Bajos Fondos
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Bajos Fondos
25/08/16, 06:36 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Entramado de galerías subterráneas que discurre por toda la ciudad. Los trapicheos más perturbadores y los negocios más turbios se pueden encontrar aquí. Debido a la falta de legislación que caracteriza a la ciudad, nacieron más por cuestiones de conveniencia que otros motivos. Entre los comerciantes y la clientela habitual se encuentra lo peor de lo peor, y los incidentes violentos son muy frecuentes en las calles y negocios. Así mismo es habitual que aquellos que tienen puesto precio a su cabeza por diversos motivos se oculten en alguna de sus innumerables galerías. Las entradas principales son dos: una se encuentra en la Casa de Gar y la otra en la Calle de las trampas. Se rumorea que hay otras entradas más secretas y protegidas mediante hechizos, que llevan a lugares de otra manera innacesibles. Aunque no son los mismos túneles que los que conforman los subterráneos existen galerías que comunican con ellos; protegidas también mediante magia para evitar que las alimañas se cuelen a placer.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Bajos Fondos
28/07/23, 12:00 am
Kimbra frunció el ceño ante las explicaciones de sus amigos. No entendía muy bien por qué tendrían una palabra para determinar con qué grupo de personas querrías tener sexo o no. Por lo que a la krabelinense respectaba, solo había tres formas de entender el sexo, tal y como había aprendido en Krabelin. Lo practicabas para la reproducción, lo practicabas por la búsqueda de placer o, simplemente, no lo practicabas porque no querías. La primera era la única opción con los Hijos de Bakaiar. Si podías reproducirte, lo hacías; si no podías, te tomabas la Infusión de los Infértiles para no tener ni siquiera el impulso. Los Seguidores de Lakra, por otro lado, veían el sexo como un acto hedonista más, pero nunca supo de que se limitaran a ningún rasgo general más allá de la persona. Por lo que Kimbra sabía si querías buscabas a alguien o más de uno que quisiera también y se hacía, y si no querías, no se hacía. La complejidad que parecía implicar la terminología de "orientaciones sexuales" le pareció confusa e innecesaria.
-En Krabelin no existe esa forma de catalogar la atracción -contestó simplemente, esperando que más tarde, cuando terminaran la visita a los Bajos Fondos, Irianna pudiera sacarle de dudas.
Y explicarle qué exactamente tenían que ver los burros en todo esto.
Con precaución, siguió a sus amigos hacia abajo, concordando con la apreciación de Jace sobre la carencia de espacio, pero prefiriendo no poner palabras en alto por el momento. Aunque sus armas no estaban desplegadas por la necesidad de pasar desapercibidos, el cuerpo de Kimbra estaba en tensión y alerta, con los iris enrojecidos, preparada para cualquier eventualidad que se presentara.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Bajos Fondos
28/07/23, 03:20 pm
La idrina asentiría fingiendo incredulidad total en sus gestos ante la respuesta que le dio Jace.
—La isla de Lesbos, ya veo…
Aunque su tono implicaba que no se lo creía, en realidad no descartaba la posibilidad de que eso sí fuese cierto, pues había algo en el lenguaje corporal de su amigo que le hacía pensar que podía ser el caso. De todas formas, estaba claro que el dullahan no se había referido a un gentilicio originalmente, por lo que su sarcasmo no estaba fuera de lugar fuese cual fuese el caso.
“Burro” sí que había sido un poco al aportar en su intento de explicación a Kimbra respecto a las orientaciones sexuales y negó con la cabeza, divertida. Aquellas intervenciones solo iban a confundir más a la pobre demonio rakshasa, pues ella sí sabía que los coloquialismos y las frases hechas no eran el fuerte de la krabelinense. Esta no tardó en dejar claro el origen de su confusión, por lo que la idrina le aseguró que si quería, le explicaría sobre ello en cualquier otro momento.
Por una parte echaba de menos la conversación mundana según descendían cada vez más y los sonidos de todo tipo, ahora ya pudiéndose distinguir alguna que otra conversación haciendo eco en las galerías, pero tenían que concentrarse en lo que habían ido a hacer. Una vez empezaba a verse suficiente con la iluminación que llegaba de la propia zona pudo extinguir su luz mágica y también absorbió su niebla. Esta sería muy útil, pero al mismo tiempo iba a llamar la atención como pocas cosas, por no decir que alguien podría molestarse por verse rodeado de un banco de niebla donde no debía estar. Y estaba bastante segura de que enfadar a alguien ahí abajo no solo no era la mejor forma de llevar a cabo la investigación, si no que podía ser muy peligroso.
Las primeras personas empezaron a cruzarse en su camino, observándoles y cuchicheando entre ellos. Sin duda, ya de por sí tres personas que nunca habían estado allí abajo destacaban, pues probablemente los habituales se conocían bien entre sí.
—Suerte que ninguno padecemos claustrofobia —se mostró de acuerdo con el comentario del dullahan. Aun así el ambiente resultaba opresivo—. No exactamente —le respondería a su pregunta con total sinceridad—. La idea es encontrar a alguien que pueda saber acerca de personas desaparecidas. Sé que hay un mercado de esclavos aquí abajo. Bueno: probablemente varios —se corrigió con un suspiro—. Creo que podría ser buena idea preguntar a algún esclavista. Que hayan sido secuestrados para venderlos como esclavos no es la hipótesis que más me convence dadas las circunstancias, pero por algún lado hay que empezar.
Miró hacia varios lados según hablaba y continuó ojeando a las personas con las que se cruzaban y los distintos negocios a la vista que a menudo no estaba nada claro qué ofrecían.
>>Tal vez podríamos pedir direcciones a alguien que no tenga pinta de querer arrancarnos la cabeza por molestarle… Aunque hay que admitir que en tu caso lo tendrían complicado —se permitió la broma mirando hacia Jace al darse cuenta de las palabras que había escogido.
Un trasgo murmurando algo acerca de convertir a no sé quién en su comida porque le había estafado. Un brujo rodeado de su dominio que levitaba con aires de superioridad. Un grupo formado exclusivamente por criaturas inmorales que se reían de forma nada tranquilizadora y a veces les echaban algunas miradas… No, no estaba dando con ninguna buena opción.
Finalmente al pasar por delante de un mostrador exterior de una tienda que parecía ser alguna clase de casa de préstamos vio a una mivense cuya transformación no pudo identificar, pero que tenía un lenguaje corporal mucho menos agresivo e incluso les dedicó una pequeña sonrisa cuando se acercaron, decidió que era improbable dar con alguien mucho mejor. Entabló una conversación muy breve con ella y enseguida les indicó el mercado de esclavos más próximo.
—Bueno, a ver que sale de aquí —les diría a sus amigos con cierta duda, encaminándose al lugar indicado.
—La isla de Lesbos, ya veo…
Aunque su tono implicaba que no se lo creía, en realidad no descartaba la posibilidad de que eso sí fuese cierto, pues había algo en el lenguaje corporal de su amigo que le hacía pensar que podía ser el caso. De todas formas, estaba claro que el dullahan no se había referido a un gentilicio originalmente, por lo que su sarcasmo no estaba fuera de lugar fuese cual fuese el caso.
“Burro” sí que había sido un poco al aportar en su intento de explicación a Kimbra respecto a las orientaciones sexuales y negó con la cabeza, divertida. Aquellas intervenciones solo iban a confundir más a la pobre demonio rakshasa, pues ella sí sabía que los coloquialismos y las frases hechas no eran el fuerte de la krabelinense. Esta no tardó en dejar claro el origen de su confusión, por lo que la idrina le aseguró que si quería, le explicaría sobre ello en cualquier otro momento.
Por una parte echaba de menos la conversación mundana según descendían cada vez más y los sonidos de todo tipo, ahora ya pudiéndose distinguir alguna que otra conversación haciendo eco en las galerías, pero tenían que concentrarse en lo que habían ido a hacer. Una vez empezaba a verse suficiente con la iluminación que llegaba de la propia zona pudo extinguir su luz mágica y también absorbió su niebla. Esta sería muy útil, pero al mismo tiempo iba a llamar la atención como pocas cosas, por no decir que alguien podría molestarse por verse rodeado de un banco de niebla donde no debía estar. Y estaba bastante segura de que enfadar a alguien ahí abajo no solo no era la mejor forma de llevar a cabo la investigación, si no que podía ser muy peligroso.
Las primeras personas empezaron a cruzarse en su camino, observándoles y cuchicheando entre ellos. Sin duda, ya de por sí tres personas que nunca habían estado allí abajo destacaban, pues probablemente los habituales se conocían bien entre sí.
—Suerte que ninguno padecemos claustrofobia —se mostró de acuerdo con el comentario del dullahan. Aun así el ambiente resultaba opresivo—. No exactamente —le respondería a su pregunta con total sinceridad—. La idea es encontrar a alguien que pueda saber acerca de personas desaparecidas. Sé que hay un mercado de esclavos aquí abajo. Bueno: probablemente varios —se corrigió con un suspiro—. Creo que podría ser buena idea preguntar a algún esclavista. Que hayan sido secuestrados para venderlos como esclavos no es la hipótesis que más me convence dadas las circunstancias, pero por algún lado hay que empezar.
Miró hacia varios lados según hablaba y continuó ojeando a las personas con las que se cruzaban y los distintos negocios a la vista que a menudo no estaba nada claro qué ofrecían.
>>Tal vez podríamos pedir direcciones a alguien que no tenga pinta de querer arrancarnos la cabeza por molestarle… Aunque hay que admitir que en tu caso lo tendrían complicado —se permitió la broma mirando hacia Jace al darse cuenta de las palabras que había escogido.
Un trasgo murmurando algo acerca de convertir a no sé quién en su comida porque le había estafado. Un brujo rodeado de su dominio que levitaba con aires de superioridad. Un grupo formado exclusivamente por criaturas inmorales que se reían de forma nada tranquilizadora y a veces les echaban algunas miradas… No, no estaba dando con ninguna buena opción.
Finalmente al pasar por delante de un mostrador exterior de una tienda que parecía ser alguna clase de casa de préstamos vio a una mivense cuya transformación no pudo identificar, pero que tenía un lenguaje corporal mucho menos agresivo e incluso les dedicó una pequeña sonrisa cuando se acercaron, decidió que era improbable dar con alguien mucho mejor. Entabló una conversación muy breve con ella y enseguida les indicó el mercado de esclavos más próximo.
