Prisión (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Abro los ojos. Qué aturdimiento.
Huele a cerrado; a polvo y a sangre. Mi sangre. Miro mi dedo y veo que tiene un ligero corte. Me levanto del suelo, y descubro que me encuentro en una celda.

Tengo miedo. Sólo recuerdo... lo que pasó por la noche. Aquel ser... 12. dijo que se llamaba, que me mandó aquí... a Rocavarancolia.

¿Era así como se llamaba? Tal vez lo recuerde mal.

Hay humedad en el ambiente. Mi cabello ondulado está ligeramente encrespado. Mis ojos verdes lo miran todo con desesperación, tratando de buscar una salida o... un indicio de que no estoy sola.

Abro la puerta y descubro que hay muchas más celdas, pero casi todas vacías. Sólo hay una en la que hay alguien. Un chico medio pelirrojo, alto, tumbado en el suelo.

"Por suerte no estoy sola", pienso, sin embargo, hago caso omiso al chaval y me vuelvo a mi celda. Me siento en un rincón: prometieron que habría un cambio en mí. Que este era mi sitio, pero...  ¿Verdaderamente lo era?

Todos estábamos increiblemente asustados del nuevo cosechado que se había presentado en la mazmorra, debímos haber imaginado que si había algún cosechado más, saldría por allí, pero jamás habría pasado por mi cabeza que dicha persona (por llamarla de alguna forma) tuviera ese aspecto.
Le escuché intentar presentarse y por el gesto que hizo, supuse que estaba indicando que venía en son de paz "Como no beba agua de la fuente, no lo vamos a entender ni aunque tuviéramos un traductor de por medio. A ver como consigo ahora que beba agua de las tinajas".
Con ésta idea rondando mi mente, tomo una de las basijas que habíamos traido con agua de la fuente y se la ofrezco para que beba. Primero le hago gestos para que beba de ésta y luego bebo yo primero para que no piense que está envenenada "ahora toca esperar la reacción de esta persona, y que se presente un poco, además de contarnos de donde viene, si es que es su intención. Ya que si hubiera venido con ansias asesinas, ya estaríamos todos muertos"

Ignoro al tipo histérico que me amenaza con un palo y me quedo mirando al resto. Veo que se hablan entre ellos, aunque no logro distinguir las palabras. El idioma parece complejo, y no el de cualquier animal. <<Parecen racionales>>. <<¿Habrán sido traídos por el tipo de la pipa también?>>. Dejo mis pensamientos apartados al ver como uno de ellos, uno de los que tienen el pecho abultado, me trae una jarra llena de un líquido que enseguida distingo como agua. Se me iluminan los ojos y rápidamente la cojo. Compruebo el olor, por si pudiera estar envenenada o algo, pero no detecto nada y acabo suponiendo que se trata solo de una muestra de amabilidad. <<Al final son seres decentes y todo>> pienso para entre mí al tiempo que le echo un trago a la jarra.

Entonces noto como todas y cada una de las palabras, fonemas y reglas lingüísticas que conocía en mi idioma iban desapareciendo, dejando otras en su lugar. Siento un leve mareo y me echo las manos a la cabeza. Pronto la sensación de mareo desaparece y me incorporo. Me quedo mirándolos con gesto serio. <<¿Qué me han hechado?>> Me sorprendo al oírme pensar. No se parece en nada al idioma de Asrena, aunque la verdad es que no consigo recordar dicho idioma... Trato de respirar para contener los nervios y no darles la impresión de que soy un ser asustadizo como ellos.

-¿Qué me habéis echado en el agua?-les pregunto en tono seco, aunque no sé para qué, porque no me entendían antes.... ahora parece menos probable que lo hagan.

Hannah me sacó de mi estado de paralisis tirando de mí hacia atrás.
Shylver llega esgrimiendo un palo. La verdad, no se que cree la gente que se puede hacer con un palo. La antorcha de Vlad de anoche resultaría más util.
Pero propone algo provechoso, y pronto le ofrecen agua al extraño ser. La olisquea y al final bebe. Luego habla con secamente, y al fin podemos entenderle. Esta claro que no es hostil. Y ya que no tengo de que preocuparme, el malhumor regresa.
- No hemos hecho nada.- contesto en voz baja apartandome el pelo rubio de la cara.- El agua provoca ese efecto. ¿Qué...eres?

