Faro (Archivo I)
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Leonart
Zarket
9 participantes
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Faro (Archivo I)
01/08/17, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
26/06/18, 02:25 am
Daba igual si era o no la mayor. Le había salido el tono maternal de las más ancianas de Tierra Bruja. Sonrió a Lebra cuando habló de distraerse y asintió despacio. Les vendría bien a las tres. Mónica, además, propuso algo que le gustó mucho y recibió con los brazos abiertos. No literalmente ya que sus manos estaban más pendientes de revisar las heridas de la nublina.
—Así que nos sacas un añito, ¡vaya! Hum, no sé qué podría regalaros... Si tuviera mejores materiales podría haceros instrumentos de música... —respondió pensativa. Podría asomarse a la bahía, quizá encontraría algo. Cambió de tema y dijo—: Pero tienes que enseñarnos a hacer dulces, ¿eh?
>>¿Y qué hacemos con el resto? ¿Regalos sorpresa? Les podríamos preguntar mañana su edad si no. Lorenzo puede tener tu edad, ¿no? Y Fahran... Debería explicarse antes de nada.
No había querido sacar el tema, pero no pudo evitar decir lo último en voz alta. No quería fastidiar el buen ánimo que tenían en ese momento ni el propósito de los regalos (mantener esa buena moral). Pero lo de la ulterana necesitaba explicación.
—Así que nos sacas un añito, ¡vaya! Hum, no sé qué podría regalaros... Si tuviera mejores materiales podría haceros instrumentos de música... —respondió pensativa. Podría asomarse a la bahía, quizá encontraría algo. Cambió de tema y dijo—: Pero tienes que enseñarnos a hacer dulces, ¿eh?
>>¿Y qué hacemos con el resto? ¿Regalos sorpresa? Les podríamos preguntar mañana su edad si no. Lorenzo puede tener tu edad, ¿no? Y Fahran... Debería explicarse antes de nada.
No había querido sacar el tema, pero no pudo evitar decir lo último en voz alta. No quería fastidiar el buen ánimo que tenían en ese momento ni el propósito de los regalos (mantener esa buena moral). Pero lo de la ulterana necesitaba explicación.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Faro (Archivo I)
27/06/18, 09:22 pm
La nublina había dedicado una mirada decepcionada ante las palabras de Mónica, pero se animó un poco al ver que al menos estaban dispuestas a conversar durante un rato.
—Eso suena muy divertido, aunque no se me ocurre qué podría hacer yo... No soy especialmente buena cocinando ni tengo habilidad como para hacer nada con la escasez de materiales que tenemos. Pero... bueno, a lo mejor os puedo ayudar a las dos y cuenta como una cosa hecha en total —se rio levemente.
Lebra abrió mucho los ojos cuando la roquense hizo la suposición de que Lorenzo tendría la edad de Mónica.
—¿Tú crees? A mí me parece varios años mayor que nosotras... Imagino que para ti nuestros rasgos deben de parecerse por la falta de costumbre o no creo que dijeras eso —volvió a reír, divertida ante la situación.
>>Yo también me pregunto a dónde habrá ido, pero apenas he intercambiado palabras con ella y me da un poco de palo... —añadió respecto a Fahran.
—Eso suena muy divertido, aunque no se me ocurre qué podría hacer yo... No soy especialmente buena cocinando ni tengo habilidad como para hacer nada con la escasez de materiales que tenemos. Pero... bueno, a lo mejor os puedo ayudar a las dos y cuenta como una cosa hecha en total —se rio levemente.
Lebra abrió mucho los ojos cuando la roquense hizo la suposición de que Lorenzo tendría la edad de Mónica.
—¿Tú crees? A mí me parece varios años mayor que nosotras... Imagino que para ti nuestros rasgos deben de parecerse por la falta de costumbre o no creo que dijeras eso —volvió a reír, divertida ante la situación.
>>Yo también me pregunto a dónde habrá ido, pero apenas he intercambiado palabras con ella y me da un poco de palo... —añadió respecto a Fahran.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
29/06/18, 11:41 am
—La verdad es que yo tampoco sé qué podría regalaros… no es que aquí haya muchas opciones para hacer cosas bonitas y la verdad es que no sé pintar o tallar. Como no os de una de mis estampitas… —les sonrió—. Pero bien puedo enseñaros a hacer dulces, como ha dicho Since. Soy especialmente buena con las galletas y las bolitas de fruta.
Los ojos se le fueron de nuevo a la herida de la nublina, aunque trató de disimularlo. Tendría que hablar con Sinceridad después de hacer un emplasto para las heridas, o al menos lavarlas regularmente. Olisqueó con disimulo, pero nada olía especialmente mal… por ahora. «Por favor, que no se infecte».
Se rio a carcajadas con lo de la edad de Lorenzo. —Soy yo más joven, ¡estoy segura! No sé exactamente si es muy mayor o si parece muy mayor, pero ¿tan madura me ves? —codeó a la roquense suavemente, en broma. Con la mención a la ulterana, sin embargo, cambió radicalmente el gesto—. Esa chica no me gusta y ya no me gustaba cuando estábamos en el otro torreón. No sé por qué vino con nosotros. No es que nos esté ayudando mucho a buscar a nuestros compañeros, y la verdad… no sé. No me gusta —repitió.
Los ojos se le fueron de nuevo a la herida de la nublina, aunque trató de disimularlo. Tendría que hablar con Sinceridad después de hacer un emplasto para las heridas, o al menos lavarlas regularmente. Olisqueó con disimulo, pero nada olía especialmente mal… por ahora. «Por favor, que no se infecte».
Se rio a carcajadas con lo de la edad de Lorenzo. —Soy yo más joven, ¡estoy segura! No sé exactamente si es muy mayor o si parece muy mayor, pero ¿tan madura me ves? —codeó a la roquense suavemente, en broma. Con la mención a la ulterana, sin embargo, cambió radicalmente el gesto—. Esa chica no me gusta y ya no me gustaba cuando estábamos en el otro torreón. No sé por qué vino con nosotros. No es que nos esté ayudando mucho a buscar a nuestros compañeros, y la verdad… no sé. No me gusta —repitió.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Faro (Archivo I)
29/06/18, 12:48 pm
Aquella fue la noche que la magia de la Luna Roja eligió para empezar a afectar a las costas de Rocavarancolia.
Las olas fueron alto más fuertes de lo común. Los ruidos del mar fueron un poco más altos de lo normal. Era un cambio sutil, pero perceptible.
No tardaría mucho en ir a más.
El mar de Rocavarancolia empezaba a despertar. Y los cosechados que se refugiaban en el Faro tendrían una ventana privilegiada a aquel evento.
Las olas fueron alto más fuertes de lo común. Los ruidos del mar fueron un poco más altos de lo normal. Era un cambio sutil, pero perceptible.
No tardaría mucho en ir a más.