—Bueno, a ver que sale de aquí —les diría a sus amigos con cierta duda, encaminándose al lugar indicado.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Bajos Fondos
29/07/23, 10:10 pm
“Ya”, respondió a Irianna. El espacio era bastante reducido y claramente laberíntico a la que te descuidases, y aunque no era claustrofóbico era igualmente desagradable. En ese sentido los subterráneos eran peor, pero que los peligros fueran inteligentes compensaba con mayor sensación de trampa. Habría arrugado la cara con la mención de los mercados esclavistas, pero se conformó con acribillar con “la mirada” a una de las personas con las que se toparon con todo el desdén que le cabía en el humo. “Este sitio es una puta movida.”
Realmente no se refería solo a los Bajos Fondos, sino a toda la ciudad. Ya le podía parecer jodida arriba, pero se equivocaba si pensaba que las peores muestras las tenían en la superficie. Una voluta de humo salió disparada en la exhalación de una carcajada sarcástica, más abrupta que las anteriores. A pesar de que solo sus amigas le oían sus pensamientos eran susurros.
“Que lo intenten.”
Estaba alerta a cada transeunte que entraba en su amplio rango de visión. No quitaba el “ojo” a ninguno de los que se encontraban, ya fuera por su camino o las callejuelas variantes, así les estuvieran dando ya la espalda. No era una posibilidad sino un hecho que no llevase tantos años en Rocavarancolia como muchos de los allí presentes, pero Jace no se dejaba amedrentar. Estaba en el ejército, era un dullahan, y aunque todavía no hubiese cortado la cabeza de nadie capaz de formular una frase, no le apuraba tener su primera vez con ninguno de ellos. Se puso recto y alzó el cuello, cargando su andar de seguridad y seriedad a sabiendas que su imagen de decapitado algo intimidaría.
“Acercaos, gilipollas” fue un pensamiento interno y muy contenido. Realmente no quería que una panda de inmorales se les acercaran, mas la incomodidad le hacía querer reventarse el puño contra la pared solo porque dejaran de mirarles como presas. Mucho se estaba conteniendo por no sacar el hacha. El ratito con la rana al menos fue agradable y le permitió dejar caer los hombros, algo disonante teniendo en cuenta que estaban hablando de personas vendidas como objeto.
“Me quedo con los subterráneos eh. Tengo ganas de partirle la boca al próximo soplagaitas que nos encontremos de puro nervio” suspiró en un momento de relax, sincerándose. No eran los gilipollas con los que se peleaba en los pubs, era gente que seguramente había matado y cosas peores. “La peña que hay aquí sí parecen los monstruos de las pelis de Halloween y no los pringaos que somos en Serpentaria. Normal que no quisieras venir sola.”
Realmente no se refería solo a los Bajos Fondos, sino a toda la ciudad. Ya le podía parecer jodida arriba, pero se equivocaba si pensaba que las peores muestras las tenían en la superficie. Una voluta de humo salió disparada en la exhalación de una carcajada sarcástica, más abrupta que las anteriores. A pesar de que solo sus amigas le oían sus pensamientos eran susurros.
“Que lo intenten.”
Estaba alerta a cada transeunte que entraba en su amplio rango de visión. No quitaba el “ojo” a ninguno de los que se encontraban, ya fuera por su camino o las callejuelas variantes, así les estuvieran dando ya la espalda. No era una posibilidad sino un hecho que no llevase tantos años en Rocavarancolia como muchos de los allí presentes, pero Jace no se dejaba amedrentar. Estaba en el ejército, era un dullahan, y aunque todavía no hubiese cortado la cabeza de nadie capaz de formular una frase, no le apuraba tener su primera vez con ninguno de ellos. Se puso recto y alzó el cuello, cargando su andar de seguridad y seriedad a sabiendas que su imagen de decapitado algo intimidaría.
“Acercaos, gilipollas” fue un pensamiento interno y muy contenido. Realmente no quería que una panda de inmorales se les acercaran, mas la incomodidad le hacía querer reventarse el puño contra la pared solo porque dejaran de mirarles como presas. Mucho se estaba conteniendo por no sacar el hacha. El ratito con la rana al menos fue agradable y le permitió dejar caer los hombros, algo disonante teniendo en cuenta que estaban hablando de personas vendidas como objeto.
“Me quedo con los subterráneos eh. Tengo ganas de partirle la boca al próximo soplagaitas que nos encontremos de puro nervio” suspiró en un momento de relax, sincerándose. No eran los gilipollas con los que se peleaba en los pubs, era gente que seguramente había matado y cosas peores. “La peña que hay aquí sí parecen los monstruos de las pelis de Halloween y no los pringaos que somos en Serpentaria. Normal que no quisieras venir sola.”
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Bajos Fondos
30/07/23, 12:14 pm
La tensión en el cuerpo de Kimbra se podía ver perfectamente reflejada en sus ojos rojos, por lo que hizo el esfuerzo de relajarse lo suficiente como para que el color de estos no delatara su estado de alerta. Aunque era buena educando su cuerpo para que se comportara como ella quería, el ambiente del lugar era tan opresivo que le costó bastante conseguirlo y no le resultó fácil mantenerlo, por lo que la demonio se limitó a bajar la cabeza y observar el lugar siempre mirando de reojo.
Y realmente tuvo mucho que mirar. La mirada de la Hija de Lunas casi tuvo que parar en todas las esquinas, analizando cada amenaza e individuo por separado y en conjunto. Kimbra no era ingenua y sabía de sobra que ellos tres, jóvenes y relativamente nuevos en Rocavarancolia, no tendrían mucho que hacer contra todos aquellos transformados aparentemente experimentados y claramente con poco o ningún escrúpulo u honor, pero no por ello se iba a dejar intimidar. "Me bañaré en sus vísceras" pensó en respuesta a la advertencia de Jace.
Irianna finalmente eligió al ser aparentemente menos amenazante y Kimbra se dedicó a observar a su alrededor en busca de posibles peligros mientras conversaban, confiando en que Jace estaría atento a cualquier paso en falso que diera la mivense.
-Tengo curiosidad por esas "pelis de Halloween" de las que hablas -comentó sin dejar de observar a su alrededor de forma sutil mientras seguían la dirección que les habían indicado-. ¿Es algo de la Tierra que puedes enseñarme próximamente o tendremos que esperar al siguiente Samhein?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Bajos Fondos
31/07/23, 09:17 pm
Los pensamientos de Jace y los ojos rojos de Kimbra evidenciaban la tensión que sentía cada uno de sus amigos, reflejando la suya propia a pesar de que la idrina hacía todo lo posible por ocultarla de su lenguaje corporal. No se le pasó el desagrado del dullahan respecto al tema de los esclavos, sentimiento que compartía.
—Yo también, en realidad —le dijo cuando verbalizó su preferencia por la otra zona bajo tierra de la ciudad—. Y aunque no busco pelearme con nadie, entiendo lo que quieres decir.
No obstante, por muy poco que le gustara el lugar a donde iban, prefería centrarse en la parte pragmática del asunto: necesitaba empezar por algún lugar y no tenía ninguna idea mejor. Ya había descartado muchas opciones y aquello hacía tiempo que tenía pinta de callejón sin salida. Simplemente no estaba dispuesta a rendirse todavía.
>>Es curioso que preguntes eso porque por lo que sé Halloween es como llaman al día de Samhein en algunos sitios en la Tierra —respondería a la pregunta Kimbra. No iba a añadir nada más, pues evidentemente Jace iba a saber mucho más que ella al respecto.
La curiosidad por temas inocuos de la hija de lunas servía para distraerse un poco del ambiente opresivo, al menos.
Las indicaciones les condujeron a una galería más amplia que el pasillo que habían estado recorriendo hasta ese momento. No por ello mejoraría la impresión de aquel lugar, precisamente: ante ellos había una plataforma de madera con un cartel en el que se podía leer claramente la actividad que se llevaba a cabo allí y una serie de sin esencias y algún transformado de aspecto débil estaban expuestos en fila bajo el mismo. Todos ellos llevaban grilletes y casi ninguno se atrevía a alzar la mirada, mientras un ochrorio anunciaba a voces las cualidades de cada uno para la pequeña multitud que se apelotonaba ante ellos.
La idrina sintió un desagrado que sí se filtró esta vez en su lenguaje corporal con claridad durante un instante y se detuvo. No se quería acercar más, pero tendría que hacerlo para hacer preguntas… De pronto uno de los que habían estado observando se dio la vuelta y se dirigió en su dirección. Parecía simplemente que había perdido el interés y se disponía a irse a cualquier otro sitio. La nebulomante decidió que podía empezar por él, de ese modo no tenían que acercarse más, al menos por el momento.
Era un fornido minotauro que, como casi cualquiera de los que se encontraban allí abajo, tenía un aire bastante amenazador… pero nada fuera de lo habitual. Lo que sí llamó su atención es que se tratase de un idrino, ya que no había muchos de su especie en la ciudad. Eso podía ser una ventaja o un problema, dependiendo del tipo de persona que se tratase. La nebulomante decidió aceptar el “reto”.
—Disculpa… —le diría al minotauro cuando este pasase por su lado. El otro idrino pareció sorprendido: no se esperaba que le hablasen y no estaba prestándoles atención. Enseguida volvió a retomar su pose estoica y la bruja hizo lo mismo. Tenía que mostrarse firme y fingir que estar allí no le suponía el más mínimo problema—. ¿Podría hacerte unas preguntas? Seré breve —no sabía si el que tenía delante había recuperado el lenguaje idrino, pero se afanaba en que sus gestos de reafirmación fuesen notorios—. Estoy tratando de encontrar a unas personas.
No estaba segura, pero creía que tal vez había tenido suerte al dar con otro idrino, pues parecía que el minotauro también tenía la suficiente curiosidad por coincidir con otra persona de su especie como para prestarle un poco de su tiempo. Irianna le refirió con la mayor brevedad posible qué estaba tratando de averiguar y le describió a algunos de los desaparecidos.
>>Me preguntaba si podrían haber sido vendidos en algún momento al mercado de esclavos. ¿Te suena algo sobre neo transformados o alguna de estas descripciones, por algún casual?
La respuesta no se hizo espera. El minotauro les dijo que no le sonaban ninguna de aquellas personas, pero al parecer había oído un rumor: un tipo raro que trabajaba para la Luna Negra de vez en cuando husmeaba por allí y se decía que estaba investigando algo sobre un “drogata de Ewa” (en sus propias palabras) que, al parecer, pretendía hacer “no sé qué movida” que implicaba a neo transformados. Los ojos de Irianna se abrieron de la sorpresa e intercambió una mirada rápida con sus amigos, aunque enseguida contuvo su reacción para poder seguir sonsacándole información al otro idrino.
