Faro (Archivo I)
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9 participantes
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Faro (Archivo I)
01/08/17, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
09/07/18, 11:47 am
Lebra estaba dejando de ser Lebra. El color y las fuerzas se le iban a chorro por la pierna y por la boca, y ni Mónica ni Sinceridad parecían estar haciendo mucho para salvarla. «No, por favor; no, por favor». Sin embargo, no podían ya luchar contra lo obvio. Mónica se acercó a la cabecera de la cama, donde la roquense intentaba convencer a la nublina de que se iba a poner bien mientras esta resollaba intentando meter oxígeno a un cuerpo destrozado.
Mónica también se abrazó a ellas, en un apretado nudo, sollozando crudamente mientras un dolor horrible le apretaba el corazón y le cerraba la garganta. Las últimas palabras de Lebra habrían pasado desapercibidas de no haber estado tan juntas.
—Gracias a ti —respondió la humana acariciándole las mejillas, mojándoselas con su llanto. —Gracias por ser la mejor —. No sabía si la habría oído, no sabía si había llegado a tiempo.
Mónica no se alejó del cadáver hasta que Sinceridad no se movió. Era la primera vez que veía un muerto de ese modo, no en una sala aséptica de hospital, oliendo a desinfectante, sino a una amiga rota, manchada de carmesí. Los ojos se le llenaron de lágrimas de nuevo y sollozó con más fuerza, aferrándose el pecho, sin poder despegar de ese cascarón vacío la mirada. Luego se volvió hacia Sinceridad y la abrazó, tratando de, al compartir el peso del dolor, aligerarlo para ambas.
—Tenemos que limpiarla. Tenemos que llevarla al mar. Como ella quería. Tenemos que… se merece algo mejor. Algo mejor que esto.
Un nuevo sollozo se le atascó en la garganta y la furia comenzó a luchar con la tristeza, y las ganas de chillar pelearon con las de llorar. «¿Por qué ha pasado esto? ¿Por qué a Lebra? ¿Por qué?».
Mónica también se abrazó a ellas, en un apretado nudo, sollozando crudamente mientras un dolor horrible le apretaba el corazón y le cerraba la garganta. Las últimas palabras de Lebra habrían pasado desapercibidas de no haber estado tan juntas.
—Gracias a ti —respondió la humana acariciándole las mejillas, mojándoselas con su llanto. —Gracias por ser la mejor —. No sabía si la habría oído, no sabía si había llegado a tiempo.
Mónica no se alejó del cadáver hasta que Sinceridad no se movió. Era la primera vez que veía un muerto de ese modo, no en una sala aséptica de hospital, oliendo a desinfectante, sino a una amiga rota, manchada de carmesí. Los ojos se le llenaron de lágrimas de nuevo y sollozó con más fuerza, aferrándose el pecho, sin poder despegar de ese cascarón vacío la mirada. Luego se volvió hacia Sinceridad y la abrazó, tratando de, al compartir el peso del dolor, aligerarlo para ambas.
—Tenemos que limpiarla. Tenemos que llevarla al mar. Como ella quería. Tenemos que… se merece algo mejor. Algo mejor que esto.
Un nuevo sollozo se le atascó en la garganta y la furia comenzó a luchar con la tristeza, y las ganas de chillar pelearon con las de llorar. «¿Por qué ha pasado esto? ¿Por qué a Lebra? ¿Por qué?».
- Los motes:
-Barael.
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-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
10/07/18, 09:35 pm
Abrazó con fuerza a Mónica y a punto estuvo de acariciarle el pelo, pero le detuvo ver sus manos manchadas de sangre. La sangre de Lebra.
—Sí... Hay que limpiarla y avisar a los demás... Y lavarnos. Ya pensaremos qué hacer con ella, ¿vale?
No quería ni pensar en llevarla al mar. No había visto las olas que restallaban contra el acantilado como las había visto ella. Las piedras la destrozarían si no la devoraban las sombras que se movían bajo el agua. Pero no quería ni pensarlo ni hablarlo. No en ese momento.
Le dio un último apretón antes de romper el abrazo. Sin embargo, antes de ponerse manos a la obra quería que la humana viera lo menos posible. Que descansase el alma. También le preocupaban los demás. O, al menos, el diestro.
—Si quieres, ¿puedes acercarte a ver cómo le va a Lorenzo? A lo mejor nos ha escuchado y está asustado...
Luego miró a la nublina, cerró los ojos un instante e inspiró como buscando fuerzas. No se fijó en si Mónica salía o no, en si se quedaba a limpiar o no. Daba igual. Cuanto antes se hiciera, mejor para todos. Sola o acompañada, le limpiaría primero la sangre de la tos y después se desharía de las vendas de la pierna. La tela húmeda teñida de rojo se iría acumulando en el suelo al lado de la cama.
Pero daba igual cómo de rápido lo hiciera: los minutos se le antojaban horas. Estaba limpiando la sangre de una amiga. Una amiga muerta. No pudo hacerlo sin que le temblasen las manos, sin que le asquease la sangre de su amiga en sus plumas, sin poder evitar que se le escapasen las lágrimas.
—Sí... Hay que limpiarla y avisar a los demás... Y lavarnos. Ya pensaremos qué hacer con ella, ¿vale?
No quería ni pensar en llevarla al mar. No había visto las olas que restallaban contra el acantilado como las había visto ella. Las piedras la destrozarían si no la devoraban las sombras que se movían bajo el agua. Pero no quería ni pensarlo ni hablarlo. No en ese momento.
Le dio un último apretón antes de romper el abrazo. Sin embargo, antes de ponerse manos a la obra quería que la humana viera lo menos posible. Que descansase el alma. También le preocupaban los demás. O, al menos, el diestro.
—Si quieres, ¿puedes acercarte a ver cómo le va a Lorenzo? A lo mejor nos ha escuchado y está asustado...
Luego miró a la nublina, cerró los ojos un instante e inspiró como buscando fuerzas. No se fijó en si Mónica salía o no, en si se quedaba a limpiar o no. Daba igual. Cuanto antes se hiciera, mejor para todos. Sola o acompañada, le limpiaría primero la sangre de la tos y después se desharía de las vendas de la pierna. La tela húmeda teñida de rojo se iría acumulando en el suelo al lado de la cama.
Pero daba igual cómo de rápido lo hiciera: los minutos se le antojaban horas. Estaba limpiando la sangre de una amiga. Una amiga muerta. No pudo hacerlo sin que le temblasen las manos, sin que le asquease la sangre de su amiga en sus plumas, sin poder evitar que se le escapasen las lágrimas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
11/07/18, 11:05 am
«Y lavarnos». Mónica se apartó de Sinceridad y miró con creciente horror su cuerpo, lleno, otra vez, de sangre de alguien conocido. Se tambaleó por un momento, con la culpa rugiendo en sus oídos al mismo ritmo que el de su corazón. «Otra vez he fallado», pensó, observando sus brazos, que habían sostenido ya dos cadáveres. Le tembló el labio y comenzó a respirar más rápido. Quería gritar. Necesitaba gritar. Pero la voz no le salía.