El mar de Rocavarancolia empezaba a despertar. Y los cosechados que se refugiaban en el Faro tendrían una ventana privilegiada a aquel evento.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Faro (Archivo I)
29/06/18, 03:12 pm
Lebra mejoró un poco su ánimo al continuar la charla con sus amigas y los posteriores cuidados de sus heridas. Agradeció a ambas todo lo que hacían por ella y prometió intentar dormirse.
El universo no estaba de acuerdo con que se dumiera. El mar parecía haberse enfurecido y según pasaban los largos minutos cada vez oía como las olas rompían con más y más violencia. Y la herida picaba y escocía, casi pareciendo que se había compenetrado con el océano.
Lebra se encontraba en un estado entre el sueño y la vigilia, finalmente empezando a quedarse dormida debido al cansancio, después de que hubiesen transcurrido un par de horas. El notar como algo se deslizaba por su pierna la desveló de golpe. La nublina abrió mucho los ojos y se revolvió entre las sábanas, apartándolas torpemente. Dejó escapar un grito al ver la enorme cantidad de sangre que manaba de su herida. El vendaje se había empapado por completo y comenzaba a extenderse por la ropa de cama.
—Nononono... —empezó murmurando para después elevar cada vez más el tono de voz. Lebra estaba claramente en mitad de un ataque de pánico—. ¡No!
No le salía ninguna otra palabra, pero volvía a tener en su mente lo que le había dicho a Mónica aquella mañana: va a hacerse realidad. Como si la providencia quisiese darle la razón comenzó a toser y, tal y como le había sucedido alguna que otra vez, tosió sangre. Solo que en esa ocasión la cantidad era mayor.
El universo no estaba de acuerdo con que se dumiera. El mar parecía haberse enfurecido y según pasaban los largos minutos cada vez oía como las olas rompían con más y más violencia. Y la herida picaba y escocía, casi pareciendo que se había compenetrado con el océano.
Lebra se encontraba en un estado entre el sueño y la vigilia, finalmente empezando a quedarse dormida debido al cansancio, después de que hubiesen transcurrido un par de horas. El notar como algo se deslizaba por su pierna la desveló de golpe. La nublina abrió mucho los ojos y se revolvió entre las sábanas, apartándolas torpemente. Dejó escapar un grito al ver la enorme cantidad de sangre que manaba de su herida. El vendaje se había empapado por completo y comenzaba a extenderse por la ropa de cama.
—Nononono... —empezó murmurando para después elevar cada vez más el tono de voz. Lebra estaba claramente en mitad de un ataque de pánico—. ¡No!
No le salía ninguna otra palabra, pero volvía a tener en su mente lo que le había dicho a Mónica aquella mañana: va a hacerse realidad. Como si la providencia quisiese darle la razón comenzó a toser y, tal y como le había sucedido alguna que otra vez, tosió sangre. Solo que en esa ocasión la cantidad era mayor.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
02/07/18, 02:54 am
La charla y las bromas les vinieron bien. Al cabo de un rato se fueron acostando y, aunque la roquense se quedó junto a Lebra, estaba convencida de que aquella noche solo dormiría cuando el agotamiento la venciera.
Estaba muy agobiada. Había estado tan asustada como preocupada. Había visto a sus amistades al borde de la muerte. Otra vez más. Y no contentos con ello, ahora tenían heridas importantes que no sabían tratar. Estaba muy agobiada. Perdida, frustrada, estresada... A veces creía que estaba bien y que solo tenía momentos puntuales de desasosiego, como aquella noche. Otras veces, sin embargo, y cada vez más a menudo, pensaba que en realidad vivía en un pozo de intranquilidad salpicado por tímidos rayos de luz. No sabía cómo se sentía realmente, pero temía romperse en algún momento.
Para colmo, esa noche el clima decidió empeorar. La sacó de la cama. Dio un vistazo a Lebra y se fue a la linterna a contemplar el mar enbravecido desde lo alto. Rugía tanto que sentía la humedad en la cara. Allá arriba, con semejante violencia a sus pies, se le ocurrió que el clima era un reflejo de la ciudad, sus bestias, y en cierto modo de la rabia que sentían ellos mismos. Ella, al menos, golpearía a la ciudad con tanta saña como las olas al acantilado. <<Habrá que vigilar que esas olas no nos tiren...>>
Lo hablaría con los demás al día siguiente. Su salida nocturna le iba a costar un resfriado así que volvió. Iba en busca de sus mantitas cuando escuchó un grito. <<¡¿Lebra?!>> Corrió de vuelta a su dormitorio, pero aporreó la puerta del resto en la carrera.
Llegó con la nublina haciendo lo posible por esquivar el torrente de pensamientos intrusivos y preocupaciones oscuras que llenaban su cabeza, como "ojalá no hubiera escuchado el grito y hubiera seguido mirando las olas". No quería la responsabilidad de una muerte más en su grupo. Pero se acercó a ella decidida a hacer lo posible por ayudar.
—Estoy aquí, tranquila, tranquila. Se te habrá caído el vendaje. Deja que te ayude a limpiarte.
Se apresuría a arreglar el vendaje y el torniquete como mejor sabía. No sabía ni quería saber cómo había acabado con sangre en la boca si la herida era en la pierna. No le preguntaría, no en mitad de un ataque de pánico. Debía guardar la compostura y no asustar a la chica más aún de lo que ya lo estaría. La misma Sinceridad estaba asustadísima, pero no era su vida la que huía.
Pero no sabía si señalarle esa sangre, esas toses. Tampoco sabía si llamar a Mónica. Despertaría al resto, pero ella podía hacer magia. <<¡Pero no sirvió de nada antes!>> Pero necesitaba ayuda. <<¡Pero Lebra se preocupará más!>> Pero necesitaban ayuda, maldita sea. Así que se asomó un instante al pasillo a avisar al resto.
—¡Que venga alguien! ¡Despertad!
<<Si el acantilado se va a derrumbar, podría darse prisa y ahorrarnos todo el sufrimiento que traería la muerte de Lebra>> Ideas así se le cruzaban sin avisar por la cabeza, pero no eran tan consciente como rechazarlas y horrorizarse por ser capaz de pensar cosas así. ¿Tan egoísta era? ¿O solo era lógica cruel? Daba igual. Si llegaba a suceder, solo lo sabrían instantes antes del golpe final.
Estaba muy agobiada. Había estado tan asustada como preocupada. Había visto a sus amistades al borde de la muerte. Otra vez más. Y no contentos con ello, ahora tenían heridas importantes que no sabían tratar. Estaba muy agobiada. Perdida, frustrada, estresada... A veces creía que estaba bien y que solo tenía momentos puntuales de desasosiego, como aquella noche. Otras veces, sin embargo, y cada vez más a menudo, pensaba que en realidad vivía en un pozo de intranquilidad salpicado por tímidos rayos de luz. No sabía cómo se sentía realmente, pero temía romperse en algún momento.
