Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/08/16, 02:35 pm
Eitne se giró al escuchar a Zob y le dedicó una sonrisa mientras seguía fregando, acompañada de un asentimiento de cabeza y un "Vale" tartamudo tras la oferta del nublino. En el pueblo se fomentaba el trabajo en equipo y estaba acostumbrado a trabajar a varias manos.
—L-Lo siento, ¿está mal bailar ahora? —Eitne no lo sabía. Para él bailar solo estaba mal cuando no querías. Y aunque era raro bailar en determinadas circunstancias, sabía de gente a la que hacerlo le relajaba o le ayudaba a desestresarse y cosas por el estilo. Probablemente existiera algun decoro parecido en su pueblo, situaciones en las que bailar no fuera correcto, pero no había llegado a experimentarlas. Como fuera, el daeliciano paró en seco y añadió—. Puedes bailar con nosotros cuando las cosas estén mejor —si en algún momento estuvieran mejor.
>>N-no pasa nada —Eitne le quitó todo el peso al asunto y lo decía completamente convencido, aunque en aquel momento su tono sonara algo afectado. Venían de mundos distintos y no quería bailar si aquello significaba una falta del respeto en aquel momento para los enfermos—. ¿Me ayudas a ir secando? —le tendió un plato a Zobriel en cuanto acabó de hacer lo que le había traído a la cocina —. Hemos manchado mucho hoy —le explicó. No era una reprimienda en absoluto—. P-pero ha estado bien poder celebrar algo, ¿no crees? Este sitio da mucho miedo... —su voz se perdió en un susurro y Eitne cortó por lo sano—. ¿Cuánto falta para tu cumpleaños?
Hablar con Zob sería de las últimas cosas que haría Eitne aquella noche. Despues de eso se aseguraría de guardar los adornos para poder reutilizarlos más adelante y se metió en la cama con los sinhadres.
—L-Lo siento, ¿está mal bailar ahora? —Eitne no lo sabía. Para él bailar solo estaba mal cuando no querías. Y aunque era raro bailar en determinadas circunstancias, sabía de gente a la que hacerlo le relajaba o le ayudaba a desestresarse y cosas por el estilo. Probablemente existiera algun decoro parecido en su pueblo, situaciones en las que bailar no fuera correcto, pero no había llegado a experimentarlas. Como fuera, el daeliciano paró en seco y añadió—. Puedes bailar con nosotros cuando las cosas estén mejor —si en algún momento estuvieran mejor.
>>N-no pasa nada —Eitne le quitó todo el peso al asunto y lo decía completamente convencido, aunque en aquel momento su tono sonara algo afectado. Venían de mundos distintos y no quería bailar si aquello significaba una falta del respeto en aquel momento para los enfermos—. ¿Me ayudas a ir secando? —le tendió un plato a Zobriel en cuanto acabó de hacer lo que le había traído a la cocina —. Hemos manchado mucho hoy —le explicó. No era una reprimienda en absoluto—. P-pero ha estado bien poder celebrar algo, ¿no crees? Este sitio da mucho miedo... —su voz se perdió en un susurro y Eitne cortó por lo sano—. ¿Cuánto falta para tu cumpleaños?
Hablar con Zob sería de las últimas cosas que haría Eitne aquella noche. Despues de eso se aseguraría de guardar los adornos para poder reutilizarlos más adelante y se metió en la cama con los sinhadres.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/08/16, 05:06 pm
Tras hacerse con el libro, Pam se fue al estudio con una de las velas con el fin de intentar descifrar el contenido escrito en aquellas paginas sin molestar a nadie. No iba a conseguir mucho con esa escasa luz, pero los pies le dolían, no permitiendole dormir así que si lograba agotarse aunque fuese un poco intentando leer aquel libro conseguiría dos cosas en uno. Tal vez sacar alguna pista sobre como leerlo y ademas agotarse lo suficiente para que la necesidad de volver al cuarto y dormirse superase al dolor.
No supo cuanto tiempo estuvo pasando las hojas, estrechando los ojos para intentar leer aquel extraño idioma de letras pequeñas, pero cuando sus ojos comenzaron a picar, tanto por la luz como por el esfuerzo y una buena dosis de sueño, decidió dejarlo para el día siguiente. << Aun duelen, pero necesito dormir, veamos si ahora estoy lo suficientemente cansada >> pensó tocando sus pie con las plantas enrojecidas, soltando un suave quejido. Con un suspiro fastidiado se levanto, guardando el libro bajo su brazo y agarrando la vela con la otra para poder ver el camino de vuelta al cuarto. << Lo que me faltaba ya era golpearme con alguna piedra suelta >> pensó, casi temiendo aquello ante las suaves y molestas punzadas que ya sentía al caminar.
Al llegar al cuarto, abrió asomándose primero viendo, como era habitual el cuarto a oscuras. Por suerte su cama era de las mas cercanas a la puerta o ya veía a todo el mundo quejándose por la luz de la vela. Así que, respirando hondo ante lo que sabría iba a ser una pequeña tortura, dio una rápida carrera hasta su cama, antorcha en mano, con el claro fin de apagarla en cuanto llegara.
Su intención clara se nublo por un momento cuando al acercarse a la cama, la vela que estaba por apagar de un soplido ilumino la ventana mas cercana por un momento. Pam consiguió apagarla, pero no por ello evito que viera un perfil en la ventana, mortalmente pálido, mirando hacia el interior desde un tercer piso. La reacción de la mona del queso no dejo esperar y antes siquiera de poder contenerse, grito, un grito agudo de terror que apenas duro unos segundos antes de que todo su cuerpo se erizara en estado de peligro, cubriendo su boca con fuerza. El miedo de que esa figura pusiera su atención sobre ella, superando cualquier otra cosa. Al borde del llanto dejo caer el libro y la antorcha apagada con estrépito, subiéndose rápidamente en la cama para hacerse un ovillo, donde cubrió su cuerpo con las sabanas como un niño pequeño al que le da miedo la oscuridad, sin dejar de cubrirse la boca.
No sabia que había visto exactamente, pero lo único que tenia claro, es que por un momento, juro que algo ahí afuera le observaba. Y en ese condenado lugar, no se fiaba ni de su sombra. Si antes creía que no dormiría por el dolor ahora estaba segura que si pegaba ojo, sería un milagro.
No supo cuanto tiempo estuvo pasando las hojas, estrechando los ojos para intentar leer aquel extraño idioma de letras pequeñas, pero cuando sus ojos comenzaron a picar, tanto por la luz como por el esfuerzo y una buena dosis de sueño, decidió dejarlo para el día siguiente. << Aun duelen, pero necesito dormir, veamos si ahora estoy lo suficientemente cansada >> pensó tocando sus pie con las plantas enrojecidas, soltando un suave quejido. Con un suspiro fastidiado se levanto, guardando el libro bajo su brazo y agarrando la vela con la otra para poder ver el camino de vuelta al cuarto. << Lo que me faltaba ya era golpearme con alguna piedra suelta >> pensó, casi temiendo aquello ante las suaves y molestas punzadas que ya sentía al caminar.
Al llegar al cuarto, abrió asomándose primero viendo, como era habitual el cuarto a oscuras. Por suerte su cama era de las mas cercanas a la puerta o ya veía a todo el mundo quejándose por la luz de la vela. Así que, respirando hondo ante lo que sabría iba a ser una pequeña tortura, dio una rápida carrera hasta su cama, antorcha en mano, con el claro fin de apagarla en cuanto llegara.
Su intención clara se nublo por un momento cuando al acercarse a la cama, la vela que estaba por apagar de un soplido ilumino la ventana mas cercana por un momento. Pam consiguió apagarla, pero no por ello evito que viera un perfil en la ventana, mortalmente pálido, mirando hacia el interior desde un tercer piso. La reacción de la mona del queso no dejo esperar y antes siquiera de poder contenerse, grito, un grito agudo de terror que apenas duro unos segundos antes de que todo su cuerpo se erizara en estado de peligro, cubriendo su boca con fuerza. El miedo de que esa figura pusiera su atención sobre ella, superando cualquier otra cosa. Al borde del llanto dejo caer el libro y la antorcha apagada con estrépito, subiéndose rápidamente en la cama para hacerse un ovillo, donde cubrió su cuerpo con las sabanas como un niño pequeño al que le da miedo la oscuridad, sin dejar de cubrirse la boca.