Al parecer, el periodista era un “myceta”, fuera lo que eso fuera, y aunque no sabía si ese día se encontraba allí, podían tratar de seguir el moho, algo que formaba parte de su transformación. El minotauro parecía haberles dicho la verdad en todo momento, incluido cuando afirmó no saber nada más: sí que había recuperado el lenguaje idrino y a menos que fuese un mentiroso excelente lo había podido notar en su lenguaje corporal. La nebulomante agradeció su ayuda y le ofreció una moneda en pago a su información. Suponía que aquello podía resultar beneficioso por si tenían que seguir preguntando, especialmente porque tal vez tuviera que volver a recurrir al minotauro. Este se encogió de hombros pero aceptó enseguida el dinero antes de despedirse y seguir su camino.
—Casi no me puedo creer la suerte que hemos tenido —les diría en voz baja a sus amigos, echando a andar de nuevo en la dirección opuesta—. ¿Habéis visto moho de camino aquí?
La verdad es que ella no se había fijado en algo como eso: el moho era un elemento bastante normal en una galería subterránea y no se le habría pasado por la cabeza buscar hongos precisamente. Kimbra, por el contrario, sí afirmó haberlo visto, por lo que no tardaron en encontrar los primeros indicios de este: efectivamente era tal y como había dicho el minotauro, un reguero de moho discurría en gran cantidad por una pared en concreto.
No se atrevía a desplegar su niebla a pesar de que les facilitaría mucho las cosas: era muy probable que solo sirviese para alertar de que algo extraño estaba sucediendo a la persona que buscaban y se arriesgaba a que saliese huyendo por precaución. Sin duda, sabía que es algo que ella haría en aquellas circunstancias, por mucho que le estuviese frustrando no poder recurrir a su dominio.
Según se adentraban a donde fuera que les condujera aquel reguero empezaron a escuchar el sonido de agua corriendo. La fuente se haría evidente pronto: el rastro les llevó a una nueva sala por donde discurrían aguas subterráneas e incluso había algo de vegetación, aparte del moho que parecía todavía más prolijo en aquella zona. Miró a todas partes, todavía conteniendo las ganas de recurrir a su dominio. No tardarían mucho en escuchar un sonido sordo de algo cayéndose al agua, probablemente una pequeña piedra. Los tres podrían ver un movimiento rápido entre las sombras, en una de las esquinas de la sala que conectaba con otra galería.
—¿Será…? —Dejaría aquella pregunta evidente en el aire.
Tenían que decidir rápido qué hacer, pero tampoco quería lanzarse sin consultar con ellos qué opinaban al respecto.
—Yo también, en realidad —le dijo cuando verbalizó su preferencia por la otra zona bajo tierra de la ciudad—. Y aunque no busco pelearme con nadie, entiendo lo que quieres decir.
No obstante, por muy poco que le gustara el lugar a donde iban, prefería centrarse en la parte pragmática del asunto: necesitaba empezar por algún lugar y no tenía ninguna idea mejor. Ya había descartado muchas opciones y aquello hacía tiempo que tenía pinta de callejón sin salida. Simplemente no estaba dispuesta a rendirse todavía.
>>Es curioso que preguntes eso porque por lo que sé Halloween es como llaman al día de Samhein en algunos sitios en la Tierra —respondería a la pregunta Kimbra. No iba a añadir nada más, pues evidentemente Jace iba a saber mucho más que ella al respecto.
La curiosidad por temas inocuos de la hija de lunas servía para distraerse un poco del ambiente opresivo, al menos.
Las indicaciones les condujeron a una galería más amplia que el pasillo que habían estado recorriendo hasta ese momento. No por ello mejoraría la impresión de aquel lugar, precisamente: ante ellos había una plataforma de madera con un cartel en el que se podía leer claramente la actividad que se llevaba a cabo allí y una serie de sin esencias y algún transformado de aspecto débil estaban expuestos en fila bajo el mismo. Todos ellos llevaban grilletes y casi ninguno se atrevía a alzar la mirada, mientras un ochrorio anunciaba a voces las cualidades de cada uno para la pequeña multitud que se apelotonaba ante ellos.
La idrina sintió un desagrado que sí se filtró esta vez en su lenguaje corporal con claridad durante un instante y se detuvo. No se quería acercar más, pero tendría que hacerlo para hacer preguntas… De pronto uno de los que habían estado observando se dio la vuelta y se dirigió en su dirección. Parecía simplemente que había perdido el interés y se disponía a irse a cualquier otro sitio. La nebulomante decidió que podía empezar por él, de ese modo no tenían que acercarse más, al menos por el momento.
Era un fornido minotauro que, como casi cualquiera de los que se encontraban allí abajo, tenía un aire bastante amenazador… pero nada fuera de lo habitual. Lo que sí llamó su atención es que se tratase de un idrino, ya que no había muchos de su especie en la ciudad. Eso podía ser una ventaja o un problema, dependiendo del tipo de persona que se tratase. La nebulomante decidió aceptar el “reto”.
—Disculpa… —le diría al minotauro cuando este pasase por su lado. El otro idrino pareció sorprendido: no se esperaba que le hablasen y no estaba prestándoles atención. Enseguida volvió a retomar su pose estoica y la bruja hizo lo mismo. Tenía que mostrarse firme y fingir que estar allí no le suponía el más mínimo problema—. ¿Podría hacerte unas preguntas? Seré breve —no sabía si el que tenía delante había recuperado el lenguaje idrino, pero se afanaba en que sus gestos de reafirmación fuesen notorios—. Estoy tratando de encontrar a unas personas.
No estaba segura, pero creía que tal vez había tenido suerte al dar con otro idrino, pues parecía que el minotauro también tenía la suficiente curiosidad por coincidir con otra persona de su especie como para prestarle un poco de su tiempo. Irianna le refirió con la mayor brevedad posible qué estaba tratando de averiguar y le describió a algunos de los desaparecidos.
>>Me preguntaba si podrían haber sido vendidos en algún momento al mercado de esclavos. ¿Te suena algo sobre neo transformados o alguna de estas descripciones, por algún casual?
La respuesta no se hizo espera. El minotauro les dijo que no le sonaban ninguna de aquellas personas, pero al parecer había oído un rumor: un tipo raro que trabajaba para la Luna Negra de vez en cuando husmeaba por allí y se decía que estaba investigando algo sobre un “drogata de Ewa” (en sus propias palabras) que, al parecer, pretendía hacer “no sé qué movida” que implicaba a neo transformados. Los ojos de Irianna se abrieron de la sorpresa e intercambió una mirada rápida con sus amigos, aunque enseguida contuvo su reacción para poder seguir sonsacándole información al otro idrino.
Al parecer, el periodista era un “myceta”, fuera lo que eso fuera, y aunque no sabía si ese día se encontraba allí, podían tratar de seguir el moho, algo que formaba parte de su transformación. El minotauro parecía haberles dicho la verdad en todo momento, incluido cuando afirmó no saber nada más: sí que había recuperado el lenguaje idrino y a menos que fuese un mentiroso excelente lo había podido notar en su lenguaje corporal. La nebulomante agradeció su ayuda y le ofreció una moneda en pago a su información. Suponía que aquello podía resultar beneficioso por si tenían que seguir preguntando, especialmente porque tal vez tuviera que volver a recurrir al minotauro. Este se encogió de hombros pero aceptó enseguida el dinero antes de despedirse y seguir su camino.
—Casi no me puedo creer la suerte que hemos tenido —les diría en voz baja a sus amigos, echando a andar de nuevo en la dirección opuesta—. ¿Habéis visto moho de camino aquí?
La verdad es que ella no se había fijado en algo como eso: el moho era un elemento bastante normal en una galería subterránea y no se le habría pasado por la cabeza buscar hongos precisamente. Kimbra, por el contrario, sí afirmó haberlo visto, por lo que no tardaron en encontrar los primeros indicios de este: efectivamente era tal y como había dicho el minotauro, un reguero de moho discurría en gran cantidad por una pared en concreto.
No se atrevía a desplegar su niebla a pesar de que les facilitaría mucho las cosas: era muy probable que solo sirviese para alertar de que algo extraño estaba sucediendo a la persona que buscaban y se arriesgaba a que saliese huyendo por precaución. Sin duda, sabía que es algo que ella haría en aquellas circunstancias, por mucho que le estuviese frustrando no poder recurrir a su dominio.
Según se adentraban a donde fuera que les condujera aquel reguero empezaron a escuchar el sonido de agua corriendo. La fuente se haría evidente pronto: el rastro les llevó a una nueva sala por donde discurrían aguas subterráneas e incluso había algo de vegetación, aparte del moho que parecía todavía más prolijo en aquella zona. Miró a todas partes, todavía conteniendo las ganas de recurrir a su dominio. No tardarían mucho en escuchar un sonido sordo de algo cayéndose al agua, probablemente una pequeña piedra. Los tres podrían ver un movimiento rápido entre las sombras, en una de las esquinas de la sala que conectaba con otra galería.
—¿Será…? —Dejaría aquella pregunta evidente en el aire.
Tenían que decidir rápido qué hacer, pero tampoco quería lanzarse sin consultar con ellos qué opinaban al respecto.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Bajos Fondos
02/08/23, 11:56 pm
La charla ligera le vendría bien para despejarse, pensó, aunque no fueran a profundizar demasiado en nada dada la situación en la que se encontraban.
“Seh, justo. Samhein y Halloween es lo mismo” eso era algo que había descubierto en la propia ciudad, no en la Tierra. “Son películas de terror protagonizadas por monstruos como nosotros. Jinetes sin cabeza, hombres lobo, vampiros, monstruos del pantano… y un porrón de espíritus. Son la polla, a mi me encantaban. Conozco a dos tíos que venden un montón de mierda retro de mi mundo, a lo mejor tienen películas del palo y os puedo enseñar alguna.”