De repente me levanto, nuestra conversacion es interrumpifa por una vision horrible, mis sospechas eran ciertas, habia monstruos en este lugar, una especie de hominido-reptil se mostraba ante nosotros, reprimi un grito de horror y me sujete el brazo para no comenzar a señalarle indiscrimadamente, me acerque a los demas apgandome a ellos, mis ojos se salian de las orbitas, a uno de nosotros al que no reconoci parecio no darle miedo ya que fue a darle agua de la fuente, ya que el monstruo no hablaba nuestro idioma o lo que fuera que ahora hablaramos, el sudor recorria mi frente en cascadas frias, El monstruo comenzo a hablar, nos preguntaba que que le habiamos echado en el agua
-Es agua de una fuente, nos enseña el lenguaje de estas tierras-dije tremulamente
Por supuesto que omiti la parte de que olvidabamos nuestros otros idiomas, no querria que nuestro extraño y por supuesto aparentemente peligroso protagonista.
Que nos diria ahora este reptil....¿Que debia os hacer?

Observo todos los movimientos de mis compañeros detenidamente. El hombre-lagarto levanta las manos en lo que interpreto como la señal universal de "vengo en son de paz". Bien, es evidente que es un ser inteligente porque los sonidos que emite no son gruñidos ni rugidos sino algo mucho más compejo. Veo como Alphonse le ofrece beber agua de la fuente y el ser, tras oler el agua y comprobar su estado, o eso parece, se la bebe. Sin salir todavía de mi asombro, escucho como nos pregunta con desconfianza acerca del agua. Trato de contestarle pero de la impresión sólo me sale un hilillo de voz que nadie llega a oír. Por suerte Alicia sí que ha sido capaz de hablar. Ahora sólo puedo esperar a ver qué ocurre. No parece que el lagarto tenga intención de hacernos daño, pienso, podría habernos hecho algo mientras dormíamos si hubiese querido.

No puedo evitar mirarlos con cara de sorpresa al ver que me han entendido y al entender yo mismo lo que me decían. <<¿Cómo ha podido un simple trago de agua hacerme esto?>>. Uno de los más planos me explica que el agua proviene de una fuente y tiene ese efecto en todos. <<Al menos no tiene efectos negativos...>> Luego me quedo mirando al ser de los pechos abultados y le miro extrañado.

-¿Que qué soy? Está claro, soy de la tribu Mirie Kitade-les digo como si no fuera obvia mi procedencia por mi aspecto-. La verdadera pregunta aquí es qué tipo de cosa sois vosotros...-les señalo con el dedo-. Yo vine aquí tras firmar un papel a un tipo que expulsaba humo verde-les aclaro-. Y no, no soy peligroso-añado mirano a los dos chicos del palo, sobre todo al del pelo tan largo y castaño oscuro.

- ¿Pero quereis bajar las armas, o lo que sea que tengamos en las manos, de una vez? Si hubiera sido realmente peligroso, ya habríamos muerto todos anoche a pesar de las guardias -a pesar de haber sonado seguro, dicha seguridad no la sentia para nada en absoluto aunque intenté que no se reflejara en absoluto.- Al igual que tú, nosotros también fuimos traidos aquí por ese hombre con el humo verde, aunque a diferencia de tí, supongo que venimos de mundos diferentes. Aclarado esto, ¿por qué no nos presentamos todos y vamos relajando el ambiente? Me llamo Javi, encantado.

"Por ahora le daré un pequeño voto de confianza, ya estaba dentro de la mazmorra cuando nos atrincheramos, es decir, que es un cosechado como nosotros, espero"

Todo transcurre muy deprisa. Alphonse dice algo de las jarras, y es Javier el único que reacciona para acercarle una de ellas.
El ser la olisquea con curiosidad -por un momento, me recuerda a... ¿un perrito?-, para luego acabar bebiendo.
Tras hacerlo, su rostro parece iluminarse. Y, entonces sí, comienza a entendernos y hablar nuestro idioma.
Mark contesta a su pregunta, y él nos explica. "¿Mirie Kitade? No lo había oído en mi maldita vida... Y lo dice como si fuera lo más natural del mundo".
Finalmente, Javier, que parece ligeramente enfadado, nos dice que estemos quietos. Dudo unos segundos qué hacer. Podría ponerme a pelear con él por esa confianza tan incondicional e inocente de la que ha hecho gala. ¿Y si nos come o nos hace algo? Aquí cualquiera puede ser tu enemigo.
Sin embargo, esa discusión haría que la atención del grupo se centrase en mí. Y quizás se darían cuenta de mis ojos rojos e hinchados de haber estado llorando incluso en sueños, que comienzan a picarme. Me los rasco con disimulo, restregándolos contra mi antebrazo con toda la naturalidad que me resulta posible. En cualquier otra situación, me hubiera dado igual qué pensasen de mí. Pero ahora, sin embargo, no estoy dispuesta a mostrar ningún signo de debilidad y menos a derrumbarme frente a aquellos casi completos desconocidos.
Suelto el palo, dejando que caiga en el suelo.
-Soy Hannah -me presento con voz grave.

