Torreón Letargo (Archivo VII)
+7
Yber
Evanna
Cuervo
Red
Muffie
Lathspell
LEC
11 participantes
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Torreón Letargo (Archivo VII)
21/03/18, 01:03 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La sinhadre permaneció pensativa cuando varios hicieron notar que la comida solo sabía mal a veces, recordando que ella misma también lo podía corroborar.
—¡Es cierto! Qué extraño… Que hechizo más raro.
Estaba de acuerdo con Milo en que prefería pensar que fuese cosa de magia y no de alguna porquería como la que había sugerido Rox. Además, en ese caso la comida tendría mal aspecto, ¿no?
>>¡Por supuesto que no! —añadió inmediatamente cuando el irrense le dijo a Neil que no era culpa suya, olvidándose de comentar su anterior pensamiento—. Tú eres el mejor cocinero que conozco: es imposible que sea cosa tuya.
Guille, como de costumbre, continuó arrancándole varias risotadas y, poco después, la apreciación de Eitne desmentida inmediatamente por la propia mona del queso le hizo reír aún más. Aunque para ella resultaba todavía más claro que si también las ramitas estaban malas tenía que ser cosa de magia. El daeliciano le respondió a su pregunta entonces y en un principio Adru compuso una expresión levemente alarmada. Tenía un "¡eso sería horrible!" en la punta de la lengua, pero por una vez recordó que no era la mejor idea soltar el primer pensamiento que le había venido a la cabeza. Lo último que necesitaba el niño era entrar en pánico.
—N-no… ¡No te alarmes, Eitne! —Su vacilzación y gestos exagerados posiblemente resultasen menos convincentes de lo que pretendía—. Además no parece que sean muy buenos lanzando maldiciones porque la comida sabe bien a veces —añadió con una risilla.
No siguió pensando en la inquietante posibilidad que el daeliciano había planteado porque volvió a fijarse en el muñeco de Guille. Zob lo había reconocido como un animal de su mundo… Tenía que pertenecer a un nublino.
—¿Se habrán dejado olvidado ese muñeco aquí el grupo de Ellie y Lulú? —se le ocurrió de pronto, aunque olvidando de tener en cuenta que había pasado una cantidad de tiempo considerable desde aquel encuentro como para que fuese probable.
La sinhadre permaneció pensativa cuando varios hicieron notar que la comida solo sabía mal a veces, recordando que ella misma también lo podía corroborar.
—¡Es cierto! Qué extraño… Que hechizo más raro.
Estaba de acuerdo con Milo en que prefería pensar que fuese cosa de magia y no de alguna porquería como la que había sugerido Rox. Además, en ese caso la comida tendría mal aspecto, ¿no?
>>¡Por supuesto que no! —añadió inmediatamente cuando el irrense le dijo a Neil que no era culpa suya, olvidándose de comentar su anterior pensamiento—. Tú eres el mejor cocinero que conozco: es imposible que sea cosa tuya.
Guille, como de costumbre, continuó arrancándole varias risotadas y, poco después, la apreciación de Eitne desmentida inmediatamente por la propia mona del queso le hizo reír aún más. Aunque para ella resultaba todavía más claro que si también las ramitas estaban malas tenía que ser cosa de magia. El daeliciano le respondió a su pregunta entonces y en un principio Adru compuso una expresión levemente alarmada. Tenía un "¡eso sería horrible!" en la punta de la lengua, pero por una vez recordó que no era la mejor idea soltar el primer pensamiento que le había venido a la cabeza. Lo último que necesitaba el niño era entrar en pánico.
—N-no… ¡No te alarmes, Eitne! —Su vacilzación y gestos exagerados posiblemente resultasen menos convincentes de lo que pretendía—. Además no parece que sean muy buenos lanzando maldiciones porque la comida sabe bien a veces —añadió con una risilla.
No siguió pensando en la inquietante posibilidad que el daeliciano había planteado porque volvió a fijarse en el muñeco de Guille. Zob lo había reconocido como un animal de su mundo… Tenía que pertenecer a un nublino.
—¿Se habrán dejado olvidado ese muñeco aquí el grupo de Ellie y Lulú? —se le ocurrió de pronto, aunque olvidando de tener en cuenta que había pasado una cantidad de tiempo considerable desde aquel encuentro como para que fuese probable.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
02/08/18, 10:48 pm
A Nime le destrozó ver toda la desesperación que se había generado a su alrededor. Quería apartarse para llorar hasta quedarse seca donde nadie la pudiese ver, pero volvía a estar asustada y no quería estar sola. Era demasiado difícil llevar una vida normal en aquel lugar. No podían relajarse ni un solo día.
Y así siguió avanzando el tiempo, con Nime asustada de relajarse y perder a alguien más. La próxima vez podría ser ella, incluso. Lo cierto era que la niña no se podría haber relajado ni aunque quisiera, porque la ciudad parecía cada día más crispada, y ella se crispaba también. Que Zob les hubiese contado que no debía de faltar mucho para que cambiasen no ayudaba, porque aún no había terminado de asimilar aquella información incompleta. Ni siquiera le consolaba que las estrellas fuesen bonitas y nostálgicas, no si anunciaban lo que estaba por venir.
Era una mañana como otra cualquiera cuando Nime se despertó solo un poco menos temprano que Adru, con el nerviosismo en la boca de su estómago. Apenas fue capaz de desayunar nada y se pasó gran parte de la mañana revisando y clasificando su colección de insectos. Muchos se habían estropeado y ya no tenían ningún valor. No podía conservarlos en condiciones, pero aun así no quería renunciar a sus bichos exóticos.
Cuando sintió un temblor, mayor incluso que los que se habían sentido toda la semana, fue cuando la libense dejó lo que estaba haciendo y bajó al salón para estar en compañía. No era solo el temblor lo que la tenía asustada, pero no sabía explicar con palabras lo que sentía. Cuando cayó la tarde, estaba sentada en el suelo tratando de moldear una pequeña llama, frustrada como siempre porque no era capaz de hacer cosas tan chulas como otros. Ni siquiera era capaz de hacer cambiar las llamas de color con el otro hechizo.
Y así siguió avanzando el tiempo, con Nime asustada de relajarse y perder a alguien más. La próxima vez podría ser ella, incluso. Lo cierto era que la niña no se podría haber relajado ni aunque quisiera, porque la ciudad parecía cada día más crispada, y ella se crispaba también. Que Zob les hubiese contado que no debía de faltar mucho para que cambiasen no ayudaba, porque aún no había terminado de asimilar aquella información incompleta. Ni siquiera le consolaba que las estrellas fuesen bonitas y nostálgicas, no si anunciaban lo que estaba por venir.
Era una mañana como otra cualquiera cuando Nime se despertó solo un poco menos temprano que Adru, con el nerviosismo en la boca de su estómago. Apenas fue capaz de desayunar nada y se pasó gran parte de la mañana revisando y clasificando su colección de insectos. Muchos se habían estropeado y ya no tenían ningún valor. No podía conservarlos en condiciones, pero aun así no quería renunciar a sus bichos exóticos.