Para colmo, esa noche el clima decidió empeorar. La sacó de la cama. Dio un vistazo a Lebra y se fue a la linterna a contemplar el mar enbravecido desde lo alto. Rugía tanto que sentía la humedad en la cara. Allá arriba, con semejante violencia a sus pies, se le ocurrió que el clima era un reflejo de la ciudad, sus bestias, y en cierto modo de la rabia que sentían ellos mismos. Ella, al menos, golpearía a la ciudad con tanta saña como las olas al acantilado. <<Habrá que vigilar que esas olas no nos tiren...>>
Lo hablaría con los demás al día siguiente. Su salida nocturna le iba a costar un resfriado así que volvió. Iba en busca de sus mantitas cuando escuchó un grito. <<¡¿Lebra?!>> Corrió de vuelta a su dormitorio, pero aporreó la puerta del resto en la carrera.
Llegó con la nublina haciendo lo posible por esquivar el torrente de pensamientos intrusivos y preocupaciones oscuras que llenaban su cabeza, como "ojalá no hubiera escuchado el grito y hubiera seguido mirando las olas". No quería la responsabilidad de una muerte más en su grupo. Pero se acercó a ella decidida a hacer lo posible por ayudar.
—Estoy aquí, tranquila, tranquila. Se te habrá caído el vendaje. Deja que te ayude a limpiarte.
Se apresuría a arreglar el vendaje y el torniquete como mejor sabía. No sabía ni quería saber cómo había acabado con sangre en la boca si la herida era en la pierna. No le preguntaría, no en mitad de un ataque de pánico. Debía guardar la compostura y no asustar a la chica más aún de lo que ya lo estaría. La misma Sinceridad estaba asustadísima, pero no era su vida la que huía.
Pero no sabía si señalarle esa sangre, esas toses. Tampoco sabía si llamar a Mónica. Despertaría al resto, pero ella podía hacer magia. <<¡Pero no sirvió de nada antes!>> Pero necesitaba ayuda. <<¡Pero Lebra se preocupará más!>> Pero necesitaban ayuda, maldita sea. Así que se asomó un instante al pasillo a avisar al resto.
—¡Que venga alguien! ¡Despertad!
<<
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
02/07/18, 05:28 pm
Una vez Mónica vio que Lebra prometía irse a dormir, se marchó con sigilo. Antes de marchar les hizo una caricia a las chicas, y cuando pasó al lado de Lorenzo le volvió a revisar, con cuidado, la espalda. Luego volvió a su sitio en la ventana. Sin embargo, no se durmió. El temporal no se lo permitía, con los rugidos del mar azotando las paredes. Desvelada, Mon bajó a la cocina y se sentó ante la lumbre, en silencio. Fue entonces cuando se permitió volver a autocompadecerse, sollozando bajito.
Al cabo de un tiempo las lágrimas se acabaron. Mon le daba vueltas a una cuchara, siguiendo el brillo, cuando la voz de Sinceridad la sorprendió. La urgencia de su tono no se podia esconder.
"Lebra" pensó la humana mientras corría hacia arriba, con el terror atenazándole los pulmones.
Cuando llegó, dejó escapar un grito ahogado. Sangre, mucha sangre. De la herida y de la boca de la nublina. Mónica se echó a llorar de nuevo. No sabía que aún le quedaran lágrimas dentro. Al parecer, sí.
-No, no, no, no -se unió a la letanía de Lebra mientras, con más trapos y manos temblorosas, trataba de oprimir la herida de su pierna-. ¡¿Qué ha pasado?!
La chica miró con desesperación a Sinceridad. No sabía qué hacer.
Al cabo de un tiempo las lágrimas se acabaron. Mon le daba vueltas a una cuchara, siguiendo el brillo, cuando la voz de Sinceridad la sorprendió. La urgencia de su tono no se podia esconder.
"Lebra" pensó la humana mientras corría hacia arriba, con el terror atenazándole los pulmones.
Cuando llegó, dejó escapar un grito ahogado. Sangre, mucha sangre. De la herida y de la boca de la nublina. Mónica se echó a llorar de nuevo. No sabía que aún le quedaran lágrimas dentro. Al parecer, sí.
-No, no, no, no -se unió a la letanía de Lebra mientras, con más trapos y manos temblorosas, trataba de oprimir la herida de su pierna-. ¡¿Qué ha pasado?!
La chica miró con desesperación a Sinceridad. No sabía qué hacer.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Faro (Archivo I)
02/07/18, 06:43 pm
Lebra no podía ayudar a que la ayudasen. Solo podía toser más sangre y llorar. No sabía que Mónica estaba llorando también, y no eran solo sus propias lágrimas lo que empañaba su visión. Cada vez se sentía más y más débil mientras la sangre no dejaba de salir. De su herida y de su garganta cada vez que tosía. Se movía errática y desesperadamente en la cama, tratando de incoporarse. Quería hacer algo. No sabía qué. Solo sabía que quería acabar con el sufrimiento. Pero ya no podía pensar. En su cabeza la sangre ya estaba a punto de llegar a su cuello para ahogarla. En el cuarto no había una cantidad de sangre tal como en la mente atormentada de la nublina, pero incluso si difería mucho de la visión profética de su sueño seguía siendo demasiada.
La nublina perdía fuerzas a cada segundo que pasaba. Pronto dejó de gritar y de tratar de incorporarse. Simplemente no podía. Hiperventilando y con el rostro salpicado de sangre y lágrimas se dejó caer de nuevo sobre la sucia almohada.
—Lle... llevadme... al océano... Si me tengo que ahogar... Si tengo que... —Hablaba de forma dificultosa y teniendo que hacer pausas constantemente—. No quiero ahogaros a vosotros. En el mar me ahogaré yo sola... Y... Y...
En su cabeza la petición tenía sentido. En su cabeza la sangre inundaría todo el edificio, y los demás también se ahogarían en ella. Lebra ya había aceptado que su pesadilla se iba a cumplir, pero no quería arrastrar a nadie más con ella. Sabía que la sangre seguiría ahogándola en el mar, aun mezclada con el agua, pero al menos esta acabaría arrastrándola lejos del faro. Lo haría pronto, además, debido a la violencia que había adquirido aquella noche. Lebra ya solo quería evitar contaminar a sus amigas con su propia sangre maldita, ya no le importaba nada más.
La nublina perdía fuerzas a cada segundo que pasaba. Pronto dejó de gritar y de tratar de incorporarse. Simplemente no podía. Hiperventilando y con el rostro salpicado de sangre y lágrimas se dejó caer de nuevo sobre la sucia almohada.
—Lle... llevadme... al océano... Si me tengo que ahogar... Si tengo que... —Hablaba de forma dificultosa y teniendo que hacer pausas constantemente—. No quiero ahogaros a vosotros. En el mar me ahogaré yo sola... Y... Y...
