Torre Serpentaria (Archivo I)
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23 participantes
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Torre Serpentaria (Archivo I)
17/10/11, 03:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
18/11/11, 08:23 pm
Siloco está pensativo, o más bien pasamado, mientras intento salir de entre el carbón. De pronto se saca de un bolsillo un espejo pequeño. Dice que es una ocurrencia de su aprendiz, pero no entiendo muy bien a qué se refiere. ¿Allá usábamos espejos para escribir cosas raras? Pero cuando el espejo cambia me quedo asombrado. ¿Es como los espejos de los cuentos? Tal vez sirva para... Cuando hace una segunda "llamada" confirmo lo que había pensado, es para comunicarse a distancia. Supongo que habla con su aprendiz, como comentó antes. ¿Por qué querrá que la conozca?
Durante la conversación me quedo donde estaba, atento e inquieto. Siloco me mira de arriba a abajo y luego disuade a su aprendiz de que me ponga la mano encima. ¿Es que es peligrosa? Mi imaginación vuela y me imagino a una sanguinaria nigromante... porque supongo que es lo que será, y además venida de la tierra. La tranquilidad inicial se volatilizó al oír eso, ¿por qué iba a querer matarme, utilizarme o a saber?
Cuando acaba la llamada anuncia alegremente que nos vamos de picinic y se va a la cocina. Miro por la ventana, distraído, preguntándome si será esta la mejor hora para hacer un picnic. Aunque dudo que estando en compañía de él y su aprendiz me tenga que preocupar por la llegada de la noche. Aunque el cementerio impone más, supongo que el plan sigue siendo ir allí. Algo recuerdo de cuando estuve allí. Los muertos hablaban, decían incoherencias. Aunque eso sí, eran inofensivos, pero eso no quita que inquieta todavía más.
Cuando vuelven de la cocina, el cadáver lleva una cesta, seguramente llena de comida. Parece que nos vamos ya mismo. Mientras Siloco recoge salgo del barreño. A pesar de mi incomodidad de antes me olvidé de salir de de él en cuanto se fueron. En realidad sí estaba cómodo allí, pero tenía reticencia por lo que había escuchado del carbón. Por suerte ya me encontraba mucho mejor, aunque me movía despacio tras haber estado tan agarrotado. Siloco y el criado ya estaban saliendo por la puerta, y me apresuré a salir tras ellos, no vaya a ser que los pierda de vista.
(Sigue en el Cementerio).
Durante la conversación me quedo donde estaba, atento e inquieto. Siloco me mira de arriba a abajo y luego disuade a su aprendiz de que me ponga la mano encima. ¿Es que es peligrosa? Mi imaginación vuela y me imagino a una sanguinaria nigromante... porque supongo que es lo que será, y además venida de la tierra. La tranquilidad inicial se volatilizó al oír eso, ¿por qué iba a querer matarme, utilizarme o a saber?
Cuando acaba la llamada anuncia alegremente que nos vamos de picinic y se va a la cocina. Miro por la ventana, distraído, preguntándome si será esta la mejor hora para hacer un picnic. Aunque dudo que estando en compañía de él y su aprendiz me tenga que preocupar por la llegada de la noche. Aunque el cementerio impone más, supongo que el plan sigue siendo ir allí. Algo recuerdo de cuando estuve allí. Los muertos hablaban, decían incoherencias. Aunque eso sí, eran inofensivos, pero eso no quita que inquieta todavía más.
Cuando vuelven de la cocina, el cadáver lleva una cesta, seguramente llena de comida. Parece que nos vamos ya mismo. Mientras Siloco recoge salgo del barreño. A pesar de mi incomodidad de antes me olvidé de salir de de él en cuanto se fueron. En realidad sí estaba cómodo allí, pero tenía reticencia por lo que había escuchado del carbón. Por suerte ya me encontraba mucho mejor, aunque me movía despacio tras haber estado tan agarrotado. Siloco y el criado ya estaban saliendo por la puerta, y me apresuré a salir tras ellos, no vaya a ser que los pierda de vista.
(Sigue en el Cementerio).
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
19/11/11, 05:05 pm
Nia se despertó. Se había quedado dormida en el rellano. Con el cuerpo algo seco y entumedecido se metió en el tanque de agua y nadó un rato hasta que se sintió cómoda y salio, planeando el día, como siempre había hecho. No sabia si Gael o el nigromante seguían en la torre pero no tenia en mente acercarse a comprobar si seguían o no. Bajó a la cocina y notó que el hechizo de levitación la hacia zozobrar un poco así que, tras reforzarlo, desayunó algo de pan y carne y se fue a su cuarto, donde se pasó el resto del día estudiando, a veces lengua Ulterana otras magia de su afinidad.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
20/11/11, 05:35 pm
Abro los ojos despacio. Genial, me he dormido mientras estudiaba. Siento la cara entumecida por el lado en el que me apoyado durante la noche. «Nota mental: No dormirse nunca más encima de una mesa». Me froto los ojos y bajo a la cocina. Tengo mucho hambre. «¿Qué puedo hacerme para comer?». Ojeo algunas páginas del libro, intentando buscar algo fácil de hacer. No encuentro nada que me apetezca cocinar ahora. Cierro el libro. Creo que voy a cocinar algo de carne. No es muy complicado, y me apetece comer algo consistente... Cojo una sartén y pongo un trozo de carne a calentar. Cuando más o menos veo que está hecho, paro el hechizo térmico y me sirvo el filete en un plato. Devoro el trozo de carne y lavo el plato, la sartén y los cubiertos que he usado. Algo aburrida, voy a una de las salas comunes y empiezo a practicar hechizos.
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 12:04 pm
Decidieron ir a Serpentaria andando, para así evitar que Gaek se forzase, pues ya debía mantener un hechizo de levitación durante todo el camino. No hablaron de nada, pues cada uno parecía sumido en sus pensamientos. Cuando Nihil caminaba, su mirada se desenfocaba y parecía totalmente inmersa en su propia mente, y los que la conocían bien sabían que siempre iba trazando algún plan, aunque sus objetivos siguiesen siendo un misterio...
Al llegar, la súcubo alzó la vista inspeccionando la torre en su totalidad. Ella, como hechicera, había aprendido por su cuenta y bajo la tutela de Siloco, así que nunca había entrado en Serpentaria, pero había ido a visitar a amigos suyos en otras torres de hechicería, por lo que conocía de us medidas de seguridad. << No podré entrar tan fácilmente...>> Ella no era tan bestia como su maestro y no tenía ninguna intención de entrar a las bravas... Sonrió para sí.
-Bueno pequeñín, yo tengo cosas que hacer, así que me voy ya, a no ser que quieras que te acompañe a tu cuarto- se echó a reír- Buenas noches, y deja de pensar en ese viejo chiflado, es como un crío enfurruñado, ya se le pasará.- se agachó para darle un beso en la mejilla- Adiós- se despidió, alejándose a paso tranquilo hasta desaparecer en las sombras de los callejones.
Al llegar, la súcubo alzó la vista inspeccionando la torre en su totalidad. Ella, como hechicera, había aprendido por su cuenta y bajo la tutela de Siloco, así que nunca había entrado en Serpentaria, pero había ido a visitar a amigos suyos en otras torres de hechicería, por lo que conocía de us medidas de seguridad. << No podré entrar tan fácilmente...>> Ella no era tan bestia como su maestro y no tenía ninguna intención de entrar a las bravas... Sonrió para sí.
-Bueno pequeñín, yo tengo cosas que hacer, así que me voy ya, a no ser que quieras que te acompañe a tu cuarto- se echó a reír- Buenas noches, y deja de pensar en ese viejo chiflado, es como un crío enfurruñado, ya se le pasará.- se agachó para darle un beso en la mejilla- Adiós- se despidió, alejándose a paso tranquilo hasta desaparecer en las sombras de los callejones.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 03:34 pm
Fuimos caminando de vuelta a la torre, con el ataúd flotando a nuestra espalda. Su peso parecía hacerse mayor cuanto más avanzábamos, no sé si por agotamiento o porque realmente me gustaría que se quedara atrás, en el cementerio y donde debería estar. Procuré no alejarme demasiado de Nihil, aunque su expresión era muy ausente y no sabía ni qué se le pasaba por la cabeza. No abrió la boca hasta que llegamos a la torre.
Ante la entrada a la torre Nihil se despide y parece de buen humor. Me dice que deje de pensar en Siloco y asiento aunque cabizabajo. De pronto se agacha para darme un beso en la mejilla y me quedo tan sorprendido que no me pregunto ni si se habrá quemado. Mientras se aleja lentamente me llevo la mano a la mejilla y la miro perplejo hasta que siento que el ataúd está a punto de caérseme. Me centro de nuevo en la levitación y me pongo al lado del ataúd por si la puerta ponía pegas en dejarlo pasar. Avanzo y digo la contraseña, pero solo al llegar adentro me doy cuenta de que el ataúd no pinta absolutamente nada allí dentro. Pero tampoco fuera, no de momento. No tengo ningún lugar seguro donde dejarlo.