Cuando sintió un temblor, mayor incluso que los que se habían sentido toda la semana, fue cuando la libense dejó lo que estaba haciendo y bajó al salón para estar en compañía. No era solo el temblor lo que la tenía asustada, pero no sabía explicar con palabras lo que sentía. Cuando cayó la tarde, estaba sentada en el suelo tratando de moldear una pequeña llama, frustrada como siempre porque no era capaz de hacer cosas tan chulas como otros. Ni siquiera era capaz de hacer cambiar las llamas de color con el otro hechizo.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
02/08/18, 11:05 pm
Los días fueron pasando y parecía que según ellos se apagaban la ciudad despertaba. El tiempo se hizo más frío pero eso no le impidió a la irrense salir un rato todas las noches a mirar las estrellas y las auroras que aparecían de vez en cuando. Pudo recuperar su vieja ropa térmica y eso le ayudó a sobrellevar la ansiedad más de lo que le gustaba admitir, y es que esta parecía haberse instalado permanentemente en el torreón.
Zob les confesó un día el significado que su cultura le daba a la primera estrella que habían visto en el cielo. No solo eso, parecía que cada nueva estrella y cada cambio perceptible en el ambiente presagiaba la llegada de la Luna Roja. Rena no hablaba de ello, pero pensaba a menudo en lo que significaba que esa cosa del cielo pudiese convertirlos en ''dioses''; más que el cambio de aspecto (aunque eso también le daba miedo) era la parte psicológica lo que le helaba la sangre. La ciudad era cruel, su sistema era cruel y la gente que vivía allí se había revelado como unos hijos de mala leche. ¿Y si eran así por la influencia de la Luna Roja? Conforme pasaban los días ese pensamiento se hizo más recurrente. Había algo ominoso en el aire y sabía que no eran imaginaciones suyas pues lo había comentado con sus compañeros y todos lo sentían: algo horrible iba a ocurrir.
Lo peor era no saber exactamente cuándo. Le había preguntado a Zobriel alguna que otra vez y el nublino no podía darle una respuesta clara. Solo tenía historias de viejas, no datos. Aquello frustraba horriblemente a Rena. Tenía rachas de mal humor que apagaba quitándose de en medio y pegándole a algo para no pagarlo con los demás. Salvo estos arrebatos intentaba alejarse lo menos posible de sus compañeros. Se reunían en el salón a menudo para hacer cualquier cosa, aunque fuera estar mirando al techo cada uno por su lado. Los hechizos que se había traído del edificio chungo sirvieron un tiempo. Los hacedores de magia los probaron, salvo Milo, que por alguna razón se escaqueaba, y aunque no era un hechizo muy útil era perfecto para tener a los enanos entretenidos durante horas.
Ya no salían casi, salvo que fuera estrictamente necesario. Incluso cuando salían a por comida se aseguraban de tener suficiente para que les durase, pues sus queridos rataespines ya estaban creciditos y anormalmente agresivos. Era una ilusión bastante estúpida pero a Rena le decepcionó ver que no habían sido capaces de domesticarlos.
Ese día lo pasó como tantos otros: se levantó con mal cuerpo y sueño, desayunó algo, hizo sus ejercicios y luego se echó a dormir otra vez. No se levantó hasta que se requirió su ayuda para poner la mesa para el almuerzo. Disculpó su pereza mañanera fregando platos y luego se apoltronó en el sofá con un trozo de madera y una navaja. Talló la cosa más fea que había hecho en semanas, de hecho era tan feo que Rena se durmió para no tener que verlo, todavía con el reproductor de música encendido. Roncó como un oso hasta que la despertó el temblor.
-¡CARAJO!
No era una sorpresa, los habían tenido antes, pero no tan fuertes. La palabras de Zob le rondaron la cabeza y se le aceleró el corazón.
Todos estaban nerviosos. Rena hasta tuvo que cortar la música en un momento porque solo le crispaba los nervios a los demás. Con la caída de la tarde propuso algo rápido de merienda, algo de queso y fruta y pan con manteca. Hacía tiempo que no merendaban en condiciones y todos juntos en lugar de comisquear cada cual por su lado (vale que el sabor raruno de la comida tenía culpa, pero echaba de menos la costumbre)
Zob les confesó un día el significado que su cultura le daba a la primera estrella que habían visto en el cielo. No solo eso, parecía que cada nueva estrella y cada cambio perceptible en el ambiente presagiaba la llegada de la Luna Roja. Rena no hablaba de ello, pero pensaba a menudo en lo que significaba que esa cosa del cielo pudiese convertirlos en ''dioses''; más que el cambio de aspecto (aunque eso también le daba miedo) era la parte psicológica lo que le helaba la sangre. La ciudad era cruel, su sistema era cruel y la gente que vivía allí se había revelado como unos hijos de mala leche. ¿Y si eran así por la influencia de la Luna Roja? Conforme pasaban los días ese pensamiento se hizo más recurrente. Había algo ominoso en el aire y sabía que no eran imaginaciones suyas pues lo había comentado con sus compañeros y todos lo sentían: algo horrible iba a ocurrir.
Lo peor era no saber exactamente cuándo. Le había preguntado a Zobriel alguna que otra vez y el nublino no podía darle una respuesta clara. Solo tenía historias de viejas, no datos. Aquello frustraba horriblemente a Rena. Tenía rachas de mal humor que apagaba quitándose de en medio y pegándole a algo para no pagarlo con los demás. Salvo estos arrebatos intentaba alejarse lo menos posible de sus compañeros. Se reunían en el salón a menudo para hacer cualquier cosa, aunque fuera estar mirando al techo cada uno por su lado. Los hechizos que se había traído del edificio chungo sirvieron un tiempo. Los hacedores de magia los probaron, salvo Milo, que por alguna razón se escaqueaba, y aunque no era un hechizo muy útil era perfecto para tener a los enanos entretenidos durante horas.
Ya no salían casi, salvo que fuera estrictamente necesario. Incluso cuando salían a por comida se aseguraban de tener suficiente para que les durase, pues sus queridos rataespines ya estaban creciditos y anormalmente agresivos. Era una ilusión bastante estúpida pero a Rena le decepcionó ver que no habían sido capaces de domesticarlos.
Ese día lo pasó como tantos otros: se levantó con mal cuerpo y sueño, desayunó algo, hizo sus ejercicios y luego se echó a dormir otra vez. No se levantó hasta que se requirió su ayuda para poner la mesa para el almuerzo. Disculpó su pereza mañanera fregando platos y luego se apoltronó en el sofá con un trozo de madera y una navaja. Talló la cosa más fea que había hecho en semanas, de hecho era tan feo que Rena se durmió para no tener que verlo, todavía con el reproductor de música encendido. Roncó como un oso hasta que la despertó el temblor.
-¡CARAJO!
No era una sorpresa, los habían tenido antes, pero no tan fuertes. La palabras de Zob le rondaron la cabeza y se le aceleró el corazón.
Todos estaban nerviosos. Rena hasta tuvo que cortar la música en un momento porque solo le crispaba los nervios a los demás. Con la caída de la tarde propuso algo rápido de merienda, algo de queso y fruta y pan con manteca. Hacía tiempo que no merendaban en condiciones y todos juntos en lugar de comisquear cada cual por su lado (vale que el sabor raruno de la comida tenía culpa, pero echaba de menos la costumbre)
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
02/08/18, 11:54 pm
Los días posteriores al entierro de Hiss no fueron los mejores para Pam, su luto se baso en autocompadecerse por un lado y mentalizarse por otro, que ella no había sido la que le había pedido a Hiss alejarse. Aquella batalla de emociones la dejo realmente agotada, física y mentalmente y las pesadillas que siguieron sucediendo y los evidentes los temblores que a veces la hacían despertar, sobresaltada al repasar que todo el torreón se le caería encima, no ayudaban mucho.
