Torre Doce
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Isma
Rocavarancolia Rol
12 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torre Doce
10/03/19, 06:50 pm
Biblioteca erigida en memoria del demiurgo Doce Punto, antiguo Custodio de Altabajatorre. Cuenta con cinco plantas que culminan en una cúpula y es más estrecho que los refugios. El último piso es casi el doble de alto que el resto y también tiene un sótano. Está construída con granito gris y los marcos de las puertas y ventanas, así como los alfeizares se encuentran adormados con motivos sencillos. Dos columnas jónicas franquean cada lado del portón principal, hecho de madera de roble y decorado con tallas de estrellas y la Luna Roja. Un hechizo impide la entrada a los cosechados, que no podrían atravesar la puerta aunque esta estuviese abierta.
El interior cuenta con el suelo de granito negro pulido y una escalera de caracol de madera en el centro para acceder al resto de plantas. Las columnas del interior también son de orden jónico. Las tres primeras plantas están repletas de estanterías correderas.
En el sótano, al que se accede también por la escalera principal se encuentra un laboratorio alquímico dividido en dos salas. Una de ellas cuenta con material para realizar experimentos y algunos ingredientes básicos, y la otra contiene estanterías llenas de libros especializados en alquimia y lo reacionado con ella.
La primera planta contiene la sección de bestiarios de transformaciones y grimorios de hechizos básicos. Un pergamino cerca de la puerta, sobre un mostrador, explica el contenido de cada planta del edificio.
La segunda planta alberga una gran cantidad de grimorios más avanzados y especializados, entre los que también se encuentran estudios más en profundidad sobre diversos dominios.
La tercera planta contiene la sección dedicada a las runas. Además de los libros hay un apartado con ejemplos de circuitos usuales.
En la cuarta planta se pueden encontrar toda clase de cargadores y amuletos mágicos, entre los que destacan los logománticos que permitirían leer libros en distintos idiomas. También hay una larga hilera de espejos delante de los que se pueden practicar la gestualización de los hechizos y el reflejo devuelve inmediatamente después una reproducción de cuál es la gestualización exacta para poder corregir errores más fácilmente. Frente a cada espejo también hay un dispositivo rúnico que, si se activa, graba el hechizo oral que se quiera practicar y lo reproduce con la pronunciación exacta. Están programados para reconocer una buena cantidad de hechizos comunes. Además, esta planta cuenta con portales de comunicación con la Torre Serpentaria y la Sede de los Taumaturgos.
La última planta es una sala de estudio con numerosas mesas redondas y sillas con mullidos cojines de diferentes tamaños y formas. También se puede encontrar en ella material de escritura y candiles por si se requiere más luz para leer.
La cúpula sobre la sala de estudio muestra una reproducción del cielo nocturno de la ciudad durante la salida de la Luna Roja, con el astro rojo presidiéndola y el resto salpicada de estrellas. La luz rojiza y blanca que proyecta la cúpula no interfiere con la luz natural o la de las lámparas de las paredes al encontrarse a mayor altura.
Los libros se pueden pedir prestados y sacar del edificio, pero el resto del material no. Para sacar un libro hay que colocarlo sobre un circuito rúnico que se encuentra sobre el mostrador de la primera planta, junto a la puerta y el plazo para devolverlos es de dos semanas. Cualquier libro que no se coloque sobre el circuito rúnico volverá solo a las estanterías cuando se intente abandonar la torre y una vez pasado el plazo el volumen se transportará solo de vuelta al edificio si aún no ha sido devuelto.
El interior cuenta con el suelo de granito negro pulido y una escalera de caracol de madera en el centro para acceder al resto de plantas. Las columnas del interior también son de orden jónico. Las tres primeras plantas están repletas de estanterías correderas.
En el sótano, al que se accede también por la escalera principal se encuentra un laboratorio alquímico dividido en dos salas. Una de ellas cuenta con material para realizar experimentos y algunos ingredientes básicos, y la otra contiene estanterías llenas de libros especializados en alquimia y lo reacionado con ella.
La primera planta contiene la sección de bestiarios de transformaciones y grimorios de hechizos básicos. Un pergamino cerca de la puerta, sobre un mostrador, explica el contenido de cada planta del edificio.
La segunda planta alberga una gran cantidad de grimorios más avanzados y especializados, entre los que también se encuentran estudios más en profundidad sobre diversos dominios.
La tercera planta contiene la sección dedicada a las runas. Además de los libros hay un apartado con ejemplos de circuitos usuales.
En la cuarta planta se pueden encontrar toda clase de cargadores y amuletos mágicos, entre los que destacan los logománticos que permitirían leer libros en distintos idiomas. También hay una larga hilera de espejos delante de los que se pueden practicar la gestualización de los hechizos y el reflejo devuelve inmediatamente después una reproducción de cuál es la gestualización exacta para poder corregir errores más fácilmente. Frente a cada espejo también hay un dispositivo rúnico que, si se activa, graba el hechizo oral que se quiera practicar y lo reproduce con la pronunciación exacta. Están programados para reconocer una buena cantidad de hechizos comunes. Además, esta planta cuenta con portales de comunicación con la Torre Serpentaria y la Sede de los Taumaturgos.
La última planta es una sala de estudio con numerosas mesas redondas y sillas con mullidos cojines de diferentes tamaños y formas. También se puede encontrar en ella material de escritura y candiles por si se requiere más luz para leer.
La cúpula sobre la sala de estudio muestra una reproducción del cielo nocturno de la ciudad durante la salida de la Luna Roja, con el astro rojo presidiéndola y el resto salpicada de estrellas. La luz rojiza y blanca que proyecta la cúpula no interfiere con la luz natural o la de las lámparas de las paredes al encontrarse a mayor altura.
Los libros se pueden pedir prestados y sacar del edificio, pero el resto del material no. Para sacar un libro hay que colocarlo sobre un circuito rúnico que se encuentra sobre el mostrador de la primera planta, junto a la puerta y el plazo para devolverlos es de dos semanas. Cualquier libro que no se coloque sobre el circuito rúnico volverá solo a las estanterías cuando se intente abandonar la torre y una vez pasado el plazo el volumen se transportará solo de vuelta al edificio si aún no ha sido devuelto.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torre Doce
08/05/23, 06:35 pm
Uno de los días en los que la espera de información sobre los desaparecidos era el pan de cada día, Dama Enigma se puso en contacto con ellos acerca de una reunión en un lugar llamado Torre Doce. Entregó el mensaje de que algunos ciudadanos se ofrecieron voluntarios a ayudarlos a aprender magia, en concreto de la rama curativa en pos de que les sean útiles los hechizos. Si lo decía la propia nebulomante, Adam confió en su palabra y él, junto con varios de sus compañeros decidieron comprometerse a aprender bajo la tutela de aquellos desconocidos.
