Barrio Gigante
+12
Bellota
Aes
Neith2
Dal
Jack
Alicia
Giniroryu
Tak
Yber
Naeryan
Poblo
Rocavarancolia Rol
16 participantes
- Rocavarancolia Rol
Barrio Gigante
04/04/14, 01:24 am
Recuerdo del primer mensaje :
Los mayores edificios de Rocavarancolia se encuentran aquí. Acomodada a su talla, fue el hogar de la mayoría de los transformados en gigante o de aquellos que necesitasen de recintos de grandes dimensiones.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Barrio Gigante
22/07/16, 08:38 pm
-¡Sí, subamos! ¿Alguno tiene guan…- la alegre contestación de Mónica a la invitación de T-fichas se vio cortada ante el sonido silbante de un proyectil cruzando el aire y clavándose en algo con un desagradable sonido parecido a la caída y rotura de una sandía en el suelo.
La chica se dio la vuelta como a cámara lenta, esperando que nadie hubiera salido herido y con el corazón latiendo a toda velocidad. No había sido así. Para Mónica el tiempo se ralentizó cuando vio el cuerpecillo de Zana semidesplomado, sujeto sólo por el virote que le atravesaba la frente: no era la primera vez que la madrileña veía la muerte, pero era la primera vez que la veía de ese modo. Era medianamente consciente de los gritos que se estaban pegando, una voz desconocida, las voces de los demás… pero el pitido de sus oídos le impedía escuchar lo que se estaba diciendo. Dio un paso hacia la niña: llevaba un tiempo ignorándola, no a propósito, sino que no había podido soportar la nostalgia de otra persona junto a la suya, por lo que había tratado de evitarla en lo más posible aunque la pequeña seguía buscándola por las noches, a la hora de dormir. Una especie de sollozo ahogado salió de su garganta mientras estiraba la mano hacia ella, como tratando estúpidamente de reanimarla de ese modo.
En ese momento algo duro se clavó en su estómago y la chica se vio elevada y cargada al hombro de uno de los nublinos. El mundo se puso en marcha de nuevo y la chica soltó un un par de imprecaciones bastante fuertes mientras se retorcía como una lombriz tratando de salir de allí, viendo por el rabillo del ojo cómo Cenizo recogía el cuerpo de la niña y cómo se ponían en marcha para irse de allí.
-¡¿Qué has hecho?!- gritó a todo volumen hacia la voz del propietario de la casa, del asesino de Zana. No, no Zana. Nad. Se merecía que la llamara por su nombre, al menos esta vez. -¡No! ¡Era una niña! ¡Era sólo una niña! ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Quiero matar a ese hijo de puta!- se revolvió con más fuerza sobre el hombro de Roño, quien ignoraba sus imprecaciones, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Roño no la puso en el suelo, sin embargo, sino que siguió cargando con ella mientras gritaba y pataleaba.
La chica se dio la vuelta como a cámara lenta, esperando que nadie hubiera salido herido y con el corazón latiendo a toda velocidad. No había sido así. Para Mónica el tiempo se ralentizó cuando vio el cuerpecillo de Zana semidesplomado, sujeto sólo por el virote que le atravesaba la frente: no era la primera vez que la madrileña veía la muerte, pero era la primera vez que la veía de ese modo. Era medianamente consciente de los gritos que se estaban pegando, una voz desconocida, las voces de los demás… pero el pitido de sus oídos le impedía escuchar lo que se estaba diciendo. Dio un paso hacia la niña: llevaba un tiempo ignorándola, no a propósito, sino que no había podido soportar la nostalgia de otra persona junto a la suya, por lo que había tratado de evitarla en lo más posible aunque la pequeña seguía buscándola por las noches, a la hora de dormir. Una especie de sollozo ahogado salió de su garganta mientras estiraba la mano hacia ella, como tratando estúpidamente de reanimarla de ese modo.
En ese momento algo duro se clavó en su estómago y la chica se vio elevada y cargada al hombro de uno de los nublinos. El mundo se puso en marcha de nuevo y la chica soltó un un par de imprecaciones bastante fuertes mientras se retorcía como una lombriz tratando de salir de allí, viendo por el rabillo del ojo cómo Cenizo recogía el cuerpo de la niña y cómo se ponían en marcha para irse de allí.
-¡¿Qué has hecho?!- gritó a todo volumen hacia la voz del propietario de la casa, del asesino de Zana. No, no Zana. Nad. Se merecía que la llamara por su nombre, al menos esta vez. -¡No! ¡Era una niña! ¡Era sólo una niña! ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Quiero matar a ese hijo de puta!- se revolvió con más fuerza sobre el hombro de Roño, quien ignoraba sus imprecaciones, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Roño no la puso en el suelo, sin embargo, sino que siguió cargando con ella mientras gritaba y pataleaba.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: ¿?
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: ¿?
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Tayron: T-fichas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Barrio Gigante
23/07/16, 03:42 am
Lorenzo
No esperabase mucha cosa de aquel sitio, tan solo tratabase de almenas diseñadas por algún ingeniero enajenado, posiblemente ingles, que tanto ansiaba la fama que decidiosela labrar con malgasto y rareces varias que tan solo estorbarian a las gentes de la zona. No estaba muy en pos de hallanar morada, mas dirigiose con los demás a dentro, pues poco podria aburrirse con semejante panda de rapaces.
—Cuidado donde piseis.-avisoles.-Non me gusta el estado de esta hacienda...—
Mas ay, las palabras dolieronle por siempre en el pecho. No eran ellos, los nenos, quienes non tuvieron cuidado. Distraido, el diestro llegó a decimas de segundo de presenciar la tragedia. La ternura con la que la carne de la niña concavó hacia dentro, la brutalidad con la que el virote forzó su entrada concavandole el cráneo, la brutalidad con la que quedó compugnada cual macabro poster a la madera, dejole desalmado, desvanecido y a la vez, lleno de sed de sangre.
Comenzo a hiperventilarse, paralizado en el sitio por la escena. Ahondaba en un gruñido mientras girábase a enfocar a quien habia osado el disparo a tan inocente cordero. Miedo, sangre y adrenalina arrebujabase mientras la su voz tronaba, como la de un monstruo, justificabase por tal acto ignomio y aborrecible. Jaleaba asi mientras desenvainaba a Extranjera. Ahondaba en su pecho la sed de venganza de ajuste. Sentia el diestro que la pequeña Nad non podria ir al cielo en paz si aquel bastardo, aquel diablo que eligiola como su presa en vez de por ejemplo a el.
Oia los chillidos de los demás llamandose a retirarse, en pos de non sufrir tal destino brutal. Dejo caer la vaina al suelo con desgana. Los pies pegados al suelo mientras Mónica chillaba y pataleaba mientras arrastrabanla afuera si tal de sus emociones arrastrasenla a una tumba prematura. Picole el bigote e, instintivamente, rascoselo con la mano libre. Disasociando la situación, se habia puesto a caminar, pero a la dirección opuesta.
Fue y examinó con alma en pena como el joven eriel cargó con el diminuto cadaver de la niña en sus brazos y ya habiase echado a correr, escaleras arriba.
—¡El hombre, ignorado a Dios ha! ¡Ya que la ira de Dios revelase contra toda impiedad e injusticia de los hombres!—salmodió iracundo, subiendo las escaleras de tres en tres.
Si recargabase el arma, esperaria al último segundo para la argucia de la destreza burda y asi arrojarle el sombrero de ala complicandole el blanco a la vez que reduciria su figura, en pos de ganar los últimos metros que le separaban para endiñarle una estocada de fondo con Extranjera.
No esperabase mucha cosa de aquel sitio, tan solo tratabase de almenas diseñadas por algún ingeniero enajenado, posiblemente ingles, que tanto ansiaba la fama que decidiosela labrar con malgasto y rareces varias que tan solo estorbarian a las gentes de la zona. No estaba muy en pos de hallanar morada, mas dirigiose con los demás a dentro, pues poco podria aburrirse con semejante panda de rapaces.
—Cuidado donde piseis.-avisoles.-Non me gusta el estado de esta hacienda...—
Mas ay, las palabras dolieronle por siempre en el pecho. No eran ellos, los nenos, quienes non tuvieron cuidado. Distraido, el diestro llegó a decimas de segundo de presenciar la tragedia. La ternura con la que la carne de la niña concavó hacia dentro, la brutalidad con la que el virote forzó su entrada concavandole el cráneo, la brutalidad con la que quedó compugnada cual macabro poster a la madera, dejole desalmado, desvanecido y a la vez, lleno de sed de sangre.
