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Torreón Maciel (Archivo VI)

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Giniroryu
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Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Torreón Maciel (Archivo VI)

20/04/14, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.

Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.

No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.

Invitado
Invitado

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

13/07/14, 08:47 pm
Siloco estalló en carcajadas al ver el intento de hechizo de Lara. Rió tanto que se cayó de culo y quedó sentado en el suelo. Panchito se acercó curioso, queriendo averiguar qué había hecho tan feliz a su amo, sin percatarse de que era una risa de burla.

-Qué linda, ojalá mi madre hubiese sido como tú, quieriendo proteger a tus niños incluso después de muertos...- se palmeó la rodilla huesuda un par de veces, y luego se puso en pie de nuevo- He tenido la amabilidad de venir a pedir por favor ese cuerpo, podría haberte matado y habérmelo llevado pero una transformación como la tuya no se ve a menudo, sería un desperdicio- se rascó la barbilla- Vas a empezar tu vida nueva, tus niños están muertos, ¿qué más te da lo que haga con ellos? Entierra a los otros dos, me gustan los de tu especie y eres la primera que viene, no sé cuando volveré a tener la oportunidad de conseguir un cuerpo fresco y entero.

Observó a Lara desde las alturas, atento a sus reacciones.

-Puedes darme permiso y dejarme ir, o no dármelo. El resultado no cambiará mucho. La diferencia es que si me das permiso, me aseguraré de que no vuelvas a ver a ese pequeño nunca más...
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 02:20 am
Lara le devolvió la mirada indignada, tratando de mantenerse firme a pesar de la diferencia de altura. ¿Se estaba riendo de su sufrimiento? Porque era lo que le empezaba a parecer a la ordesa. Las ganas de llorar le iban y venían, alternando con un odio irracional que le pedía que lo matara. Sin embargo, Lara no era tan tonta como para tratar de hacerle nada a él personalmente. <<Señor de los Asesinos...>>. Torció el morro. <<Más bien señor de los engreídos y necroladrón>>. La propuesta de Siloco la revolvió por dentro y la hizo debatirse. No tenía opciones, no tenía oportunidades. Lo sabía incluso sin entender todos los números que revoloteaban a su alrededor.

Evitando dirigir la mirada a los cadáveres y a sus compañeros, Lara agachó la cabeza y se mordió los labios con culpabilidad. Había barajado la opción de un suicidio colectivo ante la idea de que sus bebés se convirtieran en monstruos (y no fue capaz). Pero ahora que estaban muertos de manera irremediable y un monstruo quería convertir a uno de los suyos, sentía remordimientos ante la idea de no volverlo a ver. <<¿Sería mejor verlo convertido o no volver a verlo nunca?>>. No acababa de estar segura... Pero sabía que ambas opciones eran caminos dolorosos.

Respiró hondo, se pasó el antebrazo por los ojos para limpiarse las lágrimas y volvió a clavar su ojos en aquel Don. El aspecto de la madre era asqueroso, con los pelos aplastados y cubiertos de sangre y fluídos de insecto; con el rostro distorsionado por el sufrimiento.

Puedo... ¿Puedo pedirte algo a cambio de mi permiso? —El labio le temblaba aunque no hablara y su voz era poco menos consistente que la gelatina. Como su ánimo en general. Lara estaba atravesando tantos cambios emocionales en tan poco tiempo que habia perdido la pista de en qué estadio se encontraba— ¿Me podrías dar al menos un hueso suyo, para tener algo de cada uno de mis niños? —aquella pregunta expuso la realidad en la que se encontraba y atrajo de nuevo los llantos de una madre de luto. Llantos que en esta ocasión fueron ruidosos.

La ordesa hizo uso del pañuelo que le ofreció el necromante y se lo echó a la cara para limpiar mocos y lágrimas.


Última edición por Yber el 14/07/14, 03:10 am, editado 1 vez
Invitado
Invitado

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 03:08 am
-Vamos, vamos, sé que es duro. Siempre es duro, incluso para un nigromante- trató Siloco torpemente de consolar a la ordesa.- Me parece justo. ¿Una falange te parece bien? Teneis unos deditos adorables, los ordeses.

Cortó un dedo del bebé, sin que Lara pudiera verlo, y sopló sobre él para limpiarlo completamente y que quedasen solo los huesos, tres diminutos huesos blancos. Ya que iba a llevarse el cuerpo de su último hijo, Siloco le dio también un saquito de tela donde guardarlo, y le realizó un hechizo de limpieza.

-Así, mucho mejor. Ahora voy a llevarme el cuerpo o empezará a estropearse. Os aconsejo que cerreis bien el torreón, o los monstruos de alrededor os matarán, y son mucho menos razonables que yo- dijo envolviendo el bebé muerto en su túnica- Suelo ir por el Pub Muerto, si quieres tomarte algo alguna vez. Suerte con tu Luna...

Y como si hubiese dicho el mejor chiste del mundo, se marchó riéndose, pasando junto a Ri y Kud como si no estuvieran allí. Un dedo por un cadáver era un buen precio. Panchito gruñó a los recién transformados, más por costumbre que por otra cosa, y recogió a su dragón antes de seguir a su amo escaleras arriba.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 04:48 am
No paraba. No fue consciente de nada de lo que sucedió a su alrededor durante todo el tiempo. El tiempo que parecía haberse trasladado a su cabeza. La mente del biomecánico no estallaba gracias a alguna suerte de equilibrio incomprensible que hacía que aquel continuo tic-tac que amenazaba con volverlo loco lo retuviera en el momento justo antes de hacerlo. Pero no paraba.

En el exterior de su mente, Archime era un bulto encogido junto a la estatua del patio, con las manos en los oídos y repitiendo inconscientemente para sí mismo “queparequeparequeparequepare...” No supo del destino de Ippon ni vio los intentos desesperados de sus compañeros por lidiar con la situación. Se vio reducido a un amasijo que, siendo probablemente quien habría podido hacer algo por evitar la situación, en aquel momento era completamente inútil.