Pero al final, al igual que todas las veces anteriores se repuso, todo lo que podía dado el caso, no tenia otra mas, al igual que le ocurrió con Mike, se mentalizo en vivir con mas ganas aunque antes, un poco mas aun pues ahora debía sumar a Hiss. Pero eso no quitaba que su futuro no le resultara cada vez mas inquietante, sabiendo lo que venia,como el día del que tanto Zobriel había hablado aprecia acercarse a ellos con cuentagotas, moviendo la tierra, trayendo estrellas al cielo, cambiando poco a poco todo lo que habían conocido de esa ciudad hasta el momento.
Pam había creído que estaba preparada para ese momento y lo estaba, de algún modo, llevaba mentalizada a aquello ocurría le gustase o no, pero no podía evitar la mezcla de miedo y ansiedad, cuando con cada día que despertaba se miraba a si misma esperando encontrar alguna muestra de que la luna se acercaba. Mirando noche tras noche aquel cielo plagado de mas y mas estrellas, como algún entidad burlona decidiera pegarla una a una en el cielo a cuentagotas, como si en cualquier momento fuese a aparecer en este por arte de magia la tan aclamada Luna Roja.
Intento no obsesionarse con eso aun así, aunque se sentía con los nervios de punta ante cada temblor, ante cada signo que sus compañeros dieran de algún tipo de cambio, por lo que notando que empezaba a ponerse demasiado nerviosa, decidió que necesitaba calmarse, recuperar el control de si misma y de su rutina antes de acabar perdiendo lo estribos. << Va ocurrir, diga lo que diga,, tema cuanto tema...y no va a servir de nada ponerme histérica ahora. Mente clara o no vas a soportarlo y acabaras volviéndote loca>> era los pensamientos que se decía una y otra vez, de variadas maneras para recuperar la compostura, como autosugestión. No sabía si cuerpo cambiaría, si su mente lo haría y necesitaba mantenerse lo mas serena que pudiera o correa realmente el riesgo de perderse.
Lo intento y con esfuerzo lo consiguió, los hechizos obtenido en aquella casa del demonio sirvieron bastante para recuperar el control y la rutina, no pensar únicamente en los temblores y en la tensión del ambiente de la ciudad, que esperaba agazapada, cual gato al acecho. El traducirlo y el enseñárselos al resto, le hizo sentir útil, le hizo pensar que todo era como antes, como si no tuvieran sobre sus cabezas una cuenta atrás invisible. No se acomplejo al notar que de nuevo era incapaz de hacer magia, sentía que algún día podría, mas tarde o temprano, estaba segura...incluso si ahora ya no confiaba tanto en la suerte desde que había notado esta les habida dado la espalda, aun confiaba ya no tanto en la suerte, sino en su propia capacidad.
El temblor de aquel día le despertó, de un salto como todos los anteriores y Pam estuvo gruñendo entre dientes durante un buen rato, con los nervios de punta. No sabia cuando pareciera la dichosa Luna pero al espera estaba siendo mas fastidiosa que el simple hecho de verla ya en el cielo. Lamentablemente Zobriel no sabia cuando aparecería por lo que solo les quedaba esperar.
Tras aquel mal despertar, su mañana fue de lo mas normal, a conciencia y con la llegada de la tarde, se apoltrono en el sillón en el que dormía durante las noches, al que había bautizado prácticamente como propio en las ultimas semanas, viendo a sus compañeros practicar con los últimos hechizos de magia de fuego que les había traducido, con algunas excepciones.
Vigilandolos, sin fiarse ni un pelo de que no fuesen a causar al destrozo, que ya solo les faltaría prendieran fuego a algo mientras admiraba sus intentos y los resultados conseguidos en aquel espectáculo de llamas.
Pero al final, al igual que todas las veces anteriores se repuso, todo lo que podía dado el caso, no tenia otra mas, al igual que le ocurrió con Mike, se mentalizo en vivir con mas ganas aunque antes, un poco mas aun pues ahora debía sumar a Hiss. Pero eso no quitaba que su futuro no le resultara cada vez mas inquietante, sabiendo lo que venia,como el día del que tanto Zobriel había hablado aprecia acercarse a ellos con cuentagotas, moviendo la tierra, trayendo estrellas al cielo, cambiando poco a poco todo lo que habían conocido de esa ciudad hasta el momento.
Pam había creído que estaba preparada para ese momento y lo estaba, de algún modo, llevaba mentalizada a aquello ocurría le gustase o no, pero no podía evitar la mezcla de miedo y ansiedad, cuando con cada día que despertaba se miraba a si misma esperando encontrar alguna muestra de que la luna se acercaba. Mirando noche tras noche aquel cielo plagado de mas y mas estrellas, como algún entidad burlona decidiera pegarla una a una en el cielo a cuentagotas, como si en cualquier momento fuese a aparecer en este por arte de magia la tan aclamada Luna Roja.
Intento no obsesionarse con eso aun así, aunque se sentía con los nervios de punta ante cada temblor, ante cada signo que sus compañeros dieran de algún tipo de cambio, por lo que notando que empezaba a ponerse demasiado nerviosa, decidió que necesitaba calmarse, recuperar el control de si misma y de su rutina antes de acabar perdiendo lo estribos. << Va ocurrir, diga lo que diga,, tema cuanto tema...y no va a servir de nada ponerme histérica ahora. Mente clara o no vas a soportarlo y acabaras volviéndote loca>> era los pensamientos que se decía una y otra vez, de variadas maneras para recuperar la compostura, como autosugestión. No sabía si cuerpo cambiaría, si su mente lo haría y necesitaba mantenerse lo mas serena que pudiera o correa realmente el riesgo de perderse.
Lo intento y con esfuerzo lo consiguió, los hechizos obtenido en aquella casa del demonio sirvieron bastante para recuperar el control y la rutina, no pensar únicamente en los temblores y en la tensión del ambiente de la ciudad, que esperaba agazapada, cual gato al acecho. El traducirlo y el enseñárselos al resto, le hizo sentir útil, le hizo pensar que todo era como antes, como si no tuvieran sobre sus cabezas una cuenta atrás invisible. No se acomplejo al notar que de nuevo era incapaz de hacer magia, sentía que algún día podría, mas tarde o temprano, estaba segura...incluso si ahora ya no confiaba tanto en la suerte desde que había notado esta les habida dado la espalda, aun confiaba ya no tanto en la suerte, sino en su propia capacidad.
El temblor de aquel día le despertó, de un salto como todos los anteriores y Pam estuvo gruñendo entre dientes durante un buen rato, con los nervios de punta. No sabia cuando pareciera la dichosa Luna pero al espera estaba siendo mas fastidiosa que el simple hecho de verla ya en el cielo. Lamentablemente Zobriel no sabia cuando aparecería por lo que solo les quedaba esperar.
Tras aquel mal despertar, su mañana fue de lo mas normal, a conciencia y con la llegada de la tarde, se apoltrono en el sillón en el que dormía durante las noches, al que había bautizado prácticamente como propio en las ultimas semanas, viendo a sus compañeros practicar con los últimos hechizos de magia de fuego que les había traducido, con algunas excepciones.
Vigilandolos, sin fiarse ni un pelo de que no fuesen a causar al destrozo, que ya solo les faltaría prendieran fuego a algo mientras admiraba sus intentos y los resultados conseguidos en aquel espectáculo de llamas.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 12:20 am
Gracias a sus compañeros Guillermo consiguió relajarse. Los dias pasaron con tranquilidad dentro del torreón, una tranquilidad que contrastaba con la ciudad, que cada dia dabas mas muestras de vida, más ruidos más sensaciones.
