Torre Serpentaria (Archivo I)
+19
Xana
Naeryan
Dal
Muffie
Red
Matt
alpeca
Lops
Alicia
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Jack
Tak
Leonart
Martalar
LEC
PeloVerde
Administración
23 participantes
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Torre Serpentaria (Archivo I)
17/10/11, 03:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
16/11/12, 12:17 am
Wen siguió al grupo hasta Serpentaria. Ella había aceptado ir con ellos por no quedarse sola, pero estuvo todo el camino en silencio, al igual que cuando llegaron a la torre, donde se limitó a sentarse en un sillón. La vouivre no tenía nada que decir ni pensaba en nada en concreto, tan solo divagaba por distintos recuerdos de su mente. Había reprimido el recuerdo de la muerte de Res, como tantas otras veces había hecho con ese y otros recuerdos, y en ese momento tan solo pensaba en lo ocurrido aquella tarde. “Se lo merecía, a pesar de todo, no hemos hecho mal.”
Noel parecía querer hablar, por lo que subieron a buscar a Gael, que era el único que faltaba. El susodicho, que se encontraba en el tejado, los recibió con un aire pensativo y una vaga mirada. Todos se sentaron junto a él, admirando la oscura noche, segundos antes de que Noel comenzara a hablar. Los tres chicos hablaron durante un rato mientras Wen dejaba la mirada perdida en la noche y atendía levemente.
Callada, con los brazos alrededor de las rodillas, Wen se mantuvo durante toda la conversación, hasta que las últimas palabras de Noel llamaron su atención. “¿Descontrolarse? ¿Egoísta? Parece mentira que un chico como él piense eso de sí mismo.” Se dijo la vouivre mirando al draco.
- Noel, ten por seguro que, si prefiriera que tú te fueras a aguantarme una risa, lo sabrías. - dijo seriamente, mirándole durante unos segundos fijamente hasta que desvió la mirada de nuevo al cielo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
16/11/12, 11:26 am
-Digo lo que Wen, bueno... No estoy diciendo exactamente lo que ella, pero pienso igual. Sí, justo eso-añadió con torpeza-. Siempre me ha resultado más fácil hacer burbujas insonorizadas que amigos, incluso cuando no sabía hacer burbujas insonorizadas- comentó en un tono de broma poco usual en él y sin trabarse en mitad, para sorpresa del propio asreniano-. No lo digo mucho... Vale, no lo digo nunca-y era cierto, no solía decir nunca demasiadas cosas-, pero sabés que podéis contar conmigo para lo que haga falta, ¿no?
Un escalofrío le hizo refugiarse aún más bajo el poncho y Giz no acabó de estar seguro si se debía al frío o a su miedo ante este tipo de confesiones en voz alta. No era que no lo pensara, no era que no creyera de verdad que estaría dispuesto a hacer cualquier estupidez por sus amigos. Era ese paso, el que se daba al convertir lo que pensaba en decibelios, lo que le aterraba. Miedo a cagarla, miedo a no acertar o a no ser entendido. Lo que solía pasarle siempre que abría la boca. << La gente que se asusta de las mantícoras... Esos no saben nada >>.
Un escalofrío le hizo refugiarse aún más bajo el poncho y Giz no acabó de estar seguro si se debía al frío o a su miedo ante este tipo de confesiones en voz alta. No era que no lo pensara, no era que no creyera de verdad que estaría dispuesto a hacer cualquier estupidez por sus amigos. Era ese paso, el que se daba al convertir lo que pensaba en decibelios, lo que le aterraba. Miedo a cagarla, miedo a no acertar o a no ser entendido. Lo que solía pasarle siempre que abría la boca. << La gente que se asusta de las mantícoras... Esos no saben nada >>.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
16/11/12, 08:49 pm
Al escuchar a Noel poco a poco lo sucedido en los días anteriores va cobrando sentido. Las noches, sin dormir, las caras largas... poco tenían que ver con lo que me había contado de Wen aquella noche de insomnio. Con indignación meneo la cabeza mientras le escucho, pero no intervengo y le dejo acabar. Lo de irse a vivir a otro lado hace que me quede pensando en ello. También lo había pensado alguna vez, hace ya tiempo... pero no me atreví ni a hacer planes sobre ello por temor a irme solo. Y después aparecieron ellos, el tiempo había pasado volando y no me había dado cuenta de que no necesitábamos el refugio, igual que los del burdel, que se las habían arreglado solos desde el principio.
Cómo expresa Wen lo que opina de lo de Noel me parece muy acertado, y Giz... me sorprende lo que dice Giz a continuación, aunque puedo entenderle un poco. Me he sentido así muchas veces pero desde que llegué aquí... las cosas han cambiado bastante.
-No seas tonto, estas cosas no hace falta estarlas diciendo -le digo al asreniano con una sonrisa-. Decirlo no es demostrarlo, y tú lo demuestras constantemente. Como hoy...
Después me vuelvo hacia Noel, y lo miro reprobadoramente.
-Y tú, especie de... hereje -digo señalándolo y tratando de sonar serio sin conseguirlo en absoluto-, te merecías una colleja por lo menos. Llego a saberlo y te duermo a traición. No te librarás de nosotros tan fácilmente. Es como si no... yo que sé, no pudiésemos ver a Jack porque es mejor no sangrar en su presencia o... ejemplo tonto.. Er... os diesen asco mis cadáveres o... o estéis hartos de que lo requeme todo y llene de hollín. Porque no os molesta, ¿no? -pregunto de pronto pareciendo idiota. Meneo la cabeza e intento ser claro-. Pero bueno, que no. Que nos importa bien poco no poder reirnos, y ya está, ¿has visto que nos incomode alguna vez? Y, por todos los -hago una mueca exasperada diciendo cosas ininteligibles- ¿de verdad creías que ibas a llegar a hacernos daño? -Meneo la cabeza y suspiro, desdeñando con la mano-. Pero bueno, si ya pasó, tema aparcado. Me interesa lo que has dicho de ganarse la vida. -Sonrío maquinadoramente-. Llevo tres años haciendo casi lo mismo, me apuntaría a un cambio de aires sin pestañear. El tiempo pasó muy rápido, por mí hasta lo habría sugerido mucho antes. Pero ahora... lo cierto es que me parece hasta lo más lógico. Por lo que hicimos. No creo que importe demasiado pero si nos pillan dudo que podamos seguir siendo unos mantenidos y, bueno, por muchos otros motivos.
Pensativo, me arrebujo de nuevo en mis propias piernas y brazos y pienso en todas las posibilidades que abre el abandonar la torre y empezar a decidir cómo salir adelante y conseguirlo por nosotros mismos.
Cómo expresa Wen lo que opina de lo de Noel me parece muy acertado, y Giz... me sorprende lo que dice Giz a continuación, aunque puedo entenderle un poco. Me he sentido así muchas veces pero desde que llegué aquí... las cosas han cambiado bastante.
-No seas tonto, estas cosas no hace falta estarlas diciendo -le digo al asreniano con una sonrisa-. Decirlo no es demostrarlo, y tú lo demuestras constantemente. Como hoy...
Después me vuelvo hacia Noel, y lo miro reprobadoramente.
-Y tú, especie de... hereje -digo señalándolo y tratando de sonar serio sin conseguirlo en absoluto-, te merecías una colleja por lo menos. Llego a saberlo y te duermo a traición. No te librarás de nosotros tan fácilmente. Es como si no... yo que sé, no pudiésemos ver a Jack porque es mejor no sangrar en su presencia o... ejemplo tonto.. Er... os diesen asco mis cadáveres o... o estéis hartos de que lo requeme todo y llene de hollín. Porque no os molesta, ¿no? -pregunto de pronto pareciendo idiota. Meneo la cabeza e intento ser claro-. Pero bueno, que no. Que nos importa bien poco no poder reirnos, y ya está, ¿has visto que nos incomode alguna vez? Y, por todos los -hago una mueca exasperada diciendo cosas ininteligibles- ¿de verdad creías que ibas a llegar a hacernos daño? -Meneo la cabeza y suspiro, desdeñando con la mano-. Pero bueno, si ya pasó, tema aparcado. Me interesa lo que has dicho de ganarse la vida. -Sonrío maquinadoramente-. Llevo tres años haciendo casi lo mismo, me apuntaría a un cambio de aires sin pestañear. El tiempo pasó muy rápido, por mí hasta lo habría sugerido mucho antes. Pero ahora... lo cierto es que me parece hasta lo más lógico. Por lo que hicimos. No creo que importe demasiado pero si nos pillan dudo que podamos seguir siendo unos mantenidos y, bueno, por muchos otros motivos.
Pensativo, me arrebujo de nuevo en mis propias piernas y brazos y pienso en todas las posibilidades que abre el abandonar la torre y empezar a decidir cómo salir adelante y conseguirlo por nosotros mismos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
16/11/12, 11:21 pm
La primera en hablar fue Wen, quien se había mantenido en silencio durante el resto de la conversación. Le devuelvo la mirada sin saber que decir, pero por suerte Giz no tarda en hablar. Su comentario me arranca una carcajada y le doy una palmada en la espalda, mientras Gael le responde.
-Gael tiene razón. Pero es cierto que últimamente no te comunicas demasiado con nosotros. Y no sé por qué. No mordemos... de momento al menos -añado con una sonrisa maliciosa-. Pero descuida, que sí sabemos que podemos contar contigo. Sé que puedo contar con todos vosotros, de hecho.
Las palabras de Gael a continuación no me sorprenden. Me limito a escucharle de brazos cruzados devolviéndole la mirada reprobatoria, aunque termina por darme la risa.
-¿Una colleja y dormir a traición? Me temo que Vac se te ha adelantado un par de días -comento en tono jocoso-. En fin... Está bien, ya me ha quedado claro lo que pensáis. No hace falta que me fulmines con la mirada de esa forma -miro al Fuego Fatuo con expresión divertida.
A pesar de que no me parecían comparables los ejemplos que había puesto con mi caso, sabía que era mejor no meter el dedo en la llaga. Ahora ya esatba convencido de lo que quería hacer. Trataría de no sentirme demasiado culpable como había estado haciendo siempre. Al fin y al cabo eso era lo que hacía con mi forma de obtener magia. Si me parase apensar en lo que hago me volvería completamente loco. Por ello nunca me detenía a pensarlo. Lo había hecho en su día, pero ya no. Creo que voy a tener que empezar a aplicarlo también a todo este asunto. El problema era que por algún motivo me costaba mucho más adaptarme a ello que al hecho de haberme convertido en un ser sádico. <<Estoy como un cencerro>>, convengo finalmente, haciendo un esfuerzo por no exteriorizar la carcajada.