Agudizo el oído tratando de determinar si queda alguien despierto todavía en la torre, y espero que no. Dejo caer el ataúd en la sala común con cuidado y suspiro. Ha sido un esfuerzo traerlo hasta aquí y estoy casi sin energía. Recuerdo los dos amuletos que le di a Adara. Será conveniente que los reponga, y también es posible que Adara necesite más, no tienen demasiado poder. Descanso unos momentos mientras deambulo por la sala común, esperando a que se recarguen los amuletos. Saco el espejo del bolsillo y acaricio su superficie preguntándome con qué clase de hechizos se hará un artefacto así. Debe de ser una magia muy compleja. También saco el libro del ataúd y lo dejo sobre una mesa, hojeándolo sin pararme demasiado en lo que pone. Los párpados se me caen ya de cansancio. Dejaré lo de buscar amuletos para mañana.
Vuelvo a poner el libro donde estaba y subo las escaleras haciendo levitar de nuevo la caja. Será mejor que no lo deje por ahí a la vista de nadie. Entro en el cuarto con dificultad para hacer pasar el ataúd y cierro la puerta detrás de mí. Dejo caer el ataúd delante de la mesita, dejándola inmovilizada al mismo tiempo y tomo asiento en el aire mirando fijamente al niño de la caja. No me sentía capaz de dormir allí, con el ataúd delante. Solo el agotamiento por haber tenido un día tan largo me hizo cambiar de opinión, y sin pretenderlo me quedé dormido.
Ante la entrada a la torre Nihil se despide y parece de buen humor. Me dice que deje de pensar en Siloco y asiento aunque cabizabajo. De pronto se agacha para darme un beso en la mejilla y me quedo tan sorprendido que no me pregunto ni si se habrá quemado. Mientras se aleja lentamente me llevo la mano a la mejilla y la miro perplejo hasta que siento que el ataúd está a punto de caérseme. Me centro de nuevo en la levitación y me pongo al lado del ataúd por si la puerta ponía pegas en dejarlo pasar. Avanzo y digo la contraseña, pero solo al llegar adentro me doy cuenta de que el ataúd no pinta absolutamente nada allí dentro. Pero tampoco fuera, no de momento. No tengo ningún lugar seguro donde dejarlo.
Agudizo el oído tratando de determinar si queda alguien despierto todavía en la torre, y espero que no. Dejo caer el ataúd en la sala común con cuidado y suspiro. Ha sido un esfuerzo traerlo hasta aquí y estoy casi sin energía. Recuerdo los dos amuletos que le di a Adara. Será conveniente que los reponga, y también es posible que Adara necesite más, no tienen demasiado poder. Descanso unos momentos mientras deambulo por la sala común, esperando a que se recarguen los amuletos. Saco el espejo del bolsillo y acaricio su superficie preguntándome con qué clase de hechizos se hará un artefacto así. Debe de ser una magia muy compleja. También saco el libro del ataúd y lo dejo sobre una mesa, hojeándolo sin pararme demasiado en lo que pone. Los párpados se me caen ya de cansancio. Dejaré lo de buscar amuletos para mañana.
Vuelvo a poner el libro donde estaba y subo las escaleras haciendo levitar de nuevo la caja. Será mejor que no lo deje por ahí a la vista de nadie. Entro en el cuarto con dificultad para hacer pasar el ataúd y cierro la puerta detrás de mí. Dejo caer el ataúd delante de la mesita, dejándola inmovilizada al mismo tiempo y tomo asiento en el aire mirando fijamente al niño de la caja. No me sentía capaz de dormir allí, con el ataúd delante. Solo el agotamiento por haber tenido un día tan largo me hizo cambiar de opinión, y sin pretenderlo me quedé dormido.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 04:05 pm
Nia terminó de estudiar a altas horas de la noche. Agotada, se arrastró hasta la cama donde durmió profundamente sin soñar.
Al despertarse tuvo la sensación de que algo estaba mordiéndole la espalda pero se dio cuenta de que estaba dormida sobre su mano y el anillo se le había clavado en la piel. Se levantó y nadó un poco para desperezarse. Cuando se sintió más cómoda y con los pies... tentáculos sobre la tierra saltó fuera y, como hacia siempre, comenzó a mesarse el pelo. Hoy le apetecía una visita por la ciudad que aún no conocía todos y cada uno de sus recovecos. No había tenido noticias de Gael en todo el anterior día, así que supuso que había salido. Al burdel probablemente. Quizás también ese lugar mereciera una visita. Nia se quedó pensativa un rato más y luego lanzó el hechizo levitador sobre sí misma y bajó a la cocina donde desayunó carne fresca y salio hacia el salón, con una lectura Ulterana de mayor nivel. Nia se puso a leer en voz alta el conjunto de glifos que formaban cada palabra, a su vez, cada frase. Aquel nivel no tenia ni punto de comparación al libro de parvulario. Si hubiera algún ulterano-hablante a la redonda, seguramente pensaría que aquellos chascarridos que salían de su boca era un bebe ahogándose. Nia suspiró. Aún le quedaba práctica por hacer.
Al despertarse tuvo la sensación de que algo estaba mordiéndole la espalda pero se dio cuenta de que estaba dormida sobre su mano y el anillo se le había clavado en la piel. Se levantó y nadó un poco para desperezarse. Cuando se sintió más cómoda y con los pies... tentáculos sobre la tierra saltó fuera y, como hacia siempre, comenzó a mesarse el pelo. Hoy le apetecía una visita por la ciudad que aún no conocía todos y cada uno de sus recovecos. No había tenido noticias de Gael en todo el anterior día, así que supuso que había salido. Al burdel probablemente. Quizás también ese lugar mereciera una visita. Nia se quedó pensativa un rato más y luego lanzó el hechizo levitador sobre sí misma y bajó a la cocina donde desayunó carne fresca y salio hacia el salón, con una lectura Ulterana de mayor nivel. Nia se puso a leer en voz alta el conjunto de glifos que formaban cada palabra, a su vez, cada frase. Aquel nivel no tenia ni punto de comparación al libro de parvulario. Si hubiera algún ulterano-hablante a la redonda, seguramente pensaría que aquellos chascarridos que salían de su boca era un bebe ahogándose. Nia suspiró. Aún le quedaba práctica por hacer.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 05:25 pm
Aunque dormí de tirón y como un plomo, me desperté más temprano de lo que creía, y en cuanto abrí el ojo y vi el ataúd no volví a lograr dormirme. Recordé como me quedé dormido mirando el misterioso hechizo que lo cubría, esa neblina verdosa. Realmente tengo que sacarlo de aquí, pero no antes de encontrar un sitio adecuado para guardarlo, a él y a todos los demás. El barrio derruido tiene demasiadas alimañas y pocos edificios en pie. Por aquí es difícil saber si algo es una propiedad de alguien o no. Edificios abandonados sí hay bastantes.
Me desperezo y me acerco al ataúd. Todavía no había probado el cuerpo, pero tendría que hacerlo tarde o temprano. Y lo necesitaba... por ejemplo para los entrenamientos con Adara. Ni siquiera puedo hacer caso al impulso de ocultarlo. Y sé que a nadie le gustará verlo, pero es lo que hay. Si no... siempre puedo irme de Serpentaria, o algo. Me masajeo las sienes y sin pensar mucho en lo que hago, mi esencia fluye hacia el cuerpo del ataúd. Me encuentro en un cuerpo extraño pero familiar, más familiar de lo que lo ha sido ninguno de los que he usado. Abro y cierro las manos, están frías y agarrotadas, todo el cuerpo lo está. Me levanto torpemente y renqueando, cada músculo que muevo se echa a temblar, como queriendo quejarse. Siempre es igual, pero por algún motivo con este cuerpo, al ser humano, yo lo siento diferente. Me siento peor.
Salgo de ataúd lentamente, aunque casi me caigo por el camino. El cuerpo neccesita desentumecerse un pocos más para que los músculos respondan. Por todo lo demás, parece funcionar perfectamente.
Abro la puerta de la habitación y salgo al pasillo hasta dar con las escaleras. Las bajo de forma exasperantemente lenta para evitar tropezarme y caer, y cuando llego abajo no sé muy bien qué hacer. Solo estoy probando el cuerpo. Debería probar a hacer magia a través de él, debería poder sin dejar la posesión, ya que este sí tiene manos. Alzo la cabeza, pensando en atravesar el techo a ir en busca de talismanes.