- No se si crees que el nombre tu... tribu nos dice algo. Pero debería ser evidente que no.- le digo. Me froto la sien. Ha dicho que al también lo han traído engañado a él. Cuando tengo sueño siempre se me escapan respuestas bordes. Añado, mas suavemente:- yo soy Alicia. Y a todos los que estamos aquí también nos ha traído el de la pipa.

A mi lado Hannah se frota los ojos con el antebrazo, y lo interpreto como un gesto de cansancio. Todos estamos cansados, pienso suspirando. La noche pasada me había acostado con la leve y absurda esperanza de que todo aquello resultase un mal sueño. El nuevo sigue siendo objeto de todas las miradas, pero no me apetece seguir con aquello.
- Ya ha amanecido. ¿Quereis que salgamos de aqui?

Me había despertado en una especie de sala de piedra, sobre una cama de piedra. No es que fuera incómodo para mi aquel lugar, en el desierto había tenido que dormir en muchos sitios poco cómodos, y me había acostumbrado a ello. Era parte de lo que era, mi capacidad de moldearme para sobrevivir. No, me levanté de ese lugar por otra razón, unas voces, unas voces que no entendía. ¿A donde me habría llevado aquel extraño ser? Me había dicho que en este era mi mundo, mi verdadero mundo, un mundo que no me daría la espalda como lo habían hecho los míos en su momento sin darme tiempo a explicaciones. Este mundo me necesitaba, era importante para él. Esa había sido mi razón de aceptar a irme de allí. Mi planeta ya no era más mi hogar, no después de que mi tribu me diese la espalda, pero este... podría llegar a serlo, si lo que me habían dicho era cierto, podría ser mi nuevo hogar.

Salí de aquel lugar, con mi mochila al hombro, y olfateé el aire mientras sacaba la lengua también para captar mejor el olor. Mi olfato estaba más desarroyado que mis demás sentidos y confiaba más en ellos para encontrar el origen de las voces. Saqué mi daga de piedra y empecé a caminar por donde mi olfato me indicaba. No tarde mucho en encontrar un grupo de seres de lo más extraños sin escamas ni cola. ¿Qué eran? Lo que si sabía era que no eran de mi planeta o eso creí hasta que vi una silueta familiar. Maldije en voz baja. Uno de los mios. Un nómada como yo. ¿Qué hacía aqui?

Vi como una de esas extrañas cosas le daba un trago del agua y como comenzaba a hablar el extraño idioma de esos seres. Ya no podía entender ni una palabra. ¿Que estaba sucediendo aqui? Estaba de lo más confusa y eso no me gustaba, no era bueno para la supervivencia estar en la ignorancia.

Me acerqué despacio, sin bajar el arma, hacia el estanque. No pensaba atacarlos aunque estaba apuntandoles con mi arma, pero estaba preparada para defenderme por si surgía. Sin apartar los ojos de ellos cogí un poco de agua en mis manos y lo bebí, pues sabía que no estaba envenenado. Si quería información debía entenderlos, y algo me decía que ese agua me podría dar esa capacidad. Y lo cierto era que quería saber qué hacia uno de los míos aqui. Se suponía que escapaba aqui para dejar atras mi pasado, para olvidarme de él. No se suponía que debía seguirme.

- ¿Qué haces tú aqui? - sin hacerles caso a los pequeños seres sin escama me dirigí a él - No deberías estar aquí. - no baje el arma en ningún momento, solo por si acaso.

Vale, esto ya se pasaba de castaño oscuro, otro lagarto habia entrado a la estancia, estabamos al menos yo petrificado, se multiplicaban, yo horrorizado me acerque a Hannah parecia ser la mas valiente del grupo y aunque fuera asi de maleducada y gritona creo que ella era la mas sincera y en la que mas podia confiar en estas situaciones
-Hannah, hay que hacer algo, no parecen peligrosos, al menos es lo que han dicho, y el segundo lagarto no nos hace caso, esta hablando con su compañero
Habia que hacer algo y ya, deberiamos acogerlos? Hablarles? Parecian estar en la misma situacion que nosotros...pero que unos alienigenas estucieran aqui tambien era algo absurdo completamente absurdo si no eran de este mundo¿Que fueran de otro planeta?
Luego mire a Noel dudando de si debia decirle algo o no, ya estabamos todos bastante estresados con esto como para que ahora dijera algo mas y que los lagartos se enfadaran...
-Em...Hola, nosotros somos de La Tierra, tampoco venimos con inteciones hostiles, al igual que vosotros nos visito ese hombre tan extraño que nos trajo aqui