La conversación a continuación vuelve a versar sobre nuestros planes de abandonar el refugio.
-Tenemos que pensarlo bien, pero yo por mi parte estoy bastante decidido -digo en respuesta a Gael-. Mañana lo podemos comentar con los demás también en los entrenamientos, porque además seguro que necesitaremos ayuda al principio.
Permanezco pensativo y callado unos instantes. La idea me entusiasmaba y agradecía tener por fin algo diferente en lo que pensar. Últimamente mi cabeza no se había llenado más que de preocupaciones una tras otra. Observo a mis amigos y noto como Giz se arrebuja en su poncho, supongo que de frío.
-Creo que será mejor que entremos o el Capitán Lagartijo pasará de ser de sangre fría a criogenizada -bromeo mientras me levanto.
Una vez entramos en la Torre no tardamos en decidir que va siendo hora de irse a dormir. Se había hecho relativamente tarde entre unas cosas y otras. Le pregunto a Wen que va a hacer y dice que volverá al burdel. Estuve a punto de sugerir que podría quedarse aquí de nuevo, pero no era tan tarde como ayer y no había motivo para que no volviese. Tras despedirnos de ella, deseo buenas noches a Giz y Gael y me voy a mi habitación. Odin, que estaba subido a un sillón, me sigue. No tardo en meterme en cama, agotado por el cansancio que aún tengo acumulado por varios motivos. Parecía que por fin iba a poder dormir con normalidad de verdad, cosa que no habría pasado si no hubiese decidido hablar con todos hoy.
-Gael tiene razón. Pero es cierto que últimamente no te comunicas demasiado con nosotros. Y no sé por qué. No mordemos... de momento al menos -añado con una sonrisa maliciosa-. Pero descuida, que sí sabemos que podemos contar contigo. Sé que puedo contar con todos vosotros, de hecho.
Las palabras de Gael a continuación no me sorprenden. Me limito a escucharle de brazos cruzados devolviéndole la mirada reprobatoria, aunque termina por darme la risa.
-¿Una colleja y dormir a traición? Me temo que Vac se te ha adelantado un par de días -comento en tono jocoso-. En fin... Está bien, ya me ha quedado claro lo que pensáis. No hace falta que me fulmines con la mirada de esa forma -miro al Fuego Fatuo con expresión divertida.
A pesar de que no me parecían comparables los ejemplos que había puesto con mi caso, sabía que era mejor no meter el dedo en la llaga. Ahora ya esatba convencido de lo que quería hacer. Trataría de no sentirme demasiado culpable como había estado haciendo siempre. Al fin y al cabo eso era lo que hacía con mi forma de obtener magia. Si me parase apensar en lo que hago me volvería completamente loco. Por ello nunca me detenía a pensarlo. Lo había hecho en su día, pero ya no. Creo que voy a tener que empezar a aplicarlo también a todo este asunto. El problema era que por algún motivo me costaba mucho más adaptarme a ello que al hecho de haberme convertido en un ser sádico. <<Estoy como un cencerro>>, convengo finalmente, haciendo un esfuerzo por no exteriorizar la carcajada.
La conversación a continuación vuelve a versar sobre nuestros planes de abandonar el refugio.
-Tenemos que pensarlo bien, pero yo por mi parte estoy bastante decidido -digo en respuesta a Gael-. Mañana lo podemos comentar con los demás también en los entrenamientos, porque además seguro que necesitaremos ayuda al principio.
Permanezco pensativo y callado unos instantes. La idea me entusiasmaba y agradecía tener por fin algo diferente en lo que pensar. Últimamente mi cabeza no se había llenado más que de preocupaciones una tras otra. Observo a mis amigos y noto como Giz se arrebuja en su poncho, supongo que de frío.
-Creo que será mejor que entremos o el Capitán Lagartijo pasará de ser de sangre fría a criogenizada -bromeo mientras me levanto.
Una vez entramos en la Torre no tardamos en decidir que va siendo hora de irse a dormir. Se había hecho relativamente tarde entre unas cosas y otras. Le pregunto a Wen que va a hacer y dice que volverá al burdel. Estuve a punto de sugerir que podría quedarse aquí de nuevo, pero no era tan tarde como ayer y no había motivo para que no volviese. Tras despedirnos de ella, deseo buenas noches a Giz y Gael y me voy a mi habitación. Odin, que estaba subido a un sillón, me sigue. No tardo en meterme en cama, agotado por el cansancio que aún tengo acumulado por varios motivos. Parecía que por fin iba a poder dormir con normalidad de verdad, cosa que no habría pasado si no hubiese decidido hablar con todos hoy.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
16/11/12, 11:57 pm
Giz sonrió más tranquilo al ver cómo respondían Gael y Noel a lo que dijo. Y ahora lo pensaba mejor y no sabía por qué le daba tanto miedo expresar estas cosas. Bueno, sí que lo sabía, pero no entendía como pudo llegar a padecerlo.
-No sé, supongo que pienso demasiado-se encogió de hombros en un gesto casi cómico, pues era innegable que solía ocurrirle eso de quedarse abstraído-. Pero bueno, intentaré vivir en este plano de la realidad y que no tengáis que tirarme de la lengua de aquí en adelante.
Inmediatamente tras decir eso, su cabeza se deshizo de sus preocupaciones momentáneamente para ponerse en marcha con el nuevo plan. A Giz también le hacía ilusión cambiar de aires. Siempre había sido un nómada y tanto tiempo en Serpentaria comenzaba a aburrirle. Era como leer, siempre el mismo libro podía acabar cansando. Y esta oportunidad era genial para todos. Sería como una nueva tribu. << Selección natural >> pensó divertido en un cruce de pensamientos. Sin darse cuenta, había vuelto a abstraerse pensano en qué cosas necesitarían, qué no, qué podría llevarse de aquí, qué tendrían que conseguir o a dónde podrían ir. Por suerte, Noel lo sacó de su ensimismamiento con un comentario bastante acertado sobre la temperatura corporal del asreniano. El hechizo térmico había dejado de funcionar hacía rato.
Una vez abajo, Giz dio las buenas noches a sus compañeros, buscó algo de cena tardía para sus animales y se fue a la cama.
--------------
El día siguiente comenzó como solían ocurrir los días siguientes para Giz. Despertar temprano, desayuno para la cabra y los gatos, el libro de turno levitando tras él y sus pies moviéndose en acto reflejo hasta la cocina. Volaron tostadas, mermelada, un cuchillo y algo de azúcar mientras Giz se cuestionaba si habría llegado a existir algún rey rana en la ciudad. Apenas se despegó de los cuentos mientras comía y solo fue para saludar a Yloh silenciosamente y a continuación volver a meterse de lleno en las estrafalarias historias del libro.
-No sé, supongo que pienso demasiado-se encogió de hombros en un gesto casi cómico, pues era innegable que solía ocurrirle eso de quedarse abstraído-. Pero bueno, intentaré vivir en este plano de la realidad y que no tengáis que tirarme de la lengua de aquí en adelante.
Inmediatamente tras decir eso, su cabeza se deshizo de sus preocupaciones momentáneamente para ponerse en marcha con el nuevo plan. A Giz también le hacía ilusión cambiar de aires. Siempre había sido un nómada y tanto tiempo en Serpentaria comenzaba a aburrirle. Era como leer, siempre el mismo libro podía acabar cansando. Y esta oportunidad era genial para todos. Sería como una nueva tribu. << Selección natural >> pensó divertido en un cruce de pensamientos. Sin darse cuenta, había vuelto a abstraerse pensano en qué cosas necesitarían, qué no, qué podría llevarse de aquí, qué tendrían que conseguir o a dónde podrían ir. Por suerte, Noel lo sacó de su ensimismamiento con un comentario bastante acertado sobre la temperatura corporal del asreniano. El hechizo térmico había dejado de funcionar hacía rato.
Una vez abajo, Giz dio las buenas noches a sus compañeros, buscó algo de cena tardía para sus animales y se fue a la cama.
--------------
El día siguiente comenzó como solían ocurrir los días siguientes para Giz. Despertar temprano, desayuno para la cabra y los gatos, el libro de turno levitando tras él y sus pies moviéndose en acto reflejo hasta la cocina. Volaron tostadas, mermelada, un cuchillo y algo de azúcar mientras Giz se cuestionaba si habría llegado a existir algún rey rana en la ciudad. Apenas se despegó de los cuentos mientras comía y solo fue para saludar a Yloh silenciosamente y a continuación volver a meterse de lleno en las estrafalarias historias del libro.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
17/11/12, 02:32 am
Me hace gracia que Vac ya se haya encargado de darle a Noel la colleja y casi me rio cuando lo cuenta. Y después cuando volvemos a hablar de lo de abandonar los refugios me alegra que no haya nadie desconforme, la idea empieza a ilusionarme mucho. Casi puedo vernos viviendo como los del burdel... pero no, no podríamos. No se parecería a eso porque no tenemos nada. ¿Y la casa? Podemos ocupar alguna casa como hizo Elliot.
-Por mí podemos ir de inmobiliarias un día de estos, ¿no? -pregunto antes de que decidamos volver adentro. No solo el pobre Giz se estaba helando, aunque se ve que era el que peor lo pasaba. Mientras bajamos me pongo a levitar a su alrededor-. Tenía que haberme dado cuenta antes de que puedo ser una estufa portátil -bromeo.
Antes de irme a dormir me paso por la cocina para coger algo de comida a hurtadillas y vuelvo al cuarto masticando a dos carrillos. Allí esquivo una embestida de la mesita y me burlo de ella desde lo alto.
-Cuando me vaya de aquí a ver a quien pretendes golpear, mesita psicópata.
Y por una vez no es una amenaza vacía, el marcharme de aquí está más cerca que nunca, y eso me hace mirar a la mesita con otros ojos. Tres años aguantándola... no han pasado en balde. Mientras me intento quedar dormido doy vueltas a muchas cosas, que no han sido pocas las que han pasado últimamente, pero por suerte el cansancio vence a todo lo demás.
A la mañana siguiente cuando bajo a desayunar me encuentro a Giz leyendo su libro y a Yloh.