No sabia que había visto exactamente, pero lo único que tenia claro, es que por un momento, juro que algo ahí afuera le observaba. Y en ese condenado lugar, no se fiaba ni de su sombra. Si antes creía que no dormiría por el dolor ahora estaba segura que si pegaba ojo, sería un milagro.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/08/16, 10:37 pm
Aquella fue una noche desagradable para Rena. Sólo había tenido fiebre una vez en su vida, siendo bastante pequeña, y no lo recordaba tan mal. Se quedó acostada en el sofá y alli se durmió en cuanto el paño frío le calmó lo suficiente. No tuvo un sueño constante pero tampoco llegaba a despertar del todo, solo cuando oyó el grito de Pam. Se levantó sobresaltada y miró en todas direciones. Estaba oscuro, no se veian ni los destellos cálidos de los murciélagos en llamas. El paño húmedo de su cabeza le había caído sobre el regazo. No oyó nada más, solo una respiración que supuso sería la de Rox, o la de Milo. Sintió un pinchazo en la sien y volvió a acostarse, recolocándose el paño sobre la frente. Ya nada perturbaría su sueño hasta bien entrada la mañana. La fiebre se iría, como por arte de magia.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
02/08/16, 02:49 pm
Los murcielagos ardientes volvían a salir. Cada vez que los veía se los imaginaba prendiendole fuego a la casa o a él. Sin embargo algo en ellos lo mantenía entretenido aunque le repelieran. Él se imaginaba que esa sería la sensación que daban las pelis de miedo a las demás personas; el coreano no podía saberlo pues nunca se atrevió a ni empezar una. El frío empezaba a meterse por los abundantes agujeros de la sudadera, así que se resigno a volver dentro. Por desgracia, en el tiempo que había pasado fuera, no había conseguido relajarse apenas, como le demostraba el constante latido en su garganta.
Ya en su cama cerraba los ojos aferrandose a su martillo bajo su almohada, esperando poder dormirse en cualquier momento. Pero no ocurría y cuando se forzaba a pensar cosas buenas su cabeza morbosamente le presentaba imagenes de sus peores temores. Abría los ojos cada cierto tiempo para escapar de su propia imaginación, pero esta respondía haciendo de cada silueta un monstruo. En poco tiempo se vio necesitando aire de nuevo. Solo tres noches había dormido dentro y otra vez necesitaba dormir en la puerta del patío. Se envolvio en su manta sujentandola con una mano y en la otra cogió su martillo. Durante un rato, bajando las escaleras, solo se escuchaban sus latidos. De repente un grito le robó el monopolio del silencio. Su corazón le dio un vuelco. Agarrando con fuerza su martillo se plantó frente a la puerta del dormitorio del que procedía el grito, dudoso de entrar por el miedo.
Ya en su cama cerraba los ojos aferrandose a su martillo bajo su almohada, esperando poder dormirse en cualquier momento. Pero no ocurría y cuando se forzaba a pensar cosas buenas su cabeza morbosamente le presentaba imagenes de sus peores temores. Abría los ojos cada cierto tiempo para escapar de su propia imaginación, pero esta respondía haciendo de cada silueta un monstruo. En poco tiempo se vio necesitando aire de nuevo. Solo tres noches había dormido dentro y otra vez necesitaba dormir en la puerta del patío. Se envolvio en su manta sujentandola con una mano y en la otra cogió su martillo. Durante un rato, bajando las escaleras, solo se escuchaban sus latidos. De repente un grito le robó el monopolio del silencio. Su corazón le dio un vuelco. Agarrando con fuerza su martillo se plantó frente a la puerta del dormitorio del que procedía el grito, dudoso de entrar por el miedo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
03/08/16, 07:12 pm
El grito de Pam despertó a Eitne, que se incorporó del susto. El daeliciano tenía el cerebro confuso por el recuerdo fugaz de lo que había soñado y tuvo que pestañear varias veces antes de poder siquiera abrir la boca. El niño lanzó una mirada preocupada en dirección a la cama de la mona del queso.
—¿P-Pam? ¿E-Estás b—la pregunta de Eitne quedó a medias.
Un murciélago llameante voló cerca de la ventana y el daeliciano vio de reojo la razón del grito de Pam y también del suyo. Porque Eitne chilló, vaya que si chilló. Ni en sus peores pesadillas se había encontrado con algo así. El muchacho tanteó la cama en busca de las sábanas y tiró de ellas en cuanto llegaron a sus dedos. Al mismo tiempo, Eitne se arrastró por el colchón, empujándose con los pies hasta la cabecera de la cama y se hizo un ovillo.
Estaba intentando hablar de nuevo.
—Q-q-q-q-q —el daeliciano no era capaz de articular una sola palabra.
El corazón le latía a una velocidad de vértigo. <<Vamos a morir vamos a morir vamos a morir vamos a morir>> el muchacho no daba para más. Aquella cosa horrible y putrefacta les estaba mirando y Eitne no podía moverse apenas, embargado por el miedo. Era una bolita temblorosa envuelta en trapos.
Quería avisar a Neil y a Adru pero tenía tanto miedo que su cuerpo no le permitía llevarlo a cabo.
—Ch-ch-ch —nada.
—¿P-Pam? ¿E-Estás b—la pregunta de Eitne quedó a medias.
Un murciélago llameante voló cerca de la ventana y el daeliciano vio de reojo la razón del grito de Pam y también del suyo. Porque Eitne chilló, vaya que si chilló. Ni en sus peores pesadillas se había encontrado con algo así. El muchacho tanteó la cama en busca de las sábanas y tiró de ellas en cuanto llegaron a sus dedos. Al mismo tiempo, Eitne se arrastró por el colchón, empujándose con los pies hasta la cabecera de la cama y se hizo un ovillo.
Estaba intentando hablar de nuevo.
—Q-q-q-q-q —el daeliciano no era capaz de articular una sola palabra.
El corazón le latía a una velocidad de vértigo. <<Vamos a morir vamos a morir vamos a morir vamos a morir>> el muchacho no daba para más. Aquella cosa horrible y putrefacta les estaba mirando y Eitne no podía moverse apenas, embargado por el miedo. Era una bolita temblorosa envuelta en trapos.
Quería avisar a Neil y a Adru pero tenía tanto miedo que su cuerpo no le permitía llevarlo a cabo.
—Ch-ch-ch —nada.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
03/08/16, 07:44 pm
Pam temblaba usando como refugio aquellas sabanas que poco o nada podría protegerla, una vocecita tartamudeando en medio del silencio que ella misma se había forzado a tener tras aquel grito le hizo temblar visiblemente hasta que su cerebro proceso aquel tono como conocido.
<<¡Cállate va a darse cuenta!>> quiso pedirle la mona del queso peor antes siquiera de poder responde lo que había visto o ahcer que el niño no dijera anda mas, un grito corto el silencio, haciendo que diera un brinco en sitio, con sabana y todo y se acurrucara aun mas en posición fetal. << ¡Nos va a matar! >> y arriesgandose a que su cabeza fuera de la protección de la sabana rodara como una pelota por el suelo de piedra, la mona del queso la somo chistando con todas sus fuerzas en la oscuridad en dirección hacia donde sabia estaba el niño acostando, pidiéndole silencio.
El ruido de alrededor le advirtió de que el grito del niño unido al suyo propio había hecho despertar a mas gente. con mirada temblorosa miro hacia la ventana, pero si había algo aun ahí, ya fuese por la oscuridad o porque realmente ya nada se encontraba, no logro atisbarlo.
Temblorososa se acurruco lo mas lejos posible de la pared, apenas dejando sus ojos a la vista. Y en aquel estado, respondería a cualquiera que le cuestionara del porque de tanto alboroto, sintiéndose tontamente mas segura al saber que no era la única despierta.
-H-había algo en esa ventana...algo pálido, mirándonos -murmuro temblandole ligeramente la voz, apuntando con un dedo bajo las sabanas- N-No, me lo imagino...y se que estamos en un tercer piso...¡Eitne lo vio también!- aseguro antes de que creyera que había tenido una pesadilla, odiando que su voz temblara por la fuerza de sus estremecimientos. No gritaría por un tonta pesadilla. Lo único que realmente podía asustar a la monja del queso, era los horrores de esa ciudad, aquellos que podían matarle.
