Torreón Maciel (Archivo VI)
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Giniroryu
14 participantes
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Torreón Maciel (Archivo VI)
20/04/14, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
16/06/14, 10:35 pm
Al parecer ellos también habían tenido sueños demasiado reales, y la chica no sabía que penar al respecto. Solo le había contado su experiencia onírica a Ri, pero no había sacado nada claro en aquella conversación. Saber que no era la única que había tenido sueños raros era tranquilizador a la par que inquietante.
—Si, ir a la biblioteca tal vez sea buena idea —secundó, para ella también era buena cualquier excusa para visitar aquel lugar, aunque dicha excusa fuese algo tan preocupante—. No recuerdo haberme topado con nada mas raro de lo habitual aquel día, la verdad, ni libros extrambóticos en las estanterías, ni piedras fuera de lugar de camino al torreón, pero no se. Tampoco he visto nada sacado de otros sueños paseándose por ahí, mas bien al contrario: suelo volver a encontrarme todas estas cosas tan bizarras que veo a lo largo del día cuando voy a dormir, por eso no descanso bien últimamente.
Solía lucir unas ojeras generosas, pero suplía el descanso mental que aportaba el sueño con la meditación, y lograba permanecer despierta mas de lo recomendable manteniéndose ocupada.
—Ya lo se —respondió a la última afirmación—, pero es complicado... No soy muy buena para estas cosas, crecí sin amigos y todo eso, encerrada en casa sin poder tratar con nadie mas que mi padre y la gente del servicio. No quiero molestaros con mis problemas, por eso me lo he guardado hasta ahora, pero cada vez es mas difícil sobrellevarlo, distinguir entre real e irreal. Al final he hablado con vosotros porque me resulta mas fácil que hacerlo con el resto, la verdad, y por eso os agradezco que no hayáis pensado que estoy loca de entrada —era un poco patosa para aquellas cosas, pero se sentía cómoda hablando con los dos irrenses.
—Si, ir a la biblioteca tal vez sea buena idea —secundó, para ella también era buena cualquier excusa para visitar aquel lugar, aunque dicha excusa fuese algo tan preocupante—. No recuerdo haberme topado con nada mas raro de lo habitual aquel día, la verdad, ni libros extrambóticos en las estanterías, ni piedras fuera de lugar de camino al torreón, pero no se. Tampoco he visto nada sacado de otros sueños paseándose por ahí, mas bien al contrario: suelo volver a encontrarme todas estas cosas tan bizarras que veo a lo largo del día cuando voy a dormir, por eso no descanso bien últimamente.
Solía lucir unas ojeras generosas, pero suplía el descanso mental que aportaba el sueño con la meditación, y lograba permanecer despierta mas de lo recomendable manteniéndose ocupada.
—Ya lo se —respondió a la última afirmación—, pero es complicado... No soy muy buena para estas cosas, crecí sin amigos y todo eso, encerrada en casa sin poder tratar con nadie mas que mi padre y la gente del servicio. No quiero molestaros con mis problemas, por eso me lo he guardado hasta ahora, pero cada vez es mas difícil sobrellevarlo, distinguir entre real e irreal. Al final he hablado con vosotros porque me resulta mas fácil que hacerlo con el resto, la verdad, y por eso os agradezco que no hayáis pensado que estoy loca de entrada —era un poco patosa para aquellas cosas, pero se sentía cómoda hablando con los dos irrenses.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
16/06/14, 11:02 pm
La nueva información que aportó Keiria sobre sus alucinaciones no añadían datos que pudieran servir para averiguar cuál era el problema, pero parecían indicar que los sueños no encajaban con el posible cuadro clínico ya que además Cío también afirmó haberlo experimentado.
El biomecánico podía sentirse perfectamente identificado en la afirmación de la ulterana acerca de que no sabía cómo tratar adecuadamente con los amigos y asintió levemente sin apenas darse cuenta cuando la chica lo mencionó.
—Resulta evidente que no estás loca —replicó enseguida—. Tu forma de actuar es completamente normal ante cualquier situación —constató. Para el ingeniero no hacía falta añadir nada más, aquello era más que evidencia suficiente para darse cuenta de que la pelirroja no padecía ningún trastorno comportamental. Aquello, además, le había hecho recordar algo—. Yo también padezco una alucinación, siempre la misma —confesó a continuación—. Se trata de algo mucho más esporádico que los episodios que has descrito, pero a veces escucho el sonido típico del mecanismo de un reloj como si tuviese uno cerca del oído. Lo he escuchado varias veces a diferentes horas y en diferentes lugares, incluso fuera del torreón, por lo que no creo que provenga de un reloj real. —Calló unos instantes, pensativo—. En realidad no es lo único extraño que me sucede…
Tal y como le había explicado al sinhadre y al carabés en aquella ocasión, el ingeniero les relató entonces como había amanecido donde no correspondía reiteradas veces, sin olvidar de hablarles de la mañana que se despertó sumergido en agua en el baño.
—Sospecho que se trata de sonambulismo, pero he tratado de comprobarlo mediante el uso de la magia y no ha servido en absoluto… Nunca me lo había planteado como una posibilidad, pero tal vez yo también haya contraído alguna enfermedad mágica o sea víctima de algún elemento similar al que pueda provocarte esas alucinaciones y la distorsión de tu sombra —concluyó dirigiéndose a la ibolense.
El biomecánico podía sentirse perfectamente identificado en la afirmación de la ulterana acerca de que no sabía cómo tratar adecuadamente con los amigos y asintió levemente sin apenas darse cuenta cuando la chica lo mencionó.
—Resulta evidente que no estás loca —replicó enseguida—. Tu forma de actuar es completamente normal ante cualquier situación —constató. Para el ingeniero no hacía falta añadir nada más, aquello era más que evidencia suficiente para darse cuenta de que la pelirroja no padecía ningún trastorno comportamental. Aquello, además, le había hecho recordar algo—. Yo también padezco una alucinación, siempre la misma —confesó a continuación—. Se trata de algo mucho más esporádico que los episodios que has descrito, pero a veces escucho el sonido típico del mecanismo de un reloj como si tuviese uno cerca del oído. Lo he escuchado varias veces a diferentes horas y en diferentes lugares, incluso fuera del torreón, por lo que no creo que provenga de un reloj real. —Calló unos instantes, pensativo—. En realidad no es lo único extraño que me sucede…
Tal y como le había explicado al sinhadre y al carabés en aquella ocasión, el ingeniero les relató entonces como había amanecido donde no correspondía reiteradas veces, sin olvidar de hablarles de la mañana que se despertó sumergido en agua en el baño.
—Sospecho que se trata de sonambulismo, pero he tratado de comprobarlo mediante el uso de la magia y no ha servido en absoluto… Nunca me lo había planteado como una posibilidad, pero tal vez yo también haya contraído alguna enfermedad mágica o sea víctima de algún elemento similar al que pueda provocarte esas alucinaciones y la distorsión de tu sombra —concluyó dirigiéndose a la ibolense.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
16/06/14, 11:36 pm
―Aquí o estamos todos locos o no lo está ninguno ―soltó con una suerte de sonrisa cansada, pasándose la mano por la nuca. Lo último que había dicho Keiria lo habría llevado a rebatirle que fuese algún tipo de molestia mencionar un problema de salud, o lo que fuera aquello, pero pensó que no era un buen momento para salir con esas. En cambio se centró el escuchar lo que empezaba a decir Archi, pensando que a lo mejor había estado más acertado de lo que creía con su frase anterior.