-Buenos días -les digo. Sonrío para mí al ver a Giz enfrascado en la lectura, como si aquellos cuentos infantiles fuesen lo más interesante del mundo. Pero la sonrisa desaparece enseguida al ver la cara de Yloh, parece que esté fuera de lugar en contraste con el estado de ánimo del chico. Tiene los ojos puestos en nosotros, y aunque no dice nada se nota perfectamente que quiere respuestas. Parece querer preguntar «¿está hecho?».
Le doy la espalda buscando pan mientras me muerdo el labio inferior, y al volverme estoy decidido a intentar decir algo, aunque no sé ni qué. Me pongo la rebanada entre las manos y suelto un corto suspiro, empezando a hablar sin mirar a nadie en concreto.
-Yloh... Valenz está muerto.
En el último momento consigo mirar al nublino a la cara y le veo serio, se ha envarado en su silla ligeramente. Nos mira a ambos y luego asiente en silencio.
-Por mí podemos ir de inmobiliarias un día de estos, ¿no? -pregunto antes de que decidamos volver adentro. No solo el pobre Giz se estaba helando, aunque se ve que era el que peor lo pasaba. Mientras bajamos me pongo a levitar a su alrededor-. Tenía que haberme dado cuenta antes de que puedo ser una estufa portátil -bromeo.
Antes de irme a dormir me paso por la cocina para coger algo de comida a hurtadillas y vuelvo al cuarto masticando a dos carrillos. Allí esquivo una embestida de la mesita y me burlo de ella desde lo alto.
-Cuando me vaya de aquí a ver a quien pretendes golpear, mesita psicópata.
Y por una vez no es una amenaza vacía, el marcharme de aquí está más cerca que nunca, y eso me hace mirar a la mesita con otros ojos. Tres años aguantándola... no han pasado en balde. Mientras me intento quedar dormido doy vueltas a muchas cosas, que no han sido pocas las que han pasado últimamente, pero por suerte el cansancio vence a todo lo demás.
A la mañana siguiente cuando bajo a desayunar me encuentro a Giz leyendo su libro y a Yloh.
-Buenos días -les digo. Sonrío para mí al ver a Giz enfrascado en la lectura, como si aquellos cuentos infantiles fuesen lo más interesante del mundo. Pero la sonrisa desaparece enseguida al ver la cara de Yloh, parece que esté fuera de lugar en contraste con el estado de ánimo del chico. Tiene los ojos puestos en nosotros, y aunque no dice nada se nota perfectamente que quiere respuestas. Parece querer preguntar «¿está hecho?».
Le doy la espalda buscando pan mientras me muerdo el labio inferior, y al volverme estoy decidido a intentar decir algo, aunque no sé ni qué. Me pongo la rebanada entre las manos y suelto un corto suspiro, empezando a hablar sin mirar a nadie en concreto.
-Yloh... Valenz está muerto.
En el último momento consigo mirar al nublino a la cara y le veo serio, se ha envarado en su silla ligeramente. Nos mira a ambos y luego asiente en silencio.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
17/11/12, 03:24 am
A la mañana siguiente al bajar a la cocina puedo escuchar parte de la conversación de los que ya estaban allí desde las escaleras. Según me acerco, me llevo la mano al bolsillo y saco el pequeño objeto redondo que estaba allí desde anoche: la moneda de Alicia. Estaba claro lo que debía de hacer con ella.
-Y esto te corresponde tenerlo a ti -digo mientras entro en la cocina.
Me acerco a Yloh y le tiendo la moneda. El nublino la coge en silencio, observándola como ensimismado. Murmura un "gracias" y se sienta en una silla, todavía dándole vueltas al pequeño objeto.
-Buenos días, por cierto -digo sonriente mientras me siento-. Innovadora forma de tostar el pan -comento señalando fugazmente a Gael-. Creo que ya tenemos tostadora para nuestro futuro nuevo hogar -me río-. No puedo esperar a hablarlo con los demás.
Yloh nos mira algo confuso pues no sabe de lo que hablamos. Comienzo a explicarle nuestros planes de abandonar Serpentaria.
-Y bueno, he estado pensando... ¿Qué quieres hacer tú? Porque por mí puedes volver a Nubla si es lo que quieres -digo mirando a Giz y Gael por si tenían algo que objetar.
Sin embargo Yloh responde enérgicamente que no tiene intención de volver y que prefería permanecer con nosotros.
-Supongo que podemos llevarte con nosotros a donde quiera que vayamos... Seguro que puedes resultarnos de ayuda -digo pensativo-. ¿Vosotros que pensáis?
Hablamos del tema durante el desayuno, aunque sin concretar nada pues todavía había mucho que debatir al respecto. Empezando por hablar con Adara y Toima. Una vez estamos todos listos, nos dirigimos a los entrenamientos como todas las mañanas. Durante el camino me pregunto qué dirían Matt y Nia cuando se enterasen de que pensábamos abandonar Serpentaria. Y todos los demás... ¿Les parecería una decisión precipitada? Puede que a ojos de otros lo pareciera, pero en mi cabeza tenía todo el sentido del mundo y pensaba llevarlo hasta las últimas consecuencias.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
-Y esto te corresponde tenerlo a ti -digo mientras entro en la cocina.
Me acerco a Yloh y le tiendo la moneda. El nublino la coge en silencio, observándola como ensimismado. Murmura un "gracias" y se sienta en una silla, todavía dándole vueltas al pequeño objeto.
-Buenos días, por cierto -digo sonriente mientras me siento-. Innovadora forma de tostar el pan -comento señalando fugazmente a Gael-. Creo que ya tenemos tostadora para nuestro futuro nuevo hogar -me río-. No puedo esperar a hablarlo con los demás.
Yloh nos mira algo confuso pues no sabe de lo que hablamos. Comienzo a explicarle nuestros planes de abandonar Serpentaria.
-Y bueno, he estado pensando... ¿Qué quieres hacer tú? Porque por mí puedes volver a Nubla si es lo que quieres -digo mirando a Giz y Gael por si tenían algo que objetar.
Sin embargo Yloh responde enérgicamente que no tiene intención de volver y que prefería permanecer con nosotros.
-Supongo que podemos llevarte con nosotros a donde quiera que vayamos... Seguro que puedes resultarnos de ayuda -digo pensativo-. ¿Vosotros que pensáis?
Hablamos del tema durante el desayuno, aunque sin concretar nada pues todavía había mucho que debatir al respecto. Empezando por hablar con Adara y Toima. Una vez estamos todos listos, nos dirigimos a los entrenamientos como todas las mañanas. Durante el camino me pregunto qué dirían Matt y Nia cuando se enterasen de que pensábamos abandonar Serpentaria. Y todos los demás... ¿Les parecería una decisión precipitada? Puede que a ojos de otros lo pareciera, pero en mi cabeza tenía todo el sentido del mundo y pensaba llevarlo hasta las últimas consecuencias.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
24/11/12, 02:11 am
Los últimos días había mirado la habitación todas las noches, pensando en qué tenía que llevarme. Es sorprendente darte cuenta de repente de que no tienes nada. Todo era prestado, hasta la ropa, la única excepción eran los guantes. Por conservar ni siquiera conservo el pijama verde con el que llegué a la ciudad, así que lo que me lleve puesto será lo que me quede. Bueno, no lo único, porque la manta de Letargo con la que vino envuelto lo poco que traje la voy a volver a llevar, ya que tampoco pertenece a Serpentaria. Esta vez no tengo nada que envolver con ella, los libros que traía dentro eran de la biblioteca. Quitando todo esto las únicas cosas que me quedan son el espejo y la flor, la que conseguí en los entrenamientos, conservada para cuando pudiera hacerme falta. Por ejemplo ahora. Por poco que me den por ella de algo puede servir.
Después de haber dormido por última vez en Serpentaria me siento extraño. No es que tienda a apegarme mucho a los sitios, pero han sido tantos cambios en tan poco tiempo… tres años, tres mudanzas. Y todas sin equipaje. Tengo que dejar atrás todas las cosas que estaba usando, ropa, los hilos y agujas, los libros de la torre, y… bueno, los muebles, la comida cada día en el plato. Pero dejar atrás lo de ser unos mantenidos no me asusta, simplemente me da que pensar, pero en cierto modo tengo ganas de mudarme ya, y más después de todo lo que hemos trabajado.
Después de bajar a desayunar subo al cuarto de los cadáveres a recoger todo lo que tengo por allí desperdigado, incluso los restos de hacer los guantes. Con los recortes de cuero sobrantes se me ocurre hacer una correa para colgar el espejo que me dio Nihil, y lo que todavía sobra ya lo tiro directamente. Después subo a la biblioteca a dejar el último libro que había sacado de allí y dejo algunos amuletos que había cogido hace tiempo. La mayoría no son necesarios, solo guardo algunas reservas mágicas en un colgante que me llevaré dejando a cambio uno de menor valor que traje puesto de Letargo.
Ya en la habitación solo me falta coger la manta y la flor para terminar de tener todo a punto. Mientras cogía cada cosa de su sitio, la mesita se acercó a observar. Llevaba rara unos días, como si supiese que algo diferente pasaba. Aunque eso no le quitaba de seguir intentando arrancarme los meñiques de los pies.
–Me voy a mudar a la zona norte, otra vez. A una casa grande, sin muebles cabrones como tú. –Me río para mí. Lo peor es que a estas alturas no me sorprende ni contarle mi vida a un mueble–. Mis dedos no echarán de menos a un pequeño demonio… ¡Auch!
La mesita me clava la esquina y al trote vuelve a su sitio, donde se queda quieta. Le lanzo una mirada con el ceño fruncido y termino de doblar la manta para que ocupe lo menos posible.
–Si eso ha sido por decir lo que eres, te lo has vuelto a ganar. A ver si el próximo ocupante de esta habitación es tan indulgente. –Empiezo a señalarla con el dedo–. Y cuando quieran usarte de leña para la chimenea recordarás al fuego fatuo que, encima de estar ardiendo todo el día, tenía cuidado de no prenderte fuego.
La mesita empieza a mover sus patas frenéticamente, parece que quiera decirme algo. No algo agradable, precisamente. Todavía no tengo claro si puede entenderme o simplemente de alguna manera reacciona a mi estado de ánimo, pero está claro que no parece contenta. Al final me acabo riendo. Estoy discutiendo con un mueble.
–Me arrepentiré si me marcho de aquí dejándote así –digo acercándome–. Vamos, voy a hacerte un regalo de despedida. –Preparo un hechizo que conozco de sobra, decidido a volver ignífuga la mesita con él, y cuando parece quedarse quieta lo descargo sobre ella–. Ahora no podrás arder, pero aún puedes ser despedazada –añado jocoso, dándole unas palmaditas.