<<¡Cállate va a darse cuenta!>> quiso pedirle la mona del queso peor antes siquiera de poder responde lo que había visto o ahcer que el niño no dijera anda mas, un grito corto el silencio, haciendo que diera un brinco en sitio, con sabana y todo y se acurrucara aun mas en posición fetal. << ¡Nos va a matar! >> y arriesgandose a que su cabeza fuera de la protección de la sabana rodara como una pelota por el suelo de piedra, la mona del queso la somo chistando con todas sus fuerzas en la oscuridad en dirección hacia donde sabia estaba el niño acostando, pidiéndole silencio.
El ruido de alrededor le advirtió de que el grito del niño unido al suyo propio había hecho despertar a mas gente. con mirada temblorosa miro hacia la ventana, pero si había algo aun ahí, ya fuese por la oscuridad o porque realmente ya nada se encontraba, no logro atisbarlo.
Temblorososa se acurruco lo mas lejos posible de la pared, apenas dejando sus ojos a la vista. Y en aquel estado, respondería a cualquiera que le cuestionara del porque de tanto alboroto, sintiéndose tontamente mas segura al saber que no era la única despierta.
-H-había algo en esa ventana...algo pálido, mirándonos -murmuro temblandole ligeramente la voz, apuntando con un dedo bajo las sabanas- N-No, me lo imagino...y se que estamos en un tercer piso...¡Eitne lo vio también!- aseguro antes de que creyera que había tenido una pesadilla, odiando que su voz temblara por la fuerza de sus estremecimientos. No gritaría por un tonta pesadilla. Lo único que realmente podía asustar a la monja del queso, era los horrores de esa ciudad, aquellos que podían matarle.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
03/08/16, 08:08 pm
Nime no pudo ser de mucha ayuda y, al final, el día terminó de forma bastante monótona. Pero la niña estaba cansada, lo que la ayudó a quedar dormida enseguida. Habría tenido una noche estupenda si sus tímpanos no hubiesen sido sacudidos por el grito de Pelusa, seguido del de Eitne. Durante el primero el sueño parecía irse demasiado lentamente, a su cuerpo le costaba reaccionar. Durante el segundo ya había conseguido incorporarse y procesar la información. Estaba en Rocavarancolia, no en su casa. Eran sus nuevos amigos quienes gritaban, y por tanto algo tenía que estar sucediendo.
—¿Qué… pasa? ¿Qué pasa? —tanteó confusa. Al mirar alrededor solo vio oscuridad. No pudo distinguir nada amenazante ni si estaban bien sus amigos. No se atrevía a abandonar su cama tampoco, a pesar de que en ese momento deseaba haber decidido dormir cerca de alguien como hacían los sinhadres y Eitne.
Cuando Pam empezó a hablar, la libense sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Se agarró fuertemente a las sábanas, y no se preguntó ni por un momento si había sido la imaginación de la mona del queso o del daeliciano. Estaba aterrorizada. Tanto que poco le faltaba para hacerse pis encima, pero ni loca saldría al patio para ir a las letrinas. Ni siquiera se atrevía a poner un pie fuera del colchón.
—¿ Pero, pero... s-se ha ido, v-verdad? —Era imposible ocultar el castañeo de sus dientes.
—¿Qué… pasa? ¿Qué pasa? —tanteó confusa. Al mirar alrededor solo vio oscuridad. No pudo distinguir nada amenazante ni si estaban bien sus amigos. No se atrevía a abandonar su cama tampoco, a pesar de que en ese momento deseaba haber decidido dormir cerca de alguien como hacían los sinhadres y Eitne.
Cuando Pam empezó a hablar, la libense sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Se agarró fuertemente a las sábanas, y no se preguntó ni por un momento si había sido la imaginación de la mona del queso o del daeliciano. Estaba aterrorizada. Tanto que poco le faltaba para hacerse pis encima, pero ni loca saldría al patio para ir a las letrinas. Ni siquiera se atrevía a poner un pie fuera del colchón.
—¿ Pero, pero... s-se ha ido, v-verdad? —Era imposible ocultar el castañeo de sus dientes.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/08/16, 02:15 am
Neil hizo todo lo posible para mantener a Adrune a raya. Probablemente era el único de todo el torreón que podía conseguir que la edeel apenas empeorase sus quemaduras con su completa negligencia. La fiesta le pareció muy divertida y se mostró entusiasmada cuando los pequeños les enseñaron lo que habían preparado, además de, por supuesto, felicitar a su aurva por haber hecho una comida deliciosa una vez más. El chico logró convencerla de que no era buena idea de que participase en el baile y, aunque claramente molesta, se limitó a animar al resto y a revolcarse nerviosamente en el sofá, dando alguna que otra voltereta, además de atender a Neil en todo lo que le pidió. El razonamiento sobre que si dejaba que las quemaduras se curasen pronto antes podría moverse con normalidad la había convencido bastante, de todos modos. Por ese motivo en aquella ocasión no puso pegas en irse a dormir cuando se lo sugirieron. Cualquier otro día se habría quejado, por muy cansada que estuviera como era el caso, pero de todas formas tal y como se encontraban algunos de sus compañeros parecía que sería mejor esperar a otro día para reunir a los pequeños y leer alguno de los cuentos del libro.
Se encontraba dormida a medio camino entre su cama y la que compartían Eitne y Neil, tras haberse movido en sueños cada vez más hacia el borde de su propio lecho, con la ropa de cama totalmente revuelta y en proceso de hacer lo mismo con la cama contigua. El grito de Pelusa no había bastado para despertarla, pues una vez caía dormida su sueño era profundo, pero sí lo hicieron los movimientos del daeliciano. La sinhadre abrió los ojos lentamente, mirando a su alrededor confundida.
—¿Qué pasa? ¿Has tenido una pesadilla, Eitne? —Fue lo primero que se le ocurrió mientras se acercaba al tembloroso pequeño, frotándose un ojo y colocándole una mano en el hombro.
Una vez sus ojos se acomodaron a la oscuridad del cuarto pudo ver también a Pelusa hecha un ovillo, a quien reconoció como tal debido a su voz, puesto que se encontraba completamente cubierta por las sábanas. Al escuchar la afirmación de que había algo en la ventana, Adrune se levantó de un salto, dejando escapar una leve exclamación de dolor al entrar en contacto sus quemaduras con el duro suelo del torreón. Se desplazó de puntillas hacia la ventana que había señalado la mona del queso mientras Nime preguntaba si se había ido y, sin signos de vacilación alguna, se asomó a la misma.
—Solo veo a los ratones voladores en llamas —afirmó apoyándose en el alfeizar y tratando de sacar su cabeza todo lo que podía por el hueco.
Continuó escudriñando lo poco que el vano permitía ver, observando las piruetas de los roedores en llamas que tanto le habían llamado la atención desde la primera vez que los vio, pero que había desistido de intentar atrapar.
>>No hay nada —constató—. A lo mejor solo era un ratón de color blanco y más grande que los otros pero no pudiste verlo bien —comentó al cabo de unos instantes, dándose golpecitos en la barbilla—. ¡Me habría gustado verlo!
Se encontraba dormida a medio camino entre su cama y la que compartían Eitne y Neil, tras haberse movido en sueños cada vez más hacia el borde de su propio lecho, con la ropa de cama totalmente revuelta y en proceso de hacer lo mismo con la cama contigua. El grito de Pelusa no había bastado para despertarla, pues una vez caía dormida su sueño era profundo, pero sí lo hicieron los movimientos del daeliciano. La sinhadre abrió los ojos lentamente, mirando a su alrededor confundida.
—¿Qué pasa? ¿Has tenido una pesadilla, Eitne? —Fue lo primero que se le ocurrió mientras se acercaba al tembloroso pequeño, frotándose un ojo y colocándole una mano en el hombro.
Una vez sus ojos se acomodaron a la oscuridad del cuarto pudo ver también a Pelusa hecha un ovillo, a quien reconoció como tal debido a su voz, puesto que se encontraba completamente cubierta por las sábanas. Al escuchar la afirmación de que había algo en la ventana, Adrune se levantó de un salto, dejando escapar una leve exclamación de dolor al entrar en contacto sus quemaduras con el duro suelo del torreón. Se desplazó de puntillas hacia la ventana que había señalado la mona del queso mientras Nime preguntaba si se había ido y, sin signos de vacilación alguna, se asomó a la misma.
—Solo veo a los ratones voladores en llamas —afirmó apoyándose en el alfeizar y tratando de sacar su cabeza todo lo que podía por el hueco.