―No parece que sea lo mismo lo que os pasa, pero a lo mejor tiene el mismo origen ―dijo pensativo. Supuso que Archi ya habría comprobado que no hubiera ninguna irregularidad en sus implantes auditivos para lo primero, así que no lo preguntó siquiera―. ¿Qué tal si vamos mañana a la biblioteca antes que a las casas? ¿O mejor en otra ocasión? Supongo que llevará bastante tiempo ―Frunció el ceño―. Buscar algo ahí es un dolor.
»Puede que le esté pasando a más gente de este torreón o de otros, o puede que la causa esté aquí mismo y terminemos por tener alucinaciones todos. Debe ser algo mágico porque si fuese de ambiente debería afectar de la misma manera a los de la misma especie, ¿no?
―No parece que sea lo mismo lo que os pasa, pero a lo mejor tiene el mismo origen ―dijo pensativo. Supuso que Archi ya habría comprobado que no hubiera ninguna irregularidad en sus implantes auditivos para lo primero, así que no lo preguntó siquiera―. ¿Qué tal si vamos mañana a la biblioteca antes que a las casas? ¿O mejor en otra ocasión? Supongo que llevará bastante tiempo ―Frunció el ceño―. Buscar algo ahí es un dolor.
»Puede que le esté pasando a más gente de este torreón o de otros, o puede que la causa esté aquí mismo y terminemos por tener alucinaciones todos. Debe ser algo mágico porque si fuese de ambiente debería afectar de la misma manera a los de la misma especie, ¿no?
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
17/06/14, 06:20 pm
—Por mi bien, podemos ir mañana si nos sobra el tiempo —respondió a Cío—, y si no en otro momento. Me doy por satisfecha con que al menos vosotros dos estéis al corriente, así podre preguntaros si dudo sobre algo que vea.
Lo que les contó Archi también era extraño, y la pelirroja no dudo en ofrecerse a echarle un vistazo alguna noche, alegando que durmiendo poco no sería un problema.
La conversación volvió a temas menos trascendentes mientras la ulterana seguía cocinando, y un rato mas tarde, cuando estuvo todo listo, llamó a los macieleros a cenar. Comió en silencio, y cuando hubo terminado se dedico a recoger, dejándolo todo en orden. Archi le dijo a Cío que era un buen momento para poner a punto sus implantes, y al oírlo, Keiria pregunto si podía estar presente. Sentía curiosidad, y los irrenses no parecieron tener problemas con que los acompañara.
Mientras el biomecánico bajaba a las mazmorras a por algunas herramientas, la pelirroja acompaño a Cío al estudio, donde esperaron al otro irrense.
—Hmm, si no es indiscreción... ¿como perdiste el otro brazo? —le pregunto al chico algo titubeante, no sabiendo si se estaba metiendo donde no le llamaban. Estaba al corriente de que los irrenses sustituían uno de sus brazos al llegar a cierta edad, pero el caso de Cío era distinto, y aquel misterio llamaba la atención de la ibolense.
Lo que les contó Archi también era extraño, y la pelirroja no dudo en ofrecerse a echarle un vistazo alguna noche, alegando que durmiendo poco no sería un problema.
La conversación volvió a temas menos trascendentes mientras la ulterana seguía cocinando, y un rato mas tarde, cuando estuvo todo listo, llamó a los macieleros a cenar. Comió en silencio, y cuando hubo terminado se dedico a recoger, dejándolo todo en orden. Archi le dijo a Cío que era un buen momento para poner a punto sus implantes, y al oírlo, Keiria pregunto si podía estar presente. Sentía curiosidad, y los irrenses no parecieron tener problemas con que los acompañara.
Mientras el biomecánico bajaba a las mazmorras a por algunas herramientas, la pelirroja acompaño a Cío al estudio, donde esperaron al otro irrense.
—Hmm, si no es indiscreción... ¿como perdiste el otro brazo? —le pregunto al chico algo titubeante, no sabiendo si se estaba metiendo donde no le llamaban. Estaba al corriente de que los irrenses sustituían uno de sus brazos al llegar a cierta edad, pero el caso de Cío era distinto, y aquel misterio llamaba la atención de la ibolense.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
17/06/14, 07:15 pm
—Es probable que no podamos acudir a la biblioteca mañana debido a que la recuperación de recuerdos para el aprendiz suele resultar en una conmoción —opinó sobre el asunto.
>>Teniendo en cuenta que hablamos de alucinaciones o efectos ópticos es posible que se trate de algo que afecte a nuestro cerebro, en cuyo caso no creo que la especie sea relevante —respondió a lo último dicho por Cío—. Es difícil determinar si todos los hechos mencionados están relacionados o no —añadió rascándose la nunca.
La conversación se dio por concluida, finalmente, y tras haber esperado un tiempo prudencial para asegurarse de que no interrumpía, el biomecánico le comentó por fin al otro irrense que tocaba realizar el mantenimiento ese día.
Así pues, más tarde Archime anunció que bajaría a buscar el instrumental necesario que mantenía guardado en la celda de las mazmorras que empleaba como taller improvisado y quedaron en que iría directamente al estudio cuando subiese. Mientras el ingeniero descendía al sótano, no podía imaginarse el problema que se iba a encontrar.
>>Teniendo en cuenta que hablamos de alucinaciones o efectos ópticos es posible que se trate de algo que afecte a nuestro cerebro, en cuyo caso no creo que la especie sea relevante —respondió a lo último dicho por Cío—. Es difícil determinar si todos los hechos mencionados están relacionados o no —añadió rascándose la nunca.
La conversación se dio por concluida, finalmente, y tras haber esperado un tiempo prudencial para asegurarse de que no interrumpía, el biomecánico le comentó por fin al otro irrense que tocaba realizar el mantenimiento ese día.
Así pues, más tarde Archime anunció que bajaría a buscar el instrumental necesario que mantenía guardado en la celda de las mazmorras que empleaba como taller improvisado y quedaron en que iría directamente al estudio cuando subiese. Mientras el ingeniero descendía al sótano, no podía imaginarse el problema que se iba a encontrar.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
17/06/14, 08:30 pm
El tema se fue quedando sin aportaciones hasta que finalmente se cambió a otra cosa definitivamente. No tenían ni idea, y por lo tanto tampoco podían hacer nada, por eso seguir hablándolo no llevaba a ningún lado, y la comida estaba prácticamente lista. Ayudó a poner la mesa mientras hablaban, y dio buena cuenta de la cena cuando todos estuvieron sentados alrededor. Durante la sobremesa Archi lo avisó de que era hora de hacer el mantenimiento. A él le tocaba en el brazo izquierdo. Se sorprendió de no haberlo recordado, pero Archi era tan eficiente llevando la cuenta que había terminado por dejarle esa tarea por completo a él. No tuvo ningún problema en qe Keiria se quedase a ver cómo era el proceso, a fin de cuentas se le daban bien las máquinas y si él mismo o Archi no podían, por el motivo que fuera –y aquello incluía posibilidades inquietantes–, ayudar en el mantenimiento del otro, ella habría adquirido algunas nociones.
