El Cuchitril (Archivo I)
+10
Yber
Muffie
Leonart
Alicia
Evanna
LEC
Administración
Naeryan
Matt
Jack
14 participantes
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
El Cuchitril (Archivo I)
21/11/12, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
Observamos multitud de casas en la zona de la Plaza de los Colaespina y… lo cierto es que no resulta fácil encontrar un buen lugar, pues los edificios que sí cumplen con los requisitos que buscamos, después por dentro son inhabitables. Caso destacable aquel que parecía ser un candidato perfecto… hasta que me llevé un buen golpe en el culo en el suelto bajo el que pisaba. ¡Y las astillas tampoco perdonan! Y Gael se ríe… “¡No tiene gracia!”, pero no me oye en la burbuja que acaba de crear.
Me llama la atención un edificio grande que veo a un lado de la calle. No tardo nada en señalárselo y decirles de acercarnos a él, aunque algunos ya se habían fijado en él. Dentro del edificio, cuya puerta se conserva en un estado decente –aunque chirría como mil demonios–, encontramos un panorama que, de haber estado en mejor estado, podría jurar con las manos en el fuego que se trata de una posada. ¡Y eso significa muchas habitaciones! Además, es prácticamente toda de pierda. Mientras pienso esto, nos repartimos todos entre el salón, aunque yo no tardo en subir las escaleras para observar cómo está el piso de arriba. Este edificio está muy pero que muy bien, el suelo es mucho más resistente que el de otros edificios y los desperfectos que tiene se pueden arreglar. Las ocho habitaciones de las que consta el piso son más que suficiente para todos, aunque los muebles sí es necesario cambiarlos.
—¿¡Cómo va por ahí abajo?! –grito a los que se han quedado–. ¡Por aquí cumple con los requisitos mínimos de calidad, aunque mejor que por ahora ahuyentemos a los de sanidad!–observo mirando los insectos que recorren los muebles carcomidos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 01:34 am
Wen no dio muestras de haberle visto entrar hasta el momento en el que se dirigió a ella, y hasta entonces se había dedicado a abrazar a su mascota. El hado escuchó en silencio su respuesta, preocupado por su estado e incomodado por sus palabras. Él mismo había llegado a pensar todo aquello, pero que lo hiciera la vouivre no era nada sano, y verla en aquel estado retorcía el nudo que desde hacía días oprimía su pecho. Vac escondió su mirada en el exterior, repasando la sombra cada vez mas difusa de los edificios con los ojos, y durante unos minutos fue incapaz de articular palabra
—No digas eso. Esto es real y terminara muy pronto —habló por fin, aun sin mirar a la muchacha, escondiendo sus dudas tras una coraza de autoconfianza—. Noel despertara dentro de uno o dos días, confuso y mareado, y tu estarás aquí para él. Seguramente parezca un pato mareado, puedo imaginármelo, y se quejara de que lleva mucho tiempo durmiendo. Tiene que practicar con la batería...
La mano derecha del griego se aferraba con fuerza al alféizar de la ventana, astillándolo ligeramente, y de conservar aun su piel pálida, los nudillos estarían blancos como la tiza. Tenía que hacer un esfuerzo titánico para articular aquellas palabras, pues apenas se las creía él mismo, pero era necesario que al menos los demás no se dejaran llevar por la desesperanza. Se giró por fin hacia la británica, esbozando una media sonrisa calmada que distaba mucho de su linea de pensamientos actual.
—Llegamos a tiempo y mi hermano esta recuperándose, no tiene sentido que sueñes con algo que ya ha pasado, Wen —comentó en tono tranquilizador—. Este es el mejor escenario posible dada la situación, pues todos los de Gar han muerto, y cuando Noel despierte se alegrara de que ya no amenacen tu seguridad nunca mas... seguro que lamenta no haberlo celebrado adecuadamente o algo así. Yo al menos eché en falta algo mas de alcohol la noche de la Luna —añadió. En ese momento Noel movió ligeramente la cabeza, reaccionando a algún estímulo de sus subconsciente, pero pareció que le estaba dando la razón.
El hado había enmudecido de nuevo ante este gesto, pero no tardó nada en usarlo en su beneficio, esgrimiéndolo para alentar los ánimos de la vouivre.
—¿Ves?, él esta de acuerdo conmigo, y seguro que también piensa que deberías dormir un poco. En serio, con esas ojeras podrías hacer una campaña para salvar a los cachorros panda de todo el mundo —aseguró, negando ligeramente con la cabeza.
—No digas eso. Esto es real y terminara muy pronto —habló por fin, aun sin mirar a la muchacha, escondiendo sus dudas tras una coraza de autoconfianza—. Noel despertara dentro de uno o dos días, confuso y mareado, y tu estarás aquí para él. Seguramente parezca un pato mareado, puedo imaginármelo, y se quejara de que lleva mucho tiempo durmiendo. Tiene que practicar con la batería...
La mano derecha del griego se aferraba con fuerza al alféizar de la ventana, astillándolo ligeramente, y de conservar aun su piel pálida, los nudillos estarían blancos como la tiza. Tenía que hacer un esfuerzo titánico para articular aquellas palabras, pues apenas se las creía él mismo, pero era necesario que al menos los demás no se dejaran llevar por la desesperanza. Se giró por fin hacia la británica, esbozando una media sonrisa calmada que distaba mucho de su linea de pensamientos actual.
—Llegamos a tiempo y mi hermano esta recuperándose, no tiene sentido que sueñes con algo que ya ha pasado, Wen —comentó en tono tranquilizador—. Este es el mejor escenario posible dada la situación, pues todos los de Gar han muerto, y cuando Noel despierte se alegrara de que ya no amenacen tu seguridad nunca mas... seguro que lamenta no haberlo celebrado adecuadamente o algo así. Yo al menos eché en falta algo mas de alcohol la noche de la Luna —añadió. En ese momento Noel movió ligeramente la cabeza, reaccionando a algún estímulo de sus subconsciente, pero pareció que le estaba dando la razón.
El hado había enmudecido de nuevo ante este gesto, pero no tardó nada en usarlo en su beneficio, esgrimiéndolo para alentar los ánimos de la vouivre.
—¿Ves?, él esta de acuerdo conmigo, y seguro que también piensa que deberías dormir un poco. En serio, con esas ojeras podrías hacer una campaña para salvar a los cachorros panda de todo el mundo —aseguró, negando ligeramente con la cabeza.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 02:34 am
- Lo sé.- contestó Wen a las palabras del hado mientras seguía acariciando la cabeza del lobezno distraídamente-. Ellos ya no amenazaran nunca más mi seguridad, pero vendrán otros Vac, siempre hay más. No dejo de pensar que debí haber sido yo a la que Barch tirara contra el muro.- susurró sombríamente. Luego soltó a Ornlu, que persiguió a Odín por la habitación juguetonamente. Wen cogió la mano de Noel y la abrazó entre las suyas-. Sabes que no puedo, Vac. Aunque quisiera, despertaría a los cinco minutos sobresaltada. Tu tranquilo, cuando Noel despierte yo tendré tiempo para dormir.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 09:44 pm
Vac escuchó en silencio las palabras de la británica. Era muy posible que muertos los de Gar vinieran otros en pos de la gema de la vouivre, pero en ese caso volverían a protegerla. No tenía sentido darle vueltas en aquel momento.
—No puedo estar tranquilo —masculló, trazando con los dedos y sin articular palabra un hechizo de sueño sencillo.
El cansancio de la muchacha contribuyó a que no se percatara del sortilegio y, si llego a hacerlo, no le diera tiempo a reaccionar. Wen cayó hacia delante dormida, pero el hado evitó a tiempo que lo hiciera sobre Noel y la levantó con cuidado, rodeando la cama y depositándola junto a su hermano. Un par de hechizos mas complejos, estos entonados en voz alta, le aseguraron que la británica tendría un sueño tranquilo privado de pesadillas. Era un lecho grande y no creía que sus ocupantes se molestaran mutuamente, así que volvió a la ventana una vez completada su tarea.
—Seguramente se cabree conmigo, pero no podía dejar que la primera imagen que tengas de ella cuando despiertes sea la de un cadáver reanimado, ¿no crees? —le comentó al draco en voz alta, la mascara perfecta que había mantenido los últimos días completamente deshecha.
No se sentía con fuerzas para continuar aquella farsa en solitario y, lejos de la visa de sus amigos, sus emociones se reflejaban en su rostro de forma clara. Estaba asustado y la confianza de la que hacía gala no era sincera.