Tras esquivar el golpe de rigor como respuesta, recojo las cosas y salgo de la habitación riéndome, mientras le digo que volveré algún día de visita. Dejo todo con los cadáveres y bajo de nuevo a la cocina. Como por ahora está vacía y se acerca el mediodía, saco unas cazuelas y me pongo a hacer la última comida, empeñándome al máximo para sacar partido por última vez a la variedad de ingredientes que tenemos por aquí.
Después de haber dormido por última vez en Serpentaria me siento extraño. No es que tienda a apegarme mucho a los sitios, pero han sido tantos cambios en tan poco tiempo… tres años, tres mudanzas. Y todas sin equipaje. Tengo que dejar atrás todas las cosas que estaba usando, ropa, los hilos y agujas, los libros de la torre, y… bueno, los muebles, la comida cada día en el plato. Pero dejar atrás lo de ser unos mantenidos no me asusta, simplemente me da que pensar, pero en cierto modo tengo ganas de mudarme ya, y más después de todo lo que hemos trabajado.
Después de bajar a desayunar subo al cuarto de los cadáveres a recoger todo lo que tengo por allí desperdigado, incluso los restos de hacer los guantes. Con los recortes de cuero sobrantes se me ocurre hacer una correa para colgar el espejo que me dio Nihil, y lo que todavía sobra ya lo tiro directamente. Después subo a la biblioteca a dejar el último libro que había sacado de allí y dejo algunos amuletos que había cogido hace tiempo. La mayoría no son necesarios, solo guardo algunas reservas mágicas en un colgante que me llevaré dejando a cambio uno de menor valor que traje puesto de Letargo.
Ya en la habitación solo me falta coger la manta y la flor para terminar de tener todo a punto. Mientras cogía cada cosa de su sitio, la mesita se acercó a observar. Llevaba rara unos días, como si supiese que algo diferente pasaba. Aunque eso no le quitaba de seguir intentando arrancarme los meñiques de los pies.
–Me voy a mudar a la zona norte, otra vez. A una casa grande, sin muebles cabrones como tú. –Me río para mí. Lo peor es que a estas alturas no me sorprende ni contarle mi vida a un mueble–. Mis dedos no echarán de menos a un pequeño demonio… ¡Auch!
La mesita me clava la esquina y al trote vuelve a su sitio, donde se queda quieta. Le lanzo una mirada con el ceño fruncido y termino de doblar la manta para que ocupe lo menos posible.
–Si eso ha sido por decir lo que eres, te lo has vuelto a ganar. A ver si el próximo ocupante de esta habitación es tan indulgente. –Empiezo a señalarla con el dedo–. Y cuando quieran usarte de leña para la chimenea recordarás al fuego fatuo que, encima de estar ardiendo todo el día, tenía cuidado de no prenderte fuego.
La mesita empieza a mover sus patas frenéticamente, parece que quiera decirme algo. No algo agradable, precisamente. Todavía no tengo claro si puede entenderme o simplemente de alguna manera reacciona a mi estado de ánimo, pero está claro que no parece contenta. Al final me acabo riendo. Estoy discutiendo con un mueble.
–Me arrepentiré si me marcho de aquí dejándote así –digo acercándome–. Vamos, voy a hacerte un regalo de despedida. –Preparo un hechizo que conozco de sobra, decidido a volver ignífuga la mesita con él, y cuando parece quedarse quieta lo descargo sobre ella–. Ahora no podrás arder, pero aún puedes ser despedazada –añado jocoso, dándole unas palmaditas.
Tras esquivar el golpe de rigor como respuesta, recojo las cosas y salgo de la habitación riéndome, mientras le digo que volveré algún día de visita. Dejo todo con los cadáveres y bajo de nuevo a la cocina. Como por ahora está vacía y se acerca el mediodía, saco unas cazuelas y me pongo a hacer la última comida, empeñándome al máximo para sacar partido por última vez a la variedad de ingredientes que tenemos por aquí.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
24/11/12, 02:12 am
La última noche que íbamos a pasar en Serpentaria transcurre con un ambiente extraño. Llevaba más de un año viviendo allí y en parte me recuerda a cuando tuvimos que abandonar Letargo repentinamente. Pero no era lo mismo, esta vez estoy más entusiasmado por mudarme que apenado por dejar atrás otro hogar, especialmente después de todo el trabajo que habíamos invertido en ello.
Ya que a partir del siguiente día no tendría los libros tan a mano como hasta ahora, había dedicado las últimas noches a leer más sobre los mundos vinculados y también ojeando libros de hechizos. La última noche me pongo a echar un último vistazo al que había llevado para la habitación, justo antes de dormir. Tras un buen rato, el nombre de un hechizo me llama la atención y comienzo a leer los detalles con interés. La emoción me embarga con el descubrimiento que acabo de hacer. Este hechizo podría ser la solución a algunos de mis problemas. Era bastante costoso, aunque a mi alcance, y sólo podría usarlo de forma moderada, pero sin duda iba a resultar muy útil. Me levanto de la cama de un salto y me dirijo a la mesa para copiarlo en un trozo de pergamino.
-Odin, es genial, mañana tengo que enseñárselo a los demás –digo sonriente mientras cojo al gato en brazos y lo lanzo al aire ligeramente para volver a recogerlo.
Odin me mira con una expresión que parece querer decir “¿qué haces, idiota?”, pero por una vez no me araña. Me dispongo a dormir de buen humor y con ganas de que llegue el día siguiente.
Por la mañana me levanto algo tarde debido al cansancio acumulado de toda la semana y la tranquilidad de saber que no hay que madrugar para ir a los entrenamientos o para reformar el cuchitril. Tras vestirme lo primero que hago es llevar los libros que tengo en la habitación a la biblioteca. Cuando vuelvo abro el armario, bueno, la única puerta que permanece cerrada y saco las únicas pertenencias que tengo. A parte de la espada y el hacha no tengo nada más que la ropa que traje cuando me cosecharon, la cual había dejado de servirme desde que me transformé. La guardaba como mero recuerdo, y ahora me surge la duda sobre lo que debería hacer con ella. Sujeto la chaqueta y la observo durante unos instantes con algo de nostalgia. Pero al mirarla caigo en la cuenta de algo. Ya sabía lo que tenía que hacer con aquella ropa. Maldigo mentalmente por no haberme dado cuenta antes, aunque también es cierto que al estar ahí metida en el armario siempre no solía acordarme de ella. Recojo todas las cosas y las amontono para llevarlas abajo. Sólo quedaba una última cosa que hacer antes de abandonar aquella habitación.
-Ha sido un placer tener a un armario claustrofóbico de compañero de habitación. Al principio era frustrante, pero luego te acostumbras a las excentricidades –digo mientras le doy un golpecito a la puerta siempre abierta como si estuviera dando una palmada en la espalda a alguien-. Espero que tu próximo inquilino no te cierre la puerta demasiado... y que la carcoma no te visite -digo en tono solemne para después soltar una risotada.
Recojo las escasas pertenencias que tengo y, asegurándome de que Odin me sigue, bajo las escaleras. Tras dejarlo todo en la sala me dirijo a la cocina, donde parece que ya está todo el mundo a juzgar por los retazos de conversación que escucho según me acerco. Al entrar veo que el Fuego Fatuo ya está preparando la comida y, tras saludar, me ofrezco a ayudarle. Un rato después nos encontramos sentados a la mesa y comiendo, la que para Giz, Gael y yo sería la última en Serpentaria. Al menos la última como habitantes de la Torre. Charlamos animadamente de los últimos preparativos para la mudanza mientras comemos. Tras dar buena cuenta de la comida y de haberlo limpiado todo, decido sacar del bolsillo el trozo de pergamino que había copiado anoche.
-Tengo que enseñaros algo. Ayer encontré este hechizo… Leedlo vosotros mismos y creo que entenderéis perfectamente por qué estoy tan contento de haberlo encontrado –digo sonriente mientras extiendo la nota sobre la mesa.
Ya que a partir del siguiente día no tendría los libros tan a mano como hasta ahora, había dedicado las últimas noches a leer más sobre los mundos vinculados y también ojeando libros de hechizos. La última noche me pongo a echar un último vistazo al que había llevado para la habitación, justo antes de dormir. Tras un buen rato, el nombre de un hechizo me llama la atención y comienzo a leer los detalles con interés. La emoción me embarga con el descubrimiento que acabo de hacer. Este hechizo podría ser la solución a algunos de mis problemas. Era bastante costoso, aunque a mi alcance, y sólo podría usarlo de forma moderada, pero sin duda iba a resultar muy útil. Me levanto de la cama de un salto y me dirijo a la mesa para copiarlo en un trozo de pergamino.
-Odin, es genial, mañana tengo que enseñárselo a los demás –digo sonriente mientras cojo al gato en brazos y lo lanzo al aire ligeramente para volver a recogerlo.
Odin me mira con una expresión que parece querer decir “¿qué haces, idiota?”, pero por una vez no me araña. Me dispongo a dormir de buen humor y con ganas de que llegue el día siguiente.
Por la mañana me levanto algo tarde debido al cansancio acumulado de toda la semana y la tranquilidad de saber que no hay que madrugar para ir a los entrenamientos o para reformar el cuchitril. Tras vestirme lo primero que hago es llevar los libros que tengo en la habitación a la biblioteca. Cuando vuelvo abro el armario, bueno, la única puerta que permanece cerrada y saco las únicas pertenencias que tengo. A parte de la espada y el hacha no tengo nada más que la ropa que traje cuando me cosecharon, la cual había dejado de servirme desde que me transformé. La guardaba como mero recuerdo, y ahora me surge la duda sobre lo que debería hacer con ella. Sujeto la chaqueta y la observo durante unos instantes con algo de nostalgia. Pero al mirarla caigo en la cuenta de algo. Ya sabía lo que tenía que hacer con aquella ropa. Maldigo mentalmente por no haberme dado cuenta antes, aunque también es cierto que al estar ahí metida en el armario siempre no solía acordarme de ella. Recojo todas las cosas y las amontono para llevarlas abajo. Sólo quedaba una última cosa que hacer antes de abandonar aquella habitación.