No recordaba sus nombres, pero sí su negocio. Después de todo a ellos les había comprado su queridísima Gameboy Advance SP girls edition y un buen puñado de juegos. Vaya vicio se iba a meter cuando volvieran a casa, un deseo que se hizo más fuerte cuando llegaron a una imagen sacada de los libros de historia. Esclavos, de todas formas, especies y colores, incluso transformados como ellos. El humo de Jace se hizo más oscuro y denso, arremolinándose como un pequeño huracán sobre su cuello. No podía echar la vista a un lado, físicamente estaba obligado a ver, por eso se aseguró de observar bien sus rostros y más aún los de quienes pujaban por ellos. Él no era ningún héroe, pero tampoco tan monstruo: eso ardía, y de no ser porque era un suicidio y tenía que cumplir un trabajo en el que no estaba solo, bien que le habría gustado agarrar a alguno de esos capullos por la cabellera para rajar su garganta en dos con el kukri. Ni tenía porqué ser un corte limpio. Es más, mejor si no lo era.
Su rabia se diluyó gracias a su imaginación efervesciente, y por suerte pudo complementarla centrando su atención en el minotauro al que Irianna interceptó al pronto. No dijo nada, y mejor, porque se estaba entreteniendo no solo oyéndole, sino imaginando cuantos tajos harían falta para cercenar un cuello de toro como el suyo. No podía obviar donde lo habían encontrado -un puto mercado de esclavos-, pero al menos había sido lo suficientemente majo como para darles información, información que tenía toda la puta mala pinta del mundo. Vale que a él le encantase acojonar novatos y cosechados (tremendo pasatiempo) pero de ahí a experimentar con ellos o lo que fuera que estuviera haciendo ese mamón de Ewa… Necesitaba echarse un cigarro.
“Ya. Menos mal. Nos tenemos que parar ahí a hablar con más capullos compra-vidas y echo la pota. (No sé si puedo echar la pota. ¿Puedo echar la pota? Hm) ¿Qué coño es un “maceta”? ¿Estamos buscando a alguien del Macetero o algo así?”
Siguieron el camino de moho, moho que como buen idiota que era no se resistió a tocar hasta que sus neuronas hicieron chispa y pensó que lo mismo eso alertaba a la maceta. Una pena, porque dentro de lo malo estaba mullidito y era lo más agradable que habían visto hasta ahora. Y así, resistiendo la mohosa tentación siguieron el camino hasta una gruta más asalvajada que las anteriores. Increíble que encontrase reconfortante un sitio que se pareciera más a los subterráneos.
Una silueta irrumpió en el paisaje y por pura costumbre Jace invocó su kukri. Confiaba más en su hacha, pero también era más aparatosa y menos inmediata de solidificar, además, a toda prisa recordó que ahí no había zombies sino personas a las que tenían que interrogar, preferiblemente con vida.
“¡EH!” miró a Irianna y Kimbra un segundo antes de echar a correr tras él, sin esperar asentimiento o estrategia. “¡Tú, espera! ¡¿Eres la maceta?!”
“Seh, justo. Samhein y Halloween es lo mismo” eso era algo que había descubierto en la propia ciudad, no en la Tierra. “Son películas de terror protagonizadas por monstruos como nosotros. Jinetes sin cabeza, hombres lobo, vampiros, monstruos del pantano… y un porrón de espíritus. Son la polla, a mi me encantaban. Conozco a dos tíos que venden un montón de mierda retro de mi mundo, a lo mejor tienen películas del palo y os puedo enseñar alguna.”
No recordaba sus nombres, pero sí su negocio. Después de todo a ellos les había comprado su queridísima Gameboy Advance SP girls edition y un buen puñado de juegos. Vaya vicio se iba a meter cuando volvieran a casa, un deseo que se hizo más fuerte cuando llegaron a una imagen sacada de los libros de historia. Esclavos, de todas formas, especies y colores, incluso transformados como ellos. El humo de Jace se hizo más oscuro y denso, arremolinándose como un pequeño huracán sobre su cuello. No podía echar la vista a un lado, físicamente estaba obligado a ver, por eso se aseguró de observar bien sus rostros y más aún los de quienes pujaban por ellos. Él no era ningún héroe, pero tampoco tan monstruo: eso ardía, y de no ser porque era un suicidio y tenía que cumplir un trabajo en el que no estaba solo, bien que le habría gustado agarrar a alguno de esos capullos por la cabellera para rajar su garganta en dos con el kukri. Ni tenía porqué ser un corte limpio. Es más, mejor si no lo era.
Su rabia se diluyó gracias a su imaginación efervesciente, y por suerte pudo complementarla centrando su atención en el minotauro al que Irianna interceptó al pronto. No dijo nada, y mejor, porque se estaba entreteniendo no solo oyéndole, sino imaginando cuantos tajos harían falta para cercenar un cuello de toro como el suyo. No podía obviar donde lo habían encontrado -un puto mercado de esclavos-, pero al menos había sido lo suficientemente majo como para darles información, información que tenía toda la puta mala pinta del mundo. Vale que a él le encantase acojonar novatos y cosechados (tremendo pasatiempo) pero de ahí a experimentar con ellos o lo que fuera que estuviera haciendo ese mamón de Ewa… Necesitaba echarse un cigarro.
“Ya. Menos mal. Nos tenemos que parar ahí a hablar con más capullos compra-vidas y echo la pota. (No sé si puedo echar la pota. ¿Puedo echar la pota? Hm) ¿Qué coño es un “maceta”? ¿Estamos buscando a alguien del Macetero o algo así?”
Siguieron el camino de moho, moho que como buen idiota que era no se resistió a tocar hasta que sus neuronas hicieron chispa y pensó que lo mismo eso alertaba a la maceta. Una pena, porque dentro de lo malo estaba mullidito y era lo más agradable que habían visto hasta ahora. Y así, resistiendo la mohosa tentación siguieron el camino hasta una gruta más asalvajada que las anteriores. Increíble que encontrase reconfortante un sitio que se pareciera más a los subterráneos.
Una silueta irrumpió en el paisaje y por pura costumbre Jace invocó su kukri. Confiaba más en su hacha, pero también era más aparatosa y menos inmediata de solidificar, además, a toda prisa recordó que ahí no había zombies sino personas a las que tenían que interrogar, preferiblemente con vida.
“¡EH!” miró a Irianna y Kimbra un segundo antes de echar a correr tras él, sin esperar asentimiento o estrategia. “¡Tú, espera! ¡¿Eres la maceta?!”
- ♪♫♬:
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Bajos Fondos
03/08/23, 06:34 pm
Irianna le explicó que Samhein y Halloween eran lo mismo en algunas partes de la Tierra y Jace lo confirmó, hablándole de los monstruos como ellos que aparecían en las películas. "Puedo ver el por qué se asociaría la noche de Samhein a la aparición de monstruos".
-Supongo que puede ser algo agradable que podemos hacer en grupo -pensó en voz alta mientras imaginaba que quizás podía ser una actividad divertida que hacer con todos sus amigos-. Tanto para los que, como yo, desconocemos todo tipo de películas, como para los humanos que quizás deseen volver a verlas.
A medida que la iba diciendo, la idea cada vez le iba gustando más a la engendro y no solo por sus propias palabras, sino también porque al tener más humanos en el grupo sería más probable que resolvieran sus dudas. No es que no se fiara de Jace, pero por lo general Ruth y Devoss tendían menos a decir cosas inconexas e incomprensibles.
-De cualquiera de las maneras, ya sea en grupo o solo nosotros, como se suele decir, me pongo en tus manos -indicó con un asentimiento y orgullosa del correcto uso que le había dado a una de las últimas frases hechas que había aprendido.
Este sentimiento, para su desgracia, no duró demasiado, pues en seguida llegaron a una sala en la que no cabía duda del tipo de negocio que se llevaba a cabo. Kimbra pudo percibir perfectamente el disgusto de sus amigos, pero fue más capaz de atenuar el suyo propio. Quizás, de los tres, la Hija de Lunas era la más familiarizada con el esclavismo en esencia pues, por lo que le habían explicado, la única diferencia entre este esclavismo y el cómo había sido ella criada en Krabelin era que aquí se podía cambiar de dueño. Para los Hijos de Lunas como ella la libertad y el libre albedrío es algo que solo se adquiría huyendo en dirección a la ciudad de los Seguidores de Lakra, pero que te enseñaban a no anhelar. ¿Para qué querrías algo más, al final? ¿No era el gran cuerpo de Bakaiar el que daba cobijo y refugiaba a todos del implacable clima exterior? ¿No era acaso el servicio a sus hijos la mejor forma de darle las gracias por ello? Puesto que no se podía sobrevivir más de tres días en el exterior, ¿la forma de vida de los nombrados no era sino una falsa libertad encubierta? ¿Un hedonismo vacío y carente de significado?
Durante la mayor parte de su vida, Kimbra había creído fervientemente en esto. Hacía ya tiempo que ya no lo hacía.
-Sí, lo vi -indicó echando una última mirada al minotauro. Durante la conversación de este con Irianna, la demonio había preferido mantenerse en segundo plano buscando amenazas más ocultas, ya que no creía que fuera tan descarado como para atacar a una bruja flanqueada por un demonio y un dullahan de forma tan abierta y expuesta. Ni siquiera ahí abajo-. Llamó mi atención porque pensé si podía indicar que nos encontrábamos en una zona cerca de los pozos o del mar.
Sin perder tiempo, Kimbra guió a sus amigos hasta el último lugar donde había visto el moho y juntos rastrearon la marca hasta otra sala donde se podía apreciar agua y algo de vegetación. Con cautela, la demonio sacó su arco y flechas y se posicionó agazapada, en posición para poner todos sus sentidos en funcionamiento para atrapar a la presa de la forma más óptima como cuando estaba de cacería, pero en cuanto vieron movimiento entre las sombras, cualquier plan que podría haberse estado fraguando en su mente tuvo que ser omitido.
-Recuérdame que nunca lleve a Jace de caza conmigo -le indicó a Irianna mientras salía tras el dullahan con el arco preparado en caso de que requiriera su ayuda.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
04/08/23, 04:48 pm
A la idrina le había gustado la propuesta que había hecho Kimbra: ahora que tenía un ordenador, además, podría ofrecer su casa para que viesen todos juntos alguna película. No sabía qué clase de películas había en el suyo, pero seguro que los mercenarios de la Brecha podían pasarle alguna relacionada con Halloween si es que no la tenía ya. Probablemente los individuos a los que se refería Jace eran los mismos que Noel había contratado en varias ocasiones para conseguirles cosas en la Tierra. Se quería centrar en la investigación y no comentó nada de aquello en voz alta, pero se aseguraría de tener en mente aquel plan.
