Bajos Fondos
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Rocavarancolia Rol
17 participantes
- Rocavarancolia Rol
Bajos Fondos
25/08/16, 06:36 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Entramado de galerías subterráneas que discurre por toda la ciudad. Los trapicheos más perturbadores y los negocios más turbios se pueden encontrar aquí. Debido a la falta de legislación que caracteriza a la ciudad, nacieron más por cuestiones de conveniencia que otros motivos. Entre los comerciantes y la clientela habitual se encuentra lo peor de lo peor, y los incidentes violentos son muy frecuentes en las calles y negocios. Así mismo es habitual que aquellos que tienen puesto precio a su cabeza por diversos motivos se oculten en alguna de sus innumerables galerías. Las entradas principales son dos: una se encuentra en la Casa de Gar y la otra en la Calle de las trampas. Se rumorea que hay otras entradas más secretas y protegidas mediante hechizos, que llevan a lugares de otra manera innacesibles. Aunque no son los mismos túneles que los que conforman los subterráneos existen galerías que comunican con ellos; protegidas también mediante magia para evitar que las alimañas se cuelen a placer.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Bajos Fondos
15/11/16, 01:15 am
Eriel temblaba y lloraba. Entre los sollozos creyó escuchar una voz disculpándose pero no tardó en pensar que había sido una alucinación. El batir de las alas de la dragona lo echó hacia atrás y cuando la vio irse por el agujero que habían abierto al caer respiró algo más tranquilo. Su llanto se había calmado ligeramente pero cuando su hermano lo abrazó las lágrimas afloraron con más fuerza, esta vez sin embargo eran lágrimas de alivio.
Se dejó acunar por los abrazos, los besos y las palabras de su hermano.
-Estás bien - repetía una y otra vez mientras se aferraba a su hermano como si pudiera perderlo en cualquier momento.
Pronto las lágrimas pararon y el alivio pasó, el dolor volvió con más fuerza que nunca y con él el cansancio. Apenas atendía a lo que pasaba actualmente a su alrededor pero escuchaba las voces del resto de fondo.
-No - le dijo a su hermano cuando se acercó con el anillo.- Yo estoy bien, parece peor de lo que es - mintió. Le había prometido a Siete que no iba a mentir y lamentaba romper aquella promesa pero había cosas más importantes.- Siete, cura a Siete - Eriel sabía lo cabezota que podía llegar a ser su hermano cuando se trataba de su seguridad, por eso reprimió una mueca y agarró la muñeca sana de su hermano con toda la fuerza que pudo, que no era mucha. Le miró a los ojos y con toda la resolución que pudo reunir repitió.- Cura a Siete, él está peor. Yo puedo esperar, ese anillo no se irá a ninguna parte.
Se dejó acunar por los abrazos, los besos y las palabras de su hermano.
-Estás bien - repetía una y otra vez mientras se aferraba a su hermano como si pudiera perderlo en cualquier momento.
Pronto las lágrimas pararon y el alivio pasó, el dolor volvió con más fuerza que nunca y con él el cansancio. Apenas atendía a lo que pasaba actualmente a su alrededor pero escuchaba las voces del resto de fondo.
-No - le dijo a su hermano cuando se acercó con el anillo.- Yo estoy bien, parece peor de lo que es - mintió. Le había prometido a Siete que no iba a mentir y lamentaba romper aquella promesa pero había cosas más importantes.- Siete, cura a Siete - Eriel sabía lo cabezota que podía llegar a ser su hermano cuando se trataba de su seguridad, por eso reprimió una mueca y agarró la muñeca sana de su hermano con toda la fuerza que pudo, que no era mucha. Le miró a los ojos y con toda la resolución que pudo reunir repitió.- Cura a Siete, él está peor. Yo puedo esperar, ese anillo no se irá a ninguna parte.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Bajos Fondos
15/11/16, 02:22 am
Una clara mueca de desagrado apareció en cuanto aquel "no" llego a sus oídos, quería curarlo a él, no le importaban una mierda los demás o si estaban vomitando sus órganos pero cuando su hermano le agarró la muñeca no se pudo negar.
-Vale. -Le contestó. -Tenemos que cuidar los unos de los otros. -Sonrió, de medio lado con su mejilla izquierda formando un amago de mueca, repitiéndole las palabras que él le había dicho en el baño. Le besó una vez más en la frente y se levantó en dirección a Siete.
No dudó, no contestó a nadie ni dio explicaciones, no estaba de humor. Como mucho dedicaría una mirada enfadada de soslayo a aquel que lo estorbase.
Al llegar a Siete le puso el anillo en algún lugar de piel al descubierto y cuando comenzó a retorcerse, se dirigió al cuerpo tendido de Tay al verlo grave y cerca. Ya que estaba curaría a los otros para que su hermano estuviera feliz.
Al ver a Mónica volvió un poco en sí. Era de la familia, o podría serlo... tenía que protegerla por si acaso. Utilizó el anillo con Tay y acto seguido fue a usarlo con Mónica, pero esta vez con mucho más mimo que la forma burda en la que lo había usado con los otros dos.
Cuando por tercera vez comprobó que ya no funcionaba empezó a maldecir en alto.
-Mierda. Mierda, mierda, mierda, ¡JODER! ¡FUNCIONA! -Estaba tentado de lanzar el anillo pero se contuvo pues sabía que lo necesitarían y que podrían usarlo de alguna forma. -Que esperar de una jodida inútil a la que mata una piedra... -Gruñía entre dientes. Los gritos de los curados le molestaban ahora como nunca. -<<Si simplemente hubierais muerto lo curaría joder.>> Agh.... <<Es culpa mía por hacerle caso...>>
Estaba desesperado así que se fue directo a la bolsa de la bruja a buscar algo con lo que curar a su hermano. Sacó los amuletos y se puso a leer los apuntes.
-Vale. -Le contestó. -Tenemos que cuidar los unos de los otros. -Sonrió, de medio lado con su mejilla izquierda formando un amago de mueca, repitiéndole las palabras que él le había dicho en el baño. Le besó una vez más en la frente y se levantó en dirección a Siete.
No dudó, no contestó a nadie ni dio explicaciones, no estaba de humor. Como mucho dedicaría una mirada enfadada de soslayo a aquel que lo estorbase.
Al llegar a Siete le puso el anillo en algún lugar de piel al descubierto y cuando comenzó a retorcerse, se dirigió al cuerpo tendido de Tay al verlo grave y cerca. Ya que estaba curaría a los otros para que su hermano estuviera feliz.
Al ver a Mónica volvió un poco en sí. Era de la familia, o podría serlo... tenía que protegerla por si acaso. Utilizó el anillo con Tay y acto seguido fue a usarlo con Mónica, pero esta vez con mucho más mimo que la forma burda en la que lo había usado con los otros dos.
Cuando por tercera vez comprobó que ya no funcionaba empezó a maldecir en alto.
-Mierda. Mierda, mierda, mierda, ¡JODER! ¡FUNCIONA! -Estaba tentado de lanzar el anillo pero se contuvo pues sabía que lo necesitarían y que podrían usarlo de alguna forma. -Que esperar de una jodida inútil a la que mata una piedra... -Gruñía entre dientes. Los gritos de los curados le molestaban ahora como nunca. -<<Si simplemente hubierais muerto lo curaría joder.>> Agh.... <<Es culpa mía por hacerle caso...>>
Estaba desesperado así que se fue directo a la bolsa de la bruja a buscar algo con lo que curar a su hermano. Sacó los amuletos y se puso a leer los apuntes.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Bajos Fondos
16/11/16, 10:56 am
Siete registró a medias lo que decían. Más tarde procesaría las palabras de Eriel; por entonces seguía siendo un peso inutil y roto que no vio o sintió la brusquedad con la que le pusieron el anillo, solo el cambio de agonía. Otro aullido mientras se soldaban los huesos de su mano, con el chasquido del hombro al volver a su sitio y el de su nariz recolocandose. Todo sucedía a la vez. Unas fueron rápidas y se apagaron pronto, y el grito dio paso a un jadeo con gritos intercalados. Las heridas cerraban como si alguien hubiera metido los dedos en sus piernas y tirara de los bordes con fuerza para unirlos, y como si cosieran a fuerza la piel de sus brazos. Sangre que hervía en los costados y los muslos.
Terminó como una última nota que se desvanecía. Siete temblaba con fuerza. Esta vez las arcadas terminaron en vomito, mientras se ponía a cuatro patas. Le manchó las manos, que ya tenían una mezcla de sangre secandose y polvo. No entendía como podía seguir llorando, y la masa de luces y sombras detrás de las lágrimas, si intentaba abrir los ojos, impedía que viera nada. Se frotó con dedos sucios, y la respiración a medias. Estaba bien. Estaba bien y no sabía como. Pero estaba bien.