Guillermo sabia lo que iba a pasar se lo habían dicho los mayores, saldría una luna roja, y los traformaría en dioses o en monstruos, que de alguna manera era lo mismo. Guillermo lo tenia claro, ocurriera lo que ocurriera el conocía a sus compañeros, ellos iban a ser iguales ocurriera lo que ocurriera, el exterior no importaba, y la prueba viviente era el pelo que se habian echo jugando a ser peluqueros.
"Pero quizás cuando eso ocurra nos hará lo suficientemente fuertes para que no muera nadie más" y quizas Guillermo tenía razón habia que ser verdaderamente fuerte en está ciudad para poder vivir tranquilamente riendo y jugando.
El dia de Guille habia sido como siempre, ya se habian acostumbrado a los pequeños terremotos, Guillermo se despertó tarde, corrio a desayunar y como siempre estuvo apunto de tropezar. Se paso la mañana buscando conversaciones aleatorias con el primero que pasaba sobre un tema también aleatorio. Tras la comida, se tiro en el sofá y bajo sus juguetes y se quedo jugando junto Eitne y Nime que se esforzaba por cambiar de color las llamas sin éxito, y felicitó a Rena por hacer la figura mas fea que habia visto, eso sin duda eso debia ser una habilidad y su obra debia ser expuesta en un museo, y le preguntó si se la podia quedar.
Pero ese no era un día normal y Guillermo en el fondo ya lo sabia y el fuerte terremoto se lo recordó. ese pensamiento estaba latente en la cabeza de todos, se podia sentir en el ambiente. Guillermo encontró una respuesta rapida y sencilla debia ser porque llevaba mucho tiempo, por lo menos un dia, sin dar abrazos a sus amigos, asi que corrió a hacer una ronda de abrazos a cada uno, incluso si se negaban, los perseguiria dando gritos con las manos en alto.
Guillermo sabia lo que iba a pasar se lo habían dicho los mayores, saldría una luna roja, y los traformaría en dioses o en monstruos, que de alguna manera era lo mismo. Guillermo lo tenia claro, ocurriera lo que ocurriera el conocía a sus compañeros, ellos iban a ser iguales ocurriera lo que ocurriera, el exterior no importaba, y la prueba viviente era el pelo que se habian echo jugando a ser peluqueros.
"Pero quizás cuando eso ocurra nos hará lo suficientemente fuertes para que no muera nadie más" y quizas Guillermo tenía razón habia que ser verdaderamente fuerte en está ciudad para poder vivir tranquilamente riendo y jugando.
El dia de Guille habia sido como siempre, ya se habian acostumbrado a los pequeños terremotos, Guillermo se despertó tarde, corrio a desayunar y como siempre estuvo apunto de tropezar. Se paso la mañana buscando conversaciones aleatorias con el primero que pasaba sobre un tema también aleatorio. Tras la comida, se tiro en el sofá y bajo sus juguetes y se quedo jugando junto Eitne y Nime que se esforzaba por cambiar de color las llamas sin éxito, y felicitó a Rena por hacer la figura mas fea que habia visto, eso sin duda eso debia ser una habilidad y su obra debia ser expuesta en un museo, y le preguntó si se la podia quedar.
Pero ese no era un día normal y Guillermo en el fondo ya lo sabia y el fuerte terremoto se lo recordó. ese pensamiento estaba latente en la cabeza de todos, se podia sentir en el ambiente. Guillermo encontró una respuesta rapida y sencilla debia ser porque llevaba mucho tiempo, por lo menos un dia, sin dar abrazos a sus amigos, asi que corrió a hacer una ronda de abrazos a cada uno, incluso si se negaban, los perseguiria dando gritos con las manos en alto.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 12:39 am
Eitne acabó el día con muy pocos ánimos. Lloró mucho, a veces por el cúmulo de sentimientos a los que no sabía ponerles nombre; a veces porque pensaba que él podría ser el siguiente y otras, por contagio de sus amigos. Sin embargo, el entierro volvió a traerle algo de paz. Eitne llenó la tumba nueva de cristales, igual que la de Mike, y le mandó a Hiss un mensaje para que se lo llevara consigo y lo entregara a todos sus compañeros muertos. Aquel gesto, cada vez más alejado de sus creencias originales, le sirvió para aliviar la pena los días posteriores. Igual que le había ocurrido tras la pérdida de la pierna, puede que incluso más rápido, Eitne recuperó su buen humor, su curiosidad y sus ganas de jugar.
Como siempre, seguía aguardando al anochecer en el patio para mirar los colores del cielo y las estrellas nuevas. Se acostaba tarde, hablándose a sí mismo para poder dormir, y si tenía la suerte de sobrevivir a las pesadillas, se levantaba para desayunar tarde. Cuando no jugaban a cualquier cosa con Guille, Nime, Adru o incluso los mayores, Eitne retomó sus prácticas de magia. Sentía cierta envidia por todas las cosas que Neil era capaz de hacer y que el resto no, pero se decía a sí mismo que si el era pequeño, su magia también; tenían que crecer juntos.
El niño estaba aprendiendo a disfrutar de las pocas cosas que les daba la ciudad. A veces incluso charlaba con los murciélagos (aunque no le hacían caso nunca, ¡los maleducados!) o los bichos del jardín (un poco más agradables estos). Cuando Zob les explicó que la luna se acercaba, Eitne fue capaz de colocar el miedo en un segundo plano, su expectación por lo que venía solía ser más fuerte y el niño elucubraba con lo que tal vez sería o cómo se querría llamar. Este último tema salió a colación de los papeles que fotografiaron, a Eitne le había gustado mucho el ritual de cambio y solía hablar de que él quería tener un nombre dulce, para que los niños que vinieran después que él no le temieran.
Sin embargo, los días más tormentosos, más fríos o incluso de temblores, el miedo cobraba fuerza y Eitne volvía a pensar en lo que sería de ellos si las cosas no salían bien. No solo le preocupaba su propio aspecto, sino el de todos sus compañeros. Todos habían sobrevivido valientemente y se merecían tener algo bonito esa noche.
El día pasó como todos, pues para Eitne no había diferencia entre los días de salir a por cestas de los que no. Remoloneó en la cama hasta que no le quedó más remedio que despertar y desayunó casi a mediodía, aunque eso no le impidió comer de nuevo a su hora con todos (y sin sabor). Por la tarde estuvo en el salón, junto a sus compañeros, practicando el hechizo para tintar las llamas. Se había puesto el reto de conseguir degradados chulos como los de Neil o, en el peor de los casos, conseguir que las llamas tuvieran el mismo color que su piel.
—¡Mirad, mirad! —compartió su entusiasmo en cuanto vio que la llama sobre su mano mutaba a un morado oscuro.
Acercó la llama coloreada tanto como pudo a su cara, al ser tan oscura lucía mucho menos y podía ver más de cerca cómo bailaba el fuego. En ese instante, todo volvió a temblar y el susto deshizo el conjuro de Eitne, apagando la llama al instante.
—¡Jope! —hizo un mohín breve y luego dio una palmada al suelo de piedra del torreón—. Yo creo que Rocavarancolia también está nerviosa… —le dijo en voz baja a los más pequeños.
Cuando Guille comenzó la ronda de abrazos, Eitne le respondió con un abrazo muy fuerte y muy, muy de verdad. Su abuela decía que los abrazos por compromiso se notaban y que eran una de las cosas más feas que los daelicianos pequeños podían hacer, así que se esforzó porque el de Guille fuera como los de papá y mamá y la yaya. Como los que le habría dado a uno de sus nueve hermanos de Rocavarancolia.