Me desperezo y me acerco al ataúd. Todavía no había probado el cuerpo, pero tendría que hacerlo tarde o temprano. Y lo necesitaba... por ejemplo para los entrenamientos con Adara. Ni siquiera puedo hacer caso al impulso de ocultarlo. Y sé que a nadie le gustará verlo, pero es lo que hay. Si no... siempre puedo irme de Serpentaria, o algo. Me masajeo las sienes y sin pensar mucho en lo que hago, mi esencia fluye hacia el cuerpo del ataúd. Me encuentro en un cuerpo extraño pero familiar, más familiar de lo que lo ha sido ninguno de los que he usado. Abro y cierro las manos, están frías y agarrotadas, todo el cuerpo lo está. Me levanto torpemente y renqueando, cada músculo que muevo se echa a temblar, como queriendo quejarse. Siempre es igual, pero por algún motivo con este cuerpo, al ser humano, yo lo siento diferente. Me siento peor.
Salgo de ataúd lentamente, aunque casi me caigo por el camino. El cuerpo neccesita desentumecerse un pocos más para que los músculos respondan. Por todo lo demás, parece funcionar perfectamente.
Abro la puerta de la habitación y salgo al pasillo hasta dar con las escaleras. Las bajo de forma exasperantemente lenta para evitar tropezarme y caer, y cuando llego abajo no sé muy bien qué hacer. Solo estoy probando el cuerpo. Debería probar a hacer magia a través de él, debería poder sin dejar la posesión, ya que este sí tiene manos. Alzo la cabeza, pensando en atravesar el techo a ir en busca de talismanes.
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 05:32 pm
Cuando Gael se hubo ido algo se escabilló fuera del ataúd. Era un ojo. Tenía unas patitas de insecto hechas por alambre, y el ojo era un globo ocular real cristalizado con magia, un regalo de un demiurgo. Saltó de la caja de madera y corrió colándose por la rendija que se había quedado abierta, trepandose a las paredes y recorriendo los pasillos en busca de su objetido. Al llegar a la puerta de una de las habitaciónes, la que desprendía el olor que buscaba, bajó hasta la cerradura y con una de sus patas hasta que esta cedió con un click
Dama Casia estudiaba sentada en su escritorio, totalmente concentrada. Ni tan solo se inmutó cuando una voz infantil empezó a cantar una canción de cuna. Tampoco cuando esa canción la arrastró lentamente hacia un profundo sueño que la hizo desplomarse sobre el escritorio.
La ninfa despertó en un mundo onírico de niebla y vapor, rodeada de una selva de plumas de pavo real. Estaba tumbada en el suelo, sobre un manto fino y suave como el terciopelo, pero tan etéreo que le hacía temer que en cualquier momento fuera a desvanecerse bajo su cuerpo., pero también estaba tumbada sobre alguien, una figura femenina. Nihil estrechaba a dama Casia entre sus brazos y le acariciaba el pelo con ternura.
-No te molestes, cariño, no te servirá de nada- dijo con voz dulce cuando notó que la ninfa intentaba escapar - ¿Soy la primera visita que recibes desde que entraste en esta sucia torre y me recibes tratando de huir de mi? Es muy descortés...- un torrente de imágenes de Reisha poblaron la mente de la chica, apoderándose de ella durante unos instantes. La ninfa miró a Nihil, confusa- Eso es, mi niña, te usaron ¿y después? Ni un mensaje, ni una noticia, como si se hubiese olvidado de ti... -los ojos de Casia se humedecieron y eso provocó en Nihil una sonrisa de satisfacción, que disimuló abrazando a la otra con fuerza- Mi pobre muñequita, encerrada en una torre, desaprovechando su talento a manos de los inútiles dle consejo. Eres muy valiosa, ¿sabes? Lo eres mucho más de lo que esos estúpidos pueden siquiera llegar a entender- Dama Casia fua a hablar, pero Nihil le selló los labios posando en ellos un dedo- No, deja que te lo muestre- Nihil besó con delicadeza la frente de la chica y las ideas e imágenes llegaron a su embriagado cerebro como profundas pulsaciones. Ideas de gloria y poder, ideas de conocimiento, no más miedo, no más viajar a la sombra de nadie- Ella te quiere... -dijo en un susurro deslizando sus labios por el rostro de Casia- Una madre te dio el poder, otra te enseñará a usarlo, y para ello tan solo necesitas un pequeño empujón. Unirte a nosotros, ser una de nosotros...- se separó un poco de ella, lo suficiente como para ver los ojos de la ninfa velados por el trance. Nihil hilaba sus palabras con su voz hipnotizante, y su saliva cargada de locura teñía sus labios de negro. El gesto embriagado de Casia se volvio anhelante, sediendo, cargado de deseo. Sus labios se acercaron a los de la súcubo, ansiosos por probar la droga de dioses que esta le ofrecía. Y allí, envuelta en los brazos de las pesadillas, se dejó llevar por el delirio y la locura. Y Nihil rió internamente, pues un alma más alimentaría a la madre de todos los horrores...
Dama Casia estudiaba sentada en su escritorio, totalmente concentrada. Ni tan solo se inmutó cuando una voz infantil empezó a cantar una canción de cuna. Tampoco cuando esa canción la arrastró lentamente hacia un profundo sueño que la hizo desplomarse sobre el escritorio.
La ninfa despertó en un mundo onírico de niebla y vapor, rodeada de una selva de plumas de pavo real. Estaba tumbada en el suelo, sobre un manto fino y suave como el terciopelo, pero tan etéreo que le hacía temer que en cualquier momento fuera a desvanecerse bajo su cuerpo., pero también estaba tumbada sobre alguien, una figura femenina. Nihil estrechaba a dama Casia entre sus brazos y le acariciaba el pelo con ternura.
-No te molestes, cariño, no te servirá de nada- dijo con voz dulce cuando notó que la ninfa intentaba escapar - ¿Soy la primera visita que recibes desde que entraste en esta sucia torre y me recibes tratando de huir de mi? Es muy descortés...- un torrente de imágenes de Reisha poblaron la mente de la chica, apoderándose de ella durante unos instantes. La ninfa miró a Nihil, confusa- Eso es, mi niña, te usaron ¿y después? Ni un mensaje, ni una noticia, como si se hubiese olvidado de ti... -los ojos de Casia se humedecieron y eso provocó en Nihil una sonrisa de satisfacción, que disimuló abrazando a la otra con fuerza- Mi pobre muñequita, encerrada en una torre, desaprovechando su talento a manos de los inútiles dle consejo. Eres muy valiosa, ¿sabes? Lo eres mucho más de lo que esos estúpidos pueden siquiera llegar a entender- Dama Casia fua a hablar, pero Nihil le selló los labios posando en ellos un dedo- No, deja que te lo muestre- Nihil besó con delicadeza la frente de la chica y las ideas e imágenes llegaron a su embriagado cerebro como profundas pulsaciones. Ideas de gloria y poder, ideas de conocimiento, no más miedo, no más viajar a la sombra de nadie- Ella te quiere... -dijo en un susurro deslizando sus labios por el rostro de Casia- Una madre te dio el poder, otra te enseñará a usarlo, y para ello tan solo necesitas un pequeño empujón. Unirte a nosotros, ser una de nosotros...- se separó un poco de ella, lo suficiente como para ver los ojos de la ninfa velados por el trance. Nihil hilaba sus palabras con su voz hipnotizante, y su saliva cargada de locura teñía sus labios de negro. El gesto embriagado de Casia se volvio anhelante, sediendo, cargado de deseo. Sus labios se acercaron a los de la súcubo, ansiosos por probar la droga de dioses que esta le ofrecía. Y allí, envuelta en los brazos de las pesadillas, se dejó llevar por el delirio y la locura. Y Nihil rió internamente, pues un alma más alimentaría a la madre de todos los horrores...
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 05:45 pm
Nia escuchó movimiento en la torre. Bajaba lentamente y tortuosamente las escaleras. ¿Quién podría ser? No recordaba que hubiera alguien más torpe que ella bajando las escaleras. Le picó la curiosidad y decidió investigarlo. Ahí parado había un chico. Nada extraordinario. Parecía comprobar fascinado su cuerpo, como si no fuera el suyo. Su piel era ligeramente azul aún así. ¿Quién era?
No. Es imposible. No puede ser un cosechado. ¿Qué hará aquí?
Nia se decidió por preguntarle algo. No olvidaba la ley de la no interferencia así que se lo dijo desde el rellano del siguiente piso.
-¿¡QUIEN ERES!?¿¡QUE HACES AQUÍ!? Y más importante ¿¡CÓMO HAS ENTRADO!?-gritó Nia, para que el chaval la oyera. Siguió escudada en la barandilla mientras el chico se daba la vuelta. Cuando le miró a los ojos algo le hizo recordar a otra persona.
-¿Gael?-musitó incrédula.
No. Es imposible. No puede ser un cosechado. ¿Qué hará aquí?