Aquella mañana el pegaso estuvo un buen rato enfrente de su armario, pensando lo que debería llevar. Agradeció que ayer se acordara de apurar su barba, dejando una fina linea que margaba su mandíbula. Con algo de duda se puso un conjunto que le dio por llevar: una camisa blanca simple y ceñida, pantalones vaqueros de un azul marino con una correa negra de detalles plateados y unos zapatos de vestir con revestimiento de cuero negro, mucho más cómodos de lo que el pegaso pensaba. Adornaba aquel simple ropaje con una corbata color obsidiana que le terminó pillando cariño, bien ceñida al cuello con un nudo ordenado y cuidado. Vigiló que las mangas y los tobillos estuviesen asegurados para que las plumas no asomasen, si podía ocultarlo mejor hacerlo que descuidarse. Como su pelo ya era bastante corto optó por un peinado normalillo, con algunos mechones asomando en su frente. De equipamiento muy lejos del arma y escudo que antaño llevaba consigo, ahora blandía un estuche con hojas y lápices dentro para los apuntes.
Junto al resto del grupo marcharon teniendo en cuenta el camino, siguiéndolo juntos y vigilando un poco sus alrededores. A lo lejos ya se podía vislumbrar la alta biblioteca, cuya entrada irradiaba cultura y sabiduría. Era alta, el ruso pudo ver emocionado la elevada estructura al mirar hacia arriba. ¿Ahí dentro les esperaba la improvisada clase?
Todos entraron acompañados el uno del otro. Dentro el ambiente era distinto al Palacete pero ese aura de limpieza lo portaba con aquel suelo ennegrecido, las estanterías llenas de información y la escalera central. Había mesas, útiles, algún que otro mueble vivo como el de su cuarto pero mucho menos asalvajado.
—Entonces… ¿Los esperamos aquí, en la planta baja? Hemos llegado pronto, la verdad —ocultó el nerviosismo en sus palabras al dirigirse a sus compañeros—. Este sitio es enorme, cuantísimos libros hay aquí abajo — al final no pudo callar, estaba anonadado por el paisaje que lo rodeaba.
Aquella mañana el pegaso estuvo un buen rato enfrente de su armario, pensando lo que debería llevar. Agradeció que ayer se acordara de apurar su barba, dejando una fina linea que margaba su mandíbula. Con algo de duda se puso un conjunto que le dio por llevar: una camisa blanca simple y ceñida, pantalones vaqueros de un azul marino con una correa negra de detalles plateados y unos zapatos de vestir con revestimiento de cuero negro, mucho más cómodos de lo que el pegaso pensaba. Adornaba aquel simple ropaje con una corbata color obsidiana que le terminó pillando cariño, bien ceñida al cuello con un nudo ordenado y cuidado. Vigiló que las mangas y los tobillos estuviesen asegurados para que las plumas no asomasen, si podía ocultarlo mejor hacerlo que descuidarse. Como su pelo ya era bastante corto optó por un peinado normalillo, con algunos mechones asomando en su frente. De equipamiento muy lejos del arma y escudo que antaño llevaba consigo, ahora blandía un estuche con hojas y lápices dentro para los apuntes.
Junto al resto del grupo marcharon teniendo en cuenta el camino, siguiéndolo juntos y vigilando un poco sus alrededores. A lo lejos ya se podía vislumbrar la alta biblioteca, cuya entrada irradiaba cultura y sabiduría. Era alta, el ruso pudo ver emocionado la elevada estructura al mirar hacia arriba. ¿Ahí dentro les esperaba la improvisada clase?
Todos entraron acompañados el uno del otro. Dentro el ambiente era distinto al Palacete pero ese aura de limpieza lo portaba con aquel suelo ennegrecido, las estanterías llenas de información y la escalera central. Había mesas, útiles, algún que otro mueble vivo como el de su cuarto pero mucho menos asalvajado.
—Entonces… ¿Los esperamos aquí, en la planta baja? Hemos llegado pronto, la verdad —ocultó el nerviosismo en sus palabras al dirigirse a sus compañeros—. Este sitio es enorme, cuantísimos libros hay aquí abajo — al final no pudo callar, estaba anonadado por el paisaje que lo rodeaba.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torre Doce
08/05/23, 08:08 pm
El tiempo de espera después de que fueran a la agencia, aunque seguía lleno de preocupación por los desaparecidos, estuvo para el ochrorio bastante atareado. Entre las lecciones de jardinería y sus propios estudios, Dama Enigma les propuso una actividad más: unos conocidos suyos estaban dispuestos a enseñarles magia curativa como ayuda en la Torre Doce. Chromsa se alegró mucho del gesto tan generoso de los ciudadanos y aceptó sin dudar la invitación. Siempre venía bien conocer a más gente y además iban a aprender con transformados con experiencia. Era toda una suerte.
El brujo esperó con entusiasmo la llegada del día que habían quedado, imaginando cómo serían sus maestros. Tenía claro que si Dama Enigma les había avisado es porque confiaba en ellos, así que era toda una tranquilidad. Iba a ir con sus ropas habituales (estaba muy orgulloso de lo bien que le sentaban) aunque decidió ir con la capucha quitada. Se aseó bien, cuidando la perilla y los bigotes y esperó en el salón a que el resto estuviera listo para salir. Mientras esperaba decidió darle un poco de juego a su dominio y aparte de las hojas hizo unas cuantas mariposas para que se unieran a ellas. Sí, ya le quedaban mejor y las colas de las alas no parecían un churro. Había pensado cambiarles el color, pero los tonos anaranjados y marrones de las hojas le gustaban demasiado.
Poco después se pusieron en marcha hasta la Torre. El ochrorio ya había estado un par de veces desde que se anunció su apertura y la verdad es que le encantaba el sitio. Tantos libros y espacio eran idóneos para estudiar, aunque no negaba que la planta superior de Serpentaria le pillaba más a mano. Aún con eso, si tenía tiempo de sobra se pasaba de vez en cuando para cambiar de lugar de estudio.
-Uhm... Diría que sí. Es justo eso, nos hemos adelantado un poco, así que seguramente estén al llegar- respondió a Adam mientras ajustaba el zurrón donde llevaba los materiales para tomar apuntes de la lección. Las hojas y las mariposas revoloteaban por la estancia con calma, excepto una que decidió posarla en su hombro derecho.
El brujo esperó con entusiasmo la llegada del día que habían quedado, imaginando cómo serían sus maestros. Tenía claro que si Dama Enigma les había avisado es porque confiaba en ellos, así que era toda una tranquilidad. Iba a ir con sus ropas habituales (estaba muy orgulloso de lo bien que le sentaban) aunque decidió ir con la capucha quitada. Se aseó bien, cuidando la perilla y los bigotes y esperó en el salón a que el resto estuviera listo para salir. Mientras esperaba decidió darle un poco de juego a su dominio y aparte de las hojas hizo unas cuantas mariposas para que se unieran a ellas. Sí, ya le quedaban mejor y las colas de las alas no parecían un churro. Había pensado cambiarles el color, pero los tonos anaranjados y marrones de las hojas le gustaban demasiado.
Poco después se pusieron en marcha hasta la Torre. El ochrorio ya había estado un par de veces desde que se anunció su apertura y la verdad es que le encantaba el sitio. Tantos libros y espacio eran idóneos para estudiar, aunque no negaba que la planta superior de Serpentaria le pillaba más a mano. Aún con eso, si tenía tiempo de sobra se pasaba de vez en cuando para cambiar de lugar de estudio.