No pudo haber estado más de acuerdo con el dullahan en cuanto a sus sentimientos acerca del mercado de esclavos. Una cosa era mentalizarse para lo que se iban a encontrar y otra realmente tenerlo delante: la imagen de las personas engrilletadas y siendo expuestas como mercancía no iba a abandonar tan fácilmente su cabeza durante varios días.
—La verdad es que habría sido muy desagradable —le dio la razón. Una vez estaban alejados del lugar, siguiendo el moho, se había reído con su pregunta—. No sé lo que es un Myceta realmente, pero casi seguro que se refería al nombre de transformación —le explicó. Por el contexto era prácticamente una certeza—. Entre nosotros podemos llamarle “la Maceta” si quieres —añadió con diversión.
--
Y esa “Maceta” ahora estaba huyendo, seguramente aún más rápido ante la impulsividad del humano.
—¡Espera, Jace! No creo que… —suspiró y asintió al comentario de Kimbra añadiendo su propia dosis de sarcasmo—. Sí, tampoco creo que fuese especialmente bueno como compañero de investigación.
La idrina lanzó un hechizo rápido de levitación para poder desplazarse más rápido y desplegó su niebla. Ya daba igual la cautela: el Myceta sabía que estaban allí y si podía saber cuál era su posición en todo momento sería más fácil seguirle, además de dificultarle la visibilidad al menos momentáneamente. Cuando notó que acortaba distancias con él decidió enviarle un mensaje telepático, aunque también lo extendería a sus amigos para que supieran qué estaba haciendo.
<<No huyas, por favor: no queremos hacerte daño. La niebla es mía, es inofensiva. Solo quiero preguntarte algo. Soy investigadora y me han dicho que tal vez me podrías ayudar.>>
Trató de imprimir cordialidad y tranquilidad en el mensaje. Con suerte podría evitar que la situación se complicase más.
No pudo haber estado más de acuerdo con el dullahan en cuanto a sus sentimientos acerca del mercado de esclavos. Una cosa era mentalizarse para lo que se iban a encontrar y otra realmente tenerlo delante: la imagen de las personas engrilletadas y siendo expuestas como mercancía no iba a abandonar tan fácilmente su cabeza durante varios días.
—La verdad es que habría sido muy desagradable —le dio la razón. Una vez estaban alejados del lugar, siguiendo el moho, se había reído con su pregunta—. No sé lo que es un Myceta realmente, pero casi seguro que se refería al nombre de transformación —le explicó. Por el contexto era prácticamente una certeza—. Entre nosotros podemos llamarle “la Maceta” si quieres —añadió con diversión.
--
Y esa “Maceta” ahora estaba huyendo, seguramente aún más rápido ante la impulsividad del humano.
—¡Espera, Jace! No creo que… —suspiró y asintió al comentario de Kimbra añadiendo su propia dosis de sarcasmo—. Sí, tampoco creo que fuese especialmente bueno como compañero de investigación.
La idrina lanzó un hechizo rápido de levitación para poder desplazarse más rápido y desplegó su niebla. Ya daba igual la cautela: el Myceta sabía que estaban allí y si podía saber cuál era su posición en todo momento sería más fácil seguirle, además de dificultarle la visibilidad al menos momentáneamente. Cuando notó que acortaba distancias con él decidió enviarle un mensaje telepático, aunque también lo extendería a sus amigos para que supieran qué estaba haciendo.
<<No huyas, por favor: no queremos hacerte daño. La niebla es mía, es inofensiva. Solo quiero preguntarte algo. Soy investigadora y me han dicho que tal vez me podrías ayudar.>>
Trató de imprimir cordialidad y tranquilidad en el mensaje. Con suerte podría evitar que la situación se complicase más.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Bajos Fondos
05/08/23, 12:01 pm
—¡Eek!
Al materializarse el kukri de Jace un gritito de terror reverberó por los túneles subterráneos. No cabía duda de que provenía de la persona que habían visto, porque al momento abandonó el recoveco en el que trataba de ocultarse pobremente para huir.
Sus movimientos eran torpes y jadeaba con cada zancada, pero era evidente su determinación por perderles de vista. El mensaje de Irianna no logró que se detuviese, pero despertó su curiosidad y se giró para ver mejor a sus perseguidores. Ese gesto le costó perder el equilibrio y tropezarse con las piedras húmedas del suelo, terminando la persecución en pocos segundos en forma de caída aparatosa. Cuando Kimbra, Jace e Irianna alcanzasen al myceta, este se habría hecho un ovillo tembloroso en el suelo.
—No estábamos mirándoos a propósito —gimoteó. Su voz era muy suave—. Solo estábamos… Estábamos ahí. —Aquella persona apartó un poco el brazo que le cubría parte de la cara para poder observarlos por la rendija. Su piel pálida estaba moteada por una sustancia difícil de identificar, pero claramente era idrina, algo que también delataban sus orejas palmeadas y quizás su pelo blanco. La presencia de su congénere pareció calmarle ligeramente, tal vez porque no destilaba agresividad, dándole crédito a las palabras que había dicho en su mente.
»Nunca os habíamos visto antes por aquí… —murmuró, ahogando otro gritito cuando su mirada se posó en Jace o, particularmente, en el arma que seguía en su mano. El idrino ya había vuelto a su pose de armadillo.
Al materializarse el kukri de Jace un gritito de terror reverberó por los túneles subterráneos. No cabía duda de que provenía de la persona que habían visto, porque al momento abandonó el recoveco en el que trataba de ocultarse pobremente para huir.
Sus movimientos eran torpes y jadeaba con cada zancada, pero era evidente su determinación por perderles de vista. El mensaje de Irianna no logró que se detuviese, pero despertó su curiosidad y se giró para ver mejor a sus perseguidores. Ese gesto le costó perder el equilibrio y tropezarse con las piedras húmedas del suelo, terminando la persecución en pocos segundos en forma de caída aparatosa. Cuando Kimbra, Jace e Irianna alcanzasen al myceta, este se habría hecho un ovillo tembloroso en el suelo.
—No estábamos mirándoos a propósito —gimoteó. Su voz era muy suave—. Solo estábamos… Estábamos ahí. —Aquella persona apartó un poco el brazo que le cubría parte de la cara para poder observarlos por la rendija. Su piel pálida estaba moteada por una sustancia difícil de identificar, pero claramente era idrina, algo que también delataban sus orejas palmeadas y quizás su pelo blanco. La presencia de su congénere pareció calmarle ligeramente, tal vez porque no destilaba agresividad, dándole crédito a las palabras que había dicho en su mente.
»Nunca os habíamos visto antes por aquí… —murmuró, ahogando otro gritito cuando su mirada se posó en Jace o, particularmente, en el arma que seguía en su mano. El idrino ya había vuelto a su pose de armadillo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Bajos Fondos
06/08/23, 07:11 pm
Si esperaban como decía la idrina el sospechoso se escapaba fijo. Además, ¿qué culpa tenía él de que huyera? ¡Si huía pues se le perseguía! ¿Sino por qué huyes? (A lo mejor porque acabas de ver a una demonio y un tío decapitado, ¿no sé?)
“¡Eso, no huyas!” se sumó a los pensamientos de Irianna, “¡somos colegas! Amigos, compadres, panas (siempre que no vendas esclavos), buena onda, si no paras vas a oir mi voz más que tus propios pensamientos y me han dicho que puedo ser muy pesado cuando- hostia.“
Se calló porque el otro se cayó, valga la redundancia fonética. No veía tres en un burro con la escueta luz con la que contaban, así que sabiendo que el otro no se movía lanzó un simple hechizo lumínico. Y se arrepintió en seguida. Al menos el grito mental que profirió se quedó solo consigo, porque… por su puta madre ¿¡qué coño era eso!? ¡¿Un putísimo acechador?! ¿¡Que no acababa de hacer una comparativa con el Last of Us y ahora tocaban luciérnagas!? ¿¡Por qué había un infectado ahí!?
“La puta madre que grima das coño” por suerte esos pensamientos eran solo suyos y nadie podría oírlos. Por ahora. Dio dos pasos atrás. “Ay no me jodas, como eso sea contagioso me cago en mi puta vida. Mis huevos tío que yo he estado tocando el musguito de los cojones. Noooo, nonono.”
Se lamentaba en completo silencio (por fortuna de todos los que apreciaran su cordura), llevándose las manos a la “cabeza”. Su cerebro hizo entonces click. Y si no era maceta, ¿sino mi seta? Bueno, pues lo habían encontrado. Al menos hablaba, joder, ¡que hablaba! ¡Y en plural! A lo mejor no era tan- ¿tan fuera como fuese que se lo imaginaba? Solo era un transformado con un nombre ridículo y un aspecto lamentable. Y tenía consciencia, eso era bueno. De hecho parecía más acojonado de él que viceversa, aunque sinceramente eso era cuestionable. Al ver que se arrinconaba (¿arrinconaban?) por su kukri Jace lo deshizo. Nah, no, ni de coña, él no iba a pincharle ni pagado. Que asco.
“Eehhh, perdona eh. Es que somos nuevos en el vecindario. Estás, eh-… ¿estáis bien?” diluyéndose el susto ahora lo miraba con más curiosidad. “Dios que asco le salen cosas de la piel. Está guapísimo pero que puto assssco…” aquello tampoco era público, y aún así se esforzó en pensarlo muy bajito.
Le dedicó una miradita a Kimbra e Irianna y en privado añadió solo para ellas: “Lo siento. Es que ha corrido. No sabía que iba a ser… así”.
Ese así guardaba muchos significados.
“¡Eso, no huyas!” se sumó a los pensamientos de Irianna, “¡somos colegas! Amigos, compadres, panas (siempre que no vendas esclavos), buena onda, si no paras vas a oir mi voz más que tus propios pensamientos y me han dicho que puedo ser muy pesado cuando- hostia.“
Se calló porque el otro se cayó, valga la redundancia fonética. No veía tres en un burro con la escueta luz con la que contaban, así que sabiendo que el otro no se movía lanzó un simple hechizo lumínico. Y se arrepintió en seguida. Al menos el grito mental que profirió se quedó solo consigo, porque… por su puta madre ¿¡qué coño era eso!? ¡¿Un putísimo acechador?! ¿¡Que no acababa de hacer una comparativa con el Last of Us y ahora tocaban luciérnagas!? ¿¡Por qué había un infectado ahí!?