Continuó escudriñando lo poco que el vano permitía ver, observando las piruetas de los roedores en llamas que tanto le habían llamado la atención desde la primera vez que los vio, pero que había desistido de intentar atrapar.
>>No hay nada —constató—. A lo mejor solo era un ratón de color blanco y más grande que los otros pero no pudiste verlo bien —comentó al cabo de unos instantes, dándose golpecitos en la barbilla—. ¡Me habría gustado verlo!
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/08/16, 06:37 am
Zob se alegró de no haber ofendido al pequeño Eitne, había olvidado que venían de mundos distintos, y no debería haber mencionado lo del baile. Asintió afirmativamente mientras esbozaba una sonrisa y comenzaba secar los platos.
- No es un lugar muy acogedor, pero al menos lo podemos decorar entre todos nosotros. Jeje.. – no era sencillo responder a la siguiente pregunta para el, pero tampoco quiso negarse. - Sobre mi cumpleaños... te avisare antes, así puedes enseñarme algún baile ¿Vale?
Después de aquello, se despidió de todos y fue a la habitación a dormir. Parecía mucho más vacía que de costumbre. Era curioso lo mucho que lo atemorizo esa noche aquella oscuridad tan normal en Rocavarancolia. Había dormido muchas veces solo en el campo en su mundo natal, pero nada como aquello. Aun así el sueño acabo cayendo como una cortina pesada sobre el nublino, hasta que escucho los gritos. Pensó que eran parte de una pesadilla, inicialmente, después de todo hace un rato habían estado bailando, no podía ser tan cruel el destino de que justo pasase algo en ese momento. Hasta que recordó donde estaba. Abrió los ojos ante la mareante oscuridad y trato de levantarse rápido. El amor infinito que tienen las diversas cosas por los pies de las personas no solo se aplicaba en la Tierra, y Zob se vio victima de eso golpeándose con el catre en su intento de saber que ocurría.
- ¡¡¡OOOuchhh ¡!! – se quejo mientras se acercaba a la puerta dando saltitos y temiendo haber despertado a sus compañeros dormidos. - ¿Están todos bi... - un pensamiento similar al de Pam se le cruzo por la cabeza y se corto en seco. En el mejor caso no sería agradable que despertara a los demás si no había pasado nada. - ¿Ha pasado algo? ¿Dónde están todos? – dijo con voz mucho más baja sin dirigirse a nadie en particular.
Se quedó allí en la puerta de la habitación esperando adolorido y masajeándose el pie golpeado, con la mitad de su ser esperaba que todo hubiera sido una jugada de su imaginación (o la de alguno de sus compañeros) y, por otro lado, que alguien saliera del otro cuarto para saber si estaban todos bien.
- No es un lugar muy acogedor, pero al menos lo podemos decorar entre todos nosotros. Jeje.. – no era sencillo responder a la siguiente pregunta para el, pero tampoco quiso negarse. - Sobre mi cumpleaños... te avisare antes, así puedes enseñarme algún baile ¿Vale?
Después de aquello, se despidió de todos y fue a la habitación a dormir. Parecía mucho más vacía que de costumbre. Era curioso lo mucho que lo atemorizo esa noche aquella oscuridad tan normal en Rocavarancolia. Había dormido muchas veces solo en el campo en su mundo natal, pero nada como aquello. Aun así el sueño acabo cayendo como una cortina pesada sobre el nublino, hasta que escucho los gritos. Pensó que eran parte de una pesadilla, inicialmente, después de todo hace un rato habían estado bailando, no podía ser tan cruel el destino de que justo pasase algo en ese momento. Hasta que recordó donde estaba. Abrió los ojos ante la mareante oscuridad y trato de levantarse rápido. El amor infinito que tienen las diversas cosas por los pies de las personas no solo se aplicaba en la Tierra, y Zob se vio victima de eso golpeándose con el catre en su intento de saber que ocurría.
- ¡¡¡OOOuchhh ¡!! – se quejo mientras se acercaba a la puerta dando saltitos y temiendo haber despertado a sus compañeros dormidos. - ¿Están todos bi... - un pensamiento similar al de Pam se le cruzo por la cabeza y se corto en seco. En el mejor caso no sería agradable que despertara a los demás si no había pasado nada. - ¿Ha pasado algo? ¿Dónde están todos? – dijo con voz mucho más baja sin dirigirse a nadie en particular.
Se quedó allí en la puerta de la habitación esperando adolorido y masajeándose el pie golpeado, con la mitad de su ser esperaba que todo hubiera sido una jugada de su imaginación (o la de alguno de sus compañeros) y, por otro lado, que alguien saliera del otro cuarto para saber si estaban todos bien.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/08/16, 11:09 pm
Milo llenó un cubo de agua en el pozo y regresó rápidamente al interior del torreón para atender a sus dos compañeros. Pam también se había apresurado y les había bajado unas mantas para que sudaran, decisión que el irrense aprobó, pero había que enfriarles la cabeza para que no pasaran una mala noche. El norteño, silencioso, preparó los paños húmedos con los trapos que le había traído Nime después de revolverle el pelo y se los aplicó sobre la frente a los dos enfermos una vez se hubieron tomado la infusión que les había hecho la mona del queso.
—Gracias, Pam .—le agradeció a la pequeña cuando se alejó, declinando sin embargo su oferta. En otras circunstancias se habría tomado una buena taza de lo que había preparado para dormir mejor, pero prefería mantenerse consciente por si Rena o Rox necesitaban alguna cosa de madrugada y para cambiar las compresas.
Despidió a sus compañeros con un “buenas noches” cuando se fueron a dormir, acomodándose en uno de los sillones libres para pasar la noche, y cuando se quedaron solos se dedicó a meditar sobre lo que había ocurrido a lo largo del día con tranquilidad. De cuando en cuando se levantaba para comprobar si los paños estaban secos, cambiándolos con cuidado para no despertarlos si era así, y luego regresaba a su asiento para seguir divagando. Durante aquellas horas reflexionó sobre las circunstancias que le habían traído a aquella ciudad y sobre los riesgos que suponían la estancia prolongada en la misma, riesgos de los que su cosechadora no le había dicho nada. Descubrir que a su pueblo le tenían engañado sobre lo que ocurría en aquel lugar fue menos impactante de lo que cabría esperar, pues su mentalidad de antisistema estaba acostumbrada a aquel tipo de revelaciones, pero a pesar de todo se sentía defraudado. Nunca había estado de acuerdo con la forma de hacer las cosas del gobierno, pero vender la entrada en aquel circo de muerte como algo a lo que aspirar disfrazandolo de privilegio era despreciable.
Ya era bien entrada la madrugada cuando un grito ahogado interrumpió sus cavilaciones, disparando sus alarmas y haciendo que se incorporara en el sitio expectante. Podía haber sido solo un mal sueño de sus compañeros, pero cuando escuchó un segundo grito decidió subir a echar un vistazo. Rena y Rox parecían dormir, aunque no podía estar seguro en aquella oscuridad, por lo que prefirió no molestarlas y se encaminó hacia las escaleras con celeridad. Encendió la pantalla holográfica de su brazo en modo linterna en cuanto tropezó con el primer escalón y ascendió a paso vivo, encontrándose abierta la puerta del cuarto que compartía con los más pequeños.
—¿Qué es lo que ha pasado? —preguntó con preocupación en cuanto entro en la habitación, barriendo la estancia con el haz de la linterna.
Hyung, alertado seguramente por los gritos, también estaba allí, y todos menos Adru parecían asustados por algún motivo. Fue la propia sinhadre la que le resumió lo que había ocurrido, por lo que el irrense se acercó hasta ella y también se asomó a la ventana para echar un vistazo. Al norteño le entusiasmaba aquel suceso bastante menos que a su joven amiga, por lo que se cuidó mucho de no apuntar el haz de luz hacia el exterior para no atraer la atención de nada, pero tras asegurarse de que lo que fuera que hubieran visto ya se había ido le dio la espalda a la noche y empujó a la edeel hacia la cama con suavidad.
—Siéntate antes de que se te abran las heridas, anda —le aconsejó en voz baja—. ¿Estáis todos bien? —les preguntó a los enanos sin demostrar preocupación para no asustarlos más—. Adru tiene razón, ahí afuera ya no hay nada.
—Gracias, Pam .—le agradeció a la pequeña cuando se alejó, declinando sin embargo su oferta. En otras circunstancias se habría tomado una buena taza de lo que había preparado para dormir mejor, pero prefería mantenerse consciente por si Rena o Rox necesitaban alguna cosa de madrugada y para cambiar las compresas.