Al subir al estudio, Cío se sentó sobre la mesa a esperar, toqueteando su ordenador y llegando a encender la pantalla sin necesitar hacer nada en él. La pregunta de Keiria lo cogió distraído con aquello, y habiendo surgido de repente, también lo sorprendió un poco. Se había acostumbrado demasiado a que allí nadie hiciese la pregunta de rigor, tal vez. En Irraria la gente que lo conocía por primera vez solía hacerlo sin demasiados reparos, a fin de cuentas muchos de ellos acostumbraban a afirmar que “molaba”. Cío solía responder, con cierta acritud, que perder un brazo no es precisamente tan indoloro como la operación regular.
―Porque soy torpe ―respondió con la sonrisa con que solía quitarle importancia―. Se me enganchó la correa de la manga en una desgranadora y ¡puf! Te puedes imaginar el resto. Como en las películas malas. Siguió tragando brazo hasta que alguien la apagó. ¿Sabes lo que son, no? ―No podía evitar que se le ensombreciera la mirada cuando lo explicaba. No era tanto por el recuerdo de la angustia como sí por haber calado a su padre a causa de aquel indicente―. Pudo haber sido menos, pero la persona que tenía más cerca no movió un puto dedo por mí. Pero aquí estamos. ―Se encogió de hombros―. Seguro que esperabas una historia más interesante ―rio―, pero solo soy un agricultor. Con un padre gilipollas. Que además de no hacer nada por ayudar te recrimina tu torpeza de por vida ―su sonrisa se notaba cada vez más forzada, hasta que se había convertido en una mueca―. Gilipollas ―escupió en tono más bajo, con la vista fijada en el suelo. Necesitó solo un segundo para arrepentirse de haber dado detalles que no habían sido preguntados―. Perdona por eso ―añadió, con tono más relajado.
Al subir al estudio, Cío se sentó sobre la mesa a esperar, toqueteando su ordenador y llegando a encender la pantalla sin necesitar hacer nada en él. La pregunta de Keiria lo cogió distraído con aquello, y habiendo surgido de repente, también lo sorprendió un poco. Se había acostumbrado demasiado a que allí nadie hiciese la pregunta de rigor, tal vez. En Irraria la gente que lo conocía por primera vez solía hacerlo sin demasiados reparos, a fin de cuentas muchos de ellos acostumbraban a afirmar que “molaba”. Cío solía responder, con cierta acritud, que perder un brazo no es precisamente tan indoloro como la operación regular.
―Porque soy torpe ―respondió con la sonrisa con que solía quitarle importancia―. Se me enganchó la correa de la manga en una desgranadora y ¡puf! Te puedes imaginar el resto. Como en las películas malas. Siguió tragando brazo hasta que alguien la apagó. ¿Sabes lo que son, no? ―No podía evitar que se le ensombreciera la mirada cuando lo explicaba. No era tanto por el recuerdo de la angustia como sí por haber calado a su padre a causa de aquel indicente―. Pudo haber sido menos, pero la persona que tenía más cerca no movió un puto dedo por mí. Pero aquí estamos. ―Se encogió de hombros―. Seguro que esperabas una historia más interesante ―rio―, pero solo soy un agricultor. Con un padre gilipollas. Que además de no hacer nada por ayudar te recrimina tu torpeza de por vida ―su sonrisa se notaba cada vez más forzada, hasta que se había convertido en una mueca―. Gilipollas ―escupió en tono más bajo, con la vista fijada en el suelo. Necesitó solo un segundo para arrepentirse de haber dado detalles que no habían sido preguntados―. Perdona por eso ―añadió, con tono más relajado.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 06:50 pm
La ulterana escuchó la historia en silencio, sin poder evitar una mueca de dolor cuando se imagino la escena. Sabía lo que era una desgranadora aunque no había visto ninguna en persona, y la experiencia debía de haber sido aterradora. Que hubieran tardado en ayudarle, por otra parte, y que ademas una mano amiga que estaba cerca se hubiera quedado inmóvil, era la parte mas inverosímil del relato. La pelirroja no entendía como alguien se podía haber quedado mirando una carnicería así sin reaccionar, echándole luego la culpa al propio afectado.
—No te preocupes, estas en tu derecho, y posiblemente yo diría mas burradas de haber estado en tu situación —murmuró la ibolense, restándole importancia al insulto que había soltado el muchacho—. Yo soy la que debería pedir perdón, en realidad, no debería haber preguntado... lo siento.
Se había apoyado contra la pared mientras esperaban al biomecánico, junto a la puerta entreabierta, y por eso lo oyó subir las escaleras antes de que llegara al estudio.
—Creo que Archi ya trae lo necesario —avisó a Cío, abriendo la puerta del todo por si el irrense venía cargado.
—No te preocupes, estas en tu derecho, y posiblemente yo diría mas burradas de haber estado en tu situación —murmuró la ibolense, restándole importancia al insulto que había soltado el muchacho—. Yo soy la que debería pedir perdón, en realidad, no debería haber preguntado... lo siento.
Se había apoyado contra la pared mientras esperaban al biomecánico, junto a la puerta entreabierta, y por eso lo oyó subir las escaleras antes de que llegara al estudio.
—Creo que Archi ya trae lo necesario —avisó a Cío, abriendo la puerta del todo por si el irrense venía cargado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 07:02 pm
Archime no subió cargado, ya que en su mano portaba un único objeto pequeño. El biomecánico entró por la puerta del estudio y dirigió una mirada en la que se atisbaba un indicio de que algo no iba bien entre su máscara neutral habitual. Extendió aquello que llevaba en la mano para que Cío lo pudiese ver claramente. Cuando habló sonó desalentado.
—Me lo he encontrado así. Creo que un roedor se ha llevado la otra mitad a juzgar por las marcas que presenta el plástico —señaló las mencionadas pasando un dedo sobre las muescas que pertenecían claramente a unos dientes—. Había aceite derramado por toda la mesa y el suelo.
Así se había encontrado la mitad del bote de aceite que todavía estaba lleno, conservando una escasa cantidad en la parte superior del bote que llevaba en la mano. Se mordió el labio con nerviosismo. No hacía falta decir nada más, porque tanto él como Cío sabían qué significaba. El aceite ahora escaseaba y, lo que en principio era cantidad de sobra para todo un año o más, ahora ni siquiera les duraría para el término de los siete meses si seguían realizando el mantenimiento de los tres brazos. En caso de que el otro irrense lo preguntase, así se lo comunicaría el ingeniero.
—Me lo he encontrado así. Creo que un roedor se ha llevado la otra mitad a juzgar por las marcas que presenta el plástico —señaló las mencionadas pasando un dedo sobre las muescas que pertenecían claramente a unos dientes—. Había aceite derramado por toda la mesa y el suelo.
