Prisión (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Abro los ojos. Qué aturdimiento.
Huele a cerrado; a polvo y a sangre. Mi sangre. Miro mi dedo y veo que tiene un ligero corte. Me levanto del suelo, y descubro que me encuentro en una celda.

Tengo miedo. Sólo recuerdo... lo que pasó por la noche. Aquel ser... 12. dijo que se llamaba, que me mandó aquí... a Rocavarancolia.

¿Era así como se llamaba? Tal vez lo recuerde mal.

Hay humedad en el ambiente. Mi cabello ondulado está ligeramente encrespado. Mis ojos verdes lo miran todo con desesperación, tratando de buscar una salida o... un indicio de que no estoy sola.

Abro la puerta y descubro que hay muchas más celdas, pero casi todas vacías. Sólo hay una en la que hay alguien. Un chico medio pelirrojo, alto, tumbado en el suelo.

"Por suerte no estoy sola", pienso, sin embargo, hago caso omiso al chaval y me vuelvo a mi celda. Me siento en un rincón: prometieron que habría un cambio en mí. Que este era mi sitio, pero...  ¿Verdaderamente lo era?

Quería romper las distensiones con las chicas, así que para romper el hielo:

-Pues si no teneis ningún problema, yo me apunto a ayudaros a traer el agua. Al resto os aconsejo que exploreis un poco el lugar y que intentéis bajar algún mueble a la entrada para hacer luego una buena barricada a la hora de dormir.

Así que tomo una de las jarras que llevan las chicas con la seria intención de ayudarlas.
"Que no se me olvide que aún están los dos chicos (el conde y el otro) en la zona de la plaza y sería bueno ver el estado en el que se encuentran para hablar con ellos y hacer que vengan hacia aquí, no me gustaría que les pasara algo en el primer día en esta ciudad"

Agradecí con una sonrisa a Ethan. Nada ganabamos separando el grupo en pequeñas parejas y tríos. Podíamos estar desorientados, pero mejor estar desorientados juntos. Y aun intentaba que Hannah se relajase un poco. No se me daba muy bien eso de los acercamientos, porque no me quería poner a hablar y a darle discursitos con moralina, ni ella parecía capaz de soportar (ni escuchar) algo así, ni yo daba jamás esa clase de discursos.
Solo la necesidad de apoyo que ahora sentía, esa vulnerabilidad cuando a lo largo del día había ido asimilando que estaba sola y lo etsaría por un tiempo largo e indefinido, me habían llevado a dar más pasos de los usuales. A ser un poco mas participativa e incluso ¡yo! (Karina se troncharía si me escuchase) intentar apaciguar a mi manera los animos. Pero no se me podía pedir mucho más, yo... no confiaba tan rapido en la gente, ni pensaba desgranarles mi vida paso a paso. Mentalmente pasaría mucho antes de que cualquiera pudiese llamarse amigo. Pero en realidad no me caían mal y yo estaba un poco hundida, aunque ya no lo exteriorizase.
También otro chico se apunta. <<Mierda, cual era su nombre? ¿jose? >>
Así que ponemos rumbo a la fuente.
- Rápido.- les apremio a media voz, porque yo no suelo alzar nunca el tono.- Antes de que anochezca.

[sigue en la plaza de la fuente]

- Cuanto antes nos vayamos, antes volveremos con el agua. -digo nervioso y temeroso. Realmente me daba miedo lo que pudiera surgir en medio de la noche en aquella extraña ciudad, llena de tantos escombros y ruinas, llena de criaturas hambrientas desde dios sabe cuando, cuanto antes volviésemos a la mazmorra antes me sentiría un poco más seguro "Espero que no les haya pasado nada aún a los dos jovenes que dejamos atrás".

[sigue en la plaza de la fuente]

Me vuelvo dispuesta a salir, y cuando voy a hacerlo, Javier aparece por la puerta, haciendo que me sobresalte y casi deje caer una de las jarras.
Sin embargo, la sujeto con fuerza, dándole al chico las mismas indicaciones que le he dado a Ethan segundos antes.
Alicia se pone en cabeza, con otras dos jarras. Le sigo, perdida nuevamente en mis pensamientos. la chica da nuevas instrucciones. Debo admitirlo: aunque llevarme bien con alguien va a ser más difícil que pasar unos días con esa persona, la chica no me cae mal.