Como siempre, seguía aguardando al anochecer en el patio para mirar los colores del cielo y las estrellas nuevas. Se acostaba tarde, hablándose a sí mismo para poder dormir, y si tenía la suerte de sobrevivir a las pesadillas, se levantaba para desayunar tarde. Cuando no jugaban a cualquier cosa con Guille, Nime, Adru o incluso los mayores, Eitne retomó sus prácticas de magia. Sentía cierta envidia por todas las cosas que Neil era capaz de hacer y que el resto no, pero se decía a sí mismo que si el era pequeño, su magia también; tenían que crecer juntos.
El niño estaba aprendiendo a disfrutar de las pocas cosas que les daba la ciudad. A veces incluso charlaba con los murciélagos (aunque no le hacían caso nunca, ¡los maleducados!) o los bichos del jardín (un poco más agradables estos). Cuando Zob les explicó que la luna se acercaba, Eitne fue capaz de colocar el miedo en un segundo plano, su expectación por lo que venía solía ser más fuerte y el niño elucubraba con lo que tal vez sería o cómo se querría llamar. Este último tema salió a colación de los papeles que fotografiaron, a Eitne le había gustado mucho el ritual de cambio y solía hablar de que él quería tener un nombre dulce, para que los niños que vinieran después que él no le temieran.
Sin embargo, los días más tormentosos, más fríos o incluso de temblores, el miedo cobraba fuerza y Eitne volvía a pensar en lo que sería de ellos si las cosas no salían bien. No solo le preocupaba su propio aspecto, sino el de todos sus compañeros. Todos habían sobrevivido valientemente y se merecían tener algo bonito esa noche.
—————
El día pasó como todos, pues para Eitne no había diferencia entre los días de salir a por cestas de los que no. Remoloneó en la cama hasta que no le quedó más remedio que despertar y desayunó casi a mediodía, aunque eso no le impidió comer de nuevo a su hora con todos (y sin sabor). Por la tarde estuvo en el salón, junto a sus compañeros, practicando el hechizo para tintar las llamas. Se había puesto el reto de conseguir degradados chulos como los de Neil o, en el peor de los casos, conseguir que las llamas tuvieran el mismo color que su piel.
—¡Mirad, mirad! —compartió su entusiasmo en cuanto vio que la llama sobre su mano mutaba a un morado oscuro.
Acercó la llama coloreada tanto como pudo a su cara, al ser tan oscura lucía mucho menos y podía ver más de cerca cómo bailaba el fuego. En ese instante, todo volvió a temblar y el susto deshizo el conjuro de Eitne, apagando la llama al instante.
—¡Jope! —hizo un mohín breve y luego dio una palmada al suelo de piedra del torreón—. Yo creo que Rocavarancolia también está nerviosa… —le dijo en voz baja a los más pequeños.
Cuando Guille comenzó la ronda de abrazos, Eitne le respondió con un abrazo muy fuerte y muy, muy de verdad. Su abuela decía que los abrazos por compromiso se notaban y que eran una de las cosas más feas que los daelicianos pequeños podían hacer, así que se esforzó porque el de Guille fuera como los de papá y mamá y la yaya. Como los que le habría dado a uno de sus nueve hermanos de Rocavarancolia.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 01:20 am
Vuelta a la rutina. A la rutina de hacía dos semanas, una rutina que había deseado no volver a tener… pero Rocavarancolia tenía otros planes para ellos. Adru volvía a estar baja de ánimos, pero se esforzó por recuperarse poco a poco, como siempre hacía. Tenía que hacerlo: su optimismo era lo único que podía aportar para ayudar, sobre todo a los más pequeños. Los mayores ya sabrían cómo se sentía en realidad, porque la edeel sentía que ella, de alguna manera, también empezaba a hacerse mayor. No quería pensar demasiado en aquello, sobre todo porque no quería machacarse una y otra vez con cómo había actuado en numerosas ocasiones, poniendo en peligro a todo el grupo por ello… Si lo hacía no podía seguir sonriendo.
Las siguientes dos semanas estuvieron plagadas de dudas, temblores de tierra y una fuerte súplica de que nadie muriese o sufriese daños graves como Eitne. Gracias a Zobriel sabían que el momento de cambiar se acercaba y, aunque no supiesen cuándo, la sinhadre tenía la extraña sensación de que notaba algo extraño. Posiblemente fuese sugestión, ya que las cosas extrañas en realidad ocurrían con el clima y otro tipo de fenómenos naturales y la edeel, que no había notado nada en su propio cuerpo como por ejemplo le pasaba a Neil hasta ese momento, creía estar experimentando “algo” indefinido. A lo mejor eran esos cambios en la ciudad que se lo hacían pensar, quizás fuese la conversación sobre su género que había mantenido con Rox… No lo sabía.
Allí estaban, al atardecer, reunidos en el salón como era costumbre en los últimos tiempos. Observaba a Eitne jugar con los hechizos que habían encontrado en aquella iglesia rara, recibió y correspondió al abrazo de Guille, alzando al pequeño en brazos y sonriéndole, y había vuelto junto a Neil cuando aquel estruendo despertó a Rena que dormía en el sofá.
—Sí… Tienes razón —respondió al daeliciano sin poder evitar lanzar miradas de reojo al cielo a través de la puerta del patio.
Las siguientes dos semanas estuvieron plagadas de dudas, temblores de tierra y una fuerte súplica de que nadie muriese o sufriese daños graves como Eitne. Gracias a Zobriel sabían que el momento de cambiar se acercaba y, aunque no supiesen cuándo, la sinhadre tenía la extraña sensación de que notaba algo extraño. Posiblemente fuese sugestión, ya que las cosas extrañas en realidad ocurrían con el clima y otro tipo de fenómenos naturales y la edeel, que no había notado nada en su propio cuerpo como por ejemplo le pasaba a Neil hasta ese momento, creía estar experimentando “algo” indefinido. A lo mejor eran esos cambios en la ciudad que se lo hacían pensar, quizás fuese la conversación sobre su género que había mantenido con Rox… No lo sabía.
Allí estaban, al atardecer, reunidos en el salón como era costumbre en los últimos tiempos. Observaba a Eitne jugar con los hechizos que habían encontrado en aquella iglesia rara, recibió y correspondió al abrazo de Guille, alzando al pequeño en brazos y sonriéndole, y había vuelto junto a Neil cuando aquel estruendo despertó a Rena que dormía en el sofá.
—Sí… Tienes razón —respondió al daeliciano sin poder evitar lanzar miradas de reojo al cielo a través de la puerta del patio.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 03:22 am
A medida que la fecha señalada en un calendario imaginario por Zobriel para el temido cambio se acercaba, Neil podía sentir como todo su cuerpo se tensionaba a la vez que el ambiente a su alrededor se mantenía en calma. Como si estuviera nervioso y resignado a la vez por lo que se avecinaba. Hacía tiempo que el aurva había dejado de soñar con que volvieran a Sinhdro y simplemente se limitaba a pedir por que nadie más muriera. Lo que tenía que ocurrir, si Zobriel tenía la razón, ocurriría quisieran o no, fuera lo que fuera. Y no es como si no hubiera notado los cambios, además de las partes de su cuerpo que se hundían, pero prefería no pensar en ello, al igual que la mayoría del tiempo intentaba ignorar los temblores en la tierra, y limitarse a dedicar sus días a cocinar, tallar y practicar magia, incluyendo aquellos hechizos que habían encontrado en aquel siniestro lugar.