Hasta que se fue normalizando. El tic-tac dejó de resultar enloquecedor y al cabo de un tiempo, un tiempo que el ingeniero conocía demasiado bien porque habitaba en el interior de su cabeza, pudo observar. Se levantó de la estatua y observó. Tan solo Cío y Keiria estaban allí. El primero parecía estar sufriendo y la segunda… ya no era un animal. Aunque había adquirido algunas características de este. Jadeando quedamente, Archime observó el estado de ambos, la sangre en las nueve colas de la ulterana y los problemas con los que tenía que lidiar el otro irrense.

Keiria… Cío… —consiguió encontrar por fin su voz en el interior de su cabeza. El tiempo la había ocupado toda hasta ese momento y todavía amenazaba con reclamar toda su atención—. Necesitáis… tengo que curaros…
Llevándose el brazo izquierdo a la sien, el irrense se acercó a Cío que era quien parecía estar en peores condiciones de los dos. Intentó concentrarse en realizar un sortilegio vigorizante sobre él, pero se desconcentró cuatro veces antes de ser capaz de lanzarlo.
Necesito que pare —repitió. Ya no era una petición desgarradora, ya no había alzado inesperadamente la voz, pero en su tono monótono se había hecho paso una desesperación que probablemente nunca antes le habían oído.
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 05:12 am
No pudo siquiera agradecer el gesto de Keiria, o advertirla de que algo iba mal –todo iba mal–, cuando esta recibió una potente descarga al acercarse a él. Le hizo ser más consciente que nunca de lo que estaba pasando, pero no lo entendía, él no podía hacer eso, no por sus propios medios. Pero Keiria tampoco podía tener las colas que acababan de salirle delante de sus ojos. Luego, un desconocido colándose en el torreón. Y, en medio de aquel caos, ¿qué podía hacer él? Absolutamente nada. Los brazos no respondían, el irrense se había dado por vencido, pero profirió un gruñido profundo y frustrado que aunaba dolor e ira. Curiosamente, desde que Keiria lo había tocado, el dolor causado por la electricidad había remitido ligeramente, y dejó de convulsionar. Aún sentía que le estaban taladrando la cabeza de parte a parte, pero al menos pudo mirar a sus compañeros y asimilar la escena. Aunque muchos habían desaparecido ya de su vista comprendió lo que había sucedido. Apretó los dientes, y notó algo extraño al hacerlo.
Parece que… era peor. ―Se refería a la Luna, a sus consecuencias, pero no sabía explicarse mejor. Tampoco hacía falta.

Comenzó a saborear la sangre en su boca, cuando un diente se le cayó al suelo, el primero de todos ellos. El dolor de las encías no era nada sumado a la lista, y pronto notaría que la lluvia que escurría por su cabeza también se teñía de rojo, aunque era difícil de decir con aquella iluminación carmesí. Cío no sabía si reír o llorar, pero de todas formas los sonidos que emitía podrían valer para ambas cosas. Trató de incorporarse una vez más, tarea difícil sin brazos de los que ayudarse, y fue en esas cuando sintió la cercanía de Archi, tratando de ayudarlo.
No hay nada que hacer… apártate de mí ―murmuró, mientras escupía otro diente.

Fue en ese instante cuando de las nubes oscuras que se arremolinaban sobre ellos surgió un relámpago que golpeó a Cío con una precisión inquietante, alcanzando a ambos irrenses al mismo tiempo, pero no con igual intensidad.

Cío no llegó siquiera a gritar, aquello fue simplemente demasiado. Las convulsiones regresaron con más fuerza que antes y el dolor alcanzó nuevas cuotas. Estaba paralizado, prácticamente en shock. Aunque el relámpago ya había pasado, la carga seguía circulando por su cuerpo, y el irrense no sabía cómo deshacerse de ella. Ni siquiera sabía que podía hacerlo. Al cabo de varios segundos eternos su boca se empezó a mover tratando de vocalizar. Podía no entender nada, podía no estar razonando en ese momento, pero quería a sus amigos lejos de él.
¡Lar… go! ―bramó con dificultad.
Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 12:58 pm
Lara se quedó paralizada en el sitio, con la expresión ausente. No sabía si agradecía o no que Siloco hubiera accedido a su petición; no sabía si acababa de entender la magnitud de lo que estaba ocurriendo, pues se le habían escapado muchos detalles a lo largo de la conversación; así como tampoco sabía si tenía gana alguna de vivir en aquellos momentos. Se sentía como un chiste, uno muy macabro y desolador, de los que solo hacían gracia a aquellos lejanos al propio chiste y a los desalmados, y aquello la enfurecía tanto como le dolía. La madre sin hijos torció la cabeza para evitar ver cómo se las apañaba Siloco para cumplir su petición y aún tardó en mirar cuando el nigromante le ofrecía el saquito y la limpió. <<¿Está haciendo un acto de caridad conmigo o todo forma parte del mismo chiste?>>. Se mordió el labio. No tenía manera de saberlo sin preguntar al asesino, pero cuando le deseó suerte y volvió a reír, imaginó que era lo segundo.

La rabia cobró más fuerza durante unos instantes y Lara no fue capaz de responder a nada de lo que le dijo. En su lugar sintió ganas de escupirle o de lanzarle la Despellejadora por la espalda cuando se iba con su mascota extraña, pero no quiso arriesgarse. Apretó los puños y todo lo que hizo fue dejarse caer en un rincón de la celda. La cólera dio paso a la pena y la pena al miedo y de nuevo a más cólera. Lara se hizo un ovillo y se tapó la cara con las manos, el mal de ojo se coló entre sus dedos e invadió la celda y los alrededores. La que una vez fue madre se dejó mecer por el vaivén de emociones y siguió llorando, evitando dirigir la mirada a nadie que se hubiera quedado abajo con ella.

