys, pero el hecho de que tuviera forma de langosta indicaba que había pensado en ella específicamente. ¿Tal vez era algo cultural? La risita de Jace en su mente la confundió todavía más, aunque su sonrisa no flaqueó en ningún momento. Las pastas, por otra parte, fueron mejor recibidas.

-Eres muy amable. Deberíamos quedar un día para comernos las pastas, seguro que puedo conseguir un buen syv con el que acompañarlas.

Se disculpó para ir a atender al resto de invitados y fue a la mesa de aperitivos a pedirle explicaciones a Jace. No pudo, el gran volumen de amigos y conocidos allí reunidos la distrajo. ¿Es que no tenían más tienda donde juntarse?

-Parece que estáis triunfando -le dijo a Eara y Ayne, riendo -Guardadme un poco para luego, no creo que sea capaz de comer ahora con los nervios.

Cogió otra copa antes de saludar a los que se le habían escapado a la entrada. Kimbra estaba allí con su… muy interesante elección de maquillaje, y también dama Comosellame y el grupo de la Brecha. Los había invitado como muestra de agradecimiento y cortesía, pero lo cierto es que no esperaba que aparecieran.

De pronto apareció Samika preguntando por ella. Tuvo la tentación de permanecer en silencio y esperar a que la encontrara, sin embargo no fue capaz y se abalanzó sobre ella para saludarla con un abrazo y dos besos.

-¡Sami, has venido! No me lo puedo creer, es la primera vez que no me encuentras en una multitud ¡Debes estar agotada! Ten, toma una copa y algo de la comida mágica de Eara, tienes que recuperar fuerzas.

Le puso una tartaleta en una mano y una copa en la otra y se giró justo a tiempo para saludar a Ruth y a Devoss. Le hacía mucha ilusión verlos a todos allí. << Por todos los dioses, cuánta gente>>

Mientras Eara y Ayne hablaban con Irianna, se les fue uniendo más gente. Kimbra iba mejor vestida de lo que era habitual en ella, y no parecía demasiado cómoda en una situación social como aquella. Jace tampoco tardó en aparecer por allí, después de haber saludado a Isis, también halagando el aspecto de la comida. Tras intercambiar saludos y halagos, el hielo se fue rompiendo cada vez más, y los sinhadres dejaron de sentirse como espantapájaros colocados en medio de la sala.

El comentario que se le escapó a Jace hizo que los sinhadres reparasen realmente en el color del maquillaje de la rakshasa, que no dudó en confirmar las sospechas del dullahan. Con el tiempo habían aprendido a convivir con las particularidades de su transformación y, tal como ella había sugerido, aquel maquillaje no era lo que más iba a llamar la atención en esa ciudad.

Tras eso también se acercaron Samika, Ruth y Devoss. Pronto el grupo de su cosecha estaría allí al completo, con Isis incluida, pero aquello solo hacía aquella reunión aún más confortable. Los sinhadres agradecieron cada halago a la comida con una sonrisa, y siguieron pendientes de las bandejas por si era necesario traer más de la trastienda.
—Probablemente algo acabe sobrando, hay muchísimo —le respondió Ayne a la veela, con una sonrisa. Entendía sus nervios, él tampoco habría sido capaz de tragarse ni un canapé en ese momento.
—Deberíamos brindar todos ahora que estamos reunidos aquí —sugirió Eara con alegría.


Gael llegó a la boutique junto a sus compañeros, vestido también con lo más parecido a un traje que había encontrado en su armario, y con la motivación principal de que le diesen la comida hecha. No era que no le interesase el negocio en sí, tenía pinta de que la frivy se iba a esforzar en cubrir un montón de nichos, pero no por interesarle su ropa era necesario ir a la inauguración. Sin embargo, debido a Wen, se habían acabado animando varios más, y allí estaban.

El local estaba cuidado, desde luego, y se veía que dama Isis había reunido mucha mercancía antes de hacer la inauguración por todo lo alto.
—Supongo que podemos felicitarla cuando esté libre —respondió a Wen tras echar un vistazo y ver que siempre estaba hablando con alguien. Al igual que le pasaba a Noel, la vista se le iba a los pinchos, aunque también revisaba la estancia en busca de conocidos.

