Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
16/08/16, 07:13 pm
Gracias a las palabras de su edeel logró regular su respiración, pero aún se sentía algo inquieto. A pesar de eso, se volvió a recostar e intentó dormir, aunque no le fue nada fácil, ya que pasó gran parte de la noche levantando la cabeza de la almohada para comprobar que no hubiera nadie mirando por la ventana.
Tras aquella noche, Neil no puedo evitar estar más inquieto y susceptible a los sustos. Se cubría más que antes, ya fuera por el frio como por la necesidad de protección. Además, saltaba asustado ante el mínimo ruido y evitaba salir al exterior siempre que podía.
Su rutina, por otro lado, se había dividido entre cocinar, echar de menos los dulces, pasar frio y pedirle a sus compañeros descripciones de animales de sus mundos para tallarlos en madera. El aurva intentaba mantenerse permanentemente ocupado para no pensar demasiado en donde estaba y en Sinhdro. Aun así también sacó tiempo en atender las quemaduras de su edeel y controlar que o se hiciera más heridas.
Aquella noche Adru le arrastró junto con Eitne y Nime a las camas para escuchar uno de los cuentos que había en el libro que habían conseguido en la accidentada salida. Dudando de cómo terminaría aquello se sentó al lado de Eitne con una manta sobre sus hombros y le ofreció hueco bajo la manta al daeliciano.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
17/08/16, 07:25 am
La mañana llego y las cosas en el torreón regresaron un poco a la normalidad relativa. Viendo que Rena y Rox ya estaban mejor y el temor de la noche había pasado, el instinto de Zob lo empujaba a dormir, o a hibernar, lo que el clima decidiera. Después de picar menudamente los restos que había separado en la noche anterior los hecho al jardín y removió un poco la tierra. Se apresuró a dejar la cocina limpia para no tener problemas con los chefs y se encamino a la habitación balbuceando algo parecido a <<mlbhevoyadormigh>> antes de caer en su lecho.
En los días siguientes tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad, y prácticamente se obligó a no molestar a Pam en la traducción. No era que no le interesase, al contrario, esperaba que aquel escrito le revelara más cosas de la ciudad donde estaban. Y por eso mismo no quería ni interrumpir, ni enterarse nada a medias. Se dedicó más a fondo a practicar con el arco, y las veces que salio a buscar la comida con sus compañeros, lo tomo con un poco más de calma, solo un poco.
Aquella noche cuando la gran capitana Adrunelia se preparaba para narrarles el cuento que había prometido, le sorprendió como aun en aquel lugar bastaba eso para que todos se animaran un poco más y se acercó silencioso. Se mantuvo algo distanciado, adoctrinado por las reglas de prioridad de su abuela, pero también atento mientras jugueteaba con su mechón de cabello.
En los días siguientes tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad, y prácticamente se obligó a no molestar a Pam en la traducción. No era que no le interesase, al contrario, esperaba que aquel escrito le revelara más cosas de la ciudad donde estaban. Y por eso mismo no quería ni interrumpir, ni enterarse nada a medias. Se dedicó más a fondo a practicar con el arco, y las veces que salio a buscar la comida con sus compañeros, lo tomo con un poco más de calma, solo un poco.
Aquella noche cuando la gran capitana Adrunelia se preparaba para narrarles el cuento que había prometido, le sorprendió como aun en aquel lugar bastaba eso para que todos se animaran un poco más y se acercó silencioso. Se mantuvo algo distanciado, adoctrinado por las reglas de prioridad de su abuela, pero también atento mientras jugueteaba con su mechón de cabello.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
17/08/16, 11:48 pm
Milo, a pesar de lo que le había pedido el humano, amaneció despierto en el sillón en el que se había sentado para pasar la noche. No había pegado ojo y acusaba la falta de sueño, pero en cuanto despuntó el sol se dirigió hacia la cocina para prepararles algo de desayuno a los dos enfermos y a los más madrugadores. Cuando Rena y Rox despertaron recibió la buena noticia de que la fiebre había desaparecido y suspiró aliviado, no muy seguro de lo que podrían haber hecho de persistir aquel síntoma. Ahora tenían una preocupación menos, pero aún debían cumplir lo que había dicho el medio australiano y salir a comprobar si había alguna señal de la criatura que habían visto Pelusa y Eitne. Cuando se organizó la pequeña batida el norteño se unió al grupo de voluntarios, pero a pesar de los esfuerzos de todos no encontraron nada y regresaron al torreón sin novedades. Esto debería, tal vez, haber calmado los temores de los letarguinos, pero en realidad solo los avivó y, desde ese momento, un manto de inquietud se extendió sobre todos los habitantes del torreón.
Los días pasaban a pesar de la intranquilidad general, sin embargo, y cada uno se sobreponía a la situación como podía. Milo, imperturbable, no perdía su sonrisa en ningún momento y trataba de animar a sus compañeros siempre que se le presentaba la ocasión, demostrando un positivismo que en el fondo estaba lejos de sentir. Prefería verle el lado bueno a las cosas, sin embargo, e intentaba que los demás lo hicieran para que no se derrumbaron, usando todo lo que tenía en su mano con ese objetivo en mente. Hablaba con sus compañeros de temas triviales o sobre cosas de sus mundos, jugaba con los mas pequeños a lo que se les ocurría, se interesaba por los quehaceres diarios de los demás y, en general, hacía el payaso siempre que podía. Por las noches, además, se aseguraba de cerrar todas las ventanas antes de irse a la cama y, siempre que podía, intentaba ser el último en dormirse. No era mucho, pero poco más podía hacer dadas las circunstancias, y a con eso en mente enfrentaba el día a día.
Su rutina, a pesar de todo, cambió poco: entrenaba todas las mañanas por su cuenta poco después del amanecer, se daba un baño con agua fría para terminar de despertarse y, después de un desayuno abundante, se incorporaba a la vida del torreón con una sonrisa en la cara. Se apuntaba a las salidas siempre que se organizaban, ayudaba en las tareas de limpieza y, cuando tenía un rato libre, trasteaba en su ordenador tratando de recordar donde guardaba una u otra cosa. La relación con sus compañeros siguió mejorando poco a poco a raíz de las conversaciones que mantenía con ellos y mediante la convivencia. Cada uno era peculiar a su manera y con el tiempo el irrense les iba calando más y más. Le encantaba hacer a reír a Nime siempre que revoloteaba cerca, por ejemplo, y con Adru mantenía un tira y afloja continuo para que no la liara demasiado. Neil era un gran cocinero y el norteño alababa su talento culinario siempre que tenía ocasión. De Ain y Drake poco se había sabido últimamente, pero Hyung empezaba a salir de su cascarón e incluso intercambiaba unas cuantas frases con él de vez en cuando. Eitne era un buen chico y siempre estaba dispuesto a echar una mano en el torreón, al igual que Zobriel, pero al irrense le preocupaba que el pequeño daeliciano aún no hubiera puesto un pie en la calle desde su llegada a la ciudad. Pam se dedicaba a su trabajo de traducción con esmero y el hacker seguía sus progresos con atención, pero había preferido no ayudar (o molestar más bien) alegando que lo suyo era la programación. A Rena quería conocerla mejor, pero por alguna razón que se le escapaba aún no había mantenido una conversación profunda con su compatriota, y aquello era algo que el norteño intentaría solucionar lo antes posible. Rox era, posiblemente, la persona con la que más confianza tenía, pues al ser el único que estaba al tanto de su secreto se había convertido en una suerte de confidente para él y al irrense no le costaba demasiado demostrar positivismo cuando hablaban de cualquier cosa.
