Prisión (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Abro los ojos. Qué aturdimiento.
Huele a cerrado; a polvo y a sangre. Mi sangre. Miro mi dedo y veo que tiene un ligero corte. Me levanto del suelo, y descubro que me encuentro en una celda.

Tengo miedo. Sólo recuerdo... lo que pasó por la noche. Aquel ser... 12. dijo que se llamaba, que me mandó aquí... a Rocavarancolia.

¿Era así como se llamaba? Tal vez lo recuerde mal.

Hay humedad en el ambiente. Mi cabello ondulado está ligeramente encrespado. Mis ojos verdes lo miran todo con desesperación, tratando de buscar una salida o... un indicio de que no estoy sola.

Abro la puerta y descubro que hay muchas más celdas, pero casi todas vacías. Sólo hay una en la que hay alguien. Un chico medio pelirrojo, alto, tumbado en el suelo.

"Por suerte no estoy sola", pienso, sin embargo, hago caso omiso al chaval y me vuelvo a mi celda. Me siento en un rincón: prometieron que habría un cambio en mí. Que este era mi sitio, pero...  ¿Verdaderamente lo era?

Noel me había despertado poco rato después de conseguir conciliar un rato de sueño, pero después de darme cuenta de que la idea de las guardias había sido mía, decido acabar de espabilarme (echandome algo de agua en la cara de una de las vasijas, pero con cuidado de no derramar agua de más y que mis labados no calleran encima de la jarra, había que tener cuidado con el agua) y dejar a los demás dormir mientras hago guardia y me dedico a recordar todo lo que me había pasado hasta ahora.
Cuando me quiero dar cuenta, un pequeño rayo de luz se filtra a través de una pequeña grieta que hay en la pared, y al asomarme a ésta me doy cuenta que ya es de día (parece que mis problemas de exceso de sueño se han arreglado por un día). Al volver a la sala común me fijo que deianira ya está despierta "habrá hecho guardia aquí y no me he dado ni cuenta" y que hay más gente despierta:
- Buenos días compañeros- exclamo intentando alegrar un poco la mañana y con esperanzas de que nos fueran a servir algo más comestible pronto.

Me desperte de mi profundo sueño, me desperte comenzando a recordar ahora en el vago recuerdo del fatidico dia en que ese Doce me habló sobre el mágico lugar en el que ahora estaba, no se si me arrepentia de haber aceptado, ya que en ese momento mis condiciones no eran optimas para pensar.
-Este es tu lugar, tienes que venir conmigo-dijó el Doce mientras merodeaba por la habitacion, le mire curiosamente mis parpados se cerraban, eso que estaba pasando debía ser un sueño no habia otra explicación, si era asi seria divertido-Tienes toda libertad de decisión
-Has dicho que es mi lugar?-pregunte yo curioso casi entre risas, total era un sueño, no?no tnia nada de que preocuparme
-Si, como bien he dicho eres especial, tu lugar es Rocavarancolia, debes venir conmigo-me dijo mirandome con el ojo izquierdo
-¿y si me niego?-dije divertido
-No me volveras a ver nunca mas, y me desvanecere de tu vida
Mire a los lados, como buscando una respuesta, pero¿Que estaba haciendo era solo un estupido sueño?no habia nada que pensar, ya habia tenido sueños asi antes, ojala fueran realidad, eso era lo que pensaba, y este parecia ser el mas real que habia tenido, total era un sueño, y los sueños estaban para divertirse
-No se porque me quereis, pero iré contigo-dije
-Bien, asi que rumbo a Rocavarancolia
Y depues de eso empezo la pesadilla


seguía aun adormilado, no podia dejar de pensar en ello, creía que era un sueño, eso creía...si no hubiera sido tan estupido y me lo hubiera tomado en serio ahora yo estaria en casa con mis padres...o no? Quizas hubiera sido tan estupido como para aceotar otra vez esto estaba mal, no debia estar aqui, esto era una pesadilla, no podia estar pasando, si, siempre lo habia deseado: una aventura magica, siempre habia querido que ocurriera, esto era a la par demasiado bonito para ser verdad y horriblemente real
Me despeje y me levante, Dee y Noel tambien estaba Javier, estaban hablando, no tenia nada de ganas de hablar con ellos, estaba triste la verdad, y no queria hacer nada...pero debia, no podiamos quedarnos aqui para siempre
-Noel, Dee , Javierquiero ir a explorar, ayer viniendo hacia aqui pude ver una edificacion, no distingui muy bien lo que era pero igualmente creo que deberiamos ir a ver-dije yo-Ademas tendremos que ir a conseguir comida y agua¿alguno se viene conmigo?