_________________________________________

No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Red
Red

Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 10:18 pm
Keiria seguía mareada y dolorida, y la voz de Kud le llegaba amortiguada, como si estuviera debajo del agua. La cabeza le daba vueltas, pero la chica seguía adelante, arrastrándose estoicamente. El humano siguió al intruso al interior del torreón, y a ella le encargó la tarea de ayudar a Archi y Cío. El primero estaba acurrucado junto a la estatua de la estirge, y el segundo se convulsionaba en el suelo a unos metros de distancia, pero la consciencia de la pelirroja se desvaneció durante unos instantes, impidiéndole proseguir.

Cuando volvió en si, el biomecánico estaba en pie, y murmuraba algo de que tenía que curarles mientras se acercaba al otro irrense. La ulterana extendió el brazo en su dirección, tratando de llamar su atención, pero antes de que pudiera avisarle de la electricidad que emitía Cío, un rayo cayó entre los dos chicos. Keiria cerró los ojos, cegada por el potente fogonazo, y momentáneamente sorda por el fuerte sonido de explosión que siguió al fenómeno natural. La electricidad estática le erizó el cabello, y para cuando abrió los ojos de nuevo, varias lucecitas bailaban en su campo de visión.
¿Seguís vivos? —pregunto aterrorizada, tratando de ponerse en pie— Por favor, decidme algo —suplico, casi al borde de las lágrimas de nuevo. La chica logró enderezarse, y aunque el peso de las nueve colas le desequilibraba, pudo dar un par de pasos antes de dejarse caer al lado del cuerpo inerte de Archi.

Cío le habló en ese momento, confirmando que seguía vivo, por lo que la ibolense centró toda su atención en el biomecánico. Apoyó la cabeza en el pecho del chico y escuchó con sus nuevas orejas, conteniendo la respiración hasta que captó el pulso del irrense, firme y rítmico.
Vamos, tengo que sacarte de aquí —masculló, volviendo a ponerse en pie con dificultad y alzándolo en al aire al chico. El peso de Archi le ayudaba a compensar el de sus colas, y con pasos tambaleantes, entró en el torreón esquivando a Xalk, que seguía apoyado en el marco de la puerta.

Al percatarse de que Nero ocupaba el sofá mientras leía un libro, la ibolense dejó con cuidado dejó a Archi en un sillón libre, asegurándose de que estaba bien antes de coger una manta doblada que había sobre el respaldo y renquear de vuelta al patio, apoyándose en lo que le salia al paso.
Xalk, entra al salón —el clinger parecía haber seguido su consejo y tenía unos cuantos ojos cerrados—. Ponte esto, te protegerá un poco hasta que regeneres el exoesqueleto —dijo, echándole la manta sobre los hombros y guiándole hacia el interior.
Solo quedaba Cío fuera, pero no se le ocurría como ayudarlo. Busco desesperada algo que le aislara de la electricidad, pero no había nada.

Volvió al patio tambaleándose, y ya en la entrada tropezó con una losa ligeramente levantada, cayendo de cara al suelo. Todo aquello empezaba a superarla, y por unos segundos deseo acurrucarse para poder llorar a gusto, pero los quejidos de su amigo bajo la lluvia le recordaron porque no debía hacerlo.
¡Cío! —le llamó, poniéndose por tercera vez en pie— Tienes que acercarte, tienes que entrar al torreón —le instó con la voz tomada, apoyándose en el marco de la puerta—. Estar fuera es peligroso, hay muchas criaturas en las inmediaciones, ¡vamos! No puedo ayudarte, tienes que arrastrarte hasta aquí... tu cuerpo es como una batería, si te toco yo... —a la muchacha se le aturullaban las palabras— ¿Me oyes? —le preguntó, apunto de romper a llorar de nuevo. Se sentía completamente inútil.
Leonart
Leonart

Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical

Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

14/07/14, 11:27 pm
Kudryavka

El ruso miró la escena con horror, mientras, a la vez, se sentia algo ofendido de que no se le considerase una amenaza, pero el terror le tenia sobrecogido fuertemente y apenas podia hacer otra cosa que temblar. Vio como la conversación con la ordesa y aquel siniestro ser se desarrollaba, mientras dirigia miradas a Ri, suplicandola que no hiciera nada temperamental.
Cuando se salió con la suya, a fuerza de arrinconar las opciones de Lara e intimidarles y amenazarles, algo dentro del ruso hizo click y supo que debia hacer. Justo cuando el ser se estaba escapando con la cría de Lara, el joven vánara grindó los dientes y comenzó a resoplar, encendiendo su espíritu con pasión e ira, más de la que habia sentido en toda su vida. Se giró en redondo, encargandole a Ri el cuidado de la madre en luto, Kudryavka siguió tras el nigromante, escaleras arriba y le dió alcance cuando salia del torreón. Como atajo, corrió desequilibradamente hacia una sección de muro y, de un solo y potente salto, se subio limpiamente sobre este. Con el bõ a la espalda, habló.
-Don Siloco, "Señor de los Asesinos" ¿era?-le preguntó, pero no esperó respuesta. Confiaba perfectamene en su memoria, tan solo deseaba llamar su atención. Dedicandole una mirada tan tensa como su espíritu ardia, el vánara añadió.-Me viene bien saber como te llamas. Ayuda a encontrar personas cuando las busco.-
Su lenguaje corporal, aunque fragil por su todavia falta de equilibrio, debajo de la lluvia, podia leerse como una confianza extrema, pero no era agresivo. Él mismo notaba una fracción de poder de aquel ser tenia y sabia que no era rival para él, todavia.
-Te disculparás un día por esto.-afirmó. Y, tras eso, saltó del muro, de vuelta al patio. Respirando aceleradamente, se agarró del pecho. La adrenalina le surgia, de sus venas que bombeaban sangre  con explosiva necesidad. Debajo de la lluvia, le temblaban las rodillas.

>> ¿Lluvia?

No le dió tiempo a extrañarse por la meteorologia local, pues podia ver a Cio en mal estado y Keiria llamandole. No pensó demasiado aquello, en estado adrenalínico se acercó a Cio e intentó acercarse a levantarle, pero fue Keiria quien le detuvo, recordandole que le pasaba a Cio con la electricidad.-Ostia...-dijo, desolado.-Gracias Keiria, me has hecho esquivar la bala por poco...-le agradeció una risa nerviosa.