En su cabeza la petición tenía sentido. En su cabeza la sangre inundaría todo el edificio, y los demás también se ahogarían en ella. Lebra ya había aceptado que su pesadilla se iba a cumplir, pero no quería arrastrar a nadie más con ella. Sabía que la sangre seguiría ahogándola en el mar, aun mezclada con el agua, pero al menos esta acabaría arrastrándola lejos del faro. Lo haría pronto, además, debido a la violencia que había adquirido aquella noche. Lebra ya solo quería evitar contaminar a sus amigas con su propia sangre maldita, ya no le importaba nada más.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
03/07/18, 09:47 pm
Mónica apareció, sí, pero la situación no hizo más que empeorar. Lebra tosía y lloraba sin pausa y la roquense no sabía cómo detener aquello. La humana se sumó sus lloros y tampoco sabía qué hacer. Pero para colmo, la nublina también empezó a decir cosas muy extrañas.
—¡No lo sé! Empezó a toser sangre y el vendaje se le habrá caíd... ¿Qué? ¡No te vas a ahogar, no digas nada de eso!
¿Desvariaba? No parecían quedarle fuerzas para levantarse, así que no era descabellado que perdiera la cabeza un poco. Pero ni eso sabía la roquense, ni si se podían decir cosas semejantes cuando uno se veía al borde de la muerte. ¿Estaba a caso al borde de ello? No lo sabía y no quería saberlo. Así que decidió apegarse a lo que sabía que funcionó con anterioridad.
—Hay que taparle la herida otra vez. Lo haremos como antes, calentamos el agua, limpiamos, vendamos y vigilar. ¡Ya vuelvo!
Intentó darse toda la prisa posible para volver con el cubo de agua, pero también aprovechó el rato para despejarse de aquello. Era la primera vez en su vida que veía tan de cerca tanta sangre y que la embargaba tanto miedo, tanto propio como propiciado por la reacciones de las demás, a la muerte. Ni en las peores incursiones en territorio del Coro lo había pasado tan mal, porque sus labores siempre la mantuvieron a cierta distancia de los tumultos.
Volvió poco después con agua y más tela para vendar. Ni se fijó en si la humana estaba más tranquila ni en si la pobre nublina seguía respirando. Solo se fijó en que si seguía tosiendo tumbada, podría ahogarse.
—¿Puedes levantart...? Vale, deja que te ayude —y, mientras le pasaba un brazo para hacerlo, se dirigió a Mónica—: ¿Puedes calentar el agua mientras? Tú le limpias las toses y yo me encargo de la herida. No sé qué le pasa pero hay que mantener la calma o será peor. Venga, venga.
Y entonces cayó en algo relacionado con "mantener la calma": ¿y si Lorenzo había escuchado los gritos y corría a ver qué ocurría y sus heridas empeoraban por ello? <<Tiraré el faro yo misma contra las olas como vea más sangre esta noche>> pensaba con toda la frustración del mundo. Deseó con todas sus fuerzas que el diestro se quedase en su cama aunque la preocupación le matase por dentro. Si no acababa con ella antes, porque ¿de dónde plumas podridas salía la sangre que tosía Lebra? Solo era una herida en la pierna, no podía estar relacionado. Y encima la chica no podía hablar bien, no podía decirles si había pasado algo más. ¿Pero qué iba a haber pasado? ¡Sinceridad había dormido allí y apenas había estado fuera poco menos de una hora! ¿Acaso había entrado algo por las ventanas y le había atacado en sueños? <<¿Pero qué más da? ¡Céntrate, joder!>>
—¡No lo sé! Empezó a toser sangre y el vendaje se le habrá caíd... ¿Qué? ¡No te vas a ahogar, no digas nada de eso!
¿Desvariaba? No parecían quedarle fuerzas para levantarse, así que no era descabellado que perdiera la cabeza un poco. Pero ni eso sabía la roquense, ni si se podían decir cosas semejantes cuando uno se veía al borde de la muerte. ¿Estaba a caso al borde de ello? No lo sabía y no quería saberlo. Así que decidió apegarse a lo que sabía que funcionó con anterioridad.
—Hay que taparle la herida otra vez. Lo haremos como antes, calentamos el agua, limpiamos, vendamos y vigilar. ¡Ya vuelvo!
Intentó darse toda la prisa posible para volver con el cubo de agua, pero también aprovechó el rato para despejarse de aquello. Era la primera vez en su vida que veía tan de cerca tanta sangre y que la embargaba tanto miedo, tanto propio como propiciado por la reacciones de las demás, a la muerte. Ni en las peores incursiones en territorio del Coro lo había pasado tan mal, porque sus labores siempre la mantuvieron a cierta distancia de los tumultos.
Volvió poco después con agua y más tela para vendar. Ni se fijó en si la humana estaba más tranquila ni en si la pobre nublina seguía respirando. Solo se fijó en que si seguía tosiendo tumbada, podría ahogarse.
—¿Puedes levantart...? Vale, deja que te ayude —y, mientras le pasaba un brazo para hacerlo, se dirigió a Mónica—: ¿Puedes calentar el agua mientras? Tú le limpias las toses y yo me encargo de la herida. No sé qué le pasa pero hay que mantener la calma o será peor. Venga, venga.
Y entonces cayó en algo relacionado con "mantener la calma": ¿y si Lorenzo había escuchado los gritos y corría a ver qué ocurría y sus heridas empeoraban por ello? <<Tiraré el faro yo misma contra las olas como vea más sangre esta noche>> pensaba con toda la frustración del mundo. Deseó con todas sus fuerzas que el diestro se quedase en su cama aunque la preocupación le matase por dentro. Si no acababa con ella antes, porque ¿de dónde plumas podridas salía la sangre que tosía Lebra? Solo era una herida en la pierna, no podía estar relacionado. Y encima la chica no podía hablar bien, no podía decirles si había pasado algo más. ¿Pero qué iba a haber pasado? ¡Sinceridad había dormido allí y apenas había estado fuera poco menos de una hora! ¿Acaso había entrado algo por las ventanas y le había atacado en sueños? <<¿Pero qué más da? ¡Céntrate, joder!>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
05/07/18, 11:59 am
La sangre de Lebra no dejaba de fluir. «Se muere, se muere, se muere» pensaba Mónica con terror, apretando con más fuerza. No había manera de ser optimista, no cuando la rodeaba tanto rojo. «No lo entiendo» dijo la parte de su cerebro que aún actuaba de forma racional. «¡Lo habíamos controlado!».
—No lo entiendo —repitió sin darse cuenta, esta vez en voz alta, restañándole también la sangre de la boca. ¿Por qué sangraba por la boca? ¿Tenía heridas internas y nadie se había dado cuenta? ¿Por qué le estaba pasando esto a ella? ¿Por qué nadie les ayudaba?
Lebra dejó de gritar, y sus resuellos y palabras le dieron a Mónica más miedo que la situación anterior. —No, no, no. No digas eso. Nadie se ahoga, Lebra, nadie —Sinceridad reapareció y ayudó a incorporar a la nublina, desmadejada y llena de sangre. Mónica calentó el agua lo más rápido que pudo, agotándose todavía más, y trató de efectuar de nuevo, infructuosamente, el hechizo de curar. Nada. ¿Qué hacer? ¿Cómo controlarlo? La nublina no paraba de hablar sobre el agua, sobre ahogarse. «No lo entiendo».