Milo intentaba no pensar demasiado en su mundo y en lo que podría estar haciendo allí por la causa antisistema si no hubiera sido cosechado, pero de vez en cuando empezaba a comerse la cabeza. Cuando esto sucedía trataba de convencerse de que lo que había averiguado en aquella ciudad les abriría los ojos sobre el gobierno a sus borregos compatriotas, pero solo eran intentos patéticos de justificar sus decisiones egoístas: era cierto que la cosechadora no le había dejado otra opción al centrar la atención pública sobre su persona, ¿pero que irrense no desea conocer Rocavarancolia si se le presenta la oportunidad? Milo se consideraba una persona realista, el tipo de persona que no tiene tiempo para soñar con magia, y siempre había creído y defendido que había cosas mucho mas importantes que una ciudad de leyenda; ahora, a pesar de como habían resultado las cosas, no estaba tan seguro de dichas afirmaciones, y su propia hipocresía le atormentaba cuando le daba vueltas al asunto.
El día que Adru anunció que iba a contarles una historia Milo se acomodó en una silla, cruzando las piernas estiradas y entrelazando los dedos detrás de la cabeza con actitud perezosa. La curiosidad brillaba en sus ojos, sin embargo, y la sinhadre tenía toda su atención cuando empezó el cuento.
—Esto promete... —murmuró para sí, disfrutando la brisa nocturna que entraba por la ventana abierta junto a la que se había sentado.
Los días pasaban a pesar de la intranquilidad general, sin embargo, y cada uno se sobreponía a la situación como podía. Milo, imperturbable, no perdía su sonrisa en ningún momento y trataba de animar a sus compañeros siempre que se le presentaba la ocasión, demostrando un positivismo que en el fondo estaba lejos de sentir. Prefería verle el lado bueno a las cosas, sin embargo, e intentaba que los demás lo hicieran para que no se derrumbaron, usando todo lo que tenía en su mano con ese objetivo en mente. Hablaba con sus compañeros de temas triviales o sobre cosas de sus mundos, jugaba con los mas pequeños a lo que se les ocurría, se interesaba por los quehaceres diarios de los demás y, en general, hacía el payaso siempre que podía. Por las noches, además, se aseguraba de cerrar todas las ventanas antes de irse a la cama y, siempre que podía, intentaba ser el último en dormirse. No era mucho, pero poco más podía hacer dadas las circunstancias, y a con eso en mente enfrentaba el día a día.
Su rutina, a pesar de todo, cambió poco: entrenaba todas las mañanas por su cuenta poco después del amanecer, se daba un baño con agua fría para terminar de despertarse y, después de un desayuno abundante, se incorporaba a la vida del torreón con una sonrisa en la cara. Se apuntaba a las salidas siempre que se organizaban, ayudaba en las tareas de limpieza y, cuando tenía un rato libre, trasteaba en su ordenador tratando de recordar donde guardaba una u otra cosa. La relación con sus compañeros siguió mejorando poco a poco a raíz de las conversaciones que mantenía con ellos y mediante la convivencia. Cada uno era peculiar a su manera y con el tiempo el irrense les iba calando más y más. Le encantaba hacer a reír a Nime siempre que revoloteaba cerca, por ejemplo, y con Adru mantenía un tira y afloja continuo para que no la liara demasiado. Neil era un gran cocinero y el norteño alababa su talento culinario siempre que tenía ocasión. De Ain y Drake poco se había sabido últimamente, pero Hyung empezaba a salir de su cascarón e incluso intercambiaba unas cuantas frases con él de vez en cuando. Eitne era un buen chico y siempre estaba dispuesto a echar una mano en el torreón, al igual que Zobriel, pero al irrense le preocupaba que el pequeño daeliciano aún no hubiera puesto un pie en la calle desde su llegada a la ciudad. Pam se dedicaba a su trabajo de traducción con esmero y el hacker seguía sus progresos con atención, pero había preferido no ayudar (o molestar más bien) alegando que lo suyo era la programación. A Rena quería conocerla mejor, pero por alguna razón que se le escapaba aún no había mantenido una conversación profunda con su compatriota, y aquello era algo que el norteño intentaría solucionar lo antes posible. Rox era, posiblemente, la persona con la que más confianza tenía, pues al ser el único que estaba al tanto de su secreto se había convertido en una suerte de confidente para él y al irrense no le costaba demasiado demostrar positivismo cuando hablaban de cualquier cosa.
Milo intentaba no pensar demasiado en su mundo y en lo que podría estar haciendo allí por la causa antisistema si no hubiera sido cosechado, pero de vez en cuando empezaba a comerse la cabeza. Cuando esto sucedía trataba de convencerse de que lo que había averiguado en aquella ciudad les abriría los ojos sobre el gobierno a sus borregos compatriotas, pero solo eran intentos patéticos de justificar sus decisiones egoístas: era cierto que la cosechadora no le había dejado otra opción al centrar la atención pública sobre su persona, ¿pero que irrense no desea conocer Rocavarancolia si se le presenta la oportunidad? Milo se consideraba una persona realista, el tipo de persona que no tiene tiempo para soñar con magia, y siempre había creído y defendido que había cosas mucho mas importantes que una ciudad de leyenda; ahora, a pesar de como habían resultado las cosas, no estaba tan seguro de dichas afirmaciones, y su propia hipocresía le atormentaba cuando le daba vueltas al asunto.
El día que Adru anunció que iba a contarles una historia Milo se acomodó en una silla, cruzando las piernas estiradas y entrelazando los dedos detrás de la cabeza con actitud perezosa. La curiosidad brillaba en sus ojos, sin embargo, y la sinhadre tenía toda su atención cuando empezó el cuento.
—Esto promete... —murmuró para sí, disfrutando la brisa nocturna que entraba por la ventana abierta junto a la que se había sentado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
18/08/16, 06:29 pm
Adrune sonrió complacida con su audiencia, que estaba compuesta por prácticamente todos los habitantes del torreón, y también ante la impaciencia de Nime.
—Empieza así: en los tiempos de mayor esplendor los cosechados se contaban por varias decenas y era difícil que un grupo de niños en particular destacase sobre los demás. Nuestros pequeños protagonistas, no obstante, lo lograron con mérito propio y esta es su historia —la sinhadre hizo una pausa dramática en la que se aclaró la garganta antes de continuar leyendo—. El torreón Margalar lo habían ocupado…
La edeel les relató las aventuras de un grupo de cosechados procedentes de distintos mundos sin especificar. El cuento se centró primero en cómo salieron airosos de varias situaciones peligrosas, como encuentros con bestias sedientas de sangre y una trampa mágica que habían activado después de defender sus provisiones ferozmente de los colaespinas (“¡eh, ese debe ser el verdadero nombre de los rataespines!), de la cual surgió una enorme planta carnívora.
