Burdel de dama Espasmo

01/08/11, 01:16 am

Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.

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11/03/12, 04:12 pm

A Cain no parece impresionarle demasiado el hecho de que pueda comunicarme con él mentalmente. Es normal, Vacuum también puede, no es nada nuevo para él el hablar sin utilizar verdaderas palabras. Me devuelve el saludo mientras respira el humo de mi cuello haciendo que me estremezca y que me pegue mas a él. Su sola presencia ya me tranquiliza. Por lo que se ve, el también ha tenido el "placer" de conocer a los novatillos... ¿A cuales de ellos habrá conocido? Y parece que ha conseguido algo de ellos...

Sonrío mentalmente mientras observo a Cain, preparando una estrella de incienso en el suelo. Siento una gran curiosidad sobre lo que ha estado haciendo, pero no digo nada, solo miro, mientras sigo abrazada a él, aunque sin moverme para no molestarle demasiado. Veo como saca un frasquito y tardo unos segundos en reconocer lo que hay dentro. Me quedo extrañada y una leve sospecha se instaura en mis pensamientos. Pone el frasco sobre el humo y éste comienza a formar dibujos extraños a su alrededor. El olor a incienso inunda el aire.

Cain comienza a hablar y al mencionar la palabra "incubo" toda la tranquilidad que había forjado se desploma. Todo mi cuerpo se tensa, y me aprieto fuerte a Cain, dejando de escuchar sus palabras. Ese hijo de puta ha engatusado a Cain. Es todo lo que puedo pensar. La ira vuelve a fluir por mis venas, quemando todo pensamiento coherente a su paso. Recuerdo que el vinculo telepático sigue abierto. - Dime que no... ¿Como has conseguido eso? ¿Que te ha hecho ese cabronazo? Lo voy a matar... le arrancaré la polla y la pondré como trofeo en el salón, pero primero le reventaré los huevos a patadas. - Dije sin poderme contener. Cain me acaricia las manos pero yo me pongo de pie, decidida a buscarle. No puede estar lejos. - Se le van a quitar las ganas de follar, te lo aseguro.

¿Porque él? ¿Porque a él? ¿Es que no había mas maldita gente en esta ciudad? ¿Tenían que encontrarse ellos dos? ¿Tenía que engañar a mi Cain? Sin duda debí matarlo cuando tuve oportunidad. Fui tonta dejándole vivito y por ahí. Pero corregiré mi error. ¿Porque Cain cedería ante alguien asi? Cain no es tonto. ¿Porque lo ha hecho? ¿De verdad podría sacarle tanto dinero a eso? ¿Merecía la pena? No, no puede merecer la pena hacer tratos... de ese tipo con un ser tan despreciable... ¡Ni por todo el oro del mundo! ¿Que habrían hecho? Miro a Cain unos segundos mientras la posible escena aparece ante mis pensamientos y siento ira. No son celos. Cain podría tirarse a media ciudad y mientras que al llegar a casa me recibiese con una sonrisa, no tendría celos. Es impotencia, furia, un odio tremendo contra el incubo que nubla todo lo demás. Ni siquiera vuelvo a acordarme de que el vinculo telepatico sigue abierto, y aunque me volviese a acordar, me daría completamente igual. Me dirijo hacia la puerta ardiendo por dentro y decidida a dar caza a ese parásito asqueroso. Ya hablaré con Cain mas tarde...