Nia se decidió por preguntarle algo. No olvidaba la ley de la no interferencia así que se lo dijo desde el rellano del siguiente piso.
-¿¡QUIEN ERES!?¿¡QUE HACES AQUÍ!? Y más importante ¿¡CÓMO HAS ENTRADO!?-gritó Nia, para que el chaval la oyera. Siguió escudada en la barandilla mientras el chico se daba la vuelta. Cuando le miró a los ojos algo le hizo recordar a otra persona.
-¿Gael?-musitó incrédula.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 06:04 pm
Mientras sopesaba probar la magia y empezaba a alzar una mano escuché un alboroto a mi espalda. Es la voz de Nia, nadie podría hacer tanto ruido de los demás habitantes del torreón. Me vuelvo, sin cambiar ni un ápice la expresión del cuerpo. Los músculos de la cara también están agarrotados, y son innecesarios y más difíciles de mover. Ella parece reconocerme, o eso creo. Iba a volver a mi forma expuesta, pero entonces hago un ademán de sonrisa y empiezo a emitir gorjeos que intentan ser palabras. Incluso las cuerdas bocales están rígidas, parece, y a los pulmones les cuesta tomar aire.
-So... soy Gaaa... el... -le digo, sintiendo ganas de reír al ver su cara-. No... te... preocupes. Solo es... cuerpo... un cuerpo. Prestado. Murió... hace tiempo. Se pueden... conservar. -Entonces señalo al techo insistentemente y alzo una mano para empezar a recitar el hechizo de levitación, cada vez de forma más fluida, aunque lentamente. Cuando me elevo por los aires con el cuerpo siento euforia, ¡lo he conseguido! Ya cerca del techo me hago intangible y paso al otro lado. Los libros y los objetos mágicos seguían igual que la última vez. Me pongo a rebuscar, más lentamente de lo que lo haría con mi propio cuerpo, en los arcones con amuletos. Cojo un brazalete nuevo, que se me antoja más bonito para mí que el anterior, y además otro colgante, este no tan bonito, pero al menos tendría una capacidad similar al que cedí. Ojalá algún día pudiera encontrar algún amuleto de gran capacidad, pero no se me ocurría dónde intentarlo. Si había que pagar por ellos, yo no tenía con qué.
-So... soy Gaaa... el... -le digo, sintiendo ganas de reír al ver su cara-. No... te... preocupes. Solo es... cuerpo... un cuerpo. Prestado. Murió... hace tiempo. Se pueden... conservar. -Entonces señalo al techo insistentemente y alzo una mano para empezar a recitar el hechizo de levitación, cada vez de forma más fluida, aunque lentamente. Cuando me elevo por los aires con el cuerpo siento euforia, ¡lo he conseguido! Ya cerca del techo me hago intangible y paso al otro lado. Los libros y los objetos mágicos seguían igual que la última vez. Me pongo a rebuscar, más lentamente de lo que lo haría con mi propio cuerpo, en los arcones con amuletos. Cojo un brazalete nuevo, que se me antoja más bonito para mí que el anterior, y además otro colgante, este no tan bonito, pero al menos tendría una capacidad similar al que cedí. Ojalá algún día pudiera encontrar algún amuleto de gran capacidad, pero no se me ocurría dónde intentarlo. Si había que pagar por ellos, yo no tenía con qué.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 06:22 pm
Nia se quedó perpleja cuando el chico, no...Gael habló. Parece que estaba controlando aquel cadáver solo que este tenia su dificultad. Gael no dice mucha cosa y pronto marchó hacia arriba, a la última planta. Nia negó con la cabeza.
-Me habías asustado...-dijo con un puchero aunque ya no estaba ahí. Gael parecía ocupado con lo de su nuevo cuerpo y Nia no quería admitir que le daba algo de miedo el asunto así que decidió salir a por su prometido paseo. Subió a su cuarto, cogió el hatillo y las cosas que necesitaba y algo más. Lista y preparada, salio de la torre, en busca de aventuras.
(continua en el barrio de los callejones sin salida)
-Me habías asustado...-dijo con un puchero aunque ya no estaba ahí. Gael parecía ocupado con lo de su nuevo cuerpo y Nia no quería admitir que le daba algo de miedo el asunto así que decidió salir a por su prometido paseo. Subió a su cuarto, cogió el hatillo y las cosas que necesitaba y algo más. Lista y preparada, salio de la torre, en busca de aventuras.
(continua en el barrio de los callejones sin salida)
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
22/11/11, 07:28 pm
No había rastro de música en la habitación. Tampoco del mundo que dama Casia veía en sus sueños, pues nada de ello era real salvo el ser que lo había provocado. El ojo intruso hbía clavado sus patitas metálicas en el cuello de la ninfa, hundiéndolas en su médula para poder controlarla. Dama Casia se puso en pie lentamente, con los ojos abiertos pero con la mirada perdida, y salió de la habitación con paso tranquilo. El marionetista que la manejaba trataba por todos los medios de que el comportamiento de la chica no levantase ninguna sospecha. La ninfa bajó las escaleras hasta la entrada, y salió a la ciudad, siguiendo el camino que Nihil le marcaba, acudiendo a la llamada de Ewa y sus adeptos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
23/11/11, 12:27 am
Ensimismado como estaba revisando los baúles tardé en darme cuenta de que Nia no me había seguido. Tendrá algo que hacer, supongo. Una joya capta entonces mi atención. La agarro y la saco para examinarla mejor. Es un brazalete muy elegante, tanto que no me lo termino de ver puesto. Es de algún metal plateado, parecido al acero, y tiene un relieve a lo largo con la forma de un espino y lo que parecen rosas. Está algo desgastada, pero es más un adorno que un talismán. Me fijo en las manos blancas que lo sujetan y entonces decido regalárselo al cuerpo. Se lo coloco en una muñeca con dificultad, donde se queda fijado. En él quedaba elegante, tal vez podría usarlo de reserva en alguna ocasión, aunque para eso debería ocuparme de cargarlo primero.
Después, aprovechando que ya no tenía que preocuparme por el fuego en las páginas de los libros me pongo a hojear por encima varios de los que había en la biblioteca de la planta superior. Me siento en una silla con un pequeño montón delante, todos de magia bastante básica pero que no conocía. Cuando ya había pasado casi todos los libros a un segundo montón me di cuenta de lo tarde que se estaba haciendo y que todavía no había comido nada desde ayer. Guardo los libros y cojo los talismanes que había conseguido para mí, y tras hacer el par de hechizos necesarios vuelvo a la planta baja, donde había visto antes a Nia. Aunque al llegar ella ya no está, ni tampoco en la cocina. Lo mejor será que deje el cuerpo y coma algo. Aunque no espero tener compañía, la torre está tan silenciosa como de costumbre.
Cuando ya he dejado el cuerpo en su ataúd vuelvo a toda prisa a la cocina y abro el libro de cocina dispuesto a hacer cualquier cosa, pero al sentir como apremia el hambre decido que tengo prisa para cosas demasiado elaboradas. Caliento la sartén de hierro y plancho un huevo en ella con un poco de mantequilla untada. Hoy en vez de quedarme tan deshecho como un huevo revuelto consigo que sea un solo pedazo, pero queda todo apelotonado en el centro, y ya yema parece aún cruda. Lo meto entre dos rebanadas de pan y añado un pedazo de queso, que se derrite un poco en el medio. No será gran cosa pero a mi estómago le vale. Al terminar el bocadillo me bebo un vaso de leche con azúcar y doy la comida por terminada. ¿Qué puedo hacer ahora? Me gustaría salir a dar un paseo, tal vez... Burdel, taberna, biblioteca... Será mejor que decida rápido o se hará demasiado tarde.
Recuerdo que había dejado el colaespina en un edificio cercano. Si había un cuerpo que arriesgar era ese, no se pierde nada con un colaespina. Salgo afuera y busco el lugar. Por suerte el animal seguía en su lugar, escondigo bajo un mueble destrozado. Le aplico un hechizo térmico para que se descongele lentamente y espero dando vueltas en círculos. Cuando el animal está blando por fuera lo poseo, pero enseguida me doy cuenta de que es muy pronto. Trato de arrastrar al animal mientras todavía siento el hechizo de calor. Su interior todavía está frío y tieso. Me arrastro por las escaleras medio derrumbadas y salgo afuera agitando la cola con nerviosismo. La mejor defensa de ese animal son sus espinas, debería poder utilizar las que tiene ahora si me encontrase algún problema.
Cuando todo parece en su sitio hago que cese el hechizo y echo a correr por la calle. Primero voy a inspeccionar el escondite de Jack en el barrio derruído. Tal vez con algunas medidas de protección sería un buen lugar para los cuerpos.
Sigue en el Barrio Derruido.