-Uhm... Diría que sí. Es justo eso, nos hemos adelantado un poco, así que seguramente estén al llegar- respondió a Adam mientras ajustaba el zurrón donde llevaba los materiales para tomar apuntes de la lección. Las hojas y las mariposas revoloteaban por la estancia con calma, excepto una que decidió posarla en su hombro derecho.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Doce
09/05/23, 02:07 pm
La apertura de la torre Doce era un gran hito para la ciudad, sobre todo si se tenía en cuenta cómo era la única biblioteca que tenían a su disposición hasta ese momento. Los cuchitrileros hacía tiempo que no se involucraban con las nuevas cosechas, algo que hasta hacía unos años había sido importante para ellos, tal vez una forma de devolver los favores recibidos anteriormente. A medida que pasaba el tiempo fueron dejando que otros siguieran la tradición, pero la apertura de aquella torre les dio ganas una vez más de compartir sus conocimientos, especialmente ahora que sabían aún más cosas. Supieron a través de Irianna que había gente de la última criba interesada, así que se citaron con ellos allí.
Para no asustar a los neotransformados –una cuestión relativa– Gael se había presentado con su cuerpo expuesto, nada de cadáveres de por medio, si se quitaba de la ecuación el ratón que solía llevar en el bolsillo cuando se paseaba por la ciudad sin protección. Se había puesto su ropa casual habitual, zapatillas de tela, vaqueros y una sudadera, porque prefería dar una impresión más cercana a los neotransformados.
No era la primera vez que visitaba la torre, porque ya había ido a curiosear tras su apertura, pero a Gael aún le seguía sorprendiendo que el consejo invirtiese tanto dinero y esfuerzo en aquel lugar. No solo era la decoración, que distaba de ser sencilla, sino todo el material de estudio y práctica que se contenía allí. «Ojalá existiese esto cuando me acababa de transformar» no podía evitar pensar cada vez que la visitaba.
Giz, Noel y él habían salido con tiempo para asegurarse de reservar sitio en la cuarta planta de la torre, donde había espacio para practicar magia. Sin embargo, cuando entraron en la torre ya se encontraron con un grupo de personas desconocidas esperando en la planta baja. Los dos primeros que vio eran un chico corpulento que iba con corbata y que aparentaba no haber cambiado con la transformación, y el que tenía al lado era un poco más bajo y aparentaba ser un fauno o algo semejante. La capucha decorada con hojas le daba además un aire místico. «Probablemente sean ellos» pensó el fuego fatuo.
—¡Hola! —los saludó con una sonrisa—. Vosotros debéis de ser de la última criba, ¿verdad? ¿Estáis aquí citados por dama Enigma?
Antes de presentarse o decir nada más prefería asegurarse de que no se equivocaban de personas.
Para no asustar a los neotransformados –una cuestión relativa– Gael se había presentado con su cuerpo expuesto, nada de cadáveres de por medio, si se quitaba de la ecuación el ratón que solía llevar en el bolsillo cuando se paseaba por la ciudad sin protección. Se había puesto su ropa casual habitual, zapatillas de tela, vaqueros y una sudadera, porque prefería dar una impresión más cercana a los neotransformados.
No era la primera vez que visitaba la torre, porque ya había ido a curiosear tras su apertura, pero a Gael aún le seguía sorprendiendo que el consejo invirtiese tanto dinero y esfuerzo en aquel lugar. No solo era la decoración, que distaba de ser sencilla, sino todo el material de estudio y práctica que se contenía allí. «Ojalá existiese esto cuando me acababa de transformar» no podía evitar pensar cada vez que la visitaba.
Giz, Noel y él habían salido con tiempo para asegurarse de reservar sitio en la cuarta planta de la torre, donde había espacio para practicar magia. Sin embargo, cuando entraron en la torre ya se encontraron con un grupo de personas desconocidas esperando en la planta baja. Los dos primeros que vio eran un chico corpulento que iba con corbata y que aparentaba no haber cambiado con la transformación, y el que tenía al lado era un poco más bajo y aparentaba ser un fauno o algo semejante. La capucha decorada con hojas le daba además un aire místico. «Probablemente sean ellos» pensó el fuego fatuo.
—¡Hola! —los saludó con una sonrisa—. Vosotros debéis de ser de la última criba, ¿verdad? ¿Estáis aquí citados por dama Enigma?
Antes de presentarse o decir nada más prefería asegurarse de que no se equivocaban de personas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Doce
09/05/23, 08:17 pm
Lethe
Con la preocupación por los desaparecidos, Lethe había pisado bastante menos de lo que lo hubiera hecho en otras circunstancias la Torre Doce y ahora se les presentaba una muy buena oportunidad para hacerlo. Dama Enigma se había mantenido en contacto con ellos tal y como prometió, y además lograron pactar a través de ella que unos amigos suyos les ayudasen a estudiar magia curativa. La enderth había descubierto el significado de “afinidad” a una rama mágica hacía relativamente poco y aquella le parecía una de las más útiles. No pretendía hacerse médico como era el caso de Adam, pero desde luego no iba a desperdiciar ese potencial.
La idea de tratar con personas desconocidas aún se le hacía bastante cuesta arriba, no obstante, por lo que agradecía haber conocido primero a la nebulomante y poder tener buenas referencias gracias a ella o habría tenido mucha más desconfianza respecto a aquel encuentro.
No habían hecho uso de los portales porque el edificio no se encontraba demasiado lejos y habían salido temprano de todas formas: además algunos del grupo nunca había estado allí por el momento y resultaba bastante impresionante ver su arquitectura. La horus no sabía cuándo había empezado a apreciar aquella clase de cosas pues, aunque seguía valorando el pragmatismo por encima de todo, ya no le parecía tanta pérdida de tiempo que un edificio no fuese cien por cien utilitario.
No tuvieron que esperar mucho, pues una voz desconocida se dirigió a ellos de pronto: lo que parecía un humano envuelto en llamas azules les saludó y preguntó lo que dejó claro que él y los que le acompañaban eran las personas a quienes esperaban.
—Sí, somos nosotros —respondió desviando su mirada hacia el asreniano de pelo azul que le acompañaba y—, grac… ¡Eh!
La tercera persona, que sin duda le habría llamado la atención de inmediato de no ser porque el chico en llamas literalmente brillaba y se había dirigido primero a ellos, ya la conocía. La enderth abrió mucho los ojos y clavó su mirada en el mamífero emplumado.
>>¡Eres tú! ¡¡Que sepas que todavía me debes una caña!!
Su tono de voz había cambiado drásticamente de uno neutro a enfado y señalaba hacia el infractor con una garra acusadora.
Noel
Al draco de estínfalo cada vez le costaba más tratar con desconocidos, y especialmente solía evitar a los más nuevos en la ciudad. Su mentalidad, quizás incluso podría decirse que su personalidad, había dado un vuelco de ciento ochenta grados a ese respecto por varios motivos, pero si iba acompañado de Gael y Giz siempre estaba dispuesto a lo que fuera. Realmente ellos dos podían darles una clase sobre magia curativa sin que él pudiese aportar nada que ellos no pudieran, pero viéndose libre en ese momento y con Wen trabajando en las termas decidió que tampoco estaba mal intentar conocerles. Siempre podían ser potenciales clientes en el futuro, a fin de cuentas. <<Creo que esto es lo que me he dicho algo así como las últimas quinientas veces>> pensaba para sí mientras caminaban hacia la puerta de la Torre.