-Ha sido un placer tener a un armario claustrofóbico de compañero de habitación. Al principio era frustrante, pero luego te acostumbras a las excentricidades –digo mientras le doy un golpecito a la puerta siempre abierta como si estuviera dando una palmada en la espalda a alguien-. Espero que tu próximo inquilino no te cierre la puerta demasiado... y que la carcoma no te visite -digo en tono solemne para después soltar una risotada.
Recojo las escasas pertenencias que tengo y, asegurándome de que Odin me sigue, bajo las escaleras. Tras dejarlo todo en la sala me dirijo a la cocina, donde parece que ya está todo el mundo a juzgar por los retazos de conversación que escucho según me acerco. Al entrar veo que el Fuego Fatuo ya está preparando la comida y, tras saludar, me ofrezco a ayudarle. Un rato después nos encontramos sentados a la mesa y comiendo, la que para Giz, Gael y yo sería la última en Serpentaria. Al menos la última como habitantes de la Torre. Charlamos animadamente de los últimos preparativos para la mudanza mientras comemos. Tras dar buena cuenta de la comida y de haberlo limpiado todo, decido sacar del bolsillo el trozo de pergamino que había copiado anoche.
-Tengo que enseñaros algo. Ayer encontré este hechizo… Leedlo vosotros mismos y creo que entenderéis perfectamente por qué estoy tan contento de haberlo encontrado –digo sonriente mientras extiendo la nota sobre la mesa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
25/11/12, 09:32 pm
Giz se había levantado con bastante buen ánimo nada más salir el sol. Hoy era el día en que se mudaban a su recién apañado cuchitril y la sola idea de cambiar de lugar le alegraba. << Nuevos aires... >>. De la torre echaría de menos muchas cosas, como la biblioteca, el no tener que pensar en salir a por comida o la compañía de los que se habían decidido quedar. Sin embargo, aún con eso, no le importaba demasiado dejar serpentaria atrás. Era un sitio más, lo importante era la "tribu", y en este caso, la tribu vendría con él. Solo se quedaban Nia, Matt y Tsusu y todavía los vería a diario en los entrenamientos.
Dio una palmada, entonó un hechizo y todos los libros que había desperdigados por la habitación se fueron cerrando, levitaron hacia la mesa y se fueron apilando los unos sobre los otros. La cabra gruñó al asreniano y este le devolvió el gruñido con expresión alegre. El animal había cogido la costumbre de camuflarse haciendo aparecer a su alrededor varias ilusiones como pilas de libros revueltas y ahora que Giz se los llevaba, probablemente viera en peligro su técnica.
-Ni que te tuvieras que esconder de nadie aquí-le habló Giz, aunque la cabra no pudiera entenderle.
Tras eso, barnizó los libros con un hechizo de intangibilidad y los hizo volar hacia arriba. Había hecho el trayecto tantas veces, que sabía de sobra dónde finalizar el conjuro para que los libros cayeran en el suelo y no sobre nadie ni se encayaran en las estanterías. Luego, se acercó a la caja de cartón donde había metido a los tres últimos gatos que quedaban con él y la recubrió de varios hechizos protectores y un par de runas de limpieza, que se activarían en caso de que los animalillos no pudieran contener sus necesidades fisiológicas. Hizo levitar sobre él la caja y, finalmente, realizó un encantamiento de olor sobre sí mismo. Era olor a carne asada y la mejor manera de que la tozuda cabra lo siguiera sin demasiados miramientos.
Con todo su equipaje listo, que no era nada más aparte de los animales y la ropa que llevaba puesta, bajó a la cocina, dónde estaban el resto de sus compañeros. Se hizo unas tostadas rápidas y se sentó con ellos y hablaron durante un rato de todo un poco, hasta que Noel les enseñó un hechizo que había encontrado.
-Oh, eso va a ser bueno para tus...-se señaló a ambos lados de la cara y dio por entendida su frase, pues se le acababa de atascar una cartilaginosa palabra y no le salía por más que el asreniano hiciera memoria-. ¿Sabéis? Hoy somos un poco como los tres cerditos-comentó poco después, cuando ya había pasado varios cambios de tema.
Dio una palmada, entonó un hechizo y todos los libros que había desperdigados por la habitación se fueron cerrando, levitaron hacia la mesa y se fueron apilando los unos sobre los otros. La cabra gruñó al asreniano y este le devolvió el gruñido con expresión alegre. El animal había cogido la costumbre de camuflarse haciendo aparecer a su alrededor varias ilusiones como pilas de libros revueltas y ahora que Giz se los llevaba, probablemente viera en peligro su técnica.
-Ni que te tuvieras que esconder de nadie aquí-le habló Giz, aunque la cabra no pudiera entenderle.
Tras eso, barnizó los libros con un hechizo de intangibilidad y los hizo volar hacia arriba. Había hecho el trayecto tantas veces, que sabía de sobra dónde finalizar el conjuro para que los libros cayeran en el suelo y no sobre nadie ni se encayaran en las estanterías. Luego, se acercó a la caja de cartón donde había metido a los tres últimos gatos que quedaban con él y la recubrió de varios hechizos protectores y un par de runas de limpieza, que se activarían en caso de que los animalillos no pudieran contener sus necesidades fisiológicas. Hizo levitar sobre él la caja y, finalmente, realizó un encantamiento de olor sobre sí mismo. Era olor a carne asada y la mejor manera de que la tozuda cabra lo siguiera sin demasiados miramientos.
Con todo su equipaje listo, que no era nada más aparte de los animales y la ropa que llevaba puesta, bajó a la cocina, dónde estaban el resto de sus compañeros. Se hizo unas tostadas rápidas y se sentó con ellos y hablaron durante un rato de todo un poco, hasta que Noel les enseñó un hechizo que había encontrado.
-Oh, eso va a ser bueno para tus...-se señaló a ambos lados de la cara y dio por entendida su frase, pues se le acababa de atascar una cartilaginosa palabra y no le salía por más que el asreniano hiciera memoria-. ¿Sabéis? Hoy somos un poco como los tres cerditos-comentó poco después, cuando ya había pasado varios cambios de tema.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
26/11/12, 12:57 am
Mientras cortaba algunas verduras para comer –ahora con los guantes puestos siempre– llegaron Giz y Noel a la cocina, también ya listos. El último se puso también a preparar la comida y en poco rato estábamos comiendo y charlando. Matt y Nia también se habían sumado, y estuvimos comiendo y charlando hasta la hora de irse. Noel además nos enseñó un hechizo muy apropiado. Al leerlo empiezo a sonreír.
–¡Vaya! ¡Es una muy buena opción! Ni se me habría ocurrido –no tengo ni idea de qué libro habría venido, no me suena, pero tampoco puedo recordar todo lo que he leído aquí. Es una lástima dejar atrás tantos libros, pero con el tiempo suficiente seguro que podemos llegar a leerlos todos.
Después de seguir hablando un poco, Giz nos dice que somos como los tres cerditos. Me quedo en silencio un momento y luego suelto una breve carcajada que ahogo enseguida.
–¿Y eso? A ver si no viene Hannah a soplar hasta tirarnos el cuchitril.
Al terminar de recoger los platos y la comida, solo quedaba coger los equipajes y marcharse. Antes de irnos recordamos a Matt y Nia que la fiesta de inauguración empezará al anochecer. Cogemos alguna comida –la última, tampoco era tan grave llevarse una poca para ir tirando– y mientras yo subo a poseer todos los cadáveres que tengo. El más grande carga el ataúd, y el resto de pertenencias se reparten entre los que están en mejor estado. Al llegar abajo parecemos una comitiva mucho mayor, y atravesamos la puerta dejando Serpentaria a nuestra espalda. A mí me recuerda a alguna escena de película, y me hace gracia. Muy solemne todo, pero aun así no era una despedida total ni nada parecido, volveríamos por allí a menudo.
Sigue en El Cuchitril .
–¡Vaya! ¡Es una muy buena opción! Ni se me habría ocurrido –no tengo ni idea de qué libro habría venido, no me suena, pero tampoco puedo recordar todo lo que he leído aquí. Es una lástima dejar atrás tantos libros, pero con el tiempo suficiente seguro que podemos llegar a leerlos todos.
Después de seguir hablando un poco, Giz nos dice que somos como los tres cerditos. Me quedo en silencio un momento y luego suelto una breve carcajada que ahogo enseguida.
–¿Y eso? A ver si no viene Hannah a soplar hasta tirarnos el cuchitril.
Al terminar de recoger los platos y la comida, solo quedaba coger los equipajes y marcharse. Antes de irnos recordamos a Matt y Nia que la fiesta de inauguración empezará al anochecer. Cogemos alguna comida –la última, tampoco era tan grave llevarse una poca para ir tirando– y mientras yo subo a poseer todos los cadáveres que tengo. El más grande carga el ataúd, y el resto de pertenencias se reparten entre los que están en mejor estado. Al llegar abajo parecemos una comitiva mucho mayor, y atravesamos la puerta dejando Serpentaria a nuestra espalda. A mí me recuerda a alguna escena de película, y me hace gracia. Muy solemne todo, pero aun así no era una despedida total ni nada parecido, volveríamos por allí a menudo.
Sigue en El Cuchitril .
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
27/11/12, 06:41 pm
Nia
La ulterana se sentia estupidamente triste. El que dejasen aquella torre para mudarse a otro lugar. Sabia de sobra que no iba a perder el contacto con ellos y que les veria todos los dias en los entrenamientos y tambien dijeron de visitar de vez en cuando la torre. Pero no tenia mucha confianza en si misma y sabria que se sentiria sola, como lo habia estado en el mar, solo que sin la comodidad que este le aportaba. Suspiró mientras sacaba una sonrisa y se despedia con la mano. Los chicos les recordaron que iban a inagurar con una fiesta su nueva casa, situada al norte de la ciudad. Cuando se perdieron en la lejania, se giró hacia los demás, algo vacilante y se rasco la sien. Se disculpo ante ellos y dijo que estaria en su cuarto hasta la noche, cuando tendrian que partir hacia la fiesta.
Nia se pasó el día sumergida en el agua, pensando en sus cosas y organizando sus pensamientos e ideas. Tenia claro sus sueños y ambiciones y no queria que nada de aquello le afectase. Sin embargo... Quizás habria una manera de poder encontrar su propio camino sin tener que abandonar todo lo que queria. El sol comenzó a caer cuando Nia comenzó a prepararse. Ya que era una fiesta, le apetecia ir algo diferente de lo habitual. Se colocó el pelo a un lado, haciendose una coleta que caia por su hombro izquierdo. Su habitual ropaje era de otro color. Las mangas estaban abiertas y revelaban sus hombros. Una decoracion de guantes con los dedos al aire. En sus orejas dos conchas alargadas y finas hacian las veces de pendientes. El ropaje caia más allá de la falda y dejaba un gracil susurro de seda. Un ligero maquillaje bajo sus ojos y una risilla, estaba lista. Bajó y vio como los demás ya estaban listos.