11/03/12, 04:28 pm

Un puro de piedra sólida le cierra el paso a Elliot impidiéndole dejar la habitación. Cain se pone en pie con tranquilidad, pero en su rostro se ha perdido todo rastro de sonrisa. Vepar, de nuevo en forma de sirena, rodea con los brazos el cuello de su amo y se enrolla en su cuerpo, mirando a la dullahan por encima del hombro con sus ojos plateados de largas pestañas.
-No vas a ir a ninguna parte, nena- dijo Cain con voz gélida- ¿De verdad crees que un simple cachorro puede controlarme? ¿A mi? Soy un invocador, subyugar demonios es mi especialidad. o al menos ese fue el poder que la Luna me dio...-atravesó a Elliot con la mirada. El cerco oscuro de su unico ojo empañó el dorado que lo caracterizaba- Podríamos dejar de explotar a Vac parasalir adelante y empezar a hacer negocios con otras criaturas. Ese pobre chaval me ha dado un precio absurdamente alto por pasar una unica noche aquí, y aunque no te lo creas, puedo tratar con tipos como él sin necesidad de aniquilarlos...
Le había ofendido, le había ofendido de verdad. Cierto que anada más salir la Luna Roja él no tenía nada, cierto que estuvo dependiendo de la fuerza de Elliot y Vacuum hata que logró controlar su habilidad, pero no era ningún inutil, no era un niño al que cuidar ni una princesita a la que proteger. Había tardado meses en lograr que la gente de la zona le tomase en serio, los mercaderes ya no trataban de timarle, en la taberna se hacía el sielncio cuando él entraba. Tenía una reputación, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta. Pronunció una sílaba y un hechizo de protección rodeó la entrada al tercer piso. No iba a permitir que Elliot le pusiese una mano encima a esos chicos. No iba a perder un negocio por su desconfianza.

11/03/12, 04:52 pm

11/03/12, 05:37 pm

11/03/12, 06:00 pm

Algo me corta el paso de golpe, casi asustándome. Un muro de piedra. ¿Porqué hay un muro ahí? No, no voy a dejar que me detenga. Le pego un puño, con toda la fuerza que tengo al muro, pero no consigo mas que romper la piel de mis nudillos, que se regenera de forma inmediata. Le pego puños y patadas, llena de rabia, pero el muro, mas que de piedra, parece de acero. ¿Cuando ha aprendido Cain a hacer ésto? Dejo de intentar lo imposible.

Me doy la vuelta despacio, conteniendo mi rabia. Cain está de pie mirándome muy serio, helándome el alma, mientras mi cuerpo se consume en el fuego. Una especie de sirena con cola de tiburón se enrolla alrededor de él y me mira. Cain habla y en su voz ya no hay dulzura, sus palabras son tan frías como su ojo, que ha perdido su brillo dorado. No me gusta. No me gusta nada. Parece que su frialdad consigue hacer que me olvide por unos segundos de mi enfado, pero sus palabras avivan las llamas. Me quedo en de pie en silencio hasta que deja de hablar, con los brazos cruzados sobre el pecho, en un intento de no desbordarme y atacarle a él. Así que el incubo se ha quedado aquí a dormir... en mi casa... a cambio de hacerse una paja. Claro, un precio altísimo... ¿la próxima vez que será? ¿Quedarse a dormir a cambio de que se tire a Vacuum o a mi?

-Y ¿que vas a hacer? ¿Me vas a dejar aquí encerrada, Cain? Vas a retenerme hasta que se vaya del burdel? ¿Y después? Esa rata no se va a librar tan fácil... ¡No sabes lo que me hizo antes! - Subestimaba a Cain. Sin duda es frágil en lo que a fuerza se refiere, pero no es débil.
Miro de nuevo la pared que hay detrás de mi. No voy a conseguir nada por las malas. No voy a conseguir nada de ninguna manera. No al menos hoy. Respiro profundamente, llenando mis pulmones con el olor a incienso que aun inunda la sala. Dejo caer mis brazos a ambos lados de mi cuerpo y trato de relajarme. Estoy encerrada y no voy a solucionarlo poniéndome a gritar a Cain y mucho menos cuando tiene a un demonio junto a él. Me siento en el suelo, aun enfadada, pero ademas molesta. Podría compararse con la sensación que te queda cuando te dejan con el calentón. Necesito descargar todas esa furia, pero no puedo hacerlo y eso me frustra. Una parte de mi, quiere revolverse, quiere atacar a quien impide que pueda acabar mi venganza... otra parte de mi se niega en rotundo a poner un solo dedo encima de Cain... y me dejo llevar por esa segunda parte. Es lo mas sensato. Apoyo mi espalda en el muro y me quedo mirando al rubio, con una mezcla extraña e indescriptible de sentimientos en mi interior. - ¿Y ahora que? - Le pregunto en un tono áspero y seco, sin apartar mi vista de él y del demonio que le rodea.