Después, aprovechando que ya no tenía que preocuparme por el fuego en las páginas de los libros me pongo a hojear por encima varios de los que había en la biblioteca de la planta superior. Me siento en una silla con un pequeño montón delante, todos de magia bastante básica pero que no conocía. Cuando ya había pasado casi todos los libros a un segundo montón me di cuenta de lo tarde que se estaba haciendo y que todavía no había comido nada desde ayer. Guardo los libros y cojo los talismanes que había conseguido para mí, y tras hacer el par de hechizos necesarios vuelvo a la planta baja, donde había visto antes a Nia. Aunque al llegar ella ya no está, ni tampoco en la cocina. Lo mejor será que deje el cuerpo y coma algo. Aunque no espero tener compañía, la torre está tan silenciosa como de costumbre.
Cuando ya he dejado el cuerpo en su ataúd vuelvo a toda prisa a la cocina y abro el libro de cocina dispuesto a hacer cualquier cosa, pero al sentir como apremia el hambre decido que tengo prisa para cosas demasiado elaboradas. Caliento la sartén de hierro y plancho un huevo en ella con un poco de mantequilla untada. Hoy en vez de quedarme tan deshecho como un huevo revuelto consigo que sea un solo pedazo, pero queda todo apelotonado en el centro, y ya yema parece aún cruda. Lo meto entre dos rebanadas de pan y añado un pedazo de queso, que se derrite un poco en el medio. No será gran cosa pero a mi estómago le vale. Al terminar el bocadillo me bebo un vaso de leche con azúcar y doy la comida por terminada. ¿Qué puedo hacer ahora? Me gustaría salir a dar un paseo, tal vez... Burdel, taberna, biblioteca... Será mejor que decida rápido o se hará demasiado tarde.
Recuerdo que había dejado el colaespina en un edificio cercano. Si había un cuerpo que arriesgar era ese, no se pierde nada con un colaespina. Salgo afuera y busco el lugar. Por suerte el animal seguía en su lugar, escondigo bajo un mueble destrozado. Le aplico un hechizo térmico para que se descongele lentamente y espero dando vueltas en círculos. Cuando el animal está blando por fuera lo poseo, pero enseguida me doy cuenta de que es muy pronto. Trato de arrastrar al animal mientras todavía siento el hechizo de calor. Su interior todavía está frío y tieso. Me arrastro por las escaleras medio derrumbadas y salgo afuera agitando la cola con nerviosismo. La mejor defensa de ese animal son sus espinas, debería poder utilizar las que tiene ahora si me encontrase algún problema.
Cuando todo parece en su sitio hago que cese el hechizo y echo a correr por la calle. Primero voy a inspeccionar el escondite de Jack en el barrio derruído. Tal vez con algunas medidas de protección sería un buen lugar para los cuerpos.
Sigue en el Barrio Derruido.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
06/12/11, 05:49 pm
De nuevo llego a Serpentaria, a altas horas de la noche y a todo correr, pero ni rastro de los dragones a nuestra espalda excepto del que llevo conmigo. <<<¿Qué habrá pensado Gael al verme con el bicho antes?>>> pienso sonriendo mientras recupero mi forma y el chico aterriza frente a la puerta de la torre. Yo no puedo pasar, así que le daré el dragón y a casa.
-Bueno, Gael, ha sido un placer pasear con vos en esta hermosa noche pero...-empiezo a reirme tras imitar la forma tan cortés de hablar y callo de pronto al recordar que el gigante se hacía invisible.-Solo bromeaba. El caso... Este dragoncito muerto es todo tuyo. ¿Se comieron al colaespina? Pues tú te los comerás ahora con este.-vuelvo a reir mientras me lo descuelgo del hombro con cuidado por las garras y lo cojo por lo que serían nuestras axilas.-Todo tuyo. Ya me gustaría verte poseyendo a uno de estos y consiguiendo volar, estaría bastante bien. Quizá hasta le ponga una miríada de alas al Acorazado.-digo entre risas, de nuevo. Me gusta pasear, ir de caza y encima con amigos. ¿Qué más se puede pedir? <<<Que Erika despierte y charlar un rato con Cain, Vac o Elliot ...>>> Sacudo la cabeza para despejarme de cualquier pensamiento triste y por fin le doy el dragón a Gael- Una última cosa...-muestro mis colmillos.-Si logras poseerlo y nos cruzamos algún día, avisa de que eres tú.-cambio los incisivos por una sonrisa y sigo.-Aunque olerá a muerto y no a sangre pero...-hago un aspaviento con la mano y digo riendo.- A casita y a dormir, pequeñajo, que es tarde. Buenas noches, ya nos veremos.-me despido vaporizándome y echando a volar.
Ale, una noche más a oscuras del sol y viviendo el presente sin prepararse para el futuro... Tengo que mirar lo de montar un negocio o algo similar... ¿Qué dijo la hechicera aquella sobre mi sangre? Que era un buen ingrediente para hacer venenos... ¿Podría vender mi sangre? Ni siquiera sé cuál es su valor real, podrían timarme o cazarme si me debilito demasiado. Lo mejor será pasar primero por la taberna y tras una jornada de trabajo, rellenar un poco de alguna botella con mi sangre. Beber y rellenar, siendo previsores. Pero hoy no, ah, nada de eso. A casa, que hace días que no paso por allí y el otro día ya bromeaban sobre si no vivo allí... Y aún no sé qué le pasó a Cain en el ojo... Ya van dos veces sin preguntar, no habrá una tercera. Hay que ser suave, vale, pero a ver si se van a pensar que no me preocupo por ellos... Y con este pensamiento y cien más, incremento la velocidad hacia el Burdel, surcando el cielo rocavarancolés como una exhalación...
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
-Bueno, Gael, ha sido un placer pasear con vos en esta hermosa noche pero...-empiezo a reirme tras imitar la forma tan cortés de hablar y callo de pronto al recordar que el gigante se hacía invisible.-Solo bromeaba. El caso... Este dragoncito muerto es todo tuyo. ¿Se comieron al colaespina? Pues tú te los comerás ahora con este.-vuelvo a reir mientras me lo descuelgo del hombro con cuidado por las garras y lo cojo por lo que serían nuestras axilas.-Todo tuyo. Ya me gustaría verte poseyendo a uno de estos y consiguiendo volar, estaría bastante bien. Quizá hasta le ponga una miríada de alas al Acorazado.-digo entre risas, de nuevo. Me gusta pasear, ir de caza y encima con amigos. ¿Qué más se puede pedir? <<<Que Erika despierte y charlar un rato con Cain, Vac o Elliot ...>>> Sacudo la cabeza para despejarme de cualquier pensamiento triste y por fin le doy el dragón a Gael- Una última cosa...-muestro mis colmillos.-Si logras poseerlo y nos cruzamos algún día, avisa de que eres tú.-cambio los incisivos por una sonrisa y sigo.-Aunque olerá a muerto y no a sangre pero...-hago un aspaviento con la mano y digo riendo.- A casita y a dormir, pequeñajo, que es tarde. Buenas noches, ya nos veremos.-me despido vaporizándome y echando a volar.
Ale, una noche más a oscuras del sol y viviendo el presente sin prepararse para el futuro... Tengo que mirar lo de montar un negocio o algo similar... ¿Qué dijo la hechicera aquella sobre mi sangre? Que era un buen ingrediente para hacer venenos... ¿Podría vender mi sangre? Ni siquiera sé cuál es su valor real, podrían timarme o cazarme si me debilito demasiado. Lo mejor será pasar primero por la taberna y tras una jornada de trabajo, rellenar un poco de alguna botella con mi sangre. Beber y rellenar, siendo previsores. Pero hoy no, ah, nada de eso. A casa, que hace días que no paso por allí y el otro día ya bromeaban sobre si no vivo allí... Y aún no sé qué le pasó a Cain en el ojo... Ya van dos veces sin preguntar, no habrá una tercera. Hay que ser suave, vale, pero a ver si se van a pensar que no me preocupo por ellos... Y con este pensamiento y cien más, incremento la velocidad hacia el Burdel, surcando el cielo rocavarancolés como una exhalación...
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
14/12/11, 02:34 pm
La huida precipitada hacía tiempo que se había acabado. Cuando dejamos de sentir el olor nauseabundo que rodeaba a la torre estaba claro que las bestias no nos seguían y no era necesario ir a toda velocidad. Estuve escondido todo el tiempo, como me sugirió Jack. No sé si por los dragones o por el miedo que, de forma irracional, me da su sed. Pero es una tontería, él nunca ha hecho daño a nadie y no creo que lo haga. No vi muy bien qué hizo, pero cuando volvió todavía llevaba a su presa en brazos, incluso ahora todavía la arrastra. ¿Querrá algo de sus cuerpos? No creo que su piel le sirva de mucho, tal vez sus garras o colmillos... ¿O será que...? ¿Será para mí? No sé... no me debe nada, estoy pensando tonterías.