Comenzo a hiperventilarse, paralizado en el sitio por la escena. Ahondaba en un gruñido mientras girábase a enfocar a quien habia osado el disparo a tan inocente cordero. Miedo, sangre y adrenalina arrebujabase mientras la su voz tronaba, como la de un monstruo, justificabase por tal acto ignomio y aborrecible. Jaleaba asi mientras desenvainaba a Extranjera. Ahondaba en su pecho la sed de venganza de ajuste. Sentia el diestro que la pequeña Nad non podria ir al cielo en paz si aquel bastardo, aquel diablo que eligiola como su presa en vez de por ejemplo a el.
Oia los chillidos de los demás llamandose a retirarse, en pos de non sufrir tal destino brutal. Dejo caer la vaina al suelo con desgana. Los pies pegados al suelo mientras Mónica chillaba y pataleaba mientras arrastrabanla afuera si tal de sus emociones arrastrasenla a una tumba prematura. Picole el bigote e, instintivamente, rascoselo con la mano libre. Disasociando la situación, se habia puesto a caminar, pero a la dirección opuesta.
Fue y examinó con alma en pena como el joven eriel cargó con el diminuto cadaver de la niña en sus brazos y ya habiase echado a correr, escaleras arriba.
—¡El hombre, ignorado a Dios ha! ¡Ya que la ira de Dios revelase contra toda impiedad e injusticia de los hombres!—salmodió iracundo, subiendo las escaleras de tres en tres.
Si recargabase el arma, esperaria al último segundo para la argucia de la destreza burda y asi arrojarle el sombrero de ala complicandole el blanco a la vez que reduciria su figura, en pos de ganar los últimos metros que le separaban para endiñarle una estocada de fondo con Extranjera.
- Neith2
Ficha de cosechado
Nombre: Dafne
Especie: Humana
Habilidades: Habilidad mental, sentido común, reflejos
Barrio Gigante.
23/07/16, 05:39 pm
La propuesta de Eriel, resonó en la cabeza de la Noruega <<Entrar en ese edificio sin saber lo que puede haber...no me da buena espina<<, aunque lo pensó no quiso decirlo, no quería parecer una niña pequeña con miedo a entrar en sitios oscuros,de todos modos iban en grupo <<Nada, malo puede pasar>>, dijo ella engañándose así misma ya que no estaba muy convencida de lo que decía, puesto que en sus pensamientos más internos pervivía presentimientos no muy buenos. Intentó olvidarse de aquello y seguir adelante como una buena aventurera.
-¡Hala! este lugar es fantástico, parecía más peligroso pero por lo que veo es seguro, aunque algo oscuro, claro-Diciendo esto último con voz un poco temblorosa debido al "débil" miedo que sentía en su interior.
Todo parecía ir de maravilla, la oscuridad parecía no ser un obstáculo y mucho menos no parecía esconder peligro alguno.
-Oye... que se supone que...-quería terminar pero no pudo una voz ronca y despavorida hizo eco en las paredes de aquel edificio, haciendo que todo temblase, pero antes de eso se escuchó un pequeño grito procedente de alguien...
Bajó con los demás sin pronunciar palabras temiendo a que fuese lo que fuera que hubo pronunciado tales palabras de gran amenaza no le hiciese daño ni a ella ni a Tay principalmente.
-¿¡Qué leches pasa, joder!?- exclamó mientras Tay la socorría cogiéndola de la muñeca e intentándola arrastrar al exterior.
Bajando vio algo, no se lo podía creer ni ella ni los demás... El cuerpo sin vida de una de sus compañeros.
-Nad...-Pronunció tristemente y aterrorizada...-No puede ser, me cago en...¿Quién era la mierda esa que hablaba?, ¿Qué derecho tiene de matarla?-de mientras por las mejillas de la noruega corrían unas lágrimas ligeras que arrastraban furia y dolor, por la pérdida de su amiga.
En aquella ciudad la paz y la tranquilidad acabó en aquellos momentos para Dafne, a partir de ahora todo se enfrentaría en una guerra, no todo sería igual, todos vivirían con el miedo en la sangre al ver tal instante.
-Tay, vayamos a casa por favor... No quiero ver eso- masculló mientras se escondía entre su hombro soltando algunas lágrimas, continuó diciendo -Si no hubiese sido por ti que me cogiste del brazo ahora mismo estaría así también joder, quería ser fuerte y valiente, pero tristemente la ciudad esta, no está hecha para mí...
-¡Hala! este lugar es fantástico, parecía más peligroso pero por lo que veo es seguro, aunque algo oscuro, claro-Diciendo esto último con voz un poco temblorosa debido al "débil" miedo que sentía en su interior.
Todo parecía ir de maravilla, la oscuridad parecía no ser un obstáculo y mucho menos no parecía esconder peligro alguno.
-Oye... que se supone que...-quería terminar pero no pudo una voz ronca y despavorida hizo eco en las paredes de aquel edificio, haciendo que todo temblase, pero antes de eso se escuchó un pequeño grito procedente de alguien...
Bajó con los demás sin pronunciar palabras temiendo a que fuese lo que fuera que hubo pronunciado tales palabras de gran amenaza no le hiciese daño ni a ella ni a Tay principalmente.
-¿¡Qué leches pasa, joder!?- exclamó mientras Tay la socorría cogiéndola de la muñeca e intentándola arrastrar al exterior.
Bajando vio algo, no se lo podía creer ni ella ni los demás... El cuerpo sin vida de una de sus compañeros.
-Nad...-Pronunció tristemente y aterrorizada...-No puede ser, me cago en...¿Quién era la mierda esa que hablaba?, ¿Qué derecho tiene de matarla?-de mientras por las mejillas de la noruega corrían unas lágrimas ligeras que arrastraban furia y dolor, por la pérdida de su amiga.
En aquella ciudad la paz y la tranquilidad acabó en aquellos momentos para Dafne, a partir de ahora todo se enfrentaría en una guerra, no todo sería igual, todos vivirían con el miedo en la sangre al ver tal instante.
-Tay, vayamos a casa por favor... No quiero ver eso- masculló mientras se escondía entre su hombro soltando algunas lágrimas, continuó diciendo -Si no hubiese sido por ti que me cogiste del brazo ahora mismo estaría así también joder, quería ser fuerte y valiente, pero tristemente la ciudad esta, no está hecha para mí...
- InvitadoInvitado
Re: Barrio Gigante
25/07/16, 02:50 am
Hubo lo que se esperaba: insultos, gritos, llantos. El envalentonamiento del chico del sombrero raro, sin embargo, era menos común. Había oído de ello más veces, claro, situaciones en las que en lugar de correr de un peligro alguien lo encara como si tuviera alguna posibilidad, y en parte admiraba los cojones del muchacho, pero no estaba de humor. Se tomó solo unos segundos para pasarse la mano por la frente sudorosa y echarse el pelo grasiento hacia atrás, entonces saltó.
Ya no había nada humano en aquel personaje, ahora era una masa negra que se confundía en la oscuridad de la casa. Cayó sobre Lorenzo con las alas extendidas y con una enorme garra lo levantó del suelo, inmovilizándole los brazos contra el torso. Apretó con fuerza para que soltase la espada y se lo llevó hacia el segundo piso. Había una ventana abierta en un rellano, necesitaba aire fresco y mantener la casa bien ventilada mientras se recuperaba. Se enganchó al marco con las garras delanteras y lanzó al chico por la ventana. Con suerte caería en algo blando, o no, no era su problema.
Lorenzo tuvo suerte. La casa de al lado era más baja que la del animorfo y el tejado estaba podrido. El español frenó su caída atravesando el techo y dio con sus huesos en el suelo de madera del primer piso, que aunque crujió de forma peligrosa no se rompió. No estaba muerto, pero se había roto un brazo, y posiblemente alguna costilla. Además estaba el hecho de que había perdido la espada.
Ya no había nada humano en aquel personaje, ahora era una masa negra que se confundía en la oscuridad de la casa. Cayó sobre Lorenzo con las alas extendidas y con una enorme garra lo levantó del suelo, inmovilizándole los brazos contra el torso. Apretó con fuerza para que soltase la espada y se lo llevó hacia el segundo piso. Había una ventana abierta en un rellano, necesitaba aire fresco y mantener la casa bien ventilada mientras se recuperaba. Se enganchó al marco con las garras delanteras y lanzó al chico por la ventana. Con suerte caería en algo blando, o no, no era su problema.
Lorenzo tuvo suerte. La casa de al lado era más baja que la del animorfo y el tejado estaba podrido. El español frenó su caída atravesando el techo y dio con sus huesos en el suelo de madera del primer piso, que aunque crujió de forma peligrosa no se rompió. No estaba muerto, pero se había roto un brazo, y posiblemente alguna costilla. Además estaba el hecho de que había perdido la espada.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Barrio Gigante
25/07/16, 01:28 pm
El muchacho arrastraba a la noruega hacia fuera con el corazón latiéndole fuerte en el pecho pidiendo a gritos salir, sentía una extraña sensación que le martilleaba en la cabeza, Tay era consciente de casi todo lo que pasaba a su alrededor y a la vez no, sabía lo que pasaba pero lo escuchaba todo en un segundo plano, como si no estuviese allí. Sentía sus manos sudosas agarrar con fuerza las de Dafne, de fondo oía a Mónica gritar y a la noruega que le preguntaba que pasaba. Él, como un zombi, avanzaba con la imagen del rostro de Nad atacándole, sus ojos sin vida eran dos luceros de muerte que le observaban desde el rincón mas oscuro de su cabeza.