>>Midrael, el más joven del grupo, pidió ayuda a sus compañeros al sentir como las fauces del vegetal se cerraban entorno a sus pequeñas piernas —la sinhadre hacía aspavientos con las manos y ponía caras acorde con lo que estaba leyendo. Sorprendentemente no había necesitado añadir detalles a la historia pues no era el tipo de cuento que se esperaba. Aun así ella estaba disfrutando de la lectura—. Pero no tuvo miedo en ningún momento, pues ya sabía que, tal y como sucedió a continuación, Larina repelería a la bestia con una bola de fuego certeramente conjurada hacia la mandíbula de la planta carnívora. Los cosechados, con Midrael de vuelta entre ellos, celebraron su victoria una vez más: ¡nada podría detenerlos!
Adrune hizo otra pausa tras alzar un brazo al exclamar la última frase, metida en su papel de narradora entusiasta.
—¡Tenemos que aprender a lanzar bolas de fuego! —dijo por todo comentario respecto a lo que acababa de leer. Las situaciones peligrosas y los monstruos que aparecían en el cuento no le habían perturbado en absoluto, ya que para ella solo se trataba de un cuento y, aunque ya habían visto cosas peligrosas en la ciudad, únicamente los colaespinas coincidían con lo que aparecía allí escrito. Y ni siquiera eran tan terribles. De hecho, aquel grupo de “valientes cosechados” le producía envidia porque parecían disponer de muchos hechizos y de armas que ellos no tenían.
—Empieza así: en los tiempos de mayor esplendor los cosechados se contaban por varias decenas y era difícil que un grupo de niños en particular destacase sobre los demás. Nuestros pequeños protagonistas, no obstante, lo lograron con mérito propio y esta es su historia —la sinhadre hizo una pausa dramática en la que se aclaró la garganta antes de continuar leyendo—. El torreón Margalar lo habían ocupado…
La edeel les relató las aventuras de un grupo de cosechados procedentes de distintos mundos sin especificar. El cuento se centró primero en cómo salieron airosos de varias situaciones peligrosas, como encuentros con bestias sedientas de sangre y una trampa mágica que habían activado después de defender sus provisiones ferozmente de los colaespinas (“¡eh, ese debe ser el verdadero nombre de los rataespines!), de la cual surgió una enorme planta carnívora.
>>Midrael, el más joven del grupo, pidió ayuda a sus compañeros al sentir como las fauces del vegetal se cerraban entorno a sus pequeñas piernas —la sinhadre hacía aspavientos con las manos y ponía caras acorde con lo que estaba leyendo. Sorprendentemente no había necesitado añadir detalles a la historia pues no era el tipo de cuento que se esperaba. Aun así ella estaba disfrutando de la lectura—. Pero no tuvo miedo en ningún momento, pues ya sabía que, tal y como sucedió a continuación, Larina repelería a la bestia con una bola de fuego certeramente conjurada hacia la mandíbula de la planta carnívora. Los cosechados, con Midrael de vuelta entre ellos, celebraron su victoria una vez más: ¡nada podría detenerlos!
Adrune hizo otra pausa tras alzar un brazo al exclamar la última frase, metida en su papel de narradora entusiasta.
—¡Tenemos que aprender a lanzar bolas de fuego! —dijo por todo comentario respecto a lo que acababa de leer. Las situaciones peligrosas y los monstruos que aparecían en el cuento no le habían perturbado en absoluto, ya que para ella solo se trataba de un cuento y, aunque ya habían visto cosas peligrosas en la ciudad, únicamente los colaespinas coincidían con lo que aparecía allí escrito. Y ni siquiera eran tan terribles. De hecho, aquel grupo de “valientes cosechados” le producía envidia porque parecían disponer de muchos hechizos y de armas que ellos no tenían.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
18/08/16, 09:31 pm
El cuento era un poco violento y no algo para contar a unos críos, pero Rena por alguna razon había esperado algo peor. Pudiero sacar algunos datos en claro: primero, al parecer las ''cosechas'' se habían reducido en número por alguna razón, y al parecer con ellas se habían ido los buenos materiales, pues muchoas de las cosas que se mencionaban en el cuento noestaban a su alcance.
-¡No es justo, yo quiero bolas de fuego también!- se quejó Rena.
Aparte de la magia, las armas del cuento también eran mejores. Podría ser que al ser un cuento habían querido decorarlo un poco, o podría tener que ver con el aspecto ruinoso y sucio de la ciudad. En algún momento de su historia esos edificios debieron estar enteros, era lógico. Rena se preguntaba qué había llevado a Rocavarancolia a tener el aspecto que tenía ahora. También se preguntaba si acabarían encontrándose con alguno de los monstruos o trampas que eran mencionados en el cuento. Si era así, y viendo la diferencia de recursos que tenían con respecto a los protagonistas, estaban bien jodidos.
-¡No es justo, yo quiero bolas de fuego también!- se quejó Rena.
Aparte de la magia, las armas del cuento también eran mejores. Podría ser que al ser un cuento habían querido decorarlo un poco, o podría tener que ver con el aspecto ruinoso y sucio de la ciudad. En algún momento de su historia esos edificios debieron estar enteros, era lógico. Rena se preguntaba qué había llevado a Rocavarancolia a tener el aspecto que tenía ahora. También se preguntaba si acabarían encontrándose con alguno de los monstruos o trampas que eran mencionados en el cuento. Si era así, y viendo la diferencia de recursos que tenían con respecto a los protagonistas, estaban bien jodidos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 12:38 am
Milo había pensado en un principio que el cuento iba a ir sobre un grupo de cosechados similar al suyo, pero las cosas que Adru describía en su relato distaban mucho de parecerse a la situación en la que estaban los letarguinos. Aquella ciudad que el irrense imaginaba estaba en mucho mejor estado que las ruinas que habitaban, los niños de la historia parecían bastante competentes a pesar de todos los problemas que se les presentaban y su equipamiento, que se intuía de las descripciones de la sinhadre, distaba bastante del arsenal que tenían en el torreón. Era la magia, sin embargo, lo que mas llamaba la atención de todos, pues sin duda tener acceso a ella les solucionaría en gran medida los problemas de su día a día.
—Pues yo me conformaría con poder calentar el agua del baño de una sola vez. —comentó con jocosidad en respuesta a las palabras de Adru y Rena, poniéndose derecho en la silla para escuchar mejor la siguiente parte de la historia.
Al norteño, como a su compatriota, también le había llamado la atención el elevado número de cosechados que en teoría llegaban a la ciudad todos los años. Era lógico pensar que aquel relato estaba ambientado en una época mucho más prospera para la ciudad, pero no dejaba de darle vueltas a la idea de que ellos eran muy pocos. Por lo que había dicho Adru había varios torreones en la ciudad y ellos no habían registrado a fondo el edificio en el que habían despertado. ¿Y si resultaba que, después de todo, no eran los únicos cosechados de aquel año? ¿Habría algún otro grupo por ahí fuera?
—Pues yo me conformaría con poder calentar el agua del baño de una sola vez. —comentó con jocosidad en respuesta a las palabras de Adru y Rena, poniéndose derecho en la silla para escuchar mejor la siguiente parte de la historia.