(Continúa en la Plaza de la fuente)

Dejé mi "arma" barra metálica apoyada contra una pared y cogí una jarra un poco mayor que el resto a la que le faltaba el asa y cargué con ella. Me alivió que Javier también viniera, porque ahora que empezaba a oscurecer, la plaza de la fuente de serpientes seguro daría más mala espina.
- No creo que tardemos mucho, Noel -respondo a su pregunta, en todo amable.

La sonrisa de Alicia me puso un tanto nervioso, no sé reaccionar ante gestos, lo admito, socializar no es lo mío pero intento lo que puedo, así que le devuelvo una media sonrisa, o al menos algo parecido.
Les seguí a paso apresurado, sujetando la jarra con ambas manos, ante la idea de quedarnos fuera en plaza abierta durante la oscuridad de la noche...

[Continúa en la plaza de la fuente]

Vladimir volvió a entrar en el las mazmorras a paso ligero, altivo y estirado, con el traje ligeramente mojado pero sin descolocarse. Aún portaba la antorcha en la mano izquierda. Su expresión era la misma máscara de desdén carente de interés de siempre. Tras de él venían Alphonse y la chiquilla de la falda manchada. Buscó al grupo de gente más numeroso de que hubiera más cerca, aprovechando para ir memorizando los pasillos de aquel lúgubre lugar.

Cuando llegó al lugar dónde todos estaban reunidos, les dio una barrida desganada con la mirada, sólo para cerciorarse de que seguían estando ahí. Se acercó a las señoritas presentes para hacerles de nuevo un breve besamanos con una ligera reverencia. Parecía llevar algo de prisa, pero ni su rostro ni su postura lo evidenciaban. Se deducía más bien de la celeridad de sus actos, ligeramente más rápidos de lo normal, pero no por ello menos precisos.

-Saludos de nuevo, señoritas. Caballeros- saludó rápidamente volviendo la vista a los hombres allí presentes durante unos segundos para luego volver a clavar la mirada en las señoritas, observando que portaban las vasijas.- Hemos encontrado una vara, una tira de cuero y un par y medio de botas viejas. Quizás esto último sea útil para aquellos que aún lleven las zapatillas de felpa. Deberíamos atrincherarnos debidamente para pasar la noche. Sugiero que tapen la puerta principal esta noche y preparen sesiones de guardia. Aunque supongo que ya lo habrán pensado, claro.- Esa sí era una de sus sugerencias exhortativas. El tono de puñal aterciopelado no dejaba lugar a dudas, pero aparecía salpicado por ese matiz de urgencia bien disimulada, que sólo dejaba notar para dar a entender que no tenía demasiado tiempo para charlar. – Ahora iré en busca de algo que cenar. Procuraré ser rápido en mi tarea.

Y, sin perder un segundo más, partió hacia las profundidades de las mazmorras, a paso ligero pero seguro, sin permitir que su traje se desmontara por el camino. Se permitió frenar unos segundos, sin girarse, para hablarles en un tono claramente audible a los presentes.

-Espero que no sean demasiado exigentes con el género de comida. No creo que encuentre nada apropiado para estómagos sensibles.- lanzó el comentario casi al aire, con ese refinado tono que utilizaba para adornar la información que quería transmitir con un envoltorio bonito y sofisticado: No os quejéis de lo que os traiga.

Tras hacer el comentario, partió de nuevo en su pequeño periplo por las mazmorras, en busca de algún ser vivo comestible. Esperaba que encontrar alguno le relajara. Y es que si encontraba lo que buscaba, de seguro que se iba a divertir. Pero necesitaba hacerlo ya. Todo aquel trance por el que había pasado a lo largo de todo el día le exasperaba tremendamente, y necesitaba desesperadamente una distracción que lo inhibiera de aquella vorágine de acontecimientos bizarros. Y ya de paso acallar el hambre. Estaba debilitado y sediento. Pero la incertidumbre de qué hacían en aquella ciudad, si estaban solos y qué se esperaba de ellos le distraía de sus necesidades físicas.