—Tienes que despertar, ¿si? —susurro, incapaz de mirar al sueco— No puedes hacer como ella, no puedes dejarme ahora. Aun tienes que llenar ese mp3, tienes que mejorar con la batería y tocar conmigo en la taberna. ¿Pretendes irte sin tomarte unas copas con tu hermano por haber acabado con esos gilipollas? —continuó con voz apenas audible, lo que iba diciendo cada vez sonaba mas incoherente. Su mirada hacía rato que estaba desenfocada y los destellos de los murciélagos flamígeros apenas deslumbraban sus ojos vacíos.
Pasó toda la noche y buena parte del día con Ornlu dormido entre sus brazos, su mente muy lejos de allí, y solo volvió a la realidad cuando oyó como Wen empezaba a despertarse cerca del anochecer. Vac abandonó la habitación en ese momento, no quería alterar a la vouivre con su presencia.
—No puedo estar tranquilo —masculló, trazando con los dedos y sin articular palabra un hechizo de sueño sencillo.
El cansancio de la muchacha contribuyó a que no se percatara del sortilegio y, si llego a hacerlo, no le diera tiempo a reaccionar. Wen cayó hacia delante dormida, pero el hado evitó a tiempo que lo hiciera sobre Noel y la levantó con cuidado, rodeando la cama y depositándola junto a su hermano. Un par de hechizos mas complejos, estos entonados en voz alta, le aseguraron que la británica tendría un sueño tranquilo privado de pesadillas. Era un lecho grande y no creía que sus ocupantes se molestaran mutuamente, así que volvió a la ventana una vez completada su tarea.
—Seguramente se cabree conmigo, pero no podía dejar que la primera imagen que tengas de ella cuando despiertes sea la de un cadáver reanimado, ¿no crees? —le comentó al draco en voz alta, la mascara perfecta que había mantenido los últimos días completamente deshecha.
No se sentía con fuerzas para continuar aquella farsa en solitario y, lejos de la visa de sus amigos, sus emociones se reflejaban en su rostro de forma clara. Estaba asustado y la confianza de la que hacía gala no era sincera.
—Tienes que despertar, ¿si? —susurro, incapaz de mirar al sueco— No puedes hacer como ella, no puedes dejarme ahora. Aun tienes que llenar ese mp3, tienes que mejorar con la batería y tocar conmigo en la taberna. ¿Pretendes irte sin tomarte unas copas con tu hermano por haber acabado con esos gilipollas? —continuó con voz apenas audible, lo que iba diciendo cada vez sonaba mas incoherente. Su mirada hacía rato que estaba desenfocada y los destellos de los murciélagos flamígeros apenas deslumbraban sus ojos vacíos.
Pasó toda la noche y buena parte del día con Ornlu dormido entre sus brazos, su mente muy lejos de allí, y solo volvió a la realidad cuando oyó como Wen empezaba a despertarse cerca del anochecer. Vac abandonó la habitación en ese momento, no quería alterar a la vouivre con su presencia.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 10:00 pm
Una y otra vez había revivido aquella noche.
El cuerpo de Noel no respondía más que con leves actos reflejos ante algunos estímulos y nada podía saber de lo que sucedía en su cuarto, en su casa, a la gente que quería y que sufría por su causa, además de tener que confrontar otros problemas que desconocía completamente.
Pero su mente, el interior de su cabeza, bullía con las mismas pesadillas que se repetían constantemente, obligando al draco a volver a las calles, a enfrentarse de nuevo a ellos, a ver morir a sus amigos una y otra vez. A veces veía morir solo a uno, en otras ocasiones solo él quedaba vivo tras haber resultado completamente inútil en aquella escaramuza en la que era tan importante para él exterminarlos, a los desgraciados que habían convertido el día a día de todos ellos en un infierno. Sobre todo el suyo, el de ella.
El sueco la veía morir cada vez que soñaba. Y por eso cuando la oía, cuando su voz conseguía llegar hasta su mente en severo estado de inconsciencia, el Noel que todavía permanecía despierto, irónicamente, en sueños se preguntaba una y otra vez el porqué de aquella tortura. Estaba muerta, la había visto morir incontables veces; no podía estar oyendo su voz.
A veces intentaba seguirla. Seguía la voz de la vouivre sin descanso. No supo cuánto tiempo pasó corriendo. Corría y, aunque su cuerpo no daba muestras de agotarse, tampoco avanzaba. Daba igual que corriese durante minutos, horas o semanas. En cuanto paraba seguía en el mismo sitio. Era entonces cuando se derrumbaba por completo y se moría. Una y otra vez. O tal vez eso era lo que deseaba, que su vida terminase porque ya nunca podría volver a verla.
Pero aquella tarde, al anochecer, seguía vivo. Y no recordaba que Wen estaba muerta. Ni que nadie hubiese fallecido en diversas ocasiones. Simplemente no recordaba.
Abrió los ojos con pesadez, tratando de enfocar la vista. Durante eternos segundos su confusión fue absoluta. No supo reconocer dónde estaba ni por qué se encontraba tan débil. Noel emitió algunos leves quejidos mientras se llevaba un brazo a los ojos, tratando de frotárselos con una torpeza visiblemente distinguible. Al poco comenzó a ver mejor… pero solo por el lado izquierdo. Parpadeó varias veces y, costosamente, movió la cabeza para dejar de mirar lo que por fin había reconocido como el techo de su cuarto.
Allí estaba Wen abrazada a algo peludo, sentada en un sofá que por algún motivo tenía la sensación de que no estaba dónde correspondía, a quien observó, tratando de enfocarla correctamente sin éxito, con la boca entreabierta y la mirada perdida. Continuó tanteando sus ojos con la mano, hasta que descubrió que si se tapaba el ojo derecho podía enfocar correctamente. Con la palma de la mano derecha tapando su ojo, trató de articular su primera palabra en una semana entera. Aunque, obviamente, el draco no sabía que había permanecido en el más absoluto silencio durante siete días. Necesito esforzarse por intentar aclarar su garganta y encontrar las fuerzas para poder volver a utilizar sus cuerdas vocales.
—¿Qué ha…qué ha… pasado? —consiguió preguntar por fin. Hablaba en un tono bajo y en el que se adivinaba la dificultad que le suponía articular unas simples palabras.
Inmediatamente después de preguntar aquello, la expresión de la cara del sueco cambió de súbito a una que no correspondía demasiado con su estado. El rostro desencajado acompañó a un repentino intento por incorporarse en la cama. Porque de pronto había recordado. Había recordado qué estaba haciendo antes de perder la consciencia.
—¡Los de Gar! —exclamó con todas las fuerzas que tenía, que no eran demasiadas. Al incorporarse, el tubo de la sonda nasogástrica que se encontraba introducida en sus fosas nasales se desprendió unos centímetros y su garra libre se cernió sobre el tubo para después tirar de ella, arrancándosela. Cuando volvió a hablar, la debilidad había vuelto a su voz tras aquel repentino arranque de brusquedad difícil de mantener en su estado—. ¿Qué pasó? Estábamos luchando y… no lo… no lo recuerdo…
Varios flashes de recuerdos fragmentados de aquella noche se sucedieron por la mente del sueco. No era capaz de procesar la información que había comenzado a recuperar a más velocidad de la que podía seguir y un terrible pinchazo de dolor en la sien le hizo agachar la cabeza y emitir un quejido mientras se llevaba la mano derecha a la misma. No obstante, algo lo detuvo. El tubo que tenía en la mano. Se fijó en el por primera vez y, pesadamente, desplazó su mirada hacia el otro extremo y lo dejó caer abriendo su puño lentamente. Noel se quedó ensimismado mientras escuchaba el sonido del plástico golpeando el suelo y una chispa de comprensión se encendió en su mente, pero se extinguió inmediatamente. Tenía la impresión de que debería darse cuenta de algo, pero no era capaz de pensar con claridad. Volvió a mirar a Wen, todavía tapándose torpemente el ojo derecho, y esta vez pudo distinguir a Ornlu en su regazo. Por algún motivo algo no parecía estar bien en absoluto y todavía no sabía exactamente qué era.
El cuerpo de Noel no respondía más que con leves actos reflejos ante algunos estímulos y nada podía saber de lo que sucedía en su cuarto, en su casa, a la gente que quería y que sufría por su causa, además de tener que confrontar otros problemas que desconocía completamente.