¿Mirie Kitade? El lagarto lo dice como si tuviese que ser obvio y nos mira a todos como si fuésemos medio tontos, o eso creo, me resulta difícil leer un rostro tan diferente al nuestro. De pronto me doy cuenta de que estoy mirándolo demasiado fijamente y temo que pueda parecerle maleducado. Pego un pequeño saltito y me arrodillo para ponerme a recoger los fósforos que se me han caído mientras los meto torpemente de nuevo en la caja. Pero entonces, sin previo aviso, unos pasos se escuchan al fondo del pasillo y, mientras todos estábamos pendientes del recién llegado, un nuevo hombre-lagarto aparece, enorme por cierto, mucho más que el otro, y bebe de nuestra agua de improviso. Acto seguido le habla al otro lagarto sin prestarnos la más mínima atención. Acababa de cerrar la caja de cerillas tras terminar de recoger y se me vuelve a escurrir de las manos de la sorpresa, esta vez por suerte estaba bien cerrada. Me maldigo internamente por ser tan torpe, aunque enseguida desaparece mi preocupación por mi inutilidad para centrarme nuevamente en nuestros nuevos amigos lagartos. Recojo de nuevo la caja de cerillas distraídamente y guardo el fósforo que aún tenía en la mano. Me incorporo nuevamente y decido acercarme con cautela a los desconocidos mientras pienso sobre ellos. ¿Cómo podían existir seres así? Un momento... no serían... ¿alienígenas? Es decir... seres de otro planeta. Claro, eso era lo más lógico. Quizás... quizás estuviésemos en otro planeta ahora mismo. Eso explicaría muchas cosas. La idea se forma en mi mente y me deja un tanto abatido momentáneamente... pero por ahora considero más importante centrar mi atención en nuestros escamosos amigos.
-Hola... esto... Yo soy Noel. Creo que somos de planetas diferentes -me atrevo a comentar tras un instante de duda.

No espero a que conteste, le doy la espalda, tal y como le di a mi tierra natal al aceptar venir aqui, y me dirigí a esos seres sin escamas que nos estaban hablando. No eran muy agradables para la vista que digamos, sus lénguas no eran bífidas, eran pequeños, no tenían ninguna escama ni cola ni garras, ¿y esos bultos que tenían algunos de ellos en el pecho?¿Sería alguna enfermedad de su tierra? Y su sexo... ¿cómo lograban identificarse los unos con los otros? En nuestras tierras era fácil diferenciar un macho de una hembra, pero esos seres me parecían todos iguales si no fuera por esas extrañas protuberancias que unos poseían y otro no.

Ladeé la cabeza mientras los miraba de arriba abajo sin importarme que se incomodaran, no confiaba en ellos, y cuanto más supiera de su extraña raza más fácil me sería saber como era y por tanto sobrevivir. La información era la clave de la supervivencia. Eso me había mostrado el desierto. La ignorancia mata.

Entonces comenzaron a presentarse, diciendo sus nombres y demás. No cambié de postura ni guardé mi daga. ¿Quién sabía si era una raza peligrosa? Es posible que su aspecto no fuera muy amenazador, pero hasta la cosa más inofensiva puede ser letal.

- Eso es obvio, ¿no crees? En mi tierra natal no hay algo así como vosotros - dije lebandando mi ceja derecha - ¿Cómo lograis diferenciaros entre vosotros? ¿Cómo sabeis quien es hembra y quien macho en vuestra tierra? Sois condenadamente similares todos - les pregunté, información, era lo que necesitaba - Y, ya que me habeis preguntado... soy Caillech y soy una Mirie Kitade también - le dirigí una mirada a mi compañero incitándolo a negar tal afirmación.

Fue entonces cuando vi la luz. Era una especie de luz verde que venía del cielo, ¿qué demonios era eso? Información, necesitaba información. Mis piernas comenzaron a ir en su pos con la guardia alta en todo momento.