Deianira dejó educadamente la caja de cerillas sobre una roca tirada en el suelo, cerca del fuego, que alguien había usado como asiento.
—Ahí las dejo, coged las que queráis.
Dicho lo cual se volvió a tumbar, de espaldas a los demás. Nadie vio como sacaba de su manga un carboncillo que había cogido antes y comenzaba a dibujar unos trazos sencillos en la dura pared. Dibujaba algo parecido a un esqueleto.

Me despierto algo desubicado y miro a mi alrededor, totalmente confundido. Estoy tumbado sobre una superficie mullida, demasiado para mi gusto. Me levanto de ella y observo que se sostiene por cuatro patas de un material desconocido para mí. Paso mis manos con curiosidad sobre una de las patas y compruebo que son frías al tacto. <<¿Qué clase de material es este?>> Miro a mi alrededor y compruebo que estoy en algo parecido a una cueva, pero las piedras parecen apiladas de forma ordenada... La naturaleza no parece haber formado este lugar. Además, el lugar es bastante frío y con poca luz. Eso es quizá lo que más me molesta, ya que estoy acostumbrado a vivir en el desierto y el lugar no me inspira mucha confianza. <<Así que esto es... Rocava...Rocavaran.... bueno, la ciudad esa>>.

Comienzo a caminar pegado a la pared, pasando mis dedos palmeados por la piedra y plantando las garras en el suelo con precaución, a la vez que busco por donde salir. La túnica y el poncho azul alivian la sensación de frío que tengo. <<Todo es tan extraño...>> Pienso al tiempo que mi mano libre se aferra a uno de los cinturones de la túnica, el que me fabriqué con mi piel de muda y a cuyo tacto requería para tratar de calmarme. Me recuerda tiempos mejores.

Entonces noto una parte de la pared que parece de otro material, el mismo material frío de antes. Además tiene menor grosor y una parte sobresaliente a media altura, como una protuberancia. Se puede ver una rendija por la que pasa escasa luz y me llega el olor del humo. Debe de haber una hoguera cerca. Doy un golpe con la mano, pero parece estar bien sujeto a la piedra contigua. Vuelvo a golpear, primero dando una patada y después un latigazo con la cola, pero no cede. Entonces paso la mano por la superficie y descubro que la parte que sobresale puede girarse. Lo hago y escucho un chasquido antes de ver como se mueve hacia afuera... Salgo por la abertura que se ha originado y mis ojos rasgados otean el lugar en busca de algo conocido, con nada de éxito, ya que el sitio está demasiado oscuro y apenas veo las cuatro piedras más cercanas de la pared. No estoy muy seguro de lo que hacer, pero al final decido probar a preguntar.

-¿Hola?- la pregunta retumba y se replica por la reverberación del lugar. Mi mano sigue aferrada al cinturón, la situación me enerva demasiado.

"Decían que eramos especiales, habrá que ir a ver donde nos han traído. No creo que sea todo tan horrible como aparenta ser. Además, si nos quieren vivos, tendrán que mandarnos comida, lo que significa que ésta tendrá que estar en algún sitio"

- Vale, me apunto a explorar un poco la ciudad, a ver si así consigo algún arma con la que poder protegerme de los incidentes que puedan pasar. Y dudo mucho que nos hayan dejado a nuestra suerte sin mandar alguna comida, sólo es cuestión de comprobar si nos la mandan y donde la van a dejar.

La verdad es que estaba un poquito asustado con la idea de salir a un sitio, probablemente, peligroso. Pero la curiosidad de ver el lugar donde habíamos ido a parar me podía aún más, y fue por ésta razón, además de encontrar comida y varias armas para todos, por lo que me decidí a salir de esta lúgubre mazmorra donde habíamos pasado la noche.

Con ésta decisión tomada escucho cómo una puerta se abre y descubro algo o alguien entrando por la puerta. A la poca luz existente podía verse un cuerpo con cola "Como no sea un nuevo cosechado la tenemos clara". Con bastante miedo en el cuerpo me acerqué un poco para ver mejor, aunque primero cojo varias priedras del suelo por si acaso.