Adrune

La sinhadre miró con suspicacia a Rox cuando hizo aquel comentario, alternando entre él y los hologramas.
—Espeera… Eres tú, ¿verdad? —Le apuntó con el dedo con expresión pícara, como si estuviese descubriendo alguna clase de secreto—. ¿En eso consiste ser modelo? —Preguntó adoptando de pronto una pose pensativa—. Sí, claro, tiene sentido.
Aunque sabía técnicamente el significado de la palabra modelo, no se había parado a pensar qué clase de trabajo concreto hacía Rox en aquel lugar. Estaba mucho más claro lo que hacía Pelusa, para él.

Cuando la mona del queso mencionó la velocidad con la que los habían encontrado, el edeel puso una pose orgullosa, estirando su cuerpo y sus orejas.
—Soy el gamusino más rápido de La Roca. ¿Sabéis que se llama así el planeta de Rocavarancolia? — Lo había leído en un libro recientemente y le había hecho mucha gracia, además de pensar inmediatamente en Obel—. Pero, shhh —puso un dedo delante de su boca—. No le digáis a nadie que no hay más gamusinos.

Saludó efusivamente a Arcan cuando se acercó a ellos, contrastando enormemente con su saludo escueto y después se giró hacia Rena con los ojos brillantes.
—¡Sí, por favor! ¡Tenemos que probar la comida de Eara y Ayne! —dijo tras Neil—. Ya veréis, os va a encantar, seguro. Bueno… es verdad que hay mucha gente ahora. Están hablando con sus amigos: está Irianna y ese chico sin cabeza del que me habló Zarpa.
La licántropo le había comentado que un amigo suyo que tenía una transformación sin cabeza se estaba preparando para el ejército, y al verlo junto a otros amigos de la varmana llegó a aquella conclusión.


Irianna

Samika llegó poco después y la nebulomante le hizo el cumplido de rigor acerca de su buen aspecto. No le extrañaba que Samika hubiese tenido dificultades para encontrarles y probablemente se sentiría un tanto sobrepasada por la cantidad de gente que había allí.
—Mira, parece que viene hacia aquí, así que Kimbra y tú podréis hablar con ella —le respondió a Samika al ver acercarse a la veela que seguía a Jace.

Irianna saludó al dullahan con una sonrisa y le devolvió el cumplido. No pudo evitar darle un pequeño codazo amistoso cuando hizo mención al inusual maquillaje de Kimbra. Ella también estaba más que acostumbrada a aquella clase de excentricidades de la demonio y no era quién para hablar: aunque quizás resultase menos chocante, ella mantenía su cuarto envuelto en niebla de forma perpetua.
—Es… Muy de tu estilo, desde luego —concedió a Kimbra tras su innecesariamente elaborada explicación con una pequeña risa.

Los siguientes en unirse a ellos fueron Ruth y Devoss, quien no dudó en ir directamente a por la comida. ¿Quién podría culparle? La nebulomante apoyó la sugerencia de Eara y se sirvió una copa de…
—¿Qué es lo que estamos bebiendo? —Preguntó hacia los sinhadres—. ¿Es una bebida alcohólica? Eso es una materia totalmente pendiente para mí.

Rox

—¡Rena! —exclamó al verla, ilusionado. Se dejó estrujar por la osa, devolviendo el achuchón con afecto. Aunque de cara al trabajo le gustase verse solemne, entre sus amigos solo quería ser él mismo—. Me encanta como vienes —dijo mientras el abrazo durase. Arcan llegó justo después. Rox le saludó con una sonrisa completa, propinándole una patada baja sin otra intención que darle flojo en un pie—. Si, venga, encima de que no apareces para el brindis llegas pidiendo —respondió siguiéndole el juego.

Hasta Pelusa estaba emocionada, cosa que le puso todavía más contento. Solo faltaba que Milo no llegase muy tarde para que fuera un día redondo. Y como si no tuviera el pecho bastante inflado desde que Adru había entendido que la gente de los hologramas era él, la mona le dio justamente otro empujón a su ego. La sonrisita de suficiencia del cambiante se mantuvo un rato más en sus labios. Con ellos se sentía orgulloso de su trabajo, en parte porque eran los únicos con los que no tenía que dejarse comer por la modestia y la timidez.
—No necesito una cara exótica para verme bien con lo que me pongan —canturreó con falso tono sabiondo, con los ojos cerrados, la barbilla alzada y los brazos cruzados para exagerar—. Si no me hiciera condenadamente guapo con esta transformación sería un pecado.
Fue el primero en reírse por el narcisismo de su comentario, que aunque iba de broma tampoco mentía. En ese sentido había heredado mucho de la mentalidad coreana.