Sin embargo, su plan no habia cambiado: Iba a ayudar a Cio. Con un hechizo de levitación, alzó al irrense y le introdujo, junto con Keiria en el torreón. Cerraron la puerta y la aseguraron. Llevó levitando al irrense, pero frunció el ceño cuando vio a Nero sentado, observando el espectaculo.
-Cio tiene que reposar, levantate o te va a churruscar a ti también.-le dijo.
Cuando se puso en pie, reposó al irrense sobre el sofá y se arrodilló al lado. Se le veia sufrir y el chico no tenia mucha idea de como actuar.
-¿Como te encuentras, aparte de lo obvio? ¿Hay algo que podamos hacer para ayudar?-pensó en Archi, quizás él sabria que hacer. Pensó al instante en un hechizo vigorizante, para hacerle recuperar fuerzas y lo segundo que hizo fue lanzar un hechizo de curación, con la esperanza que el dolor se paliase o desapareciese.-¿Mejor?-preguntó.

_________________________________________

す           争            基         ま
べ           は            づ         す
て           欺            い          。
の           瞞            て          
戦           に            い          

Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Poblo
Poblo

Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.

Personajes :

Armas :

  • Valek: Guanteletes ballesta y runas.
  • Xalkoth: Ninguna.
  • Kirés: Lanza, espada y ballesta de brazo.
  • Alyssa: Hacha de mano pequeña.

Status : Ducking Crazy!

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

15/07/14, 02:58 am
Había hecho caso y se había tapado dos ojos para moverse…  dos derechos. De modo que avanzaba con la cabeza girada hacia la derecha para usar los izquierdos como un par de ojos delanteros improvisados.

Aceptó la manta de Keiria, pero al cabo de menos de un minuto se la quitó. Llevaría tiempo, pero no podía arriesgarse a que los atacaran y que siguiera indefenso. Iniciaría la muda ahora mismo.
Y así lo hizo, el proceso era el mismo de siempre, pero no tardó en darse cuenta de que algo no seguía igual. Normalmente le llevaba una media hora regenerar el exoesqueleto, y esta vez en apenas cinco minutos había terminado.
Pero los cambios no terminaban ahí, cuando se echó un vistazo rápidamente el insecto se dio cuenta de que su nueva protección abultaba más y parecía más sólida.
–Qué raro... Bueno no más que la pinza esta- comentó al respecto mientras abría y cerraba su nueva extremidad sin saber muy bien qué hacer con ella.

Entonces se dio cuenta de que no era el mejor momento para comentar esas cosas cuando se vivía una crisis y había muertos. Trató de moverse a ayudar, pero solo consiguió marearse de nuevo y caerse de morros.
-¡Ay! ¿Alguien sabe ver por…. ¿Cuántos ojos tengo?-
Evanna
Evanna

Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :

Armas :

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

15/07/14, 07:38 pm
Había pensado que no podía haber luna más caótica que le da letargo, ver la que tenían montada en Maciel le hizo cambiar de opinión. DL había hasta lo alto de la última planta del torreón allá donde estaba los nidos de las estirges ausentes. Desde realizo la niebla mágica para mirar las plantas inferiores, la mayoría estaba en la primera planta y un par en las mazmorras. “No pienso entrar como en letargo, hora de de trabajar de incognito” Lo tenía mas fácil el caos era tal que su presencia pasaría desapercibida “Seamos rápido que deben estar la mar de tensos” tomo el color de la textura de la piedra del torreón su forma exacta, eliminando su propio olor por si acaso había algún ser de olfato delicado,  bajando levitando hasta el patio donde tomo las muestras del suelo antes de que las lluvia se la arrastrase, entre ellas muestras de sangre de la ulterana del grupo.  

Sabiendo que necesitaría hacer magia allí dentro, se lanzo  el hechizo que Enredo había usado con el ghoul para que no pudieran oírle hablar y posteriormente un intangible atravesando el muro para adentrarse en el torreón colocándose cerca de las escaleras donde se hizo tangible camuflándose con la pared a su espalda. Desde allí pudo ver el panorama, un chico echando chispas,  la ulterana con una…dos…tres ¿nueve colas? ”Joder, que dolor…si una ya es un incordio ¿cómo narices anda con eso?” Había otro tipo tirado en el sofá que parecía estar sufriendo y un…chico mono, literalmente. El último un tipo de pelo rosa, parecía la mar de pancho sentado en el sofá, sin sufrir cambio alguno, un sinhadre sin esencia como Alder posiblemente. “Visto desde este lado… que fácil podrían ser asesinados todos ellos. Resulta un poco inquietante su vulnerabilidad”  se dijo observando al grupo y cayendo en cuenta que ellos habían estado en la misma situación durante su luna, ese instante tras el cambio donde no sabias controlarte de modo alguno.

No se paró a ver que eran cada uno ni analizarlos demasiado, más que el primer vistazo, debía ser rápido. Concentrándose pronuncio el hechizo que le había enseñado Giz para tomar muestras más fácilmente y que tonto de él no había tenido posibilidades en Letargo. El pellizco mágico apenas se notaba y con el dolor que algunos aun debían sentir un simple pelo arrancado seria una molestia menor, como ocurría con el chico eléctrico y otro irrense. Con el chico mono tuvo que tener más cuidado, pero pudo un tener un pelo de su cabeza con un hechizo de corte bien dirigido y que no cortó más que un par de pelos sueltos. El clinger era un autentico imposible...necesitaba carne según Giz le había explicado ¿como le quitaba un trozo de carne con el exoesqueleto ya formado y sin llamar la atención de todo el mundo? Eso era autenticamente imposible, es mas incluso sino estuviera intentando pasar desapercibido seria imposible igual, par allegar la carne habría que romper el exoesqueleto. Quedaban las antenas a o los ojos como parte blanda, pero....lo primero iba a dolerle e iba hacerle montar un buen escándalo, que llamaría la atención de todo el mundo y lo segundo ya ni decirlo "A Giz esto no le va a gustar ni un pelo...esta cosecha es imposible, se necesita un jodido milagro" pensó con frustración tendría que conseguir la muestra del bicho cuando estuviera solo. En letargo había sido una perdida de tiempo con la bruja de las onyces, las onyces mismas y la dullahan, era literalmente imposible no ser visto aun si hacia magia.