Un nuevo cosechado, que parecía un reptil, había salido del interior de la mazmorra "hasta cuando va a estar apareciendo gente distinta por aquí, como sigamos así no vamos a tener sitio para nadie", desconfiado, y con un arma de piedra en la mano, le había visto acercarse a una vasija de agua y beber de ella, para terminar lo ví dirigirse al otro ser (creo del mismo planeta) para recriminarle algo, y terminar presentandose al igual que algunos de nosotros.
- Nos diferenciamos por nuestro aspecto físico y ya aprenderás a hacerlo -respondiendo a su pregunta es cuando me doy cuenta que hay un resplandor verde en la ciudad "¿pero de donde xxxx ha salido esa luz? ¿será la gente que nos ha hecho llegar para contarnos a qué hemos venido a este terrible lugar? habrá que ir a ver, pero lo primero es no ir solo que nunca se sabe lo que podemos encontrar"- Gente ¿quién viene conmigo a averiguar qué es la luz verde que a aparecido ahora en la ciudad? puede que sea la presentación de la ciudad y ver a qué hemos venido

Pero qué rayos. Ahogué un grito desesperado al ver aparecer a otro de los 'reptiles'; los otros estaban tan aparentemente tranquilos que hasta se presentaban, pero yo no podía. Me llevé las manos a la cabeza y me eché el pelo para atrás.
"Calma, Ethan, calma...Solo son medio serpientes, estás en un lugar siniestro del que no vas a poder salir, no te preocupes."
...Odio ironizar conmigo mismo.
Me cruzo de brazos y espero a que el segundo beba de la jarra. Ya parece entendernos, pero la manera con la que agarra el arma me pone de los nervios.
- Mi nombre es Ethan, supongo que un placer - chasqueo la lengua, todavía mirando a ambos de arriba a abajo. Están lo suficientemente cerca como para verlos, incluso sin mis gafas puestas. - Y tranquilo - no distinguí de su sexo, es más, a saber si tenían - en nuestro planeta tampoco hay algo como vosotros. Parecidos quizá... - Pensé en cocodrilos, serpientes, iguanas o bichos de libros de fantasía. Reprimí el comentario, "pero te aseguro que más elegantes." Siempre que me levanto sin haber dormido mis 9 horas de mínimo, estoy de mal humor.

Una luz muy llamativa se coló en las mazmorras, deslumbrándome.

- ...¿Sucede esto siempre que amanece en este sitio, o qué? ¿Qué más falta? ¿Hombres lobo? - gruñí y me puse las gafas, acercándome a la salida. Suspiré con sorna, uniéndome a Javier. - Qué más da, yo voy.

[Continua en la Plaza de la Fuente]

Escucho ensimismado al lagarto enorme. Tiene lógica lo que dice, tampoco nosotros sabemos si ellos son hombres o mujeres ahora que lo dice.
Mis pensamientos son interrumpidos por un resplandor de luz verde que aparece de improviso en el cielo tiñendo de ese tono el interior de las mazmorras a través de las escasas ventanas.
Javi comenta algo sobre salir a averiguar qué es... Quizás tenga razón y merezca la pena hacerlo. Ethan ya se ha decidido a pesar de expresar dudas sobre su procedencia. Yo tampoco las tengo todas conmigo pero hago de tripas corazón.
-Esperadme, que yo también voy. Creo que sería conveniente que fuésemos todos -digo mirando a mi alrededor.
Sin esperar más, salgo tras Javi, Ethan y el lagarto y seguimos la dirección que indica el resplandor, el cual parece conducir hacia la plaza de la fuente.

[Sigue en la Plaza de la Fuente]

Ah, o sea, que ahora Mark recurre a mí y no a su "gran amigo y líder", Noel... Le fulmino con la mirada pero, de un modo extraño, me molesta y halaga al mismo tiempo que se haya dirigido a mí en un momento semejante.
Entonces, Noel hace una observación bastante estúpida, que me hace resoplar:
-Es obvio que del mismo planeta no venimos, precisamente. -El comentario hace que las miradas de todos se claven fugzamente en mí.
Me toco los lagrimales de ambos ojos, como si me quitase alguna legaña, hasta que dejan de fijarse en mí. Va, espero que no les haya dado tiempo a realizar un análisis más exhaustivo... Y si es así, ¿qué? Que se atrevan a decirme cualquier cosa, y, y...
Luego el comentario del otro ser que acaba de llegar me hace querer realizar una nueva observación. ¿Una especie de lagarto metiéndose con los seres humanos? "Es totalmente diferenciable quiénes son hembras y quienes macho en nuestra especie, no como en la vuestra".
En cualquier situación, no hubiese dudado entre saltar o no hacerlo. Pero ahora me callo, invadida por esa melancolía que me ha abatido desde que desperté hoy.
Entonces, un resplandor verde llama la atención de todos, sacándome de mi ensimismamiento.
-Sí, vamos todos -recalco.
Vaya, la primera vez que le doy la razón a Noel. Y supongo que la última.
Apenas soy consciente de que Mark me sigue de cerca. Vaya, lo que faltaba. Un perrito faldero...

(Continúa en la Plaza de la fuente)