Pero su mente, el interior de su cabeza, bullía con las mismas pesadillas que se repetían constantemente, obligando al draco a volver a las calles, a enfrentarse de nuevo a ellos, a ver morir a sus amigos una y otra vez. A veces veía morir solo a uno, en otras ocasiones solo él quedaba vivo tras haber resultado completamente inútil en aquella escaramuza en la que era tan importante para él exterminarlos, a los desgraciados que habían convertido el día a día de todos ellos en un infierno. Sobre todo el suyo, el de ella.
El sueco la veía morir cada vez que soñaba. Y por eso cuando la oía, cuando su voz conseguía llegar hasta su mente en severo estado de inconsciencia, el Noel que todavía permanecía despierto, irónicamente, en sueños se preguntaba una y otra vez el porqué de aquella tortura. Estaba muerta, la había visto morir incontables veces; no podía estar oyendo su voz.
A veces intentaba seguirla. Seguía la voz de la vouivre sin descanso. No supo cuánto tiempo pasó corriendo. Corría y, aunque su cuerpo no daba muestras de agotarse, tampoco avanzaba. Daba igual que corriese durante minutos, horas o semanas. En cuanto paraba seguía en el mismo sitio. Era entonces cuando se derrumbaba por completo y se moría. Una y otra vez. O tal vez eso era lo que deseaba, que su vida terminase porque ya nunca podría volver a verla.
Pero aquella tarde, al anochecer, seguía vivo. Y no recordaba que Wen estaba muerta. Ni que nadie hubiese fallecido en diversas ocasiones. Simplemente no recordaba.
Abrió los ojos con pesadez, tratando de enfocar la vista. Durante eternos segundos su confusión fue absoluta. No supo reconocer dónde estaba ni por qué se encontraba tan débil. Noel emitió algunos leves quejidos mientras se llevaba un brazo a los ojos, tratando de frotárselos con una torpeza visiblemente distinguible. Al poco comenzó a ver mejor… pero solo por el lado izquierdo. Parpadeó varias veces y, costosamente, movió la cabeza para dejar de mirar lo que por fin había reconocido como el techo de su cuarto.
Allí estaba Wen abrazada a algo peludo, sentada en un sofá que por algún motivo tenía la sensación de que no estaba dónde correspondía, a quien observó, tratando de enfocarla correctamente sin éxito, con la boca entreabierta y la mirada perdida. Continuó tanteando sus ojos con la mano, hasta que descubrió que si se tapaba el ojo derecho podía enfocar correctamente. Con la palma de la mano derecha tapando su ojo, trató de articular su primera palabra en una semana entera. Aunque, obviamente, el draco no sabía que había permanecido en el más absoluto silencio durante siete días. Necesito esforzarse por intentar aclarar su garganta y encontrar las fuerzas para poder volver a utilizar sus cuerdas vocales.
—¿Qué ha…qué ha… pasado? —consiguió preguntar por fin. Hablaba en un tono bajo y en el que se adivinaba la dificultad que le suponía articular unas simples palabras.
Inmediatamente después de preguntar aquello, la expresión de la cara del sueco cambió de súbito a una que no correspondía demasiado con su estado. El rostro desencajado acompañó a un repentino intento por incorporarse en la cama. Porque de pronto había recordado. Había recordado qué estaba haciendo antes de perder la consciencia.
—¡Los de Gar! —exclamó con todas las fuerzas que tenía, que no eran demasiadas. Al incorporarse, el tubo de la sonda nasogástrica que se encontraba introducida en sus fosas nasales se desprendió unos centímetros y su garra libre se cernió sobre el tubo para después tirar de ella, arrancándosela. Cuando volvió a hablar, la debilidad había vuelto a su voz tras aquel repentino arranque de brusquedad difícil de mantener en su estado—. ¿Qué pasó? Estábamos luchando y… no lo… no lo recuerdo…
Varios flashes de recuerdos fragmentados de aquella noche se sucedieron por la mente del sueco. No era capaz de procesar la información que había comenzado a recuperar a más velocidad de la que podía seguir y un terrible pinchazo de dolor en la sien le hizo agachar la cabeza y emitir un quejido mientras se llevaba la mano derecha a la misma. No obstante, algo lo detuvo. El tubo que tenía en la mano. Se fijó en el por primera vez y, pesadamente, desplazó su mirada hacia el otro extremo y lo dejó caer abriendo su puño lentamente. Noel se quedó ensimismado mientras escuchaba el sonido del plástico golpeando el suelo y una chispa de comprensión se encendió en su mente, pero se extinguió inmediatamente. Tenía la impresión de que debería darse cuenta de algo, pero no era capaz de pensar con claridad. Volvió a mirar a Wen, todavía tapándose torpemente el ojo derecho, y esta vez pudo distinguir a Ornlu en su regazo. Por algún motivo algo no parecía estar bien en absoluto y todavía no sabía exactamente qué era.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 10:59 pm
Wen no se dio cuenta del hechizo hasta que ya estuvo completamente dormida. Cuando despertó, muchas horas más tarde, lo hizo relajada y sin gritos. Aquella noche ninguna pesadilla había enturbiado su descanso. Estaba echada, acurrucada contra el costado del draco, y por unos segundos creyó que todo había sido un horrible sueño, pero no era así. El draco seguía en coma y ella no sabía cuando iba a despertar.
Ese día, Wen comió más de lo que acostumbraba a comer, aunque no terminó su plato. Ornlu se subió a su regazo cuando ella terminó y, subiendo las piernas al sillón, se acurrucó junto a él y comenzó a acariciarle distraída. Noel comenzó a moverse. Al principio, Wen pensó que sería una de las típicas reacciones que tenía, aunque ella no había dicho nada, pero cuando le vio mirándola no pudo más que dar un chillido ahogado. Ornlu aulló asustado, pero Wen no le hizo caso. La vouivre estaba por completo en shock. “Ha despertado. ¡Ha despertado!” se dijo a sí misma.
- ¿Noel?- preguntó dudosa pensando que había empezado a sufrir alucinaciones-. Noel ¡Noel! ¡Has despertado!- en seguida, decidió que aquello no era una alucinación y se lanzó al cuello del draco para abrazarlo-. ¡Estás aquí! ¡Me lo prometiste y estas aquí! ¡Has despertado! ¡Estas despierto!- gritaba como si no se lo creyera. Sin darle tiempo a reaccionar al draco, se levantó de un saltó y corrió a la puerta abriéndola con fuerza-. ¡Vac! ¡Gael! ¡Nia! ¡Ha despertado! ¡Ha despertado! ¡Giz! ¡Toima! ¡Adara! ¡Está despierto! ¡Noel está despierto!- luego de gritar con todas sus fuerzas volvió a la cama donde beso a Noel por toda la cara-. No vuelvas a hacerme esto, ¿vale? No vuelvas a hacérmelo, por favor. No he pasado más miedo en toda mi vida.
Mientras Wen no callaba emocionada, Ornlu aullaba a su lado dando saltitos contagiado por la efusividad de su dueña.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
14/08/14, 11:30 pm
Su mente embotada no lograba descifrar la reacción de la vouivre, a la que contemplaba con cierto pasmo. A pesar de lo eufórica que estaba, al draco, quien recuperaba poco a poco sus facultades mentales, no se le escapó el aspecto que tenía. Presentaba signos visibles de agotamiento, como si llevase mucho tiempo durmiendo mal y ello, sumado a las palabras que poco a poco descifraba, comenzó a asentar en su mente una certeza. Volvió a observar la sonda nasogástrica que había tirado al suelo hacia escasos segundos, aunque interrumpió el tren de pensamientos cuando la vouivre se subió a la cama para darle varios besos por toda la cara.
—Wen… —llamó su atención mientras retiraba la garra de su ojo derecho, aunque lo mantuvo cerrado como pudo, y estiró el brazo torpemente hacia ella, intentando posarla sobre su rostro con escaso éxito—. ¿Qué ha pasado? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde qué… desde la pelea…?
Noel se sentía débil y mareado. Trataba de mantener su ojo derecho cerrado a toda costa, pero a veces las fuerzas le fallaban, se le abría ligeramente y su mareo aumentaba al no lograr enfocar correctamente. Trató de incorporarse más en la cama y cuando lo hizo notó algo que lo molestaba bajo las sábanas. Las levantó para ver qué era, aunque probablemente ya lo habría imaginado si no fuera porque le costaba procesar, y permaneció unos segundos observando aquel otro tubo.
—Dime que sabes cómo quitarme esto —le dijo a Wen mientras, observándola con su único ojo operativo, volvía a dejarse caer en la cama.