Llegaron a la salida o al menos eso fue lo que el belga creía, se permitió respirar mientras contemplaba con ojos empañados el cuerpo de la belga. No fue hasta que Dafne apoyó su cabeza contra sus hombros que reaccionó para estabilizarla, sin saber siquiera si él estaba bien.
-Eh...eh...vamos mírame, escucha- notaba la garganta seca y resentida a pesar de que no había gritado en ningún momento, aún con nervios y un fuerte instinto para seguir corriendo se detuvo una vez creyó que estaba a salvo. Escuchó a la muchacha hablar asustada y con manos temblorosas le apartó un mechón pegajoso de la frente para poder mirarla a los ojos, levantó su barbilla para que también ella hiciera lo mismo- estás bien, estoy bien, mantén la calma- le dijo en un tono que ni siquiera él supo interpretar, era tan difícil mostrarse tranquilizador cuando ni siquiera él mismo parecía procesar la muerta de la chiquilla...- si no hubiese sido por mí y mis ganas de entrar en alguna casa no habría pasado esto- le dijo sin parar de levantar la cabeza, aún creía que no podían detenerse, si por él fuera seguirían sin parar a Maciel pero solo le bastó una ojeada para comprender que faltaba Lorenzo, el español tendría que haberse retrasado. Como si el destino le respondiese un estruendo rompió el sonido de la calle vacía- ¿Habéis oído?- preguntó en voz alta con un leve temblor al hablar, tenía que admitirlo, estaba acojonado y en aquel momento todo lo que desconocía como aquel ruido lo asociaba a malas noticias.
Llegaron a la salida o al menos eso fue lo que el belga creía, se permitió respirar mientras contemplaba con ojos empañados el cuerpo de la belga. No fue hasta que Dafne apoyó su cabeza contra sus hombros que reaccionó para estabilizarla, sin saber siquiera si él estaba bien.
-Eh...eh...vamos mírame, escucha- notaba la garganta seca y resentida a pesar de que no había gritado en ningún momento, aún con nervios y un fuerte instinto para seguir corriendo se detuvo una vez creyó que estaba a salvo. Escuchó a la muchacha hablar asustada y con manos temblorosas le apartó un mechón pegajoso de la frente para poder mirarla a los ojos, levantó su barbilla para que también ella hiciera lo mismo- estás bien, estoy bien, mantén la calma- le dijo en un tono que ni siquiera él supo interpretar, era tan difícil mostrarse tranquilizador cuando ni siquiera él mismo parecía procesar la muerta de la chiquilla...- si no hubiese sido por mí y mis ganas de entrar en alguna casa no habría pasado esto- le dijo sin parar de levantar la cabeza, aún creía que no podían detenerse, si por él fuera seguirían sin parar a Maciel pero solo le bastó una ojeada para comprender que faltaba Lorenzo, el español tendría que haberse retrasado. Como si el destino le respondiese un estruendo rompió el sonido de la calle vacía- ¿Habéis oído?- preguntó en voz alta con un leve temblor al hablar, tenía que admitirlo, estaba acojonado y en aquel momento todo lo que desconocía como aquel ruido lo asociaba a malas noticias.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Barrio Gigante
25/07/16, 08:45 pm
Lorenzo
Habia alcanzado su sombrero para cuando el ser, porque descubriria a su pesar que poco humano era, se abalanzó sobre el diestro. Digirió con temor la situación cuando sus brazos y pecho fueron hechos presos por la tenaz e impia maldad de aquel constructo demoniaco. Tan mal cogiole, que obligole a soltar a extranjera, que tranqueteó, escaleras abajo, hasta desaparecer de su vista.
Subiole por las escaleras, el diestro todavia peleandole la tenaza, incluso propinole un cabezazo con la testa desnuda, justo antes de perspicarse que se hallaba suspendido por una ventana, tan solo sujetandole lo justo para arrojarle. Pataleo el diestro, indefenso hacia la gravedad, hasta que la figura de la criatura desvaneciose cuando su espalda dio con algo duro que quebró, al igual que su cuerpo que dió a parar con sus costillas para su pesar, mientras que lisonjas de madera cedian ante la caida, atravesaba más distancia y más se destrozaba su cuerpo, girose en mitad del aire, cual gato vizcaino, en pos de agarrarse de un saliente, pero escapose de su alcance y cayó, una vez más, a plomo, contra el suelo de la vivienda.
Un gemido seco escapose de su bigote. Conmoviale un gran dolor. Seria la primera vez que le lanzaban fuera de una ventana, aunque no la primera en aquellas heridas. Acababa de arruinarsele medio cuerpo y apenas pudo hacer nada al respecto y, sin embargo, non habiale matado, al contrario que con Nad. Golpeó con el puño seco contra el suelo, levantandose una pequeña cortina de polvo cególe, al igual que algún tosido arrancole. Giróse sobe su espalda, diablos y maldiciones entre dientes mientras que incoporabase con el brazo sano.
Non cejaria. No asi. No sin vengar a la pequeña Nad. Impulsose casi de un salto, y de tan rápido que subio, tan rápido que volvió a bajar, al sentir el latigazo de castigo de sus costillas dieronle de palos, trastabillando con una silla, quebrandola y cayendo a plomo una vez más.
Unos resoplidos más tarde, habiase alzado en la puerta que daba en la salida. Gruñó. No se habia dado por vencido aún. Lorenzo saldria con la cabeza de la bestia o con las botas por delante, non habia otra altenativa para el diestro, mientras se arrastraba hacia donde veia a los demás, pudo notar la fatalidad de la situación, y diole igual, para entonces acercarse a los demás y, de un vistazo rápido, decidió que tendria que valer con las cartas que habiansele repartido. Alcanzó la espada de Barael y arrebatosela con firmeza, comprobando el peso y equilibrio del arma, entonces murmuró.
—Como los alemanes hagan, asi pues hare yo.—declaró con voz rota y comenzó a arrastrarse de vuelta a la puerta de la casa de la bestia asi con sigo, tamaña espada, destinada a ser blandida con ambas manos, apenas alzando la punta de su propia cadera.
Habia alcanzado su sombrero para cuando el ser, porque descubriria a su pesar que poco humano era, se abalanzó sobre el diestro. Digirió con temor la situación cuando sus brazos y pecho fueron hechos presos por la tenaz e impia maldad de aquel constructo demoniaco. Tan mal cogiole, que obligole a soltar a extranjera, que tranqueteó, escaleras abajo, hasta desaparecer de su vista.
Subiole por las escaleras, el diestro todavia peleandole la tenaza, incluso propinole un cabezazo con la testa desnuda, justo antes de perspicarse que se hallaba suspendido por una ventana, tan solo sujetandole lo justo para arrojarle. Pataleo el diestro, indefenso hacia la gravedad, hasta que la figura de la criatura desvaneciose cuando su espalda dio con algo duro que quebró, al igual que su cuerpo que dió a parar con sus costillas para su pesar, mientras que lisonjas de madera cedian ante la caida, atravesaba más distancia y más se destrozaba su cuerpo, girose en mitad del aire, cual gato vizcaino, en pos de agarrarse de un saliente, pero escapose de su alcance y cayó, una vez más, a plomo, contra el suelo de la vivienda.
Un gemido seco escapose de su bigote. Conmoviale un gran dolor. Seria la primera vez que le lanzaban fuera de una ventana, aunque no la primera en aquellas heridas. Acababa de arruinarsele medio cuerpo y apenas pudo hacer nada al respecto y, sin embargo, non habiale matado, al contrario que con Nad. Golpeó con el puño seco contra el suelo, levantandose una pequeña cortina de polvo cególe, al igual que algún tosido arrancole. Giróse sobe su espalda, diablos y maldiciones entre dientes mientras que incoporabase con el brazo sano.
Non cejaria. No asi. No sin vengar a la pequeña Nad. Impulsose casi de un salto, y de tan rápido que subio, tan rápido que volvió a bajar, al sentir el latigazo de castigo de sus costillas dieronle de palos, trastabillando con una silla, quebrandola y cayendo a plomo una vez más.
Unos resoplidos más tarde, habiase alzado en la puerta que daba en la salida. Gruñó. No se habia dado por vencido aún. Lorenzo saldria con la cabeza de la bestia o con las botas por delante, non habia otra altenativa para el diestro, mientras se arrastraba hacia donde veia a los demás, pudo notar la fatalidad de la situación, y diole igual, para entonces acercarse a los demás y, de un vistazo rápido, decidió que tendria que valer con las cartas que habiansele repartido. Alcanzó la espada de Barael y arrebatosela con firmeza, comprobando el peso y equilibrio del arma, entonces murmuró.