Mónica miró a la roquense con los ojos llenos de lágrimas. «Se muere», vocalizó. Y de pronto, la bombilla, nacida de la desesperación.
—¿Y si quemamos la herida?
Sonaba a barbarie. Sonaba a locura. Pero el agua de Lebra le había dado la idea. ¿Qué era lo contrario al agua? El fuego. Y Mónica no estaba convencida. No, no podría hacerlo. ¿Y si con eso solo conseguían hacer más miserable los últimos momentos de la nublina? Mon tembló. ¿A quién más podían pedirle ayuda si estaban totalmente solos en esa ciudad?
—No lo entiendo —repitió sin darse cuenta, esta vez en voz alta, restañándole también la sangre de la boca. ¿Por qué sangraba por la boca? ¿Tenía heridas internas y nadie se había dado cuenta? ¿Por qué le estaba pasando esto a ella? ¿Por qué nadie les ayudaba?
Lebra dejó de gritar, y sus resuellos y palabras le dieron a Mónica más miedo que la situación anterior. —No, no, no. No digas eso. Nadie se ahoga, Lebra, nadie —Sinceridad reapareció y ayudó a incorporar a la nublina, desmadejada y llena de sangre. Mónica calentó el agua lo más rápido que pudo, agotándose todavía más, y trató de efectuar de nuevo, infructuosamente, el hechizo de curar. Nada. ¿Qué hacer? ¿Cómo controlarlo? La nublina no paraba de hablar sobre el agua, sobre ahogarse. «No lo entiendo».
Mónica miró a la roquense con los ojos llenos de lágrimas. «Se muere», vocalizó. Y de pronto, la bombilla, nacida de la desesperación.
—¿Y si quemamos la herida?
Sonaba a barbarie. Sonaba a locura. Pero el agua de Lebra le había dado la idea. ¿Qué era lo contrario al agua? El fuego. Y Mónica no estaba convencida. No, no podría hacerlo. ¿Y si con eso solo conseguían hacer más miserable los últimos momentos de la nublina? Mon tembló. ¿A quién más podían pedirle ayuda si estaban totalmente solos en esa ciudad?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Faro (Archivo I)
05/07/18, 12:16 pm
La nublina apenas podía escuchar lo que decían, cada vez era capaz de pensar con menos claridad y le costaba discernir las palabras. Entendió las negativas, no obstante, y había repetido delirantemente que la llevasen al mar. No supo que hablaban acerca de tratar de cauterizar su herida, aunque tampoco habría reaccionado realmente ante aquello: la sangre ya ocupaba al completo sus pensamientos y evitar que esta manchase a sus compañeras su única preocupación.
Transcurrieron unos minutos entre tanto. Lebra respiraba con cada vez más dificultad. La herida ya no sangraba, no mucho y tosía sangre con menos frecuencia... Pero había perdido demasiada sangre ya. La vida se le escapaba a través de ella y la nublina había cerrado los ojos. Su pecho aun se movía, pero muy lentamente. De pronto volvió a intentar hablar otra vez. Costaba comprenderla y las cosechadas apenas podrían distinguir algunas de sus palabras.
—Sincer... Mónic... Gracias por... Amigas. Gracias. Gracias.
Un pequeño regero de lágrimas corrió por los ojos de la nublina que abrió los ojos una última vez intentando observar a las personas que siempre la habían apoyado y ayudado, que habían intentado salvarle la vida con toda su fuerza aunque fuese imposible.
Poco después sus ojos se cerraron de nuevo, en esa ocasión para siempre.
Transcurrieron unos minutos entre tanto. Lebra respiraba con cada vez más dificultad. La herida ya no sangraba, no mucho y tosía sangre con menos frecuencia... Pero había perdido demasiada sangre ya. La vida se le escapaba a través de ella y la nublina había cerrado los ojos. Su pecho aun se movía, pero muy lentamente. De pronto volvió a intentar hablar otra vez. Costaba comprenderla y las cosechadas apenas podrían distinguir algunas de sus palabras.
—Sincer... Mónic... Gracias por... Amigas. Gracias. Gracias.
Un pequeño regero de lágrimas corrió por los ojos de la nublina que abrió los ojos una última vez intentando observar a las personas que siempre la habían apoyado y ayudado, que habían intentado salvarle la vida con toda su fuerza aunque fuese imposible.
Poco después sus ojos se cerraron de nuevo, en esa ocasión para siempre.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
07/07/18, 02:21 pm
La cara de espanto que puso la roquense debería valer como respuesta ante la sugerencia de quemar la herida. Había visto hacerlo, pero no con heridas tan profundas? O quizá sí. Pero aquello podía salir tan mal que lo descartó al instante... Y no solo por las posibles consecuencias sino por la más obvia e inmediata: Lebra sufriría lo indecible. Si es que no lo estaba soportando ya... ¿O con tanta pérdida de sangre quizá no tuviera fuerzas ni para sufrir? No lo sabía. No sabía un carajo de casi nada.
La pudo incorporar y se pusieron manos a la obra, pero Sinceridad notó al poco que algo no iba bien. La pierna apenas sangraba, pero ¡apenas había podido apretar el vendaje! No podía haberse parado sin m... Levantó la mirada hacia la cara de la nublina y lo que vio le inundó los ojos de lágrimas. <<No, no, no, no, eso no, eso no, nononono>> Se les estaba yendo. Parecía que intentaba decir algo, pero la roquense se adelantó. Se sentó a su lado en la cama y la abrazó con suavidad, haciendo caso omiso a la sangre.
—Te vas a poner bien, te vamos a cuidar y te vas a recuperar —le dijo poniendo empeño que no se le notase la voz rota. Sabía que era mentira. Las tres lo sabían.
Un nuevo intento de hablar hizo que la abrazase con más fuerza apenas unos instantes. Aun en sus últimos segundos de vida, la roquense se empeñaba en no hacerle daño, en no molestarla. Incluso le secó las lágrimas. Pero no pudo contenerse después de sus últimas palabras y la apretó entre sus brazos como si así pudiera evitar su marcha. Lloraba en silencio en su hombro y susurraba para ambas cuando Lebra cerró los ojos.
—Estarás bien, te pondrás bien, te pondrás mejor, ya verás... —pero se refería a otra cosa que esperaba fuese verdad <<vayas a donde vayas, estarás mejor que aquí>>
Impotencia. Ni siquiera sabía si les habría dado tiempo a ir a Maciel a pedir el anillo. Podría haber muerto mientras iban y... Aquello habría sido horrible para Lebra y para ellas. Era su amiga, joder, y una amiga no podía morir sola. Para colmo no sabían qué le había pasado ni si podrían haberla curado de alguna forma o si todo habría sido en vano. Y ni tan siquiera sus últimas palabras podrían darle el mínimo confort. <<"Gracias"... No es justo, no es justo>> Habían hecho todo lo posible, las tres lo sabían y quizás se refería a eso, pero quizás también podrían haber hecho más.
