Torre Serpentaria (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.

Una especie de libélula multicolor le permitió entrar sin tener que llamar a nadie. Fue algo bastante oportuno, pues los malditos refugios no tenían ni un triste timbre y no había ganas de ponerse a gritar, sobretodo a gritarle a un tío que probablemente ni se molestase en responderle. No pensaba ir habitación por habitación, así que daría una vuelta por los pasillos superiores y miraría en los estudios a ver si daba con él. La libélula multicolor también le había ayudado en eso. Al final tuvo que darle las gracias y todo.

Por suerte para Zmey, se topó con Hyter en una escalera. El chico estaba realmente desmejorado, había adelgazado bastante,tenía unas ojeras hasta el suelo y el pelo más largo y descuidado.

-Tienes una pinta horrible- saludó Zmey

-Gracias por fijarte- le respondió en tono ácido- ¿Qué quieres?

-Necesito alguien con quien practicar. He avanzado bastante yo solo pero necesito alguien con quien combatir en serio para hacer algún progreso significativo. Además, mis compañeros son todos unos pirofóbicos...

Hyter le lanzó una mirada evaluadora, como si meditasesi había algún tipo de beneficio que pudiera sacar de aquello. Por un instante Zmey pensó que lo mandaría a la mierda pero al final le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiese. Lo llevó a su habitación, donde le comentó escuetamente sus progresos. Como Zmey había supuesto, Hyter se había dedicado sobretodo a la magia, y no había hecho ningún entrenamiento físico. No importaba, lo que querían entrenar eran sus dominios, mientras que lo otro podían practicarlo por su cuenta. Yrio ofreció la sala de entrenamiento que usaba en la Sede, pero Hyter la rechazó. Él buscaría el sitio, y avisaría a Zmey en cuanto lo encontrase.

Zmey salió de la habitación algo enfurruñado porque le hubiese impuesto condiciones, pero igualmente satisfecho de haber conseguido su objetivo. Bajando las escaleras le llegó el olor de la comida, y voces conocidas. Se asomó a la cocina y efectivamente, personas conocidas.

-Tsk, y yo que pensaba que habíais muerto- dijo a modo de saludo con una media sonrisa- Salvo Enredos, que sé que le gusta secuestrar a mis compañeros de sede

Ante el comentario Shizel se cruzó de brazos en la silla y no dijo nada, un poco enfurruñado. Aunque Enredo reiterase que no era por tratarle como a un crío, le seguía regañando y el idrino se sentía como tal.

Le vino a la memoria la época de la cosecha en la que acababa de descubrir la magia y en consecuencia apenas había dormido durante unas dos o tres semanas. DL tampoco se había cortado en echarle la bronca entonces.
"Pero ahora tengo hechizos de vela", pensó con cabezonería. Aunque siguiese tan indefenso como cuando acababan de cosecharlo, (y Shizel se enorgullecía al estar seguro de que no) nunca más volvería a tener la guardia baja por muchas horas de sueño que perdiese.

La preocupante entrada de Alder y Seon y el sombrío silencio que siguió se vieron por suerte interrumpidos por la llegada de Yrio. Shizel alzó una ceja ante el saludo que les dedicó, pero captó que la intención no iba acorde a sus palabras.
-Buenas, Yrio. ¿Te unes a nosotros?
Ante la respuesta negativa del sinhadre y en vista de que los antiguos letarguinos se estaban poniendo al día entre sí, salió de la cocina tras limpiar su plato. Iba a volver a su habitación, pero algo en su interior se rebeló a pasar un día más encerrado estudiando. En su lugar salió a la calle con paso decidido.

Sigue en el Antiguo Mercado.

Sonreí ante los morros que puso el idrino, me parecía gracioso que se pudiese ofender por algo tan nimio como aquello. En seguida apareció Alder dedicándome... ¿aquello era un cumplido? Decidí tomármelo como tal.

-Gracias, quería probar un estilo distinto,- dije guiñando un ojo por que en realidad aquello estaba así por que no tenia ni zorra idea de cortar el pelo. La posterior entrada de Seon nos enfrió los ánimos a todos, decidí callarme pues tal como había dicho un sabio "Si tus palabras no son mejores que tu silencio cállate". Mire a Shiz para ver si se le ocurría alguna forma de animar a Seon, aunque el parecía estar igual que yo.