-¡Vayamos!-dijo animada.
Continua en el Cuchitril
La ulterana se sentia estupidamente triste. El que dejasen aquella torre para mudarse a otro lugar. Sabia de sobra que no iba a perder el contacto con ellos y que les veria todos los dias en los entrenamientos y tambien dijeron de visitar de vez en cuando la torre. Pero no tenia mucha confianza en si misma y sabria que se sentiria sola, como lo habia estado en el mar, solo que sin la comodidad que este le aportaba. Suspiró mientras sacaba una sonrisa y se despedia con la mano. Los chicos les recordaron que iban a inagurar con una fiesta su nueva casa, situada al norte de la ciudad. Cuando se perdieron en la lejania, se giró hacia los demás, algo vacilante y se rasco la sien. Se disculpo ante ellos y dijo que estaria en su cuarto hasta la noche, cuando tendrian que partir hacia la fiesta.
Nia se pasó el día sumergida en el agua, pensando en sus cosas y organizando sus pensamientos e ideas. Tenia claro sus sueños y ambiciones y no queria que nada de aquello le afectase. Sin embargo... Quizás habria una manera de poder encontrar su propio camino sin tener que abandonar todo lo que queria. El sol comenzó a caer cuando Nia comenzó a prepararse. Ya que era una fiesta, le apetecia ir algo diferente de lo habitual. Se colocó el pelo a un lado, haciendose una coleta que caia por su hombro izquierdo. Su habitual ropaje era de otro color. Las mangas estaban abiertas y revelaban sus hombros. Una decoracion de guantes con los dedos al aire. En sus orejas dos conchas alargadas y finas hacian las veces de pendientes. El ropaje caia más allá de la falda y dejaba un gracil susurro de seda. Un ligero maquillaje bajo sus ojos y una risilla, estaba lista. Bajó y vio como los demás ya estaban listos.
-¡Vayamos!-dijo animada.
Continua en el Cuchitril
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
19/01/13, 05:24 pm
Tras visitar a los nuevos cosechados volvimos cada uno a nuestros respectivos lugares. En realidad me mantuve en silencio durante casi toda la travesía por que en cierto modo me daban pena los cosechados, me gustaría ayudarles para evitar lo ocurrido en mi cosecha. Pero las leyes son las leyes y aprecio demasiado mi vida. Aunque he votado que casi todos sobreviven menos el pobre tullido y aquel flacucho pálido de Letargo que parecía algo enfermo.
Al separarme de los chicos les digo que prueben en condiciones al golem y que si ven que hay algún problema me lo digan para arreglarlo. Me dirijo solo hacia Serpentaria pues Nia tenia asuntos húmedos que atender y a mi la idea de mojarme no me hace mucha gracia. Ceno con los chicos comentándoles mis expectativas sobre los cosechados y haciendo un par de pullas para ver quien voto por mi y de que manera pero al parecer todos se mantienen reacios a soltar prenda.
A la mañana siguiente desayune corriendo y me subí a la biblioteca donde estuve estudiándome el libro de runas a conciencia. Solo hice un descanso para comer cuando Tsusu subió a por mi pero nada mas terminar recogí los platos y me volví a enfrascar en mis lecturas. Cuando me quise dar cuenta estaba a menos de dos horas de la cena que habían preparado los chicos del cuchitril por lo que voy rápidamente a engalanarme.
Me pongo la túnica y las zapatillas que ya andan algo rotas."Tengo que hacerme con unas sandalias." Pienso mientras veo las zapatillas. Esas DC´s negras que me habían acompañado desde el principio ya estaban preparadas para jubilarse pero necesitaba dinero y solo conocía una forma para conseguirlo.
Guardo una pequeña cantidad de arena en el saquito y me recubro de arena el cuerpo para tener reservas "Mejor prevenir que curar, últimamente nunca se sabe que te puede intentar comer por aquí." Digo mirándome los brazos y pensando en lo poco apetitoso que debo de ser a vista ajena. Cojo otro montón de arena y sonrío mientras modelo con las manos la forma de un gatito exactamente del mismo tamaño que los gatos del cuchitril. Me he percatado que me es muchísimo mas sencillo modelar la arena con mis propias manos. Pongo unas runas de movimiento en el gato para que sea algo mas independiente y para mi agrado el gato se mueve bastante bien. "No es tan difícil poner runas." Pienso mientras veo como el gato se lame las patas y se estira. -Muy bien enano. Nos vamos, que por una vez no quiero ser el ultimo en llegar.- Salgo de serpentaria con mi gato arenoso con rumbo hacia el cuchitril.
Sigo en el Cuchitril
Al separarme de los chicos les digo que prueben en condiciones al golem y que si ven que hay algún problema me lo digan para arreglarlo. Me dirijo solo hacia Serpentaria pues Nia tenia asuntos húmedos que atender y a mi la idea de mojarme no me hace mucha gracia. Ceno con los chicos comentándoles mis expectativas sobre los cosechados y haciendo un par de pullas para ver quien voto por mi y de que manera pero al parecer todos se mantienen reacios a soltar prenda.
A la mañana siguiente desayune corriendo y me subí a la biblioteca donde estuve estudiándome el libro de runas a conciencia. Solo hice un descanso para comer cuando Tsusu subió a por mi pero nada mas terminar recogí los platos y me volví a enfrascar en mis lecturas. Cuando me quise dar cuenta estaba a menos de dos horas de la cena que habían preparado los chicos del cuchitril por lo que voy rápidamente a engalanarme.
Me pongo la túnica y las zapatillas que ya andan algo rotas."Tengo que hacerme con unas sandalias." Pienso mientras veo las zapatillas. Esas DC´s negras que me habían acompañado desde el principio ya estaban preparadas para jubilarse pero necesitaba dinero y solo conocía una forma para conseguirlo.
Guardo una pequeña cantidad de arena en el saquito y me recubro de arena el cuerpo para tener reservas "Mejor prevenir que curar, últimamente nunca se sabe que te puede intentar comer por aquí." Digo mirándome los brazos y pensando en lo poco apetitoso que debo de ser a vista ajena. Cojo otro montón de arena y sonrío mientras modelo con las manos la forma de un gatito exactamente del mismo tamaño que los gatos del cuchitril. Me he percatado que me es muchísimo mas sencillo modelar la arena con mis propias manos. Pongo unas runas de movimiento en el gato para que sea algo mas independiente y para mi agrado el gato se mueve bastante bien. "No es tan difícil poner runas." Pienso mientras veo como el gato se lame las patas y se estira. -Muy bien enano. Nos vamos, que por una vez no quiero ser el ultimo en llegar.- Salgo de serpentaria con mi gato arenoso con rumbo hacia el cuchitril.
Sigo en el Cuchitril
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
29/03/13, 09:07 pm
Tras un rato mas entrenando decido dar por terminada la jornada despidiéndome de los chicos y la parejita y me encamino hacia Serpentaria pensando en que podría hacer para mañana. "Joder. Esto promete ser interesante."
Ceno malamente y les comento a los de Serpentaria mis planes de mañana aunque no parecen estar muy interesados. Subo a mi cuarto cuando me choco con Tsusu que parece estar algo preocupado metido en su mundo. -Ostia Tsu, lo siento. Tienes que fijarte mas por donde vuelas chiquino, podrías hacerte daño hombre.- El choque hace que me plantee una idea que no se me había pasado antes por la cabeza. "Matt... mierda gilipollas. Puede ser peligroso. Tengo que protegerme de alguna manera por que esta túnica no hace mucho que se diga." -Perdona Matt, iba a subir a la biblioteca y no miraba.- Miro a Tsusu y le sonrío. -Ostia pues....Podías hacerme un favorcito ya que vas para arriba. ¿Me traes mi libro de runas porfa? Debe de estar en la mesa donde lo dejé.- Le digo en tono mono. -Claro si si si, ahora te lo llevo en un momento.- Me dice Tsusu saliendo volando rapido hacia la biblioteca. -Que energía tiene el desgraciado siempre.- Digo para mi mientras le veo desaparecer rápidamente por la puerta que sube al piso del arriba.
Entro en mi mini desierto particular y hundo los pies en la arena. Me dejo caer de culo al suelo pero me frena la caída un cumulo de arena que se eleva y toma forma de sillón orejero. -O dios.. que comodidad.- En ese momento llaman a la puerta por lo que me levanto y la abro. Tsusu esta revoloteando con el libro que es casi mas grande que él. -Gracias tio.- Le digo mientras se marcha y cierro la puerta. -Bueno a ver que puedo hacer con esto.- Digo mientras me siento en el sillón y ojeo el libro buscando alguna que otra runa no muy complicada y que merezca la pena y tras una media hora devanándome los sesos consigo encontrar algunas bastante interesantes.
-Bueno.. a ver como hago esto.- Levanto un huevo de arena de mi altura y comienzo a moldearlo como haciendo un maniquí. El cuerpo esta terminado y una vez acabado comienzo a escribir las runas en el maniquí. Son runas básicas de protección por si tuviera algún problema. -Esta aquí... Esta por aquí... O mierda.. Esta no es así.- Tras un buen rato las runas están completas. Fijo la forma de maniquí para que no se disuelva por la noche y me meto en la arena para dormir. "Espero que funcionen. A decir verdad, aun no estoy muy seguro con esto de usar runas pero funcionaron bien con el golem y con los demás bichitos. Es hora de probarlas en mi."
A la mañana siguiente me despierto mas temprano de lo habitual para bajar a desayunar. Esta mañana tengo bastante hambre por lo que desayuno bastante bien y me subo a mi cuarto de nuevo para prepararme para irme. Me pongo enfrente del maniquí con las runas y bostezo. -Bueno, al lio.- Pongo la palma de mi mano sobre el maniquí que comienza a disolverse subiendo por mi brazo cubriendo todo mi cuerpo con una capa de arena y las runas impresas en ellas. Tras colocar la capa de arena sobre mi cuerpo me muevo un poco comprobando que no me cuesta hacerlo. -Perfecto. Como un guante.- Digo mirándome los brazos. "Pero se ven las runas. Que feas. Voy a taparlo un poco." Miro al maniquí ahora sin runas y chasqueo los dedos haciendo que otra capa de arena salga del muñeco y se plante sobre mi cuerpo tapando las runas.