Se separó de la chica unos minutos después. Ya había pasado por aquello otras veces y aunque nunca se acostumbraba, los demás no tenían pinta de haber perdido a seres queridos. Tenía que estar para ellos. Todavía quedaba Lorenzo, además. Tenían que avisarles y limpiar aquello. No quería que los demás vieran a Lebra tan manchada de sangre. Y tenían que dormir. Y despedirse. Y hacer algo con su cuerpo. Miró a Mónica con los ojos enrojecidos y esperó. Si la necesitaba, estaba ahí.
La pudo incorporar y se pusieron manos a la obra, pero Sinceridad notó al poco que algo no iba bien. La pierna apenas sangraba, pero ¡apenas había podido apretar el vendaje! No podía haberse parado sin m... Levantó la mirada hacia la cara de la nublina y lo que vio le inundó los ojos de lágrimas. <<No, no, no, no, eso no, eso no, nononono>> Se les estaba yendo. Parecía que intentaba decir algo, pero la roquense se adelantó. Se sentó a su lado en la cama y la abrazó con suavidad, haciendo caso omiso a la sangre.
—Te vas a poner bien, te vamos a cuidar y te vas a recuperar —le dijo poniendo empeño que no se le notase la voz rota. Sabía que era mentira. Las tres lo sabían.
Un nuevo intento de hablar hizo que la abrazase con más fuerza apenas unos instantes. Aun en sus últimos segundos de vida, la roquense se empeñaba en no hacerle daño, en no molestarla. Incluso le secó las lágrimas. Pero no pudo contenerse después de sus últimas palabras y la apretó entre sus brazos como si así pudiera evitar su marcha. Lloraba en silencio en su hombro y susurraba para ambas cuando Lebra cerró los ojos.
—Estarás bien, te pondrás bien, te pondrás mejor, ya verás... —pero se refería a otra cosa que esperaba fuese verdad <<vayas a donde vayas, estarás mejor que aquí>>
Impotencia. Ni siquiera sabía si les habría dado tiempo a ir a Maciel a pedir el anillo. Podría haber muerto mientras iban y... Aquello habría sido horrible para Lebra y para ellas. Era su amiga, joder, y una amiga no podía morir sola. Para colmo no sabían qué le había pasado ni si podrían haberla curado de alguna forma o si todo habría sido en vano. Y ni tan siquiera sus últimas palabras podrían darle el mínimo confort. <<"Gracias"... No es justo, no es justo>> Habían hecho todo lo posible, las tres lo sabían y quizás se refería a eso, pero quizás también podrían haber hecho más.
Se separó de la chica unos minutos después. Ya había pasado por aquello otras veces y aunque nunca se acostumbraba, los demás no tenían pinta de haber perdido a seres queridos. Tenía que estar para ellos. Todavía quedaba Lorenzo, además. Tenían que avisarles y limpiar aquello. No quería que los demás vieran a Lebra tan manchada de sangre. Y tenían que dormir. Y despedirse. Y hacer algo con su cuerpo. Miró a Mónica con los ojos enrojecidos y esperó. Si la necesitaba, estaba ahí.
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
09/07/18, 11:47 am
Lebra estaba dejando de ser Lebra. El color y las fuerzas se le iban a chorro por la pierna y por la boca, y ni Mónica ni Sinceridad parecían estar haciendo mucho para salvarla. «No, por favor; no, por favor». Sin embargo, no podían ya luchar contra lo obvio. Mónica se acercó a la cabecera de la cama, donde la roquense intentaba convencer a la nublina de que se iba a poner bien mientras esta resollaba intentando meter oxígeno a un cuerpo destrozado.
Mónica también se abrazó a ellas, en un apretado nudo, sollozando crudamente mientras un dolor horrible le apretaba el corazón y le cerraba la garganta. Las últimas palabras de Lebra habrían pasado desapercibidas de no haber estado tan juntas.
—Gracias a ti —respondió la humana acariciándole las mejillas, mojándoselas con su llanto. —Gracias por ser la mejor —. No sabía si la habría oído, no sabía si había llegado a tiempo.
Mónica no se alejó del cadáver hasta que Sinceridad no se movió. Era la primera vez que veía un muerto de ese modo, no en una sala aséptica de hospital, oliendo a desinfectante, sino a una amiga rota, manchada de carmesí. Los ojos se le llenaron de lágrimas de nuevo y sollozó con más fuerza, aferrándose el pecho, sin poder despegar de ese cascarón vacío la mirada. Luego se volvió hacia Sinceridad y la abrazó, tratando de, al compartir el peso del dolor, aligerarlo para ambas.
—Tenemos que limpiarla. Tenemos que llevarla al mar. Como ella quería. Tenemos que… se merece algo mejor. Algo mejor que esto.
Un nuevo sollozo se le atascó en la garganta y la furia comenzó a luchar con la tristeza, y las ganas de chillar pelearon con las de llorar. «¿Por qué ha pasado esto? ¿Por qué a Lebra? ¿Por qué?».
Mónica también se abrazó a ellas, en un apretado nudo, sollozando crudamente mientras un dolor horrible le apretaba el corazón y le cerraba la garganta. Las últimas palabras de Lebra habrían pasado desapercibidas de no haber estado tan juntas.
—Gracias a ti —respondió la humana acariciándole las mejillas, mojándoselas con su llanto. —Gracias por ser la mejor —. No sabía si la habría oído, no sabía si había llegado a tiempo.
Mónica no se alejó del cadáver hasta que Sinceridad no se movió. Era la primera vez que veía un muerto de ese modo, no en una sala aséptica de hospital, oliendo a desinfectante, sino a una amiga rota, manchada de carmesí. Los ojos se le llenaron de lágrimas de nuevo y sollozó con más fuerza, aferrándose el pecho, sin poder despegar de ese cascarón vacío la mirada. Luego se volvió hacia Sinceridad y la abrazó, tratando de, al compartir el peso del dolor, aligerarlo para ambas.
—Tenemos que limpiarla. Tenemos que llevarla al mar. Como ella quería. Tenemos que… se merece algo mejor. Algo mejor que esto.
Un nuevo sollozo se le atascó en la garganta y la furia comenzó a luchar con la tristeza, y las ganas de chillar pelearon con las de llorar. «¿Por qué ha pasado esto? ¿Por qué a Lebra? ¿Por qué?».
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
10/07/18, 09:35 pm
Abrazó con fuerza a Mónica y a punto estuvo de acariciarle el pelo, pero le detuvo ver sus manos manchadas de sangre. La sangre de Lebra.
—Sí... Hay que limpiarla y avisar a los demás... Y lavarnos. Ya pensaremos qué hacer con ella, ¿vale?
No quería ni pensar en llevarla al mar. No había visto las olas que restallaban contra el acantilado como las había visto ella. Las piedras la destrozarían si no la devoraban las sombras que se movían bajo el agua. Pero no quería ni pensarlo ni hablarlo. No en ese momento.