A penas sabía nada de los otros sinhadre, pero si Adru y Neil estaban tan ilusionados sería con motivo, y la verdad es que por lo que había visto la comida prometía. Si el tour iba después tampoco le parecía mal... hasta que vio el gentío reunido en torno a las mesas. Vale que había gente en todos lados, pero ahí se acumulaba una porción considerable, y habiendo reconocido a Samika con Isis le daba cosa interrumpir nada.

—Ehh... ¿no es mejor si vamos después? —dijo, de acuerdo con Pelusa y Adru. Con la evaki aún le daba corte por los incidentes del baile, el novio sin cabeza de su jefa le intimidaba y que dama Isis le viera haciendo el tonto, peor—. Os podemos enseñar el sitio primero, así se despeja eso un poco, y si vemos que no pues nos colamos antes de que se acabe la comida.

Le dedicó una mirada significativa a Pelusa. Le hacía mucha ilusión pasearse por los pasillos de ropa con sus amigos.

Jace

Recibió el codazo con buen motivo, devolviéndole la risa solo a Irianna.
«Pensar en voz alta es una jodienda, lo siento» dijo, divertido, otra vez en exclusiva para su amiga cuando Kimbra se lio a explicarse. Él había hecho cosas peores, no era nadie para hablar, aunque no ir pregonando sus acciones también hacía la distinción.

Ruth y Devoss se unieron al grupo mientras Samika e Isis tenían su momento. Era ridículo lo poco que se veía con sus amigos últimamente, aunque sus motivos había tenido para estar tan distante. Prefería no pensar mucho en ello.

«¡Pero madre mía, los que ya no quieren cuentas!» el dullahan no dudó en darle una fuerte palmada en la espalda al licántropo. Su mano chocó con músculo «Hijo de puta, si es que estás mamadísimo» rio. Daba igual que les hubiera visto hacía no tanto, el cambio que había pegado el holandés desde la cosecha seguía siendo sorprendente. Hacía que olvidase la diferencia de edad entre ambos. «Ya iba siendo hora de que nos reuniéramos todos otra vez. Bueno, casi todos. A algunos tampoco hace falta verlos» bromeó.
No quería ver ninguna cola de escorpión por ahí, no.

-Oh vamos. Déjame suplir las penas de no haber conseguido traer a Maher. -Le replicó fingiendo tristeza al cambiante.

Recibió el abrazo de Rena, la abrazó de vuelta con cariño y se contagió de la emoción de pelusa ensanchando su sonrisa y asintiendo.

-Ha sido un trabajo excelente. Creo que podemos hinchar el pecho y sentirnos orgullosos de todo esto.

Rió ante la efusividad de Adru. -Yo me apunto a ir a por comida, de todas maneras tengo que dejar las tarjetas del negocio en nuestro expositor. -Se tocó uno de los bolsillos que abultaba un poco señalando donde estaban.

-Ah Jace. -Le respondió a Adru. -Es la pareja de Isis, como los vi juntos y con más gente pensé en no molestar...

-Yo tengo que hacer eso igual Rox, perdón. Pero podéis adelantaros y os traigo algo de beber de paso.

Rena agradeció el cumplido de Rox. Su mundo no tenía una cultura de la moda tan variada como la Tierra o Frivo pero no quería quedarse atrás.

Adru y Neil le recordaron los nombres de los sinhadres que estaban a cargo de los canapés. No sabía si era cosa del mundo pero todos los sinhadres tenían pinta de gente blandita, incluso el tipo de los ojos siniestros y la piel traslúcida parecía adorable con su mandil. O puede que Rocavarancolia le hubiese trastocado los estándares.