Siete estaba cubierto en los rastros que habían dejado las heridas. Olía a hierro y a bilis. La ropa estaba rota o manchada y su color original era un misterio. Había rastros en las mejillas del llanto continuo. Se había puesto de rodillas, con los brazos inestables. Todavía estaba confuso, pero consiguió empezar a unir las imagenes y las voces - no que había pasado, no, se limitaba a entender qué sucedía entonces, qué tenía que hacer, quien seguía allí-.
Barael gritando de ira. Siete miró a Eriel con los ojos abiertos. Se puso en pie con torpeza y se giró a ver a los que estaban de pie y a los que habían llegado.
- ¿Qué...? ¿Por qué...?- sacudió la cabeza- ¿como salimos?
Terminó como una última nota que se desvanecía. Siete temblaba con fuerza. Esta vez las arcadas terminaron en vomito, mientras se ponía a cuatro patas. Le manchó las manos, que ya tenían una mezcla de sangre secandose y polvo. No entendía como podía seguir llorando, y la masa de luces y sombras detrás de las lágrimas, si intentaba abrir los ojos, impedía que viera nada. Se frotó con dedos sucios, y la respiración a medias. Estaba bien. Estaba bien y no sabía como. Pero estaba bien.
Siete estaba cubierto en los rastros que habían dejado las heridas. Olía a hierro y a bilis. La ropa estaba rota o manchada y su color original era un misterio. Había rastros en las mejillas del llanto continuo. Se había puesto de rodillas, con los brazos inestables. Todavía estaba confuso, pero consiguió empezar a unir las imagenes y las voces - no que había pasado, no, se limitaba a entender qué sucedía entonces, qué tenía que hacer, quien seguía allí-.
Barael gritando de ira. Siete miró a Eriel con los ojos abiertos. Se puso en pie con torpeza y se giró a ver a los que estaban de pie y a los que habían llegado.
- ¿Qué...? ¿Por qué...?- sacudió la cabeza- ¿como salimos?
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Bajos Fondos
16/11/16, 10:22 pm
Miró a Barael, confundido. Había pasado de su cara de forma muy flagrante y se había ido directo a Eriel. Observó la conversación entre los dos hermanos mientras pensaba en lo que estaba oyendo.
-Magia... -dejó que la palabra le llenara la boca. No sabía bien lo que era, pero por lo que podía juzgar, era algo para conseguir imposibles. Barael debería estar a las puertas de la muerte y ahí estaba, sin un rasguño excepto su muñón. Y hasta eso parecia curado.
Ahora se fijaba en lo que tenía el nublino en la mano. Era un anillo. Por lo que entendía, ese objeto tenía relación con la curación repentina (y dolorosa) de Barael. Estuvo a punto de intervenir cuando fue a usarlo en Eriel. A su juicio, Siete precisaba la curación con más urgencia. Por suerte, el hermano menor se le adelantó y convenció a Barael, que se dirigió directamente a Siete con una expresión que hizo fruncir el ceño al sinhadre. No le gustaba lo que estaba viendo. Era precisamente lo que Sox dijo en la reunión: salvar a tu compañero o al grupo. Barael priorizaba a su hermano. Muy normal, ya que su primera intención probablemente sería salvar primero a su aurva, pero no era eso lo que le molstaba... sinó que parecía hasta cabreado por hacer caso a Eriel.
Volvió a estremecerse con los gritos de Siete y Tayron, pero fueron otros los gritos que le alarmaron mas. Barael volvía a gritar, no de dolor, sino de frustración. Se acercó a mirar más de cerca.
-¿Qué pasa ahora? -Miró a Monica, tan herida como antes, y luego al anillo. Pensó un poco y trató de racionalizar-. ¿No funciona...? ¿Pero por qué? Si acaba de funcionar tres veces... -Miró el cuerpo de la niña muerta, su bolsa que había caído cerca y luego el anillo-. ¿Quizás tenga más? Aunque no le veo el sentido a llevar un cargamento de anillos que te curan mientras te torturan con sólo tres usos. Puede ser que... No sé, es descabellado quizás, pero ¿y si se ha gastado? -Miró a Sox buscando algún apoyo a su teoría-. Cuando se me terminan las pinturas tengo que renovar las existencias, ¿de acuerdo? Así que voy a comprar más. ¿Pero de dónde sale lo que compro? Alguien tiene que crear la pintura y ponerla en un bote. Lo mismo tiene que pasar con el anillo, ¿no? Alguien tuvo que ponerle la... magia dentro. -Miró a Barael. Se fijó en que estaba revisando las hojas de la fallecida y se le encendió una bombilla-. Dudo que en esta ciudad nos den nada. Primero, no sabemos con qué pagan. Segundo, hay la ley de no intervención esa. ¿Y si en esos apuntes nos dicen cómo hacer magia?
Ni él mismo estaba del todo seguro de lo que decía, pero tenía la esperanza de que en esa bolsa que se le había caído a la dragona hubiera algo que les ayudara. Iba a coger alguna hoja para leer cuando vió por el rabillo del ojo que Siete intentaba ponerse en pié. Sin pensarselo dos veces le ayudó a levantarse y se ofreció como apoyo por si se caía de nuevo.
-Tenemos una cortina en buen estado dentro de lo que cabe. Ina está arriba sin un solo rasguño. Íbamos a buscar una viga para pasar la cuerda por ahí e ibamos a ayudar a los heridos a subir atandoles o algo. El plan es ir a la fuente a lavar heridas y luego volver al torreón...
-Magia... -dejó que la palabra le llenara la boca. No sabía bien lo que era, pero por lo que podía juzgar, era algo para conseguir imposibles. Barael debería estar a las puertas de la muerte y ahí estaba, sin un rasguño excepto su muñón. Y hasta eso parecia curado.
Ahora se fijaba en lo que tenía el nublino en la mano. Era un anillo. Por lo que entendía, ese objeto tenía relación con la curación repentina (y dolorosa) de Barael. Estuvo a punto de intervenir cuando fue a usarlo en Eriel. A su juicio, Siete precisaba la curación con más urgencia. Por suerte, el hermano menor se le adelantó y convenció a Barael, que se dirigió directamente a Siete con una expresión que hizo fruncir el ceño al sinhadre. No le gustaba lo que estaba viendo. Era precisamente lo que Sox dijo en la reunión: salvar a tu compañero o al grupo. Barael priorizaba a su hermano. Muy normal, ya que su primera intención probablemente sería salvar primero a su aurva, pero no era eso lo que le molstaba... sinó que parecía hasta cabreado por hacer caso a Eriel.
Volvió a estremecerse con los gritos de Siete y Tayron, pero fueron otros los gritos que le alarmaron mas. Barael volvía a gritar, no de dolor, sino de frustración. Se acercó a mirar más de cerca.
-¿Qué pasa ahora? -Miró a Monica, tan herida como antes, y luego al anillo. Pensó un poco y trató de racionalizar-. ¿No funciona...? ¿Pero por qué? Si acaba de funcionar tres veces... -Miró el cuerpo de la niña muerta, su bolsa que había caído cerca y luego el anillo-. ¿Quizás tenga más? Aunque no le veo el sentido a llevar un cargamento de anillos que te curan mientras te torturan con sólo tres usos. Puede ser que... No sé, es descabellado quizás, pero ¿y si se ha gastado? -Miró a Sox buscando algún apoyo a su teoría-. Cuando se me terminan las pinturas tengo que renovar las existencias, ¿de acuerdo? Así que voy a comprar más. ¿Pero de dónde sale lo que compro? Alguien tiene que crear la pintura y ponerla en un bote. Lo mismo tiene que pasar con el anillo, ¿no? Alguien tuvo que ponerle la... magia dentro. -Miró a Barael. Se fijó en que estaba revisando las hojas de la fallecida y se le encendió una bombilla-. Dudo que en esta ciudad nos den nada. Primero, no sabemos con qué pagan. Segundo, hay la ley de no intervención esa. ¿Y si en esos apuntes nos dicen cómo hacer magia?
Ni él mismo estaba del todo seguro de lo que decía, pero tenía la esperanza de que en esa bolsa que se le había caído a la dragona hubiera algo que les ayudara. Iba a coger alguna hoja para leer cuando vió por el rabillo del ojo que Siete intentaba ponerse en pié. Sin pensarselo dos veces le ayudó a levantarse y se ofreció como apoyo por si se caía de nuevo.
-Tenemos una cortina en buen estado dentro de lo que cabe. Ina está arriba sin un solo rasguño. Íbamos a buscar una viga para pasar la cuerda por ahí e ibamos a ayudar a los heridos a subir atandoles o algo. El plan es ir a la fuente a lavar heridas y luego volver al torreón...