Aquel edificio no podía haber sido mejor idea, y casi parecía increíble que el ahora ex miembro del Consejo y avaro Garoni hubiese aprobado su construcción. Ya lo había visitado unas cuantas veces y estaba verdaderamente bien estructurado y lleno de material útil. Cuando se había hablado de la posibilidad de enseñar cosas a los novatos, en ocasiones anteriores, se había dicho que quizás podría ofrecerse como maestro de vuelo, pero todavía no había surgido la oportunidad. De todos modos esa era una actividad para la que tendrían que abandonar el edificio para llevarla a cabo, aunque era un buen punto de encuentro.
El sueco vestía con sus habituales prendas de cuero: botas, pantalones y gabardina sin mangas, y en esa ocasión llevaba una camiseta de Sans.
Creía que el grupo llegaría a través de los portales que conectaban con los refugios, por lo que se sorprendió un poco al verlos reunidos en la entrada: él tenía claro que se trataba efectivamente de los neo transformados, más que nada porque entre ellos se encontraba la enderth que había cosechado. Pero antes de que pudiera hacérselo saber a sus amigos, Gael ya les había preguntado y fue justo la enderth, quien parecía haberse convertido en alguna otra clase de ave que no supo identificar, la que empezó a hablar. <<Esta creo que no va a estar muy contenta de verme>> les dijo telepáticamente transmitiendo sarcasmo al goliat y el fuego fatuo.
Y ahí estaba: el dedo acusador, literalmente. Sonrió con diversión, conteniendo muchos comentarios y gestos y se limitó a hablarle con las manos en los bolsillos en actitud desenfadada.
—Yo mismo, en persona —le respondió sin dejar de sonreír—. ¿Solo hablamos unos minutos hace casi un año y ya esperas que te invite a una cerveza como si nos conociésemos de toda la vida? —No pudo evitar bromear. Esto no pareció hacer gracia a la enderth, sin embargo y decidió cambiar de táctica enseguida, no queriendo empezar con mal pie—. Es coña, es coña. Me acuerdo de tu caña, sí. Y lo lamento: no era mi intención que se rompiese. De todos modos no ibas a encontrarla precisamente cuando pudieses volver, ¿no crees? No sé cuánto sabéis de esta clase de historias; como las normas que nos imponen a los cosechadores, quiero decir, pero no me hubieran permitido traerte con ella de todas formas... —le aseguró encogiéndose ligeramente de hombros—. En fin, yo soy Noel, draco de estínfalo. ¿Subimos? —preguntó mirando hacia el resto del grupo.
La presencia de una de sus cosechadas, y sin duda la más problemática, había hecho que no se hubiera podido fijar bien en el resto: las transformaciones de la mayoría no eran evidentes o directamente las desconocía. Aunque una de las humanas tenía bastantes papeletas para ser bruja de la arena y sin duda el ochrorio con cuernos debía ser un fauno. Del resto no podía decir que tuviera ni idea, pero parecía haber varios brujos entre ellos… tal vez.
Con la preocupación por los desaparecidos, Lethe había pisado bastante menos de lo que lo hubiera hecho en otras circunstancias la Torre Doce y ahora se les presentaba una muy buena oportunidad para hacerlo. Dama Enigma se había mantenido en contacto con ellos tal y como prometió, y además lograron pactar a través de ella que unos amigos suyos les ayudasen a estudiar magia curativa. La enderth había descubierto el significado de “afinidad” a una rama mágica hacía relativamente poco y aquella le parecía una de las más útiles. No pretendía hacerse médico como era el caso de Adam, pero desde luego no iba a desperdiciar ese potencial.
La idea de tratar con personas desconocidas aún se le hacía bastante cuesta arriba, no obstante, por lo que agradecía haber conocido primero a la nebulomante y poder tener buenas referencias gracias a ella o habría tenido mucha más desconfianza respecto a aquel encuentro.
No habían hecho uso de los portales porque el edificio no se encontraba demasiado lejos y habían salido temprano de todas formas: además algunos del grupo nunca había estado allí por el momento y resultaba bastante impresionante ver su arquitectura. La horus no sabía cuándo había empezado a apreciar aquella clase de cosas pues, aunque seguía valorando el pragmatismo por encima de todo, ya no le parecía tanta pérdida de tiempo que un edificio no fuese cien por cien utilitario.
No tuvieron que esperar mucho, pues una voz desconocida se dirigió a ellos de pronto: lo que parecía un humano envuelto en llamas azules les saludó y preguntó lo que dejó claro que él y los que le acompañaban eran las personas a quienes esperaban.
—Sí, somos nosotros —respondió desviando su mirada hacia el asreniano de pelo azul que le acompañaba y—, grac… ¡Eh!
La tercera persona, que sin duda le habría llamado la atención de inmediato de no ser porque el chico en llamas literalmente brillaba y se había dirigido primero a ellos, ya la conocía. La enderth abrió mucho los ojos y clavó su mirada en el mamífero emplumado.
>>¡Eres tú! ¡¡Que sepas que todavía me debes una caña!!
Su tono de voz había cambiado drásticamente de uno neutro a enfado y señalaba hacia el infractor con una garra acusadora.
Noel
Al draco de estínfalo cada vez le costaba más tratar con desconocidos, y especialmente solía evitar a los más nuevos en la ciudad. Su mentalidad, quizás incluso podría decirse que su personalidad, había dado un vuelco de ciento ochenta grados a ese respecto por varios motivos, pero si iba acompañado de Gael y Giz siempre estaba dispuesto a lo que fuera. Realmente ellos dos podían darles una clase sobre magia curativa sin que él pudiese aportar nada que ellos no pudieran, pero viéndose libre en ese momento y con Wen trabajando en las termas decidió que tampoco estaba mal intentar conocerles. Siempre podían ser potenciales clientes en el futuro, a fin de cuentas. <<Creo que esto es lo que me he dicho algo así como las últimas quinientas veces>> pensaba para sí mientras caminaban hacia la puerta de la Torre.
Aquel edificio no podía haber sido mejor idea, y casi parecía increíble que el ahora ex miembro del Consejo y avaro Garoni hubiese aprobado su construcción. Ya lo había visitado unas cuantas veces y estaba verdaderamente bien estructurado y lleno de material útil. Cuando se había hablado de la posibilidad de enseñar cosas a los novatos, en ocasiones anteriores, se había dicho que quizás podría ofrecerse como maestro de vuelo, pero todavía no había surgido la oportunidad. De todos modos esa era una actividad para la que tendrían que abandonar el edificio para llevarla a cabo, aunque era un buen punto de encuentro.
El sueco vestía con sus habituales prendas de cuero: botas, pantalones y gabardina sin mangas, y en esa ocasión llevaba una camiseta de Sans.
Creía que el grupo llegaría a través de los portales que conectaban con los refugios, por lo que se sorprendió un poco al verlos reunidos en la entrada: él tenía claro que se trataba efectivamente de los neo transformados, más que nada porque entre ellos se encontraba la enderth que había cosechado. Pero antes de que pudiera hacérselo saber a sus amigos, Gael ya les había preguntado y fue justo la enderth, quien parecía haberse convertido en alguna otra clase de ave que no supo identificar, la que empezó a hablar. <<Esta creo que no va a estar muy contenta de verme>> les dijo telepáticamente transmitiendo sarcasmo al goliat y el fuego fatuo.