Un tanto fastidiado por como se le jodía todo guardo las muestras que si pudo obtener y se quedo quieto un momento evaluando la situación antes de moverse despacio hacía las mazmorras. Bajar sin hacer ruido, dada su condición, no fue muy difícil.

Allí tuvo que quedar cerca de las escaleras al ver a la chica peliblanca y aquella ordesa metida en la celda y rodeada de armas tiradas por el suelo, cubierta por aquella tela que le impedía verla sin la niebla mágica. “Se nota que la ciudad no ha sido clemente con ninguno” pensó al recordar la situación de todos los del salón. En otras circunstancias se habría preocupado por ella, pero quería terminar todo aquello rápido… no es como si disfrutara viendo el sufrimiento ajeno y en cierta forma hacer todo eso le hacía sentía un poco incomodo, seguramente la falta de costumbre. Sobre la peliblanca realizo un hechizo de corte tomado como un par de cabellos de su larga melena, inapreciable a la vista, guardándose el cabello obtenido ”¿Qué cojones…?”  Cual fue su sorpresa al ver que había sido notado de alguna forma y si no fuera porque sabía que era imposible, diría que hasta podía verlo a pesar de estar a varios metros, camuflado con la pared de atrás y en la oscuridad de las escaleras. Pero no se paró a que terminara de pillarlo o lo hechizara teniendo que dejar para otro momento la muestra de la ordesa. Se alejo rápido y silencioso mientras se lanzaba el hechizo de intangibilidad protegido por su burbuja insonora, saliendo rápidamente del torreón.

Ya afuera del torreón en las calles se volvió a hacer tangible, dejando que la lluvia tan poco común en la ciudad lo empapara, eso último había sido sorpresivo. ¿Qué case de transformación tenía para notarlo con semejante facilidad? Ni siquiera el chico mono había dado mas indicios que el de extrañeza. Era irónico que solo el año anterior el había estado en esa situación y ahora fuese el mismo el que observaba a otros transformarse y sufrir casi sin pestañear.

-Se nota que uno  pierde el sentido de la moral al convertirse- añadió con cinismo. La luna seguía ahí roja y poderosa en todo su esplendor, por fin podría disfrutar su  primera luna que parecía energizarlo desde el interior.


Sigue en…algún lugar

(Pendiente de edición si hace falta)


Última edición por Evanna el 16/07/14, 11:55 pm, editado 2 veces (Razón : Tuve que cambiar lo de Xalk pls.)

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Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad

Spoiler:
Alicia
Alicia

Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos

Personajes :
  • Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
  • Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
  • Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
  • Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.


Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

15/07/14, 11:48 pm
Anriel no temblaba porque no quería temblar. Internamente, la rabia la consumia de forma caprichosa y demoledora. Y la pena. Sin ser consciente se había centrado en aquellas emociones tanto que había aislado otras más pequeñas que circulaban en el ambiente. Estaba al filo del llanto, más vulnerable y patética que nunca. Cogió aire, dispuesta a dejarlo suceder ahora en la intimidad, cuando la interrumpió una perdida.  Lo supo en el mismo momento que sucedió: la punta de dos cabellos cortada limpia y alejada de sí. Y ese repentino suceso siguió a otra idea: había alguien alli. No era una idea hecha de miedo o de paranoia, era muy concisa. Sentía esa presencia con todo su peso y su vida. Y la había sorprendido. Y estaba alli. Y ya no.


Nero había optado por leer en el sofá, entre el caos. Se rascaba de vez en cuando y luego se arrepentía. El resultado era una atención a medias que le dejaba ver un Cio suplicante, algo de sangre, Archi desesperado.... ese tipo de cosas. Ah, el que había raptado el cadaver de Ippon, que se iba. Y Xalk a su lado, con una manta. Fue el único momento en el que verdaderamente levantó la vista, con profundo desprecio y una pizca de indignación que no se tradujeron en el rostro. Maravilloso, sienta al cada-día-más-feo y toxico cerca, por si faltan desajustes o imbeciles presentes. "¿Si lo apuñalo unas cuantas veces, puedo justificarlo con locura mágica?"  Resopló. "La sangre puede ser venenosa". Continuó leyendo.

Anriel había dejado a Lara sola. No sabía  que decirle.

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Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

16/07/14, 06:05 pm
Lara se quedó sola llorando, rodeada de nada más que su mala suerte y un par de cadáveres descabezados. Por una parte agradecía la soledad y el hecho de no tener que dar más explicaciones, pero al mismo tiempo aquella soledad la atormentaba y contrastaba con aquella sensación de vigor que le recorría cada músculo del cuerpo y la confundía. De algún modo echó de menos un abrazo o alguna palmada en el hombro, uno de esos gestos silenciosos que solía recibir de la gente cuando la gente no sabía qué decirle, pero no podía culpar a nadie más que a sí misma. Estaba maldita, ¿qué podría querer nadie de ella? Huír era la reacción más lógica y humana.

Las lágrimas dejaron de fluír varios minutos después y Lara sintió la necesidad imperiosa de levantarse y salir del sótano. Se ahogaba encerrada ahí abajo. Le faltaba el aire. Necesitaba el aire para no volverse loca, si es que aún existía esa suerte para ella. Lo dudaba. Y con las dudas, Lara se acordó de cada uno de los seres que se habían visto implicados de una manera u otra en su desgracia: Dama Aroma, Astra, los tres vendedores de dildos, los serpelinos, el escarabajo... Los odiaba. Los odiaba a todos hasta el punto de quererlos muertos; de querer matarlos. Quería devolverles parte de la mala Suerte que ella había sufrido. Quería que entendieran cuánto le dolía todo, que supieran cuanto valía el futuro que habían destrozado con sus mentiras; los cinco niños que no vería crecer por culpa de Rocavarancolia y sus malas artes.