Vladimir, "el señor Blanc" y la chica del vestido morado llegaron de improviso. Bueno, ya no hacía falta que los buscasen.
Vladimir volvió a hablar con su acostumbrado tono altivo y que denotaba desprecio a la vez. Sin que me diese tiempo a responder nada ya se había ido a buscar comida. Mark era el único que se había quedado conmigo finalmente y le lanzo una mirada de complicidad después del discurso de Vladimir.

-Bueno, ya que nuestro conde se ha ido a buscar comida, si es que encuentra algo... ¿Me ayudas a mover la estantería tirada al fondo del pasillo? Podemos usarla para atrancar la puerta junto con algún otro mueble que encontremos. Creo recordar que en mi celda había una mesa un tanto desvencijada pero aún se mantiene en pie.

Acto seguido nos dirigimos hacia la estantería y entre los dos la levantamos con esfuerzo. La arrastramos hasta cerca de la puerta, preparándola para cuando vuelvan todos y podamos atrancar la puerta. Después me dirijo a mi celda y comienzo también a mover la mesa. ¿Faltaría mucho para que volviesen los demás? Me inquietaba que pudiera pasarles algo en la oscuridad...


Fdr: He dado por hecho que Mark se ha quedado y me ha ayudado, supongo que no importará xD Es que sino no vamos a irnos a dormir hoy.

Sigo el rápido rastreo de Vlad hasta que localiza el pasillo donde se halla el grupo conversando. Tras unas cuantas palabras del portador de la antorcha, desaparece entre los pasillos en las profundidades de las mazmorras. Esperemos que tenga razón y vuelva con algo de comer. ¿Pero qué? ¿Ratas? Antes he visto unas cuantas bastante imponentes cruzar por delante de nosotros hacia un pasillo perpendicular al nuestro. Si no queda otro remedio, tendré que conformarme... No parece que el lugar nos vaya a dar nada mejor. Eso o comer ladrillos de piedra desgastado y de apariencia poco nutritiva.

Dejo con cuidado las botas viejas en medio del pasillo, donde todos pueden verlas, y me siento apoyado en la vara. Si había botas, posiblemente encontremos más cosas. Solo hemos registrado el piso inferior, claro que tampoco es que haya visto las escaleras por ninguna parte. Quién sabe si están bloqueadas por un derrumbamiento interno.
Observo a la gente sin mucha idea de qué hacer ahora.

Antes de decir nada, Noel y Mark se pierden en el laberinto que es para mí ese lío de pasillos. No entiendo como la gente tiene tanto sentido de la orientación. Yo no soy capaz de memorizar dos giros seguidos.

-No hemos encontrado nada raro al volver, aunque sí que es un buen tramo que recorrer. Es normal que tarden. No creo que les pase nada.-digo en un tono más bien bajo. Había que andar unos cuantos minutos para ir de un lado a otro, y volver.

-Me abría gustado decir que escoltábamos a la señorita Deianira, pero me temo que ha sido más bien al contrario.-comento de forma casual.-Si no fuera por ella ni siquiera sabría por qué lado de la plaza entramos hace unas horas.-dudo mucho que consiguiera volver yo solo en caso de salir yo solo a explorar.

¿A quién le podrán servir esas botas? Parece mucho más cómodo que ir descalzo por ahí, y siempre podemos lavarlas un poco para quitarles el polvo.

Volvimos, y pude al fin respirar con alivio. Alguien, supuse que Noel y mark que eran quienes estaban alli, había preparado un par de muebles para hacer barricada. Lleve nuestro cargamento hasta una esquina y lo deposite en en el suelo con cuidado.
Salude sin entusiasmo y pregunté echando un vistazo alrededor.
- ¿hay algo que pueda ser utilizado como manta o almohada? no pido una cama con dosel, pero quiero saber donde vamos a dormir. ¿cada uno en su mazmorra o no?- me mordí el labio inferior, era como la quinta o sexta vez que lo hacía en todo el día, y solo era un reflejo de mi estado de animo.
oí a Alphonse hablar y le miré con interés.

- ¿mal sentido de la orientación?- le pregunté con una sonrisa amable, que desgraciadamente también me salió un poco burlona.