Y ahí estaba: el dedo acusador, literalmente. Sonrió con diversión, conteniendo muchos comentarios y gestos y se limitó a hablarle con las manos en los bolsillos en actitud desenfadada.
—Yo mismo, en persona —le respondió sin dejar de sonreír—. ¿Solo hablamos unos minutos hace casi un año y ya esperas que te invite a una cerveza como si nos conociésemos de toda la vida? —No pudo evitar bromear. Esto no pareció hacer gracia a la enderth, sin embargo y decidió cambiar de táctica enseguida, no queriendo empezar con mal pie—. Es coña, es coña. Me acuerdo de tu caña, sí. Y lo lamento: no era mi intención que se rompiese. De todos modos no ibas a encontrarla precisamente cuando pudieses volver, ¿no crees? No sé cuánto sabéis de esta clase de historias; como las normas que nos imponen a los cosechadores, quiero decir, pero no me hubieran permitido traerte con ella de todas formas... —le aseguró encogiéndose ligeramente de hombros—. En fin, yo soy Noel, draco de estínfalo. ¿Subimos? —preguntó mirando hacia el resto del grupo.
La presencia de una de sus cosechadas, y sin duda la más problemática, había hecho que no se hubiera podido fijar bien en el resto: las transformaciones de la mayoría no eran evidentes o directamente las desconocía. Aunque una de las humanas tenía bastantes papeletas para ser bruja de la arena y sin duda el ochrorio con cuernos debía ser un fauno. Del resto no podía decir que tuviera ni idea, pero parecía haber varios brujos entre ellos… tal vez.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torre Doce
10/05/23, 04:44 pm
Estudiar magia se había convertido en una obligación y un rollo al mismo tiempo, así que Ulmara se tomó la oferta de dama Enigma como una oportunidad para hacer del estudio algo más entretenido, con profesores y en compañía de otra gente igual de inexperta que ella. Le había guardado cierto rencor a la nebulomante por su cosecha, pero hacía tiempo que aquello se había quedado atrás y ahora era, en cierto sentido, un ejemplo a seguir, como las otras brujas de serpentaria. Así que solo veía más motivos para encontrarse en la Torre Doce en ese instante. No se había pensado mucho la ropa y se había presentado allí con lo más cómodo que encontró: una camiseta de tirantes y un pantalón a juego que, sin saberlo ella, pertenecían a un equipo de baloncesto terrestre y unas sandalias.
—Podrían darse algo de vida —se quejó la cercana con muy poca seriedad y muy mal tino, pues justo aparecieron tres seres medio esperpénticos por la calle. Cuando vio a los que serían sus tres profesores se le escapó una sonrisa de diversión. Un lagarto chiquito, un chico ardiendo y una especie de pseudopajarraco de dos metros. Aquello prometía incluso antes de que Lethe acusara al grandullón de deberle una caña. La sonrisa de la bruja se convirtió en una carcajada breve antes de dar paso a las presentaciones—. Ulmara, tempestomante —dijo ella, imitando la presentación del draco. Por suerte, no tenía ningún peligro para ella ser abierta con su transformación.
Giz, por su parte, apareció como salido de una película rara del oeste, descalzo, con unos pantalones de pana y uno de sus típicos ponchos, azul marino y con motivos estrellados. Él también había curioseado la Torre Doce con antelación y sentía un poco de envidia sana, pero estaba a favor de que los que pasaran la criba tuvieran cuantas más facilidades mejor. Por eso mismo también había accedido a dar unas clases junto a Noel y Gael, sin los cuales ni siquiera se habría presentado en primer lugar.
Lo primero que hizo fue, en silencio y sin mucha discrección, examinar a todos y cada uno de los presentes en busca de cualquier pista sobre sus transformaciones. Como buen genemago, tenía los catálogos estudiados, pero tan solo pudo identificar con seguridad a la enderth y al hijo de las lunas, mientras que con el ochrorio tenía dudas, pues veía claramente a un fauno, pero las mariposas que lo acompañaban eran señal de que había algo más. El resto podían ser brujos o magos, cambiantes, legiones... Había muchas posibilidades y Giz seguiría a la búsqueda de más datos por pura curiosidad, como si se tratase de un minijuego dentro del trabajo de dar la clase.
<<Oh, oh...>> respondió a sus amigos con telepatía cuando la enderth lanzó la acusación. <<Aunque es una buena forma de romper el hielo>> añadió, tratando de plasmar en su mensaje mental la diversión.
—Yo soy Giz, goliat —dijo escuetamente.
Después asintió a Noel y echó a andar hacia la cuarta planta, donde habían reservado el espacio para dar la clase: una rincón con espejos programados para facilitar el aprendizaje de los hechizos en cuestión, una pizarra y sillas y mesas de sobra para todos los participantes.
—Podrían darse algo de vida —se quejó la cercana con muy poca seriedad y muy mal tino, pues justo aparecieron tres seres medio esperpénticos por la calle. Cuando vio a los que serían sus tres profesores se le escapó una sonrisa de diversión. Un lagarto chiquito, un chico ardiendo y una especie de pseudopajarraco de dos metros. Aquello prometía incluso antes de que Lethe acusara al grandullón de deberle una caña. La sonrisa de la bruja se convirtió en una carcajada breve antes de dar paso a las presentaciones—. Ulmara, tempestomante —dijo ella, imitando la presentación del draco. Por suerte, no tenía ningún peligro para ella ser abierta con su transformación.
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Giz, por su parte, apareció como salido de una película rara del oeste, descalzo, con unos pantalones de pana y uno de sus típicos ponchos, azul marino y con motivos estrellados. Él también había curioseado la Torre Doce con antelación y sentía un poco de envidia sana, pero estaba a favor de que los que pasaran la criba tuvieran cuantas más facilidades mejor. Por eso mismo también había accedido a dar unas clases junto a Noel y Gael, sin los cuales ni siquiera se habría presentado en primer lugar.
Lo primero que hizo fue, en silencio y sin mucha discrección, examinar a todos y cada uno de los presentes en busca de cualquier pista sobre sus transformaciones. Como buen genemago, tenía los catálogos estudiados, pero tan solo pudo identificar con seguridad a la enderth y al hijo de las lunas, mientras que con el ochrorio tenía dudas, pues veía claramente a un fauno, pero las mariposas que lo acompañaban eran señal de que había algo más. El resto podían ser brujos o magos, cambiantes, legiones... Había muchas posibilidades y Giz seguiría a la búsqueda de más datos por pura curiosidad, como si se tratase de un minijuego dentro del trabajo de dar la clase.
<<Oh, oh...>> respondió a sus amigos con telepatía cuando la enderth lanzó la acusación. <<Aunque es una buena forma de romper el hielo>> añadió, tratando de plasmar en su mensaje mental la diversión.
—Yo soy Giz, goliat —dijo escuetamente.