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Bajos Fondos
16/11/16, 11:17 pm
Mónica deliraba con su hermano y Tayron se enterneció con la escena, pero no podía hacer nada, ni siquiera podía respirar, menos evitar que se desplomara a su lado. Volvió a cerrar los ojos y se quedó allí, hecho un ovillo, con la mente en miles de cosas y a la vez ajena a todo, solo levantó la mirada cuando Eorlir se acercó, al menos él seguía vivo. Y luego llegó Sox, o no, porque no lo tenía claro, ni siquiera sabía si ya lo habían sacado de allí, solo escuchó aquella pregunta sombría y negó con la cabeza. La española seguía viva, temía que por poco tiempo.
Le sobraba todo, el dolor, la ropa, quería quitársela, sentía calor, en momentos de muerte se tenía frío pero el tenía calor. Que típico de él, siempre a contracorriente, por qué no podía ser menos aventurero por una vez y quedarse con Dafne en Maciel. No, él era el estúpido del tinte, el de actúo y luego pienso, el de me la suda todo hasta que me rompo tres costillas. Pues ya era hora de dejar de partirse huesos, tendría cuidado, saldría de esa, no era un tipo duro pero lo conseguiría, aún no sabía cómo, sus amigos le ayudarían si no lo consideraban un estorbo.
-Vamos- se dijo, se recostó con la vista fija en el agujero por el que habían entrado a tropel, consiguió mover los brazos mientras sus codos acusaban el dolor y su muñeca se quejaba- sigue subiendo, siempre- le escocían los labios y tragó sangre, los cristales se hundían en su lengua y se mordió el labio por ello hasta volver a sangrar- puta, hosti... hostia puta arriba- ¿Qué no se levantaba? ¿Quién le decía que no?. Nadie, nadie le había dicho que no nunca- que te levantes- y con cada intento su cuerpo se negaba, el pecho le ardía y empezaba a ver doble, no tenía fuerzas para levantarse con un solo brazo y notaba el familiar hormigueo de tener las piernas dormidas, parecía que llevaba tumbado toda la vida y había olvidado andar -coño- pero no se levantó, y lloró más fuerte.
Se rendía. ¿Se rendía?. Tayron giró la cabeza con impotencia y un velo de lágrimas asomó en sus ojos, y pareció no sentir nada hasta que el anillo lo tocó. Aquel anillo. Se acordó de la madre de quien se lo hubiera puesto encima.
Tayron se retorció en el suelo, parecía que estaba en una hoguera, se quemaba y no podía salir de aquel bucle, su cuerpo le mandaba punzadas de dolor, le decía que no podía más pero se estaba recomponiendo, como cristales que vuelven a su sitio. La piel de los codos renació, ahora mucho más rosada. Sentía que el pecho explotaba y comprobó asustado que el hematoma se desvanecía, la reconstrucción de su labio le obligó a arrancarse los cristales lentamente con quejidos. Podía mover la muñeca sin gritar en el intento.
Nunca lloraba pero estaba llorando como un niño, hacía tiempo que se había dejado la garganta y sonaba demasiado afónico incluso para su voz grave. Se quedó sentado, con las piernas pegadas al pecho y la cara enterrada en las rodillas. Por primera vez Tayron deseó no haber aceptado el trato y volver a casa, por primera vez algo le había afectado de verdad y el muchacho no echaba de menos la sensación de no poder parar de gimotear.
Le sobraba todo, el dolor, la ropa, quería quitársela, sentía calor, en momentos de muerte se tenía frío pero el tenía calor. Que típico de él, siempre a contracorriente, por qué no podía ser menos aventurero por una vez y quedarse con Dafne en Maciel. No, él era el estúpido del tinte, el de actúo y luego pienso, el de me la suda todo hasta que me rompo tres costillas. Pues ya era hora de dejar de partirse huesos, tendría cuidado, saldría de esa, no era un tipo duro pero lo conseguiría, aún no sabía cómo, sus amigos le ayudarían si no lo consideraban un estorbo.
-Vamos- se dijo, se recostó con la vista fija en el agujero por el que habían entrado a tropel, consiguió mover los brazos mientras sus codos acusaban el dolor y su muñeca se quejaba- sigue subiendo, siempre- le escocían los labios y tragó sangre, los cristales se hundían en su lengua y se mordió el labio por ello hasta volver a sangrar- puta, hosti... hostia puta arriba- ¿Qué no se levantaba? ¿Quién le decía que no?. Nadie, nadie le había dicho que no nunca- que te levantes- y con cada intento su cuerpo se negaba, el pecho le ardía y empezaba a ver doble, no tenía fuerzas para levantarse con un solo brazo y notaba el familiar hormigueo de tener las piernas dormidas, parecía que llevaba tumbado toda la vida y había olvidado andar -coño- pero no se levantó, y lloró más fuerte.
Se rendía. ¿Se rendía?. Tayron giró la cabeza con impotencia y un velo de lágrimas asomó en sus ojos, y pareció no sentir nada hasta que el anillo lo tocó. Aquel anillo. Se acordó de la madre de quien se lo hubiera puesto encima.
Tayron se retorció en el suelo, parecía que estaba en una hoguera, se quemaba y no podía salir de aquel bucle, su cuerpo le mandaba punzadas de dolor, le decía que no podía más pero se estaba recomponiendo, como cristales que vuelven a su sitio. La piel de los codos renació, ahora mucho más rosada. Sentía que el pecho explotaba y comprobó asustado que el hematoma se desvanecía, la reconstrucción de su labio le obligó a arrancarse los cristales lentamente con quejidos. Podía mover la muñeca sin gritar en el intento.
Nunca lloraba pero estaba llorando como un niño, hacía tiempo que se había dejado la garganta y sonaba demasiado afónico incluso para su voz grave. Se quedó sentado, con las piernas pegadas al pecho y la cara enterrada en las rodillas. Por primera vez Tayron deseó no haber aceptado el trato y volver a casa, por primera vez algo le había afectado de verdad y el muchacho no echaba de menos la sensación de no poder parar de gimotear.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Bajos Fondos
17/11/16, 01:11 am
Cuando la roquense llegó a la altura de la humana, esta empezó a hablarle y casi intentó levantarse. Sinceridad se agachó para impedirle cualquier gesto brusco, pero se sobresaltó cuando la confundió con otra persona. <<Delira... Joder, está muy mal. Joderjoder, no tendría que pasarles esto>> Para empeorarlo, se le escapó cuando se desplomó, inconsciente. Al menos respiraba, así que la roquense no cayó en el error del pánico: no sabía reanimar a nadie como los más veteranos de su grupo, pero menos aún sabría con estas criaturas tan distintas de sí misma. <<Al menos "dormirá" mientras les sacamos>>
Igual que no se veía (ni quería verse) reanimando a nadie, no se veía cargando con los más jóvenes fuera del túnel. Nunca les había mirado como "cargas"... Pero los demás estaban tejiendo un plan. Algo de unas poleas, cortinas... No, eso de atarles no sonaba bien, no si no lograban hacerles un nudo correcto que no les hiciera daño. Lo pensó, pero Chamán fue más rápido y encontró una alternativa...
Y la explicación de lo sucedido a Barael llegó. Aquel anillo era un objeto mágico que curaba... con el sacrificio del dolor bestial de curarse de golpe. A la roquense le empezó a dar vueltas la cabeza de solo imaginar que una herida como perder una mano, aplastada, o toda la caída desde la superficie, se podían curar en cuestión de minutos, dolor aparte. Además, algo le decía que no quería ese poder. Si había hechizos capaces de eso... ¿Qué sentido tendría la vida, dónde quedaban el riesgo y el miedo?
No quiso saber más. Presenció los milagros de la magia, pero como quien observa una pared lisa. Cuando estuvieran a salvo, pensaría en aquello. Aun así, hizo una mueca al ver los efectos del anillo en Siete y Tay... y casi abrió la boca para impedir que lo aplicara a Mónica, pero no funcionó. El sinhadre intentó explicarlo, más conversaciones al respecto... no era importante. Se centró.
Cuando Siete habló, le miró intentando no parecer confundida. Había estado a punto de alejarse de la chica y acercarse a él, pero no podía estar en todas partes tan rápido y no se fiaba del estado de la humana. Pero el chico se levantó solo y Eorlir le respondió. Sinceridad repitió mentalmente sus palabras una por una... Aquello era de locos. Seguía sin tenerlo claro, pero era un plan. Al menos ahora estaban más enteros y tendrían más brazos... Eh, Barael estaba trasteando en las pertenencias de... ¿De quién eran esas cosas? <<Joder, ¿¿qué ha pasado aquí??>>
—¡Bara! Si no encuentras ningún anillo como ese, deja eso! ¡Que hace falt...
Tay. Tay llorando. <<Nonononono, que nadie se venga abajo. No podemos perder más tiempo>> La amenaza con cuernos seguía presente en su cabeza emplumada y no quería arriesgarse. Aún les faltaba salir y no encontrársela en el camino.
—Eor, subid y montad eso que llamáis polea, sea lo que sea, mientras se preparan todos.