Asintió una vez en lo de ir a ver a Lorenzo, aunque musitó un «Volveré ahora» para que la roquense no se pensase que la iba a abandonar con el cuerpo de Lebra, y fue sigilosamente a ver al humano, que parecía que todavía dormía. Tampoco parecía que su espalda fuera a comenzar a sangrar de golpe de nuevo, como la pierna de Lebra, aunque Mónica se la examinó con ansiedad. Luego, volvió y se unió a la roquense.
Con un último esfuerzo, que la dejó temblando, templó agua, y con su querido jabón ayudó a limpiar a su amiga.
¿Pensó en los gérmenes? Sí. Pero ¿qué importan los gérmenes cuando la gente a la que quieres realmente te necesita? ¿Qué importa eso cuando has perdido a una amiga?
Cuánto duró la tarea, no lo supo. La boca le sabía a hierro, lágrimas hirvientes le quemaban las mejillas y solo veía rojo. El rojo de la vida que se le había escapado a Lebra.
—Tenemos que cambiarle de ropa —susurró con la voz ronca—. No podemos dejarla así.
«Ni siquiera hemos celebrado su cumpleaños». Este pensamiento, tan absurdo, rompió su fingida compostura, y Mónica rompió a llorar de nuevo, con gemidos roncos, sobre el cuerpo de Lebra.
Asintió una vez en lo de ir a ver a Lorenzo, aunque musitó un «Volveré ahora» para que la roquense no se pensase que la iba a abandonar con el cuerpo de Lebra, y fue sigilosamente a ver al humano, que parecía que todavía dormía. Tampoco parecía que su espalda fuera a comenzar a sangrar de golpe de nuevo, como la pierna de Lebra, aunque Mónica se la examinó con ansiedad. Luego, volvió y se unió a la roquense.
Con un último esfuerzo, que la dejó temblando, templó agua, y con su querido jabón ayudó a limpiar a su amiga.
¿Pensó en los gérmenes? Sí. Pero ¿qué importan los gérmenes cuando la gente a la que quieres realmente te necesita? ¿Qué importa eso cuando has perdido a una amiga?
Cuánto duró la tarea, no lo supo. La boca le sabía a hierro, lágrimas hirvientes le quemaban las mejillas y solo veía rojo. El rojo de la vida que se le había escapado a Lebra.
—Tenemos que cambiarle de ropa —susurró con la voz ronca—. No podemos dejarla así.
«Ni siquiera hemos celebrado su cumpleaños». Este pensamiento, tan absurdo, rompió su fingida compostura, y Mónica rompió a llorar de nuevo, con gemidos roncos, sobre el cuerpo de Lebra.
- Los motes:
-Barael.
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-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
11/07/18, 11:02 pm
Si no se terminó de derrumbar al terminar fue por intentar consolar a Mónica. Se agachó con ella y la abrazó sin separarse ambas del cuerpo de Lebra. Aguardó así el tiempo que pudo, llorando en silencio a su vez. Pero se repetía una y otra vez las últimas palabras de la humana hasta que las dijo en voz alta como ella.
—No podemos dejarla así. Tenemos que sacar fuerzas de donde sea. Por ella.
Se agarró a sus propias palabras como si fueran su punto de apoyo para coger fuerzas. Pudo separarse de ambas. Terminó de lavarse ella misma, destapó a la chica y fue a rebuscar ropa limpia. Cuando Mónica se vio con energía, la cambiaron entre las dos. Luego, la volvió a tumbar y la tapó con una manta limpia hasta el cuello. Le costaría taparla del todo. No se atrevió.
—Los demás no tienen por qué saber cómo ha sido... Podemos dejarla en la cama, tapada... Prefiero que no sufran lo que nosotras —musitó, pero lo cierto era que quería ahorrarse el sufrimiento de contarlo. Luego añadió algo más mientras recogía las telas manchadas de sangre—: Y esto habrá que lavarlo...—Si por ella fuera, las quemaría, pero no nadaban en la abundancia así que pensó que tendrían que reutilizarlas.
—No podemos dejarla así. Tenemos que sacar fuerzas de donde sea. Por ella.
Se agarró a sus propias palabras como si fueran su punto de apoyo para coger fuerzas. Pudo separarse de ambas. Terminó de lavarse ella misma, destapó a la chica y fue a rebuscar ropa limpia. Cuando Mónica se vio con energía, la cambiaron entre las dos. Luego, la volvió a tumbar y la tapó con una manta limpia hasta el cuello. Le costaría taparla del todo. No se atrevió.
—Los demás no tienen por qué saber cómo ha sido... Podemos dejarla en la cama, tapada... Prefiero que no sufran lo que nosotras —musitó, pero lo cierto era que quería ahorrarse el sufrimiento de contarlo. Luego añadió algo más mientras recogía las telas manchadas de sangre—: Y esto habrá que lavarlo...—Si por ella fuera, las quemaría, pero no nadaban en la abundancia así que pensó que tendrían que reutilizarlas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
12/07/18, 12:57 pm
Al final, Mon se tranquilizó todo lo que alguien en su situación se podía tranquilizar. Se tragó los sollozos histéricos, mordiéndose el interior de la boca, y asintió secamente.
Cambiarla fue otro momento difícil, pero una vez terminaron de hacerlo, se sintió extrañamente en paz. Así, limpia, parecía casi que dormía. Casi. En el momento en que uno desviaba los ojos al suelo, la ilusión se desvanecía.
—Ojalá pudiéramos ponerle flores. Algo bonito —dijo en voz baja. Sabía que era un poco tonto, pero…
Al final acabaron decidiendo no contarles a sus compañeros cómo había sido la agonía final de Lebra. Aunque Mónica hervía de rabia cada vez que pensaba en que les estaban ahorrando sufrimiento, el que no le habían podido quitar a Lebra, sintiéndose absurdamente traicionada por ellos, como si al no haber estado allí, rodeándoles, hubieran tenido menos oportunidades de salvar a la nublina. Como si su ausencia hubiera sido la culpable de que ella hubiera muerto.
La humana intentó que Sinceridad se fuera a dormir, asegurándole que ella se encargaría de limpiar lo que faltaba, aunque esta insistió en hacer turnos con ella para velar a su amiga. Sintiéndose drenada, cada vez más cansada física y emocionalmente, Mon lavó los trapos de forma mecánica y, aunque quedaron limpios, la chica se sintió incapaz de pensar en volverlos a usar más. Luego se ocupó de ella misma, nuevamente cubierta en sangre ajena: se frotó con fuerza, sollozando de nuevo, volviendo a oír la respiración dificultosa de Lebra. Incluso cuando por fin salió del baño, limpia, todavía algo mojada, seguía notando el olor metálico de la sangre en la nariz.