“La puta madre que grima das coño” por suerte esos pensamientos eran solo suyos y nadie podría oírlos. Por ahora. Dio dos pasos atrás. “Ay no me jodas, como eso sea contagioso me cago en mi puta vida. Mis huevos tío que yo he estado tocando el musguito de los cojones. Noooo, nonono.”
Se lamentaba en completo silencio (por fortuna de todos los que apreciaran su cordura), llevándose las manos a la “cabeza”. Su cerebro hizo entonces click. Y si no era maceta, ¿sino mi seta? Bueno, pues lo habían encontrado. Al menos hablaba, joder, ¡que hablaba! ¡Y en plural! A lo mejor no era tan- ¿tan fuera como fuese que se lo imaginaba? Solo era un transformado con un nombre ridículo y un aspecto lamentable. Y tenía consciencia, eso era bueno. De hecho parecía más acojonado de él que viceversa, aunque sinceramente eso era cuestionable. Al ver que se arrinconaba (¿arrinconaban?) por su kukri Jace lo deshizo. Nah, no, ni de coña, él no iba a pincharle ni pagado. Que asco.
“Eehhh, perdona eh. Es que somos nuevos en el vecindario. Estás, eh-… ¿estáis bien?” diluyéndose el susto ahora lo miraba con más curiosidad. “Dios que asco le salen cosas de la piel. Está guapísimo pero que puto assssco…” aquello tampoco era público, y aún así se esforzó en pensarlo muy bajito.
Le dedicó una miradita a Kimbra e Irianna y en privado añadió solo para ellas: “Lo siento. Es que ha corrido. No sabía que iba a ser… así”.
Ese así guardaba muchos significados.
- ♪♫♬:
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Bajos Fondos
07/08/23, 08:53 pm
Mientras perseguían al Myceta, Irianna le habló telepáticamente llamando a la calma, siendo su discurso acompañado por las palabras de Jace, que provocaron un bufido casi divertido en Kimbra. Ella, por lo general, disfrutaba escuchar hablar a sus amigos, por muy largas y disparatadas que fueran sus divagaciones, pero tenía entendido que "ser muy pesado" era algo que molestaba incluso alejaba a algunas personas, por lo que la amenaza de Jace le pareció adecuada de una manera divertida.
Aunque las palabras de sus amigos no consiguieron pararlo, sí que le hicieron tropezar y el grupo no tardó en alcanzarlo y verlo perfectamente gracias a la iluminación del dullahan.
-No es en absoluto lo que me esperaba -comentó la demonio en cuanto pudo verlo bien, casi decepcionada con lo vulnerable y cobarde que se veía, pero curiosa con su apariencia novedosa.
Su decepción no se debía a que hubiera querido tener que luchar con alguien que les superara en todos los sentidos, pero, si las cosas se complicaban y existía la necesidad, pelear con este ser sería tan simple que podrían dejarle el trabajo fácilmente a Rata y hasta a él podría parecerle un simple bocado inquieto. Por un momento Kimbra se preguntó si su lamentable imagen aovillado en el suelo no sería un mecanismo de defensa o algún tipo de teatro para pillarlos desprevenidos.
fuera lo que fuera, parecía muy asustado por ellos e Irianna había remarcado el hecho de que solo querían hablar, por lo que la krabelinense volvió sus ojos a su color natural casi sin esfuerzo, en absoluto amenazada por el idrino, y guardó su arco de nuevo mostrando sus manos desnudas. Aunque ciertamente Kimbra sabía que sus garras negras, puntiagudas e infecciosas no eran la imagen más inocua que podía mostrar de sí misma (nada de ella era inocua en realidad), pero supuso que un ser cubierto de lo que parecía moho no estaría excesivamente preocupado por ninguna enfermedad que sus uñas pudieran provocarle.
-¿"Estábais"? ¿No eres el único aquí? -preguntó por el plural, mirando a su alrededor buscando otros seres como el idrino o posibles amenazas que hubieran pasado por alto en la corta carrera.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
07/08/23, 09:49 pm
Por decirlo de alguna manera, no estaba muy convencida de si las palabras de Jace iban a ayudar en algo, pero tampoco sabía si iba a confiar en lo que les había dicho, por lo que a aquellas alturas lo mejor era simplemente seguir persiguiéndole… O no, porque el myceta se dio de bruces contra el suelo.
Cuando se acercó y pudo ver mejor sus rasgos notó varias cosas aquella transformación no solo no le sonaba de absolutamente nada, el moho le pertenecía indudablemente y por eso les habían dicho que lo siguieran… y que era otro idirino. Menuda coincidencia encontrar dos en el mismo día y que potencialmente pudieran ayudarle a avanzar por fin en su investigación. ¿Es que todos los idrinos de la ciudad se encontraban en los Bajos Fondos y por eso rara vez veía a ninguno de sus congéneres? Al igual que el dullahan, esperaba que este no se dedicase también a comprar esclavos, aunque para lo que habían ido a hacer en ese momento, no iba precisamente a preguntarle por eso.
<<No, muy agradable no es…>> coincidiría con el comentario de Jace. Aunque solo con el segundo. Ella no había tocado el moho, pero esperaba que no le ocurriese nada a su amigo por haberlo hecho.
—No queríamos asustarte —añadió en voz alta mientras el humano le preguntaba si se encontraba bien.
También había notado el plural que Kimbra remarcó, pero lo cierto era…
>>No detecto a nadie. Lo único vivo aparte de nosotros cuatro en los alrededores es ese moho y alguna que otra planta… Escúchame, por favor: —se giró hacia el desconocido— no te seguíamos porque creyésemos que nos espiabas. Te estábamos buscando para preguntarte algo, como te dije. Soy dama Enigma, investigadora —hizo un saludo idrino que no implicaba contacto físico. No pensaba tocarle—. He venido por la petición de unos clientes, y alguien me ha informado de que a lo mejor tú tienes las respuestas que busco. ¿Sabes algo acerca de desapariciones de personas, especialmente transformadas durante la última Luna y la anterior? —sacó su cuaderno del bolsillo y una pluma—. Mis fuentes dicen que podrías estar al tanto de algo, concretamente sobre una posible conexión con un cultista de Ewa.
Prefería dejarle bien claro lo que ya sabía para que no tratase de mentirle en aquel sentido. Teniendo en cuenta la torpeza que había demostrado hasta ese momento dudaba que fuese habilidoso ocultando sus mentiras, pero bien podía tratarse todo de un acto bien estudiado. Ella también se aseguró de indicarle con su lenguaje corporal que decía la verdad en todo momento. La cautela nunca estaba de más, por eso no absorbió de nuevo su niebla. Le seguía preocupando ese plural y tampoco quería que apareciese alguien más de improviso que estropease aquel encuentro de la forma que fuera, como haciendo huir de nuevo al myceta, por ejemplo.
Cuando se acercó y pudo ver mejor sus rasgos notó varias cosas aquella transformación no solo no le sonaba de absolutamente nada, el moho le pertenecía indudablemente y por eso les habían dicho que lo siguieran… y que era otro idirino. Menuda coincidencia encontrar dos en el mismo día y que potencialmente pudieran ayudarle a avanzar por fin en su investigación. ¿Es que todos los idrinos de la ciudad se encontraban en los Bajos Fondos y por eso rara vez veía a ninguno de sus congéneres? Al igual que el dullahan, esperaba que este no se dedicase también a comprar esclavos, aunque para lo que habían ido a hacer en ese momento, no iba precisamente a preguntarle por eso.
<<No, muy agradable no es…>> coincidiría con el comentario de Jace. Aunque solo con el segundo. Ella no había tocado el moho, pero esperaba que no le ocurriese nada a su amigo por haberlo hecho.
—No queríamos asustarte —añadió en voz alta mientras el humano le preguntaba si se encontraba bien.
También había notado el plural que Kimbra remarcó, pero lo cierto era…
>>No detecto a nadie. Lo único vivo aparte de nosotros cuatro en los alrededores es ese moho y alguna que otra planta… Escúchame, por favor: —se giró hacia el desconocido— no te seguíamos porque creyésemos que nos espiabas. Te estábamos buscando para preguntarte algo, como te dije. Soy dama Enigma, investigadora —hizo un saludo idrino que no implicaba contacto físico. No pensaba tocarle—. He venido por la petición de unos clientes, y alguien me ha informado de que a lo mejor tú tienes las respuestas que busco. ¿Sabes algo acerca de desapariciones de personas, especialmente transformadas durante la última Luna y la anterior? —sacó su cuaderno del bolsillo y una pluma—. Mis fuentes dicen que podrías estar al tanto de algo, concretamente sobre una posible conexión con un cultista de Ewa.
Prefería dejarle bien claro lo que ya sabía para que no tratase de mentirle en aquel sentido. Teniendo en cuenta la torpeza que había demostrado hasta ese momento dudaba que fuese habilidoso ocultando sus mentiras, pero bien podía tratarse todo de un acto bien estudiado. Ella también se aseguró de indicarle con su lenguaje corporal que decía la verdad en todo momento. La cautela nunca estaba de más, por eso no absorbió de nuevo su niebla. Le seguía preocupando ese plural y tampoco quería que apareciese alguien más de improviso que estropease aquel encuentro de la forma que fuera, como haciendo huir de nuevo al myceta, por ejemplo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Bajos Fondos
08/08/23, 01:51 pm
El idrino volvió a observarlos con cautela cuando Jace desinvocó su kukri y Kimbra guardó su arco. Por algún motivo, sabía que lo habían hecho sin estar mirándolos siquiera. Lo que vio le dio la confianza suficiente para empezar a incorporarse, con la ayuda de las palabras de disculpa y amistosas que recibió.
—Estamos bien, sí… —respondió a Jace. Su postura aún delataba que quería protegerse, encorvada y con las manos cerca de la cara. La pregunta de Kimbra le hizo mirarla con la cabeza ligeramente inclinada—. Nunca estamos solos, hija de lunas —dijo, y asintió cuando Irianna mencionó que los rodeaban moho y plantas.
La otra idrina le miró entonces, por lo que le myceta se estiró en toda su altura. No era precisamente una persona baja, aunque hasta ese momento podría haberlo parecido. No buscaba intimidar a nadie con ese gesto, sino aparentar al menos que escuchaba con atención. Su postura no tardó en volver a lo que le resultaba natural progresivamente, pero cada vez que se daba cuenta de que lo había hecho trataba de enmendarla. Tampoco dejó de juguetear con los dedos mientras escuchaba, y su mirada se desviaba periódicamente al suelo.