Se cubrió ambos ojos con el brazo y dejó escapar una exhalación.
—Wen… —llamó su atención mientras retiraba la garra de su ojo derecho, aunque lo mantuvo cerrado como pudo, y estiró el brazo torpemente hacia ella, intentando posarla sobre su rostro con escaso éxito—. ¿Qué ha pasado? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde qué… desde la pelea…?
Noel se sentía débil y mareado. Trataba de mantener su ojo derecho cerrado a toda costa, pero a veces las fuerzas le fallaban, se le abría ligeramente y su mareo aumentaba al no lograr enfocar correctamente. Trató de incorporarse más en la cama y cuando lo hizo notó algo que lo molestaba bajo las sábanas. Las levantó para ver qué era, aunque probablemente ya lo habría imaginado si no fuera porque le costaba procesar, y permaneció unos segundos observando aquel otro tubo.
—Dime que sabes cómo quitarme esto —le dijo a Wen mientras, observándola con su único ojo operativo, volvía a dejarse caer en la cama.
Se cubrió ambos ojos con el brazo y dejó escapar una exhalación.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 01:24 am
Oir su nombre de sus labios fue como un chute de felicidad. Wen no entendía por qué Noel le daba importancia a lo que había pasado cuando lo verdaderamente importante era que estaba despierto. En cuanto el draco levantó la mano, la vouivre la atrapó entre las suyas y la besó fuertemente.
- Da igual lo que pasara, están muertos y eso es lo que importa.- le dijo con una sonrisa sin poder creerse que Noel estuviera hablando con ella.
Wen no pensaba contestarle a la pregunta de cuánto tiempo había pasado. No era necesario y ya se enteraría. En ese momento lo único importante era que estaba vivo, despierto y hablando con ella, nada más. La británica rio ante la petición del draco e hizo un gesto con la mano.
- Luego te lo quito. ¿No querrás que esa sea la primera imagen que todos vean de ti, verdad? Ten han echado mucho de menos.- le dijo abrazándole por la cintura mientras Ornlu subía sus patas delanteras a la cama y miraba al draco sacando la lengua de forma graciosa, como corroborando las palabras de su dueña.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 02:51 am
Si la náyade lo había hecho a propósito o no, no lo sabía, pero había encontrado la fórmula perfecta para dejarle con la palabra en la boca. El breve abrazo lo cogió totalmente por sorpresa y ni tiempo le dio a corresponderlo aunque fuese también de forma breve. ¿Había cedido o solo había dicho eso para que se quedara más tranquilo? No se creía que ella fuese a ceder así como así, por lo que suspiró y lo dejó correr. Ella ya se había ido, de todas formas.
Se encontró con el maletín al echar un último vistazo a la cocina antes de abandonarla. Se lo quedó mirando un momento antes de acercarse, tentado en parte de abrirlo, como si de allí pudiera salir alguna respuesta. Pero sabía que no o, mejor dicho, podía contener cualquier cosa, y no tenía derecho alguno a meter las narices. Cogió el maletín y lo dejó frente a la puerta de la habitación que ocupaba ahora la náyade. Solo llamó a la puerta y la informó de que le había acercado su maletín, para después desaparecer escaleras abajo sin darle tiempo a responder. No quería aparentar haber subido a continuar la discusión, sencillamente quería dejarle tiempo para pensar.
Los días empezaron a sucederse de forma monótona, pesada. El fuego fatuo había quitado a los de Gar de su vista y volvió a emplear horas en investigar en su taller, que era lo que más lograba distraerlo de todos los problemas, de todos los pensamientos agoreros, cada vez más recurrentes. Se alejaba del cuchitril, de su ambiente, se dejaba absorber por su trabajo y tan solo escuchaba el ronroneo de Pirita y los suaves gruñidos de Tocino explorando todo con su enorme hocico. Era una hembra, a pesar de su nombre.
Era un día como todos los anteriores, y estaba en su habitación. Pirita había destrozado con saña uno de los almohadones de su juguete favorito y el relleno había quedado esparcido por el suelo. El fuego fatuo no pensaba arreglárselo, pero no le quedaba más remedio que recoger. Los gritos de Wen lo interrumpieron de forma repentina. Tardó en moverse lo que tardó en asimilar lo que significaban, abriendo la puerta de un tirón. Tenía que verlo. Cómo, en qué estado, ¿estaba todo bien? ¿se había despertado realmente? Irrumpió en la habitación, con los ojos como platos. Lo que se oía en el cuchitril bien podía ser llamado estampida.
Noel, erguido, se abrazaba a Wen. Olvidando cualquier protocolo autoimpuesto, el fuego fatuo se abalanzó sobre su amigo y se abrazó a él donde Wen dejaba espacio. Estaba demasiado preocupado como para razonar, pero no tan despistado como para no apartarse pronto. En el jaleo que se montó en la habitación, el fuego fatuo empezó a tratar de hacer preguntas.
―¿Cómo te sientes? ¿Ves bien? ¿Te mareas? ¿Tienes lagunas de memoria? ―Trató de refrenarse cuando se dio cuenta de que estaba yendo demasiado rápido. Levitó sobre la cama, encogido y con las rodillas dobladas, buscando ocupar el menor espacio posible.
Se encontró con el maletín al echar un último vistazo a la cocina antes de abandonarla. Se lo quedó mirando un momento antes de acercarse, tentado en parte de abrirlo, como si de allí pudiera salir alguna respuesta. Pero sabía que no o, mejor dicho, podía contener cualquier cosa, y no tenía derecho alguno a meter las narices. Cogió el maletín y lo dejó frente a la puerta de la habitación que ocupaba ahora la náyade. Solo llamó a la puerta y la informó de que le había acercado su maletín, para después desaparecer escaleras abajo sin darle tiempo a responder. No quería aparentar haber subido a continuar la discusión, sencillamente quería dejarle tiempo para pensar.
Los días empezaron a sucederse de forma monótona, pesada. El fuego fatuo había quitado a los de Gar de su vista y volvió a emplear horas en investigar en su taller, que era lo que más lograba distraerlo de todos los problemas, de todos los pensamientos agoreros, cada vez más recurrentes. Se alejaba del cuchitril, de su ambiente, se dejaba absorber por su trabajo y tan solo escuchaba el ronroneo de Pirita y los suaves gruñidos de Tocino explorando todo con su enorme hocico. Era una hembra, a pesar de su nombre.
Era un día como todos los anteriores, y estaba en su habitación. Pirita había destrozado con saña uno de los almohadones de su juguete favorito y el relleno había quedado esparcido por el suelo. El fuego fatuo no pensaba arreglárselo, pero no le quedaba más remedio que recoger. Los gritos de Wen lo interrumpieron de forma repentina. Tardó en moverse lo que tardó en asimilar lo que significaban, abriendo la puerta de un tirón. Tenía que verlo. Cómo, en qué estado, ¿estaba todo bien? ¿se había despertado realmente? Irrumpió en la habitación, con los ojos como platos. Lo que se oía en el cuchitril bien podía ser llamado estampida.
Noel, erguido, se abrazaba a Wen. Olvidando cualquier protocolo autoimpuesto, el fuego fatuo se abalanzó sobre su amigo y se abrazó a él donde Wen dejaba espacio. Estaba demasiado preocupado como para razonar, pero no tan despistado como para no apartarse pronto. En el jaleo que se montó en la habitación, el fuego fatuo empezó a tratar de hacer preguntas.
―¿Cómo te sientes? ¿Ves bien? ¿Te mareas? ¿Tienes lagunas de memoria? ―Trató de refrenarse cuando se dio cuenta de que estaba yendo demasiado rápido. Levitó sobre la cama, encogido y con las rodillas dobladas, buscando ocupar el menor espacio posible.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 03:50 am
Noel retiró el brazo, manteniendo el ojo derecho cerrado siempre que le era posible, mientras descifraba las palabras de su pareja. Estaban muertos. Muertos.
—Hmm —musitó distraídamente como única respuesta a su pregunta, pues en su cabeza continuaba tratando de encontrar los recuerdos que necesitaba.
Al fin y al cabo, para él aquello había sido lo último que había sucedido. Abrazó torpemente a la vouivre cuando esta lo rodeó con sus brazos y observó a Ornlu con la mirada perdida mientras en su cabeza se sucedían varias escenas de la noche de la salida de la Luna a toda velocidad.