Finalmente volvió con el cuerpo de su amiga, quedándose con ella hasta el amanecer. Despertó a Sinceridad como esta le había pedido, pero ella se negó a irse a dormir. No quería. No esa noche, no con los recuerdos tan frescos. Cabeceó un poco durante esas horas, pero se mantuvo tercamente allí, en silencio. Velando.
A la mañana siguiente trataron de contar a sus compañeros lo que había sucedido. Sin embargo, Lorenzo casi ni se enteró, grogui como estaba, dormitando en una especie de sueño febril, de recuperación, y Fahran… sin comentarios. Mónica sintió de nuevo la rabia, al ver que, de nuevo, no estaban allí para ellas, y esta vez sí se lo dijo a Sinceridad en lugar de callárselo. Le contó acerca de su sentimiento de traición, el cómo, de forma irracional, culpaba a Fahran de la muerte de su amiga, porque si no se hubiera escapado, no habrían ido a buscarla, no habrían seguido caminando por allí y no habrían entrado en ese barrio infernal.
Y, finalmente, tras haberse ambas obligado a comer algo, subieron de nuevo con Lebra.
—¿Qué hacemos con ella? —preguntó tras tragar saliva con fuerza, alargando la mano de forma inconsciente y apretando la de Sinceridad. —Se merece algo mejor que nada de lo que podamos ofrecerle en este lugar.
Cambiarla fue otro momento difícil, pero una vez terminaron de hacerlo, se sintió extrañamente en paz. Así, limpia, parecía casi que dormía. Casi. En el momento en que uno desviaba los ojos al suelo, la ilusión se desvanecía.
—Ojalá pudiéramos ponerle flores. Algo bonito —dijo en voz baja. Sabía que era un poco tonto, pero…
Al final acabaron decidiendo no contarles a sus compañeros cómo había sido la agonía final de Lebra. Aunque Mónica hervía de rabia cada vez que pensaba en que les estaban ahorrando sufrimiento, el que no le habían podido quitar a Lebra, sintiéndose absurdamente traicionada por ellos, como si al no haber estado allí, rodeándoles, hubieran tenido menos oportunidades de salvar a la nublina. Como si su ausencia hubiera sido la culpable de que ella hubiera muerto.
La humana intentó que Sinceridad se fuera a dormir, asegurándole que ella se encargaría de limpiar lo que faltaba, aunque esta insistió en hacer turnos con ella para velar a su amiga. Sintiéndose drenada, cada vez más cansada física y emocionalmente, Mon lavó los trapos de forma mecánica y, aunque quedaron limpios, la chica se sintió incapaz de pensar en volverlos a usar más. Luego se ocupó de ella misma, nuevamente cubierta en sangre ajena: se frotó con fuerza, sollozando de nuevo, volviendo a oír la respiración dificultosa de Lebra. Incluso cuando por fin salió del baño, limpia, todavía algo mojada, seguía notando el olor metálico de la sangre en la nariz.
Finalmente volvió con el cuerpo de su amiga, quedándose con ella hasta el amanecer. Despertó a Sinceridad como esta le había pedido, pero ella se negó a irse a dormir. No quería. No esa noche, no con los recuerdos tan frescos. Cabeceó un poco durante esas horas, pero se mantuvo tercamente allí, en silencio. Velando.
A la mañana siguiente trataron de contar a sus compañeros lo que había sucedido. Sin embargo, Lorenzo casi ni se enteró, grogui como estaba, dormitando en una especie de sueño febril, de recuperación, y Fahran… sin comentarios. Mónica sintió de nuevo la rabia, al ver que, de nuevo, no estaban allí para ellas, y esta vez sí se lo dijo a Sinceridad en lugar de callárselo. Le contó acerca de su sentimiento de traición, el cómo, de forma irracional, culpaba a Fahran de la muerte de su amiga, porque si no se hubiera escapado, no habrían ido a buscarla, no habrían seguido caminando por allí y no habrían entrado en ese barrio infernal.
Y, finalmente, tras haberse ambas obligado a comer algo, subieron de nuevo con Lebra.
—¿Qué hacemos con ella? —preguntó tras tragar saliva con fuerza, alargando la mano de forma inconsciente y apretando la de Sinceridad. —Se merece algo mejor que nada de lo que podamos ofrecerle en este lugar.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
14/07/18, 01:08 am
Apenas pudo pegar ojo cuando se acostó. El agotamiento la venció y entró en un duermevela nervioso, atenta a cualquier ruido o voz de alerta. Pero pudo despertar sin problemas cuando la humana vino a avisarla. El único problema que tuvo fue de visión: las malditas legañas. Apenas había dormido y sin embargo allí estaban. Tuvo que enjuagarse antes de poder hacer nada.
Después, la velaron juntas, negadas a descansar. Parecía que aquella noche solo descansarían los monstruos, los heridos y los muertos.
La mañana siguiente fue dura. No podían apoyarse en los demás. Lorenzo estaba como ido y Fah... Como siempre. Estaban solas. Pero mientras Mónica, la pobre, estaba rabiosa por ellos, y con razón, la roquense lo veía bien. Mejor para ellas. Lorenzo ya tenía suficiente con lo suyo. La ulterana era más una vecina forzosa que una compañera, así que no veía por qué debían compartir la carga con ella. Pero animó y consoló a la humana todo lo que pudo, sobre todo al hablar de que si no hubiera sido por Fah quizá nada de aquello hubiera ocurrido. Ella también lo pensaba. Pero también pensaba que si no hubiera sido Lebra, podría haber sido cualquiera de ellas cualquier otro día. Rocavarancolia rugía y ellos eran vulnerables.
Después de comer, volvieron a subir con Lebra. La roquense se sentó en la cama y le acarició el pelo mientras escuchaba a Mónica. Suspiró antes de hablar.
—Nos pidió que la llevásemos al mar... Pero hay muchas tormentas, le puede pasar de todo y no sé si habéis visto las criaturas tan grandes que parece haber allí... —tomó aire. Estaba claro que estaba en contra, pero no quería ni violar su última voluntad ni asustar a Mónica—. Pe-pero es lo que pidió, de-deberíamos respetar sus deseos... —le costó terminar. Le costó y lo hizo llorando.
No podía dejar de imaginarse su cuerpo desmadejado, aplastado contra las rocas afiladas como cuchillos o sirviendo de pasto para las bestias. No debía acabar así. Bastante lamentable había sido su muerte.
Quiso arreglarlo un poco. Recordando las palabras de la humana la noche anterior, se arrancó una pluma verde y se la puso en el pelo a la nublina. Pero sollozaba al hacerlo. Se la podía imaginar riéndose si hubiera estado viva. Dolía. Podría arrancarse todas las plumas a tirones o incluso llevarse piel y sangre con ellas, pero el dolor por Lebra seguiría siendo más aplastante.