Así se había encontrado la mitad del bote de aceite que todavía estaba lleno, conservando una escasa cantidad en la parte superior del bote que llevaba en la mano. Se mordió el labio con nerviosismo. No hacía falta decir nada más, porque tanto él como Cío sabían qué significaba. El aceite ahora escaseaba y, lo que en principio era cantidad de sobra para todo un año o más, ahora ni siquiera les duraría para el término de los siete meses si seguían realizando el mantenimiento de los tres brazos. En caso de que el otro irrense lo preguntase, así se lo comunicaría el ingeniero.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 08:54 pm
―Qué va, olvídalo. No pasa nada por preguntar, allá la gente lo hacía constantemente. ―Se acomodó mejor sobre la mesa―. Ahora puedes hacer coñas sobre lo manco que soy ―bromeó con una sonrisa, mientras tamborileaba con los dedos sobre la madera. Se sentía un poco mal por ver a la ulterana incomodada. No tenía caso agriarse cada vez que recordaba aquello, pero desde que ya no estaba en su casa, donde el mantenimiento era constante, tener esa preocupación extra lo sacaba de quicio. Pero, por otro lado, no haber visto la jeta de su padre en tantos meses hacía todo más fácil de sobrellevar. En muchos más ámbitos.
Cuando Archi entró fue fácil ver que había algo diferente en su expresión, pero no era sencillo leerla. No le dio importancia hasta que extendió la mano para mostrar la mitad de un bote de aceite, ante lo que Cío se puso tenso al instante. Era el bote sin empezar, porque el otro estaba cerca de estar en las últimas. Se puso lívido, y comenzó a hacer cuentas que prefería no preguntar. Siendo optimistas, el aceite solo sobraría al terminar el año si el único irrense presente fuese Archi. Cío lo miró largamente, con la vista un poco perdida. Si un brazo no podía dejar de moverse por nada era el de Archi, dependían de su magia para demasidas cosas. El pánico se había apoderado de Cío, porque sabía que le tocaba a él, y tenía ganas de gritar que aquello no era justo, también de increpar al biomecánico por dejar el bote al alcance de los roedores. Hasta de poder, mataría al primer roedor manchado de aceite que viese, o quizá a cualquiera sin más. Le costó razonar no suficiente como para acallar a duras penas todo aquello, pero sabía que no tenía razón. Aun así, los pensamientos egoístas seguirían ahí, así como el cabreo que no sabía contra qué dirigir.
―Hay que guardar lo que queda en otro sitio. Protegido. ―Habló un tanto entrecortadamente. Le costaba no estallar, pero hacerlo no iba a cambiar que estaban jodidos―. Y evitar el desgaste excesivo. ―¿Qué iba a hacer con los entrenamientos? Dadas las circunstancias, en realidad era un tanto indiferente―. Al menos fue el derecho el que hace menos que le tocó el mantenimiento. Me quedo con ese. ―«Por ahora», porque más adelante, hacia el final del año, tal vez no podrían permitirse ni mantener aquel. Notó que le temblaban ligeramente las manos y se aferró al borde de la mesa para que no fuese evidente. Aún tenían que hacer el mantenimiento de Archi, aunque no el suyo, pero no se encontraba en las mejores condiciones para ello. Señaló a las herramientas que ya estaban por la mesa con un movimiento de cabeza―. ¿Podemos dejar esto para mañana? Necesito… Hm.
Necesitaba tomar el aire e irse solo a otro lado, antes de que dijese algo de lo que más tarde se pudiera arrepentir. A todas luces no tenía aspecto de encontrarse bien, y se translucía que había algo a punto de quebrarse detrás de la la supuesta calma que fingía.
Cuando Archi entró fue fácil ver que había algo diferente en su expresión, pero no era sencillo leerla. No le dio importancia hasta que extendió la mano para mostrar la mitad de un bote de aceite, ante lo que Cío se puso tenso al instante. Era el bote sin empezar, porque el otro estaba cerca de estar en las últimas. Se puso lívido, y comenzó a hacer cuentas que prefería no preguntar. Siendo optimistas, el aceite solo sobraría al terminar el año si el único irrense presente fuese Archi. Cío lo miró largamente, con la vista un poco perdida. Si un brazo no podía dejar de moverse por nada era el de Archi, dependían de su magia para demasidas cosas. El pánico se había apoderado de Cío, porque sabía que le tocaba a él, y tenía ganas de gritar que aquello no era justo, también de increpar al biomecánico por dejar el bote al alcance de los roedores. Hasta de poder, mataría al primer roedor manchado de aceite que viese, o quizá a cualquiera sin más. Le costó razonar no suficiente como para acallar a duras penas todo aquello, pero sabía que no tenía razón. Aun así, los pensamientos egoístas seguirían ahí, así como el cabreo que no sabía contra qué dirigir.
―Hay que guardar lo que queda en otro sitio. Protegido. ―Habló un tanto entrecortadamente. Le costaba no estallar, pero hacerlo no iba a cambiar que estaban jodidos―. Y evitar el desgaste excesivo. ―¿Qué iba a hacer con los entrenamientos? Dadas las circunstancias, en realidad era un tanto indiferente―. Al menos fue el derecho el que hace menos que le tocó el mantenimiento. Me quedo con ese. ―«Por ahora», porque más adelante, hacia el final del año, tal vez no podrían permitirse ni mantener aquel. Notó que le temblaban ligeramente las manos y se aferró al borde de la mesa para que no fuese evidente. Aún tenían que hacer el mantenimiento de Archi, aunque no el suyo, pero no se encontraba en las mejores condiciones para ello. Señaló a las herramientas que ya estaban por la mesa con un movimiento de cabeza―. ¿Podemos dejar esto para mañana? Necesito… Hm.
Necesitaba tomar el aire e irse solo a otro lado, antes de que dijese algo de lo que más tarde se pudiera arrepentir. A todas luces no tenía aspecto de encontrarse bien, y se translucía que había algo a punto de quebrarse detrás de la la supuesta calma que fingía.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 09:31 pm
Aunque Cío no dijo nada, el irrense se sentía culpable por lo que no había llegado a recriminarle. No podía imaginarse que sucedería algo así, ya que en Irraria nunca habría tenido que preocuparse de ello y realmente no había visto más que roedores de pequeño tamaño en el torreón a los que nunca dedicó mucho pensamiento. Aquellas marcas de dientes pertenecían a mamíferos de mayor tamaño… Era inexcusable, debió haber previsto algo así y no lo hizo.
—Lo tengo aquí… —palpó uno de sus bolsillos cuando el otro irrense mencionó el otro bote—. Le he lanzado un hechizo de protección contra ruptura y lo mantendré vigilado permanentemente… —Según hablaba había ido bajando el tono de voz.