Le dio un último apretón antes de romper el abrazo. Sin embargo, antes de ponerse manos a la obra quería que la humana viera lo menos posible. Que descansase el alma. También le preocupaban los demás. O, al menos, el diestro.
—Si quieres, ¿puedes acercarte a ver cómo le va a Lorenzo? A lo mejor nos ha escuchado y está asustado...
Luego miró a la nublina, cerró los ojos un instante e inspiró como buscando fuerzas. No se fijó en si Mónica salía o no, en si se quedaba a limpiar o no. Daba igual. Cuanto antes se hiciera, mejor para todos. Sola o acompañada, le limpiaría primero la sangre de la tos y después se desharía de las vendas de la pierna. La tela húmeda teñida de rojo se iría acumulando en el suelo al lado de la cama.
Pero daba igual cómo de rápido lo hiciera: los minutos se le antojaban horas. Estaba limpiando la sangre de una amiga. Una amiga muerta. No pudo hacerlo sin que le temblasen las manos, sin que le asquease la sangre de su amiga en sus plumas, sin poder evitar que se le escapasen las lágrimas.
—Sí... Hay que limpiarla y avisar a los demás... Y lavarnos. Ya pensaremos qué hacer con ella, ¿vale?
No quería ni pensar en llevarla al mar. No había visto las olas que restallaban contra el acantilado como las había visto ella. Las piedras la destrozarían si no la devoraban las sombras que se movían bajo el agua. Pero no quería ni pensarlo ni hablarlo. No en ese momento.
Le dio un último apretón antes de romper el abrazo. Sin embargo, antes de ponerse manos a la obra quería que la humana viera lo menos posible. Que descansase el alma. También le preocupaban los demás. O, al menos, el diestro.
—Si quieres, ¿puedes acercarte a ver cómo le va a Lorenzo? A lo mejor nos ha escuchado y está asustado...
Luego miró a la nublina, cerró los ojos un instante e inspiró como buscando fuerzas. No se fijó en si Mónica salía o no, en si se quedaba a limpiar o no. Daba igual. Cuanto antes se hiciera, mejor para todos. Sola o acompañada, le limpiaría primero la sangre de la tos y después se desharía de las vendas de la pierna. La tela húmeda teñida de rojo se iría acumulando en el suelo al lado de la cama.
Pero daba igual cómo de rápido lo hiciera: los minutos se le antojaban horas. Estaba limpiando la sangre de una amiga. Una amiga muerta. No pudo hacerlo sin que le temblasen las manos, sin que le asquease la sangre de su amiga en sus plumas, sin poder evitar que se le escapasen las lágrimas.
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
11/07/18, 11:05 am
«Y lavarnos». Mónica se apartó de Sinceridad y miró con creciente horror su cuerpo, lleno, otra vez, de sangre de alguien conocido. Se tambaleó por un momento, con la culpa rugiendo en sus oídos al mismo ritmo que el de su corazón. «Otra vez he fallado», pensó, observando sus brazos, que habían sostenido ya dos cadáveres. Le tembló el labio y comenzó a respirar más rápido. Quería gritar. Necesitaba gritar. Pero la voz no le salía.
Asintió una vez en lo de ir a ver a Lorenzo, aunque musitó un «Volveré ahora» para que la roquense no se pensase que la iba a abandonar con el cuerpo de Lebra, y fue sigilosamente a ver al humano, que parecía que todavía dormía. Tampoco parecía que su espalda fuera a comenzar a sangrar de golpe de nuevo, como la pierna de Lebra, aunque Mónica se la examinó con ansiedad. Luego, volvió y se unió a la roquense.
Con un último esfuerzo, que la dejó temblando, templó agua, y con su querido jabón ayudó a limpiar a su amiga.
¿Pensó en los gérmenes? Sí. Pero ¿qué importan los gérmenes cuando la gente a la que quieres realmente te necesita? ¿Qué importa eso cuando has perdido a una amiga?
Cuánto duró la tarea, no lo supo. La boca le sabía a hierro, lágrimas hirvientes le quemaban las mejillas y solo veía rojo. El rojo de la vida que se le había escapado a Lebra.
—Tenemos que cambiarle de ropa —susurró con la voz ronca—. No podemos dejarla así.
«Ni siquiera hemos celebrado su cumpleaños». Este pensamiento, tan absurdo, rompió su fingida compostura, y Mónica rompió a llorar de nuevo, con gemidos roncos, sobre el cuerpo de Lebra.
Asintió una vez en lo de ir a ver a Lorenzo, aunque musitó un «Volveré ahora» para que la roquense no se pensase que la iba a abandonar con el cuerpo de Lebra, y fue sigilosamente a ver al humano, que parecía que todavía dormía. Tampoco parecía que su espalda fuera a comenzar a sangrar de golpe de nuevo, como la pierna de Lebra, aunque Mónica se la examinó con ansiedad. Luego, volvió y se unió a la roquense.
Con un último esfuerzo, que la dejó temblando, templó agua, y con su querido jabón ayudó a limpiar a su amiga.
¿Pensó en los gérmenes? Sí. Pero ¿qué importan los gérmenes cuando la gente a la que quieres realmente te necesita? ¿Qué importa eso cuando has perdido a una amiga?
Cuánto duró la tarea, no lo supo. La boca le sabía a hierro, lágrimas hirvientes le quemaban las mejillas y solo veía rojo. El rojo de la vida que se le había escapado a Lebra.
—Tenemos que cambiarle de ropa —susurró con la voz ronca—. No podemos dejarla así.
«Ni siquiera hemos celebrado su cumpleaños». Este pensamiento, tan absurdo, rompió su fingida compostura, y Mónica rompió a llorar de nuevo, con gemidos roncos, sobre el cuerpo de Lebra.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
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Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
11/07/18, 11:02 pm
Si no se terminó de derrumbar al terminar fue por intentar consolar a Mónica. Se agachó con ella y la abrazó sin separarse ambas del cuerpo de Lebra. Aguardó así el tiempo que pudo, llorando en silencio a su vez. Pero se repetía una y otra vez las últimas palabras de la humana hasta que las dijo en voz alta como ella.
—No podemos dejarla así. Tenemos que sacar fuerzas de donde sea. Por ella.
Se agarró a sus propias palabras como si fueran su punto de apoyo para coger fuerzas. Pudo separarse de ambas. Terminó de lavarse ella misma, destapó a la chica y fue a rebuscar ropa limpia. Cuando Mónica se vio con energía, la cambiaron entre las dos. Luego, la volvió a tumbar y la tapó con una manta limpia hasta el cuello. Le costaría taparla del todo. No se atrevió.
—Los demás no tienen por qué saber cómo ha sido... Podemos dejarla en la cama, tapada... Prefiero que no sufran lo que nosotras —musitó, pero lo cierto era que quería ahorrarse el sufrimiento de contarlo. Luego añadió algo más mientras recogía las telas manchadas de sangre—: Y esto habrá que lavarlo...—Si por ella fuera, las quemaría, pero no nadaban en la abundancia así que pensó que tendrían que reutilizarlas.