-¿Un restaurante con decoración que no dé mal rollo? ¡Suena del carajo! -Los puestos del mercado estaban bien, pero agradecía un sitio en el que poder comer sin tener que sentarse en un trozo de muro polvoriento -Pero también voto por acercarnos más tarde, de verdad que está petadísimo, y así el lento de Milo no nos echará en cara que hayamos empezado a comer sin él cuando llegue.

Reconoció al novio de dama Isis. Le había caído bien la única vez que habían coincidido así que seguramente luego se acercaría a saludarle. Cuando Arcan habló puso los ojos en blanco.

-¿Cuánto vas a tardar en dejar unas puñeteras tarjetas en una mesa? Las bebidas las podemos coger de cualquiera de las bandejas flotantes estas. ¡Anda, aligérate que queremos saber qué muebles has hecho tú! Rox, Pelusilla, abrid camino. ¿Dónde están las cosas guays? -Al decir esto último levantó a Pelusa del suelo y se la sentó en el hombro bueno. Había mucha gente y mucha gente alta -Así no hay peligro de mariposa aplastada.

Ruth sonrió con pesadez ante las risitas del licántropo, pero llevaba razón. Simplemente debían ir a su bola y mezclarse con la gente que ya conocían. No hacía falta presentaciones innecesarias ni conversaciones incómodas, era lo que más temía y la cabreaba al  mismo tiempo de eventos de tal calibre. Así que consiguió relajarse y admirar lo bonito del decorado antes de que el holandés viera a todos sus amigos. La israelita volvió a bufar, pero esta vez de alivio.

—¡Hola! ¿Qué tal estáis? —preguntaría mientras los miraba a todos y seguía los pasos de Devoss en picar algo. En lo que más reparó fue en el maquillaje perturbador de Kimbra, también en el cuello de Jace al que nunca creía poder acostumbrarse. Pero fue Dama Isis quien se llevó toda su atención, había algo en ella que le hacía parecer radiante— ¿todos los diseños son tuyos? —preguntó directamente haciendo gala de su carácter más encendido desde la Luna. Pero luego se apresuró a aclararlo, aquello no pretendía poner en duda su talento, la intención de Ruth era toda la opuesta pero nunca se le habían dado bien los halagos— son geniales, de verdad — luego le llegaron los pensamientos del dullahan y volvió a sonreír con todos sus dientes negros, pasaba tanto tiempo con su amigo que su cambio se le había hecho mucho más progresivo— oh, no gracias, esto está muy bueno como para vomitarlo con determinadas presencias —murmuraría tras las últimas palabras de Jace mirándolo a él en el acto y también a los sinhadres y Samika, quien estaba estupenda. Ruth tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para contenerse y no despotricar del xolnita en plena inauguración, aunque ella no lo veía desde la Luna Roja sabía que algunos de sus amigos no habían corrido la misma suerte y se moría de ganas por preguntar si sabían algo de él, solo para que le dijeran que le iba mal en la vida. Pero los miró a todos sin ser consciente de que un mechón de su cabello había prendido un poco, era el momento de la frivy y debía respetarlo. Se concentraría en que estaba reunida con sus amigos y eso le hacía mucha ilusión.

SAMIKA

No hubo tiempo a que nadie le dijese dodne estaba Isis, cuando sintió un cuerpo conocido echándosele encima, lo bastante apra que la evaki se sobresaltara, sorprendida al no esperárselo, pero sin que se provocase en ella la reacción instintiva de contrataque. El pulso sin embrago se le acelero.

-¡Isis, me asustaste!- protesto con un ligero puchero antes de sonreír ampliamente devolviéndole el abrazo con cariño- ¡Felicidades amiga, todo tu duro trabajo por fin terminado!  Necesito ver la tienda terminada en cuanto pueda, detalle a detalle…aunque no se me pasó desapercibido mi maniquí ¿Cómo puede ser tan linda? - dijo Samika sonriendo dándole sin reparo los pensamientos que había tenido momentos antes sobre ella.  Samika acepto la comida y la copa con un agradecimiento, realmente necesitaba algo fresquito y algo dulzón para su pobre organismo. El ruido aun la desconcertaba un poco, pero estando ahora metida en el centro de una zona de voces conocidas, se agobiaba algo menos al ser todas tonos que no necesitaba esforzarse en reconocer.