No tuvo mucho tiempo para perderse en los recuerdos fragmentados que comenzaban a acudir a su memoria, porque entonces Gael entró en el cuarto como una exhalación y pasaron a ser dos los pares de brazos que lo rodeaban. Las preguntas con las que le ametralló el fuego fatuo no pudieron ser respondidas al instante pues al draco todavía le costaba centrarse. Más aún cuando seguía buscando en su difusa memoria lo que había ocurrido durante la escaramuza.
Agradeció que el español le dejase espacio y, tras dedicar una mirada ausente a aquellos que habían comenzado también a entrar en el cuarto, retiró con dificultad uno de sus brazos que se aferraban a la británica para volver a colocarlo sobre su ojo derecho, ya que le costaba mantener el párpado cerrado.
—No consigo enfocar con el ojo… Con este ojo —explicó, demasiado aturdido para pensar de cuál se trataba, mientras intentaba alzar la cabeza para mirar al fuego fatuo. Se arrepintió enseguida, pues se volvió a marear y tuvo que agacharla emitiendo un leve gruñido. A continuación permaneció en silencio unos segundos, con la mirada ausente y la boca entreabierta—. ¿Qué sucedió? —No podía pensar en ninguna otra cosa—. ¿De verdad están muertos? ¿Todos están muertos?
El sueco volvió a alzar la cabeza con dificultad y dirigió su único ojo abierto hacia unos y otros, esperando que alguno le proporcionase la respuesta. Necesitaba saberlo.
—Hmm —musitó distraídamente como única respuesta a su pregunta, pues en su cabeza continuaba tratando de encontrar los recuerdos que necesitaba.
Al fin y al cabo, para él aquello había sido lo último que había sucedido. Abrazó torpemente a la vouivre cuando esta lo rodeó con sus brazos y observó a Ornlu con la mirada perdida mientras en su cabeza se sucedían varias escenas de la noche de la salida de la Luna a toda velocidad.
No tuvo mucho tiempo para perderse en los recuerdos fragmentados que comenzaban a acudir a su memoria, porque entonces Gael entró en el cuarto como una exhalación y pasaron a ser dos los pares de brazos que lo rodeaban. Las preguntas con las que le ametralló el fuego fatuo no pudieron ser respondidas al instante pues al draco todavía le costaba centrarse. Más aún cuando seguía buscando en su difusa memoria lo que había ocurrido durante la escaramuza.
Agradeció que el español le dejase espacio y, tras dedicar una mirada ausente a aquellos que habían comenzado también a entrar en el cuarto, retiró con dificultad uno de sus brazos que se aferraban a la británica para volver a colocarlo sobre su ojo derecho, ya que le costaba mantener el párpado cerrado.
—No consigo enfocar con el ojo… Con este ojo —explicó, demasiado aturdido para pensar de cuál se trataba, mientras intentaba alzar la cabeza para mirar al fuego fatuo. Se arrepintió enseguida, pues se volvió a marear y tuvo que agacharla emitiendo un leve gruñido. A continuación permaneció en silencio unos segundos, con la mirada ausente y la boca entreabierta—. ¿Qué sucedió? —No podía pensar en ninguna otra cosa—. ¿De verdad están muertos? ¿Todos están muertos?
El sueco volvió a alzar la cabeza con dificultad y dirigió su único ojo abierto hacia unos y otros, esperando que alguno le proporcionase la respuesta. Necesitaba saberlo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 02:52 pm
Toima
El ulterano estaba en el patio alimentando a la lagarta cachitos de carne cruda, que lanzaba con cierta parsimonia hacia el interior de la caseta. La lagarta normalmente los cazaba en el aire, jadeante y hambrienta. Si Toima, que estaba notablemente distraido, los lanzaba demasiado lejos de ella, esta se arrastraba hasta donde le permitian las cadenas, estirando el cuello y la lengua hasta alcanzar (o no) el trozo de carne que habia caido fuera de su rango.
Sin embargo, algo sacó a Toima de su parsimonia. Observando la habitación de Noel, le vió con los ojos abiertos, hablando: Lúcido. Se levantó de un salto, lanzando el cubo con los trozos de carne por los aires, desperdigando su contenido por todo el patio. La lagarta dió un baile de felicidad, por la suerte que tenia, antes de comenzar a picotear de la comida desperdigada por el suelo cual paloma golotona.
Toima era como un tren exprés. Subiendo las escaleras de dos a tres escalones, resbalandose en más de una ocasión y haciendo un tremendo ruido acompasado por el cuchitril, con su peso, sus prisas y sus botas, alcanzó el pasillo de las habitaciones y cargó contra la puerta de Noel, derrapando en los últimos metros, pasandosela por completo y estrellandose contra el duro suelo. Medio incorporado, se arrastró de vuelta y se asomó por el quicio de la puerta y, con un tono casi infantil, colmado de felicidad, habló.
-¡Noel! ¡Sabia que no palmarias! ¡Nos debes menos sustos, cabrón!-comentó con una gran sonrisa.
Gateó algo, incorporandose en el camino y finalmente se adentró en la sala, parecia tener intención de abalanzarse sobre él, pero logró refrenarse, apenas en el último metro. Se frotó la cara, de nervios. Habria querido abrazar al chico, de revolverle el pelo y hasta de darle un cabezazo amistoso pero no sabia si aquello lo mataria tambien.
-Me alegro que estes con nosotros de nuevo.-fue lo que acabo diciendo, rascandose la nuca.
De nuevo, más sentimientos nuevos que le incomodaban. Está vez la vulnerabilidad y el alivio. Intentó lidiar con ellos mientras sonreia hacia Noel y, aunque la sonrisa de Toima no era digna de un anuncio de dentífrico, era tremendamente honesta.
Tania
En la distancia, se podia oir la voz enmudecida de la Nublina, subiendo las escaleras con más moderación que el ulterano, siguiendo el rastro de destrucción que este habia causado, con sus pisotadas y carga de rinoceronte por el cuchitril que todavia temblaba.
-¿Ha pasado algo con Noel?-se pudo oir.
Finalmente, llegó a la puerta y dió un respingo al verle lucido, pues se habia esperado malas noticias. Se tapó la boca, reprimiendo un incaracteristico chillido en ella y, muy emocionada, dijo lo primero que se le cruzo por la mente.
-Dioses... ¡Qué alegria!-fue lo que consiguió decir, con pequeñas lágrimas asomando en sus ojos. Exhaló con cierto nerviosismo alegre, mientras se enjugaba las lágrimas de emoción.-¿Lo saben los demás?-
El ulterano estaba en el patio alimentando a la lagarta cachitos de carne cruda, que lanzaba con cierta parsimonia hacia el interior de la caseta. La lagarta normalmente los cazaba en el aire, jadeante y hambrienta. Si Toima, que estaba notablemente distraido, los lanzaba demasiado lejos de ella, esta se arrastraba hasta donde le permitian las cadenas, estirando el cuello y la lengua hasta alcanzar (o no) el trozo de carne que habia caido fuera de su rango.
Sin embargo, algo sacó a Toima de su parsimonia. Observando la habitación de Noel, le vió con los ojos abiertos, hablando: Lúcido. Se levantó de un salto, lanzando el cubo con los trozos de carne por los aires, desperdigando su contenido por todo el patio. La lagarta dió un baile de felicidad, por la suerte que tenia, antes de comenzar a picotear de la comida desperdigada por el suelo cual paloma golotona.
Toima era como un tren exprés. Subiendo las escaleras de dos a tres escalones, resbalandose en más de una ocasión y haciendo un tremendo ruido acompasado por el cuchitril, con su peso, sus prisas y sus botas, alcanzó el pasillo de las habitaciones y cargó contra la puerta de Noel, derrapando en los últimos metros, pasandosela por completo y estrellandose contra el duro suelo. Medio incorporado, se arrastró de vuelta y se asomó por el quicio de la puerta y, con un tono casi infantil, colmado de felicidad, habló.
-¡Noel! ¡Sabia que no palmarias! ¡Nos debes menos sustos, cabrón!-comentó con una gran sonrisa.
Gateó algo, incorporandose en el camino y finalmente se adentró en la sala, parecia tener intención de abalanzarse sobre él, pero logró refrenarse, apenas en el último metro. Se frotó la cara, de nervios. Habria querido abrazar al chico, de revolverle el pelo y hasta de darle un cabezazo amistoso pero no sabia si aquello lo mataria tambien.
-Me alegro que estes con nosotros de nuevo.-fue lo que acabo diciendo, rascandose la nuca.