Despues de ayudar a Noel a levantar la pesada estanteria me sente en el suelo de mi celda a pensar, Noel ya estaba en la suya, iban a ser unos dias muy largos....hasta que puedieramos volver a casa y... Eso....¿Cuando seria? Doce no me dijo nada de si volveria a casa o no..., solo me dijo que este era mi lugar, en ese momento pensando que era un sueño me emocione y ... llegue aqui, en otra ocasion no hubiera aceptado, pero creyendo que era un sueño claro esta que si...aunque habia que mirar por el lado positivo, desde que naci mi vida habia sido una desgracia, mate a mi propia hermana aorcandola con mi cordon umbilical cuando solo era un bebe fue la unica vez que murio alguien cercano a mi, todos se burlaban de mi y por ello me volvi tan callado, y la unica amiga que me quedaba simplemente fingia amistad para luego burlarse de mi a mis espaldas y contar todos mis secretos, Elisa....se parece tanto a ella....quizas por eso la odiaba tanto...., también una vez consegui hacer amigos descubri que hablaban mal a mis espaldas pero luego resulta que ellos mismos hablaban mal de otros de ellos a sus espaldas tambien....ahi es cuando descubri la verdad:No se puede confiar en nadie, abrirle tu corazon a una persona es lo peor que se puede hacer, todos nos escondemos tras mascaras da igual cual sea, falsa simpatia u otra, yo escogi la del silencio, asi no dañaria a nadie ni ellos me harian daño a mi
De repente un ruido interrumpio mi discurso mudo, Alicia habia vuelto, debia ir a recibirla
-Hola,¿Que tal a ido la exploracion?
Despues me pregunto que donde ibamos a dormir ¿Como iba a saber yo eso?, mantas aqui no parecia haber...como alguien no lleve ropa de mas y quiera quitarsela
-No hemos encontrado nada parecido-dije yo.-aun asi creo que deberiamos dormir todos en una celda juntos o al menos en celdas cercanas, no quiero pensar en..Me pare en seco, no debia deprimirla, ademas no estaba seguro de aue pudiera haber algo peligroso, lo que queria decir es que"no quiero pensar en que alguien sea devorado y yo no me de cuenta y siga durmiendo tan feliz y los demas tambien tan felices"
No podia dejar de pensar en ello algo malo iba a pasar, y sinceramente debiamos estar preparados, no se como pero debiamos estar preparados, agarre fuertemente las piedras de mi bolsillo en busca de proteccion que me provoco un grito mudo por el daño que me hice al apretarlas
-¿Donde estan los demas?

Al llegar de nuevo a la mazmorra me siento claramente más aliviado que antes, la verdad es que estar fuera en mitad de la noche no me hacía ninguna gracia. No sólo me daba miedo la oscuridad, me aterraba todo lo que pudiera salir allí en medio de la noche como cualquier tipo de alimañas que pudieras imaginar o algún monstruo (aquel lugar era totalmente nuevo y desconocido a todos nosotros).
- Si no hay nada parecido a una almohada o manta, tendremos que apañarnos con lo que haya donde estábamos al despertarnos. -así respondo a la pregunta que hace Alicia, sin ninguna esperanza de encontrar casi ninguna comodidad en aquel extraño lugar.

(me tengo que ir a cenar y dormir, Alicia me acuestas al pj, y si pasa algo te dejo el control brevemente hasta mañana)

Cuando llegamos, han situado una estantería junto a la puerta.
Vaya, al fin algo útil aparte de traer agua. Deposito mis dos jarras en una esquina, con lentitud, teniendo cuidado de que estén en una posición en la que sea difícil tirarlas.
Mark se acerca, con una pregunta. "Si hubiera ido mal, ya estaríamos gritando o lloriqueando... Al menos ellos", pienso. Sin embargo, recordando a Jamie y Emily, cuento hasta tres en silencio, apretando los labios con fuerza.
Y, finalmente, me limito a encogerme de hombros.
Alicia pregunta por algo que podamos usar.
-Pues yo sí quiero cama con dosel -murmuro en voz baja casi inaudible, en un intento de bromear. Sin embargo, ni siquiera esbozo una sonrisa, permaneciendo inexpresiva.
Escucho las palabras de Alphonse, y miro las botas en el suelo. Me agacho junto a ellas:
-¿Soy yo la única que va descalza aquí? -pregunto.