Unos minutos después del tenso silencio que reinaba en la cocina apareció Yrio.

-Yrio pequeñajo, ¿que es de tu vida?- pregunte con más interés de que a Seon se le pasara el mal trago oyendo a nuestro antiguo compañero de criba que el que en verdad sentía.- ¿Secuestrar?,- aunque sabía bastante bien a quien se estaba refiriendo.- Tu serás el siguiente secuestro, a ver si así se te ve un poco mas el pelo, que se echa de menos ver esa tonalidad.- dije riéndome.- Ostras, que falta de educación, ¿quieres comer algo? ¿Y tu Seon?

Las sinhadres no recibieron con gran entusiasmo a su antiguo amigo. Alder estaba demasiado centrada en Seon, aun con aspecto cansado y fragil. Le dirigió una mirada de disculpa, esperando que el mal estado de su parte clara hablase por si solo.
-No tengo apetito, Stefan, gracias.- por descuido había vuelto a llamarle por su viejo nombre. Mientras que Alder nunca se había molestado en llamarlo Enredos (entre otras cosas porque casi no había hablado con él, ni usado su nombre en ninguna de sus variantes), la aurva hacía un esfuerzo por amoldarse a su nueva identidad. Era la primera vez en días que se dirigía a él como Stefan. Se había sentado para tratar de respirar bien de nuevo. Una vez pasado el miedo, solo sentía nauseas y un gran desgaste. En su voz, sin embargo aun quedaba algo de su dulzura habitual- Hola Yrio. Ha sido una mala noche, perdona.
Alder con el ceño fruncido se sentó de nuevo, y solo entonces se forzó a actuar con normalidad y preguntó:
- ¿Como va todo por la sede?

-Soy Zmey ahora- corrigió- Zmey Sardaur. Y no creo que me quede a comer, prefiero no montaros el numerito...

Aún así, tomó asiento, más para estar cerca de Seon que por que quisiera quedarse. Le lanzó una mirada inquisitiva, con un deje de preocupación, y fue a alargar la mano para tocarla, pero no se atrevió. Se había preguntado muchas veces lo que habría sido de ellas, pero luego su obsesión con controlar su dominio y las horas de trabajo arrastraban esos pensamientos. Le dedicó una sonrisa y un susurro a la peliazul:

-Me alegra verte despierta.

Luego respondió a Alder, echándose un poco hacia atrás en la silla

-Bien,bien, hoy un árbol le ha pegado una paliza a Atol, ha sido muy divertido de ver... El Consejo me está matando a trabajar, y creo que media Sede tiene miedo a que los chamusque así que tampoco es que esté haciendo muchos amigos... Pero no se vive mal... ¿Y qué hay de vosotros?

Se estaba tomando confianzas al llegar a Serpentaria, pero ya en varias ocasiones Enredo le había dicho que quería sobrealimentarlo pues decía que no comía y DL no pensaba quejarse al respecto, aunque claro en esa ocasión no iba para eso precisamente. Cuando llegó a serpentaria llamó antes avisando por si acaso, antes de decidirse a decir la contraseña para entrar asomándose a ver si había alguien. Allí se encontró con que estaban, Enredo, Alder y Seon, y casi de bruces se topo con Zmey que estaba aun en la entrada, que al parecer no llevaba mucho tiempo allí, y el resto reunidos alrededor de la mesa. Curioso decidió finalmente entrar, señalando su pelo blanco rápidamente antes de que pensaran que era algún extraño y quisieran atacarlo, para identificar que era el, siempre se dejaba algo de el mismo para identificarse frente al resto no fuesen atacarle sin mas al no reconocerlo. Algo que algún día dejaría de hacerlo. Presentándose frente a ellos como un reptil humanoide, con rasgos a medias de reptil y humano pues tenia colmillos y nariz, tono verdoso de piel por las escamas, con una cola a medio hacer, toda pelona y ojos de pupilas alargadas.