Después, la velaron juntas, negadas a descansar. Parecía que aquella noche solo descansarían los monstruos, los heridos y los muertos.
La mañana siguiente fue dura. No podían apoyarse en los demás. Lorenzo estaba como ido y Fah... Como siempre. Estaban solas. Pero mientras Mónica, la pobre, estaba rabiosa por ellos, y con razón, la roquense lo veía bien. Mejor para ellas. Lorenzo ya tenía suficiente con lo suyo. La ulterana era más una vecina forzosa que una compañera, así que no veía por qué debían compartir la carga con ella. Pero animó y consoló a la humana todo lo que pudo, sobre todo al hablar de que si no hubiera sido por Fah quizá nada de aquello hubiera ocurrido. Ella también lo pensaba. Pero también pensaba que si no hubiera sido Lebra, podría haber sido cualquiera de ellas cualquier otro día. Rocavarancolia rugía y ellos eran vulnerables.
Después de comer, volvieron a subir con Lebra. La roquense se sentó en la cama y le acarició el pelo mientras escuchaba a Mónica. Suspiró antes de hablar.
—Nos pidió que la llevásemos al mar... Pero hay muchas tormentas, le puede pasar de todo y no sé si habéis visto las criaturas tan grandes que parece haber allí... —tomó aire. Estaba claro que estaba en contra, pero no quería ni violar su última voluntad ni asustar a Mónica—. Pe-pero es lo que pidió, de-deberíamos respetar sus deseos... —le costó terminar. Le costó y lo hizo llorando.
No podía dejar de imaginarse su cuerpo desmadejado, aplastado contra las rocas afiladas como cuchillos o sirviendo de pasto para las bestias. No debía acabar así. Bastante lamentable había sido su muerte.
Quiso arreglarlo un poco. Recordando las palabras de la humana la noche anterior, se arrancó una pluma verde y se la puso en el pelo a la nublina. Pero sollozaba al hacerlo. Se la podía imaginar riéndose si hubiera estado viva. Dolía. Podría arrancarse todas las plumas a tirones o incluso llevarse piel y sangre con ellas, pero el dolor por Lebra seguiría siendo más aplastante.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
17/07/18, 12:20 am
La decisión de qué hacer con el cadáver de su amiga pesaba sobre sus hombros. Por un lado, las últimas palabras de Lebra. Por otra, la opinión de Sinceridad.
—Sí, lo sé… el mar está picado. Más que picado —rio sin ganas—. Pero nos lo dijo. Fue lo que quería. Yo… yo respetaría sus deseos. Enterrarla en tierra, si ella quería acabar en el mar, queda mal. Está mal.
Mónica vio a Sinceridad darle a Lebra una de sus plumas, y le palmeó el hombro. A ella también se le llenaron los ojos de lágrimas. Otra vez. Y entonces decidió darle algo ella también. Algo suyo. Metió lentamente la mano en su bolsito, la sacó y rápidamente cerró los dedos de la nublina, fríos, alrededor del objeto que ahora le daba. Su espejito.
—Siento no poder darte nada más —le dijo—. Pero a mí no me crecen plumas bonitas como a Sinceridad. Tendrás que conformarte con esto.
Se quedaron un rato más con ella, y finalmente la chica subió la sábana y cubrió la cara de su amiga.
—Vamos. Tenemos que honrar sus deseos —abrazó a Sinceridad, fingiendo entereza… cuando en realidad por dentro le dolía el corazón.
—Sí, lo sé… el mar está picado. Más que picado —rio sin ganas—. Pero nos lo dijo. Fue lo que quería. Yo… yo respetaría sus deseos. Enterrarla en tierra, si ella quería acabar en el mar, queda mal. Está mal.
Mónica vio a Sinceridad darle a Lebra una de sus plumas, y le palmeó el hombro. A ella también se le llenaron los ojos de lágrimas. Otra vez. Y entonces decidió darle algo ella también. Algo suyo. Metió lentamente la mano en su bolsito, la sacó y rápidamente cerró los dedos de la nublina, fríos, alrededor del objeto que ahora le daba. Su espejito.
—Siento no poder darte nada más —le dijo—. Pero a mí no me crecen plumas bonitas como a Sinceridad. Tendrás que conformarte con esto.
Se quedaron un rato más con ella, y finalmente la chica subió la sábana y cubrió la cara de su amiga.
—Vamos. Tenemos que honrar sus deseos —abrazó a Sinceridad, fingiendo entereza… cuando en realidad por dentro le dolía el corazón.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
17/07/18, 02:31 pm
Le dolía darle la razón. La observó darle su espejo y después se abrazaron una vez más.
—Vamos... La llevaré yo.
Envolvió el cuerpo con un par de mantas y lo cargó en los brazos. Mientras bajaba, avisó a la ulterana de que salían y le pidió que cuidase de Lorenzo.
—¿Cómo lo hacemos? ¿La harás levitar desde aquí arriba o bajamos? Pero solo si te ves con energía, no te fuerces —le pidió—. Pero tampoco recomendaría bajar ahí —y señaló a las olas. No había apenas costa, solo estallidos de agua contra las rocas.
Lo cierto era que le parecía un gesto solemne, llevarla al mar con un último hechizo para ella, pero no lo dijo en voz alta por no presionar a la humana. Siempre podían buscarla forma de bajar o ir a la Bahía, pero no quería arriesgarse tampoco a atraer carroñeros.
—Vamos... La llevaré yo.
Envolvió el cuerpo con un par de mantas y lo cargó en los brazos. Mientras bajaba, avisó a la ulterana de que salían y le pidió que cuidase de Lorenzo.
—¿Cómo lo hacemos? ¿La harás levitar desde aquí arriba o bajamos? Pero solo si te ves con energía, no te fuerces —le pidió—. Pero tampoco recomendaría bajar ahí —y señaló a las olas. No había apenas costa, solo estallidos de agua contra las rocas.
Lo cierto era que le parecía un gesto solemne, llevarla al mar con un último hechizo para ella, pero no lo dijo en voz alta por no presionar a la humana. Siempre podían buscarla forma de bajar o ir a la Bahía, pero no quería arriesgarse tampoco a atraer carroñeros.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
18/07/18, 11:35 am
Mónica estaba verdaderamente fatigada. No haber dormido, el estrés de la noche y el haber explotado su capacidad mágica sin descansar ni un momento la habían dejado hecha un trapo, que era como se sentía. Sin embargo, apenas se tambaleó mientras seguía a Sinceridad piso abajo, mientras esta le decía a Fahran que cuidara de Lorenzo («Eso, no vengas. No te lo mereces». Tuvo que contenerse para no hacerle una peineta, todavía rabiosa), mientras la seguía fuera del faro.
El agua estaba tranquila en comparación con la tormenta de la noche, y la chica se estremeció, no solo de frío. Era como si estuviera esperando el cuerpo de su amiga.