Después asintió a Noel y echó a andar hacia la cuarta planta, donde habían reservado el espacio para dar la clase: una rincón con espejos programados para facilitar el aprendizaje de los hechizos en cuestión, una pizarra y sillas y mesas de sobra para todos los participantes.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torre Doce
12/05/23, 07:23 pm
Que les llegara un ofrecimiento para enseñarles magia, la que fuera, era motivo suficiente para sacar al lenguaraz de sus estudios... y meterle de lleno en otros libros. Habría ido él solo al encuentro de los instructores sin problema, pero le hizo ilusión que se apuntara tanto gente conocida como desconocida. No conocía a quienes les darían las explicaciones, pero la referencia de Dama Enigma bastaba. Para colmo, el sitio elegido, la Torre Doce, era uno de los lugares de la ciudad donde más tiempo pasaba, así que todo sumaba. Plan estupendo. Se calzó su poncho y su mochila con apuntes, y allá que fue derechito al portal.
Una vez allí se topó con el otro grupo. Había de todo allí y no perdió el tiempo. Los demás se estaban presentando y también hubo una extraña acusación que le sacó una risa. ¿De qué se conocían esos dos? No tardó mucho en aclararse, y le hizo aún más gracia.
—¡Hola! Soy Pefka, lenguaraz. Aveceshablomuyrápido pero es tremendamente útil para hacer hechizos —se presentó. Había pronunciado el inicio de la segunda frase a toda velocidad a propósito, para demostrar a qué se refería.
Conocía la torre, sí, pero no se podía esperar lo que habían montado para ellos. Era un aula perfecta con los espejos bien dispuestos para poder seguir las indicaciones. No perderían detalle de esa manera.
—Pero qué maravilla, qué bien lo habéis preparado. ¡Qué ganas de empezar!
Una vez allí se topó con el otro grupo. Había de todo allí y no perdió el tiempo. Los demás se estaban presentando y también hubo una extraña acusación que le sacó una risa. ¿De qué se conocían esos dos? No tardó mucho en aclararse, y le hizo aún más gracia.
—¡Hola! Soy Pefka, lenguaraz. Aveceshablomuyrápido pero es tremendamente útil para hacer hechizos —se presentó. Había pronunciado el inicio de la segunda frase a toda velocidad a propósito, para demostrar a qué se refería.
Conocía la torre, sí, pero no se podía esperar lo que habían montado para ellos. Era un aula perfecta con los espejos bien dispuestos para poder seguir las indicaciones. No perderían detalle de esa manera.
—Pero qué maravilla, qué bien lo habéis preparado. ¡Qué ganas de empezar!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torre Doce
17/05/23, 10:18 am
A decir verdad Fleur estaba bastante intimidada. No sólo por la estructura descomunal que resultaba ser la Torre Doce si no por el motivo del encuentro. Gracias a Dama Enigma se habían citado con un grupo de veteranos que se ofrecían a enseñar una rama en específico de las artes mágicas. Aquello le venía estupendo por sus motivaciones personales pero le seguía pareciendo extraño tener tanto contacto con ciudadanos de la ciudad cuando nadie corrió en su auxilio en la criba. Aún así la bruja parecía de fiar y la francesa depositó sus confianzas en sus contactos. Éstos eran una especie de reptil pequeño, un chico rodeado de llamas azules que parecía simpático, y un tipo descomunal con un par de alas grandes. Con Noel se guardó sus reservas dado que Lethe parecía tener algún tipo de disputa que no terminó de entender.
—Yo soy Fleur, encantada—se presentó, esbozando una sonrisa tímida y ahora algo más divertida al ver de pronto que Ulmara vestía con unos pantalones de un equipo de baloncesto de la Tierra.
La siwani seguiría a sus amigos y los profesores hasta un aula llena de espejos que la impresionó mucho.
—Vaya... —comentó tras Pefka con la boca muy abierta. Sus ojos parpadeaban observándolo todo al detalle, desde el suelo de granito negro al estilo jónico. A quien no se atrevía mucho a mirar era al draco de estínfalo, su presencia la asustaba un poco ya que le sacaba varias cabezas.
—Yo soy Fleur, encantada—se presentó, esbozando una sonrisa tímida y ahora algo más divertida al ver de pronto que Ulmara vestía con unos pantalones de un equipo de baloncesto de la Tierra.
La siwani seguiría a sus amigos y los profesores hasta un aula llena de espejos que la impresionó mucho.
—Vaya... —comentó tras Pefka con la boca muy abierta. Sus ojos parpadeaban observándolo todo al detalle, desde el suelo de granito negro al estilo jónico. A quien no se atrevía mucho a mirar era al draco de estínfalo, su presencia la asustaba un poco ya que le sacaba varias cabezas.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torre Doce
17/05/23, 10:12 pm
Después de una espera que al pegaso se le hizo corta, tres personas hicieron acto de presencia acercándose por la calle. Uno era muy alto, de piel color dorada y unas alas intimidantes. Otro estaba, ¿en llamas? Y el último era un lagarto, cosa que hizo tragar saliva a Adam y no se asustó demasiado por la enorme diferencia de complexión y apariencia pero… no podía evitar pensar en el otro lagarto.
Iban vestidos de formas curiosas y el ruso se puso algo incómodo, ¿no se suponía que había que venir arreglado? Se sentía un poquillo fuera de lugar, sobre todo con lo libre que iba Ulmara con esos pantalones de baloncesto. Quizás el código de vestimenta formal en Rocavarancolia era algo inexistente. Apretando su corbata se dispuso a presentarse, aclarando su voz.
—¡B-Buenas! —saludó con mucha educación al que estaba en llamas azuladas, aferrado a su corbata para calmar los nervios. Iba a continuar pero Lethe… ¿Lethe? Adam puso los ojos como platos, ¿El señor enorme era el que la cosechó? Supo de ella que echaba en falta la caña pero, ¿era el momento ahora? Menos mal que el que luego se presentó como Noel se lo tomó incluso de buen humor, explicándose usando a su favor las normas de cosecha.
»Yo soy Adam, mucho gusto —se presentó a los tres mostrando una pequeña sonrisa cortés, acomodando el estuche en su mano—. Vale, de acuerdo —asintió a la oferta de Noel de subir hasta la cuarta planta. Tuvo el cuidado de examinar con la brevedad que le permitía la subida la segunda y tercera planta, curioso por ellas pero el destino los llevaría a la siguiente. Habían muchos espejos y artilugios de uso probablemente mágico.
Se tomó la libertad de analizar por encima con la mirada a sus “profesores”, curioso. El hombre con alas intimidaba mucho, pero tenía una actitud que le generaba confianza. ¿Sería un tipo de ave o algo similar a Lethe? El chico en llamas era todo un misterio, deseaba saber en qué se transformó para estar tan normal envuelto en fuego azul. Se arrepintió un poco de juzgar a Giz por su apariencia, parecía majo también. Todos parecían personas decentes a decir verdad.
—Lo mismo digo, estoy con muchas ganas yo también —respondió de muy buen humor a Pefka, contagiado de su entusiasmo.
Iban vestidos de formas curiosas y el ruso se puso algo incómodo, ¿no se suponía que había que venir arreglado? Se sentía un poquillo fuera de lugar, sobre todo con lo libre que iba Ulmara con esos pantalones de baloncesto. Quizás el código de vestimenta formal en Rocavarancolia era algo inexistente. Apretando su corbata se dispuso a presentarse, aclarando su voz.