- Buenos días, perdón por llegar así de pronto, pero ya que nadie de aquí se digna a venir a la Sede me toca venir a mi- añadió encogiéndose un poco de hombros observando con cierta curiosidad a Zmey al verlo allí, el solía visitar a menudo Serpentaria y era la primera vez que lo veía allí- Lo que no pretendía era llegar nuevamente a la hora de comer, mis nociones de tiempo están fatal. Parece que soy invocado mágicamente a las mismas horas -añadió con un tono entretenido acercándose a la mesa, viendo a Seon junto a Alder y que se encontraban hablando con Zmey. Saludo a ambas con un gesto y una sonrisa para no interrumpir la conversación, aunque si que escucho las palabras de Zmey sobre su relación con ellos y no podía desmentirselo tampoco, aunque el al menos ya no es que le tuviese miedo. Al fin y al cabo era como el decía, el fuego se apaga y las heridas su curan con magia- Siento llegar sin mas y sin ser invitado, pero practicar solo es un poco aburrido...¿hoy vamos a ir a entrenar cuando comáis?- pregunto dirigiéndose a Enredo, pues Shizel por algún motivo no se encontraba, así que loa tribuyo a que estaría como habitualmente sumergido en estudiar magia por su cuenta o habría salido. preguntándole aquello al brujo, aunque si alguien mas se decida a apuntarse no iba quejarse al respecto, cogiendo un silla a la que tuvo que amenazar un poco para que se estuviese quieta, dándole la vuelta para poder apoyar sus brazos en el respaldo y dejar la cola suelta a su espalda- Si no me gustaría que me ayudarais en algo, estoy intentando cambiar de rasgos y me preguntaba si me dejaríais tomaros de ejemplo. Aunque si hay algo planeado por mi perfecto- añadió con una sonrisa plagada de dientecillos puntiagudos.

En la biblioteca estuvieron buena parte de la mañana, rebuscando entre los libros dedicados a magias de teletransporte y protecciones. Como imaginó que Giz había hecho lo mismo la pasada noche, obvió un poco la parte de teletransporte para centrarse en lo demás. Anotó hechizos en varios papeles, con letra torpe por falta de uso y acompañando de garabatos esquemáticos que le sirvieran de guía, salvo cuando requerían hacer algún dibujo, donde se esmeraba llegando a tardar más de lo que su paciencia le permitía en aquel momento. Cuando hubieron consultado un buen número de volúmenes, Gael le dijo al vampiro que conocía un compendio bastante interesante que se encontraba en Serpentaria, y de hecho no había encontrado algunos hechizos que recordaba que figuraban en él.

Era ya mediodía cuando llegaron a la torre, antiguo hogar del muchacho y que, sin embargo, no solía echar mucho de menos. A punto estuvo de entrar como había hecho siempre, pero se contuvo a tiempo y llamó a la puerta por educación. Cuando Tsusu les abrió, el olor a comida llegó incluso afuera.
—Buenas, Tsu —saludó—. ¿Podemos entrar? ¿Está Matt? —El drake les invitó a pasar, aunque les confirmó que el brujo estaba ausente y no sabía hasta cuando—. Cuando vuelva… dile que se pase por el cuchitril, ¿vale?
Él también tenía que saber lo que había pasado.

Ascendieron a la biblioteca sin pasar por la cocina, de donde procedían las voces de varios de los recién transformados. Era preferible terminar lo que habían venido a hacer primero y saludar después. Gael buscó el volumen entre las estanterías y lo sacó, victorioso. Lo hojeó con velocidad buscando todo lo que pudiera interesarle copiar y se puso a trabajar en ello, pasándole más hojas a Jack para acabar cuanto antes.

Al bajar, el olor a comida casi le hacía daño, no podía ver la hora de volver al cuchitril y llenar el estómago.
—Que aproveche —dijo a modo de saludo, asomándose a la cocina con una pequeña sonrisa—. Solo hemos venido a hacer una consulta en la biblioteca. —Le hizo gracia reconocer los rasgos reptilianos, que le ayudaron a identificar a DL enseguida—. Eh, tú, todavía nos debes una ayuda con las reparaciones —bromeó, apoyándose en el marco de la puerta. Se le había escapado una pequeña risotada al recordar el día de la taberna.

No era uno de mis pasatiempos favoritos, pero buscar hechizos en la Biblioteca era necesario, aunque estuviésemos gran parte de la mañana con ello. Sin embargo, Gael dijo de ir a Serpentaria y eso me animó por motivos obvios.

