Torre Serpentaria (Archivo I)
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Administración
23 participantes
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Torre Serpentaria (Archivo I)
17/10/11, 03:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
18/10/12, 07:10 pm
-Totalmente de acuerdo –respondo a Noel cuando sugiere matar a Vac. Y cuando posteriormente sugiere señalarlo dejo todo lo que tengo en las manos y lo señalo con ambas. Incluso me alzo sobre la silla y extiendo el dedo gordo del pie que no se estrelló contra la mesita en dirección a la cara de Vac.
Poco después, y sin previo aviso, Jack se materializa en la cocina. Me quedo sorprendido hasta que me doy cuenta de que es él, y trato de disimular para que no pueda regocijarse.
-Le recordamos al señor Jack que existe la posibilidad de llamar a la puerta –murmuro poniendo voz de teleoperador a modo de saludo, mientras vuelvo a lo que queda de mi última tostada. El entrante me ha abierto el apetito, porque las cosas que Vac empieza a preparar desprenden un olor delicioso que hace que mi estómago grite pidiendo más comida. Ahora que lo recuerdo, ayer por culpa de los nervios cené muy poco.
La mesa empieza a llenarse de comida, que miro con los ojos como platos.
-Vac, ¿no te estarás pasando? ¿O es que celebramos algo y no me he enterado? –Me sirvo un poco de puré de patatas con huevo, cosa que no solía ocurrírseme desayunar, y escucho a Noel bromeando-. Si está envenenado, bienvenido sea igualmente –suelto antes de empezar a comer a dos carrillos-. Fe confde que no me quejo de que sea mucha cobida, folo ef raro.
Trago haciendo bastante ruido y sigo picando cosas de aquí y de allá sin decir nada. Últimamente se me está olvidando eso de tener educación en la mesa… ¡Pero es comida de Vac! Hacía milenios que no la comía. Nia también entra mientras Vac acaba de cocinar algunos platos y la saludo con la mano sin dejar de masticar.
La comida poco a poco va desapareciendo de la mesa, y mi estómago deja de protestar. Mientras envolvía un par de patatas fritas en un pedazo de panceta, escucho una pregunta de Wen que me hace levantar la cabeza del plato para mirarla primero a ella y después al aludido. No había vuelto a pensar en esa parte de la noche, quizá porque no quería que Noel se sintiera molesto por preguntar, quizá porque no sabía ni cómo abordarlo. Pero sí estaba preocupado, y en parte me alegró que fuera otra persona la que sacara el tema, aunque quizá de forma algo brusca.
Lo que Noel cuenta es más o menos lo que me esperaba, pero por cómo lo dice parece que le aflige bastante. Veo normal que pierda los estribos pero no sé cómo decírselo. Entiendo que tuvo que alejarse de todo aquel ruido, y aunque sí es cierto que nos preocupó, no creo que tenga que disculparse.
-Creo que todos lo entendemos, Noel –digo después de un rato-. No te preocupes, eso… es normal. Y estás bien, que es lo que importa. Eh, todos sabíamos que sabías cuidarte solo perfectamente. Si te reprocho algo, que sea que no me hayas traído algún resto del animal para mis experimentos –termino sonriéndole estúpidamente y me llevo un vaso a la boca para esconderme detrás.
Si intentaba quitar hierro al asunto, creo que he sonado como un cenutrio. «Y precisamente por eso no intenté sacar el tema» me reprocho.
Poco después, y sin previo aviso, Jack se materializa en la cocina. Me quedo sorprendido hasta que me doy cuenta de que es él, y trato de disimular para que no pueda regocijarse.
-Le recordamos al señor Jack que existe la posibilidad de llamar a la puerta –murmuro poniendo voz de teleoperador a modo de saludo, mientras vuelvo a lo que queda de mi última tostada. El entrante me ha abierto el apetito, porque las cosas que Vac empieza a preparar desprenden un olor delicioso que hace que mi estómago grite pidiendo más comida. Ahora que lo recuerdo, ayer por culpa de los nervios cené muy poco.
La mesa empieza a llenarse de comida, que miro con los ojos como platos.
-Vac, ¿no te estarás pasando? ¿O es que celebramos algo y no me he enterado? –Me sirvo un poco de puré de patatas con huevo, cosa que no solía ocurrírseme desayunar, y escucho a Noel bromeando-. Si está envenenado, bienvenido sea igualmente –suelto antes de empezar a comer a dos carrillos-. Fe confde que no me quejo de que sea mucha cobida, folo ef raro.
Trago haciendo bastante ruido y sigo picando cosas de aquí y de allá sin decir nada. Últimamente se me está olvidando eso de tener educación en la mesa… ¡Pero es comida de Vac! Hacía milenios que no la comía. Nia también entra mientras Vac acaba de cocinar algunos platos y la saludo con la mano sin dejar de masticar.
La comida poco a poco va desapareciendo de la mesa, y mi estómago deja de protestar. Mientras envolvía un par de patatas fritas en un pedazo de panceta, escucho una pregunta de Wen que me hace levantar la cabeza del plato para mirarla primero a ella y después al aludido. No había vuelto a pensar en esa parte de la noche, quizá porque no quería que Noel se sintiera molesto por preguntar, quizá porque no sabía ni cómo abordarlo. Pero sí estaba preocupado, y en parte me alegró que fuera otra persona la que sacara el tema, aunque quizá de forma algo brusca.
Lo que Noel cuenta es más o menos lo que me esperaba, pero por cómo lo dice parece que le aflige bastante. Veo normal que pierda los estribos pero no sé cómo decírselo. Entiendo que tuvo que alejarse de todo aquel ruido, y aunque sí es cierto que nos preocupó, no creo que tenga que disculparse.
-Creo que todos lo entendemos, Noel –digo después de un rato-. No te preocupes, eso… es normal. Y estás bien, que es lo que importa. Eh, todos sabíamos que sabías cuidarte solo perfectamente. Si te reprocho algo, que sea que no me hayas traído algún resto del animal para mis experimentos –termino sonriéndole estúpidamente y me llevo un vaso a la boca para esconderme detrás.
Si intentaba quitar hierro al asunto, creo que he sonado como un cenutrio. «Y precisamente por eso no intenté sacar el tema» me reprocho.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
18/10/12, 11:32 pm
El minino se me acercó a curiosear, pero luego se fue para los chavales mientras Wen me ofrecía el desayuno reconstituyente. Respondí con una media sonrisa, mosqueado por no poder probar lo que Vac cocina y la chica se dio cuenta a tiempo.
-No te preocupes, da igual.-y añado.-Huele que alimenta, suficiente.-finalizando con la sonrisa entera, aunque no sea del todo cierto.
La chica también le pregunta a Noel por su desaparición la noche anterior y este nos lo cuenta, aunque sin mucho detalle, pero lo suficiente. En parte me recuerda a mí al principio, pero él sigue pagando cara su transformación... << Risas... No había otra cosa que le hiciera daño, no, las risas... >>
-Nos preocupaste pero lo entendemos, claro que sí. Parece que no pero es un precio muy alto por la magia...
Matt luego salió a medir cuanta arena necesitaba y yo caí en que aún no terminé el encargo de Ourthal, así que aprovechando que Nia había bajado, le pregunto:
-Hey, Nia, oye... ¿Recuerdas lo de venirte de incursión a Libo para buscar unas plantas? ¿Te viene bien hoy?
-No te preocupes, da igual.-y añado.-Huele que alimenta, suficiente.-finalizando con la sonrisa entera, aunque no sea del todo cierto.
La chica también le pregunta a Noel por su desaparición la noche anterior y este nos lo cuenta, aunque sin mucho detalle, pero lo suficiente. En parte me recuerda a mí al principio, pero él sigue pagando cara su transformación... << Risas... No había otra cosa que le hiciera daño, no, las risas... >>
-Nos preocupaste pero lo entendemos, claro que sí. Parece que no pero es un precio muy alto por la magia...
Matt luego salió a medir cuanta arena necesitaba y yo caí en que aún no terminé el encargo de Ourthal, así que aprovechando que Nia había bajado, le pregunto:
-Hey, Nia, oye... ¿Recuerdas lo de venirte de incursión a Libo para buscar unas plantas? ¿Te viene bien hoy?
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
19/10/12, 12:11 pm
Vac observó complacido como los presentes disfrutaban del desayuno, saboreando los platos satisfechos, al menos los que podían comer comida normal. A algunos les extraño el repentino banquete, incluso Noel pregunto si estaba envenenado, pero Vac no respondió, se limito a sonreír sin más. Llevaban un rato comiendo cuando Wen pregunto a Noel sobre lo sucedido la noche anterior, en el intervalo de tiempo en el que el draco estuvo desaparecido. Noel se puso serio, meditando su respuesta, y un momento después empezó, algo vacilante al principio, a contar lo que le había pasado. Al hado no le extraño que las risas del público y la enorme cantidad de gente hubieran sido los culpables, pero no comentó nada sobre si el chico debería haberse aislado o no, eso había sido decisión suya, y el no le iba juzgar por ello. No dio muchos detalles sobre lo sucedido en el barrio derruido, pero no hacían falta, todos podían intuir que había pasado.
-Bueno, es agua pasada -dijo el hado, quitándole hierro al asunto mientras lamía una cuchara llena de puré de patata-. Al menos usaste bien esa maravilla de hacha -sonrió complacido-, estoy orgulloso -le dijo riendo en su mente.
Wen se había apuntado al viaje al desierto, pero el griego aun no había dicho si iría aun, se lo estaba pensando. Otro día ni siquiera se lo pensaría, pero había recordado que tenía unos asuntos pendientes, unos asuntos que no admitían demora. Aun sin decir nada termino de desayunar, empezando a retirar platos de la mesa pensativo, algo ausente de la conversación. Odin se le volvió a acercar, frotándose con las piernas de los que aun continuaban sentado a la mesa, para saltar luego a la encimera y quedársele mirando fijamente. Vac le devolvió la mirada expectante, y le lanzó un trozo de pescado. El gato lo atrapó y se lo comió complacido, pero cuando terminó se puso a bufar de nuevo al griego, saltando hacia su mano y tratando de arañarla furioso, sin resultado apreciable.
-Me pregunto que le he hecho yo al gato este –comentó, acariciándole tras las orejas cuando se calmó un poco, haciéndole ronronear un poco antes de que se alejara-, ¿es bipolar o algo? –preguntó con curiosidad-. En cualquier caso, no voy a poder acompañaros a la excursión de las arenas, tengo algunos asuntos pendientes –anunció cuando terminó de poner en orden la cocina-, solo vine a daros los buenos días –dijo con una sonrisa divertida-. Cuando salgáis para el desierto yo iré a resolver esos asuntos.
-Bueno, es agua pasada -dijo el hado, quitándole hierro al asunto mientras lamía una cuchara llena de puré de patata-. Al menos usaste bien esa maravilla de hacha -sonrió complacido-, estoy orgulloso -le dijo riendo en su mente.
Wen se había apuntado al viaje al desierto, pero el griego aun no había dicho si iría aun, se lo estaba pensando. Otro día ni siquiera se lo pensaría, pero había recordado que tenía unos asuntos pendientes, unos asuntos que no admitían demora. Aun sin decir nada termino de desayunar, empezando a retirar platos de la mesa pensativo, algo ausente de la conversación. Odin se le volvió a acercar, frotándose con las piernas de los que aun continuaban sentado a la mesa, para saltar luego a la encimera y quedársele mirando fijamente. Vac le devolvió la mirada expectante, y le lanzó un trozo de pescado. El gato lo atrapó y se lo comió complacido, pero cuando terminó se puso a bufar de nuevo al griego, saltando hacia su mano y tratando de arañarla furioso, sin resultado apreciable.