Despidió a sus compañeros con un “buenas noches” cuando se fueron a dormir, acomodándose en uno de los sillones libres para pasar la noche, y cuando se quedaron solos se dedicó a meditar sobre lo que había ocurrido a lo largo del día con tranquilidad. De cuando en cuando se levantaba para comprobar si los paños estaban secos, cambiándolos con cuidado para no despertarlos si era así, y luego regresaba a su asiento para seguir divagando. Durante aquellas horas reflexionó sobre las circunstancias que le habían traído a aquella ciudad y sobre los riesgos que suponían la estancia prolongada en la misma, riesgos de los que su cosechadora no le había dicho nada. Descubrir que a su pueblo le tenían engañado sobre lo que ocurría en aquel lugar fue menos impactante de lo que cabría esperar, pues su mentalidad de antisistema estaba acostumbrada a aquel tipo de revelaciones, pero a pesar de todo se sentía defraudado. Nunca había estado de acuerdo con la forma de hacer las cosas del gobierno, pero vender la entrada en aquel circo de muerte como algo a lo que aspirar disfrazandolo de privilegio era despreciable.
Ya era bien entrada la madrugada cuando un grito ahogado interrumpió sus cavilaciones, disparando sus alarmas y haciendo que se incorporara en el sitio expectante. Podía haber sido solo un mal sueño de sus compañeros, pero cuando escuchó un segundo grito decidió subir a echar un vistazo. Rena y Rox parecían dormir, aunque no podía estar seguro en aquella oscuridad, por lo que prefirió no molestarlas y se encaminó hacia las escaleras con celeridad. Encendió la pantalla holográfica de su brazo en modo linterna en cuanto tropezó con el primer escalón y ascendió a paso vivo, encontrándose abierta la puerta del cuarto que compartía con los más pequeños.
—¿Qué es lo que ha pasado? —preguntó con preocupación en cuanto entro en la habitación, barriendo la estancia con el haz de la linterna.
Hyung, alertado seguramente por los gritos, también estaba allí, y todos menos Adru parecían asustados por algún motivo. Fue la propia sinhadre la que le resumió lo que había ocurrido, por lo que el irrense se acercó hasta ella y también se asomó a la ventana para echar un vistazo. Al norteño le entusiasmaba aquel suceso bastante menos que a su joven amiga, por lo que se cuidó mucho de no apuntar el haz de luz hacia el exterior para no atraer la atención de nada, pero tras asegurarse de que lo que fuera que hubieran visto ya se había ido le dio la espalda a la noche y empujó a la edeel hacia la cama con suavidad.
—Siéntate antes de que se te abran las heridas, anda —le aconsejó en voz baja—. ¿Estáis todos bien? —les preguntó a los enanos sin demostrar preocupación para no asustarlos más—. Adru tiene razón, ahí afuera ya no hay nada.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.
Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/08/16, 09:30 am
En el segundo grito el coreano apartó la mano de la puerta con un saltito. Esta vez reconocía la voz, ese era Eitne. Por la cabeza se le pasaban miles de macabras situaciones. Una enorme necesidad de huir invadía su cuerpo <<Si hay algo malo, les matara esté yo o no>> se giró para irse, pero no podía; lo mejor sería asegurarse de la existencia de un peligro real. De nuevo se dirigió a la puerta con la mano temblando. La abrió, y con cuidado entró, intentando no tropezarse en la oscuridad, mientras escuchaba la explicación de lo que, según pam, era el culpable de los gritos. Cuando vio a la sinhadre dirigirse a la ventana, el corazón del coreano aceleró hasta su máximo. Que no le pasara nada a Adru ya no conseguiría calmarlo y mucho menos que Milo repitiera la acción. Eran demasiadas personas en la habitación. El palpito de su corazón le impedía ya escuchar. Notaba el aire pesado y caliente, era como si no quedara oxigeno para él en la sala.
- N-necesito aire- Murmuro en un tono en que sus palabras se fundían haciendo lo que decía dificil de entender. Tenía que salir, pero con lo que fuera que habían visto sus compañeros, no se veía capaz de ir solo. Agitaba con fuerza su sudadera abanicandose aire sin exito.
- Alguién quiere salir- Dijo con voz temblorosa, esta vez más alto. Dando la vuelta a la habitación con la mirada, mientras notaba como el oxigeno que le quedaba se iba en sus palabras, buscando quien le acompañara.
- N-necesito aire- Murmuro en un tono en que sus palabras se fundían haciendo lo que decía dificil de entender. Tenía que salir, pero con lo que fuera que habían visto sus compañeros, no se veía capaz de ir solo. Agitaba con fuerza su sudadera abanicandose aire sin exito.
- Alguién quiere salir- Dijo con voz temblorosa, esta vez más alto. Dando la vuelta a la habitación con la mirada, mientras notaba como el oxigeno que le quedaba se iba en sus palabras, buscando quien le acompañara.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/08/16, 02:28 pm
Eitne pasó del shock al llanto. Saber que el torreón no era seguro no era lo mismo que comprobarlo de una forma tan horrible. Que la gente despertara y se acercara, verles a todos a salvo y preocupados le reconfortaba un pelín, pero el miedo se había apoderado por completo del daeliciano.
—Ha- ha- ha- —tragó saliva y se clavó las uñas en las piernas con frustración. Odiaba trabarse así—. Ha-había a-algo. E-era u-una —¿cómo describía lo que había visto? Era un rostro supurante. Unos ojos muertos. Una lengua fea en una boca horrible—. E-e-era una c-cara —el niño no sabía explicarlo de otra manera—. L-la de un m-m-monstruo y-y-
No era capaz de seguir. Eitne miró a Adru con envidia sana, ¿solo Pam y él lo habían visto? El pequeño se volvió a morder los labios.
—E-estamos b-bien —trató de hablar de nuevo para responder a uno de sus compañeros. En aquel momento nisiquiera era consciente de quién había preguntado. Sin embargo, las palabras de Hyung le llegaron claras—. NO —fue un no claro, nacido de las entrañas. El resto de palabras tendría que trabajarlas más—. N-no v-vayas. P-p-puede estar fuera y n-n-no. N-no s-salgas.
—Ha- ha- ha- —tragó saliva y se clavó las uñas en las piernas con frustración. Odiaba trabarse así—. Ha-había a-algo. E-era u-una —¿cómo describía lo que había visto? Era un rostro supurante. Unos ojos muertos. Una lengua fea en una boca horrible—. E-e-era una c-cara —el niño no sabía explicarlo de otra manera—. L-la de un m-m-monstruo y-y-
No era capaz de seguir. Eitne miró a Adru con envidia sana, ¿solo Pam y él lo habían visto? El pequeño se volvió a morder los labios.
—E-estamos b-bien —trató de hablar de nuevo para responder a uno de sus compañeros. En aquel momento nisiquiera era consciente de quién había preguntado. Sin embargo, las palabras de Hyung le llegaron claras—. NO —fue un no claro, nacido de las entrañas. El resto de palabras tendría que trabajarlas más—. N-no v-vayas. P-p-puede estar fuera y n-n-no. N-no s-salgas.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
08/08/16, 02:33 am
A Rox le seguía resultando increíble que ese puñado de, -cada vez menos- desconocidos (fuesen pequeños, extraterrestres o no), se mostrasen tan preocupados por ellos. Agradecía los cuidados y los ánimos de sus compañeros con sonrisas cada vez más débiles, según el cansancio se apoderaba de él. Aún con el calor y las pocas ganas de arroparse obedeció los comandos de Pam, y rechistó menos de lo que hubiera querido cuando Milo se ofreció a cuidarles durante la noche en lugar de dormir. La infusión le alivió y ayudó a conciliar el sueño, así como sirvió de apoyo a su estómago entonces vacío. A pesar de las conversaciones lejanas que se daban en el salón, el ruido de dejar cada cosa en su lugar o los cambios de agua de los pañuelos, el coreano logró dormir de forma relativamente profunda a ratos. Cada media hora se sorprendía a sí mismo con los ojos abiertos, aunque procuraba cerrarlos en cuanto su organismo se lo permitía para obligarse a dormir.