11/03/12, 07:33 pm

Cain relaja es gesto, interiormente impresionado por lo perfectas que eran las ilusiones de Vepar; Elliot ni siquiera se había dado cuenta de que le muro no era real, pero si ocurría, tenía demonios esperando al otro lado para retenerla... Se sentó en un puf, con la sirena flotando juguetonamente a su alrededor, mostrando unos encantos que Cain ignoró por completo.

-Ahora a esperar a que te calmes del todo y me prometas que no vas a ir a por ellos. He estado investigando y sus transformaciones no son moco de pavo, no quiero tenerlos como enemigos... -Cain suspiró.
Elliot era tozuda como una mula, y combinado con su temperamento y su genio a la larga iba a traerles problemas, muchos problemas. Rocavarancolia ya de por si era un lugar peligroso para que encima se fuesen creando enemigos por todas partes. Con un rápido repaso mental a las quejas de la chica dio con la causa de su irracional odio al íncubo. Parecía que había caido bajo su hechizo por accidente, y la sola idea de la chica teniendo una rabieta por algo así hizo que se echase a reír.

-Pero qué tontita eres- dijo entre carcajadas.- ¿Quieres matarle porque te has puesto cachonda? ¿Te das cuenta de la chorrada que estás diciendo? El chaval ni siquiera lo hizo aposta seguramente. Le vi en la taberna, es un completo novato en todo esto...- aun riendo usó un hechizo para atraer a Elliot hacia él, a pesar de saber que se arriesgaba a llevarse una hostia. La estrechó entre sus brazos- Deja a los cachorros en paz, y deja de permitir que te dominen tus emociones. A este paso acabarás matando a la mitad de Rocavarancolia y la otra mitad nos odiará a muerte, y no se tú pero ya pasé mis buenos meses de criba pendiente de todos los bichos que nos querían matar... -le dio un beso en el hombro y añadió.- Y podrías haber aprovechado y haberle enseñado un par de cosas...

11/03/12, 09:14 pm

Cain está tan tranquilo mientras se deja caer en uno de los puffs con la sirena rondándole y jugueteando con él. Aparte de para crear muros... ¿para que más servirá la chica? Tampoco quería pensar demasiado en eso, suficientemente cabreada estaba ya como para darle mas vueltas. De todas formas, Cain no parece prestarle demasiada atención, mas bien parecía preocupado.

-No te prometo cosas que no sé si voy a cumplir. - Murmuro mentalmente aun mosqueada y deseosa de irme de allí para dar rienda suelta a mis anhelos de sangre. Yo no se apenas acerca de las demás transformaciones. Tampoco es que haya tratado de informarme, ni que me interesen en gran medida. Cain se queda en silencio, mirándome mientras yo continuo tratando de tranquilizarme. No me gustar estar así cuando él está delante. Es como si fuese un león enjaulado, me dan ganas de ponerme a pasear de un lado al otro de la habitación, pero no lo hago. Me quedo allí quietecita, sin moverme, mirando el suelo.

Pero de pronto Cain estalla en risa, y le miro sin saber demasiado bien que pasa. Comienza a hablar y por una vez me alegro de no tener cabeza en la que se refleje el bochorno, porque en ese momento estaría mas que roja, fluorescente. Me cruzo de brazos en un gesto de indignación y me dispongo a contestarle, pero justo en ese momento, unos hilos invisibles tiran de mi hacía el rubio. En un principio pongo resistencia, pero finalmente acabo sentada sobre el chico, que aun sigue riéndose. Coloco las manos en sus hombros, disponiéndome a darle un buen empujón para alejarme de él, pero me rodea con los brazos, y la fuerza se me va. Solo me falta ronronear mientras dejo deslizar mis manos alrededor de su cuello, abrazándole.

-No me faltan motivos para querer matarles... además este se lo merece... y mucho - Digo ya con un tono de voz casi infantil, dejando mi enfado al otro lado del muro por un rato. Cain besa mi hombro y yo me acurruco entre sus brazos, colocándole el pelo y perfilando su mandibula con la mano. - Yo no tengo nada que enseñarle... él es el íncubo, no yo. - Digo un poco molesta, pero en el mismo tono infantil. Miro al demonio con forma de sirena e intento cambiar de tema. - Y, ¿eso que es? - pegunto señalándola. - ¿Debo sentirme celosa? - bromeo aun que sin demasiadas ganas mientras juego con el pelo del Cain.