Al tiempo que cogía una fuerte bocanada, Lara se puso en pie y dio un paso. Un solo paso y la mala suerte se precipitó sobre ella. Lara había pisado el mejunje formado por el polvo de milpiés y la sangre de sus hijos y se escurrió; no se cayó, pero su intento por recuperar el equilibrio la llevó a plantar el pie, por segunda vez, en una de las flechas con runas de corte que había vertido antes como "método de protección". Ya se veía lo bien que funcionaba. Lara gritó y alzó la pata con la intención de llevarse la mano a la herida y, de nuevo, el desequilibrio tiró de ella para atrás, obligándola a caer junto a la cama. De no ser porque el golpe de su cabeza contra el metal fue lo suficientemente sonoro, nadie habría sospechado de que Lara se había abierto una brecha en la frente.

Tirada como había quedado, la ordesa agarró una sábana y una de las flechas del suelo y la cortó para fabricarse una venda. Se la relió a la cabeza y aprovechó  lo sobrante para cubrir los cuerpos de sus bebés. Volvió a respirar hondo con fuerza y volvió a levantarse. Los números bullían alrededor y en algún momento que Lara no conseguía ubicar, le había empezado a escocer un dedo. La ordesa no solo estaba confusa, dolida y rabiosa; también estaba agobiada. Alzó las manos y vio que se había cortado y le salía sangre. Aquello fue el colmo de los colmos de su mala suerte. Lara contuvo un grito de frustración. Apenas había avanzado hacia la salida y el poco trecho que había recorrido había sido por culpa de un resbalón. Todavía necesitaría otros tres intentos para poder salir de ahí y, cuando lo hiciera, sería cagándose en toda la existencia.

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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Red
Red

Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

18/07/14, 12:31 am
Keiria enmudeció cuando Siloco pasó a su lado, seguido de su criatura. El nigromante llevaba consigo el cadáver de Ippon, pero algo en sus subconsciente le impidió articular palabra, y la muchacha solo pudo observar paralizada como el hombre se alejaba con el cuerpo del que fuera su compañero. Kud no tardó en aparecer, y aunque la ulterana trató de impedírselo, el humano se encaramó al muro y se dirigió al Señor de los Asesinos directamente, aunque por suerte este pareció ignorarlo.

Cío seguía tirado en el patio, convulsionándose, pero cuando el vánara fue a ayudarlo, la pelirroja le advirtió del peligro de descargas. El pelinaranja se sirvió de la magia para hacerlo levitar, y con cierta prisa, lo metió en el torreón. La ibolense, por su parte, renqueo tras ellos, tambaleándose por el salón hasta que se apoyó en el sillón en el que Archi seguía inconsciente.

Solo el hechizo vigorizante tuvo algún efecto en el irrense electrizado, permitiéndole recuperar el habla. El cerebro de la kitsune, a diferencia de su cuerpo, seguía igual de rápido que siempre, y ahora le estaba dando vueltas a la idea de la batería sobrecargada que había tenido antes. A primera vista Cío parecía tener un exceso de electricidad importante en el cuerpo, y aunque eso podía matara cualquiera, al chico solo le provocaba dolor. Era solo una teoría, pero si se descargaba tal vez dejara de sufrir de aquella manera.

La mestiza fue hasta la cocina y rebuscó en las cestas, volviendo junto al grupo con un gran trozo de carne cruda, el cual dejó caer sobre la mano del RaigAurum sin mediar palabra. El efecto fue inmediato, y como si el chico fuera un taser gigante, la carne se empezó a chamuscar, azotada por la corriente eléctrica. Parecía que funcionaba, pero aquel trozo de carne era demasiado pequeño, y en unos instantes dejo de ser conductor al churruscarse completamente. Keiria ya había pensado en algo, y para cuando la corriente dejó de circular, la ulterana regresaba arrastrando el cadáver de uno de los vlakai.
Si con esto no es suficiente, aun queda otro en el patio —dijo entre jadeos, dejando el murciélago gigante junto al irrense postrado.

Lara gritó en las mazmorras, y al percatarse la pelirroja de que no había nadie con ella, se encaminó hacia las escaleras, preocupada por su estado. El salón a su espalda se empezó a llenar del olor a carne quemada, pero no le dio importancia, y se centró en bajar los escalones sin pisarse las numerosas colas.
¿Lara? —llamó—, ¿estás bien?

Keiria aun no sabía lo que había pasado con los cachorros de la ordesa, y en cuanto vio la escena las rodillas le fallaron. La mala suerte que infectaba aquella planta la alcanzó, y cuando busco apoyó en una de las paredes de piedra, su mano patinó sobre la película de humedad que cubría la piedra y cayó al suelo, hiriéndose los dedos con los objetos afilados que había desperdigados por el suelo. Trató de ponerse en pie, con esfuerzo, y cuando lo logró, se acercó a Lara con cuidado, tropezando de nuevo, está vez con la estantería derribada, y cayendo de bruces frente a la pequeña ordesa.

La ulterana estaba magullada y sangraba por varios cortes y heridas, pero su dolor no era comparable con el que debía estar sintiendo la mala sombra. No sabía que decir, y no creía que las palabras fueran a servir de algo, así que se enderezó como pudo y, una vez arrodillada, rodeó a la muchacha con su brazos, estrechándola con fuerza.
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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18/07/14, 05:27 am
No había mucho espacio para el alivio al ver que todos entraban en el torreón, porque muchas voces y sucesos se le pasaban por alto. Lo siguiente que notó era que levitaba, directo a donde estaban los demás, y no quería, era eso lo que intentaba evitar, pero no podía resistirse al conjuro. Una vez se encontró estirado en el sofá sintió el efecto de los hechizos que le lanzó Kud se notó a duras penas, y concretamente el de curación fue inútil.
Peor no ―fue todo lo que respondió al humano tras su última pregunta.