—Como los alemanes hagan, asi pues hare yo.—declaró con voz rota y comenzó a arrastrarse de vuelta a la puerta de la casa de la bestia asi con sigo, tamaña espada, destinada a ser blandida con ambas manos, apenas alzando la punta de su propia cadera.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Barrio Gigante
26/07/16, 01:42 am
Mónica lloraba y gritaba en su hombro, revolviéndose, pero era inútil, el brazo del nublino parecía sujetarla tan firme como el propio hierro de la armadura. Su hermano marchaba delante y casi todos los demás también estaban saliendo de allí como era lógico sin embargo fue imposible no percatarse de la marcha de Lorenzo contra el transformado. Pero no había tiempo para girar e interponerse, la prioridad era su hermano y no se pensaba despegar de él.
Una vez afuera no dejó a Mónica hasta que no estuvieron al menos algo lejos. La dejó con más delicadeza, procurando que la armadura no le hiciese aun más daño. El estruendo de un techo rompiéndose hizo fácil saber que había pasado con Lorenzo, la perdida de alguien que podía entrenarlos era muy grave.
Pero seguía habiendo una prioridad para él, inmediatamente se dirigió hacia su hermano cortando un buen trozo de su camisa y cuando llegó hasta él tapó la cabeza de la pequeña con la tela.
Sabía perfectamente que estaría pensando, "yo os hice entrar ahí, es mi culpa", pero no pensaba dejarle hundirse en eso.
Le puso una mano en el hombro y le habló asegurándose de que le miraba a los ojos.
-Escúchame bien, no es solo culpa tuya, ¿de acuerdo?, todos decidimos que queríamos entrar y ninguno de nosotros después de tanto tiempo podríamos saber que pasaría esto. -Se acercó a su oído susurrándole.
-Cuando nos alcemos podremos cambiar todo esto. -Volvió a como estaba.
-Se fuerte, honraremos su muerte como se merece. -La mirada de Barael había perdido toda sensación de mirar más allá, Eriel podía ver como los ojos de su hermano estaban completamente centrados en él.
En ese momento de distracción Lorenzo apareció sin que Barel se diera cuenta y sacó su espada bastarda de la funda en un gesto rápido, encarándose obviamente de nuevo al ciudadano. Lorenzo estaba ya gravemente herido pero era casi indispensable para sobrevivir a ojos de Barael por lo que con una mano agarró su brazo bueno, deteniéndole. Tenía que convencerle de manera simple y no tenía tiempo de pensar en nada, así que soltó lo que sentía cambiando el singular a plural.
-Un grupo de niños está cargando el cadáver de una cría Lorenzo. No les hagas tener que cargar dos. -En los ojos de Barael no había miedo ni tristeza, en ellos ardía una furia helada que se contenía a sí misma, reflejada en la presión del agarre del nublino cuyos curtidos músculos y tendones por la años de artesanía hacían doloroso el clavar de sus dedos. Habló otra vez intentando imitar su dialecto.
-Brinda paz ahora a la pequeña y no des pues más sangre a tus camaradas. -Hizo una pequeña pausa. -Créeme Lorenzo, zanjaremos este asunto. Te lo prometo.
Una vez afuera no dejó a Mónica hasta que no estuvieron al menos algo lejos. La dejó con más delicadeza, procurando que la armadura no le hiciese aun más daño. El estruendo de un techo rompiéndose hizo fácil saber que había pasado con Lorenzo, la perdida de alguien que podía entrenarlos era muy grave.
Pero seguía habiendo una prioridad para él, inmediatamente se dirigió hacia su hermano cortando un buen trozo de su camisa y cuando llegó hasta él tapó la cabeza de la pequeña con la tela.
Sabía perfectamente que estaría pensando, "yo os hice entrar ahí, es mi culpa", pero no pensaba dejarle hundirse en eso.
Le puso una mano en el hombro y le habló asegurándose de que le miraba a los ojos.
-Escúchame bien, no es solo culpa tuya, ¿de acuerdo?, todos decidimos que queríamos entrar y ninguno de nosotros después de tanto tiempo podríamos saber que pasaría esto. -Se acercó a su oído susurrándole.
-Cuando nos alcemos podremos cambiar todo esto. -Volvió a como estaba.
-Se fuerte, honraremos su muerte como se merece. -La mirada de Barael había perdido toda sensación de mirar más allá, Eriel podía ver como los ojos de su hermano estaban completamente centrados en él.
En ese momento de distracción Lorenzo apareció sin que Barel se diera cuenta y sacó su espada bastarda de la funda en un gesto rápido, encarándose obviamente de nuevo al ciudadano. Lorenzo estaba ya gravemente herido pero era casi indispensable para sobrevivir a ojos de Barael por lo que con una mano agarró su brazo bueno, deteniéndole. Tenía que convencerle de manera simple y no tenía tiempo de pensar en nada, así que soltó lo que sentía cambiando el singular a plural.
-Un grupo de niños está cargando el cadáver de una cría Lorenzo. No les hagas tener que cargar dos. -En los ojos de Barael no había miedo ni tristeza, en ellos ardía una furia helada que se contenía a sí misma, reflejada en la presión del agarre del nublino cuyos curtidos músculos y tendones por la años de artesanía hacían doloroso el clavar de sus dedos. Habló otra vez intentando imitar su dialecto.
-Brinda paz ahora a la pequeña y no des pues más sangre a tus camaradas. -Hizo una pequeña pausa. -Créeme Lorenzo, zanjaremos este asunto. Te lo prometo.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Barrio Gigante
26/07/16, 01:25 pm
Eriel salió de la casa cargando con el cuerpo de la pequeña, tan centrado estaba en sus pensamientos que no se enteró de que faltaba Lorenzo. La culpa empezaba a atenazarlo. Era culpa suya, él había insistido en entrar en una casa y por si fuera poco también había elegido en cual. Era culpa suya.
En ningún momento miró a la cara de la chica. El olor le provocó otra arcada que le costó todas sus fuerzas suprimir, a partir de ese momento empezó a respirar por la boca para evitar el olor a sangre. No pudo evitar un escalofrío cuando notó algo resbalarle por el brazo. Supo de forma instintiva lo que era y no se equivocaba. La sangre de la niña se deslizaba por su brazo proveniente de la herida. Ya no sólo tenía las manos manchadas de forma metafórica.
Apenas oyó o vio a su hermano pues cuando éste entró en su línea de visión Eriel empezó a recordar. Recordó el sueño que tuvo y volvió a ver a Barael muerto, vio su cuerpo inerte cubierto de sangre, desollado y destripado. La respiración del nublino se aceleró y por fin un par de lágrimas se deslizaron por su rostro. No había sido capaz de ayudar a Nad, ni siquiera había sido capaz de ayudar a su hermano en un sueño.
Como un autómata Eriel empezó a andar de vuelta al torreón. No podía detener las lágrimas que surgían de sus ojos. Lo único que quería en esos momentos era darle un entierro digno a la humana. Ni siquiera sentía los brazos cansados, sólo su sangre resonar en los oídos, la de la chica resbalar por su brazo empapando la ropa y las lágrimas fluir por sus mejillas.
<<Es culpa mía>> seguía repitiéndose en su mente.
En ningún momento miró a la cara de la chica. El olor le provocó otra arcada que le costó todas sus fuerzas suprimir, a partir de ese momento empezó a respirar por la boca para evitar el olor a sangre. No pudo evitar un escalofrío cuando notó algo resbalarle por el brazo. Supo de forma instintiva lo que era y no se equivocaba. La sangre de la niña se deslizaba por su brazo proveniente de la herida. Ya no sólo tenía las manos manchadas de forma metafórica.
Apenas oyó o vio a su hermano pues cuando éste entró en su línea de visión Eriel empezó a recordar. Recordó el sueño que tuvo y volvió a ver a Barael muerto, vio su cuerpo inerte cubierto de sangre, desollado y destripado. La respiración del nublino se aceleró y por fin un par de lágrimas se deslizaron por su rostro. No había sido capaz de ayudar a Nad, ni siquiera había sido capaz de ayudar a su hermano en un sueño.
Como un autómata Eriel empezó a andar de vuelta al torreón. No podía detener las lágrimas que surgían de sus ojos. Lo único que quería en esos momentos era darle un entierro digno a la humana. Ni siquiera sentía los brazos cansados, sólo su sangre resonar en los oídos, la de la chica resbalar por su brazo empapando la ropa y las lágrimas fluir por sus mejillas.
<<Es culpa mía>> seguía repitiéndose en su mente.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Barrio Gigante
26/07/16, 01:56 pm
Lorenzo
Las miradas, como si pintadas con un pincel roto, difuminabasen hasta que cada vez tenia su objetivo más claro, inundado por el dolor.