11/03/12, 10:04 pm

-No tienes absolutamente ningún motivo coherente para querer matarles, Elliot- dijo Cain en tono de absoluta paciencia- Lo unico que tienes es un gran ego, demasiado orgullo y que eres más terca que una mula- mientras hablaba le iba acariciando con los dedos y acomodandose en el puf. Elliot preguntó por Vepar, y esta se detuvo en seco sobre la chica al darse por aludida, mirándola fijamente cabeza abajo- ''Eso'' es el último demonio que he invocado. Se llama Vepar ¿a que es una monada?- la sirena se abrazó al cuello de Cain acariciándole y dándole mimos, supuestamente agradecida por el cumplido. Cain no le devolvió ninguno de los mimos y a los pocos segundos el demoni volvió a dar vueltas alrededor de la pareja, flotando en el aire como si nadase.- ¿Celosa? ¿Qué es eso?- preguntó Cain entre risas.

Muchos de los demonios de Cain estaban repartidos por el estudio, asomándose desde sus escondites y observando curiosos. Vepar era voraz y poderosa, por eso pocos de ellos se atrevieron a acercarse a Cain. Ziel trepó a la pierna del invocador y se acurrucó entre él y Elliot, Fresser se subió a su cabeza.

-¿Qué pasa ahora, a todo el mundo le ha entrado la vena mimosa?- preguntó Cain molesto, alejando a los demonios y quedándose solo con Ziel. Vepar volvió a su pecera, airada. Cain se revolvió el pelo y se llevó la mano al estómago.- Tengo hambre, creo que pediré la cena... ¿Tu quieres algo?

12/03/12, 07:41 am

Miro unos segundos a Cain, algo molesta porque niegue mis motivos, pero por el tono de su voz decido no seguir insistiendo mas. - Y tu una lengua que voy a cortar como sigas despotricando de mi, señorito. -Le digo poniendo un dedo en sus labios durante un segundo, como respuesta a sus acusaciones contra mi carácter. El chico me acaricia y yo disfruto de su roce, perdida entre su olor dulce y su presencia.

La sirena se pone encima mía y me mira fijamente mientras Cain habla. -Si bueno... es mona. Al menos la parte con forma humana... la parte de pez no se... le preguntaremos a Nia, que lo sabrá mejor...- Digo medio riendo. La sirena baja hasta abrazar el cuello del rubio e instintivamente me acerco más a él, como si quisiese robármelo. Me da igual lo que haga con ella, pero en este momento, es mio. Si quiere que me quede en el cuarto, tiene que tragar con las consecuencias. Además sé que si me separo demasiado volveré a cabrearme y no quiero eso. Cain la ignora completamente y el demonio se pone a dar vueltas a nuestro alrededor. El chico bromea riendo y esta vez su risa me gusta más que la anterior.

Me doy cuenta entonces de la cantidad de demonios que nos miran desde todos los rincones del cuarto, curiosos, pero por alguna razón reticentes a acercarse. Me ponen nerviosa... ya se que están bajo el mandato de Cain, pero no puedo dejar de preguntarme hasta que punto... No. Tengo que confiar mas en el poder del chico. Miro durante unos segundos el ojo de Cain, recordando sin querer el día que perdió el otro.

Uno de los demonios se sube encima de Cain, interponiéndose entre el chico y yo, mientras que el pájaro se le sube a la cabeza. El chico parece molesto ante las atenciones de sus mascotitas y las espanta mientras me rió. Luego dice que va a cenar y me pregunta algo. Casi es audible mi suspiro interno. - Ya sabes que no. - Le contesto. No entiendo porque sigue preguntandolo... ¿cortesía? ¿O de verdad tiene ganas de que coma? La verdad es que ya ni recuerdo como era comer. La ultima vez que probé algo... fue el chocolate de la tarta de Cain, varios meses atrás. - Pero tu si que debes comer... te estas quedando en los huesos, chico. - Continuo hablando aun abrazada a él, aunque mas alejada, debido al demonio que estaba en medio.