—No, bajar tanto no. Yo tampoco me fío. Solo… solo un poco. La haré levitar. Todo lo lejos que pueda.
Mónica se concentró y pronto sintió el peso de la nublina. Apretando los dientes, ejecutó el hechizo. Notó cómo le daba vueltas la cabeza, cómo le palpitaban las sienes, cómo le empezaba a silbar la respiración, pero siguió empujando. Llegó un momento en el que no pudo mantener el cuerpo de Lebra en el aire y este rozó el agua con suavidad. Y entonces, incapaz de aguantar un segundo más, dejó que se hundiera.
Mónica cayó al suelo, las ojeras muy marcadas, la respiración vacilante, más exhausta de lo que había estado nunca, mientras las lágrimas le volvían a resbalar por las mejillas, pálidas como un lienzo en blanco. Se sentía incapaz de moverse y, por un momento, lo vio todo negro. Chispitas de colores flotaron ante sus ojos.
El agua estaba tranquila en comparación con la tormenta de la noche, y la chica se estremeció, no solo de frío. Era como si estuviera esperando el cuerpo de su amiga.
—No, bajar tanto no. Yo tampoco me fío. Solo… solo un poco. La haré levitar. Todo lo lejos que pueda.
Mónica se concentró y pronto sintió el peso de la nublina. Apretando los dientes, ejecutó el hechizo. Notó cómo le daba vueltas la cabeza, cómo le palpitaban las sienes, cómo le empezaba a silbar la respiración, pero siguió empujando. Llegó un momento en el que no pudo mantener el cuerpo de Lebra en el aire y este rozó el agua con suavidad. Y entonces, incapaz de aguantar un segundo más, dejó que se hundiera.
Mónica cayó al suelo, las ojeras muy marcadas, la respiración vacilante, más exhausta de lo que había estado nunca, mientras las lágrimas le volvían a resbalar por las mejillas, pálidas como un lienzo en blanco. Se sentía incapaz de moverse y, por un momento, lo vio todo negro. Chispitas de colores flotaron ante sus ojos.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
19/07/18, 12:46 pm
Apenas le dio tiempo a sujetar a Mónica, centrada como estaba en el destino de Lebra al tocar el agua. Quería ver cómo se hundía y qué pasaba con el cuerpo, así como vislumbrar las criaturas que moraban en las profundidades. Pero la humana tocó el suelo y al poco, Sinceridad estaba con ella, sentada al lado. Le abrazó y le apoyó la cabeza en su hombro con suavidad.
—Descansa, descansa. Lo has hecho genial —le dijo en voz baja mientras le acariciaba el pelo.
No pudo ver nada de lo que ocurría en el agua, pero supo que ya no importaba nada más que ellas dos. Debían volver cuanto antes y prepararse para enfrentar la ciudad sin su amiga. Pero Mónica debía descansar unos minutos antes.
—Lo hemos hecho bien. Pero si nos pasa algo por estar aquí solas, Lebra nos mirará mal —bromeó sin reírse—. Descansa, pero cuando te sientas mejor te ayudaré a volver—le dio un apretón cariñoso.
>>Y Lebra... espero que estés bien allá donde estés ahora. Gracias por todos los buenos ratos, de veras, gracias. Te haremos sentir orgullosa
Lloraba. Y lloraría lo indecible durante todo el día, todos los días, mientras se acostumbrase a su ausencia. Pero sabía que no se podría acostumbrar a algo así. No con tanta sangre grabada a fuego en su memoria. Creía que nadie podría olvidar algo así. Era atroz.
—Descansa, descansa. Lo has hecho genial —le dijo en voz baja mientras le acariciaba el pelo.
No pudo ver nada de lo que ocurría en el agua, pero supo que ya no importaba nada más que ellas dos. Debían volver cuanto antes y prepararse para enfrentar la ciudad sin su amiga. Pero Mónica debía descansar unos minutos antes.
—Lo hemos hecho bien. Pero si nos pasa algo por estar aquí solas, Lebra nos mirará mal —bromeó sin reírse—. Descansa, pero cuando te sientas mejor te ayudaré a volver—le dio un apretón cariñoso.
>>Y Lebra... espero que estés bien allá donde estés ahora. Gracias por todos los buenos ratos, de veras, gracias. Te haremos sentir orgullosa
Lloraba. Y lloraría lo indecible durante todo el día, todos los días, mientras se acostumbrase a su ausencia. Pero sabía que no se podría acostumbrar a algo así. No con tanta sangre grabada a fuego en su memoria. Creía que nadie podría olvidar algo así. Era atroz.
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- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Faro (Archivo I)
19/07/18, 03:48 pm
Unos días después de la muerte de Lebra, los fareros encontrarán en el piso superior del faro a un caracol con la concha del tamaño de un puño. Carga un mensaje enrollado, atado mediante un lazo negro al caparazón con la maestría de quien se ha pasado la vida adornando regalos. Si lo abren, leerán:
Alguien escribió:
Siento mucho lo que os ha ocurrido, no os derrumbéis. Ya queda poco.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
19/07/18, 04:25 pm
Mónica se sintió enferma. Ante sus ojos cerrados no dejaba de repetirse la escena del cuerpo de Lebra hundiéndose en las profundidades. Apenas notó el apoyo de Sinceridad, que la sostenía llorando. La humana estaba extenuada y no pudo reaccionar hasta bastante más adelante. Solo habló cuando Since se despidió de la nublina, lamentando no saber ninguna oración apropiada para despedirse.
-Gracias por habernos acompañado -susurró-. Cuando te encontramos no sabíamos que acabarías formando con nosotras una familia. Gracias.
Volvieron renqueantes al torreón, juntas, en duelo, y la chica durmió por horas, tratando de recuperarse de la fatiga. Cuando despertó, por un momento el día pareció fabuloso, prometedor. Después Mon recordó la realidad y rompió a llorar de nuevo.
Las lágrimas las acompañaron a ella y a Sinceridad durante días, cuando se sentaban a hablar, y Mónica luchaba contra la pena limpiando compulsivamente, lavándose compulsivamente. E interesándose por sus compañeros. Bueno. Sinceridad. Había notado que tenía... ¿bultos? Y en su mundo eso significaba algo malo. Mon no quería perder a Since y menos por un cáncer, de modo que, mientras subían al piso de arriba, decidió sacar el tema. Sutilmente.
-Oye, Since... -comenzó y vaciló, sin saber cómo decir lo que quería decir-. Mira. Mis ojos ya están prácticamente blancos. Quiero decir... estoy cambiando. Y me da miedo. Tú... ¿has notado algo diferente en ti?
Se interrumpió al ver a un caracol gigante y con un lazo negro que parecía esperarlas.
-Gracias por habernos acompañado -susurró-. Cuando te encontramos no sabíamos que acabarías formando con nosotras una familia. Gracias.