Samika sonrió, moviendo ligeramente sus largas y puntiagudas orejas cuando escucho la voz de Devoss y Ruth a los que reconoció sin problema, riéndose ligeramente cuando empezó a escuchar las conversaciones, los saludo con un gesto y una sonrisa, antes de voltearse hacia Isis.

- Antes de que me despiste, te traigo un regalo, Isis. Espero que te guste- dijo Samika, buscando en su bolso de tamaño considerable, un paquete de forma rectangular de un tamaño considerable, envuelto en papel de un color azul marino con un lacito plateado, que puso en las manos de la Veela con una sonrisa- Se lo pedí a Saren, logró terminarlo hace unos días, pero lo guarde en secreto ya que quería que fuera una sorpresa. – dijo ella traviesamente ante el obsequio que acaba de darle, nada más y nada menos que un retrato de la veela a color, con una ligera postura de perfil viéndose poderosa, hermosa y sofisticada…como las imágenes de un anuncio publicitario o más bien como un foto glamurosa de una sesion de fotos, con el cabello corto tal cual ella la había conocido en primer lugar, pero con el bonito color de ojos que sabía ahora poseía, aquel tono aguamarina.

Había sido un trabajo que le había podido a Saren, con el mayor detalle que podía recordar de la veela, queriendo que fuera lo más realista posible en captar no solo lo hermosa que sabía que era su amiga, sino todo lo hermosos que ella también la veía por dentro. Así que al final le había pedido un retrato mágico, de ahí que el color del cabello de la imagen pudiera cambiar de color, al igual que el color de sus labios y sombra de ojos, siempre que se le diera una pizca de magia, recordando como siempre su amiga era especialmente cuidadosa con su maquillaje.

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PELUSA

Casi podía sentir a Rox hincharse a su lado como un globo orgulloso, lo que a Pelusa le dejó claro que su palabra solo había servido para aumentar su ego. No le molesto, realmente creí que Rox había hecho un increíble trabajo y que se merecía de sobra todos aquellos halagos.

- Que presumido- dijo Pelusa con un tono a juego con las palabras de Rox que aprecia realmente animado y orgulloso, notando como todos miraban hacia la mesa de la comida donde estaba buen aparte de la gente reunida, definitivamente ir no aprecia la mejor de las ideas. Pero sus amigos querían ir allí. Dubitativa, agradeció que Rox dijera de la posibilidad de ir mas tarde, cuando hubiera menos agobio y también menos posibilidades de ponerse en posible evidencia frente a su jefa que claramente estaba teniendo una agradable charla con sus propios amigos y por quien sabia era su pareja, ese chico sin cabeza al que ella solo había visto a de lejos alguna que otra vez.

- Dejadnos mostraros todo antes de que llenemos nuestros estómagos tanto que no podamos movernos adecuadamente- dijo Pelusa que había entendido la significativa mirada de Rox a la primera- Ya habéis visto el trabajo de Rox, pero aún debéis ver el mío y el de Arcan, y toda la tienda. Es impresionante- les aseguro Pelusa motivada, viendo como decidían al final no ir, cosa que le alegro.

Estaba pensando en cómo moverse entre la gente, cuando unas manos fuertes repentinamente la agarraron haciéndole soltar un grito agudo de sorpresa, viendo como su campo de visión se movían repentinamente haciendo que sus antenas se agobiasen mareándola un poco. Cerro los ojos con fuerza, aturdida, agarrando con sus manos a la cabeza de la perpetradora de su mareo.

Abrió los ojos lentamente notando su campo de visión bastante más alto de lo normal sintiendo que sus piernas ya no tocaban el suelo, en volandas como cuando volaba y que se encontraba sentada sobre el hombro de Rena que la había subido hasta allí para evitar que pisotearan. La siempre pálidas mejillas de Pelusa se ruborizaron levemente.

- Rena, ¡no hagas eso sin avisar! – exclamo la niña algo sorprendida y un poco avergonzada por haber sido cargada como si su peso fuese el de un pluma, mientras intentaba alisarse el vestido, que se había arrugado al ser subida. Su orgullo le pedía ser bajada y andar como las personas normales, pero era consiente que hacerlo solo acabaría con ella siendo medio aplastada por los cuernos inútilmente grande de alguno de los invitados. Miro a sus amigos, sorprendida y un poco fascinada de no tener que levantar la vista para poder mirarlos de frente, como mucho solo necesitaba bajar la vista, lo cual la hacía sentir rara, si quería hablar con Eitne o Nime, por ejemplo.