20/03/12, 07:39 pm

21/03/12, 08:47 pm

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Cain tan solo chasqueó los dedos. Un grupo de diablillos con bandejas atravesaron el muro como si nada y rodearon a su amo. Trajeron cuencos de verdura en tempura con distintas salsas, tacos de carne morada en gelatina y té frío. Lo sirvieron todo en la mesa del estudio, no sin antes haberla ordenado y despejado.
-Nena, tengo que despotricar de ti, soy el único con los cojones suficientes para hacerlo- respondió Cain con una sonrisa pícara- O acaso hay alguien en esta maldita ciudad capaz de hablar mal de ti en tu... cara?- torció el gesto en una mueca y luego tomó un trozo de tempura y lo mojó en salsa. Casi se atraganta de la risa al oír el comentario de Nia.- En serio, te pasas mucho con esa niña ¿Qué fue de ella?

Le dedicó unos instantes de sus pensamientos a la ulterana y luego pasó a otra cosa. Nunca había tenido mucho trato con ella de todas formas.

-Joder es que hace una eternidad que no veo a nadie. Tan solo a Jack cuando se pasa por aquí o cuando voy a la taberna... Y bueno, Vac y tú, aunque Vac ya no cuenta, creo que bebió su propia sangre y entró en coma... -Cain suspiró.

Era cierto que se estaba alejando mucho de los que un día fueron sus amigos. No sabía nada de nadie, estaba demaiado inmerso en sus negocios oscuros, en sus planes y sus demonios, y los escasos resquicios de su mente que no había invadido el humo de Dantalian estaban reservados a sus dos amantes.

-Soy un marginado social- rió, y siguió comiendo tranquilo.

21/03/12, 11:32 pm

Los diablillos de Cain atraviesan el muro como si simplemente no existiese, lo que me hace pensar que quizá no sea tan sólido como me imaginaba. Es probable que no sea mas que un truco, pero realmente en este momento ya no me importa. Éstos vienen cargados de comida que van dejando en la mesa, tras haberla despejado antes. Cain sonríe mientras me contesta.
-Oh... ¿Tan mala fama tengo? - Pregunto cargada de sarcasmo. - Los demás saben lo que les conviene. - Río con algo de malicia. - A lo mejor deberías seguir su ejemplo... - digo recorriendo con un dedo su piel, desde sus labios hasta la frente, delineando la mandíbula y deseando poder morderle en el cuello, como habría hecho antes para dar credibilidad a mis palabras, pero me conformo con revolverle el pelo entre risas. - Y si que hay gente capaz de hablarme mal... demasiada gente. - Añado pensativa.

El rubio empieza a comer, y le falta poco para atragantarse cuando hablo de Nia, uniéndose a mis risas. - Tu no tuviste que aguantarla a ella y a sus bromitas... - Digo en un suspiro. - Hace mucho que no se de ella... ni de nadie... la verdad es que no hablo demasiado con los demás - "Ni quiero" añadí para mi misma. Cain menciona a Vac, y de pronto me doy cuenta de que hace días que no le veo. ¿Donde está mi valiente idiota? - Vac no nos quiere - Me quejo. - Si nos quisiese vendría aqui y nos daría mimitos - Cruzo los brazos sobre mi pecho en un gesto de indignación infantil.

-Ah no digas tonterías. - le riño. - Una chica taaaaan maravillosa como yo no querría a un marginado social tanto como yo te quiero a ti. - bromeo abrazándole de nuevo. - Aunque, quiero que conste, que no te perdono este secuestro, chico. - Continuo sin la mas mínima traza de enfado en mi voz. - Porque esto es un secuestro a mano armada. - Sigo sentada cómodamente sobre él, dándole el espacio suficiente para comer, pero sin apartarme ni un milímetro mas de lo necesario.

07/04/12, 10:01 pm

08/04/12, 07:13 pm

Cuando por fin llegué al Burdel, no entré por la puerta sino que subí a mi balcón y, una vez dentro, busqué varios kimonos pequeños, le quité la ropa empapada al nublino aún dormido y se los puse, para a continuación dejarlo en la cama y taparlo con las mantas y pieles que tengo: no quiero que enferme por el frío y humedad. La ropa mojada la colgué del balcón, ya que aquí no llueve, y ya mañana la recogeré.