Aquella tarde se encontraban todos reunidos en la sala y, aunque nadie lo dijo en voz alta, parecía que todos habían decretado que algo iba a ocurrir pronto, como si lo sintieran dentro de sí mismo. Neil, ya acostumbrado a la tensión tranquila en la que últimamente vivía, dejó a su costado la última talla que había creado, una de las especies de lagarto favoritas de Adru, para abrazar a Guille con una sonrisa. La alegría del humano resultaba refrescante y ayudaba bastante con el ánimo del sinhadre.
- Ya va siendo hora de que preparemos la cena. Voy a calentar la sopa de esta mañana y a hacer batidos de frutas, ¿queréis algo más?- preguntó con ya prácticamente un hechizo térmico preparado entre los dedos.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 03:58 am
La mañana de peluquería no podía haber ido mejor. Las fotos, las risas, hacer el tonto juntos... y luego volvió la cruda realidad. Cuando el grupo volvió con los restos de Hiss, Rox no lloró. Le atravesaron todo tipo de sentimientos a una velocidad vertiginosa: rabia, frustración, negación, culpabilidad. Quiso echarles la culpa, echársela a sí mismo, gritar que habían arruinado un buen momento, que si no hubieran salido Hiss seguiría con ellos, mas la imagen de Rena llorando fue de tanto peso que todo el cóctel que sentía se fundió en una suerte de estado vegetal. En esos momentos le era más fácil no sentir nada, así que forzarse a la pasividad no estaba tan mal. Había sufrido algún que otro arrebato de ansiedad en el pasado, y sabía que esa era la forma más barata de aguantar el daño no físico y aguantar malamente la tristeza. En soledad le costaba menos mantenerse así, motivo por el que pasó el resto del día aislado, huyendo de la intensa pena que se expandía por el torreón. Ya tenía suficiente con la suya.
Su malestar tardó más de lo normal en esfumarse, y es que durante los primeros días al coreano no le salía sentirse bien. Tenía la impresión que bastaba con tener un buen momento para que llegase uno cinco veces peor a joderlo. Su "diario" se volvió más escueto, robótico y mordaz, notablemente harto de toda la situación para las pocas veces que se dignaba a escribir.
Para más inri, los avisos de Zobriel no se le pasaron por alto, los cuales escuchó lo justo antes de que la repulsión y la ansiedad le pudieran y llevaran a un sitio donde no alcanzara a oir sus palabras. Durante esas dos semanas, la noticia de la proximidad de la Luna le apretó el pecho como si estuviera atrapado entre dos imanes gigantes. Las estrellas, a diferencia de lo que opinaba el nublino, eran ahora para Rox tan desagradables de ver como lo habían sido los huesos de Hiss.
Todo lo que había salido de la boca de Zob rondaba su cabeza como un tábano molesto, imposible de ignorar por mucho que se escondiese. Le habría encantado no pensar en ello, decir que lo había asumido y le daba igual, que no le aterraba más transformarse, que no le importaba no obtener respuestas del cuando exacto, pero era incapaz de mentirse de esa forma. Al principio no supo hasta que punto era paranoia, o verdaderamente estaba cargándose la tensión en la ciudad. La misma sensación por parte de sus compañeros y los terremotos fueron buenas señales de que no estaba loco, aunque tampoco es que le hicieran sentir más a salvo.
Por el bien de su propia salud mental, Rox se esforzó en vivir con normalidad bajo esas condiciones. La compañía de los demás, como no, resultó vital. Aislarse no era opción, y menos cuando Rocavarancolia amenazaba bajo sus pies. Además, había un pequeño detalle que le empujaba a la Luna de forma menos negativa. Uno que había pasado por alto con todos los malos momentos: la promesa de volver a casa.
No había pensado en otra cosa durante la cosecha. Si no se perdía a si mismo, aún con colas y cuernos, la simple idea de pisar de nuevo la Tierra hacía que su corazón se acelerase.
Ese día no se distanció en nada al resto. El australiano había matado el tiempo hasta la tarde, distrayéndose en las tareas contidianas. Mientras observaba a Eitne, embelesado por las llamas, limpiaba sus zapatos con la ayuda de un trapo y un cubo de agua con jabón. Llevar sus adidas sin mugre siempre le hacía sentir como nuevo.
El temblor, combinado con el grito de Rena, le hizo salpicar el suelo con agua.
—Ya... —respondió también al daeliciano, sujetando el cubo hasta que dejase de temblar. Se quedó en silencio unos segundos, sin saber que decir. Le asustaba, y mucho, que cada vez tuvieran mayor intensidad. Creyó mejor idea cambiar de tema—. Venga, ¿por qué no le echáis una mano poniendo la mesa? Para la cena... o la merienda, lo que sea.
El abrazo de Guille le pilló por la espalda, mientras limpiaba el suelo. Le sonrió y revolvió el pelo, devolviéndole el gesto como podía con un solo brazo.
—¡Cuidado te vayas a resbalar, renacuajo!
Su malestar tardó más de lo normal en esfumarse, y es que durante los primeros días al coreano no le salía sentirse bien. Tenía la impresión que bastaba con tener un buen momento para que llegase uno cinco veces peor a joderlo. Su "diario" se volvió más escueto, robótico y mordaz, notablemente harto de toda la situación para las pocas veces que se dignaba a escribir.
Para más inri, los avisos de Zobriel no se le pasaron por alto, los cuales escuchó lo justo antes de que la repulsión y la ansiedad le pudieran y llevaran a un sitio donde no alcanzara a oir sus palabras. Durante esas dos semanas, la noticia de la proximidad de la Luna le apretó el pecho como si estuviera atrapado entre dos imanes gigantes. Las estrellas, a diferencia de lo que opinaba el nublino, eran ahora para Rox tan desagradables de ver como lo habían sido los huesos de Hiss.
Todo lo que había salido de la boca de Zob rondaba su cabeza como un tábano molesto, imposible de ignorar por mucho que se escondiese. Le habría encantado no pensar en ello, decir que lo había asumido y le daba igual, que no le aterraba más transformarse, que no le importaba no obtener respuestas del cuando exacto, pero era incapaz de mentirse de esa forma. Al principio no supo hasta que punto era paranoia, o verdaderamente estaba cargándose la tensión en la ciudad. La misma sensación por parte de sus compañeros y los terremotos fueron buenas señales de que no estaba loco, aunque tampoco es que le hicieran sentir más a salvo.
Por el bien de su propia salud mental, Rox se esforzó en vivir con normalidad bajo esas condiciones. La compañía de los demás, como no, resultó vital. Aislarse no era opción, y menos cuando Rocavarancolia amenazaba bajo sus pies. Además, había un pequeño detalle que le empujaba a la Luna de forma menos negativa. Uno que había pasado por alto con todos los malos momentos: la promesa de volver a casa.
No había pensado en otra cosa durante la cosecha. Si no se perdía a si mismo, aún con colas y cuernos, la simple idea de pisar de nuevo la Tierra hacía que su corazón se acelerase.
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Ese día no se distanció en nada al resto. El australiano había matado el tiempo hasta la tarde, distrayéndose en las tareas contidianas. Mientras observaba a Eitne, embelesado por las llamas, limpiaba sus zapatos con la ayuda de un trapo y un cubo de agua con jabón. Llevar sus adidas sin mugre siempre le hacía sentir como nuevo.