Dicho eso, prácticamente voló hacia el chico y se agachó rodillas frente a él. Incluso le puso la mano derecha en una de las rodillas, suavemente. Lo necesitaba en pie cuanto antes. Le habló, sí, pero en voz baja. No tenía que estar pasando aquello. Habían ido de un extremo a otro, ¡normal que se derrumbaran!
—Eh, chico, aguanta, estarás mejor en un rato, los demás lo están. Vais a salir de esta —<<te lo prometo... o eso espero, joder, no puedo prometerles nada>>—. Pero tienes que levantarte, ¿vale? —hizo una pausa, larga. No quería agobiarle como a Sox antes, ya le rondaba la cabeza ese pequeño fallo—. Desahógate y descansa, tienes un rato todavía, pero os necesito a todos; el grupo os necesita.
Ahí se calló. Esperaría ahí, pendiente de Mónica y él, sabedora de que los demás estaban "cubiertos". Para bien o para mal, eran muchos.
Igual que no se veía (ni quería verse) reanimando a nadie, no se veía cargando con los más jóvenes fuera del túnel. Nunca les había mirado como "cargas"... Pero los demás estaban tejiendo un plan. Algo de unas poleas, cortinas... No, eso de atarles no sonaba bien, no si no lograban hacerles un nudo correcto que no les hiciera daño. Lo pensó, pero Chamán fue más rápido y encontró una alternativa...
Y la explicación de lo sucedido a Barael llegó. Aquel anillo era un objeto mágico que curaba... con el sacrificio del dolor bestial de curarse de golpe. A la roquense le empezó a dar vueltas la cabeza de solo imaginar que una herida como perder una mano, aplastada, o toda la caída desde la superficie, se podían curar en cuestión de minutos, dolor aparte. Además, algo le decía que no quería ese poder. Si había hechizos capaces de eso... ¿Qué sentido tendría la vida, dónde quedaban el riesgo y el miedo?
No quiso saber más. Presenció los milagros de la magia, pero como quien observa una pared lisa. Cuando estuvieran a salvo, pensaría en aquello. Aun así, hizo una mueca al ver los efectos del anillo en Siete y Tay... y casi abrió la boca para impedir que lo aplicara a Mónica, pero no funcionó. El sinhadre intentó explicarlo, más conversaciones al respecto... no era importante. Se centró.
Cuando Siete habló, le miró intentando no parecer confundida. Había estado a punto de alejarse de la chica y acercarse a él, pero no podía estar en todas partes tan rápido y no se fiaba del estado de la humana. Pero el chico se levantó solo y Eorlir le respondió. Sinceridad repitió mentalmente sus palabras una por una... Aquello era de locos. Seguía sin tenerlo claro, pero era un plan. Al menos ahora estaban más enteros y tendrían más brazos... Eh, Barael estaba trasteando en las pertenencias de... ¿De quién eran esas cosas? <<Joder, ¿¿qué ha pasado aquí??>>
—¡Bara! Si no encuentras ningún anillo como ese, deja eso! ¡Que hace falt...
Tay. Tay llorando. <<Nonononono, que nadie se venga abajo. No podemos perder más tiempo>> La amenaza con cuernos seguía presente en su cabeza emplumada y no quería arriesgarse. Aún les faltaba salir y no encontrársela en el camino.
—Eor, subid y montad eso que llamáis polea, sea lo que sea, mientras se preparan todos.
Dicho eso, prácticamente voló hacia el chico y se agachó rodillas frente a él. Incluso le puso la mano derecha en una de las rodillas, suavemente. Lo necesitaba en pie cuanto antes. Le habló, sí, pero en voz baja. No tenía que estar pasando aquello. Habían ido de un extremo a otro, ¡normal que se derrumbaran!
—Eh, chico, aguanta, estarás mejor en un rato, los demás lo están. Vais a salir de esta —<<te lo prometo... o eso espero, joder, no puedo prometerles nada>>—. Pero tienes que levantarte, ¿vale? —hizo una pausa, larga. No quería agobiarle como a Sox antes, ya le rondaba la cabeza ese pequeño fallo—. Desahógate y descansa, tienes un rato todavía, pero os necesito a todos; el grupo os necesita.
Ahí se calló. Esperaría ahí, pendiente de Mónica y él, sabedora de que los demás estaban "cubiertos". Para bien o para mal, eran muchos.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Bajos Fondos
18/11/16, 12:24 pm
Aquella exhibición de afecto tan abierta entre los dos hermanos le dio tanta grima que Sox tuvo que apartar la mirada. Hizo oídos sordos a propósito al diálogo, (no juzgues, no juzgues, había cosas más importantes que hacer que juzgar ahora mismo) y se centró en su lugar en acercarse a los que ya estaban armando el mecanismo de polea. El carabés era consciente de que siendo de los pocos medianamente intactos, tenía la responsabilidad de trabajar para que pudieran salir rápido de allí. Su inatención voluntaria hizo que no se percatase siquiera al principio de la existencia del anillo, y estaba preguntándose si la dragona habría curado a Barael como compensación cuando Siete empezó a gritar de nuevo. Hiperalerta ya por los minutos anteriores el rubio se giró agitado hacia la fuente del sonido, justo cuando la voz de Tay se unía a éste. Las maldiciones de Barael y la perplejidad de Eorlir completaron el rompecabezas y Sox se encontró, una vez más, incapaz de hacer otra cosa que esperar impotente a que las cosas se arreglaran por sí solas.
Apretó los labios y se cruzó de brazos para contener a duras penas un nuevo brote de frustración. Miró su propia muñeca a medio torcer, que había protestado en respuesta. Necesitaría estar a pleno rendimiento si iba a ayudar a cargar con gente; tenía que arreglarla.
Si moverla ya dolía, solo pensar en recolocarla le dio repelús. Perfecto. El camino correcto no solía ser el más fácil. Parecía casi una señal de que era lo que tenía que hacer. "Un tirón seco. Vamos."
La severidad inicial se le evaporó casi por completo ante el primer intento; Sox paró a la mitad siseando por el dolor que había estado subestimando.
Siete y Tay seguían gritando. Era un hechizo lento.
El carabés sintió que la humillación le hervía en la cara. Sus compañeros estaban aguantando dolores peores. Él no era menos.
“Venga, llorica.”
El segundo tirón fue más brusco e impaciente; era tanto un arreglo como un castigo por vacilar. Se alegraría justo después de haber elegido aquel momento para gritar, uno donde apenas se notaría entre las voces de los demás. Ahora mismo solo podía concentrarse en maldecir en silencio. Se le saltaron las lágrimas y parpadeó todo lo rápido que pudo para absorberlas de vuelta. Aún le dolía la muñeca, pero no parecía estar ya en posición extraña. ¿O sí? ¿Estaba alineada del todo? Comparó con la otra mano, pero le costaba distinguir los bultos que eran normales de los que podían no serlo. No era sanitario. Lo había hecho a ciegas. Todo lo que se hacía a ciegas se hacía mal, pensó Sox. Sería estúpidamente irónico que se hubiera jodido la mano justo por haber intentado arreglarla sin saber.
Intentó controlar la respiración, y confiar en que la sangre pulsándole rápido en la muñeca volvería pronto a la normalidad. Por suerte Eorlir eligió justo ese momento para hablarle.
—Es posible, en mi mundo al menos. Habría que cargarlo otra vez si fuera así, pero eso puede hacerse de mil formas. Si tuviera un visor de circuitos podría saber cómo funciona —repuso. Explicar cosas básicas solamente le era extraño en estado normal; tal y como se sentía Sox ahora le agotaba—, pero tal y como estamos ahora tendremos que hacerlo a ensayo y error.
Era un maldito hechizo curativo sin cláusula de anestesia. Otra cosa más de aquella ciudad que no tenía sentido. Sox tenía ganas de gritar, pero ver a Siete y Tay incorporados otra vez le dio el soporte justo a su compostura. Estaban más cerca de hacer algo y salir de allí. Empezaban las conversaciones para ponerse de acuerdo en cómo hacerlo. Aún así todavía había muecas de dolor, Tay seguía llorando, había todavía tres cuerpos inertes entre la morralla, olía aún a sangre y las voces hablaban con cautela. Aquél era un ambiente de debilidad; Sox lo notaba también en sí mismo, y el bombardeo de percibirlo por todos los sentidos le revolvía el estómago. Quería salir de allí ya.
Barael estaba enfrascado en unos folios, aparte de los demás. Al acudir a llamarle Sox se asomó un momento por encima de su hombro y leyó los títulos, procesándolos uno a uno en juicios rápidos.
Levitación. Sería mucho más seguro para sacar a gente del agujero, pero tardarían menos en usar la polea que en descifrar y comprobar si podían realizar aquella magia extranjera. Térmico. Irrelevante. Sanación superficial. Necesitaban algo mucho más que superficial. Perderían el tiempo si se demoraban con eso.