El primer grito apenas le hizo removerse en su sitio, siendo más bien una reverberación lejana que no terminó de despertarle. Fue el segundo el que, sumado al movimiento de Milo en el sillón contiguo, consiguió que el coreano volviese en sí. En lo que el irrense se puso en pie y Rox se despejó un poco sin dar demasiadas señales de estar despierto, se apartó el pañuelo y las sábanas con la intención de subir a las habitaciones, guardando distancias con el primero. No iba a quedarse en el sofá esperando noticias, sobre todo tras haber oído aquello. Por culpa de la oscuridad, el mareo tras ponerse en pie deprisa y subir las escaleras a paso lento, tardó lo suyo en alcanzar a los demás. Para cuando lo hizo a penas escuchó por encima las palabras de Adru y Eitne, hilando pobremente la información desde la entrada. El tono urgente del daeliciano fue lo que le ayudó a atar cabos con más fluidez, aunque seguía sin entender como algo había llegado hasta una planta alta y había desaparecido como si nada. De todas formas, la idea de una cara en la ventana bastó para ponerle más que nervioso. Tocó la puerta para llamar la atención, apoyándose en el marco de esta al hablar.
—Mañana cuando haya luz podemos dar una vuelta al torreón y nos aseguramos de que no hay nada, ¿os parece? —se cruzó de brazos y, una vez su vista se hubo acostumbrado a la iluminación escasa, sonrió con falsa calma a los que parecían más asustados—. Pero hagámosle caso a Eitne, por si las moscas es mejor que no nos paseemos mucho esta noche.
Miró al otro coreano con una sonrisa algo apenada, agachando la cabeza levemente antes de seguir hablando.
—Abajo corre un poco más de aire. Creo que también quedó algo de infusión... —no iba a impedir que saliera, pero era mejor tener precaución. Se rascó la nuca y bostezó, apartándose del sitio.— Tratad de dormir un poco, ¡que el sol no va a tardar en salir!
Sabía que era inútil, pero pocas cosas podía hacer en su condición para calmarles que no hubieran hecho ya otros. A pie de las escaleras ya dispuesto a bajar, otro mareo brusco le hizo aferrarse a la pared. Después de todo la fiebre había disminuido, pero seguía estando ahí, y era consciente que se había confiado demasiado. No pudo sino esperar a que pasase antes de pisar el primer escalón sin miedo de bajar el resto rodando.
El primer grito apenas le hizo removerse en su sitio, siendo más bien una reverberación lejana que no terminó de despertarle. Fue el segundo el que, sumado al movimiento de Milo en el sillón contiguo, consiguió que el coreano volviese en sí. En lo que el irrense se puso en pie y Rox se despejó un poco sin dar demasiadas señales de estar despierto, se apartó el pañuelo y las sábanas con la intención de subir a las habitaciones, guardando distancias con el primero. No iba a quedarse en el sofá esperando noticias, sobre todo tras haber oído aquello. Por culpa de la oscuridad, el mareo tras ponerse en pie deprisa y subir las escaleras a paso lento, tardó lo suyo en alcanzar a los demás. Para cuando lo hizo a penas escuchó por encima las palabras de Adru y Eitne, hilando pobremente la información desde la entrada. El tono urgente del daeliciano fue lo que le ayudó a atar cabos con más fluidez, aunque seguía sin entender como algo había llegado hasta una planta alta y había desaparecido como si nada. De todas formas, la idea de una cara en la ventana bastó para ponerle más que nervioso. Tocó la puerta para llamar la atención, apoyándose en el marco de esta al hablar.
—Mañana cuando haya luz podemos dar una vuelta al torreón y nos aseguramos de que no hay nada, ¿os parece? —se cruzó de brazos y, una vez su vista se hubo acostumbrado a la iluminación escasa, sonrió con falsa calma a los que parecían más asustados—. Pero hagámosle caso a Eitne, por si las moscas es mejor que no nos paseemos mucho esta noche.
Miró al otro coreano con una sonrisa algo apenada, agachando la cabeza levemente antes de seguir hablando.
—Abajo corre un poco más de aire. Creo que también quedó algo de infusión... —no iba a impedir que saliera, pero era mejor tener precaución. Se rascó la nuca y bostezó, apartándose del sitio.— Tratad de dormir un poco, ¡que el sol no va a tardar en salir!
Sabía que era inútil, pero pocas cosas podía hacer en su condición para calmarles que no hubieran hecho ya otros. A pie de las escaleras ya dispuesto a bajar, otro mareo brusco le hizo aferrarse a la pared. Después de todo la fiebre había disminuido, pero seguía estando ahí, y era consciente que se había confiado demasiado. No pudo sino esperar a que pasase antes de pisar el primer escalón sin miedo de bajar el resto rodando.
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- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
08/08/16, 05:40 am
No había obtenido una respuesta, pero la excitación y el temor que parecía reinar en el otro cuarto, le decía lo suficiente a Zobriel para saber que no tendría un “merecido descanso”. <<Supongo que es algo digno de este sitio>> pensó con una media sonrisa cansada. Podía imaginar la lluvia de argumentos y regaños que su abuela le hubiera dicho si se quejaba en voz alta y ella lograse oírlo. “Debes ganarte el honor de estar en la Altísima Ciudad cada día pequeño ingrato” o “No oses enfrentarte a los designios de los Dioses, si alguien los vigilaba debe ser por algo”. Para ser sinceros, esta última frase tenía un poco del mismo Zob, un poco de sus temores y anhelos. Quizá hubiese hecho algo bien aquella mañana al escapar de la casa...o quizá era un pecado haber entrado allí.
Se sacudió esos pensamientos mientras se olvidaba del dolor de su pie, no pudo escuchar lo que decían dentro de la otra habitación y no quería sumarse a todos así por así. Su complejo de bulto seguía presente, por lo que solo atino a regresar y coger una ligera manta con la que había estado durmiendo. Supuso que ya había despertado a alguien más pero prefirió no llamar más la atención y salió del cuarto justo para ver a Rox hablarle al otro humano. Cuando Rox se tambaleo fue hacia el despacio pero decidido y le hecho la manta sobre los hombros antes de que diera el siguiente paso de bajada.
- Tomate tu tiempo para bajar, pero que sea antes que Pam se recupere y decida castigar a su paciente por no reposar en cama. – le dijo con una sonrisa. No había muchas cosas que pudiera decir para animar el ambiente, pero quizá aquella frase hiciera q su compañero se sintiera mejor.
Se dirigió escaleras abajo. No pensaba salir puesto que sentía más miedo del que le hubiese gustado admitir y eso que no había visto ni escuchado las descripciones completas de sus compañeros. Además sabía que hacer guardia sería inútil contra lo que sea que los demás hayan visto. Pero dormir ya no sería posible para el nublino, decidió que trataría de dormitar por allí abajo y ayudar en lo que pudiera. Ya se tomaría la tarde siguiente para dormir lo necesario << Eso espero >> pensó.
Se sacudió esos pensamientos mientras se olvidaba del dolor de su pie, no pudo escuchar lo que decían dentro de la otra habitación y no quería sumarse a todos así por así. Su complejo de bulto seguía presente, por lo que solo atino a regresar y coger una ligera manta con la que había estado durmiendo. Supuso que ya había despertado a alguien más pero prefirió no llamar más la atención y salió del cuarto justo para ver a Rox hablarle al otro humano. Cuando Rox se tambaleo fue hacia el despacio pero decidido y le hecho la manta sobre los hombros antes de que diera el siguiente paso de bajada.
- Tomate tu tiempo para bajar, pero que sea antes que Pam se recupere y decida castigar a su paciente por no reposar en cama. – le dijo con una sonrisa. No había muchas cosas que pudiera decir para animar el ambiente, pero quizá aquella frase hiciera q su compañero se sintiera mejor.
Se dirigió escaleras abajo. No pensaba salir puesto que sentía más miedo del que le hubiese gustado admitir y eso que no había visto ni escuchado las descripciones completas de sus compañeros. Además sabía que hacer guardia sería inútil contra lo que sea que los demás hayan visto. Pero dormir ya no sería posible para el nublino, decidió que trataría de dormitar por allí abajo y ayudar en lo que pudiera. Ya se tomaría la tarde siguiente para dormir lo necesario << Eso espero >> pensó.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
09/08/16, 10:53 pm
Hyung parecía estar agobiado y tenía ganas de salir al patio, una idea bastante estúpida si consideraban seriamente lo que les habían contado los pequeños, pero afortunadamente Eitne y Rox, que también se había unido al grupo, trataron de hacerle razonar. Como había dicho el medioaustraliano en el salón corría un poco mas el aire y podría despejarse un poco con la ayuda de la infusión de Pam, pero debía controlarse para evitar ponerse en peligro a si mismo o a los demás.