-Me pregunto que le he hecho yo al gato este –comentó, acariciándole tras las orejas cuando se calmó un poco, haciéndole ronronear un poco antes de que se alejara-, ¿es bipolar o algo? –preguntó con curiosidad-. En cualquier caso, no voy a poder acompañaros a la excursión de las arenas, tengo algunos asuntos pendientes –anunció cuando terminó de poner en orden la cocina-, solo vine a daros los buenos días –dijo con una sonrisa divertida-. Cuando salgáis para el desierto yo iré a resolver esos asuntos.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
19/10/12, 04:48 pm
El paseo entre la Sede y Serpentaria duró un poco más de lo previsto, pues Giz no se encontraba para andar a la carrera. La cabeza se le abotargaba a ratos sí y a ratos casi también. De hecho, tuvo que cerrar la gola para evitar sobrecargarse con demasiada información de golpe. Se sabía el camino y no creía que nadie hubiese puesto algún hechizo trampa justamente ahora. << Pero y si... >>. Abrió la gola un par de veces, en mitad del camino, solo para cerciorarse de que estaba en lo cierto.
Había ido caminando cabizbajo, pues sentía un ligero malestar mezcla de los síntomas recurrentes de la resaca y cierta incomodidad que no acababa de entender. Pero tenía que ver con Nasher, o eso creía. << No me entiendo... >>. Se pasó la mano por la frente y luego se encogió cuanto pudo en el interior de su poncho hasta que llegaron a la torre.
Entró sin llamar ni dar señales a los de dentro de que había llegado, dejó tiempo a que Nasher pasara antes de cerrar y abrió su gola para ocultar las marcas del cuello. No le apetecía tener que andar dando explicaciones y esa le pareció una buna manera. Buscó a sus compañeros, que resultaron esta bastante bien acompañados en la cocina, y se unió, tras un simple buenos días, a escuchar la conversación que mantenían como si siempre hubiera estado allí. << Asíque al desierto... >>. Se encogió de hombros y se recostó contra una de las paredes, aprovechando para evitar así algun posible tropezón. Su vista saltaba semiausente de baldosa en baldosa, de mueble en mueble, mientras pensaba en lo raro que era que le costara tanto alzar la mirada por si se cruzaba con la de Nasher. << Es solo que hace tiempo que no hablaba con un asreniano normal, que no fuera ranta, chiflado o estúpido. Es solo eso. Nada más >> se autoconvenció.
Había ido caminando cabizbajo, pues sentía un ligero malestar mezcla de los síntomas recurrentes de la resaca y cierta incomodidad que no acababa de entender. Pero tenía que ver con Nasher, o eso creía. << No me entiendo... >>. Se pasó la mano por la frente y luego se encogió cuanto pudo en el interior de su poncho hasta que llegaron a la torre.
Entró sin llamar ni dar señales a los de dentro de que había llegado, dejó tiempo a que Nasher pasara antes de cerrar y abrió su gola para ocultar las marcas del cuello. No le apetecía tener que andar dando explicaciones y esa le pareció una buna manera. Buscó a sus compañeros, que resultaron esta bastante bien acompañados en la cocina, y se unió, tras un simple buenos días, a escuchar la conversación que mantenían como si siempre hubiera estado allí. << Asíque al desierto... >>. Se encogió de hombros y se recostó contra una de las paredes, aprovechando para evitar así algun posible tropezón. Su vista saltaba semiausente de baldosa en baldosa, de mueble en mueble, mientras pensaba en lo raro que era que le costara tanto alzar la mirada por si se cruzaba con la de Nasher. << Es solo que hace tiempo que no hablaba con un asreniano normal, que no fuera ranta, chiflado o estúpido. Es solo eso. Nada más >> se autoconvenció.
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
19/10/12, 05:54 pm
Giz parecía nervioso, y Nasher podía notarlo. Esperaba no haberse pasado y que fuese por su culpa... Estuvo todo el camino pendiente del chico por si se tropezaba o se hacía daño, observando con curiosidad cada vez que decidía abrir la gola. Aquel chisme le, llamaba mucho la atención.
Tras un camino de incómodo silencio y cambios de piel aleatorios por puro entretenimiento llegaron a Serpentaria. Nasher entró primero y anunció su llegada con un fervoroso Buenos Días, colándose en lo que recordaba que era la cocina, donde parecía estar todo el mundo reunido. Y ese todo el mundo incluía a Wen y Matt
-¡Joder que bien huele eso!- exclamó acercándose a la mesa para admirar mejor el banquete. Sin pedir permiso cogió una salchicha y se la comió de un bocado mientras sus ojos paseaban glotones por el resto de platos- ¿Teneis algo para él?- preguntó señalando a Giz y mordiendo una tostada- No tiene buena cara y ha estado raro todo el camino...
Se encaramó en un banco y movió la cola tratando de atraer la atención del minino al que había visto por ahi rondando. Desviando de cuando en cuando l mirada hacia Giz, preocupado. Sobreoyó la idea de ir al desierto y se apuntó en seguida. Desierto... sería como volver a casa...
Tras un camino de incómodo silencio y cambios de piel aleatorios por puro entretenimiento llegaron a Serpentaria. Nasher entró primero y anunció su llegada con un fervoroso Buenos Días, colándose en lo que recordaba que era la cocina, donde parecía estar todo el mundo reunido. Y ese todo el mundo incluía a Wen y Matt
-¡Joder que bien huele eso!- exclamó acercándose a la mesa para admirar mejor el banquete. Sin pedir permiso cogió una salchicha y se la comió de un bocado mientras sus ojos paseaban glotones por el resto de platos- ¿Teneis algo para él?- preguntó señalando a Giz y mordiendo una tostada- No tiene buena cara y ha estado raro todo el camino...
Se encaramó en un banco y movió la cola tratando de atraer la atención del minino al que había visto por ahi rondando. Desviando de cuando en cuando l mirada hacia Giz, preocupado. Sobreoyó la idea de ir al desierto y se apuntó en seguida. Desierto... sería como volver a casa...
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
20/10/12, 05:21 pm
Wen escuchó las palabras de Noel mirándolo fijamente. Su intención no era incomodarlo, sino mostrar su interés, pero seguramente lo hubiera conseguido si no fuera porque el draco no miraba a nadie. A medida que iba hablando, Wen se daba cuenta de que todo eso ellos ya lo sabían o intuían, pero esperaba que decirlo en voz alta le estuviera ayudando a quitarse un peso de encima. Cuando el sueco terminó mirándola fijamente, Wen apartó la mirada hacia su plato, metiéndose en la boca otro trozo de pescado y patatas. La británica comió en silencio mientras sus amigos le regalaban palabras de ánimo al draco y, cuando todos estuvieron en silencio, ella por fin habló:
- Yo creo que eres tonto. - dijo tranquilamente, sin dejar de mirar su plato de comida la cual no dejaba de acercarse lentamente a la boca.- Ahora mismo estas molesto con tu reacción, pero yo creo que hay que tener mucha fuerza y valor para hacer lo que tú haces. Eres tonto si te crees débil por huir del dolor. - terminó la vouivre mirando fijamente al draco.
Tras aguantarle la mirada unos minutos, sin apenas pestañear, la británica se levantó de su asiento tranquilamente a fregar su plato y a refrescarse todas las partes de su cuerpo visibles. “Más vale prevenir que curar. El desierto no es un buen sitio para alguien que aprecia tanto la humedad como yo. Aunque tengo muchas ganas de verlo en persona.” Se recordó.
Cuando terminó, vió que Nasher y Giz habían llegado, a saber desde donde. Wen retomó su trabajo y les sirvió unas infusiones y unas tostadas.
- Es una infusión para la resaca. Nasher tu si quieres no te la bebas, pero tú, Giz, estás obligado. - les dijo en cuanto les entregó las tazas.- Aún os queda un poco de desayuno. Rapidito que en nada salimos al desierto. Que hay que ponerse morenos.
Cuando los asrenianos terminaron, se despidieron de Vacuum, Jack y Nia, que tenían cosas que hacer, y pusieron rumbo hacia el desierto.
Sigue en el Desierto Malyadar.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
20/10/12, 06:32 pm
Cuando todos dicen que entienden lo sucedido me limito a esbozar una media sonrisa. Ya suponía que me iban a decir algo así, pero estaba seguro de que ninguno comprendía cual era mi verdadera preocupación. Me río ante el comentario de Gael y le sonrío a Vac cuando dice que está orgulloso de mí. La última en hablar fue Wen, a quien miro cuando le escucho decir las primeras palabras. Según habla no puedo evitar desviar la mirada de ella con nerviosismo.
-Gracias… -es todo lo que logro articular cuando termina de hablar, sintiéndome bastante estúpido.
Noto como su mirada sigue sobre mí e intento aguantarla. Me revuelvo en el sitio incómodo y de vez en cuando tiro de las plumas de la barba en un gesto de nerviosismo. Probablemente mi incomodidad sea bastante evidente. Casi suspiro de alivio cuando por fin desvía su atención hacia otra cosa. << Perfecto, si querías quedar como un auténtico idiota lo estás haciendo muy bien >>, me reprocho a mí mismo.
Por suerte la entrada de Nasher y Giz me distrae.
-Hombre, pero si son el Capitán Lagartijo y Bola de Discoteca –los saludo alzando un brazo. Ante el evidente empanamiento de Giz no puedo evitar meterme con él.
-¿Qué has hecho con él, Nasher? Es como si lo hubiesen abducido los aliens –comento mientras termino los últimos bocados del desayuno.
Odín mientras tanto se había acercado a los asrenianos y se frotó contra Giz, quien apenas parece enterarse debido a su estado. Después se dedico a observar a Nasher fijamente.
Wen se encarga de darle una infusión a Giz por lo que seguramente pronto se encuentre mucho mejor. Mientras esperamos a que los dos lagartos terminen de comer me levanto.
-La conversación de hace un rato me ha recordado que debo limpiar mi hacha –digo mientras salgo de la cocina-. En cuanto vuelva estaré listo para irnos a esa excursión al desierto… Te perdono por ahora, Vac, porque el desayuno estaba demasiado delicioso –le digo al hado con una sonrisa maliciosa-. Ya te mataré otro día.
Me voy a mi habitación y limpio el arma sin pararme demasiado. Mientras lo hago pienso en lo sucedido hacía unos minutos. Sin duda las palabras de todos me habían animado bastante, pero no podía evitar seguir pensando en lo que para mí era el verdadero problema. Sabía que nunca podría hacerles daño porque era evidente que tenían recursos de sobra para detenerme, pero el hecho de pensar que pudiera llegar a descontrolarme de esa manera me aterraba. Nunca me lo perdonaría. Hasta la noche anterior no sabía que podía llegar a acumular tanta ira… Según termino de limpiarla decido que no es el momento de ponerme a pensar en eso; seguramente ya han acabado todos y me estén esperando. Trato de sonreír como de costumbre cuando vuelvo a la cocina y anuncio que ya estoy listo.
Salimos de Serpentaria todos menos Jack y Nia, quienes se quedan hablando de sus negocios. Nos despedimos de Vac en la puerta, quien se va a atender sus propios asuntos. El resto nos dirigimos sin más dilación hacia el desierto.
Sigue en el Desierto Malyadar.
-Gracias… -es todo lo que logro articular cuando termina de hablar, sintiéndome bastante estúpido.
Noto como su mirada sigue sobre mí e intento aguantarla. Me revuelvo en el sitio incómodo y de vez en cuando tiro de las plumas de la barba en un gesto de nerviosismo. Probablemente mi incomodidad sea bastante evidente. Casi suspiro de alivio cuando por fin desvía su atención hacia otra cosa. << Perfecto, si querías quedar como un auténtico idiota lo estás haciendo muy bien >>, me reprocho a mí mismo.
Por suerte la entrada de Nasher y Giz me distrae.
-Hombre, pero si son el Capitán Lagartijo y Bola de Discoteca –los saludo alzando un brazo. Ante el evidente empanamiento de Giz no puedo evitar meterme con él.
-¿Qué has hecho con él, Nasher? Es como si lo hubiesen abducido los aliens –comento mientras termino los últimos bocados del desayuno.
Odín mientras tanto se había acercado a los asrenianos y se frotó contra Giz, quien apenas parece enterarse debido a su estado. Después se dedico a observar a Nasher fijamente.
Wen se encarga de darle una infusión a Giz por lo que seguramente pronto se encuentre mucho mejor. Mientras esperamos a que los dos lagartos terminen de comer me levanto.
-La conversación de hace un rato me ha recordado que debo limpiar mi hacha –digo mientras salgo de la cocina-. En cuanto vuelva estaré listo para irnos a esa excursión al desierto… Te perdono por ahora, Vac, porque el desayuno estaba demasiado delicioso –le digo al hado con una sonrisa maliciosa-. Ya te mataré otro día.