Quería despertar de aquel sueño, o que se apagase todo por completo, ¿no podían dormirlo? ¿era eso olor a chamuscado? Al buscar con la mirada encontró la carne apoyada en su brazo inerte, el derecho, que colgaba del borde del sofá. «¿Qué pasa? ¿qué soy? ¿qué pasa?». Enseguida Keiria llegó cargando uno de los monstruos del patio, y cuando lo puso en contacto con su táser no fue algo instantáneo, pero comenzó a sentirse mejor, a la vez que el olor a carne quemada se volvía enfermizo, y notaba cómo el brazo se comenzaba a recalentar hasta el hombro.

Los espasmos se distanciaron y tosió debido al intenso olor, respirando a un ritmo rápido e irregular. La explicación de lo que le estaba pasando resultó ser realmente simple, solo se le escapaba el porqué. Necesitaba algo como una toma de tierra para liberar el exceso de electricidad. Intentó incorporarse, padeciendo los músculos acalambrados, y cuando logró sentarse lo recorrió un espasmo breve. Miró a los demás y, súbitamente, comprendió qué otra cosa iba mal y por qué además sentía que se ahogaba. El irrense ya no podía entrar más en pánico, pero sentía sus latidos insultantemente calmados, y era sumamente fácil adivinar a qué podía deberse.
¿Alguien… podría... tomarme el pulso? ―preguntó, aún jadeando. No esperaba que le tocasen sin más, pero tal vez podían usar algún truco mágico o algo no conductor para poner de por medio. Mientras pensaba en aquello fue notando que faltaba gente en el salón, Keiria tampoco estaba ya allí, y pensó en lo ridículo de su petición. Ni siquiera sabía que estaba pasando, en primer lugar.
¿Dónde...? ―No sabía cómo preguntar. Había visto suficientes retazos sueltos del destino de Ippon como para reconstruir lo que había sucedido, pero no sabía dónde estaban Lara o Taro, si estaban bien o en qué condiciones―. ¿Qué ha pasado con los demás?
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreón Maciel (Archivo VI) - Página 35 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo VI)

18/07/14, 05:28 pm
Se revolvió en el sillón en el que lo habían dejado. La consciencia estaba empezando a tirar de él a un ritmo constante. Algo en su cabeza insistía rítmicamente en que debía despertarse y el irrense poco pudo hacer por resistirse. El proceso se aceleró cuando su hocico se inundó del fuerte olor a carne quemada que inundaba el salón. Archime abrió los ojos y parpadeo tres veces en intervalos perfectamente regulares y empujó el puente de sus gafas para colocárselas bien también a un ritmo constante, colocándolas en el lugar exacto donde debían estar. No obstante, de todo esto nada se dio cuenta el biomecánico en aquel momento, demasiado aturdido por la descarga que había recibido y, sobre todo, demasiado incapaz de concentrarse en nada que no fuese aquel irritante tic-tac que se había instalado permanentemente en su cabeza.

Dedicó una mirada a los presentes, deteniéndola en Cío, quien parecía estar padeciendo alguna clase de dolor o malestar en el sofá y se preguntó si el hechizo vigorizante que había llegado a lanzar antes de ser alcanzado por el rayo había servido de algo. Archime se llevó una mano a la frente, notando repentinos pinchazos debido a la cefalea que el hecho de esforzarse por mantener su concentración le había producido. El cadáver del enorme quiróptero tirado en el suelo fue lo siguiente que llamó su atención y lo miró alternativamente, a intervalos regulares, a él y a uno de los presentes cada vez. El ingeniero no sabía lo que había sucedido en el patio y, por tanto, no sabía si aquel ser había podido entrar en el salón mientras estaba inconsciente.

De pronto, Cío había empezado a jadear y, con un tono que sonaba claramente a alarma, preguntó por su pulso. Archime se levantó entonces del sillón, todavía con la mano en la cabeza y se acercó al otro irrense. El irritante tic-tac que se resistía a abandonar su cabeza iba a tener una utilidad Hizo un ademán de llevar los dedos a su cuello, pero la advertencia de Cío le hizo retirar la mano enseguida. Parpadeó con absoluta precisión varias veces mientras procesaba la nueva información. Ello, sin duda, explicaba el estado del ser chamuscado y también del padecimiento del otro irrense. En su cabeza empezó a formarse una forma de ayudarlo, pero primero debía tomarle el pulso… O quizás debería deshacerse de aquel olor que no ayudaba precisamente a su ya precaria capacidad de concentración. Por suerte Kudryavka se encargó de sacarlo fuera, pero el olor era tan fuerte que todavía persistía y consideró que era preciso hacer algo al respecto. Tuvo que intentarlo varias veces, pero finalmente un hechizo de olor falso, que olía como el ambientador que Sorrina solía colocar en su taller cuando limpiaba, tapó el de la carne quemada.

Cuando el ruso regresó al interior del salón, mientras se fijaba en su nueva cola y, tratando de observar si había algún cambio más en él, se daba cuenta de que sus orejas eran ahora de mayor tamaño, Archime tuvo una nueva idea.
Kudryavka, voy a colocar mis manos así cerca del pecho de Cío —explicó mientras hacía un círculo con las manos y se acercaba al otro irrense—. Lanza un hechizo de amplificación de sonido al hueco formado por mis manos.
El biomecánico acercó prudencialmente sus manos al otro irrense, guardándose de no tocarlo y miró al humano para que comenzase. Una vez estuvo hecho, el sonido de los latidos de Cío atravesó el hueco de sus manos amplificado.
Guardad silencio ahora —pidió.
Tuvo que realizar varios intentos. Las dos primeras veces se desconcentro enseguida y durante otros tres intentos más tuvo que volver a empezar a contar. Pero tras el sexto intento, Archime había medido las pulsaciones de Cío en un minuto con completa precisión sin necesidad de utilizar ningún reloj para ello. El dichoso tic-tac de su cabeza había servido para algo útil.
Tus pulsaciones son de sesenta por minuto —le informó al irrense—. Es un ritmo muy bajo, especialmente teniendo en cuenta que te encuentras en una situación de estrés. ¿Padeces alguna enfermedad cardiovascular?
El biomecánico alzó la cabeza hacia Cío con preocupación. Aquella condición podría haber sido causada por el proceso transformador de la Luna Roja, pero el hecho de que el irrense hubiese solicitado que le midiesen el pulso con aquella urgencia le hacía pensar que no era algo nuevo en absoluto para él.
Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