Volvieron renqueantes al torreón, juntas, en duelo, y la chica durmió por horas, tratando de recuperarse de la fatiga. Cuando despertó, por un momento el día pareció fabuloso, prometedor. Después Mon recordó la realidad y rompió a llorar de nuevo.
Las lágrimas las acompañaron a ella y a Sinceridad durante días, cuando se sentaban a hablar, y Mónica luchaba contra la pena limpiando compulsivamente, lavándose compulsivamente. E interesándose por sus compañeros. Bueno. Sinceridad. Había notado que tenía... ¿bultos? Y en su mundo eso significaba algo malo. Mon no quería perder a Since y menos por un cáncer, de modo que, mientras subían al piso de arriba, decidió sacar el tema. Sutilmente.
-Oye, Since... -comenzó y vaciló, sin saber cómo decir lo que quería decir-. Mira. Mis ojos ya están prácticamente blancos. Quiero decir... estoy cambiando. Y me da miedo. Tú... ¿has notado algo diferente en ti?
Se interrumpió al ver a un caracol gigante y con un lazo negro que parecía esperarlas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
21/07/18, 01:17 am
Días pasados por agua fueron los siguientes. Tormentas sobre sus cabezas, olas a sus pies, intensos enjuages mañaneros a diario, telas en remojo para Lorenzo y lágrimas. Los sollozos de las chicas sustituyeron a las risas de la nublina. Agua y lágrimas por doquier.
Por descontado, el humor y los ánimos estaban igual de aguados que los días. La roquense se centraba en tareas rutinarias como cocinar, cuidar de Lorenzo, vigilar el clima, asearse y ejercitarse. Los ratos que se sentía mejor los pasaba con Mónica intentando animarse mutuamente y sobrellevar la ausencia de Lebra como mejor podían.
Y en una de esas estaban, charlando.
—Tus ojos... ¿Te afecta a la visión de alguna forma? Entre los sueños y lo que nos pasa en el cuerpo... Pero mientras no nos afecte, no me preocupa —se encogió de hombros.
Era cierto. Bastante tenía con las legañas que le nublaban la vista en cada despertar como para preocuparse de qué podían ser aquellos bultos. No quería ni pensar en investigarlos más a fondo, es decir, abrirse heridas en ellos para indagar. No obstante, levantó un brazo y apartó un poco las plumas para mostrarle.
—Aparte de estos, por las mañanas tengo muchas legañas. Es lo único que me...
Se cortó al ver que la chica miraba a otra parte. Siguió su mirada mientras comenzaba a tensarse, y al final reparó en lo que había llamado su atención.
Un caracol. No era el primero que veían, pero ese llevaba algo. Tampoco era la primera criatura que acababa en el faro llevando algo consigo. Pero este no se movía e incluso les devolvía la mirada. Se acercó al insecto, desconfiaba, pero la curiosidad era grande. Además, vivía harta de que pasasen cosas. A las malas, podría aplastarlo de un pisotón, ¿no? Asió el lazo y descubrió su contenido.
—Otra carta... Como sea para Fahran la tiro del faro... —masculló. Después, leyó en voz alta—: Siento mucho lo que os ha ocurrido, no os derrumbéis. Ya queda poco...
No se lo creía. Ni por todas sus plumas podía creerse aquello. Le dio la vuelta, la leyó otra vez en silencio, la arrugó en el puño y la tiró contra el suelo. Se fue a la ventana más cercana y estalló contra el viento.
—¿Nos vigiláis? ¿Veis cómo morimos? ¿Y ahora nos mandáis esta mierda de cartucha para quedar bien? ¡Lo sentís menos que la basura corista! ¡Que os jodan, gentuza de mierda! ¡QUE OS JODAN!
Por descontado, el humor y los ánimos estaban igual de aguados que los días. La roquense se centraba en tareas rutinarias como cocinar, cuidar de Lorenzo, vigilar el clima, asearse y ejercitarse. Los ratos que se sentía mejor los pasaba con Mónica intentando animarse mutuamente y sobrellevar la ausencia de Lebra como mejor podían.
Y en una de esas estaban, charlando.
—Tus ojos... ¿Te afecta a la visión de alguna forma? Entre los sueños y lo que nos pasa en el cuerpo... Pero mientras no nos afecte, no me preocupa —se encogió de hombros.
Era cierto. Bastante tenía con las legañas que le nublaban la vista en cada despertar como para preocuparse de qué podían ser aquellos bultos. No quería ni pensar en investigarlos más a fondo, es decir, abrirse heridas en ellos para indagar. No obstante, levantó un brazo y apartó un poco las plumas para mostrarle.
—Aparte de estos, por las mañanas tengo muchas legañas. Es lo único que me...
Se cortó al ver que la chica miraba a otra parte. Siguió su mirada mientras comenzaba a tensarse, y al final reparó en lo que había llamado su atención.
Un caracol. No era el primero que veían, pero ese llevaba algo. Tampoco era la primera criatura que acababa en el faro llevando algo consigo. Pero este no se movía e incluso les devolvía la mirada. Se acercó al insecto, desconfiaba, pero la curiosidad era grande. Además, vivía harta de que pasasen cosas. A las malas, podría aplastarlo de un pisotón, ¿no? Asió el lazo y descubrió su contenido.
—Otra carta... Como sea para Fahran la tiro del faro... —masculló. Después, leyó en voz alta—: Siento mucho lo que os ha ocurrido, no os derrumbéis. Ya queda poco...
No se lo creía. Ni por todas sus plumas podía creerse aquello. Le dio la vuelta, la leyó otra vez en silencio, la arrugó en el puño y la tiró contra el suelo. Se fue a la ventana más cercana y estalló contra el viento.
—¿Nos vigiláis? ¿Veis cómo morimos? ¿Y ahora nos mandáis esta mierda de cartucha para quedar bien? ¡Lo sentís menos que la basura corista! ¡Que os jodan, gentuza de mierda! ¡QUE OS JODAN!
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Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
23/07/18, 12:28 pm
Mónica se acercó al caracol con cautela, tras Sinceridad, y asintió con el ceño fruncido a lo que dijo de Fahran. Ya lo que faltaba. Sin embargo, la carta era para ellos. Para todos. Leyó en silencio y por encima del hombro de la roquense la misiva del caracol. La conversación acerca de sus cambios quedó aplazada de inmediato. El arranque de Sinceridad no la sorprendió, pero mientras ella gritaba, la humana solo se agachó a recoger la carta y leerla de nuevo. Una pequeña punzada de rabia se distinguió de nuevo entre el resto del dolor, aunque no tanto como la furia que sentía Sinceridad: extrañamente la carta no la había enfadado tanto como la ausencia emocional de sus otros compañeros de faro. Tal vez porque Mon sí quería pensar que estaba escrita con verdadero sentimiento.
Se acercó a Sinceridad y la abrazó, tratando de tranquilizarla y de apartarla de la ventana. Una vez notó que la roquense respiraba con más tranquilidad, se dio la vuelta.