-Genial. Nos vamos.- Digo mientras me pongo la túnica y las zapatillas. Veo al muñeco que, tras quitarle arena, se ha quedado un poco mermado por lo que lo miro con cara de pena y entre risas me dirijo a donde esta de pie esperando. -Joder, que penica das macho. A ver que lo arregle- Hago movimientos circulares con la mano haciendo que un cumulo de arena se arremoline en torno al maniquí mientras que se recubre de nuevo. -Bueno, ahora si que si, nos vamos.- Salgo de Serpentaria silbando una cancioncilla con mi muñeco flotando en dirección al cuchitril para irnos de misión.
"¡Sandalias, allá voy!"
Sigue en Luna Alta.
Ceno malamente y les comento a los de Serpentaria mis planes de mañana aunque no parecen estar muy interesados. Subo a mi cuarto cuando me choco con Tsusu que parece estar algo preocupado metido en su mundo. -Ostia Tsu, lo siento. Tienes que fijarte mas por donde vuelas chiquino, podrías hacerte daño hombre.- El choque hace que me plantee una idea que no se me había pasado antes por la cabeza. "Matt... mierda gilipollas. Puede ser peligroso. Tengo que protegerme de alguna manera por que esta túnica no hace mucho que se diga." -Perdona Matt, iba a subir a la biblioteca y no miraba.- Miro a Tsusu y le sonrío. -Ostia pues....Podías hacerme un favorcito ya que vas para arriba. ¿Me traes mi libro de runas porfa? Debe de estar en la mesa donde lo dejé.- Le digo en tono mono. -Claro si si si, ahora te lo llevo en un momento.- Me dice Tsusu saliendo volando rapido hacia la biblioteca. -Que energía tiene el desgraciado siempre.- Digo para mi mientras le veo desaparecer rápidamente por la puerta que sube al piso del arriba.
Entro en mi mini desierto particular y hundo los pies en la arena. Me dejo caer de culo al suelo pero me frena la caída un cumulo de arena que se eleva y toma forma de sillón orejero. -O dios.. que comodidad.- En ese momento llaman a la puerta por lo que me levanto y la abro. Tsusu esta revoloteando con el libro que es casi mas grande que él. -Gracias tio.- Le digo mientras se marcha y cierro la puerta. -Bueno a ver que puedo hacer con esto.- Digo mientras me siento en el sillón y ojeo el libro buscando alguna que otra runa no muy complicada y que merezca la pena y tras una media hora devanándome los sesos consigo encontrar algunas bastante interesantes.
-Bueno.. a ver como hago esto.- Levanto un huevo de arena de mi altura y comienzo a moldearlo como haciendo un maniquí. El cuerpo esta terminado y una vez acabado comienzo a escribir las runas en el maniquí. Son runas básicas de protección por si tuviera algún problema. -Esta aquí... Esta por aquí... O mierda.. Esta no es así.- Tras un buen rato las runas están completas. Fijo la forma de maniquí para que no se disuelva por la noche y me meto en la arena para dormir. "Espero que funcionen. A decir verdad, aun no estoy muy seguro con esto de usar runas pero funcionaron bien con el golem y con los demás bichitos. Es hora de probarlas en mi."
A la mañana siguiente me despierto mas temprano de lo habitual para bajar a desayunar. Esta mañana tengo bastante hambre por lo que desayuno bastante bien y me subo a mi cuarto de nuevo para prepararme para irme. Me pongo enfrente del maniquí con las runas y bostezo. -Bueno, al lio.- Pongo la palma de mi mano sobre el maniquí que comienza a disolverse subiendo por mi brazo cubriendo todo mi cuerpo con una capa de arena y las runas impresas en ellas. Tras colocar la capa de arena sobre mi cuerpo me muevo un poco comprobando que no me cuesta hacerlo. -Perfecto. Como un guante.- Digo mirándome los brazos. "Pero se ven las runas. Que feas. Voy a taparlo un poco." Miro al maniquí ahora sin runas y chasqueo los dedos haciendo que otra capa de arena salga del muñeco y se plante sobre mi cuerpo tapando las runas.
-Genial. Nos vamos.- Digo mientras me pongo la túnica y las zapatillas. Veo al muñeco que, tras quitarle arena, se ha quedado un poco mermado por lo que lo miro con cara de pena y entre risas me dirijo a donde esta de pie esperando. -Joder, que penica das macho. A ver que lo arregle- Hago movimientos circulares con la mano haciendo que un cumulo de arena se arremoline en torno al maniquí mientras que se recubre de nuevo. -Bueno, ahora si que si, nos vamos.- Salgo de Serpentaria silbando una cancioncilla con mi muñeco flotando en dirección al cuchitril para irnos de misión.
"¡Sandalias, allá voy!"
Sigue en Luna Alta.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
24/04/13, 08:16 pm
Tras el encargo de Dama Aroma la semana se pasó bastante rápido. La bolsita de dinero que me había ganado la veía insuficiente por lo que preferí esperar un poco para irme de compras. Jack me pide ayuda para limpiar y derruir varios tabiques de lo que va a ser su bodega. Accedo y, a decir verdad, me lo paso en grande derribando a lo bestia con mi arena tabiques y aplastando a algún que otro monstruito. "Le estoy cogiendo gusto a esto de usar mi arena para espachurrar." Es la idea que me queda tras terminar el trabajo y recibir un pequeño incentivo económico por parte del vampiro. "Bien, con esto será mas que suficiente. No creo que me cobren mucho por unas sandalias." Pienso mientras me dirijo a Serpentaria con la sensación de un trabajo bien hecho en mi cuerpo
Tras el trabajo pasan unos días en los que mis objetivos se reduce a moldear y seguir practicando movimientos con las figuras de arena. Muñecos y varias bestias cuadrupedas se me comienzan a dar bastante bien.
Esa mañana me levanto con la idea de ir al mercado para mirarme por fin mi nuevo calzado. Desayuno rápidamente y me subo a mi cuarto. Me cubro el cuerpo con arena por si tuviese que utilizarla poniéndome mi túnica con la capucha dejando oculta por completo la cara mientras salgo de Serpentaria tarareando una cancioncilla inventada. Me acerco lentamente y ensimismado en mis pensamientos hacia el mercado.
Sigue en el Antiguo Mercado.
Tras el trabajo pasan unos días en los que mis objetivos se reduce a moldear y seguir practicando movimientos con las figuras de arena. Muñecos y varias bestias cuadrupedas se me comienzan a dar bastante bien.
Esa mañana me levanto con la idea de ir al mercado para mirarme por fin mi nuevo calzado. Desayuno rápidamente y me subo a mi cuarto. Me cubro el cuerpo con arena por si tuviese que utilizarla poniéndome mi túnica con la capucha dejando oculta por completo la cara mientras salgo de Serpentaria tarareando una cancioncilla inventada. Me acerco lentamente y ensimismado en mis pensamientos hacia el mercado.
Sigue en el Antiguo Mercado.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
25/05/13, 07:01 pm
Los días después de mi visita al mercado fueron una autentica monotonía. "Levantarme, comer, enredar con los libros, volver a comer, enredar con la arena y dormir. Tss Matt.. Quien te hubiera dicho que acabarías siendo una ameba casera... Con lo que tu eras Matt. Mírate, Haciendo muñecos de arena." Pienso mientras termino de moldear una pierna al muñeco que llevaba haciendo desde por la mañana.
El muñeco era como una mujer de arena. A decir verdad, últimamente era mas minucioso a la hora de hacer figuras con ella. Esta vez, tenia forma de una chica de mi estatura completamente calva y con expresiones faciales poco marcadas. Mi estomago comienza a rugir por lo que me levando del suelo y me rasco la cabeza. "Ostia que hambre. ¡Es cierto! Si yo hoy no he comido." Pienso mientras me pongo las chanclas y salgo de la habitación.
En el camino a la cocina me cruzo con Tsusu que, para variar, pasaba con un libro volando mas grande que él. -Hola.- Le digo mientras pasa por mi lado a lo que me responde con un gruñido y dos destellos verdes mientras seguía volando mirando la portada del libro. Llego a la cocina y me preparo una merienda bastante generosa con lo que voy viendo por la cocina. Me siento mirando a la nada disfrutando de mi merienda cuando un pájaro de trapo irrumpe en la cocina y se posa en la mesa dejando una carta.
"Esto es nuevo....." Pienso sonriendo dejando de comer para acercarme al pájaro.-¿Y esto?- Digo mientras cojo la carta y la abro. "¿Pero que?" Me pregunto mientras termino de leer la carta. "¡Anda tu!" Me digo mientras comienzo a pensar en el contenido de la carta. -¿Su Majestad? ¿Joder que nivelazo no?- Dejo la comida en busca de algún compañero para comentarle lo de la carta. Por lo que veo no soy el único en recibirla dado que todos tienen una. De pronto, comentando el motivo de la fiesta, me asalta una duda enormemente existencial. -¿Y que me pongo?- Comento a los presentes. Tras un rato de conversación vuelvo a subir a la habitación con la carta en la mano.
La dejo en la mesa y me giro hacia la muñeca. -Bueno... Habrá que ponerte guapa chica. Que nos vamos de cena chata.- Al pensar en eso la imagen de las cenas en el cuchitril y sus desenlaces. "Nah.. no creo que sean así en la corte si no... Voy a pensarme seriamente subir al castillo mas veces." El recordar el cuchtril me hizo pensar en los cuchitrileros. "¿Como irán ellos? ¿Les habrá llegado a ellos la carta también no?. -Venga que acabo esto y les hago una visita asi salgo a que me de un poco el aire.- Digo mientras que una nubecilla de arena se levanta al rededor de la muñeca y se coloca en la parte de la cabeza haciendo una larga melena lacia que le cae hasta el trasero.
-Hija péinate un poco.- Le digo riéndome mientras la veo en su totalidad y soplándole el pelo consigo que este tenga algo mas de volumen. -Bueno... Tu quédate por aquí chata que me tengo que ir.- Le digo mientras cojo la carta y me dirijo a la puerta. Conforme me dirijo a la salido un torrente de arena se mete por debajo de mi capa envolviendo mi cuerpo de un tomo de arena. -Miro a la esquina de la puerta y una especie de lobo de dos metros de largo y una cabeza alargada con una mandíbula algo mas grande lo que debería se levanta del suelo y se sienta esperando a que pase. -Te vienes conmigo.- Al pasar hago que el lobo salga detrás mía.