Al llegar a la puerta de la torre nos paramos y Jack empieza a hablar imitando al gigante que habíamos conocido en el barrio derruído para despedirse de mí. Me río al escucharlo, pero paro para dejarle acabar de hablar, porque me ofrece el dragón que ha cazado esta noche. Lo miro boquiabierto, y luego al dragón.
-¿Pa... para mí? -pregunto, infinitamente agradecido mientras lo acepto y lo dejo en el suelo a mi lado-. Espero no perder este... No, lo cuidaré mucho, tengo que mirar hechizos para conservarlo, sí...
Escucho como Jack bromea sobre el acorazado y volar con el dragón. Me gustaría intentarlo, pero no va a ser fácil. La última vez que poseí una criatura con alas apenas conseguí dar saltos más altos de lo normal. El vampiro de pronto me enseña sus colmillos y me hace una advertencia. Me muerdo el labio inferior un momento y le contesto, a pesar de que solo era una broma. Mientras lo explico no paro de pensar que no hacía falta la explicación.
-Brillan azulados, especialmente los ojos... cuando los poseo, quiero decir. Con eso y lo del olor supongo que es suficiente...
Mientras me froto la nuca con inseguridad Jack se despide y no me da tiempo a decirle adiós antes de que se convierta en humo. Pero supongo que en esa forma de algún modo también me puede escuchar. Cuando la nube desaparece de mi vista me encuentro repentinamente solo, parado delante de la puerta y con un dragón muerto a mis pies. ¿Y qué hago con el dragón? Ahora tengo un problema más en la torre. Podría esconderlo en una habitación desocupada al menos por esta noche, pero si alguien entra se sorprenderá y mucho. En una torre llena de magos las puertas cerradas no existen.
Doy vueltas alrededor del cadáver. Además debo conservarlo pronto, la congelación no es buena idea, acabará estropeándolo. Sin pensarlo demasiado me encuentro poseyendo al animal. No era consciente de los que estaba haciendo, pero en cuanto me di cuenta me pareció buena idea. Mientras los poseo no se estropean, pero por otro lado no voy a entrar en la torre así... ni quedarme fuera tampoco. Agito las alas mientras abro y cierro suavemente las garras. El animal funciona como la seda habiendo acabado de morir. Pero es imposible que lo use para algo como volar, aunque ahora sea más fácil. Ni siquiera sé lo que tengo que hacer. El cuerpo me parece demasiado pesado para las alas, y eso que es un animal pequeño. Doy un salto y abro las alas en el aire, cayendo al instante. Después pruebo tomando carrerilla y saltando. Noto como el aire golpea las membranas de las alas, pero al agitarlas esa fuerza se pierde, y en vez de elevarme caigo de nuevo. Como mucho podría planear si caigo desde una altura, pero poner las alas de forma equivocada sería fatal para el cuerpo, me estrellaría inevitablemente.
Es demasiado tarde para ponerme a hacer estas pruebas. Será mejor que esconda el dragón temporalmente en alguna habitación y ya está. Abandono el cuerpo y decido arrastrarlo con el hechizo de levitación. Por suerte no me encuentro con nadie, es bastante tarde. Subo las escaleras y me dirijo a una habitación que sé que está vacía, al fondo del pasillo. Dejo el dragón en el suelo y voy a buscar el ataúd para dejarlo también allí. Dejo la puerta cerrada sin más, confiando en que nadie entrará en esa habitación porque sí, y bajo a la cocina a comer cualquier cosa antes de irme a dormir. Procuro no hacer mucho ruido para no despertar a nadie y cuando me he comido un par de frutas vuelvo a mi habitación para caer rendido en pocos minutos.
-----Editado-----
Paso el dedo por el mango de madera y lo mantengo durante unos instantes, mientras veo como esta se ennegrece. Me parece increíble la poca frecuencia con la que recuerdo que eso no siempre ha sido así. Lanzo el cuchillo hacia el barreño con los demás platos sucios y salgo de la cocina como un fantasma. Ya me encargaré de eso luego, aunque dé la impresión de que me estoy volviendo descuidado. No importa demasiado, poca gente queda en la torre. Por suerte los libros no se han ido, y esa ha sido casi toda mi compañía. Pronto saldrá ya la Luna y se descubrirán las habilidades de la nueva cosecha. Tal vez algunos vengan a parar aquí, y todavía no sé ni quiénes son ni cómo. No me atreví a espiarlos. Seguramente eso le ha pasado a muchos, la ciudad vuelve a estar como en los tiempos de nuestra cosecha, aparentemente en calma… y seguramente lista para matar. ¿Cuántos de ellos habrán muerto? ¿Cuántos quedarán? ¿Por qué estarán pasando? ¿Sabrán ya qué pasará cuando salga la Luna?
Creo que siento algo de lástima por ellos, pero no sé por qué. Quiero decir, he vivido lo mismo, aunque es cierto que nadie se lo merece. Pero si sobrevives, al final puede valer la pena. Puede.
Llego a la última de las habitaciones y atravieso la puerta haciendo con un murmullo rápido el hechizo de intangibilidad. Lleva mucho tiempo cerrada. Desde que no encontré un lugar mejor para dejar los dos cadáveres que ahora guardo con tanto cuidado. El lacayo grotesco flota ante la puerta, justo donde se lo ordené, atento para avisarme si alguien se aproxima demasiado. Aquí las cerraduras de poco sirven, y no sé con qué ojos verían los demás que guardase esto en una habitación. Pensé en llevarlos a donde está el acorazado osezno, pero no me atreví a abandonarlos allí. Ese no tendrá problemas mientras siga congelado, pero los otros dos… El niño sigue en el ataúd, en perfecto estado, pero no se puede decir lo mismo del dragón que me dio Jack. Recuerdo cuando investigué los hechizos para conservarlo, ninguno era perfecto y además fue complicado hacerlo. Ahora se nota más que nunca. Cuando estaba fresco lo usé para practicar a planear. Estuve cerca de conseguir volar, pero entonces las membranas de sus alas se rompieron. Pero es útil todavía, por eso lo conservo. He empezado a planear algunas modificaciones en él, tal y como hizo Jack con el acorazado osezno, pero tengo que buscar materiales para hacerlo. Lo mejor sería que le preguntase a él mismo, pero hace tanto que no voy por el burdel…
A la única persona que he visto últimamente y hablado con ella es Adara. No hemos olvidado la promesa que hicimos, aunque todavía nos falta mucho por aprender. Gracias al cuerpo del niño y del dragón he podido practicar con diversos cuerpos. Poseyendo cadáveres es como lucharé normalmente, así que entrenar con mi propio cuerpo no tenía sentido. Quizá podría pasarme pronto por la sede, ya hace tiempo que no saco la nariz de los libros. A este paso acabaré apagándome entre cuatro paredes. Espero volver a hacer excursiones al norte de la ciudad cuando la Luna haya salido. Visitar el burdel, la biblioteca, tal vez ver de nuevo el torreón Letargo… ¿Cuántos viejos amigos estarán viviendo ahora en los rincones de la ciudad? Hay tantos compañeros que no sé qué ha sido de ellos que prefiero no pensar demasiado en ello.
Hoy me siento melancólico. Tal vez es la Luna. Ya está aquí de nuevo. La ciudad la siente, y yo también. Pronto empezarán los cambios en la nueva cosecha, como empezaron aquel día, aquella noche. La Luna ya no me afecta, pero es imposible no sentirla hasta en el aire mismo. Y a pesar de todo lo que trae consigo, recuerdo los días en que la miraba embobado. Incluso aquella primera noche de cambios y revuelo. Es hermosa y aterradora. Y cuando salga al cielo, necesito estar bajo el manto de estrellas, igual que la última vez. Y la nueva cosecha estará suelta y en pleno cambio. No sé a qué atenerme, el poder se sube fácilmente a la cabeza... pero durante la última luna no corrimos peligro, no más del habitual, así que creo que me voy a arriesgar.
La noche es fría y para salir será mejor que use alguno de los cadáveres que tengo a mano. Me aterra estropear el que me dio Siloco, pero para una noche como hoy el dragón podría resultar demasiado amenazador, incluso a pesar de su estado lamentable. Con forma de niño normal puedo pasar más desapercibido si me ve la nueva cosecha, menos amenazador. Tendré que andarme con ojo con todos los demás. Poseo el cadáver y haciéndome intangible atravieso suelos y paredes para salir de la torre. Fuera el tiempo parece revuelto también. Recuerdo que durante la última luna había llovido, y definitivamente hice bien el salir protegido.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
-----Editado-----24 Marzo-----
Salgo afuera con un cazo de hierro en la mano, y suspirando empiezo a vaciar su contenido en la hierba. Al menos los pájaros darán buena cuenta de ello. Lo que cae es una especie de pasta anaranjada compuesta por cereales, leche y huevo que, por algún extraño motivo, en su momento pensé que podría ser un gran desayuno.