Por el camino vimos a uno de los idrinos de Maciel, <<¿Shiz se llamaba?>> Nos abrió Tsusu, aunque podría haberse abierto sola por el fuerte olor a comida del interior. Aunque no solo olía a eso <<¿Yrio? ¡Combo!>> Gael preguntó por Matt y luego pasamos hasta llegar a donde estaban comiendo. Gael pasó de largo de la cocina y lamenté mi mala suerte mientras le seguía. La perspectiva de acabar rápido y bajar a cotillear un rato afloró en mi cabeza, por lo que llegué a la biblioteca y ayudé al fuego fatuo lo más rápido y eficientemente posible. Absorbido por la tarea, me fijé lo mínimo en el sitio, aunque era la primera vez que subía.

Al bajar, capté rastros nuevos, desconocidos, pero teniendo en cuenta que había estado aquí dos veces, era comprensible. Esta vez sí nos detuvimos en la cocina y fui distinguiendo los olores que la inundaban, lo cual me sacó una sonrisa al asomarme. Aunque algo no cuadraba. <<Seon está rara, ¿alguna pesadilla? Ya le cogerá el truco... Y Alder... Alder, Alder, nadie huele a sinhadre con un toque de idrino... Y no es Saren, así que... ¿El de antes? Te pillé. E Yrio... La última vez que te vi ibas eufórico y en llamas, estaría bien ver cómo se maneja ya con la transformación>> Sin embargo, la situación me cortaba de hacer comentarios, así que me contuve. Más o menos.

-Buenas tardes y buen provecho.-saludé apoyando la espalda en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos.-¿Celebráis algo? Huele que alimenta... Aunque no me refiero a lo que estáis comiendo. El lagarto huele a DL, curioso; el idrino huele a frío, Alder huele deliciosamente bien, Yrio huele a que va mejorando su transformación, Seon a mal sueño, ¿pesadillas quizá? Y Stefan a vegetación...-ahí me quedé unos segundos pensativo y luego le señalé al chasquear los dedos.-¿Cómo llevas tu dominio? No sé si conocerás a Sepalian...-vi su gesto afirmativo y seguí.-Si necesitas un sitio donde practicar, tengo un proyecto en marcha ideal para ti. Sep trabajará allí, además, así que si te apetece...

Tanto Seon como Yrio declinaron la oferta de comida y me encogí de hombros, era bastante obvio que Seon no querría comer, e Yrio, ahora Zmey, tendría sus motivos. Detrás de Zmey apareció DL al que dirigí una sonrisa burlona cuando se sentó y le dije:

-Que, ¿otra vez a gorronearnos la comida?,- y le puse un plato delante.- Da igual, sabes que eres bienvenido a comer aquí cuando quieras.- dije repitiéndoselo por enésima vez.- La verdad es que no tenia planeado salir esta tarde, mañana si no hay otra cosa que hacer podríamos ir. Respecto a lo de tomarme como ejemplo... No creo que sea un ejemplo muy bueno, pero por mi bien. Quiero ver como te las arreglas con el pelo de ahora.- dije soltando una risotada alegre.

Aparecieron entonces Koval y Jack, lo que decía el primero no le interesaba mucho, pero la propuesta del segundo era muy difícil de rechazar. La gente que me estuviese mirando en ese momento se habría fijado en como los ojos me relucían de puro interés.

-Me interesa ese proyecto, mucho, ¿por que no os quedáis un momentito y me informas? Podemos ir a mi habitación si gustas para hablar en privado.- le pedí,- tu puedes comer algo si te apetece Koval, si no tenéis excesiva prisa claro. En caso de que la tengáis podemos quedar un día que no estés muy ocupado. Por cierto, ahora me llamo Enredo.

La aparición de otros conocidos las distrajo. Seon iba recuperando un poco el color, pero seguía profundamente impresionada por algunas de las imagenes de su cabeza.
- Nunca creí que lo diría, pero yo tambien me alegro.- le dijo a Yrio, que ahora decía llamarse Zmey.
Alder por su parte iba a preguntar por qué clase de vegetación tenían en la Sede y si necesitaba un escudo para pasar tranquila, cuando vio a Gael y Jack entrando en la cocina a saludar. La mención de su cosechador a un olor delicioso le hizo sonreir como si disfrutase de un chiste interno.
- Vampirito, aunque ya no te sea hostil, ¿no te parece que es un poco pronto para andar ligando?- bromeó.