—Siempre puedes asomarte a alguna ventana, pero no es buena idea arriesgarse a salir —le comentó en voz lo suficientemente baja como para que no le escucharan los enanos y se pusieran más nerviosos—. Faltan pocas horas para el amanecer, es cierto, y si no dormís lo suficiente mañana no habrá quien os levante —añadió para los demás, asegurando todas las ventanas antes de acercarse a la puerta—. Si necesitáis cualquier cosa yo estaré despierto abajo y puedo subir en un instante, ¿de acuerdo? Descansad tranquilos. —se despidió en la entrada, siguiendo a su febril compañero hacia las escaleras a tiempo para ver como se mareaba y aparecía Zobriel para abrigarlo con una manta.
El nublino le dijo que se tomara con calma el descenso antes de seguir su camino hacia el salón, pero en opinión del irrense ya llevaba demasiado tiempo bamboleándose por ahí descalzo. Debía de guardar reposo y evitar enfriarse los pies o tardaría más tiempo en recuperarse.
—Te echo una mano —le dijo, pasándose su brazo por encima de los hombros y cargando con su peso hacia las escaleras—. ¿Como te encuentras? —le preguntó mientras descendían—. La fiebre parece haber disminuido... —murmuró cuando alcanzaban el salón, bajando la voz para no perturbar el sueño de Rena y ayudándole a tenderse en el sofá en el que había estado descansando hasta el momento—. ¿Necesitas algo? —inquirió una vez estuvo acostado y bien abrigado.
Milo se sentaría en un sillón libre una vez hubiera atendido la petición de Rox de haberla, y pasaría el resto de la noche sumido en sus pensamientos. Le inquietaban sobremanera los sucesos recientes, pues no dudaba de la existencia del monstruo a pesar de que el relato de los pequeños sonaban a pesadilla, y confirmar que estaban mucho menos protegidos de lo que creían en aquel refugio aparentemente seguro resultaba perturbador. Si se le daba vueltas a este hecho no era nada extraño, sin embargo, pues solo una pared de piedra y un foso les separaba de todos los peligros que había en aquella ciudad, pero pensar en esas cosas no ayudaba y el norteño acabó apartándolas de su mente. Necesitaba dormir.
—Siempre puedes asomarte a alguna ventana, pero no es buena idea arriesgarse a salir —le comentó en voz lo suficientemente baja como para que no le escucharan los enanos y se pusieran más nerviosos—. Faltan pocas horas para el amanecer, es cierto, y si no dormís lo suficiente mañana no habrá quien os levante —añadió para los demás, asegurando todas las ventanas antes de acercarse a la puerta—. Si necesitáis cualquier cosa yo estaré despierto abajo y puedo subir en un instante, ¿de acuerdo? Descansad tranquilos. —se despidió en la entrada, siguiendo a su febril compañero hacia las escaleras a tiempo para ver como se mareaba y aparecía Zobriel para abrigarlo con una manta.
El nublino le dijo que se tomara con calma el descenso antes de seguir su camino hacia el salón, pero en opinión del irrense ya llevaba demasiado tiempo bamboleándose por ahí descalzo. Debía de guardar reposo y evitar enfriarse los pies o tardaría más tiempo en recuperarse.
—Te echo una mano —le dijo, pasándose su brazo por encima de los hombros y cargando con su peso hacia las escaleras—. ¿Como te encuentras? —le preguntó mientras descendían—. La fiebre parece haber disminuido... —murmuró cuando alcanzaban el salón, bajando la voz para no perturbar el sueño de Rena y ayudándole a tenderse en el sofá en el que había estado descansando hasta el momento—. ¿Necesitas algo? —inquirió una vez estuvo acostado y bien abrigado.
Milo se sentaría en un sillón libre una vez hubiera atendido la petición de Rox de haberla, y pasaría el resto de la noche sumido en sus pensamientos. Le inquietaban sobremanera los sucesos recientes, pues no dudaba de la existencia del monstruo a pesar de que el relato de los pequeños sonaban a pesadilla, y confirmar que estaban mucho menos protegidos de lo que creían en aquel refugio aparentemente seguro resultaba perturbador. Si se le daba vueltas a este hecho no era nada extraño, sin embargo, pues solo una pared de piedra y un foso les separaba de todos los peligros que había en aquella ciudad, pero pensar en esas cosas no ayudaba y el norteño acabó apartándolas de su mente. Necesitaba dormir.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/08/16, 08:24 pm
Neil solo podía centrarse en echar la bronca a Adru por descuidada y repasar todo lo que le había enseñado Nora y los sacerdotes sobre quemaduras y cómo curarlas. No era precisamente algo que se le dara bien (en realidad, nada que no fuera cocina y escultura se le daba bien), pero puso mucho empeño en intentar que las quemaduras no se pusieran peor y sanaran antes, aunque con una paciente como Adru la cosa se complicaba. Cuando terminó, se dispuso a servir la comida no sin antes obligar a su edeel a estarse quieta bajo amenaza de cucharazo en la cabeza mientras él disponía la mesa y toda la comida que había preparado. Recibió los halagos con una sonrisa y se preocupó en todo momento de que todos estuvieran bien alimentados y que no faltara de nada. Aunque no participó activamente en las historias y bailes, sí que los disfrutó enormemente sentado al lado de su edeel controlando que esta no se hiciera daño de nuevo mientras tallaba en el trozo de madera un gato sentado para regalarle a la cumpleañera.
Neil había estado bastante cansado a la hora de echarse a dormir, por lo que apenas pudo tocar la almohada antes de caer dormido en un apacible sueño que fue roto por el grito de Eitne.
- ¿Eitne? ¿Estás bien?- preguntó algo alarmado por el susto.
En cuanto Eitne y Pam dijeron lo que habían visto la mente de Neil comenzó a crear sus propias imágenes del monstruo. “¡Ha estado mirándonos a través de la ventana! ¡Está aquí y viene a por nosotros!” La respiración de Neil comenzó a acelerarse de un momento a otro volviéndose errática. Mientras todos a su alrededor parecían intentar tranquilizarse los unos a los otros, Neil comenzó a hiperventilar.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/08/16, 11:57 pm
Agradeció en silencio que Eitne también hablara, confirmando sus palabras. Quedo claro que nadie mas lo había visto y que como Adru imprudentemente aseguro al acercarse a la ventana, ya se había marchado.
El cuarto no tardo en llenarse, su grito o posiblemente mas el de Eitne, habiendo despertado a todos que poco a poco fueron enterando delo ocurrido. Pam no les escucho mucho, sus ojos puestos en aquella ventana como si temiera el momento de ver un ojo asomándose por ella. Con un temblor se acurruco aun mas bajo las sabanas justo cuando la voz de Rox, alguien que ni siquiera debía estar allí pues debía estar descansando, llegó a sus oídos.
Quiso reclamarle, con su habitual tono sin emociones que fuera acostarse, pero no pudo, estaba aun nerviosa y el tener tanta gente allí pendientes de lo que ocurrido la tranquilizaba un poco. << Sea lo que sea esa cosa, solo nos miraba, no hizo nada ¿porque? >> era algo que no comprendía del todo.
Silenciosamente agradeció que Milo cerrara las ventanas, no quería mas sorpresas, aunque dudaba mucho fuese a poder dormir.
Poco a poco el cuarto se vació y Pam, gateo por la cama, hasta agarrar el libro que rato antes había dejado caer, para abrazarse a el. << Mañana buscareis fuera, así que tranquilízate, nada mas pasara esta noche...>> se recordó la mona del queso buscando calmarse respirando profundamente se abrazo aun mas al libro. No era miedosa, ni siquiera había tenido miedo de Mala Racha cuando era mas pequeña, pero aquel no era su hogar, sino un sitio peligroso.
Al día siguiente y por primera vez en su estancia, Pam no se quedo dormida hasta que llego el amanecer, sueño que duro hasta bien entrada la hora de almorzar. Allí fue que se entero que lo demás había revisado alrededor del torreón en busca de la criatura que Eitne y ella habían visto, al parecer sin resultado alguno. Aquello le alivio un poco, pues no deseaba llevarse otro susto como el de la noche anterior.