Me voy a mi habitación y limpio el arma sin pararme demasiado. Mientras lo hago pienso en lo sucedido hacía unos minutos. Sin duda las palabras de todos me habían animado bastante, pero no podía evitar seguir pensando en lo que para mí era el verdadero problema. Sabía que nunca podría hacerles daño porque era evidente que tenían recursos de sobra para detenerme, pero el hecho de pensar que pudiera llegar a descontrolarme de esa manera me aterraba. Nunca me lo perdonaría. Hasta la noche anterior no sabía que podía llegar a acumular tanta ira… Según termino de limpiarla decido que no es el momento de ponerme a pensar en eso; seguramente ya han acabado todos y me estén esperando. Trato de sonreír como de costumbre cuando vuelvo a la cocina y anuncio que ya estoy listo.
Salimos de Serpentaria todos menos Jack y Nia, quienes se quedan hablando de sus negocios. Nos despedimos de Vac en la puerta, quien se va a atender sus propios asuntos. El resto nos dirigimos sin más dilación hacia el desierto.
Sigue en el Desierto Malyadar.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
20/10/12, 09:56 pm
Nia
La niña contemplo la reacción del gato con una sonrisa. Confirmó su teoria de que se podia ganar a cualquier persona por el estómago. Le acaricio la barbilla y hasta le parecio adorable. No era comun tener mascotas mamíferas en Ulterania y los unicos mamiferos que habia visto eran los lobos y cuando fue una vez de visita a una reserva de animales. Como mucho, cetaceos. Se sentó con los demás y probó su comida. Vac le habia preparado unos Valsedaks empanados y Nia se quedó boquiabierta, al no saber que el griego sabia preparar platos de su planeta.
-Debe de haber viajado mucho.-pensó Nia, a continuación, se lo agradeció.-¡Hacia mucho que no comia uno de estos! ¡Muchas gracias, Vac!- Tambien cogio las tostadas de Wednesday y negó con la cabeza cuando le ofreció la infusión.- Yo... yo estoy bien, gracias.-dijo algo abruptamente. A continuación alzo un brazo y, apretando su biceps y poniendo voz grave dijo:
-¡Soy una chica fuerte que no bebe!-
A continuación, notó como el pequeño gato se sentó a su lado, mirandola. Arqueando una ceja le acarició la cabeza distrayendose un momento del tema de conversación. Tras un rato comiendo callada, se enteró de dos cosas. La primera, la razón por la cual Noel habia abandonado la taberna al final del espectaculo. Sintio pena por el chico, ya que le debia de estar afectando bastante aquella parte de su ser. Esperaba que aquello no le cambiara... Y la segunda cosa, que los chicos se iban al desierto. Ella no tardó en rechazar la oferta, ya que no duraria ni una hora con tanto calor y sequedad. Sin embargo, Jack estaba de cuerpo presente y se acordó de algo. Se despidio de los demás con la mano mientras salian y se giró hacia Jack, sonriendo.
-Creo que tu y yo tenemos algo pendiente con libros, plantas e ingredientes ¿no?-le comentó.
La niña contemplo la reacción del gato con una sonrisa. Confirmó su teoria de que se podia ganar a cualquier persona por el estómago. Le acaricio la barbilla y hasta le parecio adorable. No era comun tener mascotas mamíferas en Ulterania y los unicos mamiferos que habia visto eran los lobos y cuando fue una vez de visita a una reserva de animales. Como mucho, cetaceos. Se sentó con los demás y probó su comida. Vac le habia preparado unos Valsedaks empanados y Nia se quedó boquiabierta, al no saber que el griego sabia preparar platos de su planeta.
-Debe de haber viajado mucho.-pensó Nia, a continuación, se lo agradeció.-¡Hacia mucho que no comia uno de estos! ¡Muchas gracias, Vac!- Tambien cogio las tostadas de Wednesday y negó con la cabeza cuando le ofreció la infusión.- Yo... yo estoy bien, gracias.-dijo algo abruptamente. A continuación alzo un brazo y, apretando su biceps y poniendo voz grave dijo:
-¡Soy una chica fuerte que no bebe!-
A continuación, notó como el pequeño gato se sentó a su lado, mirandola. Arqueando una ceja le acarició la cabeza distrayendose un momento del tema de conversación. Tras un rato comiendo callada, se enteró de dos cosas. La primera, la razón por la cual Noel habia abandonado la taberna al final del espectaculo. Sintio pena por el chico, ya que le debia de estar afectando bastante aquella parte de su ser. Esperaba que aquello no le cambiara... Y la segunda cosa, que los chicos se iban al desierto. Ella no tardó en rechazar la oferta, ya que no duraria ni una hora con tanto calor y sequedad. Sin embargo, Jack estaba de cuerpo presente y se acordó de algo. Se despidio de los demás con la mano mientras salian y se giró hacia Jack, sonriendo.
-Creo que tu y yo tenemos algo pendiente con libros, plantas e ingredientes ¿no?-le comentó.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/10/12, 10:25 pm
Por el camino volvemos charlando animadamente y entreteniéndonos y bromeando con el ratón de campo que había poseído Gael, quien correteaba por nuestros hombros y se comportaba como un ratón de verdad. Cuando atravesamos las montañas nos dirigimos primero al Burdel para acompañar a Wen y tras despedirnos de ella nos dirigimos hacia la Sede. Allí repetimos el proceso con Nasher y el resto nos vamos, por fin, a la Torre Serpentaria.
Tras descansar un rato ya era prácticamente la hora de cenar y sin duda estábamos hambrientos. Como había sobrado abundante comida del desayuno que había preparado Vac y teníamos demasiada vagancia como para cocinar, nos comimos todo lo que sobró más alguna que otra cosa que no requiriese demasiado esfuerzo preparar.
Después de cenar Giz nos pide a varios una muestra de saliva para sus clases de genemagia, así que escupo en el vasito que me da para tal fin. No sé muy bien qué hacer y, tras meditarlo unos instantes, decido subir a la biblioteca para buscar hechizos que me puedan ser útiles. Hacía ya bastante tiempo que no echaba una ojeada y me vendría bien. Pasan los minutos mientras ojeo de forma bastante ausente las páginas de los tratados sobre magia, me distraigo con facilidad debido a que mi mente decide divagar de vez en cuando por sí sola pensando en diversas cosas. Sacudo la cabeza y trato de centrarme en lo que estoy haciendo. El azar quiso que un par de páginas después diese con algo que capta mi interés. Según leo la descripción del hechizo una sonrisa sádica se forma en mi cara. Tenía que intentar aprender aquel hechizo a toda costa, aunque por lo que leo me iba a costar mucho llegar a dominarlo. El principal problema sería llevarlo a la práctica tan sólo para comprobar si soy capaz de ejecutarlo bien, pero ya les haría otra visita a los hombres bestia de los subterráneos... A parte de ese hechizo, encuentro otro que me gustaría probar también, consistente en un proyectil mágico bastante potente. Este parece ser un poco menos complicado de realizar, pero aún así también me tomará bastante tiempo llegar a dominarlo.
Llega la hora de dormir y me dirijo a mi habitación. Mientras me cambio de ropa y me meto en cama noto que estoy bastante cansado. Odín sale de debajo de la cama de pronto.
-Vaya, con que estabas ahí. ¿Pretendías ser mi monstruo bajo la cama personalizado? -digo al ver al gato por primera vez desde que volví.
Odín, tal y como esperaba, responde arañándome una pierna. Después de mirarlo con cara de reprobación, lo cojo en brazos cuando se deja y me siento en la cama con él en el regazo. Estaba agotado física y mentalmente, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza como para dormir.
Emulando lo que había hecho hacía varias horas, me pongo a limpiar el hacha mientras de nuevo me pongo a pensar en lo que me preocupa. La conclusión a la que llego al poco de debatir conmigo mismo es que además estoy siendo un egoísta. Estaba obligando a todos los que me rodean a contener sus risas y a que se sientan mal si se les escapa estando yo presente. Siempre había procurado restarle importancia, pero soy consciente de que muchas veces no puedo evitar que se me escape una mueca de dolor o a veces más bien de frustración que no debe sentar nada bien. Este pensamiento hace que mi estado de ánimo decaiga por completo y me empiece a plantear qué es lo que debería hacer para remediarlo. << ¿Y qué cojones voy a hacer, reventarme los tímpanos? >>, una carcajada sarcástica se forma en mi mente mientras dejo por fin el hacha en su sitio. Llevaba ya un rato realizando la tarea de forma mecánica sin pararme a pensar en que ya estaba lo suficientemente limpia. Me acuesto en la cama con desgana y la mente llena de pensamientos negativos. No, no podía hacer nada... Salvo largarme. Si viviese yo solo el problema disminuiría en gran medida. El mero hecho de pensar en la posibilidad me deprime todavía más. ¿Realmente tendría el valor suficiente para hacer algo así? La sola idea de que debería hacerlo pero notar como todo mi ser se resiste fuertemente a aceptarlo hace que me sienta aún más egoísta si ni siquiera sería capaz de hacerlo por mis amigos. Acordarme de todos ellos hace que quiera olvidar esa solución como si nunca se me hubiera ocurrido... y también es entonces cuando me sacude otra preocupación.
Creo que lo había estado tratando de ignorar desde hacía un tiempo a propósito, pero no podía negar que Wen cada vez se colaba más en mis pensamientos y cuando lo hacía notaba una especie de opresión en el pecho. A parte de que esta mañana seguro que había ganado un premio al comportamiento más patético del año. La evidencia se formó en mi mente y me golpeó como una losa pesada. << Estupendo, Noel, de todas las cosas estúpidas que podías hacer, tenía que ser precisamente eso. ¿Y ahora qué vas a hacer al respecto? >>, pienso de forma sarcástica y reprobatoria. << Nada >>, me autorespondo al momento. ¿Qué iba a conseguir de otra forma? Como mucho que se riera de mí o que me evitase. Así que me limitarme a intentar no parecer un auténtico idiota como esta mañana era mi mejor opción.
No paro de moverme de un lado a otro en la cama sin vistas a conciliar el sueño en los próximos minutos o si quiera las próximas horas. Efectivamente el tiempo me da la razón y el tiempo pasa lenta y pesadamente y yo sigo completamente despierto. Hacía ya un buen rato que escuchaba ruidos en otra habitación de la Torre. << Creo que alguien más tampoco puede dormir >>, pienso mientras decido levantarme finalmente. Será mejor que me entretenga con alguna otra cosa. Me visto y salgo fuera de la habitación tratando de ser silencioso, pues los demás seguramente sí que estén durmiendo. No tardo en localizar que el leve ruido proviene de la habitación donde Gael guardaba sus cadáveres. Vacilo un poco antes de decidirme a entrar. Nada más abrir la puerta veo a Gael, quien parece muy concentrado manipulando lo que parecen ser cadáveres de murciélago. El suelo a su alrededor parece estar cubierto por trozos de carne y salpicaduras de sangre.
-Bienvenido al club de los insomnes -digo según me acerco-. Aunque tú por lo menos estás haciendo algo útil... O eso creo. ¿Qué estás haciendo? -sonrío con una extraña mueca, ya que mi estado de ánimo no es el más idóneo para ello.
Tras descansar un rato ya era prácticamente la hora de cenar y sin duda estábamos hambrientos. Como había sobrado abundante comida del desayuno que había preparado Vac y teníamos demasiada vagancia como para cocinar, nos comimos todo lo que sobró más alguna que otra cosa que no requiriese demasiado esfuerzo preparar.