Al norteño, como a su compatriota, también le había llamado la atención el elevado número de cosechados que en teoría llegaban a la ciudad todos los años. Era lógico pensar que aquel relato estaba ambientado en una época mucho más prospera para la ciudad, pero no dejaba de darle vueltas a la idea de que ellos eran muy pocos. Por lo que había dicho Adru había varios torreones en la ciudad y ellos no habían registrado a fondo el edificio en el que habían despertado. ¿Y si resultaba que, después de todo, no eran los únicos cosechados de aquel año? ¿Habría algún otro grupo por ahí fuera?
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 04:47 am
Rox pudo permitirse destensarse en lo que el cuento cogió carrera. Para estar hablando sobre Rocavarancolia no era ni la mitad de agresivo de como esperaba que fuese, con lo que no tardó en verse inmerso en cada palabra que la sinhadre pronunciaba, estrujando la almohada con ambos brazos y piernas y relajando su peso en ella. Sus únicos comentarios eran algún que otro "wooah" y similares, o sonrisas de satisfacción que escondía tras la tela cada vez que los valientes cosechados salían airosos de una situación peligrosa. De todas formas, aquello no evitaba que tuviese la mosca tras la oreja con todos los cambios que era capaz de notar: los recursos, el número de cosechados, el estado de la ciudad... Lanzó un vistazo a la habitación, pensando en ambos torreones, buscando alguna similitud. El suyo estaba mucho más decrépito en comparación. Toda la ciudad lo estaba.
— Pues no sé, pero yo con que no nos muerda una planta... —rió y se apartó la almohada de la boca para poder hablar mejor, mirando con curiosidad a los demás—. ¿Creéis que podremos hacer magia algún día? Estos tíos nos dan mil vueltas, ¡pero seguro que en igualdad de condiciones les patearíamos el trasero!
Sonrió ampliamente antes de volver a parecer un koala, atenta a como continuase la historia. No quería interrumpir más de la cuenta con tal de conocer el final de la historia.
¿Cuál sería su premio por aguantar y sobrevivir a todo eso? La mente de la coreana divagó: Tesoros, magia, un portal hacia la ciudad que realmente les habían prometido...
— Pues no sé, pero yo con que no nos muerda una planta... —rió y se apartó la almohada de la boca para poder hablar mejor, mirando con curiosidad a los demás—. ¿Creéis que podremos hacer magia algún día? Estos tíos nos dan mil vueltas, ¡pero seguro que en igualdad de condiciones les patearíamos el trasero!
Sonrió ampliamente antes de volver a parecer un koala, atenta a como continuase la historia. No quería interrumpir más de la cuenta con tal de conocer el final de la historia.
¿Cuál sería su premio por aguantar y sobrevivir a todo eso? La mente de la coreana divagó: Tesoros, magia, un portal hacia la ciudad que realmente les habían prometido...
- ♪♫♬:
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 12:33 pm
Al empezar el cuento Nime tuvo una buena impresión. Hablaba del esplendor de Rocavarancolia, y ni siquiera se planteó si tenía coherencia con lo que podía ver si se asomaba a la ventana. Tratase o no sobre Rocavarancolia, narraba cómo un grupo de niños igual que ellos salía victorioso de todos los obstáculos que encontraban y, aunque solo fuese un cuento, le dio confianza. Tal como los protagonistas del cuento, ellos también eran fuertes, quería convencerse de ello. Y, cuando se mencionó la magia, estuvo totalmente de acuerdo con el comentario de Adru. No solo ignoró el hecho de que no diesen trazas de poder hacer tales hazañas, sino que tenía fe en que en algún momento pudieran llegar a hacerlas. No sin dudar un poco en el fondo. ¿No era aquella una ciudad de magia y misterios?
—¡Pues claro que sí! —intervino Nime después de Rox—. Cuando aprendamos todas esas cosas se van a enterar todos los bichos de la ciudad.
Para dar énfasis a su afirmación se golpeó una mano con el otro puño. Con aquel gesto se le resbaló la manta y necesitó volver a arrebujarse en ella. Estaba deseando que Adru continuase la historia.
—¡Pues claro que sí! —intervino Nime después de Rox—. Cuando aprendamos todas esas cosas se van a enterar todos los bichos de la ciudad.
Para dar énfasis a su afirmación se golpeó una mano con el otro puño. Con aquel gesto se le resbaló la manta y necesitó volver a arrebujarse en ella. Estaba deseando que Adru continuase la historia.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 06:55 pm
Cuando vio a la gente entrar en el cuarto, inicialmente Pam les miro confundida, hasta que recordó que Adru dijo que leería esa noche uno de los cuentos del libro que encontraron. La mona del queso se planteo en irse al estudio porque su cabeza ya estaba demasiado llena con todo lo del pergamino, pero decidido que un cuento le despejaría, y tal vez incluso aprendería un poco mas de aquella ciudad.
Así que allí estaba, sentada en su cama algo alejada del centro del grupo escuchando con expectación. El cuento trataba de gente como ellos, mas gente al parecer en una ciudad con mas vida que aquella, con monstruos que sobrepasaban a lo patos patizambos y a los que ahora sabía se llamaban colaespinas, donde la magia estaba al alcance. Un cuento que poco o nada tenía de ser uno apto para contar antes de dormir. Pero Pam escucho con ojos muy abiertos cada palabra de Adru, casi al borde de su cama. ¿Podría haber mas gente que ellos allí afuera? Era una posibilidad, aunque no le interesase especialmente saberlo << ¿Como consiguieron la magia? >> pensó frustrada ante aquella mención de tal importancia y de lo fácil que parecía en aquel cuento el obtenerla. << Es solo un cuento, por la suerte, ni siquiera debe contar algo real >> se recordó Pam, los cuentos se engalanaba, era algo que todo el mundo sabía.
Aun así le fastidiaba un poco, que para ella el descubrir el contenido de una simple hoja de pergamino que podría contener algo mágico, estaba costandole horas de estrés, cuando a esos niños del libro con decir unas pocas palabras, creaban bolas de fuego. << ¿Hechizo? ¿Unas pocas palabras? Estoy bastante segura que eso es lo que hay en el pergamino...magia, pero no consigo identificar las palabras faltantes para usarla o su efecto >> la mente de Pam se distancio de la historia del cuento por un segundo, volviendo de forma insistente a lo que llevaba días trabajando. Estaba ahí, obvio y claro, pero había un parte que no le encontraba sentido para transcribirla y no le dejaba avanzar, lo único que sabía es que se trataba de algo útil para el día a día en aquella ciudad...y eso podía ser muchas cosas, cuando les faltaba de todo.
Si Pam hubiese tenido pelo se lo habría alborotado con impaciencia, escuchando como un zumbido los comentarios de sus compañeros respecto al cuento y que solo enviaban mas datos a su mente, confundiendola. Bola de fuego...bolas de fuego...¿fuego? no, no, ella había conseguido traducir la palabra calor, si no estaba equivocada, ¿seria eso? ¿tendría el hechizo del libro? << Pero es tonto poner calor como una forma de identificarlo, ¡obvio que el fuego va a dar calor! >> Pam cogió la almohada con el ceño fruncido, incapaz de prestar la atención que quería en el cuento por culpa de aquello, quería desquitarse o mejor, notar lo que le faltaba.
Estaba dándole golpecitos a la almohada maldiciendo a todo y a la buena suerte que le había abandonado, cuando unas palabras dichas por Milo, le sentaron como un golpe a sus neuronas agotadas. La mona del queso levanto la vista de la almohada despacio, con los ojos muy abiertos, para clavarlos en el irrense.