—Trae. Si es magia, tengo más probabilidades de hacerla bien rápido que tú —dijo sin tapujos, y le quitó los folios—. Si ayudas a hacer peso saldremos antes —lo que horas antes le habría suscitado tremendo interés a Sox ahora apenas le parecía vagamente importante, comparado con todo lo que aún estaba intentando procesar.
Fueron subiendo uno a uno, primero a los más graves. Cuando hubo que empezar a subir a los que estaban intactos la tarea se fue haciendo más difícil, conforme iban quedando menos personas abajo. Mónica fue la última a la que subieron, esta vez haciendo polea todos desde el piso de arriba, por ser la más ligera y la más fácil de izar desde allí.
Más de una vez temió el carabés que algo volviera a salir mal. Que la viga no aguantara el peso, o las cortinas se desgarraran, o la plancha de madera diera de sí. Que el ocupante se precipitara hacia abajo y esta vez se hiciera pedazos tan a conciencia que ya no hubiese manera de arreglarle.
Se equivocaba. Pálidos, hechos un desastre, rotos algunos, inconscientes otros, la mayoría asustados pero todos arriba.
Habían recuperado las cosas justas que cargar consigo sin que les estorbaran. Tuvieron que dejar el resto atrás aunque habían hecho un esfuerzo por apartarlas a un lado, todas juntas, antes de irse. Tendrían que confiar en que seguirían allí cuando volvieran a por ellas.
Una vez a nivel de calle tendieron a Mónica, Eriel y Rádar en planchas de madera, y las desplazaron con toda la suavidad que buenamente pudieron. Sox maldijo que el músculo del grupo estuviera inutilizado, aunque al menos habían recuperado a Tay. Saber que estaba rellenando defectuosamente el hueco de Rádar le hizo tirar con más ahínco.
Sigue en la Plaza de la Fuente.
Apretó los labios y se cruzó de brazos para contener a duras penas un nuevo brote de frustración. Miró su propia muñeca a medio torcer, que había protestado en respuesta. Necesitaría estar a pleno rendimiento si iba a ayudar a cargar con gente; tenía que arreglarla.
Si moverla ya dolía, solo pensar en recolocarla le dio repelús. Perfecto. El camino correcto no solía ser el más fácil. Parecía casi una señal de que era lo que tenía que hacer. "Un tirón seco. Vamos."
La severidad inicial se le evaporó casi por completo ante el primer intento; Sox paró a la mitad siseando por el dolor que había estado subestimando.
Siete y Tay seguían gritando. Era un hechizo lento.
El carabés sintió que la humillación le hervía en la cara. Sus compañeros estaban aguantando dolores peores. Él no era menos.
“Venga, llorica.”
El segundo tirón fue más brusco e impaciente; era tanto un arreglo como un castigo por vacilar. Se alegraría justo después de haber elegido aquel momento para gritar, uno donde apenas se notaría entre las voces de los demás. Ahora mismo solo podía concentrarse en maldecir en silencio. Se le saltaron las lágrimas y parpadeó todo lo rápido que pudo para absorberlas de vuelta. Aún le dolía la muñeca, pero no parecía estar ya en posición extraña. ¿O sí? ¿Estaba alineada del todo? Comparó con la otra mano, pero le costaba distinguir los bultos que eran normales de los que podían no serlo. No era sanitario. Lo había hecho a ciegas. Todo lo que se hacía a ciegas se hacía mal, pensó Sox. Sería estúpidamente irónico que se hubiera jodido la mano justo por haber intentado arreglarla sin saber.
Intentó controlar la respiración, y confiar en que la sangre pulsándole rápido en la muñeca volvería pronto a la normalidad. Por suerte Eorlir eligió justo ese momento para hablarle.
—Es posible, en mi mundo al menos. Habría que cargarlo otra vez si fuera así, pero eso puede hacerse de mil formas. Si tuviera un visor de circuitos podría saber cómo funciona —repuso. Explicar cosas básicas solamente le era extraño en estado normal; tal y como se sentía Sox ahora le agotaba—, pero tal y como estamos ahora tendremos que hacerlo a ensayo y error.
Era un maldito hechizo curativo sin cláusula de anestesia. Otra cosa más de aquella ciudad que no tenía sentido. Sox tenía ganas de gritar, pero ver a Siete y Tay incorporados otra vez le dio el soporte justo a su compostura. Estaban más cerca de hacer algo y salir de allí. Empezaban las conversaciones para ponerse de acuerdo en cómo hacerlo. Aún así todavía había muecas de dolor, Tay seguía llorando, había todavía tres cuerpos inertes entre la morralla, olía aún a sangre y las voces hablaban con cautela. Aquél era un ambiente de debilidad; Sox lo notaba también en sí mismo, y el bombardeo de percibirlo por todos los sentidos le revolvía el estómago. Quería salir de allí ya.
Barael estaba enfrascado en unos folios, aparte de los demás. Al acudir a llamarle Sox se asomó un momento por encima de su hombro y leyó los títulos, procesándolos uno a uno en juicios rápidos.
Levitación. Sería mucho más seguro para sacar a gente del agujero, pero tardarían menos en usar la polea que en descifrar y comprobar si podían realizar aquella magia extranjera. Térmico. Irrelevante. Sanación superficial. Necesitaban algo mucho más que superficial. Perderían el tiempo si se demoraban con eso.
—Trae. Si es magia, tengo más probabilidades de hacerla bien rápido que tú —dijo sin tapujos, y le quitó los folios—. Si ayudas a hacer peso saldremos antes —lo que horas antes le habría suscitado tremendo interés a Sox ahora apenas le parecía vagamente importante, comparado con todo lo que aún estaba intentando procesar.
Fueron subiendo uno a uno, primero a los más graves. Cuando hubo que empezar a subir a los que estaban intactos la tarea se fue haciendo más difícil, conforme iban quedando menos personas abajo. Mónica fue la última a la que subieron, esta vez haciendo polea todos desde el piso de arriba, por ser la más ligera y la más fácil de izar desde allí.
Más de una vez temió el carabés que algo volviera a salir mal. Que la viga no aguantara el peso, o las cortinas se desgarraran, o la plancha de madera diera de sí. Que el ocupante se precipitara hacia abajo y esta vez se hiciera pedazos tan a conciencia que ya no hubiese manera de arreglarle.
Se equivocaba. Pálidos, hechos un desastre, rotos algunos, inconscientes otros, la mayoría asustados pero todos arriba.
Habían recuperado las cosas justas que cargar consigo sin que les estorbaran. Tuvieron que dejar el resto atrás aunque habían hecho un esfuerzo por apartarlas a un lado, todas juntas, antes de irse. Tendrían que confiar en que seguirían allí cuando volvieran a por ellas.
Una vez a nivel de calle tendieron a Mónica, Eriel y Rádar en planchas de madera, y las desplazaron con toda la suavidad que buenamente pudieron. Sox maldijo que el músculo del grupo estuviera inutilizado, aunque al menos habían recuperado a Tay. Saber que estaba rellenando defectuosamente el hueco de Rádar le hizo tirar con más ahínco.
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"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Bajos Fondos
15/09/17, 02:38 am
SALTO DE SARIA
La muerte de dama Estribo fue un duro golpe. Saria no supo cuánto le había dolido hasta que llegó el momento del funeral y recordó otros tantos. Ahora podían permitirse panteones, flores, palabras bonitas y regalos bellos que acompañaran a los muertos en su próxima vida o en su eterno entierro. Sin embargo, ella no tuvo nada que dar a sus niños: no hubo féretros de grandes artesanos ni joyas, ni flores… Hubo fuego y un olor insoportable y cinco dolores horribles. Todo eso había vuelto a la vez que Marsi se fue.
Saria necesitó aislarse varios días en Ordesta. La compañía de sus monos, la adrenalina de sus aventuras y el éxito de sus apuestas opacaron la pena; la devolvieron al rincón de su mente en el que debía estar. Los rumores sobre la existencia de una ordesa justiciera fueron de ayuda para la mala sombra. A pesar de que los había propagado usando el nombre de Saria Omen, la gente la había rebautizado como La Saria Negra.
Los niños de los pueblos cercanos rezaban por verla, algunos enanos jugaban a disfrazarse de ella y montaban sus historias en torno a la heroína que había creado la mala sombra. La Saria Negra timaba a estafadores, asesinaba a los matones y violadores y velaba por aquellos a que no enturbiaban el buen ambiente de las fiestas nocturnas. Los ordeses de a pie sentían curiosidad por ella; los dueños de negocios de feria, miedo. Saria Omen aceptó su nuevo nombre y se dejó ver aquí y allá: consiguió puntos, los intercambió por joyas y descargó su rabia y su pena en quienes no se merecían la suerte de vivir.