Después de cenar Giz nos pide a varios una muestra de saliva para sus clases de genemagia, así que escupo en el vasito que me da para tal fin. No sé muy bien qué hacer y, tras meditarlo unos instantes, decido subir a la biblioteca para buscar hechizos que me puedan ser útiles. Hacía ya bastante tiempo que no echaba una ojeada y me vendría bien. Pasan los minutos mientras ojeo de forma bastante ausente las páginas de los tratados sobre magia, me distraigo con facilidad debido a que mi mente decide divagar de vez en cuando por sí sola pensando en diversas cosas. Sacudo la cabeza y trato de centrarme en lo que estoy haciendo. El azar quiso que un par de páginas después diese con algo que capta mi interés. Según leo la descripción del hechizo una sonrisa sádica se forma en mi cara. Tenía que intentar aprender aquel hechizo a toda costa, aunque por lo que leo me iba a costar mucho llegar a dominarlo. El principal problema sería llevarlo a la práctica tan sólo para comprobar si soy capaz de ejecutarlo bien, pero ya les haría otra visita a los hombres bestia de los subterráneos... A parte de ese hechizo, encuentro otro que me gustaría probar también, consistente en un proyectil mágico bastante potente. Este parece ser un poco menos complicado de realizar, pero aún así también me tomará bastante tiempo llegar a dominarlo.
Llega la hora de dormir y me dirijo a mi habitación. Mientras me cambio de ropa y me meto en cama noto que estoy bastante cansado. Odín sale de debajo de la cama de pronto.
-Vaya, con que estabas ahí. ¿Pretendías ser mi monstruo bajo la cama personalizado? -digo al ver al gato por primera vez desde que volví.
Odín, tal y como esperaba, responde arañándome una pierna. Después de mirarlo con cara de reprobación, lo cojo en brazos cuando se deja y me siento en la cama con él en el regazo. Estaba agotado física y mentalmente, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza como para dormir.
Emulando lo que había hecho hacía varias horas, me pongo a limpiar el hacha mientras de nuevo me pongo a pensar en lo que me preocupa. La conclusión a la que llego al poco de debatir conmigo mismo es que además estoy siendo un egoísta. Estaba obligando a todos los que me rodean a contener sus risas y a que se sientan mal si se les escapa estando yo presente. Siempre había procurado restarle importancia, pero soy consciente de que muchas veces no puedo evitar que se me escape una mueca de dolor o a veces más bien de frustración que no debe sentar nada bien. Este pensamiento hace que mi estado de ánimo decaiga por completo y me empiece a plantear qué es lo que debería hacer para remediarlo. << ¿Y qué cojones voy a hacer, reventarme los tímpanos? >>, una carcajada sarcástica se forma en mi mente mientras dejo por fin el hacha en su sitio. Llevaba ya un rato realizando la tarea de forma mecánica sin pararme a pensar en que ya estaba lo suficientemente limpia. Me acuesto en la cama con desgana y la mente llena de pensamientos negativos. No, no podía hacer nada... Salvo largarme. Si viviese yo solo el problema disminuiría en gran medida. El mero hecho de pensar en la posibilidad me deprime todavía más. ¿Realmente tendría el valor suficiente para hacer algo así? La sola idea de que debería hacerlo pero notar como todo mi ser se resiste fuertemente a aceptarlo hace que me sienta aún más egoísta si ni siquiera sería capaz de hacerlo por mis amigos. Acordarme de todos ellos hace que quiera olvidar esa solución como si nunca se me hubiera ocurrido... y también es entonces cuando me sacude otra preocupación.
Creo que lo había estado tratando de ignorar desde hacía un tiempo a propósito, pero no podía negar que Wen cada vez se colaba más en mis pensamientos y cuando lo hacía notaba una especie de opresión en el pecho. A parte de que esta mañana seguro que había ganado un premio al comportamiento más patético del año. La evidencia se formó en mi mente y me golpeó como una losa pesada. << Estupendo, Noel, de todas las cosas estúpidas que podías hacer, tenía que ser precisamente eso. ¿Y ahora qué vas a hacer al respecto? >>, pienso de forma sarcástica y reprobatoria. << Nada >>, me autorespondo al momento. ¿Qué iba a conseguir de otra forma? Como mucho que se riera de mí o que me evitase. Así que me limitarme a intentar no parecer un auténtico idiota como esta mañana era mi mejor opción.
No paro de moverme de un lado a otro en la cama sin vistas a conciliar el sueño en los próximos minutos o si quiera las próximas horas. Efectivamente el tiempo me da la razón y el tiempo pasa lenta y pesadamente y yo sigo completamente despierto. Hacía ya un buen rato que escuchaba ruidos en otra habitación de la Torre. << Creo que alguien más tampoco puede dormir >>, pienso mientras decido levantarme finalmente. Será mejor que me entretenga con alguna otra cosa. Me visto y salgo fuera de la habitación tratando de ser silencioso, pues los demás seguramente sí que estén durmiendo. No tardo en localizar que el leve ruido proviene de la habitación donde Gael guardaba sus cadáveres. Vacilo un poco antes de decidirme a entrar. Nada más abrir la puerta veo a Gael, quien parece muy concentrado manipulando lo que parecen ser cadáveres de murciélago. El suelo a su alrededor parece estar cubierto por trozos de carne y salpicaduras de sangre.
-Bienvenido al club de los insomnes -digo según me acerco-. Aunque tú por lo menos estás haciendo algo útil... O eso creo. ¿Qué estás haciendo? -sonrío con una extraña mueca, ya que mi estado de ánimo no es el más idóneo para ello.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
23/10/12, 02:17 am
Para cenar las sobras son más que suficiente, y al acabar estoy tan saciado como tras el desayuno. Y es que venía muerto de hambre porque ni un tentempié nos habíamos llevado. Después de la comida Giz nos hizo una extraña petición, pero al decir que era para las clases de genemagia acepté encantado.
-Pero espera a que me lave un poco los dientes o igual analizas mi ADN y sale que soy una patata.
Me quedé sin nada que hacer. Cada uno se fue a trastear con sus cosas, y yo volví a poseer al pequeño roedor y subí las escaleras hasta el cuarto donde guardo los cadáveres. Podría abrirlo aprovechando que no me era necesario y tratar de cambiar algunas partes de sitio haciendo que todavía fuesen funcionales si lo poseía. Pero no tardé en frustrarme. Por una parte me faltaba ya hilo y por la otra no paraba de chamuscar el pelaje. El humo no me dejaba ver bien, y definitivamente prefiero trabajar con animales sin pelo.
Cuando ya no se escuchaba a nadie andando por la torre, subí hasta la biblioteca a dejar un libro de magia que tenía en mi cuarto desde hacía días. Justo cuando iba a bajar de nuevo, algo me llama la atención. A través de las cristaleras del último piso se ve el baile de los murciélagos flamígeros en la noche y no puedo evitar salir hasta el tejado de Serpentaria en vez de descender como tenía planeado. Los destellos en el aire eran hipnóticos, y hacía mucho tiempo que no me dedicaba a observarlos. Me traían recuerdos de cuando me pasaba las noches estudiando en la biblioteca de la torre. Y sobre ella aún tenía una vista mejor. Apenas se veía más allá, lo que buenamente iluminaban los pequeños seres, pero sin ventanas de por medio me gustaba más su brillo, y creo que el mío propio los atrajo poco a poco a curiosear. Revolotearon a mi alrededor y me alcé para ir en medio de su grupito, su fuego no me quema y acaricio la cabecita de uno muy confiado que se ha colgado de la manga de mi chaqueta. Por debajo del fuego tienen una piel suave y blandita. Delicada y fina, que no se consume al arder, ni apaga el fuego que la toca.
El cuello del murciélago cruje entre mis dedos, con un sonido suave, apagado. No llegó a alertar a sus compañeros. Una idea apareció de pronto en mi cabeza, como la solución que tanto había buscado. Rápidamente calculo cuántos podrían hacerme falta… dos, tres para una mano, si no los desperdiciaba. Seis en total. Alargué la mano hacia la siguiente víctima pero fui rehuido, así que antes de permitir que se alejasen atraje a uno hacia mí y partí rápidamente su pequeño cuello. Ahora sí salen desbandados, por lo que me toca perseguirlos atrayendo uno de cada vez y matándolo, así hasta reunir todos los que necesitaba, apilados en un pliegue de mi camiseta. Algunos de ellos tuvieron tiempo de clavarme sus colmillos intentando defenderse, pero no quiero perder el tiempo con esas heridas insignificantes.
La noche ya era cerrada y persiguiendo a los animales me había alejado un poco de Serpentaria. Me ubiqué acercándome a las calles y decidí que ya que estaba allí no me costaba nada ir a la biblioteca. La cabeza se me había despejado y tenía la necesidad de poner en práctica la idea que tenía ya mismo. Necesitaba encontrar un libro sobre cómo curtir pieles, y luego los materiales. Tiene que funcionar, más vale que funcione. Miraré cómo cortar las pieles para hacer unos guantes con ellas. Deberían ser lo suficientemente flexibles y cómodos, deberían mantener mis llamas dentro del guante… así podría manipular la carne más fácilmente.
Para ir a la biblioteca decido poseer los seis cadáveres y echar a volar, poco acostumbrado a usar animales alados tan ligeros y un poco aturdido por tratarse de seis a la vez. A veces me despistaba pero necesitaba sacar algo de magia de sus cuerpos aún calientes. Esperando que no sea aún muy tarde irrumpo en la biblioteca y rebusco durante lo que quizás fue una hora hasta dar con un libro sobre peletería que podía entender. Volví a Serpentaria sin perder un momento, decidiendo que esa noche seguramente ya no encontraría tiempo para dormir. Cogí el barreño más grande que encontré en la cocina y me salí hacia la bahía a por agua salada. El pequeño bote de sal que teníamos en la cocina no serviría ni para empezar. También podría haberme colado en el cuarto de Nia, pero no querría enfrentarme a ella si se despierta y me pilla hurgando en su tanque.
Al cabo de un tiempo llego de nuevo a la torre, con el barreño de agua de mar a mi espalda. Los murciélagos están ya en la habitación, y llevo prisa porque no quiero que se sequen. Dejo el libro abierto a un lado y dejo caer el barreño suspirando. Para aumentar la concentración de la sal lo caliento para que se vaya evaporando y entonces miro los cuerpecillos, sacando un par de cuchillos bien afilados que cogí en la cocina y preguntándome por donde empezar.
Y de esa guisa me encontró Noel cuando entró de repente en mi habitación. Escuché los pasos en el pasillo pero no pensé que fueran a acabar llegando aquí. Levanto la vista parpadeando confuso y veo su cara ojerosa y con pinta de no estar en su mejor momento. Después me doy cuenta de que no estoy ofreciendo el mejor espectáculo. En un barreño hierve lentamente un poco de agua, en otro recipiente hay pedazos de carne que van sobrando y el suelo está salpicado de sangre y vísceras. Y en las manos tengo dos cuchillos y estoy ya despellejando al segundo murciélago. Y aun así Noel no parece asustarse, y se acerca preguntando qué hago.
-Hmm… el desayuno de mañana –bromeo, ya más relajado-. ¿Y tú? ¿Todavía despierto o… ya despierto? –pregunto mirando por la ventana para asegurarme de que todavía no amanecía-. No creo que sea muy agradable, pero si quieres mirar… Estoy aprendiendo a curtir pieles. Me voy a hacer unos guantes, precisamente para evitar… esto –le muestro como, tras quedarme quieto un momento, la carne que trataba de eliminar se empieza a dorar. Pongo los ojos en blanco-. Me pone de los nervios. Así no se puede trabajar. Pero con esto quizá pueda trabajar más cómodamente… son murciélagos flamígeros, se me ocurrió antes y he estado haciendo algunas idioteces. Pero esto está siendo más difícil de lo que esperaba, la piel es demasiado fina.
Entonces Noel se ofrece a ayudarme, y lo miro extrañado, pero acepto. Su ayuda me vendrá bien pero… ¿acaso no piensa dormir? Primero pensé que lo había despertado, pero viendo su estado de ánimo empieza a preocuparme. «¿Te pasa algo?» quise preguntar varias veces. Al final, solo supe darle indicaciones para descarnar los animales. Y después me callé mientras seguimos trabajando, no sabiendo si era mejor hablar de cualquier cosa o no decir nada.
-Pero espera a que me lave un poco los dientes o igual analizas mi ADN y sale que soy una patata.
Me quedé sin nada que hacer. Cada uno se fue a trastear con sus cosas, y yo volví a poseer al pequeño roedor y subí las escaleras hasta el cuarto donde guardo los cadáveres. Podría abrirlo aprovechando que no me era necesario y tratar de cambiar algunas partes de sitio haciendo que todavía fuesen funcionales si lo poseía. Pero no tardé en frustrarme. Por una parte me faltaba ya hilo y por la otra no paraba de chamuscar el pelaje. El humo no me dejaba ver bien, y definitivamente prefiero trabajar con animales sin pelo.