-¡Eso es! -exclamó Pam interrumpiendo momentáneamente el cuento, apuntando con un dedo al irrense, con un amago de sonrisa queriendo tomar lugar en su usual seria expresión. Acababa de encontrar una de las estúpidas claves que le faltaba. El que Milo le hubiera dado la pista final, era lo de menos.
Así que allí estaba, sentada en su cama algo alejada del centro del grupo escuchando con expectación. El cuento trataba de gente como ellos, mas gente al parecer en una ciudad con mas vida que aquella, con monstruos que sobrepasaban a lo patos patizambos y a los que ahora sabía se llamaban colaespinas, donde la magia estaba al alcance. Un cuento que poco o nada tenía de ser uno apto para contar antes de dormir. Pero Pam escucho con ojos muy abiertos cada palabra de Adru, casi al borde de su cama. ¿Podría haber mas gente que ellos allí afuera? Era una posibilidad, aunque no le interesase especialmente saberlo << ¿Como consiguieron la magia? >> pensó frustrada ante aquella mención de tal importancia y de lo fácil que parecía en aquel cuento el obtenerla. << Es solo un cuento, por la suerte, ni siquiera debe contar algo real >> se recordó Pam, los cuentos se engalanaba, era algo que todo el mundo sabía.
Aun así le fastidiaba un poco, que para ella el descubrir el contenido de una simple hoja de pergamino que podría contener algo mágico, estaba costandole horas de estrés, cuando a esos niños del libro con decir unas pocas palabras, creaban bolas de fuego. << ¿Hechizo? ¿Unas pocas palabras? Estoy bastante segura que eso es lo que hay en el pergamino...magia, pero no consigo identificar las palabras faltantes para usarla o su efecto >> la mente de Pam se distancio de la historia del cuento por un segundo, volviendo de forma insistente a lo que llevaba días trabajando. Estaba ahí, obvio y claro, pero había un parte que no le encontraba sentido para transcribirla y no le dejaba avanzar, lo único que sabía es que se trataba de algo útil para el día a día en aquella ciudad...y eso podía ser muchas cosas, cuando les faltaba de todo.
Si Pam hubiese tenido pelo se lo habría alborotado con impaciencia, escuchando como un zumbido los comentarios de sus compañeros respecto al cuento y que solo enviaban mas datos a su mente, confundiendola. Bola de fuego...bolas de fuego...¿fuego? no, no, ella había conseguido traducir la palabra calor, si no estaba equivocada, ¿seria eso? ¿tendría el hechizo del libro? << Pero es tonto poner calor como una forma de identificarlo, ¡obvio que el fuego va a dar calor! >> Pam cogió la almohada con el ceño fruncido, incapaz de prestar la atención que quería en el cuento por culpa de aquello, quería desquitarse o mejor, notar lo que le faltaba.
Estaba dándole golpecitos a la almohada maldiciendo a todo y a la buena suerte que le había abandonado, cuando unas palabras dichas por Milo, le sentaron como un golpe a sus neuronas agotadas. La mona del queso levanto la vista de la almohada despacio, con los ojos muy abiertos, para clavarlos en el irrense.
-¡Eso es! -exclamó Pam interrumpiendo momentáneamente el cuento, apuntando con un dedo al irrense, con un amago de sonrisa queriendo tomar lugar en su usual seria expresión. Acababa de encontrar una de las estúpidas claves que le faltaba. El que Milo le hubiera dado la pista final, era lo de menos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Manasard
Ficha de cosechado
Nombre: Ain
Especie: Humano
Habilidades: Nociones de Lucha, Planificación, Rapidez Mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 11:19 pm
El cuento empezó con todos reunidos en torno a Adru, la expectación se notaba en el aire, aunque más cerca de algunos que de otros Ain por su parte empezó a escucharlo con una sonrisa en la cara, un momento así les venía bien a todos. El cuanto confirmó parte de sus sospechas, no eran los primeros cosechados aunque por lo visto en la época que se escribió el libro eran mucho más numerosos y estaban en mejores condiciones de las que se encontraban en aquellos momentos. <<Decenas de cosechados… ahora somos apenas poco más de diez…>>
Según avanzaba el cuento más se iba dando cuenta de lo poco preparados que estaban para aquella ciudad, casi ninguna de las criaturas que describía el cuento se las habían encontrado, y Ain no creía que si lo hacían sobrevivieran. Cuando la cuentacuentos llego a la parte de la planta y como heroicamente se habían salvado lanzando una bola de fuego algo se iluminó en Ain. <<¡Así que si existe ese tipo de magia! no esperaba que fuese posible… aunque visto lo visto.>> esto último lo pensó echando un vistazo alrededor, era verdad que estaban en Rocavarancolia, un mundo solo soñado, quizás soñar con magia estaba dejando de ser descabellado.
Tras acabar esta parte del relato todos parecían deseosos de lanzar bolas de fuego, aunque algunos se conformaban con calentar cosas, eso hizo gracia a Ain que vio donde estaban las prioridades de cada uno, pero en lo que si estaban de acuerdo es que los cosechados del cuento estaban mejor preparados. Mientras la conversación seguía se oyó el grito de Pam por encima de los demás mientras señalaba a Milo. El cual, según había escuchado Ain quería bañarse, aunque el hecho de no haber escuchado bien lo que decía en irrense llevó a que preguntase extrañado - ¿Quieres darte un baño?- <<Vale creo que no era eso. No, no tiene pinta... entonces…>> -¿¡Tiene que ver con el pergamino!?- esta vez pregunto con más entusiasmo, el hecho de que estuviesen hablando de magia y que la mona saltase así de repente tenía que estar relacionado. Lo que hizo que la curiosidad de Ain se disparase hasta las nubes.
Según avanzaba el cuento más se iba dando cuenta de lo poco preparados que estaban para aquella ciudad, casi ninguna de las criaturas que describía el cuento se las habían encontrado, y Ain no creía que si lo hacían sobrevivieran. Cuando la cuentacuentos llego a la parte de la planta y como heroicamente se habían salvado lanzando una bola de fuego algo se iluminó en Ain. <<¡Así que si existe ese tipo de magia! no esperaba que fuese posible… aunque visto lo visto.>> esto último lo pensó echando un vistazo alrededor, era verdad que estaban en Rocavarancolia, un mundo solo soñado, quizás soñar con magia estaba dejando de ser descabellado.
Tras acabar esta parte del relato todos parecían deseosos de lanzar bolas de fuego, aunque algunos se conformaban con calentar cosas, eso hizo gracia a Ain que vio donde estaban las prioridades de cada uno, pero en lo que si estaban de acuerdo es que los cosechados del cuento estaban mejor preparados. Mientras la conversación seguía se oyó el grito de Pam por encima de los demás mientras señalaba a Milo. El cual, según había escuchado Ain quería bañarse, aunque el hecho de no haber escuchado bien lo que decía en irrense llevó a que preguntase extrañado - ¿Quieres darte un baño?- <<Vale creo que no era eso. No, no tiene pinta... entonces…>> -¿¡Tiene que ver con el pergamino!?- esta vez pregunto con más entusiasmo, el hecho de que estuviesen hablando de magia y que la mona saltase así de repente tenía que estar relacionado. Lo que hizo que la curiosidad de Ain se disparase hasta las nubes.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/08/16, 11:43 pm
Pam no cabía en si de gozo, era como si todo en su cabeza se despejara, haciéndole sentir momentáneamente estúpido por no haber caído antes en aquello. << Llevo tantos días dándole vueltas que se me ha bloqueado totalmente la mente, es solo eso >> pensó Pam, viendo a Ain cuando le pregunto tamaña tontería. Por suerte el humano se corrigió con otra pregunta mas acertada, antes de que Pam hiciera gala de todo su sarcasmo.