- Ahora puedo miraros desde arriba, es una sensación rara. Que pequeñitos os veis, Nime, Eitne ¿Quién es la bajita ahora? - añadió Pelusa, con una ligera sonrisa de buen humor, sonando algo orgullosa. El cambio de perspectiva era extraño, pero se sentía bien, un poco incomoda por ser llevada, pero teniendo confianza suficiente en Rena y sus amigos como para que no le importara demasiado, más allá de un poquito de su orgullo que le decía que no era una niña pequeña.

- No intentes estar por ahí tu solo Arcan, no se tarda tanto- dijo pelusa rodando un poco los ojos, mientras soñaba hacia otro punto dela tienda algo más alejado del bullicio- Vamos a mostraros todo, ser alta es muy raro ¿Cómo lo hacéis? Es confuso ver tanto- murmuro la niña aun así un poco maravillada de alguna forma de que su campo de visión fuese tan amplio. En sus intentos de vuelo no se había percatado tanto más centrada en mover sus alas, en no marearse con sus antenas la cual andaba sufriendo un poco por el cambio de presión. Solo llevaba una suerte de protección física en las antenas hechas con magia, par nao tener riesgo de dañárselas entre la gente.

Kimbra

Tras su explicación, Irianna le comentó que era muy de su estilo y ella se lo tomó como un halago. O, al menos, lo que ella consideraba un halago. En ese momento apareció Samika saludando y preguntando por Isis. La demonio se dispuso a decirle que podían buscarla juntas, ya que ella también quería dar sus felicitaciones, pero en cuanto apareció la veela esta se enfrascó con una conversación con la evaki y la krabelinense decidió esperar a que terminaran de hablar para felicitar a Isis.

-Quería felicitarte, dama Isis, por el gran trabajo que has realizado en el negocio -comenzó, queriendo mostrar su apoyo de la mejor forma que sabía-. Se percibe el esfuerzo y la dedicación.

Después de felicitar a dama Isis, se percató de la llegada de Ruth y Devoss, a los que saludó antes de imitar los movimientos de Irianna y servirse una copa de la misma botella tras la sugerencia de Eara.

-¿En qué consiste exactamente brindar? -preguntó confusa sobre el acto-. Sospecho que se trata de algún tipo de acto social para representar alegría o agrado, pero no estoy familiarizada con el concepto.


Irenneil

Adru nombró la cantidad de gente que había en la mesa y Neil miró en dicha dirección confirmando las palabras de su edeel y sintiéndose feliz por sus amigos pero decepcionado porque tendría que esperar para saludarles y probar su comida, pero en seguida se animó ante la sugerencia de Rox de enseñarles el local completo y a la vez esperar a que se despeje la mesa de comidas. Y, puesto que el grupo estuvo rápidamente de acuerdo, Neil comenzó a seguir a Rox, atento a lo que les contara y señalara, riendo al ver a Rena subir sobre sus hombros a Pelusa.

Adrune

Aunque se le caía la baba solo de pensar en los manjares que habría sobre la mesa, el gamusino estuvo de acuerdo en esperar y se colocó tras Rox y Pelusa que querían mostrarles el resto del establecimiento.
—Venga, Arcan: luego vamos todos juntos —añadió tras Rena.

Se echó a reír a carcajadas cuando la mona del queso fue alzada a traición por la irrense y la saludó desde su ahora posición inferior.
—Bienvenida al mundo de la gente alta —le dijo jocosamente—. ¡A ver, enseñadnos! ¿Todos los muebles los has hecho tú? —le preguntó al nublino.

La mención a Milo hizo que su corazón diera un saltito. Estaba deseando que llegase de una vez, aunque eso no impediría que lo pasase bien mientras tanto. Rox le dedicó una mirada de total inocencia a Pelusa antes de reírse al ser llamado por lo que era. Ya había chupado bastante cámara -de forma un poco literal-, era el turno de sus compañeros. Entre todos insistieron para que Arcan no se escurriese, y el cambiante añadiría presión de grupo rodeándole un hombro con el brazo. Con la diferencia de altura era un poco usarlo de reposabrazos, aunque no lo diría en voz alta.