Cuando ya no se escuchaba a nadie andando por la torre, subí hasta la biblioteca a dejar un libro de magia que tenía en mi cuarto desde hacía días. Justo cuando iba a bajar de nuevo, algo me llama la atención. A través de las cristaleras del último piso se ve el baile de los murciélagos flamígeros en la noche y no puedo evitar salir hasta el tejado de Serpentaria en vez de descender como tenía planeado. Los destellos en el aire eran hipnóticos, y hacía mucho tiempo que no me dedicaba a observarlos. Me traían recuerdos de cuando me pasaba las noches estudiando en la biblioteca de la torre. Y sobre ella aún tenía una vista mejor. Apenas se veía más allá, lo que buenamente iluminaban los pequeños seres, pero sin ventanas de por medio me gustaba más su brillo, y creo que el mío propio los atrajo poco a poco a curiosear. Revolotearon a mi alrededor y me alcé para ir en medio de su grupito, su fuego no me quema y acaricio la cabecita de uno muy confiado que se ha colgado de la manga de mi chaqueta. Por debajo del fuego tienen una piel suave y blandita. Delicada y fina, que no se consume al arder, ni apaga el fuego que la toca.
El cuello del murciélago cruje entre mis dedos, con un sonido suave, apagado. No llegó a alertar a sus compañeros. Una idea apareció de pronto en mi cabeza, como la solución que tanto había buscado. Rápidamente calculo cuántos podrían hacerme falta… dos, tres para una mano, si no los desperdiciaba. Seis en total. Alargué la mano hacia la siguiente víctima pero fui rehuido, así que antes de permitir que se alejasen atraje a uno hacia mí y partí rápidamente su pequeño cuello. Ahora sí salen desbandados, por lo que me toca perseguirlos atrayendo uno de cada vez y matándolo, así hasta reunir todos los que necesitaba, apilados en un pliegue de mi camiseta. Algunos de ellos tuvieron tiempo de clavarme sus colmillos intentando defenderse, pero no quiero perder el tiempo con esas heridas insignificantes.
La noche ya era cerrada y persiguiendo a los animales me había alejado un poco de Serpentaria. Me ubiqué acercándome a las calles y decidí que ya que estaba allí no me costaba nada ir a la biblioteca. La cabeza se me había despejado y tenía la necesidad de poner en práctica la idea que tenía ya mismo. Necesitaba encontrar un libro sobre cómo curtir pieles, y luego los materiales. Tiene que funcionar, más vale que funcione. Miraré cómo cortar las pieles para hacer unos guantes con ellas. Deberían ser lo suficientemente flexibles y cómodos, deberían mantener mis llamas dentro del guante… así podría manipular la carne más fácilmente.
Para ir a la biblioteca decido poseer los seis cadáveres y echar a volar, poco acostumbrado a usar animales alados tan ligeros y un poco aturdido por tratarse de seis a la vez. A veces me despistaba pero necesitaba sacar algo de magia de sus cuerpos aún calientes. Esperando que no sea aún muy tarde irrumpo en la biblioteca y rebusco durante lo que quizás fue una hora hasta dar con un libro sobre peletería que podía entender. Volví a Serpentaria sin perder un momento, decidiendo que esa noche seguramente ya no encontraría tiempo para dormir. Cogí el barreño más grande que encontré en la cocina y me salí hacia la bahía a por agua salada. El pequeño bote de sal que teníamos en la cocina no serviría ni para empezar. También podría haberme colado en el cuarto de Nia, pero no querría enfrentarme a ella si se despierta y me pilla hurgando en su tanque.
Al cabo de un tiempo llego de nuevo a la torre, con el barreño de agua de mar a mi espalda. Los murciélagos están ya en la habitación, y llevo prisa porque no quiero que se sequen. Dejo el libro abierto a un lado y dejo caer el barreño suspirando. Para aumentar la concentración de la sal lo caliento para que se vaya evaporando y entonces miro los cuerpecillos, sacando un par de cuchillos bien afilados que cogí en la cocina y preguntándome por donde empezar.
Y de esa guisa me encontró Noel cuando entró de repente en mi habitación. Escuché los pasos en el pasillo pero no pensé que fueran a acabar llegando aquí. Levanto la vista parpadeando confuso y veo su cara ojerosa y con pinta de no estar en su mejor momento. Después me doy cuenta de que no estoy ofreciendo el mejor espectáculo. En un barreño hierve lentamente un poco de agua, en otro recipiente hay pedazos de carne que van sobrando y el suelo está salpicado de sangre y vísceras. Y en las manos tengo dos cuchillos y estoy ya despellejando al segundo murciélago. Y aun así Noel no parece asustarse, y se acerca preguntando qué hago.
-Hmm… el desayuno de mañana –bromeo, ya más relajado-. ¿Y tú? ¿Todavía despierto o… ya despierto? –pregunto mirando por la ventana para asegurarme de que todavía no amanecía-. No creo que sea muy agradable, pero si quieres mirar… Estoy aprendiendo a curtir pieles. Me voy a hacer unos guantes, precisamente para evitar… esto –le muestro como, tras quedarme quieto un momento, la carne que trataba de eliminar se empieza a dorar. Pongo los ojos en blanco-. Me pone de los nervios. Así no se puede trabajar. Pero con esto quizá pueda trabajar más cómodamente… son murciélagos flamígeros, se me ocurrió antes y he estado haciendo algunas idioteces. Pero esto está siendo más difícil de lo que esperaba, la piel es demasiado fina.
Entonces Noel se ofrece a ayudarme, y lo miro extrañado, pero acepto. Su ayuda me vendrá bien pero… ¿acaso no piensa dormir? Primero pensé que lo había despertado, pero viendo su estado de ánimo empieza a preocuparme. «¿Te pasa algo?» quise preguntar varias veces. Al final, solo supe darle indicaciones para descarnar los animales. Y después me callé mientras seguimos trabajando, no sabiendo si era mejor hablar de cualquier cosa o no decir nada.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
23/10/12, 03:54 am
Sonrío ligeramente cuando Gael dice que está haciendo el desayuno de mañana. Su pregunta me hace pensar que he debido de pasar más horas divagando de las que creo.
-Todavía despierto -respondo acercándome más para que me explique que es lo que hace.
Trato de atender a lo que me dice evitando pensar en otra cosa, aunque de vez en cuando me descentro y sólo le escucho a medias. Pero comprendí lo que pretendía, en definitiva.
-¿Te puedo ayudar? -le pregunto colocándome a su lado.
Parece mirarme con extrañeza un instante antes de decir que sí.
-Es mejor que dar vueltas en cama -me encojo de hombros mientras cojo lo que me tiende.
Escucho su explicación sobre lo que debía hacer y me dispongo a ello con bastante torpeza. No es que fuera una tarea muy agradable tal y como había dicho el propio Gael, pero al menos podía intentar centrarme en ello y evitar pensar en nada más.
Tras unos minutos en silencio en los que trato de abstraerme por completo ayudando al fuego fatuo, mi mente vuelve a traicionarme y los pensamientos que me abruman desde hace horas vuelven a la carga. ¿Qué debería hacer? Me siento muy perdido, agobiado e inseguro. La última vez que recuerdo haber sentido tal confusión de sentimientos fue hace más de un año, cuando todavía era humano. Era absurdo pensarlo, pero me sentía como si las cosas fueran más difíciles ahora que entonces... << Mierda, que ahora no estoy solo >>, pienso con un pequeño sobresalto interior al darme cuenta de que me había quedado empanado con el murciélago en la mano. Miro de reojo a Gael, quien probablemente se esté extrañando por mi comportamiento y procedo a seguir con el trabajo que estábamos realizando. ¿Debería comentar algo con Gael? No lo tengo muy claro. En otras ocasiones hablar de lo que me preocupaba con él o algún otro me había animado por completo, pero esto era diferente. Sabía que no le gustaría oír lo que me rondaba por la cabeza desde esta mañana y me imaginaba más o menos lo que me diría... No quería preocuparlo. Sin embargo estaba claro que tenía ojos en la cara y se imaginaría que algo me pasaba. ¿Y si le contaba mi otra preocupación? Era un tema de conversación menos dañino, para él al menos, y al fin y al cabo, a parte de Giz, era mi mejor amigo... Lo medito durante unos instantes.
-Hum... Gael... -decido romper el silencio por fin-. Quiero contarte algo pero, por favor, que quede entre nosotros -empiezo de forma atropellada y titubeando-. Verás... es que... Soy idiota, ¿sabes? Y mi última idiotez es que me he dado cuenta de que me gusta Wen -miro al fuego fatuo un instante esbozando una sonrisa cansada que pretende ser una burla de mí mismo antes de seguir mirando hacia el murciélago-, Puedes llamarme estúpido si quieres, lo soy -digo a continuación sin saber muy bien que añadir-. Perdón por molestarte con mis propios problemas, pero creo que necesitaba contárselo a alguien -finalizo tras unos segundos de silencio.
Y era cierto, me siento un poco mejor al habérselo contado. Quizás simplemente porque me sentía menos culpable si le contaba algo de lo que me pasaba, porque me distraía de mis otras preocupaciones o porque de verdad necesitaba hablar con alguien de ello. Con cierto nerviosismo espero su reacción.
-Todavía despierto -respondo acercándome más para que me explique que es lo que hace.
Trato de atender a lo que me dice evitando pensar en otra cosa, aunque de vez en cuando me descentro y sólo le escucho a medias. Pero comprendí lo que pretendía, en definitiva.
-¿Te puedo ayudar? -le pregunto colocándome a su lado.
Parece mirarme con extrañeza un instante antes de decir que sí.
-Es mejor que dar vueltas en cama -me encojo de hombros mientras cojo lo que me tiende.
Escucho su explicación sobre lo que debía hacer y me dispongo a ello con bastante torpeza. No es que fuera una tarea muy agradable tal y como había dicho el propio Gael, pero al menos podía intentar centrarme en ello y evitar pensar en nada más.
Tras unos minutos en silencio en los que trato de abstraerme por completo ayudando al fuego fatuo, mi mente vuelve a traicionarme y los pensamientos que me abruman desde hace horas vuelven a la carga. ¿Qué debería hacer? Me siento muy perdido, agobiado e inseguro. La última vez que recuerdo haber sentido tal confusión de sentimientos fue hace más de un año, cuando todavía era humano. Era absurdo pensarlo, pero me sentía como si las cosas fueran más difíciles ahora que entonces... << Mierda, que ahora no estoy solo >>, pienso con un pequeño sobresalto interior al darme cuenta de que me había quedado empanado con el murciélago en la mano. Miro de reojo a Gael, quien probablemente se esté extrañando por mi comportamiento y procedo a seguir con el trabajo que estábamos realizando. ¿Debería comentar algo con Gael? No lo tengo muy claro. En otras ocasiones hablar de lo que me preocupaba con él o algún otro me había animado por completo, pero esto era diferente. Sabía que no le gustaría oír lo que me rondaba por la cabeza desde esta mañana y me imaginaba más o menos lo que me diría... No quería preocuparlo. Sin embargo estaba claro que tenía ojos en la cara y se imaginaría que algo me pasaba. ¿Y si le contaba mi otra preocupación? Era un tema de conversación menos dañino, para él al menos, y al fin y al cabo, a parte de Giz, era mi mejor amigo... Lo medito durante unos instantes.
-Hum... Gael... -decido romper el silencio por fin-. Quiero contarte algo pero, por favor, que quede entre nosotros -empiezo de forma atropellada y titubeando-. Verás... es que... Soy idiota, ¿sabes? Y mi última idiotez es que me he dado cuenta de que me gusta Wen -miro al fuego fatuo un instante esbozando una sonrisa cansada que pretende ser una burla de mí mismo antes de seguir mirando hacia el murciélago-, Puedes llamarme estúpido si quieres, lo soy -digo a continuación sin saber muy bien que añadir-. Perdón por molestarte con mis propios problemas, pero creo que necesitaba contárselo a alguien -finalizo tras unos segundos de silencio.