—No podemos dejarla así. Tenemos que sacar fuerzas de donde sea. Por ella.
Se agarró a sus propias palabras como si fueran su punto de apoyo para coger fuerzas. Pudo separarse de ambas. Terminó de lavarse ella misma, destapó a la chica y fue a rebuscar ropa limpia. Cuando Mónica se vio con energía, la cambiaron entre las dos. Luego, la volvió a tumbar y la tapó con una manta limpia hasta el cuello. Le costaría taparla del todo. No se atrevió.
—Los demás no tienen por qué saber cómo ha sido... Podemos dejarla en la cama, tapada... Prefiero que no sufran lo que nosotras —musitó, pero lo cierto era que quería ahorrarse el sufrimiento de contarlo. Luego añadió algo más mientras recogía las telas manchadas de sangre—: Y esto habrá que lavarlo...—Si por ella fuera, las quemaría, pero no nadaban en la abundancia así que pensó que tendrían que reutilizarlas.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
12/07/18, 12:57 pm
Al final, Mon se tranquilizó todo lo que alguien en su situación se podía tranquilizar. Se tragó los sollozos histéricos, mordiéndose el interior de la boca, y asintió secamente.
Cambiarla fue otro momento difícil, pero una vez terminaron de hacerlo, se sintió extrañamente en paz. Así, limpia, parecía casi que dormía. Casi. En el momento en que uno desviaba los ojos al suelo, la ilusión se desvanecía.
—Ojalá pudiéramos ponerle flores. Algo bonito —dijo en voz baja. Sabía que era un poco tonto, pero…
Al final acabaron decidiendo no contarles a sus compañeros cómo había sido la agonía final de Lebra. Aunque Mónica hervía de rabia cada vez que pensaba en que les estaban ahorrando sufrimiento, el que no le habían podido quitar a Lebra, sintiéndose absurdamente traicionada por ellos, como si al no haber estado allí, rodeándoles, hubieran tenido menos oportunidades de salvar a la nublina. Como si su ausencia hubiera sido la culpable de que ella hubiera muerto.
La humana intentó que Sinceridad se fuera a dormir, asegurándole que ella se encargaría de limpiar lo que faltaba, aunque esta insistió en hacer turnos con ella para velar a su amiga. Sintiéndose drenada, cada vez más cansada física y emocionalmente, Mon lavó los trapos de forma mecánica y, aunque quedaron limpios, la chica se sintió incapaz de pensar en volverlos a usar más. Luego se ocupó de ella misma, nuevamente cubierta en sangre ajena: se frotó con fuerza, sollozando de nuevo, volviendo a oír la respiración dificultosa de Lebra. Incluso cuando por fin salió del baño, limpia, todavía algo mojada, seguía notando el olor metálico de la sangre en la nariz.
Finalmente volvió con el cuerpo de su amiga, quedándose con ella hasta el amanecer. Despertó a Sinceridad como esta le había pedido, pero ella se negó a irse a dormir. No quería. No esa noche, no con los recuerdos tan frescos. Cabeceó un poco durante esas horas, pero se mantuvo tercamente allí, en silencio. Velando.
A la mañana siguiente trataron de contar a sus compañeros lo que había sucedido. Sin embargo, Lorenzo casi ni se enteró, grogui como estaba, dormitando en una especie de sueño febril, de recuperación, y Fahran… sin comentarios. Mónica sintió de nuevo la rabia, al ver que, de nuevo, no estaban allí para ellas, y esta vez sí se lo dijo a Sinceridad en lugar de callárselo. Le contó acerca de su sentimiento de traición, el cómo, de forma irracional, culpaba a Fahran de la muerte de su amiga, porque si no se hubiera escapado, no habrían ido a buscarla, no habrían seguido caminando por allí y no habrían entrado en ese barrio infernal.
Y, finalmente, tras haberse ambas obligado a comer algo, subieron de nuevo con Lebra.
—¿Qué hacemos con ella? —preguntó tras tragar saliva con fuerza, alargando la mano de forma inconsciente y apretando la de Sinceridad. —Se merece algo mejor que nada de lo que podamos ofrecerle en este lugar.
Cambiarla fue otro momento difícil, pero una vez terminaron de hacerlo, se sintió extrañamente en paz. Así, limpia, parecía casi que dormía. Casi. En el momento en que uno desviaba los ojos al suelo, la ilusión se desvanecía.
—Ojalá pudiéramos ponerle flores. Algo bonito —dijo en voz baja. Sabía que era un poco tonto, pero…
Al final acabaron decidiendo no contarles a sus compañeros cómo había sido la agonía final de Lebra. Aunque Mónica hervía de rabia cada vez que pensaba en que les estaban ahorrando sufrimiento, el que no le habían podido quitar a Lebra, sintiéndose absurdamente traicionada por ellos, como si al no haber estado allí, rodeándoles, hubieran tenido menos oportunidades de salvar a la nublina. Como si su ausencia hubiera sido la culpable de que ella hubiera muerto.
La humana intentó que Sinceridad se fuera a dormir, asegurándole que ella se encargaría de limpiar lo que faltaba, aunque esta insistió en hacer turnos con ella para velar a su amiga. Sintiéndose drenada, cada vez más cansada física y emocionalmente, Mon lavó los trapos de forma mecánica y, aunque quedaron limpios, la chica se sintió incapaz de pensar en volverlos a usar más. Luego se ocupó de ella misma, nuevamente cubierta en sangre ajena: se frotó con fuerza, sollozando de nuevo, volviendo a oír la respiración dificultosa de Lebra. Incluso cuando por fin salió del baño, limpia, todavía algo mojada, seguía notando el olor metálico de la sangre en la nariz.
Finalmente volvió con el cuerpo de su amiga, quedándose con ella hasta el amanecer. Despertó a Sinceridad como esta le había pedido, pero ella se negó a irse a dormir. No quería. No esa noche, no con los recuerdos tan frescos. Cabeceó un poco durante esas horas, pero se mantuvo tercamente allí, en silencio. Velando.
A la mañana siguiente trataron de contar a sus compañeros lo que había sucedido. Sin embargo, Lorenzo casi ni se enteró, grogui como estaba, dormitando en una especie de sueño febril, de recuperación, y Fahran… sin comentarios. Mónica sintió de nuevo la rabia, al ver que, de nuevo, no estaban allí para ellas, y esta vez sí se lo dijo a Sinceridad en lugar de callárselo. Le contó acerca de su sentimiento de traición, el cómo, de forma irracional, culpaba a Fahran de la muerte de su amiga, porque si no se hubiera escapado, no habrían ido a buscarla, no habrían seguido caminando por allí y no habrían entrado en ese barrio infernal.
Y, finalmente, tras haberse ambas obligado a comer algo, subieron de nuevo con Lebra.
—¿Qué hacemos con ella? —preguntó tras tragar saliva con fuerza, alargando la mano de forma inconsciente y apretando la de Sinceridad. —Se merece algo mejor que nada de lo que podamos ofrecerle en este lugar.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
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