Me despierto de manera acelerada. Los oigo hablar mientras tanto, por lo que me levanto y voy hacia el grupito.
Oigo que estos hablan sobre salir:
-¿Salir? No creo que sea buena idea ahora... Yo... a ver, no yo creo que las personas que nos han traído tendrían que venir a por nosotros... supongo.

Los miro mientras ellos siguen hablando, y yo me doy cuenta de que hay alguien más. Hay un niño nuevo.

-¡HOLA! -Digo yo al niño de la mirada cansada. -¿Cómo te llamas? Yo Elisa.

Según salí de la celda comencé a caminar por el pasillo, como era un tramo recto,sin escaleras a la vista, apoyé la mano en una pared y cerré los ojos para frotarmelos mientras bostezaba. Mi habitual mal humor de recién levantada se me iba echando encima igual de inevitable que el amanecer cada mañana. Entonces, escuché unos golpes, seguidos de una bisagra practicamente a mi lado, me aparté la mano de la cara y... choqué de bruces con alguien.
Me aparté aturdida y eché un vistazo a lo que había delante de mí. la oscuridad no me dejaba ver muy bien, pero desde luego no era humano y estaba lo suficientemente cerca como para distinguir unos rasgos extraños, como de reptil. ¿eso parecen escamas? Tras él se agitaba una cola, y para colmo, estaba hablando. O al menos, sonaba a eso. Parecía una pregunta corta.
Me llevé las manos a la boca. Y, estúpidamente, me quede quieta como si me hubiesen disecado alli mismo.

Nota Fdr: si hubiese sido un peligro real, ya podiamos despedirnos de Alicia. xD

Deianira responde a mi pregunta dejando la caja de fósforos al alcance de todos. Digo un "gracias" y comienzo a intentar encender de nuevo la hoguera. Mi cuerpo está bastante dolorido por haber pasado la noche en una cama con una mullidez inexistente. También noto mi cuerpo bastante frío, por lo que estoy deseando encender el fuego. Estoy a punto de encender una cerilla cuando de repente escuchamos una voz... Una voz totalmente extraña que no suena a nada que haya escuchado antes... O eso creo, porque desde que bebí de la fuente los idiomas que conocía se me han vuelto ininteligibles.
La caja de cerillas se me escurre de la mano, derramándose parte de su contenido. Me quedo mirando como un idiota con el fósforo que estaba intentando encender en la mano. No doy crédito a lo que ven mis ojos. Estoy contemplando una especie de lagarto enorme vestido con una túnica y un poncho de color azul. Me quedo paralizado durante un instante e instintivamente busco el palo que había encontrado ayer por la tarde... Maldición, lo he dejado en la celda. Me levanto lentamente del suelo sin saber que hacer y miro hacia los demás, pero todos parecen tan consternados como yo.

Un estruendoso 'HOLA' me levantó de golpe de mi sueño. Rara vez los ruidos o sonidos lograban despertarme (de hecho, mis hermanos me gritaban de todo cuando dormía y yo no me enteraba, o al menos eso decían) pero desde que llegué a este lugar, creo que hasta la más mínima ramita rota sería capaz de levantarme.
Me he quedado frito con las gafas, así que tengo las marcas de las patas y el cordel rojo de estas que llevo al cuello, tatuado en carne en el lado derecho de la cara. Bufo y bostezo instantes después; me estiro con torpeza, con el cuerpo adolorido, me levanto para ver el porqué de esas voces.

Nada más asomar la cabeza por el pasillo, creo estar durmiendo todavía, o con las gafas rotas y la vista haciéndome otra de sus malas jugadas. Un bostezo se me corta, con ello la respiración.
Reconozco a Alicia, a Noel y varias sombras más cuando mi visión se acostumbra a la oscuridad. Hay algo que no reconozco bien, mi mente se esfuerza por identificarlo, pero me resulta imposible.
Su piel reluce ligeramente, me froto los ojos hasta hacerme daño, haciendo caer mis gafas, que terminan colgando del cordel.
Esa...¿persona?...¿tiene escamas?
Carraspeo por reacción con nerviosismo y cambio de ángulo, acercándome un poco más a Alicia sin decir palabra.
Intento decir algo, pero de mi boca no sale ni una vocal.