El pueblo la quería (el pueblo ordés) y La Saria Negra sentía que progresaba, que estaba trabajando duro y consiguiendo poco a poco lo que buscaba. Ordesta era su colchón de seguridad y necesitaba que fuera mullido. Ascender en Rocavarancolia con una transformación como la suya sería más difícil, tenía que ser precavida. Ahora necesitaba unas alas.
Cuando se sintió mejor, volvió a la ciudad cargada de regalos para sus amigos: figuritas para sus casas, anillos para sus dedos y comida para sus panzas. La ordesa no escatimaba en gastos, pues en su mundo natal era rica, y mientras que los puntos no tenían valor en la ciudad de la Luna Roja, las joyas que adquiría con ellos, sí. La Saria Negra se paseó por el mercado y fue de tienda en tienda vendiendo sus joyas, cambiándolas por oro, plata y otros bienes de valor. Tras cada transacción, preguntaba por buenos magos orgánicos, siempre con vagueza y sin revelar su interés en ellos.
Le recomendaron al brujo de las enredaderas y a la náyade, pero no servían para lo que ella quería; le hablaron del genemante, pero no entendió nada, salvo que era un loco con muchos animales, y finalmente, de casualidad, dio con Seide. Seide Manoblanca, un mago que frecuentaba los bajos fondos y que ofrecía cambios aspectuales a un precio asequible. Se lo había dicho una niña, una bruja con antenas de caracol.
La mala sombra no se sorprendió de lo que encontró en las zonas más bajas de la ciudad, pero sí se sorprendió al contemplarlo en primera persona. Lo que se hacía ahí abajo era peor que lo más desagradable que ella le hubiera hecho jamás a sus víctimas en Ordesta. El olor a sangre, sudor y vísceras cubría los túneles y el jolgorio que provocaban las peleas de apuestas reverberaba tan fuerte que hasta las paredes parecían quejarse. Los pronósticos de mala suerte eran altos en los bajos fondos. Muy altos.
Con las indicaciones de la bruja, Saria dio con Seide mientras intervenía a un esclavo de los puestos de recarga. A su alrededor todos los porcentajes eran tan altos como en el resto de aquella zona, por lo que el número concreto que iba a explotarle en la cara pasó desapercibido.
—Disculpa, ¿Seide Manoblanca? —se dirigió a él, una vez este acabó de curar al esclavo—. He oído que es usted un experto en remodelaciones corporales, ¿es así? Estoy buscando a alguien que me pueda dar unas alas —le explicó.
Seide le explicó a ella que su dinero no era suficiente, pero que podría pagarle lo que faltaba haciéndole un par de favores aquí y allá. Las peleas de apuestas movían mucho dinero y un guiño de mala sombra podía inclinar la balanza hacia el bolsillo de Manoblanca. Dos días más tarde, la ordesa tenía amuletos de ilusión que la convertían en una humana de dos metros y abalorios cargados de medidas de ocultación. Pertrechada como iba, Saria creía que le había tocado una ganga.
Saria se había pasado media vida metida en la piel de sus personajes de rol, esta solo era una partida más. Hasta que se ganara las alas, La Saria Negra se haría llamar Maeve Partecráneos.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
16/01/18, 05:32 pm
La investigación en casa de Tsusu había sido relativamente breve. El cadáver ya no se encontraba allí y a nadie que preguntasen que afirmase tener relación con el repoblador parecía saber qué había sido de él. Jack lo había podido ver con sus propios ojos, no obstante, por lo que pidieron más detalles al vampiro. Aunque habría ayudado a encontrar alguna pista posiblemente, no hubiese sido una vista agradable de ver y especialmente no creía que a Wen le hubiese gustado encontrarse a su antiguo compañero de criba despedazado y roto, tal como el alemán lo describía. El edificio también era un desastre. Habían encontrado una maza en el suelo que parecía pertenecer al propio drake y que tal vez había empleado para tratar de defenderse pero que no presentaba restos de sangre ni signos de haber sido utilizada. Muy probablemente el asesino había cogido desprevenido al repoblador. Encontraron restos de tierra desde la entrada hasta el cuarto pero apenas se podían distinguir un leve rastro en ellos de que habían sido pisados. Aunque tal y como concluyeron, era muy probable que quien hubiese entrado no estuviese utilizando zapatos ya no que había ninguna marca que se asemejase a una suela por ninguna parte.
Al final el mejor hilo del que pudieron tirar fueron rumores: se comentaba entre los mercaderes que la escalofriante manera en la que habían machacado el pequeño cuerpo del repoblador parecía obra de un quebrantahuesos. El sueco no sabía que existiese alguien con esa transformación en la ciudad, pero no les llevó mucho comprender en qué se fundamentaban aquellos rumores. Y al parecer había un tipo, habitual de zonas como Gar o los Bajos Fondos, que podría encajar con el perfil que estaban buscando. Así pues, el grupo decidió encontrar a aquel tal Lasca que era el nombre que más se escuchaba entre los chismorreos del mercado.
Los Bajos Fondos no le eran desconocidos al draco, pero tampoco se podía decir que los frecuentase dado que era el tipo de ambiente en el que no se quería involucrar. El trabajo los había llevado hasta allí en varias ocasiones, no obstante, y tampoco le suponía un problema simplemente moverse por allí con un objetivo claro. El problema radicaba en que no contaban con muchas amistades precisamente que fuesen habituales de aquellas galerías subterráneas donde se podía encontrar lo peor de entre lo malo. Había más posibilidades de encontrarse con gente a la que no causaban precisamente simpatía, aunque por suerte también tenían su propia fama, especialmente tras el incidente con los mercenarios de Gar, y era improbable que nadie se atreviese a buscar problemas con ellos habiendo acudido en grupo.
—¿Alguien sabe a quién le podríamos preguntar o probamos con el método de parar al primero que veamos que no tenga cara de querer escupirnos?
Para su sorpresa, pronto se les acercó alguien a quien ya conocían.
Al final el mejor hilo del que pudieron tirar fueron rumores: se comentaba entre los mercaderes que la escalofriante manera en la que habían machacado el pequeño cuerpo del repoblador parecía obra de un quebrantahuesos. El sueco no sabía que existiese alguien con esa transformación en la ciudad, pero no les llevó mucho comprender en qué se fundamentaban aquellos rumores. Y al parecer había un tipo, habitual de zonas como Gar o los Bajos Fondos, que podría encajar con el perfil que estaban buscando. Así pues, el grupo decidió encontrar a aquel tal Lasca que era el nombre que más se escuchaba entre los chismorreos del mercado.
Los Bajos Fondos no le eran desconocidos al draco, pero tampoco se podía decir que los frecuentase dado que era el tipo de ambiente en el que no se quería involucrar. El trabajo los había llevado hasta allí en varias ocasiones, no obstante, y tampoco le suponía un problema simplemente moverse por allí con un objetivo claro. El problema radicaba en que no contaban con muchas amistades precisamente que fuesen habituales de aquellas galerías subterráneas donde se podía encontrar lo peor de entre lo malo. Había más posibilidades de encontrarse con gente a la que no causaban precisamente simpatía, aunque por suerte también tenían su propia fama, especialmente tras el incidente con los mercenarios de Gar, y era improbable que nadie se atreviese a buscar problemas con ellos habiendo acudido en grupo.
—¿Alguien sabe a quién le podríamos preguntar o probamos con el método de parar al primero que veamos que no tenga cara de querer escupirnos?
Para su sorpresa, pronto se les acercó alguien a quien ya conocían.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bajos Fondos
17/01/18, 05:03 pm
Bastel nunca había sido investigador de crímenes, así que cuando le llegó la hora de empezar por los bajos fondos a buscar información acerca de Ariv fue un poco dando palos de ciego. Lo primero había sido preguntar a Leip, por supuesto; sabía que el hombre tenía sus pocos asuntos turbios, y quizás hubiera oído algo. El Xipe Totec, sin embargo, desconocía incluso que había habido una lémur en la ciudad.
Eso obligó al trasgo a pensar en otros lados de los bajos fondos donde preguntar, especialmente lugares donde la Secta no tuviera tentáculos. Aquel mismo día habían aparecidos dos adeptos muertos y, aunque no era algo particularmente extraño, Bastel prefería que Donna y Nihil no oyeran que hacía preguntas de asesinatos luego de que alguno de los drogadictos que los venaraban fuera encontrado muerto.
Fue entonces cuando vio a lo lejos un grupo al que por un momento no reconoció. Cuando lo hizo varios recuerdos irrumpieron en su mente, pero uno destacó: ellos conocían al cosechador de Ariv. Que, según le sonaba, mantenía contacto con sus cosechados supervivientes. O eso creía recordar, al menos. Y seguro que poseía más información que él... o más formas de obtenerla, al menos. Así que hacia ellos fue.
—¿Vosotros sois amigos del vampiro que cosecha en Sinhdro, no?