—Cadaver o no, preocupome de su alma inocente, Don Barael.—explicó, entre jadeos.—¿Como un alma tan chiquilla e inocente podria descansar en paz, sabiendo que deja al monstruo que la mató con aquellos que ha perdido en esta vida?—lamentose.
Las siguientes palabras del joven parecian sinceras y de buen gusto para el español y aquello detúvole unos instantes de reflexión interna. Cierto era, que su brazo no le permitiria luchar en su pleno potencial, al igual que sus costillas, tan dolidas como si una coz del mismisimo diablo hubiera tomado al pecho. Agarrose de estas a la hora de contestar.
—"El objetivo de un buen combatiente no debe ser la lucha, sino la victoria. Ha luchado lo suficiente si la consigue."—citó, de su propia memoria.—Atribuido al Duque de Alba.—añadió a los pocos segundos, con voz quebrada y corazón en pena. Limpiose las lágrimas con la manga del jubón.—No. Los hombres no pueden llorar hasta que todo acabe y hasta entonces, non puedo honrar la memoria de la pequeña Nad.—lamentose una vez.—La pena conmueveme, más la venganza impeleme a luchar ahora, mientras el hierro arde y Santiago tiene sus manos sobre mi manto...—
Ni el mismisimo diestro tenia claro que hacer. ¿Tenia miedo a la muerte? Non posible era, el era un Buscamuertes, un vizcaino con la espada y por hierro sabia que seria su fin. No habia honor en morir por tal bestia, como si de un viejo cazador borracho que ironicamente es asesinado por el jabalí al cual queria lancear. Si tan solo tuvieran mejores armas, o mejores hombres, quizas...
Suspiró. Miró a Mónica entonces y leyó en los demás, a su vez, posandose en el cadaver inerte de la niña quien Eriel ya se estaba llevando consigo, sin mirar atrás.
—Volvamos.—dijo sin más y devolviole la espada a Barael, para despues arrastrarse como un fantasma de vuelta al torreón.
Las miradas, como si pintadas con un pincel roto, difuminabasen hasta que cada vez tenia su objetivo más claro, inundado por el dolor.
—Cadaver o no, preocupome de su alma inocente, Don Barael.—explicó, entre jadeos.—¿Como un alma tan chiquilla e inocente podria descansar en paz, sabiendo que deja al monstruo que la mató con aquellos que ha perdido en esta vida?—lamentose.
Las siguientes palabras del joven parecian sinceras y de buen gusto para el español y aquello detúvole unos instantes de reflexión interna. Cierto era, que su brazo no le permitiria luchar en su pleno potencial, al igual que sus costillas, tan dolidas como si una coz del mismisimo diablo hubiera tomado al pecho. Agarrose de estas a la hora de contestar.
—"El objetivo de un buen combatiente no debe ser la lucha, sino la victoria. Ha luchado lo suficiente si la consigue."—citó, de su propia memoria.—Atribuido al Duque de Alba.—añadió a los pocos segundos, con voz quebrada y corazón en pena. Limpiose las lágrimas con la manga del jubón.—No. Los hombres no pueden llorar hasta que todo acabe y hasta entonces, non puedo honrar la memoria de la pequeña Nad.—lamentose una vez.—La pena conmueveme, más la venganza impeleme a luchar ahora, mientras el hierro arde y Santiago tiene sus manos sobre mi manto...—
Ni el mismisimo diestro tenia claro que hacer. ¿Tenia miedo a la muerte? Non posible era, el era un Buscamuertes, un vizcaino con la espada y por hierro sabia que seria su fin. No habia honor en morir por tal bestia, como si de un viejo cazador borracho que ironicamente es asesinado por el jabalí al cual queria lancear. Si tan solo tuvieran mejores armas, o mejores hombres, quizas...
Suspiró. Miró a Mónica entonces y leyó en los demás, a su vez, posandose en el cadaver inerte de la niña quien Eriel ya se estaba llevando consigo, sin mirar atrás.
—Volvamos.—dijo sin más y devolviole la espada a Barael, para despues arrastrarse como un fantasma de vuelta al torreón.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Barrio Gigante
26/07/16, 11:52 pm
Mónica siguió revolviéndose y gritando, con el pelo escapando de su coleta y la cara colorada y surcada de lágrimas, hasta que Roño la dejó en tierra. En el mismo momento en que sus pies tocaron el suelo comenzó a dirigirse de nuevo hacia la puerta, cayéndose al suelo por el camino de lo mucho que le temblaban las piernas.
El estruendo de dentro y el ver a Íñigo Montoya salir de allí destrozado aunque vivo le devolvió el terror del que había tratado de olvidarse semanas atrás. La chica comenzó a estremecerse y a sollozar en silencio y, olvidando por unos segundos su regla se levantó y abrazó al español ocultando la cara en su hombro.
-Quiero venganza- masculló para que sólo el diestro la escuchara. –Le prometieron magia... Quiero que ese monstruo lo pague. Era sólo una niña.
Después le soltó y se acercó a Cenizo para tratar de tomar de sus brazos el cadáver de Nad. Quería llevarla ella y no dejaría que nadie le ayudara o le tratara de convencer de lo contrario.
Sigue en Torreón Maciel.
El estruendo de dentro y el ver a Íñigo Montoya salir de allí destrozado aunque vivo le devolvió el terror del que había tratado de olvidarse semanas atrás. La chica comenzó a estremecerse y a sollozar en silencio y, olvidando por unos segundos su regla se levantó y abrazó al español ocultando la cara en su hombro.
-Quiero venganza- masculló para que sólo el diestro la escuchara. –Le prometieron magia... Quiero que ese monstruo lo pague. Era sólo una niña.
Después le soltó y se acercó a Cenizo para tratar de tomar de sus brazos el cadáver de Nad. Quería llevarla ella y no dejaría que nadie le ayudara o le tratara de convencer de lo contrario.
Sigue en Torreón Maciel.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: ¿?
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: ¿?
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Barrio Gigante
27/07/16, 05:55 pm
La roquense no estuvo todo el rato volando. No llegó a tocar el suelo, pero sí que se posó en la fachada de aquel en el que sus compañeros habían entrado o en el de enfrente. Le habría gustado que fuera en los tejados, pero estaban a demasiada altura.
Primero escuchó gritos, voces y ruidos. Saltó al aire y se acercó al edificio con las armas listas, pero sin descender al suelo por si acaso. Más ruidos. Y, por fin, salieron... <<Qué>> Había pasado algo, eso era obvio. Uno de los nublinos cargaba con una de las hembras, a la que el otro nublino se apresuró a cubrir pero Sinceridad pudo verlo a tiempo: una herida en la cabeza. Que ella supiera, heridas así podían hacerla proyectiles como flechas, aunque era distinta a lo que había visto nunca. También la había visto rápido así que... <<Está muerta. Muerta. Joderjoder>>
Descendió junto al grupo sin poder quitar ojo al fardo que ahora era el cuerpo. También le llamó la atención el estado de Lorenzo. No sabía si preguntar qué les había pasado. Aparte de que el resultado era obvio... quizá no era el momento. No podía pedirles un informe breve y rápido, tampoco, pues no lo había visto hacer nunca a esas criaturas. Lo que tampoco sabía era por qué se la llevaban. ¿Qué iban a hacer con el cuerpo? Lo mejor habría sido dejarla y huir...>> Pero no parecía que... Se acercó al espadachín y SinGritos a preguntar en silencio y resolvieron su dilema. No les perseguía nada. Habían entrado en casa de alguien que les había echado así. <<Genial... Ahora tendremos que dar gracias a los fanáticos por una boca menos que alimentar. Espléndido>> pensó. Pero... también ella misma había deseado no hacía mucho que les pasa algo. <<Joder... ¿Y si es culpa mía? ¿Y si...?>>
Sacudió la cabeza. No quiso seguir pensando en eso.
—Vigilaré por si acaso, a saber si sale a por más.
Levantó el vuelo de nuevo y se mantuvo sobre el grupo. No quería ni pensar en que algo o alguien le hubiera escuchado y hubiera decidido darles ese toque de atención que ella creía que el grupo necesitaba. <<Joder... yo no quería esto, solo un... Esto no, maldita sea>> Cuanto más se esforzaba en no pensarlo, más volvía al asunto. Ni siquiera la curiosidad por saber qué harían con el cuerpo bastaba para no volver una y otra vez a lo mismo. Y no importaba que no hubiera cruzado apenas palabra con la terrícola. Era apenas una cría (como casi todos) y había muerto a las semanas de llegar. Eso tenía un impacto sí o sí. De haber estado allí, SinRastro le habría dicho que no valía la pena lamentarse o buscar culpables... Pero no estaba allí.
Sigue en Torreón Maciel.