El temblor, combinado con el grito de Rena, le hizo salpicar el suelo con agua.
—Ya... —respondió también al daeliciano, sujetando el cubo hasta que dejase de temblar. Se quedó en silencio unos segundos, sin saber que decir. Le asustaba, y mucho, que cada vez tuvieran mayor intensidad. Creyó mejor idea cambiar de tema—. Venga, ¿por qué no le echáis una mano poniendo la mesa? Para la cena... o la merienda, lo que sea.
El abrazo de Guille le pilló por la espalda, mientras limpiaba el suelo. Le sonrió y revolvió el pelo, devolviéndole el gesto como podía con un solo brazo.
—¡Cuidado te vayas a resbalar, renacuajo!
- ♪♫♬:
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 08:47 am
[SALTO EN CONSTRUCCIÓN]
-------------
Ese día les sorprendió con el temblor más intenso hasta la fecha, lo que altero los nervios de la mayoría, empujándoles a reunirse en el salón todos juntos como habían estado haciendo durante las últimas semanas. Cada uno intentaba matar el tiempo como podía, ya fuese practicando magia, durmiendo la siesta o limpiándose las zapatillas, pero el norteño se decantó por observar las evoluciones silenciosas de una pelusa que se deslizaba por el suelo atrapada en las corrientes de aire que provocaban los letarguinos. La mayor parte de su mente estaba apagada, pues aquella tarea no requería muchas neuronas, y ese fue uno de los factores determinantes por los que acabó en las mazmorras sin saber como había llegado hasta allí.
—¿Pero qué... ? —murmuró para si confuso, notando como se le erizaba el pelo de la nuca al mismo tiempo que arriba avistaban por primera vez el brillo de la Luna Roja colándose por las troneras.
Estaba pasando algo, de eso no había duda, pero el irrense asistía a todo como un espectador silencioso, y cuando sus manos activaron el mecanismo que bajaba el puente solo pudo emitir un bufido de incredulidad. «¿Qué se supone que estoy haciendo?» se preguntó subiendo las escaleras a buen paso, «, ¿y de donde viene esa luz roja?» pensó con la mirada fija en la entrada del torreón cuando llegó a la primera planta.
Sin que pareciera oír las llamadas de sus compañeros el norteño abrió el portón y salió a la calle, adentrándose en la ciudad completamente desarmado. Los gritos de angustia y horror de sus compañeros sonaban muy lejanos, como sonidos fantasmales en la noche, y el instinto que lo empujaba hacia delante pronto ahogó la necesidad de acudir en su ayuda.
—Vuelvo enseguida... —murmuró para si, caminando a buen paso hacia un destino incierto.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 08:53 am
De repente, una sensación extraña llegó a Neil y este quedó parado en mitad de la sala con el hechizo térmico deslizándose entre sus dedos sin terminar de concluir. El aurva frunció el ceño confuso y comenzó a mirar a su alrededor, como si estuviera esperando que algo le dijera "aquí", pero nada parecía ser aquello que le llamaba. "Pero algo me está llamando" se dijo, como si intentara que, al asentar la idea, esta automáticamente le pudiera dar la respuesta. Algo le llamaba, sí, tan fuerte que ni siquiera se estaba percatando de lo que les estaba ocurriendo a sus compañeros, concentrado en aquello a lo que tenía que llegar, pero no podía determinar con exactitud qué era.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 09:17 am
Después de terminar la ronda de abrazos, siguió corriendo por el torreón, fue mirando cada una de las habitaciones y sin saber muy bien el porqué, sintió que debía dirigirse a su cuarto, no le dio muchas vueltas y empezó a caminar hacia ahí, sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Miro de arriba a abajo la estancia y se paró enfrente de su cama.
-Hola Camarada, ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Necesitas que te eche una mano? - dijo mientras se agachaba y lo recogía del suelo.
-Hola Camarada, ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Necesitas que te eche una mano? - dijo mientras se agachaba y lo recogía del suelo.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 11:27 am
En el mismo momento en el que se levantó para dejar el cubo y las zapatillas a secar, escucharon el ruido del puente levadizo cayendo. Todos los músculos se le tensaron, en clara confusión por qué estaba pasando, intercambiando rápidas miradas con el resto. Sin esperar un segundo más, se dirigió hacia la puerta deprisa, solo para ver a Milo saliendo del torreón.
—¡¿Milo?! ¿Qué coño haces? —alzó la voz, alarmado ante el paso veloz que llevaba el irrense—. ¡¡Milo!!
Iba a echar a correr detrás del irrense, detenerlo como fuese, pero otra imagen le paralizó en su sitio.
Despacio, como si salieran de un líquido espeso, los huesos de su mano atravesaron su piel hasta caer contra el suelo con un tamborileo hueco. Uno tras otro, lo suficientemente despacio como para ver uno a uno detalladamente, pero lo suficientemente rápido como para no darle tiempo a reaccionar.
Milo se alejaba, pero el australiano no podía hacer nada. Se había quedado sin aire, pálido y en shock. El sudor frío no tardó en bajarle por la nuca. Ni siquiera pudo gritar del miedo cuando recogió la última falange de su mano izquierda con la derecha, comprobando en un horror silencioso lo muy real que era.
Dobló despacio las rodillas, temblando como un animal recién nacido que no puede mantenerse en pie, para recoger sus huesos. Hiperventilaba.
—Que... que alguien pare a Milo... —le dio tiempo a decir, a penas en un susurro.
—¡¿Milo?! ¿Qué coño haces? —alzó la voz, alarmado ante el paso veloz que llevaba el irrense—. ¡¡Milo!!
Iba a echar a correr detrás del irrense, detenerlo como fuese, pero otra imagen le paralizó en su sitio.
Despacio, como si salieran de un líquido espeso, los huesos de su mano atravesaron su piel hasta caer contra el suelo con un tamborileo hueco. Uno tras otro, lo suficientemente despacio como para ver uno a uno detalladamente, pero lo suficientemente rápido como para no darle tiempo a reaccionar.
Milo se alejaba, pero el australiano no podía hacer nada. Se había quedado sin aire, pálido y en shock. El sudor frío no tardó en bajarle por la nuca. Ni siquiera pudo gritar del miedo cuando recogió la última falange de su mano izquierda con la derecha, comprobando en un horror silencioso lo muy real que era.
Dobló despacio las rodillas, temblando como un animal recién nacido que no puede mantenerse en pie, para recoger sus huesos. Hiperventilaba.
—Que... que alguien pare a Milo... —le dio tiempo a decir, a penas en un susurro.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 11:33 am
El anochecer llegó y con él el cielo se tiñó de rojo. No se lo esperaba, porque no sabían cuándo iba a ser, pero en realidad, al mismo tiempo, sí se lo esperaba. La edeel saltó como un resorte del sillón en el que se había dejado caer tras haber estado caminando nerviosamente por el salón y salió corriendo al patio. La visión le resultó impresionante, hermosa y algo más que no sabía describir. Notaba algo en su interior, algo más allá de los diversos dolores que empezaba a notar por su cuerpo, a los que en un principio no prestó atención. Permaneció ensimismada durante unos instantes, olvidando por un momento que debería estar comprobando que los demás estaban bien.
Salió de su estado al oír el puente bajándose y regresó al interior. Hubiese prestado más atención a Milo, que por alguna razón estaba abriendo la puerta, de no ser porque vio lo que le estaba ocurriendo a Rox. El dolor que sentía en la frente le dio una punzada y la vista se le nubló un poco, ligeramente mareada, pero no se detuvo mucho rato antes de ir hacia el coreano a toda prisa.