La ausencia de nombre no era desprecio o falta de modales, sino algo más prosaico: Bastel no tenía ni idea (o, más bien, no se acordaba) de cuál era el nombre de aquel tipo.
Eso obligó al trasgo a pensar en otros lados de los bajos fondos donde preguntar, especialmente lugares donde la Secta no tuviera tentáculos. Aquel mismo día habían aparecidos dos adeptos muertos y, aunque no era algo particularmente extraño, Bastel prefería que Donna y Nihil no oyeran que hacía preguntas de asesinatos luego de que alguno de los drogadictos que los venaraban fuera encontrado muerto.
Fue entonces cuando vio a lo lejos un grupo al que por un momento no reconoció. Cuando lo hizo varios recuerdos irrumpieron en su mente, pero uno destacó: ellos conocían al cosechador de Ariv. Que, según le sonaba, mantenía contacto con sus cosechados supervivientes. O eso creía recordar, al menos. Y seguro que poseía más información que él... o más formas de obtenerla, al menos. Así que hacia ellos fue.
—¿Vosotros sois amigos del vampiro que cosecha en Sinhdro, no?
La ausencia de nombre no era desprecio o falta de modales, sino algo más prosaico: Bastel no tenía ni idea (o, más bien, no se acordaba) de cuál era el nombre de aquel tipo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Bajos Fondos
23/01/18, 09:36 pm
El vampiro conocía poco aquella zona. Algún negocio turbio le había llevado allá alguna que otra vez, y muchas habladurías de clientes y contactos así como cualquier conversación con sus amigos en que mencionaran el lugar, pero nada más. Por eso, y porque realmente no sabía ni por dónde empezar a buscar, había ido a la cola del grupo. Solo había podido dirigirles al lugar de los hechos en el mercado y a los testigos que le habían hablado en su momento cuando se había acercado por libre. E, igualmente, iba detrás cuando se encontraron con alguien.
Se adelantó unos pasos y carraspeó. Le sorprendía que preguntasen por él. Un trasgo, al que, de momento, no recordaba, para más inri.
—Le conocen, sí. Soy yo. Jack. ¿Quién y para qué se me busca? —inquirió, intrigado. Eran ellos quienes venían buscando a alguien, no al revés.
Se adelantó unos pasos y carraspeó. Le sorprendía que preguntasen por él. Un trasgo, al que, de momento, no recordaba, para más inri.
—Le conocen, sí. Soy yo. Jack. ¿Quién y para qué se me busca? —inquirió, intrigado. Eran ellos quienes venían buscando a alguien, no al revés.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bajos Fondos
24/01/18, 09:53 pm
El ciudadano al que buscaba no tardó demasiado en avanzar hacia él, sorprendiendo al trasgo. El sacerdote se lanzó a un reproche interno por aquel despiste, preguntándose cuándo había dejado tan de lado las sensaciones que su ser le permitía percibir mucho más allá de la vista.
—Soy Bastel, antiguo compañero de torreón de Ariv —comenzó a hablar con rapidez y seriedad, sabiendo que aquel no era el mejor plan que se le había ocurrido en su vida. «Tampoco el peor» fue la respuesta sardónica de su propia conciencia al recordar algunas de sus correrías en los subterráneos—. Ellá murió hace poco y, bueno... Sé que hay cosechadores que se interesan o mantienen contacto con sus cosechados supervivientes —Bastel no sabía demasiado de los cosechadores por motivos obvios, lo cual lo frustraba. A pesar de que a veces le gustaría hacerlo sabía que él no podía cosechar. Su aspecto, a veces una ayuda, resultaba en aquel tema un lastre. Imponer estaba bien, pero no convenía aterrorizar a los aspirantes a ciudadanos de Rocavarancolia—. Me preguntaba si tú serías uno de esos cosechadores.
Para él quedaron el resto de sus dudas: si había mantenido contacto quizás ya lo sabía. Quizás había investigado. Quizás tenía pistas. O incluso respuestas.
—Soy Bastel, antiguo compañero de torreón de Ariv —comenzó a hablar con rapidez y seriedad, sabiendo que aquel no era el mejor plan que se le había ocurrido en su vida. «Tampoco el peor» fue la respuesta sardónica de su propia conciencia al recordar algunas de sus correrías en los subterráneos—. Ellá murió hace poco y, bueno... Sé que hay cosechadores que se interesan o mantienen contacto con sus cosechados supervivientes —Bastel no sabía demasiado de los cosechadores por motivos obvios, lo cual lo frustraba. A pesar de que a veces le gustaría hacerlo sabía que él no podía cosechar. Su aspecto, a veces una ayuda, resultaba en aquel tema un lastre. Imponer estaba bien, pero no convenía aterrorizar a los aspirantes a ciudadanos de Rocavarancolia—. Me preguntaba si tú serías uno de esos cosechadores.
Para él quedaron el resto de sus dudas: si había mantenido contacto quizás ya lo sabía. Quizás había investigado. Quizás tenía pistas. O incluso respuestas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Bajos Fondos
25/01/18, 11:05 pm
El nombre lo conocía, claro, pero... <<Pero mira que he cosechado sinhadres... De Ariv precisamente no puedo decirte mucho, chico>> No habían tenido trato más allá de reencontrarse después de la Luna Roja. Y aun así, la noticia de que hubiera muerto recientemente, y para colmo, sin enterarse, le dolió.
—Lamento decirte que sobre Ariv hace tiempo que no sé nada. No mantuvimos el contacto después de vuestra Luna hasta el punto de que no tenía constancia de que hubiera muerto. Siento no poder ayudarte.
También le había picado lo que Bastel había dicho sobre los cosechadores y sus cosechados supervivientes, para qué negarlo, aunque no fueran responsabilidad suya una vez cosechados, pero principalmente le fastidiaba su muerte. Se interesó por el suceso.
—¿Puedo preguntar qué pasó? No creí que pudiera tener enemigos en la ciudad.
Claro que se podía morir de causas naturales en la ciudad, pero le parecía remoto. Y menuda casualidad que venían a investigar una muerte y se topaban con otra. Y reciente.
—Lamento decirte que sobre Ariv hace tiempo que no sé nada. No mantuvimos el contacto después de vuestra Luna hasta el punto de que no tenía constancia de que hubiera muerto. Siento no poder ayudarte.
También le había picado lo que Bastel había dicho sobre los cosechadores y sus cosechados supervivientes, para qué negarlo, aunque no fueran responsabilidad suya una vez cosechados, pero principalmente le fastidiaba su muerte. Se interesó por el suceso.
—¿Puedo preguntar qué pasó? No creí que pudiera tener enemigos en la ciudad.
Claro que se podía morir de causas naturales en la ciudad, pero le parecía remoto. Y menuda casualidad que venían a investigar una muerte y se topaban con otra. Y reciente.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Bajos Fondos
26/01/18, 04:15 pm
Como era de esperar el vampiro no tenía más datos que él mismo. Bastel suspiró, a medias frustrado y a medias irritado. No solo era por su torpe intento de investigación, también por toda aquella situación. Al fin y al cabo, ¿cómo descubrir nada si literalmente parecía que la lémur se había desvanecido en el aire?
—Eso es lo más raro: no tenemos ni idea —fue una admisión a regañadientes. El trasgo sabía cómo sonaría aquello en circunstancias normales, pero estaba claro que aquella no era una circunstancia normal—.Un día de repente nos visitaron fantasmas a todos sus antiguos amigos: había muerto durante un encargo. Su casa estaba intacta, todos sus fantasmas estaban liberados y había ido sola, así que lo único que sabían es que eran libres —conforme fue desgranando aquello, cais en gruñidos, su ceño se fue acentuando. En Rocavarancolia no era extrañas las muertes ni las desapariciones, pero la desmaterialización más absoluta era otra cosa—. Por lo que sé ni en su casa hay huellas de violencia o algo que indique que no está allí. Salvo que no está, claro. Es como si se hubiera desmaterializado por completo.
Aun así Bastel estaba seguro de que ni el mejor criminal era perfecto. Algo, alguien, en algún lado, debía saber algo.
—Eso es lo más raro: no tenemos ni idea —fue una admisión a regañadientes. El trasgo sabía cómo sonaría aquello en circunstancias normales, pero estaba claro que aquella no era una circunstancia normal—.Un día de repente nos visitaron fantasmas a todos sus antiguos amigos: había muerto durante un encargo. Su casa estaba intacta, todos sus fantasmas estaban liberados y había ido sola, así que lo único que sabían es que eran libres —conforme fue desgranando aquello, cais en gruñidos, su ceño se fue acentuando. En Rocavarancolia no era extrañas las muertes ni las desapariciones, pero la desmaterialización más absoluta era otra cosa—. Por lo que sé ni en su casa hay huellas de violencia o algo que indique que no está allí. Salvo que no está, claro. Es como si se hubiera desmaterializado por completo.