-Si, si, si...estoy muy segura de que hay un hechizo ahí escrito -rápidamente, un tinte de emoción en su suave voz por primera vez en toda su estancia- Y que tiene que ver con la temperatura, es bastante probable que si lo traduzco podamos calentar las cosas, seria tipo...como decir palabras magias...y saldría en plan 'puf' ¿me entendéis? ¡Igual que esa bola de fuego del libro! -aseguro la mona del queso con convicción, haciendo aspavientos con las manos como si tratara con puros niños, ansiosa. Ya quería que fuese de día para seguir con aquel pergamino. Era magia, quería hacer magia, necesitaba continuar con eso a la mañana siguiente en cuanto pudiera.
Por fin su trabajo iba a dar frutos.
-Si, si, si...estoy muy segura de que hay un hechizo ahí escrito -rápidamente, un tinte de emoción en su suave voz por primera vez en toda su estancia- Y que tiene que ver con la temperatura, es bastante probable que si lo traduzco podamos calentar las cosas, seria tipo...como decir palabras magias...y saldría en plan 'puf' ¿me entendéis? ¡Igual que esa bola de fuego del libro! -aseguro la mona del queso con convicción, haciendo aspavientos con las manos como si tratara con puros niños, ansiosa. Ya quería que fuese de día para seguir con aquel pergamino. Era magia, quería hacer magia, necesitaba continuar con eso a la mañana siguiente en cuanto pudiera.
Por fin su trabajo iba a dar frutos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
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Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/08/16, 12:30 am
El cuento resultó entretenido. Cada vez se acercó más al grupo para prestar mejor atención. Después de tantos días sin televisión ni realmente nada que hacer fue agradable, y permitio a Hyung a sentirse más unido con los demás. Dio gracias a que los monstruos resultaran más amenazadores que tetricos. Desde luego no querría cruzarselos, pero al menos podría pegar ojo esa noche. La interrupción para tratar el tema de la magia le resulto hasta molesta, descubriendose más intrigado por el cuento de lo que creía.
Derrepente la mona del queso empezó a unir frases sin sentido. La pregunta de Ain le pillo desprevenido; no había participado mucho las últimas semanas y Hyung no se había atrevido a acercarse por malas pasadas experiencias con otros humanos de parecida forma física. Además lo que el otro humano había planteado desvió su atención del cuento <<El pergamino...>>. La respuesta de Pam lo confirmó, pero el coreano no pudo evitar mantenerse escéptico al respecto.
- Quizas Eitne, en cuyo planeta existe la magia, puede utilizar hechizos, pero para los que nunca la hemos conocido... Lo más probable es que no podamos hacer nada con ese "hechizo"-. Su tono era casi molesto. Algo dentro de él le obligaba a dificultar la ilusión ajena, y en parte propia. Era un sentimiento que le avergonzaba, pero nunca lo paraba. De cualquier manera se arrepintio un poco de lo que había dicho y con cierta timidez añadió:
-B-bueno ¿Podemos seguir con el cuento?
Derrepente la mona del queso empezó a unir frases sin sentido. La pregunta de Ain le pillo desprevenido; no había participado mucho las últimas semanas y Hyung no se había atrevido a acercarse por malas pasadas experiencias con otros humanos de parecida forma física. Además lo que el otro humano había planteado desvió su atención del cuento <<El pergamino...>>. La respuesta de Pam lo confirmó, pero el coreano no pudo evitar mantenerse escéptico al respecto.
- Quizas Eitne, en cuyo planeta existe la magia, puede utilizar hechizos, pero para los que nunca la hemos conocido... Lo más probable es que no podamos hacer nada con ese "hechizo"-. Su tono era casi molesto. Algo dentro de él le obligaba a dificultar la ilusión ajena, y en parte propia. Era un sentimiento que le avergonzaba, pero nunca lo paraba. De cualquier manera se arrepintio un poco de lo que había dicho y con cierta timidez añadió:
-B-bueno ¿Podemos seguir con el cuento?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/08/16, 02:11 am
El miedo inicial al escuchar el titulo del cuento desapareció: Eitne estaba disfrutando tanto con las aventuras de los cosechados, que siempre lograban lo que se proponían, que no se paró a pensar en lo altamente probable que era que todo fuera real. El daeliciano estaba logrando evadirse de tantas y tantas cosas que le aterraban durante aquel momento y se dedicó exclusivamente a suspirar de asombro y animar de vez en cuando a los protagonistas de aquel cuento.
Los ojos le brillaban de emoción en el momento que paró el cuento y sus compañeros se pusieron a hablar.
—¡P-p-pam! Ese hechizo es real! —exclamó sorprendido. ¿De verdad tenían a mano magia y la podrían usar? Su abuela jamás le había dejado—. ¡Y las bolas de fuego también! Mi yaya las usa para quemar hierba mala y para hacer fuegos artificiales.
Estaba tan contento que palmeaba sin querer sus rodillas con las manos. ¡Pam estaba descifrando magia! Y el cuento les acababa de dar a entender que podrían usarla para protegerse. Eitne lanzó una mirada a la ventana por la que había visto hace días a aquel ser grotesco y, durante un solo segundo, creyó que podrían sobrevivir cualquier mal. Como los niños del cuento.
Los ojos le brillaban de emoción en el momento que paró el cuento y sus compañeros se pusieron a hablar.
—¡P-p-pam! Ese hechizo es real! —exclamó sorprendido. ¿De verdad tenían a mano magia y la podrían usar? Su abuela jamás le había dejado—. ¡Y las bolas de fuego también! Mi yaya las usa para quemar hierba mala y para hacer fuegos artificiales.
Estaba tan contento que palmeaba sin querer sus rodillas con las manos. ¡Pam estaba descifrando magia! Y el cuento les acababa de dar a entender que podrían usarla para protegerse. Eitne lanzó una mirada a la ventana por la que había visto hace días a aquel ser grotesco y, durante un solo segundo, creyó que podrían sobrevivir cualquier mal. Como los niños del cuento.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/08/16, 02:06 pm
Cuando por fin llegaron a Letargo la cara de Drusar se convirtió en una mueca de alivio al verse a salvo. No sabía que clase de bestia habitaba en aquella casa, aunque tampoco estaba dispuesto a averiguarlo. Lo único que le importaba al lagarto de momento eran sus doloridos pies, que aunque no los estaba apoyando en el suelo dolían a rabiar. Suerte que Rena era bastante fuerte para cargar con él todo el camino, incluso con esa sed.