Calló mientras Cío continuaba hablando y tan solo pudo asentir cuando preguntó si podían dejar su propio mantenimiento para mañana. Estaba claro que el otro irrense había deducido cuál era el procedimiento lógico a seguir ante aquellas circunstancias. Pero aunque fuera lógico, el biomecánico no podía evitar sentir remordimientos. Calculaba que para el término de los siete meses Cío habría perdido casi toda la movilidad de su brazo izquierdo y saber que la principal causa había sido una negligencia suya lo carcomía por dentro. Cuando el irrense mayor abandonó el estudio, Archime tan solo permaneció allí de pie sin saber qué hacer a continuación.
—Lo tengo aquí… —palpó uno de sus bolsillos cuando el otro irrense mencionó el otro bote—. Le he lanzado un hechizo de protección contra ruptura y lo mantendré vigilado permanentemente… —Según hablaba había ido bajando el tono de voz.
Calló mientras Cío continuaba hablando y tan solo pudo asentir cuando preguntó si podían dejar su propio mantenimiento para mañana. Estaba claro que el otro irrense había deducido cuál era el procedimiento lógico a seguir ante aquellas circunstancias. Pero aunque fuera lógico, el biomecánico no podía evitar sentir remordimientos. Calculaba que para el término de los siete meses Cío habría perdido casi toda la movilidad de su brazo izquierdo y saber que la principal causa había sido una negligencia suya lo carcomía por dentro. Cuando el irrense mayor abandonó el estudio, Archime tan solo permaneció allí de pie sin saber qué hacer a continuación.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 10:02 pm
Archi traía malas noticias, venía con ellas pintadas en la cara, aunque había que hacer un esfuerzo para distinguir aquel ligero matiz distinto en su expresión habitual. Keiria permaneció en silencio observando la escena y sintiéndose como una intrusa, preocupada por lo que Cío estaba callándose. El irrense mayor estaba consternado y enfadado, se le notaba, pero hacía esfuerzos visibles por contener lo que fuera que estuviese pensando. No sabía que había pasado de forma fehaciente, aunque se lo estaba imaginando.
Decidió preguntar al biomecánico, y cuando el otro irrense salió del estudio, se giró hacia su amigo. Archi se había quedado plantado en el sitio, sin decir nada, y parecía no saber que hacer a continuación.
—¿Estas bien? —inquirió, poniendo una mano sobre su hombro con cuidado, visiblemente preocupada. Estaba claro que el chico no se sentía bien— ¿Qué es lo que pasa?, ¿puedo ayudar en algo?
Decidió preguntar al biomecánico, y cuando el otro irrense salió del estudio, se giró hacia su amigo. Archi se había quedado plantado en el sitio, sin decir nada, y parecía no saber que hacer a continuación.
—¿Estas bien? —inquirió, poniendo una mano sobre su hombro con cuidado, visiblemente preocupada. Estaba claro que el chico no se sentía bien— ¿Qué es lo que pasa?, ¿puedo ayudar en algo?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
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Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
18/06/14, 10:21 pm
Aunque en ese momento no lo pensó, el biomecánico apenas se inmutó con el contacto de la mano de Keiria en su hombro. No se había dado cuenta, pero a lo largo de los meses se había llegado a acostumbrar como para no sobresaltarse con un simple roce como al principio. Además ya había deducido que ello significaba preocupación en un contexto cómo aquel.
—Yo sí, pero Cío perderá progresivamente la movilidad de su brazo izquierdo —respondió a la primera pregunta de la ulterana, no dándose cuenta de lo que en realidad debería responder—. Contábamos dos botes de aceite necesario para el mantenimiento de los implantes, uno lleno y otro apenas empezado. Con ello y siguiendo una periodicidad concreta para llevar a cabo dichos mantenimientos disponíamos de suficiente para todo un año. Pero ahora esto es todo lo que queda.
El irrense le mostró lo poco que quedaba en el interior del bote roto y sacó de su bolsillo el que contenía bastante menos de la mitad de su cantidad original.
—Tendremos que reducir su uso en mi brazo y en el derecho de Cío y no aplicarlo en absoluto en su izquierdo o de otro modo podríamos perder la movilidad de los tres. En caso de que uno de nuestros implantes requiera de más aceite del previsto, tendría que priorizarse el mío debido a que si pierdo su movilidad no podré realizar los gestos requeridos para conjurar magia.
Alzó la cabeza para mirar a Keiria una vez finalizó, suponía que aquellas explicaciones eran suficientes para comprender la situación.
—Yo sí, pero Cío perderá progresivamente la movilidad de su brazo izquierdo —respondió a la primera pregunta de la ulterana, no dándose cuenta de lo que en realidad debería responder—. Contábamos dos botes de aceite necesario para el mantenimiento de los implantes, uno lleno y otro apenas empezado. Con ello y siguiendo una periodicidad concreta para llevar a cabo dichos mantenimientos disponíamos de suficiente para todo un año. Pero ahora esto es todo lo que queda.
El irrense le mostró lo poco que quedaba en el interior del bote roto y sacó de su bolsillo el que contenía bastante menos de la mitad de su cantidad original.
—Tendremos que reducir su uso en mi brazo y en el derecho de Cío y no aplicarlo en absoluto en su izquierdo o de otro modo podríamos perder la movilidad de los tres. En caso de que uno de nuestros implantes requiera de más aceite del previsto, tendría que priorizarse el mío debido a que si pierdo su movilidad no podré realizar los gestos requeridos para conjurar magia.
Alzó la cabeza para mirar a Keiria una vez finalizó, suponía que aquellas explicaciones eran suficientes para comprender la situación.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
19/06/14, 01:33 am
Lo que contaba Archi era problemático, pero a la ulterana no se le ocurría ninguna solución, solo podían esperar a ver que pasaba, y tendrían que racionar bien el aceite.
—Aun es pronto para alarmarse, tal vez en esta ciudad haya algo de ese aceite que necesitáis, a fin de cuentas ya han venido otros irrenses antes, ¿no? —quería suavizar las cosas, pero posiblemente no estaba funcionando— Os podría dejar el frasco que yo me he traído de Ulterania, pero posiblemente no sirva... No se, pero no dudes en pedírmelo si lo crees necesario, ¿de acuerdo?
Converso un poco mas con el irrense, cambiando de tema para no que se preocupara de mas al menos por un rato, y le volvió a recordar que podía contar con ella si quería que le velara el sueño. La ibolense tenía curiosidad por saber si el chico era sonámbulo o no, y si podía ayudarle a comprobarlo mejor que mejor. También quería hablar con Cío para ver como estaba, pero no era buena idea, y decidió dejarlo tranquilo por el momento.
Regresó al salón casi de madrugada, tirándose en un sofá a leer, donde amaneció al día siguiente. Se había quedado dormida en algún momento de la noche, y ni siquiera recordaba por donde iba en su lectura cuando había sucedido. Con un suspiro se puso en pie y salió al patio a lavarse la cara, donde el aprendiz ya estaba entrenando. Lo saludo con un gesto y, una vez estuvo despejada, empezó sus ejercicios de meditación matutinos. Mas tarde se daría un baño y se prepararía para la salida a la Avenida de las Casas Carnívoras, donde esperaban que el humano recuperara algunos recuerdos mas.