-Más desperdicios... me alegro de al menos no haberlo pagado yo.
Al llegar a la puerta de la torre nos paramos y Jack empieza a hablar imitando al gigante que habíamos conocido en el barrio derruído para despedirse de mí. Me río al escucharlo, pero paro para dejarle acabar de hablar, porque me ofrece el dragón que ha cazado esta noche. Lo miro boquiabierto, y luego al dragón.
-¿Pa... para mí? -pregunto, infinitamente agradecido mientras lo acepto y lo dejo en el suelo a mi lado-. Espero no perder este... No, lo cuidaré mucho, tengo que mirar hechizos para conservarlo, sí...
Escucho como Jack bromea sobre el acorazado y volar con el dragón. Me gustaría intentarlo, pero no va a ser fácil. La última vez que poseí una criatura con alas apenas conseguí dar saltos más altos de lo normal. El vampiro de pronto me enseña sus colmillos y me hace una advertencia. Me muerdo el labio inferior un momento y le contesto, a pesar de que solo era una broma. Mientras lo explico no paro de pensar que no hacía falta la explicación.
-Brillan azulados, especialmente los ojos... cuando los poseo, quiero decir. Con eso y lo del olor supongo que es suficiente...
Mientras me froto la nuca con inseguridad Jack se despide y no me da tiempo a decirle adiós antes de que se convierta en humo. Pero supongo que en esa forma de algún modo también me puede escuchar. Cuando la nube desaparece de mi vista me encuentro repentinamente solo, parado delante de la puerta y con un dragón muerto a mis pies. ¿Y qué hago con el dragón? Ahora tengo un problema más en la torre. Podría esconderlo en una habitación desocupada al menos por esta noche, pero si alguien entra se sorprenderá y mucho. En una torre llena de magos las puertas cerradas no existen.
Doy vueltas alrededor del cadáver. Además debo conservarlo pronto, la congelación no es buena idea, acabará estropeándolo. Sin pensarlo demasiado me encuentro poseyendo al animal. No era consciente de los que estaba haciendo, pero en cuanto me di cuenta me pareció buena idea. Mientras los poseo no se estropean, pero por otro lado no voy a entrar en la torre así... ni quedarme fuera tampoco. Agito las alas mientras abro y cierro suavemente las garras. El animal funciona como la seda habiendo acabado de morir. Pero es imposible que lo use para algo como volar, aunque ahora sea más fácil. Ni siquiera sé lo que tengo que hacer. El cuerpo me parece demasiado pesado para las alas, y eso que es un animal pequeño. Doy un salto y abro las alas en el aire, cayendo al instante. Después pruebo tomando carrerilla y saltando. Noto como el aire golpea las membranas de las alas, pero al agitarlas esa fuerza se pierde, y en vez de elevarme caigo de nuevo. Como mucho podría planear si caigo desde una altura, pero poner las alas de forma equivocada sería fatal para el cuerpo, me estrellaría inevitablemente.
Es demasiado tarde para ponerme a hacer estas pruebas. Será mejor que esconda el dragón temporalmente en alguna habitación y ya está. Abandono el cuerpo y decido arrastrarlo con el hechizo de levitación. Por suerte no me encuentro con nadie, es bastante tarde. Subo las escaleras y me dirijo a una habitación que sé que está vacía, al fondo del pasillo. Dejo el dragón en el suelo y voy a buscar el ataúd para dejarlo también allí. Dejo la puerta cerrada sin más, confiando en que nadie entrará en esa habitación porque sí, y bajo a la cocina a comer cualquier cosa antes de irme a dormir. Procuro no hacer mucho ruido para no despertar a nadie y cuando me he comido un par de frutas vuelvo a mi habitación para caer rendido en pocos minutos.
-----Editado-----
Paso el dedo por el mango de madera y lo mantengo durante unos instantes, mientras veo como esta se ennegrece. Me parece increíble la poca frecuencia con la que recuerdo que eso no siempre ha sido así. Lanzo el cuchillo hacia el barreño con los demás platos sucios y salgo de la cocina como un fantasma. Ya me encargaré de eso luego, aunque dé la impresión de que me estoy volviendo descuidado. No importa demasiado, poca gente queda en la torre. Por suerte los libros no se han ido, y esa ha sido casi toda mi compañía. Pronto saldrá ya la Luna y se descubrirán las habilidades de la nueva cosecha. Tal vez algunos vengan a parar aquí, y todavía no sé ni quiénes son ni cómo. No me atreví a espiarlos. Seguramente eso le ha pasado a muchos, la ciudad vuelve a estar como en los tiempos de nuestra cosecha, aparentemente en calma… y seguramente lista para matar. ¿Cuántos de ellos habrán muerto? ¿Cuántos quedarán? ¿Por qué estarán pasando? ¿Sabrán ya qué pasará cuando salga la Luna?
Creo que siento algo de lástima por ellos, pero no sé por qué. Quiero decir, he vivido lo mismo, aunque es cierto que nadie se lo merece. Pero si sobrevives, al final puede valer la pena. Puede.
Llego a la última de las habitaciones y atravieso la puerta haciendo con un murmullo rápido el hechizo de intangibilidad. Lleva mucho tiempo cerrada. Desde que no encontré un lugar mejor para dejar los dos cadáveres que ahora guardo con tanto cuidado. El lacayo grotesco flota ante la puerta, justo donde se lo ordené, atento para avisarme si alguien se aproxima demasiado. Aquí las cerraduras de poco sirven, y no sé con qué ojos verían los demás que guardase esto en una habitación. Pensé en llevarlos a donde está el acorazado osezno, pero no me atreví a abandonarlos allí. Ese no tendrá problemas mientras siga congelado, pero los otros dos… El niño sigue en el ataúd, en perfecto estado, pero no se puede decir lo mismo del dragón que me dio Jack. Recuerdo cuando investigué los hechizos para conservarlo, ninguno era perfecto y además fue complicado hacerlo. Ahora se nota más que nunca. Cuando estaba fresco lo usé para practicar a planear. Estuve cerca de conseguir volar, pero entonces las membranas de sus alas se rompieron. Pero es útil todavía, por eso lo conservo. He empezado a planear algunas modificaciones en él, tal y como hizo Jack con el acorazado osezno, pero tengo que buscar materiales para hacerlo. Lo mejor sería que le preguntase a él mismo, pero hace tanto que no voy por el burdel…
A la única persona que he visto últimamente y hablado con ella es Adara. No hemos olvidado la promesa que hicimos, aunque todavía nos falta mucho por aprender. Gracias al cuerpo del niño y del dragón he podido practicar con diversos cuerpos. Poseyendo cadáveres es como lucharé normalmente, así que entrenar con mi propio cuerpo no tenía sentido. Quizá podría pasarme pronto por la sede, ya hace tiempo que no saco la nariz de los libros. A este paso acabaré apagándome entre cuatro paredes. Espero volver a hacer excursiones al norte de la ciudad cuando la Luna haya salido. Visitar el burdel, la biblioteca, tal vez ver de nuevo el torreón Letargo… ¿Cuántos viejos amigos estarán viviendo ahora en los rincones de la ciudad? Hay tantos compañeros que no sé qué ha sido de ellos que prefiero no pensar demasiado en ello.
Hoy me siento melancólico. Tal vez es la Luna. Ya está aquí de nuevo. La ciudad la siente, y yo también. Pronto empezarán los cambios en la nueva cosecha, como empezaron aquel día, aquella noche. La Luna ya no me afecta, pero es imposible no sentirla hasta en el aire mismo. Y a pesar de todo lo que trae consigo, recuerdo los días en que la miraba embobado. Incluso aquella primera noche de cambios y revuelo. Es hermosa y aterradora. Y cuando salga al cielo, necesito estar bajo el manto de estrellas, igual que la última vez. Y la nueva cosecha estará suelta y en pleno cambio. No sé a qué atenerme, el poder se sube fácilmente a la cabeza... pero durante la última luna no corrimos peligro, no más del habitual, así que creo que me voy a arriesgar.
La noche es fría y para salir será mejor que use alguno de los cadáveres que tengo a mano. Me aterra estropear el que me dio Siloco, pero para una noche como hoy el dragón podría resultar demasiado amenazador, incluso a pesar de su estado lamentable. Con forma de niño normal puedo pasar más desapercibido si me ve la nueva cosecha, menos amenazador. Tendré que andarme con ojo con todos los demás. Poseo el cadáver y haciéndome intangible atravieso suelos y paredes para salir de la torre. Fuera el tiempo parece revuelto también. Recuerdo que durante la última luna había llovido, y definitivamente hice bien el salir protegido.
Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.
-----Editado-----24 Marzo-----
Salgo afuera con un cazo de hierro en la mano, y suspirando empiezo a vaciar su contenido en la hierba. Al menos los pájaros darán buena cuenta de ello. Lo que cae es una especie de pasta anaranjada compuesta por cereales, leche y huevo que, por algún extraño motivo, en su momento pensé que podría ser un gran desayuno.
-Más desperdicios... me alegro de al menos no haberlo pagado yo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
25/03/12, 05:31 pm
Los lugares a los que íbamos se encontraban en la misma dirección respecto a Letargo así que fuimos todos juntos durante un buen trecho. Atravesamos la cicatriz de Arax y poco después nos dividimos en tres grupos. Giz y yo nos guiamos por lo que recordábamos del mapa y, según nos acercamos, por el olor de Gael gracias al olfato de Giz. Les habíamos dejado el libro de mapas a los que se dirigían a la sede.
-Qué bien, Giz, tengo ganas de aprender más magia -le comento mientras llegamos a la torre-. Aunque antes he de pensar en cómo voy a recuperar la capacidad de hacerla...
Mientras conversábamos llegamos a nuestro destino casi sin darme cuenta, ya que estaba siguiendo la guia de Giz. Serpentaria era una torre de proporciones similares a Letargo, también tenía cuatro plantas. Una cúpula de cristal adornaba la parte superior, dándole un aspecto menos sólido pero más sofisticado. Estábamos ya muy cerca de la puerta cuando de pronto esta se abre. De ella salieron unas llamas azules bastante familiares...
-¡Gael! -echo a correr en su dirección-. Qué casualidad.
Cuando me acerco compruebo que Gael lleva un cazo en la mano y justo a tiempo veo como vierte su contenido al suelo.
-Hola, Gael -le digo sonriente-. Parece que no te ha gustado el desayuno- me río-. Anoche cuando te fuiste vimos un pergamino enorme en el torreón que nos instaba a abandonarlo y hablaba de los refugios. ¡Giz me contó que vivías aquí! A partir de ahora seremos tus "compañeros de piso". Prometo que somos limpios y no hacemos mucho ruido -bromeé-. Los demás han ido hacia la Sede y nosotros nos pasaremos por allí antes de instalarnos en la torre. ¿Quieres venir?
-Qué bien, Giz, tengo ganas de aprender más magia -le comento mientras llegamos a la torre-. Aunque antes he de pensar en cómo voy a recuperar la capacidad de hacerla...
Mientras conversábamos llegamos a nuestro destino casi sin darme cuenta, ya que estaba siguiendo la guia de Giz. Serpentaria era una torre de proporciones similares a Letargo, también tenía cuatro plantas. Una cúpula de cristal adornaba la parte superior, dándole un aspecto menos sólido pero más sofisticado. Estábamos ya muy cerca de la puerta cuando de pronto esta se abre. De ella salieron unas llamas azules bastante familiares...
-¡Gael! -echo a correr en su dirección-. Qué casualidad.
Cuando me acerco compruebo que Gael lleva un cazo en la mano y justo a tiempo veo como vierte su contenido al suelo.
-Hola, Gael -le digo sonriente-. Parece que no te ha gustado el desayuno- me río-. Anoche cuando te fuiste vimos un pergamino enorme en el torreón que nos instaba a abandonarlo y hablaba de los refugios. ¡Giz me contó que vivías aquí! A partir de ahora seremos tus "compañeros de piso". Prometo que somos limpios y no hacemos mucho ruido -bromeé-. Los demás han ido hacia la Sede y nosotros nos pasaremos por allí antes de instalarnos en la torre. ¿Quieres venir?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria (Archivo I)
25/03/12, 06:03 pm
Una voz conocida me llama no muy lejos. Levanto la cabeza buscando a Noel en algún lugar, un poco perplejo, y cuando lo veo corriendo hacia mí trato de esconder el cazo detrás de la espalda rápidamente. Mirando la masa del suelo él hace un comentario y siento que me sonrojo.
-Sí... bueno... -digo con la cabeza gacha. Cuando le voy a preguntar qué hacen por aquí me lo explica todo y hace que me vuelva de pronto la alegría-. ¿Al fin venís? ¡Genial, iré con vosotros! De paso saludo a Adara...
Desaparezco en el interior de la torre y vuelvo a salir ya sin el cazo en las manos, dispuesto a seguirlos y, si hacía falta, guiarlos hasta la sede.
-¿Conoceis el camino, verdad? -pregunto-. Bueno, ¡vamos allá! Después os enseño la torre por dentro, y el último piso... y la habitación donde tengo el dragón. ¿Quién más viene a la torre?
Mientras nos alejamos sigo hablando sin parar también contagiado por la emoción de Noel.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
Editado:
Tanto Noel como Giz decidieron volver conmigo a la torre. Supongo que los demás sabrán volver y si no, les pueden dar indicaciones los de la sede. En el camino de vuelta les hablo de las habitaciones libres y de la comida que podemos preparar. Además les cuento que los muebles están hechizados y se mueven por su propia voluntad. Prometo presentarles a algunos en cuanto lleguemos y, mientras no lo hacemos, me limito a hablarles un poco de ellos. No tardamos en llegar y les explico cómo funciona la entrada.
-¡Bienvenidos a Serpentaria! -les digo girándome con los brazos extendidos cuando atravesamos la puerta. Asciendo hasta el techo y los miro desde allí-. Las habitaciones son por la escalera, por allí la cocina, las salas comunes están por allí y por allí -digo mientras voy señalando en todas direcciones-. Y por último, la biblioteca -señalo hacia el techo con una sonrisa-. Solo se puede acceder con magia de intangibilidad y no hay escaleras. Pero estaréis surtidos de libros de magia sin tener que ir siempre a la biblioteca. Y ahora... voy a empezar con la comida, acomodaos.
Me cuelo en la cocina y reviso de nuevo los ingredientes. Decido guisar un poco de carne con bastantes especias especias y verduras. Empiezo a prepararlo todo esperando que salga bien y tratando de no echar ningún ingrediente extraño para que salga lo mejor posible. Mientras se va haciendo la carne me entretengo lavando los cubiertos y platos que he usado y me tienta poseer un pollo que hay junto a los demás víveres. Sonrío y decido que puede ser una buena broma para gastarle a los otros y salgo de la cocina como un pollo degollado, buscando a Noel y Giz.
-Sí... bueno... -digo con la cabeza gacha. Cuando le voy a preguntar qué hacen por aquí me lo explica todo y hace que me vuelva de pronto la alegría-. ¿Al fin venís? ¡Genial, iré con vosotros! De paso saludo a Adara...
Desaparezco en el interior de la torre y vuelvo a salir ya sin el cazo en las manos, dispuesto a seguirlos y, si hacía falta, guiarlos hasta la sede.
-¿Conoceis el camino, verdad? -pregunto-. Bueno, ¡vamos allá! Después os enseño la torre por dentro, y el último piso... y la habitación donde tengo el dragón. ¿Quién más viene a la torre?
Mientras nos alejamos sigo hablando sin parar también contagiado por la emoción de Noel.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
Editado:
Tanto Noel como Giz decidieron volver conmigo a la torre. Supongo que los demás sabrán volver y si no, les pueden dar indicaciones los de la sede. En el camino de vuelta les hablo de las habitaciones libres y de la comida que podemos preparar. Además les cuento que los muebles están hechizados y se mueven por su propia voluntad. Prometo presentarles a algunos en cuanto lleguemos y, mientras no lo hacemos, me limito a hablarles un poco de ellos. No tardamos en llegar y les explico cómo funciona la entrada.
-¡Bienvenidos a Serpentaria! -les digo girándome con los brazos extendidos cuando atravesamos la puerta. Asciendo hasta el techo y los miro desde allí-. Las habitaciones son por la escalera, por allí la cocina, las salas comunes están por allí y por allí -digo mientras voy señalando en todas direcciones-. Y por último, la biblioteca -señalo hacia el techo con una sonrisa-. Solo se puede acceder con magia de intangibilidad y no hay escaleras. Pero estaréis surtidos de libros de magia sin tener que ir siempre a la biblioteca. Y ahora... voy a empezar con la comida, acomodaos.
Me cuelo en la cocina y reviso de nuevo los ingredientes. Decido guisar un poco de carne con bastantes especias especias y verduras. Empiezo a prepararlo todo esperando que salga bien y tratando de no echar ningún ingrediente extraño para que salga lo mejor posible. Mientras se va haciendo la carne me entretengo lavando los cubiertos y platos que he usado y me tienta poseer un pollo que hay junto a los demás víveres. Sonrío y decido que puede ser una buena broma para gastarle a los otros y salgo de la cocina como un pollo degollado, buscando a Noel y Giz.
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