El asreniano suspiró de alivio cuando estuvieron en el interior, saludando al resto de compañeros con la mano y arrepintiéndose de no haberse quedado con ellos. Cuando la irrense le soltó en el sofá de malas formas no pudo reprimir un pequeño “¡Ay!” cuando sus heridas chocaron en el suelo. Lo que necesitaba en ese momento era calor, como dijo Pam. Asi que agradeció que Zobriel bajara unas cuantas mantas, sintiéndose un poco mejor.
Más tarde empezó la fiesta de Eitne, y Drusar se levantó del sofá cojeando pero con evidente recuperación para sentarse con el resto en la mesa. Aunque ya le habían explicado el concepto de cumpleaños aún no sabía como se llevaba a cabo, decidiendo observar esa costumbre que tenían todos menos él y pensando en lo que le quedaba por aprender de cada uno.
Por lo visto los sintomas de Rox y Rena no consistían solo en una sed insaciable, además empezaron a tener fiebre, algo preocupante ya que no sabían qué efectos podría tener. Ya entrada la noche el asreniano decidió acostarse, el día había sido largo, dificil y no tenía intención de alargarlo más. Con paso lento pero continuo subió las escaleras para dejarse caer en su cama con gusto. El lagarto azul no tardó en quedarse dormido para soñar con frios intensos, rugidos en la noche y pinguinos.
Sin embargo la pesadilla no duró mucho, ya que la mona del queso les desperto con su grito. Y mirando al resto con incredulidad les siguió preguntándose si las bestias de afuera podían entrar de alguna forma. La descripción de Pam no ayudaba mucho, pero en esa ciudad algo pálido podía ser cualquier cosa peligrosa.
Cuando se hizo de día algunos decidieron buscar a la criatura, por parte de él no estaba dispuesto a salir en bastante tiempo. No estaba dispuesto a encontrar un bicho que trepaba o bien volaba para espiar a cosechados.
Los dias pasaron de largo igual que sus heridas, y aunque aún no estaba en plena forma se encontraba bastante bien. La expedición le había servido para algo, tenían que tener mucho cuidado no solo de sus vecinos horripilantes, sino también de dónde entraban o qué abrían. No todo lo peligroso aparentaba serlo.
El asreniano, decidido a no salir aún de exploración ayudó todo lo que pudo en cuanto a tareas domésticas se trataba. Al fin y al cabo era lo que mejor hacía y de lo que se encargaba en su mundo.
La noche en la que Adru les iba a relatar el cuento el lagarto se encontraba en la azotea, contemplando el amargo y triste color del cielo comparado con el de su mundo. <<¡Lo que daría para ver Nassandra desde aquí!>>. Justo cuando Eitne empezaba a hablar el lagarto se asomó por la puerta que iba en busca de un vaso de agua. -Hola.- Les saludó mientras acariciaba el pomo de la puerta.-¿Tu yaya nunca te enseño esos hechizos? Aquí nos vendría muy bien.-
El asreniano suspiró de alivio cuando estuvieron en el interior, saludando al resto de compañeros con la mano y arrepintiéndose de no haberse quedado con ellos. Cuando la irrense le soltó en el sofá de malas formas no pudo reprimir un pequeño “¡Ay!” cuando sus heridas chocaron en el suelo. Lo que necesitaba en ese momento era calor, como dijo Pam. Asi que agradeció que Zobriel bajara unas cuantas mantas, sintiéndose un poco mejor.
Más tarde empezó la fiesta de Eitne, y Drusar se levantó del sofá cojeando pero con evidente recuperación para sentarse con el resto en la mesa. Aunque ya le habían explicado el concepto de cumpleaños aún no sabía como se llevaba a cabo, decidiendo observar esa costumbre que tenían todos menos él y pensando en lo que le quedaba por aprender de cada uno.
Por lo visto los sintomas de Rox y Rena no consistían solo en una sed insaciable, además empezaron a tener fiebre, algo preocupante ya que no sabían qué efectos podría tener. Ya entrada la noche el asreniano decidió acostarse, el día había sido largo, dificil y no tenía intención de alargarlo más. Con paso lento pero continuo subió las escaleras para dejarse caer en su cama con gusto. El lagarto azul no tardó en quedarse dormido para soñar con frios intensos, rugidos en la noche y pinguinos.
Sin embargo la pesadilla no duró mucho, ya que la mona del queso les desperto con su grito. Y mirando al resto con incredulidad les siguió preguntándose si las bestias de afuera podían entrar de alguna forma. La descripción de Pam no ayudaba mucho, pero en esa ciudad algo pálido podía ser cualquier cosa peligrosa.
Cuando se hizo de día algunos decidieron buscar a la criatura, por parte de él no estaba dispuesto a salir en bastante tiempo. No estaba dispuesto a encontrar un bicho que trepaba o bien volaba para espiar a cosechados.
Los dias pasaron de largo igual que sus heridas, y aunque aún no estaba en plena forma se encontraba bastante bien. La expedición le había servido para algo, tenían que tener mucho cuidado no solo de sus vecinos horripilantes, sino también de dónde entraban o qué abrían. No todo lo peligroso aparentaba serlo.
El asreniano, decidido a no salir aún de exploración ayudó todo lo que pudo en cuanto a tareas domésticas se trataba. Al fin y al cabo era lo que mejor hacía y de lo que se encargaba en su mundo.
La noche en la que Adru les iba a relatar el cuento el lagarto se encontraba en la azotea, contemplando el amargo y triste color del cielo comparado con el de su mundo. <<¡Lo que daría para ver Nassandra desde aquí!>>. Justo cuando Eitne empezaba a hablar el lagarto se asomó por la puerta que iba en busca de un vaso de agua. -Hola.- Les saludó mientras acariciaba el pomo de la puerta.-¿Tu yaya nunca te enseño esos hechizos? Aquí nos vendría muy bien.-
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
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Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/08/16, 04:39 pm
La satisfacción conseguida por descubrir el secreto del pergamino, aquella alegría repentina ante la confirmación de Eitne de que era un hechizo real; explotó en cientos de partículas frente a sus ojos antes las palabras de mal agüero de Hyung.
Pam se paralizo, igual que si la hubieran apagado. No había pensando en la posibilidad de no ser apta para la magia y aquel imbécil venia a recordarselo, sin permitirle ni diez minutos de disfrutar de su triunfo, de la alegría de que pronto la magia estaría al alcance de sus pequeños dedos, vibrando. ¿Era de verdad necesario esa negatividad cuando por fin ocurría algo bueno? Lo odiaba, Pam empezaba a despreciar al humano con todo su pequeño cuerpo. Porque con esas palabras, parecía querer robarle la primera chispa de ilusión y alegría que había tenido en su vida, con sus condenadas palabras que atraían el infortunio sobre ellos.
Ella podría, era apta para ello incluso aunque en su mundo no se mostrase la magia como en el de Eitne. Pero que le hiciera dudar de esa forma, casi colocándoles un mal de ojo, le molestaba.
-¿No podrías callarte y dejar de atraer la mala suerte? -murmuró Pam con los dientes apretados y el ceño fruncido. No esperaba una respuesta, no la quería tampoco, quería total silencio proveniente de el, a poder ser, para siempre. Las palabras tenían cierto poder, Pam lo sabía bien, no solo los dados, cartas y otros juegos podrían atraer la buena y mala suerte sobre alguien, las palabras también podían hacerlo. La negatividad, las inseguridades...todo eso podía atraerla; y ese humano, era como una enorme nube de sentimientos negativos.