—Parece que no te libras tan fácil de nosotros, ¿eh? ¡Venga, que tú también te lo has currado, al tour chaval! —dijo dándole unas palmaditas. Al ver como Rena se echaba a Pelusa encima se rio, miró a Arcan y se pegó un poco más a él para susurrarle de forma muy audible—. Si te cargo así no puedes huir. ¿Quieres?

Dejó de chinchar al rapiña para caminar, dejándole lucirse si así quería con Adru. La verdad es que con el acabado de los muebles lo merecía.

—Abrígate Pelusa, que ahí arriba refresca. ¿Qué, subimos? —se giró al hablarles, andando unos segundos de espaldas antes de, como bien había dicho, subir. No sabía si podrían probarse ropa en la inauguración, pero estaba deseando saber que opinaban de algunos de sus conjuntos favoritos. Imaginarse a sus amigos a la moda le ponía muy contento.

-¡Cierto! Deberíamos celebrar que estamos todos aquí.- Secundó a la sinhadre- Aunque me pasa un poco como a Irianna, no sé mucho de bebidas.- Comentó mientras miraba las copas que llevaban otros invitados.

El licántropo rio ante la ocurrencia del dullahan, sintiéndose orgulloso de que notara los cambios. Lo cierto es que había puesto muchos esfuerzos en sus entrenamientos, no solo porque lo veía algo vital para la supervivencia en la ciudad sino también por gusto propio. Era algo que ya le había gustado incluso de antes de ir a Rocavarancolia.

-Algo de bueno tenía que tener ser una bola de pelo, ¿no?- Bromeó entre risas mientras componía una mueca de orgullo y se llevaba una mano al pecho. Cuando Jace mencionó que no hacían falta algunas presencias fue evidente que iba a por Roaxen y el licántropo sonrió.- Si, además esto está bastante lleno ya-. Comentó risueño .  Había olvidado lo divertido que podía llegar a ser el dullahan y lo  que era  estar con caras amigas.

Sin embargo una parte de él no pudo evitar preguntarse dónde estaría el cizaña en aquellos momentos. Y en qué oscuros caminos se habría internado. <<A lo mejor está muerto... ¡Oh, ojalá esté muerto!>> Pensó mientras cogía insistente otro trozo de comida.

-Está todo genial, Dama Isis.- Le felicitó a la veela, algo cohibido porque como siempre estaba la frivy deslumbrante.-¿Hay ropa de deporte? Porque entonces me tienes comprado.- El licántropo compuso una sonrisa con las preguntas de Kimbra, y aunque era algo perturbador el maquillaje sanguinoliento que llevaba lo cierto es que siempre le habían hecho gracia las preguntas que la krabelinense hacía.

-Por supuesto, solo necesitas mandarme un mensaje y cuadramos horarios - le sonrió el médico.- Por supuesto, ya te he robado bastante tiempo.

Enredo se paseó un poco por la tienda admirando la ropa y el lugar en general. Cogió una copa de una bandeja que pasó por allí y bebió un sorbo. Estaba bueno, una pena que Irdil se lo perdiera. Suspiró recordando la cara del chico cuando le propuso socializar con más gente que no fueran solo Dédalo y él mismo. Iba a tener que llevarlo a la tienda cuando hubiera menos gente ya que el tema de la ropa era algo que le encantaba.

Terminó llegando a la zona de catering en su andar y cogió distraído un canapé de la mesa. Dio un mordisco y abrió desmesuradamente los ojos cuando el sabor le explotó en la boca. Estaba muy muy bueno.

-Disculpad - preguntó en general a la gente cercana a la mesa.- ¿Alguno sabe quién se ha ocupado del catering?


Por su parte Zarpa entró a la tienda con paso calmado. Olfateó los mil y un aromas que había en la tienda y se acercó a sus conocidos.

"Hola gente preciosa" dijo en la mente de todos sus amigos. Cambió de forma poniéndose ropa en el proceso y terminó como siempre, con su cola y sus orejas. "Isis, este lugar está increíble" comentó con una sonrisa dirigida a la mujer.

Dama Isis rasgó el papel de regalo con sus uñas perfectas, impaciente por ver el contenido.