AGH, ME ODIO MUCHO <__>;; verán, tengo exámenes cada 3 días a partir del lunes, además de trabajos en grupo cada 2, así que intentaré pasarme lo justo... Si ven que me ausento en algo importante-o colectivo- pueden manejar a mi niño como gusten siempre y cuando no le obliguen a meterse en la casita de caramelos y esas cosas <'D
P.D.: ¿"EN EL FONDO ES UNA TONTERIA"? oAo

Mi pregunta no tarda en obtener respuesta, pero en absoluto es una en mi idioma, o... incluso en mi raza. Unos seres con un cuerpo parecido al mío en cuanto a extremidades, salvo por la cola, se acercan a mí. Son carnosos y rosáceos, o eso me parece distinguir con la poca luz que hay. Los ojos son tan blancos que me asusta ver como se contornean en la oscuridad, con esas pupilas de colores. Tienen los dientes redondeados y una enorme prominencia en mitad de la cara donde se ubican sus orificios nasales. Son... <<Son feos... >> Además tenían los dedos separados y las uñas cortas, por no hablar de las vestimentas tan raras o el par de bultos en el pecho que mostraban dos o tres de ellos.

Uno de ellos parece hablarme como si no notara las diferencias <<¿Será ciego?>> pienso confundido, contrastando su forma de actuar con la del resto, que parecen nerviosos y asustados. A uno se le cae algo de la mano, parece tallado por la forma rectangular, pero no sabría adivinar qué es. Otro de ellos se acerca y el último coge algo del suelo en actitud defensiva. Aquí debería haberme asustado, pero está claro que yo soy tan raro para ellos como ellos para mí. Alzo las manos intentando darles a entender que no quiero hacerles daño, pero no puedo evitar menear la cola de forma inconsciente. Que parezcan blandos y asustadizos no quiere decir que me deba confiar en absoluto.

-Yo, bueno. Pacífico-trato de comunicarme con ellos, no con mucha esperanza de que me entiendan.

-Duerme, cariño. En seguida habremos llegado -dice una voz femenina con dulzura.
En la oscuridad, y con los ojos ya entrecerrados, veo el rostro de mamá asomar desde el asiento delantero del coche. Sé que mirar hacia atrás le marea, y me dan ganas de decirle que se vuelva. Sin embargo, no puedo más que dejar escapar un bostezo nacido de mi boca pequeña e infantil, lo cual la hace conducir.
Llueve, llueve mucho. Normalmente, la lluvia me hace sentir tranquila. Sin embargo, en este momento provoca que mi alma se remueva, como si supiese que va a pasar algo. Quizás sea el sonido de las gotas golpeando furiosamente contra el cristal. No lo sé.
También puede que lo que me intranquiliza sea la oscuridad. Nunca me ha gustado la oscuridad. En ella se agazapan los monstruos con los ojos brillantes. Normalmente, no se acercan. Pero sé que algún día me atraparán.
Aparto esos pensamientos de mi mente. No, en realidad lo que no me gusta es que papá conduzca de noche, y menos con tanta prisa, tomando las curvas con tanta prisa que parece que nuestro coche plateado vaya a salir volando hacia las estrellas. Me pregunto como será volar. Encogida sobre mí misma, notando el tacto suave el pijamita sobre mi piel, me acurruco en la mullida manta que mamá me ha dado antes de salir.
En ese momento, un violento volantazo me hace abrir los ojos. Escucho a mamá susurrar con nerviosismo en el asiento delantero. Entiendo algo como: "Ve tranquilo, lo importante es llegar bien".
Sinceramente, apenas me han dado motivos del por qué de esa precipitada salida. Tras esa llamada que papá recibió, oí una discusión con mi madre escondida tras la puerta. Escuché el nombre de mi abuela varias veces. Sin embargo, cuando me han sentado en el asiento trasero del coche y puesto el cinturón precipitadamente ni siquiera me he molestado en preguntar.
Otro nuevo volantazo hace que el coche derrape unos metros.
-¡¡Joder, cuidado, joder!! ¡¡¡Frena!!! -oigo la voz de mamá.
Segundos después, una luz me impacta de pleno, cegándome durante unos instantes. Y, después...