<< Si por tus malos presagios, esto me afecta, me las pagaras. No jodas chafando la ilusiones de la única que puede traduciros, maldito 21* de las narices >> pensó Pam frustrada y con ganas de patearle. Su buen humor por el descubrimiento que le permitía avanzar en su traducción, medio esfumado por su culpa.
Con el ceño fruncido y evitando ya verle porque seguro que no podría contener su lengua, escucho la puerta viendo entrar a Drusar, con una pregunta que hizo que Pam rodara los ojos, exasperada, ya un tanto hastiada de antes, aquello era ya la guinda para su corta paciencia. << Por la suerte, regalale un cerebro >>
-No iba a servir de mucho, no recuerda su idioma -puntualizo mas para si que para este, como si fuese evidente, apoyando la barbilla sobre la palma de su mano. Se acabo, quería que Adru terminara de contar el cuento para distraerse y con suerte, patearles el culo a todo aquel que no durmiera allí, fuera de su habitación. Entre la poca masa gris y el mal agüero, iban a terminar con su paciencia.
>>-¿Seguimos?- pidió, prefería solo escuchar el cuento, que al menos estaba segura con este no iba a empeorar su latente mal genio.
*tocapelotas
Pam se paralizo, igual que si la hubieran apagado. No había pensando en la posibilidad de no ser apta para la magia y aquel imbécil venia a recordarselo, sin permitirle ni diez minutos de disfrutar de su triunfo, de la alegría de que pronto la magia estaría al alcance de sus pequeños dedos, vibrando. ¿Era de verdad necesario esa negatividad cuando por fin ocurría algo bueno? Lo odiaba, Pam empezaba a despreciar al humano con todo su pequeño cuerpo. Porque con esas palabras, parecía querer robarle la primera chispa de ilusión y alegría que había tenido en su vida, con sus condenadas palabras que atraían el infortunio sobre ellos.
Ella podría, era apta para ello incluso aunque en su mundo no se mostrase la magia como en el de Eitne. Pero que le hiciera dudar de esa forma, casi colocándoles un mal de ojo, le molestaba.
-¿No podrías callarte y dejar de atraer la mala suerte? -murmuró Pam con los dientes apretados y el ceño fruncido. No esperaba una respuesta, no la quería tampoco, quería total silencio proveniente de el, a poder ser, para siempre. Las palabras tenían cierto poder, Pam lo sabía bien, no solo los dados, cartas y otros juegos podrían atraer la buena y mala suerte sobre alguien, las palabras también podían hacerlo. La negatividad, las inseguridades...todo eso podía atraerla; y ese humano, era como una enorme nube de sentimientos negativos.
<< Si por tus malos presagios, esto me afecta, me las pagaras. No jodas chafando la ilusiones de la única que puede traduciros, maldito 21* de las narices >> pensó Pam frustrada y con ganas de patearle. Su buen humor por el descubrimiento que le permitía avanzar en su traducción, medio esfumado por su culpa.
Con el ceño fruncido y evitando ya verle porque seguro que no podría contener su lengua, escucho la puerta viendo entrar a Drusar, con una pregunta que hizo que Pam rodara los ojos, exasperada, ya un tanto hastiada de antes, aquello era ya la guinda para su corta paciencia. << Por la suerte, regalale un cerebro >>
-No iba a servir de mucho, no recuerda su idioma -puntualizo mas para si que para este, como si fuese evidente, apoyando la barbilla sobre la palma de su mano. Se acabo, quería que Adru terminara de contar el cuento para distraerse y con suerte, patearles el culo a todo aquel que no durmiera allí, fuera de su habitación. Entre la poca masa gris y el mal agüero, iban a terminar con su paciencia.
>>-¿Seguimos?- pidió, prefería solo escuchar el cuento, que al menos estaba segura con este no iba a empeorar su latente mal genio.
*tocapelotas
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/08/16, 08:48 pm
La gloria de días pasados. El cuento era en muchos sentidos mejor de lo que hubiese podido esperar Zobriel. La magia, los elegidos forjándose un lugar dentro de la ciudad. Era todo lo que le habían inculcado de pequeño y su instinto por querer ser digno hacia que todo fuera doblemente esperanzador. En especial cuando Pam menciono que tenían un hechizo tan cerca de sus manos. A pesar de la intervención de Hyung y aquella tensión con la mona del queso, Zob estaba disfrutando el cuento y la noche. <<Pero claro que tendremos magia, ¡nos eligieron por algo después de todo! >> pensó el nublino, y se quedó con la mano a medio levantar. Estuvo a punto de intervenir pero la aparición de Drusar lo hizo reconsiderar. El mal humor de Pam bien se podía cortar con un cuchillo, y gracias a la Luna, no había cuchillos ahí.
El nublino era un poco mayor que algunos de sus compañeros, pero seguía siendo considerablemente más tímido que los demás en general. Así que se acomodó y se quedó callado en su sitio esperando que nadie lo haya notado dudar. No se metería en esa discusión. << Además >> - dijo la parte medianamente mas madura de su cerebro - << Como elegidos de sus mundos, deben mostrar ser dignos y tener determinación, aunque no tengamos magia aun. Así es >>
Y esa excusa y un asentimiento de cabeza para si mismo, le basto para seguir atento al relato sin preocuparse de los enojos ajenos. Tal vez mas adelante podría conversar con Pam o con Eitne. Y definitivamente podrían planear algo mejor que los chicos de la historia.
El nublino era un poco mayor que algunos de sus compañeros, pero seguía siendo considerablemente más tímido que los demás en general. Así que se acomodó y se quedó callado en su sitio esperando que nadie lo haya notado dudar. No se metería en esa discusión. << Además >> - dijo la parte medianamente mas madura de su cerebro - << Como elegidos de sus mundos, deben mostrar ser dignos y tener determinación, aunque no tengamos magia aun. Así es >>
Y esa excusa y un asentimiento de cabeza para si mismo, le basto para seguir atento al relato sin preocuparse de los enojos ajenos. Tal vez mas adelante podría conversar con Pam o con Eitne. Y definitivamente podrían planear algo mejor que los chicos de la historia.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
23/08/16, 06:56 pm
A medida que el cuento iba avanzando, Neil ponía cada vez más esfuerzos en evitar que lo que su edeel describía le afectara. Miedoso como era, le resultaba difícil pensar en aquella historia como irreal y ficticia, sin poder evitar pensar que ellos podían encontrarse con los mismos peligros y no salir tan bien parados como los niños del cuento. El sinhadre se acurrucó más bajo la manta buscando una falsa protección ahí que sabía no habría.
Y, a pesar de todo el miedo, no pudo evitar que una chispita de ilusión se encendiera en su mirada cuando empezaron a hablar de magia y la posibilidad de hacerla. Neil era consciente de que la magia podía ser peligrosa, como las mismas bolas de fuego de las que hablaba el cuento, y en cierta manera le asustaba ese poder que podía volverse incontrolable, pero su también podía ser maravillosa. Neil, con una emoción infantil floreciendo en él pensó que sería genial poder calentar el agua de la bañera y enfriar sus postres con solo chasquear los dedos y que existían mil juegos a los que podría jugar con Adru sin miedo a hacerse daño o lastimar a alguien.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
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