De nuevo, más sentimientos nuevos que le incomodaban. Está vez la vulnerabilidad y el alivio. Intentó lidiar con ellos mientras sonreia hacia Noel y, aunque la sonrisa de Toima no era digna de un anuncio de dentífrico, era tremendamente honesta.
Tania
En la distancia, se podia oir la voz enmudecida de la Nublina, subiendo las escaleras con más moderación que el ulterano, siguiendo el rastro de destrucción que este habia causado, con sus pisotadas y carga de rinoceronte por el cuchitril que todavia temblaba.
-¿Ha pasado algo con Noel?-se pudo oir.
Finalmente, llegó a la puerta y dió un respingo al verle lucido, pues se habia esperado malas noticias. Se tapó la boca, reprimiendo un incaracteristico chillido en ella y, muy emocionada, dijo lo primero que se le cruzo por la mente.
-Dioses... ¡Qué alegria!-fue lo que consiguió decir, con pequeñas lágrimas asomando en sus ojos. Exhaló con cierto nerviosismo alegre, mientras se enjugaba las lágrimas de emoción.-¿Lo saben los demás?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 05:51 pm
Solo hacía falta ya lo de Nia. Genial, ¡sencillamente genial! Y que lo quiera resolver sola no lo facilita, sinceramente. De verdad… Aunque ya se sabe, es imposible vivir aquí sin tener ningún problema. ¿Pero por qué ese empeño en resolverlo ella sola? No meternos en sus problemas, se ve que dijo. ¿Que es irrespetuoso o algo así? Estaba claro que algo pasaba, mientras cenábamos el ambiente estaba tenso y… no, no parecía lo de Noel solo. Me alegra saber que… No, no me alegra, menudo asco. Pero si está empeñada en no meternos en el problema… poco puedo hacer, yo que supuestamente no lo sé. Pero a malas, tomaría medidas, sí. Espero que Gael me mantenga informada como le pedí, a él tal vez le diga algo más o descubra algo por su cuenta. Debería pedírselo también a Vac.
*********
Me voy a sobar. Necesito salir, moverme, estirar un poco las alas. Estos días no he hecho nada de provecho, durante las noches casi no duermo. Estoy cansada, no me puedo concentrar en esto. Si no tuviera tan pocas ganas…
¡Ay! Otra vez. Casi vuelvo a dormirme. Debería… ¿De nuevo con esas? Ya sé lo que debo hacer, pero a la mierda los hechizos estos, practicar ahora es estúpido, no puedo. Apoya una oreja contra la mesa y se queda mirando a Purr, quien se encuentra a su derecha remoloneando. Tan vaga como yo, ¿eh? Bueno, ya dicen que las mascotas se parecen a sus amos. ¿Qué pasó con lo de ser reina de la casa, pequeña? Últimamente no te adueñas ya de todos los rincones, no te veo tan confiada, ni tan altiva.
Y yo debería hacer algo de provecho como mirarme esto… Optimizar la conjuración silenciosa, así como con la zurda… Volar por los cielos, arrasar mis cotos de caza, inspirar temor y respeto… Historias de una magnifica, oscura y aterradora señora de los aires… Pero eso no lo voy a hacer tirada en la mesa, aquí como mucho echaré raíces o me volveré un pepino de mar. Quiero comer algo, pero no tengo hambre. Calma, Adara. Cálmate, sal a volar un rato y vuelve para la cena. ¿Wen? ¿Es ella… eso cierto?
Como si le hubieran soltado un buen azote, salió disparada hacia el pasillo seguida por la gata, indudablemente curiosa por el salto de “La que me alimenta”. La vio detenerse justo en la entrada y al instante vio pasar como una bala al “Ruidoso de los ojos”. Aprovechó el frenazo para alcanzarla y la siguió sin problemas hasta la habitación del otro gato, aunque a veces creía que era del “Pájaro que no puedo comer”. Allí se encontraban también “La que huele a serpiente”, “El que quema y no se calcina”, y al rato llegaron bastantes más. Veía a su ama al lado del lecho, quien se tapaba la boca con una mano y estaba claramente alterada. No lloraba, aunque últimamente le había visto hacerlo.
Está en pie, sí, lo está. Gracias, gracias, a lo que sea. ¡Ha despertado, sí! Todas las preguntas necesarias ya las ha hecho Gael, toca a mí responder…
—Todos, sí… —Agh, casi no consigo ni hablar. Vuelve a formular con más firmeza, pero claramente emocionada—: misión cumplida, Noel. Estamos de nuevo sin trabajo, —aunque este lo hemos cobrado bien.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 06:36 pm
El draco trató de dirigir la cabeza hacia Toima y Tania cuando entraron en la habitación y un amago de sonrisa muy leve apareció en su rostro. Era una sonrisa desprovista de la energía que solía transmitir el sueco cuando su boca se curvaba, apenas una sombra de aquella mueca que no abandonaba su expresión con facilidad.
—Yo también me alegro… supongo. Aún no sé qué…
Volvió a callar. Un nuevo pinchazo en la cabeza le hizo llevarse la garra libre a la misma. Ello le hizo notar por primera vez que algo raro pasaba con las plumas de su cabeza, pero no tuvo mucho tiempo de pensar en ello porque Adara, por fin, le dijo lo que quería oír.
Observó a la ángel negro durante unos segundos con la expresión totalmente ida. Muertos, estaban muertos. Todos ellos estaban muertos.
El draco se cubrió de nuevo ambos ojos con el antebrazo y un ligero temblor comenzó a sacudirlo, semejando alguna clase de espasmo. Esta vez sí formó una sonrisa mucho más visible, más genuina, incluso se podía adivinar el característico tinte malicioso con el que solía imbuirlas a menudo. Una carcajada histérica, cascada como lo estaba su voz, comenzó a aumentar de volumen mientras el cuerpo de Noel temblaba acompañándola.
—Ya me acuerdo… Decapité al gatito volador —anunció cuando los espasmos histéricos se lo permitieron—. Están todos muertos…
Tras pronunciar la última frase, Noel fue recuperando poco a poco la calma. Se sintió tan inmensamente aliviado al constatar aquello que por unos instantes olvidó que todavía no sabía cuánto tiempo había pasado. Pero había recordado algo más.
—Barch fue quien me dejó así, ¿verdad? —Volvió a hablar cuando se tranquilizó, retirando su brazo para volver a cubrir solo su ojo derecho con la mano.
Por supuesto, él tenía que ser siempre el que acarrease problemas a los demás. Se encontraba demasiado débil incluso para frustrarse en aquel momento, pero algo comenzaba a removerse en su interior. No obstante, había vuelto a mirar a Wen y una leve sonrisa volvió a aparecer en su rostro. Todo había acabado. Se aseguraría de que nunca tuviera que volver a temer por su vida de aquella manera.
Al mirarla, se dio cuenta de que la británica llevaba en su pelo trenzado un par de sus plumas y recordó la sensación extraña que había notado antes. Torpemente se llevó la mano izquierda al cráneo y comenzó a tantear.
—¿Me has estado robando pelo mientras no miraba? —inquirió con todo el humor que podía dejar traslucir en aquel momento.
Ya sabía que le faltaban plumas en la cabeza, una cantidad de ellas notable. Y podía imaginarse por qué, lo cual no le hacía gracia alguna.
—Yo también me alegro… supongo. Aún no sé qué…
Volvió a callar. Un nuevo pinchazo en la cabeza le hizo llevarse la garra libre a la misma. Ello le hizo notar por primera vez que algo raro pasaba con las plumas de su cabeza, pero no tuvo mucho tiempo de pensar en ello porque Adara, por fin, le dijo lo que quería oír.
Observó a la ángel negro durante unos segundos con la expresión totalmente ida. Muertos, estaban muertos. Todos ellos estaban muertos.
El draco se cubrió de nuevo ambos ojos con el antebrazo y un ligero temblor comenzó a sacudirlo, semejando alguna clase de espasmo. Esta vez sí formó una sonrisa mucho más visible, más genuina, incluso se podía adivinar el característico tinte malicioso con el que solía imbuirlas a menudo. Una carcajada histérica, cascada como lo estaba su voz, comenzó a aumentar de volumen mientras el cuerpo de Noel temblaba acompañándola.
—Ya me acuerdo… Decapité al gatito volador —anunció cuando los espasmos histéricos se lo permitieron—. Están todos muertos…
Tras pronunciar la última frase, Noel fue recuperando poco a poco la calma. Se sintió tan inmensamente aliviado al constatar aquello que por unos instantes olvidó que todavía no sabía cuánto tiempo había pasado. Pero había recordado algo más.