Y ahora estoy desollando al colaespina que me traje por el camino, limpiándolo y dejando la carne a parte, ya que el nublino necesita reponer la sangre perdida y para ello no hay nada mejor que proteínas. Esto por aquí, un corte por allá, esto a la nevera, la sangre a las botellas y la carne en el cubo. Listo. A la cocina. Salgo al pasillo y los olores del burdel me inundan por vez primera desde que llegué, sonriendo al reconocer el de Cain y Elliot pero... <<<no iré ahora, la carne esta hay que hacerla ya, que el nublino puede despertarse en cualquier momento y desmadrarse, al verse en lugar desconocido y muy débil>>> También huelo el de Eliel en su habitación, a la cual me asomo para verla dormitando. Suspiro y sigo hasta la cocina pero bajando por la escalera detecto de nuevo la fragancia de toda ella, de su sangre, ella... Diantre. El chico aquel. <<<No tengo tiempo para ese, el nublino es lo primero. Es mi responsabilidad>>> Sacudo la cabeza, bufo y tras lanzar una mirada asesina al techo, llego a la cocina, donde encuentro a varios de los diablillos de Cain, a los que saludo con un gesto. Pero... no, cocinaré yo. Me las apaño como puedo para calentar la carne, sin que se queme mucho, un poco de agua y varias piezas de fruta ya cortadas. <<<Listo>>> Vuelvo corriendo a mi habitación y la cierro, bloqueándola, no quiero que nadie le vea aún.

El nublino sigue en la cama, pero se ha sentado contra el cabecero y mira todo como si estuviera en un sueño.
-Buenas noches.-le saludo, acercándome con la bandeja y dejándola a su lado.
-Mi... ¿Mi Señor? ¿Dón...dónde...? ¿Qué... ropa es... esta?
-En Rocavarancolia. Y esta es mi habitación y esta tu cena. Come, anda, no es mucho pero la carne de colaespina es lo más cercano. Y rico en proteínas. Y eso es un kimono. Te queda bien.-acabo sonriendo.
Pero el otro no responde. Tiembla, pero no creo que sea de frío, tiene la piel caliente. Y no le quita ojo de encima a la carne.
-No hay colaespinas allí, cierto, pero está rica, cómetela.
-Pe...pero... no sabía que existieran... ¡Es una leyenda! ¡No puedo comerme una leyen...!-empieza a decir asustado pero le corto con un gesto.
-Hay muchos colaespinas, bastantes. Este lo cacé yo, al igual que vuestros linacs son cazados por los uroks. Y yo te lo ofrezco, ¿vas a rechazarlo?
-No, no mi Señor.
-Estás en Rocavarancolia, vivirás como un rocavarancolés y comerás como uno de nosotros. Sé parte de la leyenda. Ahora come, tienes que reponer energías.

Sin embargo, vuelve a intentar decir algo pero yo soy más rápido y le pongo el tenedor con un trozo ya pinchado en la mano.
-Come.

Aún titubeante se lleva el tenedor a la boca y olisquea la carne, para después darle un mordisco y mirarme fijamente.
-Mastica y traga, vamos.
Y para colmo, empiezan a empañársele los ojos mientras mastica. Pero no deja de comer, aunque se le escapen las lágrimas. <<<Diantre... Pero es comprensible, son muchas emociones de pronto, comerse una leyenda... Vamos a hacerlo más sencillo>>> Le limpio los regueros de lágrimas con un trozo de tela y espero a que acabe, tanto de comer como de sollozar.
-Eh, eh, vamos, tranquilo, todo está bien, no has hecho nada malo.-le digo intentando consolarlo. Aunque disfrute cuando me llama "Señor", sigue sin gustarme verle tan hecho polvo, maldita sea. -Y ahora la fruta. Un dia de estos traeré comida de Nubla, ¿vale?
-Gra...gracias, mi Señor, pero no... no soy... digno de...
-¿De todo esto? Yo te he elegido. Eres mío, y por tanto, digno de esto. Ahora come y luego descansa, lo necesitas. Y no tengas miedo, me quedaré aquí. Que descanses.