Y era cierto, me siento un poco mejor al habérselo contado. Quizás simplemente porque me sentía menos culpable si le contaba algo de lo que me pasaba, porque me distraía de mis otras preocupaciones o porque de verdad necesitaba hablar con alguien de ello. Con cierto nerviosismo espero su reacción.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
23/10/12, 04:24 pm
Con la ayuda de Noel la tarea avanza considerablemente más rápido, él puede hacerlo mucho más rápidamente aunque no hubiera trabajado con cosas similares antes. Incluso no quemándose por la parte externa, a mí me costaba descarnarla sin estropearla. Y precisamente porque me estaba fijando en cómo trabajaba me di cuenta cuando se quedó pasmado con un animalito en la mano. Tenía tanta pinta de cansado que no sabía si era por estar adormilado u otra cosa. Iba a ofrecerle un hechizo que le despejaría la cabeza sustituyendo al sueño pero mientras lo repasaba mentalmente para no equivocarme, él se decide a hablar. Y la verdad sea dicha, no me esperaba para nada lo que salió de sus labios. ¿Era eso todo lo que le preocupaba, de veras? Casi me dan ganas de reír, aunque no están los ánimos para ello ni sería lo propio.
-Estúpido, dice... -murmuro con una media sonrisa acabando de desprender un último pedazo de carne y después mirándolo directamente-. No digas idioteces. Estúpido sería yo si te llamase estúpido por eso. Lo dices como si fueses culpable o algo así... Ni siquiera hay de qué disculparse, si quieres contarlo, lo cuentas, ni que fuera a mirarte mal por ello o no escucharte. -Me acerco a por el penúltimo cuerpecillo de murciélago, y cuando empiezo a cortarlo miro a Noel con picardía-. Así que... ¿Wen, eh? Te pega. Es más, haríais una excelente pareja. -Sonrío de oreja a oreja y me centro de nuevo en el trabajo. Sin alzar la vista sigo hablando-. Si eso no te deja dormir, aún estás a tiempo de hechizarte para hacerlo. Seguro que mañana lo ves todo de otro color. Y si te niegas puede que te obligue a descansar -añado en tono divertido mientras alzo una mano amenazante y completamente manchada de vísceras hacia él.
-Estúpido, dice... -murmuro con una media sonrisa acabando de desprender un último pedazo de carne y después mirándolo directamente-. No digas idioteces. Estúpido sería yo si te llamase estúpido por eso. Lo dices como si fueses culpable o algo así... Ni siquiera hay de qué disculparse, si quieres contarlo, lo cuentas, ni que fuera a mirarte mal por ello o no escucharte. -Me acerco a por el penúltimo cuerpecillo de murciélago, y cuando empiezo a cortarlo miro a Noel con picardía-. Así que... ¿Wen, eh? Te pega. Es más, haríais una excelente pareja. -Sonrío de oreja a oreja y me centro de nuevo en el trabajo. Sin alzar la vista sigo hablando-. Si eso no te deja dormir, aún estás a tiempo de hechizarte para hacerlo. Seguro que mañana lo ves todo de otro color. Y si te niegas puede que te obligue a descansar -añado en tono divertido mientras alzo una mano amenazante y completamente manchada de vísceras hacia él.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
23/10/12, 09:07 pm
Escucho la respuesta de Gael con una sonrisa cansada y me río sarcásticamente por lo bajo cuando dice que haríamos buena pareja, pero no hago ningún comentario al respecto. Creo que ya he hablado suficiente por hoy. Cuando me amenaza lo miro directamente con una ceja arqueada.
-Oye, ¿qué es eso de amenazarme? Pues yo tengo un... ¡murciélago! -digo apuntándolo con la criatura que tengo en la mano en ese momento-. Y no dudaré en usarlo -una carcajada que trato de ahogar porque no son horas se me escapa.
<< Al menos me he puesto de mejor humor >>, pienso.
-Pero creo que ahora estoy tan cansado que quizás sí sea capaz de dormir, lo intentaré a ver... Y tú deberías hacer lo mismo. Mañana nos vamos a quedar fritos en pleno entrenamiento -le digo mientras comienzo a dejar los utensilios que estaba utilizando en el suelo-. Gracias por escucharme y manterme entretenido, si quieres que te ayude otro día con esto no dudes en pedírmelo... Creo que ya le cogí un poco el tranquillo. Buenas noches... o buenos días.
Salgo de la habitación y me paso por el baño para lavarme las manos llenas de sangre. Tratando de no darle más vueltas a la cabeza, me vuelvo para cama y me acuesto. El cansancio se abre paso por fin y logro conciliar un sueño intranquilo a la par que breve.
-Oye, ¿qué es eso de amenazarme? Pues yo tengo un... ¡murciélago! -digo apuntándolo con la criatura que tengo en la mano en ese momento-. Y no dudaré en usarlo -una carcajada que trato de ahogar porque no son horas se me escapa.
<< Al menos me he puesto de mejor humor >>, pienso.
-Pero creo que ahora estoy tan cansado que quizás sí sea capaz de dormir, lo intentaré a ver... Y tú deberías hacer lo mismo. Mañana nos vamos a quedar fritos en pleno entrenamiento -le digo mientras comienzo a dejar los utensilios que estaba utilizando en el suelo-. Gracias por escucharme y manterme entretenido, si quieres que te ayude otro día con esto no dudes en pedírmelo... Creo que ya le cogí un poco el tranquillo. Buenas noches... o buenos días.
Salgo de la habitación y me paso por el baño para lavarme las manos llenas de sangre. Tratando de no darle más vueltas a la cabeza, me vuelvo para cama y me acuesto. El cansancio se abre paso por fin y logro conciliar un sueño intranquilo a la par que breve.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
The little jump
24/10/12, 01:04 am
Después de la visita a Malyadar, Giz acabó tomando la determinación de ponerse más en serio todavía con la genemagia. Se había centrado en las clases con Miloslava y en los días posteriores había llegado a realizar sus primeros experimentos. Su licenciada particular participaba cuanto podía siempre que hubiera cacharros mágicos de por medio. Compartía con Giz esa curiosidad irrefrenable al nivel de un gato a punto de morir. Hablando de gatos muertos, dichos experimentos no habían salido muy bien. Pero al menos Giz había aprendido un par o dos de cosas que no debía hacer de ninguna manera. Cada vez estaba más cerca de conseguir resultados.
Lo que sí había aprendido era a analizar y comparar muestras de ADN. Tenía en su haber saliva y otros sucedáneos corporales de la mayoría de personas que conocía. Las había pedido a los de la Sede en una de sus visitas para hablar con Nasher y, obviamente, tenía de casi todos los serpentarios y un par procedentes del burdel. Sin embargo, Miloslava no tenía conocimientos sobre códigos genéticos extraterrestres y la mayoría de los que había acabado usando y comparando eran de sus compañeros humanos.
Lo que Giz no esperaba de ninguna de las maneras era encontrarse la sorpresa que se encontró entre analisis y analisis. Sorpresa y dilema, la verdad sea dicha. Porque tenía entre sus manos cierto conocimiento cuyos principales afectados desconocían y el pobre no sabía si callárselo y dejarlo estar, si contarlo de golpe, si preparar el terreno por si la noticia no caía en gracia... Desconocía si desvelar un secreto de tal magnitud era algo humanamente bueno o no y tampoco había vivido una situación parecida, ni había leído de ninguna (A pesar de que había buscado en varios libros esperando algún tipo de milagro esclarecedor), por lo que debería tratar con la situación él solo y arriesgarse, para ver si con suerte elegía hacer lo más adecuado.
<< Que sea lo que tenga que ser >> se dijo mientras tomaba una decisión y se encaminaba hacia la bahía.
Lo que sí había aprendido era a analizar y comparar muestras de ADN. Tenía en su haber saliva y otros sucedáneos corporales de la mayoría de personas que conocía. Las había pedido a los de la Sede en una de sus visitas para hablar con Nasher y, obviamente, tenía de casi todos los serpentarios y un par procedentes del burdel. Sin embargo, Miloslava no tenía conocimientos sobre códigos genéticos extraterrestres y la mayoría de los que había acabado usando y comparando eran de sus compañeros humanos.
Lo que Giz no esperaba de ninguna de las maneras era encontrarse la sorpresa que se encontró entre analisis y analisis. Sorpresa y dilema, la verdad sea dicha. Porque tenía entre sus manos cierto conocimiento cuyos principales afectados desconocían y el pobre no sabía si callárselo y dejarlo estar, si contarlo de golpe, si preparar el terreno por si la noticia no caía en gracia... Desconocía si desvelar un secreto de tal magnitud era algo humanamente bueno o no y tampoco había vivido una situación parecida, ni había leído de ninguna (A pesar de que había buscado en varios libros esperando algún tipo de milagro esclarecedor), por lo que debería tratar con la situación él solo y arriesgarse, para ver si con suerte elegía hacer lo más adecuado.
<< Que sea lo que tenga que ser >> se dijo mientras tomaba una decisión y se encaminaba hacia la bahía.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
24/10/12, 01:11 am
Al apuntarme Noel con uno de los murciélagos tengo que hacer un esfuerzo por no reírme. La forma en que rebotó la cabeza del animal en su mano cuando la levantó ayudó a que la situación me pareciera más cómica, no sé bien por qué. Puede que sí tenga el cerebro algo embotado después de estar toda la noche de aquí para allá... y todo eso después de haberme levantado resacoso esta misma mañana.
Al menos él decide que ya es hora de dormir, le vendrá bien descansar.
-Nah, yo ya empato, me espabilaré con un hechizo muy útil y ya dormiré mañana –le digo mientras recoge los utensilios, antes de que se despida-. No hay de qué, mientras no me arranquen los tímpanos puedes contar conmigo –le digo divertido, esperando que mantenga el buen humor como hace un momento y siga así mañana-. Y gracias por el ofrecimiento… aunque seguro que es algo que no apetece mucho, así que no te preocupes. Que duermas bien.
Cuando Noel ya ha salido por la puerta solo me queda descarnar el último de los cuerpecillos, pero estoy bastante distraído y casi lo estropeo en varias ocasiones. Sigo dándole algunas vueltas a lo que ha dicho Noel, ahora que ya se ha ido. Parecía más preocupado de lo que debiera por algo así, ¿puede ser que tenga miedo de que no le salga bien o… qué se yo? Es más, ni siquiera dijo nada de qué hacer al respecto. Pero bueno, ya tendrá tiempo para pensar en ello, y sin ser el tiempo que debería usar en dormir. La carne ya está toda retirada y me pregunto si podré hacer algo con ella que no sea un desperdicio. Quizá pueda dársela a los gatos… y avisar a Giz, por si quiere una muestra.
El barreño dejó de borbotear hace tiempo, pero todavía sigue caliente. Con el mismo hechizo la devuelvo a temperatura ambiente y echo cuentas de cuánto tiempo lleva hirviendo, para asegurarme además de que haya eliminado bacterias que pueda afectar al curtido. Una vez vez echada la piel dentro solo queda esperar removiendo de cuando en cuando.
Esa noche esperé al amanecer releyendo el método de curtido, después de haberme aplicado el hechizo de vela. También rebusqué unos guantes entre la ropa del torreón y los descosí y volví a coser para hacer un patrón sobre papel con la tela como molde. Eran un poco burdos pero podría adaptarlos un poco más a mis dedos dependiendo de cómo quedarse la piel.
Y así pasaron algunos días. Impaciente, revisaba y removía a cada poco el barreño, que no olía precisamente bien. A votación general tuvo que emplearse en él un hechizo de olor falso, con lo que tuve que acabar acostumbrándome a la extraña sensación de oler vainilla mientras veía cachos de carne hinchados.
Aunque hubo un detalle que me tuvo preocupado esos días, y es que Noel seguía más o menos como aquella noche. Apagado para ser él, y con unas ojeras bastante anómalas. Intenté una vez preguntarle qué le pasaba y solamente me respondió que no dormía muy bien, así que no insistí. Podría dormirse a sí mismo si quisiera, por eso está claro que algo le ronda la cabeza. Y lo de Wen no me parece suficiente para tener a alguien así, pero si él no quiere hablar solo queda esperar… al menos por ahora. Si sigue así muchos días más no estaría bien dejarlo correr.