También noto que tanto Rox como Rena habían mejorado en la noche, algo positivo para variar. Pam no olvido del todo a la criatura pero la relego a otro espacio de su mente, pensar en ella le ponía nerviosa, tenia otra cosa en la que preocuparse, como era el terminar de curar sus pies o revisar de nueva cuenta aquellos papeles que Adru había traído consigo.
Un nuevo vistazo del libro tras la hora del almuerzo, hizo que perdiera poco a poco el interés y que su atención volviera a aquella hoja suelta que había caído cuando la casa casi los aplasto. Incapaz de moverse mucho, ni de salir por ese día con el dolor en sus pies, se enfrasco en descubrir el contenido de aquella hoja donde solo algunas palabras y letras resultaban comprensibles.
Aquello mas que el libro de cuentos llamo la atención de la mona del queso. Era como un enigma, un acertijo que ansiaba descubrir, tal vez fuera inútil, pero no podría asegurar nada hasta comprobarlo. Por ese motivo, durante lo siguiente días y quitando aparte la ayuda que prestaba haciendo el almuerzo o limpiando, se enfrascaba todas las tardes en aquella hoja sentada en el sofá, carboncillo en una mano y hojas sueltas, ya pintarrajeadas, en otra.
No fue la única en interesarse por aquella hoja y su contenido, Adru e incluso Eitne, pero si fue una de las únicas en persistir en descifrarlo. Las palabras sueltas que si eran legibles por el poder del agua de la fuente, le daban un especie de idea vaga de su contenido; y también una pauta para intentar traducir el resto de palabras que ya no comprendía, por el momento. A pesar de todo y con tan pocos datos si algo tenía claro Pam es que iba a necesita mucho té, paciencia y tiempo.
Poco a poco algo empezó a salir de sus horas usadas en descifrar aquella hoja, pero seguía sin obtener esa tirada de suerte que le permitiera dar con el punto clave para terminar de descifrar su total contenido. Pero Pam no se desesperaba, mas temprano que tarde solucionaría aquello, como que su nombre real era Pelusa.
Aquella tarde ya días después de que iniciara con aquella tarea, tras estar alternando los últimos días entre intentar fabricarse unos intentos de zapatos y descifrar aquel enigma, la hora de cenar llegó antes de lo esperado y Pam, resignada a que ese día no podía seguir, subió al cuarto para dejar los apuntes y aquella hoja a buen recaudo bajo su almohada para bajar a prepararse la cena y comer junto al resto. Buscando sacar un poco su mente de las letras extrañas y el vocabulario, intento centrarse en la conversación que mantenían sus compañeros << Un descanso, tal vez despejando mi mente con otra cosa un rato mi cerebro se relaje y consiga dar mas tarde con eso que me falta para terminar de descifrar ese condenado papel >> pensó Pam, pendiente de la conversaciones en la mesa.
No hablo mucho tan solo comió y escucho, pero fue suficiente para dejar aparcado por esa noche aquella hoja que tomaba parte de su tiempo. Tras ayudar a fregar, subió de nuevo al cuarto resistiendo la tentación de coger una vela y seguir con su labor. Frunciendo un poco el ceño, golpeo la almohada ligeramente, con frustración.
-Casi había conseguido olvidarme de ti por hoy ...-murmuro, culpando de algún modo a esa tonta hoja cubierta por su almohada, por robarle su atención.
El cuarto no tardo en llenarse, su grito o posiblemente mas el de Eitne, habiendo despertado a todos que poco a poco fueron enterando delo ocurrido. Pam no les escucho mucho, sus ojos puestos en aquella ventana como si temiera el momento de ver un ojo asomándose por ella. Con un temblor se acurruco aun mas bajo las sabanas justo cuando la voz de Rox, alguien que ni siquiera debía estar allí pues debía estar descansando, llegó a sus oídos.
Quiso reclamarle, con su habitual tono sin emociones que fuera acostarse, pero no pudo, estaba aun nerviosa y el tener tanta gente allí pendientes de lo que ocurrido la tranquilizaba un poco. << Sea lo que sea esa cosa, solo nos miraba, no hizo nada ¿porque? >> era algo que no comprendía del todo.
Silenciosamente agradeció que Milo cerrara las ventanas, no quería mas sorpresas, aunque dudaba mucho fuese a poder dormir.
Poco a poco el cuarto se vació y Pam, gateo por la cama, hasta agarrar el libro que rato antes había dejado caer, para abrazarse a el. << Mañana buscareis fuera, así que tranquilízate, nada mas pasara esta noche...>> se recordó la mona del queso buscando calmarse respirando profundamente se abrazo aun mas al libro. No era miedosa, ni siquiera había tenido miedo de Mala Racha cuando era mas pequeña, pero aquel no era su hogar, sino un sitio peligroso.
Al día siguiente y por primera vez en su estancia, Pam no se quedo dormida hasta que llego el amanecer, sueño que duro hasta bien entrada la hora de almorzar. Allí fue que se entero que lo demás había revisado alrededor del torreón en busca de la criatura que Eitne y ella habían visto, al parecer sin resultado alguno. Aquello le alivio un poco, pues no deseaba llevarse otro susto como el de la noche anterior.
También noto que tanto Rox como Rena habían mejorado en la noche, algo positivo para variar. Pam no olvido del todo a la criatura pero la relego a otro espacio de su mente, pensar en ella le ponía nerviosa, tenia otra cosa en la que preocuparse, como era el terminar de curar sus pies o revisar de nueva cuenta aquellos papeles que Adru había traído consigo.
Un nuevo vistazo del libro tras la hora del almuerzo, hizo que perdiera poco a poco el interés y que su atención volviera a aquella hoja suelta que había caído cuando la casa casi los aplasto. Incapaz de moverse mucho, ni de salir por ese día con el dolor en sus pies, se enfrasco en descubrir el contenido de aquella hoja donde solo algunas palabras y letras resultaban comprensibles.
Aquello mas que el libro de cuentos llamo la atención de la mona del queso. Era como un enigma, un acertijo que ansiaba descubrir, tal vez fuera inútil, pero no podría asegurar nada hasta comprobarlo. Por ese motivo, durante lo siguiente días y quitando aparte la ayuda que prestaba haciendo el almuerzo o limpiando, se enfrascaba todas las tardes en aquella hoja sentada en el sofá, carboncillo en una mano y hojas sueltas, ya pintarrajeadas, en otra.
No fue la única en interesarse por aquella hoja y su contenido, Adru e incluso Eitne, pero si fue una de las únicas en persistir en descifrarlo. Las palabras sueltas que si eran legibles por el poder del agua de la fuente, le daban un especie de idea vaga de su contenido; y también una pauta para intentar traducir el resto de palabras que ya no comprendía, por el momento. A pesar de todo y con tan pocos datos si algo tenía claro Pam es que iba a necesita mucho té, paciencia y tiempo.
Poco a poco algo empezó a salir de sus horas usadas en descifrar aquella hoja, pero seguía sin obtener esa tirada de suerte que le permitiera dar con el punto clave para terminar de descifrar su total contenido. Pero Pam no se desesperaba, mas temprano que tarde solucionaría aquello, como que su nombre real era Pelusa.
Aquella tarde ya días después de que iniciara con aquella tarea, tras estar alternando los últimos días entre intentar fabricarse unos intentos de zapatos y descifrar aquel enigma, la hora de cenar llegó antes de lo esperado y Pam, resignada a que ese día no podía seguir, subió al cuarto para dejar los apuntes y aquella hoja a buen recaudo bajo su almohada para bajar a prepararse la cena y comer junto al resto. Buscando sacar un poco su mente de las letras extrañas y el vocabulario, intento centrarse en la conversación que mantenían sus compañeros << Un descanso, tal vez despejando mi mente con otra cosa un rato mi cerebro se relaje y consiga dar mas tarde con eso que me falta para terminar de descifrar ese condenado papel >> pensó Pam, pendiente de la conversaciones en la mesa.
No hablo mucho tan solo comió y escucho, pero fue suficiente para dejar aparcado por esa noche aquella hoja que tomaba parte de su tiempo. Tras ayudar a fregar, subió de nuevo al cuarto resistiendo la tentación de coger una vela y seguir con su labor. Frunciendo un poco el ceño, golpeo la almohada ligeramente, con frustración.
-Casi había conseguido olvidarme de ti por hoy ...-murmuro, culpando de algún modo a esa tonta hoja cubierta por su almohada, por robarle su atención.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
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Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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