—Aun es pronto para alarmarse, tal vez en esta ciudad haya algo de ese aceite que necesitáis, a fin de cuentas ya han venido otros irrenses antes, ¿no? —quería suavizar las cosas, pero posiblemente no estaba funcionando— Os podría dejar el frasco que yo me he traído de Ulterania, pero posiblemente no sirva... No se, pero no dudes en pedírmelo si lo crees necesario, ¿de acuerdo?
Converso un poco mas con el irrense, cambiando de tema para no que se preocupara de mas al menos por un rato, y le volvió a recordar que podía contar con ella si quería que le velara el sueño. La ibolense tenía curiosidad por saber si el chico era sonámbulo o no, y si podía ayudarle a comprobarlo mejor que mejor. También quería hablar con Cío para ver como estaba, pero no era buena idea, y decidió dejarlo tranquilo por el momento.
Regresó al salón casi de madrugada, tirándose en un sofá a leer, donde amaneció al día siguiente. Se había quedado dormida en algún momento de la noche, y ni siquiera recordaba por donde iba en su lectura cuando había sucedido. Con un suspiro se puso en pie y salió al patio a lavarse la cara, donde el aprendiz ya estaba entrenando. Lo saludo con un gesto y, una vez estuvo despejada, empezó sus ejercicios de meditación matutinos. Mas tarde se daría un baño y se prepararía para la salida a la Avenida de las Casas Carnívoras, donde esperaban que el humano recuperara algunos recuerdos mas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
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Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
19/06/14, 02:20 am
Archime negó con la cabeza ante las suposiciones de Keiria.
—Los últimos indicios de la presencia de Rocavarancolia anteriores a la cosecha de este año datan de hace unos dos siglos. Y es altamente improbable que sirva otro aceite, ya que se trata de un compuesto especialmente fabricado para el mantenimiento de nuestros implantes.
No había posibilidades y el biomecánico lo sabía. Hasta que no pudiesen regresar a Irraria se había acabado la realización de un mantenimiento regular y completo. Archime se aseguraría de que el aceite que quedaba permanecía intacto, por lo que, cuidadosamente, vertió el escaso contenido del bote partido en el que se encontraba en buenas condiciones pero casi vacío.
Keiria ya había salido del cuarto tras conversar un poco más con él, conversación en la que el ingeniero le aseguró que no hacía falta que lo vigilasen ya que no era algo que sucediese todas las noches. Le dijo que trataría de buscar si existía algún patrón temporal en aquellos cambios de lugar con el fin de predecir cuándo sucedería y en cuyo caso sí le pediría ayuda para comprobarlo. Cuando la ibolense había salido por la puerta, el biomecánico permaneció de pie unos segundos, todavía frustrado por lo sucedido, hasta que su propia alucinación recurrente pareció activar un mecanismo en él e hizo que se dirigiera hacia el escritorio con el fin de emplear el tiempo hasta la hora de dormir en aprender algún hechizo nuevo. Al fin y al cabo, ya que Cío iba a tener que verse perjudicado debido a su capacidad para realizar magia, no podía dejar que fuese en vano.
Esa noche durmió en la cama y en ella seguía cuando se despertó. Lo primero que hizo tras levantarse fue comprobar que el aceite seguía a salvo en uno de los bolsillos de su bata, y a continuación se vistió para bajar a desayunar. Si alguien bajaba antes que Cío, se lo encontraría sentando comiendo en silencio un bollo irrense. Pero cuando el mencionado apareció, anunciando que se encontraba indispuesto para salir, Archime giró la cabeza en su dirección y, tras vacilar unos segundos, se levantó de la silla y se dirigió hacia él. A pocos pasos del chico, rebuscó en uno de sus bolsillos y sacó el bote de aceite, el cual tendió a Cío a continuación.
—Yo debo salir, te lo confío en mi ausencia.
Archime le dirigió una mirada parpadeante brevemente antes de desviar la vista hacia el suelo.
—Los últimos indicios de la presencia de Rocavarancolia anteriores a la cosecha de este año datan de hace unos dos siglos. Y es altamente improbable que sirva otro aceite, ya que se trata de un compuesto especialmente fabricado para el mantenimiento de nuestros implantes.
No había posibilidades y el biomecánico lo sabía. Hasta que no pudiesen regresar a Irraria se había acabado la realización de un mantenimiento regular y completo. Archime se aseguraría de que el aceite que quedaba permanecía intacto, por lo que, cuidadosamente, vertió el escaso contenido del bote partido en el que se encontraba en buenas condiciones pero casi vacío.
Keiria ya había salido del cuarto tras conversar un poco más con él, conversación en la que el ingeniero le aseguró que no hacía falta que lo vigilasen ya que no era algo que sucediese todas las noches. Le dijo que trataría de buscar si existía algún patrón temporal en aquellos cambios de lugar con el fin de predecir cuándo sucedería y en cuyo caso sí le pediría ayuda para comprobarlo. Cuando la ibolense había salido por la puerta, el biomecánico permaneció de pie unos segundos, todavía frustrado por lo sucedido, hasta que su propia alucinación recurrente pareció activar un mecanismo en él e hizo que se dirigiera hacia el escritorio con el fin de emplear el tiempo hasta la hora de dormir en aprender algún hechizo nuevo. Al fin y al cabo, ya que Cío iba a tener que verse perjudicado debido a su capacidad para realizar magia, no podía dejar que fuese en vano.
Esa noche durmió en la cama y en ella seguía cuando se despertó. Lo primero que hizo tras levantarse fue comprobar que el aceite seguía a salvo en uno de los bolsillos de su bata, y a continuación se vistió para bajar a desayunar. Si alguien bajaba antes que Cío, se lo encontraría sentando comiendo en silencio un bollo irrense. Pero cuando el mencionado apareció, anunciando que se encontraba indispuesto para salir, Archime giró la cabeza en su dirección y, tras vacilar unos segundos, se levantó de la silla y se dirigió hacia él. A pocos pasos del chico, rebuscó en uno de sus bolsillos y sacó el bote de aceite, el cual tendió a Cío a continuación.
—Yo debo salir, te lo confío en mi ausencia.
Archime le dirigió una mirada parpadeante brevemente antes de desviar la vista hacia el suelo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
19/06/14, 02:45 am
Cío malamente fue consciente de cómo se sentía Archi, porque en cuanto asintió a su última propuesta se dirigió hacia el pasillo, murmurando una despedida. Puso rumbo al patio directamente, suponiendo que no había mejor aire fresco que el viento que se levantaba por las noches. Era, efectivamente, mucho más fácil de respirar, el frío lo hizo espabilar rápidamente.
Su cabreo con Archi fue fácil de aplacar. Para empezar, los botes eran suyos. De no haber sido por él ni siquiera habrían tenido con qué hacer mantenimiento alguno. Podría haber elegido incluso no compartirlos, pero evidentemente no iba a ser así. Nadie era especialmente culpable de que un animal se colase en el torreón y rompiese algo, él era tan culpable como podía serlo Archi, o incluso cualquier otro.