Primero escuchó gritos, voces y ruidos. Saltó al aire y se acercó al edificio con las armas listas, pero sin descender al suelo por si acaso. Más ruidos. Y, por fin, salieron... <<Qué>> Había pasado algo, eso era obvio. Uno de los nublinos cargaba con una de las hembras, a la que el otro nublino se apresuró a cubrir pero Sinceridad pudo verlo a tiempo: una herida en la cabeza. Que ella supiera, heridas así podían hacerla proyectiles como flechas, aunque era distinta a lo que había visto nunca. También la había visto rápido así que... <<Está muerta. Muerta. Joderjoder>>
Descendió junto al grupo sin poder quitar ojo al fardo que ahora era el cuerpo. También le llamó la atención el estado de Lorenzo. No sabía si preguntar qué les había pasado. Aparte de que el resultado era obvio... quizá no era el momento. No podía pedirles un informe breve y rápido, tampoco, pues no lo había visto hacer nunca a esas criaturas. Lo que tampoco sabía era por qué se la llevaban. ¿Qué iban a hacer con el cuerpo? Lo mejor habría sido dejarla y huir...>> Pero no parecía que... Se acercó al espadachín y SinGritos a preguntar en silencio y resolvieron su dilema. No les perseguía nada. Habían entrado en casa de alguien que les había echado así. <<Genial... Ahora tendremos que dar gracias a los fanáticos por una boca menos que alimentar. Espléndido>> pensó. Pero... también ella misma había deseado no hacía mucho que les pasa algo. <<Joder... ¿Y si es culpa mía? ¿Y si...?>>
Sacudió la cabeza. No quiso seguir pensando en eso.
—Vigilaré por si acaso, a saber si sale a por más.
Levantó el vuelo de nuevo y se mantuvo sobre el grupo. No quería ni pensar en que algo o alguien le hubiera escuchado y hubiera decidido darles ese toque de atención que ella creía que el grupo necesitaba. <<Joder... yo no quería esto, solo un... Esto no, maldita sea>> Cuanto más se esforzaba en no pensarlo, más volvía al asunto. Ni siquiera la curiosidad por saber qué harían con el cuerpo bastaba para no volver una y otra vez a lo mismo. Y no importaba que no hubiera cruzado apenas palabra con la terrícola. Era apenas una cría (como casi todos) y había muerto a las semanas de llegar. Eso tenía un impacto sí o sí. De haber estado allí, SinRastro le habría dicho que no valía la pena lamentarse o buscar culpables... Pero no estaba allí.
Sigue en Torreón Maciel.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Barrio Gigante
27/07/16, 07:17 pm
Lorenzo
Arrastrabase dolorido, sintiendose a cada paso más perro por dar huida de aquel que habia causado la muerte e impunemente dejabasele existir sin más, aunque tan solo fuera para lamerse las heridas y volver.
Apenas pudo notar presencia de la española que, con el corazón tan pesado como a el mismo, abalanzosele encima en un abrazo un tanto encipitado e inapropiado, que sorpresa pillaria al diestro cuando importole un carajo lo apropiado que fuese. Soltó un pequeño suspiro, pero en aquel caso, el dolor era bueno, pues recordabale que estaba vivo. No quiso ni empezar a preguntarse como afectariale a una señorita tan joven y de cabeza lozana como ella.
—Y vengaremosnos, dadlo por seguro.—contesto, a fin.—Voto a tal que esta deuda de sangre será pagada con igual mesura que una esterlina a maravedies.—confrontóla. Racional non estaba, luceros rojizos por el dolor y el llanto, debilidad e ira abriendose paso en el rostro de la joven muchacha tan que encogiosele el alma, de solo darse cuenta que la pobre Nad no habia sido la única inocente encomiada al dolor, sino tan solo la primera victíma.
Apenas partieron y dirigiose al funesto cuerpo de la niña. Insistia en querer portarla ella. Quizás Lorenzo mismo hubiese cedido ante aquella situación, pero en pos de calmar el dolor, palmeó el hombro de Eriel y dirigiole una mirada asertiva para que dejara que Mónica cargase con ella.
Y asi, sin mucho más que un grupo de chavales jóvenes que no habian más que empezado a saborear el dolor, se dirigieron de vuelta a donde, por mucho que dolierale a Lorenzo admitir, dudaba que estuviesen verdaderamente seguros.
Sigue en Torreón Maciel.
Arrastrabase dolorido, sintiendose a cada paso más perro por dar huida de aquel que habia causado la muerte e impunemente dejabasele existir sin más, aunque tan solo fuera para lamerse las heridas y volver.
Apenas pudo notar presencia de la española que, con el corazón tan pesado como a el mismo, abalanzosele encima en un abrazo un tanto encipitado e inapropiado, que sorpresa pillaria al diestro cuando importole un carajo lo apropiado que fuese. Soltó un pequeño suspiro, pero en aquel caso, el dolor era bueno, pues recordabale que estaba vivo. No quiso ni empezar a preguntarse como afectariale a una señorita tan joven y de cabeza lozana como ella.
—Y vengaremosnos, dadlo por seguro.—contesto, a fin.—Voto a tal que esta deuda de sangre será pagada con igual mesura que una esterlina a maravedies.—confrontóla. Racional non estaba, luceros rojizos por el dolor y el llanto, debilidad e ira abriendose paso en el rostro de la joven muchacha tan que encogiosele el alma, de solo darse cuenta que la pobre Nad no habia sido la única inocente encomiada al dolor, sino tan solo la primera victíma.
Apenas partieron y dirigiose al funesto cuerpo de la niña. Insistia en querer portarla ella. Quizás Lorenzo mismo hubiese cedido ante aquella situación, pero en pos de calmar el dolor, palmeó el hombro de Eriel y dirigiole una mirada asertiva para que dejara que Mónica cargase con ella.
Y asi, sin mucho más que un grupo de chavales jóvenes que no habian más que empezado a saborear el dolor, se dirigieron de vuelta a donde, por mucho que dolierale a Lorenzo admitir, dudaba que estuviesen verdaderamente seguros.
Sigue en Torreón Maciel.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio Gigante
11/04/18, 02:33 pm
Una enorme sacudida, un pequeño temblor de tierra azotó el barrio gigante aquella noche. Un coloso había caído.
Momentos antes del estruendo, Kniveth Edgar gritaba en mitad de una pesadilla. Nadie pudo saber qué soñaba que lo aterraba tanto, pues no volvió a despertar. Su corazón falló y el gigantesco caballero se desplomó poniendo fin a su sufrimiento y a su vida.
Fuera, mientras Kniveth gritaba en la distancia, había un pequeño ser que no lo escuchaba. Ergot, el véspido soldado superviviente de la cosecha más reciente sobrevolaba el barrio a considerable altura cuando la falta de sueño y su imprudencia se convirtieron en su perdición. Mientras el coloso caía también lo hizo Ergot: la muerte del repoblador al impactar desde aquella altura fue inmediata.
Momentos antes del estruendo, Kniveth Edgar gritaba en mitad de una pesadilla. Nadie pudo saber qué soñaba que lo aterraba tanto, pues no volvió a despertar. Su corazón falló y el gigantesco caballero se desplomó poniendo fin a su sufrimiento y a su vida.
--
Fuera, mientras Kniveth gritaba en la distancia, había un pequeño ser que no lo escuchaba. Ergot, el véspido soldado superviviente de la cosecha más reciente sobrevolaba el barrio a considerable altura cuando la falta de sueño y su imprudencia se convirtieron en su perdición. Mientras el coloso caía también lo hizo Ergot: la muerte del repoblador al impactar desde aquella altura fue inmediata.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Barrio Gigante
27/07/18, 06:25 pm
Un enorme terrón con forma de iceberg bocabajo flota por el barrio de los gigantes. Sobre él, viajan Tersa y sus caracoles de confianza. La niña bruja abraza a Esteban, el mayor de todos, y charla distraída mientras dirige su particular medio de transporte.
—Lo sé, lo sé… A mí tampoco me gustó lo que me han dicho Mónica y Sinceridad, pero es normal, ¿no? Tuétano se ponía igual cuando nos pasaba a nosotros…
Deja de hablar para escuchar al caracol y frunce el ceño.
—¡No, Esteban! Esta feo decir eso de los muertos. Pobre Lebra… Y pobres todos en realidad… ¿Tú crees que Tayron lo superará algún día?
Un segundo silencioso.
—Ya, yo tampoco. Fue muy triste lo que nos contó Tuétano, les ha pasado lo mismo a Tayron y a ella, y aun así… No es bueno que los odie tanto, si les hace algo la van a matar y…
A la bruja de los caracoles se le humedecen los ojos y Esteban se remueve entre sus brazos para darle un par de topecitos con las antenas. Las de Tersa se extienden en un gesto de fuerza.