—Yo me ocupo de esto — comentó mientras recogía al caracol del suelo con un pedacito de tela.
La humana siguió en silencio mientras bajaba con el caracol por la escalera (se cruzó con la ulterana y se ganó una mirada de extrañeza por ello, a lo que ella respondió encogiéndose de hombros y sacándole la lengua). Antes de salir fuera, cogió un pedacito de fruta, y luego dejó de nuevo al caracol en el suelo mientras le ponía la fruta delante.
—Dile a tu amiga que si tanto lo siente nos podía haber ayudado. Vimos morir a nuestra amiga. Llena de sangre. No pudimos evitar su dolor —le dijo con voz fría, aunque sintiéndose un tanto estúpida. Después de todo, estaba hablando con un caracol—. Pero gracias por el pésame. Supongo.
Se marchó de inmediato, sintiéndose tonta, diminuta y vacía, sin dirigirle ninguna otra mirada, y volvió con Sinceridad. No sabía qué decir, de modo que se sentó junto a ella en silencio.
—Todo era mucho más sencillo antes, ¿verdad? —no hacía falta mencionar qué era «antes». Quedaba claro. Antes de Rocavarancolia.
Se acercó a Sinceridad y la abrazó, tratando de tranquilizarla y de apartarla de la ventana. Una vez notó que la roquense respiraba con más tranquilidad, se dio la vuelta.
—Yo me ocupo de esto — comentó mientras recogía al caracol del suelo con un pedacito de tela.
La humana siguió en silencio mientras bajaba con el caracol por la escalera (se cruzó con la ulterana y se ganó una mirada de extrañeza por ello, a lo que ella respondió encogiéndose de hombros y sacándole la lengua). Antes de salir fuera, cogió un pedacito de fruta, y luego dejó de nuevo al caracol en el suelo mientras le ponía la fruta delante.
—Dile a tu amiga que si tanto lo siente nos podía haber ayudado. Vimos morir a nuestra amiga. Llena de sangre. No pudimos evitar su dolor —le dijo con voz fría, aunque sintiéndose un tanto estúpida. Después de todo, estaba hablando con un caracol—. Pero gracias por el pésame. Supongo.
Se marchó de inmediato, sintiéndose tonta, diminuta y vacía, sin dirigirle ninguna otra mirada, y volvió con Sinceridad. No sabía qué decir, de modo que se sentó junto a ella en silencio.
—Todo era mucho más sencillo antes, ¿verdad? —no hacía falta mencionar qué era «antes». Quedaba claro. Antes de Rocavarancolia.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Faro (Archivo I)
23/07/18, 07:29 pm
El caracol se marcha, pero vuelve a los pocos días con una nueva nota:
Sea lo que sea que hagan con ella, no volverán a ver más caracoles.
El día más esperado por todos llega por fin al Faro. La ciudad hierve de vida, los últimos presagios se despiertan a escasas horas de que el astro rojo eclipse el cielo. Para los fareros amanece con un intenso aullido procedente del mar y una decena de golpes recurrentes contra el cristal. Si recuerdan el sonido que hizo el albatros que se mató ante ellos, les resultará familiar.
Alguien escribió:
Francisca me hizo llegar el mensaje y, sí, podría haber curado a vuestra amiga. Pero el consejo me habría matado a mí primero, por interferir en vuestra cosecha, y a Lebra después por recibir mi ayuda. Yo soy la primera que odia todo esto, pero son las normas de la ciudad.
De veras, lo siento mucho. Espero que podamos hablar cuando salga la Luna.
Sea lo que sea que hagan con ella, no volverán a ver más caracoles.
---
El día más esperado por todos llega por fin al Faro. La ciudad hierve de vida, los últimos presagios se despiertan a escasas horas de que el astro rojo eclipse el cielo. Para los fareros amanece con un intenso aullido procedente del mar y una decena de golpes recurrentes contra el cristal. Si recuerdan el sonido que hizo el albatros que se mató ante ellos, les resultará familiar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
26/07/18, 04:38 am
La roquense consiguió calmarse gracias al abrazo de Mónica, pero se quedó golpeando la pared mientras la humana volvía. No se hizo daño, no quería lesionarse las manos, pero aquello era demasiado. ¿A qué criatura se le podía ocurrir semejante desfachatez? No la conocía, no quería su pésame. Y mucho menos si les había observado sin actuar. Como cuando dos presos del Coro se mataban entre ellos en las celdas y después los carceleros daban el pésame a los familiares. Carceleros que no hacían nada por evitarlo. <<Hipócritas>>
Después volvió Mónica. No supo qué responder al principio, pero acabó suspirando.
—Llevo media vida cazando, mintiendo y huyendo, solo que allá era mucho más sencillo en comparación. Aquí, en cambio, no soy nada, solo un insecto más. Sencillo o no, no dejo de perder a gente.
Cuando varios días después apareció otro caracol, Sinceridad se contentó con aporrear la mesa de la cocina. ¿Normas que les impedía recibir ayuda, bajo pena de muerte? ¿Qué desmadre era aquel? Cuanto más sabía sobre la ciudad, menos entendía. Les vigilaban. Y por lo visto había quienes estaban interesados en su supervivencia, pero "alguien" gobernaba y prohibía la ayuda. ¿Por qué? Y, mejor aún, ¿qué le importaba sus vidas a esa gente o a la dueña de la carta? ¿Aparecerían el día de la Luna Roja para darles palmaditas en la espalda después de todo lo que habían visto, sufrido y perdido? <<A mí que no se me acerquen>> pensaba. La de la carta se había despedido con esa idea, es decir, que podría aparecer por el Faro cuando fuera el día señalado. Como le daba curiosidad que alguien mandase cartas con aquellos insectos, quizá, pensaba, no le recibiría a gritos si osase acercarse a ellas. Quizá incluso fuera alguien más hábil que ellas o conociera más conjuros, pero le daba igual. Nadie tenía derecho a tratarles como si no hubieran visto morir a sus amistades. Y, por lo que sabían, los ciudadanos les vigilaban así que habrían visto lo de Lebra y más.
Por su propio bien, no obstante, hizo un esfuerzo por dejar de lado aquella realidad hasta que apareciera la condenada Luna Roja.
Otros días siguieron. Rutina. Ejercitarse, cuidar de Lorenzo, duelo y consuelo mutuo con Mónica. Más bultos y legañas de que preocuparse. Más tormentas, más viento, más olas golpeando el acantilado. Incluso más aullidos en la ciudad, gritos bestiales al caer el sol, sombras nocturnas y algunas que esquivaban de día. Cada vez que iban a por provisiones lo hacía con el corazón en un puño. Algo parecía a punto de ocurrir, como si la ciudad entera cantara al unísono buscando llegar al clímax. ¿Sería un nuevo esperpento? ¿O por fin llegaría el día?