Al menos él decide que ya es hora de dormir, le vendrá bien descansar.
-Nah, yo ya empato, me espabilaré con un hechizo muy útil y ya dormiré mañana –le digo mientras recoge los utensilios, antes de que se despida-. No hay de qué, mientras no me arranquen los tímpanos puedes contar conmigo –le digo divertido, esperando que mantenga el buen humor como hace un momento y siga así mañana-. Y gracias por el ofrecimiento… aunque seguro que es algo que no apetece mucho, así que no te preocupes. Que duermas bien.
Cuando Noel ya ha salido por la puerta solo me queda descarnar el último de los cuerpecillos, pero estoy bastante distraído y casi lo estropeo en varias ocasiones. Sigo dándole algunas vueltas a lo que ha dicho Noel, ahora que ya se ha ido. Parecía más preocupado de lo que debiera por algo así, ¿puede ser que tenga miedo de que no le salga bien o… qué se yo? Es más, ni siquiera dijo nada de qué hacer al respecto. Pero bueno, ya tendrá tiempo para pensar en ello, y sin ser el tiempo que debería usar en dormir. La carne ya está toda retirada y me pregunto si podré hacer algo con ella que no sea un desperdicio. Quizá pueda dársela a los gatos… y avisar a Giz, por si quiere una muestra.
El barreño dejó de borbotear hace tiempo, pero todavía sigue caliente. Con el mismo hechizo la devuelvo a temperatura ambiente y echo cuentas de cuánto tiempo lleva hirviendo, para asegurarme además de que haya eliminado bacterias que pueda afectar al curtido. Una vez vez echada la piel dentro solo queda esperar removiendo de cuando en cuando.
Esa noche esperé al amanecer releyendo el método de curtido, después de haberme aplicado el hechizo de vela. También rebusqué unos guantes entre la ropa del torreón y los descosí y volví a coser para hacer un patrón sobre papel con la tela como molde. Eran un poco burdos pero podría adaptarlos un poco más a mis dedos dependiendo de cómo quedarse la piel.
Y así pasaron algunos días. Impaciente, revisaba y removía a cada poco el barreño, que no olía precisamente bien. A votación general tuvo que emplearse en él un hechizo de olor falso, con lo que tuve que acabar acostumbrándome a la extraña sensación de oler vainilla mientras veía cachos de carne hinchados.
Aunque hubo un detalle que me tuvo preocupado esos días, y es que Noel seguía más o menos como aquella noche. Apagado para ser él, y con unas ojeras bastante anómalas. Intenté una vez preguntarle qué le pasaba y solamente me respondió que no dormía muy bien, así que no insistí. Podría dormirse a sí mismo si quisiera, por eso está claro que algo le ronda la cabeza. Y lo de Wen no me parece suficiente para tener a alguien así, pero si él no quiere hablar solo queda esperar… al menos por ahora. Si sigue así muchos días más no estaría bien dejarlo correr.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
25/10/12, 12:29 am
Después de una buena caminata hasta la ciudad y un tour para ir dejando a cada uno en su lugar de residencia nos encontramos de vuelta a las puertas de Serpentaria por fin. “No he perdido tanta arena como esperaba. Buena resistencia Matt.” Pienso bastante cansado mientras observo la esfera de arena que me sigue a todos lados. “Espero que haya suficiente de momento. Ya volveré a por más.”
Entramos en la torre y subo rápidamente a mi habitación para dejar la arena en su sitio. La silla se vuelve medio loca al entrar en la habitación por lo que me agacho y acaricio el respaldo de manera muy suave, exactamente igual como el que acaricia a un perro el lomo. -Vaya parece que me has echado de menos. Vuelve a tu sitio anda que tengo que hacer muuuuchas cosas aun.- La silla traquetea un poco y vuelve al lado del escritorio donde tengo los libros de la biblioteca.
Me acerco a la mesa y cojo uno de los libros. -Mañana para entrenar me tengo que llevar este.- Digo mientras ojeo el libro de Dama Drástica.”Este libro me ha ayudado bastante. Creo que debería empezar a profundizar mas en él.” Pienso mientras ojeo las ultimas paginas donde se describe el uso de la arena para construir paredes gruesas.
Mientras ojeo el libro por el rabillo del ojo puedo ver como la enorme esfera de arena continua en el aire y como esta esta comenzando a deshacerse. Con un ligero movimiento de mis dedos la esfera se coloca sobre el foso precipitándose dentro. Me acerco al foso y sonrío aliviado al ver que ha sido suficiente arena como para llenarlo casi por la mitad. -Bueno, para haber tardado tanto.. es la primera vez que consigo transportar tanto en tanto tiempo. Poquito a poco Matt.- Recuerdo una frase en el libro de Drástica que recalca la tranquilidad y el tesón para el control total de la arena. -Tengo todo el tiempo del mundo, no he de preocuparme por no mover dunas. Con lo ocurrido hoy he tenido suficiente movimento. Esto ha sido un gran examen para poner a prueba mis entrenamientos.- Digo con una sonrisa de satisfacción en la cara.
Me pongo de espaldas al foso y me dejo caer al vacío hundiéndome en la arena quedando totalmente oculto. Respiro hondo y repaso todos y cada uno de los acontecimientos de hoy. “Matt... Hoy has estado bastante bien. Me he enfrentado a un gusano enorme.” De pronto la imagen de Lia siendo merendada por aquel bicho en la plaza y la desesperación por no haber podido hacer nada en aquel momento me inundan el cuerpo. “Matt... Has cambiado mucho... Ojala hubieses sido lo que eres ahora en aquel tiempo. Todo hubiera sido muuy diferente.” De pronto mi estomago comienza a rugir por lo que decido salir del foso.
La arena en el foso se amontona en una esquina formando una escalera hasta la superficie para ayudarme a superar el escalón que aun queda hasta llenar el foso. Subo los primeros escalones cuando una idea extraña me asalta la cabeza. “Matt... ¿y si?” De pronto el escalón donde me encuentro comienza a arremolinarse entrono a mis pies formando una especie de nube bastante consistente de arena. -Bueno.. la forma esta conseguida.- Conseguir las formas que deseo con la arena no me resulta muy difícil pero la mayoría de las veces no consigo pasar de ese punto y al aplicar el uso que tengo imaginado para la arena esta resulta ineficaz. -Bueno a ver si funciona.... Arriba.- Con un giro de muñeca la nube de arena se eleva conmigo encima provocandome una sonrisa de autosuficiencia al ver que puedo usarla para desplazarme.
-Matt hoy estas sembradito macho.- Me digo mientras me elevo hasta salir del foso. La mezcla entre la desconcentración que me produce la alegría de haber conseguido elevarme sobre la arena y el cansancio acumulado por tantísimo esfuerzo hacen que por un momento mis fuerzas flaqueen por lo que la nube de arena deja de ser tan consistente y me cuelo por el medio haciéndome caer de culo sobre la arena del foso.
Al caer me asusto bastante al no esperar este resultado pero la arena del foso amortigua mi caída sin producirme ningún daño. Sin poder reprimirlo una carcajada sonora sale de las profundidades de mi garganta.- ¡Ostias como mola! ¡He de intentar esto de nuevo!- La idea de poder desplazarme sobre la arena como si de un vehículo se tratase me tiene bastante intrigado. “Siempre fui demasiado perro.” Mi estomago vuelve a rugir por lo que decido dejar de hacer el idiota y bajar a cenar con los demás.
Cenamos de las sobras del desayuno y de otras cosas que han preparado. Durante la cena comentamos el día movidito de hoy y yo digo mi idea de recoger arena tanto del desierto Malyadar como de los desiertos de Arsena. “¿Podría decirles a Nasher y a Giz si quieres acompañarme algún día?” Pienso mientras le doy un mordisco a una rebanada de pan.
Al terminar la cena recojo mi plato y me despido de todos para subir a mi habitación. “Puf.. he comido demasiado...” Pienso mientras subo las escaleras. Al llegar a mi habitación me quedo mirando el foso con la arena y una sonrisa enorme se dibuja en mi cara. -Dios... hoy voy a dormir como nunca.- Digo mientras dejo la túnica y los zapatos al lado de la silla. Me coloco al borde del foso y respiro hondo. La arena asciende lentamente hasta volver a formar las escaleras y yo desciendo por ellas lentamente.
Conforme bajo escalones la arena empieza a aplanarse hasta quedar en su posición original. Bostezo enérgicamente y me sumergo poco a poco en la arena. Primero hasta las rodillas, después hasta la altura del culo quedando sentado en la superficie.
-Mañana va a ser otro gran día. Tengo que practicar esto de la arena.. ¡Ademas! Mañana estreno arena.- Digo rascándome mi arenoso pelo. Me estiro un poco haciendo sonar un par de huesos y me termino de sumergir en la arena cayendo al poco rato en un profundo sueño.
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Los días posteriores pasaron sin ninguna novedad que resaltar. De la torre a los entrenamientos y de los entrenamientos a la torre. Al volver a la torre siempre solía subirme a la biblioteca para buscar algún tomo que me ayudase con el tema de la arena o que incluso me ayudara a comprender mejor las enseñanzas sobre magia física del otro libro pero mis esfuerzos parecían ser en vano. Tras quedarme un par de horas buscando y leyendo libros solía bajar a cenar con los chicos para después encerrarme en mi cuarto y continuar jugueteando con la arena. Los únicos ratos muertos de descanso que me permitía darme los solía pasar con Odin. Ese gato me daba la vida en mis momentos de aburrimiento y a decir verdad los dos mejorábamos cada día. Tanto él a la hora de atrapar mis esferitas de arena como yo al intentar que no las atrapase.
Gael sigue con su intento de hacerse los guantes artesanales que a decir verdad parecen serle de bastante utilidad para cuando los termine. El olor del barreño no era muy agradable hasta que le han lanzado un hechizo que hace que cambie el repulsivo olor que desprende por un suave olor a vainilla que no desagrada tanto. Noel por el contrario parece estar metido en su mundo. He intentado en varias ocasiones mantener una conversación con él pero el estado de cansancio del chico y sus momentáneas excursiones mentales a su mundo hacen que le deje un poco en sus pensamientos. “Todos necesitamos un momento para pararnos, pensar y recapacitar.”
La mañana de hoy es como la de los demás días. Me levanto en la insoldable oscuridad que me proporciona estar enterrado en la arena, me incorporo y me desperezo. Subo hasta el suelo y me coloco la túnica y los zapatos. Saludo a la silla y salgo para la cocina a preparar algo de desayuno.
Como es habitual no soy el primero en despertarme por lo que después de un ratito de charla y habiendo terminado el desayuno nos preparamos para encaminamos de nuevo hacia la bahía para continuar con los entrenamientos matutinos.
De un chasquido una gran nube de arena asciende desde el foso le hago un movimiento para que se acerque y esta se arremolina ami alrededor depositándose en mi cuerpo como si de una segunda capa de piel se tratase. "Es una manera bastante cómoda de llevarla." La arena sobrante la meto en una bolsa que encontré rebuscando en mis tiempos de juego con Odin. Me ato la bolsa a la cintura y salgo de la habitación con el libro de Drastica bajo el brazo para esperar a los demás. "No se cuantas vueltas le he dado a este libro pero aun me quedan tantas cosas que practicar."
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
Entramos en la torre y subo rápidamente a mi habitación para dejar la arena en su sitio. La silla se vuelve medio loca al entrar en la habitación por lo que me agacho y acaricio el respaldo de manera muy suave, exactamente igual como el que acaricia a un perro el lomo. -Vaya parece que me has echado de menos. Vuelve a tu sitio anda que tengo que hacer muuuuchas cosas aun.- La silla traquetea un poco y vuelve al lado del escritorio donde tengo los libros de la biblioteca.
Me acerco a la mesa y cojo uno de los libros. -Mañana para entrenar me tengo que llevar este.- Digo mientras ojeo el libro de Dama Drástica.”Este libro me ha ayudado bastante. Creo que debería empezar a profundizar mas en él.” Pienso mientras ojeo las ultimas paginas donde se describe el uso de la arena para construir paredes gruesas.