El cambiante agradeció las atenciones de Enredo mirándolo entretenido por sus palabras, era culpa suya por decirle que fuese cuando quisiera y sonriendo feliz porque este accediera que pudiera usarlo de modelo para practicar. Justo unos minutos después escuchar una voz conocida desde la entrada, viendo que se trataban de Koval y Jack, sonriendo ante la broma de fuego fatuo.

-Cuando queráis, si algo tengo es tiempo y si me dejas ver tu colección mejor que mejor. Tengo algunos problemas técnicos- dijo cogiendo su cola para mostrarle el "problemilla" en particular. Cuando el vampiro comenzó a nombrarlos, DL alzo una ceja ante la forma del vampiro de dirigirse a el- No podre esconderme de un vampiro entonces...maldigo vuestro olfato, aunque no te aconsejaría usarme de alimento la verdad, no debo ser muy apetecible- murmuro entretenido, pues al parecer era un poco complicado engañar ese sentido sin magia, devolviendole la broma a este que comenzó a hablarle a Enredo de algún tipo de proyecto, aprovechando para volver a tomar atención a la comida. Que no tardo en terminarse para volver su atención a las conversaciones de alrededor.

Gael puso los ojos en blanco sin perder la sonrisa ante el particular saludo del vampiro, y mientras este le comentaba a Enredo algo relacionado con sus viñedos, él se centró en la respuesta del cambiante.
—Vamos a estar un poco ocupados un tiempo, pero si más adelante quieres volver a mi taller pásate a mirar si hay alguien en casa. —El brujo, mientras, se había interesado en la propuesta de Jack y le invitó a esperar comiendo—. No, gracias, ya comeré en mi casa. No es plan… —No tenía inconveniente en esperar al vampiro si decidía explicarle aquello a Enredo, pero esperaba que fuese breve. No se sentía muy cómodo quedándose solo con una gran mayoría de desconocidos—. Aun así creo que probaré la comida para ver si la cocina de Serpentaria ha subido el listón.
Inevitablemente le había llamado la atención un platillo con empanadillas y, como había bastantes, pensó que no sería la muerte de nadie si robaba una «si me la ofrecen, me la ofrecen, además la materia prima les sale de gorra». Se apoyó contra una pared y dejó el cadáver atrás, resbalando inevitablemente hacia el suelo, para servirse.
—Rico. Felicidades al cocinero —dijo después de tragar el primer bocado y siguió comiendo.

Zmey miró a Alder de reojo por la contestación, y a Jack por el comentario.

-Debería darte vergüenza, viejo verde...

Estaba empezando a hartarse del ambiente, y quería volver a la Sede y echarse una buena siesta, pues esa mañana le habían apretado las clavijas en los callejones. Se revolvió en la silla, incómodo, pensando una excusa para irse, cuando el chico al que no conocía se... ¿quitó la piel? No, había salido de un cuerpo inerte, como Tap hacía con los objetos. Y estaba en llamas. Zmey se levantó de un salto.

-¡Tú...! -se interrumpió al darse cuenta de cuánto había alzado la voz- ¿Como... como haces eso? ¿Eres como yo?

De forma intuitiva se le prendieron las manos, pero apagó las llamas antes de acercarse a Gael y alzar la mano para tocarlo. Evidentemente no se quemó, pero había algo extraño en sus llamas. No eran llamas coloreadas, las producía él mismo, y eran considerablemente más débiles que el fuego real.

A Stefan le pedí paciencia con un gesto de las manos.

-No te preocupes, ya vengo otro día con más tiempo y lo hablamos mejor, que es largo de contar.

Y luego, de no querer interrumpir a un intercambio de picardías y a un dilema "moral". Dilema el cual seguramente mis amigos calificarían de estúpido. Yo calificaría de estúpido si lo tuviera otra persona. En cuanto a lo de viejo verde, ya tenía respuesta preparada <<Si Alder quiere jugar, jugaremos>> Y aun sabiendo que la edeel era ella, antes de nada le dirigí una mirada a Seon. Y contraataqué.