—¡B-Buenas! —saludó con mucha educación al que estaba en llamas azuladas, aferrado a su corbata para calmar los nervios. Iba a continuar pero Lethe… ¿Lethe? Adam puso los ojos como platos, ¿El señor enorme era el que la cosechó? Supo de ella que echaba en falta la caña pero, ¿era el momento ahora? Menos mal que el que luego se presentó como Noel se lo tomó incluso de buen humor, explicándose usando a su favor las normas de cosecha.
»Yo soy Adam, mucho gusto —se presentó a los tres mostrando una pequeña sonrisa cortés, acomodando el estuche en su mano—. Vale, de acuerdo —asintió a la oferta de Noel de subir hasta la cuarta planta. Tuvo el cuidado de examinar con la brevedad que le permitía la subida la segunda y tercera planta, curioso por ellas pero el destino los llevaría a la siguiente. Habían muchos espejos y artilugios de uso probablemente mágico.
Se tomó la libertad de analizar por encima con la mirada a sus “profesores”, curioso. El hombre con alas intimidaba mucho, pero tenía una actitud que le generaba confianza. ¿Sería un tipo de ave o algo similar a Lethe? El chico en llamas era todo un misterio, deseaba saber en qué se transformó para estar tan normal envuelto en fuego azul. Se arrepintió un poco de juzgar a Giz por su apariencia, parecía majo también. Todos parecían personas decentes a decir verdad.
—Lo mismo digo, estoy con muchas ganas yo también —respondió de muy buen humor a Pefka, contagiado de su entusiasmo.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torre Doce
19/05/23, 09:55 am
Dama Enigma se había puesto en contacto con ellos para concertar una reunión con un grupo de veteranos, que iban a enseñarles hechizos útiles. Maila siempre había sido sociable y para nada desconfiada en la Tierra, pero Rocavarancolia tenía el poder de transformarte tanto por dentro como por fuera. Ahora se sentía un poco más reticente a los desconocidos, aunque solo fuera un poquito y para nada apreciable a simple vista para los demás.
El grupo llegaría a la Torre Doce y la hawaiana admiraría su estructura con asombro. Iba vestida en la misma línea de siempre: camiseta de color crema, vaqueros cortos y zapatos blancos. Desde que se había convertido en una bruja había adquirido el gusto por llevar siempre algo de tono terroso o que le recordara a la arena. Ésta danzaba a su alrededor, mientras esperaban a los veteranos, pero a diferencia de antes su dominio giraba a su alrededor por voluntad propia de su ama. A pesar de que antes había odiado que la molestara, desde que había aprendido a controlarla se sentía más cómoda en presencia de su dominio. Maila seguiría jugando al mismo juego de la última vez con las mariposas de hojas de Chromsa, sonriéndole a éste, haciendo que la arena las persiguiera como si fueran sus estelas.
Pronto llegaron los veteranos y la chica no pudo evitar abrir los ojos de la sorpresa. El primero que habló estaba literalmente envuelto en fuego azul y ni parecía molestarle en absoluto. El segundo era un tiarrón gigante emplumado y el último era un reptil sacado de alguna peli del oeste. Pero parecían bastante amables a pesar del momento incómodo que tuvo lugar entre Lethe y el que se llamaba Noel, que al parecer había sido su cosechador.
-Yo soy Maila, encantada. Y soy una bruja de la arena, está claro...- Se presentó con una breve risa mientras señalaba a su dominio. La arena danzó alrededor de ella cumpliendo los deseos de la chica. Llamarse así misma "bruja de la arena" seguía pareciéndole extraño y ajeno, pero poco a poco resultaba más natural y orgánico. ¿Y por qué no iba a serlo? ¡Podía controlarla y hacer lo que quisiera con ella! Maila no pudo evitar sonreír al recordar la cantidad de castillos de arena que había hecho de pequeña, en sus días en la playa. Bueno, ahora podía hacer unos más grandes sin necesidad de un cubo de agua. O esperaba ser capaz de hacerlo, de momento solo dominaba las formas geométricas. Finalmente se encaminaron a la cuarta planta y Maila los acompañó admirando la cantidad de libros que había.
-Yo también me muero de ganas de que esto empiece.- Le dijo a Adam poniéndose a su lado.- Y supongo que tú más todavía, ¿verdad?- Preguntó con una sonrisa. Maila estaba al tanto del interés del ruso por la magia curativa y la medicina.
El grupo llegaría a la Torre Doce y la hawaiana admiraría su estructura con asombro. Iba vestida en la misma línea de siempre: camiseta de color crema, vaqueros cortos y zapatos blancos. Desde que se había convertido en una bruja había adquirido el gusto por llevar siempre algo de tono terroso o que le recordara a la arena. Ésta danzaba a su alrededor, mientras esperaban a los veteranos, pero a diferencia de antes su dominio giraba a su alrededor por voluntad propia de su ama. A pesar de que antes había odiado que la molestara, desde que había aprendido a controlarla se sentía más cómoda en presencia de su dominio. Maila seguiría jugando al mismo juego de la última vez con las mariposas de hojas de Chromsa, sonriéndole a éste, haciendo que la arena las persiguiera como si fueran sus estelas.
Pronto llegaron los veteranos y la chica no pudo evitar abrir los ojos de la sorpresa. El primero que habló estaba literalmente envuelto en fuego azul y ni parecía molestarle en absoluto. El segundo era un tiarrón gigante emplumado y el último era un reptil sacado de alguna peli del oeste. Pero parecían bastante amables a pesar del momento incómodo que tuvo lugar entre Lethe y el que se llamaba Noel, que al parecer había sido su cosechador.
-Yo soy Maila, encantada. Y soy una bruja de la arena, está claro...- Se presentó con una breve risa mientras señalaba a su dominio. La arena danzó alrededor de ella cumpliendo los deseos de la chica. Llamarse así misma "bruja de la arena" seguía pareciéndole extraño y ajeno, pero poco a poco resultaba más natural y orgánico. ¿Y por qué no iba a serlo? ¡Podía controlarla y hacer lo que quisiera con ella! Maila no pudo evitar sonreír al recordar la cantidad de castillos de arena que había hecho de pequeña, en sus días en la playa. Bueno, ahora podía hacer unos más grandes sin necesidad de un cubo de agua. O esperaba ser capaz de hacerlo, de momento solo dominaba las formas geométricas. Finalmente se encaminaron a la cuarta planta y Maila los acompañó admirando la cantidad de libros que había.
-Yo también me muero de ganas de que esto empiece.- Le dijo a Adam poniéndose a su lado.- Y supongo que tú más todavía, ¿verdad?- Preguntó con una sonrisa. Maila estaba al tanto del interés del ruso por la magia curativa y la medicina.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torre Doce
19/05/23, 12:03 pm
Justo como si los invocaran, en cuanto Ulmara bromeó quejándose de que estuvieran tardando tres personas entraron a la torre. El ochrorio los miró en cuanto uno de ellos les saludó, un chico envuelto en llamas azules, bastante espectacular a su opinión. Pensó algo preocupado si aquel fuego que lo envolvía quemaría y, para evitar accidentes hasta que tuviera una respuesta, el brujo intentó que sus hojas no se acercaran mucho.