Pero saber eso no ayudaba en lo más mínimo, porque no tenía nada lógico a lo que echarle la culpa. Iba a ser como volver al comienzo, pero peor. No solo no podría aportar nada al grupo, sino que encima iba a ser una carga. El motivo de mayor peso que había tenido para esforzarse en hacer algo de provecho era no quedarse atrás, y no ser un mantenido. En momentos como aquel volvía a echar de menos tener uñas que morderse. Su papel en el grupo no dejaba de ser algo secundario, a fin de cuentas no era como si fuesen a echarlo a patadas, por lo que no era realmente lo peor del asunto. Simplemente veía el futuro bastante negro. Cada vez que había afirmado que seguiría moviendo los brazos “hasta que reventasen” lo decía como una posibilidad, no como una certeza. El resquicio que lo salvaba un poco de desesperarse era que su brazo derecho no tenía por qué dejar de moverse si eran cuidadosos con el reparto y él con lo que hacía. No debería salir del torreón para cuando estuviese tocado, y la idea era deprimente, pero al pasar el año volverían a moverse bien con un mantenimiento regular.
Fue pensando en cómo proceder. Inmovilizaría el brazo cuando llegase al punto de sentir los roces, con tal de no estropear las articulaciones. Para cuando terminó de contemplar todas las posibilidades, estaba más tranquilo, pero tremendamente desanimado. Y helado. Volvió al torreón con pasos silenciosos, pasando de largo del salón al notar que el brasero ya prácticamente se había apagado. No le quedó otra que arrebujarse entre las mantas, temblando no sabía si de frío o nervios, pero suponía que esencialmente lo primero. No se pudo decir que durmiera gran cosa esa noche. Para cuando entró en calor no faltaba nada para el amanecer, y por tanto no se levantó a la hora que solía. Cuando bajase, comunicaría que no se encontraba del todo bien para salir, aparte de por el cansancio, por los estornudos que se le escapaban a cada rato. Se preguntó si ya estaba sintiendo miedo de forzar los brazos durante la salida. También si debería poner a los demás al corriente antes de que hiciese evidente.
Cuando Archi se acercó tendiéndole el botecito lo cogió sin decir nada. Mientras Archi lo miraba a él, Cío miraba el bote, inexpresivo, hasta que cerró la mano en torno a este y se lo metió en el bolsillo.
―Espero que haya suerte en la salida ―le deseó―. Procura no volver hoy también para el arrastre. ―Lo cierto era que le habría gustado ir a él también. Se despidió de todos los demás con una fórmula parecida y una palmada en el hombro para el aprendiz y se fue a revolver en las cestas para sacar de ellas su desayuno. Aunque antes tuvo que pararse a buscar el pañuelo más cercano.
Su cabreo con Archi fue fácil de aplacar. Para empezar, los botes eran suyos. De no haber sido por él ni siquiera habrían tenido con qué hacer mantenimiento alguno. Podría haber elegido incluso no compartirlos, pero evidentemente no iba a ser así. Nadie era especialmente culpable de que un animal se colase en el torreón y rompiese algo, él era tan culpable como podía serlo Archi, o incluso cualquier otro.
Pero saber eso no ayudaba en lo más mínimo, porque no tenía nada lógico a lo que echarle la culpa. Iba a ser como volver al comienzo, pero peor. No solo no podría aportar nada al grupo, sino que encima iba a ser una carga. El motivo de mayor peso que había tenido para esforzarse en hacer algo de provecho era no quedarse atrás, y no ser un mantenido. En momentos como aquel volvía a echar de menos tener uñas que morderse. Su papel en el grupo no dejaba de ser algo secundario, a fin de cuentas no era como si fuesen a echarlo a patadas, por lo que no era realmente lo peor del asunto. Simplemente veía el futuro bastante negro. Cada vez que había afirmado que seguiría moviendo los brazos “hasta que reventasen” lo decía como una posibilidad, no como una certeza. El resquicio que lo salvaba un poco de desesperarse era que su brazo derecho no tenía por qué dejar de moverse si eran cuidadosos con el reparto y él con lo que hacía. No debería salir del torreón para cuando estuviese tocado, y la idea era deprimente, pero al pasar el año volverían a moverse bien con un mantenimiento regular.
Fue pensando en cómo proceder. Inmovilizaría el brazo cuando llegase al punto de sentir los roces, con tal de no estropear las articulaciones. Para cuando terminó de contemplar todas las posibilidades, estaba más tranquilo, pero tremendamente desanimado. Y helado. Volvió al torreón con pasos silenciosos, pasando de largo del salón al notar que el brasero ya prácticamente se había apagado. No le quedó otra que arrebujarse entre las mantas, temblando no sabía si de frío o nervios, pero suponía que esencialmente lo primero. No se pudo decir que durmiera gran cosa esa noche. Para cuando entró en calor no faltaba nada para el amanecer, y por tanto no se levantó a la hora que solía. Cuando bajase, comunicaría que no se encontraba del todo bien para salir, aparte de por el cansancio, por los estornudos que se le escapaban a cada rato. Se preguntó si ya estaba sintiendo miedo de forzar los brazos durante la salida. También si debería poner a los demás al corriente antes de que hiciese evidente.
Cuando Archi se acercó tendiéndole el botecito lo cogió sin decir nada. Mientras Archi lo miraba a él, Cío miraba el bote, inexpresivo, hasta que cerró la mano en torno a este y se lo metió en el bolsillo.
―Espero que haya suerte en la salida ―le deseó―. Procura no volver hoy también para el arrastre. ―Lo cierto era que le habría gustado ir a él también. Se despidió de todos los demás con una fórmula parecida y una palmada en el hombro para el aprendiz y se fue a revolver en las cestas para sacar de ellas su desayuno. Aunque antes tuvo que pararse a buscar el pañuelo más cercano.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
19/06/14, 01:59 pm
"¿Sabía que se le iba a olvidar todo?", fue lo primero que se le pasó por la cabeza a Taro al iniciarse la grabación. "¿Por qué no nos lo dijo?"
No estaba muy seguro de si el aprendiz prefería que le dejaran intimidad o qué. Miró dubitativo al resto de presentes, y en vista de que la mayoría no subían al salón pero tampoco se acercaban a ver el vídeo el carabés optó por hacer lo mismo. Parpadeó un poco cuando la grabación llegó a su parte, como si no se esperase aparecer.
-Es la primera vez que me nombran primero para algo- bromeó al final. Sin embargo las palabras del aprendiz de hacía meses atrás habían despertado en él una chispa, pequeña, de algo que sentía en muy escasas ocasiones.
Orgullo de sí mismo.
La mañana siguiente la pasó taciturno y de un humor turbio nada más levantarse. No le gustaba nada la noción de que el grupo fuese en masa precisamente a las casas carnívoras. Sin embargo las palabras del capullo del detective habían hecho sangre en lo que ya era un punto sensible y ahora Taro estaba dividido entre el orgullo herido y el sentido común, entre forzarse a acompañarles y no hacerlo.
No era cuestión de comerle la cabeza a nadie con sus problemas, de modo que se encerró en sí mismo esa mañana, dando vueltas por el torreón como un león enjaulado tratando de decidir qué hacer. Al final, sintiéndose un cobarde, les dejó marcharse sin haber conseguido armarse de valor para acompañarlos.