Mientras voy de camino al cuchitril releo la carta con una sonrisa en la cara. -Su majestad.- Digo entre dientes imaginándome como debe de ser el rey de Rocavarancolia.
Sigue en el Jardin de la Memoria.
El muñeco era como una mujer de arena. A decir verdad, últimamente era mas minucioso a la hora de hacer figuras con ella. Esta vez, tenia forma de una chica de mi estatura completamente calva y con expresiones faciales poco marcadas. Mi estomago comienza a rugir por lo que me levando del suelo y me rasco la cabeza. "Ostia que hambre. ¡Es cierto! Si yo hoy no he comido." Pienso mientras me pongo las chanclas y salgo de la habitación.
En el camino a la cocina me cruzo con Tsusu que, para variar, pasaba con un libro volando mas grande que él. -Hola.- Le digo mientras pasa por mi lado a lo que me responde con un gruñido y dos destellos verdes mientras seguía volando mirando la portada del libro. Llego a la cocina y me preparo una merienda bastante generosa con lo que voy viendo por la cocina. Me siento mirando a la nada disfrutando de mi merienda cuando un pájaro de trapo irrumpe en la cocina y se posa en la mesa dejando una carta.
"Esto es nuevo....." Pienso sonriendo dejando de comer para acercarme al pájaro.-¿Y esto?- Digo mientras cojo la carta y la abro. "¿Pero que?" Me pregunto mientras termino de leer la carta. "¡Anda tu!" Me digo mientras comienzo a pensar en el contenido de la carta. -¿Su Majestad? ¿Joder que nivelazo no?- Dejo la comida en busca de algún compañero para comentarle lo de la carta. Por lo que veo no soy el único en recibirla dado que todos tienen una. De pronto, comentando el motivo de la fiesta, me asalta una duda enormemente existencial. -¿Y que me pongo?- Comento a los presentes. Tras un rato de conversación vuelvo a subir a la habitación con la carta en la mano.
La dejo en la mesa y me giro hacia la muñeca. -Bueno... Habrá que ponerte guapa chica. Que nos vamos de cena chata.- Al pensar en eso la imagen de las cenas en el cuchitril y sus desenlaces. "Nah.. no creo que sean así en la corte si no... Voy a pensarme seriamente subir al castillo mas veces." El recordar el cuchtril me hizo pensar en los cuchitrileros. "¿Como irán ellos? ¿Les habrá llegado a ellos la carta también no?. -Venga que acabo esto y les hago una visita asi salgo a que me de un poco el aire.- Digo mientras que una nubecilla de arena se levanta al rededor de la muñeca y se coloca en la parte de la cabeza haciendo una larga melena lacia que le cae hasta el trasero.
-Hija péinate un poco.- Le digo riéndome mientras la veo en su totalidad y soplándole el pelo consigo que este tenga algo mas de volumen. -Bueno... Tu quédate por aquí chata que me tengo que ir.- Le digo mientras cojo la carta y me dirijo a la puerta. Conforme me dirijo a la salido un torrente de arena se mete por debajo de mi capa envolviendo mi cuerpo de un tomo de arena. -Miro a la esquina de la puerta y una especie de lobo de dos metros de largo y una cabeza alargada con una mandíbula algo mas grande lo que debería se levanta del suelo y se sienta esperando a que pase. -Te vienes conmigo.- Al pasar hago que el lobo salga detrás mía.
Mientras voy de camino al cuchitril releo la carta con una sonrisa en la cara. -Su majestad.- Digo entre dientes imaginándome como debe de ser el rey de Rocavarancolia.
Sigue en el Jardin de la Memoria.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
28/05/13, 09:21 pm
Tras un largo camino de vuelta llego a Serpentaria cuando la noche se adueña de la ciudad. -Tss... sube arriba y pasa de mi un ratito.- Le digo al lobo que ha vuelto a estar todo el camino casi pegado a mis piernas como un perro. Hago que la bestia suba las escaleras y me dirijo a la cocina para cenar algo. Comento con los presentes mi día de hoy cuando Dama Puente entra en la habitación saltando un bulto y me llama la atención.
-Matt... Sube tus cosas a tu cuarto que me llenan el pasillo de arena por favor.- Me dice mientras estoy disfrutando de mi postre. -¿Mis cosas?¿Que cosas?- Pregunto extrañado. "No recuerdo haber dejado a ninguna creación deambulando por la torre." Me levanto de la silla y alzo la vista a la puerta para ver extrañado como el lobo se encuentra acostado en el umbral de la cocina. -¿Pero tu que mierda haces ahí?- Me acerco a él y lo levanto. -Perdona hija pero pensé que lo había dejado arriba ahora lo subo.-
El lobo sube las escaleras conmigo y al llegar a mi habitación me deshago de la arena que acumulaba en mi cuerpo y hundo al lobo en la masa homogénea del suelo. -Ahora quédate ahí de verdad. ¿Entendido?.- Tras soltar toda la arena acumulada pongo mi vista en el cuerpo desnudo de la muñeca y sonrío. -Que plana me has quedado. Vamos a remediarlo.- La noche se me pasa volando mientras le pongo curvas a mi muñeca. Al acabar con ella parece tener el cuerpo de una mujer bien formada y con un busto de los que tener en cuenta. No eran unos pechos enormes pero si voluminosos. -Peeerfecto.- Digo tras un bostezo largo. -Pff Que sueño.- "Mejor dormirme un poco. Hoy ya he tenido demasiadas experiencias por hoy." Me introduzco en la arena y en pocos minutos estoy profundamente dormido.
Por la mañana un golpe en la puerta me hace despertar de mi sopor. -¿Pero que? Acho enserio... Moriros- Digo medio dormido mientras me doy la vuelta dentro de la arena. Otros golpes seguidos me terminan de espabilar haciéndome levantarme del suelo y gritar hacia la puerta. -¡Ya voy leches! ¡Un segundo! ¡joder que prisas por la mañana temprano.- Abro la puerta y Tsusu se encuentra revoloteando enfrente. -Buenas tardes Matt. ¿Me prestas el libro de runas? Necesito mirar unas referencias.- "¿Tardes?" Me pregunto mientras me rasco la cabeza. -¿Que hora es?- Le pregunto al enano volador mitigando mi cabreo. "Nunca me gustó que me despertaran y ahora no es diferente... Joder que putas prisas."-Es tarde Matt. Ya hemos comido todos. ¿Tu no tienes hambre?-
Las palabras de Tsusu me hacen espabilarme casi al instante. -¡Ostia mierda con la de cosas que tengo que hacer hoy!- Digo mientras salgo corriendo a buscar el libro. Lo encuentro en un momento y se lo doy a Tsusu. -Toma. Cuidamelo bien- Le digo seriamente. -No te preocupes. Siempre lo hago.- Me dice mientras se aleja revoloteando y dando destellos de colores.
-Bueno- Hago una pasa mirando al suelo. -Al cuchitril.- Tras centrarme chasqueo los dedos y una masa asciende del suelo formando de nuevo un lobo exactamente igual al que usé ayer. -Nos vamos.- Bajo rápido a la cocina y saco tres piezas de fruta y me la voy comiendo por el camino mientras me dirijo a mi destino.
Sigue en el Cuchitril.
-Matt... Sube tus cosas a tu cuarto que me llenan el pasillo de arena por favor.- Me dice mientras estoy disfrutando de mi postre. -¿Mis cosas?¿Que cosas?- Pregunto extrañado. "No recuerdo haber dejado a ninguna creación deambulando por la torre." Me levanto de la silla y alzo la vista a la puerta para ver extrañado como el lobo se encuentra acostado en el umbral de la cocina. -¿Pero tu que mierda haces ahí?- Me acerco a él y lo levanto. -Perdona hija pero pensé que lo había dejado arriba ahora lo subo.-
El lobo sube las escaleras conmigo y al llegar a mi habitación me deshago de la arena que acumulaba en mi cuerpo y hundo al lobo en la masa homogénea del suelo. -Ahora quédate ahí de verdad. ¿Entendido?.- Tras soltar toda la arena acumulada pongo mi vista en el cuerpo desnudo de la muñeca y sonrío. -Que plana me has quedado. Vamos a remediarlo.- La noche se me pasa volando mientras le pongo curvas a mi muñeca. Al acabar con ella parece tener el cuerpo de una mujer bien formada y con un busto de los que tener en cuenta. No eran unos pechos enormes pero si voluminosos. -Peeerfecto.- Digo tras un bostezo largo. -Pff Que sueño.- "Mejor dormirme un poco. Hoy ya he tenido demasiadas experiencias por hoy." Me introduzco en la arena y en pocos minutos estoy profundamente dormido.
Por la mañana un golpe en la puerta me hace despertar de mi sopor. -¿Pero que? Acho enserio... Moriros- Digo medio dormido mientras me doy la vuelta dentro de la arena. Otros golpes seguidos me terminan de espabilar haciéndome levantarme del suelo y gritar hacia la puerta. -¡Ya voy leches! ¡Un segundo! ¡joder que prisas por la mañana temprano.- Abro la puerta y Tsusu se encuentra revoloteando enfrente. -Buenas tardes Matt. ¿Me prestas el libro de runas? Necesito mirar unas referencias.- "¿Tardes?" Me pregunto mientras me rasco la cabeza. -¿Que hora es?- Le pregunto al enano volador mitigando mi cabreo. "Nunca me gustó que me despertaran y ahora no es diferente... Joder que putas prisas."-Es tarde Matt. Ya hemos comido todos. ¿Tu no tienes hambre?-
Las palabras de Tsusu me hacen espabilarme casi al instante. -¡Ostia mierda con la de cosas que tengo que hacer hoy!- Digo mientras salgo corriendo a buscar el libro. Lo encuentro en un momento y se lo doy a Tsusu. -Toma. Cuidamelo bien- Le digo seriamente. -No te preocupes. Siempre lo hago.- Me dice mientras se aleja revoloteando y dando destellos de colores.
-Bueno- Hago una pasa mirando al suelo. -Al cuchitril.- Tras centrarme chasqueo los dedos y una masa asciende del suelo formando de nuevo un lobo exactamente igual al que usé ayer. -Nos vamos.- Bajo rápido a la cocina y saco tres piezas de fruta y me la voy comiendo por el camino mientras me dirijo a mi destino.
Sigue en el Cuchitril.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.