Por fin termina de comer, aún con los ojos anegados pero ya sin temblar, para nada nervioso e incluso sonríe con el último bocado de fruta. Sin dejar de murmurar palabras de agradecimiento vuelve a tumbarse y a dormirse plácidamente, como en el viaje de vuelta. Le arropo con las mantas y recojo la bandeja, dejándola sobre la mesita de noche.

<<<Y ahora...A dormir yo también, que falta poco para el amanecer. Y sí, cierto, tengo que acostumbrar al nublino a la vida nocturna. ¡Maldita sea, Jack! No sé su nombre. Lo averigüaré, aunque sea para referirme a él pensando. A dormir>>> Tumbo el colchón de la otra habitación, que lo tengo siempre apoyado en la pared para tener más sitio, y tras airearlo y quitarle el polvo, me echo encima, acostándome de lado de forma que vea al nublino. Dudo que haga nada raro al despertarse...

08/04/12, 09:44 pm

Mánia notó el cuerpo de Vlad desplomarse y le dio unos toquecitos para asegurarse de que respiraba. Al ver que sí, se separó de él y se echó sobre la cama, con los brazos extendidos. Estaba agotada, y la sagre que la cubría había empezado a secarse, por lo que la piel le picaba. Necesitaba un baño urgentemente pero le daba taaaaanta pereza... ¿Qué más daba si estaba sucia un rato más? Una hora... dos... Le dolía todo el cuerpo, los brazos le pesaban y tenía las piernas entumecidas. Llevaba mucho tiempo sin descansar y había sido un día muy largo << Además no me queda ni pizca de magia...>> ¿Cómo recuperaban la magia los de su clase?
-Ah... ya...- murmuró, entrecerrando los párpados.- Vlad. Estoy cansada... Paralízame para que pueda... recargarme...- ordenó.
Sonrió mentalmente pensando que había perdido la cordura. ¿Iba a dejar su cuerpo inmóvil a merced del íncubo? Pero si no jamás recuperaría su magia, tenía que arriesgarse. Pero una pequeña amenaza no vendría mal...
-Si te pasas de la raya te despellejaré vivo... y empezaré por abajo- advirtió, y se echó a dormir.
Soñó con su casa después de mucho tiempo, con las enormes habitaciones del castillo y deseó recuperar su lujo. ¿Encontrarían una casa? ¿Cómo se alimentarían? ¿De dónde sacaría la ropa? Eran muchas perguntas pero no era el momento de contestarlas.
<< Mañana...>>

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-Podría hacer un comentario, pero temo parecerme demasiado al íncubo y arriesgarme a que me asesines...- rió. Le besó los pechos y continuó comiendo- Pero tranquila, creo que nuestros huéspedes no tardaran en irse...

Cain pensó en su colección de espejos de cobre, todos de pequeño tamaño pero con la capacidad suficiente para almacenar una noche de travesuras. Rió de forma disimulada ¿Quién iba a decirle que acabaría dedicándose a algo así? Si su primo lo supiera... << No se había sorprendido en absoluto... >> Dejó los platos y los cubiertos sobre la mesa y se levantó, cogiendo a Elliot en brazos. Le costó un poco, pues no estaba acostumbrado a coger peso y su salud no era precisamente envidiable, pero se las arregló para que no se notara.

-Bien señorita, ¿desea dar una vuelta y tomar el aire o prefiere quedarse aquí?

Mientras aguardaba la respuesta de la dullahan dio instrucciones a sus diablillos para que limpiasen la habitación del tercer piso a fondo y despidiesen correctamente a sus invitados. También mandó subir un hatillo con las sobras de la cena y una poción reconstituyente con el mensaje ''Ya me lo pagaréis en otro momento''

08/04/12, 10:27 pm

Vlad notó los toquecitos levemente, cómo unas cuantas gotas que caen sobre el océano de sentimientos que lo embargaba. Bueno, realmente sólo uno llenaba su mente adormecida por las nieblas post orgásmicas. Dolor. Estaba echo polvo, y su sangre comenzaba a pringar las sábanas de la cama, impregnadas con el aroma de los fluidos y el sudor.