—No te preocupes, no voy a llorar. Tenemos que hacer algo, Esteban.
Tersa se tumba sobre su terrón y contempla el cielo. En Rocavarancolia no es especialmente bonito, pero ningún cielo es feo del todo para ella. El caracol se acomoda sobre su sudadera.
—¡Ya te vale! —Tersa rie un chiste que solo existe en su cabeza—. No, un caracol con ruedas no tiene sentido. Lo que tenemos que pedirle es un caracol gigante. Así no hará falta traer siempre Villa-Barrosa con nosotros. ¿Qué? —Tersa hace oído—. Si es grande seguro que es rápido, ¡no digas tonterías! Además, así podrá ayudarnos a parar a Tuétano, que ni tu ni yo podemos con ella.
El destino que buscan aparece ante ellos tras un par de vueltas por el barrio. Frente a la puerta del laboratorio, Tersa se siente pequeña, muy pequeña. Baja de Villa-Barrosa, llama con sus nudillos desnudos y, como no sabe si será suficiente, grita:
—¿HOLA? ¿VIVE AQUÍ EL SEÑOR QUE MEJORA LOS ANIMALES? NECESI… —La puerta se abre sola y la bruja se asusta, sus cuernos se achican y el resto de sus palabras se desinflan. Pierden tanto volumen que solo las escucha ella—. Necesito un caracol…
—Hola.
Un lagarto aparece de la nada. Parece un asreniano de esos, pero tiene una especie de collar brillante que enseguida llama la atención de Tersa. Tras él, se abre el laboratorio. Tersa apenas vislumbra el pasillo, pero basta con el tamaño descomunal de aquel lugar para que se asombre. Y para que se olvide de hablar.
—¿Qué querías? Puedes pasar, si prefieres hablar dentro.
Tersa niega efusivamente.
—Secuoya y Tuétano me dicen que es peligroso entrar en casa de desconocidos, lo siento. —Se pasa las manos por la sudadera para limpiarla de babas y alisarla un poco—. ¿Eres Giz?
—Sí, ¿qué quieres?
—¿Tú… Tú me podrías hacer un caracol gigante? Es muy importante.
El genemago la examina con cara de póker, pero Tersa no se asusta. Sabe que sus caracoles hacen lo mismo con él.
—A ver, poder puedo. —Giz se cruza de brazos bajo su poncho azul. Tersa no ha visto muchos asrenianos, pero está segura de que este tiene mala cara—. ¿Tú tienes dinero para pagarme?
—No mucho… —Mira a Esteban con complicidad. No mucho significa nada en esta ocasión—. Pero te puedo ayudar con cualquier cosa, ¡te puedo prestar mis caracoles!
—Tengos caracoles de sobra.
—¡Pero los míos son más majos! Mira. —Tersa recoge a Esteban de Villa-Barrosa y lo levanta para que Giz lo contemple en todo su esplendor—. Esteban, dile hola.
Esteban mueve los cuernos levemente. El genemago resopla.
—Lo siento mucho… ¿Cómo te llamas?
—Tersa.
—Pues lo siento mucho, Tersa, pero no puedo darte lo que quieres. Vuelve cuando tengas dinero.
Giz hace ademán de adentrarse en su laboratorio.
—Espera, por favor —Tersa le había dicho al caracol que no iba a llorar, pero al ver que su plan se le escapa no puede evitarlo—. Puedo… Puedo mandar mensajes a tus clientes en secreto también, se me da muy bien, le puedes preguntar a Seide Manoblanca. Por favor, por favor, por favor… ¡Si no me ayudas van a matar a mi amiga!
Giz frena. El nombre de Seide le suena vagamente. Mira a la niña con cara de pocos amigos (o tal vez aguantando sus propias lágrimas, Tersa no lo sabe bien). Suspira de nuevo y se agacha; se pone a la altura de la niña, dejando un espacio prudencial. Tarda un poco en hablar.
—No sé cómo te va a ayudar un caracol gigante a salvar a tu amiga, pero vamos a hacer una cosa. Tú vas a ir a Ordesta y me vas a traer al caracol más raro que veas. Yo me pondré a trabajar y, cuando vuelvas, te daré al caracol más grande que haya. Cada uno nos quedamos con los caracoles que nos sobren. ¿Te parece?
Tersa se alegra tanto que no logra contener el llanto, Esteban se arruga cuando le caen las primeras lágrimas. Giz se queda varado frente a ella, como si estuviera desubicado o no supiera muy bien qué hacer. Finalmente, desvía su atención al terrón flotante y lo señala.
—Oye, Tersa. Creo que te llama uno de tus caracoles.
La bruja sorbe sus mocos y mira hacia atrás preocupada.
—¿Sabes quién ha sido?
Giz niega. Se encoge de hombros y luego se levanta.
—No soy tan bueno como tú hablando con ellos —el genemago le dedica una sonrisa triste a la bruja—. Yo me voy a trabajar en tu encargo. No vuelvas hasta que tengas el caracol correcto, ¿vale?
Las antenas de Tersa se estiran de nuevo. La niña se limpia las lágrimas con las mangas de la sudadera y asiente. Los portones del laboratorio se cierran frente a ella, que se acerca a Villa-Barrosa y sube junto con Esteban. Los caracoles se arriman a ella a su particular ritmo.
—¿Estáis todos bien? —les pregunta. Da tiempo a que le respondan todos y luego añade—. ¡Muy bien! Entonces manos a la obra, ¡que tenemos mucho que hacer, chicos!
—Lo sé, lo sé… A mí tampoco me gustó lo que me han dicho Mónica y Sinceridad, pero es normal, ¿no? Tuétano se ponía igual cuando nos pasaba a nosotros…
Deja de hablar para escuchar al caracol y frunce el ceño.
—¡No, Esteban! Esta feo decir eso de los muertos. Pobre Lebra… Y pobres todos en realidad… ¿Tú crees que Tayron lo superará algún día?
Un segundo silencioso.
—Ya, yo tampoco. Fue muy triste lo que nos contó Tuétano, les ha pasado lo mismo a Tayron y a ella, y aun así… No es bueno que los odie tanto, si les hace algo la van a matar y…
A la bruja de los caracoles se le humedecen los ojos y Esteban se remueve entre sus brazos para darle un par de topecitos con las antenas. Las de Tersa se extienden en un gesto de fuerza.
—No te preocupes, no voy a llorar. Tenemos que hacer algo, Esteban.
Tersa se tumba sobre su terrón y contempla el cielo. En Rocavarancolia no es especialmente bonito, pero ningún cielo es feo del todo para ella. El caracol se acomoda sobre su sudadera.
—¡Ya te vale! —Tersa rie un chiste que solo existe en su cabeza—. No, un caracol con ruedas no tiene sentido. Lo que tenemos que pedirle es un caracol gigante. Así no hará falta traer siempre Villa-Barrosa con nosotros. ¿Qué? —Tersa hace oído—. Si es grande seguro que es rápido, ¡no digas tonterías! Además, así podrá ayudarnos a parar a Tuétano, que ni tu ni yo podemos con ella.
El destino que buscan aparece ante ellos tras un par de vueltas por el barrio. Frente a la puerta del laboratorio, Tersa se siente pequeña, muy pequeña. Baja de Villa-Barrosa, llama con sus nudillos desnudos y, como no sabe si será suficiente, grita:
—¿HOLA? ¿VIVE AQUÍ EL SEÑOR QUE MEJORA LOS ANIMALES? NECESI… —La puerta se abre sola y la bruja se asusta, sus cuernos se achican y el resto de sus palabras se desinflan. Pierden tanto volumen que solo las escucha ella—. Necesito un caracol…
—Hola.
Un lagarto aparece de la nada. Parece un asreniano de esos, pero tiene una especie de collar brillante que enseguida llama la atención de Tersa. Tras él, se abre el laboratorio. Tersa apenas vislumbra el pasillo, pero basta con el tamaño descomunal de aquel lugar para que se asombre. Y para que se olvide de hablar.
—¿Qué querías? Puedes pasar, si prefieres hablar dentro.
Tersa niega efusivamente.
—Secuoya y Tuétano me dicen que es peligroso entrar en casa de desconocidos, lo siento. —Se pasa las manos por la sudadera para limpiarla de babas y alisarla un poco—. ¿Eres Giz?
—Sí, ¿qué quieres?
—¿Tú… Tú me podrías hacer un caracol gigante? Es muy importante.
El genemago la examina con cara de póker, pero Tersa no se asusta. Sabe que sus caracoles hacen lo mismo con él.
—A ver, poder puedo. —Giz se cruza de brazos bajo su poncho azul. Tersa no ha visto muchos asrenianos, pero está segura de que este tiene mala cara—. ¿Tú tienes dinero para pagarme?
—No mucho… —Mira a Esteban con complicidad. No mucho significa nada en esta ocasión—. Pero te puedo ayudar con cualquier cosa, ¡te puedo prestar mis caracoles!