Abro los ojos rápidamente. Apenas veo nada, y me doy cuenta de que es porque mis ojos están cubiertos por una cortina de lágrimas, y de que tengo todo el rostro húmedo. Hacía años que no tenía esa pesadilla.
Me los limpio con rapidez, deseando que mis ojos no estén demasiado rojos, y mi vista se acostumbra poco a la cada vez menos intensa oscuridad.
Tanteo alrededor. Mi palo. ¡Mi palo! Necesito mi palo. Esa extraña inquietud me hace ponerme en pie. Vaya, debí dejármelo en esa sala en la que cenamos...
Sabiendo que hay demasiado silencio, camino con lentitud hacia allí. Entonces... ¿Qué es eso?
Allí, frente a todos, que aguardan en silencio, hay un extraño ser... ¿Qué hace aquí? ¿Cómo ha llegado? ¿Será quizás...?
No. El chico de la cola es pasable, pero... ¿Una especie de reptil?
Agarro mi palo, que localizo rápidamente en una de las esquinas. Y, viendo como Noel retrocede -¿estará buscando su propia arma?-, agarro del brazo a Alicia, que es la que está más adelantada, y tiro de ella, adelantándome ligeramente.
-¿Quién eres y qué quieres? -pregunto con brusquedad, lo cual es útil en ese momento, pues se podría confundir con facilidad con esa seguridad que no siento en absoluto.
Entonces, habla con un idioma que no entendemos.
Ahora lo entiendo. Así que no ha bebido de la fuente... Sin emabrgo, no relajo mi postura.

Salto con energía de la cama para quedarme paralizado en posición de caida. No había calculado los daños que causaría esa tabla tan incómoda a mi columna. Me muevo despacio hasta que recoloco todo en su sitio, y cuando la molestia es soportable me agacho para recoger la vara. En ese momento, mi cara debe ser un poema, que refleja un universo de dolor personal. No puedo evitar soltar un sonoro "¡Ay!" al sentir todas las vértebras de mi espalda colisionar de forma tan desordenada y caótica. O al menos eso es lo que me parece, porque no puedo verme las vértebras.

Tras otra sesión de relajación, deduzco que lo de dormir en posiciones incómodas o en superficies completamente sólidas no está hecho para mí. Me dirijo a la puerta mientras me froto la espalda con una mano y me apoyo en la vara con la otra para darme de frente con una peculiar escena. La primera de muchas, me atrevo a aventurar.

Contemplo al ser inquietante que se alza frente a mí. Manda narices que haya tenido que parar precisamente en mi puerta. Dado que no estoy en condiciones de hacer movimientos bruscos, sorprenderme de forma muy exagerada, o intentar siquiera desplazarme con la seguridad de no liar todavía más mi estructura ósea., me quedo quieto y sin decir nada. Creo que estoy exagerando, tampoco me ha dejado tan mal.

Lo que sí me sorprende es el hecho de que alza las manos en una posición que me recuerda mucho a los ladrones de bancos de las películas pidiendo un alto el fuego. Es, sin duda, una comparación reveladora. Eso, unido al hecho de que parece estar diciendo algo, su aspecto humanoide, el uso de ropa y que estoy completamente seguro de que si quisiera atacarnos salvajemente ya lo habría hecho sin necesidad de esperar a que me despertara, me dicen que es un ser racional. De ahí a averiguar sus intenciones, no llego a tanto.

Viendo que nadie se mueve, ni planea moverse en los próximos minutos, y que la situación se prolongará todavía más debido a la incomprensión mutua, tengo una idea interesante que merecería la pena probar.

-¿Nos quedan jarras llenas?-digo con lentitud, todo sea por no tensar más el ambiente para ninguno de los dos bandos.-Si es así, agradecería que alguien trajera alguna.

Por mi propia seguridad, interpongo la vara entre el lagarto humanoide y yo. Si las cosas se ponen feas al menos podré intentar contenerlo mientras los demás encuentran algo con que golpear.

Todos estábamos increiblemente asustados del nuevo cosechado que se había presentado en la mazmorra, debímos haber imaginado que si había algún cosechado más, saldría por allí, pero jamás habría pasado por mi cabeza que dicha persona (por llamarla de alguna forma) tuviera ese aspecto.
Le escuché intentar presentarse y por el gesto que hizo, supuse que estaba indicando que venía en son de paz "Como no beba agua de la fuente, no lo vamos a entender ni aunque tuviéramos un traductor de por medio. A ver como consigo ahora que beba agua de las tinajas".
Con ésta idea rondando mi mente, tomo una de las basijas que habíamos traido con agua de la fuente y se la ofrezco para que beba. Primero le hago gestos para que beba de ésta y luego bebo yo primero para que no piense que está envenenada "ahora toca esperar la reacción de esta persona, y que se presente un poco, además de contarnos de donde viene, si es que es su intención. Ya que si hubiera venido con ansias asesinas, ya estaríamos todos muertos"