—Barch fue quien me dejó así, ¿verdad? —Volvió a hablar cuando se tranquilizó, retirando su brazo para volver a cubrir solo su ojo derecho con la mano.
Por supuesto, él tenía que ser siempre el que acarrease problemas a los demás. Se encontraba demasiado débil incluso para frustrarse en aquel momento, pero algo comenzaba a removerse en su interior. No obstante, había vuelto a mirar a Wen y una leve sonrisa volvió a aparecer en su rostro. Todo había acabado. Se aseguraría de que nunca tuviera que volver a temer por su vida de aquella manera.
Al mirarla, se dio cuenta de que la británica llevaba en su pelo trenzado un par de sus plumas y recordó la sensación extraña que había notado antes. Torpemente se llevó la mano izquierda al cráneo y comenzó a tantear.
—¿Me has estado robando pelo mientras no miraba? —inquirió con todo el humor que podía dejar traslucir en aquel momento.
Ya sabía que le faltaban plumas en la cabeza, una cantidad de ellas notable. Y podía imaginarse por qué, lo cual no le hacía gracia alguna.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
15/08/14, 08:56 pm
Para cuando Wen gritó la buena noticia a los cuatro vientos, Giz se encontraba en su habitación, cuidando de las dos criaturas nuevas que habían salido de su laboratorio hacía escasos días: un par de tortuguillas laud de pocos centímetros que flotaban en el aire y piel blanca, cuyos caparazones se encontraban recubiertos de las mismas escamillas de colores que tenían insectos como las mariposas en las alas, dotándolos de colores vivos. De ser algo menos urgente, el asreniano habría dejado los animales a buen recaudo, pero en aquella ocasión apenas tuvo tiempo de hacerles un gesto para que le siguieran y se acercó tan rápido como pudo a la habitación. El despertar de Noel se había retrasado más de lo que le hubiera gustado a Giz y necesitaba confirmarlo por sí mismo.
Para cuando entró a la habitación, el resto de los cuchitrileros estaban ya allí y acabó considerando que no era plan de avasallarle de golpe entre todos. Asomado al marco de la puerta, al goliat se le humedecieron los ojos de la alegría al tiempo que el resto hacía preguntas parecidas a las que habría hecho él de haber llegado antes. Con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro, de las que costaba ver en él, y haciendo un gran esfuerzo para no llorar se acercó a la cama en la que reposaba el draco.
—Ya era hora —le reprendió de broma, dándole una palmada en el hombro con excesivo cuidado—. Nos alegra que estés de vuelta.
Se echó para atrás para dejar espacio, ya que las tortugas permanecían tras él, y dirigió una mirada fugaz al resto de sus amigos. Las caras de felicidad que tenían todos le bastaron para que se le escapara una lagrimilla, que tuvo mucho cuidado de limpiarse sin que le vieran.
Para cuando entró a la habitación, el resto de los cuchitrileros estaban ya allí y acabó considerando que no era plan de avasallarle de golpe entre todos. Asomado al marco de la puerta, al goliat se le humedecieron los ojos de la alegría al tiempo que el resto hacía preguntas parecidas a las que habría hecho él de haber llegado antes. Con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro, de las que costaba ver en él, y haciendo un gran esfuerzo para no llorar se acercó a la cama en la que reposaba el draco.
—Ya era hora —le reprendió de broma, dándole una palmada en el hombro con excesivo cuidado—. Nos alegra que estés de vuelta.
Se echó para atrás para dejar espacio, ya que las tortugas permanecían tras él, y dirigió una mirada fugaz al resto de sus amigos. Las caras de felicidad que tenían todos le bastaron para que se le escapara una lagrimilla, que tuvo mucho cuidado de limpiarse sin que le vieran.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
16/08/14, 08:08 am
Wen se mantuvo al lado del draco, aunque ya no le abrazaba. Se veía desorientado y algo incomodo y molesto con su estado y la vouivre no quería agravar aquello. Además, el resto también tenía que tener oportunidad de abrazarlo. Ella calló mientras todos iban llegando, sonriendo en todo momento y mirando a todos, como queriendo confirmar que no eran imaginaciones suyas. Cuando Noel nombró a Barch, Wen reaccionó poniéndose seria.
- Sí, pero lo maté. Con tu hacha. Esta muerto. También está muerto.- dijo tranquilizadoramente, aunque más para ella que para el sueco. Tenía que recordarse que no era una inútil y aunque no había sido capaz de hacer nada en su estado si había podido vengarle.
Cuando Noel la miró ella volvió a sonreír y los oscuros pensamientos que pudieran haber acudido a su mente desaparecieron. En ese momento, el draco hizo alusión a su falta de pelo y a la británica le recorrió una sensación agridulce. Era un recuerdo desagradable, pero él estaba despierto y podía volver a reír.
- A mí no me mires.- dijo con una sonrisa-. Técnicamente se puede decir que te sobraban y que entonces yo me hice con un par.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: El Cuchitril (Archivo I)
16/08/14, 07:13 pm
El fuego fatuo esperó, expectante. No quería forzar demasiado al draco y admitió que tal vez con el abrazo repentino ya había sobrepasado los sobresaltos que podía darle. Debía estar confuso, desubicado, y necesitaría un tiempo tal vez para responder a todas esas preguntas. Lo miró un poco preocupado cuando admitió que tenía un problema de enfoque, pero trató de tranquilizarse «es normal, es algo normal». Esbozó una sonrisa tonta al ver a Toima tan alterado, temiendo tal vez por tocar a Noel. Todavía recordaba cómo se había enfadado con el gigantón, pero no había encontrado el momento de pedirle disculpas. Tal vez con el despertar de Noel todo aquello quedaría ya muy atrás, donde nadie querría recordarlo.
―Tranquilo por ahora… puedes tener algunas secuelas temporales ―respondió, tratando de sonar firme. Él, como varios más, se había dedicado a leer bastante sobre lo que podía pasarle a Noel en los días anteriores. Sin embargo lo mejor en ese momento sería llamar a Nia cuanto antes, que había salido hacía algunas horas. El fuego fatuo se fue apartando poco a poco según llegaba gente. También volvían recuerdos, y eso era muy buena señal.
―¡Voy a llamar a los demás! ―avisó con optimismo. Salió al pasillo y con el comunicador marcó a los ausentes en el cuchitril para decirles a todos a la vez―: ¡Noel se ha despertado! Nia, ven en cuanto puedas, por favor. Parece que está bien, pero por ejemplo no enfoca con un ojo.
Respondería a todo lo que le preguntasen los demás mediante el comunicador, pensando en volver a la habitación en cuanto terminase. La sonrisa no se le iba de la cara, sin embargo no se ensanchaba por momentos porque todavía quedaba una sombra de duda, le preocupaban esas secuelas.
―Tranquilo por ahora… puedes tener algunas secuelas temporales ―respondió, tratando de sonar firme. Él, como varios más, se había dedicado a leer bastante sobre lo que podía pasarle a Noel en los días anteriores. Sin embargo lo mejor en ese momento sería llamar a Nia cuanto antes, que había salido hacía algunas horas. El fuego fatuo se fue apartando poco a poco según llegaba gente. También volvían recuerdos, y eso era muy buena señal.
―¡Voy a llamar a los demás! ―avisó con optimismo. Salió al pasillo y con el comunicador marcó a los ausentes en el cuchitril para decirles a todos a la vez―: ¡Noel se ha despertado! Nia, ven en cuanto puedas, por favor. Parece que está bien, pero por ejemplo no enfoca con un ojo.
Respondería a todo lo que le preguntasen los demás mediante el comunicador, pensando en volver a la habitación en cuanto terminase. La sonrisa no se le iba de la cara, sin embargo no se ensanchaba por momentos porque todavía quedaba una sombra de duda, le preocupaban esas secuelas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: El Cuchitril (Archivo I)
16/08/14, 08:49 pm
—Tranquilo, que no me voy a romper —le aseguró a Giz cuando este tocó su hombro con mucha suavidad, tratando de imprimir su habitual sarcasmo al tono.
No sonrió, no obstante, porque el comentario que había hecho le recordó que seguía sin saber cuánto tiempo había transcurrido. Tenía la sensación de que evitaban decírselo a propósito y no le hacía ninguna gracia.