En cuanto mencionaron su nombre, Deianira se deslizó rápidamente hacia atrás, hasta quedar fuera de la vista de todos. Se la oyó trajinar unos segundos antes de que volviera a salir mientras se guardaba algo apresuradamente.

Dió varias vueltas, nerviosa alrededor del grupo. Todo eran quejas. Alguien se preocupó por los demás; en ese momento vió como llegaban. Todo el grupo se reunió. Alguien se quejó de estar descalzo. Dee se remangó ligeramente la falda: llevaba unos zapatitos que hizo que varias personas le mirasen de modo extraño. Parecían de estilo antiguo pero sin tacón.

—Si quieres te dejo mis calcetines —ofreció. Eran morados y tenían un olor entre antiguo y de lavanda—. Pero no me mires mientras me cambio.
Acto seguido, se escondió tras una roca.

[sí, como lo ois, "cambiarse" xD]

Salgo con la mesa y la coloco al lado de la estantería.
-Bien, ¿crees que esto valdrá?-le pregunto a Mark.
De pronto me doy cuenta de que los demás ya han vuelto, menos mal, ya había oscurecido demasiado. Han traído agua como habían prometido.
-Nuestro señor conde ha ido a buscar comida, se supone-informo a los recién llegados de la plaza.
Evito cruzar demasiado la mirada con Hannah porque no me apetece que vuelva a saltarme a la yugular como había estado haciendo todo el día, aunque nada me impide echarles un vistazo rápido a todos, tampoco quiero que parezca que la evito a propósito.
-Javi, ¿qué te parece la barricada improvisada? Supongo que deberíamos hablar también sobre los turnos de guardia que comentaste antes.
Deianira intervino entonces por primera vez desde que había regresado con Vladimir y el "señor Blanc". Había algo muy extraño en aquella niña, no sabría decir muy bien el qué...

Deianara se esconde para cambiarse de calcetines. Empiezo a apreciar porque algunos estaban en la ciudad. Especiales, había dicho el chico. Yo mas bien los llamaría raros, pero evidentemente no lo iba a decir.
Saco la moneda de mi pantalón. Aun no se irme a mi celda a dormir, o si quieren dormir todos juntos apelotonados. Veo las ventajas de la ultima opción, pero prefiero un poco de tranquilidad.
La ultima decisión de mi moneda habia resultado algo catastrofica, pero la suerte es prestad, dicen los orientales, y yo era de la misma opinión. La buena suerte de toda mi vida la habian cobrado con aquel sencillo cara o cruz de la noche de halloween.
Ya habia pagado mi deuda, y ahora en teoria, la buena suerte se reiniciaba - eso queria creer-
Cara o cruz, Alicia? Cruz y duermo sola. Cara y espero la decisión de los otros.
[...]
Cara.
Pues nada, que remedio.

-Si, espero que si-le conteste a Noel pensativo.
Mire a Alicia, habia sacado una moneda y la habia lamzado al aire, estaba decidiendo algo a cara o cruz? Si era asi, no hacia nada, al menos por ahora...
-En fin...-suspire
Me quede mirando a los demas, esperando quizas que alguien dijera algo, al final fui yo quien dijo algo
-Mirad, el tema de dormir juntos o separados a mi es algo que no me importa mucho, pero preferiria que al menos esta noche durmieramos todos en lugares cercanos
Faltaba aun gente, tanto nuestro extevagante conde como Dee faltaban, Dee dijo que se iba a cambiar o algo asi, y el conde¿donde estaria?

Dee volvió con los gruesos calceines, que enrealidad eran medias remangadas, en la mano y se los tendió a Alicia. Se sentó en el suelo y, tan pronto lo hubo hecho, volvió a levantarse, señalando algo que había a su lado.

—¡¡Un ratón!! —gritó horrorizada. En lugar de correr, lo que hizo fue coger una roca de suelo del tamaño de su cabeza y lanzarla. El ratón corría de vuelta a su madriguera y el tiro falló por dos metros. Dee corrió tras él y se lanzó sobre el roedor antes de que se ocultara en un agujero.

Cuando se levantó tenía las manos vacías pero heridas. Unas gotitas de sangre cayeron al suelo.

—Au.