Ignoro al tipo histérico que me amenaza con un palo y me quedo mirando al resto. Veo que se hablan entre ellos, aunque no logro distinguir las palabras. El idioma parece complejo, y no el de cualquier animal. <<Parecen racionales>>. <<¿Habrán sido traídos por el tipo de la pipa también?>>. Dejo mis pensamientos apartados al ver como uno de ellos, uno de los que tienen el pecho abultado, me trae una jarra llena de un líquido que enseguida distingo como agua. Se me iluminan los ojos y rápidamente la cojo. Compruebo el olor, por si pudiera estar envenenada o algo, pero no detecto nada y acabo suponiendo que se trata solo de una muestra de amabilidad. <<Al final son seres decentes y todo>> pienso para entre mí al tiempo que le echo un trago a la jarra.

Entonces noto como todas y cada una de las palabras, fonemas y reglas lingüísticas que conocía en mi idioma iban desapareciendo, dejando otras en su lugar. Siento un leve mareo y me echo las manos a la cabeza. Pronto la sensación de mareo desaparece y me incorporo. Me quedo mirándolos con gesto serio. <<¿Qué me han hechado?>> Me sorprendo al oírme pensar. No se parece en nada al idioma de Asrena, aunque la verdad es que no consigo recordar dicho idioma... Trato de respirar para contener los nervios y no darles la impresión de que soy un ser asustadizo como ellos.

-¿Qué me habéis echado en el agua?-les pregunto en tono seco, aunque no sé para qué, porque no me entendían antes.... ahora parece menos probable que lo hagan.

Hannah me sacó de mi estado de paralisis tirando de mí hacia atrás.
Shylver llega esgrimiendo un palo. La verdad, no se que cree la gente que se puede hacer con un palo. La antorcha de Vlad de anoche resultaría más util.
Pero propone algo provechoso, y pronto le ofrecen agua al extraño ser. La olisquea y al final bebe. Luego habla con secamente, y al fin podemos entenderle. Esta claro que no es hostil. Y ya que no tengo de que preocuparme, el malhumor regresa.
- No hemos hecho nada.- contesto en voz baja apartandome el pelo rubio de la cara.- El agua provoca ese efecto. ¿Qué...eres?

De repente me levanto, nuestra conversacion es interrumpifa por una vision horrible, mis sospechas eran ciertas, habia monstruos en este lugar, una especie de hominido-reptil se mostraba ante nosotros, reprimi un grito de horror y me sujete el brazo para no comenzar a señalarle indiscrimadamente, me acerque a los demas apgandome a ellos, mis ojos se salian de las orbitas, a uno de nosotros al que no reconoci parecio no darle miedo ya que fue a darle agua de la fuente, ya que el monstruo no hablaba nuestro idioma o lo que fuera que ahora hablaramos, el sudor recorria mi frente en cascadas frias, El monstruo comenzo a hablar, nos preguntaba que que le habiamos echado en el agua
-Es agua de una fuente, nos enseña el lenguaje de estas tierras-dije tremulamente
Por supuesto que omiti la parte de que olvidabamos nuestros otros idiomas, no querria que nuestro extraño y por supuesto aparentemente peligroso protagonista.
Que nos diria ahora este reptil....¿Que debia os hacer?

Observo todos los movimientos de mis compañeros detenidamente. El hombre-lagarto levanta las manos en lo que interpreto como la señal universal de "vengo en son de paz". Bien, es evidente que es un ser inteligente porque los sonidos que emite no son gruñidos ni rugidos sino algo mucho más compejo. Veo como Alphonse le ofrece beber agua de la fuente y el ser, tras oler el agua y comprobar su estado, o eso parece, se la bebe. Sin salir todavía de mi asombro, escucho como nos pregunta con desconfianza acerca del agua. Trato de contestarle pero de la impresión sólo me sale un hilillo de voz que nadie llega a oír. Por suerte Alicia sí que ha sido capaz de hablar. Ahora sólo puedo esperar a ver qué ocurre. No parece que el lagarto tenga intención de hacernos daño, pienso, podría habernos hecho algo mientras dormíamos si hubiese querido.