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18/07/14, 09:17 pm
Para cuando Keiria la escuchó, la ordesa había conseguido salir al menos de la celda. Tenía los pelos y la ropa empapadas en sangre y se sorprendía de no haber agotado su magia todavía, tras todas las heridas que se había curado. La expresión de horror de Lara al ver que Keiria bajaba por las escaleras fue casi palpable y hacía juego con sus pintas desquiciadas. A esas alturas ya ni las nuevas colas y orejas de la muchacha la impresionaban. Los pensamientos de Lara divagaban por zonas más oscuras. Ya no le preocupaba que se fueran a convertir en monstruos.

¡No, Keiria! ¡No, no, no! ¡No te acerques! —negó la cabeza con fuerza de más y le hizo gestos para que saliera de allí, pero llegaron tarde. La mala suerte que Lara estaba segura que emanaba alcanzó a la ulterana, que aún fue lo suficientemente terca como para tratar de arropar a la mala sombra—. ¡Sueltame! ¡No me toques! —Lara trató de zafarse con violencia del abrazo de Keiria y esto la llevó a golpear el codo con la pared. Aspiró aire con fuerza y contuvo el dolor—. Estoy maldita, Keiria, ¡suéltame! ¡No quiero que te mueras por mi culpa! ¡No quiero matarte! —le gritó, histérica y al borde de nuevas lágrimas—. ¡Ya he tenido suficiente para cinco vidas!

Buscó el panel de mandos con la mirada y, sorprendentemente, estiró la mano hasta él sin sufrir ningún percance. Sin embargo, para cuando sus dedos rodearon la palanca que bajaba la puerta, el mal de ojo ya se había asentado en el mecanismo y un pequeño número creció. Los nervios le impidieron controlar la fuerza con la que movía la palanca y su brusquedad se tradujo en una serie de pequeños "clicks" y el sonido sordo del puente de Maciel cayendo a plomo. Lara se mordió el labio por enésima vez aquella noche y clavó los dientes en una herida que tenía desde hacía rato en el interior del labio. No esperaba que pasara aquello, pero le pareció un motivo de peso para que Keiria la creyera.

¿Lo has oído, no? —le falló la voz y lo siguiente que dijo apenas fue audible—. Hazte el favor de no tocarme y dejar que me vaya.

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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Leonart
Leonart

Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

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19/07/14, 02:05 am
Kudryavka

El joven ruso no se sobresaltó en demasia cuando notó el tirón en el pelo. Se giró sobre si mismo, con una mano enredada en la melena, pero no vio a nadie. ¿Quizás se le habia quedado enganchado con la ropa?
No tuvo mucho tiempo para preocuparse de ello, pues el contrarreloj se puso en marcha para Cio. Keiria actuó rápido y le puso un filete en una mano, que se tosto casi de inmediato. Kud se adelanto y, llendo a la cocina tambien, sacó cubiertos de madera para poder eliminar los restos chamuscados. A su vuelta, el olor nauseabundo de la carne podrida se habia apoderado de la habitación. Retiró los restos de filete de la mano usando para ello las cucharas y lo arrojó afuera. Justo Keiria puso un vlakai a descargar.
El grito de Lara les heló el alma. Kud se resistia a bajar, se resistia a afrontar todavia más muerte. Probablemente Keiria seria mejor que bajase sola. Le temblaba una mano. No se detuvo el temblor aun a pesar de sujetarsela con la opuesta. Decidió centrarse en los presentes, para distraerse. Empujando el primer vlakai, Cio comenzó a descargarse en él y, de nuevo, el olor a carne quemada se mostró.

Archi alivió las narices de todos aplicando un olor falso: Un olor que podria recordarle al humano a un ambientador de pino, pero no oliendo a nada de lo que pudiera recordar el chico.

>> ¿Un olor de Irraria?

Pronto el primer vlakai se habia tostado del todo. Kud retiró todo menos un brazo,tras separarlo con los cubiertos de madera. Valiendose de su bõ a modo de escoba, empujó los carbonizados restos del primer vlakai hacia afuera, donde los arrojó bajo la lluvia. Pero Cio todavia parecia necesitar descargarse un poco más. El ruso salió al patio y encantó el segundo vlakai para que entrase levitando. Ya de vuelta en el torreón, se pausó unos instantes en contemplar la Luna Roja, alzada en el cielo con poderio y entonces entró.

El segundo vlakai hizo su trabajo, descargando al irrense por el momento. Mientras Kud se desacia de los restos del segundo, Archi atendia a Cio, quien parecia haberse recobrado en si mismo con una extraña petición. Sin embargo, cuando volvió, las palabras de Archi le hicieron sacar conclusiones nuevas que explicaban aquello. No vaciló cuando Archi le pidió ayuda y el ruso lanzó el hechizo.
Cuando Archi se puso a medirle el pulso, Kud guardó silencio, casi conteniendo la respiración. Fuera lo que fuese, Cio parecia tener algun problema del corazón, fuera esto nuevo o no, tenian muy pocas posibilidades de encontrar un hospital o algo parecido en aquella ciudad. Y la magia de la que disponian no era especialmente efectiva para los problemas del corazón.
Solo quedaba oir de Cio lo que le pasaba.

_________________________________________

す           争            基         ま
べ           は            づ         す
て           欺            い          。
の           瞞            て          
戦           に            い          

Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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