-¿Ligando, viejo verde, yo? ¿Les estás escuchando, Koval? Habráse visto esta juventud...-me deshice en humo y aparecí tras Yrio, cuyas llamas no me importunaron en absoluto <<Ropa ignífuga, chaval>>.-Sería tal cosa si lo intentara contigo, pichón.-y luego hice lo mismo para aparecer tras Alder, apoyando los codos en el respaldo y la cabeza en las manos, casi rozando su cabello con mi cara.-¿Desde cuándo constatar un hecho es ligar? Los hechos son que hueles bien, ya sea tu ropa, tu pelo, tu sangre... y un ligero frescor de recién adquisición, ¿perfume quizá?-y luego me alejé, mirando a Seon con una sonrisa inocente.-Oh, Seon, ¿dirías que he vuelto a hacerlo, lo de ligar? Espero que nuestra señora Alder disculpe mi atrevimiento...-y entonces vi a Gael terminar de comer.-No es justo, a mí no me invitáis.-rematé riendo, apareciendo de nuevo en el marco de la puerta.

Se encogió de hombros con una sonrisa cuando Jack le mentó.
—Joven verde, si lo prefieres.
La actitud de Jack le divertía, pero estaba a punto de decirle que deberían ir marchándose cuando el chico sinhadre se le acercó por sorpresa.
—¿Cómo hago… el qué? —preguntó retrocediendo instintivamente—. Oh. —Comprendió que se refería a las llamas en cuanto hizo su propia demostración—. Un piromante. Encantado. —Sonrió de nuevo y le tendió la mano. Inevitablemente le gustaba tocar a la gente que no se quemaba con su contacto—. Yo soy un fuego fatuo. Aunque tenga este aspecto mi transformación es más parecida a la de ese amigo vuestro… el poltergeist. Pero con eso. —Señaló al cadáver, dando por hecho que no daba pie a confusión—. Yo no puedo controlar el fuego fuera de que arda con más o menos intensidad, ni apagarme.

Cuando terminó de hablar con el piromante dirigió una mirada a Jack, apoyado en el marco de la puerta, e hizo un leve gesto con la cabeza para indicar que debían marcharse ya.
—Gracias por la empanadilla. Ya nos veremos de nuevo.

Sigue en el Cuchitril.

Alder se giró para ver a Jack sobre el respaldo de su silla. Tenía la cara bastante cerca de la suya, pero la sinhadre no se inmutó
- Se llama frescor primaveral. Es a lo que olemos, nosotros, los jovenes. - le dijo con una sonrisita sarcastica. Pero esta se hizo más amplia, pensando en su última "adquisición", que hacia rato no estaba en la sala y no podía incomodarse por los dobles sentidos del vampiro, ni con los suyos.
Seon sonrió con dulzura a su cosechador, pero sin intervenir en la conversación.
-Alder te disculpa. -dijo la interesada con una sonrisa burlona amplia.-Entiende que su personalidad chispeante y su belleza sin par son dificiles de resistir.

Zmey observó las llamas con cierto interés, si bien algo desilusionado por no haber encontrado a un igual. Le estrechó la mano y le dedicó una sonrisa sincera, una de las menos frecuentes en su repertorio desde el avance de la criba.

-Igualmente. Lástima que no puedas controlar tus llamas, podrías hacer cosas muy chulas. Y lástima que tampoco pueda controlarlas yo

Cuando Jack se le acercó volvió a prenderse, pero esta vez todo su cuerpo. Estuvo envuelto en llamas unos segundos hasta que el vampiro estuvo lejos de él. Le dedicó una mirada de suspicacia, que luego pasó a Alder. Zmey no era estúpido, conocía el tonillo de doble sentido, la peliverde lo usaba a menudo, pero había algo más y no podía descifrarlo. La situación en si le hacía sentirse extrañamente incómodo.

-Bueno, no sé que pasa con vosotros dos pero voy a largarme antes de que se ponga la cosa más rara- dijo alzando una ceja.- Gracias por la invitación y a ver si os pasáis por la Sede. DL, nos vemos

Se despidió de todos y salió tranquilamente, poniéndose la capucha de la sudadera en cuanto hubo cruzado la puerta. Bostezó, tenía algo de sueño. << Sep, voy a echarme una siesta...>>