Asqueado de sí mismo bajó a la cocina a por algo de desayunar, ya que hasta saber si iba a salir o no no había decidido si comer allí tranquilamente o por el camino en un bote vacío. En ella, Cío tampoco parecía sentirse el alma de la fiesta en ese momento.
-Hace un frío de la hostia aquí a veces- comentó Taro con un bufido. Y era irónico decir eso porque en Carabás, fuera de las ciudades centrales, nevaba muchísimo. Sin embargo precisamente por eso el muchacho no estaba acostumbrado a un clima no regulado por la cúpula-. Era cuestión de tiempo que alguien pillase un catarro.
Al menos Cío sí tenía un motivo de peso para quedarse, le pinchó con mordacidad una esquinita de su mente. Taro la ignoró mientras hojeaba el libro de magia que se habían dejado allí el día anterior, para ver si el hechizo que habían aplicado a los críos de Lara en su momento podía servir como reconstituyente también para el irrense. "Tampoco es que pueda hacer gran cosa con él si lo encuentro."
-Le podemos pedir a Ippon que lo intente- dijo lacónicamente cuando lo encontró-. Porque Lara no lo va a querer ni tocar. Es eso o esperar a que los magos vuelvan de la exploración- se le coló un deje extraño, entre el desánimo y el despecho, en esa frase. En ese momento Taro no se sentía muy a buenas con todo el que fuese más útil que él.
No estaba muy seguro de si el aprendiz prefería que le dejaran intimidad o qué. Miró dubitativo al resto de presentes, y en vista de que la mayoría no subían al salón pero tampoco se acercaban a ver el vídeo el carabés optó por hacer lo mismo. Parpadeó un poco cuando la grabación llegó a su parte, como si no se esperase aparecer.
-Es la primera vez que me nombran primero para algo- bromeó al final. Sin embargo las palabras del aprendiz de hacía meses atrás habían despertado en él una chispa, pequeña, de algo que sentía en muy escasas ocasiones.
Orgullo de sí mismo.
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La mañana siguiente la pasó taciturno y de un humor turbio nada más levantarse. No le gustaba nada la noción de que el grupo fuese en masa precisamente a las casas carnívoras. Sin embargo las palabras del capullo del detective habían hecho sangre en lo que ya era un punto sensible y ahora Taro estaba dividido entre el orgullo herido y el sentido común, entre forzarse a acompañarles y no hacerlo.
No era cuestión de comerle la cabeza a nadie con sus problemas, de modo que se encerró en sí mismo esa mañana, dando vueltas por el torreón como un león enjaulado tratando de decidir qué hacer. Al final, sintiéndose un cobarde, les dejó marcharse sin haber conseguido armarse de valor para acompañarlos.
Asqueado de sí mismo bajó a la cocina a por algo de desayunar, ya que hasta saber si iba a salir o no no había decidido si comer allí tranquilamente o por el camino en un bote vacío. En ella, Cío tampoco parecía sentirse el alma de la fiesta en ese momento.
-Hace un frío de la hostia aquí a veces- comentó Taro con un bufido. Y era irónico decir eso porque en Carabás, fuera de las ciudades centrales, nevaba muchísimo. Sin embargo precisamente por eso el muchacho no estaba acostumbrado a un clima no regulado por la cúpula-. Era cuestión de tiempo que alguien pillase un catarro.
Al menos Cío sí tenía un motivo de peso para quedarse, le pinchó con mordacidad una esquinita de su mente. Taro la ignoró mientras hojeaba el libro de magia que se habían dejado allí el día anterior, para ver si el hechizo que habían aplicado a los críos de Lara en su momento podía servir como reconstituyente también para el irrense. "Tampoco es que pueda hacer gran cosa con él si lo encuentro."
-Le podemos pedir a Ippon que lo intente- dijo lacónicamente cuando lo encontró-. Porque Lara no lo va a querer ni tocar. Es eso o esperar a que los magos vuelvan de la exploración- se le coló un deje extraño, entre el desánimo y el despecho, en esa frase. En ese momento Taro no se sentía muy a buenas con todo el que fuese más útil que él.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
19/06/14, 02:47 pm
Aquella noche, Lara dormiría abrazada a los huesos, llorando desconsolada y cantando entre sollozos, de nuevo, nanas susurradas. Esta vez, sin embargo, la destinataria era ella misma. Durante unos segundos los había vuelto a ver dentro de esa celda, vivos y despreocupados como habían sido hacía unos meses. Aquel artefacto tecnológico de Shaco se los había traído de vuelta por unos instantes y, aunque la madre sabía que no eran reales, que no eran más que recuerdos reflejados en una pantalla, los había sentido tan cerca que casi había podido tocarlos como cuando los acunaba en su regazo. Le había costado semanas hacerse fuerte, sobreponerse y convencerse de que podía con todo, y le habían bastado segundos para desmoronarse. <<No es justo>> se lamía las heridas con esa frase, repitiéndola como si de un salmo curativo se tratara. No era justo, claro que no; pero era real. Era lo único real para ella: Rica y Randa solo eran huesos, polvo, recuerdos y, si es que existía algo más allá de la muerte, quizás almas o fantasmas errantes. No había más. <<No es justo>>. En absoluto lo era.
La ordesa que se levantó a la mañana siguiente era poco más que una bola de pelo legañosa y muerta en vida. Lara guardaría a sus bebés en el marsupio, se pondría el tocado con el molinillo en la cabeza y subiría a esconderse en su rincón al final de las escaleras. Se sentó en el último escalón, recostándose sobre una de las paredes, y clavó su mirada ausente en la pared de enfrente. Una mano quedaría sobre el marsupio y la otra, haría girar y girar el molinillo al mismo ritmo que fluían los pensamientos de la madre. En aquellos momentos recordaba su llegada a la ciudad, su estúpido entusiasmo por volar por culpa de un puñado de historias de ficción, y se preguntaba en qué momento de su vida la habían drogado para ser así de tonta.
Con ese y otros pensamientos vejatorios hacia su persona, Lara se inclinó hacia la pared de huesos que había construído hacía ya meses y apoyó la cabeza. No tardaría en sumergirse en un sueño ligero.
La ordesa que se levantó a la mañana siguiente era poco más que una bola de pelo legañosa y muerta en vida. Lara guardaría a sus bebés en el marsupio, se pondría el tocado con el molinillo en la cabeza y subiría a esconderse en su rincón al final de las escaleras. Se sentó en el último escalón, recostándose sobre una de las paredes, y clavó su mirada ausente en la pared de enfrente. Una mano quedaría sobre el marsupio y la otra, haría girar y girar el molinillo al mismo ritmo que fluían los pensamientos de la madre. En aquellos momentos recordaba su llegada a la ciudad, su estúpido entusiasmo por volar por culpa de un puñado de historias de ficción, y se preguntaba en qué momento de su vida la habían drogado para ser así de tonta.
Con ese y otros pensamientos vejatorios hacia su persona, Lara se inclinó hacia la pared de huesos que había construído hacía ya meses y apoyó la cabeza. No tardaría en sumergirse en un sueño ligero.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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