-¡Sami, es maravilloso! -exclamó. En Frivo se había hecho muchas sesiones de fotos, pero nunca le habían hecho un retrato. Rodeó a la evaki con un brazo y le dejó un sonoro beso en la mejilla -¡Muchísimas gracias! Ay, tengo que pensar dónde colgarlo.

Su dormitorio de Serpentaria estaba bien, había podido decorarlo a su gusto, pero se le estaba quedando pequeño. Echaba de menos tener su propia casa, pero si el negocio iba bien tal vez ese podría ser su próximo proyecto. Ya tenía los contactos adecuados.

-Un brindis me parece una idea estupenda -le respondió a Irianna -La bebida que elegí es vino blanco, uno muy suave, pero si no quieres tomar alcohol hay nectar de frutas también. Son las copas del anillo dorado -explicó.

Le dio las gracias a Kimbra por su felicitación y le hizo un cumplido por su atuendo. No se podía decir que la rakshasa vistiera ‘’bien’’ pero dama Isis había notado el cambio en el esfuerzo por su vestimenta desde que la conoció por primera vez y era algo que apreciaba y quería incentivar.

-Pues brindar es… un gesto que se hace durante una celebración para expresar alegría o agradecimiento por cosas buenas -explicó -Es muy sencillo, primero una persona alza la copa y dice la razón por la que quiere brindar, luego los demás la alzan también y todos dicen: ¡Salud! Y beben de la copa. -Y para hacer una demostración, la veela alzó su propia copa y, después de pasear la mirada sobre sus amigos reunidos dijo: -¡Por los buenos amigos, los grandes proyectos y los frutos del trabajo duro! ¡Salud!

Apuró la copa de un trago. No quedaba mucho y quería tener las manos libres. Zarpa se unió a ellos también y aunque a Isis le dio un pequeño infarto el verla entrar en su forma animal la saludó con la misma efusividad y cariño que al resto y le agradeció sus cumplidos.

-Casi todos los diseños son míos -le respondió a Ruth -He traído bastante ropa frivy, prendas básicas y demás, y pienso traer de otros mundos en el futuro - dijo, luego se dirigió a Devoss -La ropa deportiva está en la planta de arriba. Sé que es algo necesario en la ciudad , la ropa que encuentro aquí es muy incómoda y no transpira bien. ¿Y los sujetadores? ¡Una pesadilla! -bufó. -Así que me he asegurado de estar bien pertrechada. También hay calzado. Esas deportivas -señaló unas deportivas rojas con alas doradas que estaban en uno de los expositores principales -Son una de las piezas estrella de la colección. Mi modelo se llevó unas y está encantado, puedo regalaros un par si me prometeis hacerme publicidad -dijo guiñándoles un ojo.

Le habría encantado quedarse para seguir charlando con sus amigos pero tenía que atender al resto de invitados. Tuvo tiempo de presentarle a Enredo a Eara y Ayne y luego se marchó unos instantes al almacén para dejar el cuadro a buen recaudo antes de volver a la fiesta.

El rapiña recibió las quejas con una encogida de hombros de "es mi trabajo" pero en cuanto Rox lo rodeó no pudo evitar sentir debilidad y soltar una risita, tan solo un poquito histriónica, mientras lo rodeaba de vuelta y apoyaba su cabeza en el cambiante como unos mimos.

-Está bien, está bien. Por la Luna y los dioses oscuros no hay quien pueda con vosotros... -Dijó claramente divertido y fingiendo queja.

Metió la mano en el bolsillo y saco la mayoría de las tarjetas que llevaba dejándose unas para sí por si le hablaba alguien interesado y les lanzó un pequeño sortilegio. Miró cual era su sitio entre todo aquel caos y un taco de tarjetas negras y doradas fue lanzado por encima de todos los invitados y colocado perfectamente y sin daños donde se supone que deberían estar.

Se giró a todos y con una sonrisa dijo. -Bueno, problema resuelto. Y si y no Adru. He ayudado a todos pero el verdadero diseñador es Maher. A mi aún me queda mucho por aprender, refinar y descubrir.

-Bueno, ¡guíanos Pelusa! -Bromeó finalmente conteniendo la risa por el último comentario de la Spriggan.