La respuesta de Wen a su pregunta sobre Barch, no obstante, le devolvió aquella tenue sonrisa a su rostro. Podría pasarse el día entero escuchándolo: no había nada más maravilloso en aquel momento que oír que estaban muertos. Cuando la vouivre mencionó el hacha también se preguntó fugazmente qué habría sido de sus armas, pero ni siquiera llegó a preguntarlo ya que su línea de pensamientos se desviaba con facilidad, todavía aturdido como estaba.
Mientras, Gael había salido del cuarto y el draco observó con su ojo izquierdo al resto de los presentes durante unos breves instantes, en silencio.
—Es mejor que sigáis su ejemplo —dijo de pronto, girando su rostro hacia una posición más cómoda y dirigiendo la vista al techo. Volvió a hablar al cabo de unos segundos empleando esta vez un tono jocoso mejor conseguido—. Salid. Solo se puede quedar ella. —Señaló a la británica con la cabeza—. Van a ocurrir cosas indecentes aquí dentro y no quiero voyeurs en el cuarto.
A continuación insistiría si hacía falta hasta que todos excepto Wen hubiesen abandonado la habitación y una vez se encontró a solas con ella, volvió a retirar la ropa de cama para tratar de incorporarse. La tarea se probó más complicada de lo que debería y el draco comenzaba a frustrarse. El tirón que sintió le recordó que no debería moverse mucho todavía.
—Quítamelo ya, por favor —le pidió mientras volvía a dejarse caer con resignación sobre el colchón.
Hasta que la vouivre no le libró de aquella molestia y pudo comenzar, esta vez sí, a salir de la cama y a deshacerse de los elementos que todavía le quedaban, evidencias del estado en el que había estado hasta aquel momento, no volvió a hablar. Cuando se quitó el camisón que le habían colocado dedicó unos instantes a examinarse con aquella mirada que denotaba cansancio.
—Creo que he adelgazado un poco —comentó al cabo de unos segundos dejando escapar un leve suspiro.
Pasó entonces a pedirle a su pareja que le ayudase a vestirse, ya que había tenido que desistir de colocarse él solo los calzoncillos y preguntó qué había sido de la ropa que llevaba vinculada a la runa de vestir. Al parecer se habían ocupado de limpiarla y de arreglar los desperfectos que pudiese tener, por lo que el sueco, quien tenía la mente demasiado embotada como para vincular ninguna otra cosa en aquel momento, activó su runa y volvió a aparecer vestido igual que aquella noche. Se quitó la gabardina, no obstante, tras realizar un hechizo de intangibilidad sobre ella con evidente dificultad. Sus movimientos eran lentos, torpes y pesados. Y cada vez se sentía más frustrado.
—Esto es una puta mierda —bufó cuando por fin consiguió quitarse la prenda.
A continuación trató de levantarse de la cama y caminar, teniendo como resultado que se produjese su primer reencuentro con el suelo, pues había intentado moverse con normalidad y, evidentemente, no había podido, perdiendo el equilibrio al ser incapaz de coordinarse.
Noel permaneció unos segundos tirado en el suelo hasta que resopló fuertemente y se puso de pie con torpeza.
—No fue un simple desmayo, ¿verdad? —interpeló entonces a Wen mientras volvía a sentarse en la cama y se pasaba las manos por la cara, visiblemente agobiado.
Resultaba evidente que no, pero tan solo podía hacer conjeturas. Conjeturas que no le gustaban en lo más mínimo.
No sonrió, no obstante, porque el comentario que había hecho le recordó que seguía sin saber cuánto tiempo había transcurrido. Tenía la sensación de que evitaban decírselo a propósito y no le hacía ninguna gracia.
La respuesta de Wen a su pregunta sobre Barch, no obstante, le devolvió aquella tenue sonrisa a su rostro. Podría pasarse el día entero escuchándolo: no había nada más maravilloso en aquel momento que oír que estaban muertos. Cuando la vouivre mencionó el hacha también se preguntó fugazmente qué habría sido de sus armas, pero ni siquiera llegó a preguntarlo ya que su línea de pensamientos se desviaba con facilidad, todavía aturdido como estaba.
Mientras, Gael había salido del cuarto y el draco observó con su ojo izquierdo al resto de los presentes durante unos breves instantes, en silencio.
—Es mejor que sigáis su ejemplo —dijo de pronto, girando su rostro hacia una posición más cómoda y dirigiendo la vista al techo. Volvió a hablar al cabo de unos segundos empleando esta vez un tono jocoso mejor conseguido—. Salid. Solo se puede quedar ella. —Señaló a la británica con la cabeza—. Van a ocurrir cosas indecentes aquí dentro y no quiero voyeurs en el cuarto.
A continuación insistiría si hacía falta hasta que todos excepto Wen hubiesen abandonado la habitación y una vez se encontró a solas con ella, volvió a retirar la ropa de cama para tratar de incorporarse. La tarea se probó más complicada de lo que debería y el draco comenzaba a frustrarse. El tirón que sintió le recordó que no debería moverse mucho todavía.
—Quítamelo ya, por favor —le pidió mientras volvía a dejarse caer con resignación sobre el colchón.
Hasta que la vouivre no le libró de aquella molestia y pudo comenzar, esta vez sí, a salir de la cama y a deshacerse de los elementos que todavía le quedaban, evidencias del estado en el que había estado hasta aquel momento, no volvió a hablar. Cuando se quitó el camisón que le habían colocado dedicó unos instantes a examinarse con aquella mirada que denotaba cansancio.
—Creo que he adelgazado un poco —comentó al cabo de unos segundos dejando escapar un leve suspiro.
Pasó entonces a pedirle a su pareja que le ayudase a vestirse, ya que había tenido que desistir de colocarse él solo los calzoncillos y preguntó qué había sido de la ropa que llevaba vinculada a la runa de vestir. Al parecer se habían ocupado de limpiarla y de arreglar los desperfectos que pudiese tener, por lo que el sueco, quien tenía la mente demasiado embotada como para vincular ninguna otra cosa en aquel momento, activó su runa y volvió a aparecer vestido igual que aquella noche. Se quitó la gabardina, no obstante, tras realizar un hechizo de intangibilidad sobre ella con evidente dificultad. Sus movimientos eran lentos, torpes y pesados. Y cada vez se sentía más frustrado.
—Esto es una puta mierda —bufó cuando por fin consiguió quitarse la prenda.
A continuación trató de levantarse de la cama y caminar, teniendo como resultado que se produjese su primer reencuentro con el suelo, pues había intentado moverse con normalidad y, evidentemente, no había podido, perdiendo el equilibrio al ser incapaz de coordinarse.
Noel permaneció unos segundos tirado en el suelo hasta que resopló fuertemente y se puso de pie con torpeza.
—No fue un simple desmayo, ¿verdad? —interpeló entonces a Wen mientras volvía a sentarse en la cama y se pasaba las manos por la cara, visiblemente agobiado.
Resultaba evidente que no, pero tan solo podía hacer conjeturas. Conjeturas que no le gustaban en lo más mínimo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: El Cuchitril (Archivo I)
17/08/14, 12:59 pm
Gael salió a avisar al resto de que Noel estaba despierto y el draco les pidió al resto que salieran para que, por lo que dedujo la vouivre de sus palabras, le quitara el tubo que tanto le molestaba. La británica intentó ayudarlo en todo lo que pudo y no dejó de insistirle para que no se moviera demasiado.
- Pues entonces habrá que volverte a engordar.- le sugirió la vouivre sujetando al draco. Aunque sabía que ella no podría fácilmente con él tenía miedo de que se cayera-. Y, teniendo en cuenta que vas a tener que estarte quieto algunos días dejando que te mime, eso va a ser fácil.
Wen ayudó a Noel en todo lo que le pidió e intento que se moviera lo menos posible, pero el draco era terco y se encontraba frustrado, lo que no ayudó demasiado al trabajo de la vouivre. Intentó disuadir al draco de que no anduviera, pero este no le hizo caso y acabó en el suelo. La vouivre se sintió apenada y ayudó a levantarse al draco, sin decir nada para evitar que la frustración del draco aumentara. Lo conocía lo suficiente como para saber por lo que estaba pasando.
Hizo una mueca cuando el draco comentó que no había sido un simple desmayo y se arrodilló frente a él cogiendo sus manos entre las suyas.
- Noel, no…- “No te hagas esto.” Quiso decir, pero la mirada del sueco finalmente la disuadió. Sabía que sería duro, pero era verdad que tenía derecho a saberlo-. 7 días. Hace 7 días que salió la luna.- En su rostro podía leerse lo sufrido durante esa semana.
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