La única reacción que tuvo al escuchar las preguntas de Irianna fue inclinar la cabeza para pensar durante unos segundos.
—Ah… ¿Sería eso? —Se mordió una uña, o mejor dicho, parte del dedo también, con la vista perdida en el suelo, y luego reaccionó de sopetón, enderezándose una vez más—. ¡Perdonad! Un placer, eh… Nos llamamos Mízcalo. —No intentó tenderles la mano a ninguno. Sabía cómo solía acabar eso y no quería ver su orgullo herido una vez más—. Nos alegramos de que no seáis, eh… que no seáis… gente rara de los bajos fondos. —Que mirase solo a Irianna al decir aquello daba una idea de la confianza que tenía en que esa afirmación aplicase también a los otros dos.
»Y, um, ¿creemos que podemos ayudar? Hemos visto… Hay un seguidor de Ewa que lleva tiempo buscando transformados en los mercados de esclavos. Un lunático —aclaró con un reproche propio de alguien que no se miraba mucho en el espejo—. Pero no nos consta que hubiese subastas de transformados últimamente. ¿Podríais enseñarnos fotos de los desaparecidos? Hemos oído hablar del tema pero… no conocíamos bien a la última remesa de cosechados.
—Estamos bien, sí… —respondió a Jace. Su postura aún delataba que quería protegerse, encorvada y con las manos cerca de la cara. La pregunta de Kimbra le hizo mirarla con la cabeza ligeramente inclinada—. Nunca estamos solos, hija de lunas —dijo, y asintió cuando Irianna mencionó que los rodeaban moho y plantas.
La otra idrina le miró entonces, por lo que le myceta se estiró en toda su altura. No era precisamente una persona baja, aunque hasta ese momento podría haberlo parecido. No buscaba intimidar a nadie con ese gesto, sino aparentar al menos que escuchaba con atención. Su postura no tardó en volver a lo que le resultaba natural progresivamente, pero cada vez que se daba cuenta de que lo había hecho trataba de enmendarla. Tampoco dejó de juguetear con los dedos mientras escuchaba, y su mirada se desviaba periódicamente al suelo.
La única reacción que tuvo al escuchar las preguntas de Irianna fue inclinar la cabeza para pensar durante unos segundos.
—Ah… ¿Sería eso? —Se mordió una uña, o mejor dicho, parte del dedo también, con la vista perdida en el suelo, y luego reaccionó de sopetón, enderezándose una vez más—. ¡Perdonad! Un placer, eh… Nos llamamos Mízcalo. —No intentó tenderles la mano a ninguno. Sabía cómo solía acabar eso y no quería ver su orgullo herido una vez más—. Nos alegramos de que no seáis, eh… que no seáis… gente rara de los bajos fondos. —Que mirase solo a Irianna al decir aquello daba una idea de la confianza que tenía en que esa afirmación aplicase también a los otros dos.
»Y, um, ¿creemos que podemos ayudar? Hemos visto… Hay un seguidor de Ewa que lleva tiempo buscando transformados en los mercados de esclavos. Un lunático —aclaró con un reproche propio de alguien que no se miraba mucho en el espejo—. Pero no nos consta que hubiese subastas de transformados últimamente. ¿Podríais enseñarnos fotos de los desaparecidos? Hemos oído hablar del tema pero… no conocíamos bien a la última remesa de cosechados.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
08/08/23, 10:17 pm
Pronto quedó claro que el myceta hablaba en plural para referirse a sí mismo, por lo que dejó de preocuparse por eso: la razón de aquello le daba igual, aunque buscaría información sobre su transformación en alguna visita a la Torre Doce. Le sorprendió lo alto que era en realidad cuando dejó de estar encorvado, pero notaba que su lenguaje corporal no era agresivo. Aunque sí extremadamente nervioso y lleno de tics. Sería mejor terminar lo antes posible con aquel encuentro si no quería que su congénere le empezase a sacar un poco de sus casillas: lo último que quería era que se le escapase la única pista real que había obtenido desde el inicio de aquella investigación por perder el temple.
A pesar de… todo su comportamiento, se podía notar que se había calmado un poco e incluso se presentó. La neculomante comenzó a tomar nota de todo lo que decía, que encajaba con lo que ya le había contado el minotauro. Ignoró sin más la insinuación de que no se fiaba tanto de Jace y Kimbra y se centró en lo que relataba, con verdadero interés. Al menos, aquel comentario también indicaba que el propio myceta no estaba allí por el mercado de esclavos.
—No tengo fotos, pero sí varias descripciones con todos los datos posibles acerca de los desaparecidos… Dame un momento, te voy a dar una copia de mi listado.
En parte no quería que tocase algo que ella fuese a tocar de vuelta, mucho menos un objeto tan personal como uno de sus cuadernos, en parte creía que tal vez le podría convenir mantenerse en contacto con Mízcalo aún si ese día no podía ofrecerles más información. El otro idrino también había mencionado que era periodista, por lo que posiblemente estuviese investigando a su manera también. Así pues, entonó un hechizo para que se copiase rápidamente lo escrito en las hojas elegidas y se las tendió a Mízcalo.
>>Podemos esperar a que leas: si te suena de algo alguna de esas personas dínoslo, por favor. Por pequeño que sea el dato. ¿Sabes si el seguidor de Ewa frecuenta algún otro lugar en concreto, aparte del mercado de esclavos y la secta? — el segundo era un sitio en el que sí que no se quería meter de ninguna manera y si podía evitar el primero, mejor. Además, teniendo en cuenta lo que ya habían averiguado, no parecía que se estuviese pasando con los desaparecidos por el mercado de esclavos, precisamente—. Y también, ¿sabes cómo es, o al menos tienes alguna descripción aproximada de él?
A pesar de… todo su comportamiento, se podía notar que se había calmado un poco e incluso se presentó. La neculomante comenzó a tomar nota de todo lo que decía, que encajaba con lo que ya le había contado el minotauro. Ignoró sin más la insinuación de que no se fiaba tanto de Jace y Kimbra y se centró en lo que relataba, con verdadero interés. Al menos, aquel comentario también indicaba que el propio myceta no estaba allí por el mercado de esclavos.
—No tengo fotos, pero sí varias descripciones con todos los datos posibles acerca de los desaparecidos… Dame un momento, te voy a dar una copia de mi listado.
En parte no quería que tocase algo que ella fuese a tocar de vuelta, mucho menos un objeto tan personal como uno de sus cuadernos, en parte creía que tal vez le podría convenir mantenerse en contacto con Mízcalo aún si ese día no podía ofrecerles más información. El otro idrino también había mencionado que era periodista, por lo que posiblemente estuviese investigando a su manera también. Así pues, entonó un hechizo para que se copiase rápidamente lo escrito en las hojas elegidas y se las tendió a Mízcalo.
>>Podemos esperar a que leas: si te suena de algo alguna de esas personas dínoslo, por favor. Por pequeño que sea el dato. ¿Sabes si el seguidor de Ewa frecuenta algún otro lugar en concreto, aparte del mercado de esclavos y la secta? — el segundo era un sitio en el que sí que no se quería meter de ninguna manera y si podía evitar el primero, mejor. Además, teniendo en cuenta lo que ya habían averiguado, no parecía que se estuviese pasando con los desaparecidos por el mercado de esclavos, precisamente—. Y también, ¿sabes cómo es, o al menos tienes alguna descripción aproximada de él?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Bajos Fondos
09/08/23, 01:30 pm
Níscalo asintió cuando Irianna explicó que no tenía nada gráfico, sino descripciones. Podría servir, quizás. Dependía de qué hubiese usado para percibirlos.
Pronto tuvo una copia en sus manos, que miró largamente antes de empezar a leer, mientras escuchaba a la idrina sin decir nada.
—¿Entonces nos podemos quedar las copias? —Era raro que le diesen material de investigación gratis, aunque siendo justos él estaba haciendo lo mismo. Eso sí, le inspiraban las armas que portaban bastante más que su propio altruismo.
—Um, si es que hablamos del mismo tipo… Que nosotros sepamos no va a ningún lado raro. Le hemos visto en el mercado, en su casa… —comenzó, mordisqueándose una vez más la yema del dedo índice—. Es un krampus, pero está tan desmejorado por culpa de la droga… Tiene el cuerno derecho roto y el pelo muy, um… poco denso, negro. Tiene que ser de origen nublino. Mide más o menos… —Mízcalo usó su propia mano para indicar que era un trecho más bajo que él— esto. Va siempre desaliñado, no parece muy inteligente… Quiero decir, si es por cumplir su precio conseguir esclavos en el mercado no es lo más… ¡Ah! Y le llaman Yukael el descornado. Creo que fue en una pelea de taberna bastante sonada. Lo del cuerno, digo.
Níscalo bajó la cabeza de golpe a los apuntes y los leyó con avidez, terminando de hacerlo antes de lo que cabría esperar. En vez de mirar a Irianna o a sus acompañantes al terminar, se quedó mirando el suelo con actitud pensativa durante varios segundos.
—Ah… ¡AH!
Tras darles un pequeño sobresalto empezó a palmear con intensidad. Una vez hizo click la pieza de información que había leído hacía un momento no pudo sino sentir excitación.
»¡La bruja de los espejos! ¡Quizás…! ¡Oídnos! Yukael tiró todos los espejos de su casa. Le vimos, le vimos… Tenía uno… de baño, y… puede que uno más grande. O sea, no nos pareció tan raro, nosotros tampoco tenemos espejos en casa y, él, bueno… el pobre, últimamente… ¿Sabéis? —Se arrepintió enseguida de decir demasiado, por lo que la excitación remitió un poco y bajó la mirada—. Pero, queremos decir… ¿¡Y si se estaba preparando para secuestrar a la bruja!? … Quizás.
No podía evitar dudar de su propia teoría. Después de todo, krampus o no, tenía derecho a redecorar su casa.
Pronto tuvo una copia en sus manos, que miró largamente antes de empezar a leer, mientras escuchaba a la idrina sin decir nada.
—¿Entonces nos podemos quedar las copias? —Era raro que le diesen material de investigación gratis, aunque siendo justos él estaba haciendo lo mismo. Eso sí, le inspiraban las armas que portaban bastante más que su propio altruismo.