Mientras ojeo el libro por el rabillo del ojo puedo ver como la enorme esfera de arena continua en el aire y como esta esta comenzando a deshacerse. Con un ligero movimiento de mis dedos la esfera se coloca sobre el foso precipitándose dentro. Me acerco al foso y sonrío aliviado al ver que ha sido suficiente arena como para llenarlo casi por la mitad. -Bueno, para haber tardado tanto.. es la primera vez que consigo transportar tanto en tanto tiempo. Poquito a poco Matt.- Recuerdo una frase en el libro de Drástica que recalca la tranquilidad y el tesón para el control total de la arena. -Tengo todo el tiempo del mundo, no he de preocuparme por no mover dunas. Con lo ocurrido hoy he tenido suficiente movimento. Esto ha sido un gran examen para poner a prueba mis entrenamientos.- Digo con una sonrisa de satisfacción en la cara.
Me pongo de espaldas al foso y me dejo caer al vacío hundiéndome en la arena quedando totalmente oculto. Respiro hondo y repaso todos y cada uno de los acontecimientos de hoy. “Matt... Hoy has estado bastante bien. Me he enfrentado a un gusano enorme.” De pronto la imagen de Lia siendo merendada por aquel bicho en la plaza y la desesperación por no haber podido hacer nada en aquel momento me inundan el cuerpo. “Matt... Has cambiado mucho... Ojala hubieses sido lo que eres ahora en aquel tiempo. Todo hubiera sido muuy diferente.” De pronto mi estomago comienza a rugir por lo que decido salir del foso.
La arena en el foso se amontona en una esquina formando una escalera hasta la superficie para ayudarme a superar el escalón que aun queda hasta llenar el foso. Subo los primeros escalones cuando una idea extraña me asalta la cabeza. “Matt... ¿y si?” De pronto el escalón donde me encuentro comienza a arremolinarse entrono a mis pies formando una especie de nube bastante consistente de arena. -Bueno.. la forma esta conseguida.- Conseguir las formas que deseo con la arena no me resulta muy difícil pero la mayoría de las veces no consigo pasar de ese punto y al aplicar el uso que tengo imaginado para la arena esta resulta ineficaz. -Bueno a ver si funciona.... Arriba.- Con un giro de muñeca la nube de arena se eleva conmigo encima provocandome una sonrisa de autosuficiencia al ver que puedo usarla para desplazarme.
-Matt hoy estas sembradito macho.- Me digo mientras me elevo hasta salir del foso. La mezcla entre la desconcentración que me produce la alegría de haber conseguido elevarme sobre la arena y el cansancio acumulado por tantísimo esfuerzo hacen que por un momento mis fuerzas flaqueen por lo que la nube de arena deja de ser tan consistente y me cuelo por el medio haciéndome caer de culo sobre la arena del foso.
Al caer me asusto bastante al no esperar este resultado pero la arena del foso amortigua mi caída sin producirme ningún daño. Sin poder reprimirlo una carcajada sonora sale de las profundidades de mi garganta.- ¡Ostias como mola! ¡He de intentar esto de nuevo!- La idea de poder desplazarme sobre la arena como si de un vehículo se tratase me tiene bastante intrigado. “Siempre fui demasiado perro.” Mi estomago vuelve a rugir por lo que decido dejar de hacer el idiota y bajar a cenar con los demás.
Cenamos de las sobras del desayuno y de otras cosas que han preparado. Durante la cena comentamos el día movidito de hoy y yo digo mi idea de recoger arena tanto del desierto Malyadar como de los desiertos de Arsena. “¿Podría decirles a Nasher y a Giz si quieres acompañarme algún día?” Pienso mientras le doy un mordisco a una rebanada de pan.
Al terminar la cena recojo mi plato y me despido de todos para subir a mi habitación. “Puf.. he comido demasiado...” Pienso mientras subo las escaleras. Al llegar a mi habitación me quedo mirando el foso con la arena y una sonrisa enorme se dibuja en mi cara. -Dios... hoy voy a dormir como nunca.- Digo mientras dejo la túnica y los zapatos al lado de la silla. Me coloco al borde del foso y respiro hondo. La arena asciende lentamente hasta volver a formar las escaleras y yo desciendo por ellas lentamente.
Conforme bajo escalones la arena empieza a aplanarse hasta quedar en su posición original. Bostezo enérgicamente y me sumergo poco a poco en la arena. Primero hasta las rodillas, después hasta la altura del culo quedando sentado en la superficie.
-Mañana va a ser otro gran día. Tengo que practicar esto de la arena.. ¡Ademas! Mañana estreno arena.- Digo rascándome mi arenoso pelo. Me estiro un poco haciendo sonar un par de huesos y me termino de sumergir en la arena cayendo al poco rato en un profundo sueño.
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Los días posteriores pasaron sin ninguna novedad que resaltar. De la torre a los entrenamientos y de los entrenamientos a la torre. Al volver a la torre siempre solía subirme a la biblioteca para buscar algún tomo que me ayudase con el tema de la arena o que incluso me ayudara a comprender mejor las enseñanzas sobre magia física del otro libro pero mis esfuerzos parecían ser en vano. Tras quedarme un par de horas buscando y leyendo libros solía bajar a cenar con los chicos para después encerrarme en mi cuarto y continuar jugueteando con la arena. Los únicos ratos muertos de descanso que me permitía darme los solía pasar con Odin. Ese gato me daba la vida en mis momentos de aburrimiento y a decir verdad los dos mejorábamos cada día. Tanto él a la hora de atrapar mis esferitas de arena como yo al intentar que no las atrapase.
Gael sigue con su intento de hacerse los guantes artesanales que a decir verdad parecen serle de bastante utilidad para cuando los termine. El olor del barreño no era muy agradable hasta que le han lanzado un hechizo que hace que cambie el repulsivo olor que desprende por un suave olor a vainilla que no desagrada tanto. Noel por el contrario parece estar metido en su mundo. He intentado en varias ocasiones mantener una conversación con él pero el estado de cansancio del chico y sus momentáneas excursiones mentales a su mundo hacen que le deje un poco en sus pensamientos. “Todos necesitamos un momento para pararnos, pensar y recapacitar.”
La mañana de hoy es como la de los demás días. Me levanto en la insoldable oscuridad que me proporciona estar enterrado en la arena, me incorporo y me desperezo. Subo hasta el suelo y me coloco la túnica y los zapatos. Saludo a la silla y salgo para la cocina a preparar algo de desayuno.
Como es habitual no soy el primero en despertarme por lo que después de un ratito de charla y habiendo terminado el desayuno nos preparamos para encaminamos de nuevo hacia la bahía para continuar con los entrenamientos matutinos.
De un chasquido una gran nube de arena asciende desde el foso le hago un movimiento para que se acerque y esta se arremolina ami alrededor depositándose en mi cuerpo como si de una segunda capa de piel se tratase. "Es una manera bastante cómoda de llevarla." La arena sobrante la meto en una bolsa que encontré rebuscando en mis tiempos de juego con Odin. Me ato la bolsa a la cintura y salgo de la habitación con el libro de Drastica bajo el brazo para esperar a los demás. "No se cuantas vueltas le he dado a este libro pero aun me quedan tantas cosas que practicar."
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
30/10/12, 06:26 pm
Cuando llegamos a Serpentaria hacía ya rato que no abría la boca. Lo primero que hago es dirigirme a la cocina, porque a pesar de que el entrenamiento ha durado menos de lo habitual el estómago no da tregua. No me preocupo mucho en cocinar algo complicado, aunque sí hago para todos. Había algunas sobras de la noche anterior pero a mayores preparo una ensalada de frutas y verduras y me agencio un buen pedazo de pan y un vaso de leche. Y con la comida en la mano me marcho a la habitación donde guardo los cadáveres. Hubiera sido mala idea de no ser por el falso olor a vainilla, pero con ese sentido engañado, por lo demás me daba realmente igual. Aunque eso sí, no miro demasiado la piel de los barreños mientras mastico.
Al terminar el plato lo dejo a un lado y empiezo a mordisquear el pan con desgana. Ya estoy lleno y no me apetecen ni el pan ni la leche, así que bajo un momento a dejar el plato sucio y guardo lo demás para luego dentro de un armario pequeño. Al volver me doy cuenta de que había dejado la puerta entreabierta, aunque juraría que había quedado arrimada. Pero hay una explicación para ello y es que se me ha colado un inquilino en el cuarto, que curiosea con la zarpa el contenido del barreño de olor vainillado.
-¡Odín, no! ¡Deja eso! –exclamo mientras hago aspavientos acercándome al animal-. Gato malo.
Odín se aleja del barreño y gatea hasta la mesa maullando. Me mira como queriendo decirme algo y me rasco la cabeza.
-¿Buscas a Noel? Sí, seguro que te preguntas por qué no ha llegado todavía. –Y sorprendentemente no me siento estúpido de estar hablando con un gato-. ¡Claro! ¿tienes hambre, verdad? Siempre te dan de comer a mediodía…
Saco el vaso de leche y el pan del armario y deshago las migas dentro. El gato, mientras, no para de intentar acercarse impaciente.
-Tranquilo, enseguida acabo…
Cuando aparto las manos el minino se lanza a comer con avidez. Lo miro mientras apura la primera mitad del vaso, hipnotizado por cómo se mueven sus bigotitos. Después me doy cuenta de que no es mucha comida y bajo corriendo a por un cachito de carne cocinada a mayores. El gato acepta todo sin rechistar y al final se hace un ovillo cerca de mí. Sonrío, encogiéndome de hombros, y me pongo a estudiar el libro en que andaba enfrascado esos días. De vez en cuando aparto la mirada para comprobar que el animal sigue tranquilo y no arma una buena por la habitación. Seguramente se sienta solo sin Noel. Por mucho que se pase el día haciéndole arañazos, también está siempre a su alrededor. E inevitablemente el gato hace que me acuerde de su dueño constantemente, preguntándome si se habrá despertado ya y estará más tranquilo. Espero que Vac y Noel vuelvan pronto a la torre, y ojalá lo hagan siendo ya los de siempre.
Al terminar el plato lo dejo a un lado y empiezo a mordisquear el pan con desgana. Ya estoy lleno y no me apetecen ni el pan ni la leche, así que bajo un momento a dejar el plato sucio y guardo lo demás para luego dentro de un armario pequeño. Al volver me doy cuenta de que había dejado la puerta entreabierta, aunque juraría que había quedado arrimada. Pero hay una explicación para ello y es que se me ha colado un inquilino en el cuarto, que curiosea con la zarpa el contenido del barreño de olor vainillado.
-¡Odín, no! ¡Deja eso! –exclamo mientras hago aspavientos acercándome al animal-. Gato malo.
Odín se aleja del barreño y gatea hasta la mesa maullando. Me mira como queriendo decirme algo y me rasco la cabeza.
-¿Buscas a Noel? Sí, seguro que te preguntas por qué no ha llegado todavía. –Y sorprendentemente no me siento estúpido de estar hablando con un gato-. ¡Claro! ¿tienes hambre, verdad? Siempre te dan de comer a mediodía…
Saco el vaso de leche y el pan del armario y deshago las migas dentro. El gato, mientras, no para de intentar acercarse impaciente.
-Tranquilo, enseguida acabo…
Cuando aparto las manos el minino se lanza a comer con avidez. Lo miro mientras apura la primera mitad del vaso, hipnotizado por cómo se mueven sus bigotitos. Después me doy cuenta de que no es mucha comida y bajo corriendo a por un cachito de carne cocinada a mayores. El gato acepta todo sin rechistar y al final se hace un ovillo cerca de mí. Sonrío, encogiéndome de hombros, y me pongo a estudiar el libro en que andaba enfrascado esos días. De vez en cuando aparto la mirada para comprobar que el animal sigue tranquilo y no arma una buena por la habitación. Seguramente se sienta solo sin Noel. Por mucho que se pase el día haciéndole arañazos, también está siempre a su alrededor. E inevitablemente el gato hace que me acuerde de su dueño constantemente, preguntándome si se habrá despertado ya y estará más tranquilo. Espero que Vac y Noel vuelvan pronto a la torre, y ojalá lo hagan siendo ya los de siempre.
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