Aun así Bastel estaba seguro de que ni el mejor criminal era perfecto. Algo, alguien, en algún lado, debía saber algo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Bajos Fondos
27/01/18, 05:37 pm
Giz había decidido acompañarles. La intriga le revoloteaba desde la última conversación y quería ayudar a esclarecer aquello. Entró a los bajos fondos con la gola cerrada, pues la fama precedía al lugar y el goliat no quería correr el riesgo de ser dañado por un rescoldo maligno de magia. Cuando se encontraron con Bastel, saludó escuetamente y calló para escuchar hasta que sintió que era útil intervenir.
—Con la dullahan ocurrió igual: aunque en ese caso el cuerpo no desapareció, no había indicios de refriega, ni rastro alguno de magia —explicó.
Empezaba a convencerse de que tal brote de violencia y muertes estaba unido.
----
Tap vivía ajeno a cualquier mal que acechara la ciudad. Si hubiera que investigar algo, ya se lo harían saber desde el cuerpo de espías. Mientras tanto, el poltergeist era feliz con sus trapicheos. Lejos de la lupa moral de nadie, los bajos fondos eran el lugar perfecto para vender droga a camellos y veneno a paranoicos y matones. Así, encontrar ahí a los mercenarios le sorpendió, como poco.
Su cuerpo demiúrgico flotó hacia ellos mientras guardaba sus ganancias dentro de un bolsillo sin fondo. El poltergeist lo había incorporado recientemente para no exponer su mercancía.
—¡Ey, altudos! —los saludó con su voz artificial a un volúmen alto y en un tono alegre—. ¿Qué hacéis por aquí? —flotó hasta la espalda de Bastel y le dio un golpe suave con una de sus cuatro manos metálicas—. ¿Estás preparando alguna pelea importante? —le preguntó al trasgo.
—Con la dullahan ocurrió igual: aunque en ese caso el cuerpo no desapareció, no había indicios de refriega, ni rastro alguno de magia —explicó.
Empezaba a convencerse de que tal brote de violencia y muertes estaba unido.
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Tap vivía ajeno a cualquier mal que acechara la ciudad. Si hubiera que investigar algo, ya se lo harían saber desde el cuerpo de espías. Mientras tanto, el poltergeist era feliz con sus trapicheos. Lejos de la lupa moral de nadie, los bajos fondos eran el lugar perfecto para vender droga a camellos y veneno a paranoicos y matones. Así, encontrar ahí a los mercenarios le sorpendió, como poco.
Su cuerpo demiúrgico flotó hacia ellos mientras guardaba sus ganancias dentro de un bolsillo sin fondo. El poltergeist lo había incorporado recientemente para no exponer su mercancía.
—¡Ey, altudos! —los saludó con su voz artificial a un volúmen alto y en un tono alegre—. ¿Qué hacéis por aquí? —flotó hasta la espalda de Bastel y le dio un golpe suave con una de sus cuatro manos metálicas—. ¿Estás preparando alguna pelea importante? —le preguntó al trasgo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
27/01/18, 06:06 pm
Noel había hecho amago de saludar al trasgo mientras trataba de buscar en su cabeza cuál era su nombre porque no lograba acordarse. Habían coincidido en muy pocas ocasiones con él, especialmente por ser uno de los elegidos de Ewa, culto con el que querían tener que ver lo menos posible. De todos modos no le dio tiempo ni a responder a su pregunta, porque el propio Jack se dejó ver para responder a su pregunta. <<Bastel, eso era>> se dijo cuándo el propio trasgo se presentó al vampiro.
No le pilló precisamente de sorpresa que lo que buscaba allí Bastel era lo mismo que ellos: pistas acerca de la muerte de un conocido. No tenían constancia, no obstante, de aquel incidente en particular, aunque lo cierto era que el draco tuvo que esforzarse también por recordar quién era la sinhadre de la que hablaban. Al escuchar más detalles del trasgo y Jack le vino a la memoria la noche de Luna en la que habían ido por última vez a ayudar a los neófitos, entre los que se encontraba el propio Bastel, Saren… y aquella chica. A pesar de que no había mantenido más trato con ella, recordaba que le había caído en gracia y el tener al idrino en mente le hizo preguntarse si estaría al tanto de aquello también, porque se trataba de una compañera suya al fin y al cabo. Probablemente sí, pero hablaría con él al respecto la próxima vez que lo viera.
—Lo cierto es que nosotros también estamos tratando de investigar la muerte de alguien, aunque las circunstancias no son las mismas en este caso… —comenzó a explicar tras Giz.
Fue interrumpido por una voz que, al igual que había sucedido con Bastel, también le resultaba familiar pero hacía tiempo que no escuchaba. Del repoblador si recordaba su nombre, no obstante.
—Hombre, Tap, cuánto tiempo —saludó con el entusiasmo muy comedido debido al tono de la conversación que se estaba manteniendo—. Tal vez —respondió a su pregunta—. Justamente iba a explicarle a Bastel que hemos venido para buscar a alguien. A un sospechoso de asesinato concretamente. ¿A alguno os suena el nombre de Lasca?
No le pilló precisamente de sorpresa que lo que buscaba allí Bastel era lo mismo que ellos: pistas acerca de la muerte de un conocido. No tenían constancia, no obstante, de aquel incidente en particular, aunque lo cierto era que el draco tuvo que esforzarse también por recordar quién era la sinhadre de la que hablaban. Al escuchar más detalles del trasgo y Jack le vino a la memoria la noche de Luna en la que habían ido por última vez a ayudar a los neófitos, entre los que se encontraba el propio Bastel, Saren… y aquella chica. A pesar de que no había mantenido más trato con ella, recordaba que le había caído en gracia y el tener al idrino en mente le hizo preguntarse si estaría al tanto de aquello también, porque se trataba de una compañera suya al fin y al cabo. Probablemente sí, pero hablaría con él al respecto la próxima vez que lo viera.
—Lo cierto es que nosotros también estamos tratando de investigar la muerte de alguien, aunque las circunstancias no son las mismas en este caso… —comenzó a explicar tras Giz.
Fue interrumpido por una voz que, al igual que había sucedido con Bastel, también le resultaba familiar pero hacía tiempo que no escuchaba. Del repoblador si recordaba su nombre, no obstante.
—Hombre, Tap, cuánto tiempo —saludó con el entusiasmo muy comedido debido al tono de la conversación que se estaba manteniendo—. Tal vez —respondió a su pregunta—. Justamente iba a explicarle a Bastel que hemos venido para buscar a alguien. A un sospechoso de asesinato concretamente. ¿A alguno os suena el nombre de Lasca?
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Bajos Fondos
27/01/18, 10:26 pm
Vaya, otra fiambre más para la lista. O bueno, a juzgar por lo que dice Bastel, esta vez no hay ni cadáver ni nada. Sí que se está muriendo peña, joder que sí. Y además… Es como si buscaran que murieran todos de forma rara. O igual es solo una paranoia que tengo ahora. Aquí hay cientos de formas de morir distintas, pero es como si las víctimas… Es como si buscaran que murieran de formas poco… ¿ortodoxas? Si es que se puede decir eso en esta ciudad. Poca resistencia en general, formas de morir particulares y encima ningún rastro de que haya nadie más implicado, quitando el hecho de que las muertes necesitan claramente algún asesino. O al menos algunas. Igual es solo que a mí que se me va la flepa ahora, pero es que es muy chungo todo ―y también bastante estimulante, oye―.
Eh, a este pequeñajo lo conozco yo. Aunque… Mierda, ni idea de su nom- ¡TAP! ¡Eso era!
―Buenas. Sí, cuánto tiempo ―saludo aún con la cabeza en otra parte. Agh, ni que fuera a sacar nada en claro ahora, voy a centrarme un poco―. Ay, una pelea, ojalá pudiéramos tener un poco de juerga. No me iría mal estirar un poco y esas cosas ―que a este paso me voy a atrofiar.
»Por lo que parece es un quebrantahuesos ―completo la información de Noel. No me suena de mucho una criatura con un nombre así, pero sé que había oído o leído algo sobre esta en alguna parte. Debe hacer tiempo ya, eso sí.
Eh, a este pequeñajo lo conozco yo. Aunque… Mierda, ni idea de su nom- ¡TAP! ¡Eso era!
―Buenas. Sí, cuánto tiempo ―saludo aún con la cabeza en otra parte. Agh, ni que fuera a sacar nada en claro ahora, voy a centrarme un poco―. Ay, una pelea, ojalá pudiéramos tener un poco de juerga. No me iría mal estirar un poco y esas cosas ―que a este paso me voy a atrofiar.
»Por lo que parece es un quebrantahuesos ―completo la información de Noel. No me suena de mucho una criatura con un nombre así, pero sé que había oído o leído algo sobre esta en alguna parte. Debe hacer tiempo ya, eso sí.
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