—Um, si es que hablamos del mismo tipo… Que nosotros sepamos no va a ningún lado raro. Le hemos visto en el mercado, en su casa… —comenzó, mordisqueándose una vez más la yema del dedo índice—. Es un krampus, pero está tan desmejorado por culpa de la droga… Tiene el cuerno derecho roto y el pelo muy, um… poco denso, negro. Tiene que ser de origen nublino. Mide más o menos… —Mízcalo usó su propia mano para indicar que era un trecho más bajo que él— esto. Va siempre desaliñado, no parece muy inteligente… Quiero decir, si es por cumplir su precio conseguir esclavos en el mercado no es lo más… ¡Ah! Y le llaman Yukael el descornado. Creo que fue en una pelea de taberna bastante sonada. Lo del cuerno, digo.
Níscalo bajó la cabeza de golpe a los apuntes y los leyó con avidez, terminando de hacerlo antes de lo que cabría esperar. En vez de mirar a Irianna o a sus acompañantes al terminar, se quedó mirando el suelo con actitud pensativa durante varios segundos.
—Ah… ¡AH!
Tras darles un pequeño sobresalto empezó a palmear con intensidad. Una vez hizo click la pieza de información que había leído hacía un momento no pudo sino sentir excitación.
»¡La bruja de los espejos! ¡Quizás…! ¡Oídnos! Yukael tiró todos los espejos de su casa. Le vimos, le vimos… Tenía uno… de baño, y… puede que uno más grande. O sea, no nos pareció tan raro, nosotros tampoco tenemos espejos en casa y, él, bueno… el pobre, últimamente… ¿Sabéis? —Se arrepintió enseguida de decir demasiado, por lo que la excitación remitió un poco y bajó la mirada—. Pero, queremos decir… ¿¡Y si se estaba preparando para secuestrar a la bruja!? … Quizás.
No podía evitar dudar de su propia teoría. Después de todo, krampus o no, tenía derecho a redecorar su casa.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Bajos Fondos
12/08/23, 04:35 pm
La idrina le iba a decir simplemente que sí a su pregunta, pero enseguida se le ocurrió añadir un comentario.
—Te las puedes quedar, pero no publiques nada sobre estas personas en el periódico —le advirtió. Su tono era tranquilo, pero transmitía que lo decía absolutamente en serio—. Ni tengo el permiso de mis clientes para ello ni creo que fuese buena idea. Pero si averiguases algo más al respecto puedes encontrarme en la Agencia Nifelyre —le tendió también una de sus tarjetas de visita.
Tomó nota de todo lo que decía el myceta acerca del cultista de Ewa y pronto tuvo un perfil bastante claro del sospechoso: Yukael, un krampus nublino drogadicto, fácilmente reconocible por su cuerno roto. Conflictivo, posiblemente debido a su adicción, tal vez en parte a su transformación. Entendió lo que quiso decir Mízcalo respecto a que no parecía cumplir su precio de la forma más adecuada. Era probable que no fuese especialmente ducho en combate, aunque desde luego nada le impedía ir a un mundo vinculado en busca de víctimas como hacían casi todas las criaturas de precio. Podía elaborar un par de hipótesis acerca de sus patrones de comportamiento, pero no era lo más importante.
—Todos estos datos son muy valiosos, te lo agradezco. ¿Dónde está su casa?
Al parecer el krampus vivía en el Barrio de los Mil Dioses: con eso sería suficiente para localizarle. Estaba pensando en lo extraño que era que no hubiese dado con él en caso de que se tratase de la persona tras las desapariciones, por varios motivos, cuando el myceta llamó su atención lo suficiente para distraerla de aquel tren de pensamientos por el momento.
Espejos. El sospechoso había roto todos los espejos de su casa. La nebulomante no pudo evitar intercambiar una mirada asombrada con Jace y Kimbra. Como mínimo, la hija de lunas habría entendido por qué aquello era tan revelador.
—¡Eso es…! No puede ser una coincidencia —afirmó tras la suposición de Mízcalo—. No confirma que sea el responsable de todo, pero esto hace altamente probable que sea quien secuestró a Mónica. Si es así… creo que hay que actuar lo antes posible —volvió a girarse hacia el otro idrino—. Me has ayudado muchísimo, pero creo que debería regresar a la superficie cuanto antes: el tiempo puede ser decisivo. Solo una última pregunta: ¿cuándo y dónde fue la última vez que viste a Yukael?
La nebulomante estaba nerviosa y en esa ocasión ni siquiera se molestó en ocultarlo demasiado: si todo era tal y como parecía indicar era posible que pudiese encontrar, como mínimo, a Mónica pronto. Pero le asustaba pensar en las posibilidades de en qué condiciones.
—Te las puedes quedar, pero no publiques nada sobre estas personas en el periódico —le advirtió. Su tono era tranquilo, pero transmitía que lo decía absolutamente en serio—. Ni tengo el permiso de mis clientes para ello ni creo que fuese buena idea. Pero si averiguases algo más al respecto puedes encontrarme en la Agencia Nifelyre —le tendió también una de sus tarjetas de visita.
Tomó nota de todo lo que decía el myceta acerca del cultista de Ewa y pronto tuvo un perfil bastante claro del sospechoso: Yukael, un krampus nublino drogadicto, fácilmente reconocible por su cuerno roto. Conflictivo, posiblemente debido a su adicción, tal vez en parte a su transformación. Entendió lo que quiso decir Mízcalo respecto a que no parecía cumplir su precio de la forma más adecuada. Era probable que no fuese especialmente ducho en combate, aunque desde luego nada le impedía ir a un mundo vinculado en busca de víctimas como hacían casi todas las criaturas de precio. Podía elaborar un par de hipótesis acerca de sus patrones de comportamiento, pero no era lo más importante.
—Todos estos datos son muy valiosos, te lo agradezco. ¿Dónde está su casa?
Al parecer el krampus vivía en el Barrio de los Mil Dioses: con eso sería suficiente para localizarle. Estaba pensando en lo extraño que era que no hubiese dado con él en caso de que se tratase de la persona tras las desapariciones, por varios motivos, cuando el myceta llamó su atención lo suficiente para distraerla de aquel tren de pensamientos por el momento.
Espejos. El sospechoso había roto todos los espejos de su casa. La nebulomante no pudo evitar intercambiar una mirada asombrada con Jace y Kimbra. Como mínimo, la hija de lunas habría entendido por qué aquello era tan revelador.
—¡Eso es…! No puede ser una coincidencia —afirmó tras la suposición de Mízcalo—. No confirma que sea el responsable de todo, pero esto hace altamente probable que sea quien secuestró a Mónica. Si es así… creo que hay que actuar lo antes posible —volvió a girarse hacia el otro idrino—. Me has ayudado muchísimo, pero creo que debería regresar a la superficie cuanto antes: el tiempo puede ser decisivo. Solo una última pregunta: ¿cuándo y dónde fue la última vez que viste a Yukael?
La nebulomante estaba nerviosa y en esa ocasión ni siquiera se molestó en ocultarlo demasiado: si todo era tal y como parecía indicar era posible que pudiese encontrar, como mínimo, a Mónica pronto. Pero le asustaba pensar en las posibilidades de en qué condiciones.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Bajos Fondos
12/08/23, 07:00 pm
Jace quería pinchar a la persona musgo con un palo. No había cara que ocultar ni ojos indiscretos indagando en las rarezas de su piel, de modo que el dullahan solo tenía que cruzarse de brazos para aparentar mucha más seriedad de la que hacía uso. Tampoco vio oportuno presentarse como lo había hecho su amiga, no es como si él tuviera mucho que aportar o fuera a volver por la zona en busca de un amigo, además, en películas y series la gente intimidante guay nunca lo hacía.
“¿El krampus no es…?” empezó en privado para Kimbra, más su pregunta murió allí al recordar la procedencia de la misma. Era un cuento navideño, algo así como el Grinch. ¿Cuántas cosas eran reales en Rocavarancolia?
Jace estaba considerablemente más perdido en contexto que ninguno ahora mismo. Algo sabía, claro, pero no estaba tan metido en el ajo como para que aquellos detalles hicieran sonar la campana. No entendía para qué quería el Yukagrinch sectario un montón de espejos (o en su defecto, a la bruja de estos) si su precio era secuestrar gente. ¿No había maneras y objetivos más sencillitos? Claro que si todo fuera tan simple señor con ganas de ponerse retos a la hora de cargar magia no estarían ahí en primer lugar. No eran pocos los que habían desaparecido, y todo lo que girase entorno a los chalados de Ewa era peor que un dolor. Bajó los brazos, dispuesto y alerta, contagiado por las reacciones de la idrina. Nunca había sido muy fan del chisme, pero tenía que admitir que eso de andar de allá para acá en busca de pistas tenía su aquel. Y todo fuera por salir de la humedad de aquella cueva, para que mentir. Se giró en dirección a la salida, espectante. Con suerte Níspero remataba dándoles una objetivo claro y no acababa ahí la racha de buena suerte que estaban teniendo. Era increíble lo bien que habían pillado el hilo, aunque prefería pensar que eran las buenas dotes detectivescas de la nebulomante.
“Si tenemos que darnos prisa puedo llamar a Ares.”
“¿El krampus no es…?” empezó en privado para Kimbra, más su pregunta murió allí al recordar la procedencia de la misma. Era un cuento navideño, algo así como el Grinch. ¿Cuántas cosas eran reales en Rocavarancolia?
Jace estaba considerablemente más perdido en contexto que ninguno ahora mismo. Algo sabía, claro, pero no estaba tan metido en el ajo como para que aquellos detalles hicieran sonar la campana. No entendía para qué quería el Yukagrinch sectario un montón de espejos (o en su defecto, a la bruja de estos) si su precio era secuestrar gente. ¿No había maneras y objetivos más sencillitos? Claro que si todo fuera tan simple señor con ganas de ponerse retos a la hora de cargar magia no estarían ahí en primer lugar. No eran pocos los que habían desaparecido, y todo lo que girase entorno a los chalados de Ewa era peor que un dolor. Bajó los brazos, dispuesto y alerta, contagiado por las reacciones de la idrina. Nunca había sido muy fan del chisme, pero tenía que admitir que eso de andar de allá para acá en busca de pistas tenía su aquel. Y todo fuera por salir de la humedad de aquella cueva, para que mentir. Se giró en dirección a la salida, espectante. Con suerte Níspero remataba dándoles una objetivo claro y no acababa ahí la racha de buena suerte que estaban teniendo. Era increíble lo bien que habían pillado el hilo, aunque prefería pensar que eran las buenas dotes detectivescas de la nebulomante.
“Si tenemos que darnos prisa puedo llamar a Ares.”
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