Los otros dos eran tan curiosos como el primero. Uno era un lagarto de ropas curiosas, con algo en el cuello que no terminaba de saber qué era. El otro era enorme y no pudo evitar sentirse un poco intimidado con su apariencia al verlo. Las alas, la altura, esa camiseta que le recordaba a una versión malvada de Ataulfo... Menos mal que ya tenía más o menos controlados sus instintos, aunque con lo que pasó después Chromsa estuvo seguro de que los tres eran bastante majos y pudo relajarse del todo.
Miró sorprendido a Lethe en cuanto le recriminó al grandullón lo de su caña. -(¿Entonces... él fue su cosechador?)- pensó mirándolo. Había pasado mucho desde que llegaron a la ciudad, pero le hizo algo de gracia que su amiga todavía tuviera aquello pendiente. Por suerte, el ahora presentado Noel no se lo tomó a mal y pudieron ir presentándose sin problemas. -Encantado de conoceros. Me llamo Padre Foresta, fauno y brujo de las hojas marchitas- dijo con una sonrisa y una ligera reverencia. No le sonaba nada ni goliat ni draco de estínfalo, tal vez buscaría en Serpentaria por curiosidad.
-Ah, claro. Ya estamos todos- respondió al draco. Siguieron a los veteranos hasta una de las plantas superiores, una habitación preparada para dar clases y que tenía bastantes espejos. -Pues sí, está muy bien organizado- añadió al elogio de Pefka. El brujo fue mirando en que mesa iría a sentarse. Hasta cierto punto dejaría elegir a sus compañeros primero, aunque tenía claro que para seguir bien la lección con su visión se sentaría en primera fila.
Los otros dos eran tan curiosos como el primero. Uno era un lagarto de ropas curiosas, con algo en el cuello que no terminaba de saber qué era. El otro era enorme y no pudo evitar sentirse un poco intimidado con su apariencia al verlo. Las alas, la altura, esa camiseta que le recordaba a una versión malvada de Ataulfo... Menos mal que ya tenía más o menos controlados sus instintos, aunque con lo que pasó después Chromsa estuvo seguro de que los tres eran bastante majos y pudo relajarse del todo.
Miró sorprendido a Lethe en cuanto le recriminó al grandullón lo de su caña. -(¿Entonces... él fue su cosechador?)- pensó mirándolo. Había pasado mucho desde que llegaron a la ciudad, pero le hizo algo de gracia que su amiga todavía tuviera aquello pendiente. Por suerte, el ahora presentado Noel no se lo tomó a mal y pudieron ir presentándose sin problemas. -Encantado de conoceros. Me llamo Padre Foresta, fauno y brujo de las hojas marchitas- dijo con una sonrisa y una ligera reverencia. No le sonaba nada ni goliat ni draco de estínfalo, tal vez buscaría en Serpentaria por curiosidad.
-Ah, claro. Ya estamos todos- respondió al draco. Siguieron a los veteranos hasta una de las plantas superiores, una habitación preparada para dar clases y que tenía bastantes espejos. -Pues sí, está muy bien organizado- añadió al elogio de Pefka. El brujo fue mirando en que mesa iría a sentarse. Hasta cierto punto dejaría elegir a sus compañeros primero, aunque tenía claro que para seguir bien la lección con su visión se sentaría en primera fila.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Doce
19/05/23, 01:48 pm
Gael observó discretamente a unos y otros. Aparte de los dos que había visto primero también había una cercana sin cambios aparentes que parecía estar buscando una cancha en vez de la torre Doce, otras dos que aparentaban humanas, que llamaban la atención una por la arena que danzaba a su alrededor y la otra por la presencia de algunas plumas blancas en su cabeza. Había también otro transformado cuyo origen no identificó en un primer momento por su aspecto anfibio, y alguien cubierto de plumas que parecía… No, era. Enderth. El comentario de Noel invadió sus pensamientos confirmándolo y, antes de que pudiera replicar, llegó la reacción de la susodicha. Gael necesitó contener una risotada al escuchar qué era lo primero que tenía que decirle la enderth después de todo aquel tiempo, porque tenía miedo de que la carcajada se pudiera malinterpretar como una burla. Al menos pudo reírse con la broma de la “caña” de Noel. Él mismo se encargó de recordarles que estaban tan de manos atadas como ellos, y aunque pudiese molestarles ahora, quién sabía cuántos de ellos podrían terminar siendo cosechadores en algún momento.
La mayoría pareció tomárselo bien o, al menos, no hicieron muchos comentarios al respecto. Era tranquilizador saber que lo entendían. Se fueron presentando uno a uno y Gael trató de retener sus nombres para dirigirse a ellos más adelante.
—Encantado de conoceros a todos —dijo tras sus amigos—. Yo soy Koval y soy un fuego fatuo. No es que lo pueda esconder mucho —bromeó. Respetaba que no todos quisiesen decir su transformación, así que ni prestó atención al hecho de que algunos la habían omitido. Pero en el caso de los que sí, también anotó mentalmente aquel dato con interés. El fauno tenía una transformación doble que explicaba las bonitas hojas secas que le rodeaban –y que tendría cuidado de no quemar por accidente–, y en el caso de Pefka, al saber que varios de sus rasgos pertenecían a una transformación, pudo empezar a atar cabos para entender de dónde procedía.
Subieron todos a la cuarta planta y escogieron sitio en las mesas. Probablemente sería necesario juntar varias, pero aquello estaba vacío y no le iba a importar a nadie.
—He traído libros y más material de casa, pero en la torre supuestamente debería haber todo lo que pueda hacernos falta. ¿Es la primera vez que venís? —preguntó de forma general, mientras sacaba un par de libros desgastados de su mochila—. ¿Hasta dónde va vuestro conocimiento y qué os gustaría aprender hoy?
La mayoría pareció tomárselo bien o, al menos, no hicieron muchos comentarios al respecto. Era tranquilizador saber que lo entendían. Se fueron presentando uno a uno y Gael trató de retener sus nombres para dirigirse a ellos más adelante.
—Encantado de conoceros a todos —dijo tras sus amigos—. Yo soy Koval y soy un fuego fatuo. No es que lo pueda esconder mucho —bromeó. Respetaba que no todos quisiesen decir su transformación, así que ni prestó atención al hecho de que algunos la habían omitido. Pero en el caso de los que sí, también anotó mentalmente aquel dato con interés. El fauno tenía una transformación doble que explicaba las bonitas hojas secas que le rodeaban –y que tendría cuidado de no quemar por accidente–, y en el caso de Pefka, al saber que varios de sus rasgos pertenecían a una transformación, pudo empezar a atar cabos para entender de dónde procedía.
Subieron todos a la cuarta planta y escogieron sitio en las mesas. Probablemente sería necesario juntar varias, pero aquello estaba vacío y no le iba a importar a nadie.
—He traído libros y más material de casa, pero en la torre supuestamente debería haber todo lo que pueda hacernos falta. ¿Es la primera vez que venís? —preguntó de forma general, mientras sacaba un par de libros desgastados de su mochila—. ¿Hasta dónde va vuestro conocimiento y qué os gustaría aprender hoy?
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