—Tengos caracoles de sobra.
—¡Pero los míos son más majos! Mira. —Tersa recoge a Esteban de Villa-Barrosa y lo levanta para que Giz lo contemple en todo su esplendor—. Esteban, dile hola.
Esteban mueve los cuernos levemente. El genemago resopla.
—Lo siento mucho… ¿Cómo te llamas?
—Tersa.
—Pues lo siento mucho, Tersa, pero no puedo darte lo que quieres. Vuelve cuando tengas dinero.
Giz hace ademán de adentrarse en su laboratorio.
—Espera, por favor —Tersa le había dicho al caracol que no iba a llorar, pero al ver que su plan se le escapa no puede evitarlo—. Puedo… Puedo mandar mensajes a tus clientes en secreto también, se me da muy bien, le puedes preguntar a Seide Manoblanca. Por favor, por favor, por favor… ¡Si no me ayudas van a matar a mi amiga!
Giz frena. El nombre de Seide le suena vagamente. Mira a la niña con cara de pocos amigos (o tal vez aguantando sus propias lágrimas, Tersa no lo sabe bien). Suspira de nuevo y se agacha; se pone a la altura de la niña, dejando un espacio prudencial. Tarda un poco en hablar.
—No sé cómo te va a ayudar un caracol gigante a salvar a tu amiga, pero vamos a hacer una cosa. Tú vas a ir a Ordesta y me vas a traer al caracol más raro que veas. Yo me pondré a trabajar y, cuando vuelvas, te daré al caracol más grande que haya. Cada uno nos quedamos con los caracoles que nos sobren. ¿Te parece?
Tersa se alegra tanto que no logra contener el llanto, Esteban se arruga cuando le caen las primeras lágrimas. Giz se queda varado frente a ella, como si estuviera desubicado o no supiera muy bien qué hacer. Finalmente, desvía su atención al terrón flotante y lo señala.
—Oye, Tersa. Creo que te llama uno de tus caracoles.
La bruja sorbe sus mocos y mira hacia atrás preocupada.
—¿Sabes quién ha sido?
Giz niega. Se encoge de hombros y luego se levanta.
—No soy tan bueno como tú hablando con ellos —el genemago le dedica una sonrisa triste a la bruja—. Yo me voy a trabajar en tu encargo. No vuelvas hasta que tengas el caracol correcto, ¿vale?
Las antenas de Tersa se estiran de nuevo. La niña se limpia las lágrimas con las mangas de la sudadera y asiente. Los portones del laboratorio se cierran frente a ella, que se acerca a Villa-Barrosa y sube junto con Esteban. Los caracoles se arriman a ella a su particular ritmo.
—¿Estáis todos bien? —les pregunta. Da tiempo a que le respondan todos y luego añade—. ¡Muy bien! Entonces manos a la obra, ¡que tenemos mucho que hacer, chicos!
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio Gigante
26/04/20, 07:51 pm
Lah Donna le había dado un últimatum hacía poco y estaba claro que su paciencia estaba a punto de agotarse. Debía dejar de descuidar sus responsabilidades. Empezaba a parecer débil delante de los otros sacerdotes y solo era cuestión de tiempo de que incluso la panda de degenerados que tenían por fieles se diesen cuenta también. Nihil estuvo de acuerdo, aquello había ido demasiado lejos. O cuánto se había burlado del luto de dama Puntada cuando perdió a su aprendiz y cuánto le había tentado ir a buscarla y preguntárle cómo sobrevivir al día a día. Por suerte no había caído tan bajo.
Había investigado a la joven mentalista. Era una opción perfecta: no la conocía ni tenía ninguna relación con la Secta, y era evidente que no tenía pensado tenerla. La súcubo no quería que la vieran rondando Serpentaria e invitar a la bruja a su casa estaba fuera de toda cuestión, así que cuando la contactó le propuso que se vieran en un edificio abandonado del barrio gigante. Algo así como terreno neutral. Pactaron el pago y la fecha y todo fue dentro de la normalidad. Cuando llegó el día acordado Nihil estaba decidida. Ni un atisbo de nervios o dudas, estaba harta de ser un saco, hasta de encogerse hasta con la visión de un simple novato, harta de sentir que se hacía pedazos desde dentro a cada paso.
Preparó la sala para que fuera más o menos cómoda. Dentro de la casa era poco más que un cuarto de escobas, pero tendrían espacio suficiente. La limpió con magia, puso algunas protecciones básicas para que nadie las molestase y llevó un diván, una mesa y dos sillas. Era la primera vez que hacía algo así y la verdad es que no sabía qué podría necesitar una mentalista para trabajar.
Había investigado a la joven mentalista. Era una opción perfecta: no la conocía ni tenía ninguna relación con la Secta, y era evidente que no tenía pensado tenerla. La súcubo no quería que la vieran rondando Serpentaria e invitar a la bruja a su casa estaba fuera de toda cuestión, así que cuando la contactó le propuso que se vieran en un edificio abandonado del barrio gigante. Algo así como terreno neutral. Pactaron el pago y la fecha y todo fue dentro de la normalidad. Cuando llegó el día acordado Nihil estaba decidida. Ni un atisbo de nervios o dudas, estaba harta de ser un saco, hasta de encogerse hasta con la visión de un simple novato, harta de sentir que se hacía pedazos desde dentro a cada paso.
Preparó la sala para que fuera más o menos cómoda. Dentro de la casa era poco más que un cuarto de escobas, pero tendrían espacio suficiente. La limpió con magia, puso algunas protecciones básicas para que nadie las molestase y llevó un diván, una mesa y dos sillas. Era la primera vez que hacía algo así y la verdad es que no sabía qué podría necesitar una mentalista para trabajar.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio Gigante
26/04/20, 08:33 pm
Naeleth llegó al lugar indicado cinco minutos antes de la hora acordada y no le fue difícil dar con la súcubo de las pesadillas. La petición no le había extrañado en absoluto: recibía muchas de aquel calibre tras el suceso con la Torre de los Soñadores, ni tampoco conocía tanto la reputación de Nihil como para sorprenderse. Sabía que había sido una de las figuras principales en dar fin a aquella pesadilla y en su opinión la experiencia de haberse adentrado en el núcleo de las pesadillas podría haber sido suficiente para requerir sus servicios. Aquello eran solo suposiciones suyas, por supuesto, porque los detalles los iba a tener que conocer en ese mismo instante.
—Hola, buenas tardes. Soy la bruja Naeleth, la mentalista —anunció su llegada al acceder al edificio donde se encontraba la súcubo—. ¿Puedo pasar?
Vio los muebles que, a juzgar por lo vacía que estaba el resto de la casa, debía haber llevado Nihil hasta allí y sobreentendió que allí era donde quería llevar a cabo la sesión. Normalmente la gente acudía a la Torre o le indicaban que fuese a su casa, pero no era la primera vez que trabajaría en un lugar inusual y no hizo ninguna pregunta.
—Hola, buenas tardes. Soy la bruja Naeleth, la mentalista —anunció su llegada al acceder al edificio donde se encontraba la súcubo—. ¿Puedo pasar?
Vio los muebles que, a juzgar por lo vacía que estaba el resto de la casa, debía haber llevado Nihil hasta allí y sobreentendió que allí era donde quería llevar a cabo la sesión. Normalmente la gente acudía a la Torre o le indicaban que fuese a su casa, pero no era la primera vez que trabajaría en un lugar inusual y no hizo ninguna pregunta.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio Gigante
28/04/20, 05:48 pm
La bruja llegó puntual como un reloj. Nihil levantó las protecciones para dejarla pasar y se levantó del diván en el que había estado esperando para recibirla.
-Bienvenida. Soy Nihil -dijo, ofreciéndole la mano para que se la estrechase. No creía necesario añadir más datos que ese -No quería darte detalles por mensajería. Te he llamado porque quiero que reprimas todos mis sentimientos referentes a una persona. Son un estorbo en mi día a día y necesito que desaparezcan.
No iba a pedirle que borrase sus recuerdos sobre Lil' porque eso levantaría sospechas, sería fácil adivinar lo que había tenido que hacer y eso la haría parecer más débil todavía.
-He traído el dinero acordado. ¿Quieres que te haga el pago ahora o después?
-Bienvenida. Soy Nihil -dijo, ofreciéndole la mano para que se la estrechase. No creía necesario añadir más datos que ese -No quería darte detalles por mensajería. Te he llamado porque quiero que reprimas todos mis sentimientos referentes a una persona. Son un estorbo en mi día a día y necesito que desaparezcan.
No iba a pedirle que borrase sus recuerdos sobre Lil' porque eso levantaría sospechas, sería fácil adivinar lo que había tenido que hacer y eso la haría parecer más débil todavía.
-He traído el dinero acordado. ¿Quieres que te haga el pago ahora o después?
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.