—¡R…Rox!
Ni siquiera supo qué decir. Lo que le estaba ocurriendo al humano estaba fuera de toda comprensión. ¿Cómo podían estar cayéndose sus huesos de aquella forma…? Miraba alternativamente al coreano y hacia la puerta, sin saber qué hacer.
>>Pero… Pero necesitas ayuda… pero Milo… ¡Milo! —Se acercó a la puerta para llamar al irrense—. ¡Rox se está deshaciendo, vuelve!
Salió de su estado al oír el puente bajándose y regresó al interior. Hubiese prestado más atención a Milo, que por alguna razón estaba abriendo la puerta, de no ser porque vio lo que le estaba ocurriendo a Rox. El dolor que sentía en la frente le dio una punzada y la vista se le nubló un poco, ligeramente mareada, pero no se detuvo mucho rato antes de ir hacia el coreano a toda prisa.
—¡R…Rox!
Ni siquiera supo qué decir. Lo que le estaba ocurriendo al humano estaba fuera de toda comprensión. ¿Cómo podían estar cayéndose sus huesos de aquella forma…? Miraba alternativamente al coreano y hacia la puerta, sin saber qué hacer.
>>Pero… Pero necesitas ayuda… pero Milo… ¡Milo! —Se acercó a la puerta para llamar al irrense—. ¡Rox se está deshaciendo, vuelve!
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 11:43 am
Mientras Neil vagaba por el torreón tratando de discernir qué era lo que le llamaba pudo notar una tendencia: las velas que hubiera encendidas se apagaban a su paso.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 12:07 pm
En un momento que desvió la mirada, Guille desapareció de su campo de visión, al igual que Neil. La mona dle queso se sobresalto cuando escucho la puerta del torreón abrirse y el puente ser bajado, sorprendida vio a Milo marcharse.
-¿Pero que narices ha...?- exclamo sorprendida levantándose de golpe del sillon, alcanzando a ver como de pronto Rox, caía de rodillas al suelo. Horrorizada, Pam se acerco para tomarla del hombro asustada ante la vision de lo que aprecian ser huesos, en el suelo y que estaba siendo recogidos por el humano. Pero al hacerlo noto lo que que le ocurría. La piel de sus manos se estaba desprendiendo, como si mudase y se deshilachara << ¿Que? ¿Que pasa? >> dijo tocándose o las manos, los brazos, notando que no solo era sus manos sino que toda la piel se empezaba desprender y dejaba ver lo que parecía ser hilos que se le pegaba al cuerpo, intentando cubrirla.
-¡Adru, mi piel, mi piel...!-dijo jalando como pudo de los hebras que le cubrían. Se sentía como si un araña gigante intentase enredaría en su telar, intentando luchar con ello pero siendo esto mas fuerte que ella misma. Se revolvió nerviosa, intentando liberarse pero pronto empezó perder movilidad, cayendo al suelo junto a Rox, al sentir como esos hilos que se desprendían de su piel inmovilizaba sus piernas. Sabía lo que estaba ocurriendo, peor no dejaba de ser aterrador lo repentino que estaba siendo todo, << No,no...¡no estamos preparados aun! >> pensó revolviéndose como una oruga en el suelo cuanto pudo sin poder escapar de las hebras que empezaba a cubrirla sin poder hacer nada por evitarlo.
-¿Pero que narices ha...?- exclamo sorprendida levantándose de golpe del sillon, alcanzando a ver como de pronto Rox, caía de rodillas al suelo. Horrorizada, Pam se acerco para tomarla del hombro asustada ante la vision de lo que aprecian ser huesos, en el suelo y que estaba siendo recogidos por el humano. Pero al hacerlo noto lo que que le ocurría. La piel de sus manos se estaba desprendiendo, como si mudase y se deshilachara << ¿Que? ¿Que pasa? >> dijo tocándose o las manos, los brazos, notando que no solo era sus manos sino que toda la piel se empezaba desprender y dejaba ver lo que parecía ser hilos que se le pegaba al cuerpo, intentando cubrirla.
-¡Adru, mi piel, mi piel...!-dijo jalando como pudo de los hebras que le cubrían. Se sentía como si un araña gigante intentase enredaría en su telar, intentando luchar con ello pero siendo esto mas fuerte que ella misma. Se revolvió nerviosa, intentando liberarse pero pronto empezó perder movilidad, cayendo al suelo junto a Rox, al sentir como esos hilos que se desprendían de su piel inmovilizaba sus piernas. Sabía lo que estaba ocurriendo, peor no dejaba de ser aterrador lo repentino que estaba siendo todo, << No,no...¡no estamos preparados aun! >> pensó revolviéndose como una oruga en el suelo cuanto pudo sin poder escapar de las hebras que empezaba a cubrirla sin poder hacer nada por evitarlo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 12:09 pm
Todo sucedería tan rápido que Guille apenas podría percibirlo. Varios brazos surgieron de debajo de la cama, agarrándolo y tirándolo al suelo. El niño, sin embargo, no sentiría el golpe: aquellas cosas no le limitaron a dejarlo caer, sino que tuvieron cuidado de posarlo directamente tumbado.
Aquellos delgados brazos, y sus manos, no podían ser menos humanos: de color azul cerúleo, parecían estar compuestos por metal en vez de carne, dedos sin uña que acababan en punta. Y tenían varios codos
Luego lo arrastraron debajo de la cama. Guille podría ver cinco brazos, no todos del mismo tamaño. Surgían de la pequeña arruga que formaba el colchón justo al posarse sobre el somier, de alguna oscura grieta en la madera y de otros sitios oscuros o imposibles de ver.
Aquellos delgados brazos, y sus manos, no podían ser menos humanos: de color azul cerúleo, parecían estar compuestos por metal en vez de carne, dedos sin uña que acababan en punta. Y tenían varios codos
Luego lo arrastraron debajo de la cama. Guille podría ver cinco brazos, no todos del mismo tamaño. Surgían de la pequeña arruga que formaba el colchón justo al posarse sobre el somier, de alguna oscura grieta en la madera y de otros sitios oscuros o imposibles de ver.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VII)
03/08/18, 12:28 pm
No se dio cuenta, no debía haberse acercado, tenía que haber hecho caso a sus amigos, no tenía que fiarse, pero ya era tarde, estaba siendo arrastrado, sintió el miedo, el miedo de cada niño contenido debajo se cama, detrás de los armarios, detrás de las puertas, y ahora era real y tenía forma.
Con una increíble facilidad, para sus deformes articulaciones y su rígido aspecto, los brazos le tiraran al suelo, y le arrastraron lentamente debajo de la cama.
Guillermo solo pudo soltar un terrible grito de puro terror, todo lo fuerte que su garganta pudo. Intento patalear, aunque fue imposible, el agarre de las manos y su poca fuerza tampoco ayudaron y solo podía ver como cada vez estaba más profundamente bajo la cama.
Con una increíble facilidad, para sus deformes articulaciones y su rígido aspecto, los brazos le tiraran al suelo, y le arrastraron lentamente debajo de la cama.
Guillermo solo pudo soltar un terrible grito de puro terror, todo lo fuerte que su garganta pudo. Intento patalear, aunque fue imposible, el agarre de las manos y su poca fuerza tampoco ayudaron y solo podía ver como cada vez estaba más profundamente bajo la cama.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
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