Malamente se incorporó, ignorando el punzante dolor, y notó cómo la magia lo recorría cómo un agradable escalofrío cosquilleante a lo largo de su espalda. Obedeció la orden de su ama y tomó nota de su amenaza mientras lanzaba el hechizo de forma perezosa. Justo cuando había terminado con su ama, unas criaturas irrumpieron en la habitación, portando una bandeja. El conde captó el mensaje: Era hora de irse. Sin molestarse en volver a vestirse, tomó botella y la bebió de un trago, para luego entretenerse un poco más con la comida. Mientras que con una mano mordisqueaba un trozo de carne cuya naturaleza no tenía ganas de indagar, con la otra acariciaba suavemente la suave piel desnuda de su compañera, barnizada con su propia sangre. A la vez que sentía sus heridas cerrarse, comenzó a cavilar… ¿a dónde debía ir ahora? ¿Dónde debían instalarse?... En resumidas cuentas, ¿qué demonios iban a hacer ahora?

Cuando finalmente terminó su cena, se decidió por levantarse y vestirse de nuevo. Ya ataviado con sus pantalones, sus botas y los cintos de sus armas, tomó el cuerpo de su ama y la vistió cómo buenamente pudo y, echándose el fardo al hombro, la llevó en sus brazos hasta la puerta del burdel, recorriendo los desiertos, lujosos y decadentes corredores, meditando que dirección tomar a continuación. Había leído en un mapa de la biblioteca a cerca de una zona en concreto de la ciudad. Luna Alta. Técnicamente, estaba repleta de palacetes. Dada la experiencia vital de Vlad y de Mánia, supuso que sería el mejor lugar dónde buscar un nuevo hogar en la ciudad de los monstruos y locura.

Y, cuando finalmente estuvo en la puerta, ya fuera del recinto, dedicó una mirada por encima del hombro a la pagoda y un pensamiento a su curioso anfitrión, con la seguridad de que se volverían a ver pronto, para bien o para mal. Y, dibujando en su rostro una media sonrisa macabra en su rostro, encaminó sus pasos a través de la lúgubre ciudad muerta, haciendo uso de su sentido de la orientación.

(Sigue en la Cicatriz de Arax)

09/04/12, 02:11 am

Aun agarrada a Cain, le observo mientras come, no sin algo de envidia. - Asesinarte no es lo peor que podría hacerte, amor. - le ronroneo, con una ligera nota de amenaza mezclada con picardía, mientras me acerco un poco mas a él, disfrutando de su olor mezclado con el de la comida. El chico besa mis pechos por encima de la ropa y yo me estremezco bajo su tacto, acariciándole el pelo .

Sin darme cuenta apenas, se ha hecho de día. - No me gustan los huéspedes. -Repito algo enfurruñada. - Cuanto antes se vayan mejor, y si no vuelven, tanto de lo mismo. - Continuo hablando en un tono casi de queja. - Me da igual que no te engatuse con sus abracadabras de sucubo... no me gustaría... - pero mis pensamientos se van diluyendo en el aire mientras el chico sonríe y deja los platos a un lado y me coge en brazos. Yo me afianzo a su cuello, subiendo las piernas hasta encima de sus caderas para aferrarme con ellas a su cintura y hacer que sea mas fácil mantenerme en peso.

Luego el chico me pregunta que que es lo que quiero hacer. -Ah... con que ahora lo que yo quiero cuenta ¿no? ¿Esto no era un secuestro? - pregunto dándole un toquecito con el dedo en un hombro. - Bueno, bueno... ¿Que me ofreces en ambos casos? - pregunto con una sonrisa interna. - Me has privado de la magnifica diversión de dar uso a mi entrenamiento, de manchar mis manos con sangre y recobrar mi poder, ahora quiero algo que lo compense.

Cain envía a sus diablillos a despedir a los "invitados" lo que me hace sentir algo mas tranquila. No me gustaba nada la idea de tener al malnacido ese arriba, sabiendo que estaba en mi casa, con permiso y encima sin poder hacer nada por evitarlo. - Tu también necesitarías un poco de mejunje de ese revitalizante... a ver, estas muy guapo, siempre lo estas, pero pareces echo polvo, chico. - le dije apartándole el pelo de la cara para mirar su ojo.

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