No podían saberlo si no llegaban vivas, y para ello debían despertar un día tras otro. Aquel día, la roquense despertó por unos ruidos como los que hiciera aquel par de pajarracos. Saltó de la cama, cegada por las legañas, y buscó a tientas su cuenco con agua. Si Mónica, que compartía habitación con ella, no despertaba con el ruido del cristal, la despertaría ella en cuanto pudiera ver sus malditas plumas.
—¿Estás despierta? —inquirió mientras se enjuagaba con prisas.
Después volvió Mónica. No supo qué responder al principio, pero acabó suspirando.
—Llevo media vida cazando, mintiendo y huyendo, solo que allá era mucho más sencillo en comparación. Aquí, en cambio, no soy nada, solo un insecto más. Sencillo o no, no dejo de perder a gente.
Cuando varios días después apareció otro caracol, Sinceridad se contentó con aporrear la mesa de la cocina. ¿Normas que les impedía recibir ayuda, bajo pena de muerte? ¿Qué desmadre era aquel? Cuanto más sabía sobre la ciudad, menos entendía. Les vigilaban. Y por lo visto había quienes estaban interesados en su supervivencia, pero "alguien" gobernaba y prohibía la ayuda. ¿Por qué? Y, mejor aún, ¿qué le importaba sus vidas a esa gente o a la dueña de la carta? ¿Aparecerían el día de la Luna Roja para darles palmaditas en la espalda después de todo lo que habían visto, sufrido y perdido? <<A mí que no se me acerquen>> pensaba. La de la carta se había despedido con esa idea, es decir, que podría aparecer por el Faro cuando fuera el día señalado. Como le daba curiosidad que alguien mandase cartas con aquellos insectos, quizá, pensaba, no le recibiría a gritos si osase acercarse a ellas. Quizá incluso fuera alguien más hábil que ellas o conociera más conjuros, pero le daba igual. Nadie tenía derecho a tratarles como si no hubieran visto morir a sus amistades. Y, por lo que sabían, los ciudadanos les vigilaban así que habrían visto lo de Lebra y más.
Por su propio bien, no obstante, hizo un esfuerzo por dejar de lado aquella realidad hasta que apareciera la condenada Luna Roja.
Otros días siguieron. Rutina. Ejercitarse, cuidar de Lorenzo, duelo y consuelo mutuo con Mónica. Más bultos y legañas de que preocuparse. Más tormentas, más viento, más olas golpeando el acantilado. Incluso más aullidos en la ciudad, gritos bestiales al caer el sol, sombras nocturnas y algunas que esquivaban de día. Cada vez que iban a por provisiones lo hacía con el corazón en un puño. Algo parecía a punto de ocurrir, como si la ciudad entera cantara al unísono buscando llegar al clímax. ¿Sería un nuevo esperpento? ¿O por fin llegaría el día?
No podían saberlo si no llegaban vivas, y para ello debían despertar un día tras otro. Aquel día, la roquense despertó por unos ruidos como los que hiciera aquel par de pajarracos. Saltó de la cama, cegada por las legañas, y buscó a tientas su cuenco con agua. Si Mónica, que compartía habitación con ella, no despertaba con el ruido del cristal, la despertaría ella en cuanto pudiera ver sus malditas plumas.
—¿Estás despierta? —inquirió mientras se enjuagaba con prisas.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
26/07/18, 02:05 pm
La vida de Sinceridad tampoco parecía haber sido sencilla antes, pero al menos concordaban en algo: no habían visto morir así.
Los días pasaron y otro caracol hizo acto de presencia. Lo que la carta decía era incomprensible para Mon también, pero siguió sin enfadarse como la roquense. No sabía si estaba bien con la idea de ver a la escritora de la carta (no es que anteriores encuentros con habitantes de la ciudad le hubieran dejado con ganas de socializar con semejantes psicópatas), pero tampoco estaba mal. Era la interacción más amable que habían tenido hasta entonces, y el tono de la carta parecía ser de lástima. No como si disfrutara con todo. Sin embargo, que les estuvieran vigilando, como en una parodia de Gran Hermano, no le gustaba nada. Se lo dijo al caracol cuando volvió a sacarlo del faro y se lo dijo a Sinceridad cuando entró.
Sin embargo, trataron de aparcar el tema y mantener una frágil apariencia de normalidad, acostumbrándose a una nueva rutina en la que no estaba Lebra. Mónica se empeñó en revisarle los bultos a Sinceridad, apretando con suavidad y preguntando si dolía, e incluso hizo el hechizo de curación sobre ella varias veces, aunque no parecía que hiciera nada. Las salidas eran tensas y horribles, siempre en guardia, siempre con miedo.
Ese día amaneció con los rugidos del océano y golpetazos contra los cristales. Mónica llevaba ya un rato despierta y lavada, aovillada entre sus mantas, mirando las cosas de su bolsito, y de muy mal humor, mascullando cosas como «No, si al final lo que va a hacer la puñetera ciudad es matarnos de sueño, no de otra cosa», pero los golpes la sobresaltaron y pegó un chillido agudo como el de un ratón.
—Estoy despierta —contestó mientras se levantaba y esperaba con incomodidad a que Sinceridad pudiera volver a ver.
Los días pasaron y otro caracol hizo acto de presencia. Lo que la carta decía era incomprensible para Mon también, pero siguió sin enfadarse como la roquense. No sabía si estaba bien con la idea de ver a la escritora de la carta (no es que anteriores encuentros con habitantes de la ciudad le hubieran dejado con ganas de socializar con semejantes psicópatas), pero tampoco estaba mal. Era la interacción más amable que habían tenido hasta entonces, y el tono de la carta parecía ser de lástima. No como si disfrutara con todo. Sin embargo, que les estuvieran vigilando, como en una parodia de Gran Hermano, no le gustaba nada. Se lo dijo al caracol cuando volvió a sacarlo del faro y se lo dijo a Sinceridad cuando entró.
Sin embargo, trataron de aparcar el tema y mantener una frágil apariencia de normalidad, acostumbrándose a una nueva rutina en la que no estaba Lebra. Mónica se empeñó en revisarle los bultos a Sinceridad, apretando con suavidad y preguntando si dolía, e incluso hizo el hechizo de curación sobre ella varias veces, aunque no parecía que hiciera nada. Las salidas eran tensas y horribles, siempre en guardia, siempre con miedo.
Ese día amaneció con los rugidos del océano y golpetazos contra los cristales. Mónica llevaba ya un rato despierta y lavada, aovillada entre sus mantas, mirando las cosas de su bolsito, y de muy mal humor, mascullando cosas como «No, si al final lo que va a hacer la puñetera ciudad es matarnos de sueño, no de otra cosa», pero los golpes la sobresaltaron y pegó un chillido agudo como el de un ratón.
—Estoy despierta —contestó mientras se levantaba y esperaba con incomodidad a